Aquino: I Corintios 59

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1Co 14,13-17)

Lección 3: 1Co 14,13-17

Tanto en la oración privada como en la publica se ve que la profecia es mas excelente que las lenguas.

13. Por tanto, el que habla én lenguas pida el don de interpretar.
14. Porque si oro en lenguas, mi respiración ora, pero mi mente queda sin fruto.
15. Entonces ¿qué hacer? Oraré con la boca, pero oraré también con la mente. Salmodiaré con la boca, pero salmodiaré también con la mente.
16. Porque si no alabas sino con palabras que exhalas, ¿quién suplira a los sencillos? ¿Como dirán amén a tu alabanza si no saben lo que dices?
17. Porque tu, ciertamente, bien que das gracias, pero el otro no se edifica.

Ya mostro arriba el Apóstol la excelencia del don de profecia sobre el don de lenguas, con razónes tomadas de parte de la exhortación, y ahora demuestra lo mismo con razónes tomadas de parte de la oración, pues, en efecto, estas dos cosas, la oración y la exhortación, las ejercitamos con la lengua.

Para esto procede de dos maneras. Primeramente prueba con razónes la excelencia de la profecia sobre el don de lenguas; y en segundo lugar con ejemplos, por lo cual dice: Doy gracias a mi Dios, etc.

Y en cuanto a lo primero procede también de dos modos. En primer término pone la necesidad de la oración; y luego hace ver que en la oración vale mas el don de profecia que el don de lenguas. Porque si oro en lenguas, etc.

Así es que primero dice: Dije que el don de lenguas sin el don de profecia carece de valor, y por lo mismo, como el interpretar es lo propio de la profecia, que es mas excelente que aquél, el que habla en lenguas desconocida o extrana, o de ocultos misterios, pida, es claro que a Dios, el don de interpretar, o sea, que se le dé la gracia de interpretarse. Orad para que Dios nos abra una puerta (Colos. 4,3).

La Glosa explica el pida de otra manera. En efecto, orar o pedir se entiende de dos maneras: o como suplicarle a Dios, o como persuadir, como si dijera: E! que habla en lenguas, pida, ore, o sea, de tal manera persuada que interprete, y en este sentido toma aquí la Glosa el orar, en todo el capitulo.

Pero no es esta la intención del Apóstol, sino que sea una insistente suplica a Dios. Porque si oro, etc. Aquí muestra que al orar mas vale la profecia que el don de lenguas, y esto de dos maneras. Primeramente por razón tomada de parte del mismo que ora; en segundo lugar, por razón tomada de parte del que oye: Porque si no bendices, etc.

En cuanto a lo primero, a la vez, procede doblemsn-te. Primeramente da la razón de lo que quiere demostrar; y luego rechaza la objeción: Entonces ¿qué hacer? Sobre lo primero es de saberse que de dos maneras es la oración. Tenemos la oración privada cuando uno ora. dentro de si mismo y por si mismo. Y la oración publica cuando se ora ante el pueblo y por los demás; y en ambas oraciones puede usarse del don de lenguas y del don de profecia. Y se trata de demostrar que en una y otra oración vale mas el don de profecia que el don de lenguas.

Y primeramente en la oración privada diciendo que si hay allí un sencillo o profano, quien haga su oración salmodiando o diciendo Pater noster pero no se entienda lo que dice, ese tal ora en lenguas y lo mismo le da orar con palabras que el Espíritu Santo le conceda a ét que con palabras de otros; pero si es otro el que ora y entiende lo que dice, éste ora y profetiza. Y es claro que mas gana el que ora y entiende que el que solo con la lengua ora, o sea, el que no entiende lo que dice.

Porque quien entiende se renueva en su mente y en su afecto; y en cambio la mente del que no entiende se queda sin fruto de renovación. De aquí que como es mejor el renovarse en mente y afecto que tan solo en el afecto, resulta claro que en la oración vale mas el don de profecia que el solo don de lenguas. Esto lo expresa diciendo: Digo que pida el don de interpretar. Porque si oro en lenguas, o sea, si para orar uso el don de lenguas, de modo que digo algo que no entiendo, entonces mi espiritu, esto es, el Espíritu Santo que se me da, pide que me incline y mueva a pedir. Y con tal oración no dejo de ganar, porque el hecho mismo de que me mueva por el Espíritu Santo es meritorio para mi. Pues nosotros no sabemos pedir lo que conviene; pero el propio Espíritu Santo nos hace suplicar (Rm 8,26). O también: Spiritus meus, mi espiritu, esto es, mi razón, me indica que hable cosas que son para bien, o con palabras propias mias, o de los otros santos. O también: Spiritus meus, mi espiritu, esto es, la facultad imaginativa, pide, en cuanto voces o semejanzas de las cosas corporales son tan solo en la imaginación sin aquello por lo que se entiendan por el entendimiento; y por eso añade: pero mi mente, esto es, mi entendimiento, queda sin fruto, porque no entiende. Por lo que en la oración es mejor la profecia o interpretación que el don de lenguas. Pero ¿es que cuando alguien ora y no entiende lo que dice se queda sin el fruto de la oracion?

Debemos decir que es doble el fruto de la oracion-Un fruto es el mérito que le resulta al hombre; el otro fruto es la espiritual consolación y la devoción que se alcanza por la oración. Ahora bien, en cuanto al fruto de la espiritual devoción se priva quien no atiende a lo que ora o que no lo entiende; mas en cuanto al fruto del mérito no se puede decir que se prive, porque si así fuera muchas oraciones quedarian sin mérito, pues con dificultad puede decir el hombre un Pater noster sin que sea reclamada la mente por las demás cosas. Por lo cual debemos decir que cuando el que ora se distrae a veces de lo que dice, o cuando alguien en una obra meritoria no piensa de continuo en cada uno de sus actos que la hace por Dios, no pierde la razón del mérito. Y así es porque en todos los actos meritorios que se ordenan a un fin recto no se requiere que la intención del agente se una al fin en cada acto, sino que la primera energia que mueve la intención permanezca en la obra entera aun cuando a veces en algo particular se distraiga; y esa primera energia hace meritoria toda la obra a no ser que se interrumpa por una afección contraria que del fin predicho lleve a un fin contrario.

Pero la atención es triple. Una es respecto de las palabras que dice el hombre, y ésta a veces dana en cuanto impide la devoción; otra es con relación al sentido de las palabras, y ésta dana, aunque no es muy nociva; y la tercera es con relación al fin, y ésta es la mejor y cuasi necesaria.

Sin embargo, estas palabras del Apóstol: la mente se queda sin fruto se entienden del fruto de renovación. Entonces ¿qué hacer?, etc. Porque puede alguien decir: Si orar con la lengua es algo sin fruto de la mente y sin embargo la boca ora, ¿por qué, en consecuencia, no hay que orar con la boca?

El Apóstol lo resuelve diciendo que se debe orar de las dos maneras, verbal y mentalmente, porque el hombre debe servir a Dios con todo lo que de Dios tiene; y como de Dios tiene respiración y mente, por lo mismo de una y otra manera debe orar. Con todo su corazón alabo al Señor, etc. (Si 47,10). Por lo cual dice: Oraré con la boca, pero oraré también con la mente; salmodiaré con la boca, pero, etc.

Y dice oraré y salmodiaré, porque la oración o es una deprecación, y a esto se refiere el oraré, o es para alabar a Dios, y a esto se refiere el salmodiaré. Sobre estas dos cosas dice Santiago (5,13): ¿Sufre alguno entre vosotros? Que ore. ¿Esta alguno alegre? Que cante salmos. Y en el Salmo 91,2: Bueno es salmodiar, etc. Así es que oraré verbalmente, esto es, con la imaginación, y con Sa mente, esto es, con la voluntad. Porque si no alabas sino con la respiración, etc. Esto muestra en segundo lugar que el don de profecia vale mas que el don de lenguas, aun en la oración publica, la cual se da cuando el sacerdote ora publicamente, y a veces dice cosas que no entiende, y a veces cosas que entiende. Y sobre esto procede el Apóstol de tres maneras.

Primeramente da la razón; luego ia pone a la vista: ¿Como dirán amén?, etc.; y por ultimo prueba lo que había supuesto: Si no saben lo que dices.

En efecto, dice así: Dije que el don de profecia en. la oración privada vale mas, porque si no alabas, etc., y también en la publica, porque si no alabas sino con la respiración, esto es, en una lengua que no se entienda, o con la imaginación, y movido por el Espíritu Santo, ¿quién suplira a los sencillos? Sencillo es propiamente aquel que no conoce sino la lengua materna: como si dijera: ¿quién dira aquello que debe decir allí el sencillo?, o sea: Amén. Y por eso dice: ¿como dira amén a tu alabanza?, lo que la Glosa explica así: ¿como se pondra en armonía con la alabanza hecha por ti en representación de la 1glesia? Quien sea bendecido en la tierra sera bendecido en Dios. Amén (Is 65,16). Amén es lo mismo que hagase, o así es; como si dijera: Si no entiende lo que dices, ¿como asentira a lo que dices? Puede alguien asentir, aun sin entender, pero tan solo en general, no en concreto o en especial, porque no puede entender qué cosas buenas dices ni qué es lo que tan solo bendices. Pero ¿por qué no se han de dar las bendiciones en lengua vulgar para que se entiendan por el pueblo y se adecue éste mejor a ellas?

Debemos decir que esto así fue felizmente en la 1glesia primitiva, pero estando ya instruidos los fieles y sabiendo qué es lo que oyen en el oficio comun, se dicen las alabanzas en latin.

Consiguientemente, prueba el Apóstol por qué no se puede decir Amén cuando dice: Porque, ciertamente, bien que tu das gracias, esto es, aunque tu des bien gracias a Dios en cuanto entiendes; pero otros, que oyen y no entienden, no se edifican, en cuanto no entienden en especia!, aunque en general entiendan y se edifiquen. No saiga de vuestra boca palabra danosa, sino la que sea conveniente para la edificación de la fe (Efes. 4,29). Y por lo mismo es mejor que no solo con la lengua se alabe, sino que también se interprete y se ponga a la vista, aunque tu que das gracias, bien lo hagas.

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1Co 14,18-22)

Lección 4: 1Co 14,18-22

Da gracias por el don de lenguas que Dios le ha dado, proponiéndoseles como ejemplo.

18. Gracias doy a Dios porque hablo todas las lenguas de vosotros.
19. Pero prefiero hablar en la 1glesia cinco palabras con sentido para instruir a los demás que diez mil palabras en lenguas.
20. Hermanos, no seáis niños en los juicios; sed niños en cuanto a malicia, pero maduros en los juicios.
21. Esta escrito en la Ley: Hablaré a este pueblo en lenguas extranas y por labios extranjeros, y ni aun así me escucharan, dice el Señor.
22. Así pues, las lenguas sirven de señal no para los creyentes sino para los infieles; en cambio, la profecia, no para los infieles, sino para los creyentes.

Aquí muestra el Apóstol la excelencia del don de profecia respecto del don de lenguas por razónes tomadas de parte de él mismo. Y para esto procede de dos maneras.

Primeramente da gracias por el don de lenguas que Dios le ha dado; y luego se les propone él mismo como ejemplo: Pero en la 1glesia prefiero, etc. Así es que dice: Gracias doy, etc., como si dijera: No es que desprecie el don de lenguas con decir que el don de profecia sea mas excelente, sino que debe tenerse por de mucho precio. Por lo cual también yo gradas doy a Dios, etc. Pues débense dar gracias de todo. En todo dad gracias, etc. (1Th 5,18). Y: Gracias doy a Dios, etc.. Como si dijera: no menosprecio el don de lenguas como si de él careciera, pues también yo lo tengo, por lo cual dice: gracias doy a Dios. Y para que no se crea que todos hablaban una sola lengua, dice: porque hablo todas las lenguas de vosotros (Hablaban los Apostoles en varias lenguas, Hechos 2,6). Pero en la iglesia, etc. Aquí se pone él mismo como ejemplo, como si dijera: Si yo tengo también el don de lenguas como vosotros, debéis hacer lo que yo hago. Y yo quiero, esto es, prefiero, hablar en la 1glesia cinco palabras, o sea, muy pocas, pero con mi percepción, es decir, con mi inteligencia, de modo que yo entienda y sea entendido, y así instruya a los demás, que no diez mil palabras, a sea, una multitud de palabras en lenguas, lo cual, como quiera que sea, no es hablar al entendimiento, como quedo ya expuesto arriba.

Algunos opinan que el Apóstol dice cinco porque parece querer expresar que prefiere decir una sola oración para el entendimiento que muchas sin inteligencia. Pues la oración, según los gramaticos, para hacer sentido perfecto debe constar de cinco partes, a saber: sujeto, predicado, copula verbal, determinación del sujeto y determinación del predicado.

A otros les parece mejor que como hablar con la inteligencia es para enseñar a los demás, exige cinco cosas porque el doctor debe enseñar cinco cosas, a saber: lo que se debe creer (Así has de enseñar y exhortar, etc. Tito 2,15); lo que se debe obrar (Id, pues... enseñandoles a guardar todo lo que Yo os he mandado,Mt 28,19-20); lo que se debe evitar, esto es, los pecados (Como de serpiente huye del pecado,Si 21,2 Revela mi pueblo sus iniquidades,Is 58,1); lo que se debe esperar, esto es, la merced eterna (De esta -salvación investigaron e indagaron los profetas, que profetizaron sobre la gracia destinada a vosotros,1 Pedro 1,10); lo que se debe temer, esto es, las penas eternas (Id, malditos, al fuego eterno, etc.Mt 25,41).

Hermanos, no seáis niños, etc. Aquí muestra la excelencia del don de profecia sobre el don de lenguas, con razónes tomadas de parte de los infieles. Y para esto procede de dos maneras. Primero excita la atención, y los vuelve atentos; y luego argumenta a propósito: ¿Qué esta escrito en la ley?

Acerca de lo primero vemos que el Apóstol les quita ..el manto de excusa a quienes enseñan cosas vanas y superficiales queriendo hacerse pasar por inocentes, sin1 preocuparse por lo tanto de penetrar al fondo conforme a la verdad de las cosas, el cual no alcanzan, alegando para esto las palabras del Señor: Si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt 1 Mt 8,3). Tal cosa la excluye el Apóstol diciendo: No seáis niños en los juicios, o sea, no queráis hablar y enseñar cosas pueriles e inútiles y tontas. Cuando yo era niño, Hablaba como niño, etc. (1Co 13,1 1Co 1). Mas ¿como debéis haceros como niños? Con el afecto, no con el entendimiento. Por lo cual dice: Pero en cuanto a malicia. Porque ya sabemos que los niños no proyectan cosas malas, y así es como debemos hacernos niños; por lo cual dice: sed niños en cuanto a malicia. Pero les falta pensar en cosas buenas, y no es así como debemos ser niños, sino mas bien varones perfectos, por lo cual añade: pero maduros en los juicios, esto es, en cuanto a distinguir los bienes y los males, sed perfectos. Por eso dice en Hebreos 5,14: El manjar solido es para los perfectos o adultos. Así es que ho se alaba en vosotros la simplicidad que se oponga a la prudencia, sino la que se opone al engano. Por lo cual dice el Señor (Mt 10,16): Sed prudentes como la serpiente. Quiero que seáis ingeniosos para el bien e inocentes para el mal (Rm 16,19). Por lo cual, cuando dice: Esta escrito en ia Ley, argumenta a propósito, y debemos saber que su argumentación, como se ve por la Glosa, incluye muchas aplicaciones; pero según la intención del Apóstol no parece que en este lugar atienda sino a una razón. Y la razón que da para probar que el don de profecia es mas excelente que el don de lenguas es el siguiente: Todo lo que valga mas para aquello a lo que otra cosa principalmente se ordena es mejor que esta otra ordenada a lo dicho; y el don de profecia, como el don de lenguas, se ordena a la conversión de los infieles; pero mas eficaces son para esto las profecias que el don de lenguas; luego la profecia es mejor.

Mas en cuanto a esta razón procede el Apóstol de dos maneras. Primero muestra a qué se ordena el don de lenguas; y a qué se ordena el don de profecia; en segundo lugar, que vale mas el don de profecia: Si, pues, se reune tocia la asamblea, etc. (1Co 14,23). Dos cosas hace acerca de lo primero. Desde luego hace admitir la autoridad. Y luego, apoyado en la autoridad, arguye a propósito: Así pues, las lenguas, etc.

Por lo que ve a lo primero se debe saber que estas palabras: ¿Qué esta escrito en la Ley? se pueden leer o interrogativamente, como si dijera: no debéis haceros niños en los juicios, sino adultos, y esto es ver y conocer la ley. En consecuencia, si sois perfectos en los juicios, conoced la ley, y en la ley lo que esta escrito sobre las lenguas: que suelen ser inútiles para aquello para lo que se les ordena, porque aun cuando se hable en diversas lenguas, por ejemplo al pueblo judio, sin embargo no oye el hombre, etc.

Puédese leer también indulgentemente: Esta escrito en la Ley. Como si dijera: No os agitéis como niños apeteciendo algo sin discernir si es bueno o menos bueno lo que tratáis de alcanzar y lo prefiráis a un bien superior, sino sed perfectos en los juicios, discernid entre los bienes y los bienes mayores, para que así tratéis de alcanzarlos.

Y así es, si pensáis lo que esta escrito en la Ley: En lenguas extranas hablaré, etc. (Así es que meditandola el juicio es perfecto,Sg 6,16).* Y dice en la Ley, ha tomando Ley estrictamente por los cinco libros de Moisés tan solo, como se toma en Luc. 24,44: Es necesario que se cumpla todo lo que esta escrito acerca de mi en la Ley de Moisés, etc., sino por todo el Antiguo Testamento, como se toma en Jn 15,25: Para que se cumpla lo que esta escrito en su iey: me han odiado sin motivo. Y esto mismo esta escrito en el Salmo 1 19. Sin embargo, este sentido esta tomado de Is 28,1 1, donde nuestro texto dice: Si, con palabras extranas y con iengua extranjera se hablara a este pueblo.

Así es que esta escrito que en lenguas extranas, esto es, en diversos géneros de lenguas, y por labios extranjeros, o sea, en diversos idiomas y modos de pronunciar, le hablaré a este pueblo, es decir, al judio, porque esta señal se dio especialmente para la conversión del pueblo judio: Ni así escucharan, porque con signos manifiestos no creyeron. Endurece el corazón de este pueblo, etc. (Is 6,10).

Pero ¿para qué les dio señales Dios, si no habían de convertirse? Sobre esto hay dos razónes. Una de ellas es que aun cuando no todos se convertirian, sin embargo algunos si porque no rechaza el Señor a su pueblo. La otra razón es que mas justa se manifestara la condenación de ellos siendo mas manifiesta su iniquidad. Si yo hubiera venido y no les hubiera hablado, etc. (Jn 15,22). Por lo tanto, cuando dice: Así pues, tas lenguas, etc., partiendo de la autoridad asentada argumenta a propósito, como si dijera: que el don de lenguas no se ha dado para que los fieles crean es claro por el hecho

* Traduzco directamente del texto de la Vulgata que reproduce Santo Tomas, apartandome de las traducciones modernas, que dicen otra cosa muy distinta.

de que ya creen (Ya no creemos por tus palabras, etc., Juan 4,42), sino para que los infieles se conviertan.

Mas en la Glosa vemos en este lugar dos exposiciones de San Ambrosio que no son literales; de las cuales una es la siguiente: Así como en el Antiguo Testamento le hablé al pueblo judio en lenguas, esto es, por figuras y con labios, prometiendo bienes temporales, así ahora, en el Nuevo Testamento, le hablo a este pueblo en otras lenguas, esto es, abierta y claramente, y con otros labios, o sea, espirituales, aunque tampoco asime oigan en cuanto a la multitud de ellos. Así pues, las lenguas se dan no para los infieles sino para los fieles, para hacer patente la infidelidad de aquéllos.

La otra exposición es ésta: En lenguas extranas, esto es, oscura y parabolicamente les hablaré para que los indignos no escuchen, esto es, no entiendan.

Por lo tanto es patente que la profecia se ordena a la instrucción de los fieles, que ya creen. Y por lo mismo las profecias se dan no para los infieles, que no creen (Señor, ¿quién dio crédito a nuestra noticia?,Is 53,1), sino para los fieles, para que crean y se instruyan. Hijo del hombre, yo te he dado por centinela a la Casa de 1srael (Ez 3,17). Cuando no hay profecia el pueblo se pierde (Pr 29,18).

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1Co 14,23-26)

Lección 5: 1Co 14,23-26

Muestra los inconvenientes que se siguen, en cuanto a los infieles, del don de lenguas y el bien del don de profecia en cuanto a ellos mismos.

23. Si pues se reune toda la 1glesia o asamblea y todos hablan en lenguas y entrán en ella ignorantes o infieles, ¿no dirán que estáis locos?
24. Por el contrario, si todos profetizan y entra un infiel o un ignorante, sera convencido por todos, juzgado por todos.
25. Los secretos de su corazón quedarán al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorara a Dios confesando que verdaderamente Dios esta en vosotros.
26. ¿Qué concluir, pues, hermanos? Cuando os reunis, cada uno de vosotros puede tener un salmo, una instrucción, un apocalipsis, un discurso en lenguas, una interpretación; pero que todo sea para edificación.

Según la Glosa aquí empieza otra razón en prueba de la tesis. Mas, conforme a lo ya dicho, no se ha dado sino una sola razón y en cierto modo no se ha manifestado sino la mitad de esa misma razón, esto es, que la profecia es mas eficaz para aquello para lo que especialmente se ordena el don de lenguas. De aquí que para esto procede el Apóstol de dos maneras:

Primeramente muestra los inconvenientes que del don de lenguas se siguen para los infieles: Si todos hablan en lenguas. Luego muestra el bien .que del don de profecia se sigue aun para los infieles: Por el contrario, si todos profetizan. El inconveniente que del don de lenguas sin profecia se sigue aun para los infieles es que tienen por locos a quienes hablen en solo lenguas, no obstante que el don de lenguas se ordena a la conversión de los infieles, como ya se vio, y para esto dice así: Por el contrario, si todos profetizan. Como si dijera: Esto demuestra que las lenguas no se deben preferir a las profecias, porque: Si se reune toda la 1glesia, es decir, todos los fieles, no solo corporalmente sino con la mente (La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma, Hechos 4,32), y todos, ya reunidos, hablan en lenguas, o sea, en idiomas extranos, o hablan cosas desconocidas y oscuras, y mientras así confusamente hablan entra algún ignorante, esto es, alguien que no entiende sino su idioma, o un infiel, por quien han sido dadas las lenguas, ¿no dirán que estáis locos? Porque lo que no se enriende se toma por locura. En efecto, si se entiende la lengua, las cosas que se dicen de ninguna manera son ocultas; pero lo malo esta en que no se expliquen, porque por hablar cosas ocultas pueden pensar de vosotros lo mismo que piensan de los gentiles: que lo que hacian en su rito propio lo ocultaban por su misma torpeza. Lo cual es también una cierta locura.

Objeción: En cuanto a los ignorantes es lo mismo hablar en lenguas que hablar en idioma culto; es así que en la 1glesia todos hablan en idioma culto, porque todo se dice en latin; luego parece que también esto es una locura.

Respondo: Por lo mismo era una locura en la primitiva 1glesia, porque erán rudos e ignorantes en materia de rito eclesiastico, puesto que no sabian lo que allí se hacia, si no se les explicaba. Pero en conveniente medida todos están instruidos, por lo cual, aun cuando todo se dice en latin, todos saben sin embargo lo que se hace en la 1glesia.

Consiguientemente, cuando dice: Por el contrario, si todos profetizan, muestra que se sigue el bien del don de profecia. Y para esto procede de tres maneras.

Primeramente muestra qué se sigue, en cuanto a los infieles, por el bien de la profecia; luego, muestra como se sigue eso: los secretos de su corazón, etc.; y en1 tercer lugar, añade qué efectos provienen de ello: Y, postrado rostro en tierra, etc.

Dice, pues: Consta que mediante el don de lenguas no se convence a los infieles. Por el contrario, o sea, pero si aquellos que se juntan profetizan, esto es, si hablan todos al entendimiento, o explican las Escrituras, o aun interpretan las revelaciones que han recibido; esto es, si todos, pero no simultaneamente, sino uno tras otro así profetizan; y entra, esto es, a la 1glesia, a la Asamblea, algún ignorante, o sea, quien no posea mas que la lengua materna, el bien que de ello se sigue es que sera convencido de algún error que se le muestra (Luego que me lo mostraste rne avergoncé, Jerem. 3 1,19), juzgado por todos los que profetizan, como si dijera que se muestra avergonzado de sus malas costumbres y de sus vicios.

El hombre espiritual, esto es, el maestro, lo juzga todo, etc. (1Co 2,15). Para estas dos cosas, en efecto, es la profecia: para confirmación de la fe y para corrección de las costumbres. Y de qué manera se sigue este bien del don de profecia lo añade al decir: Los secretos de su corazón. Lo cual se puede entender de tres maneras.

Un modo consistio, literalmente, en que algunos en la primitiva 1glesia tuvieron el don de saber los secretos de los corazónes y los pecados de los hombres. Por lo cual se lee que Pedro castigo a Ananias por fraude en el precio del campo (Ac 5,4-5). Y por esto se lee: los secretos de su corazón, etc. Como si dijera: se le convence porque los secretos, esto es, sus pecados secretos quedan al descubierto por aquellos que los revelan.

Otro modo ocurre cuando alguien toca en la predicación muchas cosas que los hombres llevan en su corazón, como se ve en los libros de San Gregorio, donde cada quien ordinariamente puede encontrar todos los movimientos de su corazón. Y conforme a esto se lee: Los secretos del corazón. Como si dijera: quedan convencidos porque los secretos de su corazón, esto es, los que llevan en el corazón (Así como en las aguas se refleja el rostro de quienes las ven, así se les manifiestan a los prudentes los corazónes de los hombres,Pr 27,19), se les manifiestan, o sea, son palpados por ellos.

Ocurre otro modo, porque a veces se dice que es secreto del corazón aquello en que uno duda y no puede por si mismo certificar. Y conforme a esto se lee: Los secretos de su corazón, esto es, aquellas cosas de las que en su corazón dudaba y que no creia se le manifiestan, pues yendo a la 1glesia se le hacen frecuentemente manifiestas, como de si mismo dice San Agustín (Conf., lib. 10, cap. 35): que iba a la iglesia unicamente por el canto, y sin embargo allí se le revelaban muchas de las cosas sobre las cuales dudaba y por las cuales no hubiera ido. Y de ello se seguia el saludable temor, pues completamente vencido le temia a Dios. Y el Apóstol dice esto así: Y postrado rostro en tierra, esto es, tan vencido quedaba, manifestandosele los secretos de su corazón, que postrado rostro en tierra adoraba a Dios (Y postrandose le adoraron,Mt 2,2), en señal de santo temor. De los reprobos se lee, en cambio, que caen hacia atras. La senda de los impios es tenebrosa y no saben donde se precipitan (Pr 4,19). Mas el elegido cae rostro en tierra porque sabe donde se prosterna y que es en señal de santo temor. Prorrumpieron en gritos de jubilo y cayeron rostro en tierra (Levit. 9,24 yMt 2,2). Ante él caerán en tierra los etiopes* (Ps 71,9). Y no solo mostrara santo temor de Dios, sino también a la 1glesia, confesando, dice el Apóstol, que verdaderamente Dios esta en vosotros, los que profetizáis en la 1glesia. Queremos ir con vosotros, porque hemos oído decir que Dios esta con vosotros (Zac. 8,23).

Esta claro, por lo tanto, que el don de profecia es mas útil en cuanto a los infieles.

¿Qué concluir, pues, hermanos? Aquí los instruye sobre el uso de los dichos dones. Y para esto procede de dos maneras.

Primeramente muestra como se deben portar en el uso de esos dones; y luego concluye con su principal propósito: Por lo tanto, hermanos, desead con emulación el profetizar, etc.

Y para lo primero procede de dos maneras. Primeramente enseña como se deben portar en el uso de los dichos dones; y luego expresa su importancia.

En cuanto a lo primero tres cosas hace. En primer término muestra en general como se deben portar respecto a todos los dones; en segundo término, como se han de portar en cuanto al don de lenguas: Si alguien habla en lenguas, etc.; en tercer lugar les dice como deben

* La Bestia^ o

(Nota del T.)

los Estados paganos, según la Biblia de Jerusalén.

portarse en cuanto al don de profecia: Profeticen dos o tres, etc.

Dice, pues: profetizar es mefor que hablar en lenguas. ¿Qué concluir, pues, hermanos? Esto es lo que debéis hacer. Porque cuando os reunis se ve que uno solo no tiene todos los dones; y por lo tanto ninguno de vosotros debe echar mano de todos los dones, sino de aquel que mas especialmente ha recibido de Dios y que sea el mejor para la edificación, Porqua cada uno de vosotros tiene algún don especial: alguno tiene un Salmo, esto es, un cantico en alabanza del nombre de Dios, o explica los Salmos. Por las alturas conduce mis pasos, etc. (Habac. 3,19). Otro tiene instrucción: predica para instrucción de las costumbres o para explicar un sentido espiritual. Por su doctrina se da a conocer ei varón (Pr 12,8). Otro tiene un Apocalipsis, esto es, una revelación, o en suenos o en alguna visión. Hay un Dios en el cielo que revela los misterios, etc. (Da 2,28). Otro tiene un discurso en lenguas, esto es, el don de lenguas o de leer las profecias. Y empezaron a hablar en otras lenguas (Ac 2,4). Otro, una interpretación. A otro la interpretación de las lenguas (1Co 12,10).

Estas cosas se jerarquizan así: o son de natural ingenio o vienen de solo Dios. Si del solo ingenio natural proceden, o son para alabanza de Dios, por lo cual se dice: Tiene un Salmo, o es para la instrucción del prójimo, por lo cual dice: Tiene una instrucción. Si provienen de solo Dios, son de dos maneras: o son algo oculto interiormente, por lo cual dice: tiene un Apocalipsis, o son cosas ocultas exteriormente, por lo cual dice: tiene un discurso en lenguas. Y para la manifestación de una y otra cosa es una tercera, esto es, una interpretación.

Y se debe proceder de modo que todo sea para edificación. Que cada uno de vosotros trate de agradar a su prójimo para el bien, buscando su edificación (Rm 15,2).

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1Co 14,27-33)

Lección 6: 1Co 14,27-33

Enseña como deben usar del don de lenguas y cuando no se ha de usar.

27. Si se habla en lenguas, que hablen dos, o a lo mas tres, y por turno; y que haya un intérprete.
28. Mas si no hay quien interpreté, guardese silencio en la asamblea; hable cada cual consigo mismo y con Dios.
29. En cuanto a los projetas, hablen dos o tres, y los demás juzguen,
30. Si algún otro asistente tiene una revelación, callese el primero.
31. Pues podéis profetizar todos por turno para que todos aprendan y se animen.
32. Y los espiritus de los projetas están sometidos a los profetas.
33. Pues Dios no es un Dios de disensión, sino de paz, como lo enseno en todas las iglesias de los santos.

Aquí les enseña el Apóstol como deben proceder para el uso del don de lenguas; y para esto hace dos cosas.

Primero muestra de qué manera deben usar del don de lenguas; y luego, cuando deben dejar de usarlo: SI no hay quien interprete. Dice, pues, primeramente que el modo de usar del don de lenguas debe ser de tal manera entre vosotros, que si se habla en lenguas, o sea, sobre visiones, o suenos, tal discurso no se haga por muchos, de modo que el empleo del tiempo en lenguas no les deje lugar a los profetas, y se engendre la confusión. Sino que hablen dos, y si fuere necesario a lo mas tres, de modo que sea suficiente con tres. Por declaración de dos o tres (Dt 17,6). Y es de notarse que esta costumbre hasta ahora en parte se conserva en la 1glesia. Porque lecciones, y epistolas y evangelios tenemos en lugar de lenguas, y por eso en la Misa ha-;blan dos, pues solo por dos se dicen las cosas que pertenecen al don de lenguas, esto es, epistola y evangelio. Los Maitines constan de muchas partes, o sea, de tres lecciones dichas en un Nocturno. En efecto, antiguamente los Nocturnos se decian separandolos conforme a las tres vigilias de la noche; pero ahora se dicen en una sola vez. Así es que no solamente se debe guardar el orden en cuanto al numero de los que hablen, sino también en cuanto al modo, y esto lo dice así San Pablo: y por turno, esto es, que los que hablen se sucedan alternativamente, o sea, que uno hable después de otro. O: por partes, esto es, por incisos, de modo que se diga una parte de la visión, o de instrucción, y se la explique, y luego otra y ésta sea explicada, y así sucesivamente. Y este modo acostumbrán guardarlo los predicadores cuando predican interpretando para hombres de lengua extrana, por lo cual dice: y que haya un intérprete.

Consiguientemente, cuando dice: Mas si no hay quien "interprete, etc., enseña cuando no se debe usar de las lenguas diciendo que se debe hablar por partes y que (.haya uno que interprete. Porque si no hay quien interprete, que quien tiene el don de lenguas guarde silencio en la asamblea, esto es, que no hable ni le predique a la gente en lengua desconocida, pues no sera entendido por nadie, y hable consigo mismo, porque él mismo si se entiende, pero esto en silencio, orando o meditando. Hablaré en la amargura de mi alma. Le diré a Dios, etc. (Job 10,1-2).

En cuanto a los profetas, hablen dos o tres, etc. Aquí les ordena como deben portarse respecto del uso de la profecia. Para esto, primeramente enseña de qué manera deben usar de ese don, tanto en cuanto al numero como en cuanto al orden; y en segundo lugar dice a quiénes se les prohibe el uso de la profecia: Las mujeres callense en las asambleas.

En cuanto a lo primero procede de tres maneras. Primeramente enseña el orden de usar del don de profecia; luego, da la razón de ello: Pues podéis profetizar todos, etc.; y en tercer lugar rechaza la objeción: los espiritus de los profetas están sometidos a los profetas.

En relación con lo primero, primeramente determina el numero de quienes han de usar del dicho don; y luego, enseña el modo u orden de usar de él: Si algún otro asistente, etc.

Acerca de lo primero debemos saber que el uso de la profecia conforme a lo que aquí parece que entiende el Apóstol es decirle a la gente unas palabras de exhortación explicando las Sagradas Escrituras; y como en la primitiva 1glesia había muchos que recibian de Dios este don, y aun no se habían multiplicado los fieles, para que no hubiera ni confusión ni cansancio, quiere el Apóstol que no todos los que saben explicar las profecias y la Sagrada Escritura profeticen, sino algunos pocos y determinados, lo cual dice así: En cuanto a los profetas, etc. Como si dijera: No quiero que todos los que se reunen, sino tan solo dos, o tres a lo sumo, en la medida que exige esta necesidad de hablar, hablen, esto es, exhorten. Y esto concuerda también con lo que ya decia la Escritura: Por declaración de dos o tres (Dt 17, o). Y los demás, o sea, los que no deben hablar, juzguen lo que aquéllos han expuesto, si ha sido bien o mal dicho, aprobando lo bien dicho, y haciendo que se corrija lo mal dicho. El hombre espiritual lo juzga todo (1Co 2,15).

En el uso de ese don se debe guardar también la regla de que si a algún otro de los asistentes que callaban y juzgaban se le revelara algo mejor que a quien se presenta y exhorta primero, entonces éste que esta de pie debe sentarse y aquel a quien algo mejor se le revelo debe levantarse y exhortar. Esto lo dice así el Apóstol: Si algún otro asistente tiene una revelación, se entiende que por el Espíritu Santo, el primero que se levanto callese y ceda el lugar a aquél (Estimando en mas cada uno a los demás,Rm 12,10).

Y la razón es que de esta manera podéis sucesivamente profetizar uno por uno, esto es, todos, y así todos, o sea los mayores, ensenen, y todos, o sea los menores, sean exhortados (Que atienda el sabio, etc.Pr 1,5).

Y si alguien dice: oh Apóstol: Yo no puedo callar mientras otro profetiza, o ceder y retirarme habiendo ya empezado, porque no puedo silenciar al Espíritu que en mi habla según aquello de Job 4,2: ¿Quién puede contener sus palabras?, contesta el Apóstol diciendo: Y los espiritus de los profetas están sometidos a los profetas. Como si dijera: Muy bien puedes callar o sentarte, porque los espiritus de los profetas, esto es, los; que dan las profecias -y los pone en plural por las muchas revelaciones que se les inspiran- están sometidos a los profetas, por cierto, en cuanto al conocimiento, porque, como dice San Gregorio (Moral., lib. 2, c. 14), no siempre actua en los profetas el Espíritu de profecia. De modo que no es un habito como la ciencia. Siguese por lo tanto de aquí que aun en cuanto al conocimiento les esta sujeto, y pueden usar de él cuando quieran, o no usarlo; porque es cierta fuerza o impulso de Dios, que ilumina y toca los corazónes de los profetas; pero no conocen sino cuando así son tocados. Luego de esta manera no les esta sujeto, ni se entiende así la palabra del Apóstol, pues los espiritus de los profetas les están sujetos a los profetas en cuanto a la elocución, porque cuando quieren pueden muy bien decir las cosas que se les revelan, y pueden no decirlas.

Así es que no vale el pretexto de que te impulsa el Espíritu sin que puedas callar. Y que esto sea la verdad lo prueba diciendo: Pues no es un Dios de disensión, etc. Y da de ello la razón. Jamas impulsa Dios para aquello de lo que resulte rina o disensión, porque no es un Dios de disensión sino de paz; y si el Espíritu de profecia impulsara a los hombres a hablar, seria entonces causa de disensión, porque así se querria siempre hablar, y no enseñar, ni callar hablando otro, para turbación de los demás. Luego el Espíritu Santo no impulsa a los hombres a hablar. El Dios de la paz y del amor estara con vosotros (1Co 13,2).

Sin embargo, como todavía podria objetarse que aquello no ocurriria porque solo a los Corintios les mandaba el Apóstol estas cosas y no a las demás 1glesias, por lo que hasta como algo molesto podria ser considerado, agrega que esto lo enseña no solo a ellos sino también en todas las 1glesias; y en efecto dice: Como lo enseno en todas las 1glesias de los Santos sobre el uso de las lenguas y de la profecia. Ya dijo arriba: Que tengáis todos un mismo sentir (1Co 1,10).


Aquino: I Corintios 59