Fdez-Carvajal: Antologia - INFIERNO

INFIERNO

Citas de la Sagrada Escritura

Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno, que fue destinado para el diablo y sus ángeles. Mt 25,41.

Murió también el rico y fue sepultado en el infierno [. . . ]: me abraso en estas llamas. Lc 16,22-24.

Si tu mano (si tu ojo. . . si tu pie) te es ocasión de escándalo, córtala; más te vale el entrar manco en la vida (eterna) que tener dos manos e ir al infierno, en donde el gusano que les roe nunca muere, y el fuego nunca se apaga. Mc 9,42-43.

Los que no obedecen al Evangelio sufrirán la pena de una eterna condenación: 2Th 1,8-9.

Mas en orden a los cobardes, incrédulos, homicidas, deshonestos. . . , su suerte será en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda. Ap 21,8.

Y al salir verán los cadáveres de los que se rebelaron contra mi, cuyo gusano nunca morirá y cuyo fuego no se apagará, que serán objeto de horror para toda carne. Is 66,24.

Los hombres buscarán en aquellos días la muerte y no la hallarán, y desearán morir y la muerte huirá de ellos. Ap 9,6.

Mientras que los hijos del reino serán arrojados a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y crujir de dientes. Mt 8,12.

Si alguno adora la bestia y su imagen y recibe su marca en la frente o en la mano, éste beberá el vino del furor de Dios, que ha sido derramado sin mezcla en la copa de su ira. Ap 14,9.

Los poderosos serán poderosamente atormentados. Sg 6,6.

Cuanto se envaneció y entregó al lujo, dadle otro tanto de tormento y duelo [. . . ]. Ap 18,7.

Dadle según lo que ella dio, y dadle el doble de sus obras; en la copa en que ella mezcló, mezcladle el doble. Ap 18,6.

Irán al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna. Mt 25,46.

. . . Los abandonaré y esconderé de ellos mi rostro, y los devorarán y vendrán sobre ellos muchos males y aflicciones. Dt 31,17.

Tierra de negrura y desorden, en la que la claridad es como la oscuridad. Jb 10,22.

Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición; muchos son los que por ella entran. Mt 7,13.

Como la sequedad y el calor funden la nieve, así arrebata a los malvados el seol. Jb 24,19.

Eternidad y enormidad de las penas


3028 Se hizo digno de pena eterna el hombre que aniquiló en si el bien que pudo ser eterno (SAN AGUSTIN, La Ciudad de Dios,11).


3029 Y no se extinguirá la muerte, sino que será muerte sempiterna, y el alma no podrá vivir sin Dios, ni librarse de los dolores muriendo (SAN AGUSTIN, Ibídem 21,3).


3030 Los malvados maldecirán eternamente el día en que recibieron el santo bautismo, los pastores que los instruyeron, los Sacramentos que se les fueron administrados. ¡AY! ¿qué digo?, este confesonario, este comulgatorio, estas sagradas fuentes, este púlpito, este altar, esa cruz, ese Evangelio o, para que lo entendáis mejor, todo lo que ha sido objeto de su fe, será objeto de sus imprecaciones, de sus maldiciones, de sus blasfemias y de su desesperación eterna (SANTO CURA DE ARS, Sobre el misterio).


3031 Sobre todo, considera la eternidad de las penas, pues ella sola basta para hacer el infierno insoportable. Si la picadura de una pulga en una oreja o el ardor de una ligera calentura es suficiente para que juzguemos larguisimo e insufrible el corto espacio de una noche, ¡qué espantosa será la noche de la eternidad con tantos tormentos! (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, I,15).


3032 De manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allf pasar aquí. En esto hay un argumento contra los herejes, que dicen que habrán de tener término las penas, y que llegará día en que los pecadores podrán unirse con los justos y con Dios (TEÓFILO, en Catena Aurea, Vl, p. 254).


3033 A lOS mártires les parecía frío el fuego de los verdugos, porque tenían ante los ojos el huir de aquel que es eterno y nunca se extinguirá (Martirio de S. Policarpo,10).


3034 Estando un día en oración, me hallé en un punto toda, sin saber cómo, que me parecía estar metida en el infierno. Entendí que quería el Señor que viese el lugar que los demonios allá me tenían aparejado, y yo merecido por mis pecados. Ello fue en brevisimo espacio; mas, aunque yo viviese muchos años, me parece imposible olvidárseme [. . . ], sentí un fuego en el alma, que yo no puedo entender cómo poder decir de la manera que es. Los dolores corporales tan insoportables, que, con haberlos pasado en esta vida gravísimos, y según dicen los médicos, los mayores que se pueden acá pasar (porque fue encogérseme todos los nervios cuando me tullí, sin otros muchos de muchas maneras que he tenido, y aun algunos, como he dicho, causados del demonio), no es todo nada en comparación con lo que allí sentí, y ver que habían de ser sin fin y sin jamás cesar. Esto no es nada, pues, nada en comparación del agonizar del alma, un apretamiento, un ahogamiento, una aflicción tan sensible y con tan desesperado y afligido descontento, que yo no sé cómo encarecerlo. Porque decir que es un estarse siempre arrancando el alma, es poco; porque aun parece que otro os acaba la vida, mas aquí el alma misma es la que se despedaza. El caso es que yo no sé cómo encarezca aquel fuego interior, y aquel desesperamiento sobre tan gravísimos tormentos y dolores. No veia yo quién me los daba, mas sentiame quemar y desmenuzar a lo que me parece, y digo que aquel fuego y desesperación interior es lo peor [. . . ]; fue una de las mayores mercedes que el Señor me ha hecho, porque me ha aprovechado muy mucho, así para perder el miedo a las tribulaciones y contradicciones de esta vida, como para esforzarme a padecerlas y a dar gracias al Señor, que me libró, a lo que ahora me parece, de males tan perpetuos y terribles (SANTA TERESA, Vida,32,1-4).


3035 Hay infierno. Una afirmación que, para ti, tiene visos de perogrulladaó. Te la voy a repetir: ¡hay infierno! Hazme tú eco, oportunamente, al oído de aquel compañero. . . y de aquel otro (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 749).


3036 Todas estas cosas se dicen para que nadie pueda excusarse basado en su ignorancia, que únicamente cabria si se hubiera hablado con ambigüedad sobre el suplicio eterno (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. sobre los Evang. ).


3037 Me amenazas con un fuego que sólo abrasa una hora y se extingue pronto; porque tú no conoces el fuego del juicio futuro y del eterno castigo que espera a los ateos (Martirio de San Policarpo,10).

Pena de daño


3038 Esa pena será inmensa en primer lugar por la separación de Dios y de los buenos todos. En esto consiste la pena de daño, en la separación, y es mayor que la pena de sentido. Arrojad al siervo inútil a las tinieblas exteriores (Mt 25,30). En la vida actual los malos tienen tinieblas por dentro, las del pecado, pero en la futura las tendrán también por fuera. Será inmensa, en segundo lugar, por los remordimientos de su conciencia [. . . ]. Sin embargo, tal arrepentimiento y lamentaciones serán inútiles, pues provendrán no del odio de la maldad, sino del dolor del castigo.

En tercer lugar, por la enormidad de la pena sensible, la del fuego del infierno, que atormentará alma y cuerpo. Es este tormento del fuego el más atroz, al decir de los santos. Se encontrarán como quien se está muriendo siempre y nunca muere ni ha de morir; por eso se le llama a esta situación muerte eterna, porque, como el moribundo se halla en el filo de la agonía, así estarán los condenados [. . . ]. En cuarto lugar, por no tener esperanza alguna de salvación. Si se les diera alguna esperanza de verse libres de sus tormentos, su pena se mitigaria; pero perdida aquélla por completo, su estado se torna insoportable (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,12,1. c. , p. 1 13).


3039 Además de todos estos tormentos, hay otro todavía mayor, que es la privación y pérdida de la gloria de Dios, de la cual los condenados están excluidos para siempre. Si Absalón juzgó que el estar privado de ver el amable rostro de su padre David era más penoso que su destierro, ¿cuál será, Dios mio, la pena de estar para siempre privado de ver vuestro dulce y suave rostro? (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, I,15).


3040 La pena del infierno es insufrible, es verdad; pero si alguno fuera capaz de imaginar diez mil infiernos, nada seria el sufrimiento en comparación de la pena que produce el haber perdido el cielo y ser rechazado por Cristo (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo 28).


3041 Si fuese sólo la Justicia la que ha cavado el abismo, aún tendría remedio, pero es el Amor quien lo ha cavado; esto es lo que quita toda esperanza. Cuando se es condenado por la Justicia, se puede recurrir al Amor; pero cuando se es condenado por el Amor, ¿a quién recurrir? ¡Tal es la suerte de los condenados! El Amor que ha dado por ellos toda su sangre, es el mismo Amor que les maldice. ¡Cómo! ¿Habría venido un Dios aquí abajo por vosotros, habría tomado vuestra naturaleza, hablado vuestra lengua, curado vuestras heridas, resucitado vuestros muertos; habría sido El mismo muerto en la Cruz para que, después de todo esto, penséis que os es lícito blasfemar y reír, y caminar sin temor, desposarse con todas las disoluciones? Oh, no. Desengañaos, el amor no es un juego, no se es amado impunemente por un Dios, no se es amado impunemente hasta la muerte. No es la Justicia la que carece de misericordia, es el Amor quien os condena. El amorólo hemos experimentado en demásíaóes la vida o la muerte; y si se trata del amor de Dios, es la vida eterna o la muerte eterna (LACORDAIRE, Conferencias de Nuestra Señora,72).

Pena de sentido


3042 LOS condenados están en el abismo infernal como dentro de una ciudad malaventurada, en la cual sufren indecibles tormentos en todos los sentidos y miembros; porque como emplearon en el pecado todos sus miembros y sentidos, sufrirán en todos ellos las penas correspondientes al pecado. LOS ojos, por sus licenciosas e ilícitas miradas, sufrirán la horrible visión de los demonios y del infierno; los oídos, por haberse deleitado con discursos malos, jamás oirán í otra cosa que llantos, lamentos y desesperaciones, y así de los restantes (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a /a vida devota,1,15).


3043 Entre aquellos que Irán al infierno habrá diferencias de tormentos: [. . . ] quien se condena [. . . ] queda hecho hijo del infierno por cada una de las especies de pecados que comete, de manera que así como el justo tendrá aumento de gloria según sus méritos, así el pecador tendrá una pena en el infierno proporcionada, según el número de sus pecados (ORIGENES, en Catena Aurea, vol. lll, pp. 117-118).


3044 Se nos dice que en aquel lugar habrá llanto y crujir de dientes; de suerte que allí rechinarán los dientes de los que, mientras estuvieron en este mundo, se gozaban en su voracidad; llorarán allí los ojos de aquellos que en este mundo se recrearon con la vista de cosas ilícitas; de modo que cada uno de los miembros que en este mundo sirvió para la satisfacción de algún vicio, sufrirá en la otra vida un suplicio especial (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 38 sobre los Evang. ).

Los cuerpos de los condenados


3045 El castigo eterno producirá en los cuerpos cuatro taras contrarias a las dotes de los cuerpos gloriosos. Serán oscuros: Sus rostros, caras chamuscadas (Is 13,8). Pasibles, si bien nunca llegarán a descomponerse, puesto que constantemente arderán en el fuego pero jamás se consumirán: Su gusano no morirá, y su fuego no se extinguirá (Is 66,24). Pesados y torpes, porque el alma estará allí como encadenada: Para aprisionar con grillos a sus reyes (Ps 149,8). Finalmente, serán en cierto modo carnales, tanto en alma como el cuerpo: Se corrompieron los asnos en su propio estiércol (Joel I,17) (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,11,1. C. , P. 109).

INSTRUMENTOS DE DIOS

Citas de la Sagrada Escritura

Victoria de Gedeón y los trescientos escogidos: Jue 7,1-7.

David y Goliat: I Sam 17,31

La borriquillo de Balaám: Nb 22,21-34.

Considerad si no, hermanos, vuestra vocación: no hay muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; mas Dios eligió lo necio del mundo para confundir a los sabios, lo débil para confundir a los fuertes, lo vil, lo despreciable, lo que es nada, para anular lo que es; para que nadie se glorie delante de Dios. Por él vosotros estáis en Cristo Jesús, quien de parte de Dios se ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención, para que, como está escrito, el que se glorie, que se glorie en el Señor. 1Co 1,26-31.

Poderoso es Dios para hacer que nazcan de las mismas piedras hijos de Abraham. Mt 3,9.

Como el barro en manos del alfarero, que le señala el destino segun su juicio, así son los hombres en manos del Hacedor, que hace de ellos según su voluntad. Si 33,13-14.

¿Deberia acaso estar agradecido al siervo porque hizo lo que se le había ordenado? Lc 17,9-10.

Que nos tengan los hombres por ministros de Cristo y dispensadores de los misterios de Dios. 1Co 4,1-2.

Cada uno permanezca en la condición que Dios le ha asignado, en la que tenia cuando fue llamado. Asi lo dispongo en todas las Iglesias. 1Co 7,17.

Porque si predico el Evangelio, no tengo de qué gloriarme; es que tengo obligación. Pues ¡ay de mi si no evangelizare! Si hiciera esto por propia voluntad, mereceria recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con un cargo que se me ha confiado. 1Co 9,16-17.

Dios suele escoger "instrumentos desproporcionados" para que colaboren con El.


3046 Te reconoces miserable. Y lo eres. A pesar de todo ómás aún: por esoóte buscó Dios.

Siempre emplea instrumentos desproporcionados: para que se vea que la "obra" es suya. A ti sólo te pide docilidad (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Cam¿no, n. 475).


3047 Mas la providencia de Dios, que quiere que los hombres se salven y vengan al conoc¿m¿ento de la verdad (I T¿m 2,4), permite en ocasiones, por su magnífica liberalidad, que incluso quien no se ha hecho digno de predicar el Evangelio por una vida irreprochable, obtenga la gracia de la ciencia espiritual para la salvación de muchos (CASIANO, Colaciones,14,19).


3048 El sacerdote presta (a Cristo) su lengua y le ofrece sus ma- nos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. Evang. S. Juan 86,4).


3049 Con frecuencia, escoge para esto a personas aparentemente inadecuadas, pero eleva de tal modo sus cualidades personales que las hace capaces de realizar acciones absolutamente superiores a sus posibilidades. Y esto lo hace no tanto para confundir la sabiduría de los sabios, como para poner de relieve su obra, que no necesita apoyos humanos, y para indicar más claramente a los hombres cuál es la dignidad a que los eleva su gracia y a qué grandeza puede y quiere conducirles bajo su guía (JUAN PABLO II, Carta Apost. Amantíssima Providentia,14-VI-1980).

El Señor da las gracias necesarias


3050 A los que Dios elige para una misión los prepara y dispone de suerte que resulten idóneos para desempeñar la misión para la que fueron elegidos (SANTO TOMÁS, Suma Teológ¿ca,3, q. 27, a. 4 c).


3051 Nosotros somos simples braceros, porque Dios es quien siembra (SAN AGUSTIN, Sermón 73,3).


3052 Les invita a la fe con la parábola del grano de mostaza; y les hace ver que, de todos modos, se propagará la predicación del Evangelio. Es necesaria la fe para comprender esto. Los más pequeños, los más débiles entre los hombres, eran los discípulos del Señor; pero como había en ellos una eficacia divina grandiosa, esa fuerza se desplegó y se difundió por todo el mundo. Con esto quiso dar el Señor una prueba de su grandeza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo 46).

Dios es quien actúa a través de sus instrumentos


3053 Pecadores e ignorantes son enviados a predicar, para que se comprenda que la fe de los creyentes está en la virtud de Dios, no en la elocuencia ni en la doctrina (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, p. 31).


3054 Nosotros os hablamos desde el exterior, pero es él quien edifica desde dentro [. . . ]. Es él quien edifica, quien amonesta, quien amedrenta, quien abre el entendimiento, quien os conduce a la fe; aunque nosotros cooperamos también con nuestro esfuerzo (SAN AGUSTIN, Coment. Salmo 126,2).


3055 Todos los que reciben el bautismo de manos de un borracho, de un homicida, de un adúltero, si el bautismo es de Cristo, por Cristo son bautizados (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan 5,18).


3056 Hay que insistir en que los hombres no son más que instrumentos, de los que Dios se sirve para la salvación de las almas, y hay que procurar que estos instrumentos se encuentren en buen estado para que Dios pueda utilizarlos (SAN Pio X, Haerent animo,4-8-1908).


3057 El Espíritu Santo se sirve de la palabra del hombre como de un instrumento. Pero es El el que interiormente perfecciona la obra (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 177, a. lc).


3058 Si contamos exclusivamente con nuestras propias fuerzas, no lograremos nada en el terreno sobrenatural; siendo instrumentos de Dios, conseguiremos todo: todo lo puedo en aquel que me conforta (Ph 4,3). Dios, por su infinita bondad, ha dispuesto utilizar estos instrumentos ineptos (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,120).

La gloria para Dios. Humildad del instrumento


3059 Imitad el ejemplo de humildad del Bautista. Lo toman por Cristo, pero él dice que no es lo que ellos piensan ni se adjudica el honor que erróneamente le atribuyen. Si hubiera dicho: "Soy Cristo", con cuánta facilidad le hubieran creído, ya que lo pensaban de él sin haberlo dicho. No lo dijo: reconoció lo que era, hizo ver la diferencia entre Cristo y él, y se humilló. Vio dónde estaba la salvación, comprendió que él era sólo una antorcha y temió ser apagado por el viento de la soberbia (SAN AGUSTIN, Sermón 293,3).


3060 Ya puedes desechar esos pensamientos de orgullo: eres lo que el pincel en manos del artista. Y nada más.

Dime para qué sirve un pincel, si no deja hacer al pintor (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 612).


3061 Rechaza las alabanzas que te hagan por el éxito obtenido, porque no se deben a un vil instrumento como tú, sino a El, que, si así lo quiere, puede servirse de una vara para, hacer brotar el agua de una roca, o de un poco de tierra para devolver la vista a los ciegos [. . . ] (J. PECCIóLeón Xllló, Práctica de la humidad,45).

IRA

Citas de la Sagrada Escritura

El que se venga será victima de la venganza del Señor, que le pedirá exacta cuenta de sus pecados. Si 28,1.

¿Guarda el hombre rencor contra el hombre, e irá a pedir al Señor curación? ¿No tiene misericordia de su semejante, y va a suplicar por sus pecados? Siendo carne, guarda rencor. ¿Quién va a tener piedad de sus delitos? Acuérdate de tus postrimerías y no tengas odio. Si 28,3-6.

Aléjate de contiendas y aminorarás los pecados. Porque el hombre iracundo enciende las contiendas. El hombre pecador siembra la turbación entre amigos y en medio de los que en paz están arroja la calumnia. Si 28,10-11.

A tenor del combustible se enciende y se alimenta el fuego, y según el poder del hombre así es su ira; según su riqueza crece su cólera, y se enciende según la violencia de la disputa. Pendencia súbita alumbra el fuego, y riña apresurada hace correr la sangre. Si soplas sobre brasas, las enciendes, y si escupes sobre ellas, las apagas; y ambas cosas proceden de tu boca. Si 28,1 Si 2-14.

Toda amargura, ira y enojo y gritería [. . . ] destiérrese de vosotros. Ep 4,31.

Sea todo hombre refrenado en la ira, porque la ira del hombre no se compadece con la justicia de Dios. Jc 1,19-20.

Si os enojáis no queráis pecar, no sea que se os ponga el sol estando airados. Ep 4,26.

El que aborrece a su hermano en tinieblas está y en tinieblas anda, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 1Jn 2,11.

Quienquiera que tome ojeriza contra su hermano, merecerá que el juez le condene. Mt 5,22.

Si al tiempo de presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja allí mismo tu ofrenda [. . . ] y ve primero a reconciliarte con tu hermano. Mt 5,23-24.

Si alguno dice: Yo amo a Dios, al paso que odia a su hermano, es un mentiroso. 1Jn 4,20.

La ira y el odio


3062 La ira es un movimiento que impulsa a venganza de las injurias recibidas (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. , p. 264).


3063 En comparación del odio, la ira no es más que una mota de paja, pero si la fomentas llegará a viga. Si la desarraigas y la arrojas no es nada (SAN AGUSTIN, Sermón 211 De fraterna concordia).


3064 Hay que guardarse de que la ira pase al corazón, cosa que ocurre cuando se transforma en odio. La diferencia entre la ira y el odio reside en que la primera es repentina y el segundo es sostenido (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. , p. 265).

Violencia y odio


3065 La violencia que está destruyendo el tejido social de la nación italiana no es casual: parte de un programa preciso, nace del espíritu del odio. Aquí está la matriz de la violencia; sólo aquí. Es necesario no dejarse engañar por otras motivaciones. He aquí por qué es muy necesario, por parte de los cristianos, saber discernir este espiritu, comprender su perversión intrínseca (cfr. 1Jn 3,15), y no dejarse contaminar por él, para librarse con vigor de su espiral y no dejarse engañar por sus sugestiones. Sed, en cambio, apóstoles perspicaces y generosos del amor (JUAN PABLO II, Aloc 23-III-1980).

La ira deja sin luz el corazón


3066 Quien lleva en sus ojos la viga de la indignación, ¿podrá observar serenamente la paja del ojo de su hermano? (CASIANO, Instituciones,8,5).


3067 Sea cual fuere la causa de esa efervescencia que radica en la cólera, la verdad es que ciega los ojos del corazón (CA SIANO, Instituciones,8,6).


3068 No olvidemos que cuando estamos irritados perdemos por completo la libertad de ponernos en oración y ofrecer nuestras plegarias al Señor (CAS¡ANO, Instituciones,8,22).

Consecuencias de la ira


3069 (La ira) normalmente provoca la injuria (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 72, a. 4).


3070 Tu mal carácter, tus exabruptos, tus modales poco amables, tus actitudes carentes de afabilidad, tu rigidez (¡tan poco cristiana!), son la causa de que te encuentres solo, en la soledad del egoísta, del amargado, del eterno descontento, del resentido, y son también la causa de que a tu alrededor, en vez de amor, haya indiferencia, frialdad, resentimiento y desconfianza.

Es necesario que con tu buen carácter, con tu comprensión y tu afabilidad, con la mansedumbre de Cristo amalgamada a tu vida, seas feliz y hagas felices a todos los que te rodean, a todos los que te encuentren en el camino de la vida. (S. CANALS. Ascética meditada, pp. 72-73).


3071 Cuando somos zarandeados por la ira estamos faltos de lucidez en el juicio, de la imparcialidad en el discernimiento, de la justa medida indispensable para dirimir las diferencias (CASIANO, Instituciones,8,1).


3072 En toda nuestra actuación hemos de practicar dos virtudes, la justicia y la misericordia. Pues bien, la ira cierra el camino a las dos (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos, I. c. ,p. 266).


3073 A veces la tristeza no es más que una consecuencia de la ira (CASIANO, Instituciones,9,4).

Existe una ira justa y virtuosa


3074 Quien se enfurece con causa no es culpable; porque si la ira no existiese, ni aprovecharia la doctrina ni los tribunales estarían constituidos, ni los crimenes. se castigarían. ASi, quien no se enfurece, cuando hay causa para ello, peca: la paciencia imprudente fomenta los vicios, aumenta la negligencia e invita a obrar el mal, no sólo a los malos sino también a los buenos (SAN AGUSTiN, Sobre la Ciudad de Dios,105).


3075 Si uno se encoleriza cuando debe, en la medida que debe, por lo que debe encolerizarse, etc. , es entonces la ira un acto de virtud (SANTO TOMÁS, Sobre los mandamientos,1. c. , p. 263).

La virtud de la paciencia Ver nº. 3967-4004.

Remedios contra la ira


3076 ASi como es excelente remedio contra la mentira desdecirse al instante que se advierte haberla dicho, también es remedio eficaz contra la ira repararla prontamente con su acto contrario, que es el de mansedumbre; que las llagas, como se suele decir, se curan con más facilidad cuando están recién hechas (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, III,8).


3077 Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. Y esto, aunque estés justisimamente airado.

Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 656).


3078 La indignación debe mantenerse en secreto [. . . ]. Porque es de tal naturaleza que, diferida, languidece y muere; manifestada, se enciende más y más (CASIANO, Colaciones,16,27).


3079 A tu paso debes dejar el buen aroma de Cristoóbonus odor Christió: tu sonrisa habitual, tu calma serena, tu buen humor y tu alegría, tu caridad y tu comprensión. Debes asemejarte a Jesús que pertransiit benefaciendo, que pasó haciendo el bien.

Quienes no conocen la mansedumbre de Cristo dejan tras de si una polvareda de descontento, una estela de animosidad y de dolorosas amarguras, una secuela de heridas sin cicatrizar; un coro de lamentos y una cantidad de corazones cerrados, por un tiempo más o menos largo, a la acción de la gracia y la confianza en la bondad de los hombres. (S. CANALS. Ascética meditada, p. 73).


3080 Como el hombre encolerizado jamás tiene por injusto su enojo, alimenta su ira con muchos falsos juicios. De lo dicho se infiere que vale más aprender a no enfadarse que intentar enfadarse con moderación y prudencia; y por si por imperfección o flaqueza nos sorprende la ira, más vale rechazarla al instante que entrar con ella en capitulaciones, pues, por poco lugar que se le dé, se apodera de la plaza y hace como la serpiente, que donde entra la cabeza fácilmente entra todo el cuerpo (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, III,8).


3081 Pero conviene no forjarnos ilusiones. La paz de nuestro espiritu no depende del buen carácter y benevolencia de los demás. Ese carácter bueno y esa benignidad de nuestros prójimos no están sometidos en modo alguno a nuestro poder y a nuestro arbitrio. Esto seria absurdo. Sino que la tranquilidad de nuestro corazón depende de nosotros mismos. El evitar los efectos ridículos de la ira debe estar en nosotros y no supeditarlo a la manera de ser de los demás. El poder superar la cólera no ha de depender de la perfección ajena, sino de nuestra virtud (CAS1ANO, Instituciones,8,17).


3082 Al despachar a sus hermanos de Egipto, el santo y famoso patriarca José, para que se restituyesen a la casa de su padre, sólo les hizo este encargo: No os enojéis por el camií?O. Y pues esta miserable vida es camino de la bienaventurada, lo mismo te digo: no nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, III,8).


3083 Recuerdo que, cuando vivía yo en el desierto, disponia de una caña para escribir, que, a mi parecer, era o demásiado gruesa o demásiado fina; tenia también un cuchillo, cuyo filo, embotado sobremanera, apenas si podía cortar; un sílex cuya chispa no brotaba lo bastante prontamente para satisfacer mi afán de leer en seguida; y entonces sentía yo nacer en mí tales oleadas de indignación, que no podía menos de proferir maldiciones, ora contra estos objetos insensibles, ora contra el mismo Satanás.

Ello es una prueba fehaciente de que de poco sirve no tener a nadie con quien enojarnos, si no hemos alcanzado antes la paciencia. Nuestra ira se desencadenará incluso contra las cosas inanimadas, a falta de alguien que pueda sufrir el golpe (CASIANO, Instituciones,8,17).

JESÚS

Citas de la Sagrada Escritura

1. Nombres

Cordero de Dios: Jn 1,29-36. Alfa y Omega: Ap 1,8. Nuestro abogado: 1Jn 2,1. El que ha sido, el que es y el que será: Ap 1,8. Cristo Señor: Lc 2,11. Emmanuel: Mt 1,23. Hijo de Dios: Lc 1,35. Hijo del Altísimo: Lc 1,32. Hijo de David: Lc 1,32. Hijo del hombre: Jn 1,51. Jesucristo: Mt 16,20; Rm 1,3.

El Justo: 1Jn 2,1. La Luz: Jn 1,8. El único Maestro: Mt 23,8. Mesías: Jn 1,41. Nuestro Señor: Rm 1,3. Buen Pastor: Jn 10,14. Padre de familia: Lc 13,25. Maestro: Jn 20,16. Resurrección y Vida: Jn 11,25. Rey: Jn 18,37; Mt 2,2. Cabeza del cuerpo de la Iglesia: Col 1,18. Salvador del mundo: Jn 4,42. Señor de la gloria:1Co 2,8. Sacerdote Eterno: He 5,6. Sumo Sacerdote: He 3,1. Cordero Inmaculado: 1P 1. Cordero Inmolado: Ap 5,6.

Autor de la vida y de la salud: He 2,10.

Consolacibn de Israel: Lc 2,25.

Hijo de Dios vivo: Mt 16,16 Mt 11,27.

Hijo Unigénito del Padre: Jn 1,14.

Gloria de Israel: Lc 2,32.

Imagen de Dios: 2Co 4,4 Col 1,15.

Luz del mundo: Jn 8,12.

Mediador: 1Tm 2,9.

Pan de Dios, Pan de vida: Jn 6,33-35.

Piedra angular: Mt 21,42.

Camino, Verdad y Vida: Jn 14,6.

2. Vida de unión con Dios Padre.

Jesús tiene la vida unida al Padre, por quien vive: Jn 6,58 Jn 5,26-27.

Está en el Padre y el Padre en El; por eso, quien le ve a El, ve también al Padre: Jn 14,9-10,20.

Hace siempre lo que es deseo del Padre: Jn 14,31.

Juzga según oye al Padre, por eso su juicio es justo, porque no busca hacer su voluntad sino la del que le envió: Jn 5,30.

Está siempre con el Padre y hace siempre lo que agrada al Padre: Jn 8,29.

3. Vida de oración

Se retiraba de madrugada a un lugar solitario para orar: Mc 1,35.

En la soledad hacia sus oraciones: Lc 5,16 Lc 9,18 Lc 11,1 Mt 26,36 Mt 14,23.

Ora antes de elegir a los Apóstoles: Lc 6,12.

Elevaba sus afectos a Dios, en todos sus actos más importantes:

- al resucitar a Lázaro: Jn 11,41.

- en la multiplicación de los panes: .

- al instituir la Eucaristía: Mc 14,23 Lc 22,19.

Ora con perseverancia durante la agonía en el huerto: Lc 22,40-45

4. Sentimientos interiores de Jesús

Se anonadó tomando forma de siervo: Ph 2,7.

No vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por nuestra redención: Mt 20,28.

Es modelo de mansedumbre y humildad: Mt 11,29.

Se compadecía de las muchedumbres, viéndolas como ovejas sin pastor: Mt 9,36 Mt 14,16 Mt 15,32.

Se compadece de los enfermos: Mc 1,41.

De la viuda de Naím: Lc 7,13.

Al ver la tristeza de las hermanas de Lázaro: Jn 11,35-36.

Se compadece de la adúltera: Jn 8,11.

De la caida de Pedro: Lc 22,61.

Del buen ladrón: Lc 23 Lc 43.

Del mismo Judas, llamándole amigo: Mt 26,49-50.

Pedía perdón por los que le crucificaban: Lc 23,34.

Nos ama como le ama a El el Padre, y nos pide correspondencia: Jn 15,9.

Nos amó hasta el extremo: Jn 13,1.

Hasta darnos la mayor prueba, dando su vida por nosotros: Jn 15,13.

Quiere que nos amemos mutuamente como El nos ha amado: Jn 13,34.

Llama amigos a sus discípulos, como prueba de amor: Jn 15,15.

5. Relaciones de Jesús

a) Con los pobres

Nuestro Señor, modelo de pobreza: 2Co 8,9.

La Santísima Virgen reclina al Niño Jesús en un pesebre: Lc 2,7.

Huida de la Sagrada Familia a Egipto, y su estancia allí en medio de privaciones y pobreza: Mt 2,14-22.

Pobreza de los Apóstoles: 1Co 4,11-13 1Co 9,12-13 2Co 11,27.

Nuestro Señor y sus Apóstoles padecen hambre: Mt 12,1 Mt 21,19.

No tenían dinero para pagar los impuestos: Mt 17,23-26.

Bienaventurados los pobres: Mt 5,3 Jc 2,3.

Nuestro Señor se gloria de evangelizar a los pobres: Mt 11,5 Lc 4,18.

Nuestro Señor no quiere la inquietud por el día de mañana: Mt 6,25-34

b) Con los ricos

José Nicodemo se entrevista con Jesús: Jn 3,1-29.

Nicodemo y José de Arimatea se declaran discípulos de Jesús y ungen su Cuerpo: Mt 27,57-60.

Los Magos adoran a Jesús: Mt 2,1-2.

Fe y humildad del Centurión: Mt 8,5-13 Mt 7,1-10.

Lázaro, Marta y Maria, amigos de Jesús: Jn 11,11-44.

Jesús quiere hospedarse en casa de Zaqueo: Lc 19,1-10.

Jesús arroja del Templo por dos veces a los mercaderes que intentaban enriquecerse: Jn 11,14-17 Mt 11,11.

El rico de la parábola se condenó por haber empleado mal sus bienes: Lc 16,19-31.

El primer anatema de Jesús fue contra los malos ricos: Lc 6,24-25 Jc 5,1-7.

c) Con los afligidos y enfermos

Jesús llora sobre Jerusalén: Lc 19,41.

Se compadece de las almas que yacen como ovejas sin pastor: Mt 10,36-38.

Se compadece de Marta y Maria, y resucita a Lázaro: Jn 11,20-37.

Se compadece de Jairo, cuya hija acaba de morir: Mt 9,18-26 Mc 5,22-43 Lc 8,41-46.

Se compadece de la viuda de Naím, a quien dijo: "No llores más": Lc 7,11-17.

Se olvida de si mismo, y dice a unas piadosas mujeres: "No lloréis por Mi": Lc 23,28.

Lleno de compasión, dice a los afligidos: Venid a Mi todos los que andáis agobiados con trabajos y cargas, que yo os aliviaré. Mt 11,28.

¡ Bienaventurados los que lloran! Mt 5,5.

Salia de El una virtud que curaba a cuantos se le acercaban. Lc 6,19.

La virtud del Señor se manifestaba curando a los enfermos: Lc 5,17.

En Cafarnaúm imponia sobre ellos las manos y los curaba: Mt 8,16 Mc 1,32-34 Lc 4,40-41.

Antes de multiplicar los panes y los peces curó a todos los que le presentaron: Mt 15,30 Jn 6,2.

En la primera Pascua que estuvo en Jerusalén creyeron en El a causa de las curaciones que hacia: Jn 11,23.

El domingo de ramos, en el atrio del Templo, curó también a cojos y a ciegos: Mt 21,14.

d) Con los pecadores

Ha venido para salvar las ovejas perdidas de la casa de Israel: Mt 15,24.

No ha venido por los justos, sino por los pecadores: Mt 9,13 Mc 11,17 Lc 5,32.

Hay más alegría en el cielo por la conversión de un solo pecador que por la perseverancia de noventa y nueve justos: Lc 15,7.

Parábolas de Nuestro Señor sobre el perdón de los pecadores: la oveja perdida: Mt 18,12-14 Lc 15,3-7; la dracma perdida, Lc 15,8-10; el hijo pródigo, Lc 15,11-31.

Otorga muchas veces su perdón:

a la Samaritana, Jn 4,7-29.

al paralítico de Catarnaúm: Mc 11,5-11.

al publicano Mateo: Mc 11,14-27 Lc 5,27-32.

a Maria Magdalena: Lc 7,37-50.

a la mujer adúltera: Jn 8,3-11.

a Zaqueo: Lc 19,1-10.

a Pedro cuando le negó: Lc 22,61.

a sus verdugos: Lc 23,34.

al buen ladrón: Lc 23,42-43.

6. Promesas

A los pobres: Mt 5,30 Lc 6,20.

A los mansos: Mt 5,4.

A los que lloran: Mt 5,5 Lc 6,21.

A los que tienen hambre y sed de justicia: Mt 5,6.

A los hambrientos: Lc 6,21.

A los misericordiosos: Mt 5,7.

A los limpios de corazón: Mt 5,8.

A los pacificos: Mt 5,9.

A los que sufren persecuciones por la justicia: Mt 5,10.

A los que sufren persecuciones por su amor: Mt 5,11 Lc 6,22-23.

A los gentiles: Mt 8,11.

Los gentiles oirán la voz del Buen Pastor: Jn 10,16.

Jesús envia sus Apóstoles en busca de las ovejas perdidas: Mt 10,6.

El mismo quiere poner sobre sus hombros la oveja perdida: Lc 15,4-6.

7. Maestro

Vino para predicar el Evangelio: Mc 1,38.

Enseñaba en las sinagogas: Lc 4,15.

Recorría las ciudades y aldeas para enseñar el Evangelio: Mt 9,35.

Vino sobre todo para evangelizar a los pobres: Mt 11,5 Lc 4,18.

Enseñó con sus palabras y con sus ejemplos: Jn 13,15 Ac 1,1.

Vino para enseñar la Verdad: Jn 18,34-37.

Nos dio a conocer al verdadero Dios: 1Jn 5,20.

Manifestó el nombre de Dios a sus discípulos: Jn 17,6.

Enseñó el camino de Dios según la pura verdad: Lc 20,21.

Todos sus oyentes admiraban su doctrina: Lc 4,22.

Jamás hombre alguno habló como El: Jn 7,46.

Sus palabras son espiritu y vida: Jn 6,64.

Su doctrina es la de su Padre: Jn 7,16.

Tiene palabras de vida eterna: Jn 6,69.

Busca la gloria del Padre: Jn 7,16-18.

Su palabra nos hará libres, si la . ponemos en práctica: Jn 8,31-32.

Su Evangelio es la espada que separa sus fieles de los demás hombres: Mt 10,34.

Habla de muchas cosas por medio de parábolas: Mt 13,3.

8 Jesucristo, Rey

No temas, Maria [. . . ], sábete que has de concebir en tu seno y parirás un Hijo, a quien pondrás por nombre Jesús [. . . ], al cual el Señor Dios dará el trono de su padre David y reinará en la casa de Jacob eternamente y su reino no tendrá fin. Lc 1,31-33.

Replicóle Pilato: ¿Con que tú eres Rey? Respondió Jesús: Asi es como tú dices: yo soy Rey. Jn 28,37 Lc 23,3.

Yo os preparo el reino como mi Padre me lo preparó a mi, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino. Lc 22,29-30.

9. Principales parábolas

Parábola de la casa bien o mal fundada: Mt 7,24-27 Lc 6,47-49.

Del sembrador: Mt 13,1-23 Mc 4,1-20 Lc 8,4-15.

De la buena semilla y de la cizaña: Mt 13,24-30.

Del grano de mostaza: Mt 13,31-32 Mc 4,30-32 Lc 13,18-19.

De la levadura: Mt 13,33 Lc 13,20-21.

Del padre de familia: Mt 13,51.

Acerca de lo que mancha o no mancha: Mt 15,10-20.

Del tesoro oculto: Mt 13,44.

De la perla preciosa: Mt 13,45-46.

De la red: Mt 13,47-50.

De los obreros llamados a trabajar en la viña del Padre: Mt 20,1-16.

Del padre de familia que debe velar: Mt 24,42-44 Mc 13,33-35 Lc 12,35-38.

Del servidor fiel y prudente, y del servidor malo: Mt 24,43-51 Mc 13,33-37 Lc 12,39-40.

De la lámpara: Lc 8,16-18 Mt 4,21-22.

De la medida: Mc 4,24-25.

Del grano de trigo que crece solo: Mt 4,26-29.

De los niños caprichosos: Mt 11,16-19 Lc 7,31-35.

Del buen samaritano: Lc 10,30-37.

Del intendente: Lc 12,41-48 Mt 24,45-51.

Del siervo despiadado: Mt 18,23-35.

Del huésped nocturno: Lc 11,5.

Del rico insensato: Lc 12,16-20.

De la higuera estéril: Lc 13,6-9.

De los invitados al banquete: Lc 14,16-24.

De la oveja perdida: Lc 15,3-7.

De la dracma perdida: Lc 15,8-10.

Del hijo pródigo: Lc 15,11-32.

Del mayordomo infiel: Lc 16,1-13.

De los jornaleros enviados a la viña: Mt 20,1-16.

Del mal rico y del pobre Lázaro: Lc 16,19-31.

Del juez inicuo y la viuda: Lc 18,1-8.

Del fariseo y el publicano: Lc 18,9-15.

De las diez minas: Lc 19,11-27 Mt 25,14-30.

De los hijos enviados a la viña: Mt 21,28-32.

De los viñadores homicidas: Mt 21,33-46 Mc 12,1-9 Lc 20,9-17.

De las bodas reales: Mt 22,1-14; repetición de la parábola de los convidados al festín: Lc 14,16-24.

De las diez vírgenes: Mt 25,1-13.

De los talentos: Mt 25,14-30; repetición de la parábola de las minas: Lc 19,11-27.

Del Buen Pastor: Jn 10,1-11.

Nuestro Señor debió de exponer otras muchas parábolas (Mt 13,34 Mc 4,33-34), que no han sido conservadas.

10. Milagros

(Ver MILAGRO).

Verdadero Dios y verdadero hombre


Fdez-Carvajal: Antologia - INFIERNO