Fdez-Carvajal: Antologia - JESÚS


3084 No es diverso de quien lo engendra, y tiene igual poder que El. No se confunde con el Padre ni forma con El un ser compuesto. Y porque es distinto del Padre en la generación, es también hermano tuyo éste que rige con su cetro al Universo y señorea con igual autoridad al Cielo, a la tierra y a los mares (SAN AMBROSIO, Sobre las vírgenes,3,2).


3085 ¿Qué felicidad más segura que la nuestra, siendo así que quien ora con nosotros es el que da lo que pide? Porque Cristo es hombre y Dios; como hombre, pide; como Dios, otorga (SAN AGUSTIN, Sermón 217).


3086 El mismo Dios verdadero es también hombre verdadero, y en El, con toda verdad, se unen la pequeñez del hombre y la grandeza de Dios.

[. . . ] Cada una de las dos naturalezas realiza sus actos propios en comunión con la otra [. . . ]. La misma y única persona, no nos cansaremos de repetirlo, es verdaderamente Hijo de Dios y verdaderamente Hiio del hombre (SAN LEÓN MAGNO, Carta 28,3-4).


3087 Cada vez que los actores imitan la conducta de otros, aunque reproduzcan a la perfección su modo de actuar y de comportarse, ellos no son los personajes representados. En realidad, sirviéndome de términos profanos, cuando un actor hace el papel de un sacerdote o de un rey, él no es ni sacerdote ni rey; terminada la representación teatral, cesa de existir también el personaje representado.

Lejos de nosotros este impío e ignominioso insulto hacia Cristo [. . . ]. La fe católica, en cambio, afirma que el Verbo de Dios se hizo hombre hasta el punto de asumir todo lo que pertenece a nuestra naturaleza, y no por vía de ficción o de apariencia, sino de una manera real y sustancial. Los actos humanos que llevaba a cabo eran actos suyos propios, y no imitación de actos de otro; su actuar era expresión de su ser. Como cuando nosotros hablamos, conocemos, vivimos, existimos, no imitamos a los hombres, sino que somos realmente tales (SAN V!CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 14).


3088 La fe católica enseña y exige que debemos reconocer en nuestro Salvador dos naturalezas: aunque cada una conserva sus propiedades, están unidas ambas en una tan perfecta unidad que nosotros, desde el momento en que el Verbo se hizo carne en el seno de la bienaventurada Virgen por amor al género humano, no podemos pensar en la divinidad sin lo que es hombre, ni tampoco en el hombre sin lo que es Dios (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 52).


3089 En la persona de Cristo hay una doble naturaleza: es Hijo de Dios e Hijo del hombre, pero un solo Señor. Porque si ha asumido la condición de siervo ha sido movido por su misericordia y de ningún modo forzado por la ley de la necesidad. Por virtud de su poder se ha hecho paciente, se ha hecho mortal y, para destruir el poder que detentaba el pecado y la muerte, la naturaleza humana, con su debilidad,se abrazó al sufrimiento sin que la naturaleza divina, con su fuerza, perdiese nada de su gloria (SAN LEÓN MAGNO, Sermón 45 sobre la Cuaresma).


3090 Estaba sobre la Naturaleza. Tenia poder sobre ella. Esto es lo que hacia a los hombres maravillarse. Marineros experimentados pueden hacer uso de los vientos y de las olas para llegar a tierra. Más aún, incluso en medio de una tormenta saben cómo aprovecharse de ella, conocen lo que tienen que hacer, y están a la observación para sacar provecho de todo lo que ocurre. Pero Nuestro Señor no condescendió a hacer esto. No les instruyó de cómo manejar las velas, ni de cómo gobernar la embarcación, sino que se dirigió directamente a los vientos y a las olas y los paró, obligándoles a hacer lo que era contra su naturaleza (CARD. J. H. NEWMAN Sermón en el Dom. I V después de Epifania; Cat. S. Cháud 1848).


3091 Dios no ha comenzado nunca a ser cuerpo, ni el cuerpo cesará en ningún momento de ser tal. El ejemplo de la naturaleza humana puede darnos alguna luz al respecto. Cada hombre está compuesto de alma y cuerpo, y así será siempre, y nunca sucederá que el cuerpo se cambie en alma o el alma en cuerpo. Puesto que cada hombre vivirá para siempre en lo sucesivo, en cada uno permanecerá necesariamente siempre la diferencia en las dos sustancias. Asi también en Cristo, la propiedad característica de cada sustancia persistirá por toda la eternidad, quedando siempre a salvo la unidad de persona (SAN V!CENTE DE LERINS, Conmonitorio, n. 13).


3092 Aunque hizo suya nuestra misma debilidad, no por esto se hizo participe de nuestros pecados.

Tomó la condición de esclavo, pero libre de la malicia del pecado, ennobleciendo nuestra humanidad sin mermar su divinidad, porque aquel anonadamiento suyo [. . . ] fue una dignación de su misericordia, no una falta de poder. Por tanto, el mismo que, permaneciendo en su condición divina, hizo al hombre, es el mismo que se hace él mismo hombre, tomando la condición de esclavo (SAN LEÓN MAGNO, Carta 28,3-4).


3093 Hombre verdadero, Dios verdadero; Dios y hombre: Cristo total. Esta es la fe católica [. . . ]; quien ambos términos confiesa, es católico. Este tiene una patria y un camino [. . . ]. El es la patria a donde vamos, El es el camino por donde vamos. Vayamos por El a El y no nos extraviemos (SAN AGUST IN, Sermón 93).


3094 [. . . ] en cuanto Dios, estar sentado a la derecha del Padre significa ser de la misma categoría que Este; en cuanto hombre, quiere decir tener la absoluta prceminencia (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,6,1. c. , p. 80).


3095 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha. No se da la preferencia porque se sienta a la derecha, ni sufre menoscabo porque se le manda; no hay grado de dignidad donde está la plenitud de la divinidad (SAN AMBROSIO, en Catena Aurea vol. Vl, p. 389).


3096 Llama a este libro el libro de la generación, porque toda la economía de la gracia y la raíz de todos los bienes está en que Dios se ha hecho hombre; una vez verificado esto, lo demás se sigue como una consecuencia lógica (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,2).


3097 La Iglesia adora una sola divinidad en la plenitud de la Trinidad, y la igualdad de la Trinidad en una única y misma majestad; profesa un solo Cristo Jesús, no dos; el cual es igualmente Dios y hombre. Cree que en El hay una sola persona, pero dos sustancias; dos sustancias, pero una sola persona (SAN V1CENTE DE LERINS Conmonitorio, n. 13).


3098 Aunque nació de virgen en el tiempo y como hombre según la carne, es, sin embargo, eterna su generación, porque lo engendró el Padre antes de que las cosas fueran hechas; y así, habiendo recibido de su madre la vida corporal, en la cual depende de ella, permanece no obstante unido al Padre por la virtud divina (SAN AMBROSíO, Sobre las vírgenes,3,2).


3099 Todos los errores de los herejes acerca de Cristo se pueden reducir a tres clases: los concernientes a su divinidad, a su humanidad, o a ambas a la vez (SAN AGUSTIN, Sobre las hereitas. 8).


3100 El Creador del tiempo nació en el tiempo, y Aquel por quien fueron hechas todas las cosas empezó a contarse entre las creaturas (SAN LEÓN MAGNO, Carta 31,2-3).


3101 Dirás: ¿Cómo ha venido la luz a todos por medio de uno solo? ¿De qué manera está la divinidad en la carne? Como el fuego en el hierro: no desplazándose sino comunicándose. En efecto, el fuego no se lanza hacia el hierro, sino que, permaneciendo en su lugar, le comunica su propia fuerza. Con lo cual él no ha quedado disminuido en nada sino que llena enteramente al hierro al que se comunica. De la misma manera, Dios, el Verbo, que puso su morada entre nosotros (Jn I,14), no salió fuera de sí mismo; el Verbo que se hico carne no quedó sometido al cambio; el cielo no se vio privado de aquel que lo contenía y la tierra recibió en su propio seno al que está en los cielos (SAN BASILIO, Hom. para el Nacimiento de Cristo,2,6).


3102 El que es Dios verdadero nace como hombre verdadero, sin que falte nada a la integridad de su naturaleza humana, conservando la totalidad de la esencia que le es propia y asumiendo la totalidad de nuestra esencia humana. Y al decir nuestra esencia humana, nos referimos a la que fue plasmada en nosotros por el Creador, y que él asume para restaurarla (SAN LEÓN MAGNO, Carta 28,3-4).

Redentor del mundo y de cada hombre. Ver no. 4556-4566.

En Cristo lo encontramos todo. En El tenemos todos los ideales


3103 El Redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia (JUAN PABLO II, Enc. Redemptor hominis,1).


3104 El que halla a Jesús, halla un tesoro bueno, y de verdad bueno sobre todo bien. Y el que pierde a Jesús pierde muy mucho y más que todo el mundo. Paupérrimo el que vive sin Jesús y riquísimo el que está con Jesús (Imitación de Cristo,11,8,2).


3105 El tesoro. Imaginad el gozo inmenso del afortunado que lo encuentra. Se terminaron las estrecheces, las angustias. Vende todo lo que posee y compra aquel campo. Todo su corazón lote allí: donde esconde su riqueza (cfr. Mt 6,21). Nuestro tesoro es Cristo; no nos debe importar echar por la borda todo lo que sea estorbo, para poder seguirle (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,254).


3106 Tu corazón, Jesús, es el rico tesoro, la piedra preciosa que hemos descubierto en tu cuerpo herido, como en campo cavado (SAN BUENAVENTURA, Vitis Mystica,3,3).


3107 (El nombre de Jesús es) "refugio de los penitentes, bandera de los que combaten, medicina de los que desfallecen, consuelo de los que sufren, honor de los creyentes, esplendor de los evangelizadores, mérito de los que trabajan, ayuda de los inconstantes, aliento de los que meditan, satisfacción de los que oran, deleite de los contemplativos, gloria de los que triunfan". Es la explicación que da fray Bernardino a los doce rayos áureos que en las tablillas circundan el "trigramma" IHS (SAN BERNAR[INO, Sermón 49, sobre el glorioso nombre de Jesucristo).


3108 Por El anhela quien repite sus palabras y las medita en su interior. Hablemos siempre de El. Si hablamos de sabiduria, El es la Sabiduría; si de virtud, El es la Virtud; si de justicia, El es la Justicia; si de paz, El es la Paz; si de la verdad, de la vida, de la redención, El es todo esto (SAN AMBROSIO Coment. sobre el Salmo 36).


3109 Escucha quién es el que le pide de beber. Jesús le respondió: Si conocieses el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", seguro que se la pedirias tú a él, y él te daria agua viva. Pide de beber y promete una bebida. Se presenta como quien está necesitado, y tiene en abundancia para saciar a los demás (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan 15,10-12).


3110 Considera lo más hermoso y grande de la tierra. . . , lo que place al entendimiento y las otras potencias. . . , y lo que es recreo de la carne y de los sentidos. . . Y el mundo, y los otros mundos, que brillan en la noche: el Universo entero. Y eso, junto con todas las locuras del corazón satisfechas. . . , nada vale, es nada y menos que nada, al lado de ¡este Dios mío! ó¡tuyo!ó, tesoro infinito, margarita preciosisima, humillado, hecho esclavo, anonadado con forma de siervo en el portal donde quiso nacer, en el taller de José, en la Pasión y en la muerte ignominiosa. . . y en la locura de Amor de la Sagrada Eucaristía (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 432).


3111 Si tú buscas descanso y ganancia en los hombres, muchas veces sentirás daño. Mas si en todo buscas a Jesús, muy de verdad hallarás a Jesús. Y si te buscas a ti mismo, también te hallarás; mas será para tu mal. Por cierto, más se daña el hombre a si mismo que todo el mundo y todos sus enemigos le pueden dañar (Imitación de Cristo, Il,7,4).


3112 ¡Ah!, si amáis tanto una gota de agua, ¿qué será la misma fuente? (SAN AGUSTIN, Sermón 253, sobre el "alleluia").


3113 Todo lo tenemos en Cristo; todo es Cristo para nosotros. Si quieres curar tus heridas, El es médico. Si estás ardiendo de fiebre, El es manantial. Si estás oprimido por la iniquidad, El es justicia. Si tienes necesidad de ayuda, El es fuerza. Si temes la muerte, El es vida. Si deseas el cielo, El es el camino. Si refugio de las tinieblas, El es luz. Si buscas manjar, El es alimento (SAN AMBROSIO, Sobre la virginidad,16,99).


3114 Y antes que los astros, inmortal e inmenso, Cristo brilla más que el sol sobre todos los seres. Por ello, para nosotros que creemos en El, se instaura un día de luz largo, eterno, que no se acaba: la Pascua maravillosa, prodigio de la virtud divina y obra del poder divino, fiesta verdadera y memorial eterno, impasibilidad que dimana de la Pasión e inmortalidad que fluye de la muerte. Vida que nace de la tumba y curación que brota de la llaga, resurrección que se origina de la caida y ascensión que surge del descenso (SAN HIPÓLITO, Hom. de Pascua).


3115 Este árbol es para mi una planta de salvación eterna; de él me alimento, de él me sacio. Por sus raíces me enraizo y por sus ramas me extiendo, su rocío me regocija y su espiritu como viento delicioso me fertiliza. A su sombra he alzado mi tienda, y huyendo de los grandes calores allí encuentro un abrigo lleno de rocio. Sus hojas son mi follaje, sus frutos mis perfectas delicias, y yo gozo libremente sus frutos, que me estaban reservados desde el principio. El es en el hambre mi alimento, en la sed mi fuente, y mi vestido es la desnudez, porque sus hojas son espíritu de vida: lejos de mi desde ahora las hojas de la higuera. Cuando temo a Dios, él es mi protección; y cuando vacilo, mi apoyo; cuando combato, mi premio; y cuando triunfo, mi trofeo. Es para mi el sendero estrecho y el sendero angosto (SAN HIPÓLITO, Hom. de Pascua).


3116 Donde no está Jesús, se encuentran pleitos y guerras; pero donde está presente, allí todo es serenidad y paz (OR¡GENES, en Catena Aurea, vol. lll, p. 360).

Camino, Verdad y Vida


3117 Si buscas por dónde ir, sigue a Cristo, porque es el camino [. . . ]. Y es mejor caer en el camino que correr fuera de él. Porque quien cae en el camino, por poco que avance, algo se acerca al término; quien en cambio anda fuera de él, cuanto más corra más se aleja del término (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,14).


3118 Dos son las cosas que el hombre principalmente desea: en . primer lugar el conocimiento de la verdad, que le es propio; y en segundo lugar, la continuación de su ser, que es común en todas las cosas. Ahora bien, Cristo es el camino para llegar al conocimiento de la verdad, ya que él mismo es la Verdad [. . . ]. Y es el camino para llegar a la vida, al mismo tiempo que él mismo es la vida (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,14).


3119 Cristo mismo es el camino, y por eso dice: Yo soy el camino. Cosa que es fácil de entender, pues por él tenemos acceso al Padre. Pero como este camino no se halla distante del término, sino unido a él, añade: la verdad y la v¿da, con lo que es al mismo tiempo el camino y su término. El camino por su humanidad, el término por su divinidad. Y por eso dice ramo hombre: Yo soy el camino; y añade como Dios: la verdad y la vida. Expresiones con las que se designa convenientemente el término de este camino (SANTO TOMAS, Coment. Evang. S. Juan,14).


3120 Fuera de El no hallarás la vida verdadera, ya que El es la única fuente de vida verdadera; fuera de El no hallarás sino muerte y destrucción. El ha de ser el único principio de toda tu actividad y de todas tus energías; debes vivir de El y por El, para que en sí se cumplan aquellas palabras: Ninguno de nosotros vive para si y ninguno muere para si. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos (SAN JUAN EUDES. Trat. sobre ei Corazón de Jesús,1,5).


3121 Fíjate que el Señor dice en primer lugar: Yo soy el camino. Antes de decirte a dónde, te indica por dónde: Yo soy ódiceóel camino. ¿El camino hacia dónde? La verdad y la vida. Primero dice por dónde has de ir, luego a dónde has de ir. Yo soy el camino, yo soy la verdad, yo soy la vida. Permaneciendo junto al Padre, es verdad y vida; haciéndose hombre, se hizo camino (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,34,8-9).


3122 Unete a Cristo, si quieres vivir seguro; es imposible que te desvíes, porque El es el camino. Por esto, los que a El se unen no van descaminados, sino que van por el camino recto. Tampoco pueden verse engañados, ya que El es la Verdad y enseña la verdad completa, pues dice: Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para declarar, como testigo, en favor de la verdad. Tampoco pueden verse decepcionados, ya que él es la Vida y dador de vida, tal como dice: Yo he venido para que tengan vida, y que la tengan en abandancia (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,14).


3123 Cristo se ha hecho para nosotros camino, y ¿podremos así perder la esperanza de llegar? Este camino no puede tener fin, no se puede cortar, no lo pueden corroer la lluvia ni los diluvios, ni puede ser asaltado por los ladrones. Camina seguro en Cristo, camina; no tropieces, no caigas, no mires atrás, no te detengas en el camino, no te apartes de él. Con tal que cuides esto, habrás llegado (SAN AGUST;N, Sermón 170, ll).


3124 Fijaos que en la conclusión de las oraciones decimos: "Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo"; en cambio, nunca decimos: "Por el Espíritu Santo". Esta práctica universal de la Iglesia tiene su explicación en aquel misterio, según el cual, el mediador entre Dios y los hombres es Cristo Jesús (SAN FULGENCIO DE RUSPE, Carta 14,36-37).


3125 No bastó a Dios indicarnos el camino por medio de su Hijo; quiso que él mismo fuera el camino, para que, bajo su dirección, tú caminaras por él (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 109).


3126 Jamás daremos gracias suficientemente por este don, en virtud del cual Cristo se ha convertido en "nuestro compañero de camino", ha hecho con nosotros su camino, como nos recuerda el Evangelio [. . . ]. En medio de las sombras que a veces parecen condensarse sobre la humanidad, sobre la convivencia social, sobre la civilización misma del hombre, también nosotros pedimos, impelidos por el impulso del Espíritu: Quédate con nosotros, Señor, porque atardece (Lc 24,29). Sólo Cristo es nuestra salvación, nuestra paz, nuestra alegría (JUAN PABLO II, Regina Coeli,3-V-1981).


3127 Y yo buscaba el camino para adquirir un vigor que me hiciara capaz de gozar de ti, y no lo encontraba, hasta que me abracé al mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también él, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos, que me llamaba y me decía: Yo soy el camino, la verdad y la vida (SAN AGUSTIN, Confesiones,7, lO-18).

Es la luz del mundo


3128 Si el poder de los apóstoles era tan grande, comprendemos por qué Zaqueo, al oír que pasaba el Señor Jesús, subió a un árbol, ya que era pequeño de estatura. Vio a Cristo y encontró la luz, lo vio y él, que antes se apoderaba de lo ajeno, empezó a dar lo que era suyo (SAN AMBROSIO, Coment. al Salmo 43).


3129 Cristo es la luz eterna de las almas, ya que para esto lo envió el Padre al mundo, para que, iluminados por su rostro,podamos esperar las cosas eternas y celestiales, nosotros que antes nos hallábamos impedidos por la oscuridad de este mundo (SAN AMBROSIO, Coment. al Salmo 43).


3130 Quédate con nosotros, porque nos rodean en el alma las tinieblas y sólo Tú eres luz, sólo Tú puedes calmar esta ansia que nos consume. Porque entre las cosas hermosas, honestas, no ignoramos cuál es la primera: poseer siempre a Dios (SAN GREGORIO NACIANCENO, Epístola 212).


3131 El Señor dice: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Esta breve sentencia contiene un mandato y una promesa. Cumplamos, pues, lo que nos manda, y así tendremos derecho a esperar lo que nos promete (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,34).


3132 Jesucristo sale al encuentro del hombre de toda época, también de nuestra época, con las mismas palabras: Conoceréis la verdad y la verdad os librará (Jn 8,32) (JUAN PAsLo II, Enc. Redemptor hominis,12).


3133 El salió del seno de la Virgen como el sol naciente, para iluminar con su luz todo el orbe de la tierra (SAN AMBROso Coment. al Salmo 18).

Sin El nada podemos. Con El desaparecen todos los obstáculos


3134 El no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid, nosotros, separados de él, no podemos tener vida (SAN AGUSTIN, Trat. Evang. S. Juan,84).


3135 El es el Señor de la naturaleza y puede todo cuanto quiere, puesto que hace y dispone todas las cosas gobernando las riendas de la vida y de la muerte (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. V, p. 50).


3136 Cuando Jesús está presente todo es bueno, no hay cosa difícil; mas cuando está ausente todo es duro. Cuando Jesús no habla de dentro, muy vil es la consolación; más si Jesús habla una sola palabra, gran consolación se siente (Imitación de Cristo, II,8,1).


3137 El se anticipó a sanarnos, y continuará interviniendo después para que alcancemos nuestro desarrollo; se adelantó para llamarnos, y nos seguirá hasta que logremos la gloria; previno las cosas para que vivamos piadosamente, porque sin El nada podemos (SAN AGUSTIN, Sobre la naturaleza y la gracia,30,35).


3138 Y como les había hecho encargos de gran importancia, queriendo animarlos les dice: Y mirad que yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos (Mt 28,28). Como diciendo: no digáis que es difícil cumplir lo que se os manda, porque estoy con vosotros, que todo lo hago fácil. Y no dijo que estaria solo con ellos, sino con todos los que creyeron después de ellos [. . . ], ya que los Apóstoles no iban a vivir hasta el final de los tiempos (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,91).


3139 Habiéndose separado Jesús un poco de sus discípulos, no pudieron velar siquiera una hora en su ausencia; por cuya razón debemos rogar que no se separe de nosotros el Salvador, ni aun por poco tiempo (ORiGENES, Trat. sobre Ev. S. Mateo,33).

Jesucristo es hoy el mismo que ayer. "No es una figura que pasó"


3140 Jesús es el camino. El ha dejado sobre este mundo las huellas limpias de sus pasos, señales indelebles que ni el desgaste de los años ni la perfidia del enemigo han logrado borrar. Iesus Christus herí, et hodie; ipse et in saecula (He 13,8). ¡Cuánto me gusta recordarlo!: Jesucristo, el mismo que fue ayer para los Apóstoles y las gentes que le buscaban, vive hoy para nosotros, y vivirá por los siglos. Somos los hombres los que a veces no alcanzamos a descubrir su rostro, perennemente actual, porque miramos con ojos cansados o turbios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Amigos de Dios,127).


3141 Jesucristo es el mismo hoy que ayer, y para siempre; es decir, que se trata de un misterio siempre nuevo, que ninguna comprensión humana puede hacer que envejezca (SAN MAXIMO, Centuria 1)


3142 Cristo vive, también como hombre, con aquel mismo cuerpo que asumió en la Encarnación, que resucitó después de la Cruz y subsiste glorificado en la Persona del Verbo juntamente con su alma humana. Cristo, Dios y Hombre verdadero, vive y reina y es el Señor del mundo. Sólo por El se mantiene en vida todo lo que vive (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,180).

Es el Buen Pastor, que cuida de cada uno de los suyas


3143 ¡ Jerusalén, Jerusalén. . . ! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos. . . ! Esta doble exclamación es propia del que se compadece, y del que ama mucho (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,75).


3144 Todos los buenos pastores son, en realidad, como miembros del único pastor, y forman una sola cosa con El. Cuando ellos apacientan es Cristo quien apacienta (SAN AGUSTIN, Sermón 46, sobre los pastores).


3145 De nadie puede decirse que sea puerta; esta cualidad Cristo se la reservó para si; el oficio, en cambio, de pastor lo dio también a otros y quiso que lo tuvieran sus miembros; por ello, Pedro fue Pastor y pastores fueron también los otros apóstoles, y son pastores todos los buenos obispos. Os daréódice la Escrituraópastores conforme a mi corazón. Pero aunque los prelados de la Iglesia, que también son hijos, sean todos llamados pastores, sin embargo el Señor dice en singular: Yo soy el buen pastor; con ello quiere estimularlos a la caridad, insinuándoles que nadie puede ser buen pastor si no llega a ser una sola cosa con Cristo por la caridad y se convierte en miembro del verdadero pastor (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,10,3).


3146 Cristo es, en efecto, quien apacienta su rebaño; él es el único pastor que lo apacienta en medio de los demás buenos pastores, que lo hacen por delegación suya (SAN AGUSTÍN, Sermón 47, sobre las ovejas).


3147 Cuando encuentra la oveja que se habla apartado de las otras cien, errante por los montes y colinas, la devuelve al redil, no a golpes y con amenazas ni agotándola de fatiga, sino que, lleno de compasión, la carga sobre sus hombros y la vuelve al grupo de las demás. Por esto también clamaba: Venid a mi todos los que andais rendidos y agobiados, que yo os daré descanso (SAN M¡XIMO, Carta 11).

"Pasó haciendo el bien"


3148 Y en esto (en la maldición de la higuera) encontramos una prueba de la bondad de Jesucristo; porque cuando quiso mostrar la salvación, ejerció su poderío sobre los cuerpos de los hombres [. . . ]; pero ahora que va a declarar la manera como tratará a los contumaces, lo da a conocer a través de la maldición de un árbol. Por esto sigue: nunca jamás nazca fruto de ti (SAN HILARIO, en Catena Aurea, vol. lll, p. 23).


3149 No vino a la higuera (cfr. Mt 21,18-22) porque tuviera hambre, sino por sus discípulos; porque en todas partes hacia el bien y en ninguna mortificaba a nadie; y conviniendo dar a conocer su poder de castigar, no quiso, sin embargo, demostrarlo en los hombres, sino en la higuera. (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,68).


3150 Muchas veces he ido a buscar la definición, la biografia de Jesús en la Escritura. La encontré leyendo que, con dos palabras, la hace el Espíritu Santo: Pertransiit benefaciendo (Ac 10,38). Todos los dias de Jesucristo en la tierra, desde su nacimiento hasta su muerte, fueron así: pertransit benefaciendo, los llenó haciendo el bien. Y en otro lugar recoge la Escritura: bene omnia fecit (Mc 7,37): todo lo acabó bien, terminó todas las cosas bien, no hizo más que el bien (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,16).


3151 La llegada del Salvador es el alejamiento de todo temor (SAN GREGORIO DE NISA, Hom. para el día del Nacimiento del Señor).


3152 Se hizo hombre por los hombres, y se manifestó a ellos lleno de humildad y mansedumbre; no quiso castigar a los pecadores, sino atraerlos hacia si; quiso primeramente corregir con mansedumbre, para tener en el día del juicio a quién salvar (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 30 sobre los Evang. ).

Es Médico, y cura todas nuestras enfermedades


3153 Eliseo, observando lo que dice la Ley, no salió y tocó a Naamán, sino que lo envió al Jordán para que allí se lavase. El Señor demuestra aquí (en la curación del leproso) que no obra como siervo, sino que, como Dios, toca y cura: la mano no se vuelve inmunda por haber tocado la lepra, sino que, por el contrario, el cuerpo del leproso se vuelve limpio al simple contacto de una mano santa. El Señor no había venido solamente a curar los cuerpos, sino también a guiar las almas por el camino de la verdadera sabiduria (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,26).


3154 Se curarán todas tus enfermedades. "Pero es que son muchas", dirás. Más poderoso es el Médico. Para el Médico omnipotente no hay enfermedad insanable; tú déjate sólo curar, ponte en sus manos (SAN AGUSTIN, Coment. al Salmo 102).


3155 "Abrid de par en par vuestras puertas a Cristo". ¿Qué teméis? Tened confianza en El. Arriesgaos a seguirlo. Eso exige evidentemente que salgáis de vosotros mismos, de vuestros razonamientos, de vuestra "prudencia", de vuestra indiferencia, de vuestra suficiencia, de costumbres no cristianas que habéis quizá adquirido. Si; esto pide renuncias, una conversión, que primeramente debéis atreveros a desear, pedirla en la oración y comenzar a practicar. Dejad que Cristo sea para vosotros el camino, la verdad y la vida. Dejad que sea vuestra salvación y vuestra felicidad. Dejad que ocupe toda vuestra vida para alcanzar con El todas sus dimensiones, para que todas vuestras relaciones, actividades, sentimientos, pensamientos sean integrados en El o, por decirlo así, sean "cristificados". Yo os deseo que con Cristo reconozcáis a Dios como el principio y fin de vuestra existencia (JUAN PABLO II, En Montmartre,1 -VI- 1 980).


3156 Ninguna otra causa impulsó más a Cristo a venir al mundo que salvar a los pecadores. Si se suprimen las enfermedades y las heridas, la medicina no tiene razón de ser. Si, pues, un gran médico bajó del cielo, es porque había un gran enfermo que curar, todo el mundo (SAN AGUSTIN, Sermón 175)


3157 ¡Ay de mi, Señor! ¡Ten misericordia de mi! [. . . ]. Yo no te oculto mis llagas. Tú eres médico, y yo estoy enfermo; tú eres misericordioso, y yo soy miserable (SAN AGUSTIN, Confesiones,10).


3158 En verdad que no todos ven, ni todos andan bien; sólo los que entienden que de nadie sino de Cristo necesitan para curarse, y se acercan al Verbo de Dios, sanan (ORIGENES, en CatenaAurea, vol. lll, pp. 18-19).


3159 Porque así como aplicamos calor o frío al enfermo según la orden del médico, para curarle, buscando la salud en diversas medicinas, sin apartarnos un punto de su mandato, antes obedeciéndole ciegamente, como quien espera de sus manos la vida, así hemos de entender de nuestro médico, que es Cristo, que lo que El manda es vida, y en desobedecerlo está nuestra mayor enfermedad (SAN AMBROSIO, Sobre las vírgenes,3,24).

Busca a todos y espera con paciencia que volvamos


3160 (Jesucristo) tiene sed de nuestra sed (SAN GREGORIO MAGNO, Sobre el Bautismo,40,27).


3161 Al ver la ciudad, lloró por ella, diciendo: Porque si conociaras tú. . . Todo esto hizo una vez cuando anunció que la ciudad había de ser destruida. Esto mismo hace continuamente nuestro Redentor por sus elegidos, cuando ve que algunos de ellos se pasan de la vida honesta a las costumbres reprobables (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 39 sobre los Evang. ).


3162 Volvimos la espalda ante el rostro de Aquel cuyas palabras despreciamos, cuyos preceptos conculcamos; pero aun estando a nuestra espalda nos vuelve a llamar El, que se ve despreciado y clama por medio de sus preceptos y nos espera con paciencia (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 34 sobre los Evang. ).


3163 Y para que en el mismo nacimiento de Cristo se hallase figurado esto (la universalidad), se dio a conocer a todas las condiciones de hombres; pues, como dice S. Agustín en su sermón de Epifanía: "los pastores eran israelitas; los magos, gentiles. Aquellos eran cercanos, éstos vinieron de lejos. Unos y otros acuden como a la piedra angular" (Sermón 202). Hubo también entre ellos otra diversidad: que los Magos eran sabios y poderosos, los pastores sencillos y de humilde condición. También se manifestó a los justos, como eran Simeón y Ana, y a los gentiles, como los Magos. Se manifestó también a los varones y a las mujeres óa Anaópara indicar por aquí que ninguna condición quedaba excluida de la salud de Cristo (SANTO TOMÁS, Suma Teológica,3, q. 36, a. 3).


3164 Ahora, cuando baja del monte, le siguen muchas turbas que no habían podido subir al monte, porque aquellos a quienes oprime el peso de la culpa no pueden subir al conocimiento de la sublimidad de los misterios. Bajando el Señor, esto es, inclinándose hacia la enfermedad e impotencia de los demás y compadeciéndose de su imperfección o enfermedad, le siguieron numerosas turbas: unos atraidos por el amor, la mayor parte por la doctrina, y algunos porque los curaba y se cuidaba de ellos (ORIGENES, en Catena Aurea, vol. l, pp. 463-464).

Nunca abandona


Fdez-Carvajal: Antologia - JESÚS