PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - DAL NOSTRO CUORE


EXUL FAMILIA NAZARETHANA

Constitucion Apostolica

Pio XII Sobre la cura espiritual de los emigrantes y desplazados, 1/8/1952


INTRODUCCION


1. La familia de Nazaret modelo y consuelo de los refugiados.

La familia de Nazaret desterrada, Jesus, Maria y José, emigrantes a Egipto y refugiados alli para sustraerse a las iras de un rey impio, son el modelo, el ejemplo y el consuelo de los emigrantes y peregrinos de todos los tiempos y lugares y de todos los profugos de cualquiera de las condiciones que, por miedo de las persecuciones o acuciados por la necesidad, se ven obligados a abandonar la patria, los padres queridos, los parientes y a los dulces amigos para dirigirse a tierras extranas.

Habia decretado el Dios omnipotente y misericordioso que su Hijo consustancial, haciéndose semejante a los hombres y en la condicion de hombre, juntamente con su inclita Madre Inmaculada y su piadoso custodio fuese también en este género de angustias y trabajos el primogénito de muchos hermanos recorriendo l primero el camino.


2. La Iglesia debe presentar este ejemplo y los remedios de la situacion.

Para que estos argumentos de consuelo en las adversidades y estos ejemplos no dejasen de tener eficacia, sino que produjesen consuelo en los trabajos de los desterrados y emigrantes y suscitasen la esperanza cristiana, fue necesario que la Iglesia los corroborase con peculiar cuidado y asidua asistencia, con lo cual se alimentase la practica de una vida morigerada y se conservase integra la fe transmitida por los mayores.

Era igualmente necesario hacer frente con remedios adecuados y eficaces a las nuevas dificultades, no previstas ni conocidas aun, de los emigrantes a regiones extranjeras, particularmente para salir al paso de las insidias de los hombres perversos que impiamente, por desgracia, les salen al encuentro de sus necesidades buscando su ruina espiritual mas que su provecho material.


3. Mayor desgracia, sin la ayuda de la Iglesia como ya senala San Agustin. ¡Cuantos motivos de angustia habrian existido y existirian su hubiese faltado o faltase este ministerio evangélico! Tendriamos que lamentarnos mucho mas que en los tristes tiempos de San Agustin, cuando el Obispo de Hipona exhortaba vehementemente a los sacerdotes para que de ningun modo, a medida que mas urgian las dificultades, dejasen a la grey sin pastor, recordandoles cuantos bienes se seguiran si permanecian con sus ovejas y cuantos males inevitables si las abandonaban: "Donde faltan los ministros, ¡qué ruina se abate sobre aquellos, que salen de este siglo, o no regenerados o ligados (por el pecado)! ¡Qué desgracia la de los fieles ligados a ellos, que no podran tener con ellos el descanso en la vida eterna! Finalmente, ¡cuantos gemidos de todos y qué graves blasfemias de algunos por la privacion de los ministerios y la ausencia de los ministros!"

"Mirad lo que trae consigo el temor de los males temporales y cuantos males eternos provienen de él: Pero si hay ministros, con las gracias que el Senor les da se hace frente a todas las necesidades: unos se bautizan, otros se reconcilian; ninguno es defraudado en la comunion del Cuerpo del Senor; todos son consolados, edificados, exhortados a rogar al Senor, que puede apartar todos los males que nos amenazan."

TITULO PRIMERO

Relato historico de la maternal solicitud de la Iglesia por los emigrados.

I. La solicitud de la Iglesia en la antigüedad


4. La Iglesia ayuda mediante sus sacerdotes.

La Santa Madre Iglesia, impulsada por su vehemente amor a las almas, se esforzo por cumplir el mandato salvifico universal que Cristo le ha confiado, cuidando espiritualmente de un modo especial de los peregrinos, forasteros, desterrados y de todos los emigrantes sin ahorrar esfuerzo alguno y valiéndose para ello en primer lugar de los sacerdotes, los cuales, con la administracion de los carismas, de la gracia y con la predicacion de la palabra divina, trabajan con toda solicitud en confirmar a los fieles de Cristo en la fe con los vinculos de la caridad.


5. Se recurre a la Historia: primero San Ambrosio.

Es bueno, pues, recordar brevemente todo lo que la Iglesia, desde los tiempos mas remotos, ha hecho en este sentido, tratando mas ampliamente lo que a nuestros tiempos se refiere. En primer lugar, recordemos los hechos y palabras de San Ambrosio, cuando aquel ilustre pastor de Milan, para poder redimir a los infelices que habian sido llevados cautivos, después de la derrota del emperador Valente en Adrianopolis (378), quebro y enajeno los vasos sagrados para poder precaver a aquellos infelices de los danos materiales y librarlos de los peligros, mas graves aun, espirituales que les amenazaban "¿Quién sera tan duro -escribia San Ambrosio-, cruel e insensible que no quiera que los hombres sean redimidos de la muerte y las mujeres de los impuros ultrajes de los barbaros, que son aun mas graves que la muerte; que los jovenes, los adolescentes y los ninos sean preservados del contagio de los idolos, al que hubieran vist o obligados con amenazas de muerte? Nosotros hemos tomado esta causa no sin motivo; pero cuando después la hemos realizado entre el pueblo hemos comprendido, y asi lo confesamos abiertamente, que es mejor salvar almas para el Senor que conservar objetos de oro."


6. Segundo: la evangelizacion y civilizacion de los barbaros.

Brilla igualmente el celo de los pastores y el entusiasmo de los sacerdotes que llevaron con su esfuerzo a los habitantes de lejanas regiones el beneficio de la verdadera fe juntamente con la convivencia civil y las relaciones sociales, mientras que a los pueblos barbaros invasores se esforzaren en hacerlos asimilar a un mismo tiempo la Religion cristiana y la pacifica convivencia con las poblaciones civilizadas.


7. La mision de las Ordenes religiosas.

Debemos también recordar a las egregias ordenes religiosas fundadas para redimir a los cautivos, cuyos miembros, a fuer de hombres apostolicos, no duraron en tolerar graves tribulaciones por los hermanos prisioneros con el fin de hacerles retornar a la libertad o al menos confortarlos en la prision.


8. La conquista de indios y negros.

Cuando después se descubrieron y explotaron nuevas tierras en la otra parte del globo, no faltaron sacerdotes de Cristo que se unieron celosamente a los colonizadores de aquellas regiones para ayudarles a mantenerse en la practica de la moral cristiana e impedirles que con las riquezas de las nuevas tierras se llenasen de orgullo y también para transformarse en seguida en misioneros de los indigenas, carentes hasta entonces completamente de la luz de la fe, e instruirles en el Evangelio, haciéndoles vivir en la fraternidad cristiana.

Ni podemos dejar en el silencio a los heraldos de la Iglesia que se consagraron a asistir y ganar para Cristo a los esclavos negros arrancados cruelmente de sus tierras y sometidos a un vil mercado en los puertos de América y Europa.


9. Las asociaciones medievales de asistencia y caridad.

Queremos también hacer mencion, aunque solo sea brevemente, de la asidua actividad realizada durante la Edad Media en todas las regiones cristianas, pero muy especialmente en esta santa ciudad por las piadosas asociaciones erigidas para atender a los peregrinos. De estas asociaciones tuvieron origen innumerables hospitales, hospicios, iglesias y hermandades nacionales, de las cuales aun quedan no pocos vestigios. De ellas son dignos de especial mencion las Escuelas de Peregrinos sajones, longobardos, francos y frisones, las cuales fueron erigidas ya en el siglo 8 en el Vaticano junto al sepulcro de San Pedro, principe de los apostoles, para atender a los forasteros que peregrinaban a Roma de las regiones trasalpinas para venerar la memoria de los apostoles. Estas escuelas estaban dotadas de iglesia y cementerio propio y alli se sostenian sacerdotes y clérigos de sus respectivas naciones para que cuidasen material y espiritualmente de sus connacionales, principalmente de los enfermos y pobres. En siglos sucesivos se les anadieron monasterios con un asilo anejo para los peregrinos; esto es, para los etiopes y abisinios, para los hungaros y armenios. Todo lo cual es un bello eco de las palabras del apostol Pablo exclamando: "...aliviando las necesidades de los santos y ejercitando la hospitalidad."


10. La obra de sacerdotes y parroquias de la misma nacion y lengua hasta el dia de hoy, su utilidad.

Lo que habia demostrado esta experiencia, es a saber: que el sagrado ministerio entre los extranjeros y peregrinos resulta mucho mas provechoso si se ejerce por sacerdotes de la misma nacion y lengua, principalmente cuando se trata de gentes rudas y apenas instruidas en la doctrina cristiana, lo confirmo solemnemente el Concilio Lateranense IV cuando, en el ano 1215, decreto: "Puesto que en no pocos lugares, dentro de una misma ciudad y diocesis, se hallan mezcladas gentes de diversas lenguas que, bajo una misma fe, tienen diversos ritos y costumbres, ordenamos categoricamente que los Obispos de dichas ciudades o diocesis provean varones i doneos que les celebren los divinos oficios segun los diversos ritos y lenguas y les administren los sacramentos, instruyéndolos a un mismo tiempo con la palabra y el ejemplo". Todo lo cual la Iglesia ha conservado fielmente hasta nuestros dias, particularmente con la creacion de parroquias para los fieles de diversas lenguas y naciones; aun mas, teniendo en cuenta la variedad de ritos, se han creado muy oportunamente a veces diocesis, como luego expondremos.

Todos conocen la utilidad que tales parroquias, asiduamente frecuentadas por los peregrinos, han reportado a las diocesis y a las almas, y todos las tienen en grande y merecida estima. Por lo cual el Codigo de Derecho canonico no dejo de fijarles el régimen, y asi con la sucesiva aprobacion de la Santa Sede, han ido surgiendo numerosas parroquias nacionales, especialmente en América, hasta las ultimas que por decreto de la Sagrada Congregacion Consistorial, por no aducir otros ejemplos, se han erigido en las islas Filipinas para los chinos.

II. La solicitud de la Iglesia en los tiempos recientes


1. De la Revolucion francesa hasta Leon XIII

11. El proposito de este capitulo: las iniciativas del ultimo siglo.

Aunque no hubo, pues, ninguna época en que la Iglesia descuidara a los emigrantes, desterrados y profugos, no queremos detenernos mas largamente en ello sino que solo deseamos referirnos a lo que se ha emprendido al respecto en el ultimo siglo.


12. Cincuenta volumenes de la caridad papal para con los franceses.

Para comenzar conviene aqui recordar previamente los cincuenta volumenes intitulados: "De la caridad de la Sede Apostolica para con los franceses", conservados en el archivo Vaticano -testimonio realmente preclaro de la constante solicitud de los Romanos Pontifices hacia los pobres de las revoluciones publicas o los desplazados por la guerra- con que Nuestros Predecesores Pio VI y Pio VII ilustran su paternal solicitud por los franceses que expulsados de su Patria fueron recibidos con gran generosidad en los confines de los Estados Pontificios y especialmente en Roma o que se refugiaron en otras partes.


13. Vicente Pallotti y su fundacion en favor de los emigrados.

Conviene recordar también como digno de mencion al Beato Vicente Pallotti, fundador de la sociedad del Apostolado Catolico. Este mismo, pues, a quien Nos hemos llamado honra y prez del clero Romano, a quien, al principio del Jubileo universalmente celebrado, pusimos gozosos en el glorioso catalogo de los beatos, urgido por el amor de las almas y encendido en el deseo de consolidar en la fe catolica a los Italianos emigrados a Inglaterra, envio algunos miembros de su Congregacion a Londres a fin de que se hicieran cargo de la atencion espiritual de sus compatriotas; y, accediendo a una respetuosa solicitud suya, Nuestro Predecesor Pio IX lo faculto para recoger limosnas con el fin de levantar en Londres desde sus cimientos un templo a Dios dedicado a San Pedro, principe de los Apostoles, para bien de los emigrados italianos especialmente.


14. Esfuerzos de la Iglesia Catolica en bien de los emigrados a América.

A mediados del siglo 19 cuando a los indigentes se ofrecio la oportunidad nunca antes conocida de hacer fortuna, y cuando grandes multitudes de Europa, especialmente de Italia, se dirigia a América, la Iglesia Catolica hizo esfuerzos extraordinarios para atender el bien espiritual de los emigrantes y trabajar por ellos; pues, ella, en el transcurso de los siglos por el amor que tiene a sus hijos adapto los métodos de apostolado al progreso de la vida y a las nuevas circunstancias del tiempo no solo ensayandolos prontamente sino también introduciéndolos después de atentos estudios, por cuanto en su solicitud advertia que lo social, moral y religioso corrian serio peli gro.


2. La obra de Leon XIII

15. Leon XIII y el Rafaelsverein.

La activa solicitud de esta Sede Apostolica tanto mas prontamente manifestada cuanto que también mas cuidadosamente las autoridades publicas y los Institutos privados parecian atenderlos, esta comprobada claramente por las Actas de Leon XIII, Nuestro Predecesor, quien no solo denodadamente defendio la dignidad y los derechos del trabajo humano, sino que protegio decididamente también a los conocedores de algun oficio que iban a lejanas tierras a ganar su sustento.

Pues, al cabo de su primer ano de Supremo Pontificado, alabo el 9 de julio de 1878, con complacida benignidad, la sociedad de San Rafael erigida por los Obispos alemanes para ayudar fructuosamente a sus compatriotas emigrantes. Esa sociedad tanto en los puertos de salida como de llegada se establecio, al correr de los anos, también para otras nacionalidades como la belga, austriaca e italiana.


16. Leon XIII y la fundacion de Scalabrini.

Desde el ano 1887, reconocio, en su Carta Apostolica bajo el sello del Pescador, que era util y oportuno el plan que venia ejecutando el Siervo de Dios Juan Bautista Scalabrini, entonces Obispo de Piacenza, de formar un Instituto de santos varones que tuvieran animo y voluntad de partir para regiones lejanas, especialmente América, con la intencion de llevar los consuelos del sagrado ministerio a la multitud de fieles italianos que urgidos por las necesidades materiales abandonaban la Patria para establecerse en aquellas regiones. Luego fundo, pues, aquel varon apostolico, a quien Nos mismo declaramos, 'meritisimo de la Iglesia y del Estado' con la ayuda de celosos sacerdotes y esclarecidos supe riores, una sociedad de sacerdotes, en la cual -para volver a usar las galanas palabras del mismo Leon XIII en su carta que mas abajo aduciremos- varones eclesiasticos de Italia se unen, urgidos por la caridad de Cristo para cultivar los estudios y ejercitarse en los ministerios y disciplina que les permiten desempenarse feliz y denodadamente como "embajadores de Cristo" y asi se constituyo una nueva familia religiosa de misioneros de San Carlos para los italianos emigrados, cuyo fundador es aquel siervo de Dios.


17. La Carta "Quam Aerumnosa" de Leon XIII y sus saludables efectos.

Conviene también mencionar la Carta a los Arzobispos y Obispos de América publicada al ano siguiente por el mismo inmortal Predecesor Nuestro por cuanto suscito felizmente una mayor abundancia de iniciativas y celosa emulacion de los hombres para alcanzar el bien de los inmigrantes pues, tanto numerosos sacerdotes y muchos religiosos de ambos sexos movidos por esta razon partieron para todas partes de América a fin de asistir a ayudar a sus compatriotas que vivian en lejanos paises; entonces también se fundaron sociedades y formaron patronatos para bien de los que de Italia, Alemania, Irlanda, Austria, Hungria, Francia, Suiza, Bélgica, Holanda, Espana y Portugal emigraba n en masa; ante todo empero se han erigido parroquias nacionales.


18. Atencion a la migracion en la misma Europa.

Con la sabiduria y la caridad de que era capaz no dejo de atender oportunamente también la migracion que dentro de los confines de Europa se hacia; la solicitud dispensada por los Romanos Pontifices consta claramente en las Cartas, enviadas mas de una vez por la Secretaria de Estado a los Ordinarios de Italia.


19. La obra para emigrantes del Obispo Bonomelli.

Movido por las insistentes exhortaciones del Pontifice, y urgido por el bien de las almas, Jeremias Bonomelli, Obispo de Cremona, instituyo la Obra de ayuda a los obreros de Italia que emigraban a las regiones foraneas de Europa de donde nacieron varios institutos culturales y de beneficencia y florecientes secretariados, y en 1900 por piadosos sacerdotes y seglares de bien, elegidos para la obra, se predicaban con fruto "misiones" en Suiza, Austria, Alemania y Francia. Y para que no sucumbiera tan benéfica obra después de la muerte de su Superior, Nuestro Predecesor, Benedicto XV encomendo la cura de almas de los obreros italianos emigrados a regiones europeas a Fernando Rodolfi, Obispo de Vicenza.


20. La mision de Santa Francisca J. Cabrini, madre de los emigrantes.

No estara demas recordar aqui las multiples instituciones que educan a ninos y ninas, y los hospitales y demas fundaciones provechosamente realizadas en bien de los fieles cristianos de diverso idioma y de diferente origen los que florecen siempre mas y prosperan vigorosamente. Cual estrella brilla en este campo Santa Francisca Javiera Cabrini quien por consejo y exhortacion del siervo de Dios Juan Bautista Scalabrini y apoyada por la autoridad del mismo Papa Leon XIII, de feliz memoria, el cual la persuadio que no dirigiese su mirada hacia el Este, sino mas bien hacia el Oeste, resolvio emprender viaje hacia Norteamérica, y con tanta caridad persevero en su obra que pudo consignar ubérrimos frutos y fue, por su eximia piedad para con los emigrantes italianos y sus admirables obras, llamada con razon Madre de los emigrantes italianos.


3. La Obra de S. Pio X

21. Sus experiencias como parroco.

La organizacion ordenada de las obras catolicas en favor de los inmigrantes en Europa, en el Oriente y América debe atribuirse a Nuestro Predecesor, el Beato Pio X que un dia como parroco de Salzano asistio a sus amadisimos feligreses que emigraron para que al abandonar la parroquia tuvieran un viaje mas feliz y un nuevo hogar mas seguro; luego elevado a la cima del Supremo Apostolado acompano con peculiar cuidado a las ovejas errantes de la grey universal y emprendio iniciativas solicitas en pro de la inmigracion.


22. Cartas de San Pio X en favor de los emigrantes.

Ardia aquel piadosisimo Pontifice en amor a los fieles cristianos que habian emigrado hasta las lejanas regiones de Norte y Sudamérica. Con qué gozo recibiera el celo de los Obispos y sacerdotes empleados en bien de aquellos, resalta claramente de la Carta dirigida al Arzobispo de Nueva York, el 26 de febrero de 1904. Entre otras cosas elogio y aprobo tanto la solicitud manifestada a los Italianos a fin de que al abrigo de peligros, permanecieran firmes en el culto de la Religion de sus antepasados, como la fundacion de un Seminario para educar debidamente a los clérigos de la Colonia Italiana. Lo mismo prueba la Alocucion a los peregrinos de la Republica Argentina, como también la Carta a los Arzobispos y Obispos del Brasil o la que dirigio al Superior General de los Misioneros de San Carlos o al Superior de la Pia Sociedad Antoniana Universal o al Rector de la Sociedad Catolica para los inmigrantes, fundada recientemente entonces en el Canada.


23. Solicitud espiritual por la Sociedad de Misioneros de San Antonio.

Para que los emigrantes, los navegantes o los que permanecian en los puertos de llegada o los que ya gozaban de la Patria adoptiva, dispusieran de una pronta asistencia espiritual, se constituyo, con la aprobacion del Sumo Pontifice, ya desde el ano 1905, la Sociedad de misioneros de San Antonio de Padua.


24. La obra rectora y reformadora de la S. C. Consistorial.

En lo que respecta a Italia, existen normas dadas por la Secretaria de Estado para todos los Obispos del lugar. La Sagrada Congregacion Consistorial, una vez recibidos, a su propio pedido, los informes exactos sobre el particular de los Ordinarios del lugar donde hay emigracion e inmigracion, cumplio rapidamente el mandato del Pontifice, acomodando a los tiempos los institutos, ya erigidos en favor de los emigrantes, decretando la fundacion de nuevos, adaptados a las nuevas circunstancias y recomendando a los Ordinarios la constitucion de "Grupos emigrantes" y "Patronatos".


25. Solicitud por los matrimonios de los emigrados y las "Instrucciones" al respecto.

Pero no solo de esta manera se procuro con mucha solicitud el bien de los inmigrantes, pues, dado que se supo que algunos obreros, emigrados de Europa a lejanas tierras, contraian matrimonio sin atenerse en lo mas minimo a las solemnidades de derecho, a causa de las circunstancias mas dificiles de lugar y de tiempo en que se hallaban, y aun osaban contraerlo afectados por impedimentos, a fin de que las leyes del sagrado matrimonio no sufrieran ningun dano, para prevenir los horribles males, el Sumo Pontifice mando a la Sagrada Congregacion de Disciplina de los Sacramentos que publicaran una cuidadosa Instruccion sobre la comprobacion del estado de solter ia y las proclamas matrimoniales; instruccion que en el transcurso de los anos fue nuevamente promulgada por la misma Congregacion anadiéndose normas saludables también para comodidad de los emigrados que deseaban contraer matrimonio por procurador.


26. Atencion de rutenos y rumanos.

En el gobierno de este importante Pontifice se establecieron normas idoneas para los clérigos y seglares del rito ruteno que viven en los Estados Unidos de América; a su cabeza se puso un Obispo; al obispo del rito ruteno se encomendo también la atencion espiritual de los fieles del mismo rito que viven en las regiones del Canada; igualmente, la asociacion de la propagacion de la Iglesia Catolica, constituida en Toronto del Canada y los abundantes frutos, dignos de la mayor alabanza que la misma sociedad pudo recoger defendiendo contra las insidias heréticas a los catolicos rutenos que se habian establecido poco a poco en los territorios que se extienden hacia el Norte y Oeste; igualmente, las mutuas rel aciones en el orden disciplinario de los Obispos canadienses del rito latino con el Obispo de los rutenos de aquella region y entre el clero y los fieles de ambos ritos se regularon; y, finalmente, se donaron al Obispo catolico rumano de la provincia eclesiastica de Fogara y Alba Julia, la iglesia del Santisimo Salvador en la villa "delle Copelle" en Roma y la pequena casa aneja.


27. La Oficina Pontificia de emigrantes.

La mas importante de todas las realizaciones es, sin embargo, la creacion del "Oficio" peculiar en la S. Congregacion Consistorial para la atencion pastoral de los emigrantes. Las obligaciones de esta Oficina seran, como dijo el Beato Pio X, "buscar y preparar todo lo que se requiere a fin de que la atencion espiritual de los emigrantes del rito latino se lleve a cabo en la mejor forma posible, quedando naturalmente a salvo el derecho de la S. Congregacion de la Propagacion de la Fe sobre los emigrantes del rito oriental, a los cuales esta Congregacion por sus propias disposiciones atendera oportunamente. De los sacerdotes emigrantes cuidara unicamente ese mismo Oficio."


28. En favor de los sacerdotes emigrantes.

No pudo preterirse tampoco la disciplina de los sacerdotes emigrantes a la que ya antes la Sede Apostolica proveyera valiéndose de la S. Congregacion del Concilio y, cuando se trataba de clérigos del rito oriental, de la Sagrada Congregacion de la Propagacion de la Fe y de la misma S. C. Consistorial. Mas por cuanto entre los clérigos que emigraban allende los mares podia, tal vez, haber algunos que buscaran mas bien el lucro material que no la salvacion de las almas, la misma S. C. Consistorial por decreto instituyo leyes aptas para poder remover los abusos, si los hubiere, estatuyendo también penas para los transgresores. Estas leyes alcanzaban también a los sacerdotes que prestaban sus servici os a los obreros agricolas y operarios de otros oficios. Estas normas que por otro decreto consistorial se adopto al Codigo de Derecho Canonico, entonces recién promulgado, estan aun fructuosamente en vigencia. En el correr de los anos, empero, la S. C. de la Iglesia Oriental y la S. C. de la Propagacion de la Fe, cada uno en el ambito de su competencia, anadieron otras normas mas.


29. El Colegio Romano de sacerdotes para los emigrantes italianos.

El mismo Sumo Pontifice inicio el Colegio Romano de sacerdotes para los italianos que emigran fundado con el fin de formar idoneamente a jovenes sacerdotes del clero secular en el sagrado ministerio especial mediante un curso apropiado de estudios, y, para que hubiese un numero suficiente de ellos para satisfacer las necesidades existentes, se exhorto a los Obispos, en especial a los que disponen de una mayor abundancia de sacerdotes, que si descubrieren entre sus sacerdotes o clérigos a ministros idoneos para ese cometido, los destinaran al Instituto; y, finalmente, ese mismo beato Pontifice en los ultimos tiempos de su Pontificado -porque luego después, agobiado por la suma pena causada por los horrores de la guerra que se cernia sobre el mundo volo a recibir el premio celestial- como Padre amantisimo redacto personalmente los estatutos del Colegio y mando a la S. C. Consistorial publicarlos.


4. La Obra de Benedicto XV

30. Las disposiciones en favor de este Colegio Romano.

El Sumo Pontifice Benedicto XV, siguiendo las egregias huellas de su Predecesor y continuando denodadamente su solicitud por los emigrantes, cual herencia que le habian dejado, asigno, apenas elevado a la Catedra de Pedro, a dicho Colegio los edificios de San Apolinar. Mas por cuanto la Sede Apostolica por entonces se empenaba en socorrer a las regiones devastadas por las aflicciones inferidas al género humano por la guerra y no pudo al mismo tiempo proveer los medios para cubrir las necesidades del Colegio, la S. C. Consistorial no desdeno solicitar erogaciones a los Ordinarios de Italia y de América para poder ayudar al Colegio.


31. Colecta y estipendios para la emigracion italiana y "patronatos".

La misma S. Congregacion, a fin de socorrer las obras catolicas que activamente atendian la cura de alma de los emigrantes italianos, exhorto primero a los Ordinarios italianos a que anualmente en un dia festivo determinado mandaran efectuar una colecta en favor de las mismas obras; mas tarde, empero, decreto que cada sacerdote ofreciera una vez al ano una santa Misa por las intenciones del Sumo Pontifice mas bien que "pro populo" ("por el pueblo"), destinandose el estipendio de la misa por esas obras. Todos, y en especial los emigrantes y misioneros, saben que ese dinero se gasta integramente para auxiliar aquellas instituciones que, bajo el gobierno de la S. C. Consis torial o al impulso de los misioneros o religiosos de ambos sexos, se han fundado en las regiones lejanas con el fin de que prestaran a los emigrantes, cuya fe catolica y cristianas costumbres corren grave peligro en una forma apenas creible, una solida y sabia proteccion. El Pontifice mencionado propuso, en beneficio de los emigrantes italianos a los Ordinarios de Calabria que constituyesen patronatos eclesiasticos.


32. Da normas para la atencion espiritual de los emigrantes en el Brasil y elogia al Obispo de Trenton, Canada.

Al Arzobispo de San Pablo y los demas Obispos de la jurisdiccion brasilena encomendo con instancia que por medio de sacerdotes piadosos del pais nombrados para ello vigilaran para que los obreros que llegaban desde Europa a esas playas, acuciados por la esperanza de lucro e impulsados por la indigencia, no abandonaran, junto con el patrio suelo también las patrias costumbres; el mismo escribio al Obispo de Trenton, cuyo celo desplegado en esta obra elogio; pues, apenas fundada una nueva colonia italiana en la diocesis de Trenton, se erigieron para ella en seguida una iglesia y los edificios vecinos, y el Sumo Pontifice hizo inti mos votos por que los emigrados italianos pudiesen encontrar ese auxilio de caridad cristiana en todas partes de los Estados Unidos de América.


33. El cuidado espiritual de las arroceras en Italia.

El mismo Predecesor Nuestro Benedicto XV fijo su atencion igualmente en los italianos que también entonces, abandonando su hogar, migraban por algun tiempo de una region del pais a otra como suele suceder aun a las mujeres que se dedican a la limpia del arroz.


34. Un prelado para la exclusiva atencion de los emigrantes y de su Colegio.

Muy bien aconsejado quiso luego que hubiera un Prelado que munido de las necesarias facultades y libre de las labores diocesanas se consagrara integramente al bien espiritual de los italianos emigrantes a quien incumbia exclusivamente elegir a los misioneros que debian dedicarse a ese oficio, asistirlos, vigilarlos y regir el Colegio de los sacerdotes fundado para formarlos y ayudarlos. Al ano siguiente, a fin de que dicho Colegio hiciese progresos en forma mas expedita, le dio nuevos estatutos, adaptados rectamente a las necesidades del tiempo y de las circunstancias.


35. Preocupacion por los prisioneros de guerra.

El Sumo Pontifice Benedicto XV, compadeciéndose hondamente de las angustias que agobiaban a innumerables hombres, llevados al cautiverio durante la horribilisima guerra, decreto que los Ordinarios de las diocesis donde hubieran prisioneros de guerra, eligiesen cuanto antes a uno o, si la necesidad lo requiriese, varios sacerdotes que dominaban suficientemente el idioma para destinarlos a la cura de almas de los prisioneros. Los sacerdotes escogidos para este ministerio no deben recargarse con otros menesteres, sino solo hacer lo que pertenece a la utilidad tanto del espiritu como de la vida y del cuerpo de los cautivos, consuelen, asistan y alivien las variadas necesidades a veces acerbisima s. Aun en medio de la pesadilla de la guerra fratricida instituyo para los profugos que vivian en tierras italianas un Ordinario especial para que atendiera el bien espiritual de ellos.


36. Por los emigrantes alemanes: el San Rafaelsverein.

No se descuidaron tampoco los gravisimos peligros en que se hallaban los ciudadanos alemanes, entre los cuales habia muchos catolicos, que en gran numero, urgidos por tantas angustias se sentian constrenidos a buscar otros cielos para procurarse lo necesario para la vida. Por eso, la S. C. Consistorial exhorto no solo a los Obispos de Alemania sino de toda Europa Central a que celosamente pensaran, y en sus reuniones o Conferencias episcopales, después de reflexiones y mutuas consultas, trataran de resolver lo que podian hacer para ir apropiada y rapidamente al encuentro de tanta necesidad; a la vez indico la oportunidad de consolidar la accion de la Sociedad de San Rafael, que antes de la guerra habia reportado innumerables beneficios a los viajeros de cualquier clase, y emplear los medios que la prudencia y la caridad sugiriese para ayudar. Ademas, en el ano 1921 el Arzobispo de Colonia fue declarado protector de la benemérita obra -ya fundada en 1904- de la atencion religiosa de los catolicos de lengua alemana que vivian en Italia. Esa obra se hizo cargo en los anos siguientes de la cura espiritual de los ciudadanos de la Alemania Occidental, eligiéndose otro protector mas, el Obispo de Osnaburgo, para los emigrantes de la Europa Oriental y fuera de Europa.


37. Por los exiliados mejicanos.

Cuando, al agravarse la perturbacion civil de Méjico, algunos Prelados mejicanos, sacerdotes y muchos fieles fueron expulsados criminalmente de su Patria, se trasladaron a los Estados Unidos de Norteamérica en busca de un seguro refugio, los recomendo encarecidamente a la caridad de los catolicos de ese pais, escribiendo primero al Obispo de San Antonio, después al Arzobispo de Baltimore, por cuyos generosos cuidados se pudieron congregar en el Seminario los jovenes pobres que tenian vocacion para el sacerdocio, lo que es para Nos, como decia el Pontifice, especialmente grato.


38. En favor de los emigrados de ritos orientales.

Ademas, de las cosas sapientisimamente hechas por el mismo Pontifice en favor de los fieles de los Ritos Orientales recordaremos éstas: la ampliamente fomentada asistencia espiritual a los fieles del rito greco-ruteno emigrados a la América del Sur; la fundacion del Seminario para ninos italo-griegos en el monasterio (basiliano) de Grottaferrata (cerca de Frascati); y la ereccion de la diocesis de Lungro (provincia de Consenza) para los fieles del mismo rito que ya como habitantes de Epiro y Albania habian emigrado en masa de la dominacion turca, trasladandose a Italia y estableciendo su domicilio en Calabria y Trinacria.


39. Nuestra Senora de Loreto, patrona de los viajes aéreos, y las facultades de Confesion.

No juzgamos tampoco ajeno a Nuestro proposito recordar el decreto de la S. C. de Ritos, en que se declaro a Nuestra Senora de Loreto Patrona celestial de los viajes aéreos para que los que se encomendaran a la proteccion de la Santisima Virgen, llegaran sanos y salvos a su destino. Nos empero, a fin de que a los fieles cristianos que emprenden viajes aéreos no les falte la oportunidad de confesar establecimos que lo que se estatuyo en el Canon 883 del Codigo de Derecho Canonico para los sacerdotes que emprenden viajes por mar, respecto de la facultad de oir confesiones, tuviese también vigencia y se extendiese a los sacerdotes que viajan por via aérea.


5. La obra de Pio XI

40. Especial preocupacion de Pio XI.

Después de haberse realizado felizmente un progreso posterior muy grande y provechoso en las obras de emigracion, el apreciadisimo Predecesor Nuestro Pio XI, no permitio que ninguna demora lo retrasara. Emigrantes e innumerables refugiados de las regiones de América y Europa experimentaron los abundantes testimonios de la universal paternidad del Sumo Pontifice. Del cumulo de realizaciones quisiéramos aducir aqui por lo menos las que corresponden a los pueblos orientales.


41. Asistencia a los armenios profugos.

En el primer ano de su Pontificado, cuando por la devastacion de Armenia habia que deplorar el asesinato de muchos fidelisimos catolicos y se les encontraba errabundos y lejos de su patria, consolo generosisimamente a sus hijos infortunados y destituidos de medios, en especial recibio en los edificios de Castelgandolfo como bajo techo paternal a las débiles ninas, privadas de sus padres, y con los medios de su largueza los alimento solicitamente.


42. La Comision Pro-Rusia en 1925, el Ordinariato de Harbin (China) y la Iglesia y seminario de eslavos en Roma.

En el ano 1925, empero, quiso que los asuntos y negocios que se referian a los Rusos fueran confiados a la Comision Pro-Rusia; luego, confio a una Oficina especial, incorporada a la S. C. de la Iglesia Oriental, la atencion de todos los que en cualquier parte del mundo profesaran el Rito eslavo; erigio después el Ordinariato de Harbin en China y le dio por Prelado un sacerdote del rito bizantino-eslavo quien como Ordinario de Harbin de los rusos rigiera y gobernara en lo espiritual a todos los clérigos y fieles de su rito y en todo el imperio chino; asigno, imitando a sus Predecesores que ya habian donado a los armenios, sirios, maronitas, griegos, rutenos y rumanos una iglesia propia en Roma, ahora a los fieles del rito eslavo que vivian en Roma o arribaban a ella, el templo dedicado a San Antonio Eremita, sito en monte Esquilino para que pudieran orar alli a Dios segun las legitimas costumbres de sus antepasados; en los edificios adyacentes, empero, levantados desde el suelo, fundo el Seminario ruso. Mas de una vez ayudo a los refugiados de las regiones de Europa oriental de cualquier nacion o confesion que fuesen, con su palabra, su ejemplo, y ademas con sus dineros que donaba, estimulando al mismo tiempo la liberalidad de los Obispo y fieles polacos.


43. En favor de los emigrados del rito bizantino y griego- ruteno.

Se empeno en promover el bien espiritual de las comunidades del rito bizantino, las que bajo la presion de las persecuciones habian emigrado antano a Italia, y alli residian todavia; por eso, separandola de las parroquias bizantinas pertenecientes a la arquidiocesis de Palermo (Sicilia) y de Mondovi, erigio la nueva diocesis o eparquia de Piana dei Greci; dio muy oportunamente normas para la administracion espiritual de los Ordinariatos griego-rutenos en los Estados Unidos de Norteamérica y en el Canada.


44. En bien de los emigrados polacos.

Como senal de su peculiar benevolencia hacia los polacos distinguio, primero, con el titulo y los honores de Basilica Menor el templo de San Josafat, obispo y martir, construido en la ciudad de Milwaukee, al cual se halla aneja la cura de almas de los fieles cristianos de lengua polaca; y después, en el ano 1931 dio por protector de todos los polacos emigrados al Arzobispo de Gnesen.


45. El Instituto de Godesberg para los emigrantes alemanes.

Por cuanto en el ano 1924, a ejemplo de la Pia Sociedad de los Misioneros de San Carlos para los emigrados italianos, habia mandado erigir también para los catolicos alemanes emigrados al extranjero, el Instituto religioso de la ciudad de Godesberg, iniciado con muy buen criterio, y felizmente inaugurado, distinguio con elogio sus méritos, y cuando hizo los deseados progresos, lo honro con el titulo de Sociedad de los Santos Angeles.


46. Los perseguidos de Espana y Méjico.

Recibio benignamente a los Obispos, sacerdotes y religiosos huidos de Espana durante el vehemente furor de la criminal persecucion religiosa, y hablandoles con mucha dulzura los lleno de hondo consuelo. Y para que los mejicanos emigrados a tierras extranas no cayeran victimas de los enemigos de Cristo, ni perdieran las cristianas costumbres de sus mayores exhorto a los Ordinarios del pais que se consultaran con sus hermanos en el Episcopado que regian los destinos espirituales de los Estados Unidos de Norteamérica y que llamaran en su ayuda a las Asociacion de la Accion Catolica.


47. Por los negros y su Seminario en Estados Unidos de Norteamérica.

Es justo que se recomiende aqui a la debida atencion el celo con que el mismo Sumo Pontifice se preocupo de los descendientes de los negros, dispersos sin orden en todo el mundo: facilmente se deduce esto de la carta que dirigio al Superior General de la Congregacion del Verbo Divino, con fecha 5 de abril de 1923, en que auguro y deseo al Seminario para Negros un porvenir inmediato feliz, y afirmo que habia sido una resolucion utilisima recibir a negros que parecian llamados a entrar en la vida religiosa como miembros de la Congregacion del Verbo Divino a fin de que, una vez iniciados en el sacerdocio, ejercieran entre ellos el sagrado ministerio con mayor eficacia.


48. La sociedad de Misioneros de San Antonio para los italianos y otras obras, la tésera eclesiastica.

En cuanto a los italianos: sujeto desde el 26 de enero de 1923 los Capellanes de los navegantes que hasta entonces formaban la Sociedad de Misioneros de San Antonio de Padua, directamente a la jurisdiccion y disciplina del Director del Colegio de sacerdotes destinados a los italianos que emigraban al extranjero, y mas tarde mando que se los instruyera en utiles normas que la S. C. Consistorial habia de establecer; igualmente confio todos los sacerdotes ya dedicados a la Obra de socorro de los obreros italianos que emigraban a las regiones europeas a un Superior elegido y facultado para ello por la S. C. Consistorial; y para que los italianos emigrantes en el lugar de su destino pudieran reconocerse con mayor seguridad y se unieran mas facilmente en su vida diaria con los catolicos, mando que se les proporcionara antes que abandonaran a los suyos, cierta cédula o tésera eclesiastica.


49. La Pia Sociedad de Misioneros de San Carlos para los emigrantes italianos.

Encargo, ademas, a la S. C. Consistorial la direccion de la Pia Sociedad de Misioneros de San Carlos, la cual habia de sacar de alli gran provecho; pues, el Cardenal, carisimo a Nuestro Corazon, Rafael Carlos Rossi, Secretario de la misma S. C. Consistorial, y que con toda justicia es considerado como el segundo fundador de los Misioneros de San Carlos compuso la adaptacion de las Constituciones de la Pia Sociedad al Codigo de Derecho Canonico, las cuales fueron aprobadas; la misma sociedad fue restituida al pristino estado religioso, con emision de votos; muchas casas nuevas fueron erigidas, especialmente para la formacion de los clérigos; algunas provincias religiosas y misiones fueron constituidas independientes, de resultas de lo cual aumentaron el numero de miembros y los campos de su apostolado en América, Europa y ultimamente también en Australia, tan rapidamente que se alienta la esperanza segura de que habra una asistencia cada dia mas solida y firme para los italianos emigrados.


50. Fomento de la "Obra de Apostolado de Mar".

Finalmente, este magnanimo Pontifice quiso con el testimonio de su benevolencia magnificar la "Obra de Apostolado de Mar", constituida al principio en la ciudad de Glasgow de Escocia, por el ano 1920, para bien espiritual, moral y social de los marineros, y enriquecerla con la aprobacion de la Sede Apostolica, el 17 de abril de 1922; y por cuanto ya se habia difundido ampliamente mediante no pocas reuniones celebradas y la ayuda de los Ordinarios que a ellas se sumaba, Nos mismo gustosamente decretamos el 30 de mayo de 1942 que esta Obra disfrutara y gozara en adelante de la direccion de la S. C. Consistorial. 6. La obra de Pio XII


51. El predominio de la fuerza y ocupacion ilegitima de paises.

Para prolongar esta exposicion hasta Nuestro Pontificado, no resta sino que digamos algo sobre las realizaciones llevadas a cabo por la Iglesia en estos ultimos tiempos. Apenas fuimos elevados a la dignidad de la Sede Romana, se veian claramente, y esto esta comprobado, las ansias incontroladas de ensanchar con una audacia cada dia mas apasionada las fronteras nacionales y el deseo desenfrenado de ocupar, mediante la fuerza que no se apoyaba en el derecho, regiones ajenas; de alli que grandes masas fueron despiadada y cruelmente deportadas, oprimidos los pueblos y llevados a otras partes, excediendo los nuevos crimenes por mucho los antiguos.


52. La obra universal de caridad del Papa y de la Iglesia durante la guerra.

Pronto se desencadeno el torbellino de los tristisimos hechos o sea la cruelisima guerra. Entonces Nos emprendimos sin demora Nuestro ministerio de caridad y de paz. Con todo el ahinco posible, exhortando, conjurando, implorando y actuando ante los gobernantes de las Republicas, tratamos de impedir la horribilisima guerra; ya estallada y avanzando ella con furia terrible, luchamos de palabra y obra por mitigarla y frenarla a medida de Nuestras fuerzas. En esas deplorables circunstancias, nuestra Madre la Iglesia Catolica y cabeza de la comunidad universal de caridad, no falto a su oficio ni desilusiono la esperanza y segun su costumbre fue consuelo de los afligidos, refugio de los atormentados y patria de los desterrados. No dejamos, pues, tentativa por hacer para llevar alguna ayuda a los hijos dolientes cualquiera que fuese su condicion o nacion, aunque se oponian graves impedimentos y eran dificilisimos los tiempos; a los mismos judios exilados, que soportaban una violenta persecucion socorrimos con empeno.


53. La solicitud por los prisioneros de guerra y los desplazados.

Concedimos a los prisioneros, refugiados, desterrados y a los demas hijos Nuestros que por una causa u otra andaban errantes lejos de su patria, y especialmente a los tiernos ninos y los pobres huérfanos, en todas y cada una de las obras de caridad, por los iniciados o promovidas o recomendadas para subvenir las innumerables e inauditas calamidades y penalidades originadas por la guerra que afligian a casi todos los hombres. Mas como todos conocen bien estas obras -constan en documentos historicos- no hay por qué exponerlas detenidamente: séanos permitido, sin embargo, enumerar de paso algunas.


54. Las Oficinas, Consejos y Comisiones de socorro del Vaticano.

Apenas comenzado el conflicto armado, Nos, imitando los ejemplos de Nuestro Predecesor Benedicto XV, de cuyos servicios de caridad fuimos administradores en el furor de la primera guerra, creamos una Oficina especial en Nuestra Secretaria de Estado para ayudar por doquiera a todos los pobres y menesterosos; en el transcurso del conflicto procuramos la creacion de otra Oficina para buscar a los prisioneros y enviar y recibir informaciones y otros Consejos mas, entre los cuales Nos place recordar el Consejo para consolar a los desgraciados por la guerra especialmente los refugiados y detenidos en lugares de prision publica, reemplazado mas tarde por Nuestra Comision de Socorro s a todos los indigentes. Conviene tener presentes aqui también las "Misiones" para Alemania y Austria, mas de una vez estimuladas por Nuestra Secretaria de Estado, especialmente con el fin de atender la salud de los refugiados y desplazados.


55. La Pontificia Oficina de Migracion y la Oficina en Ginebra.

Mas por cuanto de dia en dia urgia mas la necesidad, puesto que los asuntos no se habian arreglado aun en definitiva paz, se procuro socorrer a la multitud de los refugiados de los cuales muchisimos se hallaban impedidos de volver a su casa y como no pocos hombres de las naciones mas populosas acuciados por la indigencia, deseaban emigrar al extranjero, establecimos por decreto una Oficina de Migracion en la misma Secretaria de Estado la que abarca dos secciones, una para la emigracion libre y otra para la emigracion forzosa. A la Oficina de migracion en la ciudad de Ginebra, Nos enviamos a un clérigo a fin de que asistiera a todas las reuniones o congresos internacionales qu e alli se celebran, y ultimamente, aprobamos la Comision Catolica de Emigracion a la que incumbe unir y confederar las fuerzas de todas las Asociaciones o Comités existentes en cualquier parte del mundo, favorecer las iniciativas y obras que ellas sostienen en favor de los emigrantes o desplazados, consolidarlas y coordinarlas.


56. Los Comités en favor de los refugiados.

No debe pasarse en silencio que en casi todas las jurisdicciones y diocesis se promovieron, por Nuestros Nuncios o Delegados u otros eclesiasticos enviados especialmente para el efecto, comités o comisiones en favor de los refugiados indigentes y también de los emigrantes, ayudando por cierto los Ordinarios o ministros sagrados o miembros de la Accion Catolica y de otras Asociaciones de apostolado y hombres probos por cuya diligente actividad, que gustosamente elogiamos, ya vemos que han surgido muchisimos beneficios que han de contribuir a la proteccion de emigrantes y desplazados.


57. Ayuda a los refugiados en Palestina y a los arabes refugiados.

Nuevas causas de afliccion y duelo trajo la guerra, estallada en el ano 1948 en Palestina; refugiados sin cuento abandonaron lo suyo, azotados por inefables dolores y obligados en todas partes a ir a otras tierras, es decir al Libano, Siria, Jordania, Egipto y la region de Gaza; los que se vieron asociados por las comunes calamidades, ora ricos o pobres, ora fieles o carentes de la luz de la fe, ofrecian un espectaculo horrendo y deplorable. Nos, pues, en seguida proporcionamos consuelo, a medida que lo permitian Nuestros medios, consuelo que la Iglesia Catolica procuraba llevar por doquiera a los afligidos y abandonados. Para ese fin Nos creamos Nuestra Mision Pro-Palestina, por la cual, como ya se solia hacer en los tiempos apostolicos subvenimos hasta el presente dia por todas partes las necesidades de los arabes refugiados, valiéndonos particularmente de la Asociacion especial fundada por la Comision General de los Obispos de los Estados Unidos de Norteamérica.


58. Afanes por las personas desplazadas por la segunda guerra mundial.

Nos afanamos con todo empeno por disponer favorablemente los animos de todos en beneficio de los refugiados y desterrados como de hermanos mas indigentes: expusimos, pues, varias veces la miseria de su vida, vindicando sus derechos, y mas de una vez apelamos a la generosidad de todos los hombres especialmente de los catolicos en mensajes radiofonicos, en alocuciones o sermones, que, dada la ocasion, pronunciamos, y en cartas o epistolas dirigidas a los Arzobispos y Obispos. "Especialmente, parece estimular por el momento y urgir vuestra caridad y la del clero de Alemania -asi escribimos a los Venerables Hermanos Arzobispos y Obispos y Ordinarios de lugar de Alemania- la necesidad de atender con toda ayuda y auxilio del ministerio sagrado tanto a los refugiados de vuestra Nacion que viven en vuestra diaspora como a los refugiados extranos que, después de haber perdido a menudo los familiares, bienes, casas, estan obligados a tenderse en la mayoria de los casos en promiscuidad bajo carpas colocadas en los campos, arrastrando una vida miserable y aflictiva. A esa clase de projimos, agobiados dirijan los buenos alemanes sus ojos y espiritus, especialmente los ministros sagrados y socios de la Accion Catolica, para que aquéllos no echen de menos ningun servicio de Religion y caridad."


59. Denuncio el mismo problema en 1949 en la Enciclica "Redemptoris Nostri".

Igualmente, al hablar de los Santos Lugares en Palestina Nos quejamos acerbadamente en Nuestra Enciclica "Redemptoris Nostri" de este modo: "Efectivamente, todavia Nos llegan los lamentos de quienes justamente deploran danos y profanaciones de santuarios y sagradas imagenes, destrucciones de pacificas habitaciones de comunidades religiosas; nos llegan todavia los lamentos de tantos y tantos profugos de toda edad y condicion, a quienes la reciente guerra ha obligado a vivir en el destierro o ha esparcido por campos de concentracion, exponiéndolos al hambre, a las epidemias, a peligros de toda clase." "Nos no ignoramos lo que muchos organismos publicos y organizaciones privadas han hecho para aliviar la suerte de esa multitud que ha sufrido tanto. Y Nos mismos, continuando las obras de caridad que emprendimos desde el principio de Nuestro pontificado, hemos hecho y hacemos todo lo que podemos para satisfacer todas sus necesidades mas urgentes. Pero la situacion de estos profugos es tan incierta y tan precaria que no podra durar mucho. Por eso mientras exhortamos a todas las almas nobles y generosas para que socorran, segun sus posibilidades, a estos desterrados, enfermos y privados de todo dirigimos un calido llamamiento a aquellos a quienes corresponde proveer para que se haga justicia a cuantos, obligados por el huracan de la guerra, abandonaron sus casas y no ambicionan otra cosa que reorganizar sus vidas en paz."


60. Agradecimiento a todos, a Obispos, sacerdotes y fieles, especialmente Estados Unidos de Norteamérica y Australia.

Nos manifestamos en cambio, Nuestros mas profundos agradecimientos a Nuestros dilectisimos hermanos en el Episcopado, a los sacerdotes y a todos los ciudadanos de cualquier clase, a los magistrados publicos y las celosas organizaciones que con obras y consejos ayudaron a los hombres que por los mas diversos motivos se habian refugiado o emigrado. Entre otras, es preciso hacer mencion aqui de la Carta que enviamos gustosamente al Presidente de la Conferencia del Consejo General de los Obispos de los Estados Unidos de Norteamérica para Incremento de la Causa Catolica, y también la Carta quirografa que con Nuestras congratula ciones dedicamos a los Obispos de Australia, los cuales celebran el 50 Aniversario del comienzo auspicioso de la Confederacion de aquellos estados.


61. Insistencia ante los gobiernos, especialmente en favor de la justicia.

Nos dirigimos, ademas, con insistencia a los supremos gobernantes de los Estados, a los presidentes de organizaciones y a cuantos hombres rectos y bien dispuestos habia para que consideraran con mucho detenimiento y resolvieran el problema gravisimo de los refugiados y emigrantes, que removieran al mismo tiempo los peligros que a causa de la guerra corrian todos los pueblos y pensaran cuales eran los remedios que habian de aplicarse para reparar los males; ponderaran, finalmente, cuanto importaba a la sociedad humana que todos, uniendo ideas y esfuerzos, subsanaran rapida y eficientemente tantas de las mas urgentes necesidades de esos hombres infortunados, coordina ndo los postulados de la justicia con las exigencias de la caridad: "Ciertamente, muchas de las injustas condiciones existentes en el campo social puede de algun modo remediar la caridad, pero esto no basta. Pues, primero se necesita vigorizar la justicia, hacerla prevalecer y realmente lograr que se imponga."


62. Exposicion del derecho natural a la migracion.

Desde el principio de Nuestra aceptacion de la servidumbre apostolica dirigimos atentamente Nuestra mirada igualmente a todos los hijos emigrantes preocupandonos con toda la solicitud de Nuestro corazon tanto de su bienestar eterno como temporal. Por eso, en el 50 aniversario de la Enciclica "Rerum Novarum", en la fiesta de Pentecostés, el 1º de junio de 1941 hablamos del derecho de migracion, basado en la naturaleza de la misma tierra en que los hombres habitan; de ese discurso Nos place citar algunas sentencias (traducidas al latin): "En nuestro planeta, que posee tan extensos océanos, mares y lagos, con montes y llanos cubiertos de nieves y de hielos perpetuos, con dilatados desiertos y tierras inhospitas y estériles, no faltan, sin embargo, regiones y lugares vitales abandonados al capricho vegetativo de la naturaleza y que se prestan al cultivo por la mano del hombre, para sus necesidades y sus operaciones civiles; y mas de una vez es inevitable que algunas familias, emigrando de aca para alla busquen en otra region una nueva patria. En este caso, segun senala "Rerum Novarum", se respeta el derecho de la familia a un espacio vital. Donde esto suceda, la emigracion lograra -segun a veces confirma la experiencia- su fin natural, esto es, la distribucion mas favorable de los hombres en la superficie de la tierra que se preste para colonias de agricultores; superficie que Dios creo y preparo para el uso de todos. Si las dos partes, la que concede permiso para dejar el lugar de origen y la que admite a los emigrados, se mantienen lealmente solicitas para eliminar cuanto pudiere impedir que nazca y se desarrolle la verdadera confianza entre el pais de emigracion y el pais de inmigracion, todos los que participen en tal cambio de lugares y de personas reportaran sus ventajas: las familias recibiran un terreno que para ellas sera tierra patria en el verdadero sentido de la palabra; las tierras de densa poblacion se veran aligeradas, y sus pueblos se crearan nuevos amigos en territorios extranjeros; y los Es tados que acogen a los emigrados se habran ganado unos laboriosos conciudadanos. De esta suerte, las Naciones que dan emigrados y los Estados que los reciben contribuiran a porfia al incremento del bienestar humano y al progreso de la civilizacion. Volvimos al senalar esos mismos principios generales de derecho natural, al ano siguiente, en la Alocucion de la Natividad de Nuestro Senor Jesucristo ante el Sacro Colegio de los Padres Purpurados y la reunion de Obispos.


63. Insistencia en el derecho natural de migracion a los Obispos de Estados Unidos de Norteamérica

El 24 de diciembre de 1948, empero, escribimos sobre este tema abiertamente a los Pastores sagrados de los Estados Unidos de Norteamérica lo que sigue: "Sabéis con qué angustiosos pensamientos y ansiedad Nos preocupamos de los que por la subversion del orden publico en su patria o urgidos por la falta de trabajo y alimento abandonan sus domésticos lares y se ven constrenidos a trasladar su domicilio a naciones extranas. El amor al género humano aconseja no menos que el derecho natural el que los caminos de la emigracion se franqueen para ellos, pues, el Creador de todas las cosas creo todos los bienes principalmente para beneficio de todos: por eso, aunque el dominio de cada uno de los Estados debe respetarse no debe aquel domino extenderse de tal modo que por insuficientes e injustas razones se impida el acceso a los pobres, nacidos en otras partes y dotados de sana moral en cuanto esto nos se oponga a la publica utilidad pesada con balanza exacta." "Vosotros conscientes de Nuestra advertencia, hace poco os empenasteis y esforzadamente lograsteis que, a fuerza de un provido decreto al cual esperamos han de seguir otros mas amplios, no pocos desterrados de su tierra podran entrar en vuestro pais e igualmente atendéis, mediante la labor apropiada de hombres excelentes, a los emigrantes, sea cuando partan de su casa, sea cuando arriben a vuestras playas, convirtiendo en bella realidad aquel precepto de benevolencia sacerdotal: "Es deber del sacerdote no perjudicar a nadie y querer servir a todos".


64. El Papa siente la angustia del problema de desplazados e insiste en una paz justa también para los refugiados.

A nadie, que oyo las palabras pronunciadas por Nos tanto en la Vigilia de la Natividad de Nuestro Senor en el ano 1945 como en las Alocuciones dirigidas a los Cardenales recién creados, el dia veinte de febrero de 1946 y al Colegio de los representantes ante la Santa Sede, el dia 25 de ese mismo mes, a nadie, decimos, podra escapar con qué angustia y desasosiego del corazon se conmovia el Padre de todos los fieles. En esas alocuciones y mensajes radiofonicos condenamos con palabras enérgicas los principios del "Totalitarismo" e "imperialismo" del Estado como también las doctrinas de un desorbitado "nacionalismo" por cuanto el los, mientras por un lado restringen, a su arbitrio, el derecho natural de los hombres a la emigracion y la fundacion de colonias, por el otro obligan a pueblos salir de otras parte, deportando a los habitantes contra su voluntad y osan criminalmente arrancar a los ciudadanos a su familia, su hogar y su patria. En la recordada alocucion dirigida a los representantes y embajadores de diferentes naciones Nos quisimos refirmar una vez mas Nuestra voluntad, ya antes a menudo manifestada, en presencia de esa solemne reunion, de propiciar una paz justa y segura; el otro camino que senalamos para alcanzar esa paz favorece las mutuas relaciones entre los pueblos de tal modo que permite, finalmente, regresar a casa a los desplazados y refugiados y a emigrar a otras regiones a los que carecen de fortuna o sea los que, en casa, se hallan destituidos de lo necesario para la vida.


65. Alegato papal en favor de la migracion, especialmente la del Japon.

En la Alocucion a los Padres Purpurados en la festividad de Nuestro Patrono, pronunciada el mismo ano volvimos a invitar a las Naciones que se distinguieron por la vastedad de su territorio y carecen de un correspondiente numero de habitantes a que aceptaran hombres que viven en regiones superpobladas, entre las cuales, como a nadie escapa, figura actualmente en especial el Japon. Lo mismo auspiciamos en la Vigilia de la Natividad de Nuestro Senor, el ano 1948: "Debe favorecerse la emigracion de familias, deciamos, en regiones que pueden proporcionarles lo necesario para la vida, mas bien que enviar a los profugos las enormes erogaciones de los impuestos". Por eso exhortamos nuevamente a los Senadores de los Estados Unidos de Norteamérica que trabajan en el Departamento Pro-Inmigracion, hace algunos anos venidos a Roma, a que trataran de aplicar en cuanto estuviera a su alcance, con mayor liberalidad las leyes muy severas que vigian acerca de la inmigracion en su pais Nos no omitimos proclamar y urgir lo mismo a los ilustres legisladores del Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica que presiden los asuntos de los refugiados emigrantes de Europa y recibimos gustosos a los adscriptos a la Comision de la direccion de gastos; y de nuevo hace poco, cuando dirigimos un discurso al amado pueblo del Brasil el dia 4 de junio del ano en curso.


66. Normas internacionales de migracion.

Nos insinuamos también que era muy oportuno dar normas o reglas internacionales que favoreciesen la emigracion, en la Alocucion dirigida el 2 de julio de 1951 a los asistentes al Congreso Internacional de los Catolicos, celebrado en Roma para mejorar las condiciones de vida de los campesinos. Mas tarde, en la Audiencia concedida a algunos hombres preclaros que se habian reunido en Congreso en Napoles para tratar el problema de la emigracion, les expusimos la gravedad de este problema.


67. Enumeracion de las obras Pontificias en favor de prisioneros y desplazados.

Por eso damos gracias eternas a Dios dador de los bienes que asistio benignamente a su Santa Iglesia. Con su divino auxilio después de solicito estudio y trabajo de todos los Consejos u Oficinas se han podido llevar a cabo, entre otras cosas, los siguientes proyectos de beneficencia y obras de piedad: Las colonias de verano para ninos y ninas aun con constante alimentacion, las cuales recibian con atencion plena también a los ninos de los emigrados que venian de varias naciones; Instituciones de amparo de huérfanos o infantes en desgracia por la guerra; Cocinas o comedores para alimentar a los indigentes; albergues para recibir a los refugiados recién vueltos o prisioneros que regresaban a su patria, y asistencia a hombres y a sus familias que iban a emigrar al extranjero; aguinaldos entregados por Nuestra orden a ninos y cautivos, becas concedidas a jovenes de cualquier nacion a fin de que, lejos de su patria, en las Universidades extranjeras pudieran reemprender los estudios interrumpidos por la fuerza; no pocas reuniones en varias naciones europeas para llevar ayuda, alimentos, vestidos y medicinas a los indigentes y a los perjudicados por la guerra; hogares de recreo para los soldados que lejos de su patria hacen el servicio de armas.


68. Extension de los servicios de socorro en los edificios Pontificios en Roma.

Cuando, rugiendo aun la horrible guerra, una enorme muchedumbre de hombres, ninos, mujeres, enfermos y ancianos que salian de las ciudades y pueblos destruidos por incursiones enemigas, especialmente de las tierras despobladas de Italia, casi hora a hora confluian en Roma para pedir salvacion y amparo al Padre comun, Nos ensanchamos en forma, la mas amplia posible, los ambitos de la caridad; pues, tocaba Nuestro corazon tanto gemido de desterrados y refugiados, y, conmovidos por la compasion Nos hacia repetir aquella queja del Senor: Siento compasion de la muchedumbre... . Por eso todos Nuestros edificios, sea los del Vaticano, sea los del Letran, sea principalmente los de Castelgandolfo y las casas anejas a las Basilicas Romanas, los Institutos de los religiosos, los Seminarios y Colegios eclesiasticos de la Urbe estaban entonces abiertos de par en par. Por tanto, mientras casi el mundo universo ardia en odios implacables y derramaba sangre hermana la Urbe sagrada de Roma y los edificios recién nombrados se convirtieron en sede y domicilio de caridad.


69. Resumen de las obras papales a favor de prisioneros, desplazados y emigrantes.

Nos fue dado, ademas consolar a innumerables soldados y prisioneros con iniciativas religiosas y caritativas; recrear a sus capellanes mediante auxilios espirituales; restituir a los desplazados a su patria; devolver a la libertad ciudadanos inermes, perjudicados sin razon por el exilio y las cadenas; liberar de la carcel y de la segura muerte a los deportados a lejanas regiones; preparar los viajes para los refugiados o los emigrantes a regiones extranjeras hospitalarias; ofrecer techo a los clérigos y presbiteros profugos que mucho habian sufrido por la fe apostolica y la unidad catolica, y asignar a los expulsados de su patria un nuevo campo de apostolad o entre sus compatriotas emigrados o exiliados; atender en toda forma posible a los muchos emigrados y especialmente obreros que por su trabajo vivian fuera de su patria; sostener y proteger la tierna vida de los infantes y curar la salud de los enfermos; dar sepultura a los restos sagrados de los que murieron en la guerra, cuidar las cenizas amadas y devolverlas a su patria.


70. Agradecimiento y audiencias.

Por eso quisimos profesar también Nuestra gratitud a todos los que habian correspondido con largueza a Nuestro llamado aunque ellos mismos se sintieran agobiados de tantos males privados y publicos. Con emocionada recordacion evocamos hasta el dia de hoy a la inmensa multitud de hombres que en plena guerra confluia a Roma y a los infortunados hijos, desterrados o detenidos en campos de prision que desde muchos paises europeos acudian en peregrinacion a Roma para ganar indulgencias expiatorias, los admitimos gustosos a una audiencia y, hablandoles como Padre secamos sus abundantes lagrimas y alentamos a la esperanza cristiana su exacerbado animo.


71. Los tiene presentes y reza por ellos.

Una y otra vez pensamos con el corazon contristado en Nuestros amadisimos hijos los Obispos, sacerdotes, sagradas virgenes, criminalmente arrancados a su sede o domicilio, y a los demas condenados a la prision o trabajos y obligados a una condicion de vida por demas inhumana. Todos esos pobres hombres errabundos cuya suerte Nos angustia incesantemente encomendamos en Nuestras oraciones constantemente al Padre eterno y a Nuestro dulcisimo Redentor que es fuente de toda consolacion, a fin de que se sientan recreados por celestiales dones y consuelos, implorando al mismo tiempo a Dios también para que los que, refugiados, prisioneros o desterrados, fueron arrebatados lejos de sus patrios lares, puedan cuanto antes volver a su dulcisima patria.


72. Prelados, directores pontificios de las obras. Ademas, creiamos cumplir una parte urgente de Nuestra mision eligiendo a algunos clérigos recomendados por su celo los cuales debian promover con fervor el bien espiritual de las colonias de compatriotas establecidas lejos de su tierra y que todo lo que sacerdotes de su mismo idioma habian de emprender dirigieran y consolidaran; con agrado ya hemos visto que estos Prelados provistos por Nos de un peculiar mandato como de Visitadores y munidos de las necesarias facultades ya han cumplido nuestros deseos.


73. Obra de ayuda de Holanda e Italia y "Cooperacion sacerdotal" de Espana.

Entre tanto, con mucho gozo de Nuestro espiritu Nos supimos que la Obra de ayuda a los emigrantes, que los Obispos de Holanda procuraron levantar, ya colaboro intensamente al bien de los fieles que desde ese pais desean emigrar a otras tierras o que emigraron anteriormente; que ha crecido a la vez el numero de sacerdotes que se dirigieron especialmente a Bélgica, Francia, Alemania, Suiza, Holanda, Gran Bretana como también a las lejanas regiones de América no solo para socorrer a los compatriotas emigrados, sino también colaborar en la cura de almas de los del pais en que solo se dispone de un numero muy reducido de ministros sagrados como por ejemplo en algunas d iocesis de la América Latina. Parece que han de destacarse honrosamente con una mencion especial los Obispos italianos dado que permitieron, obedeciendo a la exhortacion de la S. C. Consistorial, que uno que otro de sus sacerdotes fuese enviado al extranjero, y también los Prelados espanoles a cuyo celo hay que atribuir la Obra de la Cooperacion sacerdotal entre Espana y América, nacida en nuestros tiempos.


74. La Colaboracion de las ordenes y congregaciones religiosas y la Sociedad de Cristo de Gnesen.

Para que nadie crea que las familias religiosas hayan contribuido a esto unicamente en pequena escala, baste solo senalar que los Regulares, ofreciéndose espontaneamente a los sacerdotes seculares y los Prelados cual socios de sufrimiento y labores, partieron en mayor numero que antes a tierras lejanas, y cooperando con su acostumbrado celo, se granjearon hondo reconocimiento. A las ordenes antiguas y los Clérigos regulares, a las Congregaciones y Sociedades mas recientes, muy conspicuos en este género de apostolado, se anadio poco ha, con la aprobacion de la Sede Apostolica, la Sociedad de Cristo para emigrantes fundada en la diocesis de Gne sen ya por el ano 1932 para encargarse de la cura de almas de los polacos que viven lejos de su patria.


75. En favor de maronitas, rutenos y lituanos.

Dedicando Nuestra asidua solicitud a Nuestros hijos orientales desplazados, entre otras cosas, erigimos el vicariato patriarcal de los maronitas en la diocesis maronita de El Cairo para los fieles maronitas que con frecuencia emigran desde el Libano a Egipto o que alli tienen su domicilio estable; igualmente dividimos en tres el exarcado de los rutenos en la jurisdiccion del Canada, y constituimos los tres exarcados el Central, el del Este y el del Oeste, separando después del Central una parte del territorio, establecimos un nuevo exarcado, y ultimamente, erigimos el Ordinariato para los fieles del rito oriental que viven en el Brasil. Procuramos, ademas, la creacion del Colegio Lituano de San Casimiro en Roma para recoger a los clérigos y eclesiasticos que huyen de esa region.


76. Dos patronos celestiales de migracion.

Finalmente, con gran gozo de Nuestro corazon constituimos a San Francisco de Paula especial patrono celestial ante Dios de las Universidades que dirigen la atencion espiritual de la gente de mar, de las companias de navegacion y de todos los armadores de la jurisdiccion de Italia; decretamos los honores de los santos a beata Francisca Javiera Cabrini y la declaramos Patrona celestial ante Dios de todos los emigrantes.


77. Resumen de la parte historica.

Todas estas oportunas providencias de la Sede Apostolica y de los pastores realizadas con la entusiasta cooperacion de los sacerdotes, religiosos y fieles -cuyos nombres, si bien es verdad que, por lo general, no figuran en las paginas de la Historia, estan, sin embargo, escritos en el cielo- eran muy dignas de que se recordasen aqui y se narrasen, aunque nada mas que brevemente, para que aparezca con toda claridad la universal y benéfica obra de la Iglesia realizada con los emigrantes y exilados de todo género, a los cuales la Iglesia, sin ahorrar ningun trabajo, ha atendido siempre con su asistencia religiosa, moral y social. Todo lo cual era necesario recordar particularmente en estos tiempos en que la provida actividad de la Madre Iglesia es atacada tan satanicamente por los adversarios, olvidando y despreciando sus obras aun en la misma region de la caridad en la cual ella fue la primera en desbrozar el terreno y se la dejo después frecuentemente sola en el trabajo.


PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - DAL NOSTRO CUORE