Tertio millenio adveniente ES 38


38 Una exigencia posterior senalada por los Cardenales y los Obispos es la de los Sinodos de caracter continental, en la linea de los ya celebrados para Europa y Africa. La ultima Conferencia General del Episcopado Latinoamericano ha acogido, en sintonia con el Episcopado norteamericano, la propuesta de un Sinodo panamericano sobre la problematica de la nueva evangelizacion en las dos partes del mismo continente, tan diversas entre si por su origen y su historia, y sobre la cuestion de la justicia y de las relaciones economicas internacionales, considerando la enorme desigualdad entre el Norte y el Sur.

Otro Sinodo de caracter continental sera oportuno en Asia, donde esta mas acentuado el tema del encuentro del cristianismo con las antiguas culturas y religiones locales. Este es un gran desafio para la evangelizacion, dado que sistemas religiosos como el budismo o el hinduismo se presentan con un claro caracter soteriologico. Existe pues la urgente necesidad de un Sinodo, con ocasion del Gran Jubileo, que ilustre y profundice la verdad sobre Cristo como unico Mediador entre Dios y los hombres, y como unico Redentor del mundo, distinguiéndolo bien de los fundadores de otras grandes religiones, en las cuales también se encuentran elementos de verdad, que la Iglesia considera con sincero respeto, viendo en ellos un reflejo de la Verdad que ilumina a todos los hombres.(23) En el 2000 debera resonar con fuerza renovada la proclamacion de la verdad: Ecce natus est nobis Salvator mundi.

También para Oceania podria ser util un Sinodo regional. En este continente existe la cuestion de las poblaciones aborigenes, que evoca de modo especial algunos aspectos de la prehistoria del género humano. En este Sinodo un tema que no se habria de descuidar, junto con otros problemas del Continente, debe ser el encuentro del cristianismo con aquellas antiquisimas formas de religiosidad, significativamente caracterizadas por una orientacion monoteista.

[23] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decl. sobre la relacion de la Iglesia con las religiones no cristianas Nostra aetate,
NAE 2.

b) Segunda fase

39 Sobre la base de esta amplia accion sensibilizadora sera después posible afrontar la segunda fase, la propiamentepreparatoria. Esta se desarrollara en una etapa de tres anos, de 1997 a 1999. La estructura ideal para este trienio, centrado en Cristo, Hijo de Dios hecho hombre, debe ser teologica, es decir " trinitaria ".


I ano: Jesucristo

40 El primer ano, 1997, se dedicara a la reflexion sobre Cristo, Verbo del Padre, hecho hombre por obra del Espiritu Santo. Es necesario destacar el caracter claramente cristologico del Jubileo, que celebrara la Encarnacion y la venida al mundo del Hijo de Dios, misterio de salvacion para todo el género humano. El tema general, propuesto para este ano por muchos Cardenales y Obispos, es: " Jesucristo, unico Salvador del mundo, ayer, hoy y siempre " (cf. He 13,8).

Entre los contenidos cristologicos propuestos en el Consistorio sobresalen los siguientes: el descubrimiento de Cristo Salvador y Evangelizador, con particular referencia al capitulo cuarto del Evangelio de Lucas, donde el tema de Cristo enviado a evangelizar se entrelaza con el del Jubileo; la profundizacion del misterio de su Encarnacion y de su nacimiento del seno virginal de Maria; la necesidad de la fe en El para la salvacion.

Para conocer la verdadera identidad de Cristo, es necesario que los cristianos, sobre todo durante este ano, vuelvan con renovado interés a la Sagrada Escritura, " en la liturgia, tan llena del lenguaje de Dios; en la lectura espiritual, o bien en otras instituciones o con otros medios que para dicho fin se organizan hoy por todas partes ".(24) En el texto revelado es el mismo Padre celestial que sale a nuestro encuentro amorosamente y se entretiene con nosotros manifestandonos la naturaleza del Hijo unigénito y su proyecto de salvacion para la humanidad.(25)

[24] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. sobre la Divina Revelacion Dei Verbum, DV 25.
[25] Cf. Ibidem, DV 2.
41 El esfuerzo de actualizacion sacramental mencionado anteriormente podra ayudar, a lo largo del ano, al descubrimiento del Bautismo como fundamento de la existencia cristiana, segun la palabra del Apostol: " Todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo " (Ga 3,27). El Catecismo de la Iglesia Catolica, por su parte, recuerda que el Bautismo constituye " el fundamento de la comunion entre todos los cristianos, e incluso con los que todavia no estan en plena comunion con la Iglesia catolica ".(26) Bajo el perfil ecuménico, sera un ano muy importante para dirigir juntos la mirada a Cristo, unico Senor, con la intencion de llegar a ser en El una sola cosa, segun su oracion al Padre. La acentuacion de la centralidad de Cristo, de la Palabra de Dios y de la fe no deberia dejar de suscitar en los cristianos de otras Confesiones interés y acogida favorable.

[26] Catecismo de la Iglesia Catolica, n. CEC 1271.
42 Todo debera mirar al objetivo prioritario del Jubileo que es el fortalecimiento de la fe y del testimonio de los cristianos. Es necesario suscitar en cada fiel un verdadero anhelo de santidad, un fuerte deseo de conversion y de renovacion personal en un clima de oracion siempre mas intensa y de solidaria acogida del projimo, especialmente del mas necesitado.

El primer ano sera, por tanto, el momento adecuado para el redescubrimiento de la catequesis en su significado y valor originario de " ensenanza de los Apostoles " (
Ac 2,42) sobre la persona de Jesucristo y su misterio de salvacion. De gran utilidad, para este objetivo, sera la profundizacion en elCatecismo de la Iglesia Catolica, que presenta " fiel y organicamente la ensenanza de la Sagrada Escritura, de la Tradicion viva en la Iglesia y del Magisterio auténtico, asi como la herencia espiritual de los Padres, de los santos y las santas de la Iglesia, para permitir conocer mejor el misterio cristiano y reavivar la fe del Pueblo de Dios ".(27) Para ser realistas, no se podra descuidar la recta formacion de las conciencias de los fieles sobre las confusiones relativas a la persona de Cristo, poniendo en su justo lugar los desacuerdos contra El y contra la Iglesia.

[27] Const. Ap. Fidei depositum (11 octubre 1992), 3: AAS 86 (1994), 116.
43 Maria Santisima, que estara presente de un modo por asi decir " transversal " a lo largo de toda la fase preparatoria, sera contemplada durante este primer ano en el misterio de su Maternidad divina. ¡En su seno el Verbo se hizo carne! La afirmacion de la centralidad de Cristo no puede ser, por tanto, separada del reconocimiento del papel desempenado por su Santisima Madre. Su culto, aunque valioso, de ninguna manera debe menoscabar " la dignidad y la eficacia de Cristo, unico Mediador ".(28) Maria, dedicada constantemente a su Divino Hijo, se propone a todos los cristianos como modelo de fe vivida. " La Iglesia, meditando sobre ella con amor y contemplandola a la luz del Verbo hecho hombre, llena de veneracion, penetra mas intimamente en el misterio supremo de la Encarnacion y se identifica cada vez mas con su Esposo ".(29)

[28] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium,
LG 62.
[29] Ibidem, LG 65.

II ano: El Espiritu Santo

44 El 1998, segundo ano de la fase preparatoria, se dedicara de modo particular al Espiritu Santo y a su presencia santificadora dentro de la comunidad de los discipulos de Cristo. " El gran Jubileo, que concluira el segundo milenio -escribia en la Enciclica Dominum et vivificantem- (...) tiene una dimension pnemautologica, ya que el misterio de la Encarnacion se realizo por obra del Espiritu Santo. Lo realizo aquel Espiritu que -consustancial al Padre y al Hijo- es, en el misterio absoluto de Dios uno y trino, la Persona-amor, el don increado, fuente eterna de toda davida que proviene de Dios en el orden de la creacion, el principio directo y, en cierto modo, el sujeto de la autocomunicacion de Dios en el orden de la gracia. El misterio de la Encarnacion constituye el culmen de esta davida y de esta autocomunicacion divina ".(30)

La Iglesia no puede prepararse al cumplimiento bimilenario " de otro modo, sino es por el Espiritu Santo. Lo que en la plenitud de los tiempos se realizo por obra del Espiritu Santo, solamente por obra suya puede ahora surgir de la memoria de la Iglesia ".(31)

El Espiritu, de hecho, actualiza en la Iglesia de todos los tiempos y de todos los lugares la unica Revelacion traida por Cristo a los hombres, haciéndola viva y eficaz en el animo de cada uno: " El Paraclito, el Espiritu Santo, que el Padre enviara en mi nombre, os lo ensenara todo y os recordara todo lo que yo os he dicho " (
Jn 14,26).

[30] Carta Enc. Dominum et vivificantem (18 Mayo 1986), DEV 50: AAS 78 (1986), 869-870.
[31] Ibidem, DEV 51: AAS 78 (1986), 871.
45 Se incluye por tanto entre los objetivos primarios de la preparacion del Jubileo el reconocimiento de la presencia y de la accion del Espiritu, que actua en la Iglesia tanto sacramentalmente, sobre todo por la Confirmacion, como a través de los diversos carismas, tareas y ministerios que El ha suscitado para su bien: " Es el mismo Espiritu el que, segun su riqueza y las necesidades de los ministerios (1Co 12,1-11), distribuye sus diversos dones para el bien de la Iglesia. Entre estos dones destaca la gracia de los Apostoles, a cuya autoridad el Espiritu mismo somete incluso los carismaticos (1Co 14). El mismo Espiritu personalmente, con su fuerza y con la intima conexion de los miembros, da unidad al cuerpo y asi produce y estimula el amor entre los creyentes ".(32)

El Espiritu es también para nuestra época el agente principal de la nueva evangelizacion. Sera por tanto importante descubrir al Espiritu como Aquel que construye el Reino de Dios en el curso de la historia y prepara su plena manifestacion en Jesucristo, animando a los hombres en su corazon y haciendo germinar dentro de la vivencia humana las semillas de la salvacion definitiva que se dara al final de los tiempos.

[32] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium, LG 7.
46 En esta dimension escatologica, los creyentes seran llamados a redescubrir la virtud teologal de la esperanza, acerca de la cual " fuisteis ya instruidos por la Palabra de la verdad, el Evangelio " (Col 1,5). La actitud fundamental de la esperanza, de una parte, mueve al cristiano a no perder de vista la meta final que da sentido y valor a su entera existencia y, de otra, le ofrece motivaciones solidas y profundas para el esfuerzo cotidiano en la transformacion de la realidad para hacerla conforme al proyecto de Dios.

Como recuerda el apostol Pablo: " Pues sabemos que la creacion entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no solo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espiritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvacion es en esperanza " (Rm 8,22-24). Los cristianos estan llamados a prepararse al Gran Jubileo del inicio del tercer milenio renovando su esperanza en el venida definitiva del Reino de Dios, preparandolo dia a dia en su corazon, en la comunidad cristiana a la que pertenecen, en el contexto social donde viven y también en la historia del mundo.

Es necesario ademas que se estimen y profundicen los signos de esperanza presentes en este ultimo fin de siglo, a pesar de las sombras que con frecuencia los esconden a nuestros ojos: en el campo civil, los progresos realizados por la ciencia, por la técnica y sobre todo por la medicina al servicio de la vida humana, un sentido mas vivo de responsabilidad en relacion al ambiente, los esfuerzos por restablecer la paz y la justicia alli donde hayan sido violadas, la voluntad de reconciliacion y de solidaridad entre los diversos pueblos, en particular en la compleja relacion entre el Norte y el Sur del mundo...; en el campo eclesial, una mas atenta escucha de la voz del Espiritu a través de la acogida de los carismas y la promocion del laicado, la intensa dedicacion a la causa de la unidad de todos los cristianos, el espacio abierto al dialogo con las religiones y con la cultura contemporanea...


47 La reflexion de los fieles en el segundo ano de preparacion debera centrarse con particular solicitud sobre el valor de la unidad dentro de la Iglesia, a la que tienden los distintos dones y carismas suscitados en ella por el Espiritu. A este proposito se podra oportunamente profundizar en la doctrina eclesiologica del Concilio Vaticano II contenida sobre todo en la Constitucion dogmatica Lumen gentium. Este importante documento ha subrayado expresamente que la unidad del Cuerpo de Cristo se funda en la accion del Espiritu Santo, esta garantizada por el ministerio apostolico y sostenida por el amor reciproco (1Co 13,1-8). Tal profundizacion catequética de la fe llevara a los miembros del Pueblo de Dios a una conciencia mas madura de las propias responsabilidades, como también a un mas vivo sentido del valor de la obediencia eclesial.(33)

[33] Cf. Ibidem, LG 37.
48 Maria, que concibio al Verbo encarnado por obra del Espiritu Santo y se dejo guiar después en toda su existencia por su accion interior, sera contemplada e imitada a lo largo de este ano sobre todo como la mujer docil a la voz del Espiritu, mujer del silencio y de la escucha, mujer de esperanza, que supo acoger como Abraham la voluntad de Dios " esperando contra toda esperanza " (Rm 4,18). Ella ha llevado a su plena expresion el anhelo de los pobres de Yhaveh, y resplandece como modelo para quienes se fian con todo el corazon de las promesas de Dios.

III ano: Dios Padre

49 El 1999, tercer y ultimo ano preparatorio, tendra la funcion de ampliar los horizontes del creyente segun la vision misma de Cristo: la vision del " Padre celestial " (Mt 5,45), por quien fue enviado y a quien retornara (Jn 16,28).

" Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el unico Dios verdadero, y al que tu has enviado, Jesucristo " (Jn 17,3). Toda la vida cristiana es como una gran peregrinacion hacia la casa del Padre, del cual se descubre cada dia su amor incondicionado por toda criatura humana, y en particular por el " hijo prodigo " (Lc 15,11-32). Esta peregrinacion afecta a lo intimo de la persona, prolongandose después a la comunidad creyente para alcanzar la humanidad entera.

El Jubileo, centrado en la figura de Cristo, llega de este modo a ser un gran acto de alabanza al Padre: " Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Senor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo " (Ep 1,3).


50 En este tercer ano el sentido del " camino hacia el Padre " debera llevar a todos a emprender, en la adhesion a Cristo Redentor del hombre, un camino de auténtica conversion, que comprende tanto un aspecto " negativo " de liberacion del pecado, como un aspecto " positivo " de eleccion del bien, manifestado por los valores éticos contenidos en la ley natural, confirmada y profundizada por el Evangelio. Es éste el contexto adecuado para el redescubrimiento y la intensa celebracion del sacramento de la Penitencia en su significado mas profundo. El anuncio de la conversion como exigencia imprescindible del amor cristiano es particularmente importante en la sociedad actual, donde con frecuencia parecen desvanecerse los fundamentos mismos de una vision ética de la existencia humana.

Sera, por tanto, oportuno, especialmente en este ano, resaltar la virtud teologal de la caridad, recordando la sintética y plena afirmacion de la primera Carta de Juan: " Dios es amor " (
1Jn 4,8 1Jn 4,16). La caridad, en su doble faceta de amor a Dios y a los hermanos, es la sintesis de la vida moral del creyente. Ella tiene en Dios su fuente y su meta.


51 En este sentido, recordando que Jesus vino a " evangelizar a los pobres " (Mt 11,5 Lc 7,22), ¿como no subrayar mas decididamente la opcion preferencial de la Iglesia por los pobres y los marginados? Se debe decir ante todo que el compromiso por la justicia y por la paz en un mundo como el nuestro, marcado por tantos conflictos y por intolerables desigualdades sociales y economicas, es un aspecto sobresaliente de la preparacion y de la celebracion del Jubileo. Asi, en el espiritu del Libro del Levitico (Lv 25,8-28), los cristianos deberan hacerse voz de todos los pobres del mundo, proponiendo el Jubileo como un tiempo oportuno para pensar entre otras cosas en una notable reduccion, si no en una total condonacion, de la deuda internacional, que grava sobre el destino de muchas naciones. El Jubileo podra ademas ofrecer la oportunidad de meditar sobre otros desafios del momento como, por ejemplo, la dificultad de dialogo entre culturas diversas y las problematicas relacionadas con el respeto de los derechos de la mujer y con la promocion de la familia y del matrimonio.


52 Recordando, ademas, que " Cristo (...) en la misma revelacion del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocacion ",(34) dos compromisos seran ineludibles especialmente durante el tercer ano preparatorio: laconfrontacion con el secularismo y el dialogo con las grandes religiones.

Respecto al primero, sera oportuno afrontar la vasta problematica de la crisis de civilizacion, que se ha ido manifestando sobre todo en el Occidente tecnologicamente mas desarrollado, pero interiormente empobrecido por el olvido y la marginacion de Dios. A la crisis de civilizacion hay que responder con la civilizacion del amor, fundada sobre valores universales de paz, solidaridad, justicia y libertad, que encuentran en Cristo su plena realizacion.

[34] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes,
GS 22.
53 A su vez, en lo relativo al horizonte de la conciencia religiosa, la vigilia del Dos mil sera una gran ocasion, también a la luz de los sucesos de estos ultimos decenios, para el dialogo interreligioso, segun las claras indicaciones dadas por el Concilio Vaticano II en la Declaracion Nostra Aetate sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas.

En este dialogo deberan tener un puesto preeminente los hebreos y los musulmanes. Quiera Dios que coincidiendo en esta intencion se puedan realizar también encuentros comunes en lugares significativos para las grandes religiones monoteistas.

Se estudia, a este respecto, como preparar tanto historicas reuniones en Belén, Jerusalén y el Sinai, lugares de gran valor simbolico, para intensificar el dialogo con los hebreos y los fieles del Islam, como encuentros con los representantes de las grandes religiones del mundo en otras ciudades. Sin embargo, siempre se debera tener cuidado para no provocar peligrosos malentendidos, vigilando el riesgo del sincretismo y de un facil y enganoso irenismo.



54 En este amplio programa, Maria Santisima, hija predilecta del Padre, se presenta ante la mirada de los creyentes como ejemplo perfecto de amor, tanto a Dios como al projimo. Como ella misma afirma en el cantico del Magnificat, grandes cosas ha hecho en ella el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo (Lc 1,49). El Padre ha elegido a Maria para una mision unica en la historia de la salvacion: ser Madre del mismo Salvador. La Virgen respondio a la llamada de Dios con una disponibilidad plena: " He aqui la esclava del Senor " (Lc 1,38). Su maternidad, iniciada en Nazaret y vivida en plenitud en Jerusalén junto a la Cruz, se sentira en este ano como afectuosa e insistente invitacion a todos los hijos de Dios, para que vuelvan a la casa del Padre escuchando su voz materna: " Haced lo que Cristo so diga " (Jn 2,5).

c) En vista de la celebracion

55 Un capitulo particular es la celebracion misma del Gran Jubileo, que tendra lugar contemporaneamente en Tierra Santa, en Roma y en las Iglesias locales del mundo entero. Sobre todo en esta fase, la fase celebrativa, el objetivo sera la glorificacion de la Trinidad, de la que todo procede y a la que todo se dirige, en el mundo y en la historia. A este misterio miran los tres anos de preparacion inmediata: desde Cristo y por Cristo, en el Espiritu Santo, al Padre. En este sentido la celebracion jubilar actualiza y al mismo tiempo anticipa la meta y el cumplimiento de la vida del cristiano y de la Iglesia en Dios uno y trino.

Siendo Cristo el unico camino al Padre, para destacar su presencia viva y salvifica en la Iglesia y en el mundo, se celebrara en Roma, con ocasion del Gran Jubileo, el Congreso eucaristico internacional. El Dos mil sera un ano intensamente eucaristico: en el sacramento de la Eucaristia el Salvador, encarnado en el seno de Maria hace veinte siglos, continua ofreciéndose a la humanidad como fuente de vida divina.

La dimension ecuménica y universal del Sagrado Jubileo, se podra evidenciar oportunamente en un significativo encuentro pancristiano. Se trata de un gesto de gran valor y por esto, para evitar equivocos, se debe proponer correctamente y preparar con cuidado, en una actitud de fraterna colaboracion con los cristianos de otras confesiones y tradiciones, asi como de afectuosa apertura a las religiones cuyos representantes manifiesten interés por la alegria comun de todos los discipulos de Cristo.

Una cosa es cierta: cada uno es invitado a hacer cuanto esté en su mano para que no se desaproveche el gran reto del Ano 2000, al que esta seguramente unida una particular gracia del Senor para la Iglesia y para la humanidad entera.



V - " JESUCRISTO ES EL MISMO (...) SIEMPRE "

(He 13,8)

56 La Iglesia perdura desde hace 2000 anos. Como el evangélico grano de mostaza, ella crece hasta llegar a ser un gran arbol, capaz de cubrir con sus ramas la humanidad entera (Mt 13,31-32). El Concilio Vaticano II en la Constitucion dogmatica sobre la Iglesia, considerando la cuestion de la pertenencia a la Iglesia y de la ordenacion al Pueblo de Dios, dice asi: " Todos los hombres estan invitados a esta unidad catolica del Pueblo de Dios (...). A esta unidad pertenecen de diversas maneras o a ella estan destinados los catolicos, los demas cristianos e incluso todos los hombres en general llamados a la salvacion por la gracia de Dios ".(35) Pablo VI, por su parte, en la Enciclica Ecclesiam suam explica la universal participacion de los hombres en el proyecto de Dios, senalando los distintos circulos del dialogo de salvacion.(36)

A la luz de este planteamiento se puede comprender aun mejor el significado de la parabola de la levadura (Mt 13,33): Cristo, como levadura divina, penetra siempre mas profundamente en el presente de la vida de la humanidad difundiendo la obra de la salvacion realizada en el Misterio pascual. El envuelve ademas en su dominio salvifico todo el pasado del género humano, comenzando desde el primer Adan.(37) A El pertenece el futuro: " Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre " (He 13,8). La Iglesia por su parte " solo desea una cosa: continuar, bajo la guia del Espiritu, la obra misma de Cristo, que vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para servir y no para ser servido ".(38)

[35] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium, LG 13.
[36] Cf. Pablo VI, Carta Enc. Ecclesiam suam (6 agosto 1964), III: AAS 56 (1964), 650-657.
[37]. Cf. Ibidem, 2.
[38] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, GS 3.
57 Por esto, desde los tiempos apostolicos, continua sin interrupcion la mision de la Iglesia dentro de la universal familia humana. La primera evangelizacion se ocupo especialmente de la region del Mar Mediterraneo. A lo largo del primer milenio los misioneros partiendo de Roma y Constantinopla, llevaron el cristianismo al interior del continente europeo. Al mismo tiempo se dirigieron hacia el corazon de Asia, hasta la India y China. El final del siglo XV, junto con el descubrimiento de América, marco el comienzo de la evangelizacion en este gran continente, en el sur y en el norte. Contemporaneamente, mientras las costas sudsaharianas de Africa acogian la luz de Cristo, san Francisco Javier, patron de las misiones, llego hasta el Japon. A caballo de los siglos XVIII y XIX, un laico, Andrés Kim llevo el cristianismo a Corea; en aquella época el anuncio evangélico alcanzo la Peninsula Indochina, como también Australia y las islas del Pacifico.

El siglo XIX registro una gran actividad misionera entre los pueblos de Africa. Todas estas obras han dado frutos que perduran hasta hoy. El Concilio Vaticano II da cuenta de ello en el Decreto Ad Gentes sobre la actividad misionera. Después del Concilio el tema misionero ha sido tratado por la Enciclica Redemptoris missio, relativa a los problemas de las misiones en esta ultima parte de nuestro siglo. La Iglesia también en el futuro seguira siendo misionera: el caracter misionero forma parte de su naturaleza. Con la caida de los grandes sistemas anticristianos del continente europeo, del nazismo primero y después del comunismo, se impone la urgente tarea de ofrecer nuevamente a los hombres y mujeres de Europa el mensaje liberador del Evangelio.(39) Ademas, como afirma la Enciclica Redemptoris missio, se repite en el mundo la situacion del Areopago de Atenas, donde hablo san Pablo.(40) Hoy son muchos los " areopagos ", y bastante diversos: son los grandes campos de la civilizacion contemporanea y de la cultura, de la politica y de la economia. Cuanto mas se aleja Occidente de sus raices cristianas, mas se convierte en terreno de mision, en la forma de variados " areopagos ".

[39] Cf. Declaracion de la Asamblea especial para Europa del Sinodo de Obispos, n. 3.
[40] Cf. Carta Enc. Redemptoris missio (7 diciembre 1990),
RMi 37, C: AAS 83 (1991), 284-286.
58 El futuro del mundo y de la Iglesia pertenece a las jovenes generaciones que, nacidas en este siglo, seran maduras en el proximo, el primero del nuevo milenio. Cristo escucha a los jovenes, como escucho al joven que le hizo la pregunta: " ¿Qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna? " (Mt 19,16). A la magnifica respuesta que Jesus le dio he hecho referencia en la reciente Enciclica Veritatis splendor, como, anteriormente, en la " Carta a los jovenes y a las jovenes del mundo " de 1985. Los jovenes, en cada situacion, en cada region de la tierra no dejan de preguntar a Cristo: lo encuentran y lo buscan para interrogarlo a continuacion. Si saben seguir el camino que El indica, tendran la alegria de aportar su propia contribucion para su presencia en el proximo siglo y en los sucesivos, hasta la consumacion de los tiempos. " Jesus es el mismo ayer, hoy y siempre ".


59 Para concluir, son oportunas las palabras de la Constitucion pastoral Gaudium et spes: " La Iglesia cree que Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre luz y fuerzas por su Espiritu, para que pueda responder a su maxima vocacion; y que no ha sido dado a los hombres bajo el cielo ningun otro nombre en el que haya que salvarse. Igualmente, cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se encuentra en su Senor y Maestro. Afirma ademas la Iglesia que, en todos los cambios, subsisten muchas cosas que no cambian y que tienen su fundamento ultimo en Cristo, que es El mismo ayer, hoy y por los siglos. Por consiguiente, a la luz de Cristo, Imagen del Dios invisible, Primogénito de toda criatura, el Concilio pretende hablar a todos para iluminar el misterio del hombre y para cooperar en el descubrimiento de la solucion de los principales problemas de nuestro tiempo ".(41)

Mientras invito a los fieles a elevar al Senor insistentes oraciones para obtener luces y ayudas necesarias para la preparacion y celebracion del Jubileo ya proximo, exhorto a los venerables Hermanos en el Episcopado y a las comunidades eclesiales a ellos confiadas a que abran el corazon a las inspiraciones del Espiritu. El no dejara de mover los corazones para que se dispongan a celebrar con renovada fe y generosa participacion el gran acontecimiento jubilar.

Confio esta tarea de toda la Iglesia a la materna intercesion de Maria, Madre del Redentor. Ella, la Madre del amor hermoso, sera para los cristianos que se encaminan hacia el gran Jubileo del tercer milenio la Estrella que guia con seguridad sus pasos al encuentro del Senor. La humilde muchacha de Nazaret, que hace dos mil anos ofrecio al mundo el Verbo encarnado, oriente hoy a la humanidad hacia Aquel que es " la luz verdadera, aquella que ilumina a todo hombre " (
Jn 1,9).

Con estos sentimientos imparto a todos mi Bendicion.

Vaticano, 10 de noviembre del ano 1994, decimoséptimo de mi Pontificado.

[41] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, GS 10.






Tertio millenio adveniente ES 38