CELAM - V. CONCLUSIONES

9.- LITURGIA



I. LINEAS GENERALES DE LA SITUACION ACTUAL EN AMERICA LATINA


1 Se comprueba la pluralidad de situaciones en la renovacion liturgica: mientras en unas partes dicha aplicacion se realiza con crecientes esfuerzos, en otras es aun débil. En general resulta insuficiente. Falta una mentalizacion sobre el contenido de la reforma, la cual es especialmente importante para el clero, cuyo papel en la renovacion liturgica es basico. Por lo demas, hay que reconocer que la variedad de culturas plantea dificiles problemas de aplicacion (lengua, signos).

Se tiene la impresion de que el Obispo no siempre ejerce de modo eficaz su papel de liturgo promotor, regulador y orientador del culto.

Si bien las traducciones liturgicas han significado un paso de avance, los criterios que para ello se han seguido no han permitido llegar al grado de adaptacion necesaria.

La liturgia no esta integrada organicamente con la educacion religiosa, echandose de menos la mutua compenetracion.

Son insuficientes los peritos capacitados para apoyar la renovacion liturgica.




II. FUNDAMENTACION TEOLOGICA Y PASTORAL

Elementos doctrinales


2 La presencia del Misterio de Salvacion, mientras la humanidad peregrina hacia su plena realizacion en la Parusia del Senor, culmina en la celebracion de la liturgia eclesial [SC 8, 12]. La liturgia es accion de Cristo Cabeza y de su Cuerpo que es la Iglesia [SC 7]. Contiene, por tanto, la iniciativa salvadora que viene del Padre por el Verbo y en el Espiritu Santo, y la respuesta de la humanidad en los que se injertan por la fe y la caridad en el Cristo recapitulador de todas las cosas [Cf. Ef 1, 10]. Como quiera que no vivimos aun en la plenitud del Reino [LG 3, 5], toda celebracion liturgica esta esencialmente marcada por la tension entre lo que ya es una realidad y lo que aun no se verifica plenamente [SC 8]; es imagen de la Iglesia a la vez santa y necesitada de purificacion [LG 8; SC 2]; tiene un sentido de gozo y una dolorosa conciencia del pecado. En una palabra, vive en la esperanza [LG 48; SC 8].


3 La liturgia, momento en que la Iglesia es mas perfectamente ella misma, realiza indisolublemente unida la comunicacion con Dios y entre los hombres [LG 1; SC 47], y de tal modo que aquélla es la razon de ésta. Si busca ante todo la alabanza de la gloria de la gracia [Cf. Ef 1, 6 12 14; SC 10], es consciente también de que todos los hombres necesitan de la gloria de Dios [Cf. Rom 3, 23; SC 10] para ser verdaderamente hombres. Y por lo mismo, el gesto liturgico no es auténtico si no implica un compromiso de caridad, un esfuerzo siempre renovado por sentir como siente Cristo Jesus [Fil 2, 5], y una continua conversion.

La institucion divina de la liturgia no puede jamas considerarse como un adorno contingente de la vida eclesial, puesto que "ninguna comunidad cristiana se edifica si no tiene su raiz en la celebracion de la Santisima Eucaristia, por la que ha de comenzarse toda educacion del espiritu de comunidad.

Esta celebracion, para ser sincera y plena, debe conducir tanto a las varias obras de caridad y a la mutua ayuda, como a la accion misionera y a las varias formas del testimonio cristiano" [PO 6].


4 En la hora presente de nuestra América Latina, como en todos los tiempos, la celebracion liturgica corona y comporta un compromiso con la realidad humana [GS 43], con el desarrollo y con la promocion, precisamente porque toda la creacion esta insertada en el designio salvador que abarca la totalidad del hombre [GS 41].

Principios pastorales


5 En la hora actual de nuestro continente, ciertos estados o momentos de la vida y ciertas actividades humanas representan una importancia vital para el futuro. Entre los primeros cabe destacar la familia, la juventud, la vida religiosa y el sacerdocio; entre las segundas, la promocion humana y todo lo que esta o puede ponerse a su servicio; la educacion, la evangelizacion y las diversas formas de accion apostolica.


6 Siendo la sagrada liturgia la presencia del Misterio de la Salvacion, mira en primer lugar a la gloria del Padre [SC 2]. Pero esa misma gloria se comunica a los hombres y por eso la celebracion liturgica, mediante el conjunto de signos con que ella expresa la fe, aporta:

a) Un conocimiento y una vivencia mas profunda de la fe [SC 38];

b) Un sentido de la trascendencia de la vocacion humana [GS 41];

c) Un robustecimiento del espiritu de comunidad [PO 26, 27];

d) Un mensaje cristiano de gozo y esperanza [SC 5, 6];

e) La dimension misionera de la vida eclesial [SC 2; AG 15];

f) La exigencia que plantea la fe de comprometerse con las realidades

humanas [GS 43].

Todas estas dimensiones deben estar presentes alli donde cada estado de vida realiza alguna actividad humana.


7 Para que la liturgia pueda realizar en plenitud estos aportes, necesita:

a) Una catequesis previa sobre el misterio cristiano y su expresion liturgica [SC 9 y 35,3];

b) Adaptarse y encarnarse en el genio de las diversas culturas [SC 37; AG 22; GS 44];

c) Acoger, por tanto, positivamente la pluralidad en la unidad, evitando erigir la uniformidad como principio "a priori" [SC 37; LG 13];

d) Mantenerse en una situacion dinamica que acompane cuanto hay de sano en el proceso de la evolucion de la humanidad [GS 1, 42];

e) Llevar a una experiencia vital de la union entre la fe, la liturgia y la vida cotidiana, en virtud de la cual llegue el cristiano al testimonio de Cristo [SC 11, 48];

No obstante, la liturgia, que interpela al hombre, no puede reducirse a la mera expresion de una realidad humana, frecuentemente unilateral o marcada por el pecado, sino que la juzga, conduciéndola a su pleno sentido cristiano.




III. RECOMENDACIONES

Referentes al Obispo


8 El Concilio Vaticano II reconoce al Obispo el derecho a reglamentar la liturgia y le urge el deber de promoverla en el seno de la Iglesia local [SC 22 1, 41; CD 15; LG 15, 26]. A él le incumbe:

a) Ante todo la responsabilidad pastoral de promover singular y colectivamente la vida liturgica;

b) Celebrar frecuentemente como "gran sacerdote de su grey", rodeado de su presbiterio y ministros en medio de su pueblo [SC 41];

c) Una funcion moderadora "ad normam juris" y segun el espiritu de la Constitucion de Sagrada Liturgia [SC 22 1; IO 22];

d) Valerse de la Comision diocesana o interdiocesana recomendadas por el Concilio, compuestas de expertos en liturgia, Biblia, pastoral, musica y arte sacro [SC 45, 46; IO 47].

Referentes a las Conferencias Episcopales


9 La renovacion comunitaria y jerarquica necesita, ademas, de la intervencion de "diversas asambleas territoriales de Obispos legitimamente constituidas [SC 22 2]. A ellas corresponde una funcion reglamentarla, dentro de los limites establecidos, que asegure la fidelidad de la imagen eclesial que cada comunidad cristiana debe ofrecer de la Iglesia universal.


10 Para lograr estas finalidades, la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano:

a) Desea que se confieran a las Conferencias Episcopales facultades mas amplias en materia liturgica, a fin de poder realizar mejor las adaptaciones necesarias, teniendo en cuenta las exigencias de cada asamblea;

b) Recomienda que, dadas las peculiares circunstancias de los territorios misionales, sus Ordinarios se reunan para estudiar las adaptaciones necesarias y presentarlas a la autoridad competente [SC 40].

Servicios del CELAM


11 La coincidencia de problemas comunes y la necesidad de contar con grupos de expertos debidamente preparados, aconsejan, ademas, el incremento de los servicios que puede proporcionar el Departamento de Liturgia del CELAM. Tales son:

a) Un servicio de informacion, documentacion bibliografica y coordinacion, prestado por el Secretariado Ejecutivo del Departamento, que se propone mantener en permanente comunicacion a los Episcopados de Latinoamérica;

b) Un servicio de la investigacion y formacion que ya ha comenzado a prestar el Instituto de Liturgia Pastoral de Medellin, con vistas a la adaptacion mas profunda de la liturgia a las necesidades y culturas de América Latina [SC 15, 16, 44]. Para ello es necesario que se comprenda y facilite la agrupacion de expertos tanto en liturgia, Sagrada Escritura y pastoral, como en ciencias antropologicas, cuyos trabajos abran el camino a un progreso legitimo [SC 23];

c) Una oficina de coordinacion de los musicologos, artistas y compositores para aunar los esfuerzos que se estan realizando en nuestras naciones, en orden a proporcionar una musica digna de los sagrados misterios [SC 46, 119];

d) Un servicio de asesoramiento técnico, tanto para la conservacion del patrimonio artistico, como para la promocion de nuevas formas artisticas [SC 126, 129];

e) Un servicio editorial para diversas publicaciones que sirvan de instrumento valioso para la pastoral liturgica, sin que interfiera el ambito de otras publicaciones.

Los servicios mencionados presuponen la existencia de bibliotecas especializadas suficientemente provistas.

Sugerencias particulares


12 La celebracion de la Eucaristia en pequenos grupos y comunidades de base puede tener verdadera eficacia pastoral; a los obispos corresponde permitirla teniendo en cuenta las circunstancias de cada lugar.


13 A fin de que los sacramentos alimenten y robustezcan la fe en la situacion presente de Latinoamérica, se aconseja establecer, planificar e intensificar una pastoral sacramental comunitaria, mediante preparaciones serias, graduales y adecuadas para el bautismo (a los padres y padrinos), confirmacion, primera comunion y matrimonio [SC 59].

Es recomendable la celebracion comunitaria de la penitencia mediante una celebracion de la Palabra y observando la legislacion vigente, porque contribuye a resaltar la dimension eclesial de este sacramento y hace mas fructuosa la participacion en el mismo.


14 Foméntense las sagradas celebraciones de la Palabra, conservando su relacion con los sacramentos en los cuales ella alcanza su maxima eficacia, y particularmente con la Eucaristia [SC 35 4]. Promuévanse las celebraciones ecuménicas de la Palabra, a tenor del Decreto sobre Ecumenismo NE 8 y segun las normas del Directorio Nros. 33-55


15 Siendo tan arraigadas en nuestro pueblo ciertas devociones populares, se recomienda buscar formas mas a proposito que les den contenido liturgico, de modo que sean vehiculos de fe y de compromiso con Dios y con los hombres [SC 13].








LA IGLESIA VISIBLE Y SUS ESTRUCTURAS



LAICOS

10.- MOVIMIENTOS DE LAICOS

I. HECHOS




1 Nos proponemos revisar la dimension apostolica de la presencia de los laicos en el actual proceso de transformacion de nuestro continente.

Para una revision mas completa deberan ser tenidas en cuenta otras consideraciones de esta misma Conferencia Episcopal, relativas al compromiso de los laicos, en orden a la Justicia y la Paz, la Familia y demografia, Juventud y otras.


2 Recordemos, una vez mas, las caracteristicas del momento actual de nuestros pueblos en el orden social: desde el punto de vista objetivo, una situacion de subdesarrollo, delatada por fenomenos masivos de marginalidad, alienacion y pobreza, y condicionada, en ultima instancia, por estructuras de dependencia economica, politica y cultural con respecto a las metropolis industrializadas que detentan el monopolio de la tecnologia y de la ciencia (neocolonialismo) [PP 19, 26, 57, 59 etc.]. Desde el punto de vista subjetivo, la toma de conciencia de esta misma situacion, que provoca en amplios sectores de la poblacion latinoamericana actitudes de protesta y aspiraciones de liberacion, desarrollo y justicia social [PP 9].

Esta compleja realidad situa historicamente a los laicos latinoamericanos ante el desafio de un compromiso liberador y humanizante.


3 Por otra parte, la modernizacion refleja de los sectores mas dinamicos de la sociedad latinoamericana, acompanada por la creciente tecnificacion y aglomeracion urbana, se manifiesta en fenomenos de movilidad, socializacion y division de trabajo. Tales fenomenos tienen por efecto la importancia creciente de los grupos y ambientes funcionales -fundados sobre el trabajo, la profesion o funcion-, frente a las comunidades tradicionales de caracter vecinal o territorial.

Dichos medios funcionales constituyen en nuestros dias los centros mas importantes de decision en el proceso del cambio social, y los focos donde se condensa al maximo la conciencia de la comunidad.

Estas nuevas condiciones de vida obligan a los movimientos de laicos en América Latina a aceptar el desafio de un compromiso de presencia, adaptacion permanente y creatividad


4 La insuficiente respuesta a estos desafios, y muy especialmente, la inadecuacion a las nuevas formas de vida que caracterizan a los sectores dinamicos de nuestra sociedad, explican en gran parte las diferentes formas de crisis que afectan a los movimientos de apostolado de los laicos.

En efecto, ellos cumplieron una labor decisiva en su tiempo. Pero, por circunstancias posteriores, o se encerraron en si mismos, o se aferraron indebidamente a estructuras demasiado rigidas, o no supieron ubicar debidamente su apostolado en el contexto de un compromiso historico liberador.

Por otra parte, muchos de ellos no reflejan un medio sociologico compacto ni han adoptado quizas la organizacion y la pedagogia mas apropiadas para un apostolado de presencia y compromiso en los ambientes funcionales donde se gesta, en gran parte, el proceso de cambio social.


5 Pueden senalarse también, entre los factores que han favorecido la crisis de muchos movimientos, la débil integracion del laico latinoamericano en la Iglesia, el frecuente desconocimiento, en la practica, de su legitima autonomia, y la falta de asesores debidamente preparados para las nuevas exigencias del apostolado de los laicos.


6 Finalmente, no es posible desconocer los valiosos servicios que los movimientos de laicos han prestado y continuan prestando con renovado vigor a la promocion cristiana del hombre latinoamericano. Su presencia en muchos ambientes, pese a los obstaculos y a las dolorosas crisis de crecimiento, es cada vez mas efectiva y notoria. Por otra parte no puede dejarse de ver el trabajo y la reflexion de muchas generaciones de militantes cristianos.




II. CRITERIOS TEOLOGICO-PASTORALES


7 En el seno del Pueblo de Dios, que es la Iglesia, hay unidad de mision y diversidad de carismas, servicios y funciones, "obra del unico c idéntico Espiritu" [1 Cor 12, 11], de suerte que todos, a su modo, cooperan unanimemente en la obra comun [LG 32, 33].


8 Los laicos, como todos los miembros de la Iglesia, participan de la triple funcion profética, sacerdotal y real de Cristo, en vista al cumplimiento de su mision eclesial. Pero realizan especificamente esta mision en el ambito de lo temporal, en orden a la construccion de la historia, "gestionando los asuntos temporales y ordenandolos segun Dios" [LG 31].


9 Lo tipicamente laical esta constituido, en efecto, por el compromiso en el mundo, entendido éste como marco de solidaridad humana, como trama de acontecimientos y hechos significativos, en una palabra, como historia.

Ahora bien, comprometerse es ratificar activamente la solidaridad en que todo hombre se halla inmerso, asumiendo tareas de promocion humana en la linea de un determinado proyecto social.

El compromiso asi entendido, debe estar marcado en América Latina por las circunstancias peculiares de su momento historico presente, por un signo de liberacion, de humanizacion y de desarrollo.

Por demas esta decir que el laico goza de autonomia y responsabilidad propias en la opcion de su compromiso temporal. Asi se lo reconoce la "Gaudium et spes" cuando dice que los laicos "conscientes de las exigencias de la fe y vigorizados con sus energias, acometan sin vacilar, cuando sea necesario, nuevas iniciativas y llévenlas a buen término... No piensen que sus pastores estén siempre en condiciones de poderles dar inmediatamente solucion concreta en todas las cuestiones, aun graves, que surjan. No es ésta su mision. Cumplan mas bien los laicos su propia funcion con la luz de la sabiduria cristiana y con la observancia atenta de la doctrina del Magisterio" [GS 43]. Y, como lo dice el llamamiento final de la "Populorum progressio", "a los seglares corresponde, con su libre iniciativa y sin esperar pasivamente consignas y directrices, penetrar de espiritu cristiano la mentalidad y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en que viven" [PP 81]


10 Por mediacion de la conciencia, la fe, que opera por la caridad, esta presente en el compromiso temporal del laico como motivacion, iluminacion y perspectiva escatologica que da su sentido integral a los valores de dignidad humana, union fraterna y libertad, que volveremos a encontrar limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados en el Dia del Senor [LG 39]. "Ensena también la Iglesia que la esperanza escatologica no merma la importancia de las tareas temporales, sino que mas bien proporciona nuevos motivos de apoyo para su ejercicio" [GS 21].


11 Ahora bien, como la fe exige ser compartida e implica, por lo mismo, una exigencia de comunicacion o de proclamacion, se comprende la vocacion apostolica de los laicos en el interior, y no fuera, de su propio compromiso temporal.

Mas aun, al ser asumido este compromiso en el dinamismo de la fe y de la caridad, adquiere en si mismo un valor que coincide con el testimonio cristiano. La evangelizacion del laico, en esta perspectiva, no es mas que la explicacion o la proclamacion del sentido trascendente en este testimonio.

Viviendo "en las ocupaciones del mundo y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, con las que su existencia esta como entretejida", los laicos estan llamados por Dios alli "para que, desempenando su propia profesion, guiados por el espiritu evangélico, contribuyan a la santificacion del mundo como desde dentro, a modo de fermento... A ellos corresponde iluminar y ordenar las realidades temporales a las cuales estan estrechamente vinculados" [LG 31].


12 El apostolado de los laicos tiene mayor transparencia de signo y mayor densidad eclesial cuando se apoya en el testimonio de equipos o de comunidades de fe, a las que Cristo ha prometido especialmente su presencia aglutinante [Cf. Mt 18, 20]. De este modo los laicos cumpliran mas cabalmente con su mision de hacer que la Iglesia "acontezca" en el mundo, en la tarea humana y en la historia.




III. RECOMENDACIONES PASTORALES


13 . Conforme a las obvias prioridades derivadas de la situacion latinoamericana arriba descrita, y en armonia con los progresos de la teologia del laicado, inspirada en el Vaticano II, promuévase con especial énfasis y urgencia la creacion de equipos apostolicos o de movimientos laicos en los ambientes o estructuras funcionales, donde se elabora y decide en gran parte el proceso de liberacion y humanizacion de la sociedad a que pertenece; se los dotara de una coordinacion adecuada y de una pedagogia basada en el discernimiento de los signos de los tiempos en la trama de los acontecimientos.


14 Apoyese y aliéntese decididamente, alli donde ya existen, dichos equipos o movimientos; y no se abandone a sus militantes, cuando, por las implicaciones sociales del Evangelio, son llevados a compromisos que comportan dolorosas consecuencias.


15 Reconociendo la creciente interdependencia entre las naciones y el peso de estructuras internacionales de dominacion que condicionan en forma decisiva el subdesarrollo de los pueblos periféricos, asuman también los laicos su compromiso cristiano en el nivel de los movimientos y organismos internacionales para promover el progreso de los pueblos mas pobres y favorecer la justicia de las naciones.


16 Los movimientos de apostolado laical, situados en el plano de una mas estrecha colaboracion con la Jerarquia, que tanto han contribuido a la accion de la Iglesia, siguen teniendo vigencia como apostolado organizado. Han de ser, por lo tanto, promovidos; evitando, sin embargo, ir mas alla del limite de vida util de asociaciones y métodos anticuados" [AA 19].


17 Promuévase una genuina espiritualidad de los laicos a partir de su propia experiencia de compromiso en el mundo, ayudandoles a entregarse a Dios en el servicio de los hombres y ensenandoles a descubrir el sentido de la oracion y de la liturgia como expresion y alimento de esa doble reciproca entrega. "Siguiendo el ejemplo de Cristo, quien ejercio el artesanado, alégrense los cristianos de poder ejercer todas sus actividades temporales haciendo una sintesis vital del esfuerzo humano, familiar, profesional, cientifico o técnico, con los valores religiosos, bajo cuya altisima jerarquia todo coopera a la gloria de Dios" [GS 43].


18 Préstese el debido reconocimiento y apoyo a los distintos movimientos internacionales de apostolado de los laicos, que a través de sus organismos de coordinacion promueven y edifican con tanto sacrificio este apostolado en el continente, atentos a las exigencias peculiares de su problematica social.




IV. MOCIONES


19 La Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano formula votos para que cuanto antes procedan las Conferencias Episcopales Nacionales a la realizacion de los estudios necesarios para cumplir lo establecido en el numero 26 del Decreto "Apostolicam actuositatem", en su propio ambito nacional, para crearse un consejo que ayude a la "obra apostolica de la Iglesia, tanto en el campo de la evangelizacion y de la santificacion, como en el caritativo, social y otros semejantes".


20 Y pide al CELAM proceda también a realizar un estudio, en colaboracion con los laicos interesados en las diversas naciones latinoamericanas, acerca de la posibilidad, oportunidad y forma de crear un consejo semejante en el plano regional latinoamericano, como esta previsto en el parrafo citado, para disponer de una adecuada plataforma de encuentro, estudio, dialogo y servicio a nivel continental.



11.- SACERDOTES



I. OBSERVACIONES SOBRE LA SITUACION ACTUAL



Motivacion


1 Los grandes cambios del mundo de hoy en América Latina afectan necesariamente a los presbiteros en su ministerio y en su vida.

Por ello, los Obispos hemos querido reflexionar con el proposito de contribuir a orientar la renovacion sacerdotal en esta hora compleja del continente.

Diversidad de situaciones concretas


2 Las consecuencias de los cambios no son las mismas en todos los paises ni en todos los sectores de cada pais. Afectan de un modo particular a las personas jovenes y a los sacerdotes que estan comprometidos en los puntos claves de la presente situacion de cambio.

Estas consecuencias se caracterizan de modo especial por la mayor valorizacion de algunos aspectos del ministerio y de la vida sacerdotal, y por el eclipse de otros.

En ambos casos se dan elementos positivos y negativos. La suma de ellos resulta mas bien constructiva y generadora de esperanzas.

Lo cuantitativo y lo cualitativo en la distribucion de los sacerdotes


3 . Corno causa global de la insuficiencia pastoral en América Latina mucho se trae a cuenta la escasez numérica de los presbiteros, mas aun cuando se la pondera en relacion con el crecimiento demografico.

Esto es verdad, a pesar de la generosa integracion de presbiteros de iglesias hermanas y a pesar de que no pocas familias religiosas procuran establecer fundaciones en zonas no suficientemente provistas de clero diocesano.

Reconocemos, con todo, que hay errores de orden distributivo que influyen en la calidad del trabajo pastoral:

a) Lo primero que hiere la vista es la excesiva acumulacion de personal en las iglesias desarrolladas, y la ausencia de elementos en regiones necesitadas, en la misma nacion y hasta en la misma diocesis o ciudad;

b) Hay iglesias que abundan en clero parroquial, pero carecen de sujetos especializados. hay regiones e iglesias que se beneficiarian, si recibieran (siquiera temporalmente), la ayuda de sacerdotes especializados cuyos servicios no se aprovechan suficientemente.

Consideracion de los carismas sacerdotales


4 El sacerdote jerarquico es enriquecido ciertamente por la accion renovadora del Espiritu Santo, que provee siempre de carismas a su Iglesia.

Es, sin embargo, posible comprobar en este campo que los Superiores no siempre prestan la suficiente atencion a la diferenciacion carismatica; lo que afecta negativamente a una mayor eficacia del ministerio sacerdotal.

Por otra parte, no faltan sacerdotes que confunden los dones del Espiritu Santo con simples inclinaciones naturales e intereses individuales, sin tener debidamente en cuenta las perspectivas de la comunidad, para cuyo servicio son otorgados los carismas.

Aspectos de crisis personal


5 Existe, ante todo, un peligro para la misma fe del presbitero de hoy.

Contribuye a ello todo un conjunto de elementos de especial complejidad.

Cabe senalar principalmente cierta superficialidad en la formacion mental y una inseguridad doctrinal, ocasionadas tanto por el imperante relativismo ideologico y por cierta desorientacion teologica, como por los actuales avances, sobre todo de las ciencias antropologicas y de las ciencias de la Revelacion, de los que muchos presbiteros no poseen la necesaria informacion o no han llegado a tener una suficiente asimilacion de sintesis.

Se percibe, ademas, en esta hora de transicion, una creciente desconfianza en las estructuras historicas de la Iglesia, que lleva en algunos al menosprecio de todo lo institucional, comprometiendo los mismos aspectos de institucion divina.

Nos parece que este peligro para la fe es, en definitiva, el elemento mas pernicioso para el presbitero de hoy.


6 El sacerdote de hoy siente la necesidad de una expresion mas vivencial de su oracion, de su ascesis y de su consagracion.

La superacion de la dicotomia entre la Iglesia y el Mundo y la necesidad de una mayor presencia de la fe en los valores temporales, exigen la adopcion de nuevas formas de espiritualidad segun las orientaciones del Vaticano II.

No pocos presbiteros, antes de asegurar un transito valedero a formas nuevas, se emancipan de lo tradicional con el riesgo de caer en un desastroso debilitamiento de su vida espiritual.

Este decaimiento de la espiritualidad es particularmente peligroso, porque el presbitero transfiere facilmente su propia crisis a la comunidad en la que vive.


7 En relacion con el celibato sacerdotal, un laudable ahondamiento en el valor afectivo de la persona humana y una exacerbacion del erotismo en el medio ambiente, unidos al frecuente descuido de la vida espiritual y a otras causas, han abierto camino a nueva y variada problematica.

Unos apoyan sus argumentos en razones de tipo pastoral o sicologico, o aducen reflexiones teologicas que delimitan la distincion entre carisma y ministerio; mientras otros pretenden disminuir la fuerza misma del compromiso contraido en la consagracion.


8 En el ministerio presbiterial es facil advertir hoy una tension entre las nuevas exigencias de la mision y cierto modo de ejercer la autoridad, que puede implicar una crisis de obediencia.

La conciencia mas viva de la dignidad y responsabilidad de la persona, la mayor sensibilidad actual por el orden de los valores mas bien que por el orden de las normas, la nueva concepcion del ministerio jerarquico como estructura colegial, el sentido de la autoridad como servicio, la distincion entre la obediencia especifica del religioso y la obediencia propia del presbitero [PC 14; PO 15], son rasgos de un nuevo clima muy positivo, pero portador de tensiones.

Si a ello se agregan los defectos inevitables de las personas, se comprendera facilmente la presencia de un conjunto de problemas delicados en el ejercicio del ministerio sacerdotal.

En este orden de cosas cabe senalar, sobre todo, un peligroso ofuscamiento, en algunos, del valor del magisterio papal y episcopal, que pueda conllevar no solo una falta de obediencia, sino de fe.


9 . También surgen dudas en lo que concierne a la propia vocacion sacerdotal. Las motivan varios factores caracteristicos de esta hora de renovacion eclesial:

a) La creciente valoracion del papel del laico en el desarrollo del mundo y de la Iglesia;

b) La discusion moderna sobre el papel y la figura del sacerdote en la sociedad;

c) La superficialidad con que se percibe y vive el propio sacerdocio, en servicios religiosos de rutina y en una forma de vida aburguesada.


10 Se da también una crisis en sacerdotes que por su edad y por la formacion recibida se sienten como incapacitados para asumir los cambios de renovacion promovidos por el Concilio.


11 Muchos sacerdotes lamentan que la revision del régimen beneficial, lenta por su propia complejidad, mantenga aun a sus iglesias en lamentable penuria y demanden a cuantos seran afectados por las imprescindibles reformas administrativas, que faciliten la pronta aplicacion de las indicaciones conciliares.




II. ELEMENTOS DE REFLEXION PASTORAL

Sacerdocio de Cristo


12 En la Nueva Alianza, Cristo Jesus, Senor resucitado, es el unico Sacerdote, Mediador siempre activo ante el Padre en favor de los hombres.

El Ministerio jerarquico de la Iglesia, sacramento en la tierra de esta unica mediacion, hace que los sacerdotes actuen entre los hombres "in persona Christi".

A ellos también se aplica participativamente lo que Pablo VI dijera de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: "no eres diafragma, sino cauce; no eres obstaculo, sino camino; no eres un profeta cualquiera, sino el intérprete unico y necesario del misterio religioso... Tu eres el puente entre el reino de la tierra y el reino del cielo... Tu eres necesario, eres suficiente para nuestra salvacion..." [Pablo VI, Bogota, 22/08/68].


13 En su sacerdocio Cristo ha unificado la triple funcion de Profeta de Liturgo y de Pastor, estableciendo con ello una peculiar originalidad en el ministerio sacerdotal de su Iglesia.

Por eso los sacerdotes, aun dedicados a tareas ministeriales en las que se acentuan algunos de los aspectos de esta triple mision, ni deberan olvidar los otros, ni debilitar la intrinseca unidad de la accion total de su ministerio, porque el sacerdocio de Cristo es indivisible [PO 8].

Comunion jerarquica


14 En el Cuerpo mistico de Cristo, los obispos y los presbiteros son consagrados por el sacramento del orden para ejercer el sacerdocio ministerial como un conjunto organico que manifiesta y hace presente a Cristo Cabeza. Los presbiteros, tanto diocesanos como religiosos, son incorporados a este conjunto organico para ser cooperadores del Orden episcopal [LG 21].

De ahi se deduce, como consecuencia inevitable, la intima union de amistad, de amor, de preocupaciones, intereses y trabajos, entre obispos y presbiteros, de manera que no se pueda concebir un obispo desligado o ajeno a sus presbiteros, ni un presbitero alejado del ministerio de su obispo. Asi todos los sacerdotes, vinculados entre si por una verdadera "fraternidad sacramental" [PO 8], deben saber convivir y actuar unidos en la solidaridad de una misma consagracion.


15 La adecuada corresponsabilidad entre obispos y presbiteros pide el ejercicio de un dialogo, en el que haya mutua libertad y comprension, tanto con respecto a los asuntos a tratar como a la manera de discutirlos.

Esto ayudara a comprender mejor la mision comun del sacerdocio ministerial y aportara un clima nuevo, en el cual sera mas facil superar ciertas tensiones de obediencia, por la busqueda en comunion de la voluntad del Padre.

Comunidad eclesial


16 Los obispos, junto con los presbiteros, han recibido "el ministerio de la comunidad" [LG 20], por el cual deben dedicarse a edificar y a guiar la comunidad eclesial como signos e instrumentos de su unidad [PO 6].

Los presbiteros actuan en la comunidad como miembros especificos que comparten con todo el Pueblo de Dios el mismo misterio y la misma y unica mision salvadora.

En la comunidad los laicos, por su sacerdocio comun, gozan del derecho y tienen el deber de aportar una indispensable colaboracion a la accion pastoral. Por esto, es deber de los sacerdotes dialogar con ellos no de una manera ocasional, sino de modo constante e institucional [AA 3].

Lo mismo digase con respecto a las religiosas y a los religiosos no presbiteros.

Servicio del mundo


17 Todo sacerdote ministerial es tomado de entre los hombres y constituido en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios [Cf. Heb b5, 1].

La consagracion sacramental del orden situa al sacerdote en el mundo para el servicio de los hombres.

Es de particular importancia subrayar que la "consagracion" sacerdotal es conferida por Cristo en orden a la "mision" de salvacion del hombre.

Esto exige en todo sacerdote una especial solidaridad de servicio humano, que se exprese en una viva dimension misionera, que le haga poner sus preocupaciones ministeriales al servicio del mundo con su grandioso devenir y con sus humillantes pecados; e implica también un contacto inteligente y constante con la realidad, de tal modo que su consagracion resulte una manera especial de presencia en el mundo, mas bien que una segregacion de él [PO 3].


18 El mundo latinoamericano se encuentra empenado en un gigantesco esfuerzo por acelerar el proceso de desarrollo en el continente.

En esta tarea corresponde al sacerdote un papel especifico e indispensable. El no es meramente un promotor del progreso humano.

Descubriendo el sentido de los valores temporales, debera procurar conseguir la "sintesis del esfuerzo humano, familiar, profesional, cientifico o técnico, con los valores religiosos, bajo cuya altisima jerarquia todo coopera a la gloria de Dios" [GS 43].

Para ello ha de procurar, por la palabra y la accion apostolica suya y de la comunidad eclesial, que todo el quehacer temporal adquiera su pleno sentido de liturgia espiritual, incorporandolo vitalmente en la celebracion de la Eucaristia.


19 Para promover el desarrollo integral del hombre formara a los laicos y los animara a participar activamente con conciencia cristiana en la técnica y elaboracion del progreso. Pero en el orden economico y social, y principalmente en el orden politico, en donde se presentan diversas opciones concretas, al sacerdote como tal no le incumbe directamente la decision, ni el liderazgo, ni tampoco la estructuracion de soluciones.




CELAM - V. CONCLUSIONES