CELAM - II. ELEMENTOS DE REFLEXION PASTORAL


III. ALGUNAS CONCLUSIONES DE ORIENTACION

Espiritualidad


20 La espiritualidad sacerdotal ha de ser una vivencia personal, intrinsecamente vinculada con su accion ministerial [PO 13].

Entre todas las exigencias de esta espiritualidad ninguna es superior ni mas necesaria que la de una profunda y permanente vida de fe.

Por ella el sacerdote debe hacer visible la perfecta unidad de Cristo con el Padre: "quien me ve a Mi, ve al Padre" [Jn 14, 9], y poder testificar con San Pablo: "sed mis imitadores, como yo lo soy de Cristo" [1 Cor 11, 1].

Importa, pues, ante todo, que el sacerdote sea el hombre de oracion por antonomasia.

Un sacerdote cuya vida no fuere testimonio de este espiritu de fe, jamas podra ser reconocido como digno ministro de Cristo, el Senor.


21 La caridad pastoral infundida por el sacramento del orden debe impulsar hoy a los sacerdotes a trabajar mas que nunca por la unidad de los hombres, hasta dar la vida por ellos, como lo hiciera el Buen Pastor [PO 13].

En el ejercicio de esta caridad que une al sacerdote intimamente con la comunidad, se encontrara el equilibrio de la personalidad humana hecha para el amor, y se redescubriran las grandes riquezas contenidas en el carisma del celibato en toda su vision cristologica, eclesiologica, escatologica y pastoral [PO 16; "Sacerdotalis coelibatus"].

Ministerio


22 Una clara consecuencia de la orientacion conciliar es la superacion de la uniformidad en la figura del presbitero; los sacerdotes "... ora ejerzan el ministerio parroquial o supraparroquial, ora se dediquen a la investigacion o la ensenanza, ora trabajen con sus manos compartiendo la suerte de los obreros mismos... ora, en fin, lleven a cabo otras obras apostolicas u ordenadas al apostolado" [PO 8], ejerceran su ministerio en consonancia con las exigencias pastorales de las diferencias carismaticas.

Es menester, sin embargo, recordar con respecto a los carismas, que corresponde a los que presiden la Iglesia juzgar de la autenticidad y ordenado ejercicio de tales dones [LG 12; AA 3]. En este campo ha de tenerse en cuenta una planificacion pastoral, para la mejor distribucion de los sacerdotes, tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo.

Dialogo y cooperacion


23 En vista de la comunion jerarquica del ministerio sacerdotal se sugiere asegurar en forma institucionalizada la adecuada corresponsabilidad de los presbiteros con el orden episcopal.


24 Tiene extraordinaria importancia dar vida a los "Consejos de Pastoral", que son innegablemente una de las instituciones mas originales sugeridas por el Concilio y uno de los mas eficientes instrumentos de la renovacion de la Iglesia en su accion de Pastoral de conjunto.


25 Es contrario al profundo sentido de unidad del presbiterio, el aislamiento en que viven tantos sacerdotes.

Para que pueda realmente compartirse la comun responsabilidad sobre la Iglesia local, recomendamos vivamente que se fomente la vida de los equipos sacerdotales en sus diversas formas.

Establézcanse centros sacerdotales donde puedan reunirse en un ambiente fraternal y de frecuente contacto con el obispo, todos los presbiteros con miras a su perfeccionamiento persona

Valores culturales


26 Es hoy urgente hacer posible la renovacion cultural de los presbiteros proporcionandoles tiempo y medios adecuados.

En primer lugar, sera necesario ayudarles a asimilar con profundidad las grandes orientaciones teologicas del Concilio y los principales progresos de las ciencias de la Revelacion [PO 19].

Junto con ello, es necesaria una mayor adaptacion a todo el progreso humano; la mision del presbitero, en efecto, exige una cultura encarnada y dinamica, constantemente actualizada y profundizada, que no se reduzca a un mero cultivo intelectual, sino que abarque todo el sentido de la "humanitas", enriquecida con sus valores vividos sacerdotalmente [PO 3].

Estilo y subsistencia


27 Una de las caracteristicas indispensables de la espiritualidad sacerdotal, especialmente requeridas por nuestra situacion continental, es la pobreza evangélica.

Los presbiteros han de ser testigos del Reino, siendo pobres de corazon e imitando a Jesucristo, pero valorando y usando pastoralmente los bienes economicos en favor de Cristo pobre, que se hace cotidianamente presente en los necesitados [PO 17].

La pobreza evangélica, que es vivida en la Iglesia de acuerdo a distintas vocaciones, tendra que concretarse, para los presbiteros diocesanos, en un estilo de vida que les dé las posibilidades economicas que se adecuen a un ministerio de especial situacion comunitaria.

Sera preocupacion de los obispos con su presbiterio, cuidar de la realizacion concreta de un sistema de sustentacion de los presbiteros que, por una parte, evite toda apariencia de lucro en relacion con lo sagrado y, por otra, distribuya equitativamente los ingresos diocesanos reunidos solidariamente por todas las parroquias [PO 21].

En particular las Conferencias Episcopales deberan conseguir cuanto antes el funcionamiento de una adecuada prevision social para el clero.




IV . SALUDO FRATERNAL

A nuestros Presbiteros


28 Los obispos nos sentimos unidos a todos los queridos hermanos que, en la serenidad y en la paz, vienen afrontando problemas e inquietudes que ponen de relieve la riqueza de su amor a la Iglesia y a los hombres.

Unidos, trataremos de dar nuestra respuesta a los problemas del hombre actual. Reflexionaremos juntos apoyandonos en el don de Dios para discernir los signos de los tiempos. Encontraremos en el Evangelio la imagen mas nitida de Cristo, el Senor.

Contamos con su ayuda para llevar a cabo este servicio en una Iglesia que acomete con gozo y confianza la tarea de conducir con Cristo, Pastor Eterno, los hombres todos a la casa del Padre.

Es de justicia, en particular, manifestar nuestro reconocimiento a todos los sacerdotes que, en un pasado remoto y proximo, vivieron, trabajaron y se entregaron por los pueblos de América Latina.

No podemos tampoco dejar de testimoniar nuestro intimo reconocimiento a los numerosos sacerdotes y religiosos de iglesias hermanas que, dejando patria, tradiciones y amigos, han venido a sumarse a la tarea apostolica que solos no podriamos llenar.

A los que estan en crisis


29 Nos dirigimos, ademas, a los queridos cooperadores que estan padeciendo las angustias de muy variadas crisis después de anos vividos en la fidelidad y la abnegacion. Sabemos que su situacion es fruto, a veces y en parte, de sinceridad y autenticidad. Exista entre nosotros una reciproca confianza, y a pesar de nuestras deficiencias y hasta posibles, aunque no intencionadas, fallas, crean con espiritu elevado que nosotros somos también responsables de ellos ante el Padre, por disposicion divina.

Permitan que les ayudemos y, en la convivencia con los hermanos presbiteros que viven y sufren en la vina del Senor, busquen amparo y solidaridad.

Por encima de todo, no se alejen del contacto intimo y confiado con Cristo, que no los considera siervos, sino amigos, y sepan que por ellos oramos al Padre de las luces.

A los que se alejaron


30 A los presbiteros que, con consentimiento de la autoridad competente, o sin él, como resultado de una crisis, que en ultima instancia solo a Dios corresponde juzgar, se alejaron del ministerio, les decimos que los sabemos marcados con el sello del sacerdocio y que los respetamos como hermanos, amandolos como hijos.

Encontraran siempre nuestro corazon abierto para prestarles ayuda, en la medida de nuestras posibilidades, para que, conservando o recuperando el vinculo visible de la unidad esencial en la Iglesia de Cristo, den testimonio del Reino para el cual fueron consagrados.



12.- RELIGIOSOS



I. MISION DEL RELIGIOSO


1 La caridad con que amamos a Dios y al projimo es la unica santidad que cultivan todos los que, guiados por el Espiritu Santo, siguen a Cristo en cualquier estado de vida y profesion a la que han sido llamados [LG 41, 42].

En la Iglesia "todos son llamados a la santidad" [LG 39], tanto los que pertenecen a la Jerarquia, como los laicos y religiosos; santidad que se realiza mediante la imitacion del Senor, por amor. Por el bautismo el cristiano inicio su configuracion con Cristo [LG 7] que luego, por la accion de Dios y la fidelidad del hombre, ha de ir creciendo hasta llegar a la edad perfecta de la plenitud de Cristo [Cf. Ef 4, 13]. Cada uno ha de procurar alcanzar la santidad viviendo la caridad segun las caracteristicas propias de su estado de vida.


2 En estos momentos de revision, muchos se preguntan cual es el puesto que ocupa el religioso en la Iglesia y en qué consiste su vocacion especial dentro del Pueblo de Dios.

A lo largo de la historia de la Iglesia, la vida religiosa ha tenido siempre, y ahora con mayor razon, una mision profética: ha de ser testimonio escatologico. Todo cristiano -religioso o laico- ha de buscar el Reino de Dios identificandose, por amor, con Cristo en el misterio de su Encarnacion, Muerte y Resurreccion, que culmina en la escatologia. Pero lo propio del religioso, lo mas caracteristico, es entregar toda su vida al servicio de Dios, viviendo asi la caridad, mediante "una peculiar consagracion que se funda intimamente en la del bautismo y la expresa con mayor plenitud" [PC 5]. Esta consagracion peculiar es un compromiso a vivir con mayor intensidad el aspecto escatologico del cristianismo para ser dentro de la Iglesia, de un modo especial "testigo de la Ciudad de Dios".


3 Es decir, por una parte, el religioso ha de encarnarse en el mundo real y hoy con mayor audacia que en otros tiempos: no puede considerarse ajeno a los problemas sociales, al sentido democratico, a la mentalidad pluralista de los hombres que viven a su alrededor. Y asi, las circunstancias concretas de América Latina (naciones en via de desarrollo, escasez de sacerdotes) exigen de los religiosos una especial disponibilidad, segun el propio carisma, para insertarse en las lineas de una pastoral efectiva.

Por otra parte, en medio de un mundo peligrosamente tentado de instalarse en lo temporal, con un consiguiente enfriamiento de la fe y de la caridad, el religioso ha de ser signo de que el Pueblo de Dios no tiene una ciudadania permanente en este mundo, sino que busca la futura. El estado religioso, "que deja mas libres a sus seguidores frente a los cuidados terrenos, manifiesta mejor a todos los creyentes los bienes celestiales -presentes ya en esta vida- y sobre todo da un testimonio de la vida nueva y eterna conseguida por la redencion de Cristo y preanuncia la Resurreccion futura, y la gloria del Reino Celestial" [LG 44]. O segun se expresa en otro lugar, "los religiosos, por su estado, dan preclaro y eximio testimonio de que el mundo no puede ser transfigurado ni ofrecido a Dios sin el espiritu de las Bienaventuranzas" [LG 31].

Si es verdad que el religioso se coloca a cierta distancia de las realidades del mundo presente, no lo hace por desprecio al mundo, sino con el proposito de recordar su caracter transitorio y relativo.


4 Su testimonio no es algo abstracto, sino existencial, signo de la santidad trascendente de la Iglesia. Se quiere vivir con mayor plenitud, mediante esta especial consagracion, aquella identificacion personal con Cristo, que se inicio en el bautismo. Ella se expresa principalmente mediante la castidad consagrada, por la que el religioso "se une al Senor con un amor indiviso" [OT 10], y por la caridad en la vida comunitaria, que es un preanuncio de la perfecta union en el Reino futuro.

En las Congregaciones de vida activa la accion apostolica como actividad misionera, que también tiende a la plenitud escatologica [AG 9], no es una labor disociada de la vida religiosa, sino una manifestacion del designio de Dios en la Historia de la Salvacion.


5 El testimonio del mundo futuro se manifiesta de un modo especial en la vida religiosa contemplativa, que es una presencia y una mediacion del misterio de Dios en el mundo. Le corresponde un gran papel en la situacion latinoamericana, ya que los contemplativos con su vida de fe y abnegacion, invitan a una vision mas cristiana del hombre y del mundo.

Para que este testimonio sea auténtico, se requiere, tanto en la vida activa como en la contemplativa, un intimo trato con Dios a través de la oracion personal y una profundizacion en el sentido de la caridad, cuya mejor expresion es la celebracion eucaristica.


6 A partir de estos principios insistiremos en aquellos aspectos de la vida religiosa que tienen relacion directa con el desarrollo y la pastoral en la América Latina, temas de esta Conferencia.




II. "AGGIORNAMENTO"


7 Los cambios provocados en el mundo latinoamericano por el proceso del desarrollo y, por otra parte, los planes de pastoral de conjunto, a través de los cuales la Iglesia de América Latina quiere encarnarse en nuestras concretas realidades de hoy, exigen una revision seria y metodica de la vida religiosa y de la estructura de la comunidad. Esta es una condicion indispensable para que los religiosos sean un signo inteligible y eficaz dentro del mundo actual.


8 A veces se interpreta equivocadamente la separacion entre la vida religiosa y el mundo: hay comunidades que mantienen o crean barreras artificiales, olvidando que la vida comunitaria debe abrirse hacia el ambiente humano que la rodea para irradiar la caridad y abarcar todos los valores humanos.

La verdadera caridad tiene como efecto la flexibilidad de espiritu para adaptarse a toda clase de circunstancias. El religioso ha de tener una perfecta disponibilidad para seguir el ritmo de la Iglesia y del mundo actual, dentro del marco que le senala la obediencia religiosa. Debe adaptarse a las condiciones culturales, sociales y economicas, aunque eso suponga la reforma de costumbres y constituciones, o la supresion de obras que hoy han perdido ya su eficacia. Las costumbres, los horarios, la disciplina, deben facilitar las tareas apostolicas.


9 Es necesario tomar en cuenta las inquietudes y los interrogantes de la juventud, que revelan en general, una actitud de generosidad y compromiso con el ambiente.

Por otra parte hay que abordar seriamente el "conflicto de generaciones", que se caracteriza no solamente como un conflicto entre un sistema de normas y otro de valores, sino por el hecho de que a ciertos valores no se les da ya un caracter absoluto: este "relativismo" produce en la juventud, y mas en los adultos, un estado de inseguridad que llega a afectar los valores de la vida religiosa y de la misma fe. Es necesario, por tanto, dar una educacion personalizadora que los lleve a realizarse a través de graduales opciones personales que tengan como meta la vivencia auténtica de los valores evangélicos.

También notamos que por esta situacion de cambio e inseguridad, se producen numerosos abandonos en la vida religiosa. En estos casos es necesario un espiritu de comprension fraterna que facilite al maximo el reajuste sicologico y social de quienes dejan sus Institutos.

Vida Religiosa y participacion en el desarrollo


10 El amor fraternal a todos los miembros del Cuerpo Mistico ha de nacer de la "vida escondida con Cristo en Dios" y ha de ser la fuente de todo apostolado [PC 6]. El apostolado, por su parte, ha de conducir a la unidad de la caridad. Para los religiosos de vida activa la accion apostolica no puede considerarse como algo secundario, antes bien, ella "pertenece a la naturaleza misma de la vida religiosa; toda la vida de sus miembros ha de estar saturada de espiritu apostolico y toda su obra apostolica ha de estar animada por el espiritu religioso" [PC 8; LG 44].

La integracion de la vida apostolica (en todas sus manifestaciones) en la vida misma de los institutos religiosos se esta presentando en América Latina como problema de caracteristicas dramaticas, especialmente entre los jovenes, mas sensibilizados por los condicionamientos del proceso de humanizacion del continente.

A juicio de estos jovenes aparece una disociacion practica ante el conjunto de observancias a las que se da el nombre de "vida regular" y la participacion en el desarrollo del hombre latinoamericano.

Esto ocasiona una critica severa a sus propios institutos y comunidades, acusando a la vida religiosa, asi entendida, de alienacion fundamental respecto a la vida cristiana y de inadaptacion al mundo de hoy.

La crisis en las comunidades religiosas toma grandes proporciones, mientras disminuye el numero de los que se presentan para ingresar en las mismas.


11 Por eso recomendamos a los religiosos:

a) Desarrollar y profundizar una teologia y una espiritualidad de la vida apostolica, pues se necesita adquirir una mentalidad que valore sobrenaturalmente los elementos penitenciales que encierra el apostolado y realce el ejercicio de las virtudes teologales y morales que lleva consigo;

b) Tomar conciencia de los graves problemas sociales de vastos sectores del pueblo en que vivimos.


12 La situacion actual no puede dejar inactivos a los religiosos. Aunque no han de intervenir en la direccion de lo temporal, si han de trabajar directamente con las personas en un doble aspecto: el de hacerles vivir su dignidad fundamental humana y el de servirles en orden a los bienes de la Redencion.

Consideramos que la colaboracion del religioso en el desarrollo es algo vital e inherente a su propia vocacion. "Cada uno debe aceptar generosamente su papel, sobre todo quienes, por su educacion, su situacion y su influencia, tienen mayores posibilidades" [PP 32].


13 A este respecto, recordamos a los religiosos la necesidad de:

a) Insistir en una seria formacion espiritual, teologica, profunda y continuada, armonizada con el cultivo y aprecio de los valores humanos;

b) Valorar el apostolado y sus exigencias como elemento esencial de la vida religiosa. La fidelidad a este aspecto esencial pide a los religiosos la renovacion constante de sus métodos dentro de la continuidad con su propio patrimonio. Asimilaran asi todo lo mejor que vaya surgiendo en la Iglesia y adaptaran sus sistemas a los nuevos procedimientos y nuevas necesidades;

c) Considerar que el desarrollo se conecta necesariamente con dimensiones de justicia y caridad. La teologia debe intervenir para ponderarlas en orden a una pastoral que cada vez necesita mayor actualizacion, dado el dinamismo del progreso humano;

d) Revisar sinceramente la formacion social que se da a los religiosos, concediendo especial importancia a las experiencias vitales, con miras a la adquisicion de una mentalidad social;

e) Atender, educar, evangelizar y promover sobre todo a las clases sociales marginadas. Con un espiritu eminentemente misionero, preocuparse por los numerosos grupos indigenas del continente [PC 20];

f) Promover un auténtico espiritu de pobreza que lleve a poner efectivamente al servicio de los demas los bienes que se tienen [PC 13];

g) Cumplir lo pedido por Pablo VI referente a la reforma agraria, en el caso de que posean tierras no necesarias para la obra apostolica [Pablo VI, 23/11/65].




III. PASTORAL DE CONJUNTO


14 Es necesario que en nuestros planes de Pastoral de conjunto, puedan las Congregaciones religiosas integrarse de acuerdo con el carisma, las finalidades especificas de cada Instituto y las prioridades pastorales, aunque para esto sea menester abandonar, a veces, ciertas obras para atender otras que se consideren mas urgentes y necesarias.

Esta intima participacion de los religiosos ha de realizarse desde la etapa de reflexion y de planificacion hasta la de realizacion, sin olvidar que la integracion real solo se obtiene cuando las propias comunidades religiosas (a nivel provincial y local) toman conciencia de la responsabilidad pastoral colegial y reflexionan en sintonia con los demas grupos y miembros del Pueblo de Dios.


15 Somos conscientes de la indispensable labor apostolica que realizan religiosos y religiosas. Ellos seguiran siendo, junto al clero diocesano, la base de la evangelizacion de América Latina. Sugerimos, sin embargo, que los religiosos se esfuercen por integrar a los laicos en los trabajos apostolicos, respetando sinceramente su competencia en el orden temporal y reconociéndoles su responsabilidad propia dentro de la Iglesia.


16 En fin, ya que el trabajo de evangelizacion supone permanencia y estabilidad, esta Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, pide encarecidamente a los Superiores Mayores den estabilidad al personal religioso que desempena funciones apostolicas en América Latina, de acuerdo con los convenios suscritos con los Obispos del lugar.

Laicos consagrados en la Vida Religiosa

y en los Institutos Seculares


17 La mas clara conciencia que van tomando los laicos del puesto que les corresponde dentro de la Iglesia por fuerza de su bautismo, nos hace ver y apreciar de manera especial el enorme potencial que representan para América Latina los numerosos hombres y mujeres que, conservando su condicion laica, se han consagrado al Senor en la Vida Religiosa o en los Institutos Seculares.


18 Recordamos antes que lodo que "la vida religiosa laical, tanto para los hombres como para las mujeres, constituye en si misma un estado completo de profesion de los consejos evangélicos" [PC 10].

Sin embargo, para que los religiosos laicales puedan cumplir su mision especifica en la América Latina de hoy, es necesario que valoricen su papel de religiosos laicos. Por sus tareas apostolicas y profesionales, comunitarias y personales, ellos han de ser testimonio valioso y un apoyo eficaz para aquellos laicos que trabajan en las mismas actividades.


19 En el campo de la promocion humana, los institutos religiosos laicales deberian diversificarse a la luz de una presencia bien comprendida de la Iglesia en un mundo en desarrollo. Un modo de esta presencia lo constituyen las pequenas comunidades que viven del propio trabajo.


20 Los religiosos laicales podran prestar frecuentemente un apoyo valioso al ministerio jerarquico. En este sentido adquiere especial importancia, en la situacion actual de América Latina, el trabajo que realizan, por ejemplo, las religiosas encargadas de vicarias parroquiales en aquellos lugares en donde no hay presencia sacerdotal permanente.


21 Toda esta actualizacion exige una preparacion esmerada que obliga a las comunidades religiosas a una profunda reflexion cristiana sobre las condiciones humanas encontradas en América Latina y a una competencia profesional en los diversos sectores.


22 Los trabajos domésticos, necesarios y meritorios, no sean para las religiosas y religiosos de institutos de apostolado directo, un impedimento para su labor especifica.


23 Una atencion especial debe prestarse a la formacion espiritual y al "aggiornamento" de los religiosos laicales para que ellos puedan ser una senal inteligible que manifieste al hombre latinoamericano su vocacion.

Institutos seculares


24 Los Institutos seculares, "dada su propia y particular fisonomia, es decir, la secular" [PC 11], realizan una especial presencia de la Iglesia en el mundo. Por eso los miembros de Institutos Seculares, mediante una insercion y una accion profunda y eficiente en medio de los laicos del Pueblo de Dios, sean un verdadero fermento en la masa. A ellos toca realizar la presencia de la Iglesia, de modo especial en ambientes y actividades seculares del mundo actual.

Necesidad de centros regionales de decision


25 Dado que la situacion de América Latina es muy diferente a la de otras regiones en todos los ordenes, es muy importante que las decisiones para la aplicacion concreta de las normas dadas por los institutos religiosos, sean tomadas por la competente autoridad nacional o regional. De otra manera se corre el riesgo de interpretar mal las situaciones concretas con grave dano para la vida y la actividad de las comunidades religiosas.

Los religiosos en la vida del Pueblo de Dios

bajo la coordinacion de la Jerarquia


26 Lo propio de los religiosos solo se entiende relacionandolo con los otros miembros, funciones y ministerios del Pueblo de Dios.

Los religiosos presbiteros tienen una situacion especial: estan unidos con los obispos en el sacerdocio, son consagrados para ser cooperadores del orden episcopal y pertenecen al clero de la Diocesis en cuanto participan en obras de apostolado bajo la autoridad de los obispos [PO 7; CD 34].

Religiosos y religiosas se integran en la pastoral jerarquica a diversos niveles: en el presbiterio, en el consejo pastoral, en organismos supradiocesanos.


27 La diversidad de niveles de integracion supone para los superiores religiosos la mision de coordinar y alimentar las diferentes participaciones; les toca desarrollar y mantener el sentido de comunidad que debe ligar la vida religiosa, en sus diversas funciones y ministerios, con el Pueblo de Dios. Consecuentemente la mision de los superiores, sobre todo de los Superiores Mayores, debera integrarse muchas veces en niveles que rebasan los de la Iglesia local.


28 En bien de la pastoral diocesana y nacional, es indispensable que los obispos se reunan periodicamente con los superiores religiosos y que las Conferencias Episcopales inviten a sus asambleas a la Conferencia de Religiosos y de Religiosas y viceversa, para tratar en un ambiente de comprension y cordialidad lo que se refiere a la participacion de los religiosos en la Pastoral de conjunto [CD 35].


29 Un ejemplo de esta coordinacion tan necesaria lo encontramos muy bien logrado en el plano continental, gracias a las relaciones institucionalizadas ya existentes entre el CELAM y la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR) . Sea esta oportunidad para pedir a todos los religiosos y religiosas del continente que secunden la actividad de sus Conferencias Nacionales y de la CLAR a fin de que esos organismos sean para el Episcopado interlocutores cada vez mas validos, y mas eficaces vehiculos de nuestro interés por la vida religiosa.


30 Por otra parte, esta Segunda Conferencia General del Episcopado latinoamericano considera muy conveniente que haya religiosos y religiosas de diversas regiones de América Latina presentes en las Congregaciones Romanas y en particular en la de Religiosos.



13.- FORMACION DEL CLERO

I. REALIDAD

Realidad de la Iglesia de América Latina


1 "América Latina presenta una sociedad en movimiento, sujeta a cambios rapidos y profundos" [Pablo VI, 23/11/65]. Esto repercute sobre la misma Iglesia y le exige una postura frente a esa situacion. La Iglesia Latinoamericana debe expresar su testimonio y su servicio en este continente, enfrentado con problemas tan angustiosos como los de la integracion, desarrollo, profundos cambios y miseria.

Por otra parte, frente a los multiples problemas de tipo estrictamente religioso, la Iglesia se encuentra con un numero cada vez mas escaso de sacerdotes, con estructuras ministeriales insuficientes y a veces inadecuadas para una eficaz labor apostolica.

En este contexto ubicamos la formacion del clero, que debe ser instrumento fundamental de renovacion de nuestra Iglesia y respuesta a las exigencias religiosas y humanas de nuestro continente.

Estado actual de la formacion del clero


2 La restauracion del Diaconado permanente y los problemas particulares que plantea hoy la existencia sacerdotal, nos llevan al estudio de la situacion actual de la formacion del clero.

Diaconado permanente


3 En algunos paises de América Latina se adelantan experiencias de formacion de diaconos que, por ser tan incipientes, no han alcanzado el suficiente grado de madurez que permita su evaluacion. Con todo, se nota que la restauracion del Diaconado permanente ha surgido teniendo en cuenta determinadas exigencias pastorales. Esto ha dado lugar a una relativa pluralidad de formas en la concepcion y preparacion de los candidatos a diaconos, de acuerdo con los ambientes.




FORMACION SACERDOTAL

Seminaristas


4 La juventud de nuestros seminarios participa de las inquietudes y de los valores de los jovenes de hoy. Se nota en ellos el deseo de autenticidad; sensibilidad a los problemas sociales; deseo de justicia y de participacion responsable en los cambios de hoy; mayor deseo de vida auténticamente comunitaria, de dialogo, de sentido de Iglesia como catolicidad; anhelo de pobreza y busqueda de los valores evangélicos; respeto a la persona humana; espiritu de iniciativa en la pastoral; sentido de libertad y autonomia; deseo de trabajar para insertarse vitalmente en el ambiente y ayudarse en su formacion; aprecio de los valores esenciales.

Por otra parte, las crisis por las que atraviesan hoy la juventud y la sociedad se reflejan en la vida del seminario. Por ejemplo: tensiones entre autoridad y obediencia; ansias de total independencia; falta de equilibrio para discernir lo positivo de lo negativo en las novedades que surgen dentro de la vida de la Iglesia y del mundo; rechazo de ciertos valores religiosos tradicionales; exagerado activismo que lleva a descuidar la vida de relacion persona' con Dios; desconfianza de los adultos.

Seminarios


5 Se comprueba una crisis en los seminarios que se manifiesta principalmente por una baja notable en la perseverancia y un ingreso cada vez menor de seminaristas. He aqui algunos puntos reveladores de esta situacion: formadores insuficientemente preparados; falta de unidad de criterios en el equipo de formadores y de seguridad en los mismos para defender ciertos valores fundamentales en la formacion; inseguridad en la orientacion con respecto al crecimiento en la fe y a la vocacion especifica sacerdotal de los candidatos; apertura a veces brusca de los seminarios, sin la debida preparacion y asistencia a los seminaristas; fallas de formacion hacia una madurez humana plena; carencia en algunos seminarios de un auténtico espiritu de familia; descenso en la conduccion espiritual del seminario. Igualmente parece que han influido algunos factores externos, tales como: la crisis de la actual figura del sacerdote, la valoracion del laicado y del matrimonio como posibilidades de participacion en la mision de la Iglesia, y las nuevas oportunidades de promocion social que ofrece el mundo de hoy.


6 Al mismo tiempo se nota una afanosa busqueda de soluciones. Entre los principales intentos que actualmente se llevan a cabo, mencionamos los siguientes:

a) Hablando de los seminarios en general se advierte una mayor integracion en el equipo de formadores; actualizacion de éste a través de cursos y encuentros de reflexion; esfuerzo por una formacion mas personal de los seminaristas dentro de un ambiente de familia; integracion del seminario en la comunidad eclesial y en la comunidad humana; mas contacto del obispo y de los parrocos con el seminario; mayor apertura a las realidades del mundo actual y a la familia; renovacion de los métodos pedagogicos; aplicacion de una sana sicologia en el discernimiento y orientacion de los candidatos;

b) En cuanto al seminario menor, incorporacion cada vez mayor de personal laico, inclusive femenino; apertura hacia una orientacion vocacional pluralista; creacion de formas nuevas de seminarios menores, tales como semi-internados, externados, asistencia a clases en colegios estatales, privados;

c) Por lo que mira al seminario mayor, una formacion mas personalizante a base de equipos y pequenas comunidades, sobre lo cual la Santa Sede ha dado orientaciones precisas. En el campo de la formacion intelectual: hay tendencia a unir el personal de varias diocesis y comunidades en centros de estudios comunes, y a que los seminaristas asistan a universidades catolicas y estatales, sobre todo para el estudio de la filosofia.

Como es obvio, la descripcion anterior del estado actual de la formacion del clero no implica un juicio de valor sobre hechos, experiencias o métodos arriba resenados.




CELAM - II. ELEMENTOS DE REFLEXION PASTORAL