Kempis-Imitación de Cristo



LA IMITACION DE CRISTO

Tomás de kempis



TABLA DE CONTENIDOS

LIBRO PRIMERO: 5

CAPÍTULO PRIMERO: DE LA IMITACION DE CRISTO Y DESPRECIO . 5CAPÍTULO 2 : DEL BAJO APRECIO DE SÍ MISMO 5CAPÍTULO 3: DE LA DOCTRINA DE LA VERDAD 6CAPÍTULO 4: DE LA PRUDENCIA EN LAS ACCIONES.. 7CAPÍTULO 5: DE LA LECCION DE LAS SANTAS ESCRITURAS .. 7CAPÍTULO 6: DE LOS DESEOS DESORDENADOS 8CAPÍTULO 7: QUE SE HA DE HUIR LA VANA ESPERANZA Y LA SOBERBIA ... 8CAPÍTULO 8 : QUE SE HA DE EVITAR LA MUCHA FAMILIARIDAD ... 9CAPÍTULO 9: DE LA OBEDIENCIA Y SUJECIÓN.. 9CAPÍTULO 10: QUE SE HA DE CERCENAR LA DEMASÍA EN LAS PALABRAS .. 9CAPÍTULO 11 : CÓMO SE DEBE ADQUIRIR LA PAZ Y DEL CELO DE APROVECHAR ... 10CAPÍTULO 12 : DEL PROVECHO DE LAS ADVERSIDADES.. 11CAPÍTULO 13 : CÓMO SE HA DE RESISTIR A LAS TENTACIONES 11CAPÍTULO 14 : QIUE SE DEBEN EVITAR LOS JUICIOS TEMERARIOS ... 13CAPÍTULO 15: DE LAS OBRAS HECHAS POR CARIDAD . 13CAPÍTULO 16: DE SOBRELLEVAR LOS DEFECTOS AJENOS 14CAPÍTULO 17: DE LA VIDA MONÁSTICA 15CAPÍTULO 18: DE LOS EJEMPLOS DE LOS SANTOS PADRES .. 15CAPÍTULO 19 : DE LOS EJERCICIOS DEL BUEN RELIGIOSO 16CAPÍTULO 20: DEL AMOR A LA SOLEDAD Y AL SILENCIO 18CAPÍTULO 21 : DE LA COMPUNCIÓN DEL CORAZÓN. . 19CAPÍTULO 22 : CAPÍTULO 22 : CONSIDERACIÓN DE LA MISERIA HUMANA. 20CAPÍTULO 23 : DE LA MEDITACIÓN DE LA MUERTE. . 22CAPÍTULO 24 : DEL JUICIO Y PENAS DE LOS PECADORES 23CAPÍTULO 25 : DE LA FERVOROSA ENMIENDA DE TODA NUESTRA VIDA. . 25

LIBRO SEGUNDO 28

CAPÍTULO PRIMERO : DE LA CONVERSIÓN INTERIOR. 28CAPÍTULO 2 : DE LA HUMILDE SUMISIÓN. 29CAPÍTULO 3 : DEL HOMBRE BUENO Y PACÍFICO. 30CAPÍTULO 4: DEL CORAZÓN PURO Y SENCILLA INTENCIÓN. ... 30CAPÍTULO 5: DE LA CONSIDERACIÓN DE SÍ MISMO. . 31CAPÍTULO 6: LA ALEGRÍA DE LA BUENA CONCIENCIA. 31CAPÍTULO 7: DEL AMOR DE JESÚS SOBRE TODAS LAS COSAS 32CAPÍTULO 8: DE LA FAMILIAR AMISTAD CON JESÚS.. 33CAPÍTULO 9: DEL CARECIMIENTO DE TODA CONSOLACIÓN 33CAPÍTULO 10: DEL AGRADECIMIENTO POR LA GRACIA DE DIOS 36CAPÍTULO 11: CUÁN POCOS SON LOS QUE AMAN LA CRUZ DE CRISTO. ... 37CAPÍTULO 12: DEL CAMINO REAL DE LA SANTA CRUZ. 39

LIBRO TERCERO 43

CAPÍTULO I: DEL HABLA INTERIOR DE CRISTO AL ALMA FIEL. . 43CAPÍTULO 2: CÓMO LA VERDAD HABLA DENTRO DEL ALMA SIN SONIDO DE PALABRAS. ... 43CAPÍTULO 3: QUE LAS PALABRAS DE DIOS SE DEBEN OÍR CON HUMILDAD, Y CÓMO MUCHOS NO LAS CONSIDERAN COMO DEBEN. . 44CAPÍTULO 4: DEBEMOS CONVERSAR DELANTE DE DIOS CON VERDAD Y HUMILDAD. . 46CAPÍTULO 5: DEL MARAVILLOSO AFECTO DEL DIVINO AMOR.. 48CAPÍTULO 6: DE LA PRUEBA DEL VERDADERO AMOR. . 50CAPÍTULO 7: CÓMO SE HA DE ENCUBRIR LA GRACIA BAJO EL VELO DE LA HUMILDAD. .. 51CAPÍTULO 8: DE LA BAJA ESTIMACIÓN DE SÍ MISMO ANTE LOS OJOS DE DIOS. 53CAPÍTULO 9: TODAS LAS COSAS SE DEBEN REFERIR A DIOS COMO A ÚLTIMO FIN. . 54CAPÍTULO 10: EN DESPRECIANDO EL MUNDO, ES DULCE COSA SERVIR A DIOS 55CAPÍTULO 11: LOS DESEOS DEL CORAZÓN SE DEBEN EXAMINAR Y MODERAR 56CAPÍTULO 12: DECLÁRASE QUÉ COSA SEA PACIENCIA Y LA LUCHA CONTRA EL APETITO. 56CAPÍTULO 13: DE LA OBEDIENCIA DEL SÚBDITO HUMILDE A EJEMPLO DE JESUCRISTO. .. 57

CAPÍTULO 14: CÓMO SE HAN DE CONSIDERAR LOS SECRETOS JUICIOS DE DIOS, PARA QUE NO NOS ENVANEZCAMOS. . 58CAPÍTULO 15: CÓMO SE DEBE UNO HABER Y DECIR EN TODAS LAS COSAS QUE DESEARE. 59CAPÍTULO 16: EN SÓLO DIOS SE DEBE BUSCAR EL VERDADERO CONSUELO. ... 59CAPÍTULO 17: TODA NUESTRA ATENCIÓN SE HA DE PONER EN SÓLO DIOS 60CAPÍTULO 18: QUE SUFRAN CON SERENIDAD DE ÁNIMO LAS MISERIAS TEMPORALES, A EJEMPLO DECRISTO. 60CAPÍTULO 19: DE LA TOLERANCIA DE LAS INJURIAS, Y CÓMO SE PRUEBA EL VERDADERO PACIENTE. . 61CAPÍTULO 20: DE LA CONFESIÓN DE LA PROPIA FLAQUEZA Y DE LAS MISERIAS DE ESTA VIDA. .. 62CAPÍTULO 21: SÓLO SE HA DE DESCANSAR EN DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS 63CAPÍTULO 22: DE LA MEMORIA DE LOS INNUMERABLES BENEFICIOS DE DIOS. ... 64CAPÍTULO 23: CUATRO COSAS QUE CAUSAN PAZ 65CAPÍTULO 24: CÓMO SE HA DE EVITAR LA CURIOSIDAD DE SABER LAS VIDAS AJENAS. 66CAPÍTULO 25: EN QUÉ CONSISTE LA PAZ FIRME DEL CORAZÓN, Y EL VERDADERO APROVECHAMIENTO... 67CAPÍTULO 26: DE LA ELEVACIÓN DEL ESPÍRITU LIBRE, LA CUAL SE ALCANZA MEJOR CON LA ORACIÓN HUMILDE QUE CON LA LECTURA. 67CAPÍTULO 27: EL AMOR PROPIO NOS DESVÍA MUCHO DEL BIEN ETERNO. 68CAPÍTULO 28: CONTRA LAS LENGUAS MALDICIENTES 69CAPÍTULO 29: CÓMO DEBEMOS LLAMAR A DIOS Y BENDECIRLE EN EL TIEMPO DE LA TRIBULACIÓN. 69CAPÍTULO 30: CÓMO SE HA DE PEDIR EL FAVOR DIVINO, Y DE LA CONFIANZA DE RECOBRAR LA GRACIA. 70CAPÍTULO XXXI: DEL DESPRECIO DE TODAS LAS CRIATURAS PARA HALLAR AL CRIADOR. ... 71CAPÍTULO XXXII: DE LA ABNEGACIÓN DE SÍ MISMO, Y ABDICACIÓN DE TODO APETITO. .. 72CAPÍTULO XXXIII: DE LA INCONSTANCIA DEL CORAZÓN, Y QUE LA INTENCIÓN FINAL SE HA DE DIRIGIRA DIOS. . 72CAPÍTULO XXXIV: QUE DIOS ES PARA QUIEN LO AMA, MÁS DELICIOSO QUE TODO, Y EN TODO. 73CAPÍTULO XXXV: EN ESTA VIDA NO HAY SEGURIDAD DE CARECER DE TENTACIONES. 74CAPÍTULO XXXVI: CONTRA LOS VANOS JUICIOS DE LOS HOMBRES... 74CAPÍTULO XXXVII: DE LA PURA Y ENTERA RENUNCIA DE SÍ MISMO PARA ALCANZAR LA LIBERTAD DEL CORAZÓN. .. 75CAPÍTULO XXXVIII: DEL BUEN RÉGIMEN EN LAS COSAS EXTERIORES Y DEL RECURSO A DIOS EN LOS PELIGROS. .. 75CAPÍTULO XXXIX: QUE EL HOMBRE NO SEA IMPORTUNO EN LOS NEGOCIOS. ... 76CAPÍTULO XL: QUE NINGÚN BIEN TIENE EL HOMBRE SUYO NI COSA ALGUNA DE QUÉ ALABARSE. 77CAPÍTULO XLI: DEL DESPRECIO DE TODA HONRA TEMPORAL.. 77CAPÍTULO XLII: QUE NUESTRA PAZ NO DEBE DEPENDER DE LOS HOMBRES.. 78CAPÍTULO XLIII: CONTRA LA CIENCIA VANA DEL MUNDO. 78CAPÍTULO XLIV: NO SE DEBEN BUSCAR LAS COSAS EXTERIORES. 79CAPÍTULO XLV: QUE NO SE DEBE CREER A TODOS; Y CÓMO FÁCILMENTE SE RESBALA EN LAS PALABRAS... 79CAPÍTULO XLVI: DE LA CONFIANZA QUE DEBEMOS TENER EN DIOS CUANDO NOS DICEN INJURIAS. . 81CAPÍTULO XLVII: TODAS LAS COSAS PASADAS SE DEBEN PADECER POR LA VIDA ETERNA 82CAPÍTULO XLVIII: DEL DÍA DE LA ETERNIDAD Y DE LAS ANGUSTIAS DE ESTA VIDA 82CAPÍTULO XLIX: DEL DESEO DE LA VIDA ETERNA, Y CUÁNTOS BIENES ESTÁN PROMETIDOS A LOS QUE PELEAN. 84CAPÍTULO L: CÓMO SE DEBE OFRECER EN LAS MANOS DE DIOS EL HOMBRE DESCONSOLADO. 85CAPÍTULO LI: QUE DEBEMOS EMPLEARNOS EN EJERCICIOS HUMILDES CUANDO NO PODEMOS EN LOS SUBLIMES. . 86CAPÍTULO LII: QUE EL HOMBRE NO SE REPUTE POR DIGNO DE CONSUELO, SINO DE CASTIGO. 87CAPÍTULO LIII: LA GRACIA DE DIOS NO SE MEZCLA CON EL GUSTO DE LAS COSAS TERRENAS. 88CAPÍTULO LIV: DE LOS DIVERSOS MOVIMIENTOS DE LA NATURALEZA Y DE LA GRACIA. .. 88CAPÍTULO LV: DE LA CORRUPCIÓN DE LA NATURALEZA, DE LA EFICACIA DE LA GRACIA DIVINA.. 90CAPÍTULO LVI: QUE DEBEMOS NEGARNOS A NOSOTROS MISMOS, Y ASEMEJARNOS A CRISTO POR LA CRUZ 91CAPÍTULO LVII: NO DEBE ACOBARDARSE DEMASIADO EL QUE CAE EN ALGUNAS FALTAS. 92CAPÍTULO LVIII: NO SE DEBEN ESCUDRIÑAR LAS COSAS ALTAS Y LOS JUICIOS OCULTOS DE DIOS... 93CAPÍTULO LIX: TODA LA ESPERANZA Y CONFIANZA SE DEBE PONER EN SÓLO DIOS. ... 95

LIBRO CUARTO.. 96

CAPÍTULO PRIMERO: CON CUÁNTA REVERENCIA SE HA DE RECIBIR A JESUCRISTO. . 96CAPÍTULO 2: DE LA BONDAD Y CARIDAD DE DIOS, QUE SE MANIFIESTA EN ESTE SACRAMENTO PARA CON LOS HOMBRES. 98CAPÍTULO 3: QUE ES PROVECHOSO COMULGAR CON FRECUENCIA. .. 99CAPÍTULO 4: DE LOS MUCHOS BIENES QUE SE CONCEDEN A LOS QUE DEVOTAMENTE COMULGAN. 100CAPÍTULO 5: DE LA DIGNIDAD DEL SACRAMENTO Y DEL ESTADO DEL SACERDOCIO. 101CAPÍTULO 6: EJERCICIOS PARA ANTES DE LA COMUNIÓN. ... 102CAPÍTULO 7: DEL EXAMEN DE LA PROPIA CONCIENCIA Y DEL PROPÓSITO DE LA ENMIENDA. .. 103CAPÍTULO 8: DEL OFRECIMIENTO DE CRISTO EN LA CRUZ, Y DE LA PROPIA RESIGNACIÓN. ... 103CAPÍTULO 9: QUE DEBEMOS OFRECERNOS A DIOS CON TODAS NUESTRAS COSAS Y ROGARLE PORTODOS. 104CAPÍTULO 10: NO SE DEBE DEJAR FÁCILMENTE LA SAGRADA COMUNIÓN. .. 105CAPÍTULO 11: EL CUERPO DE CRISTO Y LA SAGRADA ESCRITURA SON MUY NECESARIOS AL ALMA FIEL.
106CAPÍTULO 12: DEBE DISPONERSE CON GRAN DILIGENCIA EL QUE HA DE RECIBIR A CRISTO. 108CAPÍTULO 13: CÓMO EL ALMA DEVOTA DEBE DESEAR CON TODO SU CORAZÓN UNIRSE A CRISTO EN ELSACRAMENTO. ... 109CAPÍTULO 14: DEL ANSIA CON QUE ALGUNOS DEVOTOS DESEAN EL CUERPO DE CRISTO. .. 110CAPÍTULO 15 : QUE LA DEVOCIÓN SE ALCANZA CON LA HUMILDAD Y ABNEGACIÓN DE SÍ MISMO. 110CAPÍTULO 16: QUE DEBEMOS MANIFESTAR A CRISTO NUESTRAS NECESIDADES Y PEDIRLE SU GRACIA.
111CAPÍTULO 17: DEL AMOR FERVOROSO Y VEHEMENTE DESEO DE RECIBIR A CRISTO 112CAPÍTULO 18: QUE EL HOMBRE NO DEBE SER CURIOSO EN EXAMINAR ESTE SACRAMENTO, SINO HUMILDE IMITADOR DE CRISTO, SOMETIENDO SU PARECER A LA SAGRADA FE. 113

IMITACIÓN DE CRISTO

TOMÁS DE KEMPIS


LIBRO PRIMERO: Avisos provechosos para la vida espiritual


Capítulo PRIMERO: DE LA IMITACION DE CRISTO Y DESPRECIO DE TODAS LAS VANIDADES DEL MUNDO

Quien me sigue no anda en tinieblas (Jn 8, 12), dice el Señor.Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos amonesta que imitemos su vida y costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados y libres de toda la ceguedad del corazón. Sea, pues, nuestro estudio pensar en la vida de Jesucristo. La doctrina de Cristo excede a la de todos los Santos, y el que tuviese espíritu hallará en ella maná escondido.

LIBRO : PRIMERO1. Mas acaece que muchos, aunque a, menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él, porque no tienen el espíritu de Cristo. El que quiera entender plenamente y saborear las palabras de Cristo, conviene que procure conformar con Él toda su vida.2. ¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si careces de humildad, por donde desagradas a la Trinidad? Por cierto, las palabras subidas no hacen santo ni justo; mas la virtuosa vida hace al hombre amable a Dios. Más deseo sentir la contrición que saber definirla. Si supieses toda. 1a Biblia. a la letra y los dichos de todos los filósofos,¿qué te aprovecharía todo sin caridad y gracia de Dios Vanidad de vanidades y todo vanidad (Eccl., l, 2), sino amar y servir solamente a Dios. Suma sabiduría es, por el desprecio del mundo, ir a los reinos celestiales.3. Vanidad es, pues, buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. También es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne y desear aquello por donde después te sea necesario ser castigado gravemente. Vanidad es desear larga vida y no cuida,: que sea buena. Vanidad es mirar solamente a esta presente vida y no prever lo venidero. Vanidad es amar lo que tan presto se paso: y no buscar con solicitud el gozo perdurable4. Acuérdate frecuentemente de aquel dicho de la Escritura: No se harta la vista de ver ni el oído de oír (Eccl., 1, 8). Procura, pues, desviar tu corazón de lo visible y traspasarlo a lo invisible, porque los que siguen su sensualidad manchan su conciencia, y pierden la gracia de Dios.


Capítulo 2 : DEL BAJO APRECIO DE SÍ MISMO

1.Todos los hombres, naturalmente, desean saber; mas ¿qué aprovecha la ciencia, sin el temor de Dios? Por cierto, mejor es el rústico humilde que a Dios sirve, que el soberbio filósofo que, dejando de conocerse, considera el curso del cielo. El que bien se conoce, tienese por vil, y no se deleita en alabanzas humanas. Si yo supiera cuanto hay en el mundo y no estubiera en caridad, ¿Que me aprovecharia delante de Dios, que me juzgará según mis obras?2. No tengas deseo demasiado de saber, porque en ello se halla grande estorbo y engaño. Los letrados gustan de ser vistos y tenidos por tales. Muchas cosas hay que, el

saberlas, poco o nada aprovecha al alma; y muy loco es el que en otras cosas entiende, sino en las que tocan a la salvación. Las muchas palabras no hartan el alma; mas la buena vida le da refrigerio, y la pura, conciencia causa gran confianza en Dios.3. Cuanto más y mejor entiendes, tanto más gravemente serás juzgado si no vivieres santamente. Por eso no te ensalces por alguna de las artes o ciencias; mas teme del conocimiento que de ella se te ha dado. Si te parece que sabes mucho y entiendes muy bien, ten por cierto que es mucho más lo que ignoras. No quieras saber cosas altas(Rm 11, 21); mas confiesa tu ignorancia. ¿Por qué te quieres tener en más que otro, hallándose muchos más doctos y sabios en la Ley que tú? Si quieres saber y aprender algo provechosamente, desea que no te conozcan ni te estimen.4. EI verdadero conocimiento y desprecio de sí mismo es altísima y doctísima lección. Gran sabiduría y perfección es sentir siempre bien y grandes cosas de otros, y tenerse y reputarse en nada. Si vieres a alguno pecar públicamente o cometer culpas graves, no te debes juzgar por mejor, porque no sabes cuánto podrás perseverar en el bien. Todos somos flacos; mas tú a nadie tengas por más flaco que a ti.


Capítulo 3: DE LA DOCTRINA DE LA VERDAD

1. Bienaventurado aquel a quien la Verdad por sí misma enseña, no por figuras y voces que se pasan, sino así como es. Nuestra estimación y nuestro sentimiento a menudo nos engañan y conocen poco. ¿Qué aprovecha la gran curiosidad de saber cosas oscuras y ocultas, pues que del no saberlas no seremos en el día del juicio reprendidos? Gran locura es que, dejadas las cosas útiles y necesarias, entendemos con gusto en las curiosas y dañosas. Verdaderamente, teniendo ojos, no vemos. ¿Qué se nos da de los géneros y especies de los lógicos. Aquel a quien habla el Verbo Eterno, de muchas opiniones se desembaraza. De este Verbo salen todas las cosas, y todas predican este Uno, y éste es el Principio que nos habla (Jr 8, 25). Ninguno entiende o juzga sin él rectamente. Aquel a. quien todas las cosas le fueren uno, y las trajere a uno, y las viere en uno, podrá ser estable y firme de corazón y permanecer pacífico en Dios. ¡Oh Dios, que eres la Verdad! Hazme permanecer uno contigo en caridad perpetua. Enójame muchas veces leer y oír muchas cosas; en Ti está todo lo que quiero y deseo. Callen todos los doctores; callen las criaturas en tu presencia: háblame Tú solo.

2. Cuanto alguno fuere más unido contigo, y más sencillo en su corazón, tanto más y mayores cosas entiende sin trabajo, porque de arriba recibe la luz de la inteligencia. El espíritu puro, sencillo y constante no se distrae, aunque entienda en muchas cosas, porque todo lo hace a honra de Dios; y esfuérzase en estar desocupado en sí de toda curiosidad. ¿Quién más te impide y molesta que la afición de tu corazón no mortificada? El hombre bueno y devoto, primero ordena dentro de sí las obras que debe hacer de fuera. Y ellas no le llevan a deseos de inclinación viciosa; mas él las trae al albedrío de la recta razón. ¿Quién tiene mayor combate que el que se esfuerza a vencerse a sí mismo Y esto debería ser nuestro negocio: querer vencerse a sí mismo, y cada día hacerse más fuerte y aprovechar en mejorarse.

3. Toda la perfección de esta vida tiene consigo cierta imperfección; y toda nuestra especulación no carece de alguna oscuridad El humilde conocimiento de ti mismo es más cierto camino para Dios que escudriñar la profundidad de la ciencia. No es de culpar la ciencia, ni cualquier otro conocimiento de lo que, en sí considerado, es bueno y ordenado por Dios; mas siempre se ha de anteponer la buena conciencia y la vida virtuosa. Pero porque muchos estudian más para, saber que para bien vivir, por eso yerran muchas veces, y poco o ningún fruto hacen.

4. Si tanta, diligencia pusiesen en desarraigar los vicios y sembrar las virtudes como en mover cuestiones, no se harían tantos males y escándalos en el pueblo, ni habría tanta. disolución en los monasterios; Ciertamente, en el día del Juicio no nos preguntarán qué leímos, sino qué hicimos; ni cuán bien hablamos, sino cuán religiosamente vivimos. Dime: ¿dónde están ahora todos aquellos señores y maestros que tú conociste cuando vivían y florecían en los estudios? Ya poseen otros sus rentas, y por ventura no hay quien de ellos se acuerde. En su vida parecían algo; ya no hay de ellos memoria.

5. ¡Oh, cuán presto se pasa la gloria del mundo! Pluguiera a Dios que su vida concordara con su ciencia, y entonces hubieran estudiado y leído bien. ¡Cuántos perecen en este siglo por su vana ciencia, que cuidan poco del servicio de Dios! Y porque eligen ser más grandes que humildes, por eso se hacen vanos en sus pensamientos. Verdaderamente es grande el que tiene gran caridad. Verdaderamente es grande el que se tiene por pequeño y tiene en nada la más encumbrada honra. Verdaderamente es prudente el que todo lo terreno tiene por estiércol l (Ph 3, 8) para ganar a Cristo. Y verdaderamente es sabio el que hace la voluntad de Dios y deja la suya.


Capítulo 4: DE LA PRUDENCIA EN LAS ACCIONES

1. No se debe dar crédito a cualquier palabra ni a cualquier espíritu; mas con prudencia y espacio se deben, según Dios, examinar las cosas. ¡Oh dolor! Muchas veces se cree y se dice más fácilmente del prójimo el mal que el bien ¡Tan flacos somos! Mas los varones perfectos no creen de ligero cualquier cosa que les cuentan, porque saben ser la flaqueza humana presta al mal y muy deleznable en las palabras.2. Gran sabiduría es no ser el hombre inconsiderado en lo que ha de hacer, ni porfiado en su propio sentir. A esta sabiduría también pertenece no creer a cualesquiera palabras de hombres, ni decir luego a los otros lo que oye o cree. Toma consejo del hombre sabio y de buena conciencia; y apetece más ser enseñado de otro mejor, que seguir tu parecer. La buena vida hace al hombre sabio, según Dios, y experimentado en muchas cosas. Cuanto alguno fuere más humilde en sí y más sujeto a Dios, tanto será más sabio y sosegado en todo.


Capítulo 5: DE LA LECCION DE LAS SANTAS ESCRITURAS

1. En las Santas Escrituras se debe buscar la verdad, no la elocuencia. Toda la Escritura. santa se debe leer con el espíritu que se hizo. Más debemos buscar el provecho en la Escritura que no la sutileza de palabras. De tan buena gana debemos leer los libros sencillos y devotos como los sublimes y profundos. No te mueva la autoridad del que escribe si es de pequeña o grande ciencia; mas convídete a leer el amor de la pura verdad. No mires quién lo ha dicho, mas atiende qué tal es lo que se dijo. Los hombres pasan; mas la verdad del Señor permanece para siempre (Salmo ll6, 2).

2. De diversas maneras nos habla Dios sin acepción de personas. Nuestra curiosidad nos impide muchas veces el provecho que se saca en leer las escrituras, cuando queremos entender y escudriñar lo que llanamente se debía pasar. Si quieres aprovechar, lee con humildad fiel y sencillamente, y nunca desees nombre de letrado. Pregunta de buena voluntad y oye callado las palabras de los Santos; y no te desagraden las sentencias de los viejos, porque no las dice) sin causa.


Capítulo 6: DE LOS DESEOS DESORDENADOS

1. Cuantas veces desea el hombre desordenadamente alguna cosa, luego pierde el sosiego.El soberbio y el avariento nunca están quietos; el pobre y el humilde de espíritu viven en mucha paz.El hombre que no es perfectamente mortificado en sí, presto es tentado y vencido de cosas pequeñas y viles.El flaco de espíritu y que aún está inclinado a lo animal y sensible, con dificultad se puede abstraer totalmente de los deseos terrenos.Y cuando se abstiene recibe muchas veces tristeza, y se enoja presto si alguno le contradice.Pero si alcanza lo que desea, siente luego pesadumbre por el remordimiento de la conciencia; porque siguió a su apetito, el cual nada aprovecha, para alcanzar la paz que busca.En resistir, pues, a las pasiones se halla la, verdadera paz del corazón, y no en seguirlas. No hay, pues, paz en el corazón del hombre carnal, ni del que se entrega a lo exterior, sino en el que es fervoroso y espiritual.


Capítulo 7: QUE SE HA DE HUIR LA VANA ESPERANZA Y LA SOBERBIA

1.Vano es el que pone su esperanza en los hombres o en las criaturas. No te avergüences de servir a otros por amor a Jesucristo y parecer pobre en este siglo.No confíes de ti mismo, sino pon tu esperanza en Dios. Haz lo que puedas, y Dios favorecerá tu buena voluntad. No confíes en tu ciencia ni en la astucia d ningún viviente, sino en la gracia de Dios que ayuda a los humildes y abate a los presumidos.

2. Si tienes riquezas, no te gloríes en ellas ni en los amigos, aunque sean poderosos, síno en Dios, que todo lo da, y, sobre todo, desea darse a Sí mismo. No te ensalces por la gallardía y hermosura del cuerpo, que con pequeña enfermedad destruye y afea. No te engrías de tu habilidad o ingenio, no sea que desagrades a Dios, de quien es todo bien natural que tuvieres.

3. No te estimes por mejor que otros, porque no seas quizá tenido por peor delante de Díos, que sabe lo que hay en el hombre. No te ensoberbezcas de tus buenas obras, porque de otra manera son los juicios de Dios que los de los hombres, y a El muchas veces desagrada lo que a ellos contenta. Si tuvieres algo bueno, piensa que son mejores los otros, porque así conservas la humildad. No te daña si te pusieres debajo de todos; mas es muy dañoso si te antepones a sólo uno. Continua paz tiene el humilde; mas en el corazón del soberbio hay emulación y saña frecuente.


Capítulo 8 : QUE SE HA DE EVITAR LA MUCHA FAMILIARIDAD

1. No descubras tu corazón a cualquiera (Eccl., 8, 22), mas comunica tus cosas con el sabio y temeroso de Dios.Con los jóvenes y extraños conversa poco. Con los ricos no seas lisonjero, ni estés de buena gana delante de los grandes. Acompáñate con los humildes y sencillos y con los devotos y bien acostumbrados, y trata con ellos cosas de edificación: No tengas familiaridad con ninguna mujer mas en general encomienda a Dios todas las buenas. Desea ser familiar a sólo Dios y a sus. ángeles, y huye de ser conocido de los hombres.

2. Justo es tener caridad con todos; pero no conviene la familiaridad. Algunas veces sucede que la persona no conocida resplandece por la buena fama; pero su presencia suele parecer mucho menos. Pensamos algunas veces agradar a los otros con nuestra conversación; y más los ofendemos porque ven en nosotros


Capítulo 9: DE LA OBEDIENCIA Y SUJECIÓN

1. Gran cosa es estar en obediencia, vivir debajo de un superior y no tener voluntad propia. Mucho más seguro es estar en sujeción que en mando.Muchos están en obediencia más por necesidad que por caridad; los cuales tienen trabajo y ligeramente murmuran, y nunca tendrán Libertad de ánimo si no se sujetan por Dios de todo corazón.Anda de una parte a otra; no hallarás descanso sino en la humilde sujeción al superior. La imaginación y mudaría de lugar a muchos ha engañado.

2. Verdad es que cada uno se rige de buena gana por su propio parecer, y se inclina más a los que siguen su sentir. Mas si Dios está entre nosotros, necesario es que dejemos algunas veces nuestro parecer por el bien de la paz. ¿Quién es tan sabio que lo sepa todo enteramente


Capítulo 10: QUE SE HA DE CERCENAR LA DEMASÍA EN LAS PALABRAS

1. Excusa cuanto pudieres el ruido de los hombres; pues mucho estorba el tratar de las cosas del siglo, aunque se digan con buena intención.Porque presto somos amancillados y cautivos de la vanidad.Muchas veces quisiera haber callado y no haber estado entre los hombres.

Pero, cuál es la causa que tan de gana hablamos y platicamos. unos con otros, viendo cuán pocas veces volvemos al silencio sin daño de la conciencia?La razón es que por el hablar buscamos ser consolados unos de otros y deseamos aliviar el corazón fatigado de pensamientos diversos.Y de muy buena gana nos detenemos en hablar y pensar de las cosas que amamos o sentimos adversas.Mas, ¡ay dolor!, que muchas veces sucede vanamente y sin fruto; porque esta exterior consolación es de gran detrimento a la interior y divina.

2. Por eso, velemos y oremos, no se nos pase el tiempo en balde. Si puedes y conviene hablar, sean cosas que edifiquen.La mala costumbre y la negligencia de aprovechar ayudan mucho a la poca guarda de nuestra lengua.Pero no poco servirá para nuestro espiritual aprovechamiento la devota plática de cosas espirituales, especialmente cuando muchos de un mismo espíritu y corazón se juntan en Dios.


Capítulo 11 : CÓMO SE DEBE ADQUIRIR LA PAZ Y DEL CELO DE APROVECHAR

1. Mucha paz tendríamos si en las dichos y hechos ajenos que no nos pertenecen no quisiésemos meternos. ¿Cómo puede estar en paz mucho tiempo el que se entremete en cuidados ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sí poco o tarde se recoge? bienaventurados los sencillos, porque tendrán mucha paz.

2. ¿Cuál fue la causa por que muchos de los Santos fueron tan perfectos y contemplativos? Porque estudiaron en mortificarse totalmente a todo deseo terreno; y por eso :pudieron con. lo .íntimo del corazón allegarse a Dios y ocuparse libremente en sí mismos: Nosotros nos ocupamos mucho con nuestras pasiones; y tenemos demasiado cuidado de lo transitorio. Y también pocas veces vencemos un vicio perfectamente, ni nos alentamos para aprovechar cada día, y por esto nos quedamos tibios y aun fríos.

3.Si estuviésemos perfectamente muertos a nosotros mismos, y en lo interior desocupados, entonces podríamos gustar las cosas divinas y experimentar algo de la contemplación celestial. El impedimento mayor y total es qué no somos libres de nuestras inclinaciones y deseos, ni trabajamos por entrar en el camino perfecto de los Santos.

4.Y también cuando alguna adversidad se nos ofrece, muy presto nos desalentamos y nos volvemos a las consolaciones humanas. Si nos esforzásemos más a pelear como fuertes varones, veríamos sin duda la ayuda del Señor que viene desde el Cielo sobre nosotros. Porque dispuesto está a socorrer a los que pelean y esperan en su gracia, y nos procura ocasiones de pelear para que .alcancemos victoria. Si solamente en ' las . observancias de fuera ponemos el aprovechamiento de la vida religiosa, presto se nos acabara la devoción. Mas pongamos. la segur a la raíz, porque, libres de las pasiones, poseamos pacíficas nuestras almas.

5. Si cada año desarraigásemos un vicio presto seríamos perfectos. Mas ahora, al contrario, muchas veces experimentamos que fuimos mejores y más puros en el principio de nuestra conversión que después de muchos años de profesos. Nuestro fervor y aprovechamiento cada día debe crecer; mas ahora ya nos parece mucho conservar alguna parte del primer fervor. Si al principio hiciésemos algún esfuerzo, podríamos después hacerlo todo con facilidad y gozo. 6. Grave cosa es dejar la, costumbre; pero, más grave es ir contraria propia voluntad. Mas si no vences las cosas pequeñas y ligeras, ¿cómo vencerás las dificultosas?Resiste en los principios a tu inclinación, y deja la mala costumbre, porque no te lleve poco a poco a mayor dificultad. ¡Oh, si mirases cuánta paz a ti mismo, y cuánta alegría darías a los otros rigiéndote bien, yo creo que serías más solícito en el aprovechamiento espiritual!


Capítulo 12 : DEL PROVECHO DE LAS ADVERSIDADES

Bueno es que algunas veces nos sucedan cosas adversas y vengan contrariedades, porque suelen atraer al hombre al corazón, para que se conozca desterrado y no ponga su esperanza en cosa alguna del mundo. Bueno es que padezcamos a veces contradicciones y que sientan de nosotros mal e imperfectamente, aunque hagamos bien y tengamos buena intención. Estas cosas de ordinario ayudan a la humildad y nos defienden de la vanagloria. Porque entonces mejor buscamos a Dios por testigo interior, cuando por de fuera somos ,despreciados de los hombres, y no nos dan crédito.

2. Por eso debía. uno afirmarse de tal manera en Dios, que no le fuese necesario buscar muchas consolaciones humanas. Cuando el hombre de buena voluntad es atribulado, o tentado, o afligido con malos pensamientos; entonces conoce tener de Dios mayor . necesidad, experimentando que sin EI no puede nada bueno. Entonces también se entristece, gime y ora a Dios por las miserias que padece. Entonces le es molesta la vida larga, y desea hallar la muerte para ser desatado de este cuerpo y estar con Cristo ( Filip., l; 3) .Entonces también - conoce que no puede haber en el mundo perfecta seguridad ni cumplida paz.


Capítulo 13 : CÓMO SE HA DE RESISTIR A LAS TENTACIONES

1. Mientras en el mundo vivimos no podemos estar sin tribulaciones y tentaciones: Por lo cual está escrito en Job (, 1): Tentación es la vida del hombre sobre la tierra.Por eso cada uno debería tener mucho cuidado acerca de sus tentaciones y velar en oración, porque no halle el demonio lugar de engañarle, que nunca duerme, sino busca todos lados a quién tragarse. (1 Pedro 5, 8).Ninguno hay tan perfecto ni tan santo que no tenga algunas veces tentaciones, y no podemos vivir sin ellas.

2. Mas las tentaciones son muchas veces utilsimas al hombre, aunque sean graves y pesadas; porque en ellas es uno humillado, purgado y enseñado.Todos los Santos por. muchas tribulaciones y tentaciones pasaron; y aprovecharon. Ylos que no las quisieron resistir fueron tenidos. por réprobos y sucumbieron.No hay religión tan santa, ni lugar tan secreto, que no haya tentaciones y adversidades.

3. No hay hombre seguro del todo de tentaciones mientras vive; porque en nosotros mismos .está la causa de donde vienen, pues que nacimos con la inclinación al pecado. Pasada una tentación o tribulación, sobreviene otra; y siempre tendremos que sufrir, porque se perdió el bien de nuestra felicidad.Muchos quieren huir las tentaciones y caen en ellas más gravemente.No se puede vencer con sólo huirlas; mas con paciencia y verdadera humildad nos hacemos más fuertes que todos los enemigos: 4. El que solamente quita el mal que se ve y no arranca la raíz, poco aprovechará; antes tornarán a él más presto las tentaciones, y se hallará peor.Poco a poco, con paciencia y larga esperanza, vencerás (con el favor divino) mejor, que no con violencia y propia fatiga.Toma muchas veces consejo en la tentación, y no seas desabrido con el que está tentado; antes procura consolarle, como tú lo quisieras para ti.

5. El principio de toda mala tentación es la inconstancia del ánimo y la poca confianza en Dios.Porque como la nave sin timón la llevan a una .y. otra parte las olas, así el hombre descuidado y que desiste de su propósito es tentado de diversas maneras.El fuego prueba el hierro, y la tentación al hombre justo.Muchas veces no sabemos .lo que podernos; mas la tentación descubre lo que somos Debemos, pues, velar principalmente al venir la tentación; porque entonces mas fácilmente es vencido el enemigo cuando no le dejamos pasar de la puerta del alma y se le resiste al umbral luego que toca.Por lo cual dijo uno: Atajar al principio el mal procura; si llega a echar raíz, tarde se cura (1): Porque primeramente se ofrece al alma el pensamiento sencillo; después, la importuna imaginación; luego, la delectación y el torpe movimiento y el. consentimiento,Y así se entra poco a poco el maligno enemigo, y se apodera de todo, por no resistirle al principio.Y cuanto más tiempo fuere uno perezoso en resistir, tanto se hace cada día más flaco; y el enemigo contra él más fuerte.

6: Algunos padecen graves tentaciones al principio de su conversión, y otros al fin. Pero otros son molestados casi por toda su vida.Algunos son tentados blandamente, según la sabiduría y el juicio de la divina Providencia, que mide el estado y los méritos de los hombres, y todo lo tiene ordenado para la salvación de sus escogidos.

7. Por eso no debemos desconfiar cuando somos tentados, sino antes rogar a Dios con mayor fervor que sea servido de ayudarnos en toda tribulación; el cual, sin duda, según el dicho de San Pablo, nos dará, junto con tentación, .tal auxilio, que La podamos resistir (1Co 10, 13).Humillemos, pues, nuestras almas debajo de la mano de Dios en toda tribulación y tentación, porque Él salvará y engrandecerá a los humildes de espíritu.

8. En las tentaciones y adversidades se ve cuánto uno ha aprovechado, y en ellas consiste el mayor merecimiento y se conoce mejor la virtud.No es mucho ser un hombre devoto y fervoroso cuando no siente pesadumbre; mas si en el tiempo de la adversidad se. sufre con paciencia, esperanza es de gran provecho. Algunos no se rinden a grandes tentaciones, y son vencidos a menudo en las menores y comunes, para que, humillados, nunca confíen de sí en grandes cosas, siendo flacos en las pequeñas.


Kempis-Imitación de Cristo