Fdez-Carvajal: Antologia - TEMOR DE DIOS

TEMOR DE DIOS

Citas de la Sagrada Escritura

Temed a Yahvé y servidie con integridad y en verdad [. . . ]. Jos 24,14.

persevera en el temor, pero el de duro corazón caerá en la desventura. Pr 28,14.

Al que teme al Señor no le saldrá lo malo al encuentro, y aun en las pruebas será librado. Si 33,1.

Engañosa es la gracia, vana la belleza: la mujer que teme a Dios, ésa es de alabar. Pr 31,30.

Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. Lc 1,50.

Yo os mostraré a quién habéis de temer; temed al que, después de haberle dado la muerte (al cuerpo) tiene poder para echarlo en la gehenna. Si, yo os digo que temáis a ése. .

¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? Pues a ti se te debe el temor, y no hay entre todos los sabios y en todos sus reinos nadie como tú. Jr 10,7.

Vi otro ángel que volaba por medio del cielo y tenía un evangelio eterno para pregonarlo a los moradores de la tierra y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a grandes voces: Temed a Dios, dadle gloria porque llegó la hora de su juicio. Ap 14,6-7.

Si no te atas fuertemente al temor de Dios, pronto será derribada tu casa. Si 27,3-4.

[. . . ] completando nuestra santificación en el temor de Dios. 2Co 7,1.

Por toda Judea, Galilea y Samaria, la Iglesia gozaba de paz y se fortalecía y andaba en el temor del Señor, llena de los consuelos del Espíritu Santo. Ac 9,31.

El grande, el juez y el poderoso son glorificados, pero ninguno de éstos es mayor que el que teme al Señor. Si 10,27.

Bienaventurado el hombre que El que teme al Señor no puede estar descuidado, y no se desalentará, porque El es su esperanza. Si 34,16.

El temor del Señor es como un paraíso de bendiciones y como baldaquino sobremanera glorioso. Si 40,28.

Y los supervivientes conocerán que nada hay mejor que el temor del Señor y nada más dulce que atenerse a sus mandamientos. Si 23,37.

Yahvé nos ha mandado poner por obra todas sus leyes y temer a Yahvé, nuestro Dios, para que seamos dichosos siempre y El nos conserve la vida, como hasta ahora ha hecho. Dt 6,24.

Riquezas, honra y vida, son premio de la humildad y del temor de Yahvé. Pr 22,4.

Temblarán con temor grande, pues Yahvé está con la generación justa. .

No envidies a los pecadores, antes persevera siempre en el temor de Yahvé. Pr 23,17.

No temas, hijo; somos pobres, pero rico serás si temes a Dios y te apartas de todo pecado y haces lo que le es grato. Tb 4,21.

El temor de Yahvé es la confianza del fuerte, y sus hijos en él hallarán refugio. Pr 14,26.

Temor de amor


5015 Cuando el amor llega a eliminar del todo el temor, el mismo temor se convierte en amor. (S. GREGORIO DE NISA. Homilía 15).


5016 El remedio que podemos tener, hijas, y nos dio su Majestad es amor y temor; que el amor nos hará apresurar los pasos y el temor nos hará ir mirando adónde ponemos los píes para no caer en camino a donde hay tanto que tropezar como caminamos todos los que vivimos, y con esto a buen seguro que no seamos engañadas. (SANTA TERESA, Camino de perfección,40,1).


5017 El temor de Dios repele el temor del infierno porque hace que el hombre huya del pecado y multiplique sus buenas

obras. Tras lo cual llegará a aquel temor que se llama santo y permanece para siempre (Sal 18,10), porque está fundado en el amor. (S. AGUSTIN, Sermón sobre la humildad y el temor de Dios).


5018 (Los demonios, a quienes están metidos en la tibieza y no hacen nada por salir de ella), empiezan a despojarles del temor y recuerdo de Dios, así como de la meditación espiritual. Luego, una vez desarmados del socorro y protección divinos, se abalanzan osados sobre sus víctimas como sobre una presa fácil. Y así acaban por establecer allí su morada, cual sí fuera una posesión que ha sido entregada en sus manos. (CASIANO. Colaciones,7).


5019 De la misma manera que son mejores aquellos a quien8 guía el amor, también hay muchos a quienes corrige el temor. (S. AGUSTiN, en Catena Aurea, vol. 1P 319).

Temor filial


5020 "Timor Domini sanctus". -Santo es el temor de Dios. -Temor que es veneración del hijo para su Padre, nunca temor servil, porque tu Padre-Dios no es un tirano. (J. EScRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 435).


5021 Fundada en la caridad perfecta, se eleva el alma necesariamente a un grado más excelente y más sublime, al temor de amor.

Esto no deriva del pavor que causa el castigo ni del deseo de la recompensa. Nace de la grandeza misma del amor. Es esa amalgama de respeto y afecto filial en que se barajan la reverencia y la benevolencia que un hijo tiene para con un padre benigno, el hermano para con su hermano, el amigo para con su amigo, la esposa para con su esposo. No recela los golpes ni reproches. Lo único que teme es herir el amor con el más leve roce o herida. En toda acción, en toda palabra, se echa de ver la piedad y solicitud con que procede. Teme que el fervor del amor se enfríe en lo más mínimo. (CASIANO, Colaciones,11).

Principio de la Sabiduría


5022 El temor de Dios es el principio de la sabiduría; hasta que no veáis a Dios como un fuego consumidor y no os acerquéis a El con reverencia y santo temor, por ser pecadores, no podréis decir que tenéis siquiera a la vista la puerta estrecha. El temor y el amor deben ir juntos; continuad temiendo, continuad amando hasta el último día de vuestra vida. Esto es cierto; pero debéis saber qué quiere decir sembrar aquí abajo con lágrimas, si queréis cosechar con alegría en el más allá (CARDENAL J. H. NEWMAN, Sermones Parroquiales, Sermón 24).


5023 Vemos, pues, cuántos pasos hay que dar previamente para llegar al temor del Señor. Antes, en efecto, hay que invocar a la inteligencia, llamar a la prudencia, procurarla como el dinero y buscarla como un tesoro. Así se llega a lacomprensión del temor del Señor. Porque el temor, en la común opinión de los hombres, tiene otro sentido. (S. HILARIO, Trat. sobre el Salmo 127).

Utilidad en las tentaciones


5024 Mejor es que, si el amor no nos desvía de lo malo, a lo menos el temor del infierno nos refrene. Mas el que pospone el temor de Dios no puede estar mucho tiempo en el bien, mas cae muy presto en los lazos del diablo. (Imitación de Cristo,1,24,9).


5025¡Como quien no dice nada: amor y temor de Dios! Son dos castillos fuertes, desde donde se da guerra al mundo y

a los demonios. (SANTA TERESA Camino de perfección,40,2).


5026 Bienaventurada el alma de quien teme a Dios, está fuerte contra las tentaciones del diablo; Bienaventurado el hombre que persevera en el temor (Pr 28,14) y a quien le ha sido dado tener siempre ante los ojos el temor de Dios. Quien teme al Señor se aparta del mal camino y dirige sus pasos por la senda de la virtud; el temor de Dios hace al hombre precavido y vigilante para no pecar. Donde no hay temor de Dios reina la vida disoluta. (S. AGUsTíN, Sermón sobre la humildad y el temor de Dios).


5027 Allí será el llanto y el crujir de dientes. Esto, hermanos carísimos, es más para temerse que para explicarse. Bien terminantemente se nombran los castigos que esperan a los pecadores, para que nadie se excuse por ignorancia, sí se hablase con alguna oscuridad acerca de los suplicios eternos. (S. GREGORIO MAGNO, Hom. 11 sobre los Evang. ).


5028 Si alguno vive como si hubiese de morir todos los días, porque es incierta nuestra vida por naturaleza, no pecará, puesto que el temor grande apartará la mayor parte de los malos deseos; y al contrario, el que se prometa una vida larga se llenará de ellos. (S. ATANASIO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 83).

TEMPLANZA

Citas de la Sagrada Escritura

La semilla caída entre espinas son los que la escucharon, pero los cuidados, las riquezas y los placeres de la vida la sofocan y nunca llega a dar su fruto. Lc 8,14.

Perecerán en los vergonzosos desórdenes en que están sumergidos 1. . . ) quienes ponen su felicidad en pasar la vida entre placeres [. . . ] 2P 2,12-13.

Se levantarán hombres 1. 1 más amadores de deleites que de Dies, mostrando, así, apariencia de piedad, pero renunciando a su espíritu. Apártate de ellos. 2Tm 3,4-5.

Andemos decentemente y corno de día, no viviendo en comilonas y borracheras, no en amancebamientos y libertinaje, no en querellas y envidias, antes vestios del Señor Jesucristo y no os deis a la carne para satisfacer sus concupiscencias. Rm 13,13.

No seas insaciable ante cualquier clase de comida, no seas glotón al comer. Si 37,32.

El harto pisotea la miel, pero al hambriento le es dulce lo amargo. Pr 27,7.

¡Ay de vosotros los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambres! ¡Ay de vosotros los que ahora reis, porque gemiréis y lloraréis! Lc 6,25.

Vendrá a parar en la miseria el que ama los deleites, y el que ama el vino y los perfumes no se enriquecerá. Pr 21,17.

¡Ay de ti, país que tienes por ícy a un niño y cuyos gobernantes banquetean de mañana! Si 10 Si 16.

El término de ésos será la perdición; su dios es el vientre y la conclusión será la gloria de los que sólo aprecian las cosas terrenas. Ph 3,19.

Estos son deshonra de vuestros ágapes; banquetean con vosotros sin vergüenza, apacentándose a sí mismos; son nubes sin agua arrastradas por los vientos; árboles otoñales sin fruto, dos veces muertos, desarraigados. .

Bien manifiestas son las obras de la carne [. . . ], embriaguez, glotonería y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya tengo dicho, que los que tales cosas hacen no alcanzarán el reino de Dios. Ga 5,19.

Habéis vívido abandonados a las mismas pasiones que los paganos, viviendo en lascívias, en embriagueces, en glotonerías, en exceso de bebidas [. . . 1 1P 4,3.

Velad sobre vosotros mismos, no suceda que se ofusquen vuestros corazones con la glotonería y embriaguez [. . . 1 y os sobrecoja de repente aquel dia. Lc 21,34.

No durmamos como los demás, antes bien estemos en vela y vivamos con templanza. 1Th 5,6.

No nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza. 2Tm 1,7.

Tu. vigila en todas las cosas [. . . ], cumple todos los cargos de tu ministerio. Vive con templanza. .

Vivamos sobria, justa y religiosamente en este siglo, aguardando la bienaventuranza esperada. Tt 2,12-13.

Teniendo, pues, qué comer y con qué cubrirnos, contentémonos con esto. .

Los que se embriagan, de noche se embriagan. Nosotros, empero, que somos del día, vivamos en sobriedad. 1Th 5,7-8.

Virtud cardinal

Es la virtud cardinal que enriquece habitualmente a la 5029 voluntad y la inclina a refrenar los diferentes apetitos sensitivos hacia los bienes deleitables contrarios a la razón. El cometido propio de esta virtud es poner orden en las pasiones para que, lejos de oponerse, contribuyan al bien honesto.


5030 '[. . . ]. No se puede ser hombre verdaderamente prudente, ni auténticamente justo, ni realmente fuerte si no se Posee también la virtud de la templanza. Se puede decir que esta virtud condiciona indirectamente todas las demás virtudes, pero se debe decir también que todas las demás indispensables a fin de que el hombre pueda ser "moderado" o "sobrio" (JUAN PABLO II, Sobre la templanza, Aud. gen. 22-11-1978).


5031 La moralidad cristiana jamás se ha identificado con la moralidad estoica. Al contrario, considerando toda la riqueza de los afectos y de las emociones de que todo hombre está dotado -por otra parte, cada uno de forma distinta: de una forma el hombre, de otra la mujer, a causa de la propia sensibilidad-, es necesario reconocer que el hombre no puede conseguir esta espontaneidad madura si no es por medio de una labor lenta y continua sobre sí mismo y una "vigilancia" particular sobre toda su conducta. En esto, en efecto, consiste la virtud de la "templanza", de la "sobriedad". (JUAN PABLO II, Sobre la templanza, Aud. gen. 22-11-1978).

Necesaria para elevar el alma a Dios


5032 Con el cuerpo pesado y harto de mantenimiento, muy mal aparejado está el ánimo para volar a lo alto. (S. PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación, II,3).


5033 Acuérdate cuanto te sientes a la mesa que debes orar después que hayas comido; y no llenes el estómago de una manera inconsiderada para poder Postrarte sin dificultad y hacer oración. (S. JUAN CRISÓSTOMO, Sermón sobre Lázaro).


5034 Cualesquiera que sean los alimentos con que cargamos excesivamente el organismo, engendran a la larga los estímulos de la impureza. En esta situación el alma, abrumada bajo el peso de los manjares, no es capaz ya de sujetar la brida de la templanza. Por donde no es sólo el vino el que embriaga la mente. Todo exceso en la comida la vuelve tornadiza y vacilante, y la despoja por completo de la integridad y pureza. (CASIANO Instituciones,5).

Dominio sobre el cuerpo


5035 Templanza es señorío. No todo lo que experimentamos en el cuerpo y en el alma ha de resolverse a rienda suelta. No todo lo que se puede hacer se debe hacer. Resulta más cómodo dejarse arrastrar por los impulsos que llaman naturales; pero al final de ese camino se encuentra la tristeza, el aislamiento en la propia miseria. (J. ESCRIVÄ DE BALAGUER, Amigos de Dios,84).


5036 Pienso que esta virtud exige de cada uno de nosotros una humildad específica respecto a los dones que Dios ha depositado en nuestra naturaleza humana. Diría, "la humildad del cuerpo" y la del "corazón". Esta humildad es condición necesaria para la "armonía interior del hombre", para la belleza "interior" del hombre. Reflexionen todos bien sobre ello, y en particular los jóvenes, y más aun las jóvenes, en la edad en que preocupa tanto ser bellos o bellas, para agradar a los demás. Acordémonos de que el hombre debe ser bello sobre todo interiormente. Sin esta belleza, todos los esfuerzos dirigidos solamente al cuerpo no harán -ni de él, ni de ella- una persona verdaderamente hermosa. (JUAN PABLO II, Sobre la templanza, Aud. gen. 22-11-1978).


5037 La virtud de la templanza hace, sin duda alguna, que el cuerpo y nuestros sentidos encuentren el puesto justo que les corresponde en nuestro ser humano. (JUAN PABLO II, Sobre la templanza, Aud. gen. 22-11-78),.


5038 No debemos, con una vida desarreglada, como el hijo (pródigo) del rico que narra el Evangelio, abusar de los dones del Padre; sino usar de ellos como señores, sin debilidad. (CLEMENTE DE ALEJANDRIA, Pedagogo,2).

Está íntimamente relacionada con la fortaleza. (Cfr SANTO TOMÁS, Suma Teológica,2-2, q. 141-170).


5039 La perfección de la virtud está en que incluso en nuestro apetito temperemos nuestros alimentos, que hemos de tomar movidos por la necesidad de sostener las fuerzas físicas. (CASIANO, Instituciones,5).


5040 Hombre moderado es el que es dueño de sí mismo. Aquel en el que las pasiones no consiguen la superioridad sobre la razón, sobre la voluntad y también sobre el "corazón". ¡El hombre que sabe dominarse a sí mismo! Si es así, nos damos cuenta fácilmente del valor fundamental y radical que tiene la virtud de la templanza. Ella es justamente indispensable para que el hombre "sea plenamente hombre". Basta mirar a alguno que, arrastrado por sus pasiones, se convierte en "víctima" de las mismas, renunciando por sí mismo al uso de la razón (como, por ejemplo, un alcoholizado, un drogado), y comprobamos con claridad que "ser hombre" significa respetar la dignidad propia, y por ello, entre otras cosas, dejarse guiar por la virtud de la templanza. (JUAN PABLO II, Sobre la templanza, Aud. gen. 22-XI-1978).


5041 Al cuerpo, hay que darle un poco menos de lo juto. Si no, hace traición. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 196).


5042 Se han de tener las riquezas con la templanza de quien las usa, no con el afán de quien pone en ellas su corazón. (S. AGUSTIN, Sobre las costumbres de la Iglesia,1).

Pecados y defectos contra esta virtud. Consecuencias de la intemperancia


5043 El hombre, por un ansia desmesurada, quiere cosas que sobrepasan su estado y condición, y no se conforma con las que corresponden a éstos; por ejemplo, en punto a indumentaria, si es soldado no la quiere de soldado sino de conde, si es clérigo no se conforma con la de clérigo sino que la desea de obispo. Semejante actitud aleja a los hombres de las inquietudes espirituales, pues sus deseos están demásiado apegados a lo temporal. (SANTO TOMÁs, Sobre el Padrenuestro, l. c. ,149).


5044 No solo la calidad sino también la cantidad de comida entorpece la limpieza del corazón, y después de agobiar el alma juntamente con el cuerpo, atiza el fuego de los vicios. (CASIANO, Instituciones,5).


5045 Cuando el cuerpo se entrega a los placeres de la mesa, el corazón experimenta una alegría desordenada. (S. GREGORiO MAGNO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 242).


5046 Hay que elegir una comida tal que amortigüe los ardores de la concupiscencia, en lugar de fomentarlos. (CASIANO. Instituciones,5).


5047 Quien no sabe dominar su concupiscencia es como caballo desbocado, que en su violenta carrera atropella cuanto encuentra, y él mismo, en su desenfreno, se maltrata y se hiere. (S. AMBROSIO, Trat. sobre las vírgenes,3).


5048 La glotonería es un pecado más sutil que la embriaguez, porque no se nota tanto. (CARO J. H. NLWMAN, Sermón en el Domingo 1 de Cuaresma, Entrega a Dios).


5049 Las especies de gula son cinco: comer manjares exquisitos, en cantidad excesiva, preparados con excesivo esmero, fuera de tiempo y con voracidad. (SANTO TOMÁS. Suma Teológica,1-2, q. 72, a. 9 c, ad 2).


5050 Hay tres géneros de gula. La primera trata de anticipar la hora regular establecida para la refección. La segunda sólo atiende a satisfacer el apetito, importándole poco los manjares, con tal que pueda comer hasta la saciedad. La tercera gusta de los platos exquisitos y suculentos. (CASIANO, Instituciones,5).

Gula e impureza


5051 La gula es un vicio capital, cuyas cinco hijas son: la alegría necia, la bufonería, la impureza, las palabras necias y el embotamiento de la mente. (SANTO TONIAS, Suma Teológica,2-2, q. 148, a. 5 ad 6).


5052 Mal se podrá contener en la lujuria quien no corrija primero el vicio de la gula. (CASIANO, Colaciones,5).


5053 La gula es la vanguardia de la impureza. (J. EScRIA DL BALAGUER, Camino, n. 126).


5054 Entre la gula y la lujuria existe un parentesco y una analogía peculiares. (CASIANO, Colaciones,5).


5055 Te aconsejo usar sobriamente de los manjares, para no excitar la sensualidad, como hace el águila, que abandona la presa cogida si le estorba para remontar el vuelo (S. AMBROSIO, Sobre las vírgenes,3).

Frutos de la templanza


5056 Sé sobrio como un atleta de Dios: el premio ofrecido es la inmortalidad y la vida eterna, en la que tú crees también firmemente. (S. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Epístola a S. Policarpo).


5057 La templanza cría al alma sobria, modesta, comprensiva; le facilita un natural recato que es siempre atractivo, porque se nota en la conducta el señorío de la inteligencia. La templanza no supone limitación, sino grandeza. Hay mucha más privación en la destemplanza, en la que el corazón abdica de si mismo, para servir al primero que le presente el pobre sonido de unos cencerros de lata. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,84).


5058 (La templanza es) el amor que se conserva para Dios íntegro e incorrupto. (SAN AGUSTíN, Sobre las costumbres de la Iglesia,1,15).


5059 Y así (viviendo la virtud de la templanza) no sólo nuestra vida aprovechará para Dios, sino que esta misma conducta nuestra inflamará a otros para gloria del mismo Dios, según aquellas palabras: y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios. (S. GREGORIO MAGNO, Hom. 2 sobre los Evang. ).


5060 La templanza en el comer, la abstinencia en el beber preservan del vicio, porque así como se libra de él quien de sus causas huye, así no es raro que caiga en sus redes, quien temerariamente con ellas juega. (S. AMBROSIO, Trat. sobre las vírgenes,1).


5061 La luz debe estar bien alta para que ilumine a los demás; no debajo del celemín, es decir, de la gula, ni debajo de la cama, o del ocio, porque nadie que se entregue a la gula y al ocio puede ser luz para los demás. (TEÓFILO, en Catena Aurea, vol. IV, p. 102).

TENTACION

Citas de la Sagrada Escritura

El Señor quiso ser tentado para darnos ejemplo: Mt 4,1-11; Mc 1,12-13; Le 4,1-13.

Que no es nuestra lucha contra la sangre y la carne, sino contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malos de los aíres. Ep 6,12.

Sed sobrios y vigilad, que vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda rondando y busca a quien devorar. 1P 5,8.

Simón, Simón, Satanás os busca para acecharos como trigo. Lc 22,31.

Hijo mio, si te das al servicio de Dios, prepara tu ánimo a la tentación. Si 2,1.

Siento otra ley en mis miembros que repugna a la ley de mi mente y me encadena a la ley del pecado, que está en mis miembros. Rm 7,23.

Tened, hermanos míos, por sumo gozo veros rodeados de diversas tentaciones. Jc 1,2.

Bienaventurado el varón que oporta la tentación porque, probado, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que le aman. Jc 1,12.

Al vencedor le daré de comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de mi Dios. Ap 2,7.

Al vencedor yo le haré columna en el templo de mi Dios, y no saldrá ya jamás fuera de él, y sobre él escribiré el nombre de Dios, de la nueva Jerusalén, la que desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo. Ap 3,12.

Al que venciere le haré sentarse conmigo en mí trono, así como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono. Ap 3,21.

Al que venciere le daré del maná escondido y le daré también una piedrecita blanca y en ella escrito un nombre nuevo, que nadie conoce sino el que la recibe. Ap 2,17.

Cada uno es tentado, atraído y halagado por la propia concupiscencia. Jc 1,14.

No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que obedezcáis a sus concupiscencias. Rm 6,12.

Fiel es Dios, que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas, sino que de la misma tentación os hará sacar provecho para que podáis sosteneros. .

Vigilad y orad para que no caigáis en la tentación. Mt 26,41.

Ten recto corazón y muéstrate firme, y no te dejes arrastrar al tiempo de la adversidad. Adhiérete a El y no te separes, para que tengas buen éxito en tus postrimerías. Recibe todo lo que te sobrevenga y ten buen ánimo en las vicisitudes de tu humillación. Pues el oro se prueba en el fuego, y los hombres gratos a Dios, en el crisol de la humillación. Confíate a El y te acogerá, endereza tus caminos y espera en El. Si 2,2-6.

Jesús permitió ser tentado. nosotros tendremos tentaciones


5062 No obró (el Señor en la tentación) usando de su poder -¿de qué nos hubiera aprovechado entonces su ejemplo?-, sino que, como hombre, se sirvió de los auxilios que tiene en común con nosotros (SANTO TOMÁs, Coment. Evang. S. Lucas).


5063 [. . . ] Jesús, siendo Dios, permitió que le tentaran: para que así nos llenemos de ánimo y estemos seguros de la victoria. Porque El no pierde batallas y, encontrándonos unidos a El, nunca seremos vencidos, sino que podremos llamarno5 y ser en verdad vencedores: buenos hijos de Dios (J. ESCRI. VÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,66).


5064 Fue tentado cuarenta días y cuarenta noches, para mostrarnos que durante todo el tiempo que sirvamos al Señor en esta vida, ya nos sonría la prosperidad (lo que pertenece al día) o nos hiera la adversidad (lo que representa la noche), se halla constantemente presente el adversario, que no cesa de poner obstáculos en todo tiempo, en nuestro camino (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, PP. 25-26).


5065 Cristo era tentado por el diablo y en Cristo eras tentado tú, porque Cristo tomó tu carne y te dio su salvación, tomó tu mortalidad y te dio su vida, tomó de ti las injurias y te dio los honores, y toma ahora tu tentación para darte la victoria. Si fuimos tentados en El, vencimos también al diablo en El. ¿Te fijas en que Cristo es tentado y, sin embargo, no consideras su triunfo? (SAN AGIN, Coment. sobre el Salmo 60).


5066 No hay orden tan santa ni lugar tan secreto, donde no haya tentaciones y adversidades (finitación de Cristo,1, 13,2).


5067 Hubiera podido Cristo impedir la acción tentadora del diablo; pero entonces tú, que estás sujeto a la tentación, no hubieras aprendido de El a vencerla (SAN AGESTIN, Coment. sobre el Salmo 60).


5068 Es imposible que no sea tentada el alma humana; por ello dice: Orad, no para que no seáis tentados, sino para que no entréis en tentación. Esto es, para que no seáis vencidos (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. VI, p. 459).


5069 Como el Señor todo lo hacía y lo soportaba para nuestra enseñanza, quiso también ser conducido al desierto y trabar allí combate con el diablo, a fin de que los bautizados, si después del bautismo sufren mayores tentaciones, no se turben por eso, como si no fuera de esperar (SAN JUAN CRISOSTOMO, HoM. sobre S. Mateo,13).


5070 Era justo que de esta manera venciese nuestras tentaciones con las suyas, de la misma manera que había venido a vencer con la suya nuestra muerte (SAN GREGORIO MAGNO Hom. 16 sobre los Evang. ).


5071 1º No hemos de forjarnos la ilusión de que vamos a quedar libres de tentaciones que, de una u otra manera, nos atormentan mientras vivamos; por consiguiente, es preciso combatir hasta la muerte. 2º Apenas nos sintamos tentados, hemos de recurrir pronto a Dios, y no cesar de pedir su auxilio mientras dure la tentación, puesto que si el demonio persevera en tentarnos, es siempre con la esperanza de hacernos sucumbir (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).

¿Qué es la tentación?


5072 Tentar no es otra cosa que tantear, poner a prueba; tentar al hombre es poner a prueba su virtud (SANTO TOMAs, Sobre el Padrenuestro,1. c. , p. 160).


5073 La tentación puede consistir en estas dos cosas: o en la esperanza de alcanzar alguna comodidad temporal, o en el temor a perderla (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,2).


5074 Yo no sé si alcanzáis a comprender lo que es tentación. No sólo son tentación los pensamientos de impureza, de odio, de venganza, sino además todas las molestias que nos sobrevengan: tales como una enfermedad en que nos sentimos movidos a quejamos, una calumnia que se nos levanta, una injusticia que se hace contra nosotros, una pérdida de bienes, el morírsenos el padre, la madre, un hijo. Si nos sometemos gustosos a la voluntad de Dios, entonces no sucumbimos a la tentación, pues el Señor quiere que suframos aquello por su amor; mientras que, por otra parte, el demonio hace cuanto puede para inducirnos a murmurar contra Dios (SANTO CERA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).


5075 ¡De cuántas cosas te había el mundo, y cuánto ruido hace detrás de ti para que vuelvas la cabeza! ¡Oh mundo inmundo!, ¿por qué ese ruido? ¿Por qué quieres hacernos volver atrás? Quieres detener, siendo tú perecedero, ¿qué harías si fueras durable? ¿A quién no engañarías siendo dulce, puesto que engañas con alimentos amargos? (SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña,29).


5076 La carne tienta empujándonos a los gozos momentáneos de la vida presente. Pero la fe nos muestra que, silos buscamos desordenadamente, perdemos los gozos eternos (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 31).


5077 Y envía a sus ángeles cerca de ti, dice el Salmo, para que te guarden en todos sus caminos. Por eso mismo hemos de velar con más cuidado, ya que no habría tanta solicitud por nosotros en el cielo si no nos viesen tan necesitados. No pondrían tantos guardianes si no fuera tanta la asechanza (SAN BERNARDO, Sermón sobre el Salmo 90).


5078 Siempre está ojo avizor contra nosotros el enemigo antiguo; no nos durmamos. Sugiere halagos, pone celadas, introduce malos pensamientos y, para llevarnos a dolorosa ruina, pone delante lucros y amenaza con perjuicios. Todos y cada uno son probados, cada cual a su modo (SAN AGU5T[N, Sermón 6).


5079 El mundo tienta incitando con la prosperidad o amedrentando con las dificultades. La fe nos hace creer en otra vida mejor [. . . ] y nos enseña a creer en males mayores, los del infierno (SANTO TOMÁS, Sobre el Credo,1. c. , p. 31).

Confianza en Dios. No seremos tentados por encima de nuestras fuerzas


5080 Si en medio de estas tormentas nos apresuramos a despertarle, bien pronto calmará la tempestad, restablecerá la tranquilidad y nos conducirá al puerto de salvación (SAN BEDA, en Catena Aurea, vol. IV, p. 114).


5081 No te turbes si al considerar las maravillas del mundo sobrenatural sientes la otra voz -íntima, insinuante- del hombre viejo.

Es "el cuerpo de muerte" que dama por sus fueros perdí-dos. . . Te basta la gracia: sé fiel y vencerás (J. ESCRiVA DE BALAGLER, Catnino, n. 707).


5082 Algunos padecen graves tentaciones al principio de su conversión, otros al fin; otros casi toda su vida padecen. Algunos son tentados blandamente, según la sabiduría y juicío de la divina ordenación, que mide el estado y los méritos de todos y todo lo tiene ordenado para salud de sus escogidos (Imitación de Cristo,1,13,6).


5083 De dos maneras ataca el mundo a los soldados de Cristo:

los halaga para seducirlos, los atemoriza para doblegarlos. No dejemos que nos domine el propio placer, no dejemos que nos atemorice la ajena crueldad, y habremos vencido al mundo. En uno y otro ataque sale al encuentro Cristo, para que el cristiano no sea vencido (SAN AGUSTIN, Sermón 276).


5084 (Mas líbranos del mal). Nada queda ya que deba pedirse al Señor cuando hemos pedido su protección contra todo lo malo; la cual, una vez obtenida, ya podemos considerarnos seguros contra todas las cosas que el demonio y el mundo puedan hacer. ¿Qué miedo puede darnos el siglo, si en él tenemos a Dios por defensor? (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, vol. 1, PP. 371-372).


5085 Si sucumbimos, es porque no queremos valernos de los medios que Dios nos envía para combatir. Es preciso, sobre todo, estar bien convencidos de que, por nuestra parte, no podemos hacer otra cosa que perdernos; mas, con una gran confianza en Dios, lo podemos todo (SANTO CERA DE ARS, Sermón sobre la perseverancia).


5086 Su gracia combate a nuestro favor con un poder incomparablemente superior al de toda esa multitud de adversarios que nos acosan. Dios no se límita únicamente a inspirarnos el bien. Nos secunda y nos empuja a cumplirlo. Y más de una vez, sin percatamos de ello y a pesar nuestro, nos atrae a la salvación. Es, pues, un hecho cierto que el demonio no puede seducir a nadie, sí no es a aquel que libremente le presta el consentimiento de su voluntad (CASIANO, Colaciones,7).


5087 El vendaval que sopla es el demonio, quien se opone con todos sus recursos a que nos refugiemos en el puerto. Pero es más poderoso el que intercede por nosotros, el que nos conforta para que no temamos y nos arrojemos fuera del navío. Por muy sacudido que parezca, sin embargo, en él navegan no sólo los discípulos, sino el mismo Cristo. Por eso no te apartes de la nave y ruega a Dios. Cuando fallen todos los medios, cuando el timón no funcione y las velas rotas se conviertan en mayor peligro, cuando se haya perdido la esperanza en la ayuda humana, piensa que sólo te resta rezar a Dios. Quien de ordinario impulsa felizmente a puerto a los navegantes no ha de abandonar la barquilla de su Iglesia (SAN AGUSTIN, Sermón 63).


5088 El diablo no puede dominar a los siervos de Dios que de todo corazón confían en El. Puede, sí, combatirlos, pero no derrotarlos (Pastor de Hermas,2).


5089 El comienzo de toda mala tentación es no ser constante en el bien comenzado y no confiar en Dios. Porque, como a la nave sin gobernalle por acá y por allá la baten las olas, así el hombre descuidado y que deja su propósito es tentado de diversas maneras. El fuego prueba el hierro, y la tentación al justo. Muchas veces no sabemos lo que podemos, mas la tentación descubre lo que somos. Debemos, empero, velar, principalmente al principio de la tentación, porque entonces más fácilmente es vencido el enemigo, cuando no lo dejamos pasar de la puerta del ánima. Por lo cual dijo uno: "resiste a los principios. Tarde viene el remedio cuando la llaga es muy vieja" (Imitación de Cristo,1,13,

5).

La tentación, medio para mostrar nuestro amor a Dios.

Necesaria para crecer en la virtud


5090 Los muy estimados por buenos, muchas veces han caído en graves peligros por su mucha confianza. Por lo cual es utilísimo a muchos que no les falte del todo tentaciones, sino, por el contrario, que sean muchas veces combatidos, para que no estén muy seguros de si, y no se levanten con soberbia ni se derramen en las consolaciones de fuera (Imitación de Cristo,1,20,4).

Nuestra vida, mientras dura esta peregrinación, no puede 5091 verse libre de tentaciones; pues nuestro progreso se realiza por medio de la tentación y nadie puede conocerse a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni puede vencer si no ha luchado, ni puede luchar si carece de enemigo y de tentaciones (SAN AGLSIIN, Coi7lent. sobre el Salmo 60).


5092 Porque al alma que Dios da luz de la verdad, las tentaciones y estorbos que pone el demonio la ayudan más; porque es Su Majestad el que pelea por ella (SANTA TERESA, Fundaciones,11,7).


5093 (Utilidad de las tentaciones): Primero, para que te des cuenta de que ahora eres ya más fuerte. Luego, para que tengas moderación y humildad y no te engrías por los dones recibidos, pues las tentaciones pueden muy bien reprimir tu orgullo. Además de eso, la malicia del demonio, que acaso duda de si realmente le has abandonado, por las pruebas de las tentaciones puede tener certidumbre plena de que te has apartado de él definitivamente. Cuarto motivo: las tentaciones te hacen más fuerte que el hierro mejor templado. Quinto: te dan la mejor prueba de lo preciosos que son los tesoros que se te han confiado, porque si no viera el demonio que estás ahora constituido en más alto honor, no te hubiera atacado (SAN JEAN CRISOSTOMO, Hom. sobre S. Mateo,13).


5094 La tentación nos es absolutamente necesaria para sostenernos en la humildad y en la desconfianza de nosotros mismos, así como para obligarnos a recurrir al Señor (SAN TO CERA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).


5095 El peor mal para todo cristiano es el no ser tentado, ya que da lugar a creer que el demonio le considera ya cosa suya, y aguarda sólo la hora de la muerte para arrastrarle al infierno (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).


5096 Hijo, cuando te propongas servir a Dios, prepara tu alma para la tentación. Cuando intentes servir a Dios, piense cada uno que entra en el lagar; será pisoteado, triturado, prensado; no para que perezca en este mundo, sino para que sea guardado en la despensa de Dios. Queda libre de las cáscaras y raspajos de sus deseos carnales. Todo ello se consigue con la trituración; por eso se llaman almazaras las iglesias de Dios en este tiempo. (S. AGUSTÍN Coiiient. sobre el Salmo 83).


5097 Cuando el hombre bueno es atribulado, o tentado, o afligido con malos pensamientos, entonces conoce tener de Dios mayor necesidad, pues ve claramente que sin El no puede nada bueno. (Imitación de Cristo,1,12,2).


5098 No temas nunca la tentación si tienes bien templado el ánimo, porque la tentación no daña, sino que produce la paciencia (Romn 5,3) [. . . ]. El fuego no perjudica al oro, ni la tribulación al alma generosa, sino que ambos se purifican. (S. JUAN CRISÓSTOMO, Sermón al volver del destierro).


5099 La tentación nos era necesaria para ser conscientes de nuestra pequeñez. (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).


5100 Las tentaciones nos dan la dimensión de nuestra propia debilidad. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,160).


5101 Lejos de desanimarnos al vernos tentados, hemos de experimentar consuelo y hasta regocijarnos, puesto que solamente son tentados con porfía aquellos de los cuales el demonio prevé que con su manera de vivir habrían de ganar el cielo (SANTO CURA DE ARS, Sermón las tentaciones).


5102 Las tentaciones muchas veces son utílísimas al hombre, aunque sean graves y enojosas; porque en ellas es humillado, purgado y enseñado. Todos los santos por muchas tribulaciones y tentaciones pasaron, y aprovecharon (Imitación de Cristo,1,13,2).


5103 Como general competente que asedia un fortín, estudia el demonio los puntos flacos del hombre a quien intenta derrotar, y lo tienta por su parte más débil (SANTO TOMÁS, Sobre el Padrenuestro, l. c. , p. 162).

El demonio y la tentación


5104 Y el demonio ayuda mucho a hacerles inhábiles, cuando ve un poco de temor. No quiere él más para hacernos entender que todo nos ha de matar y quitar la salud; hasta tener lágrimas nos hace temer de cegar. He pasado por esto, y por eso lo sé; y no sé yo qué mejor vista ni salud podemos desear que perderla por tal causa. Como soy tan enferma, hasta que me determiné en no hacer caso del cuerpo ni de la salud, siempre estuve atada sin valer nada, y ahora hago bien poco. Mas como quiso Dios entendiese este ardid del demonio, y como me ponía delante el perder la salud, decía yo: Poco va en que me muera. Si el descanso, no he menester descanso, sino cruz. Así otras cosas. Vi claro que en muy muchas, aunque yo de hecho soy harto enferma, que era tentación del demonio, o flojedad mía; que después que no estoy tan mirada y regalada, tengo mucha más salud (SANTA TERESA, Vida,13,4).


5105 Las cosas que proceden de la naturaleza y las que parten de nuestra voluntad, son de poca importancia, comparadas con la guerra implacable que nos tiene declarada (el demonio) (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. 1P 374).


5106 Decir que no eres tentado, es como afirmar que no existe el demonio, o bien que ha perdido toda su rabia contra los cristianos. "Si no experimentáis tentación alguna, dice San Gregorio, es porque los demonios son vuestros amigos, vuestros pastores y vuestros guías; mientras os dejan pasar con tranquilidad vuestra pobre vida, al fin de vuestros días os arrastrarán a los abismos" (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).


5107 Mientras vivimos en el mundo no podemos estar sin tribulaciones y tentaciones, según está escrito en Jb. Tentación es la vida del hombre sobre la tierra (Jb 7,1). Por eso cada uno debe tener cuidado, y vele en oración contra sus tentaciones, porque no halle el diablo lugar de engañarlo: que nunca duerme, buscando por rodeos a quien devorar. Nadie hay tan santo ni tan perfecto que no sea alguna vez tentado (Imitación de Cristo,1,13,1).


5108 Del demonio dice Jb: En la tierra nadie se le iguala a él, que fue creado intrépido (Jb 41,25). Ningún poder humano puede ser comparado con el suyo y sólo el poder divino lo puede vencer y tan sólo la luz divina puede desenmascarar sus ardides.

El alma que hubiere de vencer la fuerza del demonio no lo podrá conseguir sin oración, ni podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual,3,9).


5109 Cuando el demonio se aparta de alguno, acecha el instante oportuno, y cuando le ha inducido a un segundo pecado, acecha la ocasión para el tercero (ORIGENES, en Catena Aurea, vol. III, p. 346).


5110 El lobo roba y dispersa las ovejas, porque a unos los arrastra a la impureza, a otros inflama con la avaricia, a otros los hincha con la soberbia, a otros los separa por medio de la ira, a éste le estimula con la envidia, al otro le incita con el engaño. De la misma manera que el lobo dispersa las ovejas de un rebaño y las mata, así también hace el diablo con las almas de los fieles por medio de las tentaciones (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 14 sobre los Evang. ).


5111 Si preguntáis a ese parroquiano de la taberna si el demonio le tienta, os responderá sencillamente que no, que nada le inquieta. Interrogad a esa joven vanidosa cuáles son sus luchas, y os contestará riendo que no sostiene ninguna, ignorando totalmente en qué consiste ser tentado. Esta es la tentación más espantosa de todas: no ser tentado; éste es el estado de aquellos que el demonio guarda para el infierno. Me atreveré a deciros que se guarda bien de tentarlos ni atormentarlos acerca de su vida pasada, temiendo no abran los ojos ante sus pecados (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).

Medios para vencer


5112 Acude a tu Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones (J. Es-CRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 567).


5113 O el infierno o la huida, no hay término medio (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la perseverancia).


5114 Hemos de huir siempre del pecado; pero la tentación de

pecado hay que vencerla unas veces huyendo y otras ofreciendo resistencia. Huyendo cuando el continuo pensamiento aumenta el incentivo del pecado, como sucede en la lujuria [. . . ]. Resistiendo, empero, cuando el pensar detenidamente en el objeto que la provoca ayuda a alejar el peligro, que precisamente nace de no considerarlo bien. Tal es el caso de la pereza espiritual o acidia, porque cuanto más pensamos en los bienes espirituales más nos agradan, y más desaparece el tedio que provocaba el conocerlos superficialmente (SANTO TOMAS Suma Teológica,2-2, q. 35, a. 1).


5115 Al veros tentados, rechazad al momento la tentación, y, si tenéis oportunidad, haced devotamente la señal de la cruz, pensad en los tormentos que deben experimentar los réprobos por no haber sabido resistir la tentación; elevad al cielo vuestra mirada, y veréis así cuál es la recompensa del que lucha; llamad en vuestro socorro al ángel de la guarda; echaos prontamente en brazos de la Virgen Santísima, implorando su protección: con eso tenéis la seguridad de salir victoriosos de vuestros enemigos, a los cuales veréis al punto llenos de confusión (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la perseverancia).


5116 Hay que orar no para dejar de ser tentado -cosa imposible- sino para no ser enredados por la tentación, como sucede a los que son atrapados y vencidos por ella (ORIGENES, Trat. sobre la oración,29).


5117 Hemos de orar con frecuencia, pero debemos redoblar nuestras oraciones en las horas de prueba, en los momentos en que sentimos el ataque de la tentación (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la oración).


5118 Cuando se llama continuamente en la oración, se concede pronto auxilio en la tentación (SAN GREGORIO MACN(), ['orn. 35 sobre los Evang. ).


5119 Pero él (Bartimeo) clamaba mucho más fuerte: porque cuanto más fuerte es el tumulto de nuestros pensamientos, tanto más debemos insistir en la oración (SAN GREGORIO MAGNO, en Catena Aurea, vol. VI, p. 326).


5120 Es necesario tener mucha humildad, sin confiar jamás en que con solas nuestras fuerzas podamos escaparnos de sucumbir; únicamente ayudados por la gracia divina estaremos exentos de caer. Dichoso el que a la hora de la muerte podrá decir como San Pablo: He combatido mucho, pero, con la gracia de Dios, he vencido; por esto espero alcanzar la corona de gloria que el Señor otorga al que le ha sido fiel hasta la muerte (2 Tiin 4) (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre las tentaciones).

Acudir a la Virgen en la tentación


5121 Todos los pecados de tu vida parece como si se pusieran en pie. -No desconfíes. -Por el contrarío, llama a tu Madre Santa María, con fe y abandono de niño. Ella traerá el sosiego a tu alma (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 498).


5122 ¡Madre! -Llámala fuerte, fuerte. -Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la ternura de sus caricias; y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 516).


Fdez-Carvajal: Antologia - TEMOR DE DIOS