PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - V PRACTICA DEL CULTO DEL SAGRADO CORAZON


SEDES SAPIENTIAE

Constitucion Apostolica

Pio XII


31 de mayo de 1956

Sobre la formacion de los religiosos:

enunciacion de principios y exposicion de las reglas generales

OBISPO, Siervo de los Siervos de Dios para Perpetua memoria

INTRODUCCION

Maria y la vocacion religiosa y sacerdotal




1. Maria Madre y formadora de la Vocacion al estado de perfeccion y el Sacerdocio.

Todo un ano santo hemos consagrado a la veneracion de la santisima Virgen Maria, Sede de la Sabiduria, Madre de Dios, Senor de las Ciencias(1), y Reina de los Apostoles(2). No sin razon es Ella considerada como la Madre, y especialmente la Formadora, de todos los que abrazan los estados de aspirar a la perfeccion y que, ademas, desean servir en el ejército apostolico de Cristo, Sumo Sacerdote. Y en verdad que tienen necesidad de su direccion y auxilio para aplicarse con eficacia a la preparacion y a la formacion de tan grande y tan sublime vocacion que es, al mismo tiempo, religiosa, apostolica y sacerdotal. ¿No es Ella la que ha sido constituida como Medianera de todas las gracias santificantes? Con toda razon se la denomina Madre y Reina del sacerdocio catolico y del apostolado. Imploramos, pues, su favor para que, luego de haber sido la Medianera de la luz celestial en el establecer las reglas presentes, conceda también su auxilio y patrocinio a los que tienen el deber de llevarlas a buen término.

PRIMERA PARTE La vida religiosa en su relacion con el sacerdocio




2. Vocacion, llamado de Dios

Es un altisimo bien de la divina Providencia que constantemente en el transcurso de los siglos, Cristo Redentor haya inspirado a las almas objeto de su predileccion, mediante una palabra interior y casi misteriosa, aquélla invitacion que dirigio ya de viva voz al joven que le preguntaba sobre la vida eterna: Ven y sigueme (3). Por lo que a un gran numero de aquellos que han recibido esta invitacion de la gracia de Dios y hecho suya la declaracion del Santo Apostol: Pues bien, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido (4), Nuestro Senor los ha hecho pescadores de hombres (5) y los ha elegido como obreros (6) para su mies.




3. El sacerdocio en los Estados de Perfeccion.

Esto se da, como en tiempos pasados, asi también en nuestros dias, porque cada vez se hace mas frecuente y mas intima la union de los que buscan los estados de perfeccion con la dignidad sacerdotal y la mision apostolica. En efecto, si en tiempos pasados la mayor parte de los monjes no eran sacerdotes y si un pequeno numero de ellos se veian forzados por la necesidad a recibir el sacerdocio para convertir a la Religion cristiana a los pueblos, se hacia casi arrancandolos a su regla (7). Y si después los mendicantes, bien que impregnados de un admirable espiritu apostolico, no estaban obligados por su regla al sacerdocio -su santo Padre de Asis no fue tampoco elevado al sacerdocio- por el contrario, los canonigos y los clérigos regulares, por una vocacion especial divinamente inspirada, recibian y ejercian los sagrados ministerios y ordenes. Después, innumerables congregaciones y sociedades lo imitaron en la vida en comun al mismo tiempo que clerical. Hoy hay que anadir -porque Dios provee siempre a las necesidaddes de toda época- un cierto numero de institutos seculares que cuentan también con sacerdotes.




4. Preponderancia de los sacerdotes.

Por lo demas, actualmente incluso en las ordenes mas antiguas de la Iglesia latina, que no son designadas formalmente laicas, (8), todos los religiosos -exceptuados aquellos llamados coadjutores o conversos- estan destinados al sacerdocio, que es absolutamente exigido a quienes ejercen el gobierno de sus respectivas ordenes.




5. Del clero regular y secular.

De ahi que en nuestros dias tenga la Iglesia a su disposicion una gran multitud de ministros que se aplican a lograr la perfeccion, por la practica de los consejos evangélicos, que se llama el clero regular, al lado del que se llama secular o diocesano. Ambos, en una emulacion fraternal y en una fecunda asistencia, estan bajo la sola y suprema autoridad del Pontifice de Roma, quedando enteramente salvaguardado el poder de los Obispos.




6. Reglas generales para el clero regular.

Ahora bien, todo el mundo ve que este clero religioso, para alcanzar como conviene y con seguridad el doble fin que le es propio, tiene necesidad de reglas muy prudentes para dirigir y favorecer su preparacion y su formacion religiosa a la vez que clerical.

A esta necesidad responden ampliamente y hasta aqui las constituciones de cada una de esas sociedades y sus estatutos para la preparacion de los jovenes y la organizacion de los estudios. Por otra parte, no faltan a este respecto las prescripciones y recomendaciones de la Santa Sede.




7. Necesidad de coordinacion y complemento de esas reglas.

Sin embargo, desde hace tiempo se echan de menos disposiciones generales coordinadas y mas completas, apoyadas en la autoridad apostolica y obligatorias para todos y en todas partes, a fin de que una tal tarea y empresa, que interesa al mas alto bien de las almas, gane seguridad, para desarrollarse felizmente y perfeccionarse mediante un esfuerzo adecuado y prolongado.




8. Vigilancia de la Santa Sede y de la S. C. de Religiosos; creacion de una Comision especial.

Una obra tan excelente exige, en efecto, la constante vigilancia de la Sede Apostolica; pues lo mismo que los seminarios del clero diocesano, en cuanto a las instituciones publicas de la Iglesia, estan bajo la vigilancia de la Sagrada Congregacion de Seminarios y Universidades(9), de la misma forma y por igual razon, las escuelas propias para los estados de perfeccion reconocidas y aprobadas por la Iglesia, son publicas y dependen de la autoridad de la Sagrada Congregacion de Religiosos(10).

Por estas numerosas razones, ya en 1944 Nos decidimos, en virtud de Nuestra autoridad apostolica, erigir y establecer en el seno de esta Sagrada Congregacion un Consejo o Comision especial de hombres competentes para tratar todas las cuestiones y asuntos que, de alguna forma, tengan relacion con la formacion clerical y religiosa, la cultura literaria y cientifica de los postulantes y novicios y de los jovenes religiosos de cualquier orden y sociedad que viven en comun sin votos(11).




9. Labor desarrollada por esta Comision.

Esta Comision que se compone de hombres competentes de diversas congregaciones y naciones ha tenido conocimiento de todos los documentos concernientes a esta cuestion. Después de haber recogido de todas partes las manifestaciones que pedian las circulares dirigidas a todos los superiores generales (12), habia realizado ya un inmenso trabajo cuando se anuncio el Congreso general de los estados de perfeccion, en 1950. La Comision se sirvio de las propuestas oportunas que le habian sido hechas, peso todos los proyectos anteriormente preparados y los puso a punto; y todo ello ha sido, por ultimo, sometido a Nuestra aprobacion.




10. Anuncio de los Principios y normas.

Ahora Nos publicamos algunas normas que hacemos preceder de principios y reglas fundamentales para la preparacion y la formacion religiosa, clerical y apostolica de los estudiantes, y que todos han de tener muy en cuenta.



Notas

(1) Cf. 1 Reg. (1S) 2,3.

(2) Invocacion de las Letanias Lauretanas.

(3) Mt 19,21

(4) Mt 19,27.

(5) 5- Mt 4,19.

(6) Mt 9,28

(7) Mas de dos anos hacia, a la fecha de la presente Const. Apost., Sedes sapientiae que Pio XII habia recalcado la importancia, la dignidad y el oficio de los Institutos Laicales Docentes, es decir, de las Congregaciones Religiosas que se componen casi exclusivamente de personas que, por especial vocacion divina, renuncian al sacerdocio como los Hermanos de las Escuelas de la Salle o los Hermanos Maristas y que precisamente por esta renuncia pueden consagrarse con mayor dedicacion a esa obra que aqui menciona la Constitucion Apostolica; y hacia cinco anos que el mismo Pontifice habia senalado los agudos problemas religiosos y educacionales de hoy a las Religiosas Educadoras.

(8) Ver Codigo de Derecho Canonico, can. 488,4º.

(9) Ver Codigo de Derecho Canonico, can. 256.

(10) Ver Codigo de Derecho Canonico, can. 251; Pio XII, Const. Apost. Provida Mater,2-2-1947, art. IV, S 1; A.A.S. 39 (1947) 121

(11) S. Congregacion de los Religiosos, Decreto Quo efficacius,24-1-1944; A.A.S. 36 (1944) 213. volver)

(12) S. Congregacion de los Religiosos, Carta Circular Quantum Conferat,10-6-1944.



SEGUNDA PARTE Sobre la Vocacion Religiosa en general




11. El doble elemento de la vocacion: divino y eclesiastico.

Ante todo, Nos queremos que nadie ignore que el fundamento de toda vida, tanto religiosa como sacerdotal y apostolica -lo que se llama vocacion divina-, esta constituido por un doble elemento en cierto modo esencial, a saber: uno, divino; otro, en cambio, eclesiastico.




12. El elemento divino de la vocacion

En lo que toca al primero, precisa decir que la vocacion de Dios es de tal suerte necesaria para abrazar el estado religioso o sacerdotal que, si ella falta, debe decirse que falta por completo el fundamento sobre que se apoya todo el edificio.

Porque aquel a quien Dios no llama no es conducido ni ayudado por su gracia. De otra parte, si se debe decir que hay una verdadera vocacion en cierto modo divina para todo estado, en la medida en que el principal autor de todos los estados y de todos los dones y disposiciones, asi naturales como sobrenaturales, es Dios mismo, cuanto mas necesario sera decir esto de la vocacion religiosa y sacerdotal que brilla con excelencia tan sublime y se halla repleta de tantas distinciones naturales y sobrenaturales que no puede tener otro origen sino el Padre de las luces, de quien viene todo don excelente y toda gracia perfecta(13).




13. El elemento eclesiastico de la vocacion: su necesidad y significado.

En cambio, viniendo ya al otro elemento de la vocacion religiosa y sacerdotal, el Catecismo romano ensena que se dicen llamados por Dios los que son llamados por los ministros legitimos de la Iglesia(14).

Lo cual, lejos de hallarse en contradiccion con lo que Nos hemos dicho sobre la vocacion divina, se encuentra mas bien estrechamente unido a ello. Porque la vocacion al estado religioso y clerical -al destinar a alguien a llevar publicamente una vida de santificacion y a ejercer un ministerio jerarquico en la Iglesia, en esta sociedad visible y jerarquica- debe ser, en virtud de un mandato, aprobada, aceptada y regida por los superiores, igualmente jerarquicos, a quienes Dios ha confiado el gobierno de la Iglesia.




14. El criterio para la vocacion eclesiastica: el llamamiento divino.

A ello deben atender bien todos cuantos se dedican a reclutar y examinar vocaciones de este género. No deben, pues, forzar jamas a nadie, en ninguna forma, ni para el estado sacerdotal ni para el religioso(15), ni atraer o admitir a quien no diere realmente verdaderas senales de vocacion divina, ni tampoco promover al ministerio clerical a quien diera pruebas de no haber recibido divinamente sino la vocacion religiosa; como, asi mismo, a los que hubieren recibido tal don de Dios, no deben inclinarles o desviarles hacia el clero secular. Finalmente, no deben apartar a nadie del estado sacerdotal, si por senales ciertas se prueba que se trata de un llamamiento de Dios(16).




15. Los signos de vocacion: las cualidades necesarias.

En efecto, es claro que quienes aspiran a servir en la clerecia, para los cuales se han fijado estas reglas, deben reunir todo cuanto se requiere para constituir esta vocacion multiple: religiosa, sacerdotal y apostolica. En consecuencia, todos los dones y cualidades que se estiman necesarios para cumplir con este oficio divino tan sublime, han de encontrarse en ellos.

TERCERA PARTE La formacion natural y sobrenatural




16. Necesidad de formacion y educacion solida de la vocacion

Por otra parte, todo el mundo comprende como los gérmenes de vocacion, asi como también las cualidades por ella requeridas, desde que existen, tienen necesidad de educacion y de formacion para desarrollarse y madurar. Porque la verdad es que nada aparece perfecto desde el primer instante del nacimiento, sino que la perfeccion se adquiere por progresos graduales. Para dirigir esta evolucion, ha de tenerse muy en cuenta todo, ya de quien es el objeto de la vocacion divina, ya de las condiciones de lugares y tiempo para alcanzar con eficacia el fin propuesto. Es preciso, pues, que la educacion y la formacion de los jovenes religiosos estén plenamente aseguradas, ilustradas, sean solidas, completas, adaptadas prudentemente y con confianza a las exigencias de hoy tanto interiores como exteriores, cultivadas asiduamente y seguidas con atencion, no ya solo en lo que toca a la perfeccion de la vida religiosa, sino también de la vida sacerdotal y apostolica.




17. Los educadores deben probar a los "llamados";

su ejemplo de virtud, su amor y direccion

Todo esto, segun lo ensena la experiencia, no puede lograrse sino con hombres escogidos, experimentados, que no solo se distingan por la doctrina, la prudencia, el discernimiento de espiritus y por una experiencia variada de los hombres y de las cosas, asi como por otras cualidades humanas, sino que también estén llenos del Espiritu Santo y que, con su santidad y su ejemplo de todas las virtudes, sirvan de luz a los jovenes, porque éstos, segun se sabe, en todo el conjunto de su formacion se sienten arrastrados por la virtud y las buenas acciones mucho mas que por los discursos (17).

En el cumplimiento de esta muy grave tarea, los educadores tendran como primera regla la que el Senor anunciaba en el Evangelio, cuando dice: Yo soy el buen Pastor, el buen Pastor da su vida por sus ovejas... Yo soy el buen Pastor y yo conozco las mias y las mias me conocen(18); y San Bernardo la expresa diciendo: Pensad que habéis de ser como madres, no senores; procurad mas bien ser amados que ser temidos(19). El Concilio de Trento mismo exhorta con gravedad a los Superiores eclesiasticos: Estima tener que recordarles que se acuerden de que son pastores, y no los que castigan; que ellos dirijan a sus subditos no haciéndoles sentir el dominio, sino que los amen como a hijos y hermanos mas jovenes; y que se esfuercen con sus exhortaciones y sus advertencias en apartarles de lo que no les esta permitido, no sea que, si faltaren, haya obligacion de infligirles los castigos que les son debidos. Mas si por fragilidad humana llegaran a pecar, obsérvese entonces el precepto del Apostol, reprendiéndoles, amenazandoles y exhortandoles con toda bondad y paciencia: porque en el corregir la benevolencia hace mas que la severidad, mas la exhortacion que la amenaza, mas la caridad que la autoridad. Mas si la gravedad de la falta obliga a emplear el castigo, preciso es entonces unir el rigor con la bondad, la justicia con la misericordia y la severidad con la dulzura, de suerte que se guarde la disciplina saludable a los pueblos y necesaria para la enmienda de quienes habran de ser corregidos, o si rehusaren arrepentirse, que los demas se aparten del mal por un saludable ejemplo de la correccion(20).




18. Educacion progresiva, armonica y entera, natural y sobrenatural.

Recuerden, ademas, todos cuantos, por cualquier razon que sea, dirigen la formacion de los religiosos, que esta educacion y formacion ha de darse segun una progresion armonica y con todos los medios y métodos convenientes, atendiendo a las ocasiones, y que debe abrazar al hombre todo entero para todos los aspectos de su vocacion, de suerte que se haga de él por todos modos realmente un hombre perfecto en Cristo Jesus(21). En lo que se refiere a los medios y métodos de formacion, claro esta que los que son ofrecidos ya por la naturaleza misma ya por la investigacion humana de nuestro tiempo en modo alguno deben ser despreciados, si fueren buenos; mejor aun, es necesario tenerlos muy en cuenta y admitirlos con discrecion. Sin embargo, ningun error seria peor que el de quien, al formar discipulos tan escogidos, preocupado excesivamente por los métodos naturales o exclusivamente por ellos, relegara a segundo término o bajo cualquier pretexto menospreciara los recursos y los medios del orden sobrenatural, cuando para la busqueda de la perfeccion religiosa y clerical repleta de sus frutos apostolicos, los recursos sobrenaturales -tales como los sacramentos, la oracion, la mortificacion y otros de este caracter- no solamente son necesarios, sino que son primordiales y totalmente esenciales.




19. Formacion del hombre completo, honestidad natural y humanismo.

Mas guardando este orden de los métodos y de los recursos, preciso es absolutamente no despreciar nada de todo cuanto pueda ser util de alguna manera para perfeccionar el cuerpo y el alma, cultivar todas las virtudes naturales y formar virilmente un tipo de hombre completo, de tal modo que, luego, la formacion tanto religiosa como sacerdotal se apoyen sobre este fundamento muy solido de una honradez natural y de una humanidad cultivada(22), porque sera mas facil y mas seguro para los hombres encontrar el camino para llegar a Cristo si, en la persona del sacerdote, les aparece con gran claridad la benignidad y el amor de Dios nuestro Salvador hacia los hombres(23).




20. Lo mas importante: la formacion sobrenatural.

Pero, aunque todos deben dar importancia grande a una formacion humana y natural del clérigo religioso, no hay duda alguna de que, en el curso de su formacion, es la santificacion sobrenatural de su alma la que obtiene la primacia. Porque si el consejo del Apostol vale para todos los cristianos, cuando asegura él que lo que Dios quiere, es vuestra santificacion(24), ¿cuanto mas estara obligado a ello aquel que no solamente se halla revestido del sacerdocio, sino que ha hecho profesion de buscar la perfeccion evangélica misma, y que hasta en virtud de su cargo se convierte en instrumento de santificacion de los demas, pues de su santidad propia dependen en gran parte la salvacion misma de las almas y el crecimiento del Reino de Dios?




21. Deber de santidad.

Que todos los miembros de los estados en que se busca la perfeccion evangélica tengan, por lo tanto, bien presente y mediten con frecuencia ante Dios que para cumplir con el deber de su profesion no les basta el evitar los pecados, ya graves, ya hasta -con la ayuda de Dios- las faltas veniales, ni ajustarse tan solo materialmente a las ordenes de los Superiores, y aun a sus votos y a lo que puede obligar su conciencia, o a sus constituciones particulares, segun las cuales, como la Iglesia manda en los sagrados canones, todos y cada uno de los religiosos, Superiores y subditos, deben... modelar su vida y tender asi a la perfeccion de su estado(25). Necesario, por lo tanto, es que cumplan todo eso con todo corazon y con un ardiente amor, no tan solo por necesidad, sino también en conciencia(26), porque para elevarse a las alturas de la santidad y poder ofrecer a todos fuentes vivas de caridad cristiana, deben ellos estar adornados con todas las virtudes y estar encendidos en la caridad mas ardiente hacia Dios y hacia el projimo.



Notas

(3)Cf. Jc 1,17.

(4) Catech. Rm, p. 2, c. 7.

(5) Cf. C.I.C. can. 971.

(6) Ibid.

(7) Ibid., can. 124.

(8) Jn 10,11-12. 14.

(9) In cantica serm. 23 PL 183,885 B.

(10) Cf. C.I.C. can. 2214#1227

2; Conc. Trid. de ref. c. 1.

(11) Col 1,28. volver)

(12) Cf. Phil. 4,5.

(13) Tt 3,4.

(14) 1 Thes. 4,3.

(15) Cf. C.I.C. can. 593.

(16) Rm 13,5.



CUARTA PARTE Las reglas generales de su formacion doctrinal y pastoral




22. Formacion doble: intelectual y pastoral.

Pero, aun atendiendo bien a esta santificacion del alma, sera igualmente preciso dar a los religiosos una formacion muy cuidada, tanto intelectual como pastoral. Queremos destacar y proponer con mayor amplitud los principios de la misma, dada la importancia de la materia y a causa de la conciencia que Nos tenemos de Nuestro supremo oficio.




23. La exige la triple dignidad: de religiosos, sacerdotes y apostoles.

La necesidad, para estos religiosos, de recibir una formacion intelectual solida y completa en todas las materias, surge manifiestamente de la triple dignidad con que brillan en la Iglesia de Dios: dignidad religiosa, sacerdotal y apostolica.

Los religiosos, en efecto, que tienen como finalidad principal el contemplar las cosas divinas buscando tan solo a Dios y uniéndose a El, y transmitirlas a los demas, han de recordar bien que en modo alguno pueden darse por satisfechos, segun es preciso y con los frutos de tarea tan santa y para elevarse a una sublime union con Cristo, si no tienen en abundancia aquel conocimiento profundo y siempre perfectible de Dios y de sus misterios que se adquiere mediante los estudios sagrados(27).

La dignidad sacerdotal que da al revestido de ella el quedar constituido legado de las ciencias del Senor(28) y ser llamado por especial razon sal de la tierra y luz del mundo(29), exige una formacion solida y muy extensa, de modo particular en lo que toca a las disciplinas eclesiasticas, que pueda alimentar y fortificar la vida espiritual en el sacerdote mismo y guardarle de todo error y de toda peligrosa novedad, y que, ademas, le haga fiel dispensador de los misterios de Dios(30), y hombre perfecto de Dios, preparado para toda obra buena(31).

Finalmente, la tarea apostolica que los miembros de los estados de perfeccion ejercen en la Iglesia por el hecho de su vocacion, tanto para predicar como para formar cristianamente a los ninos y jovenes, asi como para administrar los sacramentos, singularmente el de la Penitencia, ya también a causa de las misiones en paises de infieles, ya por la direccion espiritual de las almas, ya, en fin, por el modo de la vida cotidiana que ellos llevan con las gentes, no podra producir abundantes y duraderos frutos si no conocen perfectamente la doctrina sagrada alimentandose continuamente con ella.




24. Cuidado de los Superiores por la preparacion literaria y cientifica.

Los Superiores religiosos, ante todo, deben vigilar por esta formacion solida y muy completa de la inteligencia, atendiendo al desarrollo natural de los jovenes y a la distribucion de estudios, empleando todos los recursos para que la cultura literaria y cientifica de los religiosos alumnos en nada ceda a la de los seglares que siguen los mismos estudios. Si de ello se cuida bien, ya por ese mismo hecho se habra provisto seriamente a la formacion de los espiritus y facilitado al mismo tiempo la seleccion de los subditos(32), y se tendra la seguridad de que estos mismos alumnos estén preparados para profundizar en las disciplinas eclesiasticas ofreciéndoles para ello todos los medios.




25. Fidelidad al Magisterio y a Santo Tomas.

Por lo que se refiere a la Filosofia y a la Teologia que no seran ensenadas sino por maestros capaces y con rigor escogidos, conviene observar muy santamente todo cuanto ha sido prescrito por los sagrados canones, por Nuestros Predecesores y por Nos mismo, en especial, sobre el respeto que se debe al magisterio eclesiastico y la consiguiente fidelidad al mismo, que debe ser manifiesta de todas las maneras, siempre y doquier, e inculcada a las almas y a los espiritus de los alumnos; sobre la prudencia y la precaucion que deben correr parejas con una diligente atencion, altamente recomendada, que alcance a las nuevas cuestiones que surgen con los tiempos modernos; sobre la argumentacion de la doctrina y de los principios del Doctor Angélico, que deben ser santamente mantenidos y seguidos plenamente en la ensenanza filosofica y teologica de los alumnos(33).




26. El método tomistico.

La Teologia debe ser ensenada a la par con el método positivo y con el llamado escolastico, tomando a Santo Tomas de Aquino como guia y maestro, de modo que a la luz de una ensenanza auténtica, las fuentes de la revelacion divina sean estudiadas en forma profunda con los medios adaptados, y que los tesoros de la verdad que de ella provienen sean claramente expuestos y eficazmente protegidos.




27. El en la ensenanza.

Porque tan solo al magisterio de la Iglesia se ha confiado el interpretar auténticamente el deposito de la Revelacion, debe ser explicado no segun razonamientos puramente humanos y opiniones particulares, sino muy fielmente segun el sentido y el espiritu de la Iglesia misma. Por lo tanto, que los profesores de Filosofia cristiana y de Teologia sepan que ejercen su cargo no por propio derecho y en su nombre propio, sino en el nombre y bajo la autoridad del Magisterio supremo y, por consiguiente, bajo su vigilancia y su direccion, pues lo han recibido de él como una mision canonica; por ello, salvaguardando siempre la justa libertad de discusion, ellos deben recordar bien que el poder de ensenar no les ha sido dado para transmitir a sus alumnos sus propias opiniones, sino las doctrinas bien comprobadas de la Iglesia(34).




28. Fin: formacion integral del clérigo.

Ademas, todos, asi los maestros como los alumnos, jamas deben perder de vista que los estudios eclesiasticos estan orientados no solo a la formacion intelectual, sino a una formacion integral y solida, ya sea religiosa, ya sacerdotal y apostolica; por eso su finalidad no es tan solo el permitir el "paso" de los examenes, sino imprimir en las almas de los alumnos una impronta indeleble de la que siempre sacaran, cuando la necesitaren, luz y fuerza para sus propias necesidades y para las de los demas(35).




29. Sin perjudicar la vida espiritual, la ensenanza

debe ser completa, moderna y al dia.

Para alcanzar este fin, la ensenanza intelectual ha de estar muy estrechamente unida con el amor a la oracion y a la contemplacion de las cosas divinas; ademas, ha de ser completa, sin omitir parte alguna en las materias mandadas, siendo también coherente y de tal modo estructurada en todas sus partes que todas las materias converjan hacia un solo sistema, solido y bien ordenado; que esté también adaptada sabiamente para responder a los errores de nuestra época y ayudarla en sus necesidades; que esté, asimismo, al corriente de los modernos descubrimientos y, al mismo tiempo, muy de acuerdo con la venerable tradicion; finalmente, que esté ordenada con eficacia para un fructuoso cumplimiento de todas las cargas pastorales, de suerte que permita a los futuros sacerdotes ensenar y defender, segun conviniere, la sana doctrina en sermones y en catequesis que se dirijan tanto a las gentes incultas como a las gentes instruidas, administrar bien los sacramentos, promover activamente el bien de las almas y ser utiles a todos con sus palabras y con sus actos.




30. Importancia de la formacion espiritual e intelectual

para el apostolado y necesidad de la formacion pastoral.

Aunque todo esto que Nos hemos dicho hasta aqui sobre la formacion espiritual e intelectual de los alumnos contribuye en el mas alto grado a preparar hombres verdaderamente apostolicos y es necesario para ello, de modo que, si el sacerdote se halla falto de la santidad y de la ciencia deseadas, esté muy convencido de que le falta todo, Nuestro oficio, muy grave, Nos obliga aqui a anadir que, ademas de la santidad y de la ciencia requeridas, es absolutamente necesario que el sacerdote, para cumplir bien con su ministerio apostolico, reciba una formacion pastoral muy cuidada y perfecta en todos puntos, que le dé habilidad y destreza verdaderas para cumplir convenientemente las numerosas cargas del apostolado cristiano.

Y si es habitual que cada uno, antes de ejercitar un oficio, comience por una solida preparacion, ya sea teorica, segun se dice, ya técnica, ya practica en el curso de un largo aprendizaje, ¿quién negara que se necesite una preparacion mucho mas cuidada y mas alta que preceda a lo que se llama con razon el arte de las artes?




31. Preparacion intensa y las diferentes virtudes apostolicas: formacion espiritual.

Esta formacion pastoral de los alumnos, que ya debe comenzarse al principio del ciclo de los estudios, y perfeccionarse gradualmente a medida que avanzan en edad, y acabarse por un "periodo" especial después de los estudios de Teologia, correspondiente a la finalidad de cada Instituto, ha de mirar ante todo a que los futuros ministros y apostoles de Cristo, siguiendo el ejemplo de Cristo mismo, estén solida y profundamente impregnados por las virtudes apostolicas, esto es, por un celo ardiente y muy puro para trabajar por la gloria de Dios, un amor activo y ardiente hacia la Iglesia para defender sus derechos, conservar y extender su doctrina, un celo abrasado por la salvacion de las almas, una prudencia sobrenatural en las palabras y en los actos unida a la sencillez evangélica, una humilde abnegacion de si mismos y una docil sumision a los superiores, una muy firme confianza en Dios y una conciencia clarisima de su mision, una viril habilidad para llevar los asuntos y una constancia para continuar todo lo emprendido, una fidelidad atenta a cumplir su oficio, un gran valor para hacer y soportar cosas muy duras, y, finalmente, una amabilidad y humanidad cristianas que atraigan a todos.




32. Las materias que han de ensenar maestros experimentados: formacion doctrinaria.

Necesario es, ademas, mientras se da la formacion pastoral, cuidar de que, habida cuenta del grado de progreso en los estudios, los alumnos sean instruidos en todas las materias que puedan conducir a formar en todos los aspectos el buen soldado de Cristo(36) y pertrecharle con las armas apostolicas correspondientes. Por ello, ademas de los estudios filosoficos y teologicos, para prepararles oportunamente a la accion pastoral, segun Nos hemos dicho, es necesario absolutamente que los futuros pastores de la grey del Senor reciban de maestros competentes, segun las normas de la Sede Apostolica, una ensenanza tocante a las cuestiones psicologicas y pedagogicas, didacticas y catequisticas, sociales y pastorales y otras de esta suerte -ensenanza, que responda al progreso actual de estas materias y que los prepare para las multiples necesidades del apostolado moderno.




33. Los ejercicios practicos en la cura de almas.

Y para que esta formacion apostolica doctrinal quede muy bien confirmada en el uso y en la experiencia, preciso es asociarle ejercicios llamados practicos, que progresen gradualmente con discrecion y estén prudentemente ordenados. Queremos, pues, Nos que se cumplan en un "periodo" especial, que debera seguir a la recepcion del sacerdocio, bajo la direccion de hombres muy competentes de hecho en su doctrina, y que se desarrollen de manera continua sin jamas interrumpir los estudios sagrados.

EPILOGO

La vigencia de estas normas y el papel de la S. C. de Religiosos




34. Se establece la vigencia de estos principios.

Luego de haber dado estos muy altos principios que deben regir asi el trabajo de formacion como a los educadores y a sus alumnos, y las leyes generales que tocan a cada punto de esta cuestion tan importante, examinado todo con madurez, Nos declaramos y con ciencia cierta establecemos, y en virtud de la plenitud del poder apostolico, que deben ser observados por todos a quienes se refiere.




35. Se senala el nuevo papel de la S. C. de Religiosos al respecto.

Ademas, Nos damos poder, en virtud de Nuestra autoridad, a la S. Congregacion de Religiosos, para publicar ordenanzas, instrucciones, declaraciones, interpretaciones y otros documentos de este género, para la aplicacion de los estatutos generales ya aprobados por Nos, y promulgar todo cuanto sirva para hacer que se observen fielmente la Constitucion, los estatutos y los reglamentos. No obstando nada en contrario, ni aun las cosas dignas de una mencion particular.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el 31 de mayo de 1956, ano decimoctavo de Nuestro Pontificado, en la fiesta de la Bienaventurada Virgen Maria, Reina del mundo.

Pio Papa XII,



Notas

(27) Cf. Pii XI: Litt. ap. Unigenitus Dei Filius 19 mart. 1924 A.A.S. 16 (1924) 137-138: Enchiridion de statibus perfectionis Romae 1940, n. 348. p. 403-404.

(28) Cf. 1 Reg. (1S) 2,3.

(29) Cf. Mt 5,13-14.

(30) Cf. 1Co 4,1-2.

(31) Cf. 2Tm 3,17.

(32) Pius XII: Adh. ap. Menti Nostrae 23 sept. 1950 A.A.S. 42 (1950) 687.

(33) Pius XII: Enc. Humani generis 12 aug. 1950 A.A.S. 42 (1950) 573,577-578. C.I.C. can. 1366.

(34) S. Pius X: Motu pr. Doctoris angelici 29 iul. 1914 A.A.S. (1914) 338: Enchiridion

(35) Cf. Pius XII, Sermo ad alumnos 24 iun. 1939 A.A.S. 31 (1939) 246: Enchiridion n. 373 p. 531.

(36) 2Tm 2,3.




PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - V PRACTICA DEL CULTO DEL SAGRADO CORAZON