Historia Eclesiástica- Eusebio de Cesarea L.2 c.15



XV.- Acerca del Evangelio de Marcos


1. De este modo, pronto desapareció y fue exterminado el poder de Simón, y él mismo, porque la Palabra de Dios moraba entre aquellos hombres Pero la luz de la religión de Pedro resplandeció de tal modo en la mente de sus oyentes, que no se contentaban con escucharle una sola vez, ni con la enseñanza oral de la predicación divina, sino que suplicaban de todas maneras posibles a Marcos (quien se cree que escribió el Evangelio y era compañero de Pedro), e insistían para que por escrito les dejara un recuerdo de la enseñanza que habían recibido de palabra, y no le dejaron tranquilo hasta que hubo terminado; por ello vinieron a ser los responsables del texto llamado «Evangelio según Marcos».

2. Se dice que también este apóstol, cuando por revelación del Espíritu tuvo consciencia de lo que había llevado a cabo, comprendió el ardor de ellos y estableció el texto para el uso en las iglesias. Clemente, en el libro VI de sus Hypotyposeis, refiere este hecho, y el obispo de Hierápolis, llamado Papías, lo confirma con su testimonio. Pedro menciona a Marcos en la primera Epístola, la cual dicen que fue escrita en Roma; y el mismo Pedro lo indica cuando la llama metafóricamente Babilonia, como sigue: «La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan.»



XVI.- Cómo Marcos fue el primero en predicar el conocimiento de Cristo a los egipcios


1. Este Marcos se dice que fue el primero en ir enviado a Egipto y en anunciar el Evangelio que previamente había escrito, y que establecía iglesias, siendo la primera la de Alejandría.

2. Es más, fue tal la multitud de hombres y mujeres que creyeron en aquel lugar, ya desde el mismo principio, y con un ejercicio tan enormemente filosófico, que Filón pensó que merecía la pena mencionar por escrito sus ocupaciones, sus reuniones, sus banquetes en común y toda su manera de vivir.



XVII.- Los hechos que Filón narra acerca de los ascetas en Egipto


1. Se dice que Filón fue a Roma en tiempos de Claudio para encontrarse con Pedro, que entonces se hallaba predicando a los habitantes de aquella ciudad. Y esto no es en absoluto improbable, pues la obra que mencioné antes (la que llevó a cabo posteriormente, después de largo tiempo) claramente contiene las ordenanzas de la Iglesia que han sido observadas hasta nosotros.

2. Y cuando relata con tanta exactitud la vida de nuestros ascetas, aparece manifiestamente que no sólo conocía, sino que incluso admitía, reverenciándoles y honrándoles, a los hombres apostólicos de aquel tiempo, hebreos, según parece, y que por esta razón seguían conservando la gran mayoría de las costumbres de los judíos.

3. Primeramente anuncia Filón decididamente en el libro titulado De la vida contemplativa o Suplicantes, que no tiene intención de añadir a su relato nada fuera de la verdad ni de su propia invención. Dice que a aquellos varones se les llamaba «terapeutas», y a las mujeres que se hallaban con ellos «terapeutisas»; además añade las siguientes razones de este apelativo: o bien porque a modo de médicos libraban de la enfermedad del mal a las almas de los que a aquellos acudían, sanándolos y cuidándolos, o bien debido a su limpio y puro servicio y culto a la Divinidad.

4. Así pues, no es preciso extenderse para decidir si este nombre lo estableció Filón mismo de acuerdo con el comportamiento de ellos, o si ya desde un principio se les llamó así, puesto que aún no se había usado en todo lugar el nombre de cristianos.

5. De todos modos, el testimonio de cómo ellos en primer lugar se alejan de las riquezas, asegurando que, cuando se inician en este modo de pensar, hacen entrega de los bienes a sus parientes, entonces, exentos de toda inquietud por la vida y saliendo fuera de las murallas, viven en campos solitarios y en huertos, porque son conscientes del carácter inútil y perjudicial del trato con las personas de diferente opinión. Parece ser que los que entonces actuaban así, se afanaban por imitar la vida de los profetas en su fe animosa y ardiente.

6. Pues también en los Hechos de los Apóstoles (que es un libro reconocido) se expone que todos los seguidores de los apóstoles, vendiendo sus bienes y sus posesiones, los distribuían entre todos a cada uno según su necesidad, de modo que no hubiera entre ellos ningún pobre. De este modo, según dicen los Hechos, porque todos poseían heredades o cosas, las vendían y traían el precio de lo vendido y lo ponían a los pies de los apóstoles, para que se repartiera a cada uno según su necesidad».

7. Pero Filón, tras dar testimonio de obras semejantes a las mencionadas, añade lo que sigue textualmente: «Así pues, este tipo de personas se encuentra en muchos puntos de la tierra, porque era preciso que tanto griegos como bárbaros, tuvieran parte en el bien perfecto. No obstante, son muy numerosos en Egipto en cada "nomos", y principalmente en Alejandría.

8. »Los más importantes en todo lugar, eran enviados como colonia a una región en extremo favorable, como si fuera a una tierra de terapeutas. Esta región se halla junto al lago Mareya, que yace sobre una pequeña colina, y en gran manera apta gracias a la estabihdad y templanza del aire.» Prosigue describiendo sus hogares, y dice lo siguiente acerca de las iglesias de aquella región:

9. «En cada casa hay una habitación sagrada, la cual se llama oratorio privado y monasterio, y allí a solas se llevan a cabo los misterios de la vida santa. En esta dependencia no introducen ni bebidas ni alimentos ni cosa alguna indispensable para el cuerpo, sino leyes, revelaciones anunciadas por los profetas, himnos, y todo cuanto es útil para el crecimiento y la perfección del conocimiento y de la religión». Después de otros detalles dice:

10. «Dedican todo el tiempo, desde el alba hasta la puesta de sol, a estos ejercicios. Reflexionan sobre las Santas Escrituras, estudian y explican la filosofía patria con alegorías, porque creen que la expresión oral es figura de la naturaleza encubierta, que es inteligible por medio de alegorías.»

11. Tienen también en su poder los escritos de antiguos varones que establecieron la secta y dejaron numerosos documentos de sus enseñanzas en forma alegórica. Ellos los usan a modo de ejemplo y los imitan en su forma de pensar.

12. Con estas palabras parece describirlo el hombre que escuchó su exposición de la Santa Escritura. Pero quizás los escritos de los antiguos, de los que dicen que disponían, fueran los Evangelios, los escritos de los apóstoles y algunos comentarios de los profetas, como los que se encuentran en la «Espístola a los Hebreos» y en otras cartas de Pablo.

13. A continuación Filón relata cómo escribían nuevos salmos: «De tal manera que no se limitan a la simple comtemplación, sino que incluso componen canciones e himnos a Dios, usando todo tipo de metros y melodías, pero figurándolos forzosamente con números graves».

14. En esta obra se explican muchos más detalles acerca de este asunto, pero me ha parecido oportuno referir sólo puntos concernientes a las características de la vida de la Iglesia.

15. Sin embargo, si alguien cree que la conducta que hemos expuesto no es apropiada a la vida según el Evangelio, y que en cambio corresponde también a otros fuera de los ya mencionados, se persuadirá con las siguientes palabras de Filón, en las que, si es honrado, apreciará un testimonio innegable sobre este tema; escribe como sigue:

16. «En primer lugar, toman el dominio propio como fundamento del alma y las otras virtudes las sobreedifican. Ninguno tomaría bebida ni comida antes de la puesta del sol, porque creen que la reflexión es digna de la luz, pero en cambio las necesidades del cuerpo lo son de las tinieblas. Por ello reservan el día para aquel ejercicio y una breve fracción de la noche para éstas.

17. »Algunos llegan al extremo de olvidar su alimentación durante tres días; en éstos las ansias de conocimiento se hallan mucho más establecidas; pero otros, hasta tal punto se regocijan y se gozan en la comida intelectual que les provee doctrina con gran riqueza y opulencia, que, por las costumbres, persisten doble tiempo y Iras seis días apenas gustan el alimento necesario». Creemos que estas palabras de Filón conciernen cierta e indudablemente a los nuestros.

18. Sin embargo, si alguien, tras considerar todo esto, todavía se obstinara en oponerse, sea él también liberado de su incredulidad convenciéndose con pruebas más evidentes, las cuales no se encuentran en todas partes, sino únicamente en el culto cristiano según el Evangelio.

19. Así pues, dice que también viven mujeres con aquellos hombres que ha mencionado, y que de ellas, la mayoría llegan vfrgenes a la edad avanzada, sin mantener su castidad por imposición, como ocurre con algunas sacerdotisas griegas, sino más bien por decisión voluntaria, por su celo y su anhelo de sabiduría, con la que se dedican a vivir despreocupadas de los placeres corporales y deseosas de conseguir hijos inmortales (no mortales), los cuales sólo puede engendrar por sí misma el alma que ama a Dios.

20. Poco después presenta más claramente lo siguiente: «No obstante, la exégesis de las Santas Escrituras y sus símbolos los reciben con alegría. Pues estos hombres creen que toda ley es como un ser vivo: su cuerpo es la disposición específica, su alma el sentido invisible que se encuentra en las palabras. Este sentido lo empezó a considerar sobre todo esta secta viendo, como en un espejo de palabras, la maravillosa belleza en los pensamientos».

21. ¿Para qué añadiremos sus reuniones en un mismo lugar, la ocupación que llevaban separadas los hombres y las mujeres en un mismo lugar, y las prácticas que todavía nosotros realizamos por costumbre, principalmente las que llevamos a cabo en las fiestas de la Pasión del Salvador: ayuno, vigilias nocturnas y dedicación a la Palabra de Dios?

22. Estas cosas nos la ha conservado, con gran exactitud, el varón mencionado en sus propios escritos, del mismo modo en que sólo entre nosotros se ha ido observando hasta ahora. Refiere las noches enteras de la gran fiesta, las prácticas que se realizaban en ellas y los himnos que habitualmente leemos, y cómo, al mismo tiempo que uno solo va salmodiando con ritmo y en orden, los restantes escuchan los himnos guardando silencio y le acompañaban en el verso final.También cuenta cómo en los días especificados se acuestan en camas de paja, y no gustan vino en modo alguno (así lo escribe textualmente), ni tampoco carne, sino que el agua constituye su única bebida, y sal e hisopo como condimento del pan.

23. A todo ello añade el modo de la precedencia de los que sostienen los cargos eclesiásticos, el ministerio de las presidencias del episcopado, las cuales son las más elevadas de todas. Ahora bien, quien ansíe tener un conocimiento exacto de todo esto lo hallará en el mencionado relato del autor aludido.

24. El hecho de que Filón escribiera estas cosas habiendo de antemano recibido a los primeros heraldos de la enseñanza del Evangelio y de las costumbres transmitidas desde el comienzo por los apóstoles, es evidente para todos.




XVIII.- Obras de Filón que han sido conservadas hasta nosotros


1. Bien conocedor de la lengua, de mente despierta, magnífico y elevado en la contemplación de las Divinas Escrituras, Filón compuso un comentario hábil y multiforme de las Santas Palabras. En primer lugar trató, en orden consecutivo, los problemas del Génesis, en los libros que tituló Alegorías de las leyes Sagradas,y luego, hasta cierto punto, distinguió, hizo concordar y anuló capítulos dudosos de las Escrituras en las obras que tituló Problemas y soluciones sobre el Génesis y sobre el Éxodo,respectivamente.

2. Además tiene otros tratados sobre algunos problemas estudiados individualmente; por ejemplo: dos Obras sobre la agricultura, y otras dos Sobre la embriaguez, y otras con varios títulos apropiados, como: Sobre las cosas que el sobrio entendimiento desea y repudia, Sobre la confusión de las lenguas, Sobre la fuga y la invención, Sobre la agrupación para la instrucción, Sobre quién es el heredero de las cosas divinas, Sobre la división en partes iguales y opuestas y Sobre las tres virtudes que Moisés describió junto con otras.

3. Hay que añadir Sobre los cambios de nombre y el porqué de esos cambios, en la que se dice que había integrado los libros 1 y II de Sobre los testamentos.

4. También es autor de la obra Sobre la migración y la vida del sabio perfecto de acuerdo con la justicia, o Sobre las leyes no escritas.
También Sobre los gigantes o Sobre la inmortalidad de Dios,y los libros I al IV de Acerca de cómo, según Moisés, Dios envía los sueños. Así pues, éstas son las obras de Filón sobre el Génesis que han llegado hasta nosotros.

5. No obstante, sobre el Éxodo conocemos las siguientes: Problemas y soluciones, I y V de Sobre el tabernáculo, Sobre los diez mandamientos, Sobre las leyes que especialmente se refieren a los principales capítulos de los diez mandamientos, I y V de Sobre los animales: de los sacrificios y tipos de sacrificios, Sobre la recompensa de los buenos, y los castigos y maldiciones de los malvados que se encuentran en la ley.

6. Además de estas obras se cree que son suyas otras referidas a un solo libro como: Sobre la providencia. La obra que escribió Sobre los judíos, El político, Alejandro o Sobre la razón que tienen los animales irracionales, y también De cómo es esclavo todo hombre maligno, al que le sigue De cómo es libre todo hombre bueno.

7. Posteriormente compuso Sobre la vida contemplativa o Suplicantes, la cual hemos citado cuando describíamos la vida de los hombres apostólicos; y también se creen suyas las Interpretaciones de los nombres hebreos que se encuentran en la ley y los profetas.

8. Así pues, Filón llegó a Roma en tiempos de Cayo, y se cuenta que su obra La tenaz teofobia de Cayo, a la que por su habitual ironía tituló Sobre las virtudes, la leyó a todo el Senado romano, en tiempo de Claudio, de modo que sus obras fueron admiradas, hasta el punto de ser consideradas dignas de aparecer en las bibliotecas.

9. Por esas fechas, mientras Pablo se hallaba en su viaje desde Jerusalén, y alrededores hasta el Ilírico, Claudio expulsó a los judíos fuera de Roma, y Aquila y Priscila, junto con los demás judíos, descendieron a Asia, donde vivían con el apóstol Pablo, que fortalecía las iglesias de aquel lugar, las cuales él mismo había fundado recientemente. Esto nos lo enseñan también las Santas Escrituras.




XIX.- Sufrimientos que sobrevinieron a los judíos de Jerusalén el día de la Pascua


1. Cuando aún ostentaba el mando Claudio, sucedió, en la fiesta de la Pascua, que surgió en Jerusalén una revuelta y un tumulto tan exagerado, que sólo de los judíos apiñados violentamente en las salidas del templo, murieron tres mil, pisoteados unos por otros, y la fiesta se convirtió en luto público para todo el pueblo y en dolor para cada familia.

2. Luego, Claudio nombró como rey de los judíos a Agripa, hijo de Herodes, y envió a Félix como gobernador de toda la región de Samaria, de Galilea e incluso de la llamada Perea. Al cabo de trece años y ocho meses de gobernar el imperio, murió Claudio y dejó a Nerón como sucesor en el mando.



XX.- Acerca de lo que sucedió en Jerusalén en tiempos de Nerón


1. En tiempos de Nerón, siendo Félix gobernador de Judea, cuenta Josefo, en el libro XX de sus Antigüedades, que los sacerdotes se alzaron unos contra otros. Dice textualmente:

2. «Pero se encendió una revuelta entre los sumos sacerdotes por un lado y los sacerdotes y dirigentes del pueblo de Jerusalén por el otro, y cada uno de ellos formé una tropa de hombres de los más audaces y revolucionarios para sí mismo, y él era su jefe. Cuando se oponían, se injuriaban unos a otros y lanzaban piedras. No había absolutamente nadie para reprimirlo, sino que todo esto se realizaba libremente, como en una ciudad sin gobierno.

3. »Y la desvergüenza y el valor de los sumos sacerdotes llegó hasta tal extremo que se atrevieron a enviar esclavos a las eras para recoger los diezmos debidos a los sacerdotes. Incluso sucedió que se podía ver a los pobres sacerdotes muriendo de necesidad. De este modo la violencia de los revolucionarios dominaba toda justicia.»

4. De nuevo el mismo escritor cuenta que por aquel tiempo apareció en Jerusalén un cierto tipo de bandidos que, según afirma, en pleno día y en el centro de la ciudad asesinaban a cualquier persona que encontraban.

5. Principalmente en los días de fiesta, mezclásdose entre la multitud y llevando pequeñas dagas ocultas entre sus ropas, herían a sus adversarios. Cuando éstos caían, los propios asesinos formaban parte de los que se indignaban; y debido a su apariencia de honradez manifiesta a todos, no los podían descubrir.

6. El primer asesinado por ellos fue el sumo sacerdote Jonatán, y trás él fueron matando a muchos más a diario. Con todo esto, el temor vino a ser más terrible que la desgracia, porque, como en la guerra, todos esperaban la muerte a cada instante.




XXI.- Acerca del egipcio también mencionado en los Hechos de los Apóstoles


1. Después de lo anterior añade la siguiente información: «El pseudoprofeta egipcio acarreó a los judíos mayores males que éstos con una gran plaga. Efectivamente, se presentó en aquella tierra como hechicero y se procuró la confianza de un profeta. Entonces reunió cerca de treinta mil personas engañadas y las condujo desde el desierto hasta el monte llamado de los Olivos, desde donde atacaría a Jerusalén y tomaría lá guardia romana y el pueblo, usando, como un tirano, el grupo armado que se había unido a él.

2. »No obstante, Félix anticipó su asalto oponiéndosele con los soldados romanos, y todo el pueblo colaboré en la defensa, de suerte que cuando se entabló el combate, el egipcio huyó con algunos pocos, pero la mayoría de los que le habían seguido murieron o fueron capturados».

3. Esto se halla en el libro II de las Guerras de Josefo. Sin embargo, merece la pena conocer lo que se dice allí y también lo que se menciona en los Hechos de los Apóstoles acerca del egipcio en el pasaje en el que, en tiempos de Félix, el tribunal preguntó a Pablo en Jerusalén (cuando una multitud de judíos se había alzado contra él): «¿No eres tú aquel egipcio que levantó una sedición antes de estos días, y sacó al desierto los cuatro mil sicarios?» Todo esto tuvo lugar en tiempos de Félix.




XXII.- Cómo Pablo fue enviado cautivo desde Judea a Roma y, tras defenderse, fue absuelto de toda culpa


1. Nerón envió como sucesor de Félix a Festo, y bajo su mandato Pablo, tras sostener su causa, fue conducido cautivo a Roma. Estaba con él Aristarco, al que con razón en algún punto de su Epístola llama compañero de prisiones. También Lucas, quien consignó por escrito los Hechos de los Apóstoles, termina su relato con estos sucesos, mostrando que Pablo estuvo dos años enteros en Roma sin opresión y allí predicaba la Palabra de Dios libremente.

2. Según la tradición, el apóstol expuso entonces su defensa y de nuevo partió para seguir en su ministerio de la predicación, pero cuando por segunda vez llegó a Roma, murió martirizado en tiempo del mismo emperador. Estando esta vez en sus prisiones compuso la Segunda Epístola a Timoteo, en la que hace mención de su defensa y de su muy pronta muerte.

3. Considera su propio testimonio acerca de todo esto: «En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león».

4. Con esto manifiesta claramente que la primera vez, para que fuese cumplida su predicación, fue librado de la boca del león, haciendo alusión, según parece, a Nerón y su crueldad. Sin embargo, no añade a continuación nada semejante a «me librará de la boca del león», pues sentia en su corazón que su muerte estaba cercana.

5. Por ello, a «fui librado de la boca del león» añade: «El Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial», aludiendo así a su propio martirio. Y este hecho lo especiflca un poco antes, cuando dice: «Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano».

6. Ahora bien, en su Segunda Epístola a Timoteo dice que cuando la escribía se hallaba con él Lucas, pero que en su primera defensa ni siquiera éste. De ello entendemos que Lucas acabó de escribir los Hechos de los Apóstoles por aquel tiempo, contando lo que pasé cuando estuvo Pablo.

7. Esto lo decimos para demostrar que el fin de Pablo no se llevó a cabo en su primera estancia en Roma, descrita por Lucas.

8. Quizás Nerón fuera más benévolo en el principio, de modo que era más fácil que aceptara la defensa de Pablo en favor de sus creencias; pero al progresar en sus atrevimientos criminales, arremetió contra los apóstoles como contra todos los demás.



XXIII.- Acerca del martirio de Jacobo, el llamado hermano del Señor


1. Los judíos, cuando vieron perdida la esperanza que les animé a tramar un complot contra Pablo (pues éste, al apelar al César, fue enviado por Festo a Roma), se dirigieron contra Jacobo (Santiago), el hermano del Señor, a quien los apóstoles entregaron el trono del episcopado de Jenisalén. Del modo siguiente osaron actuar contra él:

2. Lo colocaron en el medio e intentaron hacerle negar la fe en Cristo ante todo el pueblo. Pero él, para sorpresa de todos, con una voz libre empezó a hablar con mayor seguridad de lo previsto y confesaba que nuestro Salvador y Señor Jesús es el hijo de Dios. Ya no pudieron soportar el testimonio de un hombre tan grande, el cual era considerado el más justo de todos por la altura de sabiduría y piedad que había alcanzado a lo largo de toda su vida, y lo asesinaron, aprovechando la anarquía debida a que, muerto por aquel tiempo Festo en Judea, la dirección del país quedó sin gobernar y sin control.

3. En una cita de Clemente mencionada anteriormente, se ha expuesto con claridad cómo se llevó a cabo la muerte de Jacobo; en ella relata que fue lanzado desde el pináculo del templo y le golpearon con palos hasta la muerte. Sin embargo, es Hegesipo (miembro de la sucesión de los apóstoles) quien expone más exactamente su vida; en el libro V de sus Memorias se refiere lo siguiente:

4. «Jacobo, el hermano del Señor, es el sucesor, con los apóstoles, del gobierno de la iglesia. A éste todos le llaman "Justo" ya desde el tiempo del Señor y hasta nosotros, porque muchos se llamaban Jacobo.

5. »No obstante, sólo él fue santo desde el vientre de su madre; no bebió vino ni bebida fermentada; ni tocó carne; no pasó navaja alguna sobre su cabeza ni fue ungido con aceite; y tampoco usó del baño.

6. »Sólo él tenía permitido introducirse en el santuario, porque su atuendo no era de lana, sino de lino. Asimismo, únicamente él entraba en el templo, donde se hallaba arrodillado y rogando por el perdón de su pueblo, de manera que se encallecían sus rodillas como las de un camello, porque siempre estaba prosternado sobre sus rodillas humillándose ante Dios y rogando por el perdón de su pueblo.

7. »Por la exageración de su justicia le llamaban "Justo" y "Oblías, que en griego significa protección del pueblo y justicia, del mismo modo que los profetas dan a entender acerca de él.

8. »Algunas de las siete sectas del pueblo, las que ya mencioné antes (en las Memorias), procuraban aprender de él acerca de la puertade Jesús, y él les decía que se trataba del Salvador.

9. »Unos cuantos de ellos creyeron que Jesús era el Cristo. Pero las sectas, a las que hemos aludido, no creyeron en la resurrección ni en su inminente regreso para pagar a cada uno según sus obras; no obstante, todos los que creyeron lo hicieron por medio de Jacobo.

10. »Muchos fueron los convertidos, incluso entre los principales, y por ello hubo alboroto entre los judíos, los escribas y los fariseos, y decían que el pueblo peligraba aguardando al Cristo. Reuniéndose entonces ante Jacobo le decían: "Te lo rogamos: sujeta al pueblo, pues se encuentran engañados acerca de Jesús y creen que él es el Cristo.Te rogamos que aconsejes, acerca de Jesús, a cuantos acudan el día de la Pascua, pues todos te obedecemos. Porque nosotros y todo el pueblo damos testimonio de que tú eres justo y no haces acepción de personas.

11. »"Así pues, persuade a la multitud para que no yerre acerca de Cristo. Pues todo el pueblo y nosotros te obedecemos. Mantente en pie sobre el pináculo del templo, para que desde esa altura todo el pueblo te vea y oiga tus palabras. Ya que por la Pascua se unen todas la tribus, incluyendo a los gentiles."

12. »De este modo los aludidos escribas y fariseos colocaron a Jacobo sobre el pináculo del templo, y estallaron a gritos diciendo: "¡Tú, el Justo!, al que todos nosotros debemos obedecer, explícanos cuál es la puerta de Jesús, pues todo el pueblo está engañado, siguiendo a Jesús el Crucificado."

13. »Entonces él contestó con voz potente: "¿Por qué me interrogáis acerca del hijo del hombre? ¡El está sentado a la diestra del gran poder, y pronto vendrá sobre las nubes del cielo!"

14. »Y muchos creyeron de corazón y, por el testimonio de Jacobo, alabaron diciendo: "¡Hosanna al hijo de David!"; pero entonces, de nuevo los mismos escribas y fariseos comentaban: "Hemos actuado erróneamente al procurar un testimonio tan grande en contra de Jesús, pero subamos y arrojemos a éste, para que se confundan y no crean en él."

15. »Así, gritaban diciendo: "¡Oh!, ¡oh! también el Justo anda en error", y con este acto cumplieron la escritura en Isaías: "(Saquemos al Justo, porque nos es embarazoso.) Entonces comerán los frutos de sus obras"

16. »Entonces subieron y lanzaron abajo al Justo. Luego comentaban: "Apedreemos a Jacobo el Justo, y empezaron a apedrearlo, pues no había muerto al ser arrojado. Pero él, volviéndose, hincó las rodillas diciendo: "Señor, Dios Padre, te lo suplico: perdónalos, porque no saben lo que hacen."

17. »Mientras lo apedreaban, un sacerdote de los hijos de Recab, hijo de Recabín, de los que el profeta Jeremías dio testimonio, rompió a gritar diciendo: "Deteneos, ¿qué hacéis? El Justo pide por nosotros."

18. »Y cierto hombre entre ellos, un batanero, golpeó al Justo en la cabeza con el mazo que usaba para batir las prendas, y de éste modo fue martirizado Jacobo.»Y allí le enterraron al lado del templo, y su columna todavía permanece cerca del templo. Fue un testigo verdadero para los judíos y griegos de que Jesús es el Cristo. E inmediatamente Vespasiano asedió Jerusalén.»

19. Ésta es la amplia exposición de Hegesipo, que coincide con Clemente. Jacobo fue tan maravilloso y su justicia era conocida por todos los demás de tal modo, que hasta los judíos prudentes creían que éste era el motivo del asedio a Jerusalén (que tuvo lugar en el mismo momento en que le martirizaron) y que les sobrevino únicamente debido al sacrilegio perpetrado contra él.

20. Naturalmente, Josefo no se abstuvo de dar testimonio escrito de estos hechos con las siguientes palabras: «Esto vino sobre los judíos como venganza de Jacobo el Justo, quien era hermano de Jesús, llamado el Cristo, porque a pesar de ser un varón extremadamente justo le dieron muerte».

21. El mismo Josefo relata su muerte en el libro XX de sus Antigüedades como sigue: «El césar, cuando supo la muerte de Festo, envió a Albino como gobernador de Judea. Mas Ananos el Joven, el cual, como ya mencionamos, recibió el sumo sacerdocio, era extraordinariamente audaz y valeroso y también pertenecía a la secta de los saduceos, los cuales son en los juicios los más severos de todos los judíos, de acuerdo con lo indicado con anterioridad.

22. »Debido a su carácter, Ananos pensó tener una buena oportunidad cuando, habiendo muerto Festo, Albino aún estaba en camino, y, así, convocó una asamblea de jueces y, tras llevar a ella a Jacobo el hermano de Jesús, el llamado Cristo, y a unos pocos más, les acusó de infringir la ley y los entregó con el propósito de que fueran apedreados.

23. »Sin embargo, cuantos eran conocidos por ser los ciudadanos más honrados y los que con mayor exactitud observaban las leyes, se apresuraron por estos hechos y se pusieron en contacto secretamente con el rey, rogándole que escribiera a Ananos para que no llevara a cabo su propósito; pues no se había comportado rectamente ya desde el mismo principio. Algunos llegaron al extremo de ir al encuentro de Albino, que se hallaba en su viaje desde Alejandría, para comunicarle que Ananos no tenía ningún derecho a convocar ninguna asamblea sin su aprobación.

24. »Albino se convenció de estas palabras, y escribió enojado a Ananos amenazándole con hacer justicia. Por ello el rey Agripa le cesó en el sumo sacerdocio, que hacía tres meses que ostentaba, y estableció en su lugar a Jesús, hijo de Dameo.» Todo esto es lo que se cuenta acerca de Jacobo (o sea, Santiago), de quien se dice ser la primera de las epístolas llamadas universales.

25. Pero es necesario conocer que muchos de los antiguos no hacen mención de ella, ni tampoco de la llamada de Judas, que también pertenece a las siete llamadas universales. Pero, a pesar de ello, me consta que tanto éstas como las otras se usan en público en la mayoría de las iglesias.



XIV.- Cómo Aniano fue el primer obispo nombrado, después de Marcos, en la iglesia de Alejandría


1 En el octavo año del reinado de Nerón, Aniano fue el primero en tomar por sucesión, después de Marcos el evangelista, el gobierno de la iglesia de Alejandría.



XXV.- Acerca de la persecución, bajo Nerón, con la que Pablo y Pedro se adornaron con el martirio por la religión


1. Cuando el poder de Nerón estuvo bien afianzado, y habiendo llevado a cabo actos profanos, se armó contra la mismísima religión del Dios del universo. No obstante, está fuera de los objetivos de la presente obra el relatar los extremos de su perversidad.

2. Porque, gracias a que muchos lo han relatado con gran precisión, quien lo desee podrá examinar perfectamente en sus escritos la extremadamente funesta locura de este singular hombre, el cual, dirigido por ella, causó la destrucción a muchos sin razón alguna, y a tal punto llegó su sed de asesinato que no se detuvo ni ante los parientes más cercanos y amados, sino que hizo sufrir con distintos tipos de muerte a su madre, a sus hermanos y a su esposa junto, con muchos otros familiares, como si se tratara de adversarios y enemigos.

3. Pero a todos estos detalles falta añadir acerca de él, que es el primer emperador en proclamarse enemigo del culto a Dios.

4. A él de nuevo lo menciona el autor latino Tertuliano cuando dice lo siguiente: Rrevisad vuestras memorias históricas. Allí observaréis que Nerón fue el primero en perseguir esta creencia, especialmente cuando hubo sometido todo el oriente, y era inhumano con todos.
»Para nosotros es un gozo tener a este causante de nuestro castigo, pues la persona que le conozca sabrá que nada que no fuera un gran bien podía ser condenado por Nerón».

5. Según todo esto, el proclamado primer luchador en contra de Dios, entre muchos más, se ocupó en dar muerte a los apóstoles. Pues se cuenta que Pablo fue decapitado en la misma Roma, y Pedro, a su vez, fue crucificado bajo su mando. Y este relato viene secundado por la denominación de «Pedro y Pablo» para los cementerios, que se mantiene todavía hoy en aquel lugar.

6. También lo afirma, y no con menor certidumbre, un varón eclesiástico llamado Cayo, que vivió durante el obispado en Roma de Ceferino. Este Cayo, en una disputa escrita con Proclo, jefe de la secta de los Catafrigios, habla acerca de los lugares donde se hallan los santos restos de los apóstoles que hemos mencionado, y dice lo siguiente:

7. «Pero yo puedo mostrar los trofeos de los apóstoles. Pues si deseas ir al Vaticano o al camino de Ostia, verás los trofeos de aquellos que fundaron esta iglesia».

8. El obispo de Corinto, Dionisio, en su correspondencia con los romanos, confirma el hecho de que ambos (Pablo y Pedro) fueron martirizados al mismo tiempo, como sigue: «Vosotros también habéis unido, mediante esta advertencia, la obra plantada por Pedro y la que plantó Pablo, la de los romanos y la de los corintios. Pues ambos, una vez que plantaron en nuestra Corinto, los dos nos instruyeron, y, tras enseñar en Italia en el mismo lugar, ambos fueron martirizados a la vez.» Sea esto también una confirmación de lo que hemos mencionado.



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