CELAM - 2.2. REFLEXION DOCTRINAL


2.3. LINEAS PASTORALES


648. Como pastores, queremos decididamente promover, orientar y acompanar las Comunidades Eclesiales de Base, segun el espiritu de Medellin (Cfr. Pastoral de Conjunto, 10) y los criterios de la "Evangelii Nuntiandi" 58; favorecer el descubrimiento y la formacion gradual de animadores para ellas. Hay que buscar, en especial, como las pequenas comunidades, que se multiplican sobre todo en la periferia y las zonas rurales, puedan adecuarse también a la pastoral de las grandes ciudades de nuestro Continente.


649. Es necesario continuar en las Parroquias el esfuerzo de renovacion superando los aspectos meramente administrativos; buscando la participacion mayor de los laicos, especialmente en el Consejo de Pastoral; dando prioridad a los apostolados organizados y formando a los seglares para que asuman, como cristianos, sus responsabilidades en la comunidad y en el ambiente social.


650. Se debe insistir en una opcion mas decidida por la pastoral de conjunto, especialmente con la colaboracion de las comunidades religiosas, promoviendo grupos, comunidades y movimientos; animandolas en un esfuerzo constante de comunion, haciendo de la Parroquia el centro de promocion y de servicios que las comunidades menores no pueden asegurar.


651. Han de impulsar las experiencias para desarrollar la accion pastoral de todos los agentes en las parroquias y alentar la pastoral vocacional de los ministerios ordenados, de los servicios laicales y de la vida religiosa.


652. Dignos de especial reconocimiento y de una voz de aliento son los Presbiteros y demas agentes de pastoral, a quienes la comunidad diocesana deben respaldo, estimulo y solidaridad, también en lo referente a la congrua sustentacion y seguridad social, dentro del espiritu de pobreza.


653. Entre los Presbiteros, queremos destacar la figura del Parroco, como Pastor a semejanza de Cristo, promotor de comunion con Dios y con sus hermanos a cuyo servicio se entrega, con sus cohermanos Presbiteros en torno al Obispo; atento a discernir los signos de los tiempos con su Pueblo; animador de comunidades.


654. En el ambito de la Iglesia Particular, procurese asegurar la constante formacion y renovacion de los agentes de pastoral, impulsando la espiritualidad y los cursos de capacitacion mediante centros de retiro y jornadas de oracion. Es urgente que las curias diocesanas lleguen a ser centros mas eficaces de promocion pastoral en sus tres niveles de Catequesis, Liturgia y Servicios de justicia y de caridad, reconociendo el valor pastoral del servicio administrativo. Se debe intentar, con especial empeno, la integracion de los Consejos diocesanos de pastoral y demas organismos diocesanos que, aunque presenten algunas dificultades, son instrumentos indispensables para la planeacion, implementacion y acompanamiento constante de la accion pastoral en la vida de la Diocesis.


655. La Iglesia Particular ha de poner de relieve su caracter misionero y la comunion eclesial, compartiendo valores y experiencias, asi como favoreciendo el intercambio de personas y de bienes.


656. A través de sus pastores por la colegialidad episcopal y la union al Vicario de Cristo, la comunidad diocesana debe intensificar la estrecha comunion con el centro de unidad de la Iglesia y la aceptacion leal del servicio que ofrece, por su Magisterio, en la fidelidad al Evangelio y la vivencia de la caridad. En esto se incluye la colaboracion en la accion -a nivel continental- por medio del CELAM y sus programas.


657. Nos empenamos para que esta colegialidad, de la que Puebla, como las dos Conferencias Generales que la precedieron constituye un momento privilegiado, sea el signo mas fuerte de credibilidad del anuncio y servicio del Evangelio, en favor de la comunion fraterna en toda América Latina.




CAPITULO II

AGENTES DE COMUNION Y PARTICIPACION



Nos dirigimos ahora a los principales agentes de evangelizacion. Con ellos queremos reflexionar y tomar nuevo aliento y nuevas opciones para llevar a cabo nuestra tarea pastoral.


658. Somos responsables de esta dificil pero honrosa mision de evangelizar a todas las personas y todos los ambientes. Nos referimos a los presbiteros, diaconos, religiosos, religiosas y laicos comprometidos y comenzamos por nosotros mismos, los Obispos.




CONTENIDO:


1. Ministerio Jerarquico

2. Vida consagrada


3. Laicos

4. Pastoral vocacional





1. MINISTERIO JERARQUICO


659. El Ministerio Jerarquico, signo sacramental de Cristo Pastor y Cabeza de la Iglesia, es el principal responsable de la edificacion de la Iglesia en la comunion y de la dinamizacion de su accion evangelizadora.





1.1. INTRODUCCION


660. Ha sido muy activa en estos anos la reflexion teologica sobre la identidad sacerdotal, urgida por crisis y desajustes que la golpearon con cierta fuerza. Hace falta, entonces, y por ello invitamos a teologos y pastoralistas, profundizar en un campo tan importante, segun las directrices del magisterio, en particular del Concilio Vaticano II, Medellin, Sinodo de Obispos de 1971 y el Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos. Una vision de sintesis, en la que aparezca la convergencia de elementos, a veces presentados como contrapuestos, cobra gran interés.


661. El sacerdocio, en virtud de su participacion sacramental con Cristo, Cabeza de la Iglesia, es, por Palabra y la Eucaristia, servicio de la Unidad de la Comunidad (Cfr. Ef. 4, 15-17). El Ministerio de la comunidad implica la participacion en el poder o autoridad que Cristo comunica mediante la ordenacion y que constituye al Sacerdote en la triple dimension del ministerio de Cristo Profeta, Liturgo y Rey, en alguien que actua en su Nombre, al servicio de la Comunidad.


662. El ser y el obrar del sacerdote, en la identidad de su servicio, esta referido a la Eucaristia, raiz y quicio de toda comunidad (Cfr. PO 5), centro de la vida sacramental, hacia la cual lleva la Palabra. Por eso, se puede decir que donde hay Eucaristia hay Iglesia. Como ésta es servida por el Obispo, en union con el Presbiterio, es igualmente cierto decir "Donde esté el Obispo esta la Iglesia".


663. En virtud de la fraternidad sacramental, la plena unidad entre los Ministros de la Comunidad es ya un hecho evangelizador, cuya exigencia es recordada por el Papa en su Discurso inaugural (Cfr. II, 1 y 2. AAS LXXI, pp. 196-197). De aqui deriva la misma unidad pastoral.





1.2. SITUACION


664. De acuerdo con las necesidades de los tiempos, se advierte un cambio en la mentalidad y actitud de los ministros jerarquicos y, consiguientemente, en su imagen.


665. Se va tomando conciencia mas profunda del caracter evangelizador y misionero de la tarea pastoral.


666. La forma de vida de muchos pastores ha crecido en sencillez y pobreza, en mutuo afecto y comprension, en acercamiento al pueblo, en apertura al dialogo y en corresponsabilidad.


667. Se ha afianzado la comunion eclesial, tanto de los Obispos con el Santo Padre, como de los Obispos entre si; igualmente la de los presbiteros y religiosos con el Obispo y entre las diversas familias eclesiales. Especial reconocimiento merecen las Iglesias particulares de diversos paises que, no solo incrementan nuestra labor evangelizadora con el envio de presbiteros, religiosos y demas agentes de evangelizacion, sino que también contribuyen generosamente con su comunicacion cristiana de bienes.


668. Es admirable y alentador comprobar el espiritu de sacrificio y abnegacion con que muchos pastores ejercen su ministerio en servicio del Evangelio, sea en la predicacion, sea en la celebracion de los sacramentos o en la defensa de la dignidad humana, afrontando la soledad, el aislamiento, la incomprension y, a veces, la persecucion y la muerte (Cfr. PO 13).


669. Se nota en casi todos los ministros un creciente interés de actualizacion no solo intelectual sino espiritual y pastoral y un deseo de aprovechamiento de todos los medios que la favorecen.


670. Se advierte una mayor clarificacion con respecto a la identidad sacerdotal que ha conducido a una nueva afirmacion de la vida espiritual del ministerio jerarquico y a un servicio preferencial a los pobres.


671. Los pastores han contribuido sensiblemente a una mayor toma de conciencia en la accion de los laicos, tanto en su vocacion especifica secular, como en una participacion mas responsable en la vida de la Iglesia, inclusive mediante los diversos ministerios.


672. Fenomeno estimulante es el de los diaconos permanentes con su variado ministerio, especialmente en parroquias rurales y campesinas, sin olvidar las Comunidades Eclesiales de Base y otros grupos de fieles. Con todo, se hace necesaria una profundizacion teologica sobre la figura del diacono para lograr una mayor aceptacion de su ministerio. Dentro de este panorama alentador, también aparecen aspectos negativos Proponemos algunos.


673. a) Falta unidad en los criterios basicos de pastoral, con las consiguientes "tensiones" de la obediencia y serias repercusiones en "pastoral de conjunto".


674. b) A pesar del reciente aumento de vocaciones, hay una preocupante escasez de ministros, debida -entre otras causas- a una deficiente conciencia misionera.


675. c) La distribucion del clero, a nivel continental, es inadecuada y se ve agravada, en algunos casos, porque los sacerdotes cumplen tareas supletorias.


676. d) Falta suficiente actualizacion pastoral, espiritual y doctrinal; eso produce inseguridad ante los avances teologicos y ante doctrinas erroneas, provoca un sentimiento de frustracion pastoral y aun ciertas crisis de identidad.


677. e) A veces la insuficiente sustentacion y la falta de una modesta prevision social de los presbiteros, provoca la busqueda de trabajos remunerados, en detrimento de su ministerio.


678. f) Falta en algunas ocasiones la oportuna intervencion magisterial y profética de los Obispos, asi como también una mayor coherencia colegial.





1.3 ILUMINACION TEOLOGICO-PASTORAL


679. El gran ministerio o servicio que la Iglesia presta al mundo y a los hombres en él es la evangelizacion (ofrecida con hechos y palabras) (Cfr. DV 2), la Buena Nueva de que el Reino de Dios, Reino de justicia y paz, llega a los hombres en Jesucristo.


680. Desde el principio hubo en la Iglesia diversidad de ministerios, en orden a la evangelizacion. Los escritos del Nuevo Testamento muestran la vitalidad de la Iglesia que se expreso en multiples servicios. Asi san Pablo menciona, entre otros, los siguientes: la profecia, la diaconia, la ensenanza, la exhortacion, el dar limosna, el presidir, el ejercer la misericordia (Cfr. Rm 12,6-8); y en otros contextos habla de ministerios como las palabras de la sabiduria, el discernimiento de espiritus y algunos otros (Cfr. 1Co 12,8-11 Ef. 1Co 4,11-12 1Co 1 Tes. 1Co 5, 12s.; Flp. 1Co 1,1). Igualmente en otros escritos del Nuevo Testamento se describen varios ministerios.


681. "El ministerio eclesiastico, de institucion divina, es ejercido en diversos ordenes por aquellos que ya desde antiguo vienen llamandose Obispos, presbiteros y diaconos" (LG 28). Constituyen el ministerio jerarquico y se reciben mediante la "imposicion de las manos", en el Sacramento del Orden. Como lo ensena el Vaticano II, por el Sacramento del Orden -Episcopal y presbiteral- se confiere un sacerdocio ministerial, esencialmente distinto del sacerdocio comun del que participan todos los fieles por el Sacramento del Bautismo (Cfr. LG 10); quienes reciben el ministerio jerarquico quedan constituidos, "segun sus funciones", "pastores" en la Iglesia. Como el Buen Pastor (Cfr. Jn 10,1-16), van delante de las ovejas; dan la vida por ellas para que tengan vida y la tengan en abundancia; las conocen y son conocidas por ellas.


682. "Ir delante de las ovejas" significa estar atentos a los caminos por los que los fieles transitan, a fin de que, unidos por el Espiritu, den testimonio de la vida, los sufrimientos, la Muerte y la Resurreccion de Jesucristo, quien, pobre entre los pobres, anuncio que todos somos hijos de un mismo Padre y por consiguiente hermanos.


683. "Dar la vida" senala la medida del "ministerio jerarquico" y es la prueba del mayor amor; asi lo vive Pablo que muere todos los dias (Cfr. 2Co 4,11) en el cumplimiento de su ministerio.


684. "Conocer las ovejas y ser conocidos por ellas" no se limita a saber de las necesidades de los fieles. Conocer es involucrar el propio ser, amar como quien vino no a ser servido sino a servir (Cfr. Mt 20,25-28).


685. Renovamos nuestra adhesion a todas las ensenanzas que sobre los Pastores nos han sido dado el Concilio Vaticano II, el Sinodo Episcopal de 1971, Medellin y el Directorio de los Obispos. Proponemos ahora, por creerlas especialmente utiles para la Evangelizacion en el presente y en el futuro de América Latina, algunas "reflexiones" sobre el Ministerio de los Obispos, de los Presbiteros y de los Diaconos:


686. El Obispo como miembro del Colegio Episcopal presidido por el Papa, es sucesor de los Apostoles y -por su participacion plena del sacerdocio de Cristo- es signo visible y eficaz del mismo Cristo, de quien hace las veces como Maestro, Pastor y Pontifice (Cfr. LG 21). Esta triple e inseparable funcion esta al servicio de la unidad de su Iglesia particular y crea exigencias de caracter espiritual y pastoral que hoy merecen acentuarse.


687. El Obispo es maestro de la verdad (Cfr. Juan Pablo II, Discurso inaugural I, 6. AAS LXXI, p. 192). En una Iglesia totalmente al servicio de la Palabra, es el primer evangelizador, el primer catequista; ninguna otra tarea lo puede eximir de esta mision sagrada. Medita religiosamente la Palabra, se actualiza doctrinalmente, predica personalmente al pueblo; vela porque su comunidad avance continuamente en el conocimiento y practica de la Palabra de Dios, alentando y guiando a todos los que ensenan en la Iglesia (a fin de evitar "magisterios paralelos" de personas o grupos), y promoviendo la colaboracion de los teologos que ejercitan su carisma especifico dentro de la Iglesia, desde la metodologia propia de la teologia, para lo cual busca la actualizacion teologica a fin de poder discernir la Verdad y mantiene una actitud de dialogo con ellos. Todo esto en comunion con el Papa y con sus hermanos Obispos, especialmente los de su propia Conferencia Episcopal.


688. El Obispo es signo y constructor de la unidad (Cfr. Juan Pablo II, Discurso inaugural II, 1. AAS LXXI, p. 196). Hace de su autoridad, evangélicamente ejercida, un servicio a la unidad; promueve la mision de toda la comunidad diocesana; fomenta la participacion y corresponsabilidad a diferentes niveles; infunde confianza en sus colaboradores (especialmente los presbiteros para quienes debe ser padre, hermano y amigo) (Cfr. LG 28); crea en la diocesis un clima tal de comunion eclesial organica y espiritual que permita a todos los religiosos y religiosas vivir su pertenencia peculiar a la familia diocesana; discierne y valora la multiplicidad y variedad de los carismas derramados en los miembros de su Iglesia, de modo que concurran eficazmente integrados, al crecimiento y vitalidad de la misma; esta presente en las principales circunstancias de la vida de su Iglesia particular.


689. El Obispo es Pontifice y santificador. Ejercer personalmente su funcion de presidente y promotor de la liturgia; apoyado en su propio testimonio promueve la santidad de todos los fieles como primer testimonio promueve la santidad de todos los fieles como primer medio de evangelizacion (Cfr. EN 21, 41, 69); busca en la gracia propia del sacramento del orden el fundamento para un constante cultivo de la vida espiritual que, en el amor personal a Cristo, impulse su amor a la Iglesia y su entrega al pastoreo generoso de las ovejas; se ocupa de la vida espiritual de sus presbiteros y religiosos; hace de su vida gozosa, austera, sencilla y lo mas cercana posible de su pueblo, un testimonio de Cristo Pastor y un medio de dialogo con todos los hombres.


690. Los presbiteros, por el sacramento del orden, quedan constituidos en los colaboradores principales de los Obispos para su triple ministerio; hacen presente a Cristo-Cabeza en medio de la comunidad (Cfr. PO 2); forman, junto con su Obispo y unidos en intima fraternidad sacramental, un solo presbiterio dedicado a variadas tareas para servicio de la Iglesia y del mundo (Cfr. LG 28). Estas realidades hacen de ellos "piezas centrales de la tarea eclesial" (Juan Pablo II, Alocucion Sacerdotes 1. AAS LXXI, p. 179).


691. Por ser inseparables de los Obispos, los rasgos de espiritualidad pastoral antes descritos se aplican también al presbitero. En la actual situacion de la Iglesia en América Latina se ve prioritario lo siguiente:


692. El presbitero anuncia el Reino de Dios que se inicia en este mundo y que tendra su plenitud cuando Cristo venga al final de los tiempos. Por el servicio de ese Reino, abandona todo para seguir a su Senor. signo de esa entrega radical es el celibato ministerial, don de Cristo mismo y garantia de una dedicacion generosa y libre al servicio de los hombres.


693. El presbitero es un hombre de Dios. Solo puede ser profeta en la medida en que haya hecho la experiencia del Dios vivo. Solo esta experiencia lo hara portador de una Palabra poderosa para transformar la vida personal y social de los hombres de acuerdo con el designio del Padre.


694. La oracion en todas sus formas -y de manera especial la Liturgia de las Horas que le confia la Iglesia- ayudara a mantener esa experiencia de Dios que quedara compartir con sus hermanos.


695. Como el Obispo y en comunion con él, el presbitero evangeliza, celebra el Santo Sacrificio y sirve a la unidad.


696. Como Pastor que se empena en la liberacion integral de los pobres y de los oprimidos, obra siempre con criterios evangélicos (Cfr. EN 18). Cree en la fuerza del Espiritu para no caer en la tentacion de hacerse lider politico, dirigente social o funcionario de un poder temporal; esto le impedira "ser signo y factor de unidad y de fraternidad" (Juan Pablo II, Alocucion Sacerdotes 8. AAS LXXI, p. 182).


697. El diacono, colaborador del Obispo y del presbitero, recibe una gracia sacramental propia. El carisma del diacono, signo sacramental del "Cristo Siervo", tiene gran eficacia para la realizacion de una Iglesia servidora y pobre que ejerce su funcion misionera en orden a la liberacion integral del hombre.


698. La mision y funcion del diacono no se han de medir con criterios meramente pragmaticos, por estas o aquellas acciones que pudieran ser ejercidos por ministros no ordenados (Cfr. EN 73) o por cualquier bautizado; ni tampoco solo como una solucion a la escasez numérica de presbiteros (Cfr. LG 29) que afecta a América Latina. Su conveniencia se desprende de una contribucion eficaz a que la Iglesia cumpla mejor su mision salvifica (Cfr. AGD 16) por medio de una mas adecuada atencion a la tarea evangelizadora.


699. La implantacion del diaconado permanente, pedida ya a la Santa Sede por la mayoria de nuestras Conferencias Episcopales, debera hacerse buscando "lo nuevo y lo viejo". No se trata simplemente de restaurar el diaconado primitivo sino de profundizar en la Tradicion de la Iglesia Universal y en las realidades particulares de nuestro Continente, buscando mediante esta doble atencion (Cfr. EN 73) una fidelidad al patrimonio eclesial y una sana creatividad pastoral con proyeccion evangelizadora.


700. La espiritualidad ministerial comun a todos los miembros de la Jerarquia debe centrarse en la Eucaristia y estar marcada por una auténtica devocion a la Santisima Virgen Maria, tan arraigada en el pueblo a quien evangelizamos y garantia de una permanente fidelidad, caracteristica clave del evangelizador (Cfr. Juan Pablo II, Homilia México, AAS LXXI, p. 164).



1.4. ORIENTACIONES PASTORALES

OBISPOS

Nos comprometemos a:


701. Cumplir siempre con gozo, intrepidez y humildad el ministerio evangelizador como tarea prioritaria del oficio episcopal en el camino abierto e iluminado por los insignes pastores y misioneros del continente.


702. Asumir la colegialidad episcopal en todas sus dimensiones y consecuencias, a nivel regional y universal.


703. Promover a toda costa la unidad de la Iglesia particular, con discernimiento del Espiritu para no extinguir ni uniformar la riqueza de carismas y dar especial importancia a la promocion de la pastoral organica y a la animacion de las comunidades.


704. Dar a los consejos presbiteriales y pastorales y a otros organismos pastorales la consistencia y funcionalidad requeridas por el Concilio y promover solicitamente el crecimiento espiritual y pastoral de los presbiteros.


705. Buscar formas de agrupacion de los presbiteros situados en regiones lejanas, a fin de evitar su aislamiento y favorecer una mayor eficacia pastoral. Se recomienda tener en cuenta, en forma especial a los "Capellanes castrenses" a fin de que, en los lugares donde presten su ministerio sacerdotal, se integren pastoralmente al presbiterio diocesano.


706. Empenaremos, por exigencia evangélica y de acuerdo con nuestra mision, en promoverla justicia y en defender la dignidad y los derechos de la persona humana (Cfr. Juan Pablo II, Discurso inaugural, III. AAS LXXI, p. 198).


707. En total fidelidad al Evangelio y sin perder de vista nuestro carisma de signo de unidad y pastor Hacer comprender por nuestra vida y actitudes, nuestra preferencia por evangelizar y servir a los pobres.


708. Prestar atencion preferencial al Seminario, dada su importancia en la formacion de los presbiteros de quienes depende, en gran parte, "la deseada renovacion de toda la Iglesia" (OT proemio), darles los mejores sacerdotes adecuadamente capacitados; buscar por todos los medios un mejor conocimiento de los formadores y de los alumnos y un mayor contacto con ellos.


709. Buscar eficazmente la solucion a la situacion economica, dificil de los presbiteros, mediante una remuneracion y prevision social adecuadas; acudiendo, si fuera necesario, a iniciativas de caracter supradiocesano, nacional o internacional, en el espiritu de la comunicacion cristiana de bienes.


710. Estudiar objetivamente el fenomeno del abandono del ministerio presbiterial con sus causas e incidencia en la vida de la Iglesia, teniendo presente el criterio trazado por el Sinodo de 1971, que pide que desde el punto de vista pastoral sean tratados "equitativa y fraternalmente" y pueden colaborar en el servicio de la Iglesia, aunque "no sean admitidos al ejercicio de actividades sacerdotales" (El Sacerdocio Ministerial, II, 4,d).




PRESBITEROS


711. Den los presbiteros prioridad en su ministerio al anuncio del Evangelio a todos pero muy especialmente a los mas necesitados (obreros, campesinos, indigenas, marginados, grupos afroamericanos), integrando la promocion y defensa de su dignidad humana.


712. Renuévese la vitalidad misionera en los sacerdotes y formeseles en una actitud de generosa disponibilidad, para que pueda darse una respuesta eficaz a la desigual distribucion del clero actualmente existente.


713. Den prioridad al trabajo evangelizador en la familia y la juventud y a la promocion de las vocaciones sacerdotales y religiosas.


714. Comprométanse en la incorporacion del laicado y de las religiosas en la accion pastoral cada vez con mas activa participacion, dandoles el debido acompanamiento espiritual y doctrinal.




DIACONOS PERMANENTES


715. Que el diacono se inserte plenamente en la comunidad a la que sirve y promueva continuamente la comunion de la misma con el presbitero y el Obispo. Ademas, respete y fomente los ministerios ejercidos por laicos.


716. Tenga la comunidad un papel importante en la cuidadosa seleccion de los candidatos al diaconado. Que exista la formacion adecuada y continua del mismo y una debida preparacion de su propia familia, de la comunidad que lo acoge, del presbiterio y de los laicos.


717. Prevéase la justa remuneracion de los diaconos permanentes, dedicados completamente al ministerio pastoral.


718. Promuévase estudios para profundizar los aspectos teologicos, canonicos y pastorales del diaconado permanente y procurese la adecuada divulgacion de tales estudios.




FORMACION PERMANENTE


719. La gracia recibida en la ordenacion, que ha de reavivarse continuamente (Cfr. 2Tm 1,6-7), y la mision evangelizadora exigen de los ministros jerarquicos una seria y continua formacion, que no puede reducirse a lo intelectual sino que se extendera a todos los aspectos de su vida.


720. Objeto de esta formacion, que tendra en cuenta la edad y las condiciones de las personas, ha de ser: capacitar a los ministros jerarquicos para que, de acuerdo con las exigencias de su vocacion y mision y la realidad latinoamericana, vivan personal y comunitariamente un continuo proceso que los haga pastoralmente competentes para el ejercicio del ministerio.





2. VIDA CONSAGRADA


721. La vida consagrada es en si misma evangelizadora en orden a la comunion y participacion en América Latina.





2.1. TENDENCIAS DE LA VIDA CONSAGRADA EN AMERICA LATINA


722. Es un motivo de gozo para nosotros los Obispos verificar la presencia y el dinamismo de tantas personas consagradas que en América Latina dedican su vida a la mision evangelizadora como lo hicieron ya en el pasado. Podemos decir con Pablo VI: "Se les encuentra no raras veces en la vanguardia de la mision y afrontando los mas grandes riesgos para su santidad y su propia vida. Si, en verdad la Iglesia les debe muchisimo" (EN 69). Esto nos mueve a promover y acompanar la vida consagrada segun sus notas caracteristicas (Cfr. MR 9).


723. De toda la experiencia de Vida Religiosa en América Latina queremos recoger solo las tendencias mas significativas y renovadoras que el Espiritu suscita en la Iglesia, asi como senalar algunas de las dificultades que manifiesta la crisis en los ultimos anos.


724. Si bien nos referimos directamente a la vida religiosa, queremos decir a los Institutos seculares y a otras formas de Vida Consagrada que aqui encuentran muchas ideas y experiencias que también les pertenecen (Por lo demas, de los Institutos seculares se trata en el N 774). La Iglesia de América Latina estima su estilo de consagracion a Dios y su "secularidad" como un medio especialmente valioso para llevar la presencia y el mensaje de Cristo a toda clase de ambientes humanos.


725. El conjunto de la Vida Religiosa constituye el modo especifico de evangelizar propio del religioso. Por eso, al senalar estos aspectos, recogemos el aporte de los religiosos a la Evangelizacion. Descubrimos especialmente las siguientes tendencias:



a) EXPERIENCIA DE DIOS


726. Hay ciertos signos que expresan un deseo de interiorizacion y de profundizacion en la vivencia de la fe al comprobar que, sin el contacto con el Senor, no se da una Evangelizacion convincente y perseverante.


727. Se intenta que la oracion llegue a convertirse en actitud de vida, de modo que oracion y vida se enriquezcan mutuamente: oracion que conduzca a comprometerse en la vida real y vivencia de la realidad que exija momentos fuertes de oracion. Ademas de buscar la oracion intima, se tiende de modo especial a la oracion comunitaria, con comunicacion de la experiencia de fe, con discernimiento sobre la realidad, orando juntamente con el pueblo.


728. Oracion que ha de ser visible y estimulante. También se esta encontrando de nuevo el sentido de la gran tradicion de la Iglesia de orar con salmos y textos liturgicos, sobre todo en la Eucaristia participada. Lo mismo sucede con otras devociones tradicionales como el Rosario.


729. Hay que reconocer que algunos religiosos no han logrado la integracion entre vida y oracion, especialmente si estan absorbidos por la actividad, si en la insercion faltan espacios de intimidad o si viven una falsa espiritualidad.



b) COMUNIDAD FRATERNA


730. Se busca poner énfasis en las relaciones fraternas: interpersonales en que se valora la amistad, la sinceridad, la madurez, como base humana indispensable para la convivencia; con dimension de fe, pues es el Senor quien llama: con un estilo de vida mas sencillo y acogedor; con dialogo y participacion.


731. Se dan diversos estilos de vida comunitaria. Para ciertas obras y de acuerdo con los diversos carismas fundacionales, existen comunidades numerosas. También surgen "pequenas comunidades" que nacen generalmente del deseo de insertarse en barrios modestos o en el campo, o de una mision evangelizadora particular. La experiencia muestra que estas pequenas comunidades deben asegurar ciertas condiciones para tener éxito: motivacion evangélica, comunicacion personal, oracion comunitaria, trabajo apostolico, evaluaciones, integracion en el Instituto y la Diocesis a través del servicio indispensable de la autoridad.


732. Se experimentan hoy especiales dificultades por la cercania personal y la diversidad de mentalidades, cuando disminuye el sentido de fe o cuando no se respeta el debido pluralismo.



c) OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES


733. La apertura pastoral de las obras y la opcion preferencial por los pobres es la tendencia mas notable de la vida religiosa latinoamericana. De hecho, cada vez mas, los religiosos se encuentran en zonas marginadas y dificiles, en misiones entre indigenas, en labor callada y humilde. Esta opcion no supone exclusion de nadie, pero si una preferencia y un acercamiento al pobre.


734. Esto ha llevado a la revision de obras tradicionales para responder mejor a las exigencias de la evangelizacion. Asimismo ha puesto en una luz mas clara su relacion con la pobreza de los marginados, que ya no supone solo el desprendimiento interior y la austeridad comunitaria, sino también el solidarizarse, compartir y -en algunos casos- convivir con el pobre.


735. Con todo, esta opcion trae efectos negativos cuando falta la preparacion adecuada, el apoyo comunitario, la madurez personal o la motivacion evangélica. En no pocas ocasiones, esta opcion ha supuesto correr el riesgo de ser mal interpretado.



d) INSERCION EN LA VIDA DE LA IGLESIA PARTICULAR


736. Se comprueba un volver a descubrir y una vivencia del misterio de la Iglesia Particular; un creciente deseo de participacion, con el aporte de la riqueza del propio carisma vocacional. Esto conduce a mayor integracion en la pastoral de conjunto y a mayor participacion en los organismos y obras diocesanas o supradiocesanas.


737. Sin embargo, se dan tensiones. A veces dentro de las comunidades; a veces, entre éstas y los Obispos. Puede perderse de vista la mision pastoral del Obispo o el carisma propio del Instituto; puede faltar el dialogo y el discernimiento conjunto, cuando se trata de revisar obras o de cambio de personal al servicio de la Diocesis. Nos preocupa el abandono inconsulto de obras que tradicionalmente han estado en manos de comunidades religiosas, como colegios, hospitales, etc.


738. Las comunidades contemplativas constituyen como el corazon de la vida religiosa. Animan y estimulan a todos a intensificar el sentido trascendente de la vida cristiana. Son también ellas mismas evangelizadoras, pues, "el ser contemplativa no supone cortar radicalmente con el mundo, con el apostolado. La contemplativa tiene que encontrar su modo especifico de entender el Reino de Dios" (Juan Pablo II, Alocucion a las Religiosas de Guadalajara, 2. AAS, p. 226).





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