PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - B) ACTITUD DE LA SANTA SEDE FRENTE A LOS PROBLEMAS LITURGICOS

B) ACTITUD DE LA SANTA SEDE FRENTE A LOS PROBLEMAS LITURGICOS


9. Sin duda conocéis muy bien como esta Sede Apostolica ha cuidado en todo tiempo diligentemente de que el pueblo a ella confiado se educase en un sentido liturgico verdadero y practico; y que con no menos celo ha procurado que los sagrados ritos resplandezcan también al exterior con la debida dignidad. Nos mismo, por esta razon, al dirigirnos, segun costumbre, a los predicadores cuaresmales de esta Nuestra ciudad en el afeo 1943, les habiamos exhortado calurosamente a recomendar a sus oyentes que participasen -con creciente fervor en el Sacrificio eucaristico; y asi recientemente hemos hecho traducir de nuevo al latin, del texto original, el libro de los Salmos, que tanta parte ocupa en las preces liturgicas de la Iglesia Catolica, a fin de que estas preces fueren mas exactamente comprendidas, y su verdad y suavidad mas facilmente percibidas.


10. No obstante, aunque el apostolado liturgico Nos proporciona no poco consuelo por los saludables frutos que de él se derivan, Nuestro deber Nos obliga a seguir con atencion esta renovacion, a la manera en que algunos la conciben y de cuidar diligentemente que las iniciativas no sean ni excesivas ni defectuosas.


11. Ahora bien, si por una parte comprobamos con dolor que en algunas regiones el sentido, el conocimiento y el estudio de la Liturgia son escasos o casi nulos, por otra notamos, con temerosa preocupacion, que algunos estan demasiado avidos de novedad y se alejan del camino de la sana doctrina y de la prudencia, mezclando a la intencion y al deseo de una renovacion liturgica, algunos principios que, en teoria o en practica, comprometen esta santisima causa y a veces también la contaminan con errores que afectan a la Fe catolica y a la doctrina ascética.


12. La pureza de la Fe y de la Moral debe ser la norma caracteristica de esta sagrada disciplina, que debe conformarse absolutamente a las sapientisimas ensenanzas de la Iglesia. Es, por tanto, Nuestro deber alabar y aprobar todo aquello que esta bien hecho y contener o reprobar todo lo que se desvia del camino justo y verdadero.


13. No crean, sin embargo, los pusilanimes que tienen nuestra aprobacion porque reprendamos a los que yerran y pongamos freno a los audaces; ni los imprudentes se crean alabados cuando corregimos a los negligentes y perezosos.

C) LA ENCICLICA


14. Aunque en esta Nuestra Carta Enciclica tratemos sobre todo de la Liturgia latina, esto no es debido a menor estimacion de las venerandas Liturgias de la Iglesia Oriental, cuyos ritos, transmitidos por nobles y antiguos documentos, Nos son igualmente queridisimos; sino que depende mas que nada de las condiciones de la Iglesia occidental, que son tales que requieren la intervencion de Nuestra autoridad.


15. Escuchen, pues, todos los cristianos con docilidad la voz del Padre comun, que desea ardientemente que todos, unidos intimamente a El, se acerquen al Altar de Dios, profesando la misma Fe, obedeciendo a la misma Ley, participando en el mismo Sacrificio, con un solo entendimiento y una sola voluntad.


16. Lo requiere el honor debido a Dios, lo exigen las necesidades de los tiempos actuales. Ahora que una cruel y larga guerra acaba de dividir a los pueblos con sus rivalidades y estragos, los hombres de buena de la mejor manera posible en llevarlos de nuevo a la concordia.


17. Creemos, sin embargo, que ningun proyecto ni ninguna iniciativa sera en este caso mas eficaz que un fervoroso espiritu y celo religioso, de los que es necesario estén animados los cristianos y se guien por ellos, de forma que aceptando con animo sincero las mismas verdades y obedeciendo docilmente a los legitimos pastores en el ejercicio del culto debido a Dios, constituyan una fraternal comunidad, ya que "aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo todos los que participamos de un mismo pan"(ICo 10,7).

PRIMERA PARTE: NATURALEZA, ORIGEN Y PROGRESO DE LA LITURGIA

I. La Liturgia, culto publico

A) DEBER DE RELIGION EN LOS HOMBRES


18. El deber fundamental del hombre es, indudablemente, el de orientarse hacia Dios a si mismo y a su propia vida. "A El, en efecto, debemos principalmente unirnos como indefectible principio al que debe orientarse constantemente nuestra eleccion como a ultimo fin, que por negligencia perdemos pecando y que debemos reconquistar por la fe y creyendo en El" (2).


19. Ahora bien, el hombre se vuelve ordenadamente a Dios cuando reconoce su suprema majestad y su supremo magisterio, cuando acepta con sumision las verdades divinamente reveladas, cuando observa religiosamente sus leyes, cuando hace converger en El todas sus actividades, cuando -para decirlo brevemente- presta mediante la virtud de la religion el debido culto al unico y verdadero Dios.


20. Este es un deber que obliga ante todo a cada uno de los hombres en singular, pero es también un deber colectivo de toda la comunidad humana, unida entre si con vinculos sociales, porque también ella depende de la suprema autoridad de Dios.

B) RECONOCIMIENTO DE ESTE DEBER EN TODOS LOS TIEMPOS


1.° Razon de esta universalidad.

21. Hemos de advertir que los hombres se encuentran ligados por este deber, por haberlos Dios elevado a un orden sobrenatural.


2.° En el Antiguo Testamento.

22. Asi, si consideramos a Dios como autor de la Antigua Ley, le vemos proclamar también preceptos rituales y determinar exactamente las normas que el pueblo debe observar al rendirle el legitimo culto. Establecio, pues, varios sacrificios y designo varias ceremonias, con arreglo a las cuales debian realizarse, y determino claramente lo que se referia al Arca de la Alianza, al Templo y a los dias festivos; designo la tribu sacerdotal y al Sumo Sacerdote, indico y describio las ropas a usar por los ministros sagrados y cuantas cosas mas tenian relacion con el culto divino.


23. Ahora bien, este culto no era otra cosa que la sombra del que el Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento habia de rendir al Padre celestial.


3 ° En el Nuevo Testamento.

a) Jesus.


24. Y en verdad, apenas "el Verbo se hizo carne" (Juan,1,14), se manifiesta al mundo en su oficio sacerdotal, haciendo un acto de sumision al Padre eterno, acto de sumision que habia de durar toda su vida ("entrando en este mundo, dice...Heme aqui que vengo... para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad...") (He 10,5-7) y que habia de ser consumado en el sacrificio cruento de la cruz: "En virtud de esta voluntad somos nosotros santificados por la oblacion del Cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez" (He 10,10).


25. Toda su actividad entre los hombres no tiene otro fin. De nino, es presentado en el Templo al Senor; de adolescente, vuelve a él; mas tarde, acude alli a menudo para instruir al pueblo y para orar. Antes de iniciar el ministerio publico, ayuna durante cuarenta dias, y con su consejo y su ejemplo exhorta a todos que oren, lo mismo de dia que de noche. Como maestro de verdad "ilumina a todas los hombres" (Juan,1,9) para que los mortales reconozcan debidamente al Dios inmortal y no "se oculten para perdicion, Sino que perseveren fieles para ganar el alma" (He 10 He 39). Como pastor, pues, gobierna, a su grey, la conduce a los pastos de la vida y le da una Ley que observar para que ninguno se separe de El y del camino recto que El ha senalado; sino que todos vivan santamente bajo su influjo y su accion. En la ultima Cena, con rito y aparato solemnes, celebra la nueva Pascua y establece su continuacion, mediante la institucion divina de la Eucaristia; al dia siguiente, levantado entre el cielo y la tierra, ofrece el Sacrificio de su vida; y de su pecho traspasado hace en cierto modo brotar los Sacramentos que repartan a las almas los tesoros de la Redencion. Al hacer esto, tiene como unico fin la gloria del Padre y la santificacion cada vez mayor, del hombre.

b) Continuacion en la Iglesia


1. Cristo e Iglesia

26. Entrando después en la sede de la santidad celestial, quiere que él culto por El instituido y practicado durante su vida terrenal continue ininterrumpidamente, ya que El no ha dejado huérfano al género humano, sino qué; igual que lo asiste con su continuo y valioso patrocinio, haciéndose nuestro abogado en el cielo cerca del Padre, asi lo ayuda, mediante su Iglesia, en la cual esta indefectiblemente presente en el curso de los siglos. Iglesia que EL ha constituido columna de la verdad y dispensadora de la gracia y que, con el sacrificio de la Cruz, fundo, consagro y confirmo para toda la eternidad.


27. La Iglesia, pues, tiene en comun con el Verbo encarnado, el fin; la tarea y la funcion de ensenar a todos la verdad, regir y gobernar a los hombres, ofrecer a Dios sacrificios aceptables y gratos, y asi restablecer entré el Creador y las criaturas aquélla union y armonia que el Apostol de los gentiles indica claramente con estas palabras: "Por tanto, ya no sois extranjeros u huéspedes, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el fundamento de los Apostoles y de los Profetas, siendo piedra angular el mismo Cristo Jesus, en quien vosotros también sois edificados para morada de Dios en el Espiritu" (Efes. 2,19-22)). Por esto la sociedad fundada por el divino Redentor no tiene otro fin, sea con su doctrina y su gobierno, sea con el sacrificio y los sacramentos por El instituidos, sea, por fin, con el ministerio que El le confio, con sus plegarias y su sangre, que el de crecer y dilatarse cada vez mas; lo que sucede cuando Cristo es edificado y dilatado en las almas de los mortales y cuando inversamente las almas de los mortales son edificadas y dilatadas en Cristo, de manera que en este destierro terrenal prospere el templo en que la divina majestad recibe el culto grato y legitimo.


28. En toda accion liturgica, por tanto, juntamente con la Iglesia, esta presente su Divino Fundador. Cristo esta presente en el Augusto Sacramento del Altar, bien en la persona de su ministro, bien, principalmente, bajo las especies eucaristicas; esta presente en los Sacramentos con la virtud que en ellos transfunde para que sean instrumentos eficaces de santidad; esta presente, por fin, en las alabanzas y en las suplicas dirigidas a Dios, cama esta escrito: "Donde estan dos o tres congregados en mi nombre, alli estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).


29. La Sagrada Liturgia es, por tanto, el culto publico que nuestro Redentor rinde al Padre como Cabeza de la Iglesia, y es el culto que la sociedad de los fieles rinde a su Cabeza, y, por medio de ella, al Padre eterno; es, para decirlo en pocas palabras, el culto integral del Cuerpo mistico de Jesucristo; esto es, de la Cabeza y de sus miembros.


2. Practica de esta doctrina

30. La accion liturgica se inicia con la misma fundacion de la Iglesia. Los primeros cristianos, en efecto, "perseveran en oir la ensenanza de los Apostoles, y en la union en la fraccion del pan y en la oracion" (Ac 2,42). En todas partes donde los pastores pueden reunir un grupo de fieles, erigen un altar, sobre el que ofrecen el sacrificio, y en torno de éste son establecidos otros ritos adecuados a la salvacion de los hombres y a la glorificacion de Dios. Entre estos ritos, estan en primer lugar los Sacramentos, es decir, las siete fuentes principales de salvacion; después las celebraciones de las alabanzas divinas, con las que los fieles, también reunidos, obedecen a 1a exhortacion del Apostol: "Ensenandoos y exhortandoos unos a otros con toda sabiduria, con salmos, himnos y canticos espirituales, cantando y dando gracias a Dios en vuestros corazones" (Colos. 3,16); después la lectura de la -Ley, de los profetas; del Evangelio y dde las Epistolas apostolicas, y por fin, la homilia, con la cual el presidente de la asamblea recuerda y comenta utilmente los preceptos del Divino Maestro y los acontecimientos principales de su vida. y amonesta a todos los presentes con oportunas exhortaciones y ejemplos.


31. El culto se organiza y se desarrolla segun las circunstancias y las necesidades de los cristianos, se enriquece con nuevos ritos, ceremonias y formulas, siempre con la misma intencion, esto es, "a fin de que nos sintamos estimulados por estos signos..., nos sea conocido el progreso realizado y nos sintamos solicitados a aumentarlo con mayor vigor, ya que el efecto es tanto mas digno cuanto mas ardiente es él afecto que lo precede" (3).


32. Asi el alma se eleva mas y mejor hacia Dios; asi el -Sacerdocio de Jesucristo se mantiene activo en la sucesion de los tiempos, no siendo otra cosa la Liturgia qué el ejercicio de este Sacerdocio. Lo mismo que su Cabeza divina; también la Iglesia asiste continuamente a sus hijos, los ayuda, los exhorta a la santidad, para qué adornados con esta dignidad sobrenatural, puedan un dia retornar al Padre, que esta en los cielos. Devuelve la vida- celestial a los nacidos a la vida terrenal, los llena del Espiritu Santo para la lucha contra el enemigo implacable; congrega a los cristianos alrededor de los altares y con insistentes invitaciones los exhorta a celebrar y tomar parte en el Sacrificio Eucaristico, y los alimenta con el pan de los Angeles para que estén cada vez mas fuertes; purifica y consuela a aquellos a quienes el pecado hirio y mancho; consagra con legitimo rito a aquellos que por vocacion se sienten llamados al ministerio sacerdotal; revigoriza con gracias y dones divinos el casto connubio de aquellos que estan destinados a fundar y constituir la familia cristiana; después de haberlos, confortado y restaurado con el viatico eucaristico y la santa, Uncion, en sus ultimas horas de vida terrena, acompana al sepulcro con suma piedad los despojos de sus hijos, los compone religiosamente y los protege al amparo de la cruz, para que, puedan resucitar un dia triunfantes sobre la muerte; bendice con particular solemnidad a cuantos dedican su vida al servicio divino, en el logro de la perfeccion religiosa, y extiende su mano auxiliadora a las almas que en las llamas de la purificacion imploran oraciones y sacrificios para conducirlas finalmente a la eterna beatitud.

La Liturgia, culto interno y externo

A)EXTERNO


33. Todo el culto que la Iglesia rinde a Dios debe ser interno y externo. Es externo, porque asi lo reclama la naturaleza del hombre, compuesto de alma y cuerpo; porque Dios ha dispuesto que "conociéndolo por medio de las cosas visibles, seamos atraidos al amor de las cosas invisibles" (4). Ademas, todo lo que sale del alma es expresado naturalmente con los sentidos; y el culto divino pertenece no solamente al individuo, sino también a la colectividad humana, y por lo tanto, es necesario que sea social, lo que es imposible, incluso en el terreno religioso, sin vinculos y manifestaciones externas. Por ultimo, es un medio que pone de relieve la unidad del Cuerpo mistico, acrecienta sus santos entusiasmos, aumenta sus fuerzas e intensifica su accion, "si bien, en efecto, las ceremonias en si mismas no contengan ninguna perfeccion o santidad, no obstante son actos externos de religion que, como signos, estimulan el alma a la veneracion de las Cosas sagradas, elevan la mente a la realidad sobrenatural, nutren la piedad, fomentan la caridad, aumentan la fe, robustecen la devocion, instruyen aun a los mas sencillos, adornan el culto de Dios, conservan la religion y distinguen a los verdaderos de los falsos cristianos y de los heterodoxos (5)".

B) INTERNO


1) Es elemento esencial.

34. Pero el elemento esencial del culto debe ser el interno: es necesario, en efecto, vivir siempre en Cristo, dedicarse por entero a El, a fin de que en El y por El se dé gloria al Padre.


2) http:///Asi lo exigen la Liturgia, Cristo y la Iglesia.

35. La Sagrada Liturgia exige que estos dos elementos estén intimamente unidos, lo que no se cansa dé repetir cada vez que prescribe un acto externo del culto. Asi, por ejemplo, a proposito del ayuno nos exhorta: "A fin de que lo que nuestra observancia profesa exteriormente se obre de hecho en nuestro interior" (6). De otra forma la religion se convierte en un ritualismo sin fundamento y sin sentido.


36. Vosotros sabéis, Venerables Hermanos, que el divino Maestro considera indignos del templo sagrado y expulsa de él a aquellos que creen honrar a Dios solo con el sonido de frases bien construidas y con posturas teatrales, y estan convencidos de poder proveer a su eterna salvacion sin desarraigar de su alma sus inveterados vicios.


37. La Iglesia, por tanto, quiere que todos los fieles se postren a los pies del Redentor para profesarle su amor y su veneracion; quiere que las multitudes, como los ninos que salieron con gozosas aclamaciones al encuentro de Cristo cuando entraba en Jerusalén, saluden y acompanen, al Rey de reyes y al Sumo Autor de todas las cosas buenas con el canto de gloria y la accion de gracias; quiere que en sus labios haya plegarias, bien sean de suplica, bien de alegria y gratitud, con las cuales, lo mismo que los Apostoles junto al lago de Tiberiades, puedan experimentar la ayuda de su misericordia y de su potencia, o como Pedro en el monte Tabor, se abandonen a Dios en los misticos transportes de la contemplacion.


3) Falsedad y Verdad

38. No tienen por esto una exacta nocion de la Sagrada Liturgia aquellos que la consideran como una parte exclusivamente externa y sensibles del culto divino o como un ceremonial decorativo; ni yerran menos aquellos que la consideran como una mera suma de leyes y de preceptos, con los cuales la Jerarquia eclesiastica ordena al cumplimiento de los ritos.


39. Por tanto, deben todos tener bien sabido que no se puede honrar dignamente a Dios si el alma no se dirige al logro de la perfeccion de la vida, y que el culto rendido a Dios por la Iglesia, en union con su Cabeza divina, tiene la maxima eficacia de santificacion.


40. Esta eficiencia, si se trata del sacrificio eucaristico y de los sacramentos, proviene ante todo del valor de la accion en si misma ("ex opere, operato"); si después se considera también la actividad propia de la Esposa inmaculada de Jesucristo, con la que ésta adorna de plegarias y ceremonias sagradas el sacrificio eucaristico o los sacramentos; o si se :trata de los sacramentales, y otros ritos, instituidos por la jerarquia eclesiastica, entonces la eficacia se deriva, ante todo, de la accion de la iglesia ("ex opere operantis Ecclesiae"), en cuanto que ésta es santa, y obra siempre en intima union con su Cabeza.


1. Nueva teoria de la piedad "objetiva"

41. A este proposito, Venerables Hermanos, deseamos que dediquéis vuestra atencion a las nuevas teorias sobre la piedad "objetiva", las cuales, al esforzarse en poner de manifiesto el misterio del Cuerpo mistico, la realidad efectiva de la gracia santificante y la accion divina de los sacramentos y del sacrificio eucaristico, tratan de posponer o hacer desaparecer la piedad "subjetiva" o personal.


42. En las celebraciones liturgicas, y en particular en el augusto sacrificio del altar, se continua sin duda la obra de nuestra redencion y se aplican sus frutos. Cristo obra nuestra salvacion cada dia en los sacramentos y en su sacrificio, y por medio de ellos continuamente purifica y consagra a Dios el género humano. Por tanto, esos sacramentos y ese sacrificio tienen una virtud "objetiva", con la cual hacen participes a nuestras almas de la vida divina de Jesucristo. Tienen, pues, no por nuestra virtud, sino por virtud divina, la eficacia de unir la piedad de los miembros con la piedad de la Cabeza, y de hacerla en cierto modo accion de toda la comunidad.


43. De estos profundos argumentos concluyen algunos, que toda la piedad cristiana debe consistir en el misterio del Cuerpo Mistico de Cristo, sin ninguna consideracion del elemento "personal" o "subjetivo"; y por esto creen que se deben abandonar todas las practicas religiosas que no sean estrictamente liturgicas y se realicen fuera del culto publico.

Todos, sin embargo, podran darse cuenta de que estas conclusiones acerca de las dos especies de piedad, aunque los principios arriba expuestos sean optimos, son completamente falsas, insidiosas y danosisimas.


5) Doctrina verdadera.

44. Es cierto que los sacramentos y el sacrificio del altar tienen una virtud intrinseca en cuanto son acciones del 'mismo Cristo, que comunica y difunde la gracia de la Cabeza divina en los miembros del Cuerpo mistico; pero para tener la debida eficacia exigen una buena disposicion de nuestra alma. Por esto advierte San Pablo, a proposito de la Eucaristia: "Examinese cada uno a si mismo y después coma de este pan y beba de este caliz". Por esto la Iglesia define breve y claramente todos los ejercicios con que nuestra alma se purifica, especialmente durante la Cuaresma, como "el entrenamiento de la milicia cristiana" (7). Son, pues, acciones de los miembros que con la ayuda de la gracia quieren adherirse a su Cabeza, a fin de que repitiendo las palabras de San Agustin "se nos manifieste en nuestra Cabeza la fuente misma de la gracia" (8). Pero hay que advertir que estos miembros estan vivos, dotados de razon; y de voluntad propia, y por esto es necesario que acercando los, labios a la fuente, tomen y asimilen el alimento vital y eliminen todo lo que pueda impedir su eficacia. Hay pues, que afirmar, que la obra de la Redencion, independiente en si de nuestra voluntad requiere el ultimo esfuerzo de nuestra alma para que podamos conseguir la eterna salvacion.


45. Si la piedad privada e interna de los individuos descuidase el augusto sacrificio del altar, y se sustrajese al influjo salvador que emana de la Cabeza a los miembros, esto seria, sin duda, reprochable y estéril; pero cuando todos los consejos y actos de piedad que no son estrictamente liturgicos fijan la mirada del alma en los actos humanos, unicamente para dirigirlos a nuestro Padre, que esta en los cielos; para estimular, saludablemente a los hombres a la penitencia y al temor de Dios y para; una vez arrancados de los atractivos del mundo y, de los vicios, conducirlas felizmente por el arduo camino a la cima de la santidad, entonces son no solamente loables, sino necesarios, porque descubren los peligros de la vida espiritual, nos mueven a la adquisicion de la virtud y aumentan el fervor con que todos debemos, dedicarnos al servicio de Jesucristo.


6) Necesidad de meditacion y practicas espirituales.

46. La genuina y verdadera piedad, aquella que el Doctor Angélico llamo, "devocion" y que es el acto principal de la virtud de la religion, por la que los hombres se orientan debidamente, se dirigen conveniente a Dios y se dedican al culto divino, tiene necesidad de la meditacion de las verdades sobrenaturales y de las practicas espirituales, para alimentarse, estimularse y vigorizarse, y para animarnos a la perfeccion. Porque la religion Cristiana, debidamente practicada, requiere ante todo que la voluntad se consagre a Dios e influya sobre las demas facultades del alma. Pero todo acto de voluntad. supone el ejercicio de la inteligencia y antes de que se conciba el deseo y el proposito de darse a Dios por medio del sacrificio, es absolutamente necesario el conocimiento de los argumentos, y de los motivos que imponen la religion, como por ejemplo, el fin ultimo del hombre y la grandeza de la divina Majestad, el deber de sujecion al Creador, los tesoros inagotables del. Amor con que El nos quiere enriquecer, la necesidad de la gracia para llegar a la meta senalada y el camino particular que la divina Providencia nos ha preparado, ya qué todos, como miembros de un cuerpo, hemos sido unidos con Jesucristo nuestra Cabeza. Y pues que no siempre los motivos del amor hacen mella en el alma agitada por las pasiones, es muy oportuno que nos impresione también la saludable consideracion de la divina Justicia, para reducirnos a la humildad cristiana, a la penitencia y a la enmienda de las costumbres.


47. Todas estas consideraciones no deben ser una vacia y abstracta reminiscencia, sino que deben tender, efectivamente, a someter nuestros sentidos y facultades a la razon iluminada por la fe; a purificar nuestra alma, uniéndola cada dia mas intimamente a Cristo, conformandola cada vez mas a El, y sacando de El la inspiracion y la fuerza divina de que tiene necesidad; a convertirse en estimulos cada vez mas eficaces, que exciten a los hombres al bien, a la fidelidad al propio deber, a la practica de la religion y al ferviente ejercicio de la virtud: "Vosotros sois de Cristo, y Cristo de Dios". Sea, pues, todo organico y, por decirlo asi, "teocéntrico", si verdaderamente queremos que todo se encamine a la gloria de Dios por la vida y la virtud que nos viene de nuestra Cabeza divina: "Teniendo, pues, hermanos, en virtud de la Sangre de Cristo, firme confianza de entrar en el Santuario, que El nos abrio, como camino nuevo y vivo a través del velo, esto es, de su Sangre; y teniendo un gran Sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con sincero corazon, con la fe perfecta, purificados los corazones de toda conciencia mala y lavado el cuerpo con el agua pura. Retengamos firme la confesion de la esperanza... Miremos los unos por los otros para excitarnos a la caridad y a las buenas obras" (He 10,19-24).


48. De aqui se deriva el armonioso equilibrio de los miembros del Cuerpo mistico de Jesucristo. Con la ensenanza de la fe catolica, con la exhortacion a la observancia de los preceptos cristianos, la Iglesia prepara el camino a su accion propiamente sacerdotal y santificadora; nos dispone a una mas intima contemplacion de la vida del Divino Redentor, y nos conduce a un conocimiento mas profundo de los misterios de la fe, para que de ellos obtengamos el alimento sobrenatural, con el que, fortalecidos, podamos adelantar seguros hacia la perfeccion de la vida por Cristo. No solo por obra de sus ministros, sino también por la de todos los fieles, de tal modo impregnados del espiritu de Jesucristo, la Iglesia se esfuerza en empapar de este mismo espiritu la vida y la actividad privada, conyugal, social y, por ultimo, economica y politica de los hombres, para que todos aquellos que se llaman hijos de Dios puedan mas facilmente conseguir su fin.


49. De esta manera, la accion privada y el esfuerzo ascético dirigido a la purificacion del alma estimulan las energias de los fieles y les disponen a participar mas aptamente en el Sacrificio augusto del Altar, a recibir los Sacramentos con mas fruto, y a celebrar los ritos sagrados de modo que salgan de ellos mas animados y formados en la oracion y la abnegacion cristiana; a cooperar activamente a las inspiraciones y a las llamadas de la gracia y a imitar cada dia mas las virtudes del Redentor, no solo por su propio beneficio, sino también para el de todo el Cuerpo de la Iglesia, en el cual todo el bien que se realiza proviene de la virtud de la Cabeza y redunda en beneficio de los miembros.

C) NO HAY REPUGNANCIA


50. Por esto en la vida espiritual no puede haber ninguna oposicion o repugnancia entre la accion divina, que infunde la gracia en las almas, para continuar nuestra Redencion, y la colaboracion activa del hombre, que no debe hacer infructuoso el don de Dios; entre la eficacia del rito externo de los Sacramentos, que proviene del valor intrinseco de los mismos ("ex opere operato ") y el mérito del que los administra o recibe ("ex opere operantis"); entre las oraciones privadas y las plegarias publicas; entre la ética y la contemplacion de las verdades sobrenaturales; entre la vida ascética y la piedad liturgica; entre el poder de jurisdiccion y de legitimo magisterio y la potestad eminentemente sacerdotal que se ejercita en el mismo ministerio sagrado.


51. Por graves motivos la Iglesia prescribe a los ministros de los altares y a los religiosos que en los tiempos senalados atiendan a piadosa meditacion, al diligente examen y enmienda de la conciencia y a los demas ejercicios espirituales, puesto que estan destinados de manera particular a cumplir las funciones liturgicas del sacrificio y de la alabanza divina.


52. Sin duda, la plegaria liturgica, siendo como es oracion publica de la Esposa Santa de Jesucristo, tiene mayor dignidad que las oraciones privadas; pero esta superioridad no quiere decir que entre los dos géneros de oracion haya ningun contraste u oposicion. Pues estando animadas de un mismo espiritu, las dos se funden y armonizan, segun aquello: "porque Cristo lo es todo en todos" (Colos. 3,11) y tienden al mismo fin: a formar a Cristo en nosotros.



Notas

(1) Petitiones de Asumptione corporea B. Virginis Mariae in coelum definienda ad S. Sedem delatae; 2 vol., Typis Polyglottis Vaticanis,1942.

(2) Bula Ineffabilis Deus, Acta P¡¡ IX, p. 1, vol. 1, p. 615.

(3) Cfr. Conc. Vat. De fide catholica, cap. 4.

(4) Conc. Vat. Const. De ecclesia Christi, cap. 4.

(5) Carta enciclica Mediator Dei, A.A.S., vol. 39, p. 541.

(6) Sacramentarium Gregorianum.

(7) Menaei totius anni.

(8) "Responsa Nicolai Papae I ad consulta Bulgarorum".

(9) S. loan Damasc., Encomium in Dormitionem Dei Genitricis semperque Virginis Mariae, hom. II,14; cfr. etiam ibid., n. 3.

(10) San Germ. Const., In Sanctae Dei Genitricis Dormitionem, sermon I.

(11) Encomium in Dormitionem Sanctissimae Dominae nostrae Deiparae semperque Virginis Mariae. S. Modesto Hierosol, attributum I, num. 14. volver)

(12) Cfr. Ioan Damasc., Encomium in Dormitionem Dei Genitricis semperque Virginis Mariae, hom. II,2,11; Encomium in Dormitionem, S. Modesto Hierosol, attributum.

(13) Amadeus Lausannensis, De Beatae Virginis obitu, Assumptione in caelum, exaltatione ad Filii dexteram.

(14) San Antonius Patav., Sermones dominicales et in solemnitatibus. In Assumptione S. Mariae Virginit sermo.

(15) S. Albertus Magnus, Mariale sive quaestionet super Evang. Missut est, q. 132.

(16) S. Albertus Magnus, Sermones de sanctis, sermon 15: In Anuntiatione B. Mariae, cfr. Etiam Mariale, q. 132.

(17) Cfr. Summa Theol.,3, q. 27, a. 1 c.; ibid., q. 83, a. 5 ad 8, Expositio salutationis angelicae, In symb., Apostolorum expositio, art. 5; In IV Sent., d. 12, q. 1, art. 3, sol. 3; d: 43, q. 1, art. 3, sol. 1 et 2.

(18) Cfr. S. Bonaventura, De Nativitate B. Mariae Virginis, sermon 5.

(19) S. Bonaventura, De Assumptione B. Mariae Virginis, sermon 1.

(20) S. Bernardinus Senens., In Assumptione B. M. Virginis, sermon 2.

(21) S. Bernardinus Senens., In Assumptione B. M. Virginis, sermon 2.

(22) S. Robertus Bellarminus, Canciones habitae Lovanii, cancion 40: De Assumptionae B. Mariae Virginis.

(23) Oeuvres de St. François de Sales, sermon autographe pour la fete de l'Assumption.

(24) S. Alfonso M. de Ligouri, Le glorie di Maria, parte II, disc. 1.

(25) S. Petrus Canisius, De Maria Virgine.

(26 Suarez, F, In tertiam partem D. Thomae, quaest. 27, art. 2, disp. 3, sec. 5, n. 31.

(27 Pii IX Acta 1ª parte, pag. 599



III. LA LITURGIA ES REGULADA POR LA JERARQUIA

A) La doctrina


53. Para comprender mejor la Sagrada Liturgia es necesario considerar otro de sus caracteres, no de menor importancia.

La Iglesia es una sociedad y exige por esto una autoridad y jerarquia propias. Si bien todos los miembros del Cuerpo mistico participan de los mismos bienes y tienden a los mismos fines, no todos gozan del mismo poder ni estan capacitados para realizar las mismas acciones.

B) LOS ARGUMENTOS


1) PRIMER ARGUMENTO: El Sacramento del Orden.

54. En efecto, el Divino Redentor ha establecido su Reino sobre los fundamentos del Orden sagrado, que es un reflejo de la Jerarquia celestial.

Solo a los Apostoles y a aquellos que, después de ellos, han recibido de sus sucesores la imposicion de las manos, les esta conferida la potestad sacerdotal, en virtud de la cual, al mismo tiempo que representan a Cristo ante el pueblo que les ha sido confiado, representan también al pueblo ante Dios.


55. Este Sacerdocio no es transmitido ni por herencia ni por descendencia carnal, ni resulta por emanacion de la comunidad cristiana o por diputacion popular. Antes de representar al pueblo cerca de Dios, el Sacerdote representa al Divino Redentor, y como Jesucristo es la Cabeza de aquel cuerpo del que los cristianos son miembros, representa también a Dios cerca de su pueblo. La potestad que le ha sido conferida no tiene, por tanto, nada de humano en su naturaleza; es sobrenatural y viene de Dios: "Como me envio mi Padre, asi os envio Yo..." (Juan,20,21). "El que a vosotros oye, a Mi me oye..." (Lc 10,16). "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, se salvara" (Mc 16,15-16).


56. Por esto el Sacerdocio externo y visible de Jesucristo se transmite a la Iglesia no de modo genérico, universal e indeterminado, sino que es conferido a individuos elegidos con la generacion espiritual del Orden, uno de los siete Sacramentos, que no solo confiere una gracia particular, propia de este estado y de este oficio, sino también un caracter indeleble que configura a los sagrados ministros a Jesucristo Sacerdote, demostrando que son aptos para realizar aquellos legitimos actos de religion, con los que los hombres se santifican y Dios es glorificado segun las exigencias de la economia sobrenatural.


57. En efecto, asi como el Bautismo distingue a los cristianos y los separa de aquellos que no han sido lavados en el agua purificadora y no son miembros de Cristo, asi el Sacramento del Orden distingue a los Sacerdotes de todos los demas cristianos no consagrados, porque solo ellos, por vocacion sobrenatural, han sido introducidos al augusto ministerio que los destina a los sagrados altares, y los constituye en instrumentos divinos, por medio de los cuales se participa en la vida sobrenatural con el Cuerpo mistico de Jesucristo. Ademas, como ya hemos dicho, solo ellos estan investidos del caracter indeleble que los configura al Sacerdocio de Cristo, y solo sus manos son consagradas "para que sea bendito todo lo que bendigan, y todo lo que consagren sea consagrado y santificado en el nombre de nuestro Senor Jesucristo" (1).


58. A los Sacerdotes, pues, deben recurrir todos los que quieran vivir en Cristo, para que de ellos reciban el consuelo y el alimento de la vida espiritual, la medicina saludable que los curara y los revigorizara para que puedan felizmente resurgir de la perdicion y de la ruina de los vicios; de ellos finalmente recibiran la bendicion que consagra a la familia, y por ellos el ultimo suspiro de la vida mortal sera dirigido al ingreso en la eterna beatitud.


59. Por tanto, puesto que la Sagrada Liturgia es ejercida sobre todo por los Sacerdotes en nombre de la Iglesia, su organizacion, su regulacion y su forma no pueden depender mas que de la autoridad de la Iglesia.


2) SEGUNDO ARGUMENTO: La Historia.

60. Esto es no solo una consecuencia de la naturaleza misma del culto cristiano, sino que esta también confirmado por el testimonio de la Historia.


3) TERCER ARGUMENTO: El Dogma.

a) Estrechas relaciones.


61. Este indiscutible derecho de la Jerarquia Eclesiastica es demostrado también por el hecho de que la Sagrada Liturgia tiene estrechas relaciones con aquellos principios doctrinales que la Iglesia propone como formando parte de verdades certisimas, y por consiguiente debe conformarse a los dictamenes de la Fe catolica, proclamados por la autoridad del Supremo Magisterio para tutelar la integridad de la Religion revelada por Dios.

b) Un error y la verdad.


62. A este proposito, Venerables Hermanos, queremos plantear en sus justos términos algo que creemos no os sera desconocido: el error de aquellos que han pretendido que la Sagrada Liturgia era solo un experimento del Dogma, en cuanto que si una de sus verdades producia los frutos de piedad y de santidad, a través de los ritos de la Sagrada Liturgia, la Iglesia deberia aprobarla, y en caso contrario, reprobarla. De donde aquel principio: La ley de la Oracion, es la ley de la Fe.


63. No es, sin embargo, esto lo que ensena y lo que manda la Iglesia. El culto que ésta rinde a Dios es, como breve y claramente dice San Agustin, una continua profesion de Fe catolica y un ejercicio de la esperanza y de la caridad: "A Dios se le debe honrar con la fe, la esperanza y la caridad" (2). En la Sagrada Liturgia hacemos explicita profesion de fe, no solo con la celebracion de los divinos misterios, con la consumacion del Sacrificio y la administracion de los Sacramentos, sino también recitando y cantando el Simbolo de la Fe, que es como el distintivo de los cristianos; con la lectura de los otros documentos y de las Sagradas Letras escritas bajo la inspiracion del Espiritu Santo. Toda la Liturgia tiene, pues, un contenido de fe catolica, en cuanto atestigua publicamente la fe de la Iglesia.


64. Por este motivo, siempre que se ha tratado de definir un dogma, los Sumos Pontifices y los Concilios, al documentarse en las llamadas fuentes teologicas, no pocas veces han extraido también argumentos de esta Sagrada Disciplina, como hizo, por ejemplo, Nuestro Predecesor de inmortal memoria Pio IX, cuando definio la Inmaculada Concepcion de la Virgen Maria. De la misma forma, la Iglesia y los Santos Padres, cuando se discutia de una verdad controvertida o puesta en duda, no han dejado de recurrir también a los ritos venerables transmitidos desde la antigüedad. Asi nacio la conocida y veneranda sentencia: "Que la ley de la Oracion establezca la ley de la Fe" ("Lex orandi, lex credendi") (3).


65. La Liturgia, pues, no determina ni constituye en un sentido absoluto y por virtud propia la fe catolica; pero siendo también una profesion de las verdaderas celestiales, profesion sometida al supremo , puede proporcionar argumentos y testimonios de no escaso valor, para aclarar un punto particular de la doctrina cristiana. De aqui que ti queremos distinguir y determinar de manera absoluta y general las relaciones que existen entre la fe y la Liturgia, podemos afirmar con razon: "La Ley de la Fe, debe establecer la ley de la Oracion". Lo mismo debe decirse también cuando se trata de las otras virtudes teologales: "En la fe, en la esperanza y en la caridad oramos siempre en continuo deseo" (4).

IV. Progreso y desarrollo de la Liturgia


PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - B) ACTITUD DE LA SANTA SEDE FRENTE A LOS PROBLEMAS LITURGICOS