PIO XI, MAGISTERIO PONTIFICIO 666

d) El camino que se debe seguir

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El camino por donde se debe marchar, Venerables Hermanos, esta senalado por las presentes circunstancias. Como en otras épocas de la historia de la Iglesia, hemos de enfrentarnos con un mundo que en gran parte ha recaido en el paganismo. Si han de volver a Cristo esas clases de hombres que le han negado, es necesario escoger de entre ellos mismos y formar los soldados auxiliares de la Iglesia, que los conozcan bien y entiendan sus pensamientos y deseos, y puedan penetrar en sus corazones suavemente con una caridad fraternal. "Los primeros e inmediatos apostoles de los obreros han de ser obreros; los apostoles del mundo industrial, y comercial, han de ser industriales y comerciantes".

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Buscar con afan estos apostoles seglares, tanto obreros como patronos, elegirlos prudentemente, educarlos e instruirlos convenientemente, os toca principalmente a vosotros, Venerables Hermanos, y a vuestro clero. A los sacerdotes les aguarda un delicado oficio: que se preparen, pues, con estudio profundo de la cuestión social, los que forman la esperanza de la Iglesia. Mas aquellos a quienes especialmente vais a confiar este oficio, es del todo necesario que revelen ciertas cualidades; que tengan tan exquisito sentido de la justicia, que se opongan con constancia completamente varonil a las peticiones exorbitantes y a las injusticias, de donde quiera que vengan; que se distingan por su discreción y prudencia, alejada de cualquier exageracion; y que sobre todo estén intimamente penetrados de la caridad de Cristo, porque es la unica que puede reducir con suavidad y fortaleza las voluntades y corazones de los hombres a las leyes de la justicia y de la equidad. No dudemos en marchar con todo ardor por este camino, mas de una vez comprobado por el éxito feliz.

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A Nuestros muy amados Hijos elegidos para tan grande obra les recomendamos con todo ahinco en el Señor, que se entreguen totalmente a educar a los hombres que se les ha confiado, y que en ese oficio verdaderamente sacerdotal y apostolico usen oportunamente de todos los medios mas eficaces de la educación cristiana: ensenar a los jóvenes, instituir asociaciones cristianas, fundar circulos de estudio conforme a las ensenanzas de la fe. En primer lugar estimen mucho y apliquen frecuentemente para bien de sus alumnos aquel instrumento preciosísimo de renovación privada y social, que son los Ejercicios Espirituales, como dijimos en nuestra Enciclica "Mens Nostra" (Pio XI, enciclica Mens Nostra, 20/12 1929.) En ella hemos recordado explicitamente y recomendado con insistencia, además de los Ejercicios para todos los seglares, los Retiros de especial utilidad para los obreros. En esa escuela del espiritu no solo se forman optimos cristianos, sino también verdaderos apostoles para todas las condiciones de vida, inflamados en el fuego del Corazon de Cristo. De esa escuela saldran como los Apostoles del Cenaculo de Jerusalén, fortisimos en la fe, armados de una constancia invencible en medio de las persecuciones, abrasados en el celo, sin otro ideal que propagar por doquiera el Reino de Cristo.

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Y ciertamente, hoy mas que nunca hacen falta valientes soldados de Cristo, que con todas sus fuerzas trabajen para preservar la familia humana de la ruina espantosa en que caeria, si por el desprecio de las doctrinas del Evangelio se dejara triunfar un estado de cosas que pisotea las leyes de la naturaleza no menos que las de Dios. La Iglesia de Cristo nada teme por si, pues esta edificada sobre la piedra inconmovible, y bien sabe que las puertas del infierno no prevaleceran contra ella (
Mt 16,18) tiene, además, en su mano la prueba que la experiencia de tantos siglos proporciona: de las tempestades mas violentas ha salido siempre mas fuerte y coronada de nuevos triunfos. Pero su materno corazon no puede menos de conmoverse ante los males sin cuento, que estas tempestades acarrearian a miles de hombres, y sobre todo ante los gravisimos danos espirituales que de ahi resultarian y llevarian a la ruina tantas almas redimidas por la sangre de Cristo.

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Nada debe quedar por hacer para apartar a la sociedad de tan graves males; tienden a eso nuestros trabajos, nuestros esfuerzos, nuestras continuas y fervientes oraciones a Dios, puesto que, con el auxilio de la gracia divina, en nuestras manos esta la suerte de la familia humana.

671
No permitamos, Venerables Hermanos y amados Hijos, que los hijos de este siglo entre si parezcan mas prudentes que nosotros, que por divina bondad somos hijos de la luz (
Lc 16,8) Los hemos visto escogiendo con suma sagacidad activos adeptos, y formandolos para esparcir errores de dia en dia mas extensamente entre todas las clases y en todos los puntos de la tierra. Siempre que tratan de atacar con mas vehemencia a la Iglesia de Cristo, los vemos acallar sus internas diferencias, formar en la mayor concordia un solo frente de batalla, y trabajar con todas sus fuerzas unidas para alcanzar el fin comun.

e) Consejos de estrecha unión y cooperacion

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Pues bien, nadie en verdad ignora el celo incansable de los catolicos, que tantas y tan grandes batallas sostienen por doquier, lo mismo en obras del bien social y economico, que en materia de escuelas y religion. Pero esta acción laboriosa y admirable es en no pocas ocasiones menos eficaz porque las fuerzas se dispersan demasiado. Unanse, pues, todos los hombres de buena voluntad, cuantos quieren combatir bajo la dirección de los Pastores de la Iglesia la batalla del bien y de la paz de Cristo; todos bajo la guia y el magisterio de la Iglesia, según el talento, fuerzas o condición de cada uno, se esfuercen en contribuir de alguna manera a la cristiana restauración de la sociedad, que Leon XIII auguro en su inmortal Enciclica "Rerum Novarum"; no se busquen a si, ni sus propios intereses, sino los de Jesucristo (
Ph 2,21) no pretendan imponer sus propios pareceres sino estén dispuestos a deponerlos, por buenos que parezcan, si el bien comun lo exige; para que en todo y sobre todo Cristo reine, Cristo impere, a quien se debe el honor, la gloria y el poder para siempre (Ap 5,13)

673
Y para que esto suceda felizmente, a todos vosotros, Venerables Hermanos y amados Hijos, miembros todos de la inmensa familia catolica a Nos confiada, pero con particular afecto de Nuestro corazon a los obreros y demás trabajadores manuales, que habéis sido mas vivamente encomendados a Nos por la divina Providencia, como también a los patronos y jefes de trabajo cristianos, os damos con animo paternal la Bendición Apostolica.

674
Dado en Roma, junto a San Pedro, el dia 15 de Mayo de 1931, de Nuestro Pontificado el ano décimo.


Pius pp. XI

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DEUS SCIENTIARUM DOMINUS:Sobre las Universidades y las Facultades de los Estudios Eclesiasticos

Constitución Apostolica

PIO XI



24 de mayo de 193

1 1. Iglesia, maestra de la verdad, ha fomentado las ciencias profanas.

677
Como Dios, el Señor de las ciencias (
1S 2,3) dio a la Iglesia el mandato de ensenar a todas las naciones (Mt 28,19 Mc 16,15) la constituyo indudablemente con ello maestra infalible de la verdad divina, y asi también principal protectora y progenitora de la ciencia humana. Es misión de la Iglesia hacer conocer a todos los hombres los preceptos sagrados que ella recoge y deduce de la Revelación de Dios. Por cuanto la fe y la razon humana jamas podran disentir entre ellas, y en vista de su universal concordia se prestaran también mutua ayuda, la Iglesia en todo tiempo creyo de su incumbencia ayudar y promover el cultivo de las artes y de las ciencias profanas (Concilio Vaticano, Constitut. De Fide Catholica, cap. 4) lo cual esta, efectivamente, atestiguado por muchisimos y esplendorosisimos documentos literarios.

2. La falange gloriosa de los Padres de los primeros tiempos que eran al mismo tiempo colosos de ciencia.

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Ahora bien, después de la primera época cristiana en que el Espiritu Santo por si mismo y mediante la abundancia de sus carismas suplio en los fieles cristianos aquélla ciencia de que, tal vez, carecieran; ya en el segúndo siglo después de Cristo florecieron Esmirna, Roma, Alejandria, Edesa como sedes de preclara doctrina cristiana. A fines del siglo 29 y principios del tercero surgieron, aquellas célebres escuelas de Alejandria, Cesarea y Antioquia donde bebieron su ciencia -para no nombrar si no a los mas esclarecidos de entre ellos- CLEMENTE DE ALEJANDRIA, ORIGENES, SAN DIONISIO MAGNO, EUSEBIO DE CESAREA, SAN ATANASIO, DIDIMO EL CIEGO, SAN BASILIO MAGNO, SAN GREGORIO NACIANCENO, SAN GREGORIO NISENO, SAN CIRILO DE ALEJANDRIA, SAN JUAN CRISOTOMO, SAN EFRN, SAN HILARIO DE POITIERS, SAN AMBROSIO, SAN JERONIMO, SAN AGUSTIN y otros casi innumerables doctores y maestros de aquel tiempo que fueron considerados principes de las ciencias por todos, aun en la sociedad civil.

3. La Iglesia y los Conventos fundan las escuelas.

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Terminada la época de los grandes Padres, se fundaron, por obra solicita especialmente de los monjes y Obispos, no pocas escuelas ciertamente, gracias a la ayuda de aquellos que gobernaban entonces los destinos de los diferentes estados. Y no cabe duda de que la cultura profana y la doctrina eclesiastica lograron en el transcurso de esos siglos una finalidad unica que los Institutos humanisticos fundados al abrigo de las Catedrales y los Conventos, produjeran sus copiosos frutos para el bien comun. Pero cuando aquélla parte de la Edad media que suele llamarse la mas oscura que las nuevas invasiones de los barbaros amenazaron con perturbar y arrollar las ciencias y artes genuinas, abandonadas y miserablemente traicionadas por todos, encontraron el unico refugio y asilo seguro que quedaba, en los templos y monasterios de la Religión Catolica.

4. La ley de ensenanza, dada por los Concilios de Roma, conserva los documentos de cultura.

680
Los Concilios de los anos 826-853, celebrados en Roma, sancionaron aquélla ley que brilla como luz en las tinieblas, al ordenar "que en todos los palacios episcopales y los pueblos fieles sujetos a ellos como en todos los demás lugares donde fuese menester habria que procurar con con todo esmero y diligencia que se nombrasen maestros y doctores para ensenar asiduamente las ciencias y las artes".

681
Si la Iglesia Romana no hubiese, de ningun modo, protegido los primitivos documentos de la civilización humana en esa época procelosa, sin duda el género humano habria perdido para siempre los tesoros literarios que los tiempos antiguos habian producido.

5. La Iglesia funda y fomenta las Universidades.

682
La Universidad de estudios, esa gloriosa institución de la Edad Media, que en esa época se llamaba "Estudio" o "Estudio General", posee ya desde el principio una madre y protectora generosisima en la Iglesia. Aunque no todas las Universidades fueron fundadas por la Iglesia Catolica, sin embargo, sabido es y averiguado que casi todos los "Ateneos" o Universidades antiguas tuvieron en los Romanos Pontifices si no sus fundadores, por lo menos, sus fautores y guias.

6. Las Universidades fundadas y protegidas por los Papas.

683
A este respecto causara, ciertamente, universal admiración cuanto contribuyera esta Sede Apostolica al progreso de la ciencia sagrada y profana, pues, entre las 52 Universidades, establecidas por decreto antes del ano 900 no menos de 29 fueron creadas por los solos Romanos Pontifices y 10 otras mas por instrumentos del Emperador y los Principes, juntamente con las Constituciones Apostolicas. Las célebres Universidades que se erigieron -para omitir otras- en Bolonia, Paris, Oxfford, Salamanca, Tolosa, Roma, Pavia, Lisboa, Sena, Grenoble, Praga, Viena, Colonia, Heidelberg, Leipzig, Monte Pesulano, Ferrara, Lovaina, Basilea, Cracovia, Vilna, Graz, Valladolid, México, Alcala, Manila, Santa Fe, Quito, Lima, Guatemala, Cagliari, Lemberga y Varsovia, tomaron de esta excelsa Urbe su principio y seguramente, de alli recibieron su incremento.

7. Pese a los despojos posteriores de parte de los Estados la Iglesia aun hoy sigue la misma mision.

684
No es aislado el caso de que los gobernantes de los estados, andando el tiempo, sustrajeran al régimen y tutela de la Iglesia no pocas de las Universidades y escuelas; Sin embargo, la Iglesia, careciendo entonces de libertad y de medios de que antes con abundancia disponia, por su misma naturaleza no ceso de crear y fomentar esta clase de Cenaculos de sabiduria y de institutos de docencia. Pues, por esta misión que le viene a la Iglesia de arriba, los heraldos de la Religión Catolica se esmeran con todo empeno en levantar también escuelas cerca de las Capillas que edifican en tierras paganas, ensenando en ellas, en la medida que le permitan sus fuerzas, no solo las ciencias sagradas sino también las profanas e igualmente anaden institutos peculiares de ciencia y cultura profana para imbuir a esa gente rustica en los conocimientos de las primeras letras y el arte de cultivar el campo.

685
Y si algun dia esos hombres orgullosos que se jactan de los falsos progresos, penetren hasta esas regiones que los legados de Cristo ennoblecieron con la cruz y el arado y se esfuercen en despojar las escuelas alli fundadas de sus principios y normas cristianas no podran negar que la Iglesia ha constituido primero esas sedes literarias, violadas por ellos ahora.

8. Fundaciones dc Universidades nuevas en los paises cristianos.

686
No solo en las regiones de las Misiones extranjeras promueve la Iglesia la cultura humana sino también y con mayor dispendio en aquellas partes donde mas de una vez fuera expoliada del patrimonio de sus beneficios.

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Debe ponderarse también el hecho que, por obra suya surgieron en nuestro tiempo Universidades prosperas, como la del Sagrado Corazon de Milan, las de Paris, Lila, Angers, Lión, Tolosa en Francia, Nimega en Holanda, Lublin en Polonia, Beirut en Siria, Washington en los Estados Unidos de América, Quebec, Montreal y Ottawa en Canada, Santiago en la Republica de Chile, Shanghai y Pekin en China, Tokio en el Japon y otras no pocas.

9. Sus bibliotecas y colecciones de manuscritos.

688
Además: el que la Iglesia haya tenido siempre gran cuidado en fundar y conservar Bibliotecas prueba claramente que ha fomentado con grandes gastos la civilización y la ciencia. Pues, nadie es capaz de enumerar ni si quiera cuantos manuscritos y cuantos libros impresos colecciono esta santa Madre Iglesia con suma diligencia desde la fundación de la Biblioteca de Cesarea hasta la Ambrosiana y Vaticana. Esta comprobado que, desde la primera época de la era cristiana, los pastores de almas al cernirse un peligro sufrieron con ecuanimidad la pérdida de sus bienes pero junto con los vasos sagrados guardaron cuidadosisimamente los volumenes de la ciencia.

689
Por eso carece en absoluto de fundamento la falsa acusación de que la Iglesia cubra las mentes con las tinieblas de la ignorancia cuando la Iglesia Catolica no teme a los perseguidores que la distinguen con la gloria del martirio ni las herejias que hacen brillar con luz mas, clara su deposito de doctrina sagrada; una sola cosa teme: la ignorancia de la verdad; pues, esta convencida de que los adversarios no la perseguirian con malévola inquina si ajenos a toda opinión preconcebida, estudiaran diligentemente sus normas y argumentos como ya aseveraba en el siglo 2º TERTULIANO diciendo a los enemigos del nombre cristiano: Cesan de odiar los que cesan de ignorar (Tertul. Ad Nationes I, 1)

10. Principal preocupacion: las ciencias sagradas.

690
Pero si Nuestros predecesores en el transcurso de los siglos no escatimaron desvelos ni trabajos para incrementar al maximo los estudios de las ciencias y artes liberales e implantar en muchos lugares toda clase de catedras, sin embargo, pusieron singular empeno y celo especial en fomentar los estudios de las ciencias sagradas, dado que éstos contribuyen de un modo mas decisivo a adelantar la causa que le fuera encomendada por Dios (S. Tomas. Sumo Theol. I, q. 1, a. 5)

11. Pio XI preocupado de la nueva organización universitaria eclesiastica.

691
Ahora bien, Nos, bien conscientes del gravísimo oficio que Dios Nos ha confiado, activisimamente Nos dedicamos Nuestro cuidado especial a las disciplinas sagradas procurando, cuanto esté en Nuestro poder, que las Universidades y Facultades eclesiasticas se destaquen entre todas las Universidades tanto por la excelsa dignidad como por la solidez de sus estudios y el esplendor de sus ensenanzas. Por eso, apenas elevados a la catedra del Pontificado, Supremo, Nos creimos que era Nuestro deber preparar una ley en que a mas de cien institutos de estudios superiores creados en todas partes del mundo, se propusiera con mayor claridad el fin que debía lograrse, se precisara con mas definida exactitud el método de ensenar y, finalmente, se definiera la organización institucional unica, sin eliminar las caracteristicas peculiares del lugar y de la indole de la obra, de tal modo que pudieran responder del todo a las presentes necesidades.

12. Selección delos investigadores eclesiasticos, sobre todo en los Seminarios.

692
Toda clase de errores suelen disfrazarse, sobre todo en nuestros tiempos, con la mascara de ciencia para que todos les crean con mayor facilidad ya la que luz de la ciencia puede ejercer una fortisima atracción sobre muchos hombres. Es, por consiguiente, sumamente necesario que aquellos cristianos que se muestren mas aptos para las investigaciones cientificas y, en especial, seminaristas selectos, elevando preces al Padre de las luces (
Jc 1,17) y recordando aquella sentencia que dice que en el alma maliciosa no entra la sabiduria (Sg 1 Sg 4) se consagren totalmente a las ciencias sagradas y a aquellas disciplinas que de alguna manera tienen un nexo con ellas, y se posesionen de tal modo de a esa materia que, dado el caso, puedan ensenar correctamente la doctrina catolica y defenderla activisimamente contra los embates y falacias de los adversarios.

13. Finalidades de las nuevas medidas.

693
Y para que de Nuestra parte y de Nuestra autoridad nada falte, no resta ahora sino que procuremos que las ciencias sagradas ocupen también hoy el mejor lugar como antano fueron las primeras dejando atras las Universidades publicas, por cuanto lo exigen el riquísimo tesoro de la verdad que comunican y aquel influjo saludable que ellas, por su naturaleza, ejercen sobre el robustecimiento de la fe catolica, la derrota de las tinieblas de los errores y la conformación de las costumbres de todos a los preceptos evangélicos.

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Felizmente sucedera entonces que todos los hombres, llamados de las tinieblas a la admirable luz de la fe (
1P 2,9) lleguen al conocimiento de la verdad (1Tm 2,4) y todo pensamiento, con la ayuda de la gracia divina, se doblegue a la obediencia de Cristo (2Co 10,5)

14. La creación del nuevo Consejo universitario en Roma y su misión cumplida.

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Impulsados por estos motivos y razones, quisimos que se crease en la Sagrada Congregación de Seminarios y Estudios Universitarios un Consejo especial formado por varones que se distinguen por su saber y experiencia, al cual incumbira estudiar y prever todo lo que corresponda a la organización y perfeccionamiento de las Universidades y Facultades de los estudios eclesiasticos, dejando de lado entre tanto lo que, para hacer progresar la empresa mas y mas, parecera mas tarde necesario anadir sobre otros Institutos y, ante todo, sobre la Pontificia Universidad Romana de Santo Tomas de Aquino.

696
Este Consejo, después de largas y diligentes reflexiones, ayudado por los mas eximios profesores de otras naciones, bajo Nuestro auspicio y dirección, ha cumplido felizmente y con muy laudable acierto la misión que le fuera encomendada.

15. El decreto de las nuevas normas.

697
Por lo tanto, Nos, para llevar, finalmente, a cabo lo que tanto deseabamos realizar, todo bien ponderado y logrado el consentimiento, en cuanto fuese necesario, o de los que podian interesarse por el problema, o de los que se presumia que éste debía importarles, a ciencia cierta y en la plenitud de Nuestra autoridad Apostolica, decretamos y establecemos las siguientes leyes y normas, y mandamos a cuantos corresponda las observen (XXX)

16. Su comunicación y sanción autorizada.

698
Nos queremos finalmente que los ejemplares de la presente Constitución, también los impresos que munidos con el sello de una persona constituida en alguna dignidad eclesiastica u oficio y firmado por algun notario publico tenga el mismo valor como si el presente documento mismo fuese pre sentado y mostrado.

699
Lo establecemos, empero, por esta Nuestra Constitución, lo decretamos, promulgamos y mandamos y queremos que quede todo sancionado y firme por Nuestra autoridad sin que nada obste en contrario.

Dado en Roma, junto a San Pedro el 24 de Mayo del ano del Señor de 1931, en la solemnidad de Pentecostés, ano décimo de Nuestro Pontificado

PIO PAPA XI.

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NON ABBIAMO BISOGNO: Sobre la Acción Catolica y el fascismo

PIO XI



29 de junio 1931

703

1. Causas de la presente Enciclica.

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No tenemos necesidad de anunciaros, Venerables Hermanos, de los acontecimientos que en estos ultimos tiempos se han desarrollado en esta ciudad de Roma, Nuestra Sede Episcopal, y en toda Italia, es decir, precisamente en Nuestra circunscripción primacial; acontecimientos que han tenido tan larga y profunda repercusión en el mundo entero y mas particularmente en todas y en cada una de las diocesis de Italia y del mundo católico. Se resumen en estas breves y tristes palabras: Se ha intentado herir de muerte todo lo que era y lo que sera siempre lo mas querido por Nuestro corazon de Padre y Pastor de almas... y Nos podemos y debemos incluso anadir: Y el modo mismo Nos ofende.

705
En presencia y bajo la presión de estos acontecimientos hemos sentido Nosotros la necesidad y el deber de dirigirnos a vosotros, y por decirlo asi, llegar en espiritu a cada uno de vosotros, Venerables Hermanos, en primer lugar, para cumplir un grave y urgente deber de reconocimiento fraternal; en segúndo lugar, para satisfacer un deber, no menos grave y no menos urgente, de defender la verdad y la justicia en una materia que, como se refiere a los intereses y a los derechos vitales de la Iglesia, os interesa también a todos y cada uno de vosotros en particular en todas las partes en que el Espiritu Santo os ha colocado para gobernarla en unión con Nosotros; en tercer lugar, Nos queremos exponeros las conclusiones y reflexiones que los acontecimientos parecen imponer; en cuarto lugar, confiaros Nuestras preocupaciones para el porvenir; y, finalmente, os invitaremos a compartir Nuestras esperanzas y a rogar con Nos y con el mundo católico por su realizacion.

2. La paz interior, nuestra fortaleza. Agradecimiento a los Obispos.

706
La paz interior, esta paz que nace de la plena y clara conciencia que tiene uno de estar en el bando de la verdad y de la justicia y de combatir y sufrir por ellas, esta paz que solamente puede darla el Rey divino y que el mundo es completamente incapaz de dar y quitar, esta paz bendita y bienhechora, gracias a la bondad y la misericordia de Dios, no Nos ha abandonado un solo instante, y abrigamos la firme esperanza de que, suceda lo que suceda, no Nos abandonara jamas; pero, bien sabéis vosotros, Venerables Hermanos, que esta paz deja libre acceso a los mas amargos sinsabores: asi lo experimento el Sagrado Corazon de Jesús durante su Pasion; lo mismo experimentan los corazones de los fieles servidores, y Nos también hemos experimentado la verdad de esta misteriosa palabra: He aqui que en la paz (me sobrevino) amargura grandisima (
Is 38,17) Vuestra intervención rapida, extensa, afectuosa, que no ha cesado todavia; vuestros sentimientos fraternos y filiales, y por encima de todo, ese sentimiento de alta y sobrenatural solidaridad, de intima unión de pensamientos y de sentimientos, de inteligencias y de voluntades que respiran vuestras comunicaciones llenas de amor, Nos han llenado el alma de consuelos indecibles y muchas veces han hecho subir de Nuestro corazon a Nuestros labios las palabras del salmo: En las grandes angustias de mi corazon, tus consuelos alegraban mi alma (Ps 93,19) De todos estos consuelos, después de Dios, os damos gracias de todo Nuestro corazon, Venerables Hermanos, vosotros a quienes Nos podemos repetir la palabra de Jesús a los Apostoles vuestros predecesores: Vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas (Lc 22,28)

3. Acción de gracias a la Acción Catolica.

707
Sentimos también y queremos también cumplir el deber tan dulce al corazon paternal de dar gracias con vosotros, Venerables Hermanos, a tantos de vuestros buenos y dignos hijos que, individual y colectivamente, en su nombre propio y de parte de las diversas organizaciones y asociaciones consagradas al bien, y con mas amplitud de parte de las asociaciones de Acción Catolica y de Juventud Catolica, nos han enviado expresiones de condolencia, de devoción y de generosa y activa conformidad a Nuestras normas directivas y a Nuestros deseos. Fue para Nos especialmente bello y consolador ver a las Acciones Catolicas de todos los paises, desde los mas cercanos hasta los mas lejanos, encontrarse reunidas alrededor del Padre comun, animadas y como impulsadas por un mismo espiritu de fe, de piedad filial, de propositos generosos en los que se expresa unanimemente la sorpresa penosa de ver perseguida y herida la Acción Catolica alli, en el centro del apostolado jerarquico, donde tiene, mas que en ninguna otra parte, su razon de ser, la Acción Catolica, que en Italia, como en todas las partes del mundo, siguiendo su auténtica y esencial definición y según Nuestras vigilantes y asiduas direcciones, tan generosamente secundadas por vosotros, Venerables Hermanos, ni quiere ni puede ser otra cosa que la participación y la colaboración del laicado en el apostolado jerarquico.

708
Llevaréis, Venerables Hermanos, la expresión de Nuestro paternal reconocimiento a todos vuestros hijos e hijas Nuestros en Jesucristo, que se han mostrado tan bien formados en vuestra escuela, tan buenos y tan piadosos hacia su Padre comun al punto de hacernos decir: Reboso de gozo en todas nuestras tribulaciones (
2Co 7,4)

4.

Anima a los Obispos Italianos.

709
En cuanto a vosotros, Obispos de todas y cada una de las diocesis de esta querida Italia, debemos no solamente la expresión de Nuestro reconocimiento por los consuelos que con tan noble y santa emulación Nos habéis prodigado con vuestras cartas durante todo el mes ultimo y especialmente el dia mismo de los Santos Apostoles, con vuestros afectuosos y elocuentes telegramas; pero debemos también dirigiros a Nuestra vez el pésame por lo que cada uno de vosotros ha sufrido, viendo repentinamente abatirse la tempestad devastadora sobre los vergeles tan ricamente florecidos y llenos de promesas de vuestros jardines espirituales, que el Espiritu Santo ha confiado a vuestra solicitud y que cultivabais con tanto celo y con tan gran bien para las almas. Vuestro corazon, Venerables Hermanos, se ha vuelto en seguida hacia el Nuestro para compartir Nuestra pena, en la cual sentiais reunirse como en un centro y multiplicarse y encontrarse todas las vuestras. Nos habéis dado la mas clara y afectuosa demostración y con todo el corazon os damos las gracias. Particularmente os agradecemos el unanime y verdaderamente grandioso testimonio que habéis dado a la docilidad con que la Acción Catolica italiana y precisamente las Asociaciones de Juventudes han permanecido fieles a Nuestras normas directivas y a las vuestras, que excluyen toda actividad politica de partido. Al mismo tiempo damos gracias también a todos vuestros sacerdotes y fieles, a vuestros religiosos y religiosas, que se han unido a vosotros con tan gran impulso de fe y de piedad filial. Damos gracias especialmente a vuestras Asociaciones de Acción Catolica y en primer lugar a las de las Juventudes de todas las categorias, hasta a los mas pequeños benjamines y a los niños, que Nos son tanto mas queridos cuanto mas pequeños son y en cuyas plegarias tenemos especial confianza.

710
Vosotros habéis comprendido, Venerables Hermanos, que Nuestro corazon estaba y esta con vosotros, con cada uno de vosotros, sufriendo con vosotros, rogando por vosotros y con vosotros, a fin de que Dios, en su infinita misericordia, nos socorra y haga salir de este gran mal desencadenado por el antiguo enemigo del bien una nueva floración de bienes, y de grandes bienes.

II

5. Injusta disolución de los organismos universitarios de A. C.

711
Después de haber satisfecho la deuda de gratitud por los consuelos que hemos recibido en tan grande dolor, debemos satisfacer las obligaciones que el ministerio apostolico Nos impone para con la verdad y la justicia.

712
Ya muchas veces, Venerables Hermanos, de la manera mas explicita y asumiendo toda la responsabilidad de lo que deciamos, Nos hemos explicado la campana de falsas e injustas acusaciones que precedio a la disolución de las Asociaciones de Juventudes y Asociaciones universitarias dependientes de la Acción Catolica y hemos protestado contra ellas. Disolución ejecutada por vias de hecho y por procedimientos que daban la impresión de que se perseguia una vasta y peligrosa asociación criminal. Y sin embargo, se trataba de jóvenes y de niños que son ciertamente los mejores entre los buenos y a los cuales tenemos la satisfacción y el orgullo de poder una vez mas dar este testimonio. Los ejecutores de este procedimiento, no todos, pero muchos de ellos, tuvieron asimismo esta impresión y no la ocultaron, procurando templar el cumplimiento de su consigna con palabras y miramientos por medio de los cuales parecian presentar excusas y querer obtener el perdon de lo que se les obligaba a hacer. Nos lo hemos tenido en cuenta y les reservamos especiales bendiciones.

6. Violencias y malos tratos. Necesidad de reparacion.

713
Pero por una dolorosa compensación, ¡cuantas brutalidades y violencias, que llegaron hasta los golpes y a la sangre, cuantas irreverencias de prensa, de palabras y de hechos contra las cosas y contra las personas, incluso la Nuestra, han precedido, acompanado y seguido la ejecución de la inopinada medida de policia! Y ésta con frecuencia se ha extendido, por ignorancia o por un celo maligno, a ciertas asociaciones e instituciones que ni siquiera estaban comprendidas en las ordenes superiores, como los oratorios de los niños y las piadosas congregaciones de Hijas de Maria.

714
Todo este lamentable conjunto de irreverencias y de violencias se verificaron con una tal intervención de miembros e insignias de partido, con tal unanimidad de un cabo a otro de Italia, y con tal condescendencia de las autoridades y de las fuerzas de seguridad publica, que era ya preciso pensar necesariamente en disposiciones venidas de arriba. Facilmente admitimos, como era facil de prever, que estas disposiciones podian y hasta debian ser necesariamente exageradas. Hemos debido recordar estas cosas antipaticas y penosas, porque se ha intentado hacer creer al publico y al mundo que la deplorable disolución de las Asociaciones, que Nos son tan queridas, se ha efectuado sin incidentes y casi como una cosa normal.

7. Se ha faltado a la verdad y a la justicia.

715
Pero en realidad se ha intentado faltar en mayor escala a la verdad y a la justicia. Si no todas las invenciones y todas las mentiras y las verdaderas calumnias esparcidas por la Prensa hostil de partido, la unica libre y acostumbrada, por decirlo asi, a hablarlo todo y atreverse a todo, han sido acogidas en un mensaje, no oficial sin duda alguna (por prudente calificacion), la mayor parte han sido realmente entregadas al publico en los mas poderosos medios de difusión que conoce la hora presente. La historia de los documentos redactados, no para servir a la verdad y a la justicia, sino para ofenderlas, es bien larga y triste, y Nos debemos decir con la mas profunda amargura, que en los muchos anos de Nuestra actividad de bibliotecario rara vez hemos encontrado en Nuestro camino un documento tan tendencioso y tan contrario a la verdad y a la justicia con relación a la Santa Sede, a la Acción Catolica y mas particularmente a las Asociaciones catolicas tan duramente castigadas. Si callaramos, si dejaramos pasar, es decir, si permitiéramos creer todas esas cosas, vendriamos a ser mas indignos de lo que somos de ocupar esta augusta Sede Apostolica, indignos del filial y generoso sacrificio por el cual Nos han siempre consolado, y Nos consuelan hoy mas que nunca, Nuestros queridos hijos de la Acción Catolica y particularmente aquellos de Nuestros hijos e hijas, tan numerosos gracias a Dios, que por su religioso respeto a Nuestros mandatos y direcciones tanto han sufrido y tanto sufren, honrando en la escuela donde han sido formados, tanto al Divino Maestro, como a su indigno Vicario, al demostrar luminosamente con su cristiana actitud aun ante las amenazas y las violencias, de qué lado se encuentra la verdadera dignidad, la verdadera fuerza del alma, el verdadero valor y la verdadera civilizacion.


PIO XI, MAGISTERIO PONTIFICIO 666