Camino de Perfección 72

Capítulo 73 (42)


En que concluye.


1 Veis aquí, amigas, cómo es el rezar vocalmente con perfección, mirando y entendiendo a quién se pide y quién pide y qué es lo que se pide. Cuando os dijeren no es bien tengáis otra oración sino vocal, no os desconsoléis; leed esto muy bien y lo que no entendiereis de oración, suplicad a Dios os lo dé a entender; que rezar vocalmente no os lo puede quitar nadie, ni no rezar el Paternóster de corrida y sin entenderos, tampoco. Si os lo quitaren alguna persona u os lo aconsejare, no le creáis; creed que es falso profeta y mirad que en estos tiempos no habéis de creer a todos, que, aunque de los que ahora os pueden aconsejar no hay que temer, no sabemos lo que está por venir.

2 También pensé deciros algo de cómo habéis de rezar el Avemaría; mas heme alargado tanto, que se quedará, y basta haber entendido cómo se rezará bien el Paternoster para todas las oraciones vocales que hubiereis de rezar.

3 (5) Ahora tornemos a acabar de concluir el camino que comencé a tratar, porque el Señor me parece me ha quitado de trabajo con enseñar a vosotras y a mí lo que hemos de pedir en esta oración. Sea bendito por siempre, que es cierto que jamás vino a mi pensamiento que había tan gran secreto en esta oración evangelical, que así encerrase en sí todo el camino espiritual desde el principio hasta engolfarlos Dios y darles abundosamente a beber en la fuente de agua viva de que hablamos; y es así que, salida de ella -digo de esta oración- no sé ya más ir adelante.

4 (6) Parece ha querido el Señor entendamos, hermanas, la gran consolación que aquí está encerrada y que cuando nos quitaren libros no nos pueden quitar este libro, que es dicho por la boca de la misma Verdad, que no puede errar. Y pues tantas veces, como he dicho, decimos al dia el Paternóster, regalémonos con él y procuremos aprender de tan excelente Maestro la humildad con que ora y todas las demás partes que quedan dichas. Su Majestad me perdone, que me he atrevido a hablar en cosas tan altas. Bien sabe que no me atreviera yo, ni mi entendimiento es capaz para ello si su Majestad no me las pusiera delante.

5 (3) Pues, hermanas, ya parece no quiere diga más -porque no sé qué, aunque pensé ir adelante-, pues el Señor os ha enseñado el camino y a mi que en el libro pusiese -que he dicho está escrito- cómo se han de haber llegadas a esta fuente de agua viva, y qué siente allá el alma y cómo la harta Dios y la quita la sed de las cosas de acá y la hace que crezca en las cosas del servicio de Dios; que para las que hubieren llegado a ella será de gran provecho y les dará mucha luz.

6 (7) Procuradle, que el padre fray Domingo Báñez, presentado de la Orden de santo Domingo, que, como he dicho, es mi confesor y es a quien daré éste, le tiene. Si éste va para que le veáis y os le da, también os dará el otro; si no, tomad mi voluntad, que con la obra he obedecido lo que me mandasteis; que yo me doy por bien pagada del trabajo que he tenido en escribir, que no por cierto en pensar lo que había de decir en lo que el Señor me ha dado a entender de los secretos de esta oración evangelical, que me ha sido gran consuelo.

Sea bendito y alabado sin fin, amén, Jesús.


Camino de Perfección 72