Catena aurea ES 7403


MARCOS 14,10-11


7410 (Mc 14,10-11)

Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, salió a verse con los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Los cuales, cuando le oyeron, se holgaron mucho, y prometieron darle dinero. Y él ya no buscaba sino ocasión oportuna para entregarle. (vv. 10-11)

Beda, in Marcum 4, 43. El desgraciado Judas quiere compensar con el precio de la venta de su maestro la pérdida que creía causada por el bálsamo derramado. "Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, salió a verse con los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús".

San Juan Crisóstomo, in serm. de Passione.

¿Por qué decirme su patria? ¡Ojalá ignorara hasta su existencia! Pero había otro discípulo que se llamaba Judas de Santiago y era conocido por Zelotes, celador, para no confundirle con el otro. No dice Judas el traidor, por hacernos ver que no sabe lo que es traición y que evita la acusación. Pero al añadir uno de los doce, le hace más detestable. Porque había otros discípulos, hasta el número de setenta, pero no eran íntimos ni gozaban de tanta confianza. Los doce, pues, eran los cercanos, y formaban el séquito real, del cual salió el malvado traidor.

Pseudo - Jerónimo. Era uno de los doce, pero no por su mérito; uno en cuanto al cuerpo, aunque no en cuanto al espíritu. Fue a los príncipes de los sacerdotes luego que salió, y Satanás entró en él: cada cual así se une a su semejante.

Beda. Diciendo que salió nos lo presenta, no invitado por los príncipes, no obligado por ninguna necesidad, sino cediendo espontáneamente a la inspiración de su propia maldad.

Teofilacto. Dice el Evangelista que salió para entregarles a Jesús, esto es, para avisarles cuándo podían encontrarle solo, puesto que no querían caer sobre El en el momento en que enseñaba, por temor al pueblo.

Pseudo - Jerónimo. Judas promete entregarle, como antes su maestro el diablo había prometido al Señor cuando le dijo: Te daré todo poder. "Los cuales cuando le oyeron, se holgaron mucho, y prometieron darle dinero" (Lc 4,6) Ofrecen dinero y pierden la vida, y cuando él recibe el dinero la pierde igualmente.

San Juan Crisóstomo, in serm. de Pass. vel de prodit. Judae, ut supr.

¡Oh demencia, o más bien, codicia del traidor! Porque la codicia engendró todos los males, siendo la que esclaviza a los hombres por toda clase de medios, la que produce el olvido de las cosas, y la que manifiesta el enajenamiento del espíritu. Esclavo Judas de la demencia de la codicia, se olvida de su vida de comunión con el Señor, de que había comido en su mesa, de que había sido su discípulo, de sus consejos y de su persuasión. Y continúa: "Y él ya no buscaba sino ocasión oportuna para entregarle".

Pseudo - Jerónimo. Pero jamás se encuentra ocasión de hacer una traición, que no sea vengada aquí o allí.

Beda, in Marcum 4, 43. Muchos hay hoy que miran con horror el crimen de Judas, como cruel y sacrílego, que vendió por dinero a su maestro y su Dios y, sin embargo, no se cuidan, pues cuando menosprecian por interés los derechos de la caridad y de la verdad, traicionan a Dios, que es la caridad y la verdad misma.


MARCOS 14,12-16


7412 (Mc 14,12)

El primer día, pues, de los ázimos, en que sacrificaban el cordero pascual, dícenle los discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de la Pascua?" Y Jesús envió a Jerusalén a dos de ellos, diciéndoles: "Id a la ciudad y encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua: seguidle, y en donde quiera que entrare, decid al amo de la casa: El Maestro os envía a decir: ¿Dónde está la sala en que he de celebrar la cena de la Pascua con mis discípulos? Y él os mostrará una pieza de comer grande, bien moblada: preparadnos allí lo necesario". Fueron, pues, los discípulos, y llegando a la ciudad hallaron todo lo que les había dicho, y dispusieron las cosas para la Pascua. (vv. 12-16)

San Crisóstomo, in serm. de Pass. vel de prodit. Judae, ut sup. Mientras Judas trataba de la traición, otros discípulos se ocupaban solícitos en la preparación de la Pascua. "El primer día, pues, de los ázimos", etc.

Beda, in Marcum 4, 43. El día de los ázimos era el catorce del primer mes, en cuyas vísperas, arrojada la levadura, acostumbraban inmolar el cordero para celebrar la Pascua. Esto es lo que expone el Apóstol diciendo: "Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado" (1Co 5,7) Aunque fue crucificado al día siguiente, esto es, el quince de la luna, sin embargo, en la noche en la que se sacrificaba al cordero, consagró el principio de su sacrificio, es decir, de su pasión, entregándose a sus discípulos en los misterios de su cuerpo y su sangre. Esa fue la misma noche en la que se apoderaron de El los judíos y le ataron.

Pseudo - Jerónimo. Los panes ázimos, que se comían con amargura, es decir, con hiebas silvestres, significan nuestra redención, porque amarga fue la pasión del Señor.

Teofilacto. En estas palabras de los discípulos: "¿Dónde quieres que vayamos?" se ve manifiestamente que no tenía Cristo casa propia, ni tampoco sus discípulos; puesto que de tenerla alguno, a ella le hubiera llevado.

Pseudo - Jerónimo. Dicen también: "¿Dónde quieres que vayamos?", para que dirijamos nuestros pasos conforme al plan de Dios. El Señor les indica con quién ha de comer la Pascua, y según su costumbre, manda a dos, como dejamos dicho. "Y Jesús envió a dos de ellos, diciéndoles: Id a la ciudad".

Teofilacto. San Lucas dice que manda a dos de sus discípulos, a Pedro y a Juan, a buscar a un hombre desconocido. De este modo hace ver que de haberlo querido no hubiera padecido, porque si pudo hacer que aquel desconocido recibiese a sus discípulos, ¿qué cosa no podría haber hecho? Al mismo tiempo les da señas para que encuentren la casa, diciéndoles: "Id y encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua".

San Agustín, De consensu Evangelistarum 2, 80. San Marcos dice cántaro y San Lucas ánfora. El primero designó la especie del vaso y el último su forma, diciendo ambos igualmente la verdad.

Beda, in Marcum 4, 43. La prueba de que la presencia de la Divinidad estaba en El es que mientras hablaba con sus discípulos, sabía lo que pasaba en otra parte. "Fueron, pues, los discípulos, y dispusieron las cosas para la Pascua".

San Juan Crisóstomo, in serm. de Pass.

No nuestra Pascua, sino de momento, la de los judíos, porque, en cuanto a la nuestra, no sólo la instituyó, sino que fue El mismo esta Pascua. Pero ¿por qué la celebró? Porque, habiendo venido bajo la ley, había de redimir (Ga 4,5) a los que estaban bajo ella, haciendo así que cesara la ley. Y para que nadie diga que no pudo cumplirla por lo ardua y difícil que era, la cumplió antes El mismo, y así la hizo cesar.

Pseudo - Jerónimo. En sentido místico, la ciudad es la Iglesia, rodeada del muro de la fe. El hombre que sale al encuentro es el pueblo primero, y el cántaro de agua la ley de la letra.

Beda, in Marcum 4, 43. O bien, el agua es el baño de la gracia, y el cántaro significa la fragilidad de aquéllos por quienes la misma gracia había de ser mostrada al mundo.

Teofilacto. Lleva el cántaro de agua el que acaba de ser bautizado, porque el que ya lo está viene al descanso, según la razón, y goza de él como en su propia casa. Por lo que añade: "Seguidle".

Pseudo - Jerónimo. Es a saber, a aquél que conduce a las alturas, en donde Cristo mismo es el alimento. El dueño de la casa es el Apóstol San Pedro, a quien confió el Señor su casa, a fin de que no haya más que una fe bajo un solo pastor. La pieza de comer grande es la gran Iglesia, en donde se repite el nombre del Señor, con los diversos adornos de las virtudes y las lenguas.

Beda, in Marcum 4, 43. O bien: esta gran pieza de comer es la ley en el sentido espiritual, la que, saliendo de la estrechez de la letra, recibe al Salvador en el lugar más alto, esto es, en el espíritu. Se omiten con intención los nombres del que llevaba el cántaro de agua, o del dueño de la casa, para significar que se concede a todos los que lo deseen la facultad de celebrar la verdadera Pascua, esto es, de sumergirse en los sacramentos de Cristo y de procurar recibirle en el albergue de su espíritu.

Teofilacto. O bien: el dueño de la casa es el entendimiento, que es el que hace ver un gran cenáculo en la elevación de los pensamientos. Y aunque es alto, no tiene nada de vanagloria y soberbia, sino que se rebaja y se allana por la humildad. Allí, pues, es decir, en el espíritu, es donde se prepara a Cristo para la Pascua por San Pedro y San Juan, o mediante la acción y la contemplación.


MARCOS 14,17-21


7417 (Mc 14,17-21)

Puesto ya el sol, fue Jesús allá con los doce. Y estando a la mesa, y comiendo, dijo Jesús: "En verdad os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me hará traición". Comenzaron entonces ellos a contristarse y a decirle uno después de otro: "¿Seré yo acaso, Señor?" El les respondió: "Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano o moja en un mismo plato. Verdad es que el Hijo del hombre se va o camina a su fin, como está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado a la muerte! Mejor sería para el tal hombre el no haber nacido". (vv. 17-21)

Beda, in Marcum 4, 43. El Señor, que había predicho su pasión, predice también al traidor, dándole así ocasión de arrepentirse porque haciéndolo ver que conocía sus pensamientos, debía arrepentirse de ellos. "Puesto ya el sol, fue Jesús allá con los doce. Y estando sentado a la mesa, y comiendo, dijo Jesús: En verdad os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me hará traición", etc.

San Crisóstomo, in serm. de Pass. En donde se ve que no le denunciaba abiertamente delante de todos, para no hacer mayor su imprudencia. Ni tampoco quiso guardar silencio sobre el hecho, para que no fuese atrevidamente a la traición, suponiendo que no era conocida.

Teofilacto. Pero ¿cómo es que cenaban sentados, cuando mandaba la ley que comiesen de pie la Pascua? Es probable que cumpliesen primero con la Pascua legal y que después se sentasen cuando el Señor empezó a darles su propia Pascua.

Pseudo - Jerónimo. La víspera del día indica la del mundo. Cerca de la hora undécima llegan los últimos, que son los primeros que reciben el denario de la vida (Mt 26,25) Todos los discípulos se sienten heridos por las palabras de su Señor, así como para que se produzca la armonía, responden a una todas las cuerdas de una lira bien templada. "Comenzaron entonces ellos a entristecerse y a decirlo uno después de otro: ¿Seré yo acaso, Señor?" Uno solo, remiso y ebrio por la codicia de dinero, dijo: "¿Acaso soy yo, Maestro?" como se lee en San Mateo.

Teofilacto. Empezaron los otros discípulos a entristecerse por las palabras del Señor, porque, aunque no se sintieran capaces de tal crimen, le creen más, sin embargo, al que conoce los corazones de todos, que a sí mismos. "El les respondió: Es uno de los doce, uno que mete conmigo la mano en el plato".

Beda, in Marcum 4, 43. Es Judas, el cual, cuando consternados los otros retiran sus manos, mete la suya en el plato con su Maestro. Y como antes había dicho: "Uno de vosotros me hará traición", y el traidor persevera en su malicia, reprocha así el crimen con la mayor claridad y sin embargo, no nombra al criminal.

Pseudo - Jerónimo. Dice: "Uno de los doce", como separándole de los otros: así es como queda separada la oveja, que es presa del lobo, porque la que se separa del redil se entrega ella misma a su voracidad. Y Judas, a quien ni la primera ni la segunda advertencia han retraído de su traición, oye la pena que se le predice para que le refrene la perspectiva del suplicio, ya que no le ha refrenado la vergüenza. Es lo que dicen las siguientes palabras: "Verdad es que el Hijo del hombre se va, como está escrito de El".

Teofilacto. La frase se va muestra que la muerte de Cristo fue voluntaria, y no forzosa.

Pseudo - Jerónimo. Pero, porque muchos como Judas hacen el bien, sin que de ningún modo les aproveche, añade: "Pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre será entregado!"

Beda, in Marcum 4, 43. Todavía hoy resuena, y resonará para siempre ese ¡ay! por aquel hombre que se acerca maligno a la mesa del Señor. Porque, a imitación de Judas, entrega al Hijo del hombre, no a los pecadores judíos, sino a sus propios miembros pecadores.

"Mejor sería para el tal hombre el no haber nacido".

Pseudo - Jerónimo. Esto es, se hubiera quedado en lo más profundo del seno materno, porque es mejor no ser, que ser para los tormentos.

Teofilacto. Considerado el fin, pues Dios le creó para el bien, era mejor que existiese si no hubiera sido traidor; pero después que cayó en tanta malicia, le hubiera valido más no haber nacido.


MARCOS 14,22-25


7422 (Mc 14,22)

Durante la mesa, tomó Jesús pan, y bendiciéndole, le partió y diósele, y les dijo: "Tomad, éste es mi cuerpo". Y cogiendo el cáliz, dando gracias, se lo alargó y bebieron todos de él, y al dársele, díjoles: "Esta es la sangre mía, el sello del nuevo Testamento, la cual será derramada por muchos. En verdad os digo, que de hoy más no beberé de este fruto de la vid, hasta el día en que le beba nuevo en el reino de Dios". (vv. 22-25)

Beda, in Marcum 4, 43. Terminadas las ceremonias de la antigua Pascua, pasó a la nueva, es decir, sustituyó la carne y sangre del cordero con el sacramento de su cuerpo y sangre. "Durante la mesa, tomó Jesús pan", etc. , para mostrar que El era el mismo a quien el Señor había hecho este juramento: "Tú eres Sacerdote sempiterno, según el orden de Melquisedec" (Ps 109,4) "Y bendiciéndole, le partió".

Teofilacto. Esto es, le partió dando gracias; lo que hacemos nosotros, añadiendo algunas oraciones.

Beda, in Marcum 4, 43. Partió el pan que dio a sus discípulos para manifestar que la fracción de su cuerpo había de ser por su voluntad o su cuidado, y le bendijo porque había llenado la naturaleza humana, que había tomado para padecer, de una virtud divina con su Padre y el Espíritu Santo. Bendijo y partió el pan, porque se dignó librar de la muerte la humanidad que había asumido, a fin de hacer ver que en El existía el poder de la inmortalidad divina, y que resucitaría rápidamente a esta humanidad.

"Y diósele y les dijo: Tomad, éste es mi cuerpo".

Teofilacto. A saber, éste que os doy ahora, y que ahora tomáis vosotros. Porque el pan, no solamente es figura del cuerpo de Cristo, sino que se convierte en este mismo cuerpo, según ha dicho el Señor: "El pan que yo os daré es mi misma carne" (Jn 6,51), pero no vemos la carne de Cristo a causa de nuestra enfermedad. El pan y el vino son alimento al que estamos acostumbrados, y si viésemos la carne y la sangre, no podríamos tomarlos. Por esto el Señor, acomodándose a nuestra enfermedad, conserva las especies del pan y del vino, pero los convierte en la realidad de su carne y su sangre.

San Crisóstomo, in serm. De Pass. Y todavía hoy está allí Cristo, quien adornó aquella mesa, y consagra también ésta, porque no es el hombre quien convierte estas ofrendas en el cuerpo y sangre de Cristo, sino el mismo Cristo que fue crucificado por nosotros. De los labios del presbítero salen las palabras, pero son el poder y la gracia de Dios los que las consagran. Las palabras: "Este es mi cuerpo", son las que consagran las ofrendas, y como aquella voz que dice: "Creced y multiplicaos, y llenad la tierra" (Gn 1,28), fue dicha una sola vez y no obstante, produce su efecto en todo tiempo para la generación en toda la naturaleza, así igualmente esta voz pronunciada una vez presta firmeza al sacrificio en todos los altares de la Iglesia hasta hoy y hasta la venida de Cristo.

Pseudo - Jerónimo. En sentido místico, trasfiguraba el Señor en pan su cuerpo, que es la Iglesia actual. Este se recibe en la fe, se bendice en el número de sus miembros, se parte en las pasiones, se da en el ejemplo, se toma en la enseñanza; y se convierte en su sangre en el cáliz en la mezcla del agua y del vino, para que con uno lavemos nuestras culpas y con otro nos redimamos de la pena. Con la sangre del cordero se protegen las casas de la persecución del ángel y el agua del mar Rojo destruye a lo enemigos: misterios ambos de la Iglesia actual. "Y cogiendo el cáliz, dando gracias, se lo alargó". Porque Dios nos ha salvado por su gracia, y no por nuestros méritos.

San Gregorio Magno, Moralium 2, 37. Al aproximarse la pasión, da gracias después de tomar el pan. Dio, pues, gracias El que recibió el azote de la iniquidad ajena, y El que jamás hizo nada digno de castigo, bendice lleno de humildad en la pasión. De este modo nos enseña lo que cada cual debe hacer en castigo de sus propias culpas, soportando con tranquilidad el castigo de las ajenas. Del mismo modo, dando gracias en su pasión al Padre, a quien era igual, nos muestra lo que debe hacer el siervo cuando es corregido.

Beda, in Marcum 4, 43. Y como debemos permanecer nosotros en Cristo, y Cristo en nosotros, se mezcla con agua el vino del cáliz del Señor: siendo las aguas, según San Juan (Ap 17,15), los pueblos. Y nadie debe ofrecer agua sola, ni vino solo, para que no signifique tal ofrenda la separación de la cabeza y de los miembros, o que Cristo haya podido padecer sin el amor de nuestra redención, o que nosotros sin su pasión podemos salvarnos o ser ofrecidos a Dios.

"Y bebieron todos de él".

Pseudo - Jerónimo. ¡Feliz embriaguez! ¡Saciedad saludable! Que cuanto más abundante, más sobriedad se digna dar al hombre.

Teofilacto. Algunos dicen que Judas no fue partícipe de los misterios, sino que salió antes de que el Señor los diera a los discípulos; otros dicen que le dio de ellos.

San Juan Crisóstomo, in serm. De Pass. Cristo ofrecía su sangre al que le vendió, para que alcanzase el perdón de sus pecados, si impío no hubiera persistido en ellos.

Pseudo - Jerónimo. Bebe Judas y no queda satisfecho, ni puede apagar la sed del fuego eterno, porque recibe indignamente los misterios de Cristo. Su sacrificio no purifica a los que un insensato pensamiento conduce al pecado, y se enlodan en las heces de la crueldad.

San Crisóstomo, in serm. De Pass. Que ninguno sea Judas en la mesa del Señor. Este sacrificio es un alimento espiritual; porque, así como hace daño el alimento corporal en un estómago ocupado por humores contrarios, así también sucede con el alimento espiritual, que, si encuentra a uno manchado de malignidad, causa su pérdida, no por la naturaleza del alimento, sino por el vicio del que le recibe. Que el alma sea, pues, pura en todos y puro el pensamiento, porque puro es este sacrificio. "Y al dársela, díjoles: Esta es la sangre mía, del nuevo testamento".


Beda, in Marcum 4, 43. A diferencia de la antigua alianza, que era consagrada con la sangre del macho cabrío y del becerro, diciendo el legislador durante la aspersión (Ex 24,8) "Esta es la sangre del testamento que os mandó Dios". Y continúa: "la cual será derramada por muchos".

Pseudo - Jerónimo. Porque no a todos purifica.

"En verdad os digo que de hoy más no beberé".

Teofilacto. Es como si dijese: No beberé de este vino hasta la resurrección, porque llama su reino a la resurrección, puesto que entonces reinará contra la muerte. Pero después de la resurrección bebió y comió con los discípulos, manifestando así que era el mismo que había padecido. El vino que bebió entonces era nuevo, porque le bebió de nuevo y de diferente modo, no teniendo ya un cuerpo sensible que necesitara alimento, sino un cuerpo inmortal. He aquí cómo debe entenderse este pasaje: la viña es el Señor, el fruto los misterios y las inteligencias ocultas que concede Aquél que da la ciencia al hombre (Ps 92) En el reino de Dios, es decir, en el futuro siglo, beberá con sus discípulos los misterios y la sabiduría, enseñándonos y revelándonos cosas nuevas que tiene ahora ocultas.

Beda, in Marcum 4, 43. O de otro modo: Isaías afirma que la vid o la viña del Señor es la sinagoga, diciendo: "La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel" (Is 5,7) Fue, pues, al ir a la pasión cuando dijo el Señor: "De hoy más no beberé de este fruto de la vid". Es como si dijera: No me deleitaré ya con las carnales ceremonias de la sinagoga, entre las que tienen el primer lugar las sagradas del cordero pascual: porque llega el tiempo de mi resurrección, llega aquel día en que, colocado en el reino de Dios, esto es, elevado a la gloria de la vida inmortal, me inundaré de gozo con vosotros por la salvación del mismo pueblo regenerado en la fuente de la gracia espiritual.

Pseudo - Jerónimo. Es de considerar que el Señor cambia aquí tan sólo el sacrificio, pero no su momento, a fin de que nunca celebremos la cena del Señor antes del día décimocuarto de la luna. El que celebra la resurrección el día décimocuarto, deberá celebrar la cena el undécimo; lo que nunca se ha hecho en el antiguo ni en el nuevo Testamento.


MARCOS 14,26-31

7426 (Mc 14,26-31)

Y dicho el himno de acción de gracias, salieron hacia el monte del Olivar. Y díjoles Jesús: "Todos os escandalizaréis por ocasión de mí esta noche, según está escrito: Heriré al pastor, y se descarriarán las ovejas. Pero en resucitando iré delante de vosotros a Galilea, en donde os reuniré otra vez". Pedro le dijo entonces: "Aun cuando fueres para todos los demás un objeto de escándalo, no lo serás para mí". Jesús le replicó: "En verdad te digo que tú, hoy mismo, en esta noche, antes de la segunda vez que cante el gallo, tres veces me has de negar". El, no obstante, se afirmaba más y más en lo dicho, añadiendo: "Aunque me sea forzoso el morir contigo, yo no te negaré". Y lo mismo decían todos los demás. (v. 26-31)

Teofilacto. Así como dieron gracias antes de beber, las dan igualmente después. "Y dicho el himno, salieron hacia el monte del Olivar". De este modo se nos enseña a dar gracias antes y después de comer.

Pseudo - Jerónimo. El himno es una alabanza del Señor: "Los pobres comerán, y quedarán saciados, y los que buscan al Señor le cantarán alabanzas. Y comieron y le adoraron todos los ricos de la tierra" (Ps 21,27-28) Teofilacto. Manifiesta aquí también que le era dulce morir por nosotros, puesto que cuando iba a ser entregado da una acción de gracias a Dios. Nos enseña igualmente a no entristecernos cuando nos encontremos en la angustia por la salud de los demás, debiendo en este caso dar gracias a Dios, que en la tribulación obra la salud de muchos.

Beda, in Marcum 4, 43. Podemos ver también en este himno con que dio gracias el Señor a su Padre, según San Juan, el mismo con que rogaba, levantando los ojos al cielo, por sí mismo, por sus discípulos y por todos los que habían de creer en su nombre (Jn 7)

Teofilacto. Salió hacia el monte, a fin de que encontrándole solo le prendiesen sin tumulto. Porque, si le hubiesen prendido en la ciudad, se hubiera alborotado quizás el pueblo y entonces sus enemigos hubieran encontrado pretexto en este alboroto para matarle en justicia por amotinar al pueblo.

Beda, in Marcum 4, 43. Conduciendo el Señor al monte de los Olivos a sus discípulos después que participaron de los sacramentos, nos enseña con un ejemplo sublime a elevarnos, después de recibir los sacramentos, a las más altas virtudes y dones del Espíritu Santo, con los que quedarán ungidos nuestros corazones.

Pseudo - Jerónimo. Sube Jesús al cielo desde el monte de los Olivos, para que sepamos que subimos al cielo desde donde oramos y vigilamos, no resistiéndonos a las pruebas de este mundo.

Beda, in Marcum 4, 43. Predice el Señor a sus discípulos que habían de sufrir, para que cuando llegue ese momento no desesperen de su salvación, librándose con la penitencia. "Díjoles aun Jesús: Todos os escandalizaréis por ocasión de mí esta noche".

Pseudo - Jerónimo. Todos caen verdaderamente, pero no todos para no levantarse. "Mas por ventura el que duerme no ha de volver a levantarse" (Ps 40,9) Es propio de la carne el caer pero es del diablo el caer para siempre.

Teofilacto. Dios permite que caigan, para que no confíen en sí mismos. Para que no se crea que hace esta predicción sobre una simple apariencia, aduce el testimonio del Profeta Zacarías, que dice: "Heriré al pastor, y se descarriarán las ovejas del rebaño".

Beda, in Marcum 4, 43. Esto mismo con otras palabras se halla escrito en el Profeta Zacarías, que dice al Señor: "Hiere al Pastor, y se descarriarán las ovejas" (Za 13,7)

Pseudo - Jerónimo. El Profeta pide aquí la pasión del Señor, y el Padre responde al ruego de sus hijos: Heriré al Pastor. El Hijo es enviado por el Padre, y es herido, es decir, es encarnado, y padece.

Teofilacto. Dice el Padre: Heriré al Pastor, porque permite que le hieran, y llama a sus discípulos ovejas a causa de su inocencia y de su falta de malicia. Al final los consuela diciendo: "Pero en resucitando iré delante de vosotros a Galilea".

Pseudo - Jerónimo. De este modo promete la verdadera resurrección: para que no se extinga la esperanza. "Pedro le dijo entonces: Aun cuando fueres para todos los demás un objeto de escándalo, no lo serás para mí". He aquí un ave sin alas que pretende volar por las alturas. Pero el cuerpo entorpece al espíritu, y el temor humano de la muerte pesa más que el temor de Dios.

Beda, in Marcum 4, 43. Y Pedro prometía en el ardor de su fe y el Salvador, como Dios, conocía el porvenir. "Jesús le replicó: En verdad te digo", etc.

San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 2. Aunque todos los Evangelistas dicen que el Señor predijo a San Pedro que le negaría antes que cantara el gallo, San Marcos lo refiere con más extensión, de aquí que algunos, que no meditan bastante, encuentran que no está conforme con los otros. La negación de Pedro fue repetida tres veces, y si hubiera ocurrido toda ella después del primer canto del gallo, parecería falso lo dicho por los otros tres Evangelistas, a saber, que antes que cantase el gallo le negaría tres veces. Además, si hubiera terminado esta triple negación antes de empezar a cantar el gallo ¿cómo ha podido San Marcos hacer decir al Señor: "Antes que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres?" Pero como esta triple negación empezó antes del primer canto del gallo, tuvieron en cuenta los otros tres Evangelistas, no cuándo había de completarla Pedro, sino cuándo había de ocurrir y de empezar, esto es, antes de cantar el gallo; si bien en el ánimo de Pedro existió antes del primer canto del gallo. San Marcos, por el contrario, cita con toda claridad los intervalos que mediaron entre estas tres negaciones.

Teofilacto. Esto debe entenderse de este modo: Pedro negó una vez, y después cantó el gallo, y antes que volviera a cantar negó otras dos veces.

Pseudo - Jerónimo. Este gallo, nuncio de la luz, ¿quién es sino el Espíritu Santo, el cual por la voz de los Profetas y de los Apóstoles, nos excita a llorar amargamente nuestra triple caída en pensar mal de Dios, en hablar mal del prójimo y en hacernos mal a nosotros mismos?

Beda, in Marcum 4, 43. Pero la fe del Apóstol San Pedro y su ardiente amor al Señor se manifiestan en estas palabras: "El no obstante se afirmaba más y más en lo dicho, añadiendo: Aunque me sea forzoso el morir contigo, yo no te negaré".

Teofilacto. Los demás discípulos manifestaron también un fervor intrépido, como declaran estas palabras: "Y lo mismo decían todos los demás". Pero, no obstante, resistían a la verdad que les había predicho Cristo.


MARCOS 14,32-42


7432 (Mc 14,32)


En esto llegan a la granja llamada Getsemaní, y dice a sus discípulos: "Sentaos aquí, mientras que yo hago oración". Y llevándose consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan, comenzó a atemorizarse y angustiarse. Y díjoles: "Mi alma siente angustias de muerte: aguardad aquí, y estad en vela". Y apartándose un poco adelante, se postró en tierra; y suplicaba que, si ser pudiese, se alejase de El aquella hora. "Oh Padre míos, decía, todas las cosas te son posibles: aparta de mí este cáliz; mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú". Viene después a los tres, y hállalos dormidos, y dice a Pedro: "Simón, tú duermes? ¡Aun no has podido velar una hora! Velad y orad para que no caigáis en la tentación. El espíritu a la verdad está pronto; pero la carne es flaca". Fuese otra vez a orar, repitiendo las mismas palabras. Y habiendo vuelto, los encontró de nuevo dormidos, porque sus ojos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. Al fin vino tercera vez, y les dijo: "Ea, dormid y reposad. Pero basta ya: la hora es llegada: y ved aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos de aquí, y vamos; que ya el traidor está cerca". (vv. 32-42)

Glosa. Después que predijo el Señor el escándalo de sus discípulos, narra el Evangelista su oración, en la que se cree que rogó por ellos. Citando antes el lugar, dice: "En esto llegan a la granja llamada Getsemaní".

Beda, in Marcum 4, 43. Hasta hoy se enseña el lugar de Getsemaní, en donde oró el Señor a la falda del monte de los Olivos. La palabra Getsemaní quiere decir valle fértil, o de la fertilidad. Orando el Señor en el monte, nos enseña que debemos buscar en la oración las cosas sublimes, y orando en el valle de la fertilidad, que guardemos siempre en la oración la humildad y el fecundo amor del corazón. El mismo, en el valle de la humildad y por su fecunda caridad, sufrió la muerte por nosotros.

Pseudo - Jerónimo. En el valle de la fertilidad también recios toros le han sitiado (Ps 21) "Y dice a sus discípulos: Sentaos aquí, mientras que yo hago oración": se separan de El en la oración los que se separan en la pasión, porque El ora, y ellos duermen, oprimidos bajo el peso de su corazón.

Teofilacto. Acostumbraba a orar solo, para hacernos ver que debemos buscar el silencio y la soledad para orar. "Y llevándose consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan". Lleva consigo sólo a los tres que fueron testigos de su gloria en el monte Tabor, para que lo sean también de su tristeza, y vean por ella que era verdadero hombre. "Y comenzó a atemorizarse y angustiarse", porque habiendo asumido toda la humanidad, tomó las propiedades naturales del hombre: el atemorizarse, el angustiarse y el entristecerse naturalmente, y puesto que es natural que los hombres vayan a la muerte contra su voluntad. "Y díjoles: Mi alma siente angustias de muerte".

Beda, in Marcum 4, 43. Dios constituido en cuerpo, se expone a la fragilidad de la carne, para privar de todo pretexto a los que abjuran el misterio de la encarnación. Quien recibió el cuerpo debió recibir todo lo que es del cuerpo, como el hambre, la sed, las angustias y la tristeza; pero la Divinidad no puede experimentar cambio alguno por estas alteraciones.

Teofilacto. Algunos han entendido este pasaje como si dijera: Estoy triste, no porque deba morir, sino porque los israelitas mis compatriotas han de crucificarme, y deben ser excluidos por ello del reino de Dios.

Pseudo - Jerónimo. Esto nos enseña también a temer y entristecernos ante el juicio de la muerte, porque no podemos decir nosotros, como El decía: Viene el príncipe de este mundo, aunque no hay en mí cosa que le pertenezca (Jn 14,30) "Aguardad aquí, y estad en vela".

Beda, in Marcum 4, 43. No es el sueño ordinario el que les prohibe, porque no era tiempo de ello aproximándose como se aproximaba el peligro, sino el de la infidelidad y la pereza del espíritu. Apartándose un poco, se postra hasta el suelo, manifestando la humildad de su espíritu en la actitud de su cuerpo. "Y apartándose un poco adelante, se postró en tierra; y suplicaba que, si ser pudiese, se alejase de El", etc.

San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 4. No dijo: si se puede hacer, sino si ser pudiese, porque Dios puede hacer lo que quiere. Así que si ser pudiese es lo mismo que si dijera si es tu voluntad. Y para que no se juzgue que limitaba el poder del Padre, manifestó el sentido de lo dicho añadiendo: "Oh Padre mío, todas las cosas te son posibles", con lo cual expresa claramente que no había aludido al poder, sino a la voluntad del Padre. San Marcos refiere que no dijo solamente Padre, sino Abba Pater, significando Abba en hebreo lo que Pater en latín. Y quizá el Señor dijo ambas palabras a causa de algún misterio, queriendo mostrar que admitía aquella tristeza como representante de su cuerpo la Iglesia, cuya piedra angular El es, juntando a los hebreos que son los que dicen abba y a los gentiles que dicen pater.

Beda, in Marcum 4, 43. Ruega que aparte de El aquel cáliz para mostrar que era hombre verdaderamente: "Aparta de mí este cáliz, dice". Pero recordando que ha sido enviado para beberle, cumple su misión, y exclama: "Mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú". Es como si dijera: Si la muerte puede morir, sin que muera yo según la carne, aparta de mí este cáliz; mas como esto no puede ser, no sea lo que yo quiero, sino lo que tú. Son muchos aún a los que entristece la idea de la muerte, y la evitarían en cuanto es posible, si tuviesen un corazón recto; mas si no pueden, digan lo mismo que por nosotros dijo el Señor.

Pseudo - Jerónimo. Con lo cual no cesa de enseñarnos hasta el fin que debemos obedecer a los padres y anteponer su voluntad a la nuestra. "Viene después, y hallólos dormidos". Duerme su espírituasí como su cuerpo. Viniendo el Señor después de su oración y viendo dormidos a sus discípulos, increpa sólo a Pedro. "Y dice a Pedro: Simón, ¿tú duermes? ¡Aún no has podido velar una hora!", lo cual equivale a: Tú, que no has podido velar una hora, ¿cómo puedes despreciar la muerte ofreciendo morir conmigo? "Velad y orad, para que no caigáis en la tentación", esto es, negándome.

Beda, in Marcum 4, 43. No dice: Orad para no ser tentados, porque esto es imposible para la naturaleza humana, sino para que no caigáis en la tentación, es decir, para que la tentación no os venza.

Pseudo - Jerónimo. Se dice que entra en la tentación el que descuida la oración.

"El espíritu a la verdad está pronto; pero la carne es flaca".

Teofilacto. Que es como si dijera: Vuestro espíritu está pronto para no negarme y por eso lo prometéis, pero vuestra carne es débil de tal modo, que entraríais en la tentación si Dios no os diese fuerza por la oración.

Beda, in Marcum 4, 43. Aquí reprende a los temerarios que creen poder conseguir todo lo que piensan; y lo cierto es que, cuanto más confiamos en el ardor de nuestro espíritu, más debemos temer la fragilidad de nuestra carne.

"Fuese otra vez a orar, repitiendo las mismas palabras".

Teofilacto. Para probar con esta segunda oración que era verdaderamente hombre. "Y habiendo vuelto, los encontró de nuevo dormidos". Sin embargo, los reprochó con vehemencia. "Porque sus ojos estaban cargados de sueño, y no sabían qué responderle". Teniendo, pues, en cuenta nuestra humana flaqueza, aprendamos a no prometer, estando cargados de sueño, alguna cosa que para nosotros sea imposible. Por esto volvió a repetir por tercera vez la misma oración. "Al fin vino por tercera vez, y les dijo: Ea, dormid y reposad". No se altera contra ellos porque lo hayan hecho peor después de sus reproches, sino que les dice irónicamente: "Dormid y reposad", porque sabía que se acercaba ya el traidor. Y que habló con ironía lo confirma lo que sigue: "Basta ya: la hora es llegada; y ved aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores". Al hablarles así, venía a decirles: Ahora que el enemigo se aproxima, es tiempo que durmáis. Después añade: "Levantaos de aquí y vamos, que ya el traidor está cerca". Y no se lo advierte para que huyan, sino para que salgan al encuentro del enemigo.

San Agustín, De consensu Evangelistarum 3, 4. O en otro sentido: el haber dicho el Señor: "Basta" después de "dormid y reposad" y de añadir luego: "La hora es llegada, y ved aquí que el Hijo del Hombre va a ser entregado", hace ver que el Señor guardó un momento de silencio, después de las palabras "dormid, reposad", para dar lugar a que descansasen, y añadió luego "la hora es llegada", intercalando "Basta", es decir, de descanso.

Pseudo - Jerónimo. Los tres sueños de los discípulos significan los tres muertos que resucitó el Señor: el primero en la casa, el segundo cuando iba al sepulcro, y el tercero en el sepulcro; y las tres oraciones del Señor nos enseñan a orar por lo pasado, lo presente y lo futuro.


Catena aurea ES 7403