Compendio catecismo 38

38

¿Con qué nombre se revela Dios?

(CEC 203-205 CEC 230-231)

Dios se revela a Moisés como el Dios vivo: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob» (Ex 3,6). Al mismo Moisés Dios le revela su Nombre misterioso: «Yo soy el que soy (YHWH)» (Ex 3,14). El nombre inefable de Dios, ya en los tiempos del Antiguo Testamento, fue sustituido por la palabra Señor. De este modo en el Nuevo Testamento, Jesús, llamado el Señor, aparece como verdadero Dios.


39

¿Sólo Dios «es»?

(CEC 212-213)

Mientras las criaturas han recibido de Él todo su ser y su poseer, sólo Dios es en sí mismo la plenitud del ser y de toda perfección. Él es «el que es», sin origen y sin fin. Jesús revela que también Él lleva el Nombre divino, «Yo soy» (Jn 8,28).


40

¿Por qué es importante la revelación del nombre de Dios?

(CEC 206-213)

Al revelar su Nombre, Dios da a conocer las riquezas contenidas en su misterio inefable: sólo Él es, desde siempre y por siempre, el que transciende el mundo y la historia. Él es quien ha hecho cielo y tierra. Él es el Dios fiel, siempre cercano a su pueblo para salvarlo. Él es el Santo por excelencia, «rico en misericordia» (Ep 2,4), siempre dispuesto al perdón. Dios es el Ser espiritual, trascendente, omnipotente, eterno, personal y perfecto. Él es la verdad y el amor.

«Dios es el ser infinitamente perfecto que es la Santísima Trinidad» (Santo Toribio de Mogrovejo)


41

¿En qué sentido Dios es la verdad?

(CEC 214-217 CEC 231)

Dios es la Verdad misma y como tal ni se engaña ni puede engañar. «Dios es luz, en Él no hay tiniebla alguna» (1Jn 1,5). El Hijo eterno de Dios, sabiduría encarnada, ha sido enviado al mundo «para dar testimonio de la Verdad» (Jn 18,37).


42

¿De qué modo Dios revela que Él es amor?

(CEC 218-221)

Dios se revela a Israel como Aquel que tiene un amor más fuerte que el de un padre o una madre por sus hijos o el de un esposo por su esposa. Dios en sí mismo «es amor» (1Jn 4,8 1Jn 4,16), que se da completa y gratuitamente; que «tanto amó al mundo que dio a su Hijo único para que el mundo se salve por él» (Jn 3,16-17). Al mandar a su Hijo y al Espíritu Santo, Dios revela que Él mismo es eterna comunicación de amor.


43

¿Qué consecuencias tiene creer en un solo Dios?

(CEC 222-227 CEC 229)

Creer en Dios, el Único, comporta: conocer su grandeza y majestad; vivir en acción de gracias; confiar siempre en Él, incluso en la adversidad; reconocer la unidad y la verdadera dignidad de todos los hombres, creados a imagen de Dios; usar rectamente de las cosas creadas por Él.


44

¿Cuál es el misterio central de la fe y de la vida cristiana?

(CEC 232-237)

El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


45

¿Puede la razón humana conocer, por sí sola, el misterio de la Santísima Trinidad?

(CEC 237)

Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el Antiguo Testamento, pero la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este misterio ha sido revelado por Jesucristo, y es la fuente de todos los demás misterios.


46

¿Qué nos revela Jesucristo acerca del misterio del Padre?

(CEC 240-243)

Jesucristo nos revela que Dios es «Padre», no sólo en cuanto es Creador del universo y del hombre sino, sobre todo, porque engendra eternamente en su seno al Hijo, que es su Verbo, «resplandor de su gloria e impronta de su sustancia» (He 1,3).


47

¿Quién es el Espíritu Santo, que Jesucristo nos ha revelado?

(CEC 243-248)

El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Santísima Trinidad. Es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo; «procede del Padre» (Jn 15,26), que es principio sin principio y origen de toda la vida trinitaria. Y procede también del Hijo (Filioque), por el don eterno que el Padre hace al Hijo. El Espíritu Santo, enviado por el Padre y por el Hijo encarnado, guía a la Iglesia hasta el conocimiento de la «verdad plena» (Jn 16,13).


48

¿Cómo expresa la Iglesia su fe trinitaria?

(CEC 249-256 CEC 266)

La Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a la plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.


49

¿Cómo obran las tres divinas Personas?

(CEC 257-260 CEC 267)

Inseparables en su única sustancia, las divinas Personas son también inseparables en su obrar: la Trinidad tiene una sola y misma operación. Pero en el único obrar divino, cada Persona se hace presente según el modo que le es propio en la Trinidad.

«Dios mío, Trinidad a quien adoro... pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin reservas a tu acción creadora» (Beata Isabel de la Trinidad)


50

¿Qué significa que Dios es Todopoderoso?

(CEC 268-278)

Dios se ha revelado como «el Fuerte, el Valeroso» (Ps 24,8), aquel para quien «nada es imposible» (Lc 1,37). Su omnipotencia es universal, misteriosa y se manifiesta en la creación del mundo de la nada y del hombre por amor, pero sobre todo en la Encarnación y en la Resurrección de su Hijo, en el don de la adopción filial y en el perdón de los pecados. Por esto la Iglesia en su oración se dirige a «Dios todopoderoso y eterno» («Omnipotens sempiterne Deus...»).


51

¿Por qué es importante afirmar que «en el principio Dios creó el cielo y la tierra» (GN 1,1)?

(CEC 279-289 CEC 315)

Es importante afirmar que en el principio Dios creó el cielo y la tierra (Gn 1,1) porque la creación es el fundamento de todos los designios salvíficos de Dios; manifiesta su amor omnipotente y lleno de sabiduría; es el primer paso hacia la Alianza del Dios único con su pueblo; es el comienzo de la historia de la salvación, que culmina en Cristo; es la primera respuesta a los interrogantes fundamentales sobre nuestro origen y nuestro fin.


52

¿Quién ha creado el mundo?

(CEC 290-292 CEC 316)

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son el principio único e indivisible del mundo, aunque la obra de la Creación se atribuye especialmente a Dios Padre.


53

¿Para qué ha sido creado el mundo?

(CEC 293-294 CEC 319)

El mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser «todo en todos» (1Co 15,28), para gloria suya y para nuestra felicidad.

«Porque la gloria de Dios es el que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de Dios» (San Ireneo de Lyon)


54

¿Cómo ha creado Dios el universo?

(CEC 295-301 CEC 317-320)

Dios ha creado el universo libremente con sabiduría y amor. El mundo no es el fruto de una necesidad, de un destino ciego o del azar. Dios crea «de la nada» (–ex nihilo–: 2M 7,28) un mundo ordenado y bueno, que Él transciende de modo infinito. Dios conserva en el ser el mundo que ha creado y lo sostiene, dándole la capacidad de actuar y llevándolo a su realización, por medio de su Hijo y del Espíritu Santo.


55

¿En qué consiste la Providencia divina?

(CEC 302-306 CEC 321)

La divina Providencia consiste en las disposiciones con las que Dios conduce a sus criaturas a la perfección última, a la que Él mismo las ha llamado. Dios es el autor soberano de su designio. Pero para realizarlo se sirve también de la cooperación de sus criaturas, otorgando al mismo tiempo a éstas la dignidad de obrar por sí mismas, de ser causa unas de otras.


56

¿Cómo colabora el hombre con la Providencia divina?

(CEC 307-308 CEC 323)

Dios otorga y pide al hombre, respetando su libertad, que colabore con la Providencia mediante sus acciones, sus oraciones, pero también con sus sufrimientos, suscitando en el hombre «el querer y el obrar según sus misericordiosos designios» (Ph 2,13).


57

Si Dios es todopoderoso y providente ¿por qué entonces existe el mal?

(CEC 309-310 CEC 324 CEC 400)

Al interrogante, tan doloroso como misterioso, sobre la existencia del mal solamente se puede dar respuesta desde el conjunto de la fe cristiana. Dios no es, en modo alguno, ni directa ni indirectamente, la causa del mal. Él ilumina el misterio del mal en su Hijo Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal moral, que es el pecado de los hombres y que es la raíz de los restantes males.


58

¿Por qué Dios permite el mal?

(CEC 311-314 CEC 324)

La fe nos da la certeza de que Dios no permitiría el mal si no hiciera salir el bien del mal mismo. Esto Dios lo ha realizado ya admirablemente con ocasión de la muerte y resurrección de Cristo: en efecto, del mayor mal moral, la muerte de su Hijo, Dios ha sacado el mayor de los bienes, la glorificación de Cristo y nuestra redención.

El cielo y la tierra



59

¿Qué ha creado Dios?

(CEC 325-327)

La Sagrada Escritura dice: «en el principio creó Dios el cielo y la tierra» (Gn 1,1). La Iglesia, en su profesión de fe, proclama que Dios es el creador de todas las cosas visibles e invisibles: de todos los seres espirituales y materiales, esto es, de los ángeles y del mundo visible y, en particular, del hombre.


60

¿Quiénes son los ángeles?

(CEC 328-333 CEC 350-351)

Los ángeles son criaturas puramente espirituales, incorpóreas, invisibles e inmortales; son seres personales dotados de inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando cara a cara incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus mensajeros en el cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres.


61

¿De qué modo los ángeles están presentes en la vida de la Iglesia?

(CEC 334-336 CEC 352)

La Iglesia se une a los ángeles para adorar a Dios, invoca la asistencia de los ángeles y celebra litúrgicamente la memoria de algunos de ellos.

«Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida» (San Basilio Magno)



62

¿Qué enseña la Sagrada Escritura sobre la Creación del mundo visible?

(CEC 337-344)

A través del relato de los «seis días» de la Creación, la Sagrada Escritura nos da a conocer el valor de todo lo creado y su finalidad de alabanza a Dios y de servicio al hombre. Todas las cosas deben su propia existencia a Dios, de quien reciben la propia bondad y perfección, sus leyes y lugar en el universo.


63

¿Cuál es el lugar del hombre en la Creación?

(CEC 343-344 CEC 353)

El hombre es la cumbre de la Creación visible, pues ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.


64

¿Qué tipo de relación existe entre las cosas creadas?

(CEC 342 CEC 354)

Entre todas las criaturas existe una interdependencia y jerarquía, queridas por Dios. Al mismo tiempo, entre las criaturas existe una unidad y solidaridad, porque todas ellas tienen el mismo Creador, son por Él amadas y están ordenadas a su gloria. Respetar las leyes inscritas en la creación y las relaciones que dimanan de la naturaleza de las cosas es, por lo tanto, un principio de sabiduría y un fundamento de la moral.


65

¿Qué relación existe entre la obra de la Creación y la de la Redención?

(CEC 345-349)

La obra de la Creación culmina en la obra aún más grande de la Redención. Con ésta, de hecho, se inicia la nueva Creación, en la cual todo hallará de nuevo su pleno sentido y cumplimiento.

El hombre



66

¿En qué sentido el hombre es creado «a imagen de Dios?»

(CEC 355-357)

El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de que es capaz de conocer y amar libremente a su propio Creador. Es la única criatura sobre la tierra a la que Dios ama por sí misma, y a la que llama a compartir su vida divina, en el conocimiento y en el amor. El hombre, en cuanto creado a imagen de Dios, tiene la dignidad de persona: no es solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de darse libremente y de entrar en comunión con Dios y las otras personas.


67

¿Para qué fin ha creado Dios al hombre?

(CEC 358-359)

Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido creado para conocer, servir y amar a Dios, para ofrecer en este mundo toda la Creación a Dios en acción de gracias, y para ser elevado a la vida con Dios en el cielo. Solamente en el misterio del Verbo encarnado encuentra verdadera luz el misterio del hombre, predestinado a reproducir la imagen del Hijo de Dios hecho hombre, que es la perfecta «imagen de Dios invisible» (Col 1,15).


68

¿Por qué los hombres forman una unidad?

(CEC 360-361)

Todos los hombres forman la unidad del género humano por el origen común que les viene de Dios. Además Dios ha creado «de un solo principio, todo el linaje humano» (Ac 17,26). Finalmente, todos tienen un único Salvador y todos están llamados a compartir la eterna felicidad de Dios.


69

¿De qué manera el cuerpo y el alma forman en el hombre una unidad?

(CEC 362-365 CEC 382)

La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y espiritual. En el hombre el espíritu y la materia forman una única naturaleza. Esta unidad es tan profunda que, gracias al principio espiritual, que es el alma, el cuerpo, que es material, se hace humano y viviente, y participa de la dignidad de la imagen de Dios.


70

¿Quién da el alma al hombre?

(CEC 366-368 CEC 382)

El alma espiritual no viene de los progenitores, sino que es creada directamente por Dios, y es inmortal. Al separarse del cuerpo en el momento de la muerte, no perece; se unirá de nuevo al cuerpo en el momento de la resurrección final.


71

¿Qué relación ha establecido Dios entre el hombre y la mujer?

(CEC 369-373 CEC 383)

El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto personas humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca complementariedad en cuanto varón y mujer. Dios los ha querido el uno para el otro, para una comunión de personas. Juntos están también llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio «una sola carne» (Gn 2,24), y a dominar la tierra como «administradores» de Dios.


72

¿Cuál era la condición original del hombre según el designio de Dios?

(CEC 374-379 CEC 384)

Al crear al hombre y a la mujer, Dios les había dado una especial participación de la vida divina, en un estado de santidad y justicia. En este proyecto de Dios, el hombre no habría debido sufrir ni morir. Igualmente reinaba en el hombre una armonía perfecta consigo mismo, con el Creador, entre hombre y mujer, así como entre la primera pareja humana y toda la Creación.

La caída



73

¿Cómo se comprende la realidad del pecado?

(CEC 385-389)

En la historia del hombre está presente el pecado. Esta realidad se esclarece plenamente sólo a la luz de la divina Revelación y, sobre todo, a la luz de Cristo, el Salvador de todos, que ha hecho que la gracia sobreabunde allí donde había abundado el pecado.


74

¿Qué es la caída de los ángeles?

(CEC 391-395 CEC 414)

Con la expresión «la caída de los ángeles» se indica que Satanás y los otros demonios, de los que hablan la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia, eran inicialmente ángeles creados buenos por Dios, que se transformaron en malvados porque rechazaron a Dios y a su Reino, mediante una libre e irrevocable elección, dando así origen al infierno. Los demonios intentan asociar al hombre a su rebelión contra Dios, pero Dios afirma en Cristo su segura victoria sobre el Maligno.


75

¿En qué consiste el primer pecado del hombre?

(CEC 396-403 CEC 415-417)

El hombre, tentado por el diablo, dejó apagarse en su corazón la confianza hacia su Creador y, desobedeciéndole, quiso «ser como Dios» (Gn 3,5), sin Dios, y no según Dios. Así Adán y Eva perdieron inmediatamente, para sí y para todos sus descendientes, la gracia de la santidad y de la justicia originales.


76

¿Qué es el pecado original?

(CEC 404 CEC 419)

El pecado original, en el que todos los hombres nacen, es el estado de privación de la santidad y de la justicia originales. Es un pecado «contraído» no «cometido» por nosotros; es una condición de nacimiento y no un acto personal. A causa de la unidad de origen de todos los hombres, el pecado original se transmite a los descendientes de Adán con la misma naturaleza humana, «no por imitación sino por propagación». Esta transmisión es un misterio que no podemos comprender plenamente.


77

¿Qué otras consecuencias provoca el pecado original?

(CEC 405-409 CEC 418)

Como consecuencia del pecado original, la naturaleza humana, aun sin estar totalmente corrompida, se halla herida en sus propias fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al poder de la muerte, e inclinada al pecado. Esta inclinación al mal se llamaconcupiscencia.


78

¿Qué ha hecho Dios después del primer pecado del hombre?

(CEC 410-412 CEC 420)

Después del primer pecado, el mundo ha sido inundado de pecados, pero Dios no ha abandonado al hombre al poder de la muerte, antes al contrario, le predijo de modo misterioso –en el «Protoevangelio» (Gn 3,15)– que el mal sería vencido y el hombre levantado de la caída. Se trata del primer anuncio del Mesías Redentor. Por ello, la caída será incluso llamada feliz culpa, porque «ha merecido tal y tan grande Redentor» (Liturgia de la Vigilia pascual).

  CAPÍTULO SEGUNDO

CREO EN JESUCRISTO, HIJO ÚNICO DE DIOS


79

¿Cuál es la Buena Noticia para el hombre?

(CEC 422-424)

La Buena Noticia es el anuncio de Jesucristo, «el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16), muerto y resucitado. En tiempos del rey Herodes y del emperador César Augusto, Dios cumplió las promesas hechas a Abraham y a su descendencia, enviando «a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la Ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva» (Ga 4,4-5).


80

¿Cómo se difunde esta Buena Noticia?

(CEC 425-429)

Desde el primer momento, los discípulos desearon ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos los hombres a la fe en Él. También hoy, el deseo de evangelizar y catequizar, es decir, de revelar en la persona de Cristo todo el designio de Dios, y de poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento amoroso de Cristo.

CREO EN JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR



81

¿Qué significa el nombre de Jesús?

(CEC 430-435 CEC 452)

El nombre de Jesús, dado por el ángel en el momento de la Anunciación, significa «Dios salva». Expresa, a la vez, su identidad y su misión, «porque él salvará al pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). Pedro afirma que «bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos» (Ac 4,12).


82

¿Por qué Jesús es llamado Cristo?

(CEC 436-440 CEC 453)

«Cristo», en griego, y «Mesías», en hebreo, significan «ungido». Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por Dios, ungido por el Espíritu Santo para la misión redentora. Él es el Mesías esperado por Israel y enviado al mundo por el Padre. Jesús ha aceptado el título de Mesías, precisando, sin embargo, su sentido: «bajado del cielo» (Jn 3,13), crucificado y después resucitado, Él es el siervo sufriente «que da su vida en rescate por muchos» (Mt 20,28). Del nombre de Cristo nos viene el nombre de cristianos.


83

¿En qué sentido Jesús es el «Hijo unigénito de Dios»?

(CEC 441-445 CEC 454)

Jesús es el Hijo unigénito de Dios en un sentido único y perfecto. En el momento del Bautismo y de la Transfiguración, la voz del Padre señala a Jesús como su «Hijo predilecto». Al presentarse a sí mismo como el Hijo, que «conoce al Padre» (Mt 11,27), Jesús afirma su relación única y eterna con Dios su Padre. Él es «el Hijo unigénito de Dios» (1Jn 4,9), la segunda Persona de la Trinidad. Es el centro de la predicación apostólica: los Apóstoles han visto su gloria, «que recibe del Padre como Hijo único» (Jn 1,14).


84

¿Qué significa el título de «Señor»?

(CEC 446-451 CEC 455)

En la Biblia, el título de «Señor» designa ordinariamente al Dios soberano. Jesús se lo atribuye a sí mismo, y revela su soberanía divina mediante su poder sobre la naturaleza, sobre los demonios, sobre el pecado y sobre la muerte, y sobre todo con su Resurrección. Las primeras confesiones de fe cristiana proclaman que el poder, el honor y la gloria que se deben a Dios Padre se le deben también a Jesús: Dios «le ha dado el nombre sobre todo nombre» (Ph 2,9). Él es el Señor del mundo y de la historia, el único a quien el hombre debe someter de modo absoluto su propia libertad personal.

JESUCRISTO FUE CONCEBIDO


POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO


Y NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN



85

¿Por qué el Hijo de Dios se hizo hombre?

(CEC 456-460)

El Hijo de Dios se encarnó en el seno de la Virgen María, por obra del Espíritu Santo, por nosotros los hombres y por nuestra salvación: es decir, para reconciliarnos a nosotros pecadores con Dios, darnos a conocer su amor infinito, ser nuestro modelo de santidad y hacernos «partícipes de la naturaleza divina» (2P 1,4).


86

¿Qué significa la palabra «Encarnación»?

(CEC 461-463 CEC 483)

La Iglesia llama «Encarnación» al misterio de la unión admirable de la naturaleza divina y la naturaleza humana de Jesús en la única Persona divina del Verbo. Para llevar a cabo nuestra salvación, el Hijo de Dios se ha hecho «carne» (Jn 1,14), haciéndose verdaderamente hombre. La fe en la Encarnación es signo distintivo de la fe cristiana.


87

¿De qué modo Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre?

(CEC 464-467 CEC 469)

En la unidad de su Persona divina, Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, de manera indivisible. Él, Hijo de Dios, «engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre», se ha hecho verdaderamente hombre, hermano nuestro, sin dejar con ello de ser Dios, nuestro Señor.


88

¿Qué enseña a este propósito el Concilio de Calcedonia (año\b 451\B)?

(CEC 467)

El Concilio de Calcedonia enseña que «hay que confesar a un solo y mismo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo: perfecto en la divinidad y perfecto en la humanidad; verdaderamente Dios y verdaderamente hombre, compuesto de alma racional y de cuerpo; consubstancial con el Padre según la divinidad, y consubstancial con nosotros según la humanidad; “en todo semejante a nosotros, menos en el pecado” (He 4,15); nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad y, por nosotros y nuestra salvación, nacido en estos últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad».


89

¿Cómo expresa la Iglesia el misterio de la Encarnación?

(CEC 464-469 CEC 479-481)

La Iglesia expresa el misterio de la Encarnación afirmando que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre; con dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas, sino unidas en la Persona del Verbo. Por tanto, todo en la humanidad de Jesús –milagros, sufrimientos y la misma muerte– debe ser atribuido a su Persona divina, que obra a través de la naturaleza humana que ha asumido.

«¡Oh Hijo Unigénito y Verbo de Dios! Tú que eres inmortal, te dignaste, para salvarnos, tomar carne de la santa Madre de Dios y siempre Virgen María (...) Tú, Uno de la Santísima Trinidad, glorificado con el Padre y el Espíritu Santo, ¡sálvanos!» (Liturgia bizantina de san Juan Crisóstomo).


90

¿Tenía el Hijo de Dios hecho hombre un alma con inteligencia humana?

(CEC 470-474 CEC 482)

El Hijo de Dios asumió un cuerpo dotado de un alma racional humana. Con su inteligencia humana Jesús aprendió muchas cosas mediante la experiencia. Pero, también como hombre, el Hijo de Dios tenía un conocimiento íntimo e inmediato de Dios su Padre. Penetraba asimismo los pensamientos secretos de los hombres y conocía plenamente los designios eternos que Él había venido a revelar.


91

¿Cómo concordaban las dos voluntades del Verbo encarnado?

(CEC 475 CEC 482)

Jesús tenía una voluntad divina y una voluntad humana. En su vida terrena, el Hijo de Dios ha querido humanamente lo que Él ha decidido divinamente junto con el Padre y el Espíritu Santo para nuestra salvación. La voluntad humana de Cristo sigue, sin oposición o resistencia, su voluntad divina, y está subordinada a ella.


92

¿Tenía Cristo un verdadero cuerpo humano?

(CEC 476-477)

Cristo asumió un verdadero cuerpo humano, mediante el cual Dios invisible se hizo visible. Por esta razón, Cristo puede ser representado y venerado en las sagradas imágenes.


93

¿Qué representa el Corazón de Jesús?

(CEC 478)

Cristo nos ha conocido y amado con un corazón humano. Su Corazón traspasado por nuestra salvación es el símbolo del amor infinito que Él tiene al Padre y a cada uno de los hombres.


94

¿Qué significa la expresión «concebido por obra y gracia del Espíritu Santo»?

(CEC 484-486)

Que Jesús fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo significa que la Virgen María concibió al Hijo eterno en su seno por obra del Espíritu Santo y sin la colaboración de varón: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti» (Lc 1,35), le dijo el ángel en la Anunciación.


95

«...Nacido de la Virgen María...»: ¿por qué María es verdaderamente Madre de Dios?

(CEC 495 CEC 509)

María es verdaderamente Madre de Dios porque es la madre de Jesús (Jn 2,1 Jn 19,25). En efecto, aquél que fue concebido por obra del Espíritu Santo y fue verdaderamente Hijo suyo, es el Hijo eterno de Dios Padre. Es Dios mismo.


96

¿Qué significa «Inmaculada Concepción»?

(CEC 487-492 CEC 508)

Dios eligió gratuitamente a María desde toda la eternidad para que fuese la Madre de su Hijo; para cumplir esta misión fue concebida inmaculada.Esto significa que, por la gracia de Dios y en previsión de los méritos de Jesucristo, María fue preservada del pecado original desde el primer instante de su concepción.


97

¿Cómo colabora María al plan divino de la salvación?

(CEC 493-494 CEC 508-511)

Por la gracia de Dios, María permaneció inmune de todo pecado personal durante toda su existencia. Ella es la «llena de gracia» (Lc 1,28), la «toda Santa». Y cuando el ángel le anuncia que va a dar a luz «al Hijo del Altísimo» (Lc 1,32), ella da libremente su consentimiento «por obediencia de la fe» (Rm 1,5). María se ofrece totalmente a la Persona y a la obra de Jesús, su Hijo, abrazando con toda su alma la voluntad divina de salvación.


98

¿Qué significa la concepción virginal de Jesús?

(CEC 496-498 CEC 503)

La concepción virginal de Jesús significa que éste fue concebido en el seno de la Virgen María sólo por el poder del Espíritu Santo, sin concurso de varón. Él es Hijo del Padre celestial según la naturaleza divina, e Hijo de María según la naturaleza humana, pero es propiamente Hijo de Dios según las dos naturalezas, al haber en Él una sola Persona, la divina.


99

¿En qué sentido María es «siempre Virgen»?

(CEC 499-507 CEC 510)

María es siempre virgen en el sentido de que ella «fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen durante el embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre» (San Agustín). Por tanto, cuando los Evangelios hablan de «hermanos y hermanas de Jesús», se refieren a parientes próximos de Jesús, según una expresión empleada en la Sagrada Escritura.


100

¿De qué modo la maternidad espiritual de María es universal?

(CEC 501-507 CEC 511)

María tuvo un único Hijo, Jesús, pero en Él su maternidad espiritual se extiende a todos los hombres, que Jesús vino a salvar. Obediente junto a Jesucristo, el nuevo Adán, la Virgen es lanueva Eva, la verdadera madre de los vivientes, que coopera con amor de madre al nacimiento y a la formación de todos en el orden de la gracia. Virgen y Madre, María es la figura de la Iglesia, su más perfecta realización.


101

¿En qué sentido toda la vida de Cristo es \IMisterio\i?

(CEC 512-521 CEC 561-562)

Toda la vida de Cristo es acontecimiento de revelación: lo que es visible en la vida terrena de Jesús conduce a su Misterio invisible, sobre todo al Misterio de su filiación divina: «quien me ve a mí ve al Padre» (Jn 14,9). Asimismo, aunque la salvación nos viene plenamente con la Cruz y la Resurrección, la vida entera de Cristo es misterio de salvación, porque todo lo que Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin salvar al hombre caído y restablecerlo en su vocación de hijo de Dios.


102

¿Cuáles han sido las preparaciones históricas a los \IMisterios\i de Jesús?

(CEC 522-524)

Ante todo hay una larga esperanza de muchos siglos, que revivimos en la celebración litúrgica del tiempo de Adviento. Además de la oscura espera que ha puesto en el corazón de los paganos, Dios ha preparado la venida de su Hijo mediante la Antigua Alianza, hasta Juan el Bautista, que es el último y el mayor de los Profetas.


103

¿Qué nos enseña el Evangelio sobre los Misterios del nacimiento y la infancia de Jesús?

(CEC 525-530 CEC 563-564)

En el Nacimiento de Jesús, la gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un niño; lacircuncisión es signo de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestro Bautismo; laEpifanía es la manifestación del Rey-Mesías de Israel a todos los pueblos; durante lapresentación en el Templo, en Simeón y Ana se concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de su Salvador; la huida a Egipto y la matanza de los inocentes anuncian que toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución; su retorno de Egipto recuerda el Éxodo y presenta a Jesús como el nuevo Moisés: Él es el verdadero y definitivo liberador.


104

¿Qué nos enseña la vida oculta de Jesús en Nazaret?

(CEC 533-534 CEC 564)

Durante la vida oculta en Nazaret, Jesús permanece en el silencio de una existencia ordinaria. Nos permite así entrar en comunión con Él en la santidad de la vida cotidiana, hecha de oración, sencillez, trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, su padre legal, es imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre. María y José, con su fe, acogen el misterio de Jesús, aunque no siempre lo comprendan.


105

¿Por qué Jesús recibe de Juan el «Bautismo de conversión para el perdón de los pecados» (@LC 3,3@)?

(CEC 535-537 CEC 565)

Jesús recibe de Juan el Bautismo de conversión para inaugurar su vida pública y anticipar el «Bautismo» de su Muerte; y aunque no había en Él pecado alguno, Jesús, «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (Jn 1,29), acepta ser contado entre los pecadores. El Padre lo proclama su «Hijo predilecto» (Mt 3,17), y el Espíritu viene a posarse sobre Él. El Bautismo de Jesús es la prefiguración de nuestro bautismo.


106

¿Qué nos revelan las tentaciones de Jesús en el desierto?

(CEC 538-540 CEC 566)

Las tentaciones de Jesús en el desierto recapitulan la de Adán en el paraíso y las de Israel en el desierto. Satanás tienta a Jesús en su obediencia a la misión que el Padre le ha confiado. Cristo, nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión, en la que su amor filial dará suprema prueba de obediencia. La Iglesia se une particularmente a este Misterio en el tiempo litúrgico de la Cuaresma.


107

¿Quién es invitado a formar parte del Reino de Dios, anunciado y realizado por Jesús?

(CEC 541-546 CEC 567)

Jesús invita a todos los hombres a entrar en el Reino de Dios; aún el peor de los pecadores es llamado a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. El Reino pertenece, ya aquí en la tierra, a quienes lo acogen con corazón humilde. A ellos les son revelados los misterios del Reino de Dios.



Compendio catecismo 38