Discursos 1989 113

113 6. Deseo finalmente poner bajo el patrocinio de Nuestra Madre de Chiquinquirá a todos y cada uno del los hijos de la querida nación colombiana. Dentro de pocos días contemplaremos el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, que quiso habitar entre nosotros, y transcurrió sus años en esta tierra formando parte de una familia: la familia de Nazaret. Pidamos a la Patrona de Colombia que sea ella la Reina y Señora de todos los hogares colombianos, haciendo de cada uno de ellos un hogar como el de Nazaret: un rincón de paz, concordia y felicidad; un lugar en el cual todos y todo se ponga generosamente al servicio del plan redentor de Dios.

Transmitid a todos los sacerdotes y diáconos, a los religiosos y religiosas, a todas las familias y a todos los fieles la gran esperanza que el Papa y la Iglesia entera tienen depositada en ellos. Proponedles nuevamente el ideal de la santidad de modo que oriente sus vidas; ¡que lo vean como algo por lo que vale la pena esforzarse! Entre todos orientad vuestros mejores esfuerzos hacia una pastoral familiar que favorezca un mayor reconocimiento de la dignidad de la persona, en la justicia y la paz, con la esperanza de un futuro mejor para todos.

Que os acompañe siempre mi Bendición Apostólica.











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