CELAM - I. LA SITUACION LATINOAMERICANA Y LA PAZ


II. REFLEXION DOCTRINAL

Vision cristiana de la paz


14 La realidad descrita constituye una negacion de la paz, tal como la entiende la tradicion cristiana.

Tres notas caracterizan, en efecto, la concepcion cristiana de la paz.

a) La paz es, ante todo, obra de justicia [GS 78]. Supone y exige la instauracion de un orden justo, [Cf. "Pacem in terris" 167 y PP 76] en el que los hombres puedan realizarse como hombres, en donde su dignidad sea respetada, sus legitimas aspiraciones satisfechas, su acceso a la verdad reconocido, su libertad personal garantizada. Un orden en el que los hombres no sean objetos, sino agentes de su propia historia. Alli, pues, donde existen injustas desigualdades entre hombres y naciones se atenta contra la paz.

La paz en América Latina no es, por lo tanto, la simple ausencia de violencias y derramamientos de sangre. La opresion ejercida por los grupos de poder puede dar la impresion de mantener la paz y el orden, pero en realidad no es sino "el germen continuo e inevitable de rebeliones y guerras" [Pablo VI, 01/01/68].

La paz solo se obtiene creando un orden nuevo que "comporta una justicia mas perfecta entre los hombres" [PP 76]. En este sentido, el desarrollo integral del hombre, el paso de condiciones menos humanas a condiciones mas humanas, es el nombre nuevo de la paz.

b) La paz, en segundo lugar, es un quehacer permanente [GS 78]. La comunidad humana se realiza en el tiempo y esta sujeta a un movimiento que implica constantemente cambio de estructuras, transformacion de actitudes, conversion de corazones.

La "tranquilidad del orden", segun la definicion agustiniana de la paz, no es, pues, pasividad ni conformismo. No es, tampoco, algo que se adquiera una vez por todas; es el resultado de un continuo esfuerzo de adaptacion a las nuevas circunstancias, a las exigencias y desafios de una historia cambiante. Una paz estatica y aparente puede obtenerse con el empleo de la fuerza; una paz auténtica implica lucha, capacidad inventiva, conquista permanente [Pablo VI, 25/12/67].

La paz no se encuentra, se construye. El cristiano es un artesano de la paz [Cf. Mt 5, 9]. Esta tarea, dada la situacion descrita anteriormente, reviste un caracter especial en nuestro continente; para ello, el Pueblo de Dios en América Latina, siguiendo el ejemplo de Cristo, debera hacer frente con audacia y valentia al egoismo, a la injusticia personal y colectiva.

c) La paz es, finalmente, fruto del amor [Cf. GS 78], expresion de una real fraternidad entre los hombres: fraternidad aportada por Cristo, Principe de la Paz, al reconciliar a todos los hombres con el Padre. La solidaridad humana no puede realizarse verdaderamente sino en Cristo, quien da la Paz que el mundo no puede dar [Cf. Jn 14, 27]. El amor es el alma de la justicia. El cristiano que trabaja por la justicia social debe cultivar siempre la paz y el amor en su corazon.

La paz con Dios es el fundamento ultimo de la paz interior y de la paz social. Por lo mismo, alli donde dicha paz social no existe; alli donde se encuentran injustas desigualdades sociales, politicas, economicas y culturales, hay un rechazo del don de la paz del Senor, mas aun, un rechazo del Senor mismo [Cf. Mt 25, 31-46].

Problema de la violencia en América Latina


15 La violencia constituye uno de los problemas mas graves que se plantean en América Latina. No se puede abandonar a los impulsos de la emocion y de la pasion una decision de la que depende todo el porvenir de los paises del continente. Faltariamos a un grave deber pastoral si no recordaramos a la conciencia, en este dramatico dilema, los criterios que derivan de la doctrina cristiana y del amor evangélico.

Nadie se sorprendera si reafirmamos con fuerza nuestra fe en la fecundidad de la paz. Ese es nuestro ideal cristiano. "La violencia no es cristiana ni evangélica" [Pablo VI, Bogota, 23/08/68 y 24/08/68]. El cristiano es pacifico y no se ruboriza de ello. No es simplemente pacifista, porque es capaz de combatir [Pablo VI, 01/01/68]. Pero prefiere la paz a la guerra. Sabe que "los cambios bruscos o violentos de las estructuras serian falaces, ineficaces en si mismos y no conformes ciertamente a la dignidad del pueblo, la cual reclama que las transformaciones necesarias se realicen desde dentro, es decir, mediante una conveniente toma de conciencia, una adecuada preparacion y esa efectiva participacion de todos, que la ignorancia y las condiciones de vida, a veces infrahumanas, impiden hoy que sea asegurada" [Pablo VI, Bogota, 23/08/68].


16 Si el cristianismo cree en la fecundidad de la paz para llegar a la justicia, cree también que la justicia es una condicion ineludible para la paz. No deja de ver que América Latina se encuentra, en muchas partes, en una situacion de injusticia que puede llamarse de violencia institucionalizada cuando, por defecto de las estructuras de la empresa industrial y agricola, de la economia nacional e internacional, de la vida cultural y politica, "poblaciones enteras faltas de lo necesario, viven en una tal dependencia que les impide toda iniciativa y responsabilidad, lo mismo que toda posibilidad de promocion cultural y de participacion en la vida social y politica" [PP 30], violandose asi derechos fundamentales. Tal situacion exige transformaciones globales, audaces, urgentes y profundamente renovadoras. No debe, pues, extranarnos que nazca en América Latina "la tentacion de la violencia" . No hay que abusar de la paciencia de un pueblo que soporta durante anos una condicion que dificilmente aceptarian quienes tienen una mayor conciencia de los derechos humanos.

Ante una situacion que atenta tan gravemente contra la dignidad del hombre y por lo tanto contra la paz, nos dirigimos, como pastores, a todos los miembros del pueblo cristiano para que asuman su grave responsabilidad en la promocion de la paz en América Latina.


17 Quisiéramos dirigir nuestro llamado, en primer lugar, a los que tienen una mayor participacion en la riqueza, en la cultura o en el poder. Sabemos que hay en América Latina dirigentes que son sensibles a las necesidades y tratan de remediarlas. Estos mismos reconocen que los privilegiados en su conjunto, muchas veces, presionan a los gobernantes por todos los medios de que disponen, e impiden con ello los cambios necesarios. En algunas ocasiones, incluso, esta resistencia adopta formas drasticas con destruccion de vida y bienes.

Por lo tanto, les hacemos un llamamiento urgente a fin de que no se valgan de la posicion pacifica de la Iglesia para oponerse, pasiva o activamente, a las transformaciones profundas que son necesarias. Si se retienen celosamente sus privilegios y, sobre todo, si los defienden empleando ellos mismos medios violentos, se hacen responsables ante la historia de provocar "las revoluciones explosivas de la desesperacion" [Pablo VI, Bogota, 23/08/68]. De su actitud depende, pues, en gran parte, el porvenir pacifico de los paises de América Latina.


18 Son, también, responsables de la injusticia todos los que no actuan en favor de la justicia con los medios de que disponen y permanecen pasivos por temor a los sacrificios y a los riesgos personales que implica toda accion audaz y verdaderamente eficaz. La justicia y, consiguientemente, la paz se conquistan por una accion dinamica de concientizacion y de organizacion de los sectores populares, capaz de urgir a los poderes publicos, muchas veces impotentes en sus proyectos sociales sin el apoyo popular.


19 Nos dirigimos finalmente a aquellos que, ante la gravedad de la injusticia y las resistencias ilegitimas al cambio, ponen su esperanza en la violencia. Con Pablo VI reconocemos que su actitud "encuentra frecuentemente su ultima motivacion en nobles impulsos de justicia y solidaridad" [Pablo VI, Bogota, 23/08/68]. No hablamos aqui del puro verbalismo que no implica ninguna responsabilidad personal y aparta de las acciones pacificas fecundas, inmediatamente realizables.

Si bien es verdad que la insurreccion revolucionaria puede ser legitima en el caso "de tirania evidente y prolongada que atentase gravemente a los derechos fundamentales de la persona y damnificase peligrosamente el bien comun del pais" [PP 31], ya provenga de una persona, ya de estructuras evidentemente injustas, también es cierto que la violencia o "revolucion armada" generalmente "engendra nuevas injusticias, introduce nuevos desequilibrios y provoca nuevas ruinas: no se puede combatir un mal real al precio de un mal mayor" [PP 31].

Si consideramos, pues, el conjunto de las circunstancias de nuestros paises, si tenemos en cuenta la preferencia del cristianismo por la paz, la enorme dificultad de la guerra civil, su logica de violencia, los males atroces que engendra, el riesgo de provocar la intervencion extranjera por ilegitima que sea, la dificultad de construir un régimen de justicia y de libertad, partiendo de un proceso de violencia, ansiamos que el dinamismo del pueblo concientizado y organizado se ponga al servicio de la justicia y de la paz.

Hacemos nuestras, finalmente, las palabras del Santo Padre dirigidas a los nuevos sacerdotes y diaconos en Bogota cuando, refiriéndose a todos los que sufren, les dice asi: "Seremos capaces de comprender sus angustias y transformarlas no en colera y violencia, sino en la energia fuerte y pacifica de obras constructivas" [22/08/68].


III. CONCLUSIONES PASTORALES


20 Frente a las tensiones que conspiran contra la paz, llegando incluso a insinuar la tentacion de la violencia; frente a la concepcion cristiana de la paz que se ha descrito, creemos que el Episcopado Latinoamericano no puede eximirse de asumir responsabilidades bien concretas. Porque crear un orden social justo, sin el cual la paz es ilusoria, es una tarea eminentemente cristiana.

A nosotros, pastores de la Iglesia, nos corresponde educar las conciencias, inspirar, estimular y ayudar a orientar todas las iniciativas que contribuyen a la formacion del hombre. Nos corresponde también denunciar todo aquello que, al ir contra la justicia, destruye la paz.

En este espiritu creemos oportuno adelantar las siguientes lineas pastorales:


21 Despertar en los hombres y en los pueblos, principalmente con los medios de comunicacion social, una viva conciencia de justicia, infundiéndoles un sentido dinamico de responsabilidad y solidaridad;


22 Defender, segun el mandato evangélico, los derechos de los pobres y oprimidos, urgiendo a nuestros gobiernos y clases dirigentes para que eliminen todo cuanto destruya la paz social: injusticias, inercia, venalidad, insensibilidad;


23 Denunciar enérgicamente los abusos y las injustas consecuencias de las desigualdades excesivas entre ricos y pobres, entre poderosos y débiles, favoreciendo la integracion;


24 Hacer que nuestra predicacion, catequesis y liturgia, tengan en cuenta la dimension social y comunitaria del cristianismo, formando hombres comprometidos en la construccion de un mundo de paz;


25 Procurar que en nuestros colegios, seminarios y universidades, se forme un sano sentido critico de la situacion social y se fomente la vocacion de servicio. Consideramos asimismo de notable eficacia las campanas de orden diocesano y nacional que movilicen a todos los fieles y organismos llevandolos a una reflexion similar;


26 Invitar también a las diversas confesiones y comuniones cristianas y no cristianas a colaborar en esta fundamental tarea de nuestro tiempo;


27 Alentar y favorecer todos los esfuerzos del pueblo por crear y desarrollar sus propias oganizaciones de base, por la reivindicacion y consolidacion de sus derechos y por la busqueda de una verdadera justicia;


28 Pedir el perfeccionamiento de la administracion judicial cuyas deficiencias a menudo ocasionan serios males;


29 Urgir para que en muchos de nuestros paises se detenga y revise el actual proceso armamentista, que constituye a veces una carga excesivamente desproporcionada con las legitimas exigencias del bien comun en detrimento de imperiosas necesidades sociales. La lucha contra la miseria es la verdadera guerra que deben afrontar nuestras naciones;


30 Invitar a los obispos, a los responsables de las diversas confesiones religiosas y a los hombres de buena voluntad de las naciones desarrolladas, a que promuevan en sus respectivas esferas de influencia, especialmente entre los dirigentes politicos y economicos, una conciencia de mayor solidaridad frente a nuestras naciones subdesarrolladas, haciendo reconocer, entre otras cosas, precios justos a nuestras materias primas;


31 Interesar a las universidades de América Latina, con motivo del vigésimo aniversario de la solemne Declaracion de los Derechos Humanos, en realizar investigaciones para verificar el estado de su aplicacion en nuestros paises;


32 Denunciar la accion injusta que en el orden mundial llevan a cabo naciones poderosas contra la autodeterminacion de pueblos débiles, que tienen que sufrir los efectos sangrientos de la guerra y de la invasion, pidiendo a los organismos internacionales competentes medidas decididas y eficaces;


33 Alentar y elogiar las iniciativas y trabajos de todos aquellos que, en los diversos campos de la accion, contribuyen a la creacion de un orden nuevo que asegure la paz en el seno de nuestros pueblos.



FAMILIA

3.- FAMILIA Y DEMOGRAFIA


1 No es facil, por varias razones, una reflexion sobre la familia en América Latina. Porque la idea de familia se encarna en realidades sociologicas sumamente diversas. Porque la familia ha sufrido, tal vez mas que otras instituciones, los impactos de las mudanzas y transformaciones sociales. Porque en América Latina la familia sufre de modo especialmente grave las consecuencias de los circulos viciosos del subdesarrollo: malas condiciones de vida y cultura, bajo nivel de salubridad, bajo poder adquisitivo, transformaciones que no siempre se pueden captar adecuadamente.



I. LA FAMILIA EN SITUACION DE CAMBIO EN AMERICA LATINA


2 La familia sufre en América Latina, como también en otras partes del mundo, la influencia de cuatro fenomenos sociales fundamentales:

a) El paso de una sociedad rural a una sociedad urbana, que conduce a la familia de tipo patriarcal hacia un nuevo tipo de familia, de mayor intimidad, con mejor distribucion de responsabilidades y mayor dependencia de otras microsociedades;

b) El proceso de desarrollo lleva consigo abundantes riquezas para algunas familias, inseguridad para otras y marginalidad social para las restantes;

c) El rapido crecimiento demografico, que si bien no debe ser tomado como la unica variable demografica y mucho menos como la causa de todos los males de América Latina, si engendra varios problemas tanto de orden socio-economico como de orden ético y religioso;

d) El proceso de socializacion que resta a la familia algunos aspectos de su importancia social y de sus zonas de influencia, pero que deja intactos sus valores esenciales y su condicion de institucion basica de la sociedad global.


3 Estos fenomenos producen en la familia de América Latina algunas repercusiones que se traducen en problemas de cierta gravedad. En la imposibilidad de catalogarlos todos, apuntamos los que parecen tener mayor trascendencia, mas frecuente incidencia o mayor resonancia socio-pastoral:

a) Bajisimo indice de nupcialidad. América Latina cuenta con los mas bajos indices de nupcialidad en relacion a su poblacion. Esto indica un alto porcentaje de uniones ilegales, aleatorias y casi sin estabilidad, con todas las consecuencias que de alli se derivan.

b) Alto porcentaje de nacimientos ilegitimos y de uniones ocasionales, factor que pesa fuertemente sobre la explosion demografica.

c) Creciente y alto indice de disgregacion familiar, sea por el divorcio, tan facilmente aceptado y legalizado en no pocas partes, sea por abandono del hogar (casi siempre por parte del padre), sea por los desordenes sexuales nacidos de una falsa nocion de masculinidad.

d) Acentuacion del hedonismo y del erotismo como resultante de la asfixiante propaganda propiciada por la civilizacion de consumo.

e) Desproporcion de los salarios con las condiciones reales de la familia.

f ) Serios problemas de viviendas por insuficiente y defectuosa politica al respecto.

g) Mala distribucion de los bienes de consumo y civilizacion, como alimentacion, vestuario, trabajo, medios de comunicacion, descanso y diversiones, cultura y otros.

h) Imposibilidad material y moral, para muchos jovenes, de constituir dignamente una familia, lo cual hace que surjan muchas células familiares deterioradas.

Nuestro deber pastoral nos lleva a hacer un apremiante llamado a los que gobiernan y a todos los que tienen alguna responsabilitlad al respecto, para que den a la familia el lugar que le corresponde en la construccion de una ciudad temporal digna del hombre, y le ayuden a superar los graves males que la afligen y que pueden impedir su plena realizacion.



II. PAPEL DE LA FAMILIA LATINOAMERICANA


4 "Un hecho muestra bien el vigor y la solidez de la institucion matrimonial y familiar: las profundas transfomaciones de la sociedad contemporanea, a pesar de las dificultades a que han dado origen, con muchisima frecuencia manifiestan, de varios modos la verdadera naturaleza de tal institucion" [GS 47]

Es, por tanto, necesario tener en cuenta la doctrina de la Iglesia para fijar una accion pastoral que lleve a la familia latinoamericana a conservar o adquirir los valores fundamentales que la capacitan para cumplir su mision.

Entre éstos, queremos senalar tres especialmellte: la familia formadora de personas, educadora en la fe, promotora del desarrollo.

Formadora de personas


5 "Esta mision de ser célula primera y vital de la sociedad, la familia la ha recibido directamente de Dios" [AA 11].

"Es, pues, deber de los padres, crear un ambiente de familia animado por el amor, por la piedad hacia Dios y hacia los hombres, que favorezcan la educacion integra, personal y social de los hijos" [GE 3].

"Permanece en cada hombre la obligacion de conservar lo esencial a toda persona humana, en la que sobresalen los valores de la inteligencia, de la voluntad, de la conciencia y de la fraternidad... La familia es en primer lugar, como la madre y nodriza de esta educacion" [GS 61].

Esta doctrina del Concilio Vaticano II nos hace ver la urgencia de que la familia cumpla su cometido de formar personalidades integrales, para lo cual cuenta con muchos elementos.

En efecto, la presencia e influencia de los modelos distintos y complementarios del padre y de la madre (masculino y femenino), el vinculo del afecto mutuo, el clima de confianza, intimidad, respeto y libertad, el cuadro de vida social con una jerarquia natural pero matizada por aquel clima, todo converge para que la familia se vuelva capaz de plasmar personalidades fuertes y equilibradas para la sociedad.

Educadora en la fe


6 "Los esposos cristianos son para si mismos, para sus hijos y demas familiares, cooperadores de la gracia y testigos de la fe. Son para sus hijos los primeros predicadores de la fe y los primeros educadores" [AA 11], y deben "inculcar la doctrina cristiana y las virtudes evangélicas a los hijos amorosamente recibidos de Dios" [LG 41] y realizar esta mision "mediante la palabra y el ejemplo" [LG 11], de tal manera que "gracias a los padres que precederan con el ejemplo y la oracion en familia, los hijos y aun los demas que viven en el circulo familiar encontraran mas facilmente el camino del sentido humano, de la salvacion y de la santidad" [GS 48].

Sabemos que muchas familias en América Latina han sido incapaces de ser educadores en la fe, o por no estar bien constituidas o por estar desintegradas; otras porque han dado esta educacion en términos de mero tradicionalismo, a veces con aspectos miticos y supersticiosos. De ahi la necesidad de dotar a la familia actual de elementos que le restituyan su capacidad evangelizadora, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia.

Promotora del desarrollo


7 "La familia es la primera escuela de las virtudes sociales que necesitan todas las demas sociedades... Encuentran en la familia los hijos la primera experiencia de una sana sociedad humana... y se introducen poco a poco en la sociedad civil y en la Iglesia" [GE 3]

Ademas, "la familia es escuela del mas rico humanismo" [GS 52] y "el humanismo completo es el desarrollo integral"[PP 16]. "La familia, en la que coinciden diversas generaciones y se ayudan mutuamente para adquirir una sabiduria mas completa, y para saber armonizar los derechos de las personas con las demas exigencias de la vida social, constituye el fundamento de la sociedad" [GS 52]. "En ella los hijos, en un clima de amor, aprenden juntos con mayor facilidad la recta jerarquia de las cosas, al mismo tiempo que se imprimen de modo como natural en el alma de los adolescentes formas probadas de cultura a medida que van creciendo" [GS 61]. "A los padres corresponde el preparar en el seno de la familia a sus hijos... para conocer el amor de Dios hacia todos los hombres, el ensenarles gradualmente, sobre todo con el ejemplo, a preocuparse de las necesidades del projimo, tanto materiales como espirituales" [AA 30]; asi la familia cumplira su mision si "promueve la justicia y demas obras buenas al servicio de todos los hermanos, que padecen necesidad" [AA 11] De aqui que el "bienestar de la persona y de la sociedad humana esté ligado estrechamente a una favorable situacion de la comunidad conyugal y familiar" [GS 47], pues es ésta un factor importantisimo en el desarrollo.

"Por ello, todos los que influyen en las comunidades y grupos sociales deben contribuir eficazmente al progreso del matrimonio y de la familia" [GS 52]


III. PROBLEMAS DE DEMOGRAFIA EN AMERICA LATINA


8 La cuestion demografica reviste en nuestro continente una complejidad y delicadeza peculiares: es cierto que existe, hablando en general, un rapido crecimiento de la poblacion, debido menos a los nacimientos, que al bajo indice de mortalidad infantil, a la vez que al creciente indice de longevidad; pero es cierto, también, que la mayoria de nuestros paises adolece de subpoblacion y necesita aumento demografico hasta como factor de desarrollo; también es cierto que las condiciones socio-economico-culturales, excesivamente bajas, se muestran adversas a un crecimiento demografico pronunciado.


9 Como Pastores, sensibles a los problemas de nuestra gente haciendo nuestros sus dolores y angustias, juzgamos necesario enunciar algunos puntos fundamentales sobre esta materia. Todo enfoque unilateral, como toda solucion simplista respecto de estos problemas, son incompletos y, por lo tanto, equivocados . Aparece como particularmente danosa la adopcion de una politica demografica antinatalista que tiende a suplantar, sustituir o relegar al olvido una politica de desarrollo, mas exigente, por ser la unica aceptable. "Tratase, en efecto, de no suprimir los comensales, sino de multiplicar el pan" [Pablo VI, ONU, 27/10/65]


10 En este sentido la Enciclica "Humanae Vitae", con el caracter social que en ella ocupa un lugar prominente y que la coloca al lado de la "Populorum progressio", tiene para nuestro continente una importancia especial. Pues ante nuestros problemas y aspiraciones la Enciclica:

a) Acentua la necesidad imperiosa de salir al encuentro del desafio de los problemas demograficos en una respuesta integral y enfocada hacia el desarrollo;

b) Denuncia toda politica fundada en un control indiscriminado de nacimientos, es decir, a cualquier precio y de cualquier manera, sobre todo cuando éste aparece como condicion para prestar ayudas economicas;

c) Se yergue como defensora de valores inalienables: el respeto a la persona humana, especialmente de los pobres y marginados, el aprecio de la vida, el amor conyugal;

d) Contiene una invitacion y un estimulo para la formacion integral de las personas mediante una autoeducacion de los matrimonios cuyos elementos principales son: el autodominio, el rechazo de soluciones faciles pero peligrosas por ser alienantes y deformadoras, la necesidad de la gracia de Dios para cumplir la ley, la fe como animadora de la existencia y un humanismo nuevo libertado del erotismo de la civilizacion burguesa.


11 La aplicacion de la Enciclica, en la parte que se refiere a la ética conyugal, como lo reconoce el mismo Papa, "aparecera facilmente a los ojos de muchos dificil y hasta imposible en la practica" [HV 20]. Conscientes de esas dificultades, y sintiendo en el alma los interrogantes y angustias de todos nuestros hijos y empenados en ofrecer nuestro apoyo a todos indistintamente, pero de modo particular a aquellos que escuchan la palabra del Papa y tratan de vivir el ideal que ella propone, indicamos los siguientes puntos:

a) La ensenanza del Magisterio en la Enciclica es clara e inequivoca sobre la exclusion de los medios artificiales para hacer voluntariamente infecundo el acto conyugal;

b)Pero el mismo Santo Padre reafirmo , al inaugurar esta Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: "Esta norma no constituye una ciega carrera hacia la superpoblacion; ni disminuye la responsabilidad ni la libertad de los conyuges, a quienes no prohibe una honesta y razonable limitacion de la natalidad, ni impide las terapéuticas legitimas ni el progreso de las investigaciones cientificas".

c) La vida sacramental, sobre todo como un camino para una progresiva maduracion humana y cristiana del matrimonio, es un derecho y mas aun un deber, y correspondera a nosotros, Pastores, facilitar ese camino a los matrimonios cristianos;

d) La ayuda mutua que los matrimonios se proporcionan al reunirse, respaldados por peritos en ciencias humanas y por sacerdotes imbuidos de espiritu pastoral, puede ser inestimable para los que, a pesar de las dificultades, procuran alcanzar el ideal propuesto;

e) Formulamos el proposito y procuraremos cumplirlo, no solo de prestar "nuestro servicio a las almas en estas grandes dificultades... con corazon de Buen Pastor", sino sobre todo de subrayar nuestra propia solidaridad con los matrimonios que sufren, por medio del ejemplo de nuestra propia abnegacion personal y colectiva, en la pobreza real, en el celibato asumido con sinceridad y vivido con seriedad y alegria, en la paciencia y dedicacion a los hombres, en la obediencia a la Palabra de Dios, y sobre todo en la caridad llevada hasta el heroismo.


IV. RECOMENDACIONES PARA UNA PASTORAL FAMILIAR


12 Por varios factores historicos, étnicos, sociologicos, y hasta caracterologicos, la institucion familiar siempre tiene en América Latina una importancia global muy grande.

Es cierto que en las grandes ciudades pierde parte de esa importancia. En las areas rurales, que forman aun la mayor parte del continente, a pesar de todos los cambios externos, la familia continua desempenando un papel primordial en lo social, en lo cultural, lo ético y lo religioso

Por eso, y mas aun por su condicion de formadora de personas, educadora en la fe y promotora del desarrollo, pero también a fin de sanar todas las carencias que ella padece y que tiene graves repercusiones, juzgamos necesario dar a la pastoral familiar una prioridad en la planificacion de la Pastoral de conjunto; sugerimos que ésta sea planeada en dialogo con los casados que, por su experiencia humana y los carismas propios del sacramento del matrimonio, pueden ayudar eficazmente en ella.

Esta pastoral familiar debe tener, entre otras, algunas metas y orientaciones fundamentales que a continuacion enunciamos:


13 Procurar, desde los anos de la adolescencia, una solida educacion para el amor, que integre y al mismo tiempo sobrepase la simple educacion sexual, inculcando en los jovenes de ambos sexos la sensibilidad y la conciencia de los valores esenciales: amor, respeto, don de si.


14 Difundir la idea y facilitar en la practica una preparacion para el matrimonio accesible a todos los que se van a casar y tan integral como sea posible: fisica, sicologica, juridica, moral y espiritual.


15 Elaborar y difundir una espiritualidad matrimonial basada al mismo tiempo en una clara vision del laico en el mundo y en la Iglesia, y en una teologia del matrimonio como sacramento.


16 Inculcar en los jovenes y, sobre todo, en los recién casados, la conciencia y la conviccion de una paternidad realmente responsable.


17 Despertar en los esposos la necesidad del dialogo conyugal que los lleve a una unidad profunda y a un espiritu de corresponsabilidad y colaboracion.


18 Facilitar el dialogo entre padres e hijos que ayude a superar en el seno de la familia el conflicto generacional y haga del hogar un lugar donde se realice el encuentro de las generaciones [Cf. GS 52].

l9 Hacer que la familia sea verdaderamente "Iglesia doméstica": comunidad de fe, de oracion, de amor, de accion evangelizadora, escuela de catequesis.


20 Llevar todas las familias a una generosa apertura para con las otras familias, inclusive de confesiones cristianas diferentes; y sobre todo las familias marginales o en proceso de desintegracion; apertura hacia la sociedad, hacia el mundo y hacia la vida de la Iglesia.


21 Queremos, por fin, estimular a aquellos matrimonios que se esfuerzan por vivir la santidad conyugal y realizan el apostolado familiar, asi como a los que, "de comun acuerdo, bien ponderado, aceptan con magnanimidad, una prole mas numerosa para educarla dignamente" [GS 50].

Bien planeada y bien ejecutada, mediante los movimientos familiares, tan meritorios, o mediante otras formas, la pastoral familiar contribuira ciertamente a hacer de nuestras familias una fuerza viva, (y no, como podria acontecer, un peso muerto) al servicio de la construccion de la Iglesia, del desarrollo a realizar y de las necesarias transformaciones en nuestro continente.





EDUCACION

4.- EDUCACION


1 Esta Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que se ha propuesto comprometer a la Iglesia en el proceso de transformacion de los pueblos latinoamericanos, Fija muy especialmente su atencion en la educacion, como un factor basico y decisivo en el desarrollo del continente.



I. CARACTERISTICAS DE LA EDUCACION EN AMERICA LATINA


2 Hay que reconocer, ante todo, que se estan haciendo esfuerzos muy considerables en casi todos nuestros paises, por extender la educacion en sus diversos niveles, y son grandes los méritos que en ese esfuerzo corresponden tanto a los gobiernos como a la Iglesia y a los demas sectores responsables de la educacion.

Con todo, el panorama general de la educacion se ofrece a nuestra vista con caracteristicas a la vez de drama y de reto. Al decir esto, no nos anima un espiritu pesimista, sino un afan de superacion.

Considerando la urgencia del desarrollo integral del hombre y de todos los hombres en la gran comunidad latinoamericana, los esfuerzos educativos adolecen de serias deficiencias e inadecuaciones.


3 Existe, en primer lugar, el vasto sector de los hombres "marginados" de la cultura, los analfabetos, y especialmente los analfabetos indigenas, privados a veces hasta del beneficio elemental de la comunicacion por medio de una lengua comun. Su ignorancia es una servidumbre inhumana. Su liberacion, una responsabilidad de todos los hombres latinoamericanos. Deben ser liberados de sus prejuicios y supersticiones, de sus complejos e inhibiciones, de sus fanatismos, de su sentido fatalista. de su incomprension, temerosa del mundo en que viven, de su desconfianza y de su pasividad.

La tarea de educacion de estos hermanos nuestros no consiste propiamente en incorporarlos a las estructuras culturales que existen en torno de ellos, y que pueden ser también opresoras, sino en algo mucho mas profundo. Consiste en capacitarlos para que ellos mismos, como autores de su propio progreso, desarrollen de una manera creativa y original un mundo cultural, acorde con su propia riqueza y que sea fruto de sus propios esfuerzos. Especialmente en el caso de los indigenas se han de respetar los valores propios de su cultura, sin excluir el dialogo creador con otras culturas.


4 La educacion formal, o sistematica, se extiende cada vez mas a los ninos y jovenes latinoamericanos, aunque gran numero de ellos queda todavia fuera de los sistemas escolares. Cualitativamente esta lejos de ser lo que exige nuestro desarrollo, mirando al futuro.

Sin olvidar las diferencias que existen, respecto a los sistemas educativos, entre los diversos paises del continente, nos parece que el contenido programatico es, en general, demasiado abstracto y formalista. Los métodos didacticos estan mas preocupados por la transmision de los conocimientos que por la creacion entre otros valores, de un espiritu critico. Desde el punto de vista social, los sistemas educativos estan orientados al mantenimiento de las estructuras sociales y economicas imperantes, mas que a su transformacion. Es una educacion uniforme, cuando la comunidad latinoamericana ha despertado a la riqueza de su pluralismo humano; es pasiva, cuando ha sonado la hora para nuestros pueblos de descubrir su propio ser, pletorico de originalidad; esta orientada a sostener una economia basada en el ansia de "tener mas", cuando la juventud latinoamericana exige "ser mas" en el gozo de su autorrealizacion, por el servicio y el amor.

En especial, la formacion profesional de nivel intermedio y superior, sacrifica con frecuencia la profundidad humana en aras del pragmatismo y del inmediatismo, para ajustarse a las exigencias de los mercados de trabajo. Este tipo de educacion es responsable de poner a los hombres al servicio de la economia, y no esta al servicio del hombre.


5 En estos momentos aflora también una preocupacion nueva por la educacion asistematica, de creciente importancia: medios de comunicacion social, movimientos juveniles, y cuanto contribuye a la creacion de una cierta cultura popular y al aumento del deseo de cambio.


6 La democratizacion de la educacion es un ideal que esta todavia lejos de conseguirse en todos los niveles, sobre todo en el universitario, ya que nuestras universidades no han tomado suficientemente en cuenta las peculiaridades latinoamericanas, trasplantando con frecuencia esquemas de paises desarrollados, y no han dado suficiente respuesta a los problemas propios de nuestro continente. La Universidad ha conservado frecuentemente estudios tradicionales, casi sin carreras de duracion intermedia aptas para nuestra situacion socioeconomica. No ha estado, siempre y en todo lugar, debidamente abierta a la investigacion ni al dialogo interdisciplinario, indispensable para el progreso de la cultura y el desarrollo integral de la sociedad.

Particularmente, en cuanto a la universidad catolica, senalamos una suficiencia en la instauracion del dialogo entre la Teologia y las diversas ramas del saber, que respete la debida autonomia de las ciencias y aporte la luz del Evangelio para la convergencia de los valores humanos en Cristo.


7 La educacion latinoamericana, en una palabra, esta llamada a dar una respuesta al reto del presente y del futuro, para nuestro continente. Solo asi sera capaz de liberar a nuestros hombres de las servidumbres culturales, sociales, economicas y politicas que se oponen a nuestro desarrollo. Cuando hablamos asi no perdemos de vista la dimension sobrenatural que se inscribe en el mismo desarrollo, el cual condiciona la plenitud de una vida cristiana,




CELAM - I. LA SITUACION LATINOAMERICANA Y LA PAZ