Congregación para el Clero 650

650
28. La perspectiva desde la que debe plantearse el camino y el fundamento de toda programacion pastoral, consiste en ayudar a redescubrir en nuestras comunidades la universalidad de la llamada cristiana a la santidad. ¡Es necesario recordar que el alma de todo apostolado radica en la intimidad divina, en no anteponer nada al amor de Cristo, en buscar en todo la mayor gloria de Dios, en vivir la dinamica cristocéntrica del mariano "totus tuus"! La pedagogia de la santidad situa "la programacion pastoral bajo el signo de la santidad" y constituye el principal desafio pastoral en el contexto actual. En la Iglesia santa todos los fieles estan llamados a la santidad.

En consecuencia, una tarea central de la pedagogia de la santidad consiste en saber ensenar a todos -y en recordarlo sin cansancio- que la santidad constituye el objetivo de la existencia de todo cristiano. "En la Iglesia, todos, lo mismo quienes pertenecen a la Jerarquia que los apacentados por ella, estan llamados a la santidad, segun aquello del Apostol: "Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificacion" (1 Ts 4, 3; cfr. Ef 1, 4)". ste es el primer elemento que se ha de desarrollar pedagogicamente en la catequesis eclesial, hasta que la conciencia de la santificacion en la propia existencia llegue a ser una conviccion comun.

El anuncio de la universalidad de la llamada a la santidad exige la comprension de la existencia cristiana como sequela Christi, como conformacion con Cristo; no se trata de encarnar de modo extrinseco comportamientos éticos, sino de dejarse envolver personalmente en el acontecimiento de la gracia de Cristo. Este conformarse con Cristo es la sustancia de la santificacion, y constituye la finalidad especifica de la existencia cristiana. Para alcanzarla, todo cristiano necesita la ayuda de la Iglesia, mater et magistra. La pedagogia de la santidad es un desafio, tan exigente como atrayente, para todos aquellos que detentan en la Iglesia una responsabilidad de guia y de formacion.



651
29. El empeno ardientemente misionero a favor de la evangelizacion tiene una especial prioridad para la Iglesia, y por consiguiente para la pastoral parroquial. "Ha pasado ya, incluso en los paises de antigua evangelizacion, la situacion de una "sociedad cristiana", la cual, aun con las multiples debilidades humanas, se basaba explicitamente en los valores evangélicos. Hoy se ha de afrontar con valentia una situacion que cada vez es mas variada y comprometida, en el contexto de la globalizacion y de la nueva y cambiante situacion de los pueblos y culturas que la caracteriza".

En la sociedad de hoy, marcada por el pluralismo cultural, religioso y étnico, y parcialmente caracterizada por el relativismo, el indiferentismo, el irenismo y el sincretismo, parece que algunos cristianos casi se han habituado a una suerte de "cristianismo" carente de referencias reales a Cristo y a su Iglesia; se tiende asi a reducir el proyecto pastoral a tematicas sociales abordadas desde una perspectiva exclusivamente antropologica, dentro de un reclamo genérico al pacifismo, al universalismo y a una referencia no bien precisada a los "valores".

La evangelizacion del mundo contemporaneo se verificara solo a partir del redescubrimiento de la identidad personal, social y cultural de los cristianos. ¡Esto significa sobre todo el redescubrimiento de Jesucristo, Verbo encarnado, unico Salvador de los hombres! De este convencimiento se desprende la exigencia de la mision, que urge de modo muy particular el corazon de todo sacerdote y, a través de él, debe caracterizar a toda parroquia y comunidad dirigida pastoralmente por él. "Pues, como ya enseno mucho antes que nosotros Gregorio Nacianceno (...) no es conveniente una misma exhortacion para todos, puesto que no todos estan sujetos al mismo modo de vida (...). Por tanto, cualquier maestro, a fin de edificar a todos en una misma virtud de caridad, debe tocar los corazones de sus oyentes con la misma doctrina, pero no con la misma y unica exhortacion".

Sera preocupacion del parroco conseguir que las distintas asociaciones, movimientos y agrupaciones presentes en la parroquia ofrezcan su especifica contribucion a la vida misionera de ésta. "Tiene gran importancia para la comunion el deber de promover diversas realidades de asociacion, que tanto en sus modalidades mas tradicionales como en las mas nuevas de los movimientos eclesiales, siguen dando a la Iglesia una viveza que es don de Dios constituyendo una auténtica primavera del Espiritu. Conviene ciertamente que, tanto en la Iglesia universal como en las Iglesias particulares, las asociaciones y movimientos actuen en plena sintonia eclesial y en obediencia a las directrices de los pastores". Debe evitarse en el tejido parroquial cualquier género de exclusivismo o de aislamiento por parte de grupos individuales, porque la dimension misionera descansa sobre la certeza, que debe ser compartida por todos, de que "Jesucristo tiene, para el género humano y su historia, un significado y un valor singular y unico, solo de él propio, exclusivo, universal y absoluto. Jesus es, en efecto, el Verbo de Dios hecho hombre para la salvacion de todos".

La Iglesia confia en la fidelidad diaria de los presbiteros al ministerio pastoral, empenados en la propia e insustituible mision de velar por la parroquia encargada a su guia.

A los parrocos y a los demas sacerdotes que sirven en las diversas comunidades, no les faltan ciertamente dificultades pastorales, fatiga interior y fisica por la sobrecarga de trabajo, no siempre compensada con saludables periodos de retiro espiritual y de justo descanso. ¡Cuantas amarguras al constatar mas tarde que, con frecuencia, el viento de la secularizacion aridece el terreno en que se habia sembrado con grandes y prolongados esfuerzos!

Una cultura ampliamente secularizada, que tiende a homologar al sacerdote con las propias categorias de pensamiento, despojandolo de su fundamental dimension mistérico-sacramental, es fuertemente responsable de este fenomeno. De aqui nacen los desanimos que pueden llevar al aislamiento, a una especie de depresivo fatalismo, o a un activismo dispersivo. Esto no quita que la gran mayoria de los sacerdotes en toda la Iglesia, correspondiendo a la solicitud de sus obispos, afronta positivamente los dificiles desafios de la actual coyuntura historica, y consigue vivir en plenitud y con alegria la propia identidad y el generoso empeno pastoral.

Sin embargo, no faltan, también desde dentro, peligros como la burocratizacion, el funcionalismo, el democraticismo, o la planificacion que atiende mas a la gestion que a la pastoral. Por desgracia, en algunas circunstancias el presbitero puede encontrarse oprimido por un cumulo de estructuras no siempre necesarias, que terminan por sobrecargarlo, y que tienen consecuencias negativas tanto sobre su estado psicofisico como espiritual y, en consecuencia, repercuten negativamente sobre el mismo ministerio.

El Obispo, que es ante todo padre de sus primeros y mas preciados colaboradores, ha de mostrarse especialmente vigilante en estas situaciones. De modo singular, en estos momentos es actual y urgente la union de todas las fuerzas eclesiales para oponerse positivamente a las insidias de que son objeto el sacerdote y su ministerio.



652
30. Teniendo en cuenta las actuales circunstancias de la vida de la Iglesia, de las exigencias de la nueva evangelizacion, y considerando la respuesta que los sacerdotes estan llamados a dar, la Congregacion para el Clero ha querido ofrecer el presente documento como muestra de ayuda, aliento y estimulo al ministerio pastoral de los presbiteros en la atencion parroquial. En efecto, el contacto mas inmediato de la Iglesia con la gente tiene lugar normalmente en el ambito de las parroquias. Por tanto, nuestras consideraciones se limitan a la persona del sacerdote en cuanto parroco. En él Cristo se hace presente como Cabeza de su Cuerpo Mistico, el Buen Pastor que cuida de cada oveja. Hemos pretendido ilustrar la naturaleza mistérico-sacramental de este ministerio.

Este documento, a la luz de la ensenanza del Concilio Ecuménico Vaticano II y de la Exhortacion apostolica Pastores dabo vobis, se situa en continuidad con el Directorio para el ministerio y la vida de los presbiteros, con la Instruccion interdicasterial Ecclesiae de Mysterio y con la Carta circular El presbitero, Maestro de la palabra, Ministro de los sacramentos y Guia de la comunidad ante el Tercer Milenio cristiano.

Solo es posible vivir el propio ministerio cotidiano mediante la santificacion personal, que debe apoyarse siempre en la fuerza sobrenatural de los sacramentos, de la Santisima Eucaristia y de la Penitencia.

"La Eucaristia es la fuente desde la que todo mana y la meta a la que todo conduce (...) Muchos sacerdotes, a través de los siglos, han encontrado en ella el consuelo prometido por Jesus la noche de la Ultima Cena, el secreto para vencer su soledad, el apoyo para soportar sus sufrimientos, el alimento para retomar el camino después de cada desaliento, la energia interior para confirmar la propia eleccion de fidelidad".

Para profundizar en la vida sacramental y en la formacion permanente, es de gran estimulo una vida fraterna entre sacerdotes que no sea simple convivencia bajo el mismo techo, sino comunion en la oracion, en los proyectos compartidos y en la cooperacion pastoral, junto con el valor de la amistad reciproca y con el Obispo. Todo esto constituye una notable ayuda para superar las dificultades y pruebas en el ejercicio del ministerio sagrado. Todo presbitero necesita no solo el auxilio ministerial de sus propios hermanos: también necesita de ellos en cuanto hermanos.

Entre otras cosas, podria habilitarse en la Diocesis una Casa para todos los sacerdotes que, periodicamente, tienen necesidad de retirarse a un lugar adecuado para el recogimiento y la oracion, para reencontrar alli los medios indispensables para su santificacion.

En el espiritu del Cenaculo -donde los apostoles estaban reunidos y perseveraban unanimes en la oracion con Maria, Madre de Jesus (Hch 1,14)-, a Ella confiamos estas paginas, redactadas con afecto y reconocimiento hacia todos los sacerdotes con cura de almas, esparcidos por todo el mundo. Que cada uno, en el ejercicio del cotidiano "munus" pastoral, pueda gozar del auxilio de la Reina de los Apostoles, y sepa vivir en profunda comunion con Ella. En efecto, "en nuestro sacerdocio ministerial se da la dimension espléndida y penetrante de la cercania a la Madre de Cristo". ¡Consuela saber que "… junto a nosotros esta la Madre del Redentor, que nos introduce en el misterio de la ofrenda redentora de su divino Hijo. "Ad Iesum per Mariam": que éste sea nuestro programa diario de vida espiritual y pastoral"!





Oracion del Parroco a Maria Santisima

Oh Maria, Madre de Jesucristo, Crucificado y Resucitado,

Madre de la Iglesia, pueblo sacerdotal (1P
1P 2,9),

Madre de los sacerdotes, ministros de tu Hijo:

acoge el humilde ofrecimiento de mi mismo,

para que en mi mision pastoral

pueda anunciar la infinita misericordia

del Sumo y Eterno Sacerdote:

oh "Madre de misericordia".

Tu que has compartido con tu Hijo,

su "obediencia sacerdotal" (He 10,5-7 Lc 1,38),

y has preparado para él un cuerpo (He 10,7)

en la uncion del Espiritu Santo,

introduce mi vida sacerdotal en el misterio inefable

de tu divina maternidad,

oh "Santa Madre de Dios".

Dame fuerza en las horas oscuras de la vida,

confortame en la fatiga de mi ministerio

que tu Jesus me ha confiado,

para que, en comunion Contigo, pueda llevarlo a cabo

con fidelidad y amor,

oh Madre del Eterno Sacerdote,

"Reina de los Apostoles, Auxilio de los presbiteros".

Tu que has acompanado silenciosamente a Jesus

en su mision de anunciar

el Evangelio de paz a los pobres,

hazme fiel a la grey

que el Buen Pastor me ha confiado.

Haz que yo pueda guiarla siempre

con sentimientos de paciencia, de dulzura

de firmeza y amor,

en la predileccion por los enfermos,

por los pequenos, por los pobres, por los pecadores,

oh "Madre Auxiliadora del Pueblo cristiano".

A Ti me consagro y confio, oh Maria,

que, junto a la Cruz de tu Hijo,

has sido hecha participe de su obra redentora,

"unida con lazo indisoluble a la obra de la salvacion".

Haz que, en el ejercicio de mi ministerio,

pueda sentir siempre mas

"la dimension espléndida y penetrante de tu cercania"

en todo momento de mi vida,

en la oracion y en la accion,

en la alegria y en el dolor, en el cansancio y en el descanso,

oh "Madre de la Confianza".

Concédeme oh Madre, que en la celebracion de la Eucaristia,

centro y fuente del ministerio sacerdotal,

pueda vivir mi cercania a Jesus

en tu cercania materna,

porque "cuando celebramos la Santa Misa tu estas junto a nosotros"

y nos introduces en el misterio de la ofrenda redentora de tu divino Hijo,

oh "Mediadora de las gracias que brotan de esta ofrenda para la Iglesia y para todos los fieles"

oh "Madre del Salvador".

Oh Maria: deseo poner mi persona,

mi voluntad de ser santo,

bajo tu proteccion e inspiracion materna

para que Tu me guies

hacia aquella "conformacion con Cristo, Cabeza y Pastor"

que requiere el ministerio de parroco.

Haz que yo tome conciencia

de que "Tu estas siempre junto a todo sacerdote",

en su mision de ministro

del Unico Mediador Jesucristo:

Oh "Madre de los Sacerdotes",

"Socorro y Mediadora"

de todas las gracias.

Amén



Congregación para el Clero 650