Fdez-Carvajal: Antologia - FORTALEZA


2602 [. . . ] no debemos extrañarnos ni desalentarnos ante las propias miserias personales, ante nuestros tropiezos, porque continuaremos hacia adelante, si buscamos la fortaleza en Aquel que nos ha prometido: venid a mi todos los que anduis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré (Mt 11,28). Gracias, Señor, quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2), porque has sido siempre Tú, y sólo Tú, Dios mío, mi fortaleza, mi refugio, mi apoyo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,131).


2603 Habiendo Dios dotado a los demás animales de la velocidad en la carrera, o la rapidez en el vuelo, o de uñas, o de dientes, o de cuernos, sólo al hombre lo dispuso de tal forma que su fortaleza no podía ser otra que el mismo Dios: y esto lo hizo para que, obligado por la necesidad de su flaqueza, pida siempre a Dios cuanto pueda necesitar (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 427).


2604 Siendo yo sierva de este Señor y Rey, ¿qué mal me pueden ellos hacer a mi?, ¿por qué no he yo de tener fortaleza para combatir con todo el infierno? (SANTA TERESA, V¿da,25,20!.


2605 Si Dios retira su auxilio, podrás pelear; lo que no podrás es vencer (SAN AGusTiN, Coment. sobre el Salmo 106).


2606 Cuando estaba en la oración, veia que salia de allí muy mejorada y con más fortaleza (SANTA TERESA, Vida,23,2).


2607 La fortaleza no debe fiar de si misma (SAN AMBROSIO, Trat. sobre los of icios, I,35).

2608 La confianza parte de la fortaleza; lleva consigo la esperanza que pone el hombre en si mismo y que naturalmente supone la ayuda de Dios (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 128, a. 1, ad 2).


2609 Ayer por la mañana yo fui a la Sixtina a votar tranquilamente. Jamás hubiera imaginado lo que estaba para suceder. Apenas había comenzado el peligro para mí, los dos colegas que me estaban vecinos me han susurrado palabras de aliento. Uno ha dicho: "¡Animo!, si el Señor da un peso, da también la ayuda para llevarlo" (JUAN PABLO I, Angelus,27-VIII-1978).


2610 Toda nuestra fortaleza es prestada (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 728).


2611 La ascética del cristiano exige fortaleza; y esa fortaleza la encuentra en el Creador. Somos la oscuridad, y El es clarisimo resplandor; somos la enfermedad, y El es salud robusta; somos la escasez, y El la infinita riqueza; somos la debilidad, y El nos sustenta, quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2) [. . . ]. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,80).


2612 Pidamos este don del Espíritu Santo que se llama el "don de fortaleza". Cuando al hombre la faltan las fuerzas para "superarse" a sí mismo, con miras a valores superiores, como la verdad, la justicia, la vocación, la fidelidad matrimonial, es necesario que este "don de lo alto" haga de cada uno de nosotros un hombre fuerte y, en el momento justo, nos diga "en la intimidad": ¡Animo! (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).

Fortaleza de Dios y debilidad humana


2613 Lo que falta a causa de la debilidad humana, si agotamos nuestras posibilidades, lo completará Dios, que hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman (Ro". 8,28) (ORIGENES, Trat. sobre la oración,29,19).


2614 El nos tiende su mano cuando nos ve vacilar, para sostenernos y establecernos en el bien (CASIANO Colaciones,3,12).


2615 Cuando te sientas fuerte no te instales en la seguridad, sino clama a Dios con el profeta: Cuando mengüen misfuerzas no me abandones (Sal 70,9). En el momento de la prueba, repítete para tomar ánimos: Llévame en pos de ti: ¡Corramos! (Ct 1,3). Asi no te faltará la esperanza en la desgracia, ni la previsión en la felicidad. Entre éxitos y fracasos de los momentos inestables, conservarás, como imagen de la eternidad, una sólida ecuanimidad. Bendecirás al Señor en todas las ocasiones y así, en medio de un mundo vacilante, encontrarás la paz, una paz inquebrantable (SAN BERNARDO, Sermón 21 sobre el Cantar de los Cantares,4-ó)


2616 La fuerza de Dios se muestra perfecta en la debilidad (SAN IRENEO, Trat. contra las herejías,5,2).


2617 A veces, cuando todo nos sale al revés de como imaginábamos, nos viene espontáneamente a la boca: ¡Señor, que se me hunde todo, todo, todo. . . ! Ha llegado la hora de rectificar: yo, contigo, avanzaré seguro, porque Tú eres la misma fortaleza: quia tu es, Deus, fortitudo mea (Sal 42,2) (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,213).

Fortaleza y valentía en la vida ordinaria


2618 La Biblia no alaba a la mujer débil, sino a la mujer fuerte, cuando dice en el libro de los Proverbios: La ley de la dulzara está en su lengua (31,6). Porque la dulzura es el punto más alto de la fuerza. La mujer maternal tiene por privilegio esta función discreta y capital: saber atender, saber callarse, ser capaz, ante una injusticia o una debilidad, de cerrar los ojos, de excusar, de cubriróobra de misericordia no menos bienhechora que cubrir la desnudez del cuerpoó[. . . ] (GERTRUD VON LEFORT, La mujer eterna, p. 128).


2619 El estar dispuesto a morir en el supremo trance del martirío, resistiendo pacientemente en el empeño por la realización del bien, no excluye el riesgo de la acometida ni el belicoso ataque. Por el contrario, esta disposición es la que presta a la actividad del cristiano en el mundo esa superioridad y esa libertad que tan definitivamente le están negadas a las convulsiones del activismo (J. PIEI)ER, Las virtudesfundamentales, p. 241).


2620 De penas que se acaban no hagáis caso cuando interviniera algún servicio para El, que tantas pasó por nosotras (SAN TA TERESA, Camino de perfección,3,6).


2621 La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo. El hombre, en efecto, por naturaleza teme el peligro, las molestias, los sufrimientos. Por ello es necesario buscar hombres valientes no solamente en los campos de batalla, sino también en los pasillos de los hospitales o junto al lecho del dolor (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2622 Deseo rendir homenaje a todos estos valientes desconocidos. A todos los que tienen el valor de decir "no" o "si" cuando esto cuesta. A los hombres que dan un testimonio singular de dignidad humana y de profunda humanidad. Justamente porque son desconocidos merecen un homenaje y una gratitud particular (JUAN PABLO II, Sobre lafortaleza,15-XI-1978).

Campos que abarca esta virtud


2623 Según la doctrina de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se encuentra en el hombre:

Que está dispuesto a "aggredi pericula", es decir, a enfrentarse con el peligro.

Que está dispuesto a "sustinere mala", es decir, a soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, por la justicia, etc. (JUAN PABLO Il, Sobre la fortaleza,15Xl-78).


2624 Aparta los obstáculos, los temores que podrían retraer la voluntad del seguimiento de lo que dicta la razón (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 122, a. 3, c).

La paciencia, principal campo de la virtud de la fortaleza Ver nº. 3967-3969.

Ejemplos y ejercicio de la fortaleza


2625 Mas olvidaos de quejaros de flaquezas y malecillos de mujeres, que algunas veces pone el demonio la imaginación de esos dolores; quitanse y pónense. Si no se pierde la costumbre de decirlo y quejaros de todo ósi no fuere a Diosó, nunca acabaréis. Porque este cuerpo tiene una falta: que mientras más le regalan, más males y necesidades descubre (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,3).


2626 Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza: sin embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mi la vida es Cristo, y la muerte una ganancia. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Nada trajimos al mundo, de modo que nada podemos llevarnos de él. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual. Por eso, os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. antes del exilio,1-3).


2627 Es preciso persuadirse de que (a veces) es más fuerte quien sabe someter su voluntad a la de su hermano que el que defiende a ultranza su propio parecer (CASIANO Colaciones,16,23).


2628 Cosa imperfecta me parece, hermanas mias, quejarnos siempre de livianos males. Si podéis sufrirlo, no lo hagáis. Cuando el mal es grave, él mismo se queja, es otro quejido, y luego se parece. Mirad que sois pocas, y si una tiene esta costumbre es para traer fatigadas a todas (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,1).


2629 Es fuerte el que persevera en el cumplimiento de lo que entiende que debe hacer, según su conciencia; el que no mide el valor de una tarea exclusivamente por los beneficios que recibe, sino por el servicio que presta a los demás. El fuerte, a veces, sufre, pero resiste; llora quizá, pero se bebe sus lágrimas. Cuando la contradicción arrecia, no se dobla. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,77).


2630 Otro ejemplo: Un hombre al que se le promete la libertad e incluso una carrera fácil a condición de que reniegue de los propios principios, o bien apruebe algo que está en contra de su honestidad respecto a los demás. Y también él responde "no", incluso frente a amenazas por una parte y lisonjas por otra. ¡He aquí un hombre valiente! (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2631 En todo esto que he dicho no trato de males recios, como cuando hay calentura reciaóaunque pido que haya siempre moderación y sufrimientoó, sino trato de unos malecillos que se pueden pasar en pie (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,4).


2632 Y creed, hijas, que en comenzando a vencer estos corpezuelos no nos cansan tanto (SANTA TERESA, Camino de perfección,11,4).


2633 Permitidme que llame vuestra atención en torno a ejemplos poco conocidos, pero que en si mismos dan testimonio de una gran virtud. Pienso, por ejemplo, en una señora, madre de una familia numerosa, a la que es "aconsejado" por muchos que suprima una nueva vida concebida en su seno, sometiéndose a la "intervención" de interrupción de la maternidad; y ella responde con firmeza: "No". Desde luego, siente toda la dificultad que este "no" lleva consigoódificultad para ella, para su marido, para toda la familiaó, y sin embargo responde: "no". La nueva vida humana en ella concebida es un valor demásiado grande, demásiado "sagrado", para que pueda ceder a semejantes presiones (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2634 Tan pronto como la caña es impulsada por el viento, se inclina a una u otra parte [. . . ]. Pero San Juan no era caña agitada por el viento, porque a él ni le hacia suave la adulación, ni áspero la difamación; ni las prosperidades le levantaban, ni le humillaban las adversidades. San Juan no era caña agitada por el viento, porque no se separaba de la rectitud por ninguna variación de las cosas (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 4 sobre los Evang. ).


2635 No pongo en estas fundaciones los grandes trabajos de los caminos, con fríos, con soles, con nieves, que venia vez de no cesarnos en todo el día de nevar, otras perder el camino, otras con hartos males y calenturas; porque, gloria a Dios, de ordinario es tener yo poca salud, sino que veia claro que Nuestro Señor me daba esfuerzo; porque me acaecía algunas veces que se trataba de fundación, hallarme con tantos males y dolores, que yo me acongojaba mucho, porque me parecía que aun para estar en la celda sin acostarme no estaba, y tornarme a Nuestro Señor, quejándome a Su Majestad, y diciéndole que cómo quería hiciese lo que no podía, y después, aunque con trabajo, Su Majestad daba fuerzas, y con el hervor que me ponia y el cuidado, parece que me olvidaba de mi (SANTA TERESA, Fundaciones,18,4).

La fortaleza y las demás virtudes


2636 El hombre no pone su vida en peligro de muerte más que cuando se trata de la salvación de la justicia. De ahí que la dignidad de la fortaleza sea una dignidad que depende de la anterior virtud (SANTO TOMÁS Sarna Teológ¿ca,2-2, q. 123, a. 12, ad 3).


2637 La fe, si es firme, defiende toda la casa (SAN AMBROSIO, Coment. sobre el Salmo 18,12).


2638 La fortaleza sin justicia es palanca del mal (SAN AMBROSIO, Trat. sobre los oficios,1,3 5).


2639 . La virtud de la fortaleza marcha al unisono con la capacidad de sacrificarse. Esta virtud había tomado ya en los antiguos un perfil bien definido. Con Cristo ha adquirido un perfil evangélico, cristiano. El Evangelio está orientado hacia los hombres débiles, pobres, mansos y humildes, operadores de la paz, misericordiosos; y, al mismo tiempo, contiene en si una constante invitación a la fortaleza. Repite, frecuentemente: No tengais miedo (Mt 14,27). Enseña al hombre que, por una causa justa, por la verdad, por la justicia, es necesario saber dar la vida (Jn 15,13) (JUAN PABLO II, Sobre la fortaleza,15-XI-1978).


2640 La fortaleza sin prudencia no es fortaleza (J. PIEPER, Las virtudesfundamentales, p. 191).


2641 Por el bien se expone el fuerte al peligro de morir (SANTO TOMAS, Suma Teológica,2-2, q. 125, a. 2, ad 2).


2642 La pureza limpisima de toda la vida de Juan le hace fuerte ante la Cruz. Los demás apóstoles huyen del Gólgota: él, con la Madre de Cristo, se queda. No olvides que la pureza enrecia, viriliza el carácter (J. ESCRIVA DE BALACUER, Camino, n. 144).

Esta virtud crece con las dificultades


2643 Ningún caso hagáis de los miedos que os pusieren ni de los peligros que os pintaren (SANTA TERESA, Camino de perfección,21,6).


2644 De aquellos, en cambio, que viven siempre a merced de los avatares humanos y cambian según el sesgo que toman los acontecimientos, se dice: El necio muda como la luna (Eccl 27,12). Y si de los perfectos está escrito: Todas las cosas concurren al bien de los que aman a Dios, de los débiles e insensatos se afirma: Al necio todas las cosas son contrarias (Pr 14,7). Porque ni avanza en la ventura, ni se enmienda cuando se cierne sobre él la desgracia (CASIANO, Colaciones,6,9).


2645 Pues me parece que el atleta valiente, una vez desnudo para luchar en el estadio de la piedad, debe sufrir con valor los golpes que le den los contrarios, con la esperanza de la gloria del premio. Pues que todos aquellos que en los juegos gimnásticos se han acostumbrado a las fatigas de la lucha, jamás desmayan por el dolor de los golpes; antes bien, despreciando los males presentes por el deseo del triunfo, atacan de cerca a sus adversarios. De la misma manera, aunque al varón virtuoso le acontezca alguna cosa desagradable, no por eso perderá su gozo. Porque la tribulación produce la paciencia, y la paciencia produce la reciedumbre; la reciedumbre, la esperanza; y la esperanza no confunde (Ro". 5,3) (SAN BASILIO, Hom. sobre la alegria).


2646 Si la sal se torna insípida, para nada sirve ya, sino para ser arrojudafuera y pisada por los hombres. No es pisado por los hombres quien sufre persecuciones, sino aquel que se acobarda temiendo la persecución; no puede ser pisado sino el que está debajo, y no puede decirse que está debajo aquel que, aun cuando sufra muchas cosas en su cuerpo mientras dura esta vida, su corazón lo tiene fijo en el cielo (SAN AGusTiN, Sobre el Sermón de la Montaña,16).


2647 Los árboles que crecen en lugares sombreados y libres de vientos, mientras que externamente se desarrollan con aspecto próspero, se hacen blandos y fangosos, y fácilmente les hiere cualquier cosa; sin embargo, los árboles que viven en las cumbres de los montes más altos, agitados por muchos vientos y constantemente expuestos a la intemperie y a todas las inclemencias, golpeados por fortísimas tempestades y cubiertos de frecuentes nieves, se hacen más robustos que el hierro (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre la gloria en la tribulación).

La comunión frecuente, fortaleza contra las debilidades y flaquezas


2648 Mas Jesucristo y la Iglesia desean que todos los fieles cristianos se acerquen diariamente al sagrado convite, princi

pálmente para que, unidos con Dios por medio del Sacramento, en él tomen fuerza para refrenar las pasiones, purificarse de las culpas leves cotidianas e impedir los pecados graves a que está expuesta la debilidad humana. Por ello el Sagrado Concilio de Trento llama a la Eucaristía antídoto, con el que somos liberados de las culpas cotidianas y somos preservados de los pecados mortales (S. Pio X, Sacra tridentina Synodus,20-X11-1905).

Para animar a los católicos a profesar valientemente su fe 2649 y a practicar las virtudes cristianas, ningún medio es más eficaz que el que consiste en alimentar y aumentar la piedad del pueblo hacia aquella admirable prenda de amor, lazo de paz y de unidad, que es el sacramento de la eucaristia (LEÓN X111, Breve Apost. Providentissimas,18-XI1897).

La oración, necesaria para ser fuertes

Por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración,2650 pasé este mar tempestuoso casi das (SANTA TERESA, Vida,8,1).

veinte años con estas cai

El alma, cuanto más avanza en la perfección, tanto más 2651 fuerte y valerosa se vuelve en orden a soportar las penalidades que le puedan sobrevenir (SAN DOROTEO, Instrucción 7,2-3).

En tiempos pasados, la oración liberaba del fuego, de las 2652 bestias, de la falta de alimento, y sin embargo no había recibido aún de Cristo su forma propia. ¡Cuánta más eficacia no tendrá, pues, la oración cristiana! Ciertamente, no hace venir el rocio angélico en medio del fuego, ni cierra la boca de los leones, ni transporta a los hambrientos la comida de los segadores (como en aquellos casos del antiguo Testamento); no impide milagrosamente el sufrimiento, sino que, sin evitarles el dolor a los que sufren, los fortalece con la resignación, con su fuerza les aumenta la gracia para que vean, con los ojos de la fe, el premio reservado a los que sufren por el nombre de Dios (TERTULIANO, Trat. sobre la oración,28-29).

La ayuda de los Angeles Custodios


2653 Aunque somos menores de edad y aunque nos queda por recorrer un camino tan largo y tan peligroso, nada debemos temer bajo la custodia de unos guardianes tan eximios. Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente (SAN BERNARDO, Sermón sobre el Salmo 12, "Qui habitat",3,6-8).

Fortaleza en la ayuda a los demás


2654 Son almas fuertes las que escoge el Señor para aprovechar a otras, aunque esta fortaleza no les viene de si (SANTA TERESA, Vida,21,13).


2655 Lo que hay que temer no es el mal que digan contra vosotros, sino la simulación de vuestra parte; entonces si que perderíais vuestro sabor y seriais pisoteados. Pero si no cejáis en presentar el mensaje con toda su austeridad, si después oís hablar mal de vosotros, alegraos. Porque lo propio de la sal es morder y escocer a los que llevan una vida de molicie.

Por tanto, estas maledicencias son inevitables y en nada os perjudicarán, antes serán prueba de vuestra firmeza. Mas si, por temor a ellas, cedéis en la vehemencia conveniente, peor será vuestro sufrimiento, ya que entonces todos hablarán mal de vosotros y todos os despreciarán; en esto consiste el ser pisoteado por la gente (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,15).


2656 Si la regla de conducta del maestro debe ser siempre perseguir al vicio para corregirlo, es muy conveniente que conozcamos que debemos ser firmes contra los vicios, pero compasivos con el hombre (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 33 sobre los Evang. ).


2657 Si no tenemos suficientes fuerzas para contener al que resbala, resbalamos también nosotros con él (SAN GREGORo MAGNO, Hom. 28 sobre los Evang. ).

Dejarse ayudar para ser fuertes


2658 Mientras somos ovejas vencemos y superamos a los lobos, aunque nos rodeen en gran número; pero si nos convertimos en lobos entonces somos vencidos, porque nos vemos privados de la protección del pastor. Este, en efecto, no pastorea lobos, sino ovejas, y por esto te abandona y se aparta entonces de ti, porque no le dejas mostrar su poder (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,33).


2659 Hubiera podido hacer que no tuvierais que sufrir mal alguno ni enfrentaros como ovejas ante lobos, podía haberos hecho más temibles que leones; pero eso no era lo conveniente, porque así vosotros hubierais perdido prestigio y Yo la ocasión de manifestar mi poder. Es lo mismo que decia a Pablo: Te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder. Asi es como Yo he determinado que fuera. Al decir: Os envio como ovejas, dice implicitamente: "No desmayéis: yo sé muy bien que de este modo sois invencibles" (SAN JUAN CRISOSTOMO, HOn] sobre S. Mateo,33).

El martirio, supremo acto de esta virtud


2660 ¡Qué espectáculo a los ojos del Señor, cuán sublime, cuán grande, cuán aceptable a la presencia de Dios, que veia la entrega y la fidelidad de su soldado al juramento prestado, tal como está escrito en los salmos, en los que nos amonesta el Espíritu Santo, diciendo: Es vol. ¿osa a los ojos del Señor la muerte de sus fieles! Es valiosa una muerte semejante, que compra la inmortalidad al precio de su sangre, que recibe la corona de mano de Dios, después de haber dado la máxima prueba de fortaleza (SAN CIPRIANO, Carta 10).


2661 Dichosa Iglesia nuestra, a la que Dios se digna honrar con semejante esplendor, ilustre en nuestro tiempo por la sangre gloriosa de los mártires. Antes era blanca por las obras de los hermanos; ahora se ha vuelto roja por la sangre de los mártires. Entre sus flores no faltan ni los lirios ni las rosas (SAN CIPRIANO, Carta 10).


2662 El martirio es, entre los actos humanos, el más perfecto en su género, como signo de mayor caridad, puesto que según S. Juan: Nadie tiene mayor amor que éste de dar la vida por sus amigos (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 124, a. 3).


2663 Jesús oraba con mayor intensidad, y sudó como gruesas gotas de sangre. Esta efusión de sangre de todo su cuerpo no significaba otra cosa que la pasión de los mártires de toda la Iglesia (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 140).


2664 Los mártires nacen al morir, su fin significa el principio, al matarlos se les dio la vida, y ahora brillan en el cielo, cuando se pensaba haberlos suprimido en la tierra (SAN PEDRO CRISOLOGO, Sermón 108).


2665 No os doy yo mandatos como Pedro y Pablo. Ellos eran apóstoles, yo no soy más que un condenado a muerte [. . . 1. Pero, si logro sufrir el martirio, entonces seré liberto de Jesucristo y resucitaré libre con él. Ahora, en medio de mis cadenas, es cuando aprendo a no desear nada (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Romanos,3).


2666 Los mártires, en efecto, sufrieron por dar testimonio [. . . ], su*ieron como testigos de Dios (SAN AGUSTIN. Trat. sobre la l. a Epístola de S. Juan,2).


2667 El mejor favor que podeis hacerme es dejar que sea inmolado para Dios, mientras el altar está aún preparado: así, unidos por la caridad en un solo coro, podréis cantar al Padre por Cristo Jesús, porque Dios se ha dignado hacer venir al obispo de Siria desde el oriente hasta occidente. ¡Qué hermoso es que el sol de mi vida se ponga para el mundo y vuelva a salir para Dios! (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Romanos,1).


2668 En alguna ocasión me he preguntado qué martirio es mayor: el del que recibe la muerte por la fe, de manos de los enemigos de Dios; o el del que gasta sus años trabajando sin otra mira que servir a la Iglesia y a las almas, y envejece sonriendo, y pasa inadvertido. . . Para mi, el martirio sin espectáculo es más heroico. . . Ese es el camino tuyo (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Via Crucis, p. 66).


2669 Todos los tiempos son de martirio. No se diga que los cristianos no sufren persecución; no puede fallar la sentencia del Apóstol: Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución (2Tm 3,12). Todos, dice, a nadie excluye, a nadie exceptuó. Si quieres probar ser cierto ese dicho empieza tú a vivir piadosamente, y verás cuánta razón tuvo para decirlo (SAN AGUSTIN, Sermón 6).

Santa Maria, fortaleza nuestra


2670 Admira la reciedumbre de Santa Maria: al pie de la Cruz, con el mayor dolor humano óno hay dolor como su doloró, llena de fortaleza. Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 508).

FRUTOS

Citas de la Sagrada Escritura

Yo soy la vid y mi Padre el labrador. Todo sarmiento que en Mi no lleve fruto, lo cortará; y a todo aquel que diere fruto, lo podará para que dé todavía más fruto. Jn 15,1-2.

(Jesús) tuvo hambre; y viendo una higuera junto al camino se acercó a ella, y no hallando más que hojas, le dijo: nunca jamás nazca fruto de ti. Y la higuera quedó seca al instante. Mt 21,18-19.

Cada árbol por su fruto se conoce; no se cogen higos de los espinos, ni de las zarzas racimos de uvas. Lc 6,43.

Voy a cantar a mi amado el canto de mi amigo a su viña: Tenía mi amado un viña en un fértil recuesto. La cavo, la descontó y la plantó de vides selectas. Edificó en medio de ella una torre, e hizo en ella un lagar, esperando que le daria uvas, pero le dio agrazones. Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad entre mi y mi viña. ¿Qué más podía hacer yo por mi viña que no lo hiciera? ¿Cómo, esperando que diese uvas, dio agrazones? Is 5,1-5.

Y dijo esta parábola: Tenia uno plantada una higuera en su viña y vino en busca del fruto y no lo halló. Dijo entonces al viñador: van ya tres años que vengo en busca del fruto de esta higuera y no lo hallo; córtala; ¿por qué ha de ocupar la tierra en balde? Le respondió y dijo: Señor, déjala aún por este año que la cave y la abone, a ver si da fruto para el año que viene. . . ; si no, la cortarás. Lc 13,6-9.

[. . . ] Si el grano de trigo, después le echado en tierra, no muere, ueda infecundo; pero si muere, roduce mucho fruto. Jn 12,24.

[. . . ] Has sido puesto en la balanza y hallado falto de peso Da 5,27.

[. . . 1 Otras (semillas) cayeton en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras cien. Mc 4,8.

Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. Mt 7,15-16.

[. . . ] Es semejante el reino de los cielos a uno que sembró en su campo buena semilla. Pero mientras su gente dormía, vino el enemigo y sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando creció la hierba y dio su fruto, entonces apareció la cizaña. Mt 13,24-26.

Parábola del grano de mostaza: Mt 13,31-32.

Es semejante el reino de los cielos al fermento que una mujer toma y lo pone en tres medidas de harina hasta que todo fermenta. Mt 13,33.

Como el sarmiento no puede dar fruto si no está unido a la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mi. Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mi y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mi no podéis hacer nada. Jn 15,4-5.

En esto será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así seréis discípulos mios. Jn 15,8.

Dios espera abundantes frutos de nuestra vida


2671 Aprovéchame el tiempo. No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía algo: echar hojas. Como tú. .

No me digas que tienes excusas. No le valió a la higueraónarra el Evangelistaóno ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella. Y estéril quedó para siempre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 354).


2672 Quien da socorros temporales a los que tienen dones espirituales es cooperador también de estos dones espirituales (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang. ).


2673 Estas vírgenes no sólo eran necias porque descuidaron las obras de misericordia, sino también porque creyeron que encontrarían aceite en donde inútilmente lo buscaban. Nada más misericordioso que aquellas vírgenes prudentes que por su caridad fueron aprobadas; sin embargo, no accedieron a la petición de las necias. De aquí aprendemos que a nadie podrán servirle otras obras que no sean las propias (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,79).


2674 Dicen las prudentes: No suceda que falte para nosotras y para vosotras, porque de nada sirve el testimonio ajeno en la presencia de Dios, que ve los secretos del corazón; y apenas a cada uno le basta el testimonio de su conciencia (SAN AGusTiN, Sermón 22).


2675 Las lámparas que llevan en las manos (las vírgenes prudentes) son las buenas obras (SAN AGUSTIN, Sermón 22)


2676 El que tiene, pues, talento, procure no ser perro mudo; quien tiene abundancia de bienes, no descuide la caridad; el que experiencia de mundo, dirija a su prójimo; el que es elocuente, interceda ante el rico por el pobre; porque a cada uno se le contará como talento lo que hiciere, aunque haya sido por el más pequeño (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).


2677 Asi como hay peligro de que los doctores oculten el talento del Señor, también los oyentes pueden incurrir en la misma falta cuando se les exijan los réditos de lo que se les enseñó (SAN GRúGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).

Necesidad de la gracia para dar fruto


2678 No hacemos nuestro apostolado. En ese caso, ¿qué podriamos decir? Hacemosóporque Dios lo quiere, porque así nos lo ha mandado: id por todo el mundo y predicad el Evangelio (Mc 16,15)óel apostolado de Cristo. Los errores son nuestros, los frutos, del Señor (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,267).


2679¿Por qué el Señor da el nombre de agua a la gracia del Espíritu? Porque el agua es condición necesaria para la pervivencia de todas las cosas, porque el agua es el origen de las plantas y de los seres vivos. . . Y, del mismo modo que el árbol seco, al recibir el agua germina, así también el alma pecadora, al recibir del Espíritu Santo el don del arrepentimiento, produce frutos de santidad (SAN CIRILO DE JERUSALÉN, Catequesis 16, sobre el Espfritu Santo).


2680 El no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid; nosotros, separados de él, no podemos tener vida (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,84).

Hay frutos que tardan en llegar


2681 Que se hagan ricos en buenas obras, dice el Apóstol. Que se hagan ricos en esto, que siembren en esto. De estas obras hablaba el mismo Apóstol, cuando decia: No nos cansemos de practicar el bien, que a su tiempo cosecharemos. Siembren: aún no ven lo que recogerán, pero que tengan fe y sigan sembrando. ¿Acaso el labrador al sembrar, ve ya recogida su mies? (SAN AGUSTIN, Sermón 11, sobre las bienaventuranzas).

Frutos para Dios


2682 Me veo precisado a deciros que temáis con mucho cuidado por las buenas obras que hacéis, no sea que por ellas busquéis algún favor o alguna gracia humana, no sea que se despierte en vosotros el deseo de alabanzas, y lo que manifestáis al exterior se quede interiormente vacio de retribución (SAN GREGORIO MAGNO, llom. 12 sobre los Evang. ).


2683 Lo que se hace por Dios, se ofrece a Dios y El lo recibe; lo que se hace por los hombres, se convierte en aire (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 338).


2684 Vosotros no veis ahora la importancia del bien que hacéis; tampoco el labriego, al sembrar, tiene delante las mieses; pero confia en la tierra. ¿Por qué no confías tú en Dios? Un día llegará el dueño de nuestra mies. Imagínate que nos hallamos ahora en las faenas de la labranza; mas labrarnos para recoger después, según aquello de la Escritura: Iban andando y lloraban, arrojando sus simientes; cuando vuelvan, volverán con regocijo, trayendo sus gavillas (Sal 125) (SAN AGUSTIN, Sermón 102).


2685 Y vuestro fruto permanezca. Todo cuanto hacemos en este mundo apenas tiene duración hasta la muerte; y llegando ésta, arranca el fruto de nuestro trabajo. Pero cuando trabajamos de cara a la vida eterna, el fruto de nuestro trabajo permanece. Cuando se ha llegado al conocimiento de las cosas eternas, dejan de tener importancia los frutos temporales (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 27 sobre los Evang. ).


2686 Como los árboles buenos no dan fruta venenosa aunque si verde y a veces agusanada, y en ocasiones se recubren de muérdago y musgo, los grandes santos nunca cometen pecado mortal, pero pueden producir obras inútiles, sin madurar, ásperas y mal sazonadas. Hay que confesar que esos árboles son fructíferos, pues de otro modo no serian buenos, y reconocer que algo de su fruta no es bueno, pues nadie afirmará que el muérdago y el musgo son fructuosos. ¿Quién entonces negará que los enfados breves y los pequeños excesos de alegría, de risa, de vanidad y otras pasioncillas semejantes son movimientos inútiles e ilegitimos? Sin embargo, el justo los tiene siete veces al día, es decir, muy a menudo (SAN FRANCISCO DE SALES, Trat. del amor a Dios,10,5).


2687 ¿No adviertes cómo los árboles sin frutos son vigorosos, bellos, esbeltos, graciosos y sublimes? Pero si nos fuera dado poseer un jardín, de seguro que preferiríamos ver en el granados y olivos cubiertos de frutos. Los árboles estériles están en el jardín para recreo, no para utilidad. Y, aunque en cierto sentido pueden ser útiles, su utilidad es minima. Los que sólo se preocupan de sus intereses son como estos árboles (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 20 sobre los Hechos,3-4).


Fdez-Carvajal: Antologia - FORTALEZA