La cena de Baltasar- Calderón de la Barca

La cena de Baltasar

Pedro Calderón de la Barca

Daniel 5,1-30

(Da 5,1-30)
PERSONAJES



EL PENSAMIENTO.

DANIEL.

BALTASAR.
LA VANIDAD.
LA IDOLATRÍA.
LA MUERTE.
UNA ESTATUA.
ACOMPAÑAMIENTO.


(Sale EL PENSAMIENTO vestido de loco, de muchos colores, y DANIEL tras él, deteniéndole.)

DANIEL Espera.

PENSAMIENTO
¿Qué he de esperar? DANIEL Advierte.

PENSAMIENTO
¿Qué he de advertir? DANIEL Óyeme.

PENSAMIENTO
No quiero oír.

DANIEL Mira.

PENSAMIENTO No quiero mirar.

DANIEL ¿Quién respondió de ese modo 5
nunca a quien le preguntó?

PENSAMIENTO Yo, que sólo tengo yo
desahogo para todo.

DANIEL ¿Quién eres?

PENSAMIENTO
Cuando eso ignores
vengo a ser yo el ofendido; 10
¿no te lo dice el vestido ajironado a colores?
¿Que, como el camaleón, no se conoce cuál es
la principal causa? Pues 15
oye mi definición. Yo, de solos atributos
que mi ser inmortal pide, soy una luz que divide
a los hombres de los brutos. 20
Soy el primero crisol en que toca la fortuna,
más mudable que la luna y más ligero que el sol.
No tengo fijo lugar 25
donde morir y nacer,
y ando siempre sin saber dónde tengo de parar.
La adversa suerte, o la altiva,
siempre a su lado me ve; 30
no hay hombre en quien yo no esté ni mujer en quien no viva.
Soy en el rey el desvelo
de su reino, y de su estado;
soy en el que es su privado 35
la vigilancia y el celo;
soy en el rico justicia;
la culpa, en el delincuente;
virtud, en el pretendiente,
y en el próvido, malicia; 40
en la dama, la hermosura;
en el galán, el favor; en el soldado, el valor; en el tahúr, la ventura;
en el avaro, riqueza; 45
en el mísero, agonía;
en el alegre, alegría;
y en el triste, soy tristeza;
y, en fin, inquieto y violento,
por dondequiera que voy 50
soy todo y nada, pues soy el humano Pensamiento. Mira, si bien me describe variedad tan singular,
pues quien vive sin pensar 55
no puede decir que vive.
Esto es, si en común me fundo, mas hoy en particular
soy el del rey Baltasar,
que no cabe en todo el mundo. 60
Andar de loco vestido
no es porque a solas lo soy, sino que en público estoy
a la prudencia rendido.
Pues ningún loco se hallara 65
que más incurable fuera si ejecutara y dijera
un hombre cuanto pensara;
y así lo parecen pocos,
siéndolo cuantos encuentro, 70
porque vistos hacia dentro, todos somos locos:
los unos y los otros.
Y, en fin, siendo loco yo,
no me he querido parar 75
a hablarte a ti, por mirar que no es compatible,
no, que estemos juntos los dos, que será una lid cruel,
porque si tú eres Daniel, 80
que es decir juicio de Dios, mal ajustarse procura
hoy nuestra conversación, si somos en conclusión
juicio tú y yo locura. 85

DANIEL Bien podemos hoy un poco hablar los dos con acuerdo,
tú subiéndote a ser cuerdo, sin bajarme yo a ser loco,
que aunque es tanta la distancia 90
de acciones locas y cuerdas, tomando el punto a dos cuerdas,
hacen una consonancia.

PENSAMIENTO
Responderte a todo intento,
y es consecuencia perfeta, 95
que lo que alcanza un profeta se lo diga el Pensamiento.

DANIEL Dime, ¿de qué es el placer, que ahora vuelas celebrando?

PENSAMIENTO
De la boda estoy pensando 100
que hoy Babilonia ha de ver el aplauso superior.

DANIEL ¿Pues quién, di, se ha de casar? PENSAMIENTO Nuestro gran rey Baltasar,
de Nabucodonosor 105
hijo en todo descendiente. DANIEL ¿Quién es la novia feliz? PENSAMIENTO La gallarda emperatriz
de los reinos del Oriente,
cuna adonde nace el día. 110

DANIEL ¿Ella es idólatra?

PENSAMIENTO
Pues y tan idólatra es,
que es la misma idolatría.

DANIEL ¿Él no estaba ya casado
con la humana vanidad 115
de su imperio y majestad?

PENSAMIENTO Su ley licencia le ha dado
de dos mujeres, y aun mil, y aunque vanidad tenía,

VANIDAD e idolatría 120
le hacen soberbio y gentil; juicio de Dios, o Daniel, que todo es uno, que así
lo dice el texto.

DANIEL ¡Ay de mí!

PENSAMIENTO
¿Habíais de casar con él, 125
que tanto lo sentís vos?
(Aparte.)
Mal en decírselo hice. DANIEL ¡Ay de ti, reino infelice!
¡Ay de ti, pueblo de Dios!

PENSAMIENTO
Si va a decir la verdad, 130
vos estáis ahora pensando que él celebra bodas cuando lloráis en cautividad vosotros, y es el dolor
de que esta boda no sea 135
con la Sinagoga hebrea, por quedar libres y por... pero la música suena.
(Tocan chirimías.)
Presto a otra cosa pasé
mientras Babilonia ve 140
qué recibimiento ordena a su reina que los dos nos retiremos, nos dicen.
(Retírase.)


DANIEL ¡Ay de ti, reino infelice!
¡Ay de ti, pueblo de Dios! 145

(Tocan chirimías y salen BALTASAR y LA VANIDAD, y por otra parte LA IDOLATRÍA, muy bizarra, y acompañamiento.)

BALTASAR Corónese tu frente
de los hermosos rayos del Oriente, si ya la poma suya
no es poca luz para diadema tuya;
gentil Idolatría, 150
reina en mi imperio, y en el alma mía, en hora feliz vengas
a la gran Babilonia, donde tengas en mi augusta grandeza
dosel debido a tu imperial belleza, 155
rindiéndose a tus plantas cuantas estatuas, cuantas imágenes y bultos
dan holocaustos, sacrifican cultos
a tu aliento bizarro 160
en oro, en plata, en bronce, en piedra, en barro.

IDOLATRÍA Baltasar generoso,
gran rey de Babilonia poderoso, cuyo sagrado nombre
por que al olvido, por que al tiempo asombre, 165
el hebreo sentido
le traduce tesoro que escondido estará;
la feliz Idolatría, emperatriz de la mansión del día
y reina del oriente, 170
donde joven el sol resplandeciente más admirado estuvo,
de quien la admiración principio tuvo, hoy a tu imperio viene
por el derecho a que a tus aras tiene, 175
pues desde que en abismos sepultado
del gran diluvio el mundo salió a nado,
fue este imperio el primero
que introdujo, político y severo,
dando y quitando leyes 180
la humana idolatría de los reyes, y la divina luego
de los dioses en lámparas de fuego. Nembroth hable adorado,
y Moloc en hogueras colocado, 185
pues los dos merecieron este extremo:
Nembroth por ley, Moloc por Dios supremo,
de donde se siguieron
tantos ídolos cuantos hoy se unieron
a estas bodas propicios, 190
pues las ven en confusos sacrificios treinta mil dioses bárbaros que adoro
en barro, en piedra, en bronce, en plata, en oro. PENSAMIENTO Aquesta sí que es vida;
haya treinta mil dioses a quien pida 195
un hombre, en fin, lo que se le ofreciere, por que éste otorgue lo que aquél no diere; y no tú, que importuno
tienes harto con uno,
que de oírlo me espanto: 200
¿cómo un Dios sólo puede estar en tanto como tiene que hacer?

DANIEL Como lo sea,
en más su mano universal se emplea.

BALTASAR Habla a la hermosa Vanidad, que ha sido 205
mi esposa, y pues las dos habéis nacido de un concepto,
a las dos unir procura
mi ambición: ¡Qué belleza! ¡Qué hermosura!
(Mirando a las dos, y él en medio.)
Dame, soberbia Vanidad, los brazos.

VANIDAD Eternos han de ser tan dulces lazos. 210

IDOLATRÍA Envidia la beldad tuya me diera si lo divino que envidiar tuviera.

VANIDAD Celos tu luz me diera, por los cielos, pero la vanidad no tiene celos.

BALTASAR (Aparte.) Un día me amanece en otro día, 215
y entre la Vanidad e Idolatría,
la más hermosa, el alma, temerosa,
duda; porque cualquiera es más hermosa cuando con el aplauso lisonjero
rey me apellido, y Dios me considero. 220

IDOLATRÍA ¿De qué te has suspendido? VANIDAD ¿De qué te has divertido?

BALTASAR Tu gran beldad, ¡oh Idolatría!, me admira;
tu voz, ¡oh Vanidad!, dulce me inspira,
y así, por que divierta mi tristeza 225
movido de tu aliento, y tu belleza,
hoy a las dos pretendo desvanecer, y enamorar,
haciendo la Idolatría alarde de mis glorias,
cuando la Vanidad de mis victorias. 230
De aquel soberbio Nabuco a cuyo valor,
y a cuya majestad obedecieron hado, poder y fortuna
de aquel rayo de Caldea, 235
que desde la esfera suya flechado, Jerusalén
llora su abrasada injuria. De aquel que a cautividad
redujo la sangre justa 240
de Israel, transmigración que hoy en Babilonia dura.
De aquel que robó del Templo vasos y riquezas sumas,
despojo sagrado ya 245
de mi majestad augusta.
De aquel, en fin, que a los campos pació la esmeralda bruta,
medio hombre, medio fiera,
monstruo de vello y de pluma 250
hijo soy, deidades bellas, y por que le sustituya
como en el reino en la fama, como en la fama en la furia,
los altos dioses que adoro, 255
de tal condición me ilustran, que no dudo que en mi pecho o se repita o se infunda
su espíritu, y que heredada
el alma, también se funda 260
en mi cuerpo, si es que dos pudieron vivir con una.
No el ser, pues, rey soberano de cuanto el Tigris circunda,
de cuanto el Éufrates baña 265
y de cuanto el sol alumbra por tantas provincias,
que a sólo verlas madruga,
por que no se cumpla el día
sin que la tarde se cumpla 270
la sed de tanta ambición, o satisface, o apura,
y sólo me desvanece, o sea valor, o locura,
tener sobre aquestos montes 275
jurisdicción absoluta, porque éstos son de Senar aquella campaña dura
que entre la tierra y el cielo
vio tan estupenda lucha, 280
cuando los hombres osados, con valor y sin cordura,
armaron contra los dioses fábricas, que al sol encumbran.
Y para que sepas tú, 285

VANIDAD, de cuánto triunfas;
y cuánto tú, Idolatría, vienes a mandar, escucha:
Estaba el mundo gozando
en tranquila edad segura 290
la pompa de su armonía, la paz de su compostura,
considerando entre sí
que de una masa confusa
que ha llamado la poesía 295
caos, y nada la escritura,
salió a ver la faz serena de esa azul campaña pura del cielo,
desenvolviendo
con lid rigurosa y dura 300
de las luces y las sombras,
la unidad con que se aúnan de la tierra,
y de las aguas, el nudo con que se anudan,
dividiendo y apartando 305
las cosas, que cada una son un mucho de por sí,
y eran nada todas juntas consideraba, que halló
la tierra que antes inculta 310
e informe estuvo, cubierta de flores,
que la dibujan, el vago viento poblado
de las aves que le cruzan;
el agua hermosa, habitada 315
de los peces que la surcan; y el fuego,
con esas dos antorchas, el sol y luna,
lámparas del día y la noche,
ya solar y ya nocturna, 320
que se halló, en fin, con el hombre,
que es de las bellas criaturas
que Dios, por mayor milagro,
hizo a semejanza suya;
con esta hermosura vana, 325
no hay ley a que le reduzca;
tan antiguo es en el mundo el ser vana la hermosura;
vano y hermoso, en efecto,
eterna mansión se juzga, 330
sin parecerle que haya por castigo de sus culpas guardado
un universal diluvio, que le destruya;
y con esta confianza 335
en solos vicios se ocupan los hombres,
mal poseídos de la soberbia y la gula,
de la avaricia y la ira,
de la pereza y lujuria. 340
Enojados, pues, los dioses,
a quien nada hay que se encubra, trataron de deshacer
el mundo, como a su hechura,
no a diluvios, pues de rayos 345
se vio la cólera suya
fiada a incendios si de agua, porque la majestad suma
tal vez con nieve culmina
y tal vez con fuego inunda. 350
Cubrióse el cielo de nubes densas, opacas y turbias,
que como estaba enojado, por no revocar la justa
sentencia, no quiso ver 355
de su venganza sañuda su mismo rigor;
y así, entre tinieblas se oculta,
entre nubes se enmaraña,
porque a un Dios, con ser Dios, busca 360
para mostrar su rigor, ocasión, si no disculpa;
el principio fue un rocío
de los que a la aurora enjuga
con cendales de oro el sol; 365
luego, una apacible lluvia de las que a la tierra dan el riego
con que se pula;
luego fueron lanzas de agua,
que nubes y montes junta, 370
teniendo el cuenco en los montes cuando en las nubes las puntas;
luego fueron desatados
arroyos, creció la furia;
luego fueron ríos; luego 375
mares de mares: ¡oh suma sabiduría! Tú sabes
los castigos que procuras;
bebiendo sin sed el orbe,
hecho balsas y lagunas, 380
padeció tormenta de agua por bocas, y por roturas los bostezos de la tierra,
que por entreabiertas grutas
suspiran; cerrado ya 385
en prisión ciega y oscura, tuvieron al aire; y él
que por dónde salir busca, brama encerrado; y al fiero
latido que dentro pulsa, 390
las montañas se estremecen y los peñascos caducan. Aquese freno de arena
que para a raya la furia
de ese marino caballo, 395
siempre argentado de espuma, le soltó todas las riendas,
y él desbocado procura, corriendo alentado siempre,
no parar, cobarde, nunca. 400
Las fieras, desalojadas de sus estancias incultas,
ya en las regiones del aire,
no es mucho que se presuman
aves; las aves nadando, 405
no es mucho que se introduzcan a ser peces, y los peces
viviendo las espeluncas,
no es mucho que piensen ser
fieras, por que se confundan 410
las especies; de manera
que en la deshecha fortuna, entre dos aguas, que así
se dice que está el que duda,
el pez, el bruto y el ave, 415
discurran sin que discurran dónde tiene su mansión
la piel, la escama y la pluma. Y al último paroxismo
el mundo se desahucia, 420
y en fragmentos desatados se parte y se descoyunta,
y como aquel que se ahoga a brazo partido lucha
con las ondas, y ellas hacen 425
que aquí salga, allí se hunda; así el mundo, agonizando entre sus ansias, se ayuda. Aquí un edificio postra,
allí descubre una punta, 430
hasta que rendido ya,
entre lástimas y angustias, de cuarenta codos de agua
no hay parte que no se cubra,
siendo a su inmenso cadáver 435
todo el mar pequeña tumba. Cuarenta auroras a mal
echó el sol, porque se enlutan las nubes, y luz, a exequias
de esta máquina difunta. 440
Sólo aquella primer nave a todo embate segura, elevada sobre el agua,
a todas partes fluctúa,
tan vecina a las estrellas 445
y a los luceros tan junta, que fue alguno su farol
y su linterna fue alguna;
en ésta, pues, las reliquias
del mundo salvó la industria 450
de Noé, depositando todas sus especies juntas;
hasta que el mar, reducido a la obediencia que jura,
se vio otra vez y otra vez 455
la tierra pálida, y mustia, desmelenada la greña,
llena de grietas y arrugas, la faz de la luz apenas
tocada, pero no enjuta; 460
asomó entre ovas y lamas la disforme catadura,
y en retórico silencio agradecida saluda
del arco de paz la seña, 465
pajiza, leonada y rubia, segundo Adán de los hombres; con generación fecunda,
el mundo volvió a poblar
de animales y criaturas. 470
Nembroth, hijo de Canaán,
que las maldiciones suyas heredó,
estirpe en efecto aborrecida e injusta;
las provincias de Caldea, 475
con sus familias ocupa, y sus hijos, cada uno
de tan disforme estatura,
que era un monte organizado
de miembros y de médulas. 480
Éstos, pues, viendo que un arca al mundo salvó, procuran
con fábrica más heroica, con máquina más segura,
hacer contra los enojos 485
del cielo una fuerza cuya majestad en los diluvios los guarde
y los restituya. Ya para la extensa torre
montes sobre montes juntan; 490
y la cerviz de la tierra, de tan pesada coyunda oprimida la hacen,
que tanta pesadumbre sufra;
bien que con el peso gima; 495
bien que con la carga cruja.
Creció la máquina y crece la admiración que la ayuda a ser dos veces mayor,
pues no hay gentes que no acudan 500
a su edificio, hasta ver que la inmensa torre suba a ser tambico pilar,
a ser dórica columna,
embarazo de los vientos 505
y lisonja de la luna,
ya con la empinada frente la esfera abolla cerúlea,
y con el cuerpo en el aire
tanto estorba como abulta; 510
pero en medio de esta pompa, de este aplauso,
esta ventura, le cortó el cielo los pasos,
porque el mirar le disgusta
escalar de sus esferas 515
la sagrada arquitectura;
y por que no por asalto ganarle el hombre presuma,
quiere que en los que la labran
tal variedad se introduzca 520
de lenguas, que nadie entienda aun lo mismo que articula.
Suenan en todos a un tiempo destempladas y confusas
voces, que el sentido humano 525
hasta entonces no oyó nunca;
ni éste sabe lo que dice,
ni aquél sabe lo que escucha;
por que de esta suerte el orden
o se pierda, o se confunda. 530
Setenta y dos lenguas fueron
las que los hombres pronuncian en un instante que tantas
quiere el cielo que se infundan
en setenta y dos idiomas; 535
repetidos se divulga
el eco, y desesperados
los hombres ya, sin que arguyan la causa, huyen de sí mismos,
si hay alguien que de sí huya. 540
Cesa el asalto, por que
no quede memoria alguna de tan glorioso edificio, de fábrica tan augusta.
Preñada nube a este tiempo, 545
para que más le confunda, hace herida,
que su vientre humo exhale y fuego escupa, siendo de su atrevimiento
ella misma sepultura, 550
haciendo de sus ruïnas pira, monumento y urna;
yo, pues, viendo que mi pecho la fama a Nembroth le hurta
creo que quedar entonces 555
tantas cenizas caduca
fue por que yo la acabase,
pues en mí a un tiempo se juntan



VANIDAD e Idolatría
con que a tantos rayos luzca. 560
Pues si tú me das aliento
con que hasta el imperio suba;
si tú me aplacas los dioses;
si tú, Vanidad, me ayudas;
si tú, Idolatría, me amparas, 565
¿quién duda decir, quién duda que atrevido, y no postrado, tan grande promesa cumpla? Y así quiero que las dos
reinen en mi pecho juntas, 570
idolatra a tu belleza
y vano con tu hermosura, sacrificando a tus dioses, mereciendo tus fortunas,
adorando tus altares, 575
logrando tus aventuras
en láminas de oro y plata, que caracteres esculpan, vivirá mi nombre eterno
a las edades futuras. 580

IDOLATRÍA A tus pies verás que estoy, siempre firme y siempre amante.

VANIDAD Siempre, Baltasar, constante luz de tus discursos soy.

IDOLATRÍA Y si a los dioses te igualas, 585
yo por Dios te he de adorar. VANIDAD Yo, por que puedas volar, daré a tu ambición mis alas.

IDOLATRÍA Sobre la deidad más suma
coronaré tu arrebol. 590

VANIDAD Yo, para subir al sol,
te haré una escala de pluma.

IDOLATRÍA Estatuas te labraré,
que repitan tu persona.

VANIDAD Yo al laurel de tu corona 595
más hojas añadiré. BALTASAR Dadme las manos las dos;
¿quién de tan dulces abrazos podrá las redes y lazos romper?

DANIEL La mano de Dios.

BALTASAR ¿Quién tan atrevido así 600
a mis voces respondió?

PENSAMIENTO Yo no he sido.

BALTASAR ¿Pues quién?

DANIEL Yo.

BALTASAR Pues hebreo, ¿cómo así
os atrevéis vos, que fuisteis 605
en Jerusalén cautivo?
¿Vos, que humilde y fugitivo en Babilonia vivisteis?
Vos, mísero y pobre, ¿vos
así me turbáis, así? 610
¿Quién ya libraros de mí podrá? (Va a sacar la daga.)

DANIEL La mano de Dios.

BALTASAR Tanto puede una voz, tanto,
que de oírla me retiro,
de mi paciencia me admiro, 615
de mi cólera me espanto; enigmas somos los dos;
cuando tu muerte pretende mi furor, ¿quién te defiende, Daniel?

DANIEL La mano de Dios. 620

PENSAMIENTO
Lo que en la mano porfía.

VANIDAD Déjale, que su humildad
desluce mi vanidad.

IDOLATRÍA Y su fe mi idolatría.

BALTASAR Vida tienes por las dos, 625
y que viva me conviene, por que vea que no tiene fuerza la mano de Dios.
(Vase BALTASAR.)

PENSAMIENTO
De buena os habéis librado; 630
y yo estimo la lección, pues en cualquier ocasión en que me vea apretado, sé cómo me he de librar,
pues sin qué ni para qué 635
la mano de Dios diré,
y a todos haré temblar; y pues de mano los dos solamente nos ganamos,
mano a mano nos partamos: 640
id a la mano de Dios.
(Vase.)

DANIEL ¿Quién sufrirá tus inmensas injurias, autor del día? Vanidad e Idolatría
solicitan tus ofensas. 645
¿Quién podrá? ¿Quién de mi fe en esta justa esperanza
tomar por vos la venganza?

MUERTE Yo podré.
(Sale LA MUERTE con espada y daga, de galán, con un manto lleno de muertes.)

DANIEL Fuerte aprensión, ¿qué me quieres, 650
que entre fantasmas y sombras me atemorizas y asombras? Nunca te he visto; ¿quién eres?

MUERTE Yo, divino profeta Daniel,
de todo lo nacido soy el fin; 655
del pecado y la envidia hijo cruel, abortado por áspid de un jardín,
la puerta para el mundo me dio Abel;
mas quien me abrió la puerta fue Caín,
donde mi horror introducido ya, 660
ministro es de las iras de Jehová.
Del pecado y de la envidia, pues, nací, por que dos furias en mi pecho estén; por la envidia caduca muerte di
a cuantos de la vida la luz ven; 665
por el pecado muerte eterna fui
del alma, pues que muere ella también. Si de la vida es muerte el expirar,
la muerte así del alma es el pecar.
Si juicio, pues, de Dios tu nombre fue, 670
y del juicio de Dios rayo fatal
soy yo, que a mi furor postrar se ve, vegetable, sensible y racional,
¿por qué te asombras tú de mí, por qué
la porción se estremece en ti mortal? 675
Cóbrate, pues, y hagamos hoy los dos
de Dios tú el juicio, y yo el poder de Dios, aunque no es mucho que te asombre, no, aun cuando fueras Dios, de verme a mí,
pues cuando él de la flor de Jericó 680
clavel naciera en campos de alhelí,
al mismo Dios le estremeciera yo la parte humana,
y al rendirse a mí,
turbaran las estrellas su arrebol,
la faz la luna y su semblante el sol; 685
titubeara esa fábrica infeliz
y temblara esa forma inferior,
la tierra desmayada su cerviz,
luchando piedra a piedra y flor a flor;
a media tarde, joven infeliz, 690
expirara del día el resplandor,
y la noche su lóbrego capuz
vistiera por la muerte de la luz.
Mas hoy sólo me toca obedecer;
a ti sabiduría, prevenir; 695
manda, pues, que no tiene que temer matar el que no tiene que morir:
mío es el brazo, tuyo es el poder;
mío el obrar, si tuyo es el decir,
harta de vidas sed tan singular, 700
que no apagó la cólera del mal.
El más soberbio alcázar, que ambición, si no lisonja, de los vientos es.
El muro más feliz, que oposición,
si no defensa, de las bombas es, 705
fáciles triunfos de mis manos son, despojos son humildes de mis pies; si el alcázar y muro he dicho ya,
¿qué será la cabaña? ¿Qué será?
La hermosura, el ingenio y el poder 710
a mi voz no se pueden resistir;
de cuantos empezaron a nacer,
obligación me hicieron de morir:
todas están aquí; ¿cuál ha de ser la que hoy,
juicio de Dios, mandas cumplir?, 715
que el concepto empezando más veloz no acabará de articular la voz.
Entre aquella vital respiración
que desde el corazón al labio hay,
parará movimiento con la acción, 720
el artificio que un suspiro tray:
cadáver de sí mismo el corazón verás,
rotos los ejes, como cay sepulcro ya la silla en que era rey,
justo decreto de precisa ley. 725
Yo abrasaré los campos de Nembroth;
yo alteraré las gentes de Babel;
yo infundiré los sueños de Behemoth;
yo verteré las plagas de Israel;
yo teñiré las viñas de Nabot; 730
yo humillaré la frente a Jezabel;
yo mancharé las mesas de Absalón con la caliente púrpura de Amón;
yo postraré la majestad de Acab,
arrastrado en su carro de rubí; 735
yo, con las torpes hijas de Moab, profanaré las tiendas de Zambrí;
yo tiraré los chuzos de Joab,
y si mayor aplauso fías de mí,
yo inundaré los campos de Senar 740
con la sangre infeliz de Baltasar.


DANIEL Severo y justo ministro
de las cóleras de Dios, cuya vara de justicia
es una guadaña atroz. 745
Ya que el tribunal divino representamos los dos,
no quiero, no, que el decreto, del libro que es en rigor
de acuerdo, aunque ya en los hombres 750
es libro de olvido hoy, ejecutes sin que antes
le hagas con piadosa voz los justos requerimientos
que pide la ejecución. 755

BALTASAR quiere decir tesoro escondido, y yo
sé que en los hombres las almas tesoro escondido son.
Ganarle quiero, y así, 760
sólo licencia te doy
para que a Baltasar hagas una notificación. Recuérdale que es mortal;
que la cólera mayor 765
antes empuña la espada que la desnuda; así yo,
que la empuñes te permito, mas que la desnudes, no.
(Vase.)

MUERTE ¡Ay de mí, qué grave yugo 770
sobre mi cerviz cayó!
Sobre mis manos, ¡qué hielo! Sobre mis pies,
¡qué prisión! De tus preceptos atado,
¡oh inmenso juicio de Dios!, 775
la muerte está sin aliento, la cólera sin razón.
Para acordarle no más
que es mortal de mi rigor,
sola una vislumbre basta; 780
de mi mal, sola una voz:
¿Pensamiento?

(Sale EL PENSAMIENTO.)

PENSAMIENTO
¿Quién me llama?

MUERTE Yo soy quien te llamo.

PENSAMIENTO Y yo
soy quien quisiera en mi vida 785
no ser llamado por vos.

MUERTE ¿Pues qué es lo que tienes?

PENSAMIENTO
Miedo.

MUERTE ¿Qué es miedo?

PENSAMIENTO
Miedo es temor.

MUERTE ¿Qué es temor?

PENSAMIENTO Temor, espanto.

MUERTE ¿Qué es espanto?

PENSAMIENTO
Espanto, horror. 790

MUERTE Nada de eso sé lo que es, que jamás lo tuve yo.

PENSAMIENTO
¿Pues lo que no tenéis dais?

MUERTE Por no tenerle le doy.
¿Adónde está Baltasar? 795

PENSAMIENTO
En un jardín, con las dos deidades que adora.

MUERTE Ponme con él; llévame veloz
a su presencia.

PENSAMIENTO
Sí haré, 800
porque no tengo valor para negarlo.

MUERTE Que bien justo precepto de Dios
a hacerle a mi memoria;
en su pensamiento voy.

(Vanse los dos, y salen BALTASAR, IDOLATRÍA y VANIDAD.)
805

IDOLATRÍA Señor, ¡qué grave tristeza!

VANIDAD ¡Qué grave pena, señor!

IDOLATRÍA ¿Tu discurso desvanece?

VANIDAD ¿Turba tu imaginación?

BALTASAR No sé qué pena es la mía.

(Vuelven a salir EL PENSAMIENTO y LA MUERTE.)

PENSAMIENTO
Llega, que aquí está. 810

BALTASAR Que estoy pensando en las amenazas
de aquella mano de Dios,
cuál ha de ser el castigo que me ha prometido.

MUERTE Yo.

(Vase retirando y sale LA MUERTE tras él.)
815

BALTASAR ¿Qué es esto que miro, cielos?
¿Sombra, fantasma o visión?
¿Qué voz y cuerpo me finges sin que tengas cuerpo y voz?
¿Cómo has entrado hasta aquí? 820

MUERTE Como si es la luz el sol, yo soy la sombra si él
la vida del mundo, yo del mundo la muerte, así
entro yo como él entró, 825
por que de luces a sombras esté igual la posesión.

IDOLATRÍA ¿Quién es éste que el mirarle le retira de los dos?

BALTASAR ¿Cómo a cada paso tuyo 830
vuelve atrás mi presunción?

MUERTE Porque das tú atrás los pasos
que yo hacia delante doy.

PENSAMIENTO La culpa tuve en traerle,
que soy un traidor traedor. 835

BALTASAR ¿Qué me quieres y quién eres? O luz o sombra.

MUERTE Yo soy
un acreedor tuyo, y quiero pedirte como acreedor.

BALTASAR ¿Qué te debo, qué te debo? 840

MUERTE Aquí está la obligación, en un libro de memorias.
(Saca un libro de memorias.)

BALTASAR Éste es engaño, es traición, porque esta memoria es mía;

a mí, a mí se me perdió. 845

MUERTE Es verdad, mas las memorias que tú pierdes hallo yo;
lee.

BALTASAR Yo, el gran Baltasar,
de Nabucodonosor 850
hijo, confieso que el día que el vientre me concibió
de mi madre, fue en pecado, y recibí (helado estoy)
una vida, que a la Muerte 855
he de pagar (¡qué rigor!) cada, y cuando que la pida, cuya escritura pasó
ante Moisés, los testigos
siendo Adán, David y Job. 860
Yo lo confieso, es verdad; mas no me ejecutes, no; dadme más plazo a la vida.

MUERTE Liberal contigo soy,
porque aún no está declarada 865
hoy la justicia de Dios, y para que se te acuerde ser, Baltasar, mi deudor,
de la gran Sabiduría este Memorial te doy.

(Vase, dándole un papel, y lo abre BALTASAR y lo lee.)
870

BALTASAR Así habla en un proverbio del espíritu la voz:
Polvo fuiste y polvo eres
y polvo has de ser. Yo, ¿yo
polvo fui siendo inmortal? 875
Siendo eterno, ¿polvo soy?
¿Polvo he de ser siendo inmenso?
¿Es engaño, es ilusión?

(Anda EL PENSAMIENTO alrededor de BALTASAR.)

PENSAMIENTO
Yo, como loco, en efecto,
vueltas y más vueltas doy. 880

BALTASAR ¿No es deidad la Idolatría?

PENSAMIENTO Acá me vengo con vos.

BALTASAR (Anda alrededor de las dos.)
¿La Vanidad no es deidad? PENSAMIENTO Ahora con vos estoy.

BALTASAR ¡Cuál anda mi Pensamiento 885
vacilando entre las dos!

IDOLATRÍA ¿Qué contendrá aquel papel
que tanto le divirtió de nosotras?

(Quítale LA VANIDAD el memorial.)

VANIDAD Desta suerte lo veremos.

PENSAMIENTO
Noble acción, 890
la memoria de la Muerte la Vanidad le quitó.

BALTASAR ¿Qué es lo que pasa por mí? VANIDAD Hojas inútiles son,
el viento juegue con ellas.

(Hácele pedazos y lo arroja.)
895

BALTASAR ¿Aquí estábades las dos?

IDOLATRÍA ¿Qué ha sido esto?

BALTASAR No lo sé;
una sombra, una ilusión que ocupó mi fantasía,
que mi discurso ocupó; 900
pero ya se fue la sombra desvaneciendo su horror,
¿qué mucho que temerosa la noche huyese, si vio
que en vuestros ojos divinos 905
madrugaba el claro sol? Y no a los míos parece que solamente salió
esa luz que me ilumina,
que me alumbra ese esplendor, 910
sino a todo el jardín, pues oscuro el rubio arrebol
del sol, estaba hasta veros, y viéndoos amaneció
segunda vez, porque como 915
dos soles y auroras sois,
él no se atrevió a salir sin licencia de las dos.

VANIDAD Si soles somos, y auroras
por su antigua adoración, 920
el Sol es la Idolatría;
yo la aurora, que inferior soy a los rayos, y así
a ella debe el resplandor
el valle que goza, pues 925
cuando entre sombras durmió no la despertó la aurora,
que otro sol la despertó.


IDOLATRÍA Concedo que aurora seas,
y concédote que soy 920
yo el sol, por rendirme a ti, porque al hermoso candor de la aurora, el sol le debe todo el primer arrebol,
y así, siendo la primera 925
la luz, que le iluminó,
la luz de la aurora ha sido más bella que la del sol, pues salió primero al valle
y antes que él amaneció. 930

PENSAMIENTO
La hermosura y el ingenio se compiten en las dos,
y pues convida el jardín con la dulce emulación
de las flores y las fuentes, 935
sobre el lecho que tejió para sí la Primavera
os sentad; lisonjas son los pájaros, y las ramas,
haciendo blando rumor 940
al aire que travesea entre las hojas veloz, donde aromas de cristal y pastillas de ámbar son
las fuentecillas risueñas 945
y el prado lleno de olor.
(Siéntanse todos, y en medio BALTASAR, y LA IDOLATRÍA le quita el sombrero y con el penacho le hace aire.)

IDOLATRÍA Yo con el bello penacho de las plumas, que tejió
la Vanidad, escogidas de la rueda del pavón, te daré aire.

PENSAMIENTO
¿Pues conmigo 950
no fuera mucho mejor, que soy sutil abanico
del Pensamiento? Aunque no, que más parezco en la cara
abanico del Japón. 955

VANIDAD Yo con músicos cantando pararé al aire mi voz.

BALTASAR La música de la aurora no me sonará mejor
cuando, sacudiendo el día 960
entre uno y otro arrebol,
le daban la bienvenida perla a perla,
y flor a flor.

VANIDAD (Cantando.)
Ya Baltasar es deidad,
pues le rinde en este día 965
estatuas la Idolatría
y templos la Vanidad.

(Sale LA MUERTE.)

MUERTE Aquí apacible voz suena;
donde con trágico estilo
llora un mortal cocodrilo, 970
canta una dulce sirena;
tampoco pudo la pena
de mi memoria, que ha sido de la Vanidad olvido,
pues ya mi sombra le asombra, 975
a ver si puede mi sombra
lo que mi voz no ha podido. Con el opio y el beleño entorpezca tu fortuna;
infúndale, pues, a una, 980
mi imagen, pálido sueño;
sea de tu vida dueño,
en que se acuerde de mí un letargo, un frenesí,
una imagen, un veneno, 985
un horror de horrores lleno. VANIDAD ¿Parece que duerme? IDOLATRÍA Sí.

(Quédase dormido BALTASAR.)

VANIDAD Pues entre sueños espero,
por que al despertar se halle
ufano, representalle 990
un aplauso lisonjero.
(Vase.)

IDOLATRÍA Yo significarle quiero dónde el vuelo ha de llegar de mi deidad singular.

PENSAMIENTO
Mi afán aquí descansó, 995
pues sólo descanso yo cuando duerme Baltasar.
(Échase a dormir.)

MUERTE Descanso del sueño hace
el hombre, ¡ay Dios!, sin que advierta
que cuando duerme y despierta, 1000
cada día muere y nace, que vivo cadáver yace cada día, pues rendida
la vida a un breve homicida
que es su descanso, no advierte 1005
una lección que la Muerte le va estudiando a la vida. Veneno es dulce, que lleno de lisonjas, desvanece,
aprisiona y entorpece, 1010
y ¡ay quien beba este veneno! Olvido es de luz ajeno
que aprisionado ha tenido en sí, uno y otro sentido,
pues ni oyen, tocan ni ven, 1015
informes todos, y ¡ay quien no se acuerde de este olvido! Frenesí es, pues así
varias especies atray,
que goza inciertas, y ¡ay 1020
quien ame este frenesí! Letargo es, a quien le di
de mi imperio todo el cargo, y con repetido embargo
del obrar y el discurrir, 1025
enseña al hombre a morir;
¿y hay quien busque este letargo?
Sombra es, que sin luz asombra que es su oscura fantasía
triste oposición del día; 1030
¿y hay quien descanse a esta sombra?
Imagen, al fin se nombra
de la Muerte, sin que ultrajen,
sin que ofendan, sin que atajen
los hombres su adoración, 1035
pues es sola una ilusión.
¿Y hay quien adore esta imagen?
Pues ya Baltasar durmió,
ya que el veneno ha bebido
y ha olvidado aquel olvido; 1040
ya que el frenesí pasó, ya que el letargo sintió,
ya de horror y asombro lleno vio la imagen, pues su seno
penetre horror, y se nombra 1045
ilusión, letargo y sombra, frenesí,
olvido y veneno. Y pues Baltasar durmió,
duerma a nunca despertar sueño eterno Baltasar
de cuerpo y alma.
(Saca la espada y quiere matarle, y sale DANIEL y detiene el brazo a LA MUERTE.)
1050

DANIEL Eso no.

MUERTE ¿Quién tiene mi brazo?

DANIEL Yo, porque el plazo no ha llegado;
número determinado
tiene el pecar y el vivir, 1055
y el número ha de cumplir ese aliento, ese pecado.

MUERTE Llegarán (¡hado crüel!). Cumpliránse (¡pena fiera!),
para que algún justo muera 1060
y setras semanas Daniel,
y no un pecador, ¡oh fiel!, juez de la ejecución mía.
¿Qué esperáis? Que si este día
logra una temeridad, 1065
oye allí la Vanidad, mira allí la Idolatría.
(Ábrese una apariencia a un lado y se ve una estatua de color de bronce a caballo y LA IDOLATRÍA teniéndole el freno, y al otro lado sobre una torre aparece LA VANIDAD con muchas plumas y un instrumento en la mano.)

IDOLATRÍA Baltasar de Babilonia, que las lisonjas del sueño
sepulcro tú de ti mismo 1070
mueres vivo y vives muerto.

VANIDAD Baltasar de Babilonia,
que en el verde monumento de la primavera eres
un racional esqueleto. 1075

BALTASAR ¿Quién me llama? ¿Quién me llama? Mas si a mis fantasmas creo,
ya, Vanidad, ya te miro;
(Entre sueños.)
ya, Idolatría, te veo.

IDOLATRÍA Yo la sacra Idolatría, 1080
deidad que del sol desciendo, a consagrarte esta estatua
del supremo alcázar vengo, por que tenga adoración
hoy tu imagen en el suelo. 1085

VANIDAD Yo, la humana Vanidad,
que en los abismos me engendro,
y naciendo entre los hombres tengo por esfera el cielo,
para colocar la estatua 1090
este imaginado templo te dedico, que de pluma
he fabricado en el viento.

BALTASAR ¡Qué triunfos tan soberanos!
¡Qué aplausos tan lisonjeros! 1095
Ofréceme, Idolatría, altares, aras, inciensos, y adórense mis estatuas
por simulacros excelsos;
tu Vanidad sube, sube, 1100
a coronarte al Imperio; ilústrese una volando; ilústrese otra cayendo.

(Baja LA ESTATUA y sube la torre y cantan las dos.)

IDOLATRÍA (Cantando.)
Bajad, estatua, bajad;
a ser adorada ir.

VANIDAD (Cantando.) 1105
A ser eterno subir, templo de la Vanidad.

IDOLATRÍA Corred, bajad.

VANIDAD Subid, volad.

LAS DOS Pues hoy de los vientos fía.

IDOLATRÍA Estatuas la Idolatría. 1110

VANIDAD Y templo, la Vanidad. MUERTE Suéltame, Daniel, la mano;
verás que osado y soberbio acabo, como Sansón,
con el ídolo y el templo.

DANIEL Ya yo te la soltaré, 1115
veloz cometa de fuego,
en siendo tiempo rigor; pero hasta que sea tiempo, aquesa estatua de bronce
le dé otro metal acuerdo, 1120
que trompeta de metal tocada por mi precepto será trompeta de juicio.

MUERTE A los dos está bien eso,
que en tocando la trompeta, 1125
a su voz el universo todo expirará, y así,
¡oh tu peñasco de acero!,
¿qué espíritu aborrecido
vive por alma en tu pecho? 1130
Deidad, mentira de bronce, desengáñate a ti mesmo.
(Vase.)

ESTATUA Baltasar.

BALTASAR ¿Qué es lo que quieres, ilusión o fingimiento?
¿Qué me matas? ¿Qué me afliges? 1135

ESTATUA Oye y velen a mi aliento hoy los sentidos del alma
mientras duermen los del cuerpo,
que contra la Idolatría
áspid de metal me vuelvo, 1140
por que como el áspid,
yo muera a mi mismo veneno;
y en tanto que el labio duro
del bronce articula acentos,
enmudezcan esas voces, 1145
que son lisonjas al viento.
Yo soy la estatua que vio Nabuco,
hecha de diversos metales, con pies de barro,
a quien una piedra luego 1150
deshizo, piedra caída
del monte del testamento. No la adoración divina tiranices a los cielos,
que yo por verme adorar 1155
de tres jóvenes hebreos, el horno de Babilonia
encendí, donde su esfuerzo al fuego se acrisoló
y no se deshizo al fuego. 1160
Sidrach, Misach y Abdenago son vivos testigos de esto.
Los dioses que adoras son
de humanas materias hechos.
Bronce adoras en Moloch, 1165
oro en Astarot, madero en Baal, barro en Dagón, piedra en Baalin y hierro
en Moab, y hallando en mí
el juicio de Dios inmenso, 1170
a mis voces de metal
os rendís las dos, rompiendo las plumas y las estatuas.

(Sube LA ESTATUA y baja la torre.)

VANIDAD ¡Que me abraso! IDOLATRÍA ¡Que me hielo!

VANIDAD Ya a los rayos de otro sol 1175
he desvanecido el vuelo. IDOLATRÍA Y yo a la luz de otra fe
mis sombras desaparezco.

(Cúbrense, y dice BALTASAR a las dos.)


La cena de Baltasar- Calderón de la Barca