Aquino - A LOS GALATAS 41

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Ga 6,14-15)

Lección 4: Gálatas 6,14-15

Muestra que su gloria la tiene tan sólo en la cruz de Cristo, oponiéndola a las falsas glorias que tan sólo en la carne radican.

14. En cuanto a mí, que nunca me gloríe sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien él mundo está crucificado para mí, y yo lo estoy para el mundo.
15. Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni el prepucio, sino la nueva criatura.

Habiendo expuesto el Apóstol la perversa intención de los seductores, aquí da a conocer su deseo. Y primero lo enuncia; luego, indica la señal de él: por quien el mundo está crucificado, etc.; finalmente, muestra la razón de su intención: Porque en Cristo Jesús, etc. Así es que dice: Se ve la intención de los seductores en que se glorían en la carne, pero yo busco otra gloria, a saber, la de la cruz. Y esto lo dice así: En cuanto a mí, que nunca me gloríe, etc. Veamos que donde el filósofo del mundo se avergüenza, allí mismo descubre el Apóstol su tesoro. Lo que al primero le parece necedad, para el Apóstol es sabiduría y gloria, como dice Agustín. Porque cada quien se gloría en aquello por lo que considera ser grande. Y así, quien se considera grande por las riquezas, en ellas se gloría, y por el estilo en lo demás. Y así era el Apóstol. Por lo cual decía: Y yo vivo, o más bien, no soy yo el que vivo, sino que Cristo vive en mí (Gal 2,20). Y por esto no se gloría sino en Cristo, y principalmente en la cruz de Cristo, y esto porque en ella hallamos todas las cosas de las que suelen gloriarse los hombres. Porque algunos se glorían de la amistad de los grandes -de los Reyes o de los príncipes-: y esto lo halla el Apóstol sobre todo en la cruz de Cristo, porque en ella se muestra el signo evidente de la amistad divina. Lo que hace brillar más la caridad de Dios para con nosotros (Rm 5,8). Porque nada nos manifiesta tanto su caridad para con nosotros como la muerte de Cristo. Con razón dice Gregorio: ¡Oh inestimable dilección de la caridad!, que para redimir al siervo has entregado al Hijo.

También se glorían algunos de la ciencia. Pero de manera excelente la halla el Apóstol en la cruz. Puesto que no me he preciado de saber otra cosa entre vosotros sino a Jesucristo (ICo 2,2). Porque en la cruz está la perfección de toda la Ley, y el arte entero de bien vivir.

Gloríanse también algunos en el poder; y tal gloria la tuvo el Apóstol al máximo por la cruz. La predicación de la cruz parece una necedad a los ojos de los que se pierden; mas para los que se salvan, esto es, para nosotros, es el poder de Dios (ICo 1,18).

Gloríanse otros por la libertad alcanzada; y ésta la consigue el Apóstol por la cruz. Nuestro hombre viejo fue crucificado juntamente con El, para que sea destruido el cuerpo del pecado, y ya no sirvamos más al pecado (Rm 6,6).

También hay quienes se glorían por su aceptación en alguna renombrada asociación. Pero por la cruz de Cristo somos recibidos en la celestial corporación. Reconciliar por El todas las cosas consigo restableciendo la paz entre cielo y tierra (Colos 1,20).

Y hay quienes se glorían en un triunfal signo de victoria. Pero la cruz es ei triunfal signo de la victoria de Cristo contra los demonios. Despojando a los principados y potestades, los sacó valerosamente en público, y llevólos delante de sí, triunfando de ellos en su propia persona (Colos 2,1 5). Bendito es el leño que sirve a la justicia (Sab 14. 7). Y agrega la señal de su intención diciendo: por quien el mundo está crucificado para mí, etc. Porque esto que dice: que nunca me gloríe sino en la cruz, etc., es una proposición restrictiva, que incluye una afirmativa y otra negativa; por lo cual da una doble señal, probando una y otra proposición. Y primero prueba ciertamente la negativa, a saber, que no se gloría sino en la cruz, diciendo: por quien el mundo está crucificado para mí, etc. Porque aquello en lo que uno se gloría no es lo que está muerto en su corazón, sino que esto es lo que más desprecia. Fui borrado de su corazón y puesto en olvido como un muerto (Ps 30,13).

Ahora bien, manifiesto es que el mundo y cuanto en el mundo hay, muertos estaban en el corazón de Pablo. Todas las cosas las miro como basura por ganar a Cristo (Ph 3,8). Así es que no se gloría en el mundo, ni en las cosas que hay en el mundo, y esto es lo que dice: En verdad en ninguna otra cosa me glorío sino en la cruz de Cristo, por quien, por Cristo crucificado, el mundo está crucificado para mí, o sea, muerto está en mi corazón, para que nada de él desee.

Y luego prueba la afirmativa, que se gloría en la cruz de Cristo, diciendo que él está crucificado para el mundo. Porque quien se gloría en algo, como cosa propia lo considera, y desea manifestarlo; pero el Apóstol nada desea tener en sí mismo ni manifestar que no pertenezca a la cruz de Cristo, por lo cual sólo en ella se gloría; y esto lo dice así: y yo lo estoy para el mundo, para el mundo estoy crucificado; como si dijera: Traigo en mí mismo las señales de la cruz, y me considero como muerto. Por lo cual, así como el mundo aborrece la cruz de Cristo, también a mí me aborrece.

Muertos estáis ya, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios (Colos 3,3).

Ahora bien, la razón por la cual no se gloría en ninguna otra cosa la muestra, agregando: Porque en Cristo Jesús, etc. Ya que se gloría más que nada en aquello que sirve y ayuda para unírsele a Cristo, esto es lo que el Apóstol desea: el estar con Cristo. Y como para esto no sirve el rito Judío, ni las observancias de los Gentiles, sino tan sólo la cruz de Cristo, sólo en ella se gloría, y esto lo dice así: En Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, o sea, el rito judaico, ni el prepucio, o sea, las ceremonias de la gentilidad, para ser justificados y unirnos a Cristo, pues para esto vale la nueva criatura. Lo cual es evidente por lo que ya se ha dicho (Gal 5,6) casi con las mismas palabras: Porque para con Jesucristo nada vale el ser circunciso o incircunciso, sino la fe, que obra animada por la caridad. Así es que la fe informada por la caridad es la nueva criatura. Porque hemos sido creados y producidos en el ser de la naturaleza por Adán; pero ciertamente aquella criatura era ya antigua y envejecida, por lo cual, al producirnos y constituirnos a nosotros el Señor en el ser de la gracia, hizo cierta nueva creatura. A fin de-que seamos las primicias de sus creaturas (Sant 1,18). Y dice nueva, porque por ella somos renovados en una vida nueva; y es por el Espíritu Santo. Envía tu Espíritu y serán creados, y renovarás la faz de la tierra (Ps 103,30). Y por la cruz de Cristo. Si alguno vive en Cristo, es una creatura nueva (2Co 5, 17). En consecuencia, por la nueva creatura, o sea, por la fe de Cristo y la caridad de Dios, la cual es infundida en nuestros corazones, somos renovados, y nos unimos a Cristo.

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Ga 6,16-18)

Lección 5: Gálatas 6,16-18

Los amonesta a que lo imiten, rogando que por ningún otro motivo se le importune, y deseándoles más que nada la gracia de Cristo, firma la carta con su saludo.

16. Y sobre todos los que siguieren esta norma, paz y misericordia, como sobre el 1srael de Dios.
17. En adelante nadie me importune, porque llevo en mi cuerpo los estigmas del Señor Jesús.
18. Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Habiendo descubierto la intención de los seductores e indicada la suya propia, aquí consecuentemente los amonesta el Apóstol: y primero para que lo imiten; luego para que dejen de importunarlo: En adelante nadie, etc.; finalmente, implora para ellos el auxilio de la gracia para el cumplimiento de todo lo antes dicho. Así es que primero dice: Mi deseo es no gloriarme sino en la cruz de Cristo, cosa que también vosotros debéis hacer, porque sobre todos los que siguieren esta norma,' que yo mantengo como única regla para gloriarse (No nos gloriemos desmesuradamente, sino a medida de la regla que Dios nos ha dado, etc.: 2Co 10,13), paz: paz sobre los que así se glorían, porque no se glorían sino en Cristo: la paz, digo, con la que descansen y se perfeccionen en el bien. Porque la paz es la tranquilidad del espíritu. Desde que me hallo en su presencia, como quien ha encontrado la paz (Cant 8,10). La paz de Cristo triunfe en vuestros corazones, a la cual fuisteis asimismo llamados, etc. (Colos 3,15). Y la misericordia, por la cual serán librados de los pecados. Es una misericordia del Señor el que nosotros no hayamos sido consumidos (Láment 3,22). Gracia y misericordia de Dios para con sus santos y providencia con sus escogidos, los cuales son 1srael (S'ab 4,15). Porque no está en lo exterior el ser Judío (Rm 2,28). Porque el 1srael de Dios es el espiritualmente 1srael delante de Dios. He aquí un verdadero israelita, en quien no hay doblez (Jn 1,47). Porque no todos los descendientes de 1srael son israelitas, etc. sino que los hijos de la promesa son los que se cuentan por descendientes (Rm 9,6). De aquí que los mismos Gentiles se convierten en el 1srael de Dios por la rectitud del espíritu. 1srael quiere decir rectísimo. 1srael será tu nombre (Gn 32,28).

En seguida, cuando dice: En adelante, etc., les pide que desistan de importunarlo. Y primero hace la petición; y luego da la razón de ella: porque llevo en mi cuerpo las señales, etc. Así es que dice: De caetero, etc., lo cual se puede explicar de dos maneras. La primera, entendiendo el de caetero con la fuerza de una sola palabra, para que el sentido sea éste: en lo sucesivo. Y la segunda, entendiéndose el de caetero con el sentido de las dos palabras, para que signifique: Por lo demás, nadie, etc.; como si dijera: Yo no me gloriaré sino en la cruz, y en cuanto a todo lo demás que nadie me importune, porque nada me importa. Pero el primer sentido es el mejor. Y esto: que nadie me importune se puede referir a los falsos, que importunaban al Apóstol, suscitando problemas y con chismorreos acerca de las observancias legales. Pero yo, mientras ellos me afligían, me cubría de cilicio, etc. (Ps 34,13). O bien se puede referir a los oyentes sin recto espíritu, para decir: Nadie me importune, esto es, ningún oyente se me presente de modo que tenga yo necesidad de trabajar de nuevo con él, es claro que por sentir algo distinto de lo que enseño.

Y da la razón de todo esto diciendo: Porque llevo en mi cuerpo los estigmas, etc. Porque estigmas son propiamente ciertas marcas impresas en alguien.con hierro candente, como ocurre con el siervo que es marcado en el rostro por su dueño, para que nadie diga que es suyo sino que pacíficamente se le entregue a aquel cuyas marcas lleva. También de este modo dice el Apóstol que lleva los estigmas del Señor, como señalado que ha sido como siervo de Cristo. Y esto lo dice porque llevaba las señales de la Pasión de Cristo, padeciendo por El muchas tribulaciones en su cuerpo, según dice Pedro (1P 2,21): Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, etc. Y dice Pablo en 2Co 4,10: Traemos siempre en nuestro cuerpo por todas partes la mortificación de Jesús, a fin de que la vida de Jesús se manifieste también en nuestros cuerpos. Y según esto de dos maneras se puede construir partiendo de las premisas. De la primera, como está dicho: Nadie me importune, porque yo llevo las marcas de nuestro Señor Jesucristo en mi cuerpo, y así nadie tiene poder sobre mí sino Cristo. De la segunda: Nadie me importune, porque muchas son ias angustias y muchos los estigmas que me afligen por ias persecuciones que padezco, y cosa grave es añadir aflicciones al afligido. Por lo cual se queja Job (16,15): Me ha despedazado con heridas sobre heridas. Pero la primera es la mejor.

E implora el auxilio de la gracia de Dios, diciendo: Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, etc., por la cual podéis cumplir lo antes dicho, sea con vuestro espíritu, esto es, con vuestra mente, para que entendáis la verdad. O loien con vuestro espíritu, con el cual debéis observar la ley, y no carnalmente. Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre, etc. (Rm 8,15).

Laus Deo Virginique Mariae



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