CELAM - FORMACION SACERDOTAL


II. PRESUPUESTO TEOLOGICO


7 La razon de ser del seminario debe ubicarse dentro de la perspectiva biblica del llamado y de la respuesta. Como centro de formacion sacerdotal, debera partir de la vision biblica "ex hominibus assumptus... pro hominibus constitutus", a fin de lograr en los candidatos aquella madurez humana que los capacite para ser conductores de hombres. Mas aun, como a bautizados se pide a los seminaristas aquella madurez cristiana que los disponga al carisma sacerdotal, por el cual estan llamados a la configuracion con Cristo Cabeza [PO 6; LG 28]. Esta configuracion peculiar en el sacerdocio de Cristo lo situa en un nivel esencialmente distinto del sacerdocio comun de los fieles [LG 10].



III. ORIENTACIONES PASTORALES


8 De acuerdo con lo anterior, teniendo en cuenta la situacion latinoamericana, y sin pretender agotar todos los aspectos de la formacion, que por otra parte se hallan contenidos en los documentos del Concilio Vaticano II y de la Santa Sede, ofrecemos a continuacion algunas orientaciones pastorales.

Formacion espiritual


9 Atendiendo al papel especial del sacerdote en América Latina y a las tareas de la pastoral que esta Conferencia Episcopal viene subrayando, se estima que la formacion especifica en los seminarios debe insistir particularmente sobre algunas actitudes y virtudes, sin pretender que éstas sean ni las unicas ni las principales.

Capacidad para escuchar fielmente la Palabra de Dios (DV 24; OT 4, 8, 16)


10 Se pide al sacerdote de hoy saber interpretar habitualmente, a la luz de la fe, las situaciones y exigencias de la comunidad. Dicha tarea profética exige, por una parte, la capacidad de comprender, con la ayuda del laicado, la realidad humana y, por otra, como carisma especifico del sacerdote en union con el obispo, saber juzgar aquellas realidades en relacion con el plan de salvacion. Para llegar a esta capacidad se necesita:

a) Una profunda y continuada purificacion interior que disponga al hombre para captar las auténticas exigencias de la Palabra de Dios (sentido de la direccion espiritual);

b) Un "sensus fidei", que se profundiza particularmente por:

* La Sagrada Escritura asimilada vitalmente en la oracion personal, en el estudio serio del Mensaje y en una activa, consciente y fructuosa participacion en la liturgia [SC 17];

* Una constante confrontacion con las ensenanzas del magisterio de la Iglesia. Con el mismo fin, parece necesario desarrollar una fuerte pasion por la verdad y una disposicion habitual para defenderse de la unilateralidad por medio de una busqueda y verificacion comunitaria.

Espiritualidad marcada por los consejos evangélicos [OT 9]


11 En un periodo en el cual la pastoral latinoamericana se halla comprometida en la promocion humana, a fin de que cada hombre se realice a si mismo y goce de los bienes de la naturaleza, es necesario que el sacerdote dé a sus hermanos, de una manera convincente, el testimonio de saber vivir con equilibrio y libertad la renuncia de aquellos bienes sin darles un valor absoluto, impidiendo asi que se repitan errores ya conocidos.


12 El Concilio Vaticano II y los Sumos Pontifices han reafirmado recientemente la vigencia del celibato para los sacerdotes [OT 10; PO 16; Pablo VI, "Sacerdotalis coelibatus"; Pio XII, "Sacra virginitas" 51]. Siendo el motivo central del celibato la entrega a Cristo y con él a la Iglesia, y constituyendo al mismo tiempo una forma de caridad pastoral que se confunde con la consagracion total y es testimonio escatologico ante los hombres, es necesario que se den al seminarista bases muy solidas para vivirlo gozosamente en la plenitud del amor. Asi, pues, dadas las circunstancias concretas en que frecuentemente le toca vivir al sacerdote latinoamericano, es de particular importancia una cuidadosa formacion de los seminaristas en este sentido. Esto exige principalmente una formacion gradual de acuerdo con el desarrollo fisico y sicologico; estar en condiciones de realizar una eleccion madura, consciente y libre; capacidad de amor y de entrega sin reserva, lo que a su vez reclama una fe fuerte que lo haga capaz de responder al llamado de Dios; disciplina ascética y vida de oracion que lo lleve a una madurez en las relaciones con el otro sexo; realizacion del sentido de la amistad y capacidad para trabajar en equipo ["Sacerdotalis coelibatus" 60-72; OT 3, 10, 11; PC 12].

Espiritu de servicio


13 El sacerdote, como Cristo, esta puesto al servicio del pueblo. Esto pide de él, aceptar sin limitaciones las exigencias y las consecuencias del servicio a los hermanos y, en primer lugar, la de saber asumir las realidades y "el sentido del pueblo" en sus situaciones y en sus mentalidades. Con espiritu de humildad y de pobreza, antes de ensenar debe aprender, haciéndose todo a todos para llevarlos a Cristo [OT 4, 19; Pablo VI, "Ecclesiam suam" passim; Bogota, 22/08/68].

Experiencia personal y amor de Cristo


14 Como a Pedro, Cristo pedira al seminarista de hoy un servicio de entrega total, resultado de un amor personal a El y al Padre por el Espiritu, pues no quiere siervos sino amigos [OT 8; Pablo VI, Bogota, 22/08/68].

Disciplina


15 La disciplina es indispensable, no solamente por el buen orden, sino sobre todo para la formacion de la personalidad. Para ello es necesario que la disciplina sea objeto de una adhesion interior, lo cual solo es posible si los jovenes perciben su valor y si tiene por objeto metas esenciales [OT 11].

Formacion intelectual


16 Hoy mas que nunca es urgente actualizar los estudios de acuerdo con las orientaciones del Concilio, insistiendo en aquellos aspectos que atanen mas particularmente a la situacion actual del continente.


17 Cuidese la firmeza doctrinal ante una tendencia a novedades no suficientemente fundamentadas. Insistase, ademas, en una profundizacion que alcance a ser posible un alto nivel intelectual, teniendo en cuenta sobre todo la formacion del Pastor [OT 15, 16; Pablo VI, Bogota, 24/08/68].


18 Dése una importancia particular al estudio e investigacion de nuestras realidades latinoamericanas en sus aspectos religioso, social, antropologico y sicologico.


19 En cuanto al profesorado, prevista la capacitacion de los futuros profesores, hay que procurar actualizarlo por medio de encuentros, cursos e institutos de alcance nacional y latinoamericano, buscando, ademas, la colaboracion de profesores especializados, que puedan prestar sus servicios en los diferentes centros [OT 5].

Formacion Pastoral


20 Procurese que los profesores de seminarios tengan experiencia pastoral y, ademas, que el clero sea convenientemente actualizado, para que asi pueda colaborar eficazmente en la formacion de los futuros sacerdotes [OT 5].


21 En una forma mas concreta, y en orden a su futura actividad pastoral, debe cuidarse la preparacion de los seminaristas en algunos aspectos de particular importancia en nuestro ambiente latinoamericano: formacion basica sobre Pastoral de conjunto, preparacion para la iniciacion y asistencia de las comunidades de base, conveniente informacion y entrenamiento en dinamica de grupos y relaciones humanas, informacion adecuada para la utilizacion de los medios de comunicacion social [IM 16].


22 Por otra parte, ha de procurarse que participen en actividades pastorales en forma gradual, progresiva y prudente, de manera especial en época de vacaciones [OT 21].

Pastoral vocacional


23 La pastoral vocacional es la accion de la comunidad eclesial bajo la Jerarquia para llevar a los hombres a hacer su opcion en la Iglesia. Por lo mismo, toda la comunidad cristiana, unificada y guiada por el obispo, es responsable solidariamente del desarrollo vocacional, tanto en su aspecto fundamental cristiano, la vocacion en general, como en sus aspectos especificos: vocaciones sacerdotal, religiosa y laical [OT 12; CD 15; AG 38; PC 24].


24 El sacerdote por su misma mision debe ser el mediador mas directo en las llamadas de Dios: tanto por el ideal que debe encarnar ante la juventud, como porque siendo fiel a su vocacion, sera mas sensible a los llamamientos de Dios en los otros [OT 2; PO 11; PC 24].


25 Dado el fenomeno de un numero creciente de vocaciones de jovenes y adultos, pongase cuidado especial en la promocion y cultivo de estas vocaciones. Por lo mismo es necesaria una pastoral juvenil que, para ser plenamente auténtica, debe llevar a los jovenes, por medio de una maduracion personal y comunitaria, a asumir un compromiso concreto ante la comunidad eclesial en algunos de los llamados estilos de vida [PO 11; AG 39, 41; OT 3].

Puntos varios


26 Procurese en el seminario una reflexion continua sobre la realidad que vivimos, a fin de que se sepan interpretar los signos de los tiempos, y se creen actitudes y mentalidad pastorales adecuadas [OT 4; "Ecclesiam suam" 25].


27 Todos los que participan en la vida del seminario, aunque en diverso grado, deben considerarse como formadores.


28 Se verifica en América Latina una busqueda de nuevas formas en la preparacion de los presbiteros. Para que dichas experiencias sean fecundas, deben ser preparadas maduramente, aprobadas por la autoridad competente, bien comprendidas por los interesados. Ademas han de ser seguidas, controladas y evaluados sus resultados, teniendo en cuenta por otra parte, que sean reversibles. Seria también de desear que, una vez demostrada su validez, se comuniquen a las Conferencias Episcopales de los distintos paises para comun utilidad.


29 Por razones obvias, es conveniente que la formacion de los seminaristas, de ordinario, sea realizada en su propio ambiente.


30 Se juzga oportuno que los sacerdotes de otros paises, designados para trabajar en la formacion del clero en América Latina, sigan cursos de adaptacion en centros nacionales o internacionales, y que la completen con un tiempo prudencial de trabajo pastoral [OT 5].


31 Con miras a una mayor economia de fuerzas y mejoramiento de la ensenanza, se recomiendan iniciativas, como las de seminarios regionales e interdiocesanos, cuidando que haya simultaneamente una integracion de los obispos responsables y que, en lo posible, abarquen zonas homogéneas humana y pastoralmente. Igualmente se recomiendan Institutos y Facultades de Filosofia y Teologia comunes para candidatos al clero diocesano y religioso. Esto ultimo ayudara, ademas, a una mayor integracion en la futura labor pastoral y a una mejor insercion en las realidades del mundo actual [OT 7].


32 Se juzga de mucha utilidad que se intensifiquen la colaboracion mutua y las relaciones entre el CELAM y la Organizacion de Seminarios Latinoamericanos (OSLAM) con las Comisiones Episcopales de Seminarios y con las Conferencias Nacionales de Religiosos, en todo lo que se refiere a la informacion sobre problemas de formacion del clero.

Diaconado


33 Senalamos a continuacion algunas orientaciones generales relativas a la formacion para el Diaconado permanente.

a) Factor indispensable en la formacion del futuro diacono sera el reciproco aporte entre éste y la comunidad. Es decir, que el candidato madure su formacion actuando en la comunidad y ésta también contribuya a formarlo. Ademas, los métodos de formacion habran de tener en cuenta la sicologia del adulto, excluyendo todo tipo de formacion masiva y utilizando los métodos activos.

b) La primera preocupacion de los responsables en la formacion de los futuros diaconos, ha de ser la de capacitarlos para crear nuevas comunidades cristianas o alentar las existentes, a fin de que el Misterio de la Iglesia pueda realizarse en ellas con mayor plenitud.

c) En vista de lo anterior, es necesario suscitar en los candidatos una espiritualidad diaconal propia, que en los casados se debe conjugar con una auténtica espiritualidad conyugal.

d) Dada la diversidad de tareas en que habra de ejercerse el ministerio diaconal en América Latina, sera necesario que la formacion intelectual sea a la vez adecuada a las funciones que han de cumplir y al nivel cultural del ambiente.

e) De acuerdo con las condiciones de la Iglesia en América Latina, en la formacion del diacono se cuidara también de capacitarlo en orden a una accion efectiva en los campos de la evangelizacion y del desarrollo integral.

f) Se recomienda que existan en la diocesis, region o pais, equipos responsables de formacion de los candidatos, que podran estar integrados por presbiteros, diaconos, religiosos y laicos.




14.- POBREZA DE LA IGLESIA



I. REALIDAD LATINOAMERICANA


1 El Episcopado Latinoamericano no puede quedar indiferente ante las tremendas injusticias sociales existentes en América Latina, que mantienen a la mayoria de nuestros pueblos en una dolorosa pobreza cercana en muchisimos casos a la inhumana miseria.


2 Un sordo clamor brota de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una liberacion que no les llega de ninguna parte. "Nos estais ahora escuchando en silencio, pero oimos el grito que sube de vuestro sufrimiento", ha dicho el Papa a los campesinos en Colombia [Pablo VI, 23/08/68].

Y llegan también hasta nosotros las quejas de que la Jerarquia, el clero, los religiosos, son ricos y aliados de los ricos. Al respecto debemos precisar que con mucha frecuencia se confunde la apariencia con la realidad. Muchas causas han contribuido a crear esa imagen de una Iglesia jerarquica rica. Los grandes edificios, las casas de parrocos y de religiosos cuando son superiores a las del barrio en que viven; los vehiculos propios, a veces lujosos; la manera de vestir heredada de otras épocas, han sido algunas de esas causas.

El sistema de aranceles y de pensiones escolares, para proveer a la sustentacion del clero y al mantenimiento de las obras educacionales, ha llegado a ser mal visto y a formar una opinion exagerada sobre el monto de las sumas percibidas.

Anadamos a esto el exagerado secreto en que se ha envuelto el movimiento economico de colegios, parroquias, diocesis; ambiente de misterio que agiganta las sombras y ayuda a crear fantasias.

Hay también casos aislados de condenable enriquecimiento que han sido generalizados.

Todo esto ha llevado al convencimiento de que la Iglesia en América Latina es rica.


3 La realidad de muchisimas parroquias y diocesis que son extremadamente pobres y de tantisimos obispos, sacerdotes y religiosos que viven llenos de privaciones y se entregan con gran abnegacion al servicio de los pobres, escapa por lo general a la apreciacion de muchos y no logra disipar la imagen deformada que se tiene.

En el contexto de pobreza y aun de miseria en que vive la gran mayoria del pueblo latinoamericano, los obispos, sacerdotes y religiosos tenemos lo necesario para la vida y una cierta seguridad, mientras los pobres carecen de lo indispensable y se debaten entre las angustias y la incertidumbre. Y no faltan casos en que los pobres sienten que sus obispos, o sus parrocos y religiosos, no se identifican realmente con ellos, con sus problemas y angustias, que no siempre apoyan a los que trabajan con ellos o abogan por su suerte.




II. MOTIVACION DOCTRINAL


4 Debemos distinguir:

a) La pobreza como carencia de los bienes de este mundo es, en cuanto tal, un mal. Los profetas la denuncian como contraria a la voluntad del Senor y las mas de las veces como el fruto de la injusticia y el pecado de los hombres;

b) La pobreza espiritual es el tema de los pobres de Yavé [Cf. Sof 2, 3; Lc 1, 46-55]. La pobreza espiritual es la actitud de apertura a Dios, la disponibilidad de quien todo lo espera del Senor [Cf. Mt 5, 3]. Aunque valoriza los bienes de este mundo, no se apega a ellos, y reconoce el valor superior de los bienes del Reino [Am 2, 6-7; 4, 1; 5, 7; Jer 5, 28; Miq 6, 12-13; Is 10, 2 et passim].

c) La pobreza como compromiso, que asume, voluntariamente y por amor, la condicion de los necesitados de este mundo para testimoniar el mal que ella representa y la libertad espiritual frente a los bienes, sigue en esto el ejemplo de Cristo que hizo suyas todas las consecuencias de la condicion pecadora de los hombres [Cf Fil 2, 5-8] y que "siendo rico se hizo pobre" [2 Cor 8, 9], para salvarnos.


5 En este contexto una Iglesia pobre:

- Denuncia la carencia injusta de los bienes de este mundo y el pecado que la engendra;

- Predica y vive la pobreza espiritual, como actitud de infancia espiritual y apertura al Senor;

- Se compromete ella misma en la pobreza material. La pobreza de la Iglesia es, en efecto, una constante de la Historia de la Salvacion.


6 Todos los miembros de la Iglesia estan llamados a vivir la pobreza evangélica. Pero no todos de la misma maulera, pues hay diversas vocaciones a ella, que comportan diversos estilos de vida y diversas formas de actuar. Entre los religiosos mismos, con mision especial dentro de la Iglesia en este testimonio, habra diferencias segun los carismas propios.


7 Dicho todo esto, habra que recalcar con fuerza que el ejemplo y la ensenanza de Jesus, la situacion angustiosa de millones de pobres en América Latina, las apremiantes exhortaciones del Papa y del Concilio, ponen a la Iglesia Latinoamericana ante un desafio y una mision que no puede soslayar y a los que debe responder con diligencia y audacia adecuadas a la urgencia de los tiempos.

Cristo nuestro Salvador, no solo amo a los pobres, sino que "siendo rico se hizo pobre", vivio en la pobreza, centro su mision en el anuncio a los pobres de su liberacion y fundo su Iglesia como signo de esa pobreza entre los hombres.

Siempre la Iglesia ha procurado cumplir esa vocacion, no obstante "tantas debilidades y ruinas nuestras en el tiempo pasado" ["Ecclesiam suam" 50]. La Iglesia de América I atina, dadas las condiciones de pobreza y de subdesarrollo del continente, experimenta la urgencia de traducir ese espiritu de pobreza en gestos, actitudes y normas que le hagan un signo mas lucido y auténtico de su Senor. La pobreza de tantos hermanos clama justicia, solidaridad, testimonio, compromiso, esfuerzo y superacion para el cumplimiento pleno de la mision salvifica encomendada por Cristo.

La situacion presente exige, pues, de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, el espiritu de pobreza que "rompiendo las ataduras de la posesion egoista de los bienes temporales, estimula al cristiano a disponer organicamente la economia y el poder en beneficio de la comunidad" [Pablo VI, 23/08/68].

La pobreza de la Iglesia y de sus miembros en América Latina debe ser signo y compromiso. Signo del valor inestimable del pobre a los ojos de Dios; compromiso de solidaridad con los que sufren.




III. ORIENTACIONES PASTORALES


8 Por todo eso queremos que la Iglesia de América Latina sea evangelizadora de los pobres y solidaria con ellos, testigo del valor de los bienes del Reino y humilde servidora de todos los hombres de nuestros pueblos. Sus pastores y demas miembros del Pueblo de Dios han de dar a su vida y sus palabras, a sus actitudes y su accion, la coherencia necesaria con las exigencias evangélicas y las necesidades de los hombres latinoamericanos.

Preferencia y solidaridad


9 El particular mandato del Senor de "evangelizar a los pobres" debe 4 llevarnos a una distribucion de los esfuerzos y del personal apostolico que dé preferencia efectiva a los sectores mas pobres y necesitados y a los segregados por cualquier causa, alentando y acelerando las iniciativas y estudios que con ese fin ya se hacen.

Los Obispos queremos acercarnos cada vez mas, con sencillez y sincera fraternidad a los pobres, haciendo posible y acogedor su acceso hasta nosotros.


10 Debemos agudizar la conciencia del deber de solidaridad con los pobres, a que la caridad nos lleva. Esta solidaridad significa hacer nuestros sus problemas y sus luchas, saber hablar por ellos.

Esto ha de concretarse en la denuncia de la injusticia y la opresion, en la lucha cristiana contra la intolerable situacion que soporta con frecuencia el pobre, en la disposicion al dialogo con los grupos responsables de esa situacion para hacerles comprender sus obligaciones.


11 Expresamos nuestro deseo de estar siempre muy cerca de los que trabajan en el abnegado apostolado con los pobres, para que sientan nuestro aliento y sepan que no escucharemos voces interesadas en desfigurar su labor.

La promocion humana ha de ser la linea de nuestra accion en favor del pobre, de manera que respetemos su dignidad personal y le ensenemos a ayudarse a si mismo. Con ese fin reconocemos la necesidad de la estructuracion racional de nuestra pastoral y de la integracion de nuestros esfuerzos con las otras entidades.

Testimonio


12 Deseamos que nuestra habitacion y estilo de vida sean modestos; nuestro vestir, sencillo; nuestras obras e instituciones, funcionales, sin aparato ni ostentacion.

Pedimos a sacerdotes y fieles que nos den un tratamiento que convenga a nuestra mision de padres y pastores, pues deseamos renunciar a titulos honorificos propios de otra época.


13 Con la ayuda de todo el Pueblo de Dios esperamos superar el sistema arancelario, reemplazandolo por otras formas de cooperacion economica que estén desligadas de la administracion de los sacramentos.

La administracion de los bienes diocesanos o parroquiales ha de estar integrada por laicos competentes y dirigida al mejor uso de la comunidad toda [PO 17].


14 En nuestra mision pastoral confiaremos ante todo en la fuerza de la Palabra de Dios. Cuando tengamos que emplear medios técnicos buscaremos los mas adecuados al ambiente en que deban usarse y los pondremos al servicio de la comunidad [GS 69].


15 Exhortamos a los sacerdotes a dar testimonio de pobreza y desprendimiento de los bienes materiales, como lo hacen tantos, particularmente en regiones rurales y en barrios pobres.

Con empeno procuraremos que tengan una justa aunque modesta sustentacion y la necesaria prevision social. Para ello buscaremos formar un fondo comun entre todas las parroquias y la misma diocesis y también entre las diocesis del mismo pais [PO 21].

Alentamos a los que se sienten llamados a compartir la suerte de los pobres, viviendo con ellos y aun trabajando con sus manos, de acuerdo con el Decreto "Presbyterorum ordinis" [PO 8].


16 Las comunidades religiosas, por especial vocacion, deben dar testimonio de la pobreza de Cristo. Reciban nuestro estimulo las que se sientan llamadas a formar entre sus miembros pequenas comunidades, encarnadas realmente en los ambientes pobres. Seran un llamado continuo para todo el Pueblo de Dios a la pobreza evangélica.

Esperamos también que puedan cada vez mas hacer participar de sus bienes a los demas, especialmente a los mas necesitados, compartiendo con ellos no solamente lo superfluo, sino lo necesario y dispuestos a poner al servicio de la comunidad humana los edificios e instrumentos de sus obras [GS 69].

La distincion entre lo que toca a la comunidad y lo que pertenece a las obras permitira realizar todo esto con mayor facilidad. Igualmente permitira buscar nuevas formas para estas obras, en que participen otros miembros de la comunidad cristiana, en su administracion o propiedad.


17 Estos ejemplos auténticos de desprendimiento y libertad de espiritu, haran que los demas miembros del Pueblo de Dios den testimonio analogo de pobreza. Una sincera conversion ha de cambiar la mentalidad individualista en otra de sentido social y preocupacion por el bien comun . La educacion de la ninez y de la juventud en todos sus niveles, empezando por el hogar, debe incluir este aspecto fundamental de la vida cristiana.

Se traduce este sentido de amor al projimo cuando se estudia y se trabaja ante todo como una preparacion o realizacion de un servicio a la comunidad; cuando se dispone organicamente la economia y el poder en beneficio de la comunidad.

Servicio


18 No impulsa a la Iglesia ambicion terrena alguna sino que quiere ser humilde servidora de todos los hombres [GS 3; Pablo VI, 07/12/65]

Necesitamos acentuar este espiritu en nuestra América Latina.

Queremos que nuestra Iglesia latinoamericana esté libre de ataduras temporales, de connivencias y de prestigio ambiguo; que "libre de espiritu respecto a los vinculos de la riqueza", sea mas trasparente y fuerte su mision de servicio; que esté presente en la vida y las tareas temporales, reflejando la luz de Cristo, presente en la construccion del mundo.

Queremos reconocer todo el valor y la autonomia legitima que tienen las tareas temporales; sirviéndolas no queremos desvirtuarlas ni desviarlas de sus propios fines [GS 36]. Deseamos respetar sinceramente a todos los hombres y escucharlos para servirlos en sus problemas y angustias [GS 1-3]. Asi la Iglesia, continuadora de la obra de Cristo, "que se hizo pobre por nosotros siendo rico, para enriquecernos con su pobreza" [2 Cor 8, 9], presentara ante el mundo, signo claro e inequivoco de la pobreza de su Senor.






CONJUNTO

15.- PASTORAL DE CONJUNTO



I. HECHOS


1 En nuestro continente, millones de hombres se encuentran marginados de la sociedad e impedidos de alcanzar la plena dimension de su destino, sea por la vigencia de estructuras inadecuadas e injustas, sea por otros factores, como el egoismo o la insensibilidad. Por otra parte, en él se esta imponiendo la conciencia de que es necesario poner en marcha o activar un proceso de integracion en todos los niveles: desde la integracion de los marginados a los beneficios de la vida social, hasta la integracion economica y cultural de nuestros paises.


2 La Iglesia debe afrontar esta situacion con estructuras pastorales aptas, es decir, obviamente marcadas con el signo de la organicidad y de la unidad. Ahora bien, cuando se examina la realidad desde este punto de vista, se constatan algunos hechos de signo positivo y otros de signo negativo.


3 Entre los primeros podemos mencionar:

a) La conciencia bastante difundida, aunque a veces imprecisa y vaga, de las ideas de "Pastoral de Conjunto" y de "Planificacion pastoral", como también diversas realizaciones efectivas en estas lineas;

b) La vitalizacion de las vicarias foraneas, la creacion de zonas y la constitucion de equipos sacerdotales, por exigencias de accion pastoral conjunta;

c) La celebracion de Sinodos y la constitucion, ya comenzada en muchos lugares, de los Consejos presbiterial y pastoral propiciados por el Concilio;

d) El deseo de los laicos de participar en las estructuras pastorales de la Iglesia;

e) La importancia adquirida por las Conferencias Episcopales y la misma existencia de la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del CELAM.


4 Entre los hechos de signo negativo figuran los siguientes:

a) Inadecuacion de la estructura tradicional en muchas parroquias para proporcionar una vivencia comunitaria;

b) Sensacion bastante generalizada de que las curias diocesanas son organismos burocraticos y administrativos;

c) Desazon en muchos sacerdotes, proveniente de no encontrar un lugar decisivo en algunas crisis sacerdotales, como también, por analogia de situaciones, en las crisis de un numero considerable de religiosos y laicos;

d) Actitudes particularistas de personas o instituciones en situaciones que exigen coordinacion;

e) Casos de aplicacion desacertada de la Pastoral de Conjunto o de la Planificacion, sea por improvisacion o incompetencia técnica, sea por excesiva valoracion de los "planes", sea por una concepcion demasiado rigida y autoritaria de su puesta en practica.




II. PRINCIPIOS DOCTRINALES


5 Toda revision de las estructuras eclesiales en lo que tienen de reformable, debe hacerse, por cierto, para satisfacer las exigencias de situaciones historicas concretas, pero también con los ojos puestos en la naturaleza de la Iglesia. La revision que debe llevarse a cabo hoy en nuestra situacion continental, ha de estar inspirada y orientada por dos ideas directrices muy subrayadas en el Concilio: la de comunion y la de catolicidad [LG 13].


6 En efecto, la Iglesia es ante todo un misterio de comunion catolica, pues en el seno de su comunidad visible por el llamamiento de la Palabra de Dios y por la gracia de sus sacramentos, particularmente de la Eucaristia, todos los hombres pueden participar fraternalmente de la comun dignidad de hijos de Dios [LG 9, 32], y todos también, compartir la responsabilidad y el trabajo para realizar la comun mision de dar testimonio del Dios que los salvo y los hizo hermanos en Cristo [LG 17; AA 3].


7 Esta comunion que une a todos los bautizados, lejos de impedir, exige que dentro de la comunidad eclesial exista multiplicidad de funciones especificas, pues para que ella se constituya y pueda cumplir su mision, el mismo Dios suscita en su seno diversos ministerios y otros carismas que le asignan a cada cual un papel peculiar en la vida y en la accion de la Iglesia. Entre los ministerios, tienen lugar particular los que estan vinculados con un caracter sacramental. Estos introducen en la Iglesia una dimension estructural de derecho divino. Los diversos ministerios, no solo deben estar al servicio de la unidad de comunion, sino que a su vez deben constituirse y actuar en forma solidaria. En especial, los ministerios que llevan anexa la funcion pastoral, episcopado y presbiterado deben ejercerse siempre en espiritu colegial, y asi obispos y presbiteros, al tener que actuar siempre como miembros de un cuerpo (colegio episcopal o presbiterio, respectivamente), "ejemplar" de comunion: "forma facti gregis" [1 Pe 5, 3].


8 Es esencial que todas las comunidades eclesiales se mantengan abiertas a la dimension de comunion catolica, en tal forma que ninguna se cierre sobre si misma. Asegurar el cumplimiento de esta exigencia es tarea que incumbe particularmente a los ministros jerarquicos, y en forma especialisima a los obispos, quienes, colegialmente, unidos con el Romano Pontifice, su Cabeza, son el principio de la catolicidad de las Iglesias. Para que dicha abertura sea efectiva y no puramente juridica, tiene que haber comunicacion real, ascendente y descendente, entre la base y la cumbre.


9 De todo lo dicho se desprende que la accion pastoral de la comunidad eclesial, destinada a llevar a todo el hombre y a todos los hombres a la plena comunion de la vida con Dios en la comunidad visible de la Iglesia, debe ser necesariamente global, organica y articulada. De aqui, a su vez, se infiere que las estructuras eclesiales deben ser periodicamente revisadas y reajustadas en tal forma que pueda desarrollarse armoniosamente lo que se llama una Pastoral de Conjunto: es decir, toda esa obra salvifica comun exigida por la mision de la Iglesia en su aspecto global, "como fermento y alma de la sociedad que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios" [GS 40].




III. ORIENTACIONES PASTORALES

Renovacion de estructuras pastorales

Comunidades cristianas de base


10 La vivencia de la comunion a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su "comunidad de base"; es decir, una comunidad local o ambiental, que corresponda a la realidad de un grupo homogéneo, y que tenga una dimension tal que permita el trato personal fraterno entre sus miembros. Por consiguiente, el esfuerzo pastoral de la Iglesia debe estar orientado a la transformacion de esas comunidades en "familia de Dios", comenzando por hacerse presente en ellas como fermento mediante un nucleo, aunque sea pequeno, que constituya una comunidad de fe, de esperanza y de caridad [LG 8]. La comunidad cristiana de base es asi el primero y fundamental nucleo eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansion de la fe, como también del culto que es su expresion. Ella es, pues, célula inicial de estructuracion eclesial, y foco de la evangelizacion, actualmente factor primordial de promocion humana y desarrollo.


11 Elemento capital para la existencia de comunidades cristianas de base son sus lideres y dirigentes. Estos pueden ser sacerdotes, diaconos, religiosos o laicos. Es de desear que pertenezcan a la comunidad por ellos animada. La deteccion y formacion de lideres deberan ser objeto preferente de la preocupacion de parrocos y obispos, quienes tendran siempre presente que la madurez espiritual y moral dependen en gran medida de la asuncion de responsabilidades en un clima de autonomia [GS 55].

Los miembros de estas comunidades, "viviendo conforme a la vocacion a que han sido llamados, ejerciten las funciones que Dios les ha confiado, sacerdotal, profética y real", y hagan asi de su comunidad "un signo de la presencia de Dios en el mundo" [AG 15].


12 Se recomienda que se hagan estudios serios, de caracter teologico, sociologico e historico, acerca de estas comunidades cristianas de base, que hoy comienzan a surgir, después de haber sido punto clave en la pastoral de los misioneros que implantan la fe y la Iglesia en nuestro continente. Se recomienda también que las experiencias que se realicen se den a conocer a través del CELAM y se vayan coordinando en la medida de lo posible.

Parroquias, vicarias foraneas y zonas


13 La vision que se ha expuesto nos lleva a hacer de la parroquia un conjunto pastoral, vivificador y unificador de las comunidades de base. Asi la parroquia ha de descentralizar su pastoral en cuanto a sitios, funciones y personas, justamente para "reducir a unidad todas las diversidades humanas que en ellas se encuentran e insertarlas en la universalidad de la Iglesia" [AA 10].


14 El parroco ha de ser, en esta figura de la parroquia, el signo y el principio de la unidad, asistido en el ministerio pastoral por la colaboracion de representantes de su pueblo, laicos, religiosos y diaconos. Mencion especial merecen los vicarios cooperadores, quienes aun estando bajo la autoridad del parroco, no pueden ser ya considerados como simples ejecutores de sus directivas, sino como sus colaboradores, ya que forman parte de un mismo y unico presbitcrio [PO 8].


15 Cuando una parroquia no puede ser normalmente atendida o contar con un parroco residente, puede ser confiada a los cuidados de un diacono o de un grupo de religiosos o religiosas, a ejemplo de lo que se ha hecho en algunas regiones con resultados muy positivos.


16 La comunidad parroquial forma parte de una unidad mas amplia: la de la vicaria foranea o decanato, cuyo titular esta llamado a "promover y dirigir la accion pastoral comun en el territorio a él encomendado" [Pablo VI, "Ecclesiae sanctae" 19 1]. Si varias vicarias foraneas vecinas son suficientemente homogéneas y caracterizadas en su problematica pastoral, conviene formar con ellas una zona, que podria quedar bajo la responsabilidad de un vicario episcopal [Pablo VI, "Ecclesiae sanctae" 14 2].

Diocesis


17 El hecho de estar presidida por un obispo, hace que una porcion del Pueblo de Dios "constituya una Iglesia particular, en que se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo que es una, santa, catolica y apostolica" [CD 11].

El obispo es " testigo de Cristo ante todos los hombres" [CD 11], y su tarea esencial es poner a su pueblo en condiciones de testimonio evangélico de vida y accion. Por consiguiente, sin perjuicio del apostolado que les compete a todos los bautizados en razon de su accion, debe él preocuparse en forma especial, de que los movimientos apostolicos ambientales que ocupan un lugar tan importante en la estructura pastoral diocesana, se integren armonicamente en la prosecucion de dichas metas. En una palabra, el obispo tiene la responsabilidad de la Pastoral de conjunto en cuanto tal, y todos en la diocesis han de coordinar su accion con las metas y prioridades senaladas por él.


18 Pero para asumir esta tarea y responsabilidad, debe contar el obispo, antes que nada, con el Consejo Presbiterial, senado suyo en el régimen de la diocesis, que debe "ayudarlo eficazmente con sus consejos en su ministerio y funcion de ensenar, santificar y apacentar al Pueblo de Dios" [PO 7].

Es muy deseable que también pueda contar el obispo con un Consejo Pastoral dotado de consistencia y funcionalidad de vida a este Consejo, que representa al Pueblo de Dios en la diversidad de sus condiciones y estados de vida (sacerdotes, diaconos, religiosos y religiosas, laicos), le corresponde estudiar y sopesar lo que atane a las obras pastorales, "de tal manera que se promueva la conformidad con el Evangelio de la vida y accion del Pueblo de Dios" Pablo VI, "Ecclesiae sanctae" 16 1].

Si el Consejo Presbiterial debe ser el principal canal del dialogo del obispo con sus presbiteros, el Consejo Pastoral debe serlo de su dialogo con toda su diocesis.


19 La Curia Diocesana, como prolongacion de la persona misma del obispo en todos sus aspectos y actividades, debe tener un caracter primordialmente pastoral [CD 27], y seria de desear que tuviera representacion dentro del Consejo Presbiterial.

Se recomienda que a los laicos sean encomendados los cargos de la Curia que puedan ser desempenados por ellos.


20 De trascendental importancia es la figura de los Vicarios del Obispo. La funcion de los llamados Vicarios Episcopales, y el caracter eminentemente pastoral de su papel, delineado por el Concilio [CD 37], no requieren mayores comentarios. Pero es oportuno subrayar que no se puede seguir considerando al Vicario General como mero administrador de la diocesis. Siendo el "alter ego" del obispo, ha de ser un Pastor. En la medida misma en que se multiplican los Vicarios Episcopales especializados [Pablo VI, "Ecclesiae sanctae" 14 2], es indispensable que el Vicario General sea un hombre penetrado de toda la amplitud de la mision episcopal.


21 "Los obispos, en virtud de la consagracion sacramental y por la comunion jerarquica con la cabeza y miembros del Colegio, son constituidos miembros del Cuerpo Episcopal" [CD 4]. Por consiguiente, deben "mantenerse siempre unidos entre si y mostrarse solicitos con todas las Iglesias, ya que, por institucion divina y por imperativo del oficio apostolico, cada uno juntamente con los otros obispos, es responsable de la Iglesia" [CD 6]. El cumplimiento de este deber redunda en beneficio de la propia diocesis, pues asi la comunion eclesial de sus fieles se abre a las dimensiones de la catolicidad.

Conferencias episcopales


22 La Conferencia Episcopal ha de constituir en cada pais o region la expresion concreta del espiritu de colegialidad que debe animar a cada obispo.

Ha de fortalecer su estructura interna precisando las respectivas responsabilidades, mediante comisiones formadas por obispos competentes, con asesores especializados. Es recomendable que se empleen una dinamica de grupo y una técnica de organizaciones operantes, con amplia utilizacion de los medios de comunicacion social y de opinion publica.


23 Su actividad ha de desenvolverse dentro de una auténtica Pastoral de conjunto y con planes de pastoral que respondan siempre a la realidad humana y a las necesidades religiosas del Pueblo de Dios. Debe ser elemento de integracion de las diversas diocesis, y en especial, factor de equilibrio en la distribucion de personal y de medios [CD 6; Pablo VI, "Ecclesiae sanctae" 2; 23/11/65]. Procuraran también una auténtica integracion de todo el personal apostolico que se ofrece al pais desde el exterior, en particular mediante el dialogo con los organismos episcopales que lo ofrecen.


24 Las Conferencias Episcopales han de asumir decididamente todas las atribuciones que les ha reconocido o concedido el Concilio, en los campos de su competencia, y de acuerdo con su conocimiento concreto de la realidad inmediata.


25 Procuren las Conferencias Episcopales que la voz de los respectivos presbiterios y del laicado del pais llegue fielmente hasta ellas. Asimismo, tengan una mas estrecha u operante integracion con la Confederacion de Superiores Mayores Religiosos, incorporandolos en el estudio, la elaboracion y la ejecucion de la pastoral.


26 Para que la accion sea mas eficaz, se hace necesario aplicar lo que dice el Concilio: "el bien de las almas pide la debida circunscripcion, no solo de las diocesis, sino de las provincias eclesiasticas, de forma que se provea a las necesidades del Apostolado de acuerdo con las circunstancias sociales y locales" [CD 39]. Conviene plantearse la conveniencia de las prelaturas personales [PO 10; Pablo VI, "Ecclesiae sanctae" 4], para una mejor atencion a ciertos grupos étnicos dispersos en varias circunscripciones eclesiasticas y en situaciones variadas, incluyendo aqui las situaciones migratorias.


27 Las Conferencias Episcopales han de ser los organos de aplicacion de los acuerdos de las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano.


28 Para vivir profundamente el espiritu catolico estaran las Conferencias Episcopales en contacto, no solo con el Romano Pontifice y los Organismos de la Santa Sede, sino también con las Iglesias de otros continentes, tanto para la mutua edificacion de las Iglesias, como para la promocion de la justicia y de la paz en el mundo.

Organismos continentales


29 A nivel continental, el espiritu de colegialidad de los obispos latinoamericanos en la solucion de problemas comunes, se expresa en la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, y en el Consejo Episcopal Latinoamericano, si bien de diversas maneras. Guardada la integridad del CELAM como organismo de indole continental, nada impide que, para una mejor coordinacion de los trabajos pastorales, se organicen varios paises abocados a problemas o situaciones similares.


30 El CELAM, como organo de contacto, colaboracion y servicio, es una irreemplazable ayuda para la reflexion y la accion de toda la Iglesia Latinoamericana.


31 Para la mejor consistencia y funcionalidad de este organismo es urgente una mayor comunicacion entre los Departamentos del CELAM y las correspondientes Comisiones de las Conferencias Episcopales Nacionales, en razon de los frentes de trabajo.


32 El CELAM ha de preocuparse mucho de esta época por una reflexion integral y continuada y enriquecedora comunion de experiencias en el campo pastoral. Entre las materias cuyo estudio seria oportuno que abordase, deberian actualmente figurar las comunidades de base.


33 El CELAM debe aumentar sus relaciones con los Organismos Latinoamericanos y mundiales para un mejor servicio al continente.

Otras exigencias de la Pastoral de conjunto


34 La Pastoral de conjunto, teniendo en cuenta el momento actual de la Iglesia en América Latina, ademas de la ya mencionada reforma de estructuras, exige:

a) Una renovacion personal, y

b) Una accion pastoral debidamente planificada de acuerdo con el proceso de desarrollo de América Latina.




35 La renovacion personal implica un proceso de continua mentalizacion y "aggiornamento", desde un doble punto de vista:

a) Teologico-pastoral, fundamentado en los Documentos Conciliares y en la teologia vigente; y

b) Pedagogico, proveniente de un continuo dialogo apoyado en la dinamica de grupo y en una revision sobre la accion mediante tipos de pastoral, tendiente a crear un auténtico sentido comunitario, sin el cual es totalmente imposible una genuina pastoral de conjunto.

Esta renovacion personal debe alcanzar a todas las esferas del Pueblo de Dios, creando en obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, movimientos y asociaciones, una sola conciencia eclesial.


36 Una accion pastoral planificada exige:

a) Estudio de la realidad del ambiente con la colaboracion técnica de organismos y personas especializadas;

b) Reflexion teologica sobre la realidad detectada;

c) Censo y ordenamiento de los elementos humanos disponibles y de los materiales de trabajo; el personal especializado se preparara en los diversos Institutos nacionales o latinoamericanos;

d) Determinacion de las prioridades de accion;

e) Elaboracion del plan pastoral. Se deben seguir para éstos los principios técnicos y serios de una auténtica planificacion, dentro de una integracion en planes de nivel superior.

f ) Evaluacion periodica de las realizaciones.






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