Tomas Aq. - Romanos 67

Lección 2: Romanos 16,17-27

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Rm 16,17-27)


Enseña que a los falsos predicadores se les debe evitar, descubriendo por partes iguales tanto sus disposiciones como sus maneras de ser, y alaba a los buenos y a los más santos, por quienes ora, dando gracias a Dios.
17. Os exhorto, hermanos, que observéis a los que están causando las disensiones y los escándalos, contrarios a la enseñanza que habéis aprendido, y que os apartéis de dios.
18. Porque los tales no sirven a nuestro Señor Cristo, sino al propio vientre, y con palabras melosas y bendiciones embaucan los corazones de los sencillos.
19. Vuestra obediencia se ha difundido por todas partes. De lo cual me congratulo con vosotros; mas deseo que seáis sabios para lo que es bueno, y sencillos en cuanto a lo malo.
20. El Dios de la paz quebrante presto a Satanás debajo de vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros.
21. Os saluda Timoteo, mi coadjutor, y Lucio, y Jasón, y Sosípatro, mis parientes.
22. Os saludo en el Señor yo, Tercio, que escribí esta epístola.
23. Salúdaos Cayo, mi huésped, y la 1glesia toda. Salúdaos Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Cuarto.
24. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
25. A Aquel que puede confirmaros, según mi Evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio oculto desde tiempos eternos,
26. pero manifestado ahora a través de las escrituras de los profetas, por disposición del eterno Dios, para obediencia dé fe notificado a todos los Gentiles,
27. al solo sabio Dios, por Jesucristo sea la honra y la gloria por los siglds de los siglos. Amén.

Habiendo dicho el Apóstol a quiénes mandaba saludar, aquí muestra a quiénes deben evitar. Y acerca de esto hace tres cosas. La primera, enseñar a quiénes deben evitar; la segunda, indicar la razón de ello: Porque los tales, etc.; la tercera, prometerles el auxilio divino para hacer eso: El Dios de la paz, etc. Y como aquellos a quienes quería que se evitara, engañosamente procedían ba¡o apariencia de piedad, según aquello de Mateo 7,15: Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces; primero les aconseja la cautela, diciendo: Os exhorto, hermanos, a que observéis a los que están causando las disensiones y los escándalos, contrarios a la enseñanza que habéis aprendido. En lo cual lo primero que se debe ver es que observar no es otra cosa que cuidadosamente considerar, lo cual a veces se hace para bien y a veces para mal. Eso se hace para mal cuando alguien considera cuidadosamente la condición y los pasos de otra persona para dañarla, según aquello del Salmo 36,12: Acechará el pecador al justo y rechinará contra él sus dientes. Y en Lucas 14,1 se dice: Ellos lo acechaban.

Y se puede hacer para bien: de un modo cuando alguien considera los preceptos de Dios para obrar. Considera y escucha su voz (Ex 23,21); y de otro modo cuando diligentemente observa uno a los buenos para imitarlos, conforme a Filipenses 3,17: Sed conmigo imitadores, hermanos; observad bien a los que marchan según el ejemplo que tenéis en nosotros. De una tercera manera se observa a los malos para cuidarse de ellos, y así se entiende aquí. Porque había algunos de los judíos convertidos a la fe que predicaban ser necesaria la observancia de las prescripciones legales, y de esto ciertamente lo primero que resultaba en la 1glesia eran disensiones y sectas, mientras algunos de ellos se adherían al error y otros persistían en la verdadera fe. Disensiones, sectas, etc. (Gal 5,20). Se seguían además tropiezos y escándalos de los que arriba ya se habló (Rm 14,13), por juzgar algunos a los demás, y por despreciarse mutuamente quienes provocan las disensiones y los escándalos. Apartad los estorbos del camino de mi pueblo (Is 57,14). Y dice: contrarios a la enseñanza que habéis aprendido de los verdaderos Apóstoles de Cristo, mostrando así que las disensiones y los escándalos provenían de una falsa doctrina. Si alguien os predicase un evangelio distinto del que recibisteis, sea anatema (Galat 1,8). Lo segundo es moverlos a evitarlos una vez conocidos, diciendo: y que os apartéis de ellos, o sea, que huyáis de su doctrina y de su amistad. Retiraos de mí, malignos; yo me ocuparé en estudiar los mandamientos de mi Dios (Ps 118,115).



A continuación, diciendo: Porque los tales, etc., indica dos razones de lo que dijera, de las cuales la primera se toma por parte de los que se quiere evitar. Y primero señala la intención de ellos mismos, diciendo: Porque los tales hombres no sirven a nuestro Señor Cristo sino al propio vientre. Porque no predicaban ellos por la gloria de Cristo, sino por lucro, para llenar el vientre. Porque muchos de los que andan son -como a menudo os lo he dicho, y ahora lo repito con lágrimas- enemigos de la cruz de Cristo, y cuyo dios es el vientre (Ph 3,19). Lo segundo que señala en ellos es el engaño, diciendo: y con palabras melosas embaucan los corazones de los sencillos, o sea, de los simples e indoctos. El hombre sencillo cree cuanto le dicen (Prov 14,15). Con palabras melosas con las que aparentan santidad, según el Salmo 27,3: Los cuales hablan de paz con su prójimo mientras que están maquinando la maldad en sus corazones. Y con bendiciones, con las que bendicen y adulan a los que los siguen. Pueblo mío, los que te llaman bienaventurado ésos son los que te traen engañado (Is 3,12). Maldeciré vuestras bendiciones (Malaq 2,2).

La segunda razón la toma de la condición de los Romanos, que con facilidad seguían lo mismo el bien que el mal. De aquí que primero los alaba por su facilidad para el bien, diciendo: Vuestra obediencia, por la que fácilmente obedecisteis a la fe, se ha difundido por todas partes, por el imperio que habían logrado a la sazón los Romanos sobre las demás naciones. Por lo cual lo que los Romanos aceptaban, fácilmente se difundía entre los demás pueblos. Vuestra fe es celebrada en todo el mundo (Rm 1,8). De lo cual me congratulo con vosotros, porque obedecisteis a la fe, y esto en la caridad, de la cual se dice en 1 Corintios 13,6: No se regocija en la injusticia, antes bien se regocija con la verdad. Lo segundo que les aconseja es ser cautos contra el mal, diciendo: Mas deseo que seáis sabios para lo que es bueno, para que os adhiráis a lo que es bueno (Quedaos con lo bueno: 1 Tes 5,21), y sencillos en cuanto a lo malo, sin que por ninguna clase de sencillez os inclinéis al mal. Que vuestra simplicidad sea tal que a nadie engañéis para el mal. Sed prudentes como la serpiente y sencillos como la paloma (Mt 10,16). Al contrario de aquellos de los que dice el profeta Jeremías (4,22): Para hacer el mal son sabios, mas el bien no saben hacerle.

A continuación, cuando dice: El Dios de la paz, etc., les asegura el auxilio divino contra los tales engañadores. Y primero pone la promesa, diciendo: El Dios de la paz, etc., o sea, su autor, que odia las disensiones que estos tales promueven, quebrante a Satanás, o sea, al diablo que mediante estos seudoapóstoles trata de engañaros, debajo de vuestros pies, por que los venzáis con vuestra sabiduría. Y que esto sea presto, es claro que a mi llegada. Mirad que os he dado potestad de caminar sobre serpientes y escorpiones y sobre todo poder del enemigo (Lc 10,19). Hollaréis a los impíos, hechos ya ceniza, debajo de las plantas de vuestros pies (Malaq 4,3). Lo segundo que pone es la oración para obtener tal cosa, diciendo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros, la cual es suficiente para protegeros. Mi gracia te basta (2Co 12,9).

En seguida, cuando dice: Os saluda, etc., los saluda de parte de otros, diciendo: Os saluda Timoteo, mi coadjutor en la predicación del Evangelio. Os envié a Timoteo, el cual es mi hijo querido y fiel en el Señor (ICo 4,17). Y agrega: y Lucio, y Jasón, y Sosípatro, mis parientes, que eran judíos, os saludan. Y uno de los amanuenses de Pablo era un cierto Tercio de nombre, a quien Pablo le permitió que directamente saludara a los Romanos. Por lo cual éste agrega: Os saludo en el Señor yo, Tercio, que escribí esta epístola. Luego dicer Salúdaos Cayo, mi huésped, a quien Jn le escriba la tercera carta canónica, en la cual lo alaba por la caridad que desplegaba con los santos. Y la 1glesia toda, es claro que la que estaba congregada en su casa o la de aquella provincia. En seguida dice: Salúdaos Erasto, tesorero de la ciudad, el encargado del tesoro público, o sea, de las rentas públicas de la ciudad, y cierto hermano, esto es, cierto fiel llamado Cuarto.

A continuación los saluda de su parte, diciendo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén. Y termina la epístola con una acción d& gracias: A Aquel, a Dios que es la Trinidad, que puede confirmaros (Después de un breve tiempo de tribulación, El mismo os hará aptos, firmes, fuertes e inconmovibles: 1 Pedro 5,10). Y esto en la fe que es según el Evangelio, o sea, conforme al Evangelio que yo mismo predico. Sea, pues, yo, o sean ellos, así predicamos, y así creísteis (ICo 15,1 1). Y también según la predicación de Jesucristo, que predicó primero el Evangelio, según aquello de Hebreos 2,3: La cual habiendo principiado por la palabra del Señor. Por lo cual en Mateo 4,23 se dice que Jesús recorría toda la Galilea predicando el Evangelio del reino. Y agrega Pablo: según la revelación del misterio, esto es, del secreto, lo cual puede referirse a esto que ya dijera: según mi Evangelio, o bien porque en este mismo Evangelio se revela el secreto de la encarnación divina, según Romanos 1,17: En El se revela la justicia que es de Dios; o bien porque al propio Apóstol se le reveló el Evangelio. Mas a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu (ICo 2,10). Y de este secreto se dice en Is 24,16: Mi secreto es para mí. O puede referirse mejor a esto que dijera: que puede confirmaros, como si dijera: Puede Dios confirmaros en mi Evangelio y predicación, y esto según la revelación del misterio, o sea, del secreto, es claro que acerca de la conversión de los Gentiles, como se dice en Efesios 3,8: A mí, el ínfimo de todos los santos, me ha sido dada esta gracia respecto a los Gentiles: la de iluminar a todos acerca de la dispensación del misterio, etc. Por lo cual él mismo agrega: oculto desde tiempos eternos, porque les estaba oculto a los hombres que los Gentiles se convertirían a la fe. Y llama eternos a estos tiempos como si hasta entonces todavía duraran, porque desde el principio del mundo estuvo esto oculto, como también en el Salmo 75,5 se dice: Alumbrando tú maravillosamente desde los montes eternos. Y se puede decir que tiempos eternos se le puede llamar a la propia eternidad, de la cual se dice en Is 57,15: El excelso y el sublime que mora en la eternidad, para que así como la simple esencia de Dios se da a entender por cierta semejanza con las dimensiones corporales, según Job 1 1,9: Su dimensión es más larga que la tierra y más ancha que el mar, así también su simple eternidad se designa con la expresión de tiempos eternos, en cuanto que contiene todos los tiempos. Y agrega: pero ese misterio manifestado ahora, sobre la conversión de los Gentiles, a través de las escrituras de los Profetas, o sea, conforme a lo que los Profetas predijeron, como quedó dicho arriba (Rm 15,9-12). Por lo cual les dice el Apóstol a los Efesios (3,5): En otras generaciones no fue dado a conocer a los hijos de los hombres como ahora ha sido revelado por el Espírifu a sus santos apóstoles y profetas: que los gentiles sois coherederos, etc.

Y ha sido manifestado por el cumplimiento de la obra por mandato de Dios. De aquí que es por disposición del eterno Dios, quien quiere con eterna disposición lo que hace en el tiempo, el cual ordenamiento de Dios para obediencia de la fe es notificado a todos los Gentiles, esto es, para que todos los Gentiles obedezcan a la fe. Para obediencia de la fe entre todos los gentiles (Rm 1,5). Mas si se trata del misterio de la encarnación deberá construirse de esta manera el texto: Del misterio, digo, por tiempos eternos oculto, porque antes no se había manifestado así. El cual misterio, digo, ahora es manifiesto por las Escrituras de los Profetas, que esto predijeron conforme al precepto del eterno Dios, que quiso hacer manifiesto el misterio de la encarnación, y esto para la obediencia de la fe por todos Jos Gentiles. Del misterio, digo, aunque oculto para los hombres, conocido sin embargo para el solo sabio Dios, porque solamente El mismo lo conoció y aquellos a quienes quiso revelarlo, porque, como se dice en 1Co 2,2, las cosas de Dios nadie llegó a conocerlas sino el Espíritu de Dios. O bien se puede entender de Quien es el solo sabio, es claro que por esencia, como se dice en Mateo 19,17, lo mismo que en Marcos 10,18: Nadie es bueno, sino sólo Dios. Y no por esto se excluye al Hijo porque es la misma la perfección de toda la Trinidad, como por el contrario se dice: Nadie conoce al Padre sino el Hijo (Mt 1 1,27). Y así no se excluye al Padre del conocimiento de Sí mismo. Y agrega: Por Jesucristo, lo cual no debe entenderse como si Dios Padre fuera sabio por Jesucristo, porque como en Dios es lo mismo el saber que el existir, se seguiría que el Padre existiría por el Hi¡o, lo cual es inconveniente; sino que esto se debe referir a lo que arriba se dijera: manifestado ahora, es claro que por Jesucristo, para el cual Jesucristo sea la honra y la gloria, por la reverencia de toda creatura, según Filipenses 2,10: En el nombre de Jesús toda rodilla se doble. Y gloria, por cuanto es para la plena divinidad, como ahí se agrega: Y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre. Y esto no por un tiempo, sino por los siglos de los siglos.-Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos (Hebr 13,8). Y agrega para confirmación de tal verdad: Amén. O bien se puede construir de esta manera: Conocidos para el solo sapiente Dios, para quien por Jesucristo es la gloria que glorificó a Dios, según aquello de Juan 17,4: Yo te he glorificado a Ti sobre la tierra. Pero hay que advertir que a esta construcción le falta algo, lo cual se debe suplir así: A Aquel que puede, etc., sea la honra y la gloria por Jesucristo, para el cual es la honra y la gloria. Si no estuviera allí el A Aquel, la construcción sería evidente, llana.

LAUS DEO VIRS1NIQUE MARIAE En La Loma,20 de agosto de 1981.







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