Congregacion Culto Divino - III. EL CALENDARIO QUE SE HA DE SEGUIR Y LA FACULTAD DE ELEGIR ALGUN OFICIO O ALGUNA DE SUS PARTES.

III. EL CALENDARIO QUE SE HA DE SEGUIR Y LA FACULTAD DE ELEGIR ALGUN OFICIO O ALGUNA DE SUS PARTES.

a) El calendario que se ha de seguir


241. El Oficio se ha de recitar en el coro o en comun siguiendo un calendario propio, a saber: el de la diocesis, el de la familia religiosa o el de la iglesia particular (3). Los miembros de familias religiosas se uniran con la comunidad de la Iglesia local para celebrar la dedicacion de la iglesia catedral y los Patronos principales del lugar y zonas mas amplias(4)


242. Cualquier clérigo o religioso, obligado por algun titulo al Oficio divino, que tome parte en la recitacion del Oficio en comun, segun otro calendario u otro rito distinto del suyo, cumple con su obligacion por lo que se refiere a esta parte di' Oficio.




243. En la recitacion hecha individualmente puede observarse tanto el calendario del lugar como el calendario propio, excepto en las solemnidades y las fiestas propias (5).

b) La facultad de elegir algun Oficio.




244. En los dias feriales que admiten la celebracion de una memoria libre, podra celebrarse, habiendo una justa causa en el mismo rito (Cf. ni. 234-239) el Oficio de algun santo senalado para aquel dia en el Martirologio Romano o en su Apéndice debidamente aprobado.




245. Fuera de las solemnidades, los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, miércoles de Ceniza, Semana Santa, octava de Pascua y el 2 de noviembre, se podra celebrar, por una causa publica o por devocion, ya totalmente ya en parte, algun Oficio votivo; vg.: con motivo de una peregrinacion, de una fiesta local, o la solemnidad externa de algun santo.

c) Facultad de elegir algunos formularios.




246. En algunos casos particulares pueden elegirse para el Oficio formularios distintos de los que correspondan, siempre que se respete la ordenacion general de cada Hora y se observen las reglas que siguen.




247. En el Oficio de los domingos, solemnidades, fiestas de Señor que estan senaladas en el Calendario general, lo mismo que en el Oficio de los dias feriales de Cuaresma v Semana Santa y en los dias comprendidos, entre el 17 y el 24 de diciembre inclusive, nunca sera licito cambiar aquellos formularios que son propios o apropiados a esta celebracion, como son las antifonas, los himnos, las lecturas, los responsorios, las oraciones y, muy a menudo, también los salmos. Sin embargo, los salmos dominicales de la semana en curso podran ser sustituidos, si fuere oportuno, por los salmos dominicales de otra semana, e incluso, si se tratase de un Oficio con el pueblo, se podran elegir otros salmos de forma que el pueblo sea llevado gradualmente a una mejor inteligencia de los mismos.




248. En el Oficio de lectura siempre se ha de preferir la lectura en curso de la Sagrada Escritura. Se refiere también al Oficio el deseo de la Iglesia "de que en un periodo determinado de anos, se lean al pueblo las partes mas significativas de la Sagrada Escritura (6). Teniendo esto presente, respétese el curso de las lecturas de la Escritura propuesto en el Oficio de lectura para el tiempo de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua; durante el tiempo ordinario podran elegirse, por una justa causa, en algun dia o unos pocos dias continuos, otras lecturas entre las propuestas para otros dias o incluso otras lecturas biblicas; vg.; cuando se celebran ejercicios espirituales o asambleas pastorales u oraciones por la unidad de la Iglesia y otras cosas semejantes.




249. Si alguna vez se interrumpe la lectura continua a consecuencia de alguna solemnidad, fiesta o celebracion peculiar, sera licito en esa misma semana, teniendo presente toda su distribucion, o bien unir las partes que se omiten con las otras o bien determinar qué textos han de ser preferidos a los demas.




250. En el mismo Oficio de la lectura, en lugar rie la segunda lectura asignada a aquel dia, podra elegirse por un motivo justo otra lectura del mismo tiempo, tomada del libro de la Liturgia de las Horas o del Leccionario libre (n. 161) Sobre todo en los dias feriados a lo largo del ano y si se considerase oportuno, incluso en el tiempo de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, se puede hacer una lectura cuasi continua de algun fragmento patristico en consonancia con los textos biblicos y liturgicos.




251. Las lecturas de Laudes, Visperas y otras Horas y las oraciones, cantos y preces propuestas para los dias feriales de un tiempo peculiar, pueden ser dichas en otros dias del mismo tiempo, a excepcion de los casos senalados en el n. 247.




252. Aunque todos debe tener en la mayor estima la observacion de todo Curso del Salterio distribuido a lo largo de las semana (7), sin embargo, si fuese oportuno desde el punto de vista espiritual o pastoral, se pueden decir en lugar de 'los salmos asignados a un dia determinado, los salmos de la misma Hora, correspondientes a otro dia. Se dan también de un modo ocasional ciertas circunstancias en las que es licito elegir salmos adecuados y otras partes a modo de Oficio votivo.

Capitulo V LOS RITOS QUE SE HAN DE OBSERVAR EN LA CELEBRACION COMUN.




1- LOS DIVERSOS OFICIOS QUE HAN DE DESEMPENAR.




253. En la celebracion de la Liturgia de las Horas, lo mismo que en las demas acciones liturgicas, "cada cual, ministro o simple fiel, al desempenar su oficio, hara todo y solo aquello que le corresponde por la naturaleza de la accion y las normas liturgicas" (1).




254. Si preside el obispo, sobre todo en la iglesia catedral, estara acompanado de su presbiterio y de los ministros, con la participacion plena y activa del pueblo. No obstante, toda celebracion con asistencia del pueblo la presidira ordinariamente el sacerdote o el diacono, debiendo estar presentes asimismo los ministros.




255. El presbitero o el diacono que preside la celebracion puede llevar la estola sobre el alba o el sobrepelliz e incluso el pluvial en el caso del presbitero. No hay inconveniente en que en las mayores solemnidades varios presbiteros vayan revestidos de pluvial y los diaconos de dalmatica.




256. Pertenece al sacerdote o diacono que presida el dar comienzo al Oficio, desde su sede, con el Padre nuestro, empezar la invocacion inicial, recitar la oracion conclusiva, saludar al pueblo, bendecirlo y despedirlo.




257. Puede recitar las preces el sacerdote o el ministro.




258. Si no estuvieran presentes el presbitero o el diacono, el que preside el Oficio es solamente uno entre iguales; no sube al presbiterio y no saluda ni bendice al pueblo.




259. Quienes desempenan el oficio de lector recitaran de pie en un lugar adecuado, las lecturas, tanto las largas como las breves.




260. El comienzo de las antifonas, de los salmos y de los otros cantos ha de hacerse por uno o varios cantores. En lo que atane a la salmodia, obsérvese lo dicho mas arriba en los nn. 121-125.




261. Mientras se profiere el cantico evangélico, en los Laudes matutinos y Visperas se puede incensar el altar y, a continuacion, también al sacerdote y al pueblo.




262. La obligacion coral afecta e la comunidad, pero no al lugar de le celebracion, que no es necesariamente el templo, sobre todo tratandose de aquellas horas que no son recitadas de un modo solemne.




263. Todos los participantes estaran de pie: a) durante la introduccion del Oficio y la invocacion inicial de cada Hora; b) mientras se dice el himno; c) durante el cantico evangélico; d) mientras se dicen las preces, el Padrenuestro y la oracion conclusiva.




264. Todos escucharan sentados las lecturas, a no ser a del Evangelio.




265. Mientras se recitan los salmos y los Otros Canticos con sus antifonas, la asamblea estara sentada o de pie, segun fuere costumbre.




266. Todos haran la senal de la cruz, desde la frente hasta el pecho y desde el hombro izquierdo al derecho: a) al comienzo de las Horas, cuando se dice Dios mio, ven en mi auxilio; b) al comienzo de los canticos evangélicos: Benedictus, Margnificat y el Nunc dimittis.

Haran la senal de la cruz sobre la boca al comienzo del Invitatorio al proferir las palabras Señor, abreme los labios.

II. EL CANTO EN EL OFICIO


267. En las rubricas y normas de esta Ordenacion las palabras "decir" o "proferir" se refieren al canto o la recitacion, segun los principios que se establecen mas adelante.




268. "Se recomienda vivamente a los que rezan el Oficio en el coro o en comun el uso del canto como algo que responde mejor a la naturaleza de esta oracion y que es ademas indicio de una mayor solemnidad y de una union mas profunda de los corazones al proferir las alabanzas divinas" (2).




269. Pues si es aplicable a toda accion liturgica lo especificado por el Concilio Vaticano II acerca del canto liturgico, lo es de un modo especial tratandose de la Liturgia de las Horas (3). Pues aunque todas y cada una de las partes han sido ordenadas de forma. que pueden recitarse con provecho incluso individualmente, muchas de ellas pertenecen al género lirico y, por tanto, solo mediante el canto alcanzan un sentido mas pleno, sobre todo tratandose de salmos, canticos, himnos y responsorios.




270. Por ello, el canto no ha de ser considerado en la Liturgia de las Horas como cierto ornato que se anada a la oracion, como algo extrinseco, sino mas bien como algo que dimana de lo profundo del espiritu del que ora y alaba a Dios, y pone de manifiesto de un modo pleno y perfecto la indole comunitaria del culto cristiano.

Son de alabar, por tanto, los grupos cristianos de cualquier género que se esfuerzan por adoptar esta modalidad de plegaria el mayor numero de veces posibles; para ello se les ha de proporcionar tanto a los clérigos y religiosos como a los fieles la debida instruccion catequética y practica, de modo que, especialmente en los dias festivos, estén en disposicion de cantar con gozo las Horas. Pero, dado que resulta dificil cantar todo el Oficio y, por otro lado, no se ha de considerar a la alabanza de la Iglesia como algo que por su origen o por su naturaleza sea exclusivo de los clérigos o de los monjes, sino como algo 'que atane a toda la comunidad cristiana, se han de tener presentes a la vez varios principios para que la celebracion de la Liturgia de las Horas con canto pueda a la vez ser realizada adecuadamente y resplandecer por su autenticidad y belleza.




271. Conviene, ante todo, utilizar el canto al menos los domingos y dias festivos, poniendo de manifiesto mediante su uso los diversos grados de solemnidad.




272. Asimismo, puesto que no todas las Horas poseen la misma importancia, conviene destacar mediante el LISO del canto aquellas que son en verdad los quicios sobre los que gira el Oficio, a saber, los Laudes matutinos y las Visperas.




273. Ademas, aunque se recomiende la celebracion integra con canto, siempre que se senale por su arte y uncion, puede, sin embargo, adoptarse a veces con provecho el principio de la solemnidad "progresiva", tanto por razones practicas como en atencion al hecho de que los distintos elementos de la celebracion liturgica no se equiparan entre si de un modo indiscriminado, sino que cada uno vuelve a alcanzar su sentido originario y su verdadera funcion. De ese modo la Liturgia de las Horas no es contemplada como un monumento insigne do una época pretérita que casi exija ser conservado de un modo intangible para provocar la admiracion hacia si, sino que, por el contrario, puede revivir e incrementarse con un sentido nuevo, y ser otra vez verdadero signo manifestativo de la vida pujante de alguna comunidades.

El principio, pues, de la solemnidad "progresiva" es el que admite varios grados intermedios entre el Oficio cantado integramente y la simple recitacion de todas las partes. Este modo de proceder produce una variedad grande y agradable, cuya medida ha de ser calculada atendiendo a la tonalidad del dia o de la Hora que se celebra, a la naturaleza de cada uno de los elementos que constituyen el Oficio, y, por ultimo, al numero de cantores de que se dispone en tales circunstancias.

Mediante esta mayo' posibilidad de variacion, la alabanza publica de la Iglesia podra realizarse con canto con mas frecuencia que antes y adaptarse de muchos modos a las diferentes circunstancias, existiendo un solido fundamento para esperar que se habran de encontrar nuevas vias y nuevas formas para nuestro tiempo tal como ha Ocurrido siempre en la vida de la Iglesia.




274. En la acciones liturgicas que se han de celebrar con canto en latin, en igualdad de circunstancias ocupara el puesto principal el canto gregoriano, como propio de la Liturgia Romana (4). En el Oficio cantado, si no hubiere melodia para la antifona propuesta, tomese otra antifona de las que se hallan en el repertorio, siempre que sea apta de acuerdo ron lo senalado en los nn. 113, 121-125. No obstante, la Iglesia no excluye de las acciones liturgicas ningun género de musica sacra con tal que responda al espiritu de la accion liturgica y a la naturaleza de cada una 4e sus partes y no suponga un obstaculo para la debida participacion activa del pueblo"(5).




275. Como la Liturgia de las Horas puede celebrarse en lengua vernacula "pongase el debido cuidado al preparar melodia para su empleo en el canto del Oficio Divino en lengua vernacula" (6)


276. Nada impide, sin embargo que dentro de una misma Hora las partes sean cantadas en lenguas distintas (7).




277. Qué elementos hayan de ser elegidos en primer lugar para ser cantados, habra que deducirlo de la ordenacion genuina de la celebracion liturgica, que exige observar fielmente el sentido y naturaleza de cada parte y del canto; pues hay partes que por su naturaleza exigen ser cantadas (8) Tales son, en primer lugar, las aclamaciones, las respuestas al saludo del sacerdote y los ministros, y en las preces litanicas, y, ademas, las antifonas y los salmos, como también los estribillos o respuestas repetida, los himnos y canticos (9).




278. Consta que los salmos estan. estrechamente ligados con la musica (cf. nn. 103-120), tal como confirman la tradicion judaica y cristiana. En verdad, para la plena inteligencia de muchos salmos es de no escaso provecho el que los mismos sean cantados o al menos el que se los considere siempre bajo esta luz poética y musical. Por lo tanto, si es factible, se ha de preferir esta forma, al menos en los dias y Horas principales, segun el caracter originario de los salmos.




279. Se senalan arriba, en los nn. 121-123 los diversos modos de ejecutar la salmodia, con los que se lograra la variedad atendiendo no tanto a las circunstancias externas, como al diverso género de los salmos que figuran en una celebracion asi sera mejor, quiza, escuchar los salmos penitenciales o historicos, mientras que, por el contrario, los himnos o las acciones de gracias exijan de por si ser cantados. Importa, sobre todo, no obstante, el que la celebracion no resulte rigida ni artificiosa ni preocupada tan solo de cumplir con las normas meramente formales, sino que responda a la verdad de la cosa. Hay que esforzarse en primer lugar por que los espiritus estén movidos por el deseo de la genuina oracion de la Iglesia y resulte agradable celebrar las alabanzas divinas (cf. salmo 146).




280. Los himnos pueden fomentar también la oracion de quien recita las Horas, si se distinguen por la excelencia de su arte y doctrina; de por si, sin embargo, estan destinados a ser cantados, y, por ello, se aconseja que en la medida de lo posible, sean proferidos de esta forma en la celebracion comunitaria.




281. El responsorio breve después de la lectura en Laudes y Visperas, del que se hablo en el o. 49, se destina de por si al canto, y, por cierto, al canto del pueblo.




282. También los responsorios que sigan a las lecturas en el Oficio de lectura piden por su indole y funcion el ser cantados. En el curso del Oficio estan dispuestos, no obstante, de forma que mantengan su valor incluso en la recitacion privada. Aquellos que han sido provistos de melodias especialmente sencillas y faciles, se podran cantar con mayor frecuencia que los provenientes de las fuentes liturgicas.




283. Las lecturas ya largas ya breves de por si no estan destinadas a ser cantadas; al proferirias se ha de atender cuidadosamente a que sean leidas digna, clara y distintamente y que sean percibidas y entendidas fielmente por todos. Por tanto, solo resulta aceptable para la lectura aquella melodia que hace posible obtener una mejor audicion de las palabras e inteligibilidad del texto.




284. Los textos que son leidos individualmente por el que preside la asamblea, como las oraciones, son aptos por ser cantados decorosamente, sobre todo en latin. No obstante, esto resultara mas dificil en algunas lenguas vernaculas, a no ser que, mediante el canto, las palabras del texto puedan ser percibidas mas claramente por todos.

CONSTITUCION APOSTOLICA Con la cual se promulga el Oficio Divino elaborado conforme a lo decretado por el Concilio Vaticano II Pablo, obispo siervo de los siervos de Dios.

El cantico de alabanza que entonan eternamente los cielos y que el Sumo Sacerdote Cristo Jesus introdujo en este destierro, la Iglesia lo ha continuado en el transcurso de los siglos, constante y fielmente, dotandolo de admirable variedad.

Pues la Liturgia de las Horas llego a ser la oracion de la Iglesia local, oracion qué en horas y sitios establecidos y presidida por el sacerdote, se realizaba como un complemento necesario de ese compendio del culto divino que es a Eucaristia como una forma de irradiar y extenderla a las horas del que hacer humano.

Y el libro del Oficio divino que insensiblemente fue aumentado con sucesivas adiciones en el transcurso del tiempo, llego a ser el instrumento apropiado para esta accion sagrada a la cual se destino.

Pero como a lo largo de la historia se han introducido cambios muy amplios en la forma de celebrar esta liturgia, entre los cuales se cuenta el hecho mismo de celebrar esta liturgia en privado, ha resultado normal que el mismo libro que llego a llamarse para este fin "Breviario", se haya adaptado a muchas modalidades, que afectaban a la misma razon por la cual fue compuesto.

El Concilio de Trento no tuvo tiempo de terminar la reforma del Breviario y encomendo esta tarea a la Santa Sede. Nuestro predecesor 5. Pio V, el ano 1568, promulgo el Breviario Romano, ante todo, segun se habla pedido con insistencia, para obtener la uniformidad de la oracion canonica en la Iglesia latina,. la cual entonces habia desaparecido.

Al transcurrir los siglos, muchas cosas fueron revisadas por los Sumos Pontifices Sixto y, Clemente VIII, Urbano VIII, Clemente XI y otros.

San Pio X, el ano 1911, edité un nuevo Breviario preparado a ordenes de él. Restablecio la antigua costumbre de recitar en cada semana los 150 salmos, renové toda la distribucion del salterio, suprimiendo las repeticiones y dio la facultad de armonizar el salterio de semana y las lecturas biblicas con los oficios de los Santos. Ademas él exalté de tal modo el oficio del Domingo que casi siempre se anteponia a las fiestas de los santos.

De nuevo Pio XII tomo todo este trabajo de organizacion liturgica, y concedio que se utilizase, tanto en privado como en publico, la nueva traduccion de los salmos preparada por el Pontificio Instituto Biblico. Después formo un especial equipo de trabajo el ano 1947 y le encomendé estudiar totalmente este asunto del Breviario. Sobre esta materia todos los obispos del mundo fueron interrogados en 1955. Se comenzaron a recoger los frutos de todo este trabajo y estudio en el Decreto que ordenaba simplificar tales rubricas (23 de Marzo de 1955) y en las normas que promulgo Juan XXIII acerca del Breviario en el Codigo de Rubricas de 1960.

Pero el mismo Sumo Pontifice Juan XXIII, al establecer tan solo esa parte rubrical de la renovacion liturgica, advertia con claridad que hacia falta una mayor investigacion de los profundos principios con los cuales fundamentar esta materia liturgica Esto es lo que encomendo al Concilio Ecuménico Vaticano II, que entonces habia convocado. Asi, este Concilio trato de la Liturgia en general y de la oracion de las horas en particular, de forma tan abundante y sabia, como quiza no se encuentre en toda la historia de la Iglesia.

Mientras estaba celebrandose todavia el Concilio Vaticano, tuvimos a nuestro cargo el llevar a su realizacion los decretos que habian sido promulgados en la Constitucion de Liturgia.

Por esta razon, en el Consejo para la Ejecucion de la Constitucion Conciliar de Liturgia, que hablamos instituido, se establecio un grupo especial que ha trabajado durante siete anos con gran amor y dedicacion en elaborar este nuevo libro de la Liturgia de las Horas. El equipo de trabajo conté con hombres sabios, especialistas en liturgia, teologia, espiritualidad, pastoral.

Este Consejo que hemos dicho y la misma Asamblea de Obispos, reunida en 1967, aprobo los principios y la forma de organizar esta obra e incluso cada una de sus partes, después de consultar a todos los obispos de la Iglesia y a muchos pastores de almas religiosas y laicos.

Ayudara, pues, que expongamos con detalle lo referente a la concepcion y organizaci6n de las nueva Liturgia de las Horas.

Segun se pide en la Constituci6n conciliar de Liturgia se han tenido en cuenta las condiciones de vida de los sacerdotes dedicados en nuestra época a las obras apostolicas.

Por eso, el Oficio se ha pasado y organizado de manera que puedan participarlo no solo los clérigos, sino también los religiosos y laicos ya que es la oracion de todo el pueblo de Dios. Se han tenido cuenta las diversas clases de hombres y sus especiales deseos, para lo cual se han introducido diversas formas de celebracion, con las cuales pueda adaptarse la oracion a los diversos grupos que celebren la Liturgia de las Horas conforme a su condicion y vocacion.




2. Puesto que la Liturgia de las Horas es la santificacion del dia, se ha revisado de tal forma la sucesion de la oracion que las Horas Canonicas puedan adaptarse mas facilmente a las horas naturales del dia en las circunstancias que vive el hombre actual.

Por esta razon se suprimio la Hora Prima. Las Alabanzas de la manana y la oracion de la tarde, son como el eje de todo el oficio y asi han recibido la maxima importancia, puesto que en ellas se da la verdadera indole de oracion de la manana y de la tarde. El oficio de lecturas, para quienes celebran vigilias en la noche sigue siendo una oracion nocturna, pero de suyo pasa a ser apropiado para cualquier hora del dia. En cuanto a las demas horas, Media manana, Mediodia, o Media tarde (Tertia, Sexta, Nona), esa Oracion de la Hora Intermedia de tal forma se ha organizado que quien elija la Liturgia de una sola pueda celebrarla adaptandose a la hora del dia y sin omitir nada de la sucesion del salterio distribuido entre las semanas.




3. A fin de que al celebrar esta Liturgia el espiritu se una mas facilmente a las palabras y a fin de que fa Liturgia de las Horas se convierta realmente en "fuente de la piedad y alimento de la oracion personal (SC 90), en el nuevo libro de las Horas se ha disminuido algo el volumen diario de oraciones, se ha aumentado notablemente la variedad en los textos, se ofrecen una serie de ayudas para meditar los salmos (como los titulos, antifonas oraciones salmicas) y se sugieren tiempos de silencio que deben guardarse oportunamente.




4. Conforme a lo establecido por el Concilio (SC 91) el salterio se ha repartido en cuatro semanas, abandonando el cicelo semanal.

Se ha adaptado la nueva traduccion latina, que preparo la Comision que nosotros establecimos para la nueva edicion Vulgata de la Biblia. En esta nueva distribucion de los salmos se han omitido unos pocos salmos y versiculos mas duros porque hay que tener en cuenta sobre todo las dificultades que podrian surgir en la celebracion con las traducciones populares. Ademas se han anadido, en las Alabanzas de la manana ciertos canticos nuevos tomados de los libros de Antiguo Testamento a fin de aumentar su riqueza espiritual; en la oracion de la tarde también se han introducido, como joyas embellecedoras, algunos canticos del Nuevo Testamento.




5. El tesoro de la palabra de Dios se difunde con mas abundancia en el nuevo orden de lecturas tomadas de la Escritura, organizado de tal forma que resulte coherente con el plan de lecturas para la Misa.

Las pericopas tienen siempre cierta unidad tematica y han sido elegidas de forma que expresen, a lo largo del ano los momentos mas importantes de la historia de la salvacion.




6.Conforme a las normas del Concilio se ha establecido una lectura diaria de los escritos de los san tos Padres y autores eclesiasticos de manera que se ofrezcan los pasajes mejores de los escritores cristianos, sobre todo de los Santos Padres. Ademas se pi parara otro Leccionario para uso libre donde se ofrezcan con mas abundancia las riquezas espirituales con estos autores, a fin de que puedan recoger frutos mas abundantes.




7. Se ha quitado de esté libro de la liturgia de las Horras todo lo que ha tenia menos rigor historico, y por esta razon las lecturas con las biografias de los santos, sobre todo, se han de tal forma que sobre todo se establezca lucidamente el retrato Espiritual de los santos y la importancia que tuvieron par al vida de la iglesia.




8. A las alabanzas de la manana se ha anadido unas plegarias con la cuales consagrar el dia y hacer suplicas al iniciar el trabajo.

En la oracion de la tarde se hacen suplicas presentadas a manera de plegaria universal.

Al final de tales plegarias se repite la oracion dominical. Asi se vuelve a tomar la costumbre del cristianismo primitivo de recitarla tres veces en el dia, ya que también se hace en la misa.

Asi pues, una vez renovada y elaborada totalmente la oracion de la iglesia conforme a su antigua tradicion y en consideracion a las necesidades actuales, nos queda desear vivamente de esta oracion influya totalmente en toda plegaria cristiana, la vivifique, la dirija, la exprese y asi alimente eficazmente la vida espiritual del pueblo de Dios.

Confiamos plenamente en que sucedera que el sentido de aquella oracion que debemos hacer sin cesar Lc 18,1; 21,36; 1Jn 5,17; Ef 6,18 y que Jesucristo nuestro senor encomendo a su iglesia volvera a su vitalidad, puesto que el libro de la liturgia de las Horas, aptamente distribuido durante el dia, apoya y ayuda a esta oracion, y la misma celebracion de esta Liturgia, sobre todo cuando cierta comunidad se agrupa para este fin, expresa la naturaleza verdadera de la iglesia en oracion y nos manifiesta en admirable senal exterior.

La oracion cristiana es, ante todo, la plegaria de toda la comunidad humana a la que Cristo agrega a su vida SC 83. Y en esta oracion participan todos, es propia de un unico Cuerpo, cuando se recitan las plegarias; y por eso ellas significan la voz de la querida esposa de Cristo los deseos y promesas de todo el pueblo cristiano, las suplicas y ruegos a favor de las necesidades de todos los hombres.

Esta oracion recibe su inspiracion unificadora del mismo corazon de Cristo. Porque nuestro Redentor ha querido "que la vitalidad que ponia en sus suplicas y en su sacrificio cuando estaba en cuerpo mortal, esa misma no cese al sucederse los siglos en su cuerpo Mistico que es la Iglesia'' Pio XII "Mediator Dei" o. 2; Asi resulta que la oracion de la iglesia es juntamente "la oracion de Cristo con su Cuerpo al Padre" SC 84. Es necesario, pues, reconocer, cuando rezamos el oficio, que nuestras voces resuenan en Cristo y la voz de él en nosotros S. Agustin "Enarrationes in ps 85" n. 1.

A fin de que se aclare mas esta peculiaridad de nuestra oracion es necesario que reviva en nosotros "ese afecto suave y vivo a la sagrada escritura" SC 24 a que aspira la Liturgia de las Horas, de manera que la Biblia sea de verdad la fuente principal de toda la oracion cristiana. Es necesario que el pueblo de Dios comprenda con un amor renovado la oracion, sobre todo de los salmos, la cual se dedica siempre a honrar y predicar la accion de Dios en la historia de salvacion. Esto sera mas facil cuando la comprension profunda de los salmos, en el sentido en que se cantan en la Liturgia, sea promovida mas activamente entre el clero y sea puesta al alcance de todos los fieles mediante una apropiada catequesis. Esta lectura mas abundante de la Sagrada Escritura, no solo en la Misa sino también en la Liturgia de las Horas, conseguira que la historia de la salvacion sea recordada sin cesar y que también se anuncie eficazmente que esa historia continuara en la actual vida humana.

Hay que rechazar totalmente cualquier oposicion entre la oracion de la Iglesia oracion personal, puesto que la vida de Cristo su Cuerpo Mistico es la que desarrolla y eleva también la vida propia y personal de cada creyente. Es necesario que aumenten y reciban mayor vigor la s relaciones que existen entre ambos aspectos. La oracion mental saque su alimento sin térmico de las lecturas, los salmos y de las demas part4es de la Liturgias de las Horas. Es necesario que se acomode la misma recitacion del oficio, a las necesidades de la oracion viva y personal, en Cuanto sea posible; y por esta razon, como se previene en la Ordenacion general, se ofrecer. ritmos y modos, y se pueden elegir formas de celebracion que convengan mas a la condicion espiritual de quienes oran. Si se consigue que la oracion del oficio divino llegue a ser una verdadera oracion personal, entonces también se haran mas manifiestos los lazos que unen toda la vida cristiana con la liturgia. Porque ella es toda la vitalidad de los creyentes, como el "acompanamiento" (Leitourgia) en cada hora del dia y de la noche con el cual ellos se entregan a si mismos para ese servicio de amar a Dios y a los hombres, uniéndose a la accion de Cristo que santifico con su trato y su entrega la vida de todos los hombre'.

La Liturgia de las Horas expresa directamente y confirma con eficacia esta altisima realidad escondida en la vida del cristiano.

Por esta razon las oraciones de las horas se proponer a todos los creyentes en Cristo, incluyendo también los que no estan por ley obligados a recitarlas.

Los que tienen el mandato de la Iglesia de recitar la Liturgia de las Horas, cumplan integramente este programa cada dia con espiritu religioso, observen la ve dad de cada hora, en lo posible; y en primer lugar den la debida importancia a la Oracion de la Manana (Laudes) y de la Tarde (Visperas).

Los que tienen la Ordenacion sagrada, ya que expresa en si mismos de modo especial a Cristo Sacerdote, los que por los votos religiosos se consagraron de modo peculiar al servicio de Dios y de la Iglesia, dediquense a esta oracion; no solo por cumplir con la ley sino sintiendo el impulso nacido de valorar la dignidad de esta tarea; asi como su conveniencia pastoral ascética.

Es muy deseable que la oracion publica de la iglesia proceda de la renovacion espiritual y de la reconocida necesidad interna para todo el Cuerpo de la iglesia, la cual no puede ser descrita de otro modo que como una iglesia en oracion.

Resuene pues con mayor esplendor y belleza la alabanza de Dios en la Iglesia de nuestra época, con ayuda de este nuevo libro de la Liturgia de las Horas que ahora con nuestra autoridad apostolica establecemos, aprobamos y promulgamos. Que asi nos asociemos a la alabanza que los santos y los angeles canten la morada celestial y que avanzando dignamente en los dias de este destierro terrenal vayamos con mas diligencia al encuentro de aquella alabanza plena que para siempre tributaremos "Al que se sienten el trono y al Cordero"(Ap 5,13).

Establecemos, pues, que este libro de la Liturgia de las Horas pueda usarse en cuanto sea editado. Cuiden las Conferencias Episcopales de editarlo en las lenguas vernaculares y después de obtener la aprobacion o confirmacion por la Sede Apostolica establezcan el dia en que en parte o totalmente pueda o deba usarse. A partir del dia en que las traducciones populares para las celebraciones sean obligatorias, también los que continuan usando la lengua latina deberan usar unicamente la nueva forma de la Liturgia de las Horas.

Los que experimenten gran dificultad en seguir este nuevo Breviario, por su mucha edad o por causas especiales, tienen licencia, con aprobacion de su Ordinario y unicamente en la recitacion a solas, para seguir en lo antiguo en todo o en parte.

Estas normas y preceptos queremos que sean eficaces ahora y en el futuro, sin que obsten, en cuanto sea necesario Constituciones u Ordenaciones Apostolicas de nuestros predecesores u otras prescripciones aunque. fuesen dignas de peculiar mencion o derogacion.

En Roma, junto a san Pedro, dia 1 de Noviembre, solemnidad de todos los santos, ano 1970, octavo de nuestro pontificado.

PABLO, PP VI.






SAGRADA CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO

Prot n. 1000/71.


Congregacion Culto Divino - III. EL CALENDARIO QUE SE HA DE SEGUIR Y LA FACULTAD DE ELEGIR ALGUN OFICIO O ALGUNA DE SUS PARTES.