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 MANUAL DE LOS SIMBOLOS, DEFINICIONES Y DECLARACIONES DE LA IGLESIA EN MATERIA DE FE Y COSTUMBRES

Versión directa de los textos originales, DANIEL RUIZ BUENO (Catedrático de Lengua Griega)


 SIMBOLOS


 SIMBOLO APOSTOLICO (1)

(1) Entre los autores católicos cf. S. BAEUMER, O. S. B., Das Apostolische Glaubensbekenntnis. Seine Geschichte und sein Inhalt, Mainz 1893; CL. BLUME S. I., Das Apostolische Glaubensbekenntnis, Freiburg 1893; W. M. PEITZ, S. I., Das Glaubensbekenntnis der Apostel «Stimmen der Zeit» 94 (1918) 533 ss; A. NUSSBAUMER, O. CAP., Das Ursymbolum nach der Epideixis des hl. Irenäus und dem Dialog Justins, Paderborn 1921; B. CAPELLE, O. S. B., Le Symbole romain au second siècle "Revue Bénédictine" 39 (1927) 33 ss; el mismo, Les origines du Symbole romain «Rech. de Théol. anc. et médiév», 2 (1930) 5 ss.

 Formas antiquísimas del Símbolo Apostólico

1 Dz1 El llamado Símbolo Apostólico se compone esencialmente: 1.º, de una parte trinitaria: tres artículos en que se profesa la fe en las tres divinas Personas; 2.º, de una parte cristológica que fué añadida al segundo artículo.

 Pero quedan algunas fórmulas, compuestas a modo de símbolo, que carecen de la parte cristológica: estas fórmulas parecen más antiguas que el Símbolo de los Apóstoles. Una fórmula de esta especie, casi acristológica -- que es tal vez la más antigua de todas -- se conserva en la obra, impregnada de gnosticismo, escrita entre los años 150 y 180: Testamentum in Galilaea D. N. I. Christi, ed. I. Guerrier 1913, en "Patrología orientalis IX", o en la obra casi idéntica: Gespräche Jesu mit seinen Jüngern nach der Auferstehung, ed. C. Schmidt 1919, donde (p. 192 y 32, respectivamente) se halla este Símbolo breve:

 «[Creo] en el Padre omnipotente, -- y en Jesucristo, Salvador nuestro, -- y en el Espíritu Santo Paráclito, en la Santa Iglesia, y en el perdón de los pecados.»

 Otra fórmula acristológica, usada ya tal vez en el siglo III en la liturgia egipcia, se muestra en el papiro hallado en Dér-Balyzeh, escrito en el siglo VII u VIII (cf. Dict. d'Archéol. chrét. et de Lit. s. v. Canon, II 2, 188 ss):

 «Creo en Dios Padre omnipotente, -- y en su Hijo unigénito, Nuestro Señor Jesucristo, -- y en el Espíritu Santo, y en la resurrección de la carne [, y en la] Santa Iglesia Católica.»

 Forma occidental más antigua del Símbolo Apostólico £[Llamada romana (R)]

 Fuentes (2)


(2) Lo marcado con * se afirma, por lo menos como probable.



11
: A. Presentan elementos al menos de algún símbolo o alguna regla de fe o de preguntas usadas en el bautismo:

Dz 2 S. IUSTINUS M., + 167*, convertido en Efeso*, tuvo dos veces* su asiento en Roma. -- Apol. I y II; Dial. c. Tryph. [PG 6, 328 ss]. -- Puede conjeturarse con probabilidad doble forma, occidental y oriental; por lo que se cita también más abajo [8].

S. IRENAEUS, + 202, obispo de Lyon. Adv. haer. 1, 10, 1; 3, 4, 1 y 2; 16, 5, que son los pasajes principales [PG 7, 549 A; 855 B; 924 B]. Presenta casi todos los elementos del Símbolo R como la fe que la Iglesia recibió de los Apóstoles y de sus sucesores (1, 10, 1). --- EiV epideixin ton Apostolikon khrngmatoV c. 3 y 6 [KARAPET TER-MEKERTTSCHIAN Y ERWAND TER-MINASSIANTZ, Des hl. Irenaüs Schrift zum Erweise der Apostolischen Verkündigung (Texte und Untersuchungen, Harnack-Schmidt XXXI, 1, Leipzig 1907)].

S. HIPPOLYTUS, + 235, pbro. romano.-- Paradosis.-- Presenta un símbolo bautismal, a modo de preguntas, desde: «Crees en Jesucristo... » [H. ELFERS, Die Kirchenordnung Hippolyts von Rom, 1938, 321. H. HAULER, Didasc. Apost. frag., Veron. 1900, 110 s, L 10 s. R. H. CONNOLLY, The so-called Egiptian Church Order and derived documents, 1916].

TERTULLIANUS, + después de 225 (240*), pbro. (?) de Cartago. -- De praescr. haer. 13; De virg. vel. 1; De carne Christi 20; adv. Prax. 2 [PL 2, 26 B; 888 B; 785 B; 756 B]. -- Dice que la Iglesia de Cartago recibió de la de Roma la regla de la fe (De Praescr. haer. 36) y que esta regla es común a las Iglesias apostólicas (1. c. 21); la forma del Símbolo fué hasta cierto punto determinada.

ORIGENES, + 254, pbro. de Alejandría. -- De princ. 1, praef. 4 y 5 [PG 11, 117 A]. -- Tiene una regla De fe, semejante al símbolo.

CANONES HIPOLYTI, De fecha incierta (según unos entre los años 200 y 235; según otros h. 500). [ACHELIS, Die ältesten Quellen des orient. Kirchenrechts I 38 (Texte und Untersuchungen, Gebhardt-Harnack VI), Leipzig 1891.] -- Contienen interrogaciones.

3

 B. Presentan una forma determinada de Símbolo:

Dz 3 PSALTERIUM AETHELSTANI (en griego), en su tercera parte, escrita en el siglo IX (comienzos*) [H § 18; L 10; CspQ III 5]. -- El Símbolo es de tiempo incierto, muy antiguo*, fué de uso litúrgico.

CODEX LAUDIANUS (E. Actuum, lat.) [H § 20; CspQ III 162]. -- El símbolo es de tiempo incierto, escrito en el siglo VII*.

CODEX SWAINSON (lat.) [SWAINSON, The Nicene and Apostles' creeds, London 1875; 161; H, § 23]. -- El Símbolo es de tiempo incierto, escrito en el siglo VIII.

MARCELLUS ANCYRANUS, Siglo IV, obispo de Ancira en Galacia del Asia Menor. -- Carta al papa Julio, escrita el año 337* (Apud Epiphan., Haer, 72) [PG 42, 385 D; H § 17].

PRISCILLIANUS, + 385*, vivió en Avila (España). -- Lib. ad Damasum, tract. II, ed. Schepps, CSEL 1889; 34; cf. también KAnt. 20 ss; H § 53; L 13.

PHOEBADIUS, + después de 392, obispo de Agen, en la Aquitania segunda (Guyenne). -- De fide orthodoxa contra Arianos, al final [H § 59; PL 20, 49 B: «Libellus de fide»]. -- El libro es auténtico; otros lo atribuyen a Gregorio Bético, + después de 392, obispo de Elvira-Granada.

RUFINUS, + 410, pbro. de Aquilea. -- Expositio in Symbolum (v. 1.: Comentarius in Symbolum Apostolorum) [H § 19; PL 21, 335 B]. --De él se colige la forma del símbolo, tanto de la Iglesia de Roma como de la de Aquilea.

NICETAS ROMATIANENSIS, escribió entre 380* y 420*, en Remesiana, en la Dacia. -- Explanatio Symboli habita ad competentes [H § 40; PL 52, 865 D].

S. AUGUSTINUS, + 430, obispo de Hipona. -- Fuentes principales: De fide et Symbolo; Serm. 212-214 in traditione Symboli, Serm. 215 in redditione Symboli [PL, 40, 181; 38, 1058 y 1072; H § 47; L 13]. -- El Sermón 215 es genuino*; muchos opinan con Caspari que el sermón 215 representa el Símbolo de Hipona, y que en los demás se transmite el Símbolo de Milán.

S. PETRUS CHRYSOLOGUS, + antes de 458, obispo de Ravena. -- Serm. 57-62 [H § 35; L 12; PL 52, 357 A].

S. MAXIMUS, de mediados del siglo V, obispo de Turín. -- Hom. 83 de expositione Symboli [H § 34; L 13; PL 54, 433 A].

S. FULGENTIUS RUSPENSIS, + 533 [Ruspe, Africa]. -- Liber 10. contra Fabianum Arianum [H § 49; PL 65, 822].

S. MARTINUS, obispo de Braga [Portugal]. -De correctione rusticorum [H § 54; ed. Caspari, Cristianía 1883. -- Cf. K I 153].

TRACTATUS, SYMBOLI. -- En el misal y sacramentario de cierta iglesia de Florencia presenta el Símbolo Florentino* del siglo VII*; m. del siglo XII [H § 39: CspANQ 290].

S. ILDEFONSUS, + 669, arz. de Toledo.-- Liber de cognitione baptismi 85 [H § 55; L 13 s; PL 96, 906 D].

ETHERIUS, obispo de Osma, y BEATUS [Biecol, siglo VIII, pbro. de Astorga (España). -- Etherii episcopi Uxamensis et Beati presbyteri adv. Elipandum archiep. Toletanum libri duo, escritos el año 785 [H § 56 s; L 13 s; PL 96, 906 D].

LITURGIA MOZARABICA, Liber ordinum, del siglo VII .[ed. Ferotin, p. 185; H § 58; L 14; PL 85, 395 A].

 Texto

 [según Rufino (forma romana)]

4 Dz 4 1. Creo en Dios Padre omnipotente;
 2. Y en Jesucristo. su único Hijo, nuestro Señor,
3. que nació de María Virgen por obra del Espíritu Santo,
4. fué crucificado bajo Poncio Pilato y sepultado,
5. al tercer día resucitó de entre los muertos,
6. subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre,
7. desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos
 8. y en el Espíritu Santo,
9. la Santa Iglesia,
10. el perdón de los pecados 11. y la resurrección de la carne. 12.


 [según el Psalterium Aethelstani (forma griega)]

5 Dz 5 1. Creo en Dios Padre omnipotente;
 2. y en Jesucristo, su Hijo unigénito, nuestro Señor,
3. que nació del Espíritu Santo y de María Virgen,
4. que fué crucificado y sepultado bajo Poncio Pilato,
5. al tercer día resucitó de entre los muertos,
6. subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre,
7. desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos
 8. y en el Espíritu Santo,
9. la San[ta Iglesia,]
 10. el perdón de los pecados
 11. y la resurrección de la carne. Amén.
 12.

30

 Forma occidental más moderna del Símbolo Apostólico

 [llamado texto occidental recibido (T)]

 Fuentes

Dz 6 FAUSTUS RIENSIS, + después de 485, en Riez, Francia. - Duae homiliae de Symbolo; Tractatus de Symbolo* [H § 61; L 14; CspQ II, 200].

S, CAESARIUS ARELATENSIS, + 543, primado de las Galias. -- Sermo 10 [S. Caesarii Arel. Sermones I, 1, G. Morin, Maretioli 1937, p. 51 ss: PL 39, 2149]. --Hay elementos del Símbolo; la fórmula literal no se puede restituir; parece ser la misma que las dos siguientes:

SACRAMENTARIUM GALLICANUM [MABILLON, Museum Italicum I, París 1687, 312. H § 66; L 15] compuesto en Francia*, en el s. VII u VIII (v. 1.: Missale Vesontiense [Besançon] y Missale Bobbiense [Bobbio]); contiene dos fórmulas y el Símbolo a modo de preguntas (se tiene en cuenta la forma primera).

MISSALE GALLICANUM VETUS; de comienzos del s. VIII [MABILLON, De liturgia Gallicana III, París 1865, 339; H § 67; L 15].

S. PIRMINIUS, nacido en la Galia meridional*, + 753, obispo de Meaux (?),luego abad del monasterio de Reichenau en Alemania.--Dicta abbatis Pirminii de singulis libris canonicis scarapsus, escrito entre 718 y 724* [G. JEKER, Die Heimat des hl. Pirmin, Münster 1927, 34 ss; el Símbolo mismo en la forma común n. 10 y 28 a; en forma de preguntas, n. 12. H § 92; PL 89, 1034 C].

CODEX AUGIENSIS CXCV, tal vez del siglo VIII [CspQ III 51, 2]. -- El Símbolo escrito por algún monje irlandés (?).

ORDO VEL BREVIS EXPLANATIO DE CATECHIZANDIS RUDIBUS, de entre 850 a 950* [H § 71; CspQ 282].

ORDO ROMANUS ANTIQUS, del año 950 [H § 25; HITTORP, De divinis catholicae ecclesiae officiis, Colonia 1568]. -- Presenta la forma corriente.

 Texto

 [Según el Orden romano]

7 Dz 7 1. Creo en Dios Padre omnipotente, creador del cielo y dela tierra;
 2. y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
3. que fué concebido por obra del Espíritu Santo y nació de María Virgen,
4. padeció bajo Poncio Pilatos, fué crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
5. al tercer día resucitó de entre los muertos,
6. subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso,
7. desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos
 8. creo en el Espíritu Santo,
9. la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos,
10. el perdón de los pecados,
11. la resurrección de la carne
 12. y la vida eterna.

 Forma oriental del Símbolo Apostólico

 Fuentes

8 Dz 8 S. IUSTINUS M., cf. 2.

CONSTITUTIONES APOSTOLICAE COPTAE, o sea, Constituciones de la Iglesia egipcia, en FUNK, Didasc. et const. Apost. II (1905) 97 ss. -- Presentan la Paradosis de Hipólito [v. 2], que en Oriente fué modificada hasta respecto del Símbolo. Por lo cual aquél parece ser también testigo para la forma oriental del Símbolo Apostólico.

EUSEBIUS, + hacia 340, obispo de Cesarea, Epist. ad suam dioec.[SOCRATES, Hist. eccl. I, 8, 38; PG 67, 69; H § 123; L 18].-- Eusebio ofreció, en 325, su Símbolo al Concilio de Nicea, que se sirvió de él para componer su fórmula.

S. CYRILLUS, + .386, obispo de Jerusalén. -- Catecheses 6-18, tenidas antes de 350 (351) [H § 124; L 19; PG 33, 535 ss]. Delata un Símbolo usado antes de 325; su texto se reconstruye de diverso modo por los diversos autores. Macario de Jerus., antecesor de San Cirilo, parece haber usado el mismo Símbolo, por lo menos en los puntos capitales.


S. EPIPHANIUS, + 403, obispo de Salamina (Chipre). Anacoratus, escrito hacia 374.-- Contiene al final dos fórmulas; aquí se tiene en cuenta la más breve (h agia pistiV thVkaqolikhV ekklhsiaV); la más larga v. 13 s. El Símbolo parece ser más antiguo que el Ancoratus [H § 125; L 19 s; ed. K. Holl 1915, 148; PG 43, 232 C].

41 CONSTITUTIONES APOSTOLORUM VII 41, principio del siglo V [según otros, de mediados del IV; contiene ciertamente partes más antiguas (PG 1, 1041 C; FUNK, Didascalia et Const. Apostol. I, Paderborn 1905, 445]. -- El Símbolo en su mayor parte es de Luciano Mártir* (+ 312); ofrece la forma siropalestina*.

 Texto

 [De San Cirilo de Jerusalén](1)

Dz 9 1. Creemos en un solo Dios Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible;
 2. y en un solo señor Jesucristo, hijo de Dios unigénito, que nació del Padre, Dios verdadero, antes de todos los siglos, por quien todo fué hecho,
3. (que por nuestra salvación) se encarnó (del Espíritu Santo y María Virgen) y se hizo hombre,
4. fué crucificado (bajo Poncio Pilatos) y sepultado,
5. resucitó al tercer día (según las Escrituras)
 6. y subió a los cielos, y está sentado a la diestra del Padre,
7. y ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los muertos, y el reino de El no tendrá fin;
 8. y en un solo Espíritu Santo, Paráclito, que habló por los profetas
 9.(2) y en una sola Santa Iglesia [Católica],
10. y en un solo bautismo de penitencia para el perdón de los pecados,
11. y en la resurrección de la carne,
12. y en la vida eterna.


(1) Los paréntesis redondos ( ) indican probables adiciones, los paréntesis cuadrados [ ] probables supresiones que deben hacerse a la forma de S. Cirilo [cf. K I 237 s].
(2) En las catequesis los artículos 9 y 10 se colocan en orden inverso; en el Símbolo probablemente en orden recto.


44  SIMBOLO DE EPIFANIO (3)

 Forma más larga

 [Exposición del Símbolo Niceno (v. 54), propuesta en Oriente a algunos catecúmenos]


(3) PG, 43, 234 ss; coll. H § 126.


Dz 13 Creemos en un solo Dios, padre omnipotente, hacedor de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo hijo de Dios unigénito, engendrado de Dios padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial con el Padre, por quien fueron hechas todas las cosas, lo que hay en el cielo y lo que hay en la tierra, lo visible y lo invisible, que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó y se encarnó, es decir, fué perfectamente engendrado de Santa María siempre virgen por obra del Espíritu Santo, se hizo hombre, es decir, tomó al hombre perfecto, alma, cuerpo e inteligencia y todo cuanto el hombre es, excepto el pecado, no por semen de varón, ni en el hombre, sino formando para sí mismo la carne de una sola y santa unidad, no a la manera que inspiró, habló y obró en los profetas, sino haciéndose perfectamente hombre, porque el Verbo se hizo carne (
Jn 1,14), no sufriendo cambio o transformando su divinidad en humanidad, sino juntando en una sola su santa perfección y divinidad; porque uno solo es el Señor Jesucristo y no dos; el mismo es Dios, el mismo es Señor, el mismo es rey; que padeció el mismo en su carne y resucitó y subió a los cielos en su mismo cuerpo, que se sentó gloriosamente a la diestra del Padre, que ha de venir con el mismo cuerpo, con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos; y su reino no tendrá fin; y creemos en el Espíritu Santo, el que habló en la Ley y anunció en los profetas y descendió sobre el Jordán, el que habla en los Apóstoles y habita en los Santos; y así creemos en El, que es Espíritu Santo, Espíritu de Dios, Espíritu perfecto, Espíritu consolador, increado, que procede del Padre y recibe del Hijo y es creído.

45
Dz 14 Creemos en una sola Iglesia Católica y Apostólica y en un solo bautismo de penitencia, en la resurrección de los muertos y en el justo juicio de las almas y de los cuerpos, en el reino de los cielos, y en la vida eterna.

 A aquellos, empero, que dicen hubo un tiempo en que el Hijo o el Espíritu Santo no fueron o que fueron hechos de la nada o de otra hipóstasis o sustancia, a los que afirman que son mudables o variables el Hijo de Dios o el Espíritu Santo, a esos los anatematiza la Iglesia Católica y Apostólica, madre vuestra y nuestra; y a la vez anatematiza a los que no confiesan la resurrección de los muertos, y a todas las herejías que no proceden de esta recta fe.

71

 FORMULA LLAMADA FE DE DAMASO (1)

 [De autor y tiempo inciertos; en Francia hacia el año 500 (?)]


(1) KAnt 47 ss; KBds 10 y 43 ss; H § 200; cf. Cst, Apendix 101 B. s.


Dz 15 Creemos en un solo Dios, Padre omnipotente, y en un solo Señor nuestro Jesucristo, Hijo de Dios, y en (un solo) Espíritu Santo Dios. No adoramos y confesamos a tres dioses, sino al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como a un solo Dios: no un solo Dios como solitario, ni que el mismo que sea para sí mismo Padre, Él mismo sea también Hijo, sino que el Padre es el que engendra y el Hijo el que es engendrado; pero el Espíritu Santo no es engendrado ni ingénito, no creado ni hecho, sino que procede del Padre y del Hijo, es coeterno, coigual y cooperante con el Padre y el Hijo, porque está escrito: Por la palabra del Señor fueron firmados los cielos (es decir, por el Hijo de Dios) y por el aliento (Espíritu) de su boca, toda la fuerza de ellos (Ps 32,6); y en otro lugar: Envía tu Espíritu y serán creados y renovarás la faz de la tierra (Ps 103,30). Por lo tanto, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo confesamos un solo Dios, porque el nombre «Dios» es de potestad no de propiedad. El nombre propio del Padre es Padre, y el nombre propio del Hijo es Hijo, y el nombre propio del Espíritu Santo es Espíritu Santo. Y en esta Trinidad creemos un solo Dios, porque procede de un solo Padre, porque con el Padre es de una sola naturaleza, de una sola sustancia y de una sola potestad. El Padre engendró al Hijo no por voluntad ni por necesidad, sino por naturaleza.

72 Dz 16 El Hijo, en el último tiempo, descendió del Padre para salvarnos y cumplir las Escrituras, a pesar de que nunca dejó de estar con el Padre, y fué concebido por obra del Espíritu Santo y nació de María Virgen, tomó carne, alma o inteligencia, esto es, al hombre perfecto, y no perdió lo que era, sino que empezó a ser lo que no era; de modo, sin embargo, que es perfecto en lo suyo y verdadero en lo nuestro. Porque el que era Dios, nació como hombre, y el que nació como hombre, obra como Dios, y el que obra como Dios, muere como hombre, y el que muere como hombre, resucita como Dios. Y El mismo, vencido el imperio de la muerte con aquella carne con que había nacido y padecido y muerto, resucitó al tercer día, subió al Padre y está sentado a su diestra en la gloria que siempre tuvo y tiene. Limpios nosotros por su muerte y sangre, creemos hemos de ser resucitados por El en el último día en esta carne en que ahora vivimos, y tenemos esperanza que hemos de alcanzar de El o la vida eterna, premio de nuestro buen mérito, o el castigo de suplicio eterno por nuestros pecados. Esto lee, esto retén, a esta fe has de subyugar tu alma. De Cristo Señor alcanzarás la vida y el premio.

73

 FORMULA «CLEMENTE TRINIDAD» (1)

 [De autor y tiempo inciertos; en Francia hacia el año 500 (?)]


(1) I.A. ALDAMA, en "Gregorianum" 14 (1933) 487 s, KAnt 65 ss (cf. KBds 12 y 147 s).


Dz 17 La clemente Trinidad es una sola divinidad. El Padre, pues, y el Hijo y el Espíritu Santo, es una sola fuente, una sola sustancia, una sola virtud, una sola potestad. El Padre Dios y el Hijo Dios y el Espíritu Santo Dios, no decimos ser tres dioses, sino que con toda piedad confesamos ser uno solo. Porque al nombrar a tres Personas, con católica y apostólica voz profesamos ser una sola sustancia. Así, pues, Padre e Hijo y Espíritu Santo, los tres son una sola cosa (cf. 1Jn 5,7). Tres, ni confundidos ni divididos, sino tan distintamente unidos, como unidamente distintos; unidos por la sustancia, pero distintos por los nombres; unidos por la naturaleza, pero distintos por las personas; iguales por la divinidad, cosemejantes por la majestad, concordes por la Trinidad, partícipes de la claridad. De tal modo son una sola cosa, que no dudamos que son también tres; de tal modo tres, que confesamos no poderse separar entre sí. De donde no hay duda que la injuria de uno es afrenta de todos, porque la alabanza de uno toca a la gloria de todos.

74 Dz 18 «Porque, según la doctrina evangélica y apostólica, lo principal de nuestra fe es que nuestro Señor Jesucristo e Hijo de Dios no se separa del Padre ni en la confesión del honor, ni en el poder de su virtud, ni en la divinidad de la sustancia, ni por el intervalo del tiempo» (1). Y, por lo tanto, si alguno dijere que el Hijo de Dios, que como es verdaderamente Dios, así es también hombre verdadero, excepto sólo en el pecado, tuvo algo menos o de la divinidad o de la humanidad, ha de juzgársele profano y ajeno a la Iglesia Católica y Apostólica.


(1) S. HILARIUS, De synodis 61 [PL 10, 522].


 SIMBOLO DEL CONCILIO DE TOLEDO DEL AÑO 400 £[y 447] (2)


(2) I. A. DE ALDAMA, El Símbolo Toledano I «Analecta Gregoriana VII» 1934. 29 s. KAnt. 43 ss; Kbds 8 s y, 31 ss; H 209 ss (en Msi III, 1003 A; Hrd I 993 A; cf. Hfl II 306 ss. Según de Aldama, existen dos formas de este símbolo antipriscilianista, una más breve que se debe al Concilio de Toledo del año 400 y otra más larga, elucubrada por Pastor, obispo de Palencia y aprobada en el Concilio de Toledo del año 447. Las variaciones, nada leves, que se deben al Concilio de 447 se encierran en el texto entre paréntesis [ ]. Un elenco semejante de errores se halla en los Statuta Ecclesiae antiqua [falsamente tenidos por las Actas del IV Concilio de Cartago (cf. nota al 150)], en forma de preguntas que han de hacerse a los obispos que van a ser ordenados [PL 56, 879 A s].


 [Fórmula Libellus in modum Symboli]

 Regla de fe católica contra todas las herejías [Empiezan las reglas de la fe católica contra todas las herejías y principalmente contra los priscilianistas; reglas que hicieron los obispos Tarraconenses, Cartagineses, Lusitanos y Béticos y transmitieron a Balconio, obispo de Galicia, por mandato del papa León, obispo de Roma...].

188 Dz 19 Creemos en un solo Dios verdadero, Padre, Hijo y Espíritu Santo, hacedor de lo visible y de lo invisible, por quien han sido creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra.

 Que Este es un solo Dios y Esta una sola Trinidad de nombre divino [de sustancia divina]. Que el Padre no es [el mismo] Hijo, sino que tiene un Hijo que no es Padre. Que el Hijo no es el Padre, sino que es el Hijo de Dios por naturaleza [, que es de la naturaleza del Padre]. Que existe también el Espíritu Paráclito, que no es ni el Padre mismo ni el Hijo, sino que procede del Padre [que procede del Padre y del Hijo]. Es, pues, ingénito el Padre, engendrado el Hijo, no engendrado el Espíritu Santo, sino que procede del Padre [y del Hijo]. El Padre es de quien se oyó esta voz del cielo: Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido, a Este oíd (
Mt 17,5 2P 1,17; cf. Mt 3,17). El Hijo es el que dice: Yo he salido del Padre y de Dios vine a este mundo (cf. Jn 16,28). El [Espíritu] Paráclito mismo es de quien el Hijo dice: Si [yo] no me fuere al Padre, el Paráclito no vendrá a vosotros (Jn 16,17). Esta Trinidad, distinta en personas, [la creemos] una sola [unida] sustancia, virtud, potestad, majestad indivisible [por virtud, potestad y majestad] indistinta, indiferente. Fuera de lista [de ella] (creemos) no existe naturaleza alguna divina, de ángel, o de espíritu, o de virtud alguna, que sea creída Dios.

189 Dz 20 Así, pues, este Hijo de Dios, Dios nacido del Padre absolutamente antes de todo principio, santificó en el vientre [el vientre] de la bienaventurada Virgen María y de ella tomó al hombre verdadero, engendrado sin semen de varón [viril, conviniendo en una absolutamente sola persona sólo las dos naturalezas, esto es, de la Divinidad y de la carne], esto es, [Nuestro] Señor Jesucristo. No [ni] era un cuerpo imaginario o compuesto sólo de forma [v. 1.: No hubo en El un cuerpo imaginario], sino sólido [y verdadero]. Y éste tuvo hambre y sed, sintió el dolor y lloró y sufrió todas las demás calamidades del cuerpo [v. 1.: y sufrió todas las molestias del cuerpo]. Finalmente, fué crucificado [por los judíos], muerto y sepultado, [y] resucitó al tercer día; luego, habiendo conversado con [sus] discípulos, el día cuarenta [después de la resurrección], subió a los cielos [al cielo]. Este Hijo del hombre se llama también Hijo de Dios; mas el Hijo de Dios, Dios, no se llama Hijo del hombre [se le da el nombre de Hijo del hombre].

190  Creemos la resurrección [futura] de la carne humana [para la carne humana]. El alma del hombre [decimos] no ser sustancia divina o parte de Dios, sino una criatura no caída (?) [creada] por voluntad de Dios.

191 Dz 21 1. En consecuencia, [pues,] si alguno dijere y [o] creyere que este mundo, y todos sus instrumentos, no fué hecho por Dios omnipotente, sea anatema.

192 Dz 22 2. Si alguno dijere y [o.] creyere que Dios Padre es el mismo Hijo o el Paráclito, sea anatema.

193 Dz 23 3. Si alguno dijere y [o] creyere que Dios Hijo [el Hijo de Dios] es el mismo Padre o el Paráclito, sea anatema.

194 Dz 24 4. Si alguno dijere y [o] creyere que el Espíritu Paráclito es 24 el Padre o el Hijo, sea anatema.

195 Dz 25 5. Si alguno dijere y [o] creyere que el hombre Jesucristo no fué asumido por el Hijo de Dios [v. 1.: que sólo la carne sin el alma fué tomada por. el Hijo de Dios], sea anatema.

196 Dz 26 6. Si alguno dijere y [o] creyere que el Hijo de Dios, como Dios, ha padecido [v. 1.: que Cristo es innascible], sea anatema.

197 Dz 27 7. Si alguno dijere y [o] creyere que el hombre Jesucristo [v. 1.: que la deidad de Cristo fué mudable o pasible], sea anatema.

198 Dz 28 8. Si alguno dijere que uno es el Dios de la antigua Ley y otro el de los Evangelios, sea anatema.

199 Dz 29 9. Si alguno dijere y [o] creyere que el mundo fué hecho por otro Dios que [y no] por Aquel de quien está escrito: En el principio hizo Dios el cielo y la tierra (cf. Gn 1,1), sea anatema.

200 Dz 30 10. Si alguno dijere y [o] creyere que los cuerpos humanos no han de resucitar [no resucitan] después de la muerte, sea anatema.

201 Dz 31 11. Si alguno dijere y [o] creyere que el alma humana es una porción de Dios o que es sustancia de Dios, sea anatema.

202 Dz 32 [12. Si alguno creyere que han de tener autoridad o si hubiere venerado otras Escrituras fuera de las que ha recibido la Iglesia Católica [Si alguno dijere o creyere que han de tener autoridad o han de ser veneradas otras Escrituras, fuera de las que recibe la Iglesia Católica], sea anatema.

203 Dz 33 [13. Si alguno dijere o creyere que la divinidad y la carne son en Cristo una sola naturaleza, sea anatema.]


204 Dz 34 [14. Si alguno dijere o creyere que hay algo que pueda extenderse fuera de la Trinidad divina, sea anatema.]

205 Dz 35 [15. Si alguno piensa que debe creerse en la astrología, sea anatema.]

206 Dz 36 [16. Si alguno dijere o creyere que los matrimonios de los hombres que son tenidos por lícitos según la ley divina, son execrables, sea anatema.]

207 Dz 37 [17. Si alguno dijere de la carne de las aves o de las bestias que nos han sido dadas para alimento, que no sólo hay que privarse de ellas para mortificación del cuerpo, sino que deben ser reprobadas, sea anatema.]

208 Dz 38 [18. Si alguno sigue o profesa en estos errores la secta de Prisciliano o hace alguna otra cosa contra la Sede de San Pedro en el saludable bautismo, sea anatema.]

 SIMBOLO «QUICUMQUE»

 [que se llama «Atanasiano»] (1)


(1) KAnt 232 s; H 174 ss; PL 88, 585 A s; Msi II 1354 B s [Breviar. Rom.: Dom. ad primam]. -- Consta que esta profesión de fe no es obra de San Atanasio. El texto latino parece ser el primero; pero hay también versiones griegas. En algunos viejos códices, este Símbolo se atribuye a Anastasio II y se titula «Fe de Anastasio» y «Símbolo de Anastasio». Künstle (Antipriscilliana 204 ss), se esforzó en demostrar el origen antiprisciliano e hispánico de este Símbolo; pero Enrique Brewer rechazó los argumentos con que Künstle confirma su opinión, y pretende que el autor del Símbolo Atanasiano es San Ambrosio, obispo de Milán [Das sog. Athanasianische Glaubensbekenntnis ein Werk des hl. Ambrosius, Paderb. 1909]. Así también P. Scheepens («Rev. de hist. eccl.» 32 [1936] 548 ss). Cf. G. MORIN en «Journal of theol. Stud.» 12 (1911) 161 ss y 337 ss; y A. E. BURN, ib. 27 (1926) 19. J. Stiglmayr piensa que este Símbolo debe atribuirse a Fulgencio de Ruspe: «Zeitschr. f. cath. Theol.» 49 (1925) 341 ss. --De hecho, este Símbolo alcanzó tanta autoridad en la Iglesia, lo mismo occidental que oriental, que entró en el uso litúrgico y ha de tenerse por verdadera definición de fe. -- Las palabras entre corchetes designan el texto litúrgico; las entre paréntesis ( ) faltan en el mismo.


75 Dz 39 Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe católica; y el que no la guardare íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre.

 Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Cual el Padre, tal el Hijo, tal (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios. Así, Señor es el Padre, Señor el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohibe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fué hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fué por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fué hecho ni creado ni engendrado, sino que procede.

 Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la unidad en la Trinidad que la Trinidad en la unidad. El que quiera, pues, salvarse, así ha de sentir de la Trinidad.

76 Dz 40 Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana, igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Mas aun cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo, y uno solo Dios por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre omnipotente, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos, y los que obraron bien, irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.

 Esta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente, no podrá salvarse.


Denzinger