Congregacion Culto Divino - CONCLUSION

CONCLUSION


288. Este Directorio, en las dos partes que lo componen, presenta muchas indicaciones, propuestas y orientaciones, para ayudar y educar, en armonia con la Liturgia, a la variada realidad de la piedad y religiosidad popular.

Al hacer referencia a tradiciones y circunstancias distintas, como ejercicios de piedad, devociones de diversa indole y naturaleza, el Directorio quiere ofrecer los presupuestos fundamentales, recordar las directrices y presentar sugerencias para una accion pastoral fecunda.

Corresponde a los Obispos, con ayuda de sus colaboradores mas directos, en especial los rectores de santuarios, establecer normas y dar orientaciones practicas, teniendo en cuenta las tradiciones locales y las expresiones particulares de religiosidad y piedad popular.





REDEMPTIONIS SACRAMENTUM

CONGREGACION PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS Instruccion sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santisima Eucaristia

PROEMIO


1. El Sacramento de la Redencion, que la Madre Iglesia confiesa con firme fe y recibe con alegria, celebra y adora con veneracion, en la santisima Eucaristia,(1) anuncia la muerte de Jesucristo y proclama su resurreccion, hasta que l vuelva en gloria,(2) como Señor y Dominador invencible, Sacerdote eterno y Rey del universo, y entregue al Padre omnipotente, de majestad infinita, el reino de la verdad y la vida.(3)


2. La doctrina de la Iglesia sobre la santisima Eucaristia ha sido expuesta con sumo cuidado y la maxima autoridad, a lo largo de los siglos, en los escritos de los Concilios y de los Sumos Pontifices, puesto que en la Eucaristia se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, que es Cristo, nuestra Pascua,(4) fuente y cumbre de toda la vida cristiana,(5) y cuya fuerza alienta a la Iglesia desde los inicios.(6) Recientemente, en la Carta Enciclica "Ecclesia de Eucharistia", el Sumo Pontifice Juan Pablo II ha expuesto de nuevo algunos principios sobre esta materia, de gran importancia eclesial para nuestra época.(7) Para que también en los tiempos actuales, tan gran misterio sea debidamente protegido por la Iglesia, especialmente en la celebracion de la sagrada Liturgia, el Sumo Pontifice mando a esta Congregacion para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos(8) que, en colaboracion con la Congregacion para la Doctrina de la Fe, preparara esta Instruccion, en la que se trataran algunas cuestiones referentes a la disciplina del sacramento de la Eucaristia. Por consiguiente, lo que en esta Instruccion se expone, debe ser leido en continuidad con la mencionada Carta Enciclica "Ecclesia de Eucharistia".

Sin embargo, la intencion no es tanto preparar un compendio de normas sobre la santisima Eucaristia sino mas bien retomar, con esta Instruccion, algunos elementos de la normativa liturgica anteriormente enunciada y establecida, que continuan siendo validos, para reforzar el sentido profundo de las normas liturgicas(9) e indicar otras que aclaren y completen las precedentes, explicandolas a los Obispos, y también a los presbiteros, diaconos y a todos los fieles laicos, para que cada uno, conforme al propio oficio y a las propias posibilidades, las puedan poner en practica.




3. Las normas que se contienen en esta Instruccion se refieren a cuestiones liturgicas concernientes al Rito romano y, con las debidas salvedades, también a los otros Ritos de la Iglesia latina, aprobados por el derecho.




4. "No hay duda de que la reforma liturgica del Concilio ha tenido grandes ventajas para una participacion mas consciente, activa y fructuosa de los fieles en el santo Sacrificio del altar".(10) Sin embargo, "no faltan sombras".(11) Asi, no se puede callar ante los abusos, incluso gravisimos, contra la naturaleza de la Liturgia y de los sacramentos, también contra la tradicion y autoridad de la Iglesia, que en nuestros tiempos, no raramente, danan las celebraciones liturgicas en diversos ambitos eclesiales. En algunos lugares, los abusos liturgicos se han convertido en una costumbre, lo cual no se puede admitir y debe terminarse.




5. La observancia de las normas que han sido promulgadas por la autoridad de la Iglesia exige que concuerden la mente y la voz, las acciones externas y la intencion del corazon. La mera observancia externa de las normas, como resulta evidente, es contraria a la esencia de la sagrada Liturgia, con la que Cristo quiere congregar a su Iglesia, y con ella formar "un solo cuerpo y un solo espiritu".(12) Por esto la accion externa debe estar iluminada por la fe y la caridad, que nos unen con Cristo y los unos a los otros, y suscitan en nosotros la caridad hacia los pobres y necesitados. Las palabras y los ritos liturgicos son expresion fiel, madurada a lo largo de los siglos, de los sentimientos de Cristo y nos ensenan a tener los mismos sentimientos que él;(13) conformando nuestra mente con sus palabras, elevamos al Señor nuestro corazon. Cuanto se dice en esta Instruccion, intenta conducir a esta conformacion de nuestros sentimientos con los sentimientos de Cristo, expresados en las palabras y ritos de la Liturgia.




6. Los abusos, sin embargo, "contribuyen a oscurecer la recta fe y la doctrina catolica sobre este admirable Sacramento".(14) De esta forma, también se impide que puedan "los fieles revivir de algun modo la experiencia de los dos discipulos de Emaus: Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron".(15) Conviene que todos los fieles tengan y realicen aquellos sentimientos que han recibido por la pasion salvadora del Hijo Unigénito, que manifiesta la majestad de Dios, ya que estan ante la fuerza, la divinidad y el esplendor de la bondad de Dios(16), especialmente presente en el sacramento de la Eucaristia.(17)


7. No es extrano que los abusos tengan su origen en un falso concepto de libertad. Pero Dios nos ha concedido, en Cristo, no una falsa libertad para hacer lo que queramos, sino la libertad para que podamos realizar lo que es digno y justo.(18) Esto es valido no solo para los preceptos que provienen directamente de Dios, sino también, segun la valoracion conveniente de cada norma, para las leyes promulgadas por la Iglesia. Por ello, todos deben ajustarse a las disposiciones establecidas por la legitima autoridad eclesiastica.




8. Ademas, se advierte con gran tristeza la existencia de "iniciativas ecuménicas que, aun siendo generosas en su intencion, transigen con practicas eucaristicas contrarias a la disciplina con la cual la Iglesia expresa su fe". Sin embargo, "la Eucaristia es un don demasiado grande para admitir ambigüedades y reducciones". Por lo que conviene corregir algunas cosas y definirlas con precision, para que también en esto "la Eucaristia siga resplandeciendo con todo el esplendor de su misterio".(19)


9. Finalmente, los abusos se fundamentan con frecuencia en la ignorancia, ya que casi siempre se rechaza aquello de lo que no se comprende su sentido mas profundo y su antigüedad. Por eso, con su raiz en la misma Sagrada Escritura, "las preces, oraciones e himnos liturgicos estan penetrados de su espiritu, y de ella reciben su significado las acciones y los signos".(20) Por lo que se refiere a los signos visibles "que usa la sagrada Liturgia, han sido escogidos por Cristo o por la Iglesia para significar las realidades divinas invisibles".(21) Justamente, la estructura y la forma de las celebraciones sagradas segun cada uno de los Ritos, sea de la tradicion de Oriente sea de la de Occidente, concuerdan con la Iglesia Universal y con las costumbres universalmente aceptadas por la constante tradicion apostolica,(22) que la Iglesia entrega, con solicitud y fidelidad, a las generaciones futuras. Todo esto es sabiamente custodiado y protegido por las normas liturgicas.




10. La misma Iglesia no tiene ninguna potestad sobre aquello que ha sido establecido por Cristo, y que constituye la parte inmutable de la Liturgia.(23) Pero si se rompiera este vinculo que los sacramentos tienen con el mismo Cristo, que los ha instituido, y con los acontecimientos en los que la Iglesia ha sido fundada,(24) nada aprovecharia a los fieles, sino que podria danarles gravemente. De hecho, la sagrada Liturgia esta estrechamente ligada con los principios doctrinales,(25) por lo que el uso de textos y ritos que no han sido aprobados lleva a que disminuya o desaparezca el nexo necesario entre la lex orandi y la lex credendi.(26)


11. El Misterio de la Eucaristia es demasiado grande "para que alguien pueda permitirse tratarlo a su arbitrio personal, lo que no respetaria ni su caracter sagrado ni su dimension universal".(27) Quien actua contra esto, cediendo a sus propias inspiraciones, aunque sea sacerdote, atenta contra la unidad substancial del Rito romano, que se debe cuidar con decision,(28) y realiza acciones que de ningun modo corresponden con el hambre y la sed del Dios vivo, que el pueblo de nuestros tiempos experimenta, ni a un auténtico celo pastoral, ni sirve a la adecuada renovacion liturgica, sino que mas bien defrauda el patrimonio y la herencia de los fieles. Los actos arbitrarios no benefician la verdadera renovacion,(29) sino que lesionan el verdadero derecho de los fieles a la accion liturgica, que es expresion de la vida de la Iglesia, segun su tradicion y disciplina. Ademas, introducen en la misma celebracion de la Eucaristia elementos de discordia y la deforman, cuando ella tiende, por su propia naturaleza y de forma eminente, a significar y realizar admirablemente la comunion con la vida divina y la unidad del pueblo de Dios.(30) De estos actos arbitrarios se deriva incertidumbre en la doctrina, duda y escandalo para el pueblo de Dios y, casi inevitablemente, una violenta repugnancia que confunde y aflige con fuerza a muchos fieles en nuestros tiempos, en que frecuentemente la vida cristiana sufre el ambiente, muy dificil, de la "secularizacion".(31)


12. Por otra parte, todos los fieles cristianos gozan del derecho de celebrar una liturgia verdadera, y especialmente la celebracion de la santa Misa, que sea tal como la Iglesia ha querido y establecido, como esta prescrito en los libros liturgicos y en las otras leyes y normas. Ademas, el pueblo catolico tiene derecho a que se celebre por él, de forma integra, el santo sacrificio de la Misa, conforme a toda la ensenanza del Magisterio de la Iglesia. Finalmente, la comunidad catolica tiene derecho a que de tal modo se realice para ella la celebracion de la santisima Eucaristia, que aparezca verdaderamente como sacramento de unidad, excluyendo absolutamente todos los defectos y gestos que puedan manifestar divisiones y facciones en la Iglesia.(32)


13. Todas las normas y recomendaciones expuestas en esta Instruccion, de diversas maneras, estan en conexion con el oficio de la Iglesia, a quien corresponde velar por la adecuada y digna celebracion de este gran misterio. De los diversos grados con que cada una de las normas se unen con la norma suprema de todo el derecho eclesiastico, que es el cuidado para la salvacion de las almas, trata el ultimo capitulo de la presente Instruccion.(33) CAPITULO I LA ORDENACION DE LA SAGRADA LITURGIA


14. "La ordenacion de la sagrada Liturgia es de la competencia exclusiva de la autoridad eclesiastica; ésta reside en la Sede Apostolica y, en la medida que determine la ley, en el Obispo".(34)


15. El Romano Pontifice, "Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra... tiene, en virtud de su funcion, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente",(35) aun comunicando con los pastores y los fieles.




16. Compete a la Sede Apostolica ordenar la sagrada Liturgia de la Iglesia universal, editar los libros liturgicos, revisar sus traducciones a lenguas vernaculas y vigilar para que las normas liturgicas, especialmente aquellas que regulan la celebracion del santo Sacrificio de la Misa, se cumplan fielmente en todas partes.(36)


17. "La Congregacion para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos trata lo que corresponde a la Sede Apostolica, salvo la competencia de la Congregacion para la Doctrina de la Fe, respecto a la ordenacion y promocion de la sagrada liturgia, en primer lugar de los sacramentos. Fomenta y tutela la disciplina de los sacramentos, especialmente en lo referente a su celebracion valida y licita". Finalmente, "vigila atentamente para que se observen con exactitud las disposiciones liturgicas, se prevengan sus abusos y se erradiquen donde se encuentren".(37) En esta materia, conforme a la tradicion de toda la Iglesia, destaca el cuidado de la celebracion de la santa Misa y del culto que se tributa a la Eucaristia fuera de la Misa.




18. Los fieles tienen derecho a que la autoridad eclesiastica regule la sagrada Liturgia de forma plena y eficaz, para que nunca sea considerada la liturgia como "propiedad privada de alguien, ni del celebrante ni de la comunidad en que se celebran los Misterios".(38)


1. El Obispo diocesano, gran sacerdote de su grey 19. El Obispo diocesano, primer administrador de los misterios de Dios en la Iglesia particular que le ha sido encomendada, es el moderador, promotor y custodio de toda la vida liturgica.(39) Pues "el Obispo, por estar revestido de la plenitud del sacramento del Orden, es "el administrador de la gracia del supremo sacerdocio"(40), sobre todo en la Eucaristia, que él mismo celebra o procura que sea celebrada(41), y mediante la cual la Iglesia vive y crece continuamente".(42)


20. La principal manifestacion de la Iglesia tiene lugar cada vez que se celebra la Misa, especialmente en la iglesia catedral, "con la participacion plena y activa de todo el pueblo santo de Dios, (...) en una misma oracion, junto al unico altar, donde preside el Obispo" rodeado por su presbiterio, los diaconos y ministros.(43) Ademas, "toda legitima celebracion de la Eucaristia es dirigida por el Obispo, a quien ha sido confiado el oficio de ofrecer a la Divina Majestad el culto de la religion cristiana y de reglamentarlo en conformidad con los preceptos del Señor y las leyes de la Iglesia, precisadas mas concretamente para su diocesis segun su criterio".(44)


21. En efecto, "al Obispo diocesano, en la Iglesia a él confiada y dentro de los limites de su competencia, le corresponde dar normas obligatorias para todos, sobre materia liturgica".(45) Sin embargo, el Obispo debe tener siempre presente que no se quite la libertad prevista en las normas de los libros liturgicos, adaptando la celebracion, de modo inteligente, sea a la iglesia, sea al grupo de fieles, sea a las circunstancias pastorales, para que todo el rito sagrado universal esté verdaderamente acomodado al caracter de los fieles.(46)


22. El Obispo rige la Iglesia particular que le ha sido encomendada(47) y a él corresponde regular, dirigir, estimular y algunas veces también reprender(48), cumpliendo el ministerio sagrado que ha recibido por la ordenacion episcopal,(49) para edificar su grey en la verdad y en la santidad.(50) Explique el auténtico sentido de los ritos y de los textos liturgicos y eduque en el espiritu de la sagrada Liturgia a los presbiteros, diaconos y fieles laicos,(51) para que todos sean conducidos a una celebracion activa y fructuosa de la Eucaristia,(52) y cuide igualmente para que todo el cuerpo de la Iglesia, con el mismo espiritu, en la unidad de la caridad, pueda progresar en la diocesis, en la nacion, en el mundo.(53)


23. Los fieles "deben estar unidos a su Obispo como la Iglesia a Jesucristo, y como Jesucristo al Padre, para que todas las cosas se armonicen en la unidad y crezcan para gloria de Dios".(54) Todos, incluso los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostolica, y todas las asociaciones o movimientos eclesiales de cualquier genero, estan sometidos a la autoridad del Obispo diocesano en todo lo que se refiere a la liturgia,(55) salvo las legitimas concesiones del derecho. Por lo tanto, compete al Obispo diocesano el derecho y el deber de visitar y vigilar la liturgia en las iglesias y oratorios situados en su territorio, también aquellos que sean fundados o dirigidos por los citados institutos religiosos, si los fieles acuden a ellos de forma habitual.(56)


24. El pueblo cristiano, por su parte, tiene derecho a que el Obispo diocesano vigile para que no se introduzcan abusos en la disciplina eclesiastica, especialmente en el ministerio de la palabra, en la celebracion de los sacramentos y sacramentales, en el culto a Dios y a los santos.(57)


25. Las comisiones, consejos o comités, instituidos por el Obispo, para que contribuyan a "promover la accion liturgica, la musica y el arte sacro en su diocesis", deben actuar segun el juicio y normas del Obispo, bajo su autoridad y contando con su confirmacion; asi cumpliran su tarea adecuadamente(58) y se mantendra en la diocesis el gobierno efectivo del Obispo. De estos organismos, de otros institutos y de cualquier otra iniciativa en materia liturgica, después de cierto tiempo, resulta urgente que los Obispos indaguen si hasta el momento ha sido fructuosa(59) su actividad, y valoren atentamente cuales correcciones o mejoras se deben introducir en su estructura y en su actividad,(60) para que encuentren nueva vitalidad. Se tenga siempre presente que los expertos deben ser elegidos entre aquellos que sean firmes en la fe catolica y verdaderamente preparados en las disciplinas teologicas y culturales.




2. La Conferencia de Obispos 26. Esto vale también para las comisiones de la misma materia, que, vivamente deseadas por el Concilio,(61) son instituidas por la Conferencia de Obispos y de la cual es necesario que sean miembros los Obispos, distinguiéndose con claridad de los ayudantes peritos. Cuando el numero de los miembros de la Conferencia de Obispos no sea suficiente para que se elijan de entre ellos, sin dificultad, y se instituya la comision liturgica, nombrese un consejo o grupo de expertos que, en cuanto sea posible y siempre bajo la presidencia de un Obispo, desempenen estas tareas; evitando, sin embargo, el nombre de "comision liturgica".




27. La interrupcion de todos los experimentos sobre la celebracion de la santa Misa, ha sido notificada por la Santa Sede ya desde el ano 1970 (62) y nuevamente se repitio, para recordarlo, en el ano 1988.(63) Por lo tanto, cada Obispo y la misma Conferencia no tienen ninguna facultad para permitir experimentos sobre los textos liturgicos o sobre otras cosas que se indican en los libros liturgicos. Para que se puedan realizar en el futuro tales experimentos, se requiere el permiso de la Congregacion para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que lo concedera por escrito, previa peticion de la Conferencia de Obispos. Pero esto no se concedera sin una causa grave. Por lo que se refiere a la enculturacion en materia liturgica, se deben observar, estricta e integramente, las normas especiales establecidas.(64)


28. Todas las normas referentes a la liturgia, que la Conferencia de Obispos determine para su territorio, conforme a las normas del derecho, se deben someter a la recognitio de la Congregacion para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, sin la cual, carecen de valor legal.(65)


3. Los presbiteros 29. Los presbiteros, como colaboradores fieles, diligentes y necesarios, del orden Episcopal,(66) llamados para servir al Pueblo de Dios, constituyen un unico presbiterio(67) con su Obispo, aunque dedicados a diversas funciones. "En cada una de las congregaciones locales de fieles representan al Obispo, con el que estan confiada y animosamente unidos, y toman sobre si una parte de la carga y solicitud pastoral y la ejercen en el diario trabajo". Y, "por esta participacion en el sacerdocio y en la mision, los presbiteros reconozcan verdaderamente al Obispo como a padre suyo y obedézcanle reverentemente".(68) Ademas, "preocupados siempre por el bien de los hijos de Dios, procuren cooperar en el trabajo pastoral de toda la diocesis e incluso de toda la Iglesia".(69)


30. Grande es el ministerio "que en la celebracion eucaristica tienen principalmente los sacerdotes, a quienes compete presidirla in persona Christi, dando un testimonio y un servicio de comunion, no solo a la comunidad que participa directamente en la celebracion, sino también a la Iglesia universal, a la cual la Eucaristia hace siempre referencia. Por desgracia, es de lamentar que, sobre todo a partir de los anos de la reforma liturgica después del Concilio Vaticano II, por un malentendido sentido de creatividad y de adaptacion, no hayan faltado abusos, que para muchos han sido causa de malestar".(70)


31. Coherentemente con lo que prometieron en el rito de la sagrada Ordenacion y cada ano renuevan dentro de la Misal Crismal, los presbiteros presidan "con piedad y fielmente la celebracion de los misterios de Cristo, especialmente el sacrificio de la Eucaristia y el sacramento de la reconciliacion".(71) No vacien el propio ministerio de su significado profundo, deformando de manera arbitraria la celebracion liturgica, ya sea con cambios, con mutilaciones o con anadidos.(72) En efecto, dice San Ambrosio: "No en si, (...) sino en nosotros es herida la Iglesia. Por lo tanto, tengamos cuidado para que nuestras caidas no hieran la Iglesia".(73) Es decir, que no sea ofendida la Iglesia de Dios por los sacerdotes, que tan solemnemente se han ofrecido, ellos mismos, al ministerio. Al contrario, bajo la autoridad del Obispo vigilen fielmente para que no sean realizadas por otros estas deformaciones.




32. "Esfuércese el parroco para que la santisima Eucaristia sea el centro de la comunidad parroquial de fieles; trabaje para que los fieles se alimenten con la celebracion piadosa de los sacramentos, de modo peculiar con la recepcion frecuente de la santisima Eucaristia y de la penitencia; procure moverles a la oracion, también en el seno de las familias, y a la participacion consciente y activa en la sagrada liturgia, que, bajo la autoridad del Obispo diocesano, debe moderar el parroco en su parroquia, con la obligacion de vigilar para que no se introduzcan abusos".(74) Aunque es oportuno que las celebraciones liturgicas, especialmente la santa Misa, sean preparadas de manera eficaz, siendo ayudado por algunos fieles, sin embargo, de ningun modo debe ceder aquellas cosas que son propias de su ministerio, en esta materia.




33. Por ultimo, todos "los presbiteros procuren cultivar convenientemente la ciencia y el arte liturgicos, a fin de que por su ministerio liturgico las comunidades cristianas que se les han encomendado alaben cada dia con mas perfeccion a Dios, Padre, Hijo y Espiritu Santo".(75) Sobre todo, deben estar imbuidos de la admiracion y el estupor que la celebracion del misterio pascual, en la Eucaristia, produce en los corazones de los fieles.(76)


4. Los diaconos 34. Los diaconos, "que reciben la imposicion de manos no en orden al sacerdocio, sino en orden al ministerio"(77), hombres de buena fama(78), deben actuar de tal manera, con la ayuda de Dios, que sean conocidos como verdaderos discipulos(79) de aquel "que no ha venido a ser servido sino a servir"(80) y estuvo en medio de sus discipulos "como el que sirve".(81) Y fortalecidos con el don del mismo Espiritu Santo, por la imposicion de las manos, sirven al pueblo de Dios en comunion con el Obispo y su presbiterio.(82) Por tanto, tengan al Obispo como padre, y a él y a los presbiteros, préstenles ayuda "en el ministerio de la palabra, del altar y de la caridad".(83)


35. No dejen nunca de "vivir el misterio de la fe con alma limpia(84), como dice el Apostol, y proclamar esta fe, de palabra y de obra, segun el Evangelio y la tradicion de la Iglesia",(85) sirviendo fielmente y con humildad, con todo el corazon, en la sagrada Liturgia que es fuente y cumbre de toda la vida eclesial, "para que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el Bautismo, todos se reunan para alabar a Dios en medio de la Iglesia, participen en el Sacrificio y coman la cena del Señor".(86) Por tanto, todos los diaconos, por su parte, empléense en esto, para que la sagrada Liturgia sea celebrada conforme a las normas de los libros liturgicos debidamente aprobados.


CAPITULO II LA PARTICIPACION DE LOS FIELES LAICOS EN LA CELEBRACION DE LA EUCARISTIA


1. Una participacion activa y consciente 36. La celebracion de la Misa, como accion de Cristo y de la Iglesia, es el centro de toda la vida cristiana, en favor de la Iglesia, tanto universal como particular, y de cada uno de los fieles,(87) a los que "de diverso modo afecta, segun la diversidad de ordenes, funciones y participacion actual.(88) De este modo el pueblo cristiano, "raza elegida, sacerdocio real, nacion santa, pueblo adquirido",(89) manifiesta su orden coherente y jerarquico".(90) "El sacerdocio comun de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerarquico, aunque diferentes esencialmente y no solo en grado, se ordenan, sin embargo, el uno al otro, pues ambos participan de forma peculiar del unico sacerdocio de Cristo".(91)


37. Todos los fieles, por el bautismo, han sido liberados de sus pecados e incorporados a la Iglesia, destinados por el caracter al culto de la religion cristiana,(92) para que por su sacerdocio real,(93) perseverantes en la oracion y en la alabanza a Dios,(94) ellos mismos se ofrezcan como hostia viva, santa, agradable a Dios y todas sus obras lo confirmen,(95) y testimonien a Cristo en todos los lugares de la tierra, dando razon a todo el que lo pida, de que en él esta la esperanza de la vida eterna.(96) Por lo tanto, también la participacion de los fieles laicos en la celebracion de la Eucaristia, y en los otros ritos de la Iglesia, no puede equivaler a una mera presencia, mas o menos pasiva, sino que se debe valorar como un verdadero ejercicio de la fe y la dignidad bautismal.




38. Asi pues, la doctrina constante de la Iglesia sobre la naturaleza de la Eucaristia, no solo convival sino también, y sobre todo, como sacrificio, debe ser rectamente considerada como una de las claves principales para la plena participacion de todos los fieles en tan gran Sacramento.(97) "Privado de su valor sacrificial, se vive como si no tuviera otro significado y valor que el de un encuentro convival fraterno".(98)


39. Para promover y manifestar una participacion activa, la reciente renovacion de los libros liturgicos, segun el espiritu del Concilio, ha favorecido las aclamaciones del pueblo, las respuestas, salmos, antifonas, canticos, asi como acciones, gestos y posturas corporales, y el sagrado silencio que cuidadosamente se debe observar en algunos momentos, como prevén las rubricas, también de parte de los fieles.(99) Ademas, se ha dado un amplio espacio a una adecuada libertad de adaptacion, fundamentada sobre el principio de que toda celebracion responda a la necesidad, a la capacidad, a la mentalidad y a la indole de los participantes, conforme a las facultades establecidas en las normas liturgicas. En la eleccion de los cantos, melodias, oraciones y lecturas biblicas; en la realizacion de la homilia; en la preparacion de la oracion de los fieles; en las moniciones que a veces se pronuncian; y en adornar la iglesia en los diversos tiempos; existe una amplia posibilidad de que en toda celebracion se pueda introducir, comodamente, una cierta variedad para que aparezca con mayor claridad la riqueza de la tradicion liturgica y, atendiendo a las necesidades pastorales, se comunique diligentemente el sentido peculiar de la celebracion, de modo que se favorezca la participacion interior. También se debe recordar que la fuerza de la accion liturgica no esta en el cambio frecuente de los ritos, sino, verdaderamente, en profundizar en la palabra de Dios y en el misterio que se celebra.(100)


40. Sin embargo, por mas que la liturgia tiene, sin duda alguna, esta caracteristica de la participacion activa de todos los fieles, no se deduce necesariamente que todos deban realizar otras cosas, en sentido material, ademas de los gestos y posturas corporales, como si cada uno tuviera que asumir, necesariamente, una tarea liturgica especifica. La catequesis procure con atencion que se corrijan las ideas y los comportamientos superficiales, que en los ultimos anos se han difundido en algunas partes, en esta materia; y despierte siempre en los fieles un renovado sentimiento de gran admiracion frente a la altura del misterio de fe, que es la Eucaristia, en cuya celebracion la Iglesia pasa continuamente "de lo viejo a lo nuevo"(101). En efecto, en la celebracion de la Eucaristia, como en toda la vida cristiana, que de ella saca la fuerza y hacia ella tiende, la Iglesia, a ejemplo de Santo Tomas apostol, se postra en adoracion ante el Señor crucificado, muerto, sepultado y resucitado "en la plenitud de su esplendor divino, y perpetuamente exclama: ¡Señor mio y Dios mio!".(102)


41. Son de gran utilidad, para suscitar, promover y alentar esta disposicion interior de participacion liturgica, la asidua y difundida celebracion de la Liturgia de las Horas, el uso de los sacramentales y los ejercicios de la piedad popular cristiana. Este tipo de ejercicios "que, aunque en el rigor del derecho no pertenecen a la sagrada Liturgia, tienen, sin embargo, una especial importancia y dignidad", se deben conservar por el estrecho vinculo que existe con el ordenamiento liturgico, especialmente cuando han sido aprobados y alabados por el mismo Magisterio;(103) esto vale sobre todo para el rezo del rosario.(104) Ademas, estas practicas de piedad conducen al pueblo cristiano a frecuentar los sacramentos, especialmente la Eucaristia, "también a meditar los misterios de nuestra redencion y a imitar los insignes ejemplos de los santos del cielo, que nos hacen asi participar en el culto liturgico, no sin gran provecho espiritual".(105)


42. Es necesario reconocer que la Iglesia no se reune por voluntad humana, sino convocada por Dios en el Espiritu Santo, y responde por la fe a su llamada gratuita (en efecto, ekklesia tiene relacion con Klesis, esto es, llamada).(106) Ni el Sacrificio eucaristico se debe considerar como "concelebracion", en sentido univoco, del sacerdote al mismo tiempo que del pueblo presente.(107) Al contrario, la Eucaristia celebrada por los sacerdotes es un don "que supera radicalmente la potestad de la asamblea (...). La asamblea que se reune para celebrar la Eucaristia necesita absolutamente, para que sea realmente asamblea eucaristica, un sacerdote ordenado que la presida. Por otra parte, la comunidad no esta capacitada para darse por si sola el ministro ordenado".(108) Urge la necesidad de un interés comun para que se eviten todas las ambigüedades en esta materia y se procure el remedio de las dificultades de estos ultimos anos. Por tanto, solamente con precaucion se emplearan términos como "comunidad celebrante" o "asamblea celebrante", en otras lenguas vernaculas: "celebrating assembly", "assemblée célébrante", "assemblea celebrante", y otros de este tipo.




2. Tareas de los fieles laicos en la celebracion de la Santa Misa 43. Algunos de entre los fieles laicos ejercen, recta y laudablemente, tareas relacionadas con la sagrada Liturgia, conforme a la tradicion, para el bien de la comunidad y de toda la Iglesia de Dios.(109) Conviene que se distribuyan y realicen entre varios las tareas o las diversas partes de una misma tarea.(110)


44. Ademas de los ministerios instituidos, de lector y de acolito, (111) entre las tareas arriba mencionadas, en primer lugar estan los de acolito(112) y de lector(113) con un encargo temporal, a los que se unen otros servicios, descritos en el Misal Romano,(114) y también la tarea de preparar las hostias, lavar los panos liturgicos y similares. Todos "los ministros ordenados y los fieles laicos, al desempenar su funcion u oficio, haran todo y solo aquello que les corresponde"(115), y, ya lo hagan en la misma celebracion liturgica, ya en su preparacion, sea realizado de tal forma que la liturgia de la Iglesia se desarrolle de manera digna y decorosa.




45. Se debe evitar el peligro de oscurecer la complementariedad entre la accion de los clérigos y los laicos, para que las tareas de los laicos no sufran una especie de "clericalizacion", como se dice, mientras los ministros sagrados asumen indebidamente lo que es propio de la vida y de las acciones de los fieles laicos.(116)


46. El fiel laico que es llamado para prestar una ayuda en las celebraciones liturgicas, debe estar debidamente preparado y ser recomendable por su vida cristiana, fe, costumbres y su fidelidad hacia el Magisterio de la Iglesia. Conviene que haya recibido la formacion liturgica correspondiente a su edad, condicion, género de vida y cultura religiosa(117) No se elija a ninguno cuya designacion pueda suscitar el asombro de los fieles.(118)


47. Es muy loable que se conserve la benemérita costumbre de que ninos o jovenes, denominados normalmente monaguillos, estén presentes y realicen un servicio junto al altar, como acolitos, y reciban una catequesis conveniente, adaptada a su capacidad, sobre esta tarea.(119) No se puede olvidar que del conjunto de estos ninos, a lo largo de los siglos, ha surgido un numero considerable de ministros sagrados.(120) Instituyanse y promuévanse asociaciones para ellos, en las que también participen y colaboren los padres, y con las cuales se proporcione a los monaguillos una atencion pastoral eficaz. Cuando este tipo de asociaciones tenga caracter internacional, le corresponde a la Congregacion para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos erigirlas, aprobarlas y reconocer sus estatutos.(121) A esta clase de servicio al altar pueden ser admitidas ninas o mujeres, segun el juicio del Obispo diocesano y observando las normas establecidas.(122) CAPITULO III LA CELEBRACION CORRECTA DE LA SANTA MISA


1. La materia de la Santisima Eucaristia 48. El pan que se emplea en el santo Sacrificio de la Eucaristia debe ser azimo, de solo trigo y hecho recientemente, para que no haya ningun peligro de que se corrompa.(123) Por consiguiente, no puede constituir la materia valida, para la realizacion del Sacrificio y del Sacramento eucaristico, el pan elaborado con otras sustancias, aunque sean cereales, ni aquel que lleva mezcla de una sustancia diversa del trigo, en tal cantidad que, segun la valoracion comun, no se puede llamar pan de trigo.(124) Es un abuso grave introducir, en la fabricacion del pan para la Eucaristia, otras sustancias como frutas, azucar o miel. Es claro que las hostias deben ser preparadas por personas que no solo se distingan por su honestidad, sino que ademas sean expertas en la elaboracion y dispongan de los instrumentos adecuados.(125)


49. Conviene, en razon del signo, que algunas partes del pan eucaristico que resultan de la fraccion del pan, se distribuyan al menos a algunos fieles, en la Comunion. "No obstante, de ningun modo se excluyen las hostias pequenas, cuando lo requiere el numero de los que van a recibir la sagrada Comunion, u otras razones pastorales lo exijan";(126) mas bien, segun la costumbre, sean usadas sobretodo formas pequenas, que no necesitan una fraccion ulterior.




50. El vino que se utiliza en la celebracion del santo Sacrificio eucaristico debe ser natural, del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias extranas.(127) En la misma celebracion de la Misa se le debe mezclar un poco de agua. Téngase diligente cuidado de que el vino destinado a la Eucaristia se conserve en perfecto estado y no se avinagre.(128) Esta totalmente prohibido utilizar un vino del que se tiene duda en cuanto a su caracter genuino o a su procedencia, pues la Iglesia exige certeza sobre las condiciones necesarias para la validez de los sacramentos. No se debe admitir bajo ningun pretexto otras bebidas de cualquier género, que no constituyen una materia valida.




2. La Plegaria Eucaristica 51. Solo se pueden utilizar las Plegarias Eucaristica que se encuentran en el Misal Romano o aquellas que han sido legitimamente aprobadas por la Sede Apostolica, en la forma y manera que se determina en la misma aprobacion. "No se puede tolerar que algunos sacerdotes se arroguen el derecho de componer plegarias eucaristicas",(129) ni cambiar el texto aprobado por la Iglesia, ni utilizar otros, compuestos por personas privadas.(130)


52. La proclamacion de la Plegaria Eucaristica, que por su misma naturaleza es como la cumbre de toda la celebracion, es propia del sacerdote, en virtud de su misma ordenacion. Por tanto, es un abuso hacer que algunas partes de la Plegaria Eucaristica sean pronunciadas por el diacono, por un ministro laico, o bien por uno solo o por todos los fieles juntos. La Plegaria Eucaristica, por lo tanto, debe ser pronunciada en su totalidad, y solamente, por el Sacerdote.(131)


53. Mientras el Sacerdote celebrante pronuncia la Plegaria Eucaristica, "no se realizaran otras oraciones o cantos, y estaran en silencio el organo y los otros instrumentos musicales",(132) salvo las aclamaciones del pueblo, como rito aprobado, de que se hablara mas adelante.




54. Sin embargo, el pueblo participa siempre activamente y nunca de forma puramente pasiva: "se asocia al sacerdote en la fe y con el silencio, también con las intervenciones indicadas en el curso de la Plegaria Eucaristica, que son: las respuestas en el dialogo del Prefacio, el Santo, la aclamacion después de la consagracion y la aclamacion "Amén", después de la doxologia final, asi como otras aclamaciones aprobadas por la Conferencia de Obispos y confirmadas por la Santa Sede".(133)


55. En algunos lugares se ha difundido el abuso de que el sacerdote parte la hostia en el momento de la consagracion, durante la celebracion de la santa Misa. Este abuso se realiza contra la tradicion de la Iglesia. Sea reprobado y corregido con urgencia.




56. En la Plegaria Eucaristica no se omita la mencion del Sumo Pontifice y del Obispo diocesano, conservando asi una antiquisima tradicion y manifestando la comunion eclesial. En efecto, "la reunion eclesial de la asamblea eucaristica es comunion con el propio Obispo y con el Romano Pontifice".(134)


3. Las otras partes de la Misa 57. Es un derecho de la comunidad de fieles que, sobre todo en la celebracion dominical, haya una musica sacra adecuada e idonea, segun costumbre, y siempre el altar, los paramentos y los panos sagrados, segun las normas, resplandezcan por su dignidad, nobleza y limpieza.




58. Igualmente, todos los fieles tienen derecho a que la celebracion de la Eucaristia sea preparada diligentemente en todas sus partes, para que en ella sea proclamada y explicada con dignidad y eficacia la palabra de Dios; la facultad de seleccionar los textos liturgicos y los ritos debe ser ejercida con cuidado, segun las normas, y las letras de los cantos de la celebracion Liturgica custodien y alimenten debidamente la fe de los fieles.




59. Cese la practica reprobable de que sacerdotes, o diaconos, o bien fieles laicos, cambian y varian a su propio arbitrio, aqui o alli, los textos de la sagrada Liturgia que ellos pronuncian. Cuando hacen esto, convierten en inestable la celebracion de la sagrada Liturgia y no raramente adulteran el sentido auténtico de la Liturgia.




60. En la celebracion de la Misa, la liturgia de la palabra y la liturgia eucaristica estan intimamente unidas entre si y forman ambas un solo y el mismo acto de culto. Por lo tanto, no es licito separar una de otra, ni celebrarlas en lugares y tiempos diversos.(135) Tampoco esta permitido realizar cada parte de la sagrada Misa en momentos diversos, aunque sea el mismo dia.




61. Para elegir las lecturas biblicas, que se deben proclamar en la celebracion de la Misa, se deben seguir las normas que se encuentran en los libros liturgicos,(136) a fin de que verdaderamente "la mesa de la Palabra de Dios se prepare con mas abundancia para los fieles y se abran a ellos los tesoros biblicos".(137)


62. No esta permitido omitir o sustituir, arbitrariamente, las lecturas biblicas prescritas ni, sobre todo, cambiar "las lecturas y el salmo responsorial, que contienen la Palabra de Dios, con otros textos no biblicos".(138)


63. La lectura evangélica, que "constituye el momento culminante de la liturgia de la palabra",(139) en las celebraciones de la sagrada Liturgia se reserva al ministro ordenado, conforme a la tradicion de la Iglesia.(140) Por eso no esta permitido a un laico, aunque sea religioso, proclamar la lectura evangélica en la celebracion de la santa Misa; ni tampoco en otros casos, en los cuales no sea explicitamente permitido por las normas.(141)


64. La homilia, que se hace en el curso de la celebracion de la santa Misa y es parte de la misma Liturgia,(142) "la hara, normalmente, el mismo sacerdote celebrante, o él se la encomendara a un sacerdote concelebrante, o a veces, segun las circunstancias, también al diacono, pero nunca a un laico.(143) En casos particulares y por justa causa, también puede hacer la homilia un obispo o un presbitero que esta presente en la celebracion, aunque sin poder concelebrar".(144)


65. Se recuerda que debe tenerse por abrogada, segun lo prescrito en el canon 767 § 1, cualquier norma precedente que admitiera a los fieles no ordenados para poder hacer la homilia en la celebracion eucaristica.(145) Se reprueba esta concesion, sin que se pueda admitir ninguna fuerza de la costumbre.




66. La prohibicion de admitir a los laicos para predicar, dentro de la celebracion de la Misa, también es valida para los alumnos de seminarios, los estudiantes de teologia, para los que han recibido la tarea de "asistentes pastorales" y para cualquier otro tipo de grupo, hermandad, comunidad o asociacion, de laicos.(146)


67. Sobre todo, se debe cuidar que la homilia se fundamente estrictamente en los misterios de la salvacion, exponiendo a lo largo del ano liturgico, desde los textos de las lecturas biblicas y los textos liturgicos, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana, y ofreciendo un comentario de los textos del Ordinario y del Propio de la Misa, o de los otros ritos de la Iglesia.(147) Es claro que todas las interpretaciones de la sagrada Escritura deben conducir a Cristo, como eje central de la economia de la salvacion, pero esto se debe realizar examinandola desde el contexto preciso de la celebracion liturgica. Al hacer la homilia, procurese iluminar desde Cristo los acontecimientos de la vida. Hagase esto, sin embargo, de tal modo que no se vacie el sentido auténtico y genuino de la palabra de Dios, por ejemplo, tratando solo de politica o de temas profanos, o tomando como fuente ideas que provienen de movimientos pseudo-religiosos de nuestra época.(148)


68. El Obispo diocesano vigile con atencion la homilia,(149) difundiendo, entre los ministros sagrados, incluso normas, orientaciones y ayudas, y promoviendo a este fin reuniones y otras iniciativas; de esta manera tendran ocasion frecuente de reflexionar con mayor atencion sobre el caracter de la homilia y encontraran también una ayuda para su preparacion.




69. En la santa Misa y en otras celebraciones de la sagrada Liturgia no se admita un "Credo" o Profesion de fe que no se encuentre en los libros liturgicos debidamente aprobados.




70. Las ofrendas que suelen presentar los fieles en la santa Misa, para la Liturgia eucaristica, no se reducen necesariamente al pan y al vino para celebrar la Eucaristia, sino que también pueden comprender otros dones, que son ofrecidos por los fieles en forma de dinero o bien de otra manera util para la caridad hacia los pobres. Sin embargo, los dones exteriores deben ser siempre expresion visible del verdadero don que el Señor espera de nosotros: un corazon contrito y el amor a Dios y al projimo, por el cual nos configuramos con el sacrificio de Cristo, que se entrego a si mismo por nosotros. Pues en la Eucaristia resplandece, sobre todo, el misterio de la caridad que Jesucristo revelo en la Ultima Cena, lavando los pies de los discipulos. Con todo, para proteger la dignidad de la sagrada Liturgia, conviene que las ofrendas exteriores sean presentadas de forma apta. Por lo tanto, el dinero, asi como otras ofrendas para los pobres, se pondran en un lugar oportuno, pero fuera de la mesa eucaristica.(150) Salvo el dinero y, cuando sea el caso, una pequena parte de los otros dones ofrecidos, por razon del signo, es preferible que estas ofrendas sean presentadas fuera de la celebracion de la Misa.




71. Consérvese la costumbre del Rito romano, de dar la paz un poco antes de distribuir la sagrada Comunion, como esta establecido en el Ordinario de la Misa. Ademas, conforme a la tradicion del Rito romano, esta practica no tiene un sentido de reconciliacion ni de perdon de los pecados, sino que mas bien significa la paz, la comunion y la caridad, antes de recibir la santisima Eucaristia.(151) En cambio, el sentido de reconciliacion entre los hermanos se manifiesta claramente en el acto penitencial que se realiza al inicio de la Misa, sobre todo en la primera de sus formas.




72. Conviene "que cada uno dé la paz, sobriamente, solo a los mas cercanos a él". "El sacerdote puede dar la paz a los ministros, permaneciendo siempre dentro del presbiterio, para no alterar la celebracion. Hagase del mismo modo si, por una causa razonable, desea dar la paz a algunos fieles". "En cuanto al signo para darse la paz, establezca el modo la Conferencia de Obispos", con el reconocimiento de la Sede Apostolica, "segun la idiosincrasia y las costumbres de los pueblos".(152)


73. En la celebracion de la santa Misa, la fraccion del pan eucaristico la realiza solamente el sacerdote celebrante, ayudado, si es el caso, por el diacono o por un concelebrante, pero no por un laico; se comienza después de dar la paz, mientras se dice el "Cordero de Dios". El gesto de la fraccion del pan, "realizada por Cristo en la Ultima Cena, que en el tiempo apostolico dio nombre a toda la accion eucaristica, significa que los fieles, siendo muchos, forman un solo cuerpo por la comunion de un solo pan de vida, que es Cristo muerto y resucitado para la salvacion del mundo (1Co 10,17)".(153) Por esto, se debe realizar el rito con gran respeto.(154) Sin embargo, debe ser breve. El abuso, extendido en algunos lugares, de prolongar sin necesidad este rito, incluso con la ayuda de laicos, contrariamente a las normas, o de atribuirle una importancia exagerada, debe ser corregido con gran urgencia.(155)


74. Si se diera la necesidad de que instrucciones o testimonios sobre la vida cristiana sean expuestos por un laico a los fieles congregados en la iglesia, siempre es preferible que esto se haga fuera de la celebracion de la Misa. Por causa grave, sin embargo, esta permitido dar este tipo de instrucciones o testimonios, después de que el sacerdote pronuncie la oracion después de la Comunion. Pero esto no puede hacerse una costumbre. Ademas, estas instrucciones y testimonios de ninguna manera pueden tener un sentido que pueda ser confundido con la homilia,(156) ni se permite que por ello se suprima totalmente la homilia.




4. La union de varios ritos con la celebracion de la Misa 75. Por el sentido teologico inherente a la celebracion de la eucaristia o de un rito particular, los libros liturgicos permiten o prescriben, algunas veces, la celebracion de la santa Misa unida con otro rito, especialmente de los Sacramentos.(157) En otros casos, sin embargo, la Iglesia no admite esta union, especialmente cuando lo que se anadiria tiene un caracter superficial y sin importancia.




76. Ademas, segun la antiquisima tradicion de la Iglesia romana, no es licito unir el Sacramento de la Penitencia con la santa Misa y hacer asi una unica accion liturgica. Esto no impide que algunos sacerdotes, independientemente de los que celebran o concelebran la Misa, escuchen las confesiones de los fieles que lo deseen, incluso mientras en el mismo lugar se celebra la Misa, para atender las necesidades de los fieles.(158) Pero esto, hagase de manera adecuada.




77. La celebracion de la santa Misa de ningun modo puede ser intercalada como anadido a una cena comun, ni unirse con cualquier tipo de banquete. No se celebre la Misa, a no ser por grave necesidad, sobre una mesa de comedor(159), o en el comedor, o en el lugar que sera utilizado para un convite, ni en cualquier sala donde haya alimentos, ni los participantes en la Misa se sentaran a la mesa, durante la celebracion. Si, por una grave necesidad, se debe celebrar la Misa en el mismo lugar donde después sera la cena, debe mediar un espacio suficiente de tiempo entre la conclusion de la Misa y el comienzo de la cena, sin que se muestren a los fieles, durante la celebracion de la Misa, alimentos ordinarios.




78. No esta permitido relacionar la celebracion de la Misa con acontecimientos politicos o mundanos, o con otros elementos que no concuerden plenamente con el Magisterio de la Iglesia Catolica. Ademas, se debe evitar totalmente la celebracion de la Misa por el simple deseo de ostentacion o celebrarla segun el estilo de otras ceremonias, especialmente profanas, para que la Eucaristia no se vacie de su significado auténtico.




79. Por ultimo, el abuso de introducir ritos tomados de otras religiones en la celebracion de la santa Misa, en contra de lo que se prescribe en los libros liturgicos, se debe juzgar con gran severidad.


Congregacion Culto Divino - CONCLUSION