COMPENDIO DE TEOLOGIA 326

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CAPITULO LXXV

Hay ciertas substancias intelectuales llamadas inmateriales.

Las substancias de que hemos hablado, y que llamamos inmateriales, necesariamente han de ser también intelectuales. En efecto: una cosa es intelectual porque esta exenta de materia, y puede ser percibida por el modo de entender, pues lo que es inteligible en acto y la inteligencia en acto son una misma cosa. Es evidente que una cosa es inteligible en acto por lo mismo que esta separada de la materia, porque no podemos tener un conocimiento intelectual de las cosas materiales mas que por la abstraccion de la materia. El mismo juicio debemos formar del entendimiento; a saber: que las cosas que son inmateriales deben ser intelectuales. Ademas, las substancias inmateriales son los primeros y, los mas perfectos entre los seres, porque el acto naturalmente es superior a la potencia. Es asi que la inteligencia es superior a todo, porque ella se sirve de las cosas corporales como de instrumentos; luego es necesario que las substancias inmateriales sean intelectuales. Aun podemos dar otra razon. Cuanto mas elevados son los seres creados, tanto mas se aproximan a la semejanza divina. En efecto: hay ciertos seres que en un grado infimo participan de la semejanza divina, pero solo en cuanto al ser, como los seres inanimados; otros participan del ser y de la vida, como las plantas; otros en cuanto al sentimiento, como los animales; pero el mejor modo de participar de la semejanza divina es el que se verifica por medio del entendimiento, por el cual nos asimilamos mas a Dios. Las criaturas intelectuales son las mas perfectas, y por lo mismo que se aproximan mas a la semejanza divina se dice que han sido hechas a imagen de Dios.



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CAPITULO LXXVI

Estas substancias gozan del libre albedrio.

La inteligencia no obra ni apetece nada sin juicio como los seres inanimados, ni para formar un juicio es arrastrada como los brutos por una fuerza natural, sino en virtud de la eleccion y conocimiento propios. La inteligencia conoce el fin, lo que conduce al fin, y las relaciones mutuas de las cosas; y por lo mismo, la inteligencia es la causa de su juicio, juicio que determina en ella la accion o el apetito en consideracion a un fin. Es asi que nosotros llamamos libre lo que es causa de si; luego la inteligencia en su accion y en sus apetitos procede con libertad de inicio, lo cual es tener libertad de arbitrio; luego las sustancias supremas tienen libre albedrio. Ademas, es libre lo que no esta obligado a alguna cosa determinada: es asi que el apetito de una substancia intelectual no esta obligado a ningun bien determinado, porque sigue la eleccion del entendimiento que abraza cl bien de un modo general; luego el apetito de una substancia inteligente es libre, como dirigiendo sus tendencias al bien, cualquiera que sea.



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CAPITULO LXXVII

En estas substancias hay un orden y un grado, segun la perfeccion de la naturaleza.

Del mismo modo que estas substancias inteligentes estan elevadas ciertos grados sobre otras substancias, asi también ellas mismas se distinguen entre si por cierta gradacion. Pero no pueden en verdad diferenciarse de una manera material, porque no tienen materia. De aqui se sigue que si en ellas hay pluralidad, esta pluralidad debe ser necesariamente producida por una distincion de forma, que constituye la diversidad de especie. En todas las cosas en que hay variedad de especie debe haber cierto grado y cierto orden, y la razon es que del mismo modo que en los numeros la adicion o la sustraccion de una unidad cambia la especie, del mismo modo también las cosas naturales son de especie diferente por la adicion o la sustraccion de las diferencias. Por esto sucede que lo que solamente es animado se diferencia de lo que es animado y sensible; y lo que es animado y sensible, de lo que es animado, sensible y racional. Necesario es, por consiguiente, que dichas substancias inmateriales se distingan por la diferencia de ordenes y grados.



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CAPITULO LXXVIII

De los diferentes ordenes y grados en las operaciones intelectuales.

Supuesto que el modo de operacion esta en relacion con el modo de la substancia de una cosa, necesario es que aquellas substancias que son superiores a las demas gocen de un poder intelectual mas noble, teniendo como tienen formas intelectuales y virtudes mas universales y concentradas, y que las que son inferiores tengan una virtud intelectual inferior, formas mas multiplicadas y menos universales.



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CAPITULO LXXIX

La sustancia intelectual del Hombre ocupa el ultimo grado en le género de las substancias intelectuales.

Como la progresion infinita no es posible en los seres, del mismo modo que en estas substancias puede llegarse a una, la mas elevada de todas que se aproxime mas a Dios, asi también puede descenderse al ultimo grado de la escala, llegando a una que se aproxime mas a la materia corporal. En el hombre debemos reconocer una inteligencia superior a la de los demas animales, porque es evidente que el hombre solo considera la universalidad, las relaciones de las cosas y las cosas inmateriales, que solo son percibidas por la inteligencia. La inteligencia no puede ser un acto ejercido por un organo corporal, como la vision es ejercida por el ojo. En efecto: es necesario que todo instrumento de la potencia cognoscitiva o del conocimiento, carezca del género de las cosas que es conocido por su medio, a la manera que la pupila carece por su propia naturaleza de color. Los colores no son conocidos sino en cuanto las especies de colores son recibidas en la pupila, porque el objeto que recibe debe estar vacio de aquello que recibe. La inteligencia, sin embargo, es susceptible de conocer todas las naturalezas sensibles. Si este conocimiento se obrara por un organo corporal, seria preciso que este organo estuviese libre y desembarazado de toda naturaleza sensible, y esto no puede ser. Ademas, toda virtud cognoscitiva, o de conocimiento, opera el conocimiento o le ejerce de la manera con que la especie del objeto conocido esta en ella, porque esta especie es para ella el principio del conocimiento: es asi que el entendimiento conoce inmaterialmente las cosas mismas que por su naturaleza son materiales, abstrayendo la forma universal de las condiciones materiales que producen la individualizacion; luego es imposible que la especie de una cosa conocida esté materialmente en el entendimiento; luego esta especie de la cosa conocida no es recibida en un organo corporal, porque todo organo corporal es material; Lo mismo puede probarse considerando que los sentidos se debilitan, alteran o corrompen por la accion de las cosas sensibles de mas intensidad, como el oido por los sonidos estrepitosos, la vista por el excesivo esplendor de los objetos; y asi sucede, porque se destruye la armonia del organo. La inteligencia, por el contrario, se robustece mas y adquiere mas vigor cuanto mayor es la excelencia de las cosas intelectuales, porque el que comprende las cosas intelectuales mas elevadas, con mas razon y facilidad comprende las demas. Ahora bien: supuesto que el hombre es inteligente, y que la inteligencia no ejerce su accion en el hombre por un organo corporal, necesario es que sea una substancia incorporal la que produzca en él la accion intelectual; porque lo que por si puede obrar sin el auxilio del cuerpo, en nada depende del cuerpo en cuanto a su substancia. En efecto: todas las virtudes y formas que no pueden subsistir por si mismas sin el cuerpo, tampoco pueden ejercer su accion sin el auxilio del cuerpo; asi es que el calor no calienta por si mismo, sino el cuerpo por medio del calor. Luego la substancia incorporal, con cuyo auxilio el hombre ejerce las operaciones de su inteligencia, ocupa el ultimo grado en el género de las substancias intelectuales, y se aproxima mucho a la materia.



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CAPITULO LXXX

De la diferencia del entendimiento y de la manera de entenderse.

Como el ser intelectual es superior al ser sensible, asi como el entendimiento es superior a los sentidos, y por esta razon los seres inferiores de la manera que pueden imitan a los superiores; como los cuerpos sujetos a la generacion y a la corrupcion imitan, en cierto modo, la circulacion de los cuerpos celestes, necesario es que las cosas sensibles se asimilen a su manera a las cosas intelectuales, y que por medio de esta asimilacion podamos llegar al conocimiento de las cosas intelectuales. En las cosas sensibles hay alguna cosa suprema, que es el acto, a saber, la forma, alguna cosa infima, que es la potencia o la materia, y alguna cosa media, a saber, el compuesto de materia y de forma. Esto mismo debemos considerar en el ser intelectual porque la inteligencia suprema, que es Dios, es un acto puro. Entre las substancias intelectuales, hay algunas que tienen alguna cosa de acto y de potencia, segun el ser intelectual; y, por el contrario, la mas infima de las substancias intelectuales, por cuyo medio el hombre ejerce la inteligencia, no esta mas que como en potencia en el ser intelectual. La prueba de esto es que el hombre en el principio no es inteligente mas que en potencia, y después, poco a poco, llega a serlo en acto; y he ahi por qué se llama entendimiento posible a lo que produce la inteligencia en el hombre.



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CAPITULO LXXXI

La inteligencia posible en el Hombre recibe las formas intelectuales de las cosas sensibles.

Como ya hemos visto que cuanto mas elevada es una substancia intelectual tanto mas universales son las formas intelectuales que recibe, claro es que el entendimiento humano, que hemos llamado posible, tiene entre las substancias intelectuales formas menos universales, y por eso recibe las formas intelectuales de las cosas sensibles. Aun puede darse otra razon de esto. Una forma debe ser proporcionada al objeto que la recibe; luego asi como el entendimiento humano posible es el que entre las substancias intelectuales esta mas proximo a la materia corporal, necesario es que sus formas inteligibles estén mas cerca de las cosas materiales.



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CAPITULO LXXXII

El Hombre tiene necesidad de potencias sensitivas para entender.

Debemos considerar que en las cosas corporales las formas son particulares y tienen un ser material (7): en el entendimiento, por el contrario, son universales e inmateriales, como lo demuestra el modo de entender. En efecto: la inteligencia concibe las cosas de una manera universal e inmaterial: es asi que el modo de entender debe ser proporcionado a las especies intelectuales por cuyo medio entendemos; luego puesto que nadie llega de un extremo a otro sino por el medio, necesario es que las formas de las cosas corporales lleguen al entendimiento por un medio cualquiera. Este medio son las potencias sensitivas, que reciben las formas de las cosas materiales sin el auxilio de la materia, a la manera que la especie de la piedra se produce en el ojo, pero no la materia. Estas formas de las cosas son, sin embargo, recibidas por las potencias sensitivas de un modo particular; porque no podemos conocer mas que cosas particulares por medio de las potencias sensitivas. Necesario ha sido, por consiguiente, que el hombre, por lo mismo que es un ser inteligente, estuviese dotado de sentidos; prueba de esto es que el que carece de un sentido esta privado del conocimiento de las cosas sensibles que se comprenden por medio de aquel sentido, como sucede, por ejemplo, con el ciego que no puede tener idea de los colores.



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CAPITULO LXXXIII

Es necesario suponer un entendimiento activo.

De lo que acabamos de decir se deduce claramente que el conocimiento de las cosas en nuestra inteligencia no es producido por la participacion o influencia de algunas formas intelectivas en acto y subsistentes por si mismas, como han supuesto los platonicos y otros secuaces suyos, sino que el entendimiento adquiere dicho conocimiento por las cosas sensibles y con el auxilio de los sentidos. Pero como en las potencias sensitivas las formas de las cosas son particulares, segun se dijo ya, no son inteligibles en acto, sino solamente en potencia. En efecto: el entendimiento no concibe mas que las cosas universales, y lo que esta en potencia no se reduce al acto mas que por un agente cualquiera. Es, pues, necesario que haya algun agente que haga inteligibles en acto las especies coexistentes en las potencias sensitivas; es asi que el entendimiento posible no puede hacer esto, porque esta mas bien en potencia, con respecto a las cosas intelectuales, que como agente de estas mismas cosas; luego es necesario suponer otro entendimiento, que haga inteligibles en acto las especies que no lo son mas que en potencia, del mismo modo que la luz hace visibles en acto los colores que lo eran en potencia. A este entendimiento es al que llamamos activo o agente, entendimiento que no habria necesidad de suponer si las formas de las cosas fuesen inteligibles en acto, como creyeron los platonicos Para concebir necesitamos, por consiguiente primero, un entendimiento posible, que reciba las especies inteligibles; y, segundo, un entendimiento activo, que haga las cosas inteligibles en acto. Cuando el entendimiento posible esta perfeccionado por las especies inteligibles, recibe el nombre de entendimiento in habitu, o habitual, como poseyendo ya las especies inteligibles, de modo que pueda hacer uso de ellas a su voluntad, y ocupando cierto medio entre la potencia pura y el acto completo. Cuando el entendimiento abarca en un acto completo las especies de que acabamos de hablar, recibe el nombre de entendimiento en acto. Asi, pues, concibe las cosas en acto cuando la especie de una cosa ha llegado a ser la forma del entendimiento posible. Por esta razon se dice que el entendimiento en acto es la cosa concebida in actu.



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CAPITULO LXXXIV

El alma humana es incorruptible.

De las anteriores premisas se deduce que el entendimiento, por cuyo medio concibe el hombre, debe ser incorruptible. Cada cosa obra de una manera conforme a su ser: es asi que el entendimiento tiene una accion extrana a todo lo que es corporal, segun antes hemos demostrado, y de lo que se deduce que obra por si mismo; luego es una substancia subsistente en su ser: antes hemos probado también: que las substancias intelectuales son incorruptibles; luego el entendimiento, por cuyo medio concibe el hombre, es incorruptible. Ademas, la materia es el sujeto propio de la generacion y, de la corrupcion. Las cosas estan mas o menos sujetas a la corrupcion, cuanto mas o menos distantes estan de la materia; porque las cosas que estan compuestas de materia y de forma, son por si mismas corruptibles, al paso que las formas materiales son corruptibles por accidente (8), y no por si mismas; y las formas inmateriales que estan fuera de las proporciones de la materia, son enteramente incorruptibles. Es asi que el entendimiento, por su naturaleza, se eleva enteramente sobre la materia, como lo demuestran sus operaciones, porque, en efecto, nada comprendemos sino mediante la abstraccion que hacernos de la materia; luego el entendimiento es por su naturaleza incorruptible. Otra razon. La corrupcion no puede existir sin contrariedad, por que nada se corrompe mas que por su contrario, en virtud de lo cual, los cuerpos celestes, en que no existe contrariedad, son incorruptibles: es asi que la contrariedad esta muy distante de la naturaleza del entendimiento, en tanto cuanto que las cosas que son contrarias en si no lo son en el entendimiento, porque no hay mas que una sola razon inteligible de los contrarios supuesto que una cosa se comprende por otra; luego es imposible que el entendimiento sea corruptible.



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CAPITULO LXXXV

De la unidad del entendimiento posible.

Quiza habra alguno que diga que ciertamente es incorruptible el entendimiento, pero que es uno en todos los hombres, y que lo que queda después de la corrupcion de todos los hombres, no puede ser, por consiguiente, mas que uno. Que el entendimiento es uno solo en todos los hombres, puede demostrarse de muchos modos. Primero, habida consideracion a la parte inteligible, porque si en mi hay un entendimiento y en ti otro, preciso sera que haya en mi una especie inteligible y otra en ti, y, por consiguiente, un modo de entender para mi y otro para ti. La intencion intelectual se multiplicara por lo mismo segun el numero de los individuos, y sera individual, pero no universal. De aqui parece deducirse que la intencion intelectual no es inteligible en acto, sino solo en potencia, porque las intenciones individuales son inteligibles en potencia y no en acto. Ademas, como la inteligencia es una substancia subsistente en su ser, segun se ha probado, y como las substancias intelectuales no son numéricamente, muchas en una sola especie, segun también se ha probado, se sigue que, si en mi hay un entendimiento y en ti otro, numéricamente, hay también otro en la especie, y por lo mismo tu y yo no somos de una misma especie. Otra razon: comunicando todos los individuos en la naturaleza de la especie, es necesario suponer algo extrano a la naturaleza de la especie, en virtud de lo cual se distingan unos individuos de otros. Si en todos los hombres hay un solo entendimiento en cuanto a la especie, y muchos en cuanto al numero, necesario es suponer alguna cosa que numéricamente distinga a un entendimiento de otro. Esta cosa no puede ser algo que pertenezca a la substancia del entendimiento, porque el entendimiento no esta compuesto de materia y de forma; luego toda diferencia que pudiera admitirse relativamente a lo que es de la substancia del entendimiento, es una diferencia formal que diversifica la especie. Réstanos decir que por lo mismo el entendimiento de un hombre no puede ser numéricamente distinto del de otro hombre mas que por la diversidad de los cuerpos, y, por consiguiente, después de la corrupcion de los cuerpos, parece que no quedaran muchos entendimientos, sino uno solo. Que esto es imposible, aparece con la mayor evidencia. Para demostrar esta imposibilidad, debemos proceder como se procede con los que niegan los principios, esto es, fijando uno que absolutamente no pueda ser negado. Supongamos que un hombre cualquiera, por ejemplo, Sortes o Platon, comprende lo que nuestro adversario no podria negar sin conocer que era necesario negar. Con su negacion afirma esta verdad, porque afirmar y negar es propio de un ser que comprende. Si este hombre comprende, necesariamente lo que comprende formalmente es su forma, porque no hace nada que no sea conforme a lo que él es en acto; luego aquello por lo cual obra un agente es su acto como el calor por el cual un cuerpo se calienta es su acto, luego también él entendimiento, por el cual comprende el hombre, es la forma de este hombre y de la misma condicion que él. Es imposible que una forma numéricamente idéntica pertenezca a muchos seres numéricamente diferentes; porque pertenecer numéricamente a diversos seres, no es conservar su identidad, en atencion a que cada cosa recibe su ser de su forma; luego es imposible que el entendimiento, por cuyo medio comprende el hombre, sea uno en todos. Conociendo algunos la fuerza de esta razon, han procurado buscar un medio de evadirla, y dicen que el entendimiento posible de que hemos hablado recibe las especies inteligibles, por medio de las cuales esta constituido en acto; que las especies inteligibles estan en cierto modo en la imaginacion, y que mientras que una especie inteligible esta en el entendimiento posible y en nuestra imaginacion, el entendimiento posible se continua entre tanto, y se une a nosotros de tal manera, que podamos comprender por su medio. Esta respuesta carece de valor. Primero, porque una especie inteligible, en tanto que esta en la imaginacion, solo es comprendida en potencia; y en acto, en tanto que esta en el entendimiento posible: es asi que en tanto que esta en el entendimiento posible no esta en la imaginacion, sino abstraida de la imaginacion; luego no queda ninguna union del entendimiento posible con nosotros. Segundo: aun concediendo que hubiera alguna union, esta union no seria bastante para hacernos inteligentes. En efecto: de que la especie de un objeto esté en el entendimiento, no se sigue que este objeto se comprenda a si mismo, sino que sea comprendido; porque una piedra no comprende, aun cuando su especie esté en el entendimiento posible. De que las especies de la imaginacion que estan en nosotros estén en el entendimiento posible, no se sigue tampoco que nosotros seamos inteligentes, sino mas bien que seamos entendidos, o, por mejor decir, las imagenes que estan en nosotros. Esto es mas evidente considerando la comparacion que hace Aristoteles en el cap. 3 Del Alma, donde dice "que el entendimiento es con respecto a la imaginacion lo que la vista a los colores". En efecto: porque las especies de colores que existen en la pared estén en la vista, no hemos de decir que la pared tiene facultad de ver, sino la propiedad de ser vista. De que las especies de nuestra imaginacion se produzcan en el entendimiento, no se ha de deducir tampoco que nosotros seamos inteligentes, sino que seamos comprendidos. Ademas, si formalmente entendemos por medio del entendimiento, necesario es que la accion intelectual del entendimiento sea la inteligencia del hombre, a la manera que es una misma la accion calida del fuego y del calor. Luego si el entendimiento es numéricamente el mismo en ti y en mi, necesariamente se signe que con respecto al mismo objeto inteligible, la inteligencia o acto de entender en mi y en ti es idénticamente una misma cosa; como, por ejemplo, cuando Concebimos simultaneamente una misma cosa, lo cual es imposible, porque la accion u operacion de dos agentes diversos no puede ser numéricamente una e idéntica. Es, por consiguiente imposible que el entendimiento sea uno en todos los hombres. De aqui se sigue que si el entendimiento es incorruptible, como hemos demostrado, después de la corrupcion quedaran tantos entendimientos como hombres. Facil es resolver las objeciones que se hagan en contrario. La primera razon es defectuosa por muchos conceptos en primer lugar, Concedemos que el objeto del entendimiento es el mismo en todos los hombres; pero el objeto del entendimiento no es una especie inteligible, sino el ser mismo de la cosa (quidditas rei); porque todos los conocimientos intelectuales no abrazan las especies intelectuales, sino que tienen por objeto la naturaleza de las cosas, a la manera que el objeto de la vista es el color, y no la especie del color que esta en el ojo. Aun cuando los entendimientos sean diferentes en los diferentes hombres, no hay, sin embargo, mas que un solo objeto concebido por todos, como no hay mas que un objeto colorado para todos los que lo ven. En segundo lugar, no es necesario que una cosa individual sea comprendida en potencia y no en acto, pero esto es verdadero solamente en aquellas cosas que estan individualizadas por la materia; y la razon es, que lo que es comprendido en acto debe ser inmaterial. Por esto las substancias inmateriales, aun cuando sean individuos existentes por si mismos, son sin embargo concebidas en acto; por esto las especies inteligibles que son inmateriales, aunque numéricamente sean diferentes en ti y en mi, no por eso pierden su cualidad de ser inteligibles en acto, en atencion a que el entendimiento, que por su medio concibe su objeto, se refleja sobre si mismo, comprendiendo su accion intelectual y la especie por cuyo medio comprende.

Debemos considerar también que si se admite un solo entendimiento para todos los hombres, la dificultad es la misma, porque aun queda una multitud de entendimientos, habiendo como hay muchas substancias inteligentes separadas, y se seguiria, segun su modo de sentir, que los objetos de la inteligencia serian numéricamente diferentes, y por consiguiente individuales, y no concebidos en acto primo. Es por consiguiente claro como la luz, que si este raciocinio fuese solido, destruiria simplemente la pluralidad de entendimientos, y esto no solamente en los hombres. Resulta, pues, que esta conclusion es falsa, y que el raciocinio no tiene fuerza. El segundo raciocinio queda destruido con la misma facilidad, considerando la diferencia que existe entre el alma intelectual y las substancias separadas. En efecto: el alma intelectual, por la naturaleza de su especie, tiene la propiedad de estar unida a un cuerpo como su forma, y en virtud de esto, el cuerpo entra en la definicion del alma; razon por la que, por causa de su aptitud para diversos cuerpos, las almas son numéricamente diferentes, lo cual no sucede asi en las substancias separadas. Esto nos revela el modo de resolver la cuestion. El alma intelectual, por la naturaleza de su especie, no tiene un cuerpo como parte de si misma, sino aptitud para estar unida a este cuerpo; de donde resulta que, por lo mismo que es capaz de estar unida a diversos cuerpos, es numéricamente diferente; y lo mismo sucede en las almas después de la destruccion de los cuerpos. Las almas son, pues, capaces de estar unidas a diferentes cuerpos, aun cuando no unidas en acto.



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CAPITULO LXXXVI

El entendimiento activo no es uno mismo en todos los hombres.

Ha habido filosofos que, aunque concedian que el entendimiento posible es diverso en los hombres, sostenian, sin embargo, que el entendimiento activo era uno respecto de todos. Esta opinion, aunque mas tolerable que la primera, puede ser refutada con las mismas razones. En efecto: la accion del entendimiento posible es recibir las. cosas concebidas y comprenderlas; y la accion del entendimiento activo es poner en acto las cosas concebidas por medio de la abstraccion: es asi que una y otra cosa convienen a un hombre cualquiera, porque tal hombre determinado, sea Sortes o Platon, recibe los objetos de la concepcion, los abstrae y comprende la abstraccion; luego es necesario que tanto el entendimiento activo como pasivo, se unan a este hombre como forma, siendo indispensable, por lo mismo, que uno y otro entendimiento sea multiple en numero, segun el numero de los hombres. Ademas, el ser pasivo y el ser activo deben ser proporcionados entre si, como lo son la materia y la forma, porque la materia es puesta en acto por el agente; y por eso sucede que a cada potencia pasiva corresponde una potencia activa de su género, en razon a que el acto y la potencia son de un mismo género: es asi que el entendimiento activo es comparado al entendimiento posible, como la potencia activa a la potencia pasiva, segun aparece de lo ya dicho; luego es necesario que el uno y el otro sean de un mismo género. No estando el entendimiento posible separado de nosotros en cuanto al ser, sino unido a nosotros como forma, y siendo multiple, segun la multitud de los hombres, necesario es también que el entendimiento activo sea alguna cosa que esté formalmente unida a nosotros, y que sea multiple, segun el numero de hombres.



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CAPITULO LXXXVII

El entendimiento activo y el entendimiento posible, tienen su fundamento en la esencia del alma.

Estando unidos formalmente a nosotros el entendimiento activo y el entendimiento posible, necesario es afirmar que estan unidos en la misma esencia del alma. En efecto: todo lo que formalmente se une a otra cosa, se une a ella, o por modo de forma substancial, o por modo de forma accidental: luego si el entendimiento posible y el entendimiento activo estan unidos al hombre por modo de forma substancial, no teniendo cada cosa mas que una sola forma substancial, necesario es decir que el entendimiento posible y el entendimiento activo estan unidos en una misma esencia de forma, que es el alma. Si, por el contrario, estan unidos al hombre por modo de forma accidental, es evidente que ni el uno ni el otro pueden ser accidentales al cuerpo. De que sus operaciones se ejercen sin el auxilio de un organo corporal, como antes se dijo, se signe que el uno y el otro es accidental al alma: es asi que en el hombre no hay mas que una alma; luego el entendimiento activo y el entendimiento posible, han de estar unidos en una misma esencia del alma. Ademas, toda accion propia de una especie procede de los principios consiguientes a la forma que da la especie: es asi que la inteligencia es una operacion propia de la especie humana; luego el entendimiento activo y el entendimiento posible que son los principios de esta operacion, son consiguientes al alma humana, de la cual el hombre recibe su especie. No se crea por esto que son consiguientes a ella, o la siguen, como procediendo de ella en el cuerpo, porque, como se dijo antes, esta operacion se efectua sin organo corporal, y como la accion pertenece a aquel que tiene la potencia, se sigue que el entendimiento posible y el entendimiento activo estan unidos en una misma esencia del alma.



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CAPITULO LXXXVIII

De qué modo estas dos potencias estan unidas en la misma esencia del alma.

Réstanos examinar como puede verificarse esto, porque hay en ello alguna dificultad. El entendimiento posible esta en potencia con respecto a todas las cosas intelectuales. El entendimiento activo hace inteligibles en acto las cosas inteligibles en potencia, y por lo mismo es necesario que sea comparado a ellas, como el acto a la potencia: pero como no parece posible que una cosa, respecto de si misma, esté a la vez en acto y en potencia, imposible parece que el entendimiento posible y el entendimiento activo estén unidos en la misma esencia del alma. Esta dificultad se resuelve facilmente, considerando de qué modo el entendimiento posible esta en potencia respecto a las cosas inteligibles, y de qué modo el entendimiento activo las constituye en acto. El entendimiento posible esta en potencia, con respecto a las cosas inteligibles, en cuanto que no hay en su naturaleza ninguna forma determinada de las cosas sensibles, como, por ejemplo, la pupila, que esta en potencia con respecto a todos los colores. Por consiguiente, en tanto que las imagenes abstractas de las cosas sensibles son semejanzas de las cosas sensibles determinadas, en tanto son comparadas al entendimiento posible, corno el acto a la potencia. Sin embargo, las imagenes estan en potencia con relacion a alguna cosa que el alma inteligente tiene en acto, a saber, el ser abstraido de las condiciones materiales. En cuanto a esto, el alma inteligente es comparada a si misma como el acto a la potencia. No repugna, en verdad, que una cosa esté en acto con relacion a si misma, y en potencia bajo diversos conceptos, porque en virtud de esto sucede que los cuerpos naturales son activos y pasivos, los unos respecto de los otros, porque cada una de estas dos disposiciones esta en potencia con relacion a la otra. No hay, por consiguiente, repugnancia alguna en que la misma alma inteligente esté en potencia con respecto a todas las cosas inteligibles, en cuanto que se la supone un entendimiento posible; ni tampoco hay inconveniente en que sea comparada como al acto, en cuanto que se admite en ella un entendimiento activo. Todo esto aparecera con mas claridad, considerando el modo con que el entendimiento constituye en acto las cosas inteligibles. El entendimiento activo no constituye en acto las cosa inteligibles como si emanaran de él mismo en el entendimiento posible, porque si asi fuera no tendriamos necesidad de imagenes ni de sentidos para comprender: el entendimiento activo constituye en acto las cosas inteligibles abstrayéndolas de las imagenes, a la manera que la luz constituye en cierto modo los colores en acto, no como si la luz los tuviera en si misma, sino en cuanto la luz los hace visibles. Por consiguiente, es necesario admitir que hay un alma inteligente que carece de la naturaleza de las cosas sensibles; que puede recibirlas de una manera intelectual, y que constituye las imagenes inteligibles en acto, abstrayendo de ellas las especies inteligibles. De aqui resulta que la potencia, en cuanto que recibe las especies inteligibles, es llamada entendimiento posible, y que esta misma potencia, en cuanto que abstrae de la imagenes las especies inteligibles, es llamada entendimiento activo, el cual es una luz intelectual que se comunica al alma inteligente, como sucede respecto de las substancias intelectuales superiores.




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