Congregacion Culto Divino - El santuario como lugar de celebraciones cultuales

El santuario como lugar de celebraciones cultuales


265. El santuario tiene una funcion cultual de primer orden. Los fieles se acercan, sobre todo, para participar en las celebraciones liturgicas y en los ejercicios de piedad que tiene lugar alli. Esta reconocida funcion cultual del santuario, no debe oscurecer en el animo de los fieles la ensenanza evangélica de que el lugar no es algo determinante para el auténtico culto al Señor (cfr. Jn 4,20-24).

Valor ejemplar


266. Los responsables de los santuarios deben procurar que la Liturgia que en ellos se realiza, resulte un ejemplo por la calidad de las celebraciones: "Entre las funciones reconocidas a los santuarios, también por el Codigo de derecho canonico, esta el desarrollo de la Liturgia. Esto no se debe entender como un aumento del numero de las celebraciones, sino como una mejora de su calidad. Los rectores de los santuarios son conscientes de su responsabilidad para alcanzar este objetivo. Comprenden que los fieles, que llegan al santuario de los mas diversos lugares, deben regresar confortados en el espiritu y edificados por las celebraciones que tienen lugar alli: por su capacidad de comunicar el mensaje de salvacion, por la noble sencillez de las expresiones rituales, por el fiel cumplimiento de las normas liturgicas. Saben, también, que los efectos de una accion liturgica ejemplar no se agotan en la celebracion realizada en el santuario: los sacerdotes y los fieles peregrinos tienden a llevar a sus lugares de origen las experiencias cultuales validas que han vivido en el santuario".

La celebracion de la Penitencia


267. Para muchos fieles, la visita a un santuario es una ocasion propicia, con frecuencia procurada, para acercarse al sacramento de la Penitencia. Por lo tanto, es preciso que se preste atencion a los diversos elementos que contribuyen a la celebracion del sacramento: - El lugar de la celebracion: ademas de los confesionarios tradicionales dispuestos en la iglesia, en los santuarios muy frecuentados seria deseable que hubiera un lugar reservado para la celebracion de la Penitencia, que se pueda emplear también para momentos de preparacion comunitaria y celebraciones penitenciales, y que, dentro del respeto a las normas canonicas y a la reserva que exige la confesion, ofrezca al penitente la facilidad para dialogar con el confesor.

- La preparacion al sacramento: en no pocos casos, los fieles necesitan ayuda para realizar los actos que son parte del sacramento, sobre todo para orientar el corazon a Dios, con una sincera conversion, "puesto que de ella depende la verdadera penitencia". Se deben organizar encuentros de preparacion, tal como se propone en el Ordo Paenitentiae, en los que, mediante la escucha y la meditacion de la Palabra de Dios, se ayude a los fieles a celebrar con fruto el sacramento; o al menos se deben poner a disposicion de los fieles subsidios adecuados, que les guien no solo en la preparacion de la confesion de los pecados, sino para que alcancen un sincero arrepentimiento.

- La eleccion de la forma ritual, que lleve a los fieles a descubrir la naturaleza eclesial de la Penitencia; en este sentido, la celebracion del Rito para la reconciliacion de varios penitentes con confesion y absolucion individual (forma segunda), debidamente organizada y preparada, no deberia ser algo excepcional, sino habitual, previsto sobre todo en algunos momentos del Ano liturgico. Realmente "la celebracion comunitaria manifiesta mas claramente la naturaleza eclesial de la penitencia". La reconciliacion sin confesion individual integra y con absolucion general es una forma totalmente excepcional y extraordinaria, que no se puede alternar con las otras dos formas ordinarias y no se justifica por la sola razon de una gran afluencia de fieles, como sucede en las fiestas y peregrinaciones.

La celebracion de la Eucaristia


268. "La celebracion de la Eucaristia es la culminacion y como el cauce de toda la accion pastoral de los santuarios"; es preciso, por tanto, prestarle la maxima atencion, para que resulte ejemplar en su desarrollo ritual y conduzca a los fieles a un encuentro profundo con Cristo.

A menudo sucede que varios grupos quieren celebrar la Eucaristia al mismo tiempo, pero por separado. Esto no es coherente con la dimension eclesial del misterio eucaristico, desde el momento en que esa manera de celebrar la Eucaristia, en lugar de ser un momento de unidad y de fraternidad, se convertiria en expresion de un particularismo que no refleja el sentido de comunion y de universalidad de la Iglesia.

Una sencilla reflexion sobre la naturaleza de la Eucaristia, "sacramento de piedad, signo de unidad, vinculo de caridad", deberia convencer a los sacerdotes que guian las peregrinaciones a favorecer la reunion de varios grupos en una misma concelebracion, debidamente organizada y que tuviera en cuenta - si fuera necesario - la diversidad de las lenguas; en ocasion de reuniones de fieles de distintas naciones es conveniente que se interpreten cantos en lengua latina y con las melodias mas faciles, al menos en las partes del Ordinario de la Misa, especialmente el simbolo de la fe y la oracion del Señor. Tal celebracion ofreceria una imagen genuina de la naturaleza de la Iglesia y de la Eucaristia, y constituiria para los peregrinos una ocasion de acogida reciproca y de enriquecimiento mutuo.

La celebracion de la Uncion de los enfermos


269. El Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae prevé la celebracion comunitaria del sacramento de la Uncion en los santuarios, sobre todo con ocasion de peregrinaciones de enfermos. Esto esta en perfecta armonia con la naturaleza del sacramento y con la funcion del santuario: es justo que donde se implora la misericordia del Señor de una manera mas intensa, la accion maternal de la Iglesia se haga mas solicita a favor de sus hijos que, por enfermedad o vejez, comienzan a encontrarse en peligro.

El rito se realizara segun las indicaciones del Ordo, por lo que "si hay varios sacerdotes, cada uno impone las manos y administra la uncion con la formula correspondiente a cada uno de los enfermos de un grupo; en cambio las oraciones las recita el celebrante principal".

La celebracion de otros sacramentos


270. En los santuarios, ademas de la Eucaristia, la Penitencia y la Uncion comunitaria de los enfermos, se celebran, también, con mas o menos frecuencia, otros sacramentos. Esto exige que los responsables del santuario, ademas del cumplimiento de las disposiciones que haya emanado el Obispo diocesano: - procuren un entendimiento sincero y una colaboracion fructuosa entre el santuario y la comunidad parroquial; - consideren con atencion la naturaleza de cada sacramento; por ejemplo: los sacramentos de la iniciacion cristiana, que requieren una larga preparacion e insertan al bautizado en la comunidad eclesial, deberian celebrarse, por norma general, en la parroquia; - asegurense de que todas las celebraciones de un sacramento hayan estado precedidas de una adecuada preparacion; los responsables de un santuario no deben celebrar el sacramento del matrimonio si no consta el permiso concedido por el Ordinario o por el parroco; - valoren serenamente las situaciones, multiples e imprevisibles, para las que no es posible establecer a priori normas rigidas.

La celebracion de la Liturgia de las Horas


271. La visita a un santuario, tiempo y lugar favorable para la oracion personal y comunitaria, constituye una ocasion privilegiada para ayudar a los fieles a apreciar la belleza de la Liturgia de las Horas y para asociarse a la alabanza cotidiana que, en el curso de su peregrinacion terrena, la Iglesia eleva al Padre, por Cristo, en el Espiritu Santo.

Asi pues, los rectores de los santuarios deben introducir en las actividades preparadas para los peregrinos, segun la oportunidad, celebraciones dignas y festivas de la Liturgia de las Horas, especialmente de Laudes y Visperas, proponiendo también la celebracion, parcial o completa, de un Oficio votivo que tenga relacion con el santuario.

A lo largo de la peregrinacion y conforme se van acercando a la meta, los sacerdotes que acompanan a los fieles no dejen de proponerles, al menos, la oracion de alguna Hora del Oficio Divino.

La celebracion de los sacramentales


272. Desde la antigüedad, la Iglesia ha tenido la costumbre de bendecir personas, lugares, alimentos, objetos. En nuestros dias, sin embargo, la practica de la bendicion, motivada por usos antiguos y concepciones profundamente arraigadas en algunos fieles, presenta algunos puntos delicados.

Con todo, continua siendo una cuestion pastoral bastante presente en los santuarios, donde los fieles, que acuden para implorar la gracia y la ayuda del Señor, la intercesion de la Madre de la misericordia o de los Santos, suelen pedir a los sacerdotes las mas diversas bendiciones. Para un desarrollo correcto de la pastoral de las bendiciones, los rectores de los santuarios deberan: - proceder con paciencia en la aplicacion gradual de los principios establecidos por el Rituale Romanum, los cuales buscan fundamentalmente que la bendicion sea una expresion genuina de fe en Dios, dador de todo bien; - subrayar de manera adecuada - en cuanto sea posible - los dos momentos que configuran la "estructura tipica" de toda bendicion: la proclamacion de la Palabra de Dios, que da sentido al signo sagrado, y la oracion mediante la cual la Iglesia alaba a Dios e implora sus beneficios, como recuerda el mismo signo de la cruz que traza el ministro ordenado; - preferir la celebracion comunitaria a la individual o privada y comprometer a los fieles para que participen de manera plena y consciente.




273. Es deseable que los rectores de los santuarios establezcan a lo largo del dia, en los periodos de mayor afluencia de peregrinos, momentos especiales para celebrar las bendiciones; en ellos, mediante una accion ritual caracterizada por la verdad y la dignidad, los fieles comprenderan el sentido genuino de la bendicion y el compromiso de observar los mandamientos de Dios, que comporta la "peticion de una bendicion".

El santuario como lugar de evangelizacion


274. Innumerables centros de comunicacion social divulgan todos los dias noticias y mensajes de todo tipo; el santuario, en cambio, es el lugar en el que continuamente se proclama un mensaje de vida: el "Evangelio de Dios" (Mc 1,14 Rm 1,1) o "Evangelio de Jesucristo" (Mc 1,1), esto es, la buena noticia que proviene de Dios y que tiene por contenido a Cristo Jesus: l es el Salvador de todos los pueblos, en cuya muerte y resurreccion se han reconciliado para siempre el cielo y la tierra.

Al fiel que se acerca al santuario se le deben proponer, directa o indirectamente, los elementos fundamentales del mensaje evangélico: el sermon de la montana, el anuncio gozoso de la bondad y paternidad de Dios asi como de su amorosa providencia, el mandamiento del amor, el significado salvador de la cruz, el destino trascendente de la vida humana.

Muchos santuarios son, efectivamente, lugares de difusion del Evangelio: en las formas mas variadas, el mensaje de Cristo se trasmite a los fieles como llamada a la conversion, invitacion al seguimiento, exhortacion a la perseverancia, recuerdo de las exigencias de la justicia, palabra de consuelo y de paz.

No se puede olvidar la cooperacion que muchos santuarios prestan a la labor evangelizadora de la Iglesia, al sostener de diversos modos las misiones "ad gentes".

El santuario como lugar de la caridad


275. La mision ejemplar del santuario se extiende también al ejercicio de la caridad. Todo santuario, en cuanto celebra la presencia misericordiosa del Señor, la ejemplaridad y la intercesion de la Virgen y los Santos, "es por si mismo un hogar que irradia la luz y el calor de la caridad". En su acepcion mas comun y en el lenguaje de los sencillos "la caridad es el amor expresado en el nombre de Dios". Esta encuentra sus manifestaciones concretas en el acoger y en la misericordia, en la solidaridad y en el compartir, en la ayuda y en el don.

Gracias a la generosidad de los fieles y al celo de los responsables, muchos santuarios son lugares de mediacion entre el amor a Dios y la caridad fraterna, por una parte, y las necesidades del hombre, por otra. En ellos fructifica la caridad de Cristo y parece que se prolongan la solicitud maternal de la Virgen y la cercania solidaria de los Santos, que se expresan, por ejemplo: - en la creacion y mantenimiento de centros de asistencia social, como hospitales, centros de ensenanza para ninos sin recursos y residencias para personas ancianas; - "en la acogida y hospitalidad para con los peregrinos, sobre todo los mas pobres, a quienes se ofrecen, en la medida de lo posible, lugares y condiciones para un momento de descanso - en la solicitud y cuidado de los peregrinos ancianos, enfermos, minusvalidos, a los que se reservan las atenciones mas delicadas, los mejores sitios en los santuarios; para ellos se organizan, en el horario mas adecuado, celebraciones que, sin separarles de los otros fieles, tengan en cuenta sus circunstancias especiales; para ellos se establece una cooperacion con asociaciones que se ocupen generosamente de sus desplazamientos; - en la disponibilidad y en el servicio ofrecido a todos los que se acercan al santuario: fieles cultos e incultos, pobres y ricos, con-nacionales o extranjeros".

El santuario como lugar de cultura


276. Con frecuencia el santuario es ya, en si mismo, un "bien cultural": en él se dan cita y se presentan, como resumidas en una sintesis, numerosas manifestaciones de la cultura de las poblaciones vecinas: testimonios historicos y artisticos, formas de expresion lingüistica y literaria, expresiones musicales tipicas.

Desde este punto de vista, el santuario resulta con frecuencia un punto de referencia valido para definir la identidad cultural de un pueblo. Y en cuanto que en el santuario se da una sintesis armoniosa entre naturaleza y gracia, piedad y arte, se puede proponer como expresion de la Via pulchritudinis para contemplar la belleza de Dios, del misterio de la Tota pulchra, de las admirables experiencias de los Santos.

Ademas, cada vez se tiende mas a hacer del santuario un "centro de cultura" especifico, un lugar en el que se organizan cursos de estudio y conferencias, donde se acometen interesantes iniciativas editoriales y se promueven representaciones sagradas, conciertos, exposiciones y otras manifestaciones artisticas y literarias.

La actividad cultural del santuario se configura como una iniciativa en el ambito de la promocion humana; esta funcion se anade utilmente a la funcion primordial, de lugar para el culto divino, para la evangelizacion, para el ejercicio de la caridad. En este sentido, los responsables de los santuarios deben procurar que la dimension cultural no adquiera una importancia mayor que la cultual.

El santuario como lugar de compromiso ecuménico


277. El santuario, en cuanto lugar de anuncio de la Palabra, de invitacion a la conversion, de intercesion, de intensa vida liturgica, de ejercicio de la caridad es un "bien espiritual" que se puede compartir, en una cierta medida y conforme a las indicaciones del Directorio ecuménico, con los hermanos y hermanas que no estan en plena comunion con la Iglesia catolica.

En consecuencia, el santuario debe ser un lugar de compromiso ecuménico, sensible a la necesidad grave y urgente de la unidad de todos los creyentes en Cristo, unico Señor y Salvador.

Por lo tanto, los rectores de los santuarios deben ayudar a los peregrinos a tomar conciencia del "ecumenismo espiritual" del que hablan el decreto conciliar Unitatis redintegratio y el Directorio ecuménico, segun el cual los cristianos deben siempre tener presente la intencion de la unidad en las oraciones, en la celebracion eucaristica, en la vida diaria. Asi, en los santuarios se deberia intensificar la oracion con esta intencion en algunos tiempos particulares, como la semana de oracion por la unidad de los cristianos, en los dias entre la Ascension del Señor y Pentecostés, en los cuales se recuerda a la comunidad de Jerusalén reunida en la oracion y en espera de la venida del Espiritu Santo, que la confirmara en la unidad y en su mision universal.

Ademas, los rectores de los santuarios promuevan, cuando haya oportunidad, encuentros de oracion entre cristianos de las diversas confesiones; en estos encuentros, preparados con atencion y colaboracion, debera primar la Palabra de Dios y se deberan valorar las formas de oracion caracteristicas de las diversas confesiones cristianas.

Segun las circunstancias, sera quiza oportuno extender, en casos excepcionales, la atencion a los miembros de otras religiones: existen, de hecho, santuarios frecuentados por los no cristianos, que acuden alli atraidos por los valores propios del cristianismo. Todos los actos de culto que se realizan en los santuarios deben ser claramente conformes con la identidad catolica, sin ocultar jamas lo que pertenece a la fe de la Iglesia.




278. El compromiso ecuménico adquiere aspectos particulares cuando se trata de santuarios dedicados a la Virgen Maria. En el plano sobrenatural, santa Maria, que ha dado a luz al Salvador de todos los pueblos y que ha sido su primera y perfecta discipula, tiene una mision de concordia y de unidad respecto a los discipulos de su Hijo, por lo que la Iglesia la saluda con el titulo de Mater unitatis; en el plano historico, en cambio, la figura de Maria, debido a las diversas interpretaciones sobre su papel en la historia de la salvacion, ha sido con frecuencia motivo de divergencia y division entre los cristianos. Hay que reconocer, con todo, que en el aspecto mariano, el dialogo ecuménico actualmente esta dando sus frutos.

La peregrinacion


279. La peregrinacion, experiencia religiosa universal, es una expresion caracteristica de la piedad popular, estrechamente vinculada al santuario, de cuya vida constituye un elemento indispensable: el peregrino necesita un santuario y el santuario requiere peregrinos.

Peregrinaciones biblicas


280. En la Biblia destacan, por su simbolismo religioso, las peregrinaciones de los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, a Siquem (cfr. Gn 12,6-7 Gn 33,18-20), Betel (cfr. Gn 28,10-22 Gn 35,1-15) y Mambré (Gn 13,18 Gn 18,1-15), donde Dios se les manifesto y se comprometio a darles la "tierra prometida".

Para las tribus salidas de Egipto, el Sinai, monte de la teofania a Moisés (cfr.

Ex 19-20), se convierte en un lugar sagrado y todo el camino del desierto del Sinai tuvo para ellos el sentido de un largo viaje hacia la tierra santa de la promesa: viaje bendecido por Dios, que, en el Arca (cfr. Num 10,33-36) y en el Tabernaculo (cfr. 2S 2S 7,6), simbolos de su presencia, camina con su pueblo, lo guia y la protege por medio de la Nube (cfr. Num 9,15-23).

Jerusalén, convertida en sede del Templo y del Arca, paso a ser la ciudad-santuario de los Hebreos, la meta por excelencia del deseado "viaje santo" (Ps84,6), en el que el peregrino avanza "entre cantos de alegria, en el bullicio de la fiesta" (Ps42,5) hasta "la casa de Dios" para comparecer ante su presencia (cfr. Ps84,6-8).

Tres veces al ano, los varones israelitas debian "presentarse ante el Señor" (cfr. Ex 23,17), es decir, dirigirse al Templo de Jerusalén: esto daba lugar a tres peregrinaciones con ocasion de las fiestas de los Acimos (la Pascua), de las Semanas (Pentecostés) y de los Tabernaculos; y toda familia israelita piadosa acudia, como hacia la familia de Jesus (cfr. Lc 2,41), a la ciudad santa para la celebracion anual de la Pascua. Durante su vida publica, también Jesus se dirigia habitualmente a Jerusalén como peregrino (cfr. Jn 11,55-56); por otra parte se sabe que el evangelista san Lucas presenta la accion salvifica de Jesus como una misteriosa peregrinacion (cfr. Lc 9,51-19,45), cuya meta es Jerusalén, la ciudad mesianica, el lugar del sacrificio pascual y de su retorno al Padre: "He salido del Padre y he venido al mundo; ahora dejo de nuevo el mundo y voy al Padre" (Jn 16,28).

Precisamente durante una reunion de peregrinos en Jerusalén, de "judios observantes de toda nacion que hay bajo el cielo" (Hech 2,5) para celebrar Pentecostés, la Iglesia comienza su camino misionero.

La peregrinacion cristiana


281. Desde que Jesus ha dado cumplimiento en si mismo al misterio del Templo (cfr. Jn 2,22-23) y ha pasado de este mundo al Padre (cfr. Jn 13,1), realizando en su persona el éxodo definitivo, para sus discipulos ya no existe ninguna peregrinacion obligatoria: toda su vida es un camino hacia el santuario celeste y la misma Iglesia dice de si que es "peregrina en este mundo".

Sin embargo la Iglesia, dada la conformidad que existe entre la doctrina de Cristo y los valores espirituales de la peregrinacion, no solo ha considerado legitima esta forma de piedad, sino que la ha alentado a lo largo de la historia.




282. En los tres primeros siglos la peregrinacion, salvo alguna excepcion, no forma parte de las expresiones cultuales del cristianismo: la Iglesia temia la contaminacion de practicas religiosas del judaismo y del paganismo, en los cuales la practica de la peregrinacion estaba muy arraigada.

No obstante, en estos siglos se ponen los cimientos para una recuperacion, con caracteristicas cristianas, de la practica de la peregrinacion: el culto a los martires, en las tumbas, a las que acuden los fieles para venerar los restos mortales de estos testigos insignes de Cristo, determinara, progresiva y consecuentemente, el paso de la "visita devota" a la "peregrinacion votiva".




283. Después de la paz constantiniana, tras la identificacion de los lugares y el hallazgo de las reliquias de la Pasion del Señor, la peregrinacion cristiana vive un momento de esplendor: es sobre todo la visita a Palestina, que, por sus "lugares santos", se convierte, comenzando por Jerusalén, en la Tierra santa. De esto dan testimonio las narraciones de peregrinos famosos, como el Itinerarium Burdigalense y el Itinerarium Egeriae, ambos del siglo IV.

Se construyen basilicas sobre los "lugares santos", como la Anastasis, edificada sobre el Santo Sepulcro, y el Martyrium sobre el Monte Calvario, que ejercen una gran atraccion sobre los peregrinos. También los lugares de la infancia del Salvador y de su vida publica se convierten en meta de peregrinaciones, que se extienden también a los lugares sagrados del Antiguo Testamento, como el Monte Sinai.




284. La Edad Media es la época dorada de las peregrinaciones; ademas de su funcion fundamentalmente religiosa, han tenido una funcion extraordinaria en la formacion de la cristiandad occidental, en la union de los diversos pueblos, en el intercambio de valores entre las diversas culturas europeas.

Los centros de peregrinacion son numerosos. Ante todo, Jerusalén, que, a pesar de la ocupacion islamica, continua siendo un punto importante de atraccion espiritual, asi como el origen del fenomeno de las cruzadas, cuyo motivo fue precisamente permitir a los fieles visitar el sepulcro de Cristo. Asimismo las reliquias de la pasion del Señor, como la tunica, el rostro santo, la escala santa, la sabana santa atraen a innumerables fieles y peregrinos. A Roma acuden los "romeros" para venerar las memorias de los apostoles Pedro y Pablo (ad limina Apostolorum), para visitar las catacumbas y las basilicas, y como reconocimiento del ministerio del Sucesor de Pedro a favor de la Iglesia universal (ad Petri sedem). Fue también muy frecuentado durante los siglos IX a XVI, y todavia hoy lo es, Santiago de Compostela, hacia donde convergen desde diversos paises varios "caminos", formados como consecuencia de un planteamiento religioso, social y caritativo de la peregrinacion. Entre otros lugares se puede mencionar Tours, donde esta la tumba de san Martin, venerado fundador de dicha Iglesia; Canterbury, donde santo Tomas Becket consumo su martirio, que tuvo gran resonancia en toda Europa; el Monte Gargano en Puglia, S. Michele della Chiusa en el Piamonte, el Mont Saint-Michel en Normandia, dedicados al arcangel san Miguel; Walsingham, Rocamadour y Loreto, sedes de célebres santuarios marianos.




285. En la época moderna, debido al cambio del ambiente cultural, a las vicisitudes originadas por el movimiento protestante y el influjo de la ilustracion, las peregrinaciones disminuyeron: el "viaje a un pais lejano" se convierte en "peregrinacion espiritual", "camino interior" o "procesion simbolica", que consistia en un breve recorrido, como en el Via Crucis.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX se recuperan las peregrinaciones, pero cambia en parte su fisonomia: tienen como meta santuarios que son particulares expresiones de la identidad de la fe y de la cultura de una nacion; este es el caso, por ejemplo de los santuarios de Altötting, Antipolo, Aparecida, Asis, Caacupé, Chartres, Coromoto, Czestochowa, Ernakulam-Angamaly, Fatima, Guadalupe, Kevalaer, Knock, La Vang, Loreto, Lourdes, Mariazell, Marienberg, Montevergine, Montserrat, Nagasaki, Namugongo, Padua, Pompei, San Giovanni Rotondo, Washington, Yamoussoukro, etc.

Espiritualidad de la peregrinacion


286. A pesar de todos los cambios sufridos a lo largo de los siglos, la peregrinacion conserva en nuestro tiempo los elementos esenciales que determinan su espiritualidad: Dimension escatologica. Es una caracteristica esencial y originaria: la peregrinacion, "camino hacia el santuario", es momento y parabola del camino hacia el Reino; la peregrinacion ayuda a tomar conciencia de la perspectiva escatologica en la que se mueve el cristiano, homo viator: entre la oscuridad de la fe y la sed de la vision, entre el tiempo angosto y la aspiracion a la vida sin fin, entre la fatiga del camino y la esperanza del reposo, entre el llanto del destierro y el anhelo del gozo de la patria, entre el afan de la actividad y el deseo de la contemplacion serena.

El acontecimiento del éxodo, camino de Israel hacia la tierra prometida, se refleja también en la espiritualidad de la peregrinacion: el peregrino sabe que "aqui abajo no tenemos una ciudad estable" (He 13,14), por lo cual, mas alla de la meta inmediata del santuario, avanza a través del desierto de la vida, hacia el Cielo, hacia la Tierra prometida.

Dimension penitencial. La peregrinacion se configura como un "camino de conversion": al caminar hacia el santuario, el peregrino realiza un recorrido que va desde la toma de conciencia de su propio pecado y de los lazos que le atan a las cosas pasajeras e inutiles, hasta la consecucion de la libertad interior y la comprension del sentido profundo de la vida.

Como ya se ha dicho, para muchos fieles la visita a un santuario constituye una ocasion propicia, con frecuencia buscada, para acercarse al sacramento de la Penitencia, y la peregrinacion misma se ha entendido y propuesto en el pasado - y también en nuestros dias - como una obra de penitencia.

Ademas, cuando la peregrinacion se realiza de modo auténtico, el fiel vuelve del santuario con el proposito de "cambiar de vida", de orientarla hacia Dios mas decididamente, de darle una dimension mas trascendente.

Dimension festiva. En la peregrinacion la dimension penitencial coexiste con la dimension festiva: también esta se encuentra en el centro de la peregrinacion, en la que aparecen no pocos de los motivos antropologicos de la fiesta.

El gozo de la peregrinacion cristiana es prolongacion de la alegria del peregrino piadoso de Israel: "Qué alegria cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor" (Ps122,1); es alivio por la ruptura de la monotonia diaria, desde la perspectiva de algo diverso; es aligeramiento del peso de la vida que para muchos, sobre todo para los pobres, es un fardo pesado; es ocasion para expresar la fraternidad cristiana, para dar lugar a momentos de convivencia y de amistad, para mostrar la espontaneidad, que con frecuencia esta reprimida.

Dimension cultual. La peregrinacion es esencialmente un acto de culto: el peregrino camina hacia el santuario para ir al encuentro con Dios, para estar en su presencia tributandole el culto de su adoracion y para abrirle su corazon.

En el santuario, el peregrino realiza numerosos actos de culto, tanto de orden liturgico como de piedad popular. Su oracion adquiere formas diversas: de alabanza y adoracion al Señor por su bondad y santidad; de accion de gracias por los dones recibidos; de cumplimiento de un voto, al que se habia obligado el peregrino ante el Señor; de imploracion de las gracias necesarias para la vida; de peticion de perdon por los pecados cometidos.

Con mucha frecuencia la oracion del peregrino se dirige a la Virgen Maria, a los Angeles y a los Santos, a quienes reconoce como intercesores validos ante el Altisimo. Por lo demas, las imagenes veneradas en el santuario son signos de la presencia de la Madre y de los Santos, junto al Señor glorioso, "siempre vivo para interceder" (He 7,25) en favor de los hombres y siempre presente en la comunidad que se reune en su nombre (cfr. Mt 18,20 Mt 28,20). La imagen sagrada del santuario, sea de Cristo, de la Virgen, de los Angeles o de los Santos, es un signo santo de la presencia divina y del amor providente de Dios; es testigo de la oracion, que de generacion en generacion se ha elevado ante ella como voz suplicante del necesitado, gemido del afligido, jubilo agradecido de quien ha obtenido gracia y misericordia.

Dimension apostolica. La situacion itinerante del peregrino presenta de nuevo, en cierto sentido, la de Jesus y sus discipulos, que recorrian los caminos de Palestina para anunciar el Evangelio de la salvacion. Desde este punto de vista, la peregrinacion es un anuncio de fe y los peregrinos se convierten en "heraldos itinerantes de Cristo".

Dimension de comunion. El peregrino que acude al santuario esta en comunion de fe y de caridad, no solo con los companeros con quienes realiza el "santo viaje" (cfr. Ps84,6), sino con el mismo Señor, que camina con él, como camino al lado de los discipulos de Emaus (cfr. Lc 24,13-35); con su comunidad de origen, y a través de ella, con la Iglesia que habita en el cielo y peregrina en la tierra; con los fieles que, a lo largo de los siglos, han rezado en el santuario; con la naturaleza que rodea el santuario, cuya belleza admira y que siente movido a respetar; con la humanidad, cuyo sufrimiento y esperanza aparecen en el santuario de diversas maneras, y cuyo ingenio y arte han dejado en él numerosas huellas.

Desarrollo de la peregrinacion


287. Puesto que el santuario es un lugar de oracion, asi la peregrinacion es un camino de oracion. En cada una de las etapas, la oracion debera alentar la peregrinacion y la Palabra de Dios debera ser luz y guia, alimento y apoyo.

El resultado feliz de una peregrinacion, en cuanto manifestacion cultual, y los mismos frutos espirituales que se esperan de ella, se aseguran disponiendo de manera ordenada las celebraciones y destacando adecuadamente las diversas fases.

La partida de la peregrinacion se debe caracterizar por un momento de oracion, realizado en la iglesia parroquial o en otra que resulte mas adecuada, y consiste en la celebracion de la Eucaristia o de alguna parte de la Liturgia de las Horas, o en una bendicion especial para los peregrinos.

La ultima etapa del camino se debe caracterizar por una oracion mas intensa; es aconsejable que cuando ya se divise el santuario, el recorrido se haga a pie, procesionalmente, rezando, cantando y deteniéndose en las estaciones que pueda haber en ese trayecto.

La acogida de los peregrinos podra dar lugar a una especie de "liturgia de entrada", que situe el encuentro entre los peregrinos y los encargados del santuario en el plano de la fe; donde sea posible, estos ultimos saldran al encuentro de los peregrinos, para acompanarles en el trayecto final del camino.

La permanencia en el santuario, obviamente, debera constituir el momento mas intenso de la peregrinacion y se debera caracterizar por el compromiso de conversion, convenientemente ratificado en el sacramento de la reconciliacion; por expresiones particulares de oracion, como el agradecimiento, la suplica, la peticion de intercesiones, segun las caracteristicas del santuario y los objetivos de la peregrinacion; por la celebracion de la Eucaristia, culminacion de la peregrinacion.

La conclusion de la peregrinacion se caracterizara por un momento de oracion, en el mismo santuario o en la iglesia de la que han partido; los fieles daran gracias a Dios por el don de la peregrinacion y pediran al Señor la ayuda necesaria para vivir con un compromiso mas generoso la vocacion cristiana, una vez que hayan vuelto a sus hogares.

Desde la antigüedad, el peregrino ha querido llevarse algun "recuerdo" del santuario visitado. Se debe procurar que los objetos, imagenes, libros, transmitan el auténtico espiritu del lugar santo. Se debe conseguir que los lugares de venta no estén en el area sagrada del santuario, ni tengan el aspecto de un mercado.


Congregacion Culto Divino - El santuario como lugar de celebraciones cultuales