Congregacion para la Doctrina de la Fe - NOTIFICACION


CONGREGACION

PARA LA DOCTRINA DE LA FE

NOTIFICACION

sobre algunos escritos del

RVDO. P. MARCIANO VIDAL, C.Ss.R.

PREAMBULO

Una de las misiones encomendadas a la Congregacion para la Doctrina de la Fe es velar y custodiar la doctrina de la fe, para que el Pueblo de Dios se mantenga fiel a la ensenanza recibida. Por ello, en ocasiones, debe hacer juicio de doctrina y advertir, incluso con notificacion publica, sobre ambigüedades o errores expresados en algunas publicaciones de especial difusion que pueden danar la fe del Pueblo de Dios, en orden a su oportuna rectificacion. Tal notificacion, a veces resulta necesaria, aun cuando el autor se muestre bien dispuesto a rectificar o ya esté rectificando.

Después de un primer estudio del Diccionario de ética teologica, de La propuesta moral de Juan Pablo II. Comentario teologico-moral de la enciclica Veritatis Splendor y del libro Moral de Actitudes, tanto en la edicion original espanola, como en la ultima edicion italiana del Rvdo. P. Marciano Vidal C.Ss.R., la Congregacion, a causa de los errores y de las ambigüedades encontrados, de su difusion y, sobre todo, de su influencia en la formacion teologica, decidio emprender un estudio mas profundo de las obras citadas siguiendo el procedimiento ordinario, segun lo establecido en la Agendi Ratio in Doctrinarum Examine.

El 13 de diciembre de 1997 la Congregacion para la Doctrina de la Fe envio al Autor, a través del Rvdo. P. Joseph William Tobin, Superior General de la Congregacion del Santisimo Redentor, el texto de la Contestatio. sta comprendia una introduccion sobre la fundamentacion cristologica de la ética teologica, seguida de dos partes, dedicadas respectivamente a las cuestiones de caracter epistemologico (relacion entre la Sagrada Escritura, la Tradicion y el Magisterio; relacion entre el teologo y el Magisterio), y a los errores de caracter particular (Persona-Sexualidad-Bioética; Moral Social: Escatologia-Utopia).

El 4 de junio de 1998 se recibio el texto de la Respuesta redactada por el Rvdo. P. Marciano Vidal, ayudado por el Consejero elegido por él, y acompanada por una carta del Superior General. La Congregacion examino la Respuesta, considerandola insatisfactoria, y decidio ofrecer al Autor una nueva posibilidad de clarificar su pensamiento sobre los puntos en examen. Un nuevo texto, que comprendia algunas preguntas, fue presentado para aprobacion a la Sesion Ordinaria del 20 de enero de 1999, la cual decidio conceder al Autor los tres meses previstos por la Ratio Agendi. El Santo Padre, en la Audiencia concedida al Cardenal Prefecto el 5 de febrero de 1999, aprobo este modo de proceder y el texto apenas mencionado.

El nuevo texto, acompanado de una carta, se entrego al Superior General de la Congregacion del Santisimo Redentor en una reunion que tuvo lugar en la sede de este Dicasterio (7 de junio de 1999). En esta reunion se comunico el resultado del examen de la Respuesta, asi como la decision de la Congregacion para la Doctrina de la Fe, de caracter excepcional, de volver a formular los puntos en discusion, con objeto de facilitar una respuesta mas puntual y precisa. Ademas, después de manifestar la viva esperanza de que el P. Vidal viese la nueva oportunidad que se le concedia como una llamada a una mas profunda reflexion para su propio bien y para el bien de la Iglesia, en nombre de la cual desarrolla su servicio de docencia teologica, se determino que la respuesta del P. Vidal, redactada de forma personal, inequivoca y sucinta, debia llegar a la Congregacion para la Doctrina de la Fe antes del proximo 30 de septiembre.

Informado del nuevo paso emprendido por este Dicasterio, el P. Vidal, a través del propio Ordinario, aseguro que se atendria a cuanto la Congregacion le pedia. El 28 de septiembre de 1999 el Superior General entrego personalmente al cardenal Prefecto el texto de la Respuesta a las "Preguntas dirigidas al Rev. P. Marciano Vidal C.Ss.R.", junto con su parecer personal. El texto de la segunda Respuesta fue sometido al juicio de las instancias propias de la Congregacion, segun lo establecido por la Ratio Agendi.

El 10 de noviembre de 1999 la Sesion Ordinaria de la Congregacion, examinando todas las fases del estudio y toda la documentacion producida, considero concluido el procedimiento excepcional adoptado. La Congregacion para la Doctrina de la Fe acogio con satisfaccion la disponibilidad manifestada por el Autor para corregir las ambigüedades referentes a la procreacion artificial heterologa, al aborto terapéutico y eugenésico y a las leyes sobre el aborto, asi como su declarada adhesion al Magisterio de la Iglesia por lo que se refiere a los principios doctrinales, pero notando que el Autor no proponia modificaciones concretas y sustanciales a las otras posiciones erroneas senaladas en la Contestatio, juzgo necesario preparar una Notificacion. sta se le presentaria al Autor en una reunion, que se convocaria con el objeto de obtener el reconocimiento explicito de los errores y ambigüedades senalados, y de verificar la disponibilidad para corregir los libros, segun los principios declarados por el Autor y las modalidades establecidas por la Congregacion. Ademas, el texto de la Notificacion, completado con una relacion acerca de los resultados de la reunion con el Autor y aprobado por la Sesion Ordinaria, debia ser publicado. Estas resoluciones fueron confirmadas por el Santo Padre en la Audiencia concedida al Excmo. Secretario el 12 de noviembre de 1999.

El 2 de junio de 2000 tuvo lugar la prevista reunion con el Autor. A ella participaron el Emmo. Cardenal Prefecto, el Excmo. Secretario, S.E.R. Mons. Antonio Canizares Llovera, Arzobispo de Granada y Miembro de la Congregacion, que representaba a la Conferencia Episcopal Espanola, y algunos Delegados nombrados por el Dicasterio. Acompanaron al Rvdo. P. Vidal el Rvdo. P. Joseph William Tobin y el Rvdo. P. Joseph Pfab, C.Ss.R., antiguo Superior General, elegido como Consejero para esta ocasion. Comunicada formalmente la Notificacion, y después de un sereno y provechoso dialogo tanto sobre las cuestiones doctrinales cuanto sobre el procedimiento que habia sido fijado, el Rvdo. P. Marciano Vidal acepto el juicio doctrinal formulado por la Congregacion para la Doctrina de la Fe, y se comprometio formalmente a reelaborar sus escritos, segun los criterios establecidos.

Informados del resultado positivo de la reunion, los Emmos. e Ilmos. Miembros de la Sesion Ordinaria, el 14 de junio de 2000 y el 7 de febrero de 2001, consideraron satisfactoria la adhesion del Rvdo. P. Vidal y confirmaron las resoluciones tomadas anteriormente, es decir, que se publicara la presente Notificacion. Decidieron, ademas, que las ediciones de Moral de Actitudes (incluido el volumen sobre la moral social), del Diccionario de ética teologica y de La propuesta moral de Juan Pablo II, asi como sus traducciones a otros idiomas, anteriores a la fecha de esta Notificacion no pueden ser utilizados para la formacion teologica, y que el Autor debe reelaborar, especialmente Moral de Actitudes, bajo la supervision de la Comision Doctrinal de la Conferencia Episcopal Espanola. La presente Notificacion, con sus disposiciones correspondientes, ha sido comunicada, por medio del Superior General C.Ss.R., al P. Marciano Vidal, el cual la ha aceptado y firmado.

Con tal decision, con la que no se enjuicia al Autor ni su intencion, ni la totalidad de su obra o de su ministerio teologico, sino solo unos determinados escritos, se trata de buscar el bien de los fieles, de los pastores y de los profesores de teologia moral tanto del presente como del futuro, sobre todo de aquellos que han sido formados segun la teologia moral del Autor o que se reconocen en las mismas perspectivas teologico-morales, a fin de que se aparten de estos errores o lagunas en los que han sido formados o persisten todavia, con las consecuencias practicas que esto comporta en el ambito pastoral y ministerial.


NOTA DOCTRINAL


1.Valoracion general

El libro Moral de Actitudes consta de tres volumenes. En el primero se trata de la moral fundamental.(1) El segundo volumen se divide en dos tomos, dedicados, respectivamente, a la moral de la persona y bioética teologica(2) y a la moral del amor y de la sexualidad.(3) El tercer volumen se ocupa de la moral social.(4) El Diccionario de ética teologica(5) ofrece un tratamiento mas conciso de los principales conceptos y temas de la moral cristiana.

En Moral de Actitudes se advierte la preocupacion pastoral por el dialogo con "el hombre autonomo, secular y concreto".(6) En funcion de este objetivo se adopta una actitud benigna y comprensiva, atenta al caracter gradual y progresivo de la vida y de la educacion moral, y se busca una mediacion entre las posiciones consideradas extremas, teniendo presentes los datos ofrecidos por las ciencias humanas y por las diversas orientaciones culturales. Sin embargo, esta laudable preocupacion frecuentemente no alcanza su objetivo, porque predomina sobre aspectos que son esenciales y constitutivos de toda presentacion integral de la doctrina moral de la Iglesia; particularmente: el uso de una metodologia teologica correcta, la adecuada definicion de la moralidad objetiva de las acciones, la precision del lenguaje y la presentacion de argumentaciones completas.

Como afirma el Autor, Moral de Actitudes esta construido sobre la "opcion por el paradigma de la "autonomia teonoma" reinterpretado desde la "ética de liberacion"".(7) l se propone llevar a cabo una revision personal de ese paradigma, pero no consigue evitar algunos de los errores que contiene, que son sustancialmente los senalados por la Enc. Veritatis splendor.(8) El Autor no logra tener suficientemente en cuenta que la razon y la fe, aun siendo distintas, tienen un origen y un fin comunes, y que por tanto no se relacionan entre si solo para delimitar de modo siempre exclusivo y excluyente sus respectivos ambitos de competencia, o bien para extenderlos cada una en detrimento de la otra bajo una optica de emancipacion. La ""ratio" normativa"(9) no se entiende como algo que esta entre el hombre y Dios al modo de un anillo que los une,(10) sino mas bien como un diafragma que se interpone entre ellos, por lo que no resulta ya posible poner en la "Sabiduria divina" el fundamento ontologico (y, por ello, objetivo) de la competencia moral que todo hombre indudablemente posee,(11) ni admitir que la razon moral pueda ser "iluminada por la Revelacion divina y por la fe".(12)

Por ello el Autor afirma repetidas veces una de las tesis determinantes del planteamiento del libro: "lo propio y especifico del êthos cristiano no hay que buscarlo en el orden de los contenidos concretos del compromiso moral", sino "en el orden de la cosmovision que acompana" esos contenidos.(13) Solo a partir de estas afirmaciones se debe entender - como precisa el Autor - qué significa "la referencia a Jesús de Nazaret en cuanto horizonte o ambito nuevo de comprension y de vivencia de la realidad",(14) o bien en qué sentido se sostiene que la fe ofrece un "influjo", un "contexto", una "orientacion",(15) un "nuevo ambito de referencia" y una "dimension".(16) Aunque el Autor afirma ocasionalmente que "la Norma decisiva de la ética cristiana es Cristo" y que "no hay otra norma para el cristiano que el acontecimiento de Jesús de Nazaret".(17), su intento de fundamentacion cristologica no consigue conceder normatividad ética concreta a la revelacion de Dios en Cristo.(18) La fundamentacion cristologica de la ética se admite solamente en cuanto "redimensiona la normativa intramundana del personalismo de alteridad politica".(19)

La ética cristiana resultante es "una ética influida por la fe",(20) pero se trata de un influjo débil, porque se yuxtapone de hecho a una racionalidad secularizada enteramente proyectada sobre un plano horizontal. En Moral de Actitudes no se resalta suficientemente la dimension vertical ascendente de la vida moral cristiana, y grandes temas cristianos como la redencion, la cruz, la gracia, las virtudes teologales, la oracion, las bienaventuranzas, la resurreccion, el juicio, la vida eterna, ademas de estar poco presentes, no tienen casi influjo en la presentacion de los contenidos morales.

Consecuencia del modelo moral adoptado es la atribucion de un papel insuficiente a la Tradicion y al Magisterio moral de la Iglesia, que se filtran a través de las frecuentes "opciones" y "preferencias" del Autor.(21) En el comentario a la enciclica Veritatis splendor, de modo particular, se nota la concepcion deficiente de la competencia moral del Magisterio eclesiastico.(22) Aun informando a los lectores acerca de la doctrina eclesial, el Autor se separa criticamente de ella al proponer una solucion a los diversos problemas de ética especial, como se vera mas adelante.

Se debe senalar, en fin, la tendencia a utilizar el método del conflicto de valores o de bienes en el estudio de los diversos problemas éticos, asi como el papel desempenado por las referencias al nivel ontico o pre-moral.(23) Modos que llevan a tratar reductivamente algunos problemas teoricos y practicos, como son la relacion entre libertad y verdad, entre conciencia y ley, entre opcion fundamental y acciones concretas, los cuales no se resuelven positivamente por la falta de una toma de posicion coherente del Autor. En el plano practico, no se acepta la doctrina tradicional sobre las acciones intrinsecamente malas y sobre el valor absoluto de las normas que prohiben esas acciones.


2. Cuestiones particulares

El Autor afirma que los métodos interceptivos, es decir, aquéllos que actuan después de la fecundacion y antes de la anidacion, no son abortivos. Generalmente no se pueden considerar como medios licitos para controlar la natalidad,(24) pero son moralmente aceptables "en situaciones de notable gravedad, cuando es imposible el recurso a otros medios".(25) El Autor aplica este mismo criterio de juicio a la esterilizacion, afirmando que en algunas situaciones no ofrece dificultades morales, "ya que lo que se intenta es realizar de una manera responsable un valor humano".(26) En ambos casos se trata de valoraciones contrarias a la ensenanza de la Iglesia.(27)

El Autor sostiene que la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad posee cierta coherencia, pero no goza de suficiente fundamento biblico(28) y adolece de importantes condicionamientos (29) y ambigüedades.(30) En ella se encuentran los fallos que pueden advertirse "en todo el edificio historico de la ética sexual cristiana". (31) En la valoracion moral de la homosexualidad - anade el Autor - se debe "adoptar una actitud de provisionalidad", y desde luego "ha de formularse en clave de busqueda y apertura".(32) Para el homosexual irreversible un juicio cristiano coherente "no pasa necesariamente por la unica salida de una moral rigida: cambio a la heterosexualidad o abstinencia total".(33) Estos juicios morales no son compatibles con la doctrina catolica, para la que existe una valoracion perfectamente clara y firme sobre la moralidad objetiva de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.(34) El grado de imputabilidad subjetiva que esas relaciones puedan tener en cada caso concreto es una cuestion diversa, que no esta aqui en discusion.

El Autor sostiene que no se ha probado "la gravedad ex toto genere suo de la masturbacion".(35) Ciertas condiciones personales son en realidad elementos objetivos de ese comportamiento, por lo "que no es correcto hacer "abstraccion objetiva" de los condicionamientos personales y formar una valoracion universalmente valida desde el punto de vista objetivo".(36) "No todo acto de masturbacion es "materia objetivamente grave"".(37) Seria incorrecto el juicio de la doctrina moral catolica de que los actos autoeroticos son objetivamente acciones intrinsecamente malas.(38)

Con relacion a la procreacion responsable, considera el Autor que ninguno de los métodos actuales para regular los nacimientos reune una bondad absoluta. "Es incoherente y arriesgado inclinar la valoracion moral por un método determinado".(39) Aunque el Magisterio de la Iglesia tiene el cometido de orientar positiva y negativamente el empleo de las soluciones concretas,(40) en casos de conflicto "seguira siendo valido el principio basico de la inviolabilidad de la conciencia moral".(41) Pero incluso fuera de los casos conflictivos, "la utilizacion moral de los métodos estrictamente anticonceptivos ha de ser objeto de responsable discernimiento de los conyuges".(42) Entre los diversos criterios ofrecidos por el Autor para guiar ese discernimiento, (43) no se encuentra el valor objetivo y vinculante de la norma moral contenida en la Humanae vitae (44) y en los demas documentos del Magisterio pontificio anteriores (45) y posteriores a ella. (46)

Sobre la fecundacion in vitro homologa el Autor se separa de la doctrina eclesial. (47) "Por lo que respecta a la fecundacion completamente intraconyugal ("caso simple"), creemos que no puede ser descartada...".(48) Si se neutraliza todo lo posible la probabilidad de riesgos para el nascituro, si existe una razonable proporcion entre los fracasos y el éxito fundadamente esperado, y se respeta la condicion humana del embrion, "la fecundacion artificial homologa no puede ser declarada en principio como inmoral".(49 )

Sobre otros problemas de moral especial, Moral de Actitudes contiene juicios ambiguos. Es el caso, por ejemplo, de la inseminacion artificial por parte de personas casadas con semen de un donador,(50) o bien el de la fecundacion in vitro heterologa(51) y el aborto. Es verdad que el autor da una valoracion moral negativa del aborto en términos generales, pero su posicion acerca del aborto terapéutico es ambigua:(52) al sostener la posibilidad de ciertas intervenciones médicas en algunos casos mas dificiles, no se entiende claramente si se esta refiriendo a lo que tradicionalmente se llamaba "aborto indirecto", o si en cambio admite también la licitud de intervenciones no comprendidas en la categoria tradicional mencionada. No menos ambigua es su posicion sobre el aborto eugenésico.(53) Por lo que se refiere a las leyes abortistas, el Autor explica correctamente que el aborto no se puede considerar como contenido de un derecho individual,(54) pero a continuacion anade que "no toda liberalizacion juridica .del aborto es contraria frontalmente a la ética".(55) Parece que se refiere a las leyes que permiten una cierta despenalizacion del aborto.(56) Pero, dado que existen diversos modos de despenalizar el aborto - algunos de los cuales equivalen, en la practica, a su legalizacion, mientras que ninguno de los demas es, en todo caso, aceptable segun la doctrina catolica(57) - y que el contexto no es suficientemente claro, al lector no le es posible entender qué tipo de leyes despenalizadoras del aborto se consideran "no contrarias frontalmente a la ética".

La Congregacion para la Doctrina de la Fe, considerando con satisfaccion los pasos dados por el Autor y su disponibilidad para seguir los textos del Magisterio, confia en que, mediante su colaboracion con la Comision Doctrinal de la Conferencia Episcopal Espanola, se llegue a un manual apto para la formacion de los estudiantes de teologia moral.

La Congregacion, con esta Notificacion, desea al mismo tiempo animar a los teologos moralistas a proseguir en el camino de renovacion de la Teologia moral, en especial de profundizacion en la moral fundamental y de rigor en el método teologico-moral, conforme a las ensenanzas de Veritatis splendor, y con ese verdadero sentido de responsabilidad eclesial.

El Sumo Pontifice Juan Pablo II, en el transcurso de la Audiencia concedida al suscrito Cardenal Prefecto el 9 de febrero de 2001, a la luz de los pasos dados, ha confirmado Su aprobacion a la presente Notificacion, decidida en la Sesion Ordinaria del Dicasterio, y ha ordenado que sea publicada.

Dado en Roma, en la sede de la Congregacion para la Doctrina de la Fe, el 22 de febrero de 2001, Fiesta de la Catedra de San Pedro Apostol.

+ Joseph Card. Ratzinger

Prefecto

+ Tarcisio Bertone, S.D.B.

Arzobispo emérito de Vercelli

Secretario


CONGREGACION

PARA LA DOCTRINA DE LA FE

A proposito de la NOTIFICACION de la

Congregacion para la Doctrina de la Fe

sobre algunos escritos del

RVDO. P. MARCIANO VIDAL, C.Ss.R.


1. La teologia moral ha suscitado en la vida de la Iglesia de los ultimos decenios un interés que no conocia desde hacia mucho tiempo. Son muchas las causas que explican este fenomeno. La atencion concedida por el Concilio Vaticano II a la persona humana y a los problemas que atormentan su corazon; la nueva percepcion de la dignidad de la conciencia y del respeto que se le debe; la necesidad de renovar la teologia moral segun un modelo que se adecue mejor a la Alianza de Dios con su Pueblo, cuyo centro es la persona de Cristo; la consolidacion de una antropologia de indole mas personalista; el redes-cubrimiento del caracter vocacional del matrimonio cristiano; los grandes desafios planteados a la ciencia y a la cultura por las conquistas en el campo de la bio-ingenieria. stos son algunos de los elementos que han contribuido a concentrar la atencion de los teologos sobre la moral.


2. Si se consideran los resultados adquiridos en este ambito, es indiscutible que se ha alcanzado un progreso considerable. Aun sin mencionar las respuestas inéditas - pero no por ello menos conformes a la "mente de Cristo" (1Co 2,16) - ofrecidas tanto a viejos como a nuevos problemas, no es posible ignorar multiples indicios concretos de renovacion. Entre éstos cabe senalar el descubrimiento, por parte de muchos fieles, de la grandeza de la vocacion cristiana y de la profunda e inalterable alegria ligada al compromiso pleno y definitivo con ella; un anuncio del Evangelio que no teme proclamar con claridad las mas altas exigencias de las 'Bienaventuranzas', como camino ordinario de la vida cristiana al servicio de la gloria del Padre y de los hermanos que el Padre atrae hacia Si (cfr. Jn 6,44); la fortaleza de numerosos cristianos para afirmar la propia identidad, cuando llega el momento de dialogar con personas que no comparten sus convicciones, fortaleza que no rehuye, si es necesario, el martirio, expresion sublime de la moral cristiana; el entusiasmo de las nuevas generaciones de teologos en el aprendizaje y en el ejercicio de su 'vocacion'.

De este florecimiento y de sus frutos, Juan Pablo II ha dejado constancia en su enciclica Veritatis splendor: "El esfuerzo de muchos teologos, alentados por el Concilio, ya ha dado sus frutos con interesantes y utiles reflexiones sobre las verdades de la fe que hay que creer y aplicar a la vida, presentadas de manera mas adecuada a la sensibilidad y a los interrogantes de los hombres de nuestro tiempo".(1)


3. Hay otro aspecto que conviene considerar. En un clima de efervescencia intelectual, como el que la teologia moral ha conocido en el pasado y todavia conoce, se requiere un esfuerzo especial en quien, como el teologo moralista, se ve implicado en primera persona: el esfuerzo para no perder el sentido del equilibrio y de la mesura inherente a su vocacion. sta ultima comporta, en efecto, la referencia a dos polos inseparables: el respeto a la verdad integra debido al Pueblo de Dios, y una fuerte union con el Magisterio de la Iglesia, depositario del deber de mantener, mediante el Espiritu del Resucitado (cfr. Jn 16,13), al Pueblo de Dios en una fidelidad viva a la verdad, a través del tiempo y de las mas variadas circunstancias.

Es oportuno detenerse sobre la apenas mencionada vocacion del teologo moralista, para precisar todavia mas su contorno. La tarea del teologo moralista es indispensable para la realidad viva de la Iglesia. A él le corresponde escrutar todo lo que podria hacer la vida segun "la verdad con caridad" (Ep 4,15) mas limpia, mas trasparente y mas accesible a los creyentes. Con él comienza el discernimiento entre los verdaderos y los falsos problemas. l explora "la Palabra de Dios contenida en la Escritura inspirada y transmitida por la Tradicion viva de la Iglesia"(2) con objeto de extraer la luz necesaria para resolver las dificultades que se presentan.

Estas lineas generales se podrian completar con las consideraciones mas especificas que la Enciclica Veritatis splendor propone al respecto.(3) Sin necesidad de descender a mas detalles, es util recordar que el trabajo de inteligencia de la fe y de las costumbres confiado al teologo moralista no es un bloque monolitico, cerrado en si mismo. Es esencialmente un servicio que se propone favorecer tanto el crecimiento del Pueblo de Dios en el bien, cuanto la colaboracion con el Magisterio en el ejercicio de su mision de instancia ultima de la verdad en la Iglesia.


4. Con respecto a las relaciones entre el teologo y el Magisterio, se puede constatar la existencia de algunas tensiones. stas no deben ser siempre interpretadas necesariamente como expresion de posiciones inconciliableso de latentes rupturas, sino como resultado de modos diferentes de acercarse a una misma verdad, siempre dificil de aferrar en toda su complejidad y riqueza.

Cabria recordar, en la historia reciente de la Iglesia, las tensiones que existieron entre algunos teologos y el Magisterio en los anos 50. Esas tensiones - como ha reconocido el mismo Magisterio - revelaron su fecundidad sucesivamente, hasta el punto de convertirse en estimulo para el Concilio Vaticano II. Admitir las tensiones no significa descuido o indiferencia. Se trata, mas bien, de la "paciencia de la maduracion",(4) que la tierra requiere para permitir que la semilla germine y produzca nuevos frutos. Dejando de lado la metafora, se reconoce la necesidad de dejar que las nuevas ideas se adecuen gradualmente al patrimonio doctrinal de la Iglesia, para abrirlo después a las riquezas insospechables que contenia dentro de si. El Magisterio adopta prudentemente esta actitud y le concede particular relieve, porque sabe que de ese modo se alcanzan las comprensiones mas profundas de la Verdad para el mayor bien de los fieles. Es la actitud de Juan Pablo II cuando, en la enciclica citada, se abstiene de "imponer a los fieles ningun sistema teologico particular".(5) Llegara la hora de la poda y del discernimiento, pero nunca antes de que surja y se abra lo que esta germinando.(6)


5. Junto a la tension, puede surgir por desgracia la oposicion. sta existe cuando la busqueda de la verdad se realiza con detrimento del patrimonio doctrinal de la Iglesia y cristaliza en tesis ambiguas o claramente erroneas. La vigilancia realizada en este caso por los Pastores pertenece a la funcion que el Senor les confio de mantener intacto el "deposito de la fe" para el bien de toda la Iglesia.(7)

En efecto, considerada mas de cerca, la actitud de oposicion es nociva para todos. Ante todo para el teologo, el cual, negadas algunas verdades, se expone a caer en otros errores que podrian llevarlo a cerrarse a la Verdad. Ademas es perjudicial para el Pueblo de Dios, que ve amenazado su acceso a la plena verdad cristiana, a la que tiene un derecho inalienable. Por ultimo, para los Pastores de la Iglesia, que sin una sana teologia, se ven privados de una ayuda para cumplir todavia mejor la tarea que el Senor les ha confiado. Cuando vigila sobre el "deposito" revelado (cfr. 1Tm 6,20 2Tm 1,12), el Magisterio no desea destruir, sino enderezar para edificar. San Pablo lo decia a Timoteo (cfr. 2Tm 4,2) y Juan Pablo II lo reafirma cuando propone a la consideracion de los moralistas algunas verdades que pertenecen al 'patrimonio moral' de la Iglesia.(8)


6. El resultado positivo de la vigilancia de los Pastores de la Iglesia se extiende a la comunidad teologica de la que forma parte el P. Marciano Vidal. Lo que se dice ahora constituye, para los demas miembros de esa comunidad, la ocasion de examinar sus contribuciones a la luz de lo que el Magisterio reconoce, en este caso particular, como perteneciente o no al "deposito" confiado a la Iglesia. A este respecto, la presente Notificacion contiene preciosas indicaciones, algunas de las cuales son de gran importancia.

La primera de ellas es sin duda el lugar central que ocupa la persona de Cristo en la teologia moral catolica. Aun reconociendo el valor de la recta ratio para conocer al hombre, Cristo es sin embargo el punto de referencia indispensable y definitivo para adquirir un conocimiento integro de la persona humana, que sera después el fundamento de un obrar moral integral, en elque no hay dicotomia alguna entre lo que depende del humanum y lo queprocede de la fe.

Tras las huellas del Concilio Vaticano II, la Enciclica Veritatis splendor ha sido explicita sobre este punto. A Cristo se acerca el "joven rico" para recibir una ensenanza acerca de si mismo y de lo que debe hacer para adecuarse a su propia identidad y encontrar el verdadero bien, es decir, el que consiste en realizarse segun el designio de Dios (cfr. Mt 19,16-21).(9)

Una segunda indicacion importante, derivada directamente de la anterior, es la dignidad intangible de la sexualidad humana. En un contexto marcado por la exasperada sexualidad prevalente en nuestro mundo, el contorno de su auténtico significado puede facilmente difuminarse. Por ello, el moralista cristiano puede sentir la tentacion de resolver los viejos y nuevos problemas con respuestas que son mas conformes a la sensibilidad y las expectativas del mundo que a la "mente de Cristo" (cfr. 1Co 2,16). Como sucede frecuentemente en las cuestiones doctrinales objeto de discusion, la solucion buena es aqui la lectio difficilior. Como el Magisterio ha demostrado en diversas ocasiones y en diferentes contextos, no es posible aceptar ninguna transaccion en este ambito. La vocacion cristiana, en sus diversos estados de vida, encuentra su condicion de posibilidad en una sexualidad humana integral.

A la luz de estas observaciones se entiende el motivo por el que la Iglesia considera la masturbacion y las relaciones sexuales de tipo homosexual como actos objetivamente graves.(10) Y en la misma optica la Iglesia invita a los esposos cristianos a la paternidad responsable en el respeto de la "inseparable conexion", querida por el Creador y Redentor del hombre, entre los dos significados, unitivo y procreativo, del acto conyugal.(11)

Las mismas razones se encuentran en la ensenanza del Magisterio sobre la fecundacion artificial homologa. En efecto, por una parte se trata de los actos propios de los esposos como unico lugar digno de la procreacion humana y, por otra, de la necesidad de evitar cualquier forma de manipulacion del embrion humano.(12) Por lo que se refiere al respeto incondicional debido al embrion, no es suficiente afirmar la inmoralidad global del aborto, para después atenuar confusamente ese principio cuando se trata de aplicarlo a casos concretos particularmente complejos. Sobre este punto, la Iglesia ha reivindicado siempre una absoluta coherencia y continua a hacerlo con creciente insistencia.(13) Ateniéndose firmemente al principio de la integridad de la sexualidad humana y al del respeto de la vida, conectado con el primero, la Iglesia no oprime al hombre. Mas bien, lo valoriza; y lo hace sobre la base de la idea que Jesucristo y la Tradicion apostolica han tenido del hombre, a pesar del contexto cultural de su tiempo.


7. Una Notificacion como la que el presente texto se ha propuesto comentar es siempre un evento importante en la vida de la Iglesia. Lo es en primer lugar para la persona inmediatamente interpelada, pero también para el entero Cuerpo eclesial, del cual el teologo en cuestion es y continua siendo miembro. En casos semejantes se pueden usar los términos 'destruir', pero también 'construir', 'edificar' (cfr. 2Co 10,8 2Co 13,10). A primera vista, el verbo 'destruir' puede parecer el mas adecuado, pero a largo plazo y a la luz del amor invencible del Senor, el 'construir' prevalecera y suscitara la inalterable alegria de haber perseverado en la verdad hasta el final (cfr. 2Jn 2). En esto consiste la esperanza de la Iglesia: "nosotros sabemos que todas las cosas cooperan para el bien de los que aman a Dios, los que segun su designio son llamados" (Rm 8,28).

(15 de mayo de 2001)

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(1) Juan Pablo II, Enciclica Veritatis splendor (6 de agosto de 1993), n. 29: AAS 85 (1993) 1157.

(2) Congregacion para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum veritatis (24 de mayo de 1990), n. 6: AAS 82 (1990) 1552.

(3) Cfr. Enc. Veritatis splendor, nn. 111-113: AAS 85 (1993) 1220-1222.

(4) Esta expresion se toma de la Instr. Donum veritatis, n. 11 (AAS 82 [1990] 1555), que la utiliza para describir la actitud que debe adoptar el teologo si desea que su audaz investigacion de la verdad dentro de la fe eclesial pueda dar frutos y "edificar".

(5) Enc. Veritatis splendor, n. 29: AAS 85 (1993) 1157.

(6) La reciente Declaracion de la Congregacion para la Doctrina de la Fe, Dominus Iesus (6 de agosto de 2000) describe bien este proceso, aplicandolo al importante problema del dialogo interreligioso: "En la practica y en la profundizacion teorica del dialogo entre la fe cristiana y las otras tradiciones religiosas surgen cuestiones nuevas, las cuales se trata de afrontar recorriendo nuevas pistas de busqueda, adelantando propuestas y sugiriendo comportamientos, que necesitan un cuidadoso discernimento" (n. 3: AAS 92 [2000] 744).

(7) Cfr. Instr. Donum veritatis, n. 14: AAS 82 (1990) 1556.

(8) Cfr. Enc. Veritatis splendor, n. 4: AAS 85 (1993) 1135-1137.

(9) Cfr. Enc. Veritatis splendor, nn. 2. 6-7: AAS 85 (1993) 1134-1135; Juan Pablo II, Enc. Redemptor hominis (4 de marzo de 1979), n. 10: AAS 71 (1979) 274.

(10) Cfr. Congregacion para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana (29 de diciembre de 1975), nn. 8-9: AAS 68 (1976) 84-87; Carta Homosexualitatis problema (1 de octubre de 1986), nn. 3-8: AAS 79 (1987) 544-548; Catecismo de la Iglesia Catolica, nn. 2352. 2357-2359. 2396.

(11) Cfr. Pablo VI, Enc. Humanae vitae (25 de julio de 1968), nn. 11-14: AAS 60 (1968) 488-491; Juan Pablo II, Exhort. Apost. Familiaris consortio (22 de noviembre de 1981), n. 32: AAS 74 (1982) 118-120; Catecismo de la Iglesia Catolica, nn. 2370 y 2399.

(12) Congregacion para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae (22 de febrero de 1987), n. II,B,5: AAS 80 (1988) 92-94.

(13) Juan Pablo II, Enc. Evangelium vitae (25 de marzo de 1995), nn. 58-62: AAS 87 (1995)466-472.


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