Discursos 2002 344

344 8. Precisamente a la santidad, como a la "cima" más alta del "paisaje" eclesial, deseo dirigir la última mirada de esta panorámica, ya que también este año he tenido la alegría de elevar al honor de los altares a numerosos hijos de la Iglesia, que se distinguieron por su fidelidad al Evangelio. Cum Maria contemplemur Christi vultum! En los santos "Dios manifiesta de forma vigorosa a los hombres su presencia y su rostro" (Lumen gentium LG 50).

Alabo al Señor por las beatificaciones y canonizaciones realizadas durante el viaje apostólico a Ciudad de Guatemala y a Ciudad de México. Y ¡cómo no mencionar asimismo, por el eco especial que suscitaron en la opinión pública, la canonización de san Pío de Pietrelcina y san Josemaría Escrivá de Balaguer!

Bajo el signo de la santidad se desarrolló también mi viaje apostólico a Polonia para la dedicación del santuario de la Misericordia divina en Cracovia-Lagiewniki. En esa ocasión recordé, una vez más, a nuestro mundo, tentado por el desaliento ante los numerosos problemas aún sin resolver y ante las amenazadoras incógnitas del futuro, que Dios es "rico en misericordia". Para quien confía en él nada está definitivamente perdido; todo se puede reconstruir.

¡Feliz Navidad!

9. Cum Maria contemplemur Christi vultum!

Queridos colaboradores de la Curia romana; amadísimos hermanos y hermanas, con esta invitación os expreso mi más cordial felicitación con motivo de la próxima Navidad. "Natus est vobis hodie Salvator, qui est Christus Dominus" (Lc 2,11). Que este anuncio traiga alegría a vuestro corazón y os dé impulso en el trabajo que realizáis cada día al servicio de la Santa Sede.
Que en su Navidad Cristo nos encuentre dispuestos a acogerlo, y María, Reina del Santo Rosario, nos guíe maternalmente a la contemplación de su rostro.

¡Feliz Navidad a todos!







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