Fdez-Carvajal: Antologia - OBEDIENCIA

OBEDIENCIA

Citas de la Sagrada Escritura

Jesús, durante su estancia en Nazaret, obedecía a José y a Maria: Lc 2,51.

Obediencia de Maria al serle comunicado el misterio de la Encarnación: Lc 1,35-38.

Fruto de la obediencia de Maria: su maternidad divina: Lc 1,35.

Nuestro Señor ve en los que cumplen la voluntad de Dios a su madre y a sus hermanos: Mt 12,48-50 Mc 3,33-35 Lc 8,21.

Obediencia de José al ángel: Mt 1,18-25 Mt 2,13-14.

Obediencia de José y Maria al decreto de César Augusto: Lc 2,2-5.

Obediencia de José y Maria a la Ley judaica: Lc 2,21-24.

Obediencia de los Magos a la inspiración de Dios: Mt 2,1-12.

La obediencia debe ser norma de todos nuestros actos: Mt 3,36 Jn 13,3-9.

Obediencia a la vocación: Mt 4,18-22 Mt 9,9 Mc 1,16-20 Mc 2,13-14 Lc 5,27-28.

Obediencia del diácono Felipe: Ac 8,26-27.

Obediencia de Saulo: Ac 9,5-9.

Obediencia de Ananías: Ac 9,11-17.

Obediencia del Centurión Cornelio: Ac 10,7-9.

Obediencia de Pablo a una orden recibida en sueños en Tróade: Ac 16,9-10.

Cómo Pablo obedece primeramente a Dios: Ac 18,19.

Cómo Pablo es obedecido por sus compañeros: Ac 21,14-15.

Obediencia de Nuestro Señor a su Padre Dios: Rm 5,19.

Por la obediencia ha rescatado Nuestro Señor a los hombres: Rm 5,19.

Todos los que obedecen al Espíritu Santo son hijos de Dios: Rm 8,14.

La obediencia de los primeros cristianos se hizo notoria en todo el mundo, por la cual los alaba San Pablo: Rm 16,19.

La obediencia debe ser efectiva. Parábola de los dos hijos enviados a la viña: Mt 21,28-31.

Dios Padre otorga al Espíritu Santo a los que obedecen: Ac 5,32.

Hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres: Ac 5,29.

Hijos, obedeced a los padres en todo. Col 3,20.

Obedeced a vuestros superiores y estadles sujetos, que ellos velan sobre vuestras almas como quien ha de dar cuenta de ellas, para que lo hagan con alegría y sin queja, que esto seria para vosotros sin utilidad. He 13,17.

Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será el varón prudente, que edifica su casa sobre roca. Mt 7,24.

Se humilló haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Ph 2,8.

"Mejor es la obediencia que las víctimas". Saul rechazado por Dios: 1S 15,10-23.

Si hubieses atendido a mis mandamientos, tu paz seria como un río, y tu justicia como las olas del mar. Is 48,18.

Facilidad y dificultades de la obediencia


3673 . . . Decir que dejaremos nuestra voluntad en otra parece muy fácil, hasta que probándose se entiende que es la cosa más recia que se puede hacer, si se cumple como se ha de cumplir (SANTA TERESA, Camino de perfección,32,5).


3674 Te mandan una cosa que crees estéril y difícil. -Hazla. -Y verás que es fácil y fecunda. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 623).


3675 Fueron, pues, los que habían sido enviados, y hallaron al pollino. . . Asi también debemos hacer nosotros, que debemos acometer con mucho afecto y gran solicitud cuanto se nos mande, por bajo que sea, sabiendo que todo lo que se hace por Dios no es pequeño, sino digno del reino de los cielos (TITO BOSTRENSE en Catena Aurea, vol. Vl, p. 349)


3676 Dijome una vez (el Señor), que no era obedecer si no estaba determinada a padecer; que pusiese los ojos en lo que El había padecido y todo se me haría fácil (SANTA TERESA, Vida,26).


3677 A veces el Señor sugiere su querer como en voz baja, allá en el fondo de la conciencia: y es necesario escuchar atentos, para distinguir esa voz y serle fieles. En muchas ocasiones, nos habla a través de otros hombres, y puede ocurrir que la vista de los defectos de esas personas, o el pensamiento de si están bien informados, de si han entendido todos los datos del problema, se nos presente como una invitación a no obedecer (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,17).

Frutos, eficacia y poder de la obediencia


3678 ¡Oh poder de la obediencia!-El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano. -Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron "piscium multitudinem copiosa". "-una gran cantidad de peces-Créeme: el milagro se repite cada día (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 629).


3679 Para adquirir este tesoro, no hay mejor camino que cavar y trabajar para sacarle de esta mina de la obediencia; que mientras más caváremos, hallaremos más, y mientras más nos sujetáremos a los hombres, no teniendo otra voluntad sino la de nuestros mayores, más estaremos señores de ella para conformarla con la de Dios (SANTA TERESA, Fundaciones,5,13).


3680 Dios no necesita de nuestros trabajos, sino de nuestra obediencia (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,56).


3681 Tiene por compañeras la honra y la dignidad, porque no es esclavitud o servidumbre de hombre a hombre, sino sumisión a la voluntad de Dios, que reina por medio de los hombres (LEÓN XIII, Enc. Immortale Dei).


3682 Yo creo que, como el demonio ve que no hay camino que más presto lleve a la suma perfección que el de la obediencia, pone tantos disgustos y dificultades debajo de color de bien (SANTA TERESA, Fundaciones,5,10).


3683 Haz que tu padre espiritual te señale las obras de piedad que has de practicar, y con eso tendrán duplicada gracia y bondad, una por si misma, puesto que son piadosas, y otra por la obediencia, que las ordena y en cuya virtud se ejecutan. Bienaventurados los que obedecen, porque Dios no permitirá jamás que se extravien (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,3,11).


3684 Mientras nos sometemos humildemente a la voz ajena nos superamos a nosotros mismos en el corazón (SAN GREGORio MAGNO, Moralia,35).


3685 Muchas veces me parecía no se poder sufrir el trabajo conforme a mi bajo natural, me dijo el Señor: Hija, la obediencia da fuerzas (SANTA TERESA, Fundaciones, pról. 2).


3686 Si no entristeces a esta gracia, conocerás los secretos que el Verbo comunica por medio de quien quiere y cuando quiere [. . . ]. Si te acercas atentamente, sabrás todo lo que Dios concede a los que verdaderamente aman (cfr. 1Co 2,9).

Se convierten en un jardín de delicias; en ellos va a crecer un árbol fecundo y vigoroso que los colmará de ricos frutos. Ellos son el terreno en que fueron plantados el árbol del conocimiento y el árbol de la vida. Porque lo que mata no es el árbol del conocimiento, sino la desobediencia (Epístola a Diogneto XI,3 y XII,2-3).

Seguridad de la obediencia


3687 Obedecer. . . , camino seguro. -Obedecer ciegamente al superior. . . , camino de santidad. -Obedecer en tu apostolado. . . , el único camino: porque, en una obra de Dios, el espiritu ha de ser obedecer o marcharse (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 941).


3688 ¡Oh, Señor, cuán diferentes son vuestros caminos de nuestras torpes imaginaciones, y cómo de un alma que está ya determinada a amaros y dejada en vuestras manos no queréis otra cosa, sino que obedezca y se informe bien de lo que es más servicio vuestro y eso desee! (SANTA TERESA, Fundaciones,5,6).


3689 Obediencia que con toda verdad puedo decir que es la virtud propia de la criatura racional que actúa bajo la potestad de Dios; y también que el primero y mayor de todos los vicios es el orgullo, que lleva al hombre a querer usar de su potestad para la ruina, y tiene el nombre de desobediencia (SAN AGUSTiN, Sobre el Génesis,8).


3690 Gran cosa es estar en obediencia, y vivir debajo de prelado, y no ser suyo propio: mucho más seguro es estar en sujeción que en mando (Imitación de Cristo,1,9,1).


3691 La obediencia es virtud que inclina la voluntad a cumplir el mandato legitimo del superior, en cuanto es manifestación de la Voluntad de Dios (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 104).


3692 La humildad, como virtud especial, considera principalmente la sujeción del hombre a Dios, en cuyo honor se humilla sometiéndose incluso a otros (SANTO TOMAS, Suma Teológica,2-2, q. 161, a. 1).


3693 ¿Qué importa que Dios nos manifieste su voluntad por si mismo o por sus ministros, ya sean ángeles, ya sean hombres? (SAN BERNARDO, De praeceptis et dispositionibus 9).


3694 Pierde ella (el alma) su regalo, y lo tiene por bien perdido porque no se acuerda de su contento, sino en cómo hacer más la voluntad del Señor, y así es en la obediencia. Seria recia cosa que nos estuviese claramente diciendo Dios que fuésemos a alguna cosa que le importa, y no quisiéramos porque estamos más a nuestro placer (SANTA TERESA, Fundaciones,5,5).


3695 Es conveniente obedecer sin ningún género de fingimiento, porque no es a éste o a aquel obispo que vemos a quien se trataria de engañar, sino que el engaño iria dirigido contra el obispo invisible; es decir, en este caso ya no es contra un hombre mortal, sino contra Dios, a quien aun lo escondido está patente (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA, Carta a los Magnesios,1).


3696 Cada uno entienda que el fin de todos estos ejercicios y de toda la vida espiritual es la obediencia de los mandamientos de Dios y el cumplimiento de la divina voluntad, para lo cual es necesario que muera la voluntad propia, para que así viva y reine la divina, pues es tan contraria a ella (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación,11,5).

Obedecer los consejos del confesor


3697 Yendo con limpia conciencia y con obediencia, nunca el Señor permite que el demonio tenga tanta mano que nos engañe de manera que pueda dañar el alma; antes viene él a quedar engañado (SANTA TERESA, Fundaciones,4,2).


3698 Muchas veces me ha dicho el Señor que no deje de comunicar toda mi alma y las mercedes que el Señor me hace con el confesor, y que sea letrado, y que le obedezca. Esto muchas veces (SANTA TERESA, Vida,26,3).


3699 Siempre que el Señor me mandaba una cosa en la oración, si el confesor me decia otra me tornaba el mismo Señor a decirme que le obedeciese; después su Majestad le volvía para que me lo tornase a mandar (SANTA TERESA, Vida,26,5).

Cualidades de quien ejerce la autoridad


3700 Ninguno manda con seguridad sino el que aprendió a obedecer de buena gana (Imitación de Cristo, 1,20,3).


3701 (El ejercicio de la autoridad no es más que) un oficio de amor (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,123).


3702 (Recomienda la santa a la madre priora): Procure que sea amada para que sea obedecida (SANTA TERESA, Constituciones,9,1).

Cualidades de la obediencia


3703 El enemigo: ¿obedecerás. . . hasta en ese detalle "ridículo"? Tú, con la gracia de Dios: obedeceré. . . hasta en ese detalle "heroico" (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 618).


3704 Has de obedecer cuando te manden cosas agradables, como es el comer y divertirse, pues aunque entonces no parece gran virtud el hacerlo, el no hacerlo seria gran defecto; has de obedecer en las cosas indiferentes, como ponerte tal o tal vestido, ir por tal o por cual camino, cantar o callar, y ésta será una obediencia muy loable; has de obedecer también en las cosas difíciles, ásperas y duras, y ésta será obediencia perfecta; has de obedecer, finalmente, con dulzura, sin enfado y, sobre todo, por amor (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota,3,11).


3705 Hay tres modos diferentes de obedecer: separándonos del mal por temor al castigo, y entonces nos colocamos en una actitud servil; o por alcanzar el premio ofrecido, y en este caso nos asemejamos a los mercenarios; o por amor al bien y por afecto a aquel que nos manda, y entonces imitamos la conducta de los buenos hijos (SAN BASILIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 207).


3706 Purificad vuestras almas en la obediencia, la cual no debe proceder sólo de la necesidad, sino de una franca voluntad y deseo de agradar a Dios. La voluntad del superior, sea como sea conocida por nosotros, ha de servirnos de precepto. Las consideraciones que deseo en vuestra obediencia se encierran todas en una; pues no deseo más que la sencillez, que rinde dulcemente el corazón a las órdenes y se siente feliz obedeciendo hasta en las cosas que repugnan, y más en éstas que en ninguna otra.

No deseéis, pues, nada más que lo que Dios quiere y haced lo que os diga el que os mande, con tal que no haya pecado en ello. Quered lo que quieren los superiores y querréis lo que Dios quiere: con ello seréis de veras obedientes y dichosos (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 46, I. c. ,p. 680).


3707 La obediencia hace meritorios nuestros actos y sufrimientos, de tal modo que, de inútiles que estos últimos pudieran parecer, pueden llegar a ser muy fecundos. Una de las maravillas realizadas por nuestro Señor es haber hecho que fuera provechosa la cosa más inútil, como es el dolor. El lo ha glorificado mediante la obediencia y el amor. La obediencia es grande y heroica cuando por cumplirla está uno dispuesto a la muerte e ignominia (R. GARRIGOU LAGRANGE, Las tres edades de la vida interior, vol. II, p. 683).

El ejemplo de Jesucristo


3708 Jesucristo, en cumplimiento de la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos reveló su misterio y realizó la redención con su obediencia (CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium,3).


3709 Cristo, a quien el universo está sujeto, estaba sujeto a los suyos(SAN AGUSTIN, Sermón 51).


3710 La señal de la humildad es la obediencia, mientras que la soberbia nos inclina a hacer la propia voluntad y a buscar aquello que nos ensalza, y a no querer dejarnos dirigir por los demás, sino a dirigirlos a ellos. La obediencia es lo contrario de la soberbia. Mas el Unigénito del Padre, venido del cielo para salvarnos y sanarnos de la soberbia, hizose obediente hasta la muerte en la cruz (R. GARRIGOU LAGRANGE, Las tres edades de la vida interior, vol. II, p. 683).


3711 Baja del cielo por obedecer a un hombre y se deja poner sobre los altares en cuanto los hombres quieren. Asi está sin moverse por si mismo, déjase estar donde lo ponen, o expuesto en la custodia, o cerrado en el sagrario; déjase conducir por donde lo llevan, así por las calles como por las casas; permite que cualquiera le reciba en la comunión, sea justo o pecador. Mientras vivió en este mundo, dice San Lucas, obedecía a Maria Santísima y a San José, mas en este Sacramento obedece a tantas criaturas como son en el mundo los sacerdotes (SAN ALFONSO M. a DE LIGORIO, Visitas al Stmo. Sacramento,25).

Obediencia de la Virgen


3712 Tratemos de aprender, siguiendo su ejemplo en la obediencia a Dios, en esa delicada combinación de esclavitud y de señorío. En Maria no hay nada de aquella actitud de las vírgenes necias, que obedecen, pero alocadamente. Nuestra Señora oye con atención lo que Dios quiere, pondera lo que no entiende, pregunta lo que no sabe. Luego, se entrega toda al cumplimiento de la voluntad divina: he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra (Lc I,38) (J. ESCRIVA DE BAEAGUER, Es Cristo que pasa,173).

OFRECIMIENTO DE OBRAS


3713 Se levantan antes del dia o al rayar el alba, pero no se envuelven enseguida en los cuidados familiares y demás menesteres de este mundo. Van antes al templo para consagrar en la divina presencia las primicias de sus acciones y trabajos (CASIANO, Colaciones,21).


3714 ¿Y que aire acerca de las primicias? ¿No es notorio que todos los fieles siervos de Cristo las ofrecen todos los cias? Porque apenas despertar, antes de enfrentarse de nuevo con el trasiego de la vida, antes de concebir en su corazon cualquier impresión, antes incluso de acordarse del cuidado de sus intereses familiares, consagran al Señor el nacimiento y principio de sus pensamientos (CASIANO, Colaciones,21).


3715 Todas sus obras, sus oraciones e iniciativas apostolicas, la vida conyugal y familiar, el cotidiano trabajo, el descanso de alma y de cuerpo, si son hechas en el Espíritu, e incluso las mismas pruebas de la vida, si se sobrellevan pacientemente, se convierten en sacrificios espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo (cfr. 1P 2,5), que en la celebración de la Eucaristia se of recen piadosisimamente al Padre junto con la oblación del cuerpo del Señor (CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium,34).


3716 El Señor no mira tanto la cantidad que se le ofrece, como el amor que se pone en la ofrenda (SAN JUAN CRISOSTOMO), en Catena Aurea, vol. Vl, p. 393)


3717 Primeramente debe of recerse uno a si mismo por perpetuo esclavo suyo, resignandose y poniendose en sus manos para que haga de el todo lo que quisiere en tiempo y en eternidad, y ofrecer juntamente todas sus palabras, obras, pensamientos y trabajos, que es todo lo que hiciere y padeciere, para que todo sea gloria y honra de su santo nombre (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación,1,10).


3718 Al elevar todo ese quehacer a Dios, la criatura diviniza el mundo. ;He hablado tantas veces del mito del rey Midas, que convertia en oro cuanto tocaba! En oro de meritos sobrenaturales podemos convertir todo lo que tocamos, a pesar de nuestros personales errores (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,308).


3719 Lo que se hace por Dios, se ofrece a Dios y El lo recibe; lo que se hace por los hombres, se convierte en aire (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, volt 1P 338).


3720 Aquello poco que desees ofrecer, procura depositarlo en aquellas manos de Maria, graciosisimas y dignisimas de todo aprecio, a fin de que sea ofrecido al Señor sin sufrir de El repulsa (SAN BERNARDO, Hom. en la Natividad de la B. Virgen María,18).

OMISIONES

Citas de la Sagrada Escritura

Y dira a los de la izquicrda: Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y para sus argeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui peregrino, y no me alojasteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; entermo y en la carcel, y no me visitasteis. Entonces cllos responderan diciendo: Señor, ¿cuando te vimos hambriento, o sediento, o peregrino, o enfermo, o en prisión, y no te socorrimos? El les contestara diciendo: En verdad os digo que cuando dejasteis de hacer eso con uno de estos pequeñuelos, conmigo dejasteis de hacerlo. (Mt 25,49).

Le dijo Jesús: ¿Quieres ser curado? Respondio el enfermo: Señor, no tengo a nadie que al moverse el agua me meta en la piscina, y mientras yo voy, baja otro antes de mi (Jn 5,6-7).

Nosotros somos cooperadores de Dios, y vosotros sois arada de Dios, edificación de Dios. (1Co 3,9)

Es preciso que los honbres vean en nosotros ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios (1Co 4,1).

En todo debemos mostrarnos como ministros de Dios (2Co 6,4).

Llega el otro, diciendo: Señor, ahi tienes tu `<mina>> que tuve guardada en un pañuelo, pues tenía miedo de ti, que eres hombre severo, que quieres recoger lo que no pusiste y segar donde no sembraste. Dijole: Por tu boca misma te condeno, mal siervo. Sabias que yo soy un hombre severo, que cojo donde no deposite y siego donde no sembre; ¿,por que, pues, no diste mi dinero al banquero, y yo, al volver, lo hubiera recibido con los intereses? (Lc 19,20-23).

Si el hermano o la hermana estan desnudos y carecen de alimento cotidiano, y alguno de vosotros les dijere: Id en paz, que podais calentaros y hartaros, pero no les diereis con que satisfacer la necesidad de su cuerpo, ¿,que provecho les vendria? (Jc 2,15-16).

¿Sabeis que ayuno quiero yo?, dice el Señor Yave: [. . . ] partir tu pan con el hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no volver tu rostro ante tu hermano. Entonces brotara tu luz como la aurora (Is 58,6-8).

Tomando Jesús la palabra, dijo: Bajaba un hombre de Jerusalen a Jerico y cayó en poder de ladrones, que le desnudaron, le cargaron de azotes y se fueron, dejandole medio muerto. Por casualidad bajo un sacerdote por el mismo camino, y, viendole, paso de largo. Asimismo un levita, pasando por aquel sitio, le vio también y siguio adelante. Pero un samaritano que iba de camino llego a el, y, viendole, se movi6 a compasión; acercose, le vendo las heridas, derramando en ellas aceite y vino; le hizo montar sobre su propia cabalgadura, le condujo al meson y cuido de el. A la manara, sacando dos denarios, se los dio al mesonero y dijo: Cuida de el, y lo que gastares, a la vuelta te lo pagare. <,Quien de estos tres te parece haber sido prójimo de aquel que cayo en manos de los ladrones? El contesto: El que hizo con el misericordia. C'ontestole Jesús: Vete y haz tu lo mismo (Lc 10,30-37).

Mis guardianes son ciegos todos, no entienden nada. Todos son perros mudos, que no pueden ladrar; sohadores, se acuestan, son amigos de dormir. Son perros voraces, insaciables; son pastores que no entienden, siguen cada uno su camino, cada cual busca su interes (Is 56,10-1 Is 1).

Se muere mi pueblo por falta de doctrina (Os 4,6).

Alegraos con los que se alegran, llorad con los que lloran. Vivid unanimes entre vosotros, no seais altivos, mas allanaos a los humildes. No seais prudentes a vuestros propios ojos. No volvais mal por mal; procurad el bien a los ojos de todos los hombres. A ser posible y cuanto de vosotros depende, tenez paz con todos (Rm 12,238).

El que tuviere bienes de este mundo y viendo a su hermano pasar necesidad le cierra sus entranas, ¿como mora en el la caridad de Dios? Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad (1Jn 3,17-18).

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Omisiones y tibieza


3721 El reino de los cielos se parece a un padre defamilia, que al romper el dia salio a alquilar jornaleros para su vida (Mt 20,1). Ya conoceis el relato: aquel hombre vuelve en diferentes ocasiones a la plaza para contratar trabajadores: unos fueron llamados al comenzar la aurora; otros, muy cercana la noche.

Todos reciben un denario [. . . ]. Esta es la misericordia de Dios, que llama a cada uno de acuerdo con sus circunstancias personales, porque quiere que todos los hombres se salven (ITm 2,4). Pero nosotros hemos nacido cristianos, hemos sido educados en la fe, hemos recibido, muy clara, la elección del Señor. Esta es la realidad. Entonces, cuando os sentis invitados a corresponder, aunque sea a ultima hora, ¿podreis continuar en la plaza publica, tomando el sol como muchos de aquellos obreros, porque les sobraba el tiempo?

No nos debe sobrar el tiempo [. . . ]. Si te sobra tiempo, recapacita un poco: es muy posible que vivas metido en la tibieza; o que, sobrenaturalmente hablando, seas un tullido. No te mueves, estas parado, esteril, sin desarrollar todo el bien que deberlas comunicar a los que se encuentran a tu lado, en tu ambiente, en tu trabajo, en tu familia (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,42).


3722 Quien tenga entendimiento, cuide de no estar siempre callado; quien tenga bienes abundantes, vigile para no descuidarse en ejercitar la misericordia; quien posea un arte por el cual se sustenta, procure con gran diligencia que el prójimo participe en su uso y utilidad; quien tiene ocasión de hablar al rico, tema ser castigado (por retención del talento) si, pudiendo, no intercede cerca de el en favor de los pobres; porque el Juez que ha de venir exige de cada uno de nosotros el talento, o sea, cuanto ha dado (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).


3723 No seamos perros mudos, no seamos centinelas silenciosos, no seamos mercenarios que huyen del lobo, sino pastores solicitos que vigilan sobre el rebaho de Cristo, anunciando el designio de Dios a los grandes y a los pequeflos, a los ricos y a los pobres, a los hombres de toda condición y de toda edad (SAN BONIFACIO, Carta 78).


3724 El que tiene talento procure no ser perro mudo; quien tiene abundancia de bienes, no descuide la caridad; el que experiencia de mundo, dirija a su prójimo; el que es elocuente, interceda ante el rico por el pobre; porque a cada uno se le contara como talento lo que hiciere, aunque haya sido por el mas pequeno (SAN GREGORIO MAGNO, en Catena Aurea, vol. III, p. 236).


3725 Uno recibe la inteligencia, y por este talento queda obligado a la predicacion. Otro recibe bienes terrenales, y este debe distribuir su talento de esos bienes. Otro no recibio ni la inteligencia ni bienes terrenos, pero aprendio el arte que profesa: a este se le reputa como talento recibido su mismo arte. Otro nada de esto ha recibido, pero quizá merecio el trato de algun rico: este, por lo tanto, recibio el talento de la familiaridad. Luego si no le habla en favor de los pobres, es condenado por la retención del talento. Luego el que tiene talento procure no callar; el que tiene riquezas trate de no cansarse en las obras de misericordia; el que posee un arte o profesión trate muy principalmente de que su uso y utilidad redunde en provecho del prójimo (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).


3726 Uno cayo en un pozo donde el agua era bastante para que flotase sin morir ni ahogarle, no impidiendole hablar, y acercosele otro y, al verlo, le dijo con admiración: <<¿Como has caído aquí?>> Y el otro le respondio: <<Por favor, mira a ver si puedes sacarme de aquí y no me vengas con preguntas sobre como he caído>> (SAN AGUSTIN, Epistola 167).

Se nos pedira cuenta de los talentos recibidos


3727 El obispo que no sirve a los fieles (predicando, guiando) es solamente foenus custos (guardian de paja), un espantapajaros colocado en los viñedos para que los pajaros no coman las uvas (SAN AGUSTIN, Miscel. Agust. , Roma 1930,1,568).


3728 Asi como hay peligro de que los doctores oculten el talento del Señor, también los oyentes pueden incurrir en la misma falta cuando se les exija los réditos de lo que se les enseñó; a saber: si no han procurado penetrar en la inteligencia de lo que han oido mediante la meditación (SAN GREGORIO MAGNO, en Catena Aurea, vol. III, p. 233).


3729 Es enterrar el talento que se ha recibido, el ocupar el ingenio recibido en asuntos puramente terrenales, el no buscar el lucro espiritual y el no levantar jamás el corazon de los pensamientos terrenos (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 9 sobre los Evang. ).


3730 El siervo que no quiso negociar con el talento, lo devolvio al Señor con excusas [. . . ], anadiendo el pecado de soberbia a los de pereza y negligencia (SAN GREGORIO MAGNO, en Catena Aurea, vol. III, p. 231).


3731 Y ninguno diga: yo no sirvo para amonestar, no soy idoneo para exhortar. Haz lo que puedas, para que no se te pida cuenta en los tormentos de lo recibido y mal guardado (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 4 sobre los Evang. ).


3732 Tambien es esconder el talento el negarse a ejercer la predicación (SAN HILARIO, en Catena Aurea, vol. III, p. 228).


3733 Cuando veas a alguien que tiene facilidad para ensenar y aprovechar a las almas, y que oculta este don, aunque en la conversación manifieste cierta religiosidad, no dudes en decir que este tal recibio un talento, pero lo tiene enterrado (ORIGENES, en Catena Aurea, vol III, p. 228).


3734 A la omisión le es debida la pena de dano y la pena de sentido, por razon de la raiz de que procede, aunque no implique necesariamente la adhesión temporal a ningun bien mudable (SANTO TOMAS, Suma Teológica,2-2, q. 79, a. 4 ad 4).


3735 Las virgenes fatuas conservaban la castidad, la gracia y la modestia para propia utilidad, pero no eran titiles a nadie.

Por eso fueron arrojadas fuera. Asi son los que no alivian el hambre de Cristo. Considera atentamente que ninguno de ellos es acusado por faltas privadas, fornicación, perjurio o cualquier otra cosa, sino unicamente por no haber sido titiles a los demás. Yo pregunto: ¿Es cristiano el que se conduce así? Si el fermento mezclado con la harina no la hace cambiar, ¿es verdadero fermento? Si el perfume no despide buen olor entre los circunstantes,1lo podremos llamar perfume? (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. 20 sobre los Hechos de los Apostoles).

ORACION

Citas de la Sagrada Escritura

1. Oración de Jesucristo

Oración del Señor en la intimidad con su Padre: Mt 14,23 Mt 11,25-26 Lc 6,12.

Oración de Jesús por sí mismo: Mc 14,35-36 Lc 23,34-36.

Oración por sus apóstoles y futuros discípulos: Lc 22,32 Jn 17,14.

La intercesión del Señor tiene carácter permanente: He 7,25.

Junto a la oración personal la oración Litúrgica: Mc 14,26.

Usó de pasajes de los salmos para expresar una oración personal: Mt 27,46.

2. Oración del cristiano

Necesaria para resistir la tentación: Mt 26,41.

Para obtener los dones necesarios: Jn 4,10 Jn 6,27.

Oración individual, en el secreto de la casa: .

Oración colectiva. Mt 19-20.

Debe ser discreta: Mt 6,7-8).

Debe ser humilde: Lc 18,9-14.

Perseverante: Lc 11,5-8 Lc 18,1.

Confiada: Mc 11,23.

El Señor nos concederá también lo indispensable para la vida material: Mt 7,7-11 Lc 11,9-13.

3. La oración de la Iglesia

Los Apóstoles, unidos en la oración para recibir el Espíritu Santo: Ac 1,1.

Fundamento de la Iglesia: Ac 1,24-26 Ac 6,6.

Oración constante de acción de gracias: 1Co 1,4 Ph 1,9.

Se dirige al Padre por Jesucristo: Ep 5,20.

Doxologías e himnos litúrgicos: Ph 2,6-11 1Tm 1,17.

Los Apóstoles exhortan continuamente a los cristianos a cuidar la oración: Rm 12,12 Col 14,2 1P 4,7 Jc 5,16.

San Pablo se encomienda a las oraciones de los fieles: Rm 15,30.

Los tiene continuamente presentes en sus oraciones: Rm 1,9-10 Ep 1,16.

Los Sacramentos, especialmente la Penitencia y la Sagrada Eucaristía, encuentros íntimos con el Señor: Mt 9,2-8 Jn 8,10-11 Jn 6,56.

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Qué es la oración


3736 No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama (SANTA TERESA, Vida,8,2).


3737 La oración es la elevación del alma hacia Dios y la petición de lo que se necesita de Dios (SAN PEDRO DAMIAN, en Catena Aurea, vol. III, p. 304).


3738 (La oración es) la elevación de la mente a Dios para pedirle cosas convenientes (SAN JUAN DAMASCENO. Sobre la fe,3).


3739 Oración mental es ese diálogo con Dios, de corazón a corazón, en el que interviene toda el alma: la inteligencia y la imaginación, la memoria y la voluntad. Una meditación que contribuye a dar valor sobrenatural a nuestra pobre vida humana, nuestra vida diaria corriente (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,119).


3740 La oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Criador (SANTo CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3741 La adoración es el acto por el que uno se dirige a Dios con ánimo de alabarle (ORIGENES, Trat. sobre la oración,14).


3742 La oración es el acto propio de la criatura racional (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 83, a. 10).


3743 La oración es el reconocimiento de nuestros límites y de nuestra dependencia: venimos de Dios, somos de Dios y retornamos a Dios. Por tanto, no podemos menos de abandonarnos a El, nuestro Creador y Señor, con plena y total confianza [. . . ]. La oración es, ante todo, un acto de inteligencia, un sentimiento de humildad y reconocimiento, una actitud de confianza y de abandono en Aquel que nos ha dado la vida por amor. La oración es un diálogo misterioso, pero real, con Dios, un diálogo de confianza y amor (JUAN PABLO II, Aloc. 14-III-1979).

Necesidad de la oración


3744 Vuestro Dios está siempre cerca de vosotros, y aun dentro de vosotros: en él tenemos vida, movimiento y ser (Ac 17,28). Aquí no le sale al paso un portero a quien desee hablarle; a Dios le gusta que tratéis familiarmente con él. Tratad con él vuestros asuntos, vuestros proyectos, vuestros trabajos, vuestros temores y todo lo que os interese. Hacedlo sobre todo con confianza y el corazón abierto, porque Dios no acostumbra a hablar al alma que no le habla; si ésta no se acostumbra a conversar con él, comprenderá muy poco su lenguaje cuando le hable (SAN ALFONSO M. a DE LIGORIO, Cómo conversar continua y familiarmente con Dios,1. c. , volt I, pp. 316-317).


3745 ¿Quién de nosotros podrá oír, sin llorar de compasión, a esos pobres cristianos que se atrever a deciros que no tienen tiempo para orar? ¡Pobres ciegos! ¿Qué obra es más preciosa, la de trabajar por agradar a Dios y salvar el alma, o la de dar de comer al ganado de las cuadras, o bien llamar a los hijos o sirvientes para enviarlos a remover la tierra o el estercolero? ¡ Dios mío, cuán ciego es el hombre!. . . ¡No tenéis tiempo!, mas, decidme, ingratos, si Dios os hubiese enviado la muerte esta noche, ¿habriais trabajado? Si Dios os hubiese enviado tres o cuatro meses de enfermedad, ¿habriais trabajado? (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3746 El sendero, que conduce a la santidad, es sendero de oración; y la oración debe prender poco a poco en el alma, como la pequeña semilla que se convertirá más tarde en árbol frondoso (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,295).


3747 De lo que yo tengo experiencia puedo decir, y es que por males que haga quien la ha comenzado (la oración) no le deje; pues es el medio por donde puede tornarse a remediar, y sin ella será muy más dificultoso (SANTA TERESA, Vida,8,2).


3748 Todos los males que nos agobian en la tierra vienen precisamente de que no oramos o lo hacemos mal (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3749 Es, pues, por la oración por la que todos los santos no sólo se han salvado, sino que han llegado a ser santos. Los condenados se han condenado por no haber orado; si hubieran orado no se hubieran condenado (SAN ALFONSO M. a DE LIGORIO, Del gran medio de la oración).


3750 La oración es el medio necesario y seguro para conseguir la salvación y para obtener todas las gracias necesarias para conseguirla (SAN ALFONSOM a DE LIGORIO, Del gran medio de la oración).


3751 Todo hombre está obligado a orar por el hecho de que está obligado a procurarse los bienes espirituales, que no le pueden venir sino de Dios y no pueden serle dados sin que él los pida (SANTO ToMAS, Coment. Libre I V Sentencias d. 15q. 4a. 1 ad3).


3752 Sin este cimiento fuerte (de la oración) todo edificio va falso (SANTA TERESA, Camino de perfección,4,5).


3753 Si la oración no mantiene este edificio y sostiene todas sus partes conjugándolas entre si, no podrá ser firme y sólido, ni subsistir por mucho tiempo (CASIANO, Colaciones,9).


3754 Aquel que ora, ciertamente se salva, y quien no ora, ciertamente se condena (SAN ALFONSO M. a DE LIGORIO, Visitas al Stmo. Sacramento).


3755 Vuestro corazón es pequeño, pero la oración lo agranda y lo hace capaz de amar a Dios. La oración es una degustación anticipada del cielo, es un rebose del paraiso Jamás nos deja sin alguna dulzura. Es una miel que desciende sobre el alma y lo endulza todo. Las penas se deshacen ante una oración bien hecha, como la nieve ante el sol (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre /a oración).


3756 Siempre que sentimos en nuestro corazón deseos de mejorar, de responder más generosamente al Señor, y buscamos una guia, un norte claro para nuestra existencia cristiana, el Espíritu Santo trae a nuestra memoria las palabras del Evangelio: conviene orar perseverantemente y no desfallecer (Lc 18,1). La oración es el fundamento de toda la labor sobrenatural; con la oración somos omnipotentes y, si prescindiésemos de este recurso, no lograriamos nada (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,238).

Poder de la oración


3757 La oración era entonces, como hoy, la única arma, el medio más poderoso para vencer en las batallas de la lucha interior: ¿ hay entre vosotros alguno que está triste? Que se recoja en oración (Jc 5,13). Y San Pablo resume: orad sin interrupción (1Th 5,17), no os canséis nunca de implorar (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,242).


3758 Orad, orad, orad; la oración es la llave de los tesoros de Dios; es el arma del combate y de la victoria en toda lucha por el bien y contra el mal. ¿Qué no puede la oración, adorando, propiciando, suplicando, dando gracias? (Pio XII, Aloc. 4-9-1940).


3759 Elias, después de estar cerrado el cielo a los impios durante tres años y tres meses, lo abrió de nuevo con su palabra divina; y esto mismo hace siempre el que con su oración obtiene para el alma la lluvia antes denegada a los hombres por sus pecados (ORIGENES, Trat. sobre la oración,14).


3760 Con la oración todo lo podéis, sois dueños, por decirlo así, del querer de Dios (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la perseverancia)


3761 Cuando hablamos con Dios en la oración el Hijo está unido a nosotros, y cuando ruega el cuerpo del Hijo lo hace unido a su cabeza; de este modo, el único Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ora por nosotros, ora en nosotros, y al mismo tiempo es a El a quien dirigimos nuestra oración.

Ora por nosotros, como sacerdote nuestro; ora en nosotros, como cabeza nuestra; recibe nuestra oración, como nuestro Dios. (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 85).


3762 Los grandes prodigios que Samuel realizó, según las Escrituras, mediante la oración, los pueden realizar también ahora cualquiera de los que están verdaderamente dedicados a Dios (ORIGENES, Trat. sobre la oración,13).


3763 Sin la oración de Esteban, la Iglesia no tendría a Pablo (SAN AGUSTIN, Sermón 382).


3764 No nos extrañe, pues, que el demonio haga todo lo posible para movernos a dejar la oración o a practicarla más, pues sabe mejor que nosotros cuán temible sea ella al infierno y cómo es imposible que Dios pueda denegarnos lo que le pedimos al orar. ¡Cuántos pecadores saldrian del pecado, si acertasen a recurrir a la oración! (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).

Cómo orar


3765 Ha de hacer cuenta el que comienza, que comienza a hacer un huerto en tierra muy infructuosa, que lleva muy malas hierbas, para que se deleite el Señor. Su Majestad arranca las malas hierbas, y ha de plantar las buenas. Pues hagamos cuenta que está ya hecho esto cuando se determina a tener oración un alma, y lo ha comenzado a usar. Y, con ayuda de Dios, hemos de procurar, como buenos hortelanos, que crezcan estas plantas y tener cuidado de regarlas, para que no se pierdan, sino que vengan a echar flores que den de si gran olor, para dar recreación a este Señor nuestro, y así se venga a deleitar muchas veces a este huerta y a holgarse entre estas virtudes (SANTA TERESA, Vida,11,2).


3766 En cuanto al lugar, hay que saber que todo lugar es apto para que haga oración quien bien ora: Of reced en todo lugar a mi nombre un sacrificio humeante, dice el Señor; y Quiero que los hombres oren en todo lugar. Para practicar las devociones con más tranquilidad y menos expuestos a distracción se puede, si es cómodamente factible, elegir en las casas particulares un determinado lugar a ello destinado, un recinto por así decir más santo, y alli hacer la oración (ORIGENES, Trat. sobre la oración,30).


3767 Me ha parecido necesario exponer estas cosas al considerar el lugar de la oración y al establecer que el mejor lugar para ella es el de las asambleas de los santos que se congregan piadosamente en la iglesia (ORIGENES, Trat. sobre la oración,6).


3768 Dediquemos a esta norma de piedad un tiempo suficiente; a hora fija, si es posible. Al lado del Sagrario, acompañando al que se quedó por Amor. Y si no hubiese más remedio, en cualquier parte, porque nuestro Dios está de modo inefable en nuestra alma en gracia (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,249).


3769 No son menester fuerzas corporales para ella, sino sólo amar y costumbre; que el Señor da siempre oportunidad si queremos (SANTA TERESA, Vida,7,4).


3770 En la oración, si podemos hablar al Señor, hablémosle, alabémosle, roguémosle, escuchémosle. Si no podemos hablar con El porque estamos afónicos, permanezcamos en la estancia y hagámosle reverencia; alli nos verá, agradecerá nuestra paciencia y recompensará nuestro silencio. Un dia en que nos hallemos desvanecidos, nos dará la mano, platicará con nosotros y dará en nuestra compañia cien vueltas por las avenidas de su jardin; pero, en tanto que no lo haga, conformémonos con que nuestro deber sea ir en su busca, pensando que ya es gracia muy señalada y honor demásiado alto el que nos sufra en su presencia (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 149,1. c. , p. 784).


3771 Será útil el recuerdo de Dios que está presente y que capta todos los movimientos, aun los más leves, del alma, mientras ésta se dispone a sí misma para agradar a quien sabe que está presente, y que va y examina el corazón, y que escruta las entrañas (ORIGENES, Trat. sobre la oración,8).


3772 Pensar y entender lo que hablamos y con quién hablamos y quién somos los que osamos hablar con tan gran Señor; pensar esto y otras cosas semejantes de lo poco que le habemos servido y lo mucho que estamos obligados a servir, es oración mental; no penséis que es otra algarabía ni os espante el nombre (SANTA TERESA, Camino de perfección,25,3).


3773 Al principio costará; hay que esforzarse en dirigirse al Señor, en agradecer su piedad paterna y concreta con nosotros. Poco a poco el amor de Dios se palpa-aunque no es cosa de sentimientos-, como un zarpazo en el alma. Es Cristo, que nos persigue amorosamente: He aquí que estoy a tu puerta, y llamo (Ap 3,20) (J. ESCRIVÁ DE BALACUER, Es Cristo que pasa,8).


3774 Conténtese el hombre con hacer buenamente lo que es de su parte, que es hallarse presente a lo que el Señor padeció, mirando con una vista sencilla y sosegada, y con un corazón tierno y compasivo y aparejado para cualquier sentimiento que el Señor le quisiere dar, lo que por El padeció, más dispuesto para recibir el efecto que su misericordia le diere, que para exprimirlo a fuerza de brazos. Y esto hecho, no se acongoje por lo demás, cuando no le fuere dado (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación, I,12, aviso 3°).


3775 Es sumamente provechoso al pretender hacer oración ponerse-durante toda ella-en actitud de presencia de Dios y hablar con El como con quien está presente y lo ve (ORI GENES, Trat sobre la oración,8).


3776 Que le oigamos dentro de nuestro corazón, que le escuchemos con aquella atención que pedía Jesús cuando dijo: el que tenga oidos que oiga (SAN AGUSTIN, Sermón 25).


3777 Si no era acabando de comulgar, jamás osaba comenzar a tener oración sin libro; que tanto temía mi alma estar sin él en oración, como si con mucha gente fuera a pelear Con este remedio, que era como una compañía o escudo en que había de recibir los golpes de los muchos pensamientos, andaba consolada (SANTA TERESA, Vida,4,7).


3778 Puede representarse delante de Cristo y acostumbrarse a enamorarse mucho de su sagrada Humanidad, y traerle siempre consigo, y hablar con El, pedirle para sus necesidades y quejársele de sus trabajos, alegrarse con El en sus contentos y no olvidarle por ellos; sin usar oraciones compuestas, sino palabras conforme a sus deseos y necesidad. Es excelente manera de aprovechar, y muy en breve; y quien trabajare para traer consigo esta preciosa compañia, y de veras cobrase amor a este Señor a quien tanto debemos, yo le doy por aprovechado. Para esto no se nos ha de dar nada de no tener devoción -como tengo dicho-, sino agradecer al Señor que nos deja estar deseosos de contentarle, aunque sean pocas las obras. Este modo de traer a Cristo con nosotros aprovecha en todos los estados, y es un medio segurisimo para ir adelantando. (SANTO TERESA, Vida,12).


3779 Antes que entremos en la meditación es necesario aparejar el corazón para este santo ejercicio, que es como quien templa la vihuela para tañer (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación,1,5).


3780 De los que comienzan a tener oración, podemos decir son los que sacan el agua del pozo, que es muy a su trabajo, como tengo dicho, que han de cansarse en recoger los sentidos, que como están acostumbrados a andar derramados, es harto trabajo (SANTA TERESA, Vida,11,3).


3781 No calles, no guardes silencio en su presencia. Háblale para que también El te hable (SAN BERNARDO, Hom. en la Natividad de la B. Virgen Maria,15).


3782 Quien no hallare maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo (S. José) por maestro y no errará en el camino (SANTA TERESA, Vida,6,3).

Distracciones y dificultades en la oración.


3783 Creo, pues, que si el que va a la oración se recoge un instante y se compone a sí mismo, se hallará más dispuesto y atento a lo largo de toda la oración. Igualmente, si todas las angustias de su alma y los pensamientos perturbadores los echa fuera y se esfuerza con todo interés en recordar la majestad de Aquel a quien se va a acercar y qué impío es presentarse a El con laxitud, abandono y casi desprecio. Finalmente, si aparta toda cosa ajena a la oración, viniendo a orar en esta forma; extendiendo, por así decir, el alma ante las manos; dirigiendo, más que los ojos, la mente a Dios; antes de ponerse en pie, levantando de la tierra la razón y poniéndose en presencia del Señor de todo; rechazando en fin todo recuerdo de las injurias que crea haber recibido de parte de otro [. . . ] (ORIGENES, Ttat. sobre la oración,30).


3784 Siempre es bueno separarse de la vanagloria, especialmente cuando se está en oración (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, volt 1P 346).


3785 El que no ora más que cuando está de rodillas, ora muy poco. Pero quien, estando de rodillas, se abandona a todas las distracciones, no ora nada en absoluto (CASIANO, Colaciones,10).


3786 No me estéis hablando con Dios y pensando en otras cosas, que esto hace no entender qué cosa sea oración mental (SANTA TERESA, Camino de perfección,22,8).


3787 A medida que nos entregamos a la oración, las mismas cosas que hicimos con gran complacencia las tenemos que sufrir más tarde en nuestras oraciones como inoportunas y violentas [. . . ]. Pero cuando insistimos vehementemente en nuestra oración, paramos en nuestra alma a Jesús que pasa; pues se dice en el Evangelio: Mas deteniéndose Jesús, mandó que se condujese al cielo a su presencia. Ved que se detiene el que antes pasaba, porque mientras que en la oración consentimos a las turbas de fantasmas, sentimos en cierto modo a Jesús que pasa; pero cuando insistimos con vehemencia en la oración, Jesús se detiene para restituir la luz porque Dios se detiene en el corazón y éste recupera la luz que habla perdido (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 2 sobre los Evang. ).


3788 El corazón, como saben los que entran en él, es todo puertas, y necesita de muchos porteros, y que todos despidan con ese no, cuyo valor conocen más los que más se recogen, porque en este caso del recogimiento ese no afirma más que niega. (F. DE OSUNA, Tercer abecedario espiritual, VII,8).


3789 Y si [. . . ] te inquietaren los pensamientos, y tú todavía perseverantemente les resistieres e hicieres lo que es en ti, debes tener por cierto que mucho más terreno ganas en esta resistencia que si estuvieras gozando de Dios a todo sabor (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación,11,4, aviso,4°).


3790 Muy muchas veces, algunos años, tenla más cuenta con desear se acabase la hora que tenía por mí de estar y escuchar cuando daba el reloj, que no en otras cosas buenas; y hartas veces no sé qué penitencia grave se me pusiera delante que no la acometiera de mejor gana que recogerme a tener oración (SANTA TERESA, Vida,8,3).


3791 Contra la tentación de los pensamientos importunos que nos suelen combatir en la oración, el remedio es pelear varonil y perseve'rantemente contra ellos, aunque esta resistencia no ha de ser con demásiada fatiga y congoja de espíritu, porque no es este negocio tanto de fuerza cuanto de gracia y humildad (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación,11,4, aviso 4°).


3792 Apenas nos demos cuenta de que nuestro espiritu se distrae, es necesario ponerse de nuevo ante la presencia de Dios, humillarnos ante la divina Majestad, y no dejar nunca la oración porque no experimentemos gusto al orar. Por el contrario, hemos de pensar que, cuanta más pesadez sintamos, más meritoria será nuestra oración a los ojos de Dios, si perseveramos en ella siempre con la intención de agradarle. Refiérese en la historia que, en cierta ocasión, un santo decia a otro santo: "¿A qué será debido que, mientras oramos, nuestro espiritu se llena de mil pensamientos ajenos, los cuales quizá no nos acudirian, si no estuviésemos ocupados en la oración?" El otro le contestó: "Ello no es extraño, amigo mio: ante todo, el demonio prevé las abundantes gracias que por la oración podemos alcanzar, y, por consiguiente, desespera de ganar a una persona que ore debidamente; además, cuanto mayor es el fervor con que oramos más excitamos su furor" (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3793 ¿Cómo deseas ser oido por el Señor, cuando tú mismo no te oyes? (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, volt 1P 348).


3794 Es como llegarnos al fuego, que aunque le haya muy grande, si estáis desviadas y escondéis las manos mal os podéis calentar, aunque todavia da más calor que no estar a donde no hay fuego. Mas otra cosa es querernos llegar a él, que si el alma está dispuesta-digo que esté con deseo de perder el frio-y se está alli un rato, queda para muchas horas con calor (SANTA TERESA, Camino de perfección,35,1)


3795 Aprovecha también considerar que ni el demonio ni otra cosa es poderosa para nos dañar, sin licencia de Nuestro Señor. También aprovecha considerar que tenemos al Angel de nuestra guarda a nuestro lado, y en la oración mejor que en otra parte, porque alli existe él para nos ayudar y llevar nuestras oraciones al cielo y defendernos del enemigo, que nos puede hacer mal (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación,11,4, aviso 5°).


3796 Para que la mente no se altere con pensamientos extraños, conviene durante el tiempo de la oración olvidar todos aquellos asuntos ajenos a la misma (ORIGENES, Trat. sobre la oración,9).


3797 ¿Que no ganáis nada en la oración? Mostrad a Dios vuestra miseria. La más bella introducción de los mendigos es descubrir a nuestros ojos sus úlceras e indigencia. Pero, a veces, según me decis, ni a eso llegáis, sino que permanecéis como fantasma o estatua. No es poco. En los palacios de los reyes y los principes se colocan estatuas, que no sirven más que para deleitar la vista del monarca; contentaos con servir de eso en presencia de Dios. El animará la estatua cuando quiera (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 149,1. c. , p. 784).


3798 Cuando hagas oración haz circular las ideas inoportunas, como si fueras un guardia del tráfico; para eso tienes la voluntad enérgica que te corresponde por tu vida de niño. -Detén, a veces, aquel pensamiento para encomendar a los protagonistas del recuerdo inoportuno. ¡Hala!, adelante. . . Asi, hasta que dé la hora. -Cuando tu oración por este estilo te parezca inútil, alégrate y cree que has sabido agradar a Jesús (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 891).


3799 En la oración pasaba gran trabajo, porque no andaba el espiritu señor, sino esclavo; y así no me podía encerrar dentro de mi, que era todo el modo de proceder que llevaba en la oración, sin encerrar conmigo mil vanidades (SANTA TERESA, Vida,7,6).

Recogimiento. Ver también nn. 4491-4519.

La oración da sentido a la vida en cualquier circunstancia


3800 Es solamente en la oración, en la intimidad del diálogo inmediato y personal con Dios, que abre los corazones y las inteligencias (cfr. Ac 16,14), donde el hombre de fe puede ahondar en la comprensión de la voluntad divina respecto a su propia vida (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, pp. 92-93).


3801 [. . . ] oración constante, de la mañana a la noche y de la noche a la mañana. Cuando todo sale con facilidad: ¡gracias, Dios mío! Cuando llega un momento dificil: ¡Señor, no me abandones! Y ese Dios, manso y humilde de corazón (Mt 11,29), no olvidará nuestros ruegos, ni permanecerá indiferente, porque El ha afirmado: pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá (Lc 11,9) (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,247).


3802 La Iglesia ora y quiere orar para responder a las necesida- des que na'cen de lo más profundo del hombre, que a veces está sumamente agobiado y acosado por las condiciones contingentes de la vida diaria, por todo lo que es temporal,la debilidad, el pecado, el abatimiento, y una vida que parece no tener sentido. La oración da sentido a toda la vida en cada momento y en cualquier circunstancia (JUAN PABLO II, Aloc. 23-10-1978).


3803 Por muchas que sean las penas que experimentemos, si oramos, tendremos la dicha de soportarlas enteramente resignados a la voluntad de Dios; y por violentas quesean las tentaciones, si recurrimos a la oración, las dominaremos (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3804 La verdadera prueba del hombre no es el gusto de la oración, sino la paciencia de la tribulación, la abnegación de sí mismo y el cumplimiento de la divina voluntad, aunque para todo esto aprovecha grandemente así la oración como los gustos y consolaciones que en ellas se dan (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación, II,5).


3805 En tiempos pasados, la oración liberaba del fuego, de las bestias, de la falta de alimento, y sin embargo no había recibido aún de Cristo su forma propia.

¡Cuánta más eficacia no tendrá, pues, la oración cristiana! Ciertamente, no hace venir el rocío angélico en medio del fuego, ni cierra la boca de los leones, ni transporta a los hambrientos la comida de los segadores (como en aquellos casos del Antiguo Testamento); no impide milagrosamente el sufrimiento, sino que, sin evitarles el dolor a los que sufren, los fortalece con la resignación, con su fuerza les aumenta la gracia para que vean, con los ojos de la fe, el premio reservado a los que sufren por el nombre de Dios (TERTULIANO, Trat. sobre la oración,28-29).


3806 Hemos de orar con frecuencia, pero debemos redoblar nuestras oraciones en las horas de prueba, en los momentos en que sentimos el ataque de la tentación (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).

Oración continua


3807 El saludo es cierta especie de oración (SANTO TOMÁS, en Catena Aurea, vol. 1P 3341

3808 Toda la jornada puede ser tiempo de oración: de la noche a la mañana y de la mañana a la noche. Más aún: como nos recuerda la Escritura Santa, también el sueño debe ser oración (cfr. Dt 6,6 y 7) (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,119).


3809 La oración no consiste sólo en las palabras con que invocamos la clemencia divina, sino también todo lo que hacemos en obsequio de nuestro Creador movidos pbr la fe (SAN BEDA, Coment. Evang. S. Marcos).


3810 Nada hay mejor que la oración y coloquio con Dios . . . . Me refiero, claro está, a aquella oración que no se hace por rutina, sino de corazón, que no queda circunscrita a unos determinados momentos, sino que se prolonga sin cesar dia y noche (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 6 sobre la oración).


3811 La oración no es el efecto de una actitud exterior, sino que procede del corazón. No se reduce a unas horas o momentos determinados, sino que está en continua actividad, lo mismo de dia que de noche. No hay que contentarse con orientar a Dios el pensamiento cuando se dedica exclusivamente a la oración; sino que, aun cuando se encuentre absorbida por otras preocupaciones [. . . ] hay que sembrarlas del deseo y el recuerdo de Dios [. . . ] (SAN JUAN CRISOSTOMO, Hom. 6 sobre la oración).


3812 Pero ¿vamos a tener siempre hincadas las rodillas, inclinado el cuerpo, las manos levantadas, porque San Pablo diga: orad sin interrupción? Si en eso consiste la oración, creo que no podemos hacerla sin interrupción. Hay otra oración interior e ininterrumpida: el deseo. Hagas lo que hagas, si deseas el reposo del cielo, no ceses de orar. Por eso, si no quieres dejar de orar, no dejes de desear. Tu continuo deseo será como un clamor ininterrumpido. Y si dejas de amar, caerás en el mutismo (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 37).


3813 Se dice de nuestros hermanos de Egipto que dicen frecuentes oraciones pero muy cortas, y jaculatorias pronunciadas de modo secreto, temerosos de que la atención, que tan necesaria es al que ora, no puede prolongarse mucho tiempo con fervor (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, volt I, p. 349.


3814 Ora sin cesar el que a las obras debidas une la oración, y a la oración une las obras convenientes; pues la recomendación orad sin cesar la podemos considerar como un precepto realizable únicamente si pudiéramos decir que la vida toda de un varón es una gran oración continuada (ORIGENES, Trat. sobre la oración,12).


3815 Mientras mantenemos esta habitual entrega amorosa a Dios y a su voluntad, estamos orando también con nuestro trabajo, con nuestros sacrificios y nuestros sufrimientos, aunque no realicemos actos de oración y no pensemos en orar. Sólo en virtud de ese modo estable de ser del alma nos es posible el orar sin interrupción (1Th 5,17), el orar siempre que nos exige el Señor (Lc 18,1). Hay momentos en que debemos concentrar la atención en el trabajo y no podemos pensar al mismo tiempo en Dios y en las cosas divinas; esto nos ocurre continuamente a través de la jornada; pero, no obstante, en virtud de esa disposición habitual del alma, de esa unión con Dios, de ese ánimo de hacerlo y sufrirlo todo por Dios, estamos orando ininterrumpidamente (B. BAUR. En la intimidad con Dios, p. 174).

El Señor está atento siempre a nuestra oración


3816 La oración que sale con toda pureza de lo intimo de la fe se eleva como el incienso desde el altar sagrado. Ningún otro aroma es más agradable a Dios que éste; este aroma debe ser ofrecido a él por los creyentes (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 140).


3817 Cuando insistimos en la oración con toda vehemencia, Dios se detiene en nuestro corazón, y recobramos la vista perdida (SAN GREGORIO MAGNO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 326).


3818 Dios, que es amoroso espectador de nuestro día entero, preside nuestra intima plegaria: y tú y yo [. . . ] hemos de confiarnos con El como se conga en un hermano, en un amigo, en un padre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,246).


3819 No sólo podemos siempre acercarnos a saciar nuestra sed, sino que además, siempre que lo pedimos, se nos concede acceso al Salvador (SAN ATANASIO, Carta 5).


3820 No por el deseo de hacerse rogar nos escucha Dios, que siempre está dispuesto a darnos su luz [. . . ], sino que nosotros no siempre parece que estemos dispuestos a recibirla, cuando nos inclinamos a otras cosas y el deseo de lo temporal entenebrece nuestra alma. Prodúcese, pues, entra oración una conversión de nuestro corazón hacia Aquel que siempre está pronto a dar (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2,14).


3821 Y aquellas palabras sabia que siempre me oyes (Jn 11,42), pronunciadas por el Señor, muestran que quien siempre ora es también escuchado siempre (ORIGENES, Trat. sobre laoración,13).

Cualidades de la buena oración


3822 La oración ha de ser confiada, recta, ordenada, devota y humilde (SANTO TOMÁS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,121).


3823 Toda la pretensión de quien comienza oración-y no se olvide que esto importa mucho-ha de ser trabajar y determinarse y disponerse, con cuantas diligencias pueda, a hacer su voluntad conforme a la de Dios [. . . ]. Quien más perfectamente tuviera esto, más recibirá del Señor, y más adelante estará en el camino (SANTA TERESA, Las Moradas,11,8).


3824 En lo que está la suma perfección claro está que no es en regalos interiores ni en grandes arrobamientos [. . . ], sino en estar nuestra voluntad tan conforme a la voluntad de Dios, que ninguna cosa entendamos que quiera, que no la queramos con toda nuestra voluntad (SANTA TERESA, Fundaciones,5,10).


3825 La oración es perfecta cuando reúne la fe y la confesión; el leproso demostró su fe postrándose y confesó su necesidad con sus palabras (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,25).


3826 No todos los deseos y afectos llegan a Dios, sino solamente aquellos que nacen de amor verdadero (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual,2,2).


3827 No es menester dar voces para hablar con Dios, porque Su Majestad dará a sentir cómo está alli. De esta suerte rezaremos con mucho sosiego vocalmente y es quitarnos de trabajo, porque, a poco tiempo que forcemos a nosotras mismas para estarnos cerca de este Señor, nos será más'fáCiI(SANTA TERESA, Camino de perfección,29,6).


3828 No es amigo de que nos quebremos las cabezas hablándol mucho (SANTA TERESA, Camino de perfección,29,6).


3829 Lejos de la oración las muchas palabras; pero no falte la oración continuada, si la intención persevera fervorosa Hablar mucho en la oración es tratar una cosa necesaria con palabras superfluas: orar mucho es mover, con ejercicio continuado del corazón, a aquel a quien suplicamos, pues, de ordinario, este negocio se trata mejor con gemidos que con discursos, mejor con lágrimas que con palabras (SAN AGUSTIN, Epistola a Proba 121).


3830 Al orar no hemos de recitar palabras huecas, sino que hemos de hablar dignamente con Dios. Y decimos cosas vanas cuando ni a nosotros mismos nos examinamos con severidad, ni examinamos las palabras que pronunciamos en la oración (ORIGENES, Trat. sobre la oración,21).


3831 (Estemos atentos) para que entendamos con quién estamos hablando y que nos responde el Señor a nuestras peticiones. No penséis que se está callando, que, aunque no le olmos, bien habla el corazón cuando le pedimos de corazón (SANTA TERESA, Camino de perfección,24,5).


3832 Ved la manera de orar que tiene un pecador suponiendo que ore, pues la mayor parte de los pecadores no lo hacen; veréis que se levantan y se acuestan como bestias. Mas observemos a aquel pecador orando: vedle recostado en una poltrona, o echado sobre la cama rezando mientras se viste o se desnuda, o va andando o gritando [. . . ] 1° Para que la oración sea agradable a Dios y provechosa al que la hace, es necesario hallarse en estado de gracia o al menos tener una firme resolución de salir cuanto antes del pecado, puesto que la oración de un pecador que no quiere salir del pecado es un insulto que se hace a Dios. 2. ° Para que nuestra oración esté bien hecha, es necesario habernos preparado antes. Toda oración hecha sin prepararse es una oración defectuosa, y esta preparación consiste en pensar un rato en Dios antes de arrodillarnos en su presencia, considerando a quién vamos a hablar y lo que le hemos de pedir (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3833 Fue así como vivieron aquellos primeros, y como debemos vivir nosotros: la meditación de la doctrina de la fe hasta hacerla propia, el encuentro con Cristo en la Eucaristia, el diálogo personal -la oración sin anonimato- cara a cara con Dios, han de constituir como la substancia última de nuestra conducta (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,134).


3834 Cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy encapotadas cuando están en ella (que parecen no osan bullir, ni menear el pensamiento, porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido), trácese ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión Y piensan que alli está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor y que, si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada en perder esa devoción y te compadezcas de ella [. . . ] (SANTA TERESA, Las Moradas, V,3).


3835 Las palabras del que ora han de ser mesuradas y llenas de sosiego y respeto. Pensemos que estamos en la presencia de Dios. Debemos agradar a Dios con la actitud corporal y con la moderación de nuestra voz. Porque así como es propio del falto de educación hablar a gritos, así, por el contrario, es propio del hombre respetuoso orar con un tono de voz moderado [. . . ]

Y cuando nos reunimos con los hermanos para celebrar los sagrados misterios, presididos por el sacerdote de Dios, no debemos olvidar este respeto y moderación (SAN CIPRIANO, Trat. sobre la oración,4-6).


3836 Advertid mucho en esto, que cuando de estas cosas acaecen a un alma en la oración que he dicho de contemplación perfecta, y si se la ofrece no la pone por obra de perdonar cualquier injuria, por grave que sea, no fíe mucho de su oración (SANTA TERESA, Camino de perfección,36,8).

Frutos de la oración


3837 Bien podemos decir que la oración lo hace todo: ella es la que nos da a conocer nuestros deberes, la que nos pone de manifiesto el estado miserable de nuestra alma después del pecado, la que nos procura las disposiciones necesarias para recibir los sacramentos; la que nos hace comprender cuán poca cosa sean la vida y los bienes de este mundo, lo cual nos lleva a no aficionarnos demásiado a lo terreno; ella, por fin, es la que imprime vivamente en el espíritu el saludable temor de la muerte, del juicio, del infierno y de la pérdida del cielo. (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3838 Como fruto, saldrán siempre propósitos claros, prácticos, de mejorar tu conducta, de tratar finamente con caridad a todos los hombres, de emplearte a fondo-con el afán de los buenos deportistas-en esta lucha cotidiana de amor y de paz (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,8).


3839 Por no estar arrimada a esta fuerte columna de la oración, pasé este mar tempestuoso casi veinte años con estas caídas (SANTA TERESA, Vida,8,1-4)


3840 Hay que orar, no para dejar de ser tentados-cosa imposible-, sino para no ser enredados por la tentación, como sucede a los que son atrapados y vencidos por ella (ORIGENES, Trat. sobre la oración,29).


3841 Cuando una persona sale de alguna profunda y devota oración, allí se le renuevan todos los buenos propósitos; allí son los favores y determinaciones de bien obrar; allí el deseo de agradar y amar a un Señor tan bueno y dulce como allí se le ha mostrado, y de padecer nuevos trabajos y asperezas, y aun derramar sangre por El; y finalmente, reverdece y se renueva toda la frescura de nuestra alma (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación, I, I).


3842 La oración abre los ojos del alma, le hace sentir la magnitud de su miseria, la necesidad de recurrir a Dios y de temer su propia debilidad (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3843 En la oración tiene lugar la conversión del alma hacia Dios, y la purificación del corazón (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. 1P 352).


3844 Son estos gozos de oración como deben ser los que están en el Cielo, que como no han visto más de lo que el Señor -conforme a lo que merecen-quiere que vean, y ven sus pocos méritos, cada uno está contento con el lugar en que está, con haber tan grandísima diferencia de gozar a gozar en el Cielo, mucho más que acá hay de unos gozos espirituales a otros, que es grandisima (SANTA TERESA, Vida,10,3).


3845 Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar [. . . ](SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la perseverancia).


3846 Así como los árboles y los cuerpos humanos quieren sus riegos y mantenimientos ordinarios, y en faltando esto luego desfallecen y desmedran, así también lo hace la devoción, cuando le falta el riego y mantenimiento de la consideración (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación, II,3).


3847 La oración es luz del alma, verdadero conocimiento de Dios, mediadora entre Dios y los hombres. Por ella nuestro espiritu, elevado hasta el cielo, abraza a Dios con abrazos inefables; por ella nuestro espiritu espera el cumplimiento de sus propios anhelos y recibe unos bienes que superan todo lo natural y visible (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 6, sobre la oración).


3848 La oración viene a ser una venerable mensajera nuestra ante Dios, alegra nuestro espíritu, aquieta nuestro ánimo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 6, sobre la oración).


3849 Si la fe falta, la oración es imposible. Luego, cuando oremos, creamos y oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración, y la oración produce a su vez la firmeza de la fe (SAN AGUSTIN, en Catena Aurea, vol. VI, p. 297).


3850 Su finalidad es servir de naufragio a las almas de los difuntos, robustecer a los débiles, curar a los enfermos, liberar a los posesos, abrir las puertas de las cárceles, deshacer las ataduras de los inocentes. La oración sirve también para perdonar los pecados, para apartar las tentaciones, para hacer que cesen las persecuciones, para consolar a los abatidos, para deleitar a los magnánimos, para guiar a los peregrinos, para mitigar las tempestades, para impedir su actuación a los ladrones, para alimentar a los pobres, para llevar por buen camino a los ricos, para levantar a los caídos, para sostener a los que van a caer, para hacer que resistan los que están en pie (TERTULIANO, Trat. sobre la oración,28-29).


3851 Oración, que es adonde el Señor da luz para entender las verdades (SANTA TERESA, Fundaciones, l0,13).


3852 Saben bien quienes se dedican con asiduidad a la oración, cómo aparta del pecado y cómo invita al ejercicio de las virtudes (ORIGENES, Trat. sobre la oración,8).


3853 La luz para nosotros es la inteligencia, que se muestra oscura o iluminada, según la cantidad de luz. Si se descuida la oración, que alimenta la luz, la inteligencia bien pronto se queda a oscuras (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, volt IV, p. 102).


3854 La oración hace que hallemos menos pesada nuestra cruz, endulza nuestras penas y nos vuelve menos apegados a la vida, atrae sobre nosotros la mirada misericordiosa de Dios, fortalece nuestra alma contra el pecado, nos hace desear la penitencia y nos inclina a practicarla con gusto, nos hace comprender y sentir hasta qué punto el pecado ultraja a Dios Nuestro Señor Mejor dicho, mediante la oración agradamos a Dios, enriquecemos nuestras almas y nos aseguramos la vida eterna (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).

Perseverancia en la oración


3855 Sabe el traidor que alma que tenga con perseverancia oración la tiene perdida, y que todas las caldas que la hace dar la ayudan, por la bondad de Dios, a dar después mayor salto en lo que es su servicio: algo le va en ello (SANTA TERESA, Vida,19,5).


3856 La oración es la fuente de todos los bienes y de toda la felicidad que podemos esperar aquí en la tierra. Siendo esto así, si nos hallamos tan pobres, tan faltos de luces y de dones de la gracia, es porque no oramos o lo hacemos mal. Digámoslo con pena: muchos ni siquiera saben lo que sea orar, y otros sólo sienten repugnancia por un ejercicio tan dulce y consolador para todo buen cristiano. En cambio, vemos a algunos orar pero sin alcanzar nada, lo cual proviene de que oran mal: es decir, sin preparación y hasta sin saber lo que van a pedir a Dios (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


3857 Y el que no deja de andar e ir adelante, aunque tarde, llega. No me parece es otra cosa perder el camino sino dejar la oración (SANTA TERESA, Vida,19,5).


3858 Todos ellos-dice la Escritura-perseveraban en la oración, con un m¿smo espir¿tu, en compañia de algunas mujeres y Maria, la madre de Jesús, y de los hermanos de éste. Perseveraban unánimes en la oración, manifestando con esta asiduidad y concordia de su oración que Dios sólo admite en la casa divina y eterna a los que oran unidos en un mismo espiritu (SAN CIPRIANO, Trat. sobre la oración,8-9).


3859 Digo que no desmaye nadie de los que han comenzado a tener oración con decir: Si torno a ser malo, es peor ir adelante con el ejercicio de ella. Yo lo creo, si se deja la oración y no se enmienda del mal; mas, si no la deja, crea que le sacará a puerto de luz (SANTA TERESA, Vida,19,2).


3860 [. . . ] entendiendo con quién hablamos [. . . ]. Yo lo he probado algunas veces, y el mejor remedio que hallo es procurar tener el pensamiento en la persona a quien endereza las palabras; por eso tened paciencia y procurad hacer costumbre de cosa tan necesaria (SANTA TERESA, Camino de perfección,24,6).


3861 Las fiestas se han hecho para promover la alegria espiritual, y esa alegria la produce la oración; por lo cual en dia festivo se han de multiplicar las plegarias (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. , p. 245).


3862 Y aunque no halle gusto en estos ejercicios, no desista de ellos, porque no se requiere que sea siempre sabroso lo que ha de ser provechoso (SAN PEDRO DE ALCANTARA, Trat. de la oración y meditación,11,4, aviso 1°).


3863 No por eso desmaye y deje la oración y de hacer lo que todas, que a las veces viene el Señor muy tarde, y paga tan bien y tan junto como pagó en muchos años (SANTA TERESA, Camino de perfección,17,2).


3864 Persevera en la oración. -Persevera, aunque tu labor parezca estéril. -La oración es siempre fecunda. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. l0l).


3865 Pues, ¿qué menos merece este Señor para que burlemos de El dando y tomando una nonada que le damos? Sino que este poquito de tiempo que nos determinamos de darle -de cuanto gastamos en otras cosas y con quien no nos lo agradecerá-, ya que aquel rato le queremos dar, démosle libre el pensamiento y desocupado y con toda determinación de nunca jamás se lo tornar a tomar, por trabajos que por ello nos vengan ni por contradicciones ni por sequedades; sino que ya como cosa no mia tenga aquel tiempo y piense que me lo pueden pedir por justicia cuando del todo no se lo quisiere dar (SANTA TERESA, Camino de perfección,23,2).


3866 Todas las veces que el hombre persevera en la oración con un poco de atención y cuidando y haciendo buenamente lo que puede, al cabo sale de alli consolado y alegre (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación, II,4, aviso 1. °).

El ejemplo de Jesús


3867 Si Jesús practica la oración [. . . ], ¿quién de nosotros será negligente en ella? Dice, en efecto, S. Marcos: Y a la maflana, mucho antes de amanecer, se levantó, salió y se fue a un lugar desierto y alli oraba (Mc 1,35). Y S. Lucas: Y açaeció que, hallándose El orando en cierto lugar, así que acabó, le dirigió la palabra a uno de sus discípulos; y en otro lugar: Pasó la noche orando a Dios (Lc 11,1 6,`12). Y por su parte, S. Juan describe la oración de Cristo cuando nos dice: Esto dijo Jesús, y levantando sus ojos al cielo, añadió: Padre, llegó la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique (Jn 17,1). (ORiGENES, Trat. sobre la oración,13).

Oración pública y privada


3868 Las oraciones por las que el pueblo se ordena inmediatamente a Dios las dicen sólo los sacerdotes, que son mediadores entre Dios y el pueblo: de éstas, son pronunciadas públicamente las que se refieren a todo el pueblo, en cuyo nombre las expone a Dios solamente el sacerdote, como las oraciones y acciones de gracias; son pronunciadas privadamente otras que competen únicamente al oficio del sacerdote, como las consagraciones y oraciones de este estilo, que aquel hace en favor del pueblo, pero no orando en nombre del pueblo (SANTO TOMÁS, Comentario al libro I V de las Sentencias, d. 8).


3869 [. . . ] la participación en la sagrada liturgia no abarca toda la vida espiritual. En efecto, el cristiano llamado a orar en común, debe, no obstante, entrar también en su cuarto para orar al Padre en secreto (cfr. Mt 6,6); más aún, debe orar sin tregua, según enseña el Apóstol (cfr. 1Th 5,17). (CONC. VAT. 11 Const. Sacrosanctum Concilium,12).


3870 El cristiano, llamado a orar en común, debe, no obstante, entrar también en su cuarto para orar al Padre en secreto; más aún, debe orar sin tregua, segun enseña el Apóstol. (CONC. VAT. II, Const. Sacrosanctum Concilium, SC 12).


3871 Nuestro divino Salvador no sólo vive en estrechisima unión con la Iglesia, su inmaculada esposa, sino que se halla también intimamente unido con el alma de cada uno de los fieles y desea mantener, sobre todo después de la sagrada comunión, un coloquio intimo con ellos [ . . ]. Estas oraciones contribuyen también en gran medida al bien de todo el cuerpo mistico. En efecto, todas las buenas obras y todos los actos de virtud que realizan los miembros del cuerpo, redundan en provecho de la totalidad en virtud de la comunión de los santos (Pio XII, Enc. Mystici Corporis, n. 40).


3872 El rezo del oficio divino es la oración del cuerpo mistico de Cristo, la cual se of rece a Dios en nombre y en beneficio de todos los cristianos [. . . ]. El espiritu y la perfección se deriva de las palabras, que la Iglesia sugiere [. . . ], que deben rezarse digna, atenta y devotamente [. . . ]. La piedad personal de nuestra alma debe procurar corresponder a la alta dignidad de esta plegaria de la Iglesia (Pio XII, Enc. Mediator Dei, n. 35).

La oración vocal


3873 No olvides tus oraciones de niño, aprendidas quizá de labios de tu madre. -Recitalas cada dia con sencillez, como entonces (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 553).


3874 Mirad que perdéis un gran tesoro y que hacéis mucho más con una palabra de cuando en cuando del Pater noster, que con decirle muchas veces aprisa: estad muy junto a quien pedis, no os dejará de oir; y creed que a-tui es el verdadero alabar y santificar de su nombre (SANTA TERESA, Camino de perfección,31,13).


3875 Si nos fijamos en lo que es absolutamente necesario, hay que distinguir en la oración vocal un triple efecto: meritorio, impetratorio y cierto deleite espiritual que produce en el alma del que ora. Para los efectos meritorio e impetratorio n'o es necesario que la oración sea atenta de una manera constantemente habitual (como seria deseable), sino que basta y es suficiente la intención virtual, que es aquella que se puso al principio de la oración y perdura a lo largo de ella aunque se produzcan distracciones involuntarias. Desde luego, si falta la primera intención, la oración no sería meritoria ni impetratoria. En cambio, la atención actual es absolutamente necesaria para obtener aquel deleite espiritual que lleva consigo la oración fervorosa, que es incompatible con la distracción, aunque sea involuntaria (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 83, a. 13).


3876 Mas si estáis como es razón se esté hablando con tan gran Señor, es bien que estéis mirando con quién habláis y quién sois vos, siquiera para hablar con crianza (SANTA TERESA, Camino de perfección,22,1).


3877 El corazón se desahogará habitualmente con palabras, en esas oraciones vocales que nos ha enseñado el mismo Dios, Padre nuestro, o sus ángeles, Ave Maria. Otras veces utilizaremos oraciones acrisoladas por el tiempo, en las que se ha vertido la piedad de millones de hermanos en la fe: las de la liturgia-lex orandi-, las que han nacido de la pasión de un corazón enamorado, como tantas antifonas marianas: Sub tuum praesidium. . . , Memorare. . . , Salve Regina (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,119).


3878 La mayoria de las oraciones vocales, tanto las de la liturgia como las que fueron compuestas por los Santos, han dado sus pruebas, han santificado a muchos cristianos antes que a nosotros y han sido escuchadas muchas veces desde haçe varios siglos. Cuando recurrimos a ellas utilizamos la Comunión de los Santos, y apoyamos nuestra fe sobre la fe de la Iglesia (G. CHEVROT, En lo secreto, pp. 100-101)


3879 Si vas discurriendo por todas las plegarias de la santa Escritura, creo que nada hallarás que no se encuentre y contenga en esta oración dominical (Padrenuestro) (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).


3880 Padre nuestro que estás en los cielos. Y al decir en los cielos, el Señor no pretende, como quien dice, encerrar a Dios en el cielo, sino arrancar de la tierra al que ora. (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,19).


3881 (Santificado sea tu nombre). También pedimos todos los dias que sea santificado. Necesitamos de la santificación continuamente, porque los que pecamos todos los dias debemos purificar nuestros pecados mediante una contrición continua (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, vol. 1P 357).


3882 A1 decir santificado sea tu nombre nos amonestamos a nosotros mismos para que deseemos que el nombre del Señor, que siempre es santo en sí mismo, sea también tenido como santo por los hombres, es decir, que no sea nunca despreciado por ellos; lo cual, ciertamente, redunda en bien de los mismos hombres y no en bien de Dios (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).


3883 Cuando añadimos Venga tu reino, lo que pedimos es que crezca nuestro deseo de que este reino llegue a nosotros y de que nosotros podamos reinar en él, pues el reino de Dios vendrá ciertamente, lo queramos o no (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).


3884 Cuando decimos: Hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo pedimos que el Señor nos otorgue la virtud de la óbediencia, para que así cumplamos su voluntad como la cumplen sus ángeles en el cielo (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).


3885 (Hágase tu voluntad, así en. . . ). Se nos manda a-tui a cada uno de nosotros que oremos por todo el mundo 1. . . ] para que desaparezca el error y se establezca la verdad, se destierre la malicia y vuelva la virtud, y para que ya no se diferencie el cielo de la tierra (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, volt 1P 360).


3886 Cuando dices: El pan nuestro de cada dia dánosle hoy, te confiesas mendigo de Dios; mas no te sonrojes; por muy rico que sea uno en la tierra, es mendigo de Dios. Está el mendigo a la puerta del rico, y el rico a la puerta del Gran Rico. Al rico se le pide, y él pide a su vez. Si no fuera mendigo, no llamarla con la oración en los oidos de Dios. ¿Y qué necesita el rico? Me atrevo a decirlo: necesita también el pan cotidiano (SAN AGUSTIN, Sermón 56).


3887 Cuando decimos: Danos hoy nuestro pan de cada dia, con el hoy queremos significar el tiempo presente, para el cual, al pedir el alimento principal, pedimos ya lo suficiente, pues con la palabrapan significamos todo cuanto necesitamos, incluso el sacramento de los fieles, el cual nos es necesario en esta vida temporal, aunque no sea para alimentarla, sino para conseguir la vida eterna (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).


3888 (Mas líbranos del mal). Nada quedá ya que deba pedirse al Señor cuando hemos pedido su proteción contra todo lo malo; una vez obtenida ésta, ya podemos considerarnos seguros contra todas las cosas que el demonio y el rntundo pueden hacer. ¿Qué miedo puede darnos el siglo, si en él tenemos a Dios por defensor? (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, vol. l, pp. 371-372).


3889 Cuando digo Credo, razón me parece que será entender y saber lo que creo; y cuando Padre nuestro, amor será entender quién es este Padre nuestro y quién es el Maestro que nos enseñó la oración (SANTA TERESA, Camino de perfección,24,8).


3890 En este entramado, en este actuar de la fe cristiana se engarzan, como joyas, las oraciones vocales. Son fórmulas divinas: Padre Nuestro. . . , Dios te salve, Maria. . . , Cloria al Padre, y al Hijo y al Espfritu Santo. Esa corona de alabanzas a Dios y a Nuestra Madre que es el Santo Rosario, y tantas, tantas otras aclamaciones llenas de piedad que nuestros hermanos cristianos han recitado desde el principio (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,248).


3891 Con objeto de mantener vivo este deseo de Dios, debemos, en ciertos momentos, apartar nuestra mente de las preocupaciones y quehaceres que de algún modo nos distraen de él, y amonestarnos a nosotros mismos con la oración vocal; no vaya a ocurrir que nuestro deseo comience a entibiarse y llegase a quedar totalmente frío, y, al no renovar con frecuencia el fervor, acabe por extinguirse del todo (SAN AGUSTIN, Carta 130, a Proba).


3892 Porque sé que muchas personas, rezando vocalmente -como ya queda dicho-, las levanta Dios, sin saber ellas cómo, a subida contemplación (SANTA TERESA, Camino de perfección,30,7).

Orar para hablar de Dios


3893 (No ser como esos) predicadores vacíos de la palabra que no la escuchan por dentro (SAN AGUSTIN, Sermón 179).


3894 (El Bautista) escuchaba en su interior la voz de la verdad para manifestar al exterior lo que oia (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 20 sobre los Evang. ).


3895 Antes de permitir a la lengua que hable, el apóstol debe elevar a Dios su alma sedienta, con el fin de dar lo que hubiere bebido y esparcir aquello de que la haya llenado (SAN AGUSTIN, Sobre la doctrina cristiana,4).


Fdez-Carvajal: Antologia - OBEDIENCIA