CALDERON-El segundo blasón del Austria






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Auto sacramental historial alegórico

El segundo blasón del Austria


Jesús     María     Joseph


PERSONAS
 
     FEDERICO, emperador.
ÁSPID.               
MAXIMILIANO, su hijo.
BASILISCO.
FE. PENSAMIENTO.
ESPERANZA. ALEGRÍA.
CARIDAD. UN SACERDOTE.
DEMONIO. ÁNGEL.
Villanos y músicos.




MÚSICA (Dentro.)   Pues es día de contento           
de placer y de alegría,
regocíjese la tierra,
que el cielo se regocija,
y gócese el día 5
al ver que la tierra
y el cielo compitan
lloviendo favores,
finezas y dichas.
DEMONIO Abra la infausta boca 10
del lóbrego bostezo de esta roca
y arrójeme violento
el pálido suspiro de su aliento
hoy del Alpe a las ásperas montañas
abortado embrión de sus entrañas, 15
y pues terror de aquestos horizontes
el bronce de la fama me disfama
cuando bruto monarca de sus montes,
rugiente león me llama,
suene a verdad el bronce de la fama, 20
no habiendo, aunque más vele, quien no llore
ver al león buscando a quien devore,
mayormente este día
que de sus moradores la fe pía,
como si en días hubiera diferencia, 25
de día de Dios le da por excelencia
el nombre, y a honra suya y pena mía
católica concurre su alegría
a ese desierto templo
que entre sus erizados riscos yace. 30
Mas ¿qué mucho, si nace
de su monarca el culto, que a su ejemplo
haga el vasallo lo que el dueño hace?
Y pues en él contemplo
nuevo austral enemigo 35
hoy he de ver si perturbar consigo
su devoción valiéndome en su ultraje
también yo de mi bruto vasallaje.
¡Oh, tú, que en los verdores
ya de las selvas, ya de los jardines, 40
bandido monstruo asaltas sus confines
brindando con equívocos colores
en la adelfa lo dulce del veneno
y lo amargo del tósigo en las flores,
tú que al conjuro cautelando errores, 45
aun más de astucias que de sañas lleno,
conservas defendido
de la tierra y la cola aquel sentido
que el paso a la voz cierra,
pues de un oído es la sordez la tierra 50
y la cola sordez del otro oído,
tú, en fin, que el escondido
áspid de aquel primer vergel eres...
ÁSPID Ése mi nombre y señas son ¿qué quieres?
 
(Sale ÁSPID.)
 
DEMONIO Que te vengas conmigo. 55
ÁSPID Ya sabes cuán veloz tus pasos sigo
siempre que en la campaña
contra el hombre ponemos
culebra, haciendo de los dos extremos
tú, león, la fuerza y áspid yo, la maña: 60
dime pues a qué extraña
presa tras ti me llevas.
DEMONIO A hacer de ti tan nunca vistas pruebas
que aun la voz que las dice las ignora.
Yo...; mas luego lo oirás: atiende agora. 65
¡Oh, tu, adúltero aborto
de quien el nacimiento no se sabe,
pues el ingenio más sutil absorto
aún no distingue si eres fiera o ave,
tú en cuya piel neutral especie cabe 70
con variedad tan suma
que a la facinación que el aire inflama
tal vez parece escama, tal vez pluma
y se queda sin ser pluma ni escama,
tú, cuyo horror tanto sus iras ama 75
que para más enojos
son sus iras la lumbre de tus ojos
tales que aún contra ti flechas tus iras
pues si primero matas al que miras
también primero el que te ve te mata, 80
tú, en fin ¡oh Basilisco!, en quien dilata
el furor duplicadas ambas penas...
 
(Sale el BASILISCO.)
 
BASILISCO Ése mi nombre y señas son ¿qué ordenas?,
que ya el viento calmado,
el mar embravecido, 85
el centro estremecido,
el monte titubeado,
todo tímido está, todo asustado
hasta ver contra quien mueves la saña
viendo juntar del Alpe en la montaña 90
a sombra de su más excelso risco
al Áspid, al León y al Basilisco.
ÁSPID Dinos pues tus intentos.
DEMONIO No sé si he de poder, mas oíd atentos.
Entre cuantos atributos 95
a Cristo dan ya divinas,
ya humanas letras, bien como
en voz activa y pasiva
da a entender el que le llamen
el camino y quien le guía, 100
la verdad y quien la enseña,
la vida y quien da la vida,
redentor y redención,
legislador y legista,
quien da la luz y la luz, 105
el rocío y quien le envía,
la nube y la lluvia de ella,
la fuente y el agua viva,
el artífice y el arte,
el médico y medicina, 110
el labrador y la mies,
el sembrador y semilla,
el racimo y el sarmiento,
el viñadero y la viña,
el cordero y el pastor, 115
el juez y la justicïa,
sin otras autoridades
cuyo número sería
proceder en infinito,
ninguna me atemoriza 120
sobresalta y estremece
más que aquella... aquí la vista
se perturba, titubea
el labio, la voz delira,
la lengua se me entorpece, 125
el cabello se me eriza
y el corazón, rey de todo,
tan desfallecido anima
que cuando más abrasadas
late con alas más tibias... 130
de cuyas autoridades
ninguna -otra vez lo diga-
más me aflige y atormenta,
desespera y precipita,
que aquella en que él mismo fue 135
el teólogo y teología,
y ministro y recipiente
de su carne y sangre misma,
el sacerdote y el ara,
la hostia y quien la sacrifica. 140
Este inescrutable emblema,
este incomprensible enigma,
cifra del poder de Dios
y tan soberana cifra
(que a poder tenerla el Ángel, 145
el Ángel tuviera envidia
del preste que le celebra
y el fiel que le comunica)
es la capital cabeza
de las siete de la hidra 150
que revisten en mi pecho
todo el volcán de sus iras,
y aunque es común para todos
la rencoriosa ojeriza
que contra tanto misterio 155
humo exhala y fuego espira,
hoy más en particular
me ofende por ser el día
que los católicos llaman
del Señor, y con festivas 160
aclamaciones le aplauden
de júbilos y alegrías,
mayormente en estos montes
que con el Austria confinan
que es donde tiene la fe 165
más vinculadas las dichas.
Dígalo la devoción
o el vaticinio lo diga
del gran Rodulfo de Austria.
Contarle se me permita, 170
por más sabido que sea,
que las heroicas noticias
tal vez faltaron calladas
y nunca sobraron dichas.
En la caza, pues, perdido 175
en la más obscura y fría
noche que vieron los Alpes
le amenazaron su ruina
con relámpagos las nubes,
los ríos con avenidas, 180
en cuyo conflicto siendo
su norte una mal distinta
luz, la siguió y halló que era
un sacerdote que iba
con el Sacramento al pecho 185
a una desierta alquería
a administrarle a un enfermo.
Apenas lo oyó su pía
devoción cuando arrojado
del caballo, la rodilla 190
en tierra, le adoró; luego,
poniendo al preste en la silla,
palafrenero de Dios,
el lampión que fue su guía
en la siniestra, y la diestra 195
en las camas de la brida,
descubierto a la inclemencia,
llegó donde recibida
la viática refacción,
con la reverencia misma 200
volvió a asistirle, que aunque
ya del pecho la reliquia
faltaba, del sacerdocio
ni faltaba ni podía
el carácter, para que 205
no le venere y le sirva
hasta dejarle en su iglesia,
que es esa pequeña ermita
del festejo de hoy, en cuya
amorosa despedida 210
el sacerdote le dijo
estas palabras; oídlas:
«Dios te honre como tú
le has honrado; Dios te asista
como tú le has asistido 215
y con su gracia infinita
te ampare como tú a mí
me has amparado y confía
en que te ha de pagar Dios
esta fineza con dichas 220
que en ti y en tu descendencia
se conserven sucesivas»,
dijo, y cumplió su palabra
Dios según desde aquel día,
ya en la paz con vasallajes, 225
ya en la guerra con conquistas,
todo fue felicidades,
hasta lograr que la invicta
cesárea imperial diadema
sus heroicas sienes ciña, 230
con que dando al vaticinio
honores de profecía
salió verdad: Federico,
de Austria archiduque lo diga,
cuarto nieto suyo, pues 235
siguiendo en todo su línea
también de archiduque de Austria
hoy el imperio domina,
de su fe heredero como
de sus cesáreas insignias. 240
Bien pensaréis que en él para
-según la fama publica
sus católicos blasones-
el ceño de su familia;
pues no, que Maximiliano 245
-no sé cómo lo repita-
hijo suyo y quinto nieto
de Rodulfo, es quien me obliga
a más temores, por ser
joven de cuya florida 250
primavera son las rosas
las virtudes que en él brillan:
fe, esperanza y caridad
no hay hora que no le asistan,
mayormente las que emplea 255
cada mañana en la misa
en cuya devoción tanto
se arrebata y fervoriza
contemplando los arcanos
misterios que significa 260
cualquier ceremonia de ella,
que le queda todo el día
del fervor de meditarlas
el gozo de repetirlas,
y siendo ansí que en memoria 265
del vaticinio es continua
estación que el día del Corpus
de todas estas campiñas
los rústicos moradores
concurran en esa ermita 270
con músicas y con danzas
-que a la devoción no implica
siendo en un jueves llorosa
el ser en otro festiva-
sabiendo que es en obsequio 275
de esa inmensa maravilla
que por aumento de gracia
llama el fiel Eucaristía,
con achaque de la caza
ha venido, conque a vista 280
suya licencias que suele
haber en las romerías
de no decentes cantares,
de no templadas bebidas
y viandas, de pendencias, 285
de vayas, bullas y gritas,
todas en quiete, no se oye
ni ve, a culto reducidas,
ni un baile que no sea honesto,
ni una voz que no sea digna, 290
conque porque no se quede
su celo sin mi malicia,
de ese callado volcán
he reventado la mina,
llamándoos a fin de que, 295
ya que, como dije, asistan
fe, esperanza y caridad
a ese joven, las compitan
León, Áspid y Basilisco.
Veamos, jurada la liga, 300
si en buen duelo, tres a tres
generosamente lidian.
Tú, Basilisco, pues tienes
tus venenos en la vista,
y a tu oposición la fe 305
en no tenerla confirma
sus méritos, contra ella
te prevén pues es precisa
la lid entre dos que tienen
armas para muerte o vida, 310
uno porque mira cuando
el otro porque no mira.
Tú, Áspid, pues que tus victorias
en la cautela se fían
cuando emboscada entre flores 315
tu ardiente ponzoña vibras,
prevén contra la esperanza
la astucia, que nadie quita
en la campaña al ardid
ser primor de la milicia, 320
que aunque es la esperanza en Dios
la flor de la siempreviva,
en metáfora de flores
la más brillante y más linda,
a la asechanza del áspid 325
que en ella escondido habita,
o el veneno la inficiona
o el aliento la marchita.
Yo, pues es la caridad
amor de Dios, y en mi envidia 330
no hay amor que no sea odio,
voluntad que no sea ira,
como león y dragón,
que en mí es una cosa misma,
de mis garras y mis presas 335
esgrimiré las cuchillas
hasta que la caridad
su amor a mi saña rinda.
Este es el duelo a que hoy
mis temores os animan, 340
mis sentimientos os mueven,
mis rencores os incitan,
mis cóleras os invocan,
mis armas os acaudillan,
y mis venganzas, en fin, 345
en su bandera os alistan.
Veamos si en mental batalla
de doméstica conquista,
contra la fe, la esperanza
y la caridad, militan 350
León, Áspid y Basilisco.
¿Qué importa que David diga
que el viador que en esperanza,
caridad y fe camina,
sobre dragón y león, 355
basilisco y áspid pisa?
ÁSPID Tanto, rugiente monarca
de los montes, participa
mi rencor de tus rencores,
que ofrezco de parte mía 360
el triunfo de la esperanza
con maña tan exquisita,
que sea el ardid conservarla
primero que destruirla,
pues como ladrón de casa 365
cuando entre flores me finja,
a imitación del primero
jardín, será esfera mía
el segundo paraíso,
vergel de la ley escripta; 370
en él, pues, el hebraísmo
mis lisonjeras caricias
avenenarán de suerte
que negando la venida
de Cristo, con la esperanza 375
de que ha de venir, persista
en negar sus sacramentos,
conque el de la Eucaristía,
en su esperanza negado
hallarás, que aunque es distinta 380
esperanza una de otra,
conviene que mi nociva
cicuta la una conserve
para que a la otra compita;
con que el Áspid desde aquí 385
en frase de alegoría,
símbolo del judaísmo
será.
BASILISCO       Con esa acción misma
yo, pues es ciega la fe,
poniendo en ella la mira 390
de mi prespicaz veneno,
procuraré prevertirla
entrando por el oído
su tósigo a persuadirla
no crea lo que no ve, 395
a cuyo efecto, valida
mi saña de varios dogmas
que sutiles contradigan
la real asistencia de ese
vivo pan y sangre viva, 400
vendrá a ser el basilisco,
inficionando la vista
que no cree lo que no ve,
símbolo de la herejía.
DEMONIO Pues ya que ambos a las dos 405
las declaráis enemigas,
yo a la caridad opuesto,
declararé la osadía
del que negando que hay Dios
símbolo es del ateísta, 410
conque mi aborrecimiento
veréis que rayos fulmina
contra su amor y el de cuantos
los aplausos solemnizan
de ese alto sacramento, 415
por más que a voces repitan:
MÚSICA (Dentro, a lo lejos.)   Pues es día de contento,
de placer y de alegría,
regocíjese la tierra,
que el cielo se regocija 420
y gócese el día
de ver que la tierra
y el cielo compitan
lloviendo favores,
finezas y dichas. 425
ÁSPID Ya todos, la ceremonia
eclesiástica cumplida,
vuelven al valle y al baile
festejando su armonía
a Maximiliano en tropas 430
por todo el campo esparcidas.
BASILISCO Para mezclarnos con ellos
forzoso será seguirlas.
DEMONIO Y forzoso, pues llevamos
ya en la mente introducida 435
la alegórica ficción,
para no ser conocida
nuestra cautela, que el arte
diabólico que os inspira,
en aparentes objetos 440
de labradores nos vista.
BASILISCO Dices bien.
ÁSPID                  Por esta parte
como gente advenediza
que a la fama del festejo
viene de distantes villas 445
al encuentro les salgamos.
DEMONIO Y porque mejor se finja
venir al festejo, nuestras
voces con las suyas digan:
ELLOS Y MÚSICA Pues es día de contento, 450
de placer y de alegría,
regocíjese la tierra,
que el cielo se regocija
y gócese el día
de ver que la tierra 455
y el cielo compitan
lloviendo favores,
finezas y dichas.
 
     (Con esta repetición se entran los tres, y salen en tropa los Músicos, vestidos de villanos, y entre ellos, de pastoras, la FE, la ESPERANZA y la CARIDAD, la ALEGRÍA y el PENSAMIENTO, un sacerdote anciano, y detrás de todos, MAXIMILIANO, Archiduque, vestido a lo flamenco, bailando todos delante de él.)
 
ESPERANZA (Cantado.)   Gócese el día en que goza
la esperanza que la risa 460
del alba cuaje el rocío
en la piel más tersa y limpia.
MÚSICA Gócese el día.
CARIDAD Gócese el día en que ve
la piedra de un tronco herida 465
dar la caridad el agua
más pura y más cristalina.
MÚSICA Gócese el día.
FE Gócese el día en que logra
ver la fe que se destila 470
miel en boca de león
que vírgenes flores liban.
MÚSICA Gócese el día.
(ALEGRÍA) Gócese el día que el pan
de la caridad nos quita 475
el hambre, y el día que el vino
de la caridad nos brinda.
MÚSICA Gócese el día.
 
(Salen DEMONIO, ÁSPID y BASILISCO de villanos.)
 
LOS TRES ¿«Gócese el día»?
TODOS Y LA MÚSICA De ver que la tierra 480
y el cielo compitan
lloviendo favores,
finezas y dichas.
PENSAMIENTO ¿Qué gente, Alegría, es aquesta
que en tu baile entremetida 485
ves?
ALEGRÍA       No sé, Pensamïento,
que jamás de mí fue vista.
¿Pero qué mucho, si hay
tantas aldeas vecinas
que haya alguna que no sea 490
de nosotros conocida?
(PENSAMIENTO) Pardiez, ella buena gente
puede ser, pero malditas
cartas traen de favor
en las fachadas escriptas. 495
CARIDAD Y ESPERANZA Dinos, Fe, qué gente es ésta.
FE Ella, virtudes divinas,
lo dirá, que por sus obras
-sagrado texto lo explica-
se conoce el lobo aunque 500
la piel de oveja se vista.
ÁSPID Virtudes y labradores
todos con ceño nos miran.
DEMONIO Las virtudes como siempre
pierden los vicios de vista 505
dudan el disfraz, mas no
por eso temáis que digan
quién somos mientras que Dios
éste u otros nos permita.
(A todos.)   Porque lleguemos nosotros 510
llamados de la festiva
celebridad vuestra, no
cese el baile.
PENSAMIENTO  Pues prosiga
MÚSICA Y TODOS Gócese el día
al ver que la tierra 515
y el cielo compitan
lloviendo favores,
mercedes y dichas.
MAXIMILIANO No sé cómo encareceros,
amigos, cuánto os estima 520
mi devoción vuestro celo.
Muy vieja está vuestra ermita
y desmantelada; yo,
de su amenazada ruina
mandaré que se repare 525
y enviaré a su sacristía
ornamentos que la tengan
menos pobre, si no rica
tanto como yo quisiera.
SACERDOTE Mil siglos, gran señor, viva 530
vuestra gran piedad.
MAXIMILIANO             ¿Sois vos
el preste que en ella habita?
SACERDOTE Sí, señor.
MAXIMILIANO               Por vuestro güésped
me tened, que mi venida
ha de ser a esta estación 535
desde agora muy continua.
Da razón, conque el afecto
no se glose a hipocresía,
que soy inclinado a caza
y me dicen que la crían 540
muy abundante estos montes.
SACERDOTE ¿A qué príncipe no inclina
su noble divertimiento
tan digno de las fatigas
que traen consigo las reales 545
tareas?, y si mi dicha
os mereciere tal vez
honrarme, quizá algún día,
aunque pobre sacerdote,
en más que pensáis os sirva. 550
MAXIMILIANO Quedad en paz; avisad
a los monteros me sigan
que hacia la falda de aquese
monte que al cielo confina
tanto que si es cumbre o nube 555
su extremo no se divisa,
me hallarán.
 
(Sale el ÁNGEL.)
 
ÁNGEL Ya está, señor,
dispuesta allá la batida,
que como guarda soy tuya
en el monte prevenida 560
la dejé, aunque con temor
de las fieras que le habitan.
MAXIMILIANO Todo es lo que Dios quiere.
ÁNGEL Tal vez quiere Dios que aflijan
penas al justo porque 565
se conviertan en delicias
acrisoladas al fuego
de su amor.
SACERDOTE                   Si mi osadía
se atreviera a suplicaros...
MAXIMILIANO ¿Qué os turba? ¿Qué os desconfía? 570
Pedid, ¿qué queréis?
SACERDOTE              Que no
salgáis, señor, tan aprisa
al monte, porque los aires
que al filo del mediodía
corren, cuando más ardiente 575
el sol derrite la riza
nieve de las cumbres, tanto
destemplan su helado clima,
que pastores y ganados
en su mutación peligran. 580
Esperad que caiga el sol,
que aun al sol cuando declina
le pierden el miedo cuantos
le ven que va de caída.
TODOS Lo que él te suplica todos 585
a tus plantas te suplican.
MAXIMILIANO A tan noble ruego ingrata
mi benignidad sería
si no respondiese a él
afable y agradecida, 590
y así a la sombra de aquestas
verdes hiedras que tejidas
de olmos, sauces y laureles,
les sirven de celosías,
mi dosel siendo sus copas 595
y sus riscos mi real silla,
esperaré hasta que el sol
 
(Siéntase en un peñasco.)
 
hiera con luces más tibias.
¡Oh, Señor, quién ponderara
los misterios de la Misa 600
que acabo de oír!
ÁNGEL         Di que el cielo
te escucha pues que te inspira.
MAXIMILIANO Llora Adán de su patria desterrado
y el preste fuera del altar le imita:
de promisión la tierra solicita 605
en llegarse al altar significado.
Clama el imbo y en lágrimas bañado
a los quiries que Dios piadoso admita;
sigue la gloria y de la ley escripta
trueca el Misal con la de gracia el lado; 610
ofrece al Padre en agua y vino unida
divinidad y humanidad, y Santo
de Ángeles con el coro le apellida;
ora un memento, y siendo sangre el llanto,
señal de muerte en la hostia es pan de vida... 615
¡Oh cuánto hay que admirar, oh cuánto, oh cuánto!
SACERDOTE ¡Qué suspenso le ha dejado
alguna melancolía!
PENSAMIENTO ¿Qué haremos para que esté
divertido?
ALEGRÍA                Que prosiga 620
el baile.
TODOS             De baile vaya.
MAXIMILIANO Dejad fiesta tan prolija.
Mejor será que sentados
todos en esta florida
estancia, descanséis, que ésta 625
es licencia permitida
que da el campo. Sentaos pues.
PENSAMIENTO Necio será el que replica
al amo cuando le manda
lo mismo que él se codicia. 630
VIRTUDES Vamos tomando lugares.
PENSAMIENTO Vos, gente recién venida,
¿no os acomodáis?
LOS TRES           Si dais
licencia.
PENSAMIENTO              Eso no es pedirla
sino tomarla.
MAXIMILIANO ¡Oh, Señor, 635
cuál el ser mejor indicia
la sencillez en los montes
que el fausto en las monarquías.
ÁNGEL ¡Oh cuánto campo descubre
el teatro de la vida 640
el día que en una escena
vicios y virtudes cifra.
ALEGRÍA Ya que esto es sólo hacer tiempo,
porque no haya en todo el día
hora ociosa que no sea 645
motivo de mi alegría,
Pensamiento, inventa un juego
que procure divertirla.
PENSAMIENTO Sí haré, si me das licencia.
MAXIMILIANO Tú la tienes sin pedirla. 650
PENSAMIENTO Pues no ha de ser inventado,
sino un juego que en la aldea
suele jugarse otras veces.
TODOS ¿Cómo es?
PENSAMIENTO                  De aquesta manera.
Yo he de preguntar si uno 655
dejara de ser, qué fuera
poniéndolo en su elección,
y él me ha de dar la respuesta
en razón fundada; luego,
porque más sainete tenga 660
ha de explicarse en un mote
tal que la música pueda
repetirle, y en no siendo
la razón que diere buena
todos le han de dar la vaya 665
y él cumplir la penitencia
que el preste, que ha de ser juez,
le señale.
TODOS               Norabuena.
PENSAMIENTO Pues vaya de juego y vaya de fiesta.
MÚSICA Vaya de juego y vaya de fiesta. 670
PENSAMIENTO Y el que errare que cumpla la penitencia.
Vos, bellísima zagala,
que os sentasteis la primera,
si dejárais de ser ¿qué
quisierais ser?
ESPERANZA    Quisiera 675
ser la más humilde espiga
de cuantas en todas esas
mieses dora el sol.
PENSAMIENTO            ¿Por qué?
ESPERANZA Porque es la planta que puesta
la esperanza solo en Dios, 680
vive de su providencia.
A todas las demás plantas,
aunque todas viven de ella,
las siembra el agricultor,
y avaramente en la tierra 685
las guarda y, causa segunda,
las fertiliza, las riega,
las cerca, limpia y escarda
hasta que nazcan y crezcan,
pero la espiga inmediata 690
a Dios, no sólo encubierta
la esconde el labrador, pero
la arroja, que no la siembra,
¿que más puede la esperanza
fiar de Dios que ver que puesta 695
toda su hacienda en su mano,
da al aire toda su hacienda;
y demás de la esperanza
de que Dios le cuide de ella,
le queda la de que puede 700
ser su dicha tan inmensa
que de ella se amase el pan
de aquella cándida oblea
que no consagrada diga
como remota materia: 705
(Canta.)   «aunque no es mío el poder
ni soy el hijo del Padre,
ni nací de virgen madre
ni soy Dios, lo puedo ser».
TODOS Y MÚSICA Viva el placer 710
y sólo a la espiga cuadre
que sin ser suyo el poder
ni nacer de virgen madre
ni ser Dios, lo puede ser.
PENSAMIENTO Vos, extranjero pastor, 715
¿qué quisierais ser?
ÁSPID            Si fuera
posible no ser quien soy
y ser lo que yo quisiera
fuera la palma.
PENSAMIENTO    ¿Por qué?
ÁSPID Porque es la palma la reina 720
de todas las demás plantas
y más a la espiga opuesta:
ella en una débil caña
nace tan a la inclemencia
que cualquier aura la dobla 725
y cualquier cierzo la hiela;
la palma robusta tanto
resiste a las inclemencias
que aún con el peso oprimida
mas que se agobia, se alienta. 730
Tener la espiga esperanza
de que puede ser que sea
Dios, para no conseguirla,
mejor fuera no tenerla,
como la palma que no 735
da su fruto a quien la siembra
y la edad de su esperanza
a siglos de siglos cuenta
mantenida en que es forzoso,
aunque ahora tarde, que venga 740
a dar su esperado fruto.
MAXIMILIANO Calla, no prosigas, cesa,
porque esperanza que a siglos
se mide parece hebrea
esperanza, que en traiciones 745
de escondido áspid intenta
que en las flores de un festejo
pasen las burlas a veras.
Prosiga el juego.
ÁSPID        ¡Ay de mí
que al mirarle el alma tiembla! 750
ÁNGEL ¡Oh, batalla de virtudes
y vicios, lo que me cuestas!
TODOS Y MÚSICA Vaya, vaya, el que necio la elección yerra;
déle el sacerdocio la penitencia.
SACERDOTE La penitencia será 755
el que la esperanza pierda
y quede con la esperanza
porque a un mismo tiempo sea
no tenerla su castigo
y su castigo tenerla. 760
TODOS Y MÚSICA Vaya, vaya, y cumpla la penitencia.
PENSAMIENTO Si vos dejarais de ser
qué fuérades decid.
FE            Fuera,
pues ya a la espiga eligió
la esperanza, en competencia 765
suya yo la vid.
PENSAMIENTO    ¿Por qué?
FE Por ser más humilde que ella,
que ella por lo menos ya
bien que en débil caña tierna,
de la tierra se levanta, 770
mas la vid al tronco presa
nace, crece y fructifica
arrastrando por la tierra,
y en cuanto a que la esperanza
de ser pan y que el pan sea 775
viva carne (que sin sangre
no fuera viva), me deja
para que sea sangre el vino
segura la consecuencia
y el mérito de que viendo 780
la fe pan y vino crea
carne y sangre con que puedo
decir con su razón mesma
(Cantando.)   que si la esperanza cree
lo que espera ver, yo creo 785
lo que oigo pues ya lo veo
con los ojos de la fe.
MÚSICA Y TODOS De todos diga el deseo
que si la esperanza cree
lo que espera ver, yo creo 790
lo que oigo pues lo veo
con los ojos de la fe.
PENSAMIENTO ¿Vos que quisiérades ser?
BASILISCO Si yo elegir ser pudiera
ni fuera espiga ni vid, 795
humildes plantas pequeñas;
antes en su oposición
escabroso espino fuera.
PENSAMIENTO ¿Por qué?
BASILISCO                Porque en la elección
de aquella rústica dieta 800
que los árboles hicieron
a elegir rey, la soberbia
de verse armado de espinas,
arqueros de su defensa,
fue sólo el que se atrevió 805
a tan gloriosa tarea
como reinar y el día que
yo rey de las plantas fuera,
a la espiga y a la vid
mandara que no creyeran 810
lo que no ven, porque ¿cómo
puede la vista que llega
a ver pan y vino, dar
fe ni esperanza que sean
carne y sangre, y cuando...
MAXIMILIANO                       Calla 815
que también esa propuesta
hija es de la apostasía
y antes que...
BASILISCO                   ¡Qué ansia, qué pena!
MAXIMILIANO Pero ¿qué digo? Reprima
mi justo enojo, no sea 820
que éste espante a los demás
protestantes que desea
mi padre echar de Alemania.
Disimule, el juego vuelva.
TODOS Y MÚSICA Vaya, vaya, el que necio la elección yerra; 825
déle el sacerdocio la penitencia.
SACERDOTE Quien no cree lo que no ve
y pone toda la fuerza
de su veneno en la vista,
apóstata se semeja 830
el basilisco, que el aire
con sólo mirar infesta,
y así a fuer de basilisco
le condeno a que se vea
en una fuente porque 835
la vista a su vista pierda.
TODOS Y MÚSICA Vaya, vaya, y cumpla la penitencia.
PENSAMIENTO ¿Vos...
CARIDAD          Antes que tu pregunta
llegue, llegue mi respuesta:
yo ser quisiera una fuente 840
clara, pura, limpia y tersa
perene raudal de gracia
en que aquese áspid se viera
no porque muriera al verse,
sino porque al verse viera 845
su fealdad y ella lograse
la caridad de la enmienda,
no sólo en él sino en toda
la humana naturaleza,
cuando en su cristal lavadas 850
las manchas transcender pueda
a lograr los dulces frutos
de espiga y vid con fe cierta
de que en ella confirmada,
después de la Penitencia 855
la Comunión le dé el Orden
Sacerdotal, cuya excelsa
dignidad el Matrimonio
propague en su descendencia
siempre católica hasta 860
acompañarla en la extrema
necesidad, siendo, en fin,
mi clara fuente la puerta
del fiel para todos siete
Sacramentos de la Iglesia 865
diciendo bien como Amor
de Dios por su boca mesma,
(Cantando.)   venid a donde os reciba
la caridad, que a merced
suya para toda sed 870
es la fuente de agua viva.
TODOS Y MÚSICA Con festiva
ansia, mortales, corred
y venid donde os reciba
la caridad, que a merced 875
suya para toda sed
es la fuente de agua viva.
PENSAMIENTO ¿Vos?
DEMONIO          No a mí me preguntéis
que no os he de dar respuesta.
PENSAMIENTO ¿Por qué?
DEMONIO                Porque yo no puedo 880
desear ser lo que no sea
volverme a ser lo que soy,
que es inflexible mi esencia
y si hubiera de escoger
nuevo ser, sólo escogiera 885
el ser Dios o como Dios.
MAXIMILIANO ¡Reviente aquí mi paciencia!
Pues ¿cómo, blasfemo...
ÁNGEL                   Aguarda,
que castigar su soberbia
a mí me toca, que soy 890
tu real guarda en estas selvas.
Bárbaro ¿quién como Dios?
DEMONIO Tente, tente, que me acuerdas
en esta aparente lid
tu victoria y mi tragedia; 895
mas no me doy por vencido,
que si Dios me da licencia
o he de acrisolar la fe
de Austria o acabar con ella
de una vez en este joven 900
pues sólo en él se conserva
la subcesión de su real
católica descendencia.   (Vase.)
MAXIMILIANO Seguidle todos, seguidle.
ÁNGEL Tras él iré hasta que vea 905
el término a que le alarga
Dios la arrastrada cadena
para mayor gloria suya.
ÁSPID Áspid soy, entre estas hierbas
(Escóndese.)   me esconda, no contra mí 910
todo este furor se vuelva.
BASILISCO Huya el basilisco donde
ni sea visto ni le vean.
CARIDAD ¡Qué espanto!
FE   ¡Qué confusión!
ESPERANZA ¡Qué asombro!
TODOS (Dentro.)       ¡Guardá la fiera! 915
MAXIMILIANO ¿Qué nuevo estruendo es aqueste?
UNOS ¡Al monte!
OTROS                  ¡Al valle!
OTROS             ¡A la selva!
MAXIMILIANO Alguna fiera ha caído
en la batida. ¿Qué espera
mi valor? Dadme un venablo, 920
que él ha de ser quien la venza
y no hará nada, pues ya
perdido el recelo lleva,
en las fieras que ha lidiado
aquí, a todas cuantas fieras 925
los ceños del Alpe aborte.
VOCES (Dentro.)   Al monte, al valle, a la selva.
ÁSPID Ya que yo áspid escondido
he quedado, y la maleza
del bosque entre su espesura 930
me da el paso, sin más senda
que la que abra mi osadía
siempre de ramas cubierta,
de la batida he de ver
el efecto; ya desde esta 935
parte descubro la más
enmarañada aspereza
de la falda de este Adlante
que la cerviz de la tierra
con su pesadumbre oprime, 940
que con su estatura estrecha,
el aire, nubes y cielos
asalta con su soberbia.
UNOS (Dentro.)   ¡Monteros!, ¡al monte!
OTROS                                    ¡Al llano!
TODOS ¡Pastores, guardá la fiera! 945
ÁSPID ¿Qué miro? Parto feroz
de las más incultas breñas
un león sale y para mí,
que no hay reservadas señas,
revestida en él está 950
de otro león la fiereza,
si ya no es que esté imitada
en fantástica apariencia,
pues según exhala fuego
su anhélito, y según muestra 955
sólo a mi vista, que a rayos
la desmelenada greña
le está forjando las armas
de sus garras y sus presas,
mortal espíritu es 960
el que en él asiste.
MAXIMILIANO          Espera,
bruto rey de estas montañas,
que aunque tan solo me dejan
no has de alabarte de que
a tu horror la espalda vuelva. 965
¿Cómo, si eres noble, huyes?
Mas yo, aunque valor no sea
seguir al que huye, no obstante,
más que por fama por tema
te he de seguir hasta que 970
de este venablo sangrienta
la cuchilla tremolada
en tus entrañas se vea,
por más que veloz te encumbres
en la impenetrable cuesta 975
de estos intrincados riscos.
ÁSPID ¡Qué valor! Con él se entra
hasta las nunca pisadas
estancias de humana güella.
Perdidos de vista ya 980
no se divisan. ¡Quién fuera
águila para volar
tan alta que lidiar viera
el nunca pensado duelo
en campaña tan desierta 985
que enmarañada de nubes
aun el sol no puede verla.
Veré si desde otra parte
algo descubro.
MAXIMILIANO     Ya en esta
cumbre no hay a dónde huyas. 990
En pie se ha puesto y me espera
desafiándome a brazos,
cuerpo a cuerpo y fuerza a fuerza.
Tener pavor no es tener
temor y cuando lo sea, 995
valor es tener temor;
quien tenido le desprecia:
arrojado este venablo
lo diga; llega, pues llega
que ya en las armas iguales 1000
estamos.
DEMONIO              Pues me destierran
a mis abismos sus montes,
sus montes tras mí se vengan,
que a mis rencores les basta
dejarle a las inclemencias 1005
donde al hambre, sed y hielo
desesperado fallezca.
 
(Luchan los dos, húndese el monte con el león, quedando en la cumbre MAXIMILIANO y suena dentro ruido de terremoto.)
 
UNOS (Dentro.)   ¡Qué asombro!
OTROS                       ¡Qué confusión!
OTROS ¡Qué desdicha!
OTROS     ¡Qué tragedia!
MAXIMILIANO Valedme, cielos, que a tanto 1010
prodigio como que vea
que no sólo entre mis brazos
el monstruo se desvanezca,
sino que a su pavoroso
rugido los montes tiemblan 1015
despedazándose a trozos,
risco a risco, y peña a peña,
no hay fuerza que no desmaye,
valor que no se estremezca
¿Qué es esto, cielos? Mas ¿cómo 1020
el pasmo saberlo intenta,
si aún cobrado de él no habrá
discurso que lo comprenda,
y pues el bajar de aquí
es la primer diligencia 1025
reconoceré por dónde,
(ya que por aquí no hay senda)
podré descender al valle.   (Vase.)
VOCES (Dentro.)   Al riesgo de tan deshecha
fortuna, entrar en su busca 1030
procure la lealtad nuestra.
SACERDOTE (Dentro.)   Llamadle, por si los cielos
nos permiten que parezca.
UNOS Príncipe invicto del Austria.
OTROS Dueño nuestro.
 
(Sale FEDERICO, Emperador, con algunos de acompañamiento.)
 
OTROS      Augusto César. 1035
TODOS Glorioso Maximiliano.
FEDERICO Cielos ¿qué voces son estas
y qué precipicio aquél
con que un monte se despeña
de otro monte? Mal el Alpe 1040
me agradece la fineza
con que a él vengo cuidadoso
de que tanto se detenga
Maximiliano en su caza,
pues ha esperado a que sea 1045
testigo yo de su ruina.
TODOS Al llano, al valle, a la selva.
FEDERICO Y más cuando porque añada
el dolor de oírla al de verla,
todo es lamentos el aire 1050
y todo estragos la tierra.
¿Qué habrá subcedido?
ÁSPID (Sale.)                          Ya
que ha logrado su fiereza
el león, tiempo es de que
logre el áspid su cautela, 1055
y pues uno al desamparo
es preciso morir, muera
otro al dolor. (Alto.) ¡Qué desdicha,
qué lástima!
FEDERICO Aguarda, espera
¿qué es eso villano?
ÁSPID             ¿Qué 1060
quieres, gran señor, que sea
sino la mayor desgracia
que se escribe ni se cuenta
ni en las láminas del tiempo
ni de la fama en las lenguas. 1065
Maximiliano... no puedo
proseguir.
FEDERICO                Por mal que empiezas
peor acabas, pues que quieres
que en copa penada beba
el veneno. Di, prosigue. 1070
ÁSPID Tras una ignorada fiera
en el monte se enfoscó
sin que ninguno pudiera
seguirle, al tiempo que el monte...
FEDERICO No lo digas, ¡qué desdicha!; 1075
en sus fragmentos lo dice
su caduca ruina envuelta.
¡Ay infelice de quien
siente el sentir que no sienta
tan gran pena que no muere 1080
a manos de tan gran pena!
¡Oh montes de Alpe, mejor
montes de Gelboé, dijera
con David, sobre vosotros
ni el cielo su rocío llueva, 1085
ni haya flor, ni fruto, ni
la luz del sol amanezca,
que si la nobleza allá
de Israel murió, la nobleza
del Austro aquí, pues...
BASILISCO (Sale.)                        En vano, 1090
gran señor, te desconsuelas
que Maximiliano vive.
FEDERICO ¿Qué dices?
BASILISCO Que porque veas
cuán piadosa con él anda
la fortuna, en la eminencia 1095
de la cumbre, que quedó
de su precipicio exenta
lo prespicaz de mi vista
le ha alcanzado a ver por señas,
que anda por ella buscando 1100
la bajada que no encuentra.
FEDERICO ¿Cómo que no? Ahora los brazos
en albricias de tal nueva
toma y espera mayores
mercedes en recompensa. 1105
Seguidme todos que yo
por él subiré a que sepa
que hay por adonde yo suba
paso para que él descienda.   (Vase.)
BASILISCO ¿Cómo es posible que cuando 1110
mi furor matarle intenta
con el dolor de que muerto
su hijo entre esas ruinas crea
con las nuevas de que vive
tú a darle consuelo vengas? 1115
ÁSPID ¿Qué consuelo, si no es
posible le favorezca
humano poder a donde
tan desamparado queda,
que sin poder socorrerle 1120
de hambre y sed morir es fuerza?
(Dentro.)   Imposible es la subida.
 
(Sale DEMONIO.)
 
DEMONIO Dice bien ¿qué mayor pena,
que nadie hasta agora tuvo,
que ver que de hambre perezca 1125
lo que amó, y que a mí me sobra
lo que a él no le remedia?
Dígalo de tanta gente
inútil la diligencia
con que afligidos a todas 1130
partes la montaña cerca
sin poder hallar subida,
según tajadas las peñas
quedaron impenetrables
al risco que le conserva. 1135
Pues porque no sospechosos
nos hagamos, la deshecha,
ya que aparentes visibles
nos hizo la industria nuestra,
sus quejas con los demás 1140
digamos, al oír sus quejas.
 
(Vanse.)
 
TODOS Imposible es el socorro.
FEDERICO ¡Qué ansia!
TODOS                  ¡Qué angustia!
MAXIMILIANO (En lo alto del monte.)  ¿Qué pena
pudo igualarse a la mía,
pues efímera parece, 1145
que con el día amanece
y fallece con el día.
La poca cumbre que ha sido
en mi deshecha fortuna
tabla del naufragio, una 1150
y mil veces he corrido
sin que vereda ni indicio
de bajada en ella vea
que temeridad no sea,
que no sea precipicio 1155
en que católico yo
como tal debo advertir
que nací para morir
mas para matarme no,
porque mi vida no es mía: 1160
Dios me la dio y si Él permite
que este pasmo me la quite
y con él por ella envía
cúmplase su voluntad,
que yo con ella la doy 1165
muy conforme, que aunque estoy
en tan yerma soledad
donde aún la hierba no puede
mantenerme como a un bruto,
ni de una fuente el tributo 1170
alivio a la sed concede,
ni un árbol que me haga sombra
u abrigo al sol que me abrasa
u al aire que me traspasa,
nada me aflige ni asombra, 1175
porque sólo el sentimiento
que en mí dura es el morir
sin que pueda recibir
aquel alto sacramento
que con tanta fe adoré; 1180
pero si yo mereciera
esa piedad, blasón fuera
de los triunfos de la fe,
no mérito... mas ¡ay, cielos!,
¿cómo ha de poder subir 1185
el preste, ni quien oír
mis últimos desconsuelos,
si el aire que aquí veloz
siempre corre, que es su media
región, para más tragedia 1190
me desvanece la voz?
¿Cómo, pues, pediré yo
que me le traigan al valle
para que pueda adoralle,
ya que recibille no, 1195
y más a la hora que el día,
transponiendo el horizonte
va dejando prado y monte
a la obscura noche fría,
conque aun el poco consuelo 1200
que de ver gente tenía,
presumiendo que podría
ser que encontrase su anhelo
subida al monte, me falta
con la esperanza pequeña 1205
de que entenderían mi seña
desde una cumbre tan alta.
Mas no por eso el cruel
estado en que ahora me veo
descaezca en el deseo 1210
de haber de morir con él.
Daré voces, que quizá
no habiéndome hasta aquí oído,
con la quietud que sin ruido
la noche al silencio da 1215
podrá ser que repetida
del eco alguna razón
acuda a mi devoción
que importe más que a mi vida.
¡Ah del valle!
 
(Sale FEDERICO y criados.)
 
(FEDERICO)     Para mí 1220
no hay consuelo en tan terrible
pena, al ver cuán imposible
es el socorro, y así
a solo Dios apelemos.
Acudid a la ciudad, 1225
a que su inmensa piedad
con religiosos extremos
de una común rogativa
y sacrificios, nos dé
algún ingenio con que 1230
pueda treparse esa altiva
cumbre, que a cualquier persona
que halle medio en su favor
ofrece darle mi amor,
la mitad de mi corona. 1235
1.º ¿Quién en tan grande aflicción,
señor, en el mundo hubiera
que por su vida no diera
la mitad del corazón?
2.º Y pues la noche ha cerrado 1240
tan lóbregamente fría
hasta que amanezca el día
para volver al cuidado
de ver si vencerse puede
la altura, a esa pobre ermita 1245
recogerte solicita.
FEDERICO Ningún descanso concede
tan grande pena. De aquí
no me tengo de apartar.
Días y noches estar 1250
tengo, ¡ay infeliz de mí!,
en esta falda hasta que
o le vea socorrido
o él a mí me vea rendido
también a la muerte, en fe 1255
de que en ella acompañalle
supe, pues si él muere no
es posible vivir yo.
MAXIMILIANO Clame otra vez: ¡Ah del valle!
FE ¡Ah del valle!
ESPERANZA   ¡Ah del valle!
CARIDAD                        ¡Ah del valle! 1260
FEDERICO ¿Habéis oído algunos ecos?
1.º Sí, señor.
2.º               Dentro han sonado
del monte.
FEDERICO                 Habránse quedado
en la ruina algunos güecos
en que resuena la voz 1265
de alguien que distante se halle
y dice a otros.
MAXIMILIANO   ¡Ah del valle!
FE ¡Ah del valle!
ESPERANZA  ¡Ah del valle!
CARIDAD                       ¡Ah del valle!
FEDERICO Y vuelve a decir la voz...
MAXIMILIANO Oíd.
FE        Oíd.
MAXIMILIANO              Escuchad.
ESPERANZA           Escuchad. 1270
MAXIMILIANO Atended al lamento.
CARIDAD Atended al lamento.
LAS TRES Oíd, escuchad, atended al lamento.
MAXIMILIANO Y dígale el eco.
FE      Dígale el eco.
ESPERANZA Dígale el eco.
CARIDAD   Dígale el eco 1275
aunque el viento lo calle.
LAS TRES ¡Ah del valle:
oíd, escuchad, atended al lamento
y dígale el eco
aunque el viento lo calle. 1280
TODA LA MÚSICA ¡Ah del valle, ah del valle, ah del valle!
MAXIMILIANO Oíd, atended, escuchad mi lamento.
1.º (Y) 2.º ¿Qué voces estas serán
que oímos y no conocemos?
FEDERICO Otra vez las escuchemos 1285
quizá ellas nos lo dirán.
MAXIMILIANO Si la lealtad o el valor
mi vida intenta, no sea,
vasallos, la que desea
mi amor sino vuestro amor; 1290
yo muero desfallecido
más que del susto al espanto,
del sol y el aire al quebranto,
al hambre y la sed rendido.
Traedme al alto Sacramento, 1295
porque estoy para expirar,
donde le pueda adorar,
pues sólo con ese intento
a despecho del vïento
dije por más que él lo calle: 1300
¡Ah del valle!,
oíd, atended, escuchad mi lamento.
FEDERICO De Maximiliano es
la voz, si ya no el deseo
la finje en mi devaneo. 1305
¿Responderéle? Sí, pues
no en vano mi amor confía
que su voz misterio incluya,
y que quien me tray la suya
también llevará la mía. 1310
¡Ay infelice hijo mío,
quién en desdicha tan fiera
enviarte envuelta pudiera
en el llanto que te envío
alma y vida!
MAXIMILIANO Ya, señor 1315
y padre, mi ansia no es
ansia, sino dicha, pues
es para mí la mayor
el que tu bendición lleve:
ésta te pido y te ruego 1320
que hagas que me traigan luego
el Sacramento, que es breve
el término de mi vida
y ya que sacramental
no puedo, espiritual 1325
comunión es bien que pida.
FEDERICO Si algún consuelo pudiera
tener en tanta aflicción,
ver en ti la devoción
de tus abuelos lo fuera 1330
y así para tener parte
en esta heredada dicha,
a pesar de la desdicha
ese consuelo he de darte.
Yo mismo por él iré; 1335
venid todos, que pretendo
que todos vengáis sirviendo
al misterio de la fe.
Tú espera que al arrebol
primero que el monte dora 1340
te ha de amanecer la aurora
pues te ha de alumbrar el sol.
MAXIMILIANO Sea crisol
de la fe con que le pido
haber oído 1345
desde tan lejos mi acento
cuando a despecho del viento
dije por más que él lo calle:
ÉL Y MÚSICA ¡Ah del valle!
Oíd, atended, escuchad 1350
mi lamento.
 
(Sale el DEMONIO, ÁSPID y BASILISCO.)
 
DEMONIO                   ¡Qué tormento
pudo el cielo a mi horror dalle
mayor que para adoralle
le traigan el Sacramento!
BASILISCO Las virtudes que le asisten 1355
ecos de sus voces fueron
con que todos las oyeron.
ÁSPID No sólo en eso consisten
los favores que le dieron
sus auxilios, sino en que 1360
tanto con ellos alcanza
el vivo pan en que cree,
que va por él la Esperanza
a que le traiga la Fe.
DEMONIO No es esa mi más cruel 1365
pena, ni mayor dolor
sino que constante y fiel
la Caridad, que es amor
de Dios se quede con él.
BASILISCO Añade a nuestro despecho, 1370
viendo que en la ermita no hay
ornamentos de provecho,
la prisa con que le tray
el sacerdote en el pecho.
ÁSPID Y otra aún no menos aguda 1375
hay que aquí el dolor acuda
y es el ver cuán reverente
viendo con él tanta gente
a lo lejos le saluda.
MAXIMILIANO Salve, oh gran sacrificio, que primero 1380
en Abel figuró blanco cordero,
blanco maná en Moisés y con opimo
fruto en Caleb y Arón blanco racimo,
subceniricio viático en Elías
y exprimido licor en Isaías. 1385
Salve, oh tú, soberano
don que a Abraham gloriosamente ufano
dio de Melquisedech el pan y el vino,
salve, panal divino,
que en boca del león que muerto deja 1390
labró a Sansón artificiosa abeja,
providente tesoro
que sin oro José dio en granos de oro,
y contra su fatiga
vio en masa Abigail, Ruth en espiga, 1395
pan de proposición, oblación pura
y sobre substancial vida y dulzura,
antídoto inmortal de nuestro pecho,
memoria del amor, vínculo estrecho
de caridad, manjar del elegido, 1400
cáliz de bendición, Dios escondido,
influencia divina
de liberalidad, y peregrina
dádiva trascendente de incruento
misterio: ¡salve, oh tú, gran Sacramento, 1405
de tu pasión memoria,
prenda feliz de la futura gloria,
y permite ante ti mis culpas llore
y como pueda desde aquí te adore.
DEMONIO Tanto este elogio me asombra 1410
y aquel misterio me pasma
que por no verle ni oírle
es fuerza que huyendo vaya,
y pues ya como león
cumplí con poner mi rabia 1415
su vida en mortal peligro,
cumplid con ponerle entrambas,
como Basilisco y Áspid,
en no menor riesgo el alma,
perturbándole en la fe 1420
los frutos de la esperanza.
BASILISCO Fía de mí que mi vista
a su vista esfuerzos haga
que en la fe le prevarique.
ÁSPID Y de mí que yo le añada 1425
en la esperanza despechos.
MAXIMILIANO Ya la gente que acompaña
del católico David
a las piadosas instancias,
no al arca del Testamento 1430
sino al tesoro del arca,
se viene acercando. ¡Quién,
antes que él a mí llegara
pudiera llegar a él!
ÁSPID Arrójate de esas altas 1435
peñas, que mayor razón
es que tú a adorarle vayas
que no que él venga a que
tú le adores.
BASILISCO Adelanta
el fervor; échate de ellas. 1440
MAXIMILIANO Cielos, en tan temeraria
aprensión dadme valor
con que pueda desecharla,
o espíritu con que pueda
interiormente lograrla 1445
en el afecto, con que
a ser lícito me echara
de este monte; fuera yo
¡oh Señor!, el que os buscara;
que no soy digno de que 1450
vos entréis en mi morada.
ÁNGEL Y CARIDAD Ninguno es digno mas todos
pueden serlo por la gracia,
(Cantando.)   y así en su palabra...
CARIDAD Espera.
ÁNGEL            Confía. 1455
CARIDAD Que el llanto...
ÁNGEL    Que el ansia...
LOS DOS ...mejora las horas y enmienda las almas.
TODA LA MÚSICA Y así en su palabra
espera, confía,
que el llanto, que el ansia 1460
mejora las horas y enmienda las almas.
ÁSPID ¿Qué nueva música es esta
que mi sentido arrebata?
BASILISCO No sé, mas sé que tras sí
también mi discurso arrastra. 1465
MAXIMILIANO ¿Quién con interior consuelo
me cobra en mí confianza?
CARIDAD (Canta.)   La Caridad, que el amor
de Dios es, y al que le llama
responde, da al que le pide 1470
y el que le busca le halla.
ÁNGEL (Canta.)   Y para seguridad
de su custodia y su guardia,
acompañarle en sus sendas
a sus ángeles les manda. 1475
CARIDAD Con tal celo que porque
en una piedra aún no caiga
el pie lastimado, quiere
que le lleven en las palmas.
MÚSICA Y así en su palabra, 1480
espera, confía,
que el llanto que el ansia
mejora las horas y enmienda las almas.
ÁSPID ¿Qué conjuro será este
que al áspid su encanto encanta? 1485
BASILISCO ¿Quién al Basilisco ciega
que aun la luz del sol le falta?
LOS DOS Pero oiga hasta ver en qué
del salmo el ensalmo para.
CARIDAD (Cantando.)   Palabra es suya también 1490
que el que atribulado clama
verá en sus tribulaciones
cuán generoso le ampara.
ÁNGEL Armándole del escudo
con que resistencia haga 1495
de las volantes saetas
a las venenosas armas.
CARIDAD Y para que ningún riesgo
le haga caer en desgracia,
del lazo del cazador 1500
romperá las asechanzas.
LOS DOS Y MÚSICA Y así en su palabra,
espera, confía
que el llanto, que el ansia,
mejora las horas y enmienda las almas. 1505
ÁSPID ¿Qué esperamos que no damos
voces nosotros más altas
que estas confundan?
BASILISCO               Bien dices;
suspended las alabanzas,
que antes que yo... cuando... si... 1510
¿Quién me ha entorpecido el habla?
ÁSPID Prosigue o proseguiré
yo. Suspended... ¿Quién embarga
el aliento, que las voces
no encuentran con las palabras? 1515
CARIDAD (Cantando.)   Ven, pues que la caridad
te guía.
ÁNGEL            Ven pues te acompaña
quien en estos montes fue
tu más cuidadosa guarda.
CARIDAD Donde descendiendo subas 1520
a otras esferas más altas.
ÁNGEL Y pues león y dragón
venciste en la lid pasada...
LOS DOS ...a honor de la Caridad,
de la Fe y de la Esperanza 1525
pon agora sobre el Áspid
y el Basilisco las plantas.
MAXIMILIANO ¿Dónde estoy? Otra y mil veces
dude qué es lo que me pasa.
¿Quién desde aquella alta cumbre 1530
me ha descendido a su falda?
¿Pero cómo a discurrirlo
me atrevo, cuando me faltan,
-o ya suspendido al sumo
favor sin ver quien me ampara, 1535
o ya al sumo desaliento
del rigor de la montaña-
voces con que a uno agradezca
ni fuerzas que a otro no bastan,
y pues que en dos confusiones 1540
una anima, otra desmaya
¿qué mucho, ¡ay de mí!, qué mucho
me dé por vencido a entrambas
mientras no haya quien me diga
de sus efectos la causa? 1545
ÁSPID Por no decírsela yo
huiré aunque arrastrando vaya.
BASILISCO Yo por no ver que se acerque
el afecto de lograrla.
ÁNGEL Espera que no has de irte. 1550
CARIDAD Ni tú has de ausentarte, aguarda.
ÁNGEL Que para mayor castigo...
CARIDAD Que para mayor venganza...
ÁNGEL ...de tu venenoso encanto...
CARIDAD ...de tu traidora asechanza... 1555
ÁNGEL ...no sólo has de ver su fe
como la has visto, premiada
con imperiales blasones
desde el gran Rodulfo hasta
Maximiliano...
CARIDAD    Sino 1560
desde él por edades largas
también cumplida en los altos
blasones de la esperanza,
y para que veas que el monte
teatro de su desgracia 1565
también lo es de su ventura
¿qué ves en esotra estancia
que no destruyó la ruina?
BASILISCO Que rasgando sus entrañas
también a su imitación 1570
en trozos se despedaza.
ÁNGEL ¿Tú qué miras en su centro?
ÁSPID Un árbol de cuyas ramas
son los frutos y las flores
augustas coronas varias. 1575
ÁNGEL Reconoce cúyas son,
ya que por mí te adelanta
el cielo el conocimiento.
CARIDAD ¿Tú que ves?
BASILISCO  La real prosapia
de su heredada fe en quien 1580
cumplirá Dios la palabra
que en su nombre el vaticinio
dio al preste.
ÁNGEL ¿De qué lo sacas?
ÁSPID De que Felipe, su hijo,
es aquél a quien la fama 1585
dará el renombre de hermoso,
y esposo de doña Juana
de Castilla, única reina
legítima y propietaria,
será el primero que a ella 1590
el rico diamante traiga
que engastado en su corona
brille archiducado de Austria.
BASILISCO Carlos quinto, invicto César,
emperador de Alemania 1595
y de España primer Carlos,
glorioso por sus hazañas,
su hijo es aquél, que en la excelsa
emperatriz soberana
Isabel de Portugal 1600
dará otro Felipe a España
tan segundo Salomón
que a Dios le labrará casa
que sobre todas las siete
sea maravilla octava. 1605
ÁSPID A quien tercero Felipe,
hijo suyo y de doña Ana
de Austria, alemana deidad,
seguirá, sancto monarca,
cuya piedad, cuya paz 1610
y religión será tanta
que arrancará de una vez
la raíz que la africana
seta por tantas edades
prendió en su española patria, 1615
dando en la divina reina
religiosamente sancta
la Margarita de quien
también el Austro fue nácar,
la felice subcesión 1620
del cuarto Felipe, estampa
tan de todos en la fe
y devoción de la sacra
Eucaristía, que ya
que no le fabrique casa, 1625
católico Obededón,
la trairá a su Real Alcázar,
donde la oración continua
y las continuas estancias
de fe, devoción y celo, 1630
de la sin par Marïana,
también águila imperial
como nieta, hija y hermana
de ínclitos emperadores,
lograrán, reina de España, 1635
esposa y madre, el mayor
consuelo en la mayor ansia
pues será el segundo Carlos
quien...
FEDERICO            No paséis de aquí hasta
que adelantándome yo 1640
señas al peñasco haga
para que viendo en qué parte
Maximiliano en su alta
cumbre deja, verse pueda
reconocida la estancia, 1645
elegir la feliz peña
que ha de merecer ser ara
a donde alcance a adorarle
en más medida distancia.
ÁNGEL No prosigáis, que ya llega 1650
el Sol de la mejor alba.
CARIDAD Y lo que agora no véis
después lo dirá la fama.
ÁSPID Harto nos has dicho, pues
nos ha dicho en sombras varias 1655
que siendo Maximiliano
quinto nieto en la prosapia
de Rodulfo y quinto nieto
Carlos en la suya, es clara
consecuencia de que quiere 1660
Dios que aumentándose vaya
con católicos blasones
por siglos y edades largas.
 
(Sale (MAXIMILIANO).)
 
FEDERICO ¡Ah de la cumbre del monte!
¡Maximiliano!
MAXIMILIANO    ¿Quién llama? 1665
FEDERICO Tu padre soy.
MAXIMILIANO   ¿A qué efecto,
si me tienes a tus plantas?
FEDERICO ¿Qué miro? Dame los brazos.
MAXIMILIANO Y en ellos la vida y alma.
FEDERICO ¿Cómo para descender 1670
senda hallaste que con tantas
diligencias busqué yo
y no fue posible hallarla?
MAXIMILIANO No sé, porque sólo sé
que sin ver quien me acompaña, 1675
me guía y me adiestra, me hallo
como me ves, en la falda
del monte tan descaecido
y absorto, que en esa parda
peña hube de recostarme 1680
sin saber lo que me pasa,
más de que como entre sueños
un joven vi de tan rara
hermosura... mas ¿qué digo?,
no sé nada, no sé nada. 1685
FEDERICO Yo sí, pues sé que tu fe
y tu devoción te amparan
a honor de ese gran misterio,
y que él del riesgo te salva:
llegad todos, llegad todos 1690
a ver maravilla tanta.
 
(Sale el SACERDOTE y FE, ESPERANZA y todos los villanos.)
 
SACERDOTE No es maravilla que Dios
milagros en la fe haga
de este alto sacramento.
FEDERICO En hacimiento de gracias 1695
descubridle para que
todos se echen a sus plantas.
MAXIMILIANO No, señor, que no es decente
templo una desierta estancia
el día que no disculpa 1700
la necesidad la falta
del culto, y así es mejor
le volvamos a su casa
donde todos le adoremos
en su sagrario y su ara 1705
colocado.
FEDERICO                Dices bien
y pues nos trujieron ansias
y lágrimas a este puesto
adonde tan mejorada
la pena se trueque en dicha 1710
y en ventura la desgracia,
triunfante a su ermita vuelva.
ÁNGEL Y yo, señor, como guarda
que he sido suya en el monte,
a estos bandidos que andaban 1715
robando en él he prendido
para que a su triunfo añadan
más trofeos.
CARIDAD Y a esta fiera
que huyendo de la batalla
salió, como Caridad 1720
que los viadores resguarda,
también por despojo de ella
le traigo al triunfo.
DEMONIO           ¡Qué rabia!
BASILISCO ¡Qué angustia!
ÁSPID    ¡Qué sentimiento!
FE Pues para que también haya 1725
memoria de tan gran triunfo
la fe le ofrece una alta
cruz en la cumbre del monte
luego que el camino se abra,
que sea inmortal padrón 1730
de esa religiosa hazaña.
ESPERANZA La esperanza ofrece que
será de la ilustre casa
suya el mayor patrimonio
la devoción heredada 1735
de este alto sacramento,
en cuya gran confianza
fía que la subcesión
que de aquel tronco se aguarda
logre presto en posesiones 1740
de todos las esperanzas.
SACERDOTE Yo fío de Dios que sea
sin que peligre en jactancia
mi segundo vaticinio
segundo blasón del Austria. 1745
FEDERICO Sube pues, sube al altar
y haga la alegría la salva
a los umbrales del templo.
ALEGRÍA Sí haré, que si retirada
el tiempo del sentimiento 1750
estuve, ya es bien que salga
a la luz del sol.
PENSAMIENTO     Lo mismo
al Pensamiento le pasa
suspenso en que tal prodigio
ni el pensamiento le alcanza, 1755
y pues todas las virtudes
se alegran con los que ensalzan
las obras de Dios, repitan
con todos en voces varias
que su palabra 1760
mejora las horas y enmienda las almas,
y así Caridad y Fe y Esperanza
canten la victoria
dándole la palma
en loor del segundo 1765
blasón del Austria.
SACERDOTE Llegad, llegad, que ya está
el sacramento en el ara.
TODOS ¡Quién en su culto tuviera
mil corazones, mil almas 1770
que ofrecerle!
DEMONIO   ¡Quién mil iras!
ÁSPID ¡Quién mil rayos!
BASILISCO         ¡Quién mil rabias!
TODOS ¡Quién mil lenguas para ques
dijeran en su alabanza
(Cantando.)   que su palabra 1775
mejora las horas y enmienda las almas.
MÚSICA Y TODOS Y así Caridad y Fe y Esperanza
canten la victoria
dándole la palma
en loor del segundo 1780
blasón del Austria.
 
Si quid Dictum contra fidem aut bonos mores quasi non dictum et omnia sub correctione. Don Pº Calderón De la Barca.



CALDERON-El segundo blasón del Austria