CELAM - SIGNOS DE ESPERANZA Y ALEGRIA


SANTO DOMINGO (1992)

PRESENTACION



Cumplimos con alegria el deber de transmitir el Documento de Santo Domingo al Pueblo de Dios que peregrina en América Latina y en el Caribe.

Es fruto esperanzador de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en el pasado mes de octubre.

Esta Conferencia, convocada, inaugurada y presidida por el Santo Padre Juan Pablo II, trabajo en calida y profunda comunion con el Vicario de Cristo cuyo discurso inaugural constituyo punto fundamental de referencia y de convergencia para los Pastores participantes.

Es procedente recordar que la IV Conferencia se celebro treinta y siete anos después de Rio de Janeiro, veinticuatro después de Medellin y trece después de Puebla.

Los Pastores reunidos en Santo Domingo recogen y actualizan la rica herencia del pasado, en un maravilloso momento: cuando se recuerdan los primeros quinientos anos de la Evangelizacion del Continente y cuando termina un milenio cristiano y se inicia otro. También cuando nuestros pueblos, duramente golpeados por diversos problemas, anhelan de la Iglesia una palabra de esperanza.

Eso quiere ser el Documento de Santo Domingo: una palabra de esperanza. Un instrumento eficaz para una Nueva Evangelizacion. Un mensaje renovado de Jesucristo, fundamento de la promocion humana y principio de una auténtica cultura cristiana.

Las Conclusiones de Santo Domingo no son fruto de la improvisacion. Hay que leerlas a la luz de la triple tematica senalada por el Santo Padre y en el contexto de una larga y fecunda preparacion consignada en los aportes de las Conferencias Episcopales y en numerosos libros publicados por el CELAM.

Junto con las Conclusiones de Santo Domingo aparecen aqui otros importantes documentos:

El discurso inaugural del Santo Padre y la carta que autoriza la publicacion del documento.

Sendos mensajes del Papa a los Indigenas y a los Afroamericanos (*).

(*) Por razones electronicas se omiten estos mensajes.

El mensaje de la IV Conferencia a los Pueblos de América Latina y del Caribe.

En la revision hecha por la Santa Sede, del texto entregado en Santo Domingo, solamente se han introducido algunas correcciones de estilo y algunas breves modificaciones de redaccion en orden a clarificar mejor alguna expresion.

Queda en manos de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias particulares de nuestra América este nuevo instrumento pastoral, con los elementos para un Plan Global de Evangelizacion. Alli podran encontrar los desafios y las lineas pastorales que mas respondan a sus exigencias concretas.

Que Maria, Madre de la Iglesia y Reina de nuestro Continente, ilumine el camino que emprende ahora nuestra América hacia una nueva Evangelizacion, que se proyecte en un mayor compromiso por la promocion integral del hombre e impregne con la luz del Evangelio las culturas de los pueblos latinoamericanos.



+ NICOLAS DE JESUS Cardenal LOPEZ RODRIGUEZ

Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América

Presidente del CELAM

+ JUAN JESUS Cardenal POSADAS OCAMPO

Arzobispo de Guadalajara

Primer Vicepresidente del CELAM


+ TULIO MANUEL CHIRIVELLA VARELA

Arzobispo de Barquisimeto

Segundo Vicepresidente del CELAM

+ OSCAR ANDRES RODRIGUEZ MARADIAGA, S.D.B

Obispo Auxiliar de Tegucigalpa

Presidente del Comité economico del CELAM


+ RAYMUNDO DAMASCENO ASSIS

obispo Auxiliar de Brasilia

Secretario General del CELAM

Santafé de Bogota, Noviembre 22 de 1992

Fiesta de Jesucristo Rey del Universo












DISCURSO INAUGURAL DEL SANTO PADRE: NUEVA EVANGELIZACION, PROMOCION HUMANA, CULTURA CRISTIANA

"Jesucristo ayer, hoy y siempre"

(Hebreos 13,8)

Queridos Hermanos en el Episcopado, amados sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos

Queridos Irmaos no Episcopado, Amados Sacerdotes, religiosos, religiosas e leigos:


1 Bajo la guia del Espiritu, al que hemos invocado fervientemente para que ilumine los trabajos de esta importante asamblea eclesial, inauguramos la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, poniendo nuestros ojos y nuestro corazon en Jesucristo, "el mismo ayer, hoy y siempre" (He 13,8). El es el Principio y el Fin, el Alfa y la Omega (Ap 21,6), la plenitud de la evangelizacion, "el primero y mas grande evangelizador. Lo ha sido hasta el final, hasta la perfeccion, hasta el sacrificio de su existencia terrena" (Evangelii nuntiandi, EN 7).

En este encuentro eclesial sentimos muy viva la presencia de Jesucristo, Senor de la historia. En su nombre se reunieron los Obispos de América Latina en las anteriores Asambleas -Rio de Janeiro en 1955; Medellin en 1968; Puebla en 1979-, y en su mismo nombre nos reunimos ahora en Santo Domingo, para tratar el tema "Nueva Evangelizacion, Promocion humana, Cultura cristiana", que engloba las grandes cuestiones que, de cara al futuro, debe afrontar la Iglesia ante las nuevas situaciones que emergen en Latinoamérica y en el mundo.

Es ésta, queridos Hermanos, una hora de gracia para todos nosotros y para la Iglesia en América. En realidad, para la Iglesia universal, que nos acompana con su plegaria, con esa comunion profunda de los corazones que el Espiritu Santo genera en todos los miembros del unico cuerpo de Cristo. Hora de gracia y también de gran responsabilidad. Ante nuestros ojos se vislumbra ya el tercer milenio. Y si la Providencia nos ha convocado para dar gracias a Dios por los quinientos anos de fe y de vida cristiana en el Continente americano, acaso podemos decir con mas razon aun que nos ha convocado también a renovarnos interiormente, y a "escrutar los signos de los tiempos" (Mt 16,3). En verdad, la llamada a la nueva evangelizacion es ante todo una llamada a la conversion. En efecto, mediante el testimonio de una Iglesia cada vez mas fiel a su identidad y mas viva en todas sus manifestaciones, los hombres y los pueblos de América latina, y de todo el mundo, podran seguir encontrando a Jesucristo, y en él la verdad de su vocacion y su esperanza, el camino hacia una humanidad mejor.

Mirando a Cristo, "fijando los ojos en el que inicia y completa nuestra fe: Jesus" (He 12,2), seguimos el sendero trazado por el Concilio Vaticano II, del que ayer se cumplio el XXX aniversario de su solemne inauguracion. Por ello, al inaugurar esta magna Asamblea, deseo recordar aquellas sentidas palabras pronunciadas por mi venerable predecesor, el Papa Pablo VI, en la apertura de la segunda sesion conciliar:

"¡Cristo!

Cristo, nuestro principio.

Cristo, nuestra vida y nuestro guia.

Cristo, nuestra esperanza y nuestro término...

Que no se cierna sobre esta asamblea otra luz

que no sea la de Cristo, luz del mundo.

Que ninguna otra verdad atraiga nuestra mente

fuera de las palabras del Senor, unico Maestro.

Que no tengamos otra aspiracion que la de serle absolutamente fieles. Que ninguna otra esperanza nos sostenga, si no es aquella que,

mediante su palabra, conforta nuestra debilidad".




I. JESUCRISTO AYER, HOY Y SIEMPRE


2 Esta Conferencia se reune para celebrar a Jesucristo, para dar gracias a Dios por su presencia en estas tierras de América, donde hace ahora 500 anos comenzo a difundirse el mensaje de la salvacion: se reune para celebrar la implantacion de la Iglesia, que durante estos cinco siglos tan abundantes frutos de santidad y amor ha dado en el Nuevo Mundo.

Jesucristo es la Verdad eterna que se manifesto en la plenitud de los tiempos. Y precisamente, para transmitir la Buena Nueva a todos los pueblos, fundo su Iglesia con la mision especifica de evangelizar. "Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda creatura" (Mc 16,15). Se puede decir que en estas palabras esta contenida la proclama solemne de la evangelizacion. Asi pues, desde el dia en que los Apostoles recibieron el Espiritu Santo, la Iglesia inicio la gran tarea de la evangelizacion. San Pablo lo expresa en una frase lapidaria y emblematica ´Evangelizare Iesum Christumª, "anunciar a Jesucristo" (Ga 1,16). Esto es lo que han hecho los discipulos del Senor, en todos los tiempos y en todas las latitudes del mundo.


3 En este proceso singular el ano 1492 marca una fecha clave. En efecto, el 12 de octubre -hace hoy exactamente cinco siglos- el Almirante Cristobal Colon, con las tres carabelas procedentes de Espana, llego a estas tierras y planto en ellas la cruz de Cristo. La evangelizacion propiamente dicha, sin embargo, comenzo con el segundo viaje de los descubridores, a quienes acompanaban los primeros misioneros. Se iniciaba asi la siembra del don precioso de la fe . Y ¿como no dar gracias a Dios por ello, junto con vosotros, queridos Hermanos obispos, que hoy hacéis presentes en Santo Domingo a todas las Iglesias particulares de Latinoamérica? ¡Como no dar gracias por los abundantes frutos de la semilla plantada a lo largo de estos cinco siglos por tantos y tan intrépidos misioneros!

Con la llegada del Evangelio a América se ensancha la historia de la salvacion, crece la familia de Dios, se multiplica "para gloria de Dios el numero de los que dan gracias" (2Co 4,15). Los pueblos del Nuevo Mundo eran "pueblos nuevos... totalmente desconocidos para el Viejo Mundo hasta el ano 1492", pero "conocidos por Dios desde toda la eternidad y por él siempre abrazados con la paternidad que el Hijo ha revelado en la plenitud de los tiempos (Ga 4,4)" (Homilia, I de enero 1992). En los pueblos de América, Dios se ha escogido un nuevo pueblo, lo ha incorporado a su designio redentor, lo ha hecho participe de su Espiritu. Mediante la evangelizacion y la fe en Cristo, Dios ha renovado su alianza con América Latina.

Damos, pues, gracias a Dios por la pléyade de evangelizadores que dejaron su patria y dieron su vida para sembrar en el Nuevo Mundo la vida nueva de la fe, la esperanza y el amor. No los movia la leyenda de "El Dorado", o intereses personales, sino el urgente llamado a evangelizar unos hermanos que aun no conocian a Jesucristo. Ellos anunciaron "la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres" (Tt 3,4) a unas gentes que ofrecian a sus dioses incluso sacrificios humanos.

Ellos testimoniaron, con su vida y con su palabra, la humanidad que brota del encuentro con Cristo. Por su testimonio y su predicacion, el numero de hombres y mujeres que se abrian a la gracia de Cristo se multiplicaron "como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar" (He 11,12).


4 Desde los primeros pasos de la evangelizacion, la Iglesia catolica, movida por la fidelidad al Espiritu de Cristo, fue defensora infatigable de los indios, protectora de los valores que habia en sus culturas, promotora de humanidad frente a los abusos de colonizadores a veces sin escrupulos. La denuncia de las injusticias y atropellos por obra de Montesinos, Las Casas, Cordoba, fray Juan del Valle y tantos otros, fue como un clamor que propicio una legislacion inspirada en el reconocimiento del valor sagrado de la persona. La conciencia cristiana afloraba con valentia profética en esa catedra de dignidad y de libertad que fue, en la Universidad de Salamanca, la Escuela de Vitoria (cf. Discurso a la Segunda Asamblea Plenaria de la Pontificia Comision para América Latina, 14 de mayo 1991), y en tantos eximios defensores de los nativos, en Espana y en América Latina. Nombres que son bien conocidos y que con ocasion del V Centenario han sido recordados con admiracion y gratitud. Por mi parte, y para precisar los perfiles de la verdad historica poniendo de relieve las raices cristianas y la identidad catolica del Continente, sugeri que se celebrara un Simposio Internacional sobre la Historia de la Evangelizacion de América, organizado por la Pontificia Comision para América Latina. Los datos historicos muestran que se llevo a cabo una valida, fecunda y admirable obra evangelizadora y que, mediante ella, se abrio camino de tal modo en América la verdad sobre Dios y sobre el hombre que, de hecho, la evangelizacion misma constituye una especie de tribunal de acusacion para los responsables de aquellos abusos.

De la fecundidad de la semilla evangélica depositada en estas benditas tierras he podido ser testigo durante los viajes apostolicos que el Senor me ha concedido realizar a vuestras Iglesias particulares. ¡Como no manifestar abiertamente mi ardiente gratitud a Dios, porque me ha sido dado conocer de cerca la realidad viva de la Iglesia en América Latina! En mis viajes al Continente, asi como durante vuestras visitas "ad Limina" y en otros diversos encuentros -que han robustecido los vinculos de la colegialidad episcopal y la corresponsabilidad en la solicitud pastoral por toda la Iglesia- he podido comprobar repetidamente la lozania de la fe de vuestras comunidades eclesiales y también medir la amplitud de los desafios para la Iglesia, ligada indisolublemente a la suerte misma de los pueblos del Continente.


5 La presente Conferencia General se reune para perfilar las lineas maestras de una accion evangelizadora que ponga a Cristo en el corazon y en los labios de todos los latinoamericanos. ésta es nuestra tarea: hacer que la verdad sobre Cristo y la verdad sobre el hombre penetren aun mas profundamente en todos los estratos de la sociedad y la transformen (cf. Discurso a la Pontificia Comision para América Latina, 14 de junio 1991).

En sus deliberaciones y conclusiones, esta Conferencia ha de saber conjugar los tres elementos doctrinales y pastorales, que constituyen como las tres coordenadas de la nueva evangelizacion: Cristologia, Eclesiologia y Antropologia. Contando con una profunda y solida Cristologia, basados en una sana antropologia y con una clara y recta vision eclesiologica, hay que afrontar los retos que se plantean hoy a la accion evangelizadora de la Iglesia en América.

A continuacion deseo compartir con vosotros algunas reflexiones que, siguiendo la pauta del enunciado de la Conferencia y como signo de profunda comunion y corresponsabilidad eclesial, os ayuden en vuestro ministerio de Pastores entregados generosamente a la grey que el Senor os ha confiado. Se trata de presentar algunas prioridades doctrinales y pastorales desde la perspectiva de la nueva evangelizacion.




II. NUEVA EVANGELIZACION


6 La nueva evangelizacion es la idea central de toda la tematica de esta Conferencia.

Desde mi encuentro en Haiti con los Obispos del CELAM en 1983 he venido poniendo particular énfasis en esta expresion, para despertar asi un nuevo fervor y nuevos afanes evangelizadores en América y en el mundo entero; esto es, para dar a la accion pastoral "un impulso nuevo, capaz de crear tiempos nuevos de evangelizacion, en una Iglesia todavia mas arraigada en la fuerza y en el poder perennes de Pentecostés" (Evangelii nuntiandi, EN 2).

La nueva evangelizacion no consiste en un "nuevo evangelio", que surgiria siempre de nosotros mismos, de nuestra cultura, de nuestros analisis de las necesidades del hombre. Por ello, no seria "evangelio", sino mera invencion humana, y no habria en él salvacion. Tampoco consiste en recortar del Evangelio todo aquello que parece dificilmente asimilable para la mentalidad de hoy. No es la cultura la medida del Evangelio, sino Jesucristo la medida de toda cultura y de toda obra humana. No, la nueva evangelizacion no nace del deseo "de agradar a los hombres" o de "buscar su favor" (Ga 1,10), sino de la responsabilidad para con el don que Dios nos ha hecho en Cristo, en el que accedemos a la verdad sobre Dios y sobre el hombre, y a la posibilidad de la vida verdadera.

La nueva evangelizacion tiene, como punto de partida, la certeza de que en Cristo hay una "inescrutable riqueza" (Ef 3, 8), que no agota ninguna cultura, ni ninguna época, y a la cual podemos acudir siempre los hombres para enriquecernos (cf. Asamblea especial para Europa del Sinodo de los Obispos, Declaracion final, 3). Esa riqueza es, ante todo, Cristo mismo, su persona, porque El mismo es nuestra salvacion. Los hombres de cualquier tiempo y de cualquier cultura podemos, acercandonos a El mediante la fe y la incorporacion a su Cuerpo, que es la Iglesia, hallar respuesta a esas preguntas, siempre antiguas y siempre nuevas, con las que los hombres afrontamos el misterio de nuestra existencia, y que llevamos indeleblemente grabadas en nuestro corazon desde la creacion y desde la herida del pecado.


7 La novedad no afecta al contenido del mensaje evangélico que es inmutable, pues Cristo es "el mismo ayer, hoy y siempre". Por esto, el evangelio ha de ser predicado en plena fidelidad y pureza, tal como ha sido custodiado y transmitido por la Tradicion de la Iglesia. Evangelizar es anunciar a una persona, que es Cristo. En efecto, "no hay evangelizacion verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesus de Nazaret, Hijo de Dios" (Evangelii nuntiandi, EN 22). Por eso, las cristologias reductivas, de las que en diversas ocasiones he senalado sus desviaciones (cf. Discurso Inaugural de la Conferencia de Puebla, 28 de enero 1979, 1, 4), no pueden aceptarse como instrumentos de la nueva evangelizacion. Al evangelizar, la unidad de la fe de la Iglesia tiene que resplandecer no solo en el magisterio auténtico de los Obispos, sino también en el servicio a la verdad por parte de los pastores de almas, de los teologos, de los catequistas y de todos los que estan comprometidos en la proclamacion y predicacion de la fe.

A este respecto, la Iglesia estimula, admira y respeta la vocacion del teologo, cuya "funcion es lograr una comprension cada vez mas profunda de la palabra de Dios contenida en la Escritura inspirada y transmitida por la Tradicion viva de la Iglesia" (Instruccion de la Congregacion para la doctrina de la Fe sobre la vocacion eclesial del teologo, 24 de mayo 1990, 6). Esta vocacion, noble y necesaria, surge en el interior de la Iglesia y presupone la condicion de creyente en el mismo teologo, con una actitud de fe que el mismo debe testimoniar en la comunidad. "La recta conciencia del teologo catolico supone consecuentemente la fe en la Palabra de Dios (...) el amor a la Iglesia de la que ha recibido su mision y el respeto al Magisterio asistido por Dios" (EN 38) . La teologia esta llamada, pues, a prestar un gran servicio a la nueva evangelizacion.


8 Ciertamente es la verdad la que nos hace libres (Jn 8,32). Pero no podemos por menos de constatar que existen posiciones inaceptables sobre lo que es la verdad, la libertad, la conciencia. Se llega incluso a justificar el disenso con el recurso "al pluralismo teologico, llevado a veces hasta Un relativismo que pone en peligro la integridad de la fe". No faltan quienes piensan que "los documentos del Magisterio no serian sino el reflejo de una teologia opinable" (Jn 34); y "surge asi una especie de "magisterio paralelo" de los teologos, en oposicion y rivalidad con el Magisterio auténtico" (). Por otra parte, no podemos soslayar el hecho de que las "actitudes de oposicion sistematica a la Iglesia, que llegan incluso a constituirse en grupos organizados", la contestacion y la discordia, al igual que "acarrean graves inconvenientes a la comunion de la Iglesia", son también un obstaculo para la evangelizacion (Jn 32).

La confesion de fe "Jesucristo ayer, hoy y siempre" de la Carta a los Hebreos -que es como el telon de fondo del lema de esta IV Conferencia- nos lleva a recordar las palabras del versiculo siguiente: "No os dejéis seducir por doctrinas varias y extranas" (He 13,9). Vosotros, amados Pastores, tenéis que velar sobre todo por la fe de la gente sencilla que, de lo contrario, se veria desorientada y confundida.




9 Todos los evangelizadores han de prestar también una atencion especial a la catequesis. Al comienzo de mi Pontificado quise dar nuevo impulso a esta labor pastoral mediante la Exhortacion Apostolica Catechesi Tradendae, y recientemente he aprobado el Catecismo de la Iglesia Catolica, que presento como el mejor don que la Iglesia puede hacer a sus Obispos y a lodo el Pueblo de Dios. Se trata de un valioso instrumento para la nueva evangelizacion, donde se compendia toda la doctrina que la Iglesia ha de ensenar.

Confio asimismo que el movimiento biblico continue desplegando su benéfica labor en América Latina y que las Sagradas Escrituras nutran cada vez mas la vida de los fieles, para lo cual se hace imprescindible que los agentes de pastoral profundicen incansablemente en la Palabra de Dios, viviéndola y transmitiéndola a los demas con fidelidad, es decir, "teniendo muy en cuenta la unidad de toda la Escritura, la Tradicion viva de toda la Iglesia y la analogia de la fe (Dei Verbum, DV 12). Igualmente, el movimiento liturgico ha de dar renovado impulso a la vivencia intima de los misterios de nuestra fe, llevando al encuentro con Cristo Resucitado en la liturgia de la Iglesia. Es en la celebracion de la Palabra y de los Sacramentos, pero sobre todo en la Eucaristia, culmen y fuente de la vida de la Iglesia y de toda la evangelizacion, donde se realiza nuestro encuentro salvifico con Cristo, al que nos unimos misticamente formando su Iglesia (Lumen gentium, LG 7). Por ello os exhorto a dar un nuevo impulso a la celebracion digna, viva y participada de las asambleas liturgicas, con ese profundo sentido de la fe y de la contemplacion de los misterios de la salvacion, tan arraigado en vuestros pueblos.


10 La novedad de la accion evangelizadora a que hemos convocado afecta a la actitud, al estilo, al esfuerzo y a la programacion o, como propuse en Haiti, al ardor, a los métodos y a la expresion. (cf. Discurso a los Obispos del CELAM, 9 de marzo 1983). Una evangelizacion nueva en su ardor supone una fe solida, una caridad pastoral intensa y una recia fidelidad que, bajo la accion del Espiritu, generen una mistica, un incontenible entusiasmo en la tarea de anunciar el Evangelio. En lenguaje neotestamentario es la "parresia" que inflama el corazon del apostol (Ac 5,28-29 cf. Redemptoris missio, Ac 45). Esta "parresia" ha de ser también el sello de vuestro apostolado en América. Nada puede haceros callar, pues sois heraldos de la verdad. La verdad de Cristo ha de iluminar las mentes y los corazones con la activa, incansable y publica proclamacion de los valores cristianos.

Por otra parte, los nuevos tiempos exigen que el mensaje cristiano llegue al hombre de hoy mediante nuevos métodos de apostolado, y que sea expresado en lenguaje y formas accesibles al hombre latinoamericano, necesitado de Cristo y sediento del Evangelio: ¿Como hacer accesible, penetrante, valida y profunda la respuesta al hombre de hoy, sin alterar o modificar en nada el contenido del mensaje evangélico?, ¿como llegar al corazon de la cultura que queremos evangelizar?, ¿como hablar de Dios en un mundo en el que esta presente un proceso creciente de secularizacion?


11 Como lo habéis manifestado en los encuentros y conversaciones que hemos tenido a lo largo de estos anos, tanto en Roma como en mis visitas a vuestras Iglesias particulares, hoy la fe sencilla de vuestros pueblos sufre el embale de la secularizacion, con el consiguiente debilitamiento de los valores religiosos y morales. En los ambientes urbanos crece una modalidad cultural que, confiando solo en la ciencia y en los avances de la técnica, se presenta como hostil a la fe. Se transmiten unos "modelos" de vida en contraste con los valores del Evangelio. Bajo la presion del secularismo, se llega a presentar la fe como si fuera una amenaza a la libertad y autonomia del hombre.

Sin embargo, no podemos olvidar que la historia reciente ha mostrado que cuando, al amparo de ciertas ideologias, se niegan la verdad sobre Dios y la verdad sobre el hombre, se hace imposible construir una sociedad de rostro humano. Con la caida de los regimenes del llamado "socialismo real" en Europa oriental cabe esperar que también en este continente se saquen las deducciones pertinentes en relacion con el valor efimero de tales ideologias. La crisis del colectivismo marxista no ha tenido solo raices economicas, como he puesto de relieve en la Enciclica Centesimus annus (n. 41), pues la verdad sobre el hombre esta intima y necesariamente ligada a la verdad sobre Dios.

La nueva evangelizacion ha de dar, pues, una respuesta integral, pronta, agil, que fortalezca la fe catolica, en sus verdades fundamentales, en sus dimensiones individuales, familiares y sociales.


12 A ejemplo del Buen Pastor, habéis de apacentar el rebano que os ha sido confiado y defenderlo de los lobos rapaces. Causa de division y discordia en vuestras comunidades eclesiales son -lo sabéis bien- las sectas y movimientos "pseudo-espirituales" de que habla el Documento de Puebla (n. 628), cuya expansion y agresividad urge afrontar.

Como muchos de vosotros habéis senalado, el avance de las sectas pone de relieve un vacio pastoral, que tiene frecuentemente su causa en la falta de formacion, lo cual mina la identidad cristiana y hace que grandes masas de catolicos sin una atencion religiosa adecuada -entre otras razones, por falta de sacerdotes-, queden a merced de campanas de proselitismo sectario muy activas. Pero también puede suceder que los fieles no hallen en los agentes de pastoral aquel fuerte sentido de Dios que ellos deberian transmitir en sus vidas. "Tales situaciones pueden ser ocasion de que muchas personas pobres y sencillas, -como por desgracia esta ocurriendo- se conviertan en facil presa de las sectas, en las que buscan un sentido religioso de la vida que quizas no encuentran en quienes se lo tendrian que ofrecer a manos llenas" (Carta Apostolica Los Caminos del Evangelio, 20).

Por otra parte, no se puede infravalorar una cierta estrategia, cuyo objetivo es debilitar los vinculos que unen a los Paises de América Latina y minar asi las fuerzas que nacen de la unidad. Con este objeto se destinan importantes recursos economicos para subvencionar campanas proselitistas, que tratan de resquebrajar esta unidad catolica.

Al preocupante fenomeno de las sectas hay que responder con una accion pastoral que ponga en el centro de todo a la persona, su dimension comunitaria y su anhelo de una relacion personal con Dios. Es un hecho que alli donde la presencia de la Iglesia es dinamica, como es el caso de las parroquias en las que se imparte una asidua formacion en la Palabra de Dios, donde existe una liturgia activa y participada, una solida piedad mariana, una efectiva solidaridad en el campo social, una marcada solicitud pastoral por la familia, los jovenes y los enfermos, vemos que las sectas o los movimientos para-religiosos no logran instalarse o avanzar.

La arraigada religiosidad popular de vuestros fieles, con sus extraordinarios valores de fe y de piedad, de sacrificio y de solidaridad, convenientemente evangelizada y gozosamente celebrada, orientada en torno a los misterios de Cristo y de la Virgen Maria, puede ser, por sus raices eminentemente catolicas, un antidoto contra las sectas y una garantia de fidelidad al mensaje de la salvacion.




III. PROMOCION HUMANA


13 Puesto que la Iglesia es consciente de que el hombre -no el hombre abstracto, sino el hombre concreto e historico- "es el primer camino que ella debe recorrer en el cumplimiento de su mision" (Redemptor hominis, RH 14), la promocion humana ha de ser consecuencia logica de la evangelizacion, la cual tiende a la liberacion integral de la persona (Evangelii nuntiandi, EN 29-39).

Mirando a ese hombre concreto, vosotros, Pastores de la Iglesia, constatais la dificil y delicada realidad social por la que atraviesa hoy América Latina, donde existen amplias capas de poblacion en la pobreza y la marginacion. Por ello, solidarios con el clamor de los pobres, os sentis llamados a asumir el papel del buen samaritano (Lc 10,25-37), pues el amor a Dios se muestra en el amor a la persona humana. Asi nos lo recuerda el apostol Santiago con aquellas graves palabras: "Si un hermano o una hermana estan desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: "Idos en paz, calentaos y hartaos", pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?" (St 2,15-16).

La preocupacion por lo social "forma parte de la mision evangelizadora de la Iglesia" (Sollicitudo rei socialis, SRS 41) y es también "parte esencial del mensaje cristiano, ya que esta doctrina expone sus consecuencias directas en la vida de la sociedad y encuadra incluso el trabajo cotidiano y las luchas por la justicia en el testimonio de Cristo Salvador" (Centesimus annus, CA 5).

Como afirma el Concilio Vaticano II en la Constitucion pastoral Gaudium et spes, el problema de la promocion humana no se puede considerar al margen de la relacion del hombre con Dios (cf. nn. 43, 45). En efecto, contraponer la promocion auténticamente humana y el proyecto de Dios sobre la humanidad es una grave distorsion, fruto de una cierta mentalidad de inspiracion secularista. La genuina promocion humana ha de respetar siempre la verdad sobre Dios y la verdad sobre el hombre, los derechos de Dios y los derechos del hombre.


14 Vosotros, amados Pastores, tocais de cerca la situacion angustiosa de tantos hermanos que carecen de lo necesario para una vida auténticamente humana. No obstante el avance registrado en algunos campos, persiste e incluso crece el fenomeno de la pobreza. Los problemas se agravan con la pérdida del poder adquisitivo del dinero, a causa de la inflacion, a veces incontrolada, y del deterioro de los términos de intercambio, con la consiguiente disminucion de los precios de ciertas materias primas y con el peso insoportable de la deuda internacional de la que se derivan tremendas consecuencias sociales. La situacion se hace todavia mas dolorosa con el grave problema del desempleo creciente, que no permite llevar el pan al hogar e impide el acceso a otros bienes fundamentales (Laborem exercens, LE 18).

Sintiendo vivamente la gravedad de esta situacion, no he dejado de dirigir apremiantes llamados en favor de una activa, justa y urgente solidaridad internacional. Es éste un deber de justicia que afecta a toda la humanidad, pero sobre todo a los paises ricos que no pueden eludir su responsabilidad hacia los paises en vias de desarrollo. Esta solidaridad es una exigencia del bien comun universal que ha de ser respetada por todos los integrantes de la familia humana (Gaudium et spes, GS 26).


15 El mundo no puede sentirse tranquilo y satisfecho ante la situacion caotica y desconcertante que se presenta ante nuestros ojos: naciones, sectores de poblacion, familias e individuos cada vez mas ricos y privilegiados frente a pueblos, familias y multitud de personas sumidas en la pobreza, victimas del hambre y las enfermedades, carentes de vivienda digna, de servicios sanitarios, de acceso a la cultura. Todo ello es testimonio elocuente de un desorden real y de una injusticia institucionalizada, a lo cual se suman a veces el retraso en tomar medidas necesarias, la pasividad y la imprudencia, cuando no la transgresion de los principios éticos en el ejercicio de las funciones administrativas, como es el caso de la corrupcion. Ante todo esto, se impone un "cambio de mentalidad, de comportamiento y de estructuras" (Centesimus annus, CA 60), en orden a superar el abismo existente entre los paises ricos y los paises pobres (Laborem exercens, LE 16 Centesimus annus, 14), asi como las profundas diferencias existentes entre ciudadanos de un mismo pais. En una palabra: hay que hacer valer el nuevo ideal de solidaridad frente a la caduca voluntad de dominio.

Por otra parte, es falaz e inaceptable la solucion que propugna la reduccion del crecimiento demografico sin importarle la moralidad de los medios empleados para conseguirlo. No se trata de reducir a toda costa el numero de invitados al banquete de la vida; lo que hace falta es aumentar los medios y distribuir con mayor justicia la riqueza para que todos puedan participar equitativamente de los bienes de la creacion.

Hay que buscar soluciones a nivel mundial, instaurando una verdadera economia de comunion y participacion de bienes, tanto en el orden internacional como nacional. A este proposito, un factor que puede contribuir notablemente a superar los apremiantes problemas que hoy afectan a este continente es la integracion latinoamericana. Es grave responsabilidad de los gobernantes el favorecer el ya iniciado proceso de integracion de unos pueblos a quienes la misma geografia, la fe cristiana, la lengua y la cultura han unido definitivamente en el camino de la historia.


16 En continuidad con las Conferencias de Medellin y Puebla, la Iglesia reafirma la opcion preferencial en favor de los pobres. Una opcion no exclusiva ni excluyente, pues el mensaje de la salvacion esta destinado a lodos. "Una opcion, ademas, basada esencialmente en la Palabra de Dios y no en criterios aportados por ciencias humanas o ideologias contrapuestas, que con frecuencia reducen a los pobres a categorias sociopoliticas economicas abstractas. Pero una opcion firme e irrevocable" (Discurso a los Cardenales y Prelados de la Curia Romana, 21 diciembre 1984, 9).

Como afirma el Documento de Puebla, "acercandonos al pobre para acompanarlo y servirlo, hacemos lo que Cristo nos enseno haciéndose hermano nuestro, pobre como nosotros. Por eso, el servicio a los pobres es la medida privilegiada, aunque no excluyente, de nuestro seguimiento de Cristo. El mejor servicio al hermano es la evangelizacion que lo dispone a realizarse como Hijo de Dios, lo libera de las injusticias y lo promueve integralmente" (Puebla, 1145). Dichos criterios evangélicos de servicio al necesitado evitaran cualquier tentacion de connivencia con los responsables de las causas de la pobreza, o peligrosas desviaciones ideologicas, incompatibles con la doctrina y mision de la Iglesia.

La genuina praxis de liberacion ha de estar siempre inspirada por la doctrina de la Iglesia segun se expone en las dos Instrucciones de la Congregacion para la Doctrina de la Fe (Libertatis nuntius, 1984; Libertatis conscientia, 1986), que han de ser tenidas en cuenta cuando se aborda el tema de las teologias de la liberacion. Por otra parte, la Iglesia no puede en modo alguno dejarse arrebatar por ninguna ideologia o corriente politica la bandera de la justicia, lo cual es una de las primeras exigencias del evangelio y, a la vez, fruto de la venida del Reino de Dios.


17 Como ya lo senalo la Conferencia de Puebla, existen grupos humanos particularmente sumidos en la pobreza; tal es el caso de los indigenas (cf. n. 12o5). A ellos, y también a los afroamericanos, he querido dirigir un mensaje especial de solidaridad y cercania, que entregaré manana a un grupo de representantes de sus respectivas comunidades. Como gesto de solidaridad, la Santa Sede ha creado recientemente la Fundacion "Populorum Progressio", que dispone de un fondo de ayuda en favor de los campesinos, indios y demas grupos humanos del sector rural, particularmente desprotegidos en América Latina.

En esta misma linea de solicitud pastoral por las categorias sociales mas desprotegidas, esta Conferencia General podria valorar la oportunidad de que, en un futuro no lejano, pueda celebrarse un Encuentro de representantes de los Episcopados de todo el Continente americano, -que podria tener también caracter sinodal- en orden a incrementar la cooperacion entre las diversas Iglesias particulares en los distintos campos de la accion pastoral y en el que, dentro del marco de la nueva evangelizacion y como expresion de comunion episcopal, se afronten también los problemas relativos a la justicia y la solidaridad entre todas las Naciones de América. La Iglesia, ya a las puertas del tercer milenio cristiano y en unos tiempos en que han caido muchas barreras y fronteras ideologicas, siente como un deber ineludible unir espiritualmente aun mas a todos los pueblos que forman este gran Continente y, a la vez, desde la mision religiosa que le es propia, impulsar un espiritu solidario entre todos ellos, que permita, en modo particular, encontrar vias de solucion a las dramaticas situaciones de amplios sectores de poblacion que aspiran a un legitimo progreso integral y a condiciones de vida mas justas y dignas.


18 No existe auténtica promocion humana, verdadera liberacion, ni opcion preferencial por los pobres, si no se parte de los fundamentos mismos de la dignidad de la persona y del ambiente en que tiene que desarrollarse, segun el proyecto del Creador. Por eso entre los temas y opciones que requieren toda la atencion de la Iglesia no puedo dejar de recordar el de la familia y el de la vida: dos realidades que van estrechamente unidas, pues la "familia es como el santuario de la vida" (Centesimus annus, CA 39). En efecto, "el futuro de la humanidad se fragua en la familia; por consiguiente, es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia" (Familiaris consortio, FC 86).

No obstante los problemas que en nuestros dias asedian al matrimonio y la institucion familiar, ésta, como "célula primera y vital de la sociedad" (Apostolicam actuositatem, AA 11), puede generar grandes energias, que son necesarias para el bien de la humanidad. Por eso, hay que "anunciar con alegria y conviccion la "buena nueva" sobre la familia" (Familiaris consortio, FC 86). Hay que anunciarla aqui, en América Latina, donde, junto al aprecio que se tiene por la familia, proliferan por desgracia las uniones consensuales libres. Ante este fenomeno y ante las crecientes presiones divorcistas urge promover medidas adecuadas en favor del nucleo familiar, en primer lugar para asegurar la union de vida y el amor estable dentro del matrimonio, segun el plan de Dios, asi como una idonea educacion de los hijos.

En estrecha conexion con los problemas senalados se encuentra el grave fenomeno de los ninos que viven permanentemente en las calles de las grandes ciudades latinoamericanas, minados por el hambre y la enfermedad, sin proteccion alguna, sujetos a tantos peligros, no excluida la droga y la prostitucion. He aqui otra cuestion que ha de apremiar vuestra solicitud pastoral, recordando las palabras de Jesus: "Dejad que los ninos vengan a mi" (Mt 19,14).

La vida, desde su concepcion en el seno materno hasta su término natural, ha de ser defendida con decision y valentia. Es necesario, pues, crear en América una cultura de la vida que contrarreste la anticultura de la muerte, la cual -a través del aborto, la eutanasia, la guerra, la guerrilla, el secuestro, el terrorismo y otras formas de violencia o explotacion- intenta prevalecer en algunas naciones. En este espectro de atentados a la vida ocupa un lugar de primer orden el narcotrafico, que las instancias competentes han de contrarrestar con lodos los medios licitos a disposicion.


19 ¿Quién nos librara de estos signos de muerte? La experiencia del mundo contemporaneo ha mostrado mas y mas que las ideologias son incapaces de derrotar aquel mal que tiene al hombre sujeto a servidumbre. El unico que puede librar de este mal es Cristo. Al celebrar el V Centenario de la Evangelizacion, volvemos los ojos, conmovidos a aquel momento de gracia en el que Cristo nos ha sido dado de una vez. para siempre. La dolorosa situacion de tantas hermanas y hermanos latinoamericanos no nos lleva a la desesperanza. Al contrario, hace mas urgente la tarea que tiene la Iglesia ante si: reavivar en el corazon de cada bautizado la gracia recibida. "Te recomiendo -escribia san Pablo a Timoteo- que reavives la gracia de I)ios que esta en ti" (2Tm 1,6).

Como de la acogida del Espiritu en Pentecostés nacio el pueblo de la Nueva Alianza, solo esta acogida hara surgir un pueblo capaz de generar hombres renovados y libres, conscientes de su dignidad. No podemos olvidar que la promocion integral del hombre es de capital importancia para el desarrollo de los pueblos de Latinoamérica. Pues, "el desarrollo de un pueblo no deriva primariamente del dinero, ni de las ayudas materiales, ni de las estructuras técnicas, sino mas bien de la formacion de las conciencias, de la madurez de la mentalidad y de las costumbres. Es el hombre el protagonista del desarrollo, no el dinero ni la técnica" (Redemptoris missio, 58). La mayor riqueza de Latinoamérica son sus gentes. La Iglesia, "despertando las conciencias con el Evangelio", contribuye a despertar las energias dormidas para disponerlas a trabajar en la construccion de una nueva civilizacion ().




CELAM - SIGNOS DE ESPERANZA Y ALEGRIA