Gaudium et spes ES 62


CAPITULO III - LA VIDA ECONOMICO - SOCIAL


Algunos aspectos de la vida economica

63 También en la vida economico-social deben respetarse y promoverse la dignidad de la persona humana, su entera vocacion y el bien de toda la sociedad. Porque el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida economico-social.

La economia moderna, como los restantes sectores de la vida social, se caracteriza por una creciente dominacion del hombre sobre la naturaleza, por la multiplicacion e intensificacion de las relaciones sociales y por la interdependencia entre ciudadanos, asociaciones y pueblos, asi como también por la cada vez mas frecuente intervencion del poder publico.

Por otra parte, el progreso en las técnicas de la produccion y en la organizacion del comercio y de los servicios han convertido a la economia en instrumento capaz de satisfacer mejor las nuevas necesidades acrecentada de la familia humana.

Sin embargo, no faltan motivos de inquietud. Muchos hombres, sobre todo en regiones economicamente desarrolladas, parecen garza por la economia, de tal manera que casi toda su vida personal y social esta como tenida de cierto espiritu economista tanto en las naciones de economia colectivizada como en las otras.

En un momento en que el desarrollo de la vida economica, con tal que se le dirija y ordene de manera racional y humana, podria mitigar las desigualdades sociales, con demasiada frecuencia trae consigo un endurecimiento de ellas y a veces hasta un retroceso en las condiciones de vida de los mas débiles y un desprecio de los pobres.

Mientras muchedumbres inmensas carecen de lo estrictamente necesario, algunos, aun en los paises menos desarrollados, viven en la opulencia y malgastan sin consideracion. El lujo pulula junto a la miseria. Y mientras unos pocos disponen de un poder amplisimo de decision, muchos carecen de toda iniciativa y de toda responsabilidad, viviendo con frecuencia en condiciones de vida y de trabajo indignas de la persona humana.

Tales desequilibrios economicos y sociales se producen tanto entre los sectores de la agricultura, la industria y los servicios, por un parte, como entre las diversas regiones dentro de un mismo pais. Cada dia se agudiza mas la oposicion entre las naciones economicamente desarrolladas y las restantes, lo cual puede poner en peligro la misma paz mundial.

Los hombres de nuestro tiempo son cada dia mas sensibles a estas disparidades, porque estan plenamente convencidos de que la amplitud de las posibilidades técnicas y economicas que tiene en sus manos el mundo moderno puede y debe corregir este lamentable estado de cosas.

Por ello son necesarias muchas reformas en la vida economico-social y un cambio de mentalidad y de costumbres en todos. A este fin, la Iglesia, en el transcurso de los siglos, a la luz del Evangelio, ha concretado los principios de justicia y equidad, exigidos por la recta razon, tanto en orden a la vida individual y social como en orden a la vida internacional, y los ha manifestado especialmente en estos ultimos tiempos.

El Concilio quiere robustecer estos principios de acuerdo con las circunstancias actuales y dar algunas orientaciones, referentes sobre todo a las exigencias del desarrollo economico.


SECCION I.- El desarrollo economico


Ley fundamental del desarrollo: el servicio del hombre

64 Hoy mas que nunca, para hacer frente al aumento de poblacion y responder a las aspiraciones mas amplias del género humano, se tiende con razon a un aumento en la produccion agricola e industrial y en la prestacion de los servicios.

Por ello hay que favorecer el progreso técnico, el espiritu de innovacion, el afan por crear y ampliar nuevas empresas, la adaptacion de los métodos productivos, el esfuerzo sostenido de cuantos participan en la produccion; en una palabra, todo cuanto puede contribuir a dicho progreso.

La finalidad fundamental de esta produccion no es el mero incremento de los productos, ni el beneficio, ni el poder, sino el servicio del hombre, del hombre integral, teniendo en cuanta sus necesidades materiales y sus exigencias intelectuales, morales, espirituales y religiosas; de todo hombre, decimos, de todo grupo de hombres, sin distincion de raza o continente.

De esta forma, la actividad economica debe ejercerse siguiendo sus métodos y leyes propias, dentro del ambito del orden moral, para que se cumplan asi los designios de Dios sobre el hombre.

El desarrollo economico, bajo el control humano

65 El desarrollo debe permanecer bajo el control del hombre. No debe quedar en manos de unos pocos o de grupos economicamente poderosos en exceso, ni tampoco en manos de una sola comunidad politica o de ciertas naciones mas poderosas.

Es preciso, por el contrario, que en todo nivel, el mayor numero posible de hombres, y en el plano internacional el conjunto de las naciones, puedan tomar parte activa en la direccion del desarrollo.

Asimismo es necesario que las iniciativas espontaneas de los individuos y de sus asociaciones libres colaboren con los esfuerzos de las autoridades publicas y se coordinen con éstos de forma eficaz y coherente.

No se puede confiar el desarrollo ni al solo proceso casi mecanico de la accion economica de los individuos ni a la sola decision de la autoridad publica. Por este motivo hay que calificar de falsas tanto las doctrinas que se oponen a las reformas indispensables en nombre de una falsa libertad como las que sacrifican los derechos fundamentales de la persona y de los grupos en aras de la organizacion colectiva de la produccion.

Recuerden, por otra parte, todos los ciudadanos el deber y el derecho que tienen, y que el poder civil ha de reconocer, de contribuir, segun sus posibilidades, al progreso de la propia comunidad.

En los paises menos desarrollados, donde se impone el empleo urgente de todos los recursos, ponen en grave peligro el bien comun los que retienen sus riquezas improductivamente o los que -salvado el derecho personal de emigracion- privan a su comunidad de los medios materiales y espirituales que ésta necesita.

Han de eliminarse las enormes desigualdades economico-sociales

66 Para satisfacer las exigencias de la justicia y de la equidad hay que hacer todos los esfuerzos posibles para que, dentro del respeto a los derechos de las personas y a las caracteristicas de cada pueblo, desaparezcan lo mas rapidamente posible las enormes diferencias economicas que existen hoy, y frecuentemente aumentan, vinculadas a discriminaciones individuales y sociales.

De igual manera, en muchas regiones, teniendo en cuanta las peculiares dificultades de la agricultura tanto en la produccion como en la venta de sus bienes, hay que ayudar a los labradores para que aumenten su capacidad productiva y comercial, introduzcan los necesarios cambios e innovaciones, consigan una justa ganancia y no queden reducidos, como sucede con frecuencia, a la situacion de ciudadanos de inferior categoria.

Los propios agricultores, especialmente los jovenes, apliquense con afan a perfeccionar su técnica profesional, sin la que no puede darse el desarrollo de la agricultura.

La justicia y la equidad exigen también que la movilidad, la cual es necesaria en una economia progresiva, se ordene de manera que se eviten la inseguridad y la estrechez de vida del individuo y de su familia.

Con respecto a los trabajadores que, procedentes de otros paises o de otras regiones, cooperan en el crecimiento economico de una nacion o de una provincia, se ha de evitar con sumo cuidado toda discriminacion en materia de remuneracion o de condiciones de trabajo.

Ademas, la sociedad entera, en particular los poderes publicos, deben considerarlos como personas, no simplemente como meros instrumentos de produccion; deben ayudarlos para que traigan junto a si a sus familiares, se procuren un alojamiento decente, y a favorecer su incorporacion a la vida social del pais o de la region que los acoge. Sin embargo, en cuanto sea posible, deben crearse fuentes de trabajo en las propias regiones.

En las economias en periodo de transicion, como sucede en las formas nuevas de la sociedad industrial, en las que, v.gr se desarrolla la autonomia, en necesario asegurar a cada uno empleo suficiente y adecuado: y al mismo tiempo la posibilidad de una formacion técnica y profesional congruente. Débense garantizar la subsistencia y la dignidad humana de los que, sobre todo por razon de enfermedad o de edad, se ven aquejados por graves dificultades.


SECCION 2.- Algunos principios reguladores del conjunto de la vida economico-social


Trabajo, condiciones de trabajo, descanso

67 El trabajo humano que se ejerce en la produccion y en el comercio o en los servicios es muy superior a los restantes elementos de la vida economico, pues estos ultimos no tienen otro papel que el de instrumentos.

Pues el trabajo humano, autonomo o dirigido, procede inmediatamente de la persona, la cual marca con su impronta la materia sobre la que trabaja y la somete a su voluntad. Es para el trabajador y para su familia el medio ordinario de subsistencia; por él el hombre se une a sus hermanos y les hace un servicio, puede practicar la verdadera caridad y cooperar al perfeccionamiento de la creacion divina.

No solo esto. Sabemos que, con la oblacion de su trabajo a Dios, los hombres se asocian a la propia obra redentora de Jesucristo, quien dio al trabajo una dignidad sobreeminente laborando con sus propias manos en Nazaret.

De aqui se deriva para todo hombre el deber de trabajar fielmente, asi como también el derecho al trabajo. Y es deber de la sociedad, por su parte, ayudar, segun sus propias circunstancias, a los ciudadanos para que puedan encontrar la oportunidad de un trabajo suficiente.

Por ultimo, la remuneracion del trabajo debe ser tal que permita al hombre y a su familia una vida digna en el plano material, social, cultural y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la productividad de cada uno, asi como las condiciones de la empresa y el bien comun.

La actividad economica es de ordinario fruto del trabajo asociado de los hombres; por ello es injusto e inhumano organizarlo y regularlo con dano de algunos trabajadores. Es, sin embargo, demasiado frecuente también hoy dia que los trabajadores resulten en cierto sentido esclavos de su propio trabajo.

Lo cual de ningun modo esta justificado por las llamadas leyes economicas. El conjunto del proceso de la produccion debe, pues, ajustarse a las necesidades de la persona y a la manera de vida de cada uno en particular, de su vida familiar, principalmente por lo que toca a las madres de familia, teniendo siempre en cuanta el sexo y la edad.

Ofrézcase, ademas, a los trabajadores la posibilidad de desarrollar sus cualidades y su personalidad en el ambito mismo del trabajo. Al aplicar, con la debida responsabilidad, a este trabajo su tiempo y sus fuerzas, disfruten todos de un tiempo de reposo y descanso suficiente que les permita cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa. Mas aun, tengan la posibilidad de desarrollar libremente las energias y las cualidades que tal vez en su trabajo profesional apenas pueden cultivar.

Participacion en la empresa y en la organizacion general de la economia. Conflictos laborales

68 En las empresas economicas son personas las que se asocian, es decir, hombres libres y autonomos, creados a imagen de DIos. Por ello, teniendo en cuanta las funciones de cada uno, propietarios, administradores, técnicos, trabajadores, y quedando a salvo la unidad necesaria en la direccion, se ha de promover la activa participacion de todos en la gestion de la empresa, segun formas que habra que determinar con acierto.

Con todo, como en muchos casos no es a nivel de empresa, sino en niveles institucionales superiores, donde se toman las decisiones economicas y sociales de las que depende el porvenir de los trabajadores y de sus hijos, deben los trabajadores participar también en semejantes decisiones por si mismos o por medio de representantes libremente elegidos.

Entre los derechos fundamentales de la persona humana debe contarse el derecho de los obreros a fundar libremente asociaciones que representen auténticamente al trabajador y puedan colaborar en la recta ordenacion de la vida economica, asi como también el derecho de participar libremente en las actividades de las asociaciones sin riesgo de represalias.

Por medio de esta ordenada participacion, que esta unida al progreso en la formacion economica y social, crecera mas y mas entre todos el sentido de la responsabilidad propia, el cual les llevara a sentirse colaboradores, segun sus medios y aptitudes propias, en la tarea total del desarrollo economico y social y del logro del bien comun universal.

En caso de conflictos economico-sociales, hay que esforzarse por encontrarles soluciones pacificas. Aunque se ha de recurrir siempre primero a un sincero dialogo entre las partes, sin embargo, en la situacion presente, la huelga puede seguir siendo medio necesario, aunque extremo, para la defensa de los derechos y el logro de las aspiraciones justas de los trabajadores. Busquense, con todo, cuanto antes, caminos para negociar y para reanudar el dialogo conciliatorio.

Los bienes de la tierra estan destinados a todos los hombres

69 Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compania de la caridad.

Sean las que sean las formas de la propiedad, adaptadas a las instituciones legitimas de los pueblos segun las circunstancias diversas y variables, jamas debe perderse de vista este destino universal de los bienes.

Por tanto, el hombre, al usarlos, no debe tener las cosas exteriores que legitimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demas.

Por lo demas, el derecho a poseer una parte de bienes suficiente para si mismos y para sus familias es un derecho que a todos corresponde. Es éste el sentir de los Padres y de los doctores de la Iglesia, quienes ensenaron que los hombres estan obligados a ayudar a los pobres, y por cierto no solo con los bienes superfluos.

Quien se halla en situacion de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para si. Habiendo como hay tantos oprimidos actualmente por el hambre en el mundo, el sacro Concilio urge a todos, particulares y autoridades, a que, acordandose de aquella frase de los Padres: Alimenta al que muere de hambre, porque, si no lo alimentas, lo matas, segun las propias posibilidades, comuniquen y ofrezcan realmente sus bienes, ayudando en primer lugar a los pobres, tanto individuos como pueblos, a que puedan ayudarse y desarrollarse por si mismos.

En sociedades economicamente menos desarrolladas, el destino comun de los bienes esta a veces en parte logrado por un conjunto de costumbres y tradiciones comunitarias que aseguran a cada miembro los bienes absolutamente necesarios.

Sin embargo, eliminese el criterio de considerar como en absoluto inmutables ciertas costumbres si no responden ya a las nuevas exigencias de la época presente; pero, por otra parte, conviene no atentar imprudentemente contra costumbres honestas que, adaptadas a las circunstancias actuales, pueden resultar muy utiles.

De igual manera, en las naciones de economia muy desarrollada, el conjunto de instituciones consagradas a la prevision y a la seguridad social puede contribuir, por su parte, al destino comun de los bienes. Es necesario también continuar el desarrollo de los servicios familiares y sociales, principalmente de los que tienen por fin la cultura y la educacion.

Al organizar todas estas instituciones debe cuidarse de que los ciudadanos no vayan cayendo en una actitud de pasividad con respecto a la sociedad o de irresponsabilidad y egoismo.

Inversiones y politica monetaria

70 Las inversiones deben orientarse a asegurar posibilidades de trabajo y beneficios suficientes a la poblacion presente y futura. Los responsables de las inversiones y de la organizacion de la vida economica, tanto los particulares como los grupos o las autoridades publicas, deben tener muy presentes estos fines y reconocer su grave obligacion de vigilar, por una parte, a fin de que se provea de lo necesario para una vida decente tanto a los individuos como a toda la comunidad, y, por otra parte, de prever el futuro y establecer un justo equilibrio entre las necesidades actuales del consumo individual y colectivo y las exigencias de inversion para la generacion futura.

Ténganse, ademas, siempre presentes las urgentes necesidades de las naciones o de las regiones menos desarrolladas economicamente. En materia de politica monetaria cuidese no danar al bien de la propia nacion o de las ajenas. Tomense precauciones para que los economicamente débiles no queden afectados injustamente por los cambios de valor de la moneda.

Acceso a la propiedad y dominio de los bienes

Problema de los latifundios

71 La propiedad, como las demas formas de dominio privado sobre los bienes exteriores, contribuye a la expresion de la persona y le ofrece ocasion de ejercer su funcion responsable en la sociedad y en la economia. Es por ello muy importante fomentar el acceso de todos, individuos y comunidades, a algun dominio sobre los bienes externos.

La propiedad privada o un cierto dominio sobre los bienes externos aseguran a cada cual una zona absolutamente necesaria para la autonomia personal y familiar y deben ser considerados como ampliacion de la libertad humana. Por ultimo, al estimular el ejercicio de la tarea y de la responsabilidad, constituyen una de las condiciones de las libertades civiles.

Las formas de este dominio o propiedad son hoy diversas y se diversifican cada dia mas. Todas ellas, sin embargo, continuan siendo elemento de seguridad no despreciable aun contando con los fondos sociales, derechos y servicios procurados por la sociedad. Esto debe afirmarse no solo de las propiedades materiales, sino también de los bienes inmateriales, como es la capacidad profesional.

El derecho de propiedad privada no es incompatible con las diversas formas de propiedad publica existentes. La afectacion de bienes a la propiedad publica solo puede ser hecha por la autoridad competente de acuerdo con las exigencias del bien comun y dentro de los limites de este ultimo, supuesta la compensacion adecuada. A la autoridad publica toca, ademas, impedir que se abuse de la propiedad privada en contra del bien comun.

La misma propiedad privada tiene también, por su misma naturaleza, una indole social, cuyo fundamento reside en el destino comun de los bienes. Cuando esta indole social es descuidada, la propiedad muchas veces se convierte en ocasion de ambiciones y graves desordenes, hasta el punto de que se da pretexto a sus impugnadores para negar el derecho mismo.

En muchas regiones economicamente menos desarrolladas existen posesiones rurales extensas y aun extensisimas mediocremente cultivadas o reservadas sin cultivo para especular con ellas, mientras la mayor parte de la poblacion carece de tierras o posee solo parcelas irrisorias y el desarrollo de la produccion agricola presenta caracteres de urgencia.

No raras veces los braceros o los arrendatarios de alguna parte de esas posesiones reciben un salario o beneficio indigno del hombre, carecen de alojamiento decente y son explotados por los intermediarios. Viven en la mas total inseguridad y en tal situacion de inferioridad personal, que apenas tienen ocasion de actuar libre y responsablemente, de promover su nivel de vida y de participar en la vida social y politica.

Son, pues, necesarias las reformas que tengan por fin, segun los casos, el incremento de las remuneraciones, la mejora de las condiciones laborales, el aumento de la seguridad en el empleo, el estimulo para la iniciativa en el trabajo; mas todavia, el reparto de las propiedades insuficientemente cultivadas a favor de quienes sean capaces de hacerlas valer.

En este caso deben asegurarseles los elementos y servicios indispensables, en particular los medios de educacion y las posibilidades que ofrece una justa ordenacion de tipo cooperativo. Siempre que el bien comun exija una expropiacion, debe valorarse la indemnizacion segun equidad, teniendo en cuanta todo el conjunto de las circunstancias.

La actividad economico-social y el reino de Cristo

72
Los cristianos que toman parte activa en el movimiento economico-social de nuestro tiempo y luchan por la justicia y caridad, convénzanse de que pueden contribuir mucho al bienestar de la humanidad y a la paz del mundo. Individual y colectivamente den ejemplo en este campo. Adquirida la competencia profesional y la experiencia que son absolutamente necesarias, respeten en la accion temporal la justa jerarquia de valores, con fidelidad a Cristo y a su Evangelio, a fin de que toda su vida, asi la individual como la social, quede saturada con el espiritu de las bienaventuranzas, y particularmente con el espiritu de la pobreza.

Quien con obediencia a Cristo busca ante todo el reino de DIos, encuentra en éste un amor mas fuerte y mas puro para ayudar a todos sus hermanos y para realizar la obra de la justicia bajo la inspiracion de la caridad.


CAPITULO IV - LA VIDA EN LA COMUNIDAD POLITICA


La vida publica en nuestros dias

73 En nuestra época se advierten profundas transformaciones también en las estructuras y en las instituciones de los pueblos como consecuencia de la evolucion cultural, economica y social de estos ultimos.

Estas transformaciones ejercen gran influjo en la vida de la comunidad politica principalmente en lo que se refiere a los derechos y deberes de todos en el ejercicio de la libertad politica y en el logro del bien comun y en lo que toca a las relaciones de los ciudadanos entre si y con la autoridad publica.

La conciencia mas viva de la dignidad humana ha hecho que en diversas regiones del mundo surja el proposito de establecer un orden politico-juridico que proteja mejor en la vida publica los derechos de la persona, como son el derecho de libre reunion, de libre asociacion, de expresar las propias opiniones y de profesar privada y publicamente la religion.

Porque la garantia de los derechos de la persona es condicion necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones, puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa publica.

Con el desarrollo cultural, economico y social se consolida en la mayoria el deseo de participar mas plenamente en la ordenacion de la comunidad politica.

En la conciencia de muchos se intensifica el afan por respetar los derechos de las minorias, sin descuidar los deberes de éstas para con la comunidad politica; ademas crece por dias el respeto hacia los hombres que profesan opinion o religion distintas; al mismo tiempos e establece una mayor colaboracion a fin de que todos los ciudadanos, y no solamente algunos privilegiados, puedan hacer uso efectivo de los derechos personales.

Se reprueban también todas las formas politicas, vigentes en ciertas regiones, que obstaculizan la libertad civil o religiosa, multiplican las victimas de las pasiones y de los crimenes politicos y desvian el ejercicio de la autoridad en la prosecucion del bien comun, para ponerla al servicio de un grupo o de los propios gobernantes.

La mejor manera de llagar a una politica auténticamente humana es fomentar el sentido interior de la justicia, de la benevolencia y del servicio al bien comun y robustecer las convicciones fundamentales en lo que toca a la naturaleza verdadera de la comunidad politica y al fin, recto ejercicio y limites de los poderes publicos.

Naturaleza y fin de la comunidad politica

74 Los hombres, las familias y los diversos grupos que constituyen la comunidad civil son conscientes de su propia insuficiencia para lograr una vida plenamente humana y perciben la necesidad de una comunidad mas amplia, en la cual todos conjuguen a diario sus energias en orden a una mejor procuracion del bien comun.

Por ello forman comunidad politica segun tipos institucionales varios. La comunidad politica nace, pues, para buscar el bien comun, en el que encuentra su justificacion plena y su sentido y del que deriva su legitimidad primigenia y propia.

El bien comun abarca el conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfeccion.

Pero son muchos y diferentes los hombres que se encuentran en una comunidad politica, y pueden con todo derecho inclinarse hacia soluciones diferentes. A fin de que, por la pluralidad de pareceres, no perezca la comunidad politica, es indispensable una autoridad que dirija la accion de todos hacia el bien comun no mecanica o despoticamente, sino obrando principalmente como una fuerza moral, que se basa en la libertad y en el sentido de responsabilidad de cada uno.

Es, pues, evidente que la comunidad politica y la autoridad publica se fundan en la naturaleza humana, y, por lo mismo, pertenecen al orden previsto por Dios, aun cuando la determinacion del régimen politico y la designacion de los gobernantes se dejen a la libre designacion de los ciudadanos.

Siguese también que el ejercicio de la autoridad politica, asi en la comunidad en cuanto tal como en las instituciones representativas, debe realizarse siempre dentro de los limites del orden moral para procurar el bien comun -concebido dinamicamente- segun el orden juridico legitimamente establecido o por establecer.

Es entonces cuando los ciudadanos estan obligados en conciencia a obedecer. De todo lo cual se deducen la responsabilidad, la dignidad y la importancia de los gobernantes.

Pero cuando la autoridad publica, rebasando su competencia, oprime a los ciudadanos, éstos no deben rehuir las exigencias objetivas del bien comun; les es licito, sin embargo, defender sus derechos y los de sus conciudadanos contra el abuso de tal autoridad, guardando los limites que senala la ley natural y evangélica.

Las modalidades concretas por las que la comunidad politica organiza su estructura fundamental y el equilibrio de los poderes publicos pueden ser diferentes, segun el genio de cada pueblo y la marcha de su historia. Pero deben tender siempre a formar un tipo de hombre culto, pacifico y benévolo respecto de los demas para provecho de toda la familia humana.

Colaboracion de todos en la vida publica

75 Es perfectamente conforme con la naturaleza humana que se constituyan estructuras politico-juridicas que ofrezcan a todos los ciudadanos, sin discriminacion alguna y con perfeccion creciente, posibilidades efectivas de tomar parte libre y activamente en la fijacion de los fundamentos juridicos de la comunidad politica, en el gobierno de la cosa publica, en la determinacion de los campos de accion y de los limites de las diferentes instituciones y en la eleccion de los gobernantes.

Recuerden, por tanto, todos los ciudadanos el derecho y al mismo tiempo el deber que tienen de votar con libertad para promover el bien comun. La Iglesia alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa publica y aceptan las cargas de este oficio.

Para que la cooperacion ciudadana responsable pueda lograr resultados felices en el curso diario de la vida publica, es necesario un orden juridico positivo que establezca la adecuada division de las funciones institucionales de la autoridad politica, asi como también la proteccion eficaz e independiente de los derechos.

Reconozcanse, respétense y promuévanse los derechos de las personas, de las familias y de las asociaciones, asi como su ejercicio, no menos que los deberes civicos de cada uno. Entre estos ultimos es necesario mencionar el deber de aportar a la vida publica el concurso material y personal requerido por el bien comun.

Cuiden los gobernantes de no entorpecer las asociaciones familiares, sociales o culturales, los cuerpos o las instituciones intermedias, y de no privarlos de su legitima y constructiva accion, que mas bien deben promover con libertad y de manera ordenada.

Los ciudadanos por su parte, individual o colectivamente, eviten atribuir a la autoridad politica todo poder excesivo y no pidan al Estado de manera inoportuna ventajas o favores excesivos, con riesgo de disminuir la responsabilidad de las personas, de las familias y de las agrupaciones sociales.

A consecuencia de la complejidad de nuestra época, los poderes publicos se ven obligados a intervenir con mas frecuencia en materia social, economica y cultural para crear condiciones mas favorables, que ayuden con mayor eficacia a los ciudadanos y a los grupos en la busqueda libre del bien completo del hombre.

Segun las diversas regiones y la evolucion de los pueblos, pueden entenderse de diverso modo las relaciones entre la socializacion y la autonomia y el desarrollo de la persona.

Esto no obstante, alli donde por razones de bien comun se restrinja temporalmente el ejercicio de los derechos, restablézcase la libertad cuanto antes una vez que hayan cambiado las circunstancias. De todos modos, es inhumano que la autoridad politica caiga en formas totalitarias o en formas dictatoriales que lesionen los derechos de la persona o de los grupos sociales.

Cultiven los ciudadanos con magnanimidad y lealtad el amor a la patria, pero sin estrechez de espiritu, de suerte que miren siempre al mismo tiempo por el bien de toda la familia humana, unida por toda clase de vinculos entre las razas, pueblos y naciones.

Los cristianos todos deben tener conciencia de la vocacion particular y propia que tienen en la comunidad politica; en virtud de esta vocacion estan obligados a dar ejemplo de sentido de responsabilidad y de servicio al bien comun, asi demostraran también con los hechos como pueden armonizarse la autoridad y la libertad, la iniciativa personal y la necesaria solidaridad del cuerpo social, las ventajas de la unidad combinada con la provechosa diversidad.

El cristiano debe reconocer la legitima pluralidad de opiniones temporales discrepantes y debe respetar a los ciudadanos que, aun agrupados, defienden lealmente su manera de ver. Los partidos politicos deben promover todo lo que a su juicio exige el bien comun; nunca, sin embargo, esta permitido anteponer intereses propios al bien comun.

Hay que prestar gran atencion a la educacion civica y politica, que hoy dia es particularmente necesaria para el pueblo, y, sobre todo para la juventud, a fin de que todos los ciudadanos puedan cumplir su mision en la vida de la comunidad politica.

Quienes son o pueden llegar a ser capaces de ejercer este arte tan dificil y tan noble que es la politica, preparense para ella y procuren ejercitarla con olvido del propio interés y de toda ganancia venal.

Luchen con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresion, contra la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un solo partido politico; consagrense con sinceridad y rectitud, mas aun, con caridad y fortaleza politica, al servicio de todos.

La comunidad politica y la Iglesia

76 Es de suma importancia, sobre todo alli donde existe una sociedad pluralistica, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad politica y la Iglesia y distinguir netamente entre la accion que los cristianos, aislada o asociadamente, llevan a cabo a titulo personal, como ciudadanos de acuerdo con su conciencia cristiana, y la accion que realizan, en nombre de la Iglesia, en comunion con sus pastores.

La Iglesia, que por razon de su mision y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad politica ni esta ligada a sistema politico alguno, es a la vez signo y salvaguardia del caracter trascendente de la persona humana.

La comunidad politica y la Iglesia son independientes y autonomas, cada una en su propio terreno. Ambas, sin embargo, aunque por diverso titulo, estan al servicio de la vocacion personal y social del hombre.

Este servicio lo realizaran con tanta mayor eficacia, para bien de todos, cuanto mas sana y mejor sea la cooperacion entre ellas, habida cuesta de las circunstancias de lugar y tiempo. El hombre, en efecto, no se limita al solo horizonte temporal, sino que, sujeto de la historia humana, mantiene integramente su vocacion eterna.

La Iglesia, por su parte, fundada en el amor del Redentor, contribuye a difundir cada vez mas el reino de la justicia y de la caridad en el seno de cada nacion y entre las naciones. Predicando la verdad evangélica e iluminando todos los sectores de la accion humana con su doctrina y con el testimonio de los cristianos, respeta y promueve también la libertad y la responsabilidad politicas del ciudadano.

Cuando los apostoles y sus sucesores y los cooperadores de éstos son enviados para anunciar a los hombres a Cristo, Salvador del mundo, en el ejercicio de su apostolado se apoyan sobre el poder de DIos, el cual muchas veces manifiesta la fuerza del Evangelio en la debilidad de sus testigos.

Es preciso que cuantos se consagran al ministerio de la palabra de Dios utilicen los caminos y medios propios del Evangelio, los cuales se diferencian en muchas cosas de los medios que la ciudad terrena utiliza.

Ciertamente, las realidades temporales y las realidades sobrenaturales estan estrechamente unidas entre si, y la misma Iglesia se sirve de medios temporales en cuanto su propia mision lo exige.

No pone, sin embargo, su esperanza en privilegios dados por el poder civil; mas aun, renunciara al ejercicio de ciertos derechos legitimamente adquiridos tan pronto como conste que su uso puede empanar la pureza de su testimonio o las nuevas condiciones de vida exijan otra disposicion.

Es de justicia que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, ensenar su doctrina social, ejercer su mision entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden politico, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvacion de las almas, utilizando todos y solos aquellos medios que sean conformes al Evangelio y al bien de todos segun la diversidad de tiempos y de situaciones.

Con su fiel adhesion al Evangelio y el ejercicio de su mision en el mundo, la Iglesia, cuya mision es fomentar y elevar todo cuanto de verdadero, de bueno y de bello hay en la comunidad humana, consolida la paz en la humanidad para gloria de Dios.


Gaudium et spes ES 62