Congregacion para la Doctrina de la Fe - INTRODUCCION


1. El Senor Jesús, antes de ascender al cielo, confio a sus discipulos el mandato de anunciar el Evangelio al mundo entero y de bautizar a todas las naciones: " Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creacion. El que crea y se bautice, se salvara; el que se resista a creer, sera condenado " (Mc 16,15-16); " Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discipulos a todas las gentes bautizandolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, y ensenandoles a guardar todo lo que os he mandado. Y he aqui que yo estoy con vosotros todos los dias hasta el fin del mundo " (Mt 28,18-20 cf. también Lc 24,46-48 Jn 17,18 Jn 20,21 Ac 1,8).

La mision universal de la Iglesia nace del mandato de Jesucristo y se cumple en el curso de los siglos en la proclamacion del misterio de Dios, Padre, Hijo y Espiritu Santo, y del misterio de la encarnacion del Hijo, como evento de salvacion para toda la humanidad. Es éste el contenido fundamental de la profesion de fe cristiana: " Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador de cielo y tierra [...]. Creo en un solo Senor, Jesucristo, Hijo unico de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, consustancial con el Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvacion bajo del cielo, y por obra del Espiritu Santo se encarno de Maria, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padecio y fue sepultado, y resucito al tercer dia segun las Escrituras, y subio al cielo, y esta sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendra con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendra fin. Creo en el Espiritu Santo, Senor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoracion y gloria, y que hablo por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, catolica y apostolica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdon de los pecados. Espero la resurreccion de los muertos y la vida del mundo futuro ".1


2. La Iglesia, en el curso de los siglos, ha proclamado y testimoniado con fidelidad el Evangelio de Jesús. Al final del segundo milenio, sin embargo, esta mision esta todavia lejos de su cumplimiento.2 Por eso, hoy mas que nunca, es actual el grito del apostol Pablo sobre el compromiso misionero de cada bautizado: " Predicar el Evangelio no es para mi ningun motivo de gloria; es mas bien un deber que me incumbe. Y ¡ay de mi si no predicara el Evangelio! " (1Co 9,16). Eso explica la particular atencion que el Magisterio ha dedicado a motivar y a sostener la mision evangelizadora de la Iglesia, sobre todo en relacion con las tradiciones religiosas del mundo.3

Teniendo en cuenta los valores que éstas testimonian y ofrecen a la humanidad, con una actitud abierta y positiva, la Declaracion conciliar sobre la relacion de la Iglesia con las religiones no cristianas afirma: " La Iglesia catolica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y las doctrinas, que, por mas que discrepen en mucho de lo que ella profesa y ensena, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres ".4 Prosiguiendo en esta linea, el compromiso eclesial de anunciar a Jesucristo, " el camino, la verdad y la vida " (Jn 14,6), se sirve hoy también de la practica del dialogo interreligioso, que ciertamente no sustituye sino que acompana la missio ad gentes, en virtud de aquel " misterio de unidad ", del cual " deriva que todos los hombres y mujeres que son salvados participan, aunque en modos diferentes, del mismo misterio de salvacion en Jesucristo por medio de su Espiritu ".5 Dicho dialogo, que forma parte de la mision evangelizadora de la Iglesia,6 comporta una actitud de comprension y una relacion de conocimiento reciproco y de mutuo enriquecimiento, en la obediencia a la verdad y en el respeto de la libertad.7


3. En la practica y profundizacion teorica del dialogo entre la fe cristiana y las otras tradiciones religiosas surgen cuestiones nuevas, las cuales se trata de afrontar recorriendo nuevas pistas de busqueda, adelantando propuestas y sugiriendo comportamientos, que necesitan un cuidadoso discernimiento. En esta busqueda, la presente Declaracion interviene para llamar la atencion de los Obispos, de los teologos y de todos los fieles catolicos sobre algunos contenidos doctrinales imprescindibles, que puedan ayudar a que la reflexion teologica madure soluciones conformes al dato de la fe, que respondan a las urgencias culturales contemporaneas.

El lenguaje expositivo de la Declaracion responde a su finalidad, que no es la de tratar en modo organico la problematica relativa a la unicidad y universalidad salvifica del misterio de Jesucristo y de la Iglesia, ni el proponer soluciones a las cuestiones teologicas libremente disputadas, sino la de exponer nuevamente la doctrina de la fe catolica al respecto. Al mismo tiempo la Declaracion quiere indicar algunos problemas fundamentales que quedan abiertos para ulteriores profundizaciones, y confutar determinadas posiciones erroneas o ambiguas. Por eso el texto retoma la doctrina ensenada en documentos precedentes del Magisterio, con la intencion de corroborar las verdades que forman parte del patrimonio de la fe de la Iglesia.


4. El perenne anuncio misionero de la Iglesia es puesto hoy en peligro por teorias de tipo relativistas, que tratan de justificar el pluralismo religioso, no solo de facto sino también de iure (o de principio). En consecuencia, se retienen superadas, por ejemplo, verdades tales como el caracter definitivo y completo de la revelacion de Jesucristo, la naturaleza de la fe cristiana con respecto a la creencia en las otra religiones, el caracter inspirado de los libros de la Sagrada Escritura, la unidad personal entre el Verbo eterno y Jesús de Nazaret, la unidad entre la economia del Verbo encarnado y del Espiritu Santo, la unicidad y la universalidad salvifica del misterio de Jesucristo, la mediacion salvifica universal de la Iglesia, la inseparabilidad -aun en la distincion- entre el Reino de Dios, el Reino de Cristo y la Iglesia, la subsistencia en la Iglesia catolica de la unica Iglesia de Cristo.

Las raices de estas afirmaciones hay que buscarlas en algunos presupuestos, ya sean de naturaleza filosofica o teologica, que obstaculizan la inteligencia y la acogida de la verdad revelada. Se pueden senalar algunos: la conviccion de la inaferrablilidad y la inefabilidad de la verdad divina, ni siquiera por parte de la revelacion cristiana; la actitud relativista con relacion a la verdad, en virtud de lo cual aquello que es verdad para algunos no lo es para otros; la contraposicion radical entre la mentalidad logica atribuida a Occidente y la mentalidad simbolica atribuida a Oriente; el subjetivismo de quien, considerando la razon como unica fuente de conocimiento, se hace " incapaz de levantar la mirada hacia lo alto para atreverse a alcanzar la verdad del ser ";8 la dificultad de comprender y acoger en la historia la presencia de eventos definitivos y escatologicos; el vaciamiento metafisico del evento de la encarnacion historica del Logos eterno, reducido a un mero aparecer de Dios en la historia; el eclecticismo de quien, en la busqueda teologica, asume ideas derivadas de diferentes contextos filosoficos y religiosos, sin preocuparse de su coherencia y conexion sistematica, ni de su compatibilidad con la verdad cristiana; la tendencia, en fin, a leer e interpretar la Sagrada Escritura fuera de la Tradicion y del Magisterio de la Iglesia.

Sobre la base de tales presupuestos, que se presentan con matices diversos, unas veces como afirmaciones y otras como hipotesis, se elaboran algunas propuestas teologicas en las cuales la revelacion cristiana y el misterio de Jesucristo y de la Iglesia pierden su caracter de verdad absoluta y de universalidad salvifica, o al menos se arroja sobre ellos la sombra de la duda y de la inseguridad.

I. PLENITUD Y DEFINITIVIDAD DE LA REVELACION DE JESUCRISTO


5. Para poner remedio a esta mentalidad relativista, cada vez mas difundida, es necesario reiterar, ante todo, el caracter definitivo y completo de la revelacion de Jesucristo. Debe ser, en efecto, firmemente creida la afirmacion de que en el misterio de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, el cual es " el camino, la verdad y la vida " (Jn 14,6), se da la revelacion de la plenitud de la verdad divina: " Nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar " (Mt 11,27). " A Dios nadie lo ha visto jamas: el Hijo unico, que esta en el seno del Padre, él lo ha revelado " (Jn 1,18); " porque en él reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente " (Col 2,9-10).

Fiel a la palabra de Dios, el Concilio Vaticano II ensena: " La verdad intima acerca de Dios y acerca de la salvacion humana se nos manifiesta por la revelacion en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de toda la revelacion ".9 Y confirma: " Jesucristo, el Verbo hecho carne, "hombre enviado a los hombres", habla palabras de Dios (Jn 3,34) y lleva a cabo la obra de la salvacion que el Padre le confio (Jn 5,36 Jn 17,4). Por tanto, Jesucristo -ver al cual es ver al Padre (Jn 14,9)-, con su total presencia y manifestacion, con palabras y obras, senales y milagros, sobre todo con su muerte y resurreccion gloriosa de entre los muertos, y finalmente, con el envio del Espiritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelacion y la confirma con el testimonio divino [...]. La economia cristiana, como la alianza nueva y definitiva, nunca cesara; y no hay que esperar ya ninguna revelacion publica antes de la gloriosa manifestacion de nuestro Senor Jesucristo (1Tm 6,14 Tt 2,13) ".10

Por esto la enciclica Redemptoris missio propone nuevamente a la Iglesia la tarea de proclamar el Evangelio, como plenitud de la verdad: " En esta Palabra definitiva de su revelacion, Dios se ha dado a conocer del modo mas completo; ha dicho a la humanidad quién es. Esta autorrevelacion definitiva de Dios es el motivo fundamental por el que la Iglesia es misionera por naturaleza. Ella no puede dejar de proclamar el Evangelio, es decir, la plenitud de la verdad que Dios nos ha dado a conocer sobre si mismo ".11 Solo la revelacion de Jesucristo, por lo tanto, " introduce en nuestra historia una verdad universal y ultima que induce a la mente del hombre a no pararse nunca ".12


6. Es, por lo tanto, contraria a la fe de la Iglesia la tesis del caracter limitado, incompleto e imperfecto de la revelacion de Jesucristo, que seria complementaria a la presente en las otras religiones. La razon que esta a la base de esta asercion pretenderia fundarse sobre el hecho de que la verdad acerca de Dios no podria ser acogida y manifestada en su globalidad y plenitud por ninguna religion historica, por lo tanto, tampoco por el cristianismo ni por Jesucristo.

Esta posicion contradice radicalmente las precedentes afirmaciones de fe, segun las cuales en Jesucristo se da la plena y completa revelacion del misterio salvifico de Dios. Por lo tanto, las palabras, las obras y la totalidad del evento historico de Jesús, aun siendo limitados en cuanto realidades humanas, sin embargo, tienen como fuente la Persona divina del Verbo encarnado, " verdadero Dios y verdadero hombre "13 y por eso llevan en si la definitividad y la plenitud de la revelacion de las vias salvificas de Dios, aunque la profundidad del misterio divino en si mismo siga siendo trascendente e inagotable. La verdad sobre Dios no es abolida o reducida porque sea dicha en lenguaje humano. Ella, en cambio, sigue siendo unica, plena y completa porque quien habla y actua es el Hijo de Dios encarnado. Por esto la fe exige que se profese que el Verbo hecho carne, en todo su misterio, que va desde la encarnacion a la glorificacion, es la fuente, participada mas real, y el cumplimiento de toda la revelacion salvifica de Dios a la humanidad,14 y que el Espiritu Santo, que es el Espiritu de Cristo, ensena a los Apostoles, y por medio de ellos a toda la Iglesia de todos los tiempos, " la verdad completa " (Jn 16,13).


7. La respuesta adecuada a la revelacion de Dios es " la obediencia de la fe (Rm 1,5, Cf. Rm 16,26 2Co 10,5-6), por la que el hombre se confia libre y totalmente a Dios, prestando "a Dios revelador el homenaje del entendimiento y de la voluntad", y asistiendo voluntariamente a la revelacion hecha por l ".15 La fe es un don de la gracia: " Para profesar esta fe es necesaria la gracia de Dios, que previene y ayuda, y los auxilios internos del Espiritu Santo, el cual mueve el corazon y lo convierte a Dios, abre los ojos de la mente y da "a todos la suavidad en el aceptar y creer la verdad" ".16

La obediencia de la fe conduce a la acogida de la verdad de la revelacion de Cristo, garantizada por Dios, quien es la Verdad misma;17 " La fe es ante todo una adhesion personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo e inseparablemente el asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado ".18 La fe, por lo tanto, " don de Dios " y " virtud sobrenatural infundida por l ",19 implica una doble adhesion: a Dios que revela y a la verdad revelada por él, en virtud de la confianza que se le concede a la persona que la afirma. Por esto " no debemos creer en ningun otro que no sea Dios, Padre, Hijo y Espiritu Santo ".20

Debe ser, por lo tanto, firmemente retenida la distincion entre la fe teologal y la creencia en las otras religiones. Si la fe es la acogida en la gracia de la verdad revelada, que " permite penetrar en el misterio, favoreciendo su comprension coherente ",21 la creencia en las otras religiones es esa totalidad de experiencia y pensamiento que constituyen los tesoros humanos de sabiduria y religiosidad, que el hombre, en su busqueda de la verdad, ha ideado y creado en su referencia a lo Divino y al Absoluto.22

Non siempre tal distincion es tenida en consideracion en la reflexion actual, por lo cual a menudo se identifica la fe teologal, que es la acogida de la verdad revelada por Dios Uno y Trino, y la creencia en las otras religiones, que es una experiencia religiosa todavia en busqueda de la verdad absoluta y carente todavia del asentimiento a Dios que se revela. Este es uno de los motivos por los cuales se tiende a reducir, y a veces incluso a anular, las diferencias entre el cristianismo y las otras religiones.


8. Se propone también la hipotesis acerca del valor inspirado de los textos sagrados de otras religiones. Ciertamente es necesario reconocer que tales textos contienen elementos gracias a los cuales multitud de personas a través de los siglos han podido y todavia hoy pueden alimentar y conservar su relacion religiosa con Dios. Por esto, considerando tanto los modos de actuar como los preceptos y las doctrinas de las otras religiones, el Concilio Vaticano II -como se ha recordado antes- afirma que " por mas que discrepen en mucho de lo que ella [la Iglesia] profesa y ensena, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres ".23

La tradicion de la Iglesia, sin embargo, reserva la calificacion de textos inspirados a los libros canonicos del Antiguo y Nuevo Testamento, en cuanto inspirados por el Espiritu Santo.24 Recogiendo esta tradicion, la Constitucion dogmatica sobre la divina Revelacion del Concilio Vaticano II ensena: " La santa Madre Iglesia, segun la fe apostolica, tiene por santos y canonicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiracion del Espiritu Santo (Jn 20,31 2Tm 3,16 2P 1,19-21 2P 3,15-16), tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia ".25 Esos libros " ensenan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras de nuestra salvacion ".26

Sin embargo, queriendo llamar a si a todas las gentes en Cristo y comunicarles la plenitud de su revelacion y de su amor, Dios no deja de hacerse presente en muchos modos " no solo en cada individuo, sino también en los pueblos mediante sus riquezas espirituales, cuya expresion principal y esencial son las religiones, aunque contengan "lagunas, insuficiencias y errores" ".27 Por lo tanto, los libros sagrados de otras religiones, que de hecho alimentan y guian la existencia de sus seguidores, reciben del misterio de Cristo aquellos elementos de bondad y gracia que estan en ellos presentes.

II. EL LOGOS ENCARNADO Y EL ESPIRITU SANTO EN LA OBRA DE LA SALVACION


9. En la reflexion teologica contemporanea a menudo emerge un acercamiento a Jesús de Nazaret como si fuese una figura historica particular y finita, que revela lo divino de manera no exclusiva sino complementaria a otras presencias reveladoras y salvificas. El Infinito, el Absoluto, el Misterio ultimo de Dios se manifestaria asi a la humanidad en modos diversos y en diversas figuras historicas: Jesús de Nazaret seria una de esas. Mas concretamente, para algunos él seria uno de los tantos rostros que el Logos habria asumido en el curso del tiempo para comunicarse salvificamente con la humanidad.

Ademas, para justificar por una parte la universalidad de la salvacion cristiana y por otra el hecho del pluralismo religioso, se proponen contemporaneamente una economia del Verbo eterno valida también fuera de la Iglesia y sin relacion a ella, y una economia del Verbo encarnado. La primera tendria una plusvalia de universalidad respecto a la segunda, limitada solamente a los cristianos, aunque si bien en ella la presencia de Dios seria mas plena.


10. Estas tesis contrastan profundamente con la fe cristiana. Debe ser, en efecto, firmemente creida la doctrina de fe que proclama que Jesús de Nazaret, hijo de Maria, y solamente él, es el Hijo y Verbo del Padre. El Verbo, que " estaba en el principio con Dios " (Jn 1,2), es el mismo que " se hizo carne " (Jn 1,14). En Jesús " el Cristo, el Hijo de Dios vivo " (Mt 16,16) " reside toda la Plenitud de la Divinidad corporalmente " (Col 2,9). l es " el Hijo unico, que esta en el seno del Padre " (Jn 1,18), el " Hijo de su amor, en quien tenemos la redencion [...]. Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la plenitud, y reconciliar con él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos " (Col 1,13-14 Col 1,19-20).

Fiel a las Sagradas Escrituras y refutando interpretaciones erroneas y reductoras, el primer Concilio de Nicea definio solemnemente su fe en " Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo y las que hay en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra salvacion descendio y se encarno, se hizo hombre, padecio, y resucito al tercer dia, subio a los cielos, y ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos ".28 Siguiendo las ensenanzas de los Padres, también el Concilio de Calcedonia profeso que " uno solo y el mismo Hijo, nuestro Senor Jesucristo, es él mismo perfecto en divinidad y perfecto en humanidad, Dios verdaderamente, y verdaderamente hombre [...], consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad [...], engendrado por el Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los ultimos dias, por nosotros y por nuestra salvacion, engendrado de Maria Virgen, madre de Dios, en cuanto a la humanidad ".29

Por esto, el Concilio Vaticano II afirma que Cristo " nuevo Adan ", " imagen de Dios invisible " (Col 1,15), " es también el hombre perfecto, que ha devuelto a la descendencia de Adan la semejanza divina, deformada por el primer pecado [...]. Cordero inocente, con la entrega libérrima de su sangre nos merecio la vida. En l Dios nos reconcilio consigo y con nosotros y nos libero de la esclavitud del diablo y del pecado, por lo que cualquiera de nosotros puede decir con el Apostol: El Hijo de Dios "me amo y se entrego a si mismo por mi" (Ga 2,20) ".30

Al respecto Juan Pablo II ha declarado explicitamente: " Es contrario a la fe cristiana introducir cualquier separacion entre el Verbo y Jesucristo [...]: Jesús es el Verbo encarnado, una sola persona e inseparable [...]. Cristo no es sino Jesús de Nazaret, y éste es el Verbo de Dios hecho hombre para la salvacion de todos [...]. Mientras vamos descubriendo y valorando los dones de todas clases, sobre todo las riquezas espirituales que Dios ha concedido a cada pueblo, no podemos disociarlos de Jesucristo, centro del plan divino de salvacion ".31

Es también contrario a la fe catolica introducir una separacion entre la accion salvifica del Logos en cuanto tal, y la del Verbo hecho carne. Con la encarnacion, todas las acciones salvificas del Verbo de Dios, se hacen siempre en union con la naturaleza humana que él ha asumido para la salvacion de todos los hombres. El unico sujeto que obra en las dos naturalezas, divina y humana, es la unica persona del Verbo.32

Por lo tanto no es compatible con la doctrina de la Iglesia la teoria que atribuye una actividad salvifica al Logos como tal en su divinidad, que se ejercitaria " mas alla " de la humanidad de Cristo, también después de la encarnacion.33


11. Igualmente, debe ser firmemente creida la doctrina de fe sobre la unicidad de la economia salvifica querida por Dios Uno y Trino, cuya fuente y centro es el misterio de la encarnacion del Verbo, mediador de la gracia divina en el plan de la creacion y de la redencion (Col 1,15-20), recapitulador de todas las cosas (Ep 1,10), " al cual hizo Dios para nosotros sabiduria de origen divino, justicia, santificacion y redencion " (1Co 1,30). En efecto, el misterio de Cristo tiene una unidad intrinseca, que se extiende desde la eleccion eterna en Dios hasta la parusia: " [Dios] nos ha elegido en él antes de la fundacion del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor " (Ep 1,4); En él " por quien entramos en herencia, elegidos de antemano segun el previo designio del que realiza todo conforme a la decision de su voluntad " (Ep 1,11); " Pues a los que de antemano conocio [el Padre], también los predestino a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestino, a ésos también los justifico; a los que justifico, a ésos también los glorifico " (Rm 8,29-30).

El Magisterio de la Iglesia, fiel a la revelacion divina, reitera que Jesucristo es el mediador y el redentor universal: " El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarno para que, Hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Senor [...] es aquel a quien el Padre resucito, exalto y coloco a su derecha, constituyéndolo juez de vivos y de muertos ".34 Esta mediacion salvifica también implica la unicidad del sacrificio redentor de Cristo, sumo y eterno sacerdote (cf. Eb 6,20; 9,11; 10,12-14).


12. Hay también quien propone la hipotesis de una economia del Espiritu Santo con un caracter mas universal que la del Verbo encarnado, crucificado y resucitado. También esta afirmacion es contraria a la fe catolica, que, en cambio, considera la encarnacion salvifica del Verbo como un evento trinitario. En el Nuevo Testamento el misterio de Jesús, Verbo encarnado, constituye el lugar de la presencia del Espiritu Santo y la razon de su efusion a la humanidad, no solo en los tiempos mesianicos (cf. Ac 2,32?36; Jn 20,20 Jn 7,39 1Co 15,45), sino también antes de su venida en la historia (1Co 10,4 1P 1,10-12).

El Concilio Vaticano II ha llamado la atencion de la conciencia de fe de la Iglesia sobre esta verdad fundamental. Cuando expone el plan salvifico del Padre para toda la humanidad, el Concilio conecta estrechamente desde el inicio el misterio de Cristo con el del Espiritu.35 Toda la obra de edificacion de la Iglesia a través de los siglos se ve como una realizacion de Jesucristo Cabeza en comunion con su Espiritu.36

Ademas, la accion salvifica de Jesucristo, con y por medio de su Espiritu, se extiende mas alla de los confines visibles de la Iglesia y alcanza a toda la humanidad. Hablando del misterio pascual, en el cual Cristo asocia vitalmente al creyente a si mismo en el Espiritu Santo, y le da la esperanza de la resurreccion, el Concilio afirma: " Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazon obra la gracia de modo invisible. Cristo murio por todos, y la vocacion suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espiritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de solo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual ".37

Queda claro, por lo tanto, el vinculo entre el misterio salvifico del Verbo encarnado y el del Espiritu Santo, que actua el influjo salvifico del Hijo hecho hombre en la vida de todos los hombres, llamados por Dios a una unica meta, ya sea que hayan precedido historicamente al Verbo hecho hombre, o que vivan después de su venida en la historia: de todos ellos es animador el Espiritu del Padre, que el Hijo del hombre dona libremente (Jn 3,34).

Por eso el Magisterio reciente de la Iglesia ha llamado la atencion con firmeza y claridad sobre la verdad de una unica economia divina: " La presencia y la actividad del Espiritu no afectan unicamente a los individuos, sino también a la sociedad, a la historia, a los pueblos, a las culturas y a las religiones [...]. Cristo resucitado obra ya por la virtud de su Espiritu [...]. Es también el Espiritu quien esparce "las semillas de la Palabra" presentes en los ritos y culturas, y los prepara para su madurez en Cristo ".38 Aun reconociendo la funcion historico-salvifica del Espiritu en todo el universo y en la historia de la humanidad,39 sin embargo confirma: " Este Espiritu es el mismo que se ha hecho presente en la encarnacion, en la vida, muerte y resurreccion de Jesús y que actua en la Iglesia. No es, por consiguiente, algo alternativo a Cristo, ni viene a llenar una especie de vacio, como a veces se da por hipotesis, que exista entre Cristo y el Logos. Todo lo que el Espiritu obra en los hombres y en la historia de los pueblos, asi como en las culturas y religiones, tiene un papel de preparacion evangélica, y no puede menos de referirse a Cristo, Verbo encarnado por obra del Espiritu, "para que, hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas" ".40

En conclusion, la accion del Espiritu no esta fuera o al lado de la accion de Cristo. Se trata de una sola economia salvifica de Dios Uno y Trino, realizada en el misterio de la encarnacion, muerte y resurreccion del Hijo de Dios, llevada a cabo con la cooperacion del Espiritu Santo y extendida en su alcance salvifico a toda la humanidad y a todo el universo: " Los hombres, pues, no pueden entrar en comunion con Dios si no es por medio de Cristo y bajo la accion del Espiritu ".41


III. UNICIDAD Y UNIVERSALIDAD DEL MISTERIO SALVIFICO DE JESUCRISTO


13. Es también frecuente la tesis que niega la unicidad y la universalidad salvifica del misterio de Jesucristo. Esta posicion no tiene ningun fundamento biblico. En efecto, debe ser firmemente creida, como dato perenne de la fe de la Iglesia, la proclamacion de Jesucristo, Hijo de Dios, Senor y unico salvador, que en su evento de encarnacion, muerte y resurreccion ha llevado a cumplimiento la historia de la salvacion, que tiene en él su plenitud y su centro.

Los testimonios neotestamentarios lo certifican con claridad: " El Padre envio a su Hijo, como salvador del mundo " (1Jn 4,14); " He aqui el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo " (Jn 1,29). En su discurso ante el sanedrin, Pedro, para justificar la curacion del tullido de nacimiento realizada en el nombre de Jesús (Ac 3,1-8), proclama: " Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos " (Hch 4,12). El mismo apostol anade ademas que " Jesucristo es el Senor de todos "; " esta constituido por Dios juez de vivos y muertos "; por lo cual " todo el que cree en él alcanza, por su nombre, el perdon de los pecados " (Hch 10,36.42.43).

Pablo, dirigiéndose a la comunidad de Corinto, escribe: " Pues aun cuando se les dé el nombre de dioses, bien en el cielo bien en la tierra, de forma que hay multitud de dioses y de senores, para nosotros no hay mas que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos; y un solo Senor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por el cual somos nosotros " (1Co 8,5-6). También el apostol Juan afirma: " Porque tanto amo Dios al mundo que dio a su Hijo unico, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él " (Jn 3,16-17). En el Nuevo Testamento, la voluntad salvifica universal de Dios esta estrechamente conectada con la unica mediacion de Cristo: " [Dios] quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entrego a si mismo como rescate por todos " (1Tm 2,4-6).

Basados en esta conciencia del don de la salvacion, unico y universal, ofrecido por el Padre por medio de Jesucristo en el Espiritu Santo (Ep 1,3-14), los primeros cristianos se dirigieron a Israel mostrando que el cumplimiento de la salvacion iba mas alla de la Ley, y afrontaron después al mundo pagano de entonces, que aspiraba a la salvacion a través de una pluralidad de dioses salvadores. Este patrimonio de la fe ha sido propuesto una vez mas por el Magisterio de la Iglesia: " Cree la Iglesia que Cristo, muerto y resucitado por todos (2Co 5,15), da al hombre su luz y su fuerza por el Espiritu Santo a fin de que pueda responder a su maxima vocacion y que no ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que sea posible salvarse (Ac 4,12). Igualmente cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Senor y Maestro ".42


14. Debe ser, por lo tanto, firmemente creida como verdad de fe catolica que la voluntad salvifica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una vez para siempre en el misterio de la encarnacion, muerte y resurreccion del Hijo de Dios.

Teniendo en cuenta este dato de fe, y meditando sobre la presencia de otras experiencias religiosas no cristianas y sobre su significado en el plan salvifico de Dios, la teologia esta hoy invitada a explorar si es posible, y en qué medida, que también figuras y elementos positivos de otras religiones puedan entrar en el plan divino de la salvacion. En esta tarea de reflexion la investigacion teologica tiene ante si un extenso campo de trabajo bajo la guia del Magisterio de la Iglesia. El Concilio Vaticano II, en efecto, afirmo que " la unica mediacion del Redentor no excluye, sino suscita en sus criaturas una multiple cooperacion que participa de la fuente unica ".43 Se debe profundizar el contenido de esta mediacion participada, siempre bajo la norma del principio de la unica mediacion de Cristo: " Aun cuando no se excluyan mediaciones parciales, de cualquier tipo y orden, éstas sin embargo cobran significado y valor unicamente por la mediacion de Cristo y no pueden ser entendidas como paralelas y complementarias ".44 No obstante, serian contrarias a la fe cristiana y catolica aquellas propuestas de solucion que contemplen una accion salvifica de Dios fuera de la unica mediacion de Cristo.


15. No pocas veces algunos proponen que en teologia se eviten términos como " unicidad ", " universalidad ", " absolutez ", cuyo uso daria la impresion de un énfasis excesivo acerca del valor del evento salvifico de Jesucristo con relacion a las otras religiones. En realidad, con este lenguaje se expresa simplemente la fidelidad al dato revelado, pues constituye un desarrollo de las fuentes mismas de la fe. Desde el inicio, en efecto, la comunidad de los creyentes ha reconocido que Jesucristo posee una tal valencia salvifica, que l solo, como Hijo de Dios hecho hombre, crucificado y resucitado, en virtud de la mision recibida del Padre y en la potencia del Espiritu Santo, tiene el objetivo de donar la revelacion (Mt 11,27) y la vida divina (Jn 1,12 Jn 5,25-26 Jn 17,2) a toda la humanidad y a cada hombre.

En este sentido se puede y se debe decir que Jesucristo tiene, para el género humano y su historia, un significado y un valor singular y unico, solo de él propio, exclusivo, universal y absoluto. Jesús es, en efecto, el Verbo de Dios hecho hombre para la salvacion de todos. Recogiendo esta conciencia de fe, el Concilio Vaticano II ensena: " El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarno para que, Hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las cosas. El Senor es el fin de la historia humana, "punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la civilizacion", centro de la humanidad, gozo del corazon humano y plenitud total de sus aspiraciones. l es aquel a quien el Padre resucito, exalto y coloco a su derecha, constituyéndolo juez de vivos y de muertos ".45 " Es precisamente esta singularidad unica de Cristo la que le confiere un significado absoluto y universal, por lo cual, mientras esta en la historia, es el centro y el fin de la misma: "Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin" (Ap 22,13) ".46


Congregacion para la Doctrina de la Fe - INTRODUCCION