COMPENDIO DE TEOLOGIA 470


CAPITULO CCXV

De la infinidad de la gracia de Cristo.

Es propio de Cristo tener una gracia infinita, porque, segun el testimonio de San Juan Bautista, Dios no dio con medida los done del Espiritu Santo a Cristo hecho hombre. En la epistola de San Juan se lee también: Con medida, es dado a otros el Espiritu Santo; y ademas el Apostol, en su carta a los de Efeso, IV: Mas a cada uno de nosotros ha sido dada la gracia, segun la medida de la donacion de Cristo; y a la verdad, si esto se refiere a la gracia de union, no hay duda alguna en todo lo que se dice, por que concedido ha sido a los Santos ser dioses o hijos de Dios por participacion, segun la influencia de un don cualquiera, el cual, siendo creado, debe necesariamente ser limitado como las demas criaturas. Cristo, empero, segun la naturaleza humana, fué digno Hijo de Dios, y no por participacion, sino por naturaleza: es asi que la divinidad es infinita por naturaleza; luego en virtud de la misma union recibio un don infinito, resultando de aqui, sin duda alguna, que la gracia de union es infinita. Puede dudarse si es infinita la gracia habitual. En efecto: siendo esta gracia un don creado, hay que convenir necesariamente en que tiene una esencia finita. Sin embargo, puede llamarse infinita de tres modos. Primero, por parte del que la recibe. En efecto: es evidente que la capacidad de cada naturaleza creada es finita, porque aunque pueda recibir un bien infinito por el conocimiento y el goce, no le recibe, sin embargo de una manera infinita. Cada criatura tiene, segun su especie y naturaleza, una medida determinada de capacidad, sin que esto sea obstaculo para que el poder divino pueda hacer otra criatura de una capacidad superior, en cuyo caso no seria ya de la misma naturaleza, segun la especie, a la manera que si se anadiera la unidad al numero tres, resultaria un numero de otra especie. Cuando no se da a alguno tanta cantidad de bondad divina cuanta es la capacidad natural de su especie, parece que se le concede este don con cierta medida; pero cuando se llena toda la capacidad natural, en este caso no hay medida en la concesion, porque aun cuando la haya por parte del que recibe, no la hay por parte del que da y esta dispuesto a darlo todo, a la manera que el que va al rio con un vaso encuentra agua sin medida, aun cuando él la tome con medida, por causa de la capacidad determinada del vaso. Asi, pues, la gracia habitual de Cristo es en verdad finita, segun la esencia; pero se dice que ha sido dada de una manera infinita y sin medida, porque fué dada segun toda la capacidad de una naturaleza creada. En segundo lugar, es llamada esta gracia infinita con relacion al don recibido. Debemos ahora considerar que no hay obstaculo alguno en que una cosa sea finita, segun la esencia, y sea, sin embargo, infinita en razon de cierta forma. En efecto: es infinito en esencia lo que posee toda la plenitud del ser, lo cual solo conviene a Dios, que es el ser mismo. Si se supone una forma especial cualquiera no existente en el sujeto, como la blancura o el calor, esta forma no tendra una esencia infinita, porque su esencia estaria limitada al género o a la especie; poseeria, sin embargo, toda la plenitud de esta especie, y, por consiguiente, por razon de esta especie no tendria ni término ni medida, poseyendo todo lo que puede pertenecer a esta especie. La blancura y el calor, cuando se encuentran en un sujeto cualquiera, no tienen siempre todo lo que siempre y necesariamente pertenece a la razon de esta forma, sino solo cuando tienen el grado de perfeccion que pueden tener, a saber, de tal manera que el modo de posesion sea igual al poder de la cosa poseida. La gracia habitual de Cristo ha sido finita, segun la esencia, y se dice, empero, que no ha tenido limites ni medida, porque Cristo recibio todo lo que puede pertenecer a la gracia. Los demas no reciben el todo, sino que unos lo reciben de una manera, y otros de otra, porque hay divisiones de gracias, como se dice en la primera carta a los de Corinto, cap. XII.

En tercer lugar, es infinita esta gracia respecto de la causa. La causa contiene al efecto de cierta manera. Por consiguiente, todo el que tiene una causa de un poder infinito de influencia, posee esta influencia sin medida, y en cierto modo de una manera infinita; por ejemplo, el que poseyera una fuente cuya agua pudiera correr siempre, equivaldria a tener agua sin medida, y en cierto modo de una manera infinita. Asi, pues el alma de Cristo posee una gracia infinita sin medida, por lo mismo que esta unida al Verbo, que es el principio indeficiente de la emanacion de todas las criaturas. Por lo mismo que la gracia singular del alma de Cristo es infinita, de la manera que hemos dicho, se deduce con la mayor evidencia que su gracia es infinita, en cuanto que es Cabeza de la Iglesia, porque da de aquello que tiene. De todo resulta, que habiendo recibido sin medida los dones del Espiritu Santo, tiene poder para dar sin medida lo que pertenece a la gracia de Jefe o Cabeza, de tal modo, que su gracia, no solo es suficiente para la salvacion de algunos hombres, sino para la de todo el género humano, segun estas palabras de la carta primera de San Juan cap. II: "l es la propiciacion por nuestros pecados, y no solo por los nuestros sino también por los de todo el mundo", y aun pudiera anadirse, y por la de muchos mundos, si muchos existieran.



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CAPITULO CCXVI

De la plenitud de la sabiduria de Cristo.

Conveniente es hablar ya, como una consecuencia natural, de la plenitud de la sabiduria de Cristo, considerando, en primer lugar como hay en l dos naturalezas, la humana y la divina; todo lo que pertenece a la una y a la otra debe ser necesariamente doble en l, segun ya se ha dicho. La sabiduria conviene a la naturaleza divina y a la naturaleza humana. En efecto: en el cap. IX de Job se lee: l es sabio de corazon y fuerte de brios.

La Escritura da algunas veces a los hombres el titulo de sabios, ya ,con respecto a la sabiduria del mundo, segun estas palabras de San Jeronimo, IX: Que el sabio no se glorifique, en su sabiduria; ya respecto de la sabiduria divina, segun estas palabras de San Mateo, XXIII: He aqui que yo envio a vosotros Profetas, sabios y escribas. Luego necesario es confesar que en Cristo hay dos sabidurias, segun las dos naturalezas, a saber: la sabiduria increada, que le conviene en cuanto es Dios, y la sabiduria creada, que le conviene en cuanto es hombre.

Como Dios y Verbo de Dios es la sabiduria engendrada del Padre, segun estas palabras del Apostol en su primera carta a los Corintios cap. I: El Cristo la sabiduria y la virtud de Dios. En efecto: no hay para todo ser inteligente otro verbo interior mas que la concepcion de su sabiduria; y como antes hemos dicho que el Verbo de Dios es perfecto y unico, necesario es que el Verbo de Dios sea la concepcion perfecta de la sabiduria del Padre, de tal suerte, que todo lo que esta contenido en la sabiduria de Dios Padre bajo la forma de no engendrado, esté totalmente contenido en el Verbo bajo la forma de engendrado y concebido. Por esta razon se dice que en Cristo estan escondidos todos los tesoros de la sabiduria y de la ciencia. En Cristo hay dos conocimientos: uno que es deiforme, en cuanto ve a Dios por esencia, y todas las demas cosas en Dios, del mismo modo que Dios, comprendiéndose a si mismo, comprende todo lo demas. En virtud de esa vision, Dios es bienaventurado en si mismo, y toda criatura racional goza perfectamente de Dios. Como hemos :dicho que Cristo es el autor de la salud del género humano, necesario es, decir que semejante conocimiento conviene al alma de Cristo, cual conviene al autor de la salud. Es asi que convenia que el principio fuese inmutable y de una virtud eminentemente superior; luego conveniente ha sido que esta vision de Dios, en que consisten la bienaventuranza de los hombres y la salvacion eterna, existiera en Cristo de un modo mas excelente que en todo lo demas, y como en su principio inmutable. Entre las cosas mutables y las que no lo son, hay esta diferencia, a saber: que las cosas mutables no reciben su perfeccion propia de su principio, en cuanto son mutables; la reciben por la sucesion del tiempo, al paso que las cosas inmutables, como tales, gozan de sus perfecciones desde el principio de su ser. Ha sido conveniente, pues, que Cristo, autor de la salud del género humano, poseyera desde el principio de su encarnacion la vision plena de Dios, y no que recibiera esta vision por la sucesion del tiempo, como los Santos.

Ha sido también conveniente que un alma que estaba mas intimamente unida a Dios, obtuviera mucha mayor beatitud que las demas criaturas que ven a Dios, en cuya vision se distinguen diversos grados, segun se ve mas claramente a Dios, que es causa de todas las cosas. Cuanto mas plenamente se ve una causa, tanto mas pueden percibirse en ella sus efectos. A la verdad, para conocer mas una causa hay que conocer mas claramente su virtud, y el conocimiento de esta virtud no puede existir sin el conocimiento de los efectos, porque la cantidad de la virtud suele medirse por los efectos. Esta es la razon por qué, entre los Santos que ven la esencia de Dios, hay algunos que perciben en l mayor numero de efectos o razones de las obras divinas, que aquellos otros que tienen una vision menos clara de la esencia divina, y en virtud de esto los angeles inferiores son instruidos por los superiores, como dijimos antes. Gozando el alma de Cristo de la suma perfeccion de la vision divina mas que todas las demas criaturas, contempla plenamente en Dios todas las obras divinas con sus razones, cualesquiera que sean, fueren o hayan sido, de modo, que no solo ilumina a los hombres, sino también a los angeles mas elevados. Por esta razon dice el Apostol a los Colosenses, II: "Todos los tesoros de la ciencia y de la sabiduria de Dios, estan escondidos en l"; y a los Hebreos IV: "Todas las cosas estan desnudas y descubiertas a sus ojos". Sin embargo, el alma de Cristo no puede llegar a la comprension de la Divinidad, porque, como antes hemos dicho, para que una cosa sea comprendida por el conocimiento, es necesario que sea tan conocida cuanto es susceptible de serlo. Cada cosa es susceptible de ser conocida, como ser, y como verdadera: es asi que el Ser Divino es infinito, lo mismo que su verdad; luego Dios es un objeto de cognicion infinita. Ninguna criatura puede conocer de una manera infinita, aun cuando lo que conoce sea infinito; luego ninguna criatura viendo a Dios puede comprenderle. El alma de Cristo es una criatura, y todo lo que en Cristo pertenece exclusivamente a la naturaleza humana, es creado, porque de otro modo la naturaleza de la humanidad en Cristo no seria diferente de la naturaleza de la divinidad, unica que es increada. La hipostasis o la persona del Verbo de Dios, es increada, y esta hipostasis es una en dos naturalezas, por cuya razon no llamamos a Cristo una criatura, simplemente hablando, porque bajo el nombre de Cristo esta comprendida la hipostasis. Sin embargo, decimos que el alma de Cristo o su cuerpo son una criatura. El alma de Cristo no comprende, por consiguiente a Dios, sino que Cristo le comprende por su sabiduria increada, y en este sentido, hablando de su conocimiento de comprension, dice el Senor en el

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CAPITULO XI de San Mateo: "Nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre mas que el Hijo".

Debemos observar que lo mismo es comprender la esencia de una cosa, que comprender su virtud. Cualquier ser, como tal, puede hacer lo uno y lo otro; luego si el alma de Cristo no puede comprender la esencia de la divinidad, como dijimos antes, tampoco es posible que comprenda la virtud divina, y la comprenderia si conociera todo lo que Dios puede hacer, y por qué medios puede producir los efectos, lo cual es imposible. Por consiguiente, el alma de Cristo no conoce todo lo que Dios puede hacer, ni los medios de que se vale para obrar. Pero como Cristo, aun en cuanto hombre, fué antepuesto toda criatura por Dios Padre, conveniente era que tuviera en la vision de la esencia divina el pleno conocimiento de las obras de Dios, cualesquiera que fuesen. En virtud de este conocimiento, se dice que el alma de Cristo lo sabe todo, porque tiene pleno conocimiento de todas las cosas que son, han sido y seran.

Entre las demas criaturas que ven a Dios, unas :tienen un conocimiento mas extenso, y otras menos extenso de los efectos de que hemos hablado en la vision misma de Dios. Ademas, de este conocimiento de las cosas que adquiere en la vision de Dios un entendimiento creado, hay otros modos de cognicion, que sirven a las criaturas para adquirir el conocimiento de las cosas. Los angeles, ademas del conocimiento matutino (primitivo), por cuyo medio conocen las cosas en el Verbo, tienen el conocimiento vespertino (secundario o posterior) en sus propias naturalezas. Esta especie de conocimiento conviene de un modo a los hombres, segun su naturaleza, y de otro a los angeles. Los hombres, segun su naturaleza, adquieren, por el organo de los sentidos, la verdad inteligible de las cosas, como dice Dionisio; de tal modo, que las especies inteligibles son abstraidas en su entendimiento de los productos de la imaginacion por la accion del entendimiento activo. Los angeles, empero, adquieren la ciencia de las cosas por la influencia de la luz divina; de suerte que asi como las cosas pasan de Dios al ser, asi las razones de las cosas o sus semejanzas son impresas por Dios en el entendimiento de los angeles. En los unos y en los otros, esto es, tanto en los hombres como en los angeles, ademas de este conocimiento que les conviene, segun su naturaleza, se encuentra cierto conocimiento de los misterios divinos, en los que los angeles son instruidos por otros angeles, y los hombres por revelaciones proféticas.

Como no puede rehusarse al alma de Cristo, la mas excelente de todas las criaturas, ninguna de las perfecciones concedidas a las criaturas, conveniente es atribuirle otras tres especies de conocimiento, ademas del conocimiento, por cuyo medio ve la esencia de Dios y todas las cosas en ello. Uno de estos tres conocimientos es experimental, como en los demas hombres, en cuanto que una cosa es conocida por los sentidos, como conviene a la naturaleza humana. Otro conocimiento es divinamente infuso, para conocer todas las cosas que son objeto efectivo o posible del conocimiento natural del hombre. En efecto: no era conveniente que la naturaleza humana, tomada por el Verbo de Dios, careciera de perfeccion alguna estando como estaba destinada a rehabilitar a toda la naturaleza humana. Todo lo que esta en potencia es imperfecto antes de estar en acto: es asi que el entendimiento humano esta en potencia relativamente a las cosas inteligibles que el hombre puede comprender naturalmente; luego el alma de Cristo ha recibido divinamente el conocimiento de todas estas cosas, por las especies influyentes, supuesto que toda la potencia del entendimiento humano fué reducida a acto. Como Cristo en el orden de la naturaleza humana no ha sido solamente el restaurador de la naturaleza, sino el propagador de la gracia, fué dotado de un tercer conocimiento, por cuyo medio conoce de la manera mas extensa todo lo perteneciente a los misterios de la gracia, superiores al conocimiento natural del hombre. Estos misterios son conocidos de los hombres por el don de sabiduria o espiritu de profecia, porque el entendimiento humano esta en potencia para conocer tales cosas, aunque sea puesto en acto por un agente de un orden superior. Para conocer las cosas naturales, es puesto en acto por la luz del entendimiento activo, en tanto que adquiere el conocimiento de las demas cosas por la luz divina. De lo que acabamos de decir resulta con la mayor claridad que el alma de Cristo ha recibido un elevadisimo grado de conocimiento respecto a la vision de Dios, por cuyo medio ve la esencia divina y otras cosas en la misma esencia. Lo mismo que decimos con respecto al conocimiento de los misterios de la gracia, sucede con respecto al conocimiento de las cosas naturales, susceptibles de ser conocidas; de donde se sigue que Cristo no pudo progresar en ninguna de estas tres clases de conocimientos. Es evidente que la experiencia de los sentidos del cuerpo le hizo conocer mas y mas las cosas sensibles por la sucesion del tiempo, y esta es la razon por qué Cristo no ha podido hacer progresos mas que en los conocimientos experimentales, segun estas palabras de San Lucas, II: "El nino progresaba en sabiduria y edad". Este pasaje puede, sin embargo, ser entendido también en el sentido de que Cristo progresaba en sabiduria, no porque se hiciera mas sabio, sino porque su sabiduria era mas provechosa a los hombres instruyéndolos mas y mas. Esto se hizo asi para mostrarse conforme a los demas hombres, no fuera que si en la infancia hubiera demostrado una sabiduria perfecta, el misterio de la Encarnacion pareciera una pura ilusion.



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CAPITULO CCXVII

De la materia del cuerpo de Cristo.

Por lo que acabamos de decir se ve claramente cual debio ser la formacion del cuerpo de Cristo. Dios podia ciertamente tomar el cuerpo de Cristo del limo de la tierra, o de cualquiera otra materia, como formo el cuerpo del primer padre; pero esto no hubiera sido, conveniente para la restauracion de la naturaleza humana, en consideracion a lo cual, como antes dijimos, tomo carne el Hijo de Dios. En efecto: la naturaleza del género humano, que procedia de nuestro primer padre y estaba necesitada de curacion, no hubiera sido restablecida en su gloria primitiva si el vencedor del demonio y el triunfador de la muerte hubiera tomado un cuerpo fuera de nuestra naturaleza para rescatar al género humano, cautivo por el demonio y por la muerte, a causa del pecado del primer hombre. Las obras de Dios son perfectas, y de tal modo hace perfecto lo que quiere reparar, que siempre da mas de lo que se habia perdido, segun estas palabras del Apostol a los Romanos, V: "La gracia de Dios por Cristo fué mas abundante que el pecado de Adan". Fué, pues, conveniente que Cristo tomara un cuerpo en la naturaleza de Adan. Ademas de esto, el misterio de la Encarnacion se hizo mas provechoso a los hombres por la fe. Si los hombres no hubiesen creido que el Hijo de Dios era el hombre que veian, no se hubieran adherido a l, como autor de la salud, lo cual acontecio a los judios; quienes, por causa de su incredulidad, consiguieron del misterio de la Encarnacion su condenacion, mas bien que su salud. Para hacer mas creible este inefable misterio, el Hijo de Dios lo dispuso todo de manera que apareciese hombre verdadero, lo cual no hubiera aparecido asi si hubiera tomado cuerpo fuera de la naturaleza humana. Conveniente fué, pues, que tomara un cuerpo derivado del primer hombre. Ademas, el Hijo de Dios hecho hombre efectuo la salud del género humano, no solo confiriéndole el remedio de la gracia, sino ofreciéndole un ejemplo que no podia ser rechazado. En efecto: pueden suscitarse dudas sobre la doctrina y la vida de otro hombre, a causa del defecto del humano conocimiento y de la verdad. Pero como lo que el Hijo de Dios ensena se cree indudablemente como verdadero, también se considera como indudablemente bueno todo lo que hace. Necesario fué, pues, que tuviéramos en l un ejemplo de la gloria que esperamos y de la virtud por cuyo medio la merecemos. Uno y otro ejemplo hubieran sido menos eficaces, si el Hijo de Dios hubiera tomado la naturaleza de su cuerpo de otro origen diferente del que los hombres la toman. Si se quisiera persuadir alguno que sufriera los padecimientos que Cristo sufrio, y que esperara resucitar algun dia como Cristo resucito, podria excusarse con la diferencia de la condicion corporal. Para que el ejemplo de Cristo fuera mas eficaz, conveniente fué que tomase la naturaleza de su cuerpo de aquella misma que se deriva del primer padre.



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CAPITULO CCXVIII

De la formacion del cuerpo de Cristo exento de influencia seminal.

No convenia, sin embargo, que el cuerpo de Cristo fuese formado en la naturaleza humana del mismo modo que el de los demas hombres. Tomando, como en efecto tomaba, esta naturaleza para purificarla del pecado, convenia que se revistiese de ella, de tal modo, que no contrajese bajo ningun aspecto el contagio del pecado. Los hombres contraen el pecado original, por lo mismo que son engendrados por la virtud activa humana, residente en el semen viril, que ha preexistido en Adan prevaricador, en razon de su naturaleza. Del mismo modo que el primer hombre hubiera transmitido la justicia original a sus descendientes, transmitiéndoles la naturaleza, asi también les transmite el pecado original, transmitiéndoles la naturaleza, que tiene su origen en la virtud activa del semen viril. Fué, pues, necesario que el cuerpo de Cristo se formase sin el concurso de esta substancia.

Ademas de esto, la virtud activa de esta substancia obra naturalmente, y, por consiguiente, el hombre, que por ella es engendrado, no llega desde luego a la perfeccion, sino por progresos graduados; porque todas las cosas naturales llegan a fines determinados por medio de la misma naturaleza: conveniente era que el cuerpo de Cristo, desde el mismo momento que lo tomo, fuese perfecto y estuviese animado de un alma racional; porque un cuerpo no es susceptible de ser tomado por el Hijo de Dios, sino en cuanto esta unido a un alma racional, aun cuando no fuese perfecto segun la debida cantidad; luego el cuerpo de Cristo no ha debido ser formado por virtud del semen viril.



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CAPITULO CCXIX

De la causa de la formacion del cuerpo de Cristo (11).

Como la formacion del cuerpo del hombre se opera naturalmente por el semen viril, de cualquier modo que se haya formado el cuerpo de Cristo se formo de un modo sobrenatural. Dios solo es el autor de la naturaleza, y como tal puede obrar de un modo sobrenatural en las cosas naturales; y de aqui se deduce que l solo formo milagrosamente este cuerpo de la materia de la naturaleza humana. Aunque toda la operacion de Dios en la criatura sea comun a las tres personas, sin embargo, por razon de cierta conveniencia, la formacion del cuerpo de Cristo es atribuida al Espiritu Santo. En efecto: el Espiritu Santo es el amor del Padre y del Hijo, mediante el cual se aman mutuamente, y al mismo tiempo nos aman a nosotros. Dios, como dice el Apostol a los de Efeso, II, "quiso que su Hijo encarnase por el sumo amor que nos profesa". Conveniente fué, pues, que la formacion de la carne se atribuyera al Espiritu Santo. Ademas el Espiritu Santo es el agente activo de todas las gracias porque es el primero en quien se dan gratis todos los dones, y fué una gracia superabundante unir la naturaleza humana a una persona divina, segun resulta de lo que antes hemos dicho.

Para demostrar esta gracia se atribuye al Espiritu Santo la formacion del cuerpo de Cristo, y también se dice esto por una razon de conveniencia, a causa de la semejanza del Verbo humano y del Espiritu Santo. En efecto: existiendo el verbo humano en el corazon, tiene una semejanza con el Verbo eterno, en cuando existe en el Padre: y asi como el verbo humano toma una voz para darse a conocer sensiblemente a los hombres, asi también el Verbo de Dios tomo carne para aparecer visiblemente a los hombres. La voz humana esta formada por el espiritu del hombre; luego la carne del Verbo debio estar formada por el espiritu del Verbo.



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CAPITULO CCXX

Exposicion del articulo del Simbolo sobre la concepcion y natividad de Cristo.

Para no incurrir en el error de Ebion y de Cerinto, que dijeron que el cuerpo de Cristo fué formado por el semen viril, se dice en el Simbolo de los Apostoles que fué concebido del Espiritu Santo. En lugar de estas palabras, se lee en el Simbolo de los Padres: "Y encarno del Espiritu Santo", para que se crea que tomo una carne verdadera y no un cuerpo fantastico, como pretenden los Maniqueos. En el Simbolo de los Padres se anade: "Por nosotros los hombres", para no incurrir en el error de Origenes, que enseno que los mismos demonios serian libertados por virtud de la pasion de Cristo. Se anade también en el mismo Simbolo: "Por nuestra salud" para demostrar que el misterio de la encarnacion de Cristo es suficiente para la salud del género humano contra la herejia de los Nazareos, que afirmaban que la fe en Cristo no era suficiente para la salud del género humano, sin las obras de la ley. Se anade también en el mismo Simbolo. "Bajo del cielo", para excluir el error de Fotino, que afirmaba que Cristo era un puro hombre, anadiendo que tuvo principio de Maria, a fin de que fuese mas apto para subir al cielo por los méritos de su vida teniendo su principio en la tierra, y no descendiendo para tomar carne con origen celestial. Por ultimo se anade: "Y se hizo hombre", para no incurrir en el error de Nestorio, que afirmaba que el Hijo de Dios, de que habla el Simbolo, era mas bien un habitante del hombre que un hombre.



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CAPITULO CCXXI

Fue conveniente que Cristo naciera de una Virgen.

Habiendo demostrado antes que el Hijo de Dios tomo carne de la misma naturaleza humana, y siendo la mujer la que suministra la materia en la generacion humana, Cristo debio tomar carne de la substancia de la mujer, segun estas palabras del Apostol a los Galatas, IV: "Dios envio a su Hijo engendrado de mujer". La mujer tiene necesidad del concurso carnal del hombre para que la materia que suministra se transforme en cuerpo humano. La transformacion del cuerpo de Cristo no debio efectuarse por la virtud del semen viril, como ya dijimos, y esta es la razon por qué la mujer, de la cual tomo carne el Hijo de Dios, concibio sin comunicacion del semen viril. Cuanto mas lleno esta uno de los dones espirituales, tanto mas distantes esta de las cosas carnales, porque el hombre se eleva por las cosas espirituales, y se rebaja por las cosas carnales. Debiendo formarse el cuerpo de Cristo por la operacion del Espiritu Santo, ha debido estar eminentemente llena de los dones espirituales la mujer de quien Cristo tomo cuerpo, a fin de que el Espiritu Santo, no solo pudiera hacer su alma fecunda en virtudes, sino también su seno en su fruto divino. Por consiguiente, fué necesario que ademas de estar su cuerpo exento de pecado, lo estuviera también de toda corrupcion de la concupiscencia carnal. Por consiguiente, ni en la concepcion de Cristo, ni antes, ni después, experimento la Virgen concurso de varon. En efecto: Cristo vino al mundo tomando carne para elevarnos al estado de la resurreccion, en el que ni habra esposos prometidos ni matrimonios, sino que los hombres estaran en el cielo como los angeles. Por esta razon enseno la practica de la continencia y de la virginidad, a fin de que brillara en la vida de los fieles cierto reflejo de la gloria futura. Conveniente era que glorificase la pureza de vida en su nacimiento, naciendo de una virgen. Por esta razon se lee en el Simbolo de los Apostoles: "Nacio de la Virgen Maria". En el Simbolo de los Padres se dice "que encarno en el seno de la Virgen Maria", para refutar el error de Valentino y otros, que afirmaban que el cuerpo de Cristo era fantastico o de otra naturaleza, y que no habia sido tomado del de la Virgen, ni formado en su seno.



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CAPITULO CCXXII

La Bienaventurada Virgen Maria es Madre de Cristo.

Lo dicho antes basta para refutar el error de Nestorio, que rehusaba confesar que la Virgen Maria era Madre de Dios. En ambos Simbolos se dice "que el Hijo de Dios nacio de la Virgen Maria, o que encarno en ella". Es asi que se llama madre a una mujer de la que nace un hombre, por lo mismo que suministra la materia de la concepcion humana; luego la bienaventurada Virgen que suministro la materia de la concepcion del Hijo de Dios, debe ser llamada su verdadera Madre. Importa poco a la cualidad de madre la virtud, sea la que fuere, que forma la materia suministrada por ella; por consiguiente, la mujer que suministro una materia que debio recibir su forma por la operacion del Espiritu Santo, no es menos madre que la que suministra la materia a la accion del semen viril. Si hubiera alguno que se atreviera a decir que la bienaventurada Virgen no debe ser llamada Madre de Dios porque de ella se tomo solamente la carne, y no la divinidad, como afirmaba Nestorio, el que tal diga no sabe lo que dice. En efecto: una mujer no es llamada madre de alguno porque todo lo que esté en él esté tomado de ella. El hombre consta de alma y cuerpo, y es mas hombre en virtud del alma que en virtud del cuerpo. El alma no procede de la madre; porque, o es creada inmediatamente por Dios, y asi es la verdad, o procede por traduccion, como algunos han creido; y en este caso no procederia de la madre, procederia mas bien del padre; porque en la generacion de los demas animales, segun la doctrina de los filosofos, el macho da el alma y la hembra el cuerpo. Por consiguiente, asi como una mujeres, llamada madre de un individuo porque suministro la materia de su cuerpo, asi también, y por la misma razon, la bienaventurada Virgen Maria debe ser llamada Madre de Dios, supuesto que suministro la materia del cuerpo de Dios. Necesario es decir que este cuerpo es verdaderamente el cuerpo de Dios, si llega a estar unido a la persona que es realmente Dios. Los que reconocen que el Hijo de Dios tomo la naturaleza humana y se personifico con ella, obligados estan a decir que la bienaventurada Virgen Maria es Madre de Dios. Como Nestorio decia que la persona de Dios y la persona de Jesucristo no eran una sola y misma persona, negaba, por consiguiente, a la Virgen Maria la cualidad de Madre de Dios.



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CAPITULO CCXXIII

El Espiritu Santo no es el Padre de Cristo.

Aunque se diga que el Hijo de Dios fué concebido y encarno en el seno de la Virgen Maria por obra del Espiritu Santo, sin embargo, no puede decirse que el Espiritu Santo sea el Padre de Cristo hecho hombre, aun cuando a la bienaventurada Virgen Maria se la llame su Madre. En la bienaventurada Virgen Maria se encuentra todo lo que constituye a una madre, porque ella suministro la materia a la concepcion de Cristo, que debia efectuarse por obra del Espiritu Santo, en tanto que no se encuentra en el Espiritu Santo todo lo que constituye a un padre, porque para ser padre es necesario que produzca por su naturaleza un hijo que tenga la misma naturaleza.

Esta es la razon por qué no puede llamarse padre a un agente cualquiera que no provenga de su substancia ni le sea semejante en naturaleza. En efecto: no decimos sino metaforicamente que el hombre es padre de las cosas que produce por medio de un arte cualquiera. El Espiritu Santo es en verdad de la misma naturaleza que Cristo respecto a la naturaleza divina, segun la cual no es Padre de Cristo, sino mas bien procedente de l; pero segun la naturaleza humana, no es de la misma naturaleza que Cristo, porque en Cristo hay una naturaleza diferente de la naturaleza divina, sin que sea una parte de la naturaleza divina la que se ha convertido en naturaleza humana. El Espiritu Santo, por consiguiente, no puede ser llamado Padre de Cristo hecho hombre. Ademas, todo lo que en el hijo hay de mas principal procede del padre, y lo que es secundario de la madre. En efecto: en los demas animales el alma proviene del padre y el cuerpo de la madre; pero en el hombre, aun cuando el alma racional no proceda del padre, supuesto que es criada por Dios, es la virtud del semen paternal la que obra positivamente con respecto a la forma: es asi que lo que hay mas principal en Cristo es la persona del Verbo, que de ninguna manera procede del Espiritu Santo; luego el Espiritu Santo no puede ser llamado Padre de Cristo.

Notas

11. Los escolasticos, dadas sus ideas fisiologicas, en el proceso de la generacion de Cristo debian admitir mas milagros que nosotros. Como indicamos en otra nota, segun los antiguos, el embrion humano al principio no estaba animado, después vivia, mas adelante era animal y por fin hombre. Pero en Cristo no admitian este proceso; defendian que la materia de la cual fué formado el cuerpo de nuestro Salvador, estuvo dispuesta para recibir el alma desde el primer instante, y esta por el infinito poder de Dios. Supuestas las ensenanzas de la biologia moderna, conforme a la cual el embrion humano esta ya animado por el alma racional desde el primer instante de su evolucion ontogenética, ya no hay lugar para este milagro. Lo sobrenatural en la concepcion de Cristo consistio en que el ovulo materno de si mismo incapaz de evolucionar, por intervencion divina, fué hecho apto para comenzar el proceso evolutivo. Al mismo tiempo que Dios lo disponia, crio en él un alma racional, y al compuesto asi formado, se unio inmediata e hipostaticamente la segunda Persona de la Santisima Trinidad.




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