CELAM - II. SENTIDO HUMANISTA Y CRISTIANO DE LA EDUCACION

II. SENTIDO HUMANISTA Y CRISTIANO DE LA EDUCACION

La educacion liberadora como respuesta a nuestras necesidades


8 Nuestra reflexion sobre este panorama nos conduce a proponer una vision de la educacion mas conforme con el desarrollo integral que propugnamos para nuestro continente; la llamariamos la "educacion liberadora"; esto es, la que convierte al educando en sujeto de su propio desarrollo. La educacion es efectivamente el medio clave para liberar a los pueblos de toda servidumbre y para hacerlos ascender "de condiciones de vida menos humanas a condiciones mas humanas" [PP 20], teniendo en cuenta que el hombre es el responsable y el "artifice principal de su éxito o su fracaso" [PP 15].

Para ello, la educacion en todos sus niveles debe llegar a ser creadora, pues ha de anticipar el nuevo tipo de sociedad que buscamos en América Latina; debe basar sus esfuerzos en la personalizacion de las nuevas generaciones, profundizando la conciencia de su dignidad humana, favoreciendo su libre autodeterminacion y promoviendo su sentido comunitario.

Debe ser abierta al dialogo, para enriquecerse con los valores que la juventud intuye y descubre como valederos para el futuro y asi promover la comprension de los jovenes, entre si y con los adultos. Esto permitira a los jovenes "lo mejor del ejemplo y de las ensenanzas de sus padres y maestros y formar la sociedad del manana".

Debe, ademas, la educacion afirmar con sincero aprecio, las peculiaridades locales y nacionales e integrarlas en la unidad pluralista del continente y del mundo. Debe, finalmente, capacitar a las nuevas generaciones para el cambio permanente y organico que implica el desarrollo.

Esta es la educacion liberadora que América Latina necesita para redimirse de las servidumbres injustas y, antes que nada, de nuestro propio egoismo. Esta es la educacion que reclama nuestro desarrollo integral.

La educacion liberadora y la mision de la Iglesia


9 Como toda liberacion es ya un anticipo de la plena redencion de Cristo, la Iglesia de América Latina se siente particularmente solidaria con todo esfuerzo educativo, tendiente a liberar a nuestros pueblos [Is 58, 6; 61, 1]. Cristo pascual, "imagen del Dios invisible" [Col 1, 15] es la meta que el designio de Dios establece al desarrollo del hombre, para que "alcancemos todos la estatura del hombre perfecto" [Ef 4,13].

Por esto, todo "crecimiento en humanidad" [PP 15, 16, 18] nos acerca a "reproducir la imagen del Hijo para que El sea el primogénito entre muchos hermanos" [Rom 8, 29].

La Iglesia, en cuanto a su mision especifica, debe promover e impartir la educacion cristiana a la que todos los bautizados tienen derecho, para que alcancen la madurez de su fe. En cuanto servidora de todos los hombres, la Iglesia busca colaborar mediante sus miembros, especialmente laicos, en las tareas de promocion cultural humana, en todas las formas que interesan a la sociedad. En el ejercicio de este derecho y servicio, j unto con los demas sectores responsables, la obra educadora de la Iglesia no debe ser obstaculizada con discriminaciones de ningun género.

Esta es la vision alentadora que sobre la educacion de América Latina presenta hoy la Iglesia. Ella, es decir, todos los cristianos, sumaran sus esfuerzos con humildad, desinterés y deseo de servir, a la tarea de crear la nueva educacion que requieren nuestros pueblos, en este despertar de un nuevo mundo.



III. ORIENTACIONES PASTORALES

Lineas Generales

La Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano recomienda algunos criterios y orientaciones que se juzgan fundamentales.


10 Reconociendo la trascendencia de la educacion sistematica mediante escuelas o colegios, para la promocion del hombre, conviene no identificar la educacion con cualquiera de los instrumentos concretos.

Dentro del concepto educativo moderno, esta trascendencia es enorme, pues la educacion es la mejor garantia del desarrollo personal y del proceso social, ya que, conducida rectamente, no solo prepara a los autores del desarrollo, sino que es también ella la mejor distribuidora del fruto del mismo, que consiste en las conquistas culturales de la humanidad, constituyéndose en el elemento mas rentable de la nacion.


11 Este concepto rebasa la mera institucionalidad de los centros docentes y proyecta su dinamica apostolica hacia otros sectores que reclaman urgentemente la presencia y el compromiso de la Iglesia. Por ello, esta conferencia Episcopal hace un llamado a los responsables de la educacion para que ofrezcan las oportunidades educativas a todos los hombres en orden a la posesion evolucionada de su propio talento y de su propia personalidad, a fin de que, mediante ella, logren por si mismos su integracion en la sociedad, con plenitud de participacion social, economica, cultural, politica y religiosa.

En consecuencia, exhorta a los agentes de la educacion al cumplimiento de sus deberes y a la custodia de sus derechos. La Iglesia, a su vez, por su mision de servicio, se compromete a utilizar todos los medios a su alcance.


12 Se dirige, en primer lugar, a los padres de familia, "los primeros y principales educadores" [GE 3]. No pueden quedar marginados del proceso educativo. Es urgente ayudarles a tomar conciencia de sus deberes y derechos, y facilitarles la participacion directa en las actividades y aun en la organizacion de los centros docentes, a través de las Asociaciones de Padres de Familia, que deben ser creadas, o fomentadas donde ya existen, a nivel local, nacional e internacional.


13 Por lo que se refiere a los educandos, insiste en que se tome en cuenta su problematica. La juventud pide ser oida con relacion a su propia formacion. Es preciso no olvidar que el alumno tiende a su autoperfeccionamiento y por ello se le deben presentar los valores, para que él tome una actitud de aceptacion personal frente a los mismos. La autoeducacion, que debe ser sabiamente ordenada, es un requisito indispensable para lograr la verdadera comunidad de educandos.


14 En cuanto a los educadores se debe, ante todo, valorar su mision decisiva en la transformacion de la sociedad y llegar a una decision consciente y valiente, en la preparacion, seleccion y promocion del profesorado.

La seleccion y promocion debera insistir fundamentalmente en las dotes humanas de personalidad y actitud de servicio en permanente evolucion; y para la preparacion debe la Iglesia Latinoamericana apoyar los institutos de formacion del personal docente, confesional o no.

Debe, ademas, la Iglesia trabajar para que se les retribuya convenientemente con todas las prestaciones sociales y colaborando con ellos en sus justos reclamos.


15 Dentro de la comunidad educativa ocupan hoy lugar preferente los grupos juveniles que salvan la distancia creciente entre el mundo adulto y el mundo de los jovenes. Por ello esta Conferencia Episcopal recomienda la formacion de movimientos juveniles que realicen toda clase de actividades, de acuerdo con sus propios intereses y con una suficiente, gradual y cada vez mayor direccion de los propios jovenes. Ademas, estima que debe darse oportunidad a los que tengan cualidades humanas para formarse como lideres.


16 La Iglesia toma conciencia de la suma importancia de la Educacion de Base. En atencion al gran numero de analfabetos y marginados en América Latina, la Iglesia, sin escatimar sacrificio alguno, se comprometera a la Educacion de Base, la cual aspira no solo a alfabetizar, sino a capacitar al hombre para convertirlo en agente consciente de su desarrollo integral.

Con relacion a la escuela


17 La Iglesia, servidora de la humanidad, se ha preocupado, a través de la historia, de la educacion, no solo catequistica, sino integral del hombre. La Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano reafirma esta actitud de servicio y proseguira preocupandose por medio de sus Institutos Educacionales, a los cuales reconoce plena validez, de continuar esta labor adaptada a los cambios historicos. Asimismo, alienta a los educadores catolicos y Congregaciones docentes a proseguir incansablemente en su abnegada funcion apostolica, y exhorta a su renovacion y actualizacion dentro de la linea propuesta por el Concilio y por esta misma Conferencia.

En consecuencia, recomienda la obtencion de los titulos correspondientes al ejercicio de su profesion educadora.


18 Procurese aplicar la recomendacion del Concilio referente a una efectiva democratizacion de la escuela catolica, de tal manera que todos los sectores sociales, sin discriminacion alguna, tengan acceso a ella y adquieran en la misma una auténtica conciencia social que informe su vida.


19 La escuela catolica debera:

a) Ser una verdadera comunidad formada por todos los elementos que la integran;

b) Integrarse en la comunidad local y estar abierta a la comunidad nacional y latinoamericana;

c) Ser dinamica y viviente. dentro de una oportuna y sincera experimentacion renovadora; d) Estar abierta al dialogo ecuménico;

e) Partir de la escuela para llegar a la comunidad, transformando la misma escuela en centro cultural, social y espiritual de la comunidad; partir de los hijos para llegar a los padres y a las familias; partir de la educacion escolar, para llegar a los demas medios de educacion.


20 En orden a lograr una escuela catolica, abierta y democratica, esta Conferencia Episcopal apoya el derecho que los padres y los alumnos tienen de escoger su propia escuela y de obtener los medios economicos pertinentes, dentro de las exigencias del bien comun.

Con relacion a la universidad catolica


21 La Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano recuerda a las universidades catolicas: que deben ser ante todo Universidades, es decir, organos superiores, consagrados a la investigacion y a la ensenanza, donde la busqueda de la verdad sea un trabajo comun entre profesores y alumnos y asi se cree la cultura en sus diversas manifestaciones.

Para lograr el fin anteriormente enunciado, las universidades catolicas deben instituir el dialogo de las disciplinas humanas entre si, por una parte, y con el saber teologico por otra, en intima comunion con las exigencias mas profundas del hombre y de la sociedad, respetando el método propio de cada disciplina.

Para ello, la ensenanza teologica debe estar en todos los sectores de la universidad, en armonica integracion.

Procuraran tener a este efecto su propia Facultad de Teologia, o por lo menos, un Instituto superior de formacion teologica [GE 10, 11; GS 62].


22 De acuerdo con el Concilio Vaticano II, las universidades catolicas han de esforzarse por integrar activamente a sus profesores, alumnos y graduados en la comunidad universitaria, suscitando su respectiva responsabilidad y participacion en la vida y quehacer universitario, en la medida en que las circunstancias concretas lo aconsejen.


23 La Universidad debe estar integrada en la vida nacional y responder con espiritu creador y valentia a las exigencias del propio pais. Debera auscultar las necesidades reales, para la creacion de sus facultades e institutos y para establecer las carreras intermedias de capacitacion técnica, en vista al desarrollo de la comunidad, de la nacion y del continente.


24 Para la constante renovacion de las tareas universitarias es importante promover una permanente evaluacion de los métodos y estructuras de nuestras universidades.

Con relacion al planeamiento


25 Dada la complejidad actual de los problemas educacionales en los paises latinoamericanos, la pastoral educacional no puede concebirse como una serie de actividades y normas desconectadas, sino como resultado de un verdadero planeamiento, continuamente renovado, compuesto de los siguientes elementos:

a) Reconocimiento de las urgencias en la Pastoral de Conjunto;

b) Elaboracion de las metas educacionales, fijando las prioridades;

c) Censo y ordenamiento de los recursos humanos disponibles;

d) Censo de los instrumentos y medios institucionales, financieros y otros;

e) Elaboracion de las etapas del plan.


26 En los asuntos de pastoral educacional es conveniente que se procure gradualmente, dentro del respeto a personas y grupos, una adecuada articulacion entre los organismos episcopales de educacion y los organismos correspondientes de las Conferencias de Religiosos y de las Federaciones de Colegios Catolicos.


27 Compete a los cristianos estar presentes en todas las posibles iniciativas del campo de la educacion y de la salvacion.


28 Para atender a gran numero de alumnos de las universidades y escuelas no catolicas sera necesario organizar equipos de sacerdotes, de religiosos o de laicos educadores, responsables de las tareas apostolicas de esas instituciones.


29 La actitud de la Iglesia en el campo de la educacion, no puede ser la de contraponer la escuela confesional a la no confesional, la escuela privada a la oficial, sino la de colaboracion abierta y franca entre escuela y escuela, universidad y universidad, entre las escuelas y las iniciativas extraescolares de formacion de educacion, entre los planes de educacion de la Iglesia y los del Estado; "colaboracion que exige el bien de la comunidad universal de los hombres" [GE 12]. Esta coordinacion no constituye peligro para el caracter confesional de las escuelas catolicas; antes bien, es un deber postconciliar de las mismas, segun el nuevo concepto de presencia de la Iglesia en el mundo de hoy.

Todas estas indicaciones respecto a la colaboracion urgen, de manera especialisima, en el campo universitario [GE 12].


30 La Iglesia debe procurar prioritariamente el mejoramiento de las universidades catolicas existentes, antes de promover la creacion de nuevas instituciones.


31 Busquese también una coordinacion efectiva entre las instituciones educacionales de la Iglesia y los organismos nacionales e internacionales, interesados en la educacion.





5.- JUVENTUD



I. SITUACION DE LA JUVENTUD


1 La juventud, tema "digno del maximo interés y de grandisima actualidad", constituye hoy no solo el grupo mas numeroso de la sociedad latinoamericana, sino también una gran fuerza nueva de presion.

Ella se presenta, en gran parte del continente, como un nuevo cuerpo social (con riesgo de detrimento en la relacion con los otros cuerpos), portador de sus propias ideas y valores y de su propio dinamismo interno. Busca participar activamente, asumiendo nuevas responsabilidades y funciones, dentro de la comunidad latinoamericana.

Con frecuencia, la imposibilidad de participacion en la vida de la sociedad, provoca en ella una cierta obligada marginalidad.


2 Vive en una época de crisis y de cambios que son causa de conflictos entre las diversas generaciones [PP 10]. Conflictos que estan exigiendo un sincero esfuerzo de comprension y dialogo, tanto de parte de los jovenes como de los adultos. Se trata de una crisis que abarca todos los ordenes y que a la par que produce un efecto purificador, entrana también frecuentemente la negacion de grandes valores.


3 Mientras un sector de la juventud acepta pasivamente las formas burguesas de la sociedad (dejandose llevar a veces por el indiferentismo religioso), otro rechaza con marcado radicalismo el mundo que han plasmado sus mayores, por considerar su estilo de vida falto de autenticidad; rechaza igualmente una sociedad de consumo que masifica y deshumaniza al hombre. Esta insatisfaccion crece mas y mas.

La juventud, particularmente sensible a los problemas sociales, reclama los cambios profundos y rapidos que garanticen una sociedad mas justa; reclamos que a menudo se siente tentada a expresar por medio de la violencia. Es un hecho comprobable que el excesivo idealismo de los jovenes los expone facilmente a la accion de grupos de diversas tendencias extremistas [PP 11].


4 Los jovenes son mas sensibles que los adultos a los valores positivos del proceso de secularizacion. Se esfuerzan por construir un mundo mas comunitario que vislumbran quizas con mas claridad que los mayores. Estan abiertos a una sociedad pluralista y a una dimension mas universal de la fraternidad.

Su actitud religiosa se caracteriza por el rechazo de una imagen desfigurada de Dios que a veces les ha sido presentada y por la busqueda de auténticos valores evangélicos.


5 Frecuentemente los jovenes identifican a la Iglesia con los obispos y los sacerdotes. Al no habérseles llamado a una plena participacion en la comunidad eclesial, no se consideran ellos mismos Iglesia. El lenguaje ordinario de la transmision de la Palabra (predicaciones, escritos pastorales), les resulta a menudo extrano y por lo mismo no tiene mayor repercusion en sus vidas.

Esperan de los Pastores no solo que difundan principios doctrinales, sino que los corroboren con actitudes y realizaciones concretas. Se da el caso de jovenes que condicionan la adhesion a sus pastores a la coherencia de sus actitudes con la dimension social del Evangelio. "El mundo, dice Pablo VI, nos observa hoy de modo particular con relacion a la pobreza, a la sencillez de vida..."


6 La tendencia a reunirse en grupos o comunidades juveniles se muestra cada vez mas fuerte dentro de la dinamica de los movimientos juveniles en Latinoamérica; rechazan los jovenes las organizaciones demasiado institucionalizadas, las estructuras rigidas y las formas de agrupacion masiva.

Las comunidades juveniles arriba mencionadas se caracterizan, en general, por ser grupos naturales ("a medida humana"), de reflexion evangélica y revision de vida, en torno a un compromiso cristiano ambiental.


7 Sin desconocer el significado de las acciones masivas entre los jovenes, el excesivo valor que la Jerarquia otorga a veces a sus resultados (cuya importancia es sobre todo numérica) dificulta la tarea de aquellos movimientos educativos y apostolicos que se esfuerzan por una presencia de fermento e irradiacion.


8 Los movimientos juveniles esperan de la Jerarquia de la Iglesia mayor apoyo moral, cuando se comprometen en la aplicacion concreta de los principios de doctrina social enunciados por los Pastores.


9 En sintesis: la juventud aporta indudablemente un conjunto de valores, acompanados no obstante de aspectos negativos.

Cabe mencionar, en primer término, una tendencia a la personalizacion, conciencia de si mismos, creatividad, que por contraste los lleva a rechazar los valores de la tradicion. Poseen un idealismo excesivo que los lleva a desconocer realidades innegables que han de ser aceptadas, y a adoptar un inconformismo radical cuyas manifestaciones caracteristicas se dan casi en todos los paises y que los impulsa a pretender construir todo de nuevo con prescindencia absoluta del pasado.

Caracteristica de la juventud es también la espontaneidad que la lleva a un menosprecio no siempre justificado de las formas institucionales, de las normas, de la autoridad y del formalismo.

Presenta, finalmente, un conjunto de valores en el plano de la relacion comunitaria, v.gr., ciertas formas de responsabilidad, una voluntad de autenticidad y de sinceridad, una aceptacion de los demas tales como son y un franco reconocimiento del caracter pluralista de la sociedad. Esta tendencia comunitaria, por otra parte, hace correr el peligro de encerrarse en pequenos grupos agresivos.




II. CRITERIOS BASICOS PARA UNA ORIENTACION PASTORAL


10 Antes de pasar a considerar las actitudes concretas que deben adoptarse con relacion a la juventud, sera oportuno esbozar la vision general que de ella tiene la Iglesia.

La Iglesia ve en la juventud la constante renovacion de la vida de la humanidad y descubre en ella un signo de si misma: "La Iglesia es la verdadera juventud del mundo".


11 Ve, en efecto, en la juventud el renovado comienzo y la persistencia de la vida, o sea, una forma de superacion de la muerte.

Esto no tiene solo un sentido biologico, sino también socio-cultural, sicologico y espiritual.

En efecto, frente a las culturas que muestran signos de vejez y caducidad, la juventud esta llamada a aportar una revitalizacion; a mantener una "fe en la vida", a conservar su "facultad de alegrarse con lo que comienza". Ella tiene la tarea de reintroducir permanentemente el "sentido de la vida". Renovar las culturas y el espiritu, significa aportar y mantener vivos nuevos sentidos de la existencia. La juventud esta, pues, llamada a ser como una perenne "reactualizacion de la vida" [Mensaje del Concilio a los Jovenes].


12 En la juventud asi entendida, descubre también la Iglesia un signo de si misma.

Un signo de su fe, pues la fe es la interpretacion escatologica de la existencia, su sentido pascual, y por ello, la "novedad" que encierra el Evangelio. La fe, anuncio del nuevo sentido de las cosas, es la renovacion y rejuvenecimiento de la humanidad. Desde esta perspectiva, la Iglesia invita a los jovenes "a sumergirse en las claridades de la fe" y de este modo a introducir la fe en el mundo para vencer las formas espirituales de muerte, es decir, "las filosofias del egoismo, del placer, de la desesperanza y de la nada", filosofias que implantan en la cultura formas viejas y caducas.

Es la juventud un simbolo de la Iglesia, llamada a una constante renovacion de si misma, o sea, a un incesante rejuvenecimiento.


III RECOMENDACIONES PASTORALES


13 La Iglesia, adoptando una actitud francamente acogedora hacia la juventud, habra de discernir los aspectos positivos y negativos que presenta en la actualidad.

Por una parte quiere auscultar atentamente las actitudes de los jovenes que son manifestacion de los signos de los tiempos: la juventud enuncia valores que renuevan las diversas épocas de la historia; quiere aceptarla con gozo en su seno y en sus estructuras y promoverla hacia una activa participacion en las tareas humanas y espirituales.

Por otra parte, en consonancia con las ansias de sinceridad que muestra la juventud, hay que llamarla a una constante profundizacion de su autenticidad y a una autocritica de sus propias deficiencias, presentandole a la vez los valores permanentes para que sean reconocidos por ella.

Todo esto manifiesta la sincera voluntad de la Iglesia de adoptar una actitud de dialogo con la juventud. Dentro de esta linea pastoral, la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, reconociendo en la juventud no solo su fuerza numérica, sino también su papel cada vez mas decisivo en el proceso de transformacion del continente, asi como su papel irreemplazable en la mision profética de la Iglesia, formula recomendaciones pastorales relativas a la juventud en general y a los movimientos juveniles en particular.

Con respecto a la juventud en general


14 Desarrollar, en todos los niveles, en los sectores urbano y rural, dentro de la Pastoral de Conjunto, una auténtica pastoral de juventud. Esta pastoral ha de tender a la educacion de la fe de los jovenes a partir de su vida, de modo que les permita su plena participacion en la comunidad eclesial, asumiendo consciente y cristianamente su compromiso temporal.

Esta pastoral implica:

a) La necesidad de elaborar una pedagogia organica de la juventud, a través de la cual se estimule en los jovenes una solida formacion humana y cristiana y los esfuerzos por forjarse una auténtica personalidad. Personalidad que los capacite, por una parte, para asimilar con criterios lucidos y verdadera libertad, todos los elementos positivos de las influencias que reciben a través de los distintos medios de comunicacion social y que les permita, por otra parte, hacer frente al proceso de despersonalizacion y masificacion que acecha de modo particular a la juventud. Pedagogia que eduque también en el sentido (valor y relatividad) de lo institucional;

b) La necesidad de un conocimiento de la realidad socio-religiosa de la juventud, constantemente actualizado;

c) La necesidad de promover centros de investigacion y estudio en lo referente a la participacion de la juventud en la solucion de los problemas del desarrollo;

d) En particular, por parte de los ministros de la Iglesia, un dialogo sincero y permanente con la juventud, tanto de movimientos organizados, como de sectores no organizados, a través de los Consejos Pastorales u otras formas de dialogo.


15 La actitud de dialogo implica la respuesta a los legitimos y vehementes reclamos pastorales de la juventud, en los que ha de reconocerse un llamado de Dios. De alli que esta Conferencia Episcopal recomiende:

a) Que se presente cada vez mas nitido en Latinoamérica el rostro de una Iglesia auténticamente pobre, misionera y pascual, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida en la liberacion de todo hombre y de todos los hombres;

b) Que la predicacion, los escritos pastorales y, en general, el lenguaje de la Iglesia sean simples y actuales, teniendo en cuenta la vida real de los hombres de nuestro tiempo;

c) Que se viva en la Iglesia, en todos los niveles, un sentido de la autoridad, con caracter de servicio, exento de autoritarismo.


16 Procurar que en todos los centros educacionales de la Iglesia y en aquellos otros donde ella debe realizar su presencia, se capacite a los jovenes, a través de una auténtica orientacion vocacional (que tenga en cuenta los diferentes estados de vida) para asumir su responsabilidad social, como cristianos en el proceso de cambio latinoamericano.

Con respecto a los movimientos juveniles


17 Que se tenga muy en cuenta la importancia de las organizaciones y movimientos catolicos de juventud, en particular aquellos de indole nacional e internacional.

Que se les conceda una mayor confianza a los dirigentes laicos y se reconozca la autonomia propia de los movimientos seglares.

Que se les consulte en la elaboracion de la pastoral juvenil, a nivel diocesano nacional y continental.

Que se estimule su accion evangelizadora en la transformacion de las personas y de las estructuras.

Que se favorezcan sus esfuerzos en vista a la formacion de lideres de la comunidad.

Que se haga una distribucion mas racional de los sacerdotes, que permita una mejor atencion de los movimientos juveniles.

Que se dé a la formacion de asesores de juventud (sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos) la importancia que tiene en un continente con mayoria de jovenes.


18 Que se favorezca en todos los niveles el encuentro, el intercambio y la accion en comun de los movimientos y organizaciones juveniles catolicos con otras instituciones de juventud.


19 Que se alienten las iniciativas de caracter ecuménico entre los grupos y organizaciones de juventud, segun las orientaciones de la Iglesia.


20 Que se considere la posibilidad y la conveniencia de contar con la colaboracion de seglares, y entre ellos de jovenes, con caracter de consultores, en los distintos Departamentos del CELAM.








EVANGELIZACION Y CRECIMIENTO DE LA FE



PASTORAL

6.- PASTORAL POPULAR



I. SITUACION


1 En la gran masa de bautizados de América Latina, las condiciones de fe, creencias y practicas cristianas son muy diversas, no solo de un pais a otro, sino entre regiones de un mismo pais, y entre los diversos niveles sociales. Se encuentran grupos étnicos semipaganizados: masas campesinas que conservan una profunda religiosidad y masas de marginados con sentimientos religiosos,

Hay un proceso de transformacion cultural y religiosa. La evangelizacion del continente experimenta serias dificultades, que se ven agravadas por la explosion demografica, las migraciones internas, los cambios socio-culturales, la escasez de personal apostolico y la deficiente adaptacion de las estructuras eclesiales.

Hasta ahora se ha contado principalmente con una pastoral de conservacion, basada en una sacramentalizacion con poco énfasis en una previa evangelizacion. Pastoral apta, sin duda, en una época en que las estructuras sociales coincidian con las estructuras religiosas, en que los medios de comunicacion (familia, escuela y otros), estaban impregnados de valores cristianos y donde la fe se transmitia casi por la misma inercia de la tradicion.

Hoy, sin embargo, las mismas transformaciones del continente exigen una revision de esa pastoral, a fin de que se adapte a la diversidad y pluralidad culturales del pueblo latinoamericano.


2 La expresion de la religiosidad popular es fruto de una evangelizacion realizada desde el tiempo de la Conquista, con caracteristicas especiales. Es una religiosidad de votos y promesas, de peregrinaciones y de un sinnumero de devociones, basada en la recepcion de los sacramentos, especialmente del bautismo y de la primera comunion, recepcion que tiene mas bien repercusiones sociales que un verdadero influjo en el ejercicio de la vida cristiana.

Se advierte en la expresion de la religiosidad popular una enorme reserva de virtudes auténticamente cristianas, especialmente en orden a la caridad, aun cuando muestre deficiencias su conducta moral. Su participacion en la vida cultural oficial es casi nula y su adhesion a la organizacion de la Iglesia es muy escasa.

Esta religiosidad, mas bien de tipo cosmico, en la que Dios es respuesta a todas las incognitas y necesidades del hombre, puede entrar en crisis, y de hecho ya ha comenzado a entrar, con el conocimiento cientifico del mundo que nos rodea.


3 Esta religiosidad pone a la Iglesia ante el dilema de continuar siendo la Iglesia universal o de convertirse en secta, al no incorporar vitalmente a si, a aquellos hombres que se expresan con ese tipo de religiosidad. Por ser Iglesia, y no secta, debera ofrecer su mensaje de salvacion a todos los hombres, corriendo quizas el riesgo de que no todos lo acepten del mismo modo y en la misma intensidad.

Los grados de pertenencia en toda sociedad humana son diversos; las lealtades, el sentido de solidaridad, no se expresan siempre del mismo modo. En efecto, los distintos grupos de personas captan de modo diverso los objetivos de la organizacion y responden de distintas maneras a los valores y normas que el grupo profesa.

Por otra parte, la sociedad contemporanea manifiesta una tendencia aparentemente contradictoria; una inclinacion a las expresiones masivas en el comportamiento humano y simultaneamente, como una reaccion, una tendencia hacia las pequenas comunidades donde pueden realizarse como personas.

Desde el punto de vista de la vivencia religiosa, sabemos que no todos los hombres aceptan y viven el mensaje religioso de la misma manera. Aun a nivel personal un mismo hombre experimenta etapas distintas en su respuesta a Dios, y, a nivel social, no todos manifiestan su religiosidad ni su fe de un modo univoco. El pueblo necesita expresar su fe de un modo simple, emocional, colectivo.


4 Al enjuiciar la religiosidad popular, no podemos partir de una interpretacion cultural occidentalizada, propia de las clases media y alta urbanas, sino del significado que esa religiosidad tiene en el contexto de la sub-cultura de los grupos rurales y urbanos marginados.

Sus expresiones pueden estar deformadas y mezcladas en cierta medida con un patrimonio religioso ancestral donde la tradicion ejerce un poder casi tiranico; tienen el peligro de ser facilmente influidas por practicas magicas y supersticiones que revelan un caracter mas bien utilitario y un cierto temor a lo divino, que necesitan de la intercesion de seres mas proximos al hombre y de expresiones mas plasticas y concretas. Esas manifestaciones religiosas pueden ser, sin embargo, balbuceos de una auténtica religiosidad, expresada con los elementos culturales de que se dispone.

En el fenomeno religioso existen motivaciones distintas que, por ser humanas, son mixtas, y pueden responder a deseos de seguridad, contingencia, importancia y simultaneamente a necesidad de adoracion, gratitud hacia el Ser Supremo. Motivaciones que se plasman y expresan en simbolos diversos. La fe llega al hombre envuelta siempre en un lenguaje cultural y por eso en la religiosidad natural pueden encontrarse gérmenes de un llamado de Dios.

En su camino hacia Dios, el hombre contemporaneo se encuentra en diversas situaciones. Esto reclama de la Iglesia, por una parte, una adaptacion de su mensaje y, por lo tanto, diversos modos de expresion en la presentacion del mismo. Por otra, exige a cada hombre, en la medida de lo posible, una aceptacion mas personal y comunitaria del mensaje de la revelacion.




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