Fdez-Carvajal: Antologia - TRISTEZA

TRISTEZA

Citas de la Sagrada Escritura

Se derrite mi alma de pesadumbre; levántame tú según tu palabra. Ps 118,28.

La angustia del corazón deprime al hombre, mas una palabra buena la alegra. Pr 12,25.

Corazón alegre es buen remedio; mas el espíritu abatido seca los huesos. Pr 17,22.

Corazón alegre hace buena cara, pero la pena del corazón abate el alma. Pr 15,13.

Echar vinagre sobre el natrón es cantar canciones al corazón afligido. Pr 25,20.

Mirando bien que ninguno sea privado de la gracia de Dios, que ninguna raíz amarga, al brotar, cause turbación, inficionando a muchos. He 12,15.

Alegraos siempre en el Señor; de nuevo os digo: alegraos. Ph 4,4.

Pero los que confían en Yavé renuevan sus fuerzas, echan alas como de águila, corren sin cansarse y caminan sin fatígarse. Is 40,31.

Jesús, poniendo en él los ojos, le amó y le dijo: Una sola cosa te falta: vete, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sigue-me. Ante estas palabras se anubló su semblante y se fue triste, porque tenía mucha hacienda. Mc 10,21-22.

Levantándose de la oración, vino a los discípulos, y encontrándolos adormilados por la tristeza 1. . . 1. Lc 22,45.

En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará; vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se volverá en gozo. La mujer, cuando pare, siente tristeza, porque llega su hora; pero cuando ha dado a luz un hijo, ya no se acuerda de la tribulación, por el gozo que tiene de haber venido al mundo un hombre. Vosotros, pues, ahora tenéis tristeza; pero de nuevo os veré, y se alegrará vuestro corazón, y nadie será capaz de quitaros vuestra alegría. Jn 16,20-22.

Si alguno me contristó, no me contrístó a mí, sino en cierto modo, para no exagerar, a todos vosotros. Bástele a ése la corrección de tantos, pues casi habríamos de perdonarle y consolarle, para que no se vea consumido por excesiva tristeza. Por eso os ruego que públicamente le ratifiquéis vuestra caridad. 2Co 2,5-8.

Porque si con la epístola os entristecí, no me pesa. Y si estaba pesaroso viendo que aquella carta, aunque por un momento, os había contristado, ahora me alegro, no porque os entristecisteis, sino porque os entristecisteis para penitencia. Os contristasteis según Dios, para que no recibieseis daño alguno de nuestra parte. Pues la tristeza según Dios es causa de penitencia saludable, de que jamás hay por qué arrepentirse; mientras que la tristeza según el mundo produce la muerte. Ved cuánta solicitud os ha causado esa misma tristeza según Dios, y qué excusas, qué enojos, qué temores, qué deseos, qué celo y qué vindicaciones. Totalmente limpios os habéis mostrado en este asunto. 2Co 7,8-11.

Cada uno haga según se ha propuesto en su corazón, no de mala gana ni obligado, que Dios ama al que da con alegría. 2Co 9,7.

Guardaos de entristecer al Espíritu Santo de Dios, en el cual habéis sido sellados para el día de la redención. Ep 4,30.

No queremos, hermanos, que ignoréis lo tocante a la suerte de los que durmieron, para que no os aflijáis como los demás que carecen de esperanza. Pues si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios por Jesús tomará consigo a los que se durmieron en El. 1Th 4,13-14.


5212 Hay dos clases de tristeza. Unas veces se origina al contener los brotes de la ira, y es consecuencia de un daño -que alguien nos ha inferido o, también, de un deseo contrariado. La segunda surge de una irracional ansiedad o abatimiento del espíritu (CASIANO, Colaciones,5).


5213 A aquellos a quienes el pesar de sus pecados pasados les tiene sumidos en la tristeza y desazón, derramad en su alma a manos llenas la alegría de la ciencia espiritual, cual si fuese un vino que alegra el corazón humano (Sal 103,15). Infundid alientos en esos corazones apesadumbrados, llenándolos con la palabra de salvación, no sea que, acosados por la mortal desesperación, sucumban a la excesiva tristeza (cfr. 2Co 2,7).

Mas de aquellos que viven en el tedio y la negligencia, sin tener en el corazón el más leve remordimiento, he aquí cómo habla la Escritura: El que se da buena vida y no sabe de dolores, vivirá siempre en la indigencia (Pr 14,2) (CASIANO, Colaciones,14).


5214 Piadosa es esa tristeza y, en cierto modo, dichosa compasión sentir pena por los vicios ajenos y no estar implicado

en ellos; dolerse, y no unirse a ellos; encogerse con el dolor y no ser arrastrado (SAN AGLISTIN, Sermón 2).


5215 Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. El llanto, al que aquí se promete el consuelo eterno, nada tiene que ver con la tristeza de este mundo [. . . ]. La tristeza religiosa es la que llora los pecados propios o bien las faltas ajenas (SAN LEÓN MAGNO, Sermón sobre las bienaventuranzas).

Origen de la tristeza


5216 La tristeza es un vicio causado por el desordenado amor de sí mismo, que no es un vicio especial sino la raíz general de todos ellos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 28, a. 4).

Dos clases de tristeza


5217 El dolor del ánimo, que se llama tristeza, es un disgusto de las cosas contrarias que nos sucedieron (SAN AGUSTíN, Sobre la Trinidad,1).


5218 Quien despreciando los mandamientos de Dios anda vagando siempre con su concupiscencia, no puede llegar nunca a la alegría (SAN BEDA en Catena Aurea, vol. IV, p. 100).


5219 Aquel muchacho rechazó la insinuación, y cuenta el Evangelio que abiit tristis (Mt 19,22), que se retiró entristecido [. . . ], perdió la alegría porque se negó a entregar su libertad a Dios (J. ESCRIVÄ DE BALAGUER, Amigos de Dios,24).


5220 Es la envidia un pesar, un resentimiento de la felicidad y prosperidad del prójimo. De aquí que nunca falte al envidioso ni tristeza, ni molestia. ¿Está fértil el campo del prójimo? ¿Su casa abunda en comodidades de vida? ¿No le falta ni los esparcimientos del alma? Pues todas estas cosas son alimento de la enfermedad y aumento de dolor para el envidioso. De aquí que éste no se diferencia del hombre desarmado, que por todo es herido (SAN BASILIO, Hom. Sobre la envidia).


5221 La tristeza causada por un arrepentimiento saludable es propia del hombre obediente, afable, humilde, dulce, suave y paciente, en cuanto que deriva del amor de Dios. Sufre infatigable el dolor físico y la contrición del espíritu, gracias al vivo deseo que le anima de perfección. Es también alegre y en cierto modo se siente como robustecido por la esperanza de su aprovechamiento; conserva de continuo el hechizo y el encanto de la afabilidad y de la longanimidad, y posee en sí todos los frutos del Espíritu Santo (CASIANO, Instituciones,9).

Consecuencias


5222 Hase de advertir que no todos los que tienen este humor son tan trabajosos, que cuando cae en un sujeto humilde y en condición blanda, aunque consigo mismos traen trabajo, no dañan a los otros, en especial si hay buen entendimiento. Y también hay más y menos de este humor. Cierto, creo, que el demonio en algunas personas le toma por medianero, para si pudiese ganarlas; y si no andan con gran aviso, así hará (SANTA TERESA, Fundaciones,7,2).


5223 Tristeza, apabullamiento. No me extraña: es la nube de poivo que levantó tu caída. Pero, ¡basta!: ¿acaso el viento de la racia no llevó lejos esa nube?

Después, tu tristeza -si no la rechazas- bien podría ser la envoltura de tu soberbia. -¿Es que te creías perfecto e impecable? (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER Camino, n. 260).


5224 [. . . ] pero después (de cometido el mal) el diablo exageró de tal manera su tristeza que llegó a perder al desgraciado. Algo semejante pasó en Judas, pues después que se arrepintió no supo contener su corazón, sino que se dejó llevar por la tristeza inspirada por el diablo, la cual le perdió (ORIGENEs, en Catena Aurea, vol. III, p. 346).


5225 La tristeza [. . . ] es áspera, impaciente, dura, llena de amargor y disgusto, y le caracteriza también una especie de penosa desesperación. Cuando se apodera de un alma, la priva y aparta de cualquier trabajo y dolor saludable (CASIA-NO, Instituciones,9).


5226 Es propio de un alma cobarde que carece de la virtud vigorosa de confiar en las promesas del Señor el abatirse demásiado y sucumbir ante las adversidades (SAN BASILIO, Hom. sobre la alegría).


5227 El hombre triste se porta mal en todo momento. Y lo primero en que se porta mal es en que contrista al Espíritu Santo, que le fue dado alegre al hombre. En segundo lugar, comete una iniquidad, por no dirigir súplicas a Dios ni alabarle; y, en efecto, jamás la súplica del hombre triste tiene virtud para subir al altar de Dios (PASTOR DE HER\IAS, Mandamientos, X. 3. 2,1. c. , Pp. 994-995).

Remedios


5228 Cada vez que nos reunimos en la Eucaristía, somos fortalecidos en la santidad y renovados en la alegría, pues la alegría y la santidad son el resultado inevitable de estar más cerca de Dios. Cuando nos alimentamos con el pan vivo que ha bajado del cielo, nos asemejamos más a nuestro Salvador resucitado, que es la fuente de nuestra alegría, una alegría que es para todo el pueblo (Lc 2,10). Que la alegría y la santidad abunden siempre en vuestras vidas y florezcan en vuestros hogares. Y que la Eucaristía sea [. . . ] el centro de vuestra vida, la fuente de vuestra alegría y de vuestra santidad (JUAN PABLO II, Hom. 16-11-1981).


5229 "Laetetur cor quaerentium Dominum". -Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. -Luz, para que investigues en los motivos de tu tristeza

(J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 666).

UNIDAD

Citas de la Sagrada Escritura

Que todos sean una misma cosa, y que, como tú, Padre, estás en mi y yo en ti, así sean ellos una misma cosa en nosotros [. . . j. Jn 17,21.

Solicitos en conservar la unidad del espíritu en el vinculo de la paz. Ep 3,3.

Un solo cuerpo y un solo espintu, así como fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación: un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un solo Dios y Padre de todos, el cual está sobre todos, por todos y en todos. Ep 4,6-9.

Hay diversidad de operaciones, pero uno mismo es el Dios, que obra todas las cosas en todos. 1. . 1 Porque también todos nosotros hemos sido bautizados en un solo Espíritu, para constituir un solo cuerpo, y todos, ya judíos, ya gentiles, ya siervos, ya libres, hemos bebido del mismo Espíritu. 1. . . 1 De esta suerte, si padece un miembro, todos los miembros padecen con él; y si un miembro es honrado, todos los otros a una se gozan. 1Co 12,6 1Co 13 1Co 26.

Amándoos los unos a los otros con amor fraternal, honrándonos a porfía unos a otros. Rm 12,10.

Pero no ruego solamente por éstos, sino también por cuantos han de creer en mí por medio de su predicación. Que todos sean una misma cosa, y que como tú, Padre, estás en

"La caridad es madre de la unidad"


5230 No están todos los herejes por toda la tierra, pero hay herejes en toda la superficie de la tierra. Hay una secta en Africa, otra herejía en Oriente, otra en Egipto, otra en Mesopotamia. En países diversos hay diversas herejías, pero todas tienen por madre la soberbia, como nuestra única madre católica engendró a todos los fieles cristianos repartidos por el mundo. No es extraño, pues, que la soberbia engendre división, mientras la caridad es madre de la unidad (SAN AGUSTIN, Sermón 46, sobre los pastores).


5231 El templo del Rey tiene unidad; el templo del Rey no está arruinado, ni agrietado, ni dividido. El cemento de las piedras vivas es la caridad (SAN AGUSTÍN, Coment. sobre el

Salmo 44).


5232 Corred todos a una como a un solo templo de Dios, como a un solo altar, a un solo Jesucristo que procede de un solo Padre (SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA Carta a los Magnesio5,6).


5233 Para poder encomendar a Pedro sus ovejas, sin que con ello pareciera que las ovejas quedaban encomendadas a otro pastor distinto de sí mismo, el Señor le pregunta:

"Pedro, ¿me amas?" El respondió: "Te amo". Y le dice por segunda vez: "¿Me amas?". Y respondió: "Te amo". Y le pregunta aún por tercera vez: "¿Me amas?". Y respondió: "Te amo". Quería fortalecer el amor para reforzar así la unidad. De este modo, el que es Unico apacienta a través de muchos, y los que son muchos apacientan formando parte del que es único (SAN AGUsTÍN Sermón 46, sobre los pastores).


5234 Cuando nuestras ideas nos separan de los demás, cuando nos llevan a romper la comunión, la unidad con nuestros hermanos, es señal clara de que no estamos obrando según el espíritu de Dios (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,17).


5235 Colaborad mutuamente unos con Otros, luchad unidos, corred juntamente, sufrid con las penas de los demás, permaneced unidos en espíritu aun durante el sueño, así como al despertar, como administradores que sois de Dios, como sus asistentes y servidores (SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Carta a 5. Policarpo de Esmirna).


5236 La caridad no se demuestra solamente con la limosna, sino sobre todo con el hecho de comunicar a los demás las enseñanzas divinas y prodigarles cuidados corporales (SAN MÁXIMO, Sobre la caridad,1).


5237 Siervo soy de la Iglesia y principalmente de sus miembros más débiles, ya que somos miembros del mismo cuerpo (SAN CIPRIANO, Sobre el trabajo de los monjes,29).

Unidad de la Iglesia

Hemos sido agregados al mismo Cuerpo de Cristo, mediante la fe y el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; es el mismo Espíritu el que nos justifica y el que anima nuestra vida cristiana: Sólo hay un cuerpo y un Espíritu, como también habéis sido llamados con una misma esperanza, la de vuestra vocación. Sólo un Señor, una fe, un bautismo (Ep 4,4-5). Esta es la única fuente que conduce y requiere, tanto hoy como en el alba de la Iglesia, "la unidad en la doctrina de los apóstoles, en la mutua unión, en la fracción del pan y en las oraciones" (Lumen gentium,13). La estructura misma de la Iglesia, con su jerarquía y sus sacramentos, no hace más que traducir y realizar esta unidad esencial recibida de Cristo-Cabeza. Finalmente, esta unidad interior en la Iglesia de Cristo, constituye "para todo el género humano, un germen segurísimo de unidad, de esperanza y de salvación" (Lumen gen(ium,9) (JUAN PABLO II, Abc. 30-XII-1980).

Todo el coro innumerable de los pastores se reduce al cuerpo de un solo Pastor (SAN AGUsTÍN, Sermón 16).

En la Santa Iglesia los católicos encontramos nuestra fe, nuestras normas de conducta, nuestra oración, el sentido de la fraternidad, la comunión con todos los hermanos que ya desaparecieron y que se purifican en el Purgatorio

-Iglesia purgante-, o con los que gozan ya -Iglesia triunfante- de la visión beatífica, amando eternamente al Dios tres veces Santo. Es la Iglesia que permanece aquí y, al mismo tiempo, trasciende la historia. La Iglesia, que nació bajo el manto de Santa Maria, y continúa -en la tierra y en el cielo- alabándola como Madre (J. ESCRíVA DE BALAGUER, Hom. El fin sobrenatural de la Iglesia,28-V- 1972).

Yo estoy en la Iglesia católica, cuyos miembros son todas las iglesias, que, por las Escrituras canónicas, sabemos deben su origen, y también su firmeza, a los trabajos de los apóstoles; según la ayuda que me diere el Señor, no abandonaré su comunión ni en Africa ni en ninguna parte (SAN AGUsTíN, Contra el donatista Cresconio,3).

Unidad de vida

La espiritualidad no puede ser nunca entendida como un conjunto de prácticas piadosas y ascéticas yuxtapuestas de cualquier modo al conjunto de derechos y deberes determinados por la propia condición; por el contrario, las propias circunstancias, en cuanto respondan l querer de Dios, han de ser asumidas y vitalizadas sobrenaturalmente por un determinado modo de desarrollar la vida espiritual, desarrollo que ha de alcanzarse precisamente en y a través de aquellas circunstancias (A. DEL PORTILLo, Escritos sobre el sacerdocio,113).

No soportamos los cristianos una doble vida: mantenemos una unidad de vida, sencilla y fuerte en la que se fundan y compenetran todas nuestras acciones (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,126).

Nosotros somos en todo y siempre iguales y acordes con nosotros mismos, pues servimos a la razón y no la violentamos (ATENAGORAS, Legación 35).


5242 Leemos que, ya desde los orígenes de la predicación apostólica, se observaba esta norma tan importante: La multitud de los creyentes no era sino un solo corazón y una sola al,na. Tal, en efecto, debe ser el pueblo de Dios: todos hermanos bajo un mismo Padre, todos una sola cosa bajo un solo Espíritu, todos concurriendo unánimes a una misma casa de oración, todos miembros de un mismo cuerpo que es único (SAN HILARIO, Trat. sobre el Salmo 132).


5243 Si alguno de vosotros sigue a alguien que fomenta los cismas no poseerá el reino de Dios; el que camina con un sentir distinto al de la Iglesia no tiene parte en la pasión del Señor (SAN IGNACIO DE ANTIOQU lA, Carta a los de Filadelfia,1).


5244 La unidad de misión y de sacerdocio exigen que el presbítero no se sienta una "pieza suelta", sino que experimente

vitalmente una peculiar comunión con todos los demás miembros del Pueblo de Dios llamados a participar de esa misma tarea (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, Pp. 46-47).


5245 Os exhorto, hermanos, por la santidad de estas nupcias:

amad a esta Iglesia, vivid en tal Iglesia, sed esta Iglesia. Amad al buen Pastor, hombre tan bueno que a nadie engaña y quiere que todos se salven. Rogad también por las ovejas dispersas; vengan también ellas, reconozcan ellas, amen también ellas, para que haya un solo rebaño y un solo Pastor (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 139).

Unidad, fortaleza y eficacia


5246 Recibimos nosotros el Espíritu Santo si amamos a la Iglesia, si vivimos unidos en caridad y nos gloriamos del noinbre de católicos y de la fe. Creamos, hermanos: en la proporción en que ama cada uno a la Iglesia, recibe el Espíritu Santo (SAN AGUsTíN, Trat. Evang. 5. Juan,32).


5247 En tu empresa de apostolado no temas a los enemigos de fuera, por grande que sea su poder. Este es el enemigo imponente: tu falta de "filiación" y tu falta de "fraternidad"

(J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 955).


5248 ¿Ves? Un hilo y otro y muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de alzar pesos enormes.

-Tú y tus hermanos, unidas vuestras voluntades para cumplir la de Dios, seréis capaces de superar todos los obstáculos (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 480).


5249 [. . . ] El (vínculo) de la caridad crece con el tiempo, aquiere nuevas formas por su duración y escapa a la guadaña de la muerte, que lo siega todo, excepto la caridad. La caridad es tan fuerte como la muerte y más dura que el hierro. Este es nuestro lazo, éstas son nuestras cadenas, las cuales, cuanto más nos unan y estrechen, mayor ventaja y libertad nos darán. 5' fuerza no es sino suavidad, su violencia no es sino dulzura; nada hay tan blando como esto, y nada como esto tan firme (SAN FRANCISCO DE SALEs Epistolario, fragm. 1,1. c. , p. 635).


5253 "Y ¿en un ambiente paganizado o pagano, al chocar este ambiente con mi vida, no parecerá postiza mi naturalidad?", me preguntas.

-Y te contesto: Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos: y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido (J. ESCRIVÁ D BALAGUER, Camino, n. 380).

La Sagrada Eucaristía, fuente de unidad


5254 Este gran sacramento que nos confiere la participación en la vida de Cristo nos une también los unos a los otros, a todos los demás miembros de la Iglesia, a todos los bautizados sin diferencia de edad o de continente. Aunque los que pertenecemos a la Iglesia nos hallemos dispersos por todo el mundo, aunque hablemos diferentes lenguas, tengamos diferentes entornos culturales y seamos ciudadanos de diferentes naciones, porque el pan es uno, somos muchos en un solo cuerpo, pues todos participamos de este único pan (1Co 10,17) (JUAN PABLO II, Hom. Pakistán,16-II-1981).

Maria, "Madre de la unidad"


5255 La experiencia del cenáculo no reflejaría la hora de gracia de la efusión del Espíritu, si no tuviese la gracia y la alegría de la presencia de María. Con María, la Madre de Jesús (Ac 1,14), se lee en el gran momento de Pentecostés [. . . ]. Ella, Madre del amor y de la unidad, nos une profundamente para que, como la primera comunidad nacida del Cenáculo, seamos un solo corazón y una sola alma. Ella, "Madre de la unidad", en cuyo seno el Hijo de Dios se unió a la humanidad, inaugurando místicamente la unión esponsalicia del Señor con todos los hombres, nos ayude para ser "uno" y para convertirnos en instrumentos de unidad entre nuestros fieles y entre todos los hombres

(JUAN PABLO II, Hom. 24-111-1980).

VANAGLORIA

Citas de la Sagrada Escritura

Todo trabaja más de cuanto el hombre puede ponderar, y no se sacia el ojo de ver ni el oído de oir. Si 1,2-9.

Una voz dice: Grita. Y yo respondo: ¿Qué he de gritar? Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo. Is 40,6.

El que de sí mismo habla, busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado, ése es veraz y no hay en él injusticia. Jn 7,18.

¿No sabes ya de siempre, desde que el hombre fue puesto sobre la tierra, que es breve la exaltación del malvado y dura un instante la alegria de los perversos? Jb 20,4-5.

Porque, ¿quién es el que a ti te hace preferible? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y silo recibiste, ¿de qué te glorias, como si no lo hubieras recibido? 1Co 4,7.

Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres, para que os vean; de otra manera no tendréis recompensa ante vuestro Padre, que está en los cielos. Mc 6,1.

No te vanaglories del dia de mañana, pues no sabes lo que dará de si. Pr 27,1.

Quienes siembran vientos, recogerán tempestades. La espiga no dará fruto ni formará harina, y si algunas lo dieran; las devorará el extranjero. Os 8,7.

Peligros y consecuencias de la vanagloria


5256 Vanidad de vanidades; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho saca el hombre de todo por cuanto se afana debajo del sol?

Algunos tienen gran vanidad en ir montados en un buen caballo, de llevar una pluma en el sombrero, de estar ricamente vestidos; mas, ¿quién no conoce que esto es locura? Porque si hay alguna gloria en ello, es del caballo, del ave y del sastre; y ¿puede haber mayor flaqueza que mendigar estimación de un caballo, de una pluma y de un vestido? Otros se engríen y se van mirando porque llevan los bigotes levantados, la barba bien peinada, los cabellos encrespados; porque tienen suaves las manos, porque saben bailar, jugar o cantar; y ¿no será también flaqueza querer con unas cosas tan frívolas y ligeras aumentar su valor y acrecentar su reputación?

Otros, por un poco de ciencia, quieren ser honrados y respetados del mundo, como sí todos hubiesen de ir a su escuela y tenerlos por maestros, por lo cual se les da el nombre de pedantes. Otros se pavonean mirando su belleza, y creen que todo el mundo pone en ellos sus ojos; todo esto es sumamente vano, necio y descabellado, y la gloria que estriba en tan débiles fundamentos es vana, necia y frívola (SAN FRANCISCO DE SALES. Introd. a la vida devota, III,4).


5257 La vanagloría es una comida del alma que le brinda primero manjares deliciosos, pero después la deja vacía, despojada de virudes, en una absoluta desnudez, estéril y pobre de frutos espirituales (CASIANO, Instituciones,5).


5258 (El demonio procura) enredar nuestros pasos en las zarzas de la vanagloria (CASIANO, Instituciones,11).


5259 Ten cautela, no te dejes prender por el ardor de la vanagloria. ¿Cómo podéis creer; cuando andáis mendigando la gloria de los hombres? (Jn 5,44). ¿Lo ves? Es tan grande este mal, que quien lo tiene no puede creer. Nosotros, por el contrario, digamos: Tú eres mi gloria (Sal 3,4), y el que se gloría, gloríese en el Señor (1Co 1,31) [. . . ]. Cuando des limosna, que sólo la vea Dios. Cuando ayunes, pon cara alegre 1. . . ] Tampoco has de presentarte como demásiado piadoso ni aparecer más humilde de lo que eres, no sea que, huyendo de la gloria, vayas en su busca (SAN JERÓNIMO, Epístola 22).


5260 Los ancianos usan de una comparación felicísima para describir el carácter de esta enfermedad que es la vanagloria. La asemejan a la cebolla y a otras plantas bulbosas. Quitáis una capa y encontráis una segunda: y cuantas más suprimís más envolturas halláis en ellas (CASIANO, Instituciones,11).


5261 Vanidad es buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. También es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne [. . . J. Vanidad es desear larga vida, y no curar que sea buena. Vanidad es pensar solamente en esta presente vida, y no proveer a 10 venidero. Vanidad es amar lo que tan presto pasa, y no apresurarse adonde está el gozo perdurable (Imitación de Cristo,1,1,4).


5262 Es necesario fijarse mucho en su entrada (de la vanagloria), como si se tratara de estar en guardia contra una fiera presta a arrebatar a aquel que no la vigila. Entra calladamente y destruye todas las cosas que encuentra en el interior (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 336).


5263 La vanidad siempre se contrapone a la verdad, que permanece siempre y nunca desfallece (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 143).


5264 Ninguna otra cosa hace desear tanto las riquezas como el deseo de gloria. Los hombres presentan gran número de criados, de caballos, cubiertos de oro y mesas adornadas con plata, no porque ello reporte alguna utilidad, sino por ostentación delante de los demás. Y dice el Señor: No queráis atesorar para vosotros tesoros en la tierra (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 383).


5265 Es una manifestación de soberbia que se dirige a buscar la excelencia en cosas de poco valor real.

Son cosas vanas las cosas falsas, las que no tienen solidez y aquellas que no pueden atender a su fin propio. (cfr. De malo, q. 9, a. 2; y Suma Teológica,2-2, q. 132, a. 1).


5266 Tu misma inexperiencia te lleva a esa presunción, a esa vanidad, a eso que tú crees que te da aire de importancia.

-Corrígete, por favor. Necio y todo, puedes llegar a ocupar cargos de dirección (más de un caso se ha visto), y, si no te persuades de tu falta de dotes, te negarás a escuchar a quienes tengan don de consejo. -Y causa miedo pensar el daño que hará tu desgobierno (J. ESCRIVÄ DE BALAGUER, Camino, n. 352).


5267 La honra terrena se compara a la espuma, al agua helada o al humo, o al sueño (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol.

IV, p. 27).

Se manifiesta de formas muy diversas


5268 Este vicio de la vanagloría, una vez abatido, se levanta y parece como que cobra mayores bríos para la lucha. Se le creía eliminado, y ahora renace más pujante y vigoroso de su muerte aparente (CASIANO, Instituciones,11).


5269 Ella fue la que los apartó de Dios; ella les hizo buscar otro teatro para sus luchas y los perdió. Porque cuando se procura agradar a los espectadores que cada uno tiene, según son los espectadores, tales son los combates que se realizan (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre 5. Mateo,72).


5270 Los otros vicios se manifiestan uniformes y simples. La vanagloria es distinta, compleja y varia. Arremete por todos los flancos, y su vencedor la encuentra en todo cuanto le circunda, enfrentándose con él. El porte y la actitud, el modo de andar, la voz, el trabajo, las vigilias, los ayunos, la plegaria, la soledad, la lectura, la ciencia, el silencio, la obediencia, la humildad, la longanimidad, son para este vicio otras tantas armas de que se sirve el enemigo para herir al soldado de Cristo.

Es como un arrecife que ocultan las olas agitadas. Emboscado en el agua y la espuma, pasa inadvertido a los navegantes (CASIANO, Instituciones,11).

Destruye la bondad de muchas obras.

Rectitud de intención


5271 Muchas veces nuestra débil alma, cuando recibe por sus buenas acciones el halago de los aplausos humanos, se desvía [. . . ], encontrando así mayor placer en ser llamada dichosa que en serlo realmente [. . . ]. Y aquello que había de serle un motivo de alabanza en Dios se le convierte en causa de separación de él (SAN GREGORIO MAGNO, Moralia,10>.


5272 Bueno es que padezcamos a veces contradicciones y que sientan de nos malamente, aunque hagamos buenas obras y tengamos buena intención. Esto ayuda a la humildad y nos defiende de la vanagloría. Mejor buscamos a Dios por testigo interior cuando Somos de fuera despreciados y no nos dan crédito ([initación de Cristo,1,12,1).


5273 Examina bien los motivos que te impulsan a obrar para descubrir las emboscadas de la vanidad y del amor propio; sólo a Dios debes referir todo el bien que hagas, porque has de saber que es una gran ganancia mantener oculta y secreta una obra buena de modo que sólo Dios la conozca; si por descuido tuyo viene a ser conocida de los hombres, pierde casi todo su valor, como un hermoso fruto que los pájaros han empezado a picotear (J. PECCI -León XIII-, Práctica de la humildad,48).


5274 Sí haces alguna mortificación extraordinaria, procura preservarte del veneno de la vanagloria, que destruye a menudo todo su mérito (J. PECCI -León XIII-, Práctica de la humildad,34>.


5275 Es treta sutil del enemigo hacer sucumbir al soldado de Cristo con sus propias armas, cuando no ha podido vencerle con las suyas (CASIANO, Instituciones,11).

Toda gloria es para Dios


5276 Nada más ridículo, nada más tonto que estar siempre dispuesto a hablar de 10 que se ha hecho, de lo que se ha dicho (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el orgullo).


5277 Cuánto poder tenga para hacer daño el deseo de la vanagloria, nadie lo conoce mejor que aquel que le declara la guerra; porque es fácil no buscar la propia alabanza cuando ésta es negada, pero es difícil no complacerse en ella cuando se ofrece (SAN AGUsTíN en Catena Aurea, vol. 1P 336).


5278 Cuando des limosna, no vayas tocando la trompeta [. . . ]. Quizá procuraban reunir al pueblo cuando hacían algo bueno, para que todos fueran a ese espectáculo (SANTO ToMAS, Catena Aurea, vol. 1P 340).


5279 No te engrías sí has servido bien, porque has cumplido lo que tenias que hacer. El sol efectúa su tarea, la luna obedece; los ángeles desempeñan su cometido. El instrumento escogido por el Señor para los gentiles dice: yo no merezco el no7?bre de Apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios (1Co 15,9) [. . . ]. Tampoco nosotros pretendamos ser alabados por nosotros mismos (SAN AMBROSIO, Hom. sobre 5. Lucas,8).


5280 Todos los males mortifican a los hijos del diablo, pero el deseo de la vanagloría mortifica más bien a los hijos de Dios que a los hijos del diablo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 336).


5281 Debes hacerte más pequeño que un niño; no andes tras las alabanzas de los hombres, ni ambiciones los honores; antes bien rechaza aquéllas y éstos (J. PECCI -León XIII-, Práctica de la humildad,30).

El premio para quienes rechazan la gloria


5282 Me veo precisado a decíros que temáis con mucho cuidado por las buenas obras que hacéis, no sea que por ellas busquéis algún favor o alguna gracia humana, no sea que se despierte en vosotros el deseo de alabanzas, y Jo que manifestáis al exterior se quede interiormente vacío de retribu ción (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 12 sobre los Evang. ).


5283 Debemos gozarnos y alegrarnos porque se nos prepara un premio en el reino de los cielos que no conseguirán los que van detrás de la vanagloria (SAN JERÓNIMO, en Catena Aurea, vol. 1P 258).


5284 El que dispensa la misericordia, la pierde si no se compadece con un corazón puro; si busca quedar bien, pierde todo el fruto [. . . ] (SAN AMBROSIO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 259).


5285 Tanto se es favorecido, cuanto menor se presume de las propias facultades. (SAN AGUSTíN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 259).


Fdez-Carvajal: Antologia - TRISTEZA