Congregacion para la Doctrina de la Fe - VIII - SUBVERSION DEL SENTIDO DE LA VERDAD Y VIOLENCIA

VIII - SUBVERSION DEL SENTIDO DE LA VERDAD Y VIOLENCIA


1. Esta concepcion totalizante impone su logica y arrastra las "teologias de la liberacion" a aceptar un conjunto de posiciones incompatibles con la vision cristiana del hombre. En efecto, el nucleo ideologico, tomado del marxismo , al cual hace referencia, ejerce la funcion de un principio determinante. Esta funcion se le ha dado en virtud de la calificacion de cientifico, es decir, de necesariamente verdadero, que se le ha atribuido. En este nucleo se pueden distinguir varios componentes.


2. En la logica del pensamiento marxista, "el analisis" no es separable de la praxis y de la concepcion de la historia a la cual esta unida esta praxis. El analisis es asi un instrumento de critica, y la critica no es mas que un momento de combate revolucionario. Este combate es el de la clase del Proletariado investido de su mision historica.


3. En consecuencia solo quien participa en este combate puede hacer un analisis correcto.


4. La conciencia verdadera es asi una conciencia partidaria. Se ve que la concepcion misma de la verdad en cuestion es la que se encuentra totalmente subvertida: se pretende que solo hay verdad en y por la praxis partidaria.


5. La praxis, y la verdad que de ella deriva, son praxis y verdad partidarias, ya que la estructura fundamental de la historia esta marcada por la lucha de clases. Hay pues una necesidad objetiva de entrar en la lucha de clases (la cual es el reverso dialéctico de la relacion de explotacion que se denuncia). La verdad es verdad de clase, no hay verdad sino en el combate de la clase revolucionaria.


6. La ley fundamental de la historia que es la ley de la lucha de clases implica que la sociedad esta fundada sobre la violencia. A la violencia que constituye la relacion de dominacion de los ricos sobre los pobres debera responder la contra-violencia revolucionaria mediante la cual se invertira esta relacion.


7. La lucha de clases es pues presentada como una ley objetiva, necesaria. Entrando en su proceso, al lado de los oprimidos, se "hace" la verdad, se actua "cientificamente". En consecuencia, la concepcion de la verdad va a la par con la afirmacion de la violencia necesaria, y por ello con la del amoralismo politico. En estas perspectivas, pierde todo sentido la referencia a las exigencias éticas que ordenan reformas estructurales e institucionales radicales y valerosas.


8. La ley fundamental de la lucha de clases tiene un caracter de globalidad y de universalidad. Se refleja en todos los campos de la existencia, religiosos, éticos, culturales e institucionales. Con relacion a esta ley, ninguno de estos campos es autonomo. Esta ley constituye el elemento determinante en cada uno.


9. Por concesion hecha a las tesis de origen marxista, se pone radicalmente en duda la naturaleza misma de la ética. De hecho, el caracter trascendente de la distincion entre el bien y el mal, principio de la moralidad, se encuentra implicitamente negado en la optica de la lucha de clases.

IX - TRADUCCION "TEOLOGICA" DE ESTE NUCLEO


1. Las posiciones presentadas aqui se encuentran a veces tal cual en algunos escritos de los "teologos de la liberacion". En otros, proceden logicamente de sus premisas. Por otra parte, en ellas se basan algunas practicas liturgicas, como por ejemplo "la Eucaristia" transformada en celebracion del pueblo en lucha, aunque quienes participan en estas practicas no sean plenamente conscientes de ello. Uno se encuentra pues delante de un verdadero sistema, aun cuando algunos duden de seguir la logica hasta el final. Este sistema como tal es una perversion del mensaje cristiano tal como Dios lo ha confiado a su Iglesia. Asi, pues, este mensaje se encuentra cuestionado en su globalidad por las "teologias de la liberacion".


2. Lo que estas "teologias de la liberacion" han acogido como un principio, no es el hecho de las estratificaciones sociales con las desigualdades e injusticias que se les agregan, sino la teoria de la lucha de clases como ley estructural fundamental de la historia. Se saca la conclusion de que la lucha de clases entendida asi divide a la Iglesia y que en funcion de ella hay que juzgar las realidades eclesiales. También se pretende que es mantener, con mala fe, una ilusion enganosa el afirmar que el amor, en su universalidad, puede vencer lo que constituye la ley estructural primera de la sociedad capitalista.


3. En esta concepcion, la lucha de clases es el motor de la historia. La historia llega a ser asi una nocion central. Se afirmara que Dios se hace historia. Se anadira que no hay mas que una sola historia, en la cual no hay que distinguir ya entre historia de la salvacion e historia profana. Mantener la distincion seria caer en el "dualismo". Semejantes afirmaciones reflejan un inmanentismo historicista. Por esto se tiende a identificar el Reino de Dios y su devenir con el movimiento de la liberacion humana, y a hacer de la historia misma el sujeto de su propio desarrollo como proceso de la autorredencion del hombre a través de la lucha de clases. Esta identificacion esta en oposicion con la fe de la Iglesia, tal como la ha recordado el Concilio Vaticano II. 23


4. En esta linea, algunos llegan hasta el limite de identificar a Dios y la historia, y a definir la fe como "fidelidad a la historia", lo cual significa fidelidad comprometida en una practica politica conforme a la concepcion del devenir de la humanidad concebido como un mesianismo puramente temporal.


5. En consecuencia, la fe, la esperanza y la caridad reciben un nuevo contenido: ellas son "fidelidad a la historia", "confianza en el futuro", "opcion por los pobres": que es como negarlas en su realidad teologal.


6. De esta nueva concepcion se sigue inevitablemente una politizacion radical de las afirmaciones de la fe y de los juicios teologicos. Ya no se trata solamente de atraer la atencion sobre las consecuencias e incidencias politicas de las verdades de fe, las que serian respetadas ante todo por su valor trascendente. Se trata mas bien de la subordinacion de toda afirmacion de la fe o de la teologia a un criterio politico dependiente de la teoria de la lucha de clases, motor de la historia.


7. En consecuencia, se presenta la entrada en la lucha de clases como una exigencia de la caridad como tal; se denuncia como una actitud estatica y contraria al amor a los pobres la voluntad de amar desde ahora a todo hombre, cualquiera que sea su pertenencia de clase, y de ir a su encuentro por los caminos no violentos del dialogo y de la persuasion. Si se afirma que el hombre no debe ser objeto de odio, se afirma igualmente que en virtud de su pertenencia objetiva al mundo de los ricos, él es ante todo un enemigo de clase que hay que combatir. Consecuentemente la universalidad del amor al projimo y la fraternidad llegan a ser un principio escatologico, valido solo para el "hombre nuevo" que surgira de la revolucion victoriosa.


8. En cuanto a la Iglesia, se tiende a ver en ella solo una realidad interior de la historia, que obedece también a las leyes que se suponen dirigen el devenir historico en su inmanencia. Esta reduccion vacia la realidad especifica de la Iglesia, don de la gracia de Dios y misterio de fe. Igualmente, se niega que tenga todavia sentido la participacion en la misma Mesa eucaristica de cristianos que por otra parte pertenecen a clases opuestas.


9. En su significacion positiva, la Iglesia de los pobres significa la preferencia, no exclusiva, dada a los pobres, segun todas las formas de miseria humana, ya que ellos son los preferidos de Dios. La expresion significa también la toma de conciencia de las exigencias de la pobreza evangélica en nuestro tiempo, por parte de la Iglesia, -como comunion y como institucion- asi como por parte de sus miembros.


10. Pero las "teologias de la liberacion", que tienen el mérito de haber valorado los grandes textos de los Profetas y del Evangelio sobre la defensa de los pobres, conducen a un amalgama ruinosa entre el pobre de la Escritura y el proletariado de Marx . Por ello el sentido cristiano del pobre se pervierte y el combate por los derechos de los pobres se transforma en combate de clase en la perspectiva ideologica de la lucha de clases. La Iglesia de los pobres significa asi una Iglesia de clase, que ha tomado conciencia de las necesidades de la lucha revolucionaria como etapa hacia la liberacion y que celebra esta liberacion en su liturgia.


11. Es necesario hacer una observacion analoga respecto a la expresion Iglesia del pueblo. Desde el punto de vista pastoral, se puede entender por ésta los destinatarios prioritarios de la evangelizacion, aquellos hacia los cuales, en virtud de su condicion, se dirige ante todo el amor pastoral de la Iglesia. Se puede también referir a la Iglesia como "pueblo de Dios", es decir, como el pueblo de la Nueva Alianza sellada en Cristo. 24


12. Pero las "teologias de la liberacion", de las que hablamos, entienden por Iglesia del pueblo una Iglesia de clase, la Iglesia del pueblo oprimido que hay que "concientizar" en vista de la lucha liberadora organizada. El pueblo asi entendido llega a ser también para algunos, objeto de la fe.


13. A partir de tal concepcion de la Iglesia del pueblo, se desarrolla una critica de las estructuras mismas de la Iglesia. No se trata solamente de una correccion fraternal respecto a los pastores de la Iglesia cuyo comportamiento no refleja el espiritu evangélico de servicio y se une a signos anacronicos de autoridad que escandalizan a los pobres. Se trata de poner en duda la estructura sacramental y jerarquica de la Iglesia, tal como la ha querido el Senor. Se denuncia la jerarquia y el Magisterio como representantes objetivos de la clase dominante que es necesario combatir. Teologicamente, esta posicion vuelve a decir que el pueblo es la fuente de los ministerios y que se puede dotar de ministros a eleccion propia, segun las necesidades de su mision revolucionaria historica.

X - UNA NUEVA HERMENUTICA


1. La concepcion partidaria de la verdad que se manifiesta en la praxis revolucionaria de clase corrobora esta posicion. Los teologos que no comparten las tesis de la "teologia de la liberacion", la jerarquia, y sobre todo el Magisterio romano son asi desacreditados a priori, como pertenecientes a la clase de los opresores. Su teologia es una teologia de clase. Argumentos y ensenanzas no son examinados en si mismos, pues solo reflejan los intereses de clase. Por ello, su contenido es decretado, en principio, falso.


2. Aqui aparece el caracter global y totalizante de la "teologia de la liberacion". Esta, en consecuencia, debe ser criticada, no en tal o cual de sus afirmaciones, sino a nivel del punto de vista de clase que adopta a priori y que funciona en ella como un principio hermenéutico determinante.


3. A causa de este presupuesto clasista, se hace extremamente dificil, por no decir imposible, obtener de algunos "teologos de la liberacion" un verdadero dialogo en el cual el interlocutor sea escuchado y sus argumentos sean discutidos objetivamente y con atencion. Porque estos teologos parten, mas o menos conscientemente, del presupuesto de que el punto de vista de la clase oprimida y revolucionaria, que seria la suya, constituye el unico punto de vista de la verdad. Los criterios teologicos de verdad se encuentran asi relativizados y subordinados a los imperativos de la lucha de clases. En esta perspectiva, se substituye la ortodoxia como recta regla de la fe, por la idea de ortopraxis como criterio de verdad. A este respecto, no hay que confundir la orientacion practica, propia de la teologia tradicional al igual y con el mismo titulo que la orientacion especulativa, con un primado privilegiado reconocido a un cierto tipo de praxis. De hecho, esta ultima es la praxis revolucionaria que llegaria a ser el supremo criterio de la verdad teologica. Una sana metodologia teologica tiene en cuenta sin duda la praxis de la Iglesia en donde encuentra uno de sus fundamentos, en cuanto que deriva de la fe y es su expresion vivida.


4. La doctrina social de la Iglesia es rechazada con desdén. Se dice que procede de la ilusion de un posible compromiso, propio de las clases medias que no tienen destino historico.


5. La nueva hermenéutica inscrita en las "teologias de la liberacion" conduce a una relectura esencialmente politica de la Escritura. Por tanto se da mayor importancia al acontecimiento del xodo en cuanto que es liberacion de la esclavitud politica. Se propone igualmente una lectura politica del Magnificat. El error no esta aqui en prestarle atencion a una dimension politica de los relatos biblicos. Esta en hacer de esta dimension la dimension principal y exclusiva, que conduce a una lectura reductora de la Escritura.


6. Igualmente, se situa en la perspectiva de un mesianismo temporal, el cual es una de las expresiones mas radicales de la secularizacion del Reino de Dios y de su absorcion en la inmanencia de la historia humana.


7. Privilegiando de esta manera la dimension politica, se ha llegado a negar la radical novedad del Nuevo Testamento y, ante todo, a desconocer la persona de Nuestro Senor Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, al igual que el caracter especifico de la liberacion que nos aporta, y que es ante todo liberacion del pecado, el cual es la fuente de todos los males.


8. Por otra parte, al dejar a un lado la interpretacion autorizada del Magisterio, denunciada como interpretacion de clase, se descarta al mismo tiempo la Tradicion. Por esto, se priva de un criterio teologico esencial de interpretacion y, en el vacio asi creado, se acogen las tesis mas radicales de la exégesis racionalista. Sin espiritu critico se vuelve a la oposicion entre el "Jesús de la historia" y el "Jesús de la fe".


9. Es cierto que se conservan literalmente las formulas de la fe, en particular la de Calcedonia, pero se le atribuye una nueva significacion, lo cual es una negacion de la fe de la Iglesia. Por un lado se rechaza la doctrina cristologica ofrecida por la Tradicion, en nombre del criterio de clase; por otro, se pretende alcanzar el "Jesús de la historia" a partir de la experiencia revolucionaria de la lucha de los pobres por su liberacion.


10. Se pretende revivir una experiencia analoga a la que habria sido la de Jesús. La experiencia de los pobres que luchan por su liberacion -la cual habria sido la de Jesús-, revelaria ella sola el conocimiento del verdadero Dios y del Reino.


11. Esta claro que se niega la fe en el Verbo encarnado, muerto y resucitado por todos los hombres, y que "Dios ha hecho Senor y Cristo".25 Se le substituye por una "figura" de Jesús que es una especie de simbolo que recapitula en si las exigencias de la lucha de los oprimidos.


12. Asi se da una interpretacion exclusivamente politica de la muerte de Cristo. Por ello se niega su valor salvifico y toda la economia de la redencion.


13. La nueva interpretacion abarca asi el conjunto del misterio cristiano.


14. De manera general, opera lo que se puede llamar una inversion de los simbolos. En lugar de ver con S. Pablo, en el xodo, una figura del bautismo,26 se llega al limite de hacer de él un simbolo de la liberacion politica del pueblo.


15. Al aplicar el mismo criterio hermenéutico a la vida eclesial y a la constitucion jerarquica de la Iglesia, las relaciones entre la jerarquia y la "base" llegan a ser relaciones de dominacion que obedecen a la ley de la lucha de clases. Se ignora simplemente la sacramentalidad que esta en la raiz de los ministerios eclesiales y que hace de la Iglesia una realidad espiritual irreductible a un analisis puramente sociologico.


16. La inversion de los simbolos se constata también en el campo de los sacramentos. La Eucaristia ya no es comprendida en su verdad de presencia sacramental del sacrificio reconciliador, y como el don del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Se convierte en celebracion del pueblo que lucha. En consecuencia, se niega radicalmente la unidad de la Iglesia. La unidad, la reconciliacion, la comunion en el amor ya no se conciben como don que recibimos de Cristo. 27 La clase historica de los pobres es la que construye la unidad, a través de su lucha. La lucha de clases es el camino para esta unidad. La Eucaristia llega a ser asi Eucaristia de clase. Al mismo tiempo se niega la fuerza triunfante del amor de Dios que se nos ha dado.

XI - ORIENTACIONES


1. La llamada de atencion contra las graves desviaciones de ciertas "teologias de la liberacion" de ninguna manera debe ser interpretada como una aprobacion, aun indirecta, dada a quienes contribuyen al mantenimiento de la miseria de los pueblos, a quienes se aprovechan de ella, a quienes se resignan o a quienes deja indiferentes esta miseria. La Iglesia, guiada por el Evangelio de la Misericordia y por el amor al hombre, escucha el clamor por la justicia 28 y quiere responder a él con todas sus fuerzas


2. Por tanto, se hace a la Iglesia un profundo llamamiento. Con audacia y valentia, con clarividencia y prudencia, con celo y fuerza de animo, con amor a los pobres hasta el sacrificio, los pastores -como muchos ya lo hacen-, consideraran tarea prioritaria el responder a esta llamada.


3. Todos los sacerdotes, religiosos y laicos que, escuchando el clamor por la justicia, quieran trabajar en la evangelizacion y en la promocion humana, lo haran en comunion con sus obispos y con la Iglesia, cada uno en la linea de su especifica vocacion eclesial.


4. Conscientes del caracter eclesial de su vocacion, los teologos colaboraran lealmente y en espiritu de dialogo con el Magisterio de la Iglesia. Sabran reconocer en el Magisterio un don de Cristo a su Iglesia 29 y acogeran su palabra y sus instrucciones con respeto filial.


5. Las exigencias de la promocion humana y de una liberacion auténtica, solamente se comprenden a partir de la tarea evangelizadora tomada en su integridad. Esta liberacion tiene como pilares indispensables la verdad sobre Jesucristo el Salvador, la verdad sobre la Iglesia, la verdad sobre el hombre y sobre su dignidad. 30 La Iglesia, que quiere ser en el mundo entero la Iglesia de los pobres, intenta servir a la noble lucha por la verdad y por la justicia, a la luz de las Bienaventuranzas, y ante todo de la bienaventuranza de los pobres de corazon. La Iglesia habla a cada hombre y, por lo tanto, a todos los hombres. Es "la Iglesia universal. La Iglesia del misterio de la encarnacion. No es la Iglesia de una clase o de una sola casta. Ella habla en nombre de la verdad misma. Esta verdad es realista". Ella conduce a tener en cuenta "toda realidad humana, toda injusticia, toda tension, toda lucha".31


6. Una defensa eficaz de la justicia se debe apoyar sobre la verdad del hombre, creado a imagen de Dios y llamado a la gracia de la filiacion divina. El reconocimiento de la verdadera relacion del hombre con Dios constituye el fundamento de la justicia que regula las relaciones entre los hombres. Por esta razon la lucha por los derechos del hombre, que la Iglesia no cesa de recordar, constituye el auténtico combate por la justicia.


7. La verdad del hombre exige que este combate se lleve a cabo por medios conformes a la dignidad humana. Por esta razon el recurso sistematico y deliberado a la violencia ciega, venga de donde venga, debe ser condenado. 32 El tener confianza en los medios violentos con la esperanza de instaurar mas justicia es ser victima de una ilusion mortal. La violencia engendra violencia y degrada al hombre. Ultraja la dignidad del hombre en la persona de las victimas y envilece esta misma dignidad en quienes la practican.


8. La urgencia de reformas radicales de las estructuras que producen la miseria y constituyen ellas mismas formas de violencia no puede hacer perder de vista que la fuente de las injusticias esta en el corazon de los hombres. Solamente recurriendo a las capacidades éticas de la persona y a la perpetua necesidad de conversion interior se obtendran los cambios sociales que estaran verdaderamente al servicio del hombre. 33 Pues a medida que los hombres, conscientes del sentido de su responsabilidad, colaboran libremente, con su iniciativa y solidaridad, en los cambios necesarios, creceran en humanidad. La inversion entre moralidad y estructuras conlleva una antropologia materialista incompatible con la verdad del hombre.


9. Igualmente es una ilusion mortal creer que las nuevas estructuras por si mismas daran origen a un "hombre nuevo", en el sentido de la verdad del hombre. El cristiano no puede desconocer que el Espiritu Santo, que nos ha sido dado, es la fuente de toda verdadera novedad y que Dios es el senor de la historia.


10. Igualmente, la inversion por la violencia revolucionaria de las estructuras generadoras de injusticia no es ipso facto el comienzo de la instauracion de un régimen justo. Un hecho notable de nuestra época debe ser objeto de la reflexion de todos aquellos que quieren sinceramente la verdadera liberacion de sus hermanos. Millones de nuestros contemporaneos aspiran legitimamente a recuperar las libertades fundamentales de las que han sido privados por regimenes totalitarios y ateos que se han apoderado del poder por caminos revolucionarios y violentos, precisamente en nombre de la liberacion del pueblo. No se puede ignorar esta vergüenza de nuestro tiempo: pretendiendo aportar la libertad se mantiene a naciones enteras en condiciones de esclavitud indignas del hombre. Quienes se vuelven complices de semejantes esclavitudes, tal vez inconscientemente, traicionan a los pobres que intentan servir.


11. La lucha de clases como camino hacia la sociedad sin clases es un mito que impide las reformas y agrava la miseria y las injusticias. Quienes se dejan fascinar por este mito deberian reflexionar sobre las amargas experiencias historicas a las cuales ha conducido. Comprenderan entonces que no se trata de ninguna manera de abandonar un camino eficaz de lucha en favor de los pobres en beneficio de un ideal sin efectos. Se trata, al contrario, de liberarse de un espejismo para apoyarse sobre el Evangelio y su fuerza de realizacion.


12. Una de las condiciones para el necesario enderezamiento teologico es la recuperacion del valor de la ensenanza social de la Iglesia. Esta ensenanza de ningun modo es cerrada. Al contrario, esta abierta a todas las cuestiones nuevas que no dejan de surgir en el curso de los tiempos. En esta perspectiva, la contribucion de los teologos y pensadores de todas las regiones del mundo a la reflexion de la Iglesia es hoy indispensable.


13. Igualmente, la experiencia de quienes trabajan directamente en la evangelizacion y promocion de los pobres y oprimidos es necesaria para la reflexion doctrinal y pastoral de la Iglesia. En este sentido, hay que decir que se tome conciencia de ciertos aspectos de la verdad a partir de la praxis, si por ésta se entiende la practica pastoral y una practica social de inspiracion evangélica.


14. La ensenanza de la Iglesia en materia social aporta las grandes orientaciones éticas. Pero, para que ella pueda guiar directamente la accion, exige personalidades competentes, tanto desde el punto de vista cientifico y técnico como en el campo de las ciencias humanas o de la politica. Los pastores estaran atentos a la formacion de tales personalidades competentes, viviendo profundamente del Evangelio. A los laicos, cuya mision propia es construir la sociedad, corresponde aqui el primer puesto.


15. Las tesis de las "teologias de la liberacion" son ampliamente difundidas, bajo una forma todavia simplificada, en sesiones de formacion o en grupos de base que carecen de preparacion catequética y teologica. Son asi aceptadas, sin que resulte posible un juicio critico, por hombres y mujeres generosos.


16. Por esto los pastores deben vigilar la calidad y el convenido de la catequesis y de la formacion que siempre debe presentar la integridad del mensaje de la salvacion y los imperativos de la verdadera liberacion humana en el marco de este mensaje integral.


17. En esta presentacion integral del misterio cristiano, sera oportuno acentuar los aspectos esenciales que las "teologias de la liberacion" tienden especialmente a desconocer o eliminar: trascendencia y gratuidad de la liberacion en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, soberania de su gracia, verdadera naturaleza de los medios de salvacion, y en particular de la Iglesia y de los sacramentos. Se recordara la verdadera significacion de la ética para la cual la distincion entre el bien y el mal no podra ser relativizada, el sentido auténtico del pecado, la necesidad de la conversion y la universalidad de la ley del amor fraterno. Se pondra en guardia contra una politizacion de la existencia que, desconociendo a un tiempo la especificidad del Reino de Dios y la trascendencia de la persona, conduce a sacralizar la politica y a captar la religiosidad del pueblo en beneficio de empresas revolucionarias.


18. A los defensores de "la ortodoxia", se dirige a veces el reproche de pasividad, de indulgencia o de complicidad culpables respecto a situaciones de injusticia intolerables y de los regimenes politicos que las mantienen. La conversion espiritual, la intensidad del amor a Dios y al projimo, el celo por la justicia y la paz, el sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a todos, y especialmente a los pastores y a los responsables. La preocupacion por la pureza de la fe ha de ir unida a la preocupacion por aportar, con una vida teologal integral, la respuesta de un testimonio eficaz de servicio al projimo, y particularmente al pobre y al oprimido. Con el testimonio de su fuerza de amar, dinamica y constructiva, los cristianos pondran asi las bases de aquella "civilizacion del amor" de la cual ha hablado, después de Pablo VI, la Conferencia de Puebla. 34 Por otra parte, son muchos, sacerdotes, religiosos y laicos, los que se consagran de manera verdaderamente evangélica a la creacion de una sociedad justa.

CONCLUSION

Las palabras de Pablo VI, en el Credo del pueblo de Dios, expresan con plena claridad la fe de la Iglesia, de la cual no se puede apartar sin provocar, con la ruina espiritual, nuevas miserias y nuevas esclavitudes.

"Confesamos que el Reino de Dios iniciado aqui abajo en la Iglesia de Cristo no es de este mundo, cuya figura pasa, y que su crecimiento propio no puede confundirse con el progreso de la civilizacion, de la ciencia o de la técnica humanas, sino que consiste en conocer cada vez mas profundamente las riquezas insondables de Cristo, en esperar cada vez con mas fuerza los bienes eternos, en corresponder cada vez mas ardientemente al Amor de Dios, en dispensar cada vez mas abundantemente la gracia y la santidad entre los hombres. Es este mismo amor el que impulsa a la Iglesia a preocuparse constantemente del verdadero bien temporal de los hombres. Sin cesar de recordar a sus hijos que ellos no tienen una morada permanente en este mundo, los alienta también, en conformidad con la vocacion y los medios de cada uno, a contribuir al bien de su ciudad terrenal, a promover la justicia, la paz y la fraternidad entre los hombres, a prodigar ayuda a sus hermanos, en particular a los mas pobres y desgraciados. La intensa solicitud de la Iglesia, Esposa de Cristo, por las necesidades de los hombres, por sus alegrias y esperanzas, por sus penas y esfuerzos, nace del gran deseo que tiene de estar presente entre ellos para iluminarlos con la luz de Cristo y juntar a todos en l, su unico Salvador. Pero esta actitud nunca podra comportar que la Iglesia se conforme con las cosas de este mundo ni que disminuya el ardor de la espera de su Senor y del Reino eterno".35

El Santo Padre Juan Pablo II, en el transcurso de una Audiencia concedida al infrascrito Prefecto, ha aprobado esta Instruccion, cuya preparacion fue decidida en una reunion ordinaria de la Congregacion para la Doctrina de la Fe, y ha ordenado su publicacion.

Dado en Roma, en la Sede de la Congregacion para la Doctrina de la Fe, el dia 6 de agosto de 1984, fiesta de la Transfiguracion del Senor.

JOSEPH Card. RATZINGER

Prefecto

ALBERTO BOVONE

Arzobispo Tit. de Cesarea de Numidia

Secretario



CONGREGACION PARA LA DOCTRINA DE LA FE

NOTA DOCTRINAL: sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los catolicos en la vida politica

La Congregacion para la Doctrina de la Fe, oido el parecer del Pontificio Consejo para los Laicos, ha estimado oportuno publicar la presente Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los catolicos en la vida politica. La Nota se dirige a los Obispos de la Iglesia Catolica y, de especial modo, a los politicos catolicos y a todos los fieles laicos llamados a la participacion en la vida publica y politica en las sociedades democraticas.

I. Una ensenanza constante


1. El compromiso del cristiano en el mundo, en dos mil anos de historia, se ha expresado en diferentes modos. Uno de ellos ha sido el de la participacion en la accion politica: Los cristianos, afirmaba un escritor eclesiastico de los primeros siglos, "cumplen todos sus deberes de ciudadanos"1. La Iglesia venera entre sus Santos a numerosos hombres y mujeres que han servido a Dios a través de su generoso compromiso en las actividades politicas y de gobierno. Entre ellos, Santo Tomas Moro, proclamado Patron de los Gobernantes y Politicos, que supo testimoniar hasta el martirio la "inalienable dignidad de la conciencia"2. Aunque sometido a diversas formas de presion psicologica, rechazo toda componenda, y sin abandonar "la constante fidelidad a la autoridad y a las instituciones"que lo distinguia, afirmo con su vida y su muerte que"el hombre no se puede separar de Dios, ni la politica de la moral"3.

Las actuales sociedades democraticas, en las que loablemente4 todos son hechos participes de la gestion de la cosa publica en un clima de verdadera libertad, exigen nuevas y mas amplias formas de participacion en la vida publica por parte de los ciudadanos, cristianos y no cristianos. En efecto, todos pueden contribuir por medio del voto a la eleccion de los legisladores y gobernantes y, a través de varios modos, a la formacion de las orientaciones politicas y las opciones legislativas que, segun ellos, favorecen mayormente el bien comun5. La vida en un sistema politico democratico no podria desarrollarse provechosamente sin la activa, responsable y generosa participacion de todos, "si bien con diversidad y complementariedad de formas, niveles, tareas yresponsabilidades"6.

Mediante el cumplimiento de los deberes civiles comunes, "de acuerdo con su conciencia cristiana"7, en conformidad con los valores que son congruentes con ella, los fieles laicos desarrollan también sus tareas propias de animar cristianamente el orden temporal, respetando su naturaleza y legitima autonomia8, y cooperando con los demas, ciudadanos segun la competencia especifica y bajo la propia responsabilidad9. Consecuencia de esta fundamental ensenanza del Concilio Vaticano II es que "los fieles laicos de ningun modo pueden abdicar de la participacion en la "politica"; es decir, en la multiforme y variada accion economica, social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover organica e institucionalmente el bien comun"10, que comprende la promocion y defensa de bienes tales como el orden publico y la paz, la libertad y la igualdad, el respeto de la vida humana y el ambiente, la justicia, la solidaridad, etc.

La presente Nota no pretende reproponer la entera ensenanza de la Iglesia en esta materia, resumida por otra parte, en sus lineas esenciales, en el Catecismo de la Iglesia Catolica, sino solamente recordar algunos principios propios de la conciencia cristiana, que inspiran el compromiso social y politico de los catolicos en las sociedades democraticas11. Y ello porque, en estos ultimos tiempos, a menudo por la urgencia de los acontecimientos, han aparecido orientaciones ambiguas y posiciones discutibles, que hacen oportuna la clarificacion de aspectos y dimensiones importantes de la cuestion.


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