CELAM - PUEBLO ENVIADO DE DIOS


2.3. EL PUEBLO DE DIOS, AL SERVICIO DE LA COMUNION

UN PUEBLO SERVIDOR


270. El Pueblo de Dios, como Sacramento universal de salvacion, esta enteramente al servicio de la comunion de los hombres con Dios y del género humano entre si (Cfr. LG 1). La Iglesia es, por lo tanto, un pueblo de servidores. Su modo propio de servir es Evangelizar; es un servicio que solo ella puede prestar. Determina su identidad y la originalidad de su aporte. Dicho servicio evangelizador de la Iglesia se dirige a todos los hombres, sin distincion. Pero debe reflejar siempre en él la especial predileccion de Jesus por los mas pobres y los que sufren.


27l. Dentro del Pueblo de Dios, todos -jerarquia, laicos, religiosos- son servidores del Evangelio. Cada uno segun su papel y carisma propios. La Iglesia, como servidora del Evangelio, sirve a la vez a Dios y a los hombres. Pero para conducir a éstos hacia el Reino de su Senor, el unico de quien ella, junto con la Virgen Maria, se proclama esclava y a quien subordina todo su servicio humano.




LA IGLESIA, SIGNO DE COMUNION


272. La Iglesia evangeliza, en primer lugar, mediante el testimonio global de su vida. Asi, en fidelidad a su condicion de sacramento, trata de ser mas y mas en signo transparente o modelo vivo de la comunion de amor en Cristo que anuncia y se esfuerza por realizar. La pedagogia de la Encarnacion nos ensena que los hombres necesitan modelos preclaros que los guien(*). América Latina también necesita tales modelos.

(*) Se dice que el hecho de mayor relevancia politica de la Edad Media fue la fundacion de los monjes benedictinos, porque su forma de vida comunitaria se convirtio en el gran modelo de organizacion social para la Europa naciente.


273. Cada comunidad eclesial deberia esforzarse por constituir para el Continente un ejemplo de modo de convivencia donde logren aunarse la libertad y la solidaridad. Donde la autoridad se ejerza con el espiritu del Buen Pastor. Donde se viva una actitud diferente frente a la riqueza. Donde se ensayen formas de organizacion y estructuras de participacion, capaces de abrir camino hacia un tipo mas humano de sociedad. Y sobre todo, donde inequivocamente se manifieste que, sin una radical comunion puramente humana resulta a la postre incapaz de sustentarse y termina fatalmente volviéndose contra el mismo hombre.




LA IGLESIA ESCUELA DE FORJADORES DE HISTORIA


274. Para los mismos cristianos, la Iglesia deberia convertirse en el lugar donde aprenden a vivir la fe experimentandola y descubriéndola encarnada en otros. Del modo mas urgente, deberia ser la escuela donde se eduquen hombres capaces de hacer historia, para impulsar eficazmente con Cristo la historia de nuestros pueblos hacia el Reino.


275. Ante los desafios historicos que enfrentan nuestros pueblos encontramos entre los cristianos dos tipos de reaccion extremas. Los "pasivistas", que creen no poder o no deber intervenir, esperando que Dios solo actue y libere. Los "activistas", que en una perspectiva secularizada, consideran a Dios lejano, como si hubiera entregado la completa responsabilidad de la historia a los hombres, quienes, por lo mismo, intentan angustiada y frenéticamente empujarla hacia adelante.


276. La actitud de Jesus fue otra. En El culmino la sabiduria ensenada por Dios a Israel. Israel habia encontrado a Dios en medio de su historia. Dios lo invito a forjarla juntos, en Alianza. El senalaba el camino y la meta, y exigia la colaboracion libre y creyente de su Pueblo. Jesus aparece igualmente, actuando en la historia, de la mano de su Padre, su actitud es, a la vez, de total confianza y de maxima corresponsabilidad y compromiso. Porque sabe que todo esta en las manos del Padre que cuida de las aves y de los lirios del campo (Lc 12,22-23). Pero sabe también que la accion del Padre busca pasar a través de la suya.


277. Como el Padre es el protagonista principal, Jesus busca seguir caminos y sus ritmos. Su preocupacion de cada instante consiste en sintonizar fiel y rigurosamente con el querer del Padre. No basta con conocer la meta y caminar hacia ella. Se trata de conocer y esperar la hora (Cfr. Jn. 2,4;13,1), que para cada paso tiene senalada el Padre, escrutando los signos de su Providencia. De esta docilidad filial dependera toda la fecundidad de la obra.


278. Ademas, Jesus tiene claro que no solo se trata de liberar a los hombres del pecado y sus dolorosas consecuencias. El sabe bien lo que hoy tanto se calla en América Latina: que se debe liberar el dolor por el dolor, esto es, asumiendo la Cruz y convirtiéndola en fuente de vida pascual.


279. Para que América Latina sea capaz de convertir sus dolores en crecimiento hacia una sociedad verdaderamente participada y fraternal, necesita educar hombres capaces de forjar la historia segun la "praxis" de Jesus, entendida como la hemos precisado a partir de la teologia biblica de la historia. El continente necesita hombres conscientes de que Dios los llama a actuar en alianza con El. Hombres de corazon docil, capaces de hacer suyos los caminos y el ritmo que la Providencia indique. Especialmente capaces de asumir su propio dolor y el de nuestros pueblos y convertirlos, con espiritu pascual, en exigencia de conversion personal, en fuente de solidaridad con todos los que comparten este sufrimiento y en desafio para la iniciativa y la imaginacion creadora.




LA IGLESIA, INSTRUMENTO DE COMUNION


280. A través de la accion de cristianos evangélicamente comprometidos la Iglesia puede completar su mision de Sacramento de salvacion haciéndose instrumento del Senor que dinamice eficazmente hacia El la historia de los hombres y de los pueblos.


281. La realizacion historica de este servicio evangelizador resultara siempre ardua y dramatica, porque el pecado, fuerza de ruptura, obstaculizara permanentemente el crecimiento en el amor y la comunion, tanto desde el corazon de los hombres, como desde las diversas estructuras por ellos creadas, en las cuales el pecado de sus autores ha impreso su huella destructora. En este sentido, la situacion de miseria, marginacion, injusticia y corrupcion que hiere a nuestro continente, exige del Pueblo de Dios y de cada cristiano un auténtico heroismo en su compromiso evangelizador, a fin de poder superar semejantes obstaculos. Ante tal desafio, la Iglesia se sabe limitada y pequena, pero se siente animada por el Espiritu y protegida por Maria. Su intercesion poderosa le permitira superar las "estructuras de pecado" en la vida personal y social y le obtendra la "verdadera liberacion" que viene de Cristo Jesus (Juan Pablo II, Zapopan 11).





2.4. MARIA, MADRE Y MODELO DE LA IGLESIA


282. En nuestros pueblos, el Evangelio ha sido anunciado, presentando a la Virgen Maria como su realizacion mas alta. Desde los origenes -en su aparicion y advocacion de Guadalupe-, Maria constituyo el gran signo, de rostro maternal y misericordioso, de la cercania del Padre y de Cristo con quienes ella nos invita a entrar en comunion. Maria fue también la voz que impulso a la union entre los hombres y los pueblos. Como el de Guadalupe, los otros santuarios marianos del continente son signos del encuentro de la fe de la Iglesia con la historia latinoamericana.


283. Pablo VI afirmo que la devocion a Maria es "un elemento cualificador" e "intrinseco" de la "genuina piedad de la Iglesia" y del "culto cristiano" (Cfr. M.C. Intr., 56). Esto es una experiencia vital e historica de América Latina. Esa experiencia, lo senala Juan Pablo II, pertenece a la intima "identidad propia de estos pueblos" (Juan Pablo II, Zapopan 2).


284. El pueblo sabe que encuentra a Maria en la Iglesia Catolica. La piedad mariana ha sido, a menudo, el vinculo resistente que ha mantenido fieles a la Iglesia sectores que carecian de atencion pastoral adecuada.


285. El pueblo creyente reconoce en la Iglesia la familia que tiene por madre a la Madre de Dios. En la Iglesia confirma su instinto evangélico segun el cual Maria es el modelo perfecto del cristiano, la imagen ideal de la Iglesia.




MARIA, MADRE DE LA IGLESIA


286. La Iglesia "instruida por el Espiritu Santo venera" a Maria "como madre amantisima, con afecto de piedad filial" (LG 13). En esa fe, el Papa Pablo VI quiso proclamar a Maria como "Madre de la Iglesia" (Cfr. AAS, 1964, 1007).


287. Se nos ha revelado la admirable fecundidad de Maria. Ella se hace Madre de Dios, del Cristo historico en el fiat de la anunciacion, cuando el Espiritu Santo la cubre con su sombra. Es Madre de la Iglesia porque es Madre de Cristo, Cabeza del Cuerpo mistico. Ademas, es nuestra Madre "por haber cooperado con su amor" (LG 53) en el momento en que del corazon traspasado de Cristo nacia la familia de los redimidos; "por eso es nuestra madre en el orden de la gracia"(LG 61). Vida de Cristo que irrumpe victoriosa en Pentecostés, donde Maria imploro para la Iglesia el Espiritu Santo vivificador.


288. La Iglesia, con la Evangelizacion, engendra nuevos hijos. Ese proceso que consiste en "transformar desde dentro" en "renovar a la misma humanidad" (EN 18) es un verdadero volver a nacer. En ese parto, que siempre se reitera, Maria es nuestra Madre. Ella, gloriosa en el cielo, actua en la tierra. Participando del senorio de Cristo Resucitado, "con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que todavia peregrinan"(LG 62); su gran cuidado es que los cristianos tengan vida abundante y lleguen a la madurez de la plenitud de Cristo (Cfr. Jn 10,10 Ef. Jn 4,13).


289. Maria no solo vela por la Iglesia. Ella tiene un corazon tan amplio como el mundo e implora ante el Senor de la historia por todos los pueblos. Esto lo registra la fe popular que encomienda a Maria, como Reina material, el destino de nuestras naciones.


290. Mientras peregrinamos, Maria sera la Madre educadora de la fe (LG 63). Cuida de que el Evangelio nos penetre, conforme nuestra vida diaria y produzca frutos de santidad. Ella tiene que ser cada vez mas la pedagoga del Evangelio en América Latina.


291. Maria es verdaderamente Madre de la Iglesia. Marca al Pueblo de Dios. Pablo VI hace suya una concisa formula de la tradicion: "No se puede hablar de la Iglesia si no esta presente Maria" (MCU 28). Se trata de una presencia femenina que crea el ambiente familiar, la voluntad de acogida, el amor y el respeto por la vida. Es presencia sacramental de los rasgos maternales de Dios. Es una realidad tan hondamente humana y santa que suscita en los creyentes las plegarias de la ternura, del dolor y de la esperanza.




MARIA, MODELO DE LA IGLESIA

MODELO EN SU RELACION A CRISTO


292. Segun el plan de Dios, en Maria "todo esta referido a Cristo y todo depende de El" (MCU 25). Su existencia entera es una plena comunion con su Hijo. Ella dio su si a ese designio de amor. Libremente lo acepto en la anunciacion y fue fiel a su palabra hasta el martirio del Golgota. Fue la fiel acompanante del Senor en todos sus caminos. La maternidad divina la llevo a una entrega total. Fue un don generoso, lucido y permanente. Anudo una historia de amor a Cristo intima y santa, unica, que culmina en la gloria.


293. Maria, llevada a la maxima participacion con Cristo, es la colaboradora estrecha en su obra. Ella fue "algo del todo distinto de una mujer pasivamente remisiva o de religiosidad alienante" (MCU 37). No es solo el fruto admirable de la redencion; es también la cooperadora activa. En Maria se manifiesta preclaramente que Cristo no anula la creatividad de quienes le siguen. Ella, asociada a Cristo, desarrolla todas sus capacidades y responsabilidades humanas, hasta llegar a ser la nueva Eva junto al nuevo Adan. Maria, por su cooperacion libre en la historia. Por esta comunion y participacion, la Virgen Inmaculada vive ahora inmersa en el misterio de la Trinidad, alabando la gloria de Dios e intercediendo por los hombres.




MODELO PARA LA VIDA DE LA IGLESIA Y DE LOS HOMBRES


294. Ahora, cuando nuestra Iglesia latinoamericana quiere dar un nuevo paso de fidelidad a su Senor, miramos la figura viviente de Maria. Ella nos ensena que la virginidad es un don exclusivo a Jesucristo, en que la fe, la pobreza y la obediencia al Senor se hacen fecundas por la accion del Espiritu. Asi también la Iglesia quiere ser madre de todos los hombres, no a costa de su amor a Cristo, distrayéndose de El o postergandolo, sino por su comunion intima y total con El. La virginidad maternal de Maria conjuga en el misterio de la Iglesia esas dos realidades: toda de Cristo y con El, toda servidora de los hombres. Silencio, contemplacion y adoracion, que originan la mas generosa respuesta al envio, la mas fecunda Evangelizacion de los pueblos.


295. Maria, Madre, despierta el corazon filial que duerme en cada hombre. En esta forma, nos lleva a desarrollar la vida del bautismo por el cual fuimos hechos hijos. Simultaneamente, ese carisma maternal hace crecer en nosotros la fraternidad. Asi Maria hace que la Iglesia se sienta familia.


296. Maria es reconocida como modelo extraordinario de la Iglesia en el orden de la fe (Cfr. Mc 3,31-34). Ella es la creyente en quien resplandece la fe como don, apertura, respuesta y fidelidad. Es la perfecta discipula que se abre a la Palabra y se deja penetrar por su dinamismo: cuando no la comprende y queda sorprendida, no la rechaza o relega; la medita y la guarda (Cfr. Lc 2,51). Y cuando suena duro a sus oidos, persiste confiadamente en el dialogo de fe con el Dios que le habla; asi en la escena del hallazgo de Jesus en el templo y en Cana, cuando su Hijo rechaza inicialmente su suplica y a asociarse a la cruz, como al unico arbol de la vida. Por su fe es la Virgen fiel, en quien se cumple la bienaventuranza mayor: "feliz la que ha creido" (Lc 1,45) (Juan Pablo II, Homilia Guadalupe. AAS LXXI, p. 164).




BENDITA ENTRE TODAS LAS MUJERES


298. La Inmaculada Concepcion nos ofrece en Maria el rostro del hombre nuevo redimido por Cristo, en el cual Dios recrea "mas maravillosamente aun" (Colecta de la Natividad de Jesus) el proyecto del paraiso. En la Asuncion se nos manifiesta el sentido y el destino del cuerpo santificado por la gracia. En el cuerpo glorioso de Maria comienza la creacion material a tener parte en el cuerpo resucitado de Cristo. Maria Asunta es la integridad humana, cuerpo y alma que ahora reina intercediendo por los hombres, peregrinos en la historia. Estas verdades y misterio alumbran un continente donde la profanacion del hombre es una constante y donde muchos se repliegan es un pasivo fatalismo.


299. Maria es mujer. Es "la bendita entre todas la mujeres". En ella Dios dignifico a la mujer en dimensiones insospechadas. En Maria el Evangelio penetro la feminidad, la redimio y la exalto. Esto es de capital importancia para nuestro horizonte cultural, en el que la mujer debe ser valorada mucho mas y donde sus tareas sociales se estan definiendo mas clara y ampliamente. Maria es garantia de la grandeza femenina, muestra la forma especifica del ser mujer, con esa vocacion de ser alma, entrega que espiritualice la carne y encarne el espiritu.




MODELO DEL SERVICIO ECLESIAL EN AMERICA LATINA


300. La Virgen Maria se hizo la sierva del Senor. La Escritura la muestra como la que, yendo a servir a Isabel en la circunstancia del parto, le hace el servicio mucho mayor de anunciarle el Evangelio con las palabras del Magnificat. En Cana esta atenta a las necesidades de la fiesta y su intercesion provoca la fe de los discipulos que "creyeron en El" (Jn 2,11). Todo su servicio a los hombres es abrirlos al Evangelio e invitarlos a su obediencia: "Haced lo que El os diga" (Jn 2,5).


301. Por medio de Maria, Dios se hizo carne; entro a formar parte de un pueblo; constituyo el centro de la historia. Ella es el punto de enlace del cielo con la tierra. Sin Maria, el Evangelio se desencarna, se desfigura y se transforma en ideologia, en racionalismo espiritualista.


302. Pablo VI senala la amplitud del servicio de Maria con palabras que tienen un eco muy actual en nuestro continente: ella es "una mujer fuerte que conocio la pobreza y el sufrimiento, la huida y el exilio Cfr. Mt. 3,13-23): situaciones estas que no pueden escapar a la atencion de quien quiere secundar con espiritu evangélico las energias liberadoras del hombre y de la sociedad. Se presentara Maria como mujer que con su accion favorecio la fe de la comunidad apostolica en Cristo (Cfr. Jn 2,1-12) y cuya funcion maternal se dilato, asumiendo sobre el Calvario dimensiones universales" (MCU 37).


303. El pueblo latinoamericano sabe todo esto. La Iglesia es consciente de que "lo que importa es evangelizar no de una manera decorativa, como un barniz superficial" (EN 20). Esa Iglesia, que con nueva lucidez y decision quiere Evangelizar en lo hondo, en la raiz, en la cultura del pueblo, se vuelve a Maria para que el Evangelio se haga mas carne, mas corazon de América Latina. Esta es la hora de Maria, tiempo de un nuevo Pentecostés que ella preside con su oracion, cuando, bajo el influjo del Espiritu Santo, inicia la Iglesia un nuevo tramo en su peregrinar. Que Maria sea en este camino "estrella de la Evangelizacion siempre renovada" (EN 81)





3. LA VERDAD SOBRE EL HOMBRE: LA DIGNIDAD HUMANA


304. Vision cristiana del hombre, tanto a la luz de la fe como de la razon, para juzgar su situacion en América Latina en orden a contribuir a la edificacion de una sociedad mas cristiana y por tanto, mas humana.





1. VISIONES INADECUADAS DEL HOMBRE EN AMERICA LATINA


1.1. INTRODUCCION


305. En el misterio de Cristo, Dios baja hasta el abismo del ser humano para restaurar desde dentro su dignidad. La fe en Cristo nos ofrece, asi, los criterios fundamentales para obtener una vision integral del hombre que, a su vez, ilumina y completa la imagen concebida por la filosofia y los aportes de las demas ciencias humanas, respecto al ser del hombre y a su realizacion.


306. Por su parte, la Iglesia tiene el derecho y el deber de anunciar a todos los pueblos la vision cristiana de la persona humana, pues sabe que la necesita para iluminar la propia identidad y el sentido de la vida y porque profesa que todo atropello a la dignidad del hombre es atropello al mismo Dios, de quien es imagen. Por lo tanto, la Evangelizacion en el presente y en el futuro de América Latina exige de la Iglesia una palabra clara sobre la dignidad del hombre. Con ella se quiere rectificar o integrar tantas visiones inadecuadas que se propagan en nuestro continente, de las cuales, unas atentan contra la identidad y la genuina libertad; otras impiden la comunion; otras no promueven la participacion con Dios y con los hombres.


307. América Latina constituye el espacio historico donde se da el encuentro de tres universos culturales: el indigena, el blanco y el africano, enriquecidos después por diversas corrientes migratorias. Se da, al mismo tiempo, una convergencia de formas distintas de ver el mundo, el hombre y Dios y de reaccionar frente a ellos. Se ha fraguado una especie de mestizaje latinoamericano. Aunque en su espiritu permanece una base de vivencias religiosas marcadas por el Evangelio, emergen también y se entremezclan cosmovisiones ajenas a la fe cristiana. Con el tiempo, teorias e ideologias introducen en nuestro continente nuevos enfoques sobre el hombre que parcializan o deforman aspectos de su vision integral o se cierran a ella.



1.2. VISION DETERMINISTA


308. No se puede desconocer en América Latina la erupcion del alma religiosa primitiva a la que se liga una vision de la persona como prisionera de las de las formas magicas de ver el mundo y actuar sobre él. El hombre no es dueno de si mismo sino victima de fuerzas ocultas. En esta vision determinista, no le cabe otra actitud sino colaborar con esas fuerzas o anonadarse ante ellas (de aqui la practica de la hechiceria y el interés creciente por los horoscopos en algunas regiones). Se agrega a veces, la creencia en la reencarnacion por parte de los adeptos de varias formas de espiritismo y de religiones orientales. No pocos cristianos, al ignorar la autonomia propia de la naturaleza y de la historia, continuan creyendo que todo lo que acontece es determinado e impuesto por Dios.


309. Una variante de esta vision determinista, pero mas de tipo fatalista y social, se apoya en la idea erronea de que los hombres no son fundamentalmente iguales. Semejante diferencia articula en las relaciones humanas muchas discriminaciones y marginaciones incompatibles con la dignidad del hombre. Mas que en teoria, esa falta de respeto a la persona se manifiesta en expresiones y actitudes de quienes se juzgan superiores a otros. De aqui, con frecuencia, la situacion de desigualdad en que viven obreros, campesinos, indigenas, empleadas domésticas y tantos otros sectores.





1.3. VISION PSICOLOGISTA


310. Restringida ahora a ciertos sectores de la sociedad latinoamericana, cobra cada vez mas importancia la idea de que la persona humana se reduce en ultima instancia a su psiquismo. En la vision psicologista del hombre, segun su expresion mas radical, se nos presenta la persona como victima del instinto fundamental erotico o como un simple mecanismo de respuesta a estimulos, carente de libertad. Cerrada a Dios y a los hombres, ya que la religion como la cultura y la propia historia serian apenas sublimaciones del instinto sensual, la negacion de la propia responsabilidad conduce no pocas veces al pansexualismo y justifica el machismo latinoamericano.





1.4. VISIONES ECONOMICISTAS


311. Bajo el signo de lo economico, se pueden senalar en América Latina tres visiones del hombre que, aunque distintas, tienen una raiz comun. De las tres, quizas la menos consciente y, con todo, la mas generalizada es la vision consumista. La persona humana esta como lanzada en el engranaje de la maquina de la produccion industrial; se la ve apenas como instrumento de produccion y objeto de consumo. Todo se fabrica y se vende en nombre de los valores del tener, del poder y del placer como si fueran sinonimos de la felicidad humana. Impidiendo asi el acceso a los valores espirituales, se promueve, en razon del lucro, una aparente y muy onerosa "participacion" en el bien comun.


312. Al servicio de la sociedad de consumo, pero proyectandose mas alla de la misma, el liberalismo economico, de praxis marxista, nos presenta una vision individualista del hombre. Segun ella, la dignidad de la persona consiste en la eficacia economica y en la libertad individual. Encerrada en si misma y aferrada frecuentemente a un concepto religioso de salvacion individual, se ciega a las exigencias de la justicia social y se coloca al servicio del imperialismo internacional del dinero, al cual se asocian muchos gobiernos que olvidan sus obligaciones en relacion al bien comun.


313. Opuesto al liberalismo economico en su forma clasica y en lucha permanente contra sus injustas consecuencias, el marxismo clasico substituye la vision individualista del hombre por una vision colectivista, casi mesianica, del mismo. La meta de la existencia humana se pone en el desarrollo de las fuerzas materiales de produccion. La persona no es originariamente su conciencia; esta mas bien constituida por su existencia social. Despojada del arbitrio interno que le puede senalar el camino para su realizacion personal, recibe normas de comportamiento unicamente de quienes son responsables del cambio de las estructuras socio-politico-economicas. Por eso, desconoce los derechos del hombre, especialmente el derecho a la libertad religiosa, que esta a la base de todas las libertades (Cfr. Juan Pablo II, Disc. inaugural III, 1. AAS LXXI, p. 198). De esta forma, la dimension religiosa cuyo origen estaria en los conflictos de la infraestructura economica, se orienta hacia una fraternidad mesianica sin relacion a Dios. Materialista y ateo, el humanismo marxista reduce el ser humano en ultima instancia a las estructuras exteriores.





1.5. VISION ESTATISTA


314. Menos conocida pero actuante en la organizacion de no pocos gobiernos latinoamericanos, la vision que podriamos llamar estatista del hombre tiene su base en la teoria de la Seguridad Nacional. Pone al individuo al servicio ilimitado de la supuesta guerra total contra los conflictos culturales, sociales, politicos y economicos y, mediante ellos, contra la amenaza del comunismo. Frente a este peligro permanente, real o posible, se limitan, como en toda situacion de emergencia, las libertades individuales y la voluntad del estado se confunde con la voluntad de la nacion. El desarrollo economico y el potencial bélico se superponen a las necesidades de las masas abandonadas. Aunque necesaria a toda organizacion politica, la Seguridad Nacional vista bajo este angulo se presenta como un absoluto sobre las personas; en nombre de ella se institucionaliza la inseguridad de los individuos.





1.6. VISION CIENTISTA


315. La organizacion técnico-cientista de ciertos paises esta engendrando una vision cientista del hombre cuya vocacion es la conquista del universo. En esta vision, solo se reconoce como verdad lo que la ciencia puede demostrar; el mismo hombre se reduce a su definicion cientifica. En nombre de la ciencia todo se justifica, incluso lo que constituye una afrenta a la dignidad humana. Al mismo tiempo se someten las comunidades nacionales a decisiones de un nuevo poder, la tecnocracia. Una especie de ingenieria social puede controlar los espacios de libertad de individuos e instituciones, con el riesgo de reducirlos a meros elementos de calculo.





2. REFLEXION DOCTRINAL


2.1. PROCLAMACION FUNDAMENTAL


316. Es grave obligacion nuestra proclamar, ante los hermanos de América Latina, la dignidad que a todos, sin distincion alguna les es propia (Cfr. Gén. 1,26-28; 9,2-7; Eclo. 17,2-4; Sab. 9,2-3; Ps 8,5-9) y que sin embargo vemos conculcadas tantas veces en forma extrema. A reivindicar tal dignidad nos mueve la revelacion contenida en el mensaje y en la persona misma de Jesucristo: El "conocia lo que hay en el hombre" (Jn 2,25); con todo, no vacilo en "tomar la forma de esclavo" (Flp. 2,7) ni rechazo vivir hasta la muerte junto a los postergados para hacerlos participes de la exaltacion que El mismo merecio de Dios Padre.


317. Profesamos, pues, que todo hombre y toda mujer (Cfr. Ga 5,13-24) por mas insignificantes que parezcan, tienen en si una nobleza inviolable que ellos mismos y los demas deben respetar y hacer respetar sin condiciones; que toda vida humana merece por si misma, en cualquier circunstancia, su dignificacion; que toda convivencia humana tiene que fundarse en el bien comun, consistente en la realizacion cada vez mas fraterna de la comun dignidad, lo cual exige no instrumentalizar a unos en favor de otros y estar dispuestos a sacrificar aun bienes particulares.


318. Condenamos todo menosprecio, reduccion o atropello de las personas y de sus derechos inalienables; todo atentado contra la vida humana, desde la oculta en el seno materno, hasta la que se juzga como inutil y la que se esta agotando en la ancianidad; toda violacion o degradacion de la convivencia entre los individuos, los grupos sociales y las naciones.


319. Es cierto que el misterio del hombre solo se ilumina perfectamente por la fe en Jesucristo (Cfr. GS 22 Juan Pablo II, Discurso inaugural I, 9. AAS LXXI, p. 195) que ha sido para América Latina fuente historica del anhelo de dignidad, hoy clamoroso en nuestros pueblos creyentes y sufridos. Solo la aceptacion y el seguimiento de Jesucristo nos abren a las certidumbres mas confortantes y a las exigencias mas apremiantes de la dignidad humana, ya que ésta radica en la gratuita vocacion a la vida que el Padre Celestial va haciendo oir de modo nuevo, a través de los combates y las esperanzas de la historia. Pero no nos cabe duda de que, al luchar por la dignidad, estamos unidos también a otros hombres lucidos que, con un esfuerzo sincero por liberarse de enganos y apasionamientos, siguen la luz del espiritu que el Creador les ha dado, para reconocer en la propia persona y en la de los demas un don magnifico, un valor irrenunciable, una tarea trascendente.


320. De este modo, nos sentimos urgidos a cumplir por todos los medios lo que puede ser el imperativo original de esta hora de Dios en nuestro continente; una audaz profesion cristiana y una eficaz promocion de la dignidad humana y de sus fundamentos divinos, precisamente entre quienes mas lo necesitan, ya sea porque la desprecian, ya sobre todo porque, sufriendo ese desprecio, buscan -acaso a tientas- la libertad de los hijos de Dios y el advenimiento del hombre nuevo en Jesucristo.





2.2. DIGNIDAD Y LIBERTAD


321. Tiene que revalorarse entre nosotros la imagen cristiana de los hombres; tiene que volver a resonar esa palabra en que viene recogiéndose ya de tiempo atras un excelso ideal de nuestros pueblos: LIBERTAD. Libertad que es a un tiempo don y tarea. Libertad que no se alcanza de veras sin liberacion integral (Cfr. Jn 8,36) y que es, en un sentido valido, meta del hombre segun nuestra fe, puesto que "para la libertad, Cristo nos ha liberado" (Ga 5,1), a fin de que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Cfr. Jn 10,11) como "hijos de Dios y coherederos con el mismo Cristo" (Rm 8,17).


322. La libertad implica siempre aquella capacidad que en principio tenemos todos para disponer de nosotros mismos (Cfr. GS 17) a fin de ir construyendo una comunion y una participacion que han de plasmarse en realidades definitivas, sobre tres planos inseparables: la relacion del hombre con el mundo, como senor; con las personas como hermano y con Dios como hijo.


323. Por la libertad, proyectada sobre el mundo material de la naturaleza y de la técnica, el hombre -siempre en comunidad de esfuerzos multiples- logra la inicial realizacion de su dignidad: someter ese mundo a través del trabajo y de la sabiduria y humanizarlo, de acuerdo con el designio del Creador.


324. Pero la dignidad del hombre verdaderamente libre, exige que no se deje encerrar (Cfr. Mt. 4,4,; Lc. 4,4,; Dt 8,3) en los valores del mundo, particularmente en los bienes materiales, sino que, como ser espiritual, se libere de cualquier esclavitud y vaya mas alla, hacia el plano superior de las relaciones personales, en donde se encuentra consigo mismo y con los demas. La dignidad de los hombres se realiza aqui en el amor fraterno, entendido con toda amplitud que le ha dado el Evangelio y que incluye el servicio mutuo, la aceptacion y promocion practica de los otros, especialmente de los mas necesitados (Cfr. GS 24).


325. No seria posible, sin embargo, el auténtico y permanente logro de la dignidad humana en este nivel, si no estuviéramos al mismo tiempo auténticamente liberados para realizarnos en el plano trascendente. Es el plano del Bien Absoluto en el que siempre se juega nuestra libertad, incluso cuando parecemos ignorarlo; en el plano de la ineludible confrontacion con el misterio divino de alguien que como Padre llama a los hombres, los capacita para ser libres, los guia providentemente y, ya que ellos pueden cerrarse a El e incluso rechazarlo, los juzga y sanciona para vida o para muerte eterna, segun lo que los hombres mismos han realizado libremente. Inmensa responsabilidad que es otro signo de la grandeza, pero también del riesgo que la dignidad humana incluye.


326. A través de la indisoluble unidad de estos tres planos aparecen mejor las exigencias de comunion y participacion que brotan de esa dignidad. Si sobre el plano trascendente se realiza en plenitud nuestra libertad por la aceptacion filial y fiel a Dios, entramos en comunion de amor con el misterio divino; participamos de su misma vida (Cfr. GS 18). Lo contrario es romper con el amor de hijos, rechazar y menospreciar al Padre. Son dos posibilidades extremas que la revelacion cristiana llama gracia y pecado; pero estas no se realizan sino extendiéndose simultaneamente a los otros dos planos, con inmensas consecuencias para la dignidad humana.


327. El amor de Dios que nos dignifica radicalmente, se vuelve por necesidad comunion de amor con los demas hombres y participacion fraterna; para nosotros, hoy, debe volverse, principalmente obra de justicia para los oprimidos (Cfr. Lc 4,18) esfuerzo de liberacion para quienes mas lo necesitan. En efecto, "nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si no ama al hermano a quien ve" (1Jn 4,20). Con todo, la comunion y participacion verdaderas solo pueden existir en esta vida proyectadas sobre el plano muy concreto de las realidades temporales, de modo que el dominio, uso y transformacion de los bienes de la tierra; de la cultura de la ciencia y de la técnica, vayan realizandose en un justo y fraternal senorio del hombre sobre el mundo, teniendo en cuenta el respeto de la ecologia. El Evangelio nos debe ensenar que, ante las realidades que vivimos, no se puede hoy en América Latina amar de veras al hermano y por lo tanto a Dios, sin comprometerse a nivel personal y en muchos casos, incluso, a nivel de estructuras, con el servicio y la promocion de los grupos humanos y de los estratos sociales mas desposeidos y humillados, con todas las consecuencias que se siguen en el plano de esas realidades temporales.


328. Pero a la actitud personal del pecado, a la ruptura con Dios que envilece al hombre, corresponde siempre en el plano de las relaciones interpersonales, la actitud de egoismo, de orgullo, de ambicion y envidia que generan injusticia, dominacion, violencia a todos los niveles; lucha entre individuos, grupos, clases sociales y pueblos, asi como corrupcion, hedonismo, exacerbacion del sexo y superficialidad en las relaciones mutuas (Cfr. Ga 5,19-21). Consiguientemente se establecen situaciones de pecado que, a nivel mundial, esclavizan a tantos hombres y condicionan adversamente a la libertad de todos.


329. Tenemos que liberarnos de este pecado; del pecado, destructor de la dignidad humana. Nos liberamos por la participacion en la vida nueva que nos trae Jesucristo y por la comunion con El, en el misterio de su muerte y de su resurreccion, a condicion de que vivamos ese misterio en los tres planos ya expuestos, sin hacer exclusivo ninguno de ellos. Asi no lo reduciremos ni al verticalismo de una desencarnada union espiritual con Dios, ni a un simple personalismo existencial de lazos entre individuos o pequenos grupos, ni mucho menos al horizontalismo socio-economico-politico (Cfr. Juan Pablo II, Disc. inaugural III, 6. AAS LXXI, p. 202-203).





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