Catena aurea ES 9115

LUCAS 1,15-17


9115 (Lc 1,15-17)

"Porque será grande delante del Señor. Y no beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor, que es el Dios de ellos. Y marchará delante de él con el espíritu y la virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los incrédulos a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo perfecto". (vv. 15-17)

San Ambrosio. Después de la alegría de muchos, se promete la grandeza de la virtud, cuando se dice: "Será grande delante del Señor". No declara en esto la magnitud de su cuerpo, sino de su espíritu. Delante de Dios, la grandeza de espíritu es la grandeza de la virtud.

Teofilacto. Muchos se llaman grandes, pero, como los hipócritas, sólo delante de los hombres y no delante de Dios. Así los padres del Bautista se llaman justos, pero delante de Dios.

San Ambrosio. Por último, no dilató los límites de algún imperio, ni obtuvo triunfos de combates guerreros, sino que, lo que es más, predicando en el desierto, combatió las delicias de los hombres y las lascivias del cuerpo con gran fortaleza de ánimo. De donde prosigue: "Y no beberá vino ni sidra".

Beda. La sidra quiere decir ebriedad, con cuya palabra los hebreos significan todo lo que puede embriagar -ya se forme de frutas, ya de uvas, ya de cualquier otra materia-. Estaba mandado en la ley de los Nazireos el privarse de vino y de sidra durante el tiempo de la consagración1, de donde San Juan y los demás, que como él pudiesen ser siempre nazireos -esto es, santos- debían cuidar de abstenerse de estas bebidas. Pues no conviene que se embriague de vino, en el cual está la lujuria (Ep 5), aquel que quiere ser lleno del mosto del Espíritu. Así el que huye de la embriaguez del vino será repleto de la gracia del Espíritu Santo. He aquí por qué se añade: "Y será lleno del Espíritu Santo".

San Ambrosio. A quien se infunde el Espíritu Santo se comunica la plenitud de todas las grandes virtudes. Por lo que San Juan manifestó la gracia del Espíritu Santo que había recibido y predicó la venida del Señor, saltando en el vientre de su madre. Uno es el espíritu de esta vida y otro el de la gracia. El primero comienza cuando se es engendrado y concluye cuando se muere. El segundo no está circunscrito a edades, no concluye con la muerte, tiene cabida en el vientre de la madre.

Expositor Griego. Cuál sea la misión de San Juan, y qué es lo que hará por la virtud del Espíritu Santo, lo manifiesta añadiendo: "Y a muchos hijos de Israel convertirá al Señor, el Dios de ellos".

Orígenes. San Juan, en realidad, convirtió a muchos, mas la obra de Dios es convertir a todos a Dios Padre.

Beda. Cuando se dice que San Juan -el cual dando testimonio de Jesucristo bautizaba a los pueblos en su fe- convirtió a los hijos de Israel al Señor su Dios, resulta evidente que Jesucristo es el Dios de Israel. Cesen, pues, los arrianos de negar que Cristo sea el Señor Dios. Ruborícense los fotinianos, dando a Cristo principio en la Virgen. Dejen de creer los maniqueos que uno es el Dios de Israel y otro el Dios de los cristianos.

San Ambrosio. No necesitamos, pues, testimonio para saber que San Juan convirtió el corazón de muchos, puesto que en ello están conformes las Escrituras proféticas y las del Evangelio. La voz del que clama en el desierto (Is 40,3): "Preparad los caminos al Señor, haced rectos sus senderos" y el bautismo frecuentado por el pueblo, nos indican los grandes progresos de su predicación en la conversión del pueblo. El precursor de Cristo no predicaba de sí, sino de su Señor. Por esto añade: "Y él mismo irá delante de El". Marchará bien delante de El quien nació como su precursor, y murió precursor de El. Con razón se añade también: "En el espíritu y la virtud de Elías".

Orígenes. No dice en el alma de Elías, sino en el espíritu y en la virtud de Elías. El espíritu, que había estado en Elías, vino a posar sobre San Juan, y del mismo modo su virtud.

San Ambrosio. Nunca el espíritu es sin la virtud, ni la virtud sin el espíritu; por eso se dice: "En el espíritu y en la virtud". Porque el santo Elías tuvo una gran virtud y gracia. Virtud para separar de la infidelidad el espíritu de los pueblos y traerlos a la fe; la virtud de la abstinencia, la paciencia y el espíritu de profecía. Elías en el desierto, en el desierto Juan. Aquél no buscó el favor del rey Ajab, éste despreció el de Herodes. Aquél dividió las aguas del Jordán; éste las convirtió en baño saludable. Este el precursor del primero, aquél del futuro advenimiento del Señor.

Beda. Lo que fue predicho por Malaquías (Ml 4,5-6) de Elías, esto mismo se dijo por medio de un ángel acerca de San Juan cuando se añade: "Para que convierta los corazones de los padres hacia los hijos", infundiendo la ciencia espiritual de los santos antiguos, cuando predicaba a los pueblos. Y a los "incrédulos a la prudencia de los justos" que es no pretender ser justos a partir de las obras de la ley, sino buscar la salvación con la fe. (Rm 10) Expositor Griego. O de otro modo, los mayores de Juan y de los apóstoles fueron judíos. Sin embargo, por su soberbia e infidelidad se levantaron contra el Evangelio. Y así como hijos buenos -primero San Juan, y los apóstoles después- enseñaban la verdad a los pueblos, atrayéndolos a la propia justicia y prudencia, así también Elías convertirá a los últimos hebreos a la verdad de los apóstoles.

Beda. Como dijera que Zacarías, orando por el pueblo, había sido oído, añade: "Para preparar al Señor un pueblo perfecto". En lo cual enseña cómo debe un mismo pueblo salvarse y perfeccionarse; a saber, haciendo penitencia según la predicación de San Juan, y creyendo en Jesucristo.

Teofilacto. O de otro modo, Juan preparó un pueblo, no incrédulo sino perfecto, es decir, preparado para recibir a Cristo.

Orígenes. La misión de San Juan hasta ahora se cumple en el mundo. Todo el que ha de creer en Jesucristo, antes recibe en su alma el espíritu y la virtud de Juan, y prepara al Señor un pueblo perfecto.

LUCAS 1,18-22


9118 (Lc 1,18)

Y dijo Zacarías al Angel: "¿En qué conoceré esto? porque yo soy viejo y mi mujer está avanzada en días". Y respondiendo el Angel, le dijo: "Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y soy enviado a hablarte y traerte esta feliz nueva: Y he aquí que serás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que se hagan estas cosas, porque no creíste a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo". Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se admiraba de que tardase en el templo. Y cuando salió no les podía hablar, y entendieron que había visto visión en el templo. Y él se lo significaba por señas, y permaneció mudo. (vv. 18-22)

San Juan Crisóstomo, homiliae 2, De incomprehens. Dei natura. Teniendo en consideración Zacarías su propia edad, y también conocida la esterilidad de su mujer, desconfió. Por lo que añade: "Y dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto?" Como si dijese: "¿Cómo se hará esto? Y añade la causa de su duda: "Yo, pues, soy viejo". La edad extemporánea, la naturaleza inepta: soy débil para engendrar, la tierra es estéril. Algunos consideran por esto indigno de perdón a un sacerdote que hace tantas preguntas, porque cuando Dios indica alguna cosa, conviene creerla; discutir acerca de ella es propio de un alma rebelde. De donde prosigue: "y respondiendo el ángel le dijo: "Yo soy Gabriel que estoy delante de Dios".

Beda. Como si dijese: a un hombre que prometiese tales prodigios, sería permitido pedirle un signo; pero cuando es un Angel quien promete, ya no conviene dudar. Sigue: "Y soy enviado a hablarte", etc.

San Juan Crisóstomo, homiliae 2, De incomprehens. Dei natura. Para que cuando oigas que soy enviado por Dios, no creas que hay algo de humano en estas cosas que se te dicen. Y no hablo por mí, sino que te anuncio lo dicho por Aquel que me ha enviado. La virtud y la bondad de un enviado, consisten en que no diga nada de sí propio.

Beda. Debe notarse aquí que el ángel afirma al mismo tiempo que él está delante de Dios y es enviado a evangelizar a Zacarías.

San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 34. Porque cuando los ángeles vienen a nosotros, cumplen exteriormente su ministerio de tal modo que -interiormente- jamás pierden la contemplación de Dios; porque aun cuando el ángel es limitado, el Espíritu soberano -que es Dios- no es limitado. Así los ángeles, aun cuando son enviados, están ante El, porque a cualquier parte que vengan enviados, siempre corren dentro de El.

Beda. Le concede la señal que pide para que el que ha hablado no creyendo, aprenda a creer callando. Y por ello prosigue: "Y he aquí que tú quedarás mudo".

San Juan Crisóstomo, homiliae 2, De incomprehens. Dei natura. Para que los vínculos de su impotencia generativa se trasladasen a las cuerdas vocales. No se le perdona por la consideración de ser sacerdote, sino que por el contrario, se le castigaba más, porque debía aventajar en la fe a los otros.

Teofilacto. Mas como la palabra griega kwjoz1 puede también significar sordo, dice bien: "Tú que no crees, quedarás sordo, y no podrás hablar". Convenientemente sufrió estos dos castigos: como desobediente, la sordera, y como reacio, la mudez.

San Juan Crisóstomo, homiliae 2, De incomprehens. Dei natura. Dice "y he aquí", como si dijese: "En este instante". Pero considera la misericordia del Señor en lo que se sigue: "Hasta el día en que sucedan estas cosas". Como si dijera: cuando te demuestre lo que te digo con la realización de los hechos y conozcas que has sido castigado con justicia, entonces te sacaré de esta pena. Y manifiesta la causa de la pena cuando añade. Por lo mismo que no has creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo, no atendiendo al poder de Aquel que me envió y a quien yo asisto. Si es castigado aquel que es incrédulo acerca de un nacimiento mortal, ¿cómo evitará el castigo el que rechaza el nacimiento celestial e inefable? Griego. Mientras pasaban estas cosas dentro del templo, la tardanza en salir obligaba a admirarse a la multitud que esperaba fuera. Por ello prosigue: "Y el pueblo estaba esperando a Zacarías y se maravillaban de que tardase en salir". Como había lugar a muchas suposiciones, cada uno hablaba a su modo hasta que, saliendo Zacarías, enseñó con su silencio lo que le había sucedido en el secreto del templo. Entonces prosigue: "Y cuando salió no podía hablar".

Teofilacto. Zacarías hacía señas al pueblo, que acaso le preguntaba la causa de su silencio. No pudiendo expresarla con palabras, la declaraba con señas. Por eso se añade: "Y él se lo significaba por señas, y permaneció mudo".

San Ambrosio. Se entiende por seña un acto o movimiento corporal sin palabras, que tiende a indicar la voluntad sin expresarla.

LUCAS 1,23-25


9123 (Lc 1,23-25)

Y aconteció que, cumplidos los días de su ministerio, se fue a su casa: y después de estos días concibió Isabel, su mujer, y estuvo escondida cinco meses, diciendo: "Porque el Señor me hizo esto en los días en que atendió a quitar mi oprobio de entre los hombres". (vv. 23-25)

Beda. Cuando los pontífices ejercían sus funciones en el templo, no sólo se abstenían del trato con sus mujeres, sino que se privaban también de entrar en su casa. Por eso dice: "Y aconteció que, cumplidos los días". Por lo mismo que se buscaba entonces la sucesión sacerdotal de la estirpe de Aarón, se procuraba conservar su descendencia en todo tiempo. Y como aquí no se busca la sucesión carnal, sino la perfección espiritual, se manda a los sacerdotes -para que siempre puedan asistir al altar- que guarden castidad. Prosigue: "Después de estos días". Esto es, después de terminados los días del servicio de Zacarías. Todas estas cosas sucedieron en el mes de setiembre, en el día 23 del mismo, cuando convenía que los judíos celebrasen el ayuno de la fiesta de los tabernáculos, cuando estaba próximo el equinoccio, en el cual empieza la noche a ser mayor que el día. Porque convenía que Cristo creciese y Juan disminuyese. Y no en vano eran entonces los días de los ayunos, porque San Juan había de predicar a los hombres la aflicción de la penitencia.

Prosigue: "Y se ocultaba".

San Ambrosio. ¿Cuál era la causa de la ocultación, sino la vergüenza? Hay ciertos tiempos prescritos al matrimonio, cuando es decoroso procrear hijos, como en el vigor de la edad y cuando hay esperanza de tenerlos. Mas cuando la ancianidad madura sucede a la vida larga y la edad es más propia para dirigir los hijos que para criarlos, es vergonzoso dar señales de embarazo y -aun cuando sea legítimo- cargarse con el peso de otra edad y dilatar el seno con un fruto que no es de su tiempo. Se avergonzaba, pues, por la edad, de donde puede inferirse la causa, porque ya no convivían entre sí conyugalmente. Porque aquella que no se avergonzase de tener relaciones maritales en la ancianidad tampoco se avergonzaría en el parto. Sin embargo, se ruboriza del peso de madre todo el tiempo que desconoce el misterio de la religión. Pero la que se ocultaba porque había concebido un hijo, empieza a manifestarse porque llevaba un profeta.

Orígenes. Y por ello dice: "Cinco meses", esto es, hasta que María concibiese y su fruto, saltando de alegría, profetizase.

San Ambrosio. Y aun cuando se avergonzase de su parto por la edad, se alegraba a la vez por verse privada del oprobio, diciendo: "Porque el Señor me hizo esto".

San Juan Crisóstomo. Es decir, hizo cesar mi esterilidad, me concedió un don sobrenatural y la piedra infructuosa produjo espigas verdes. Me quitó el oprobio, haciéndome madre; de donde sigue: "En los días en que atendió a quitar mi oprobio de entre los hombres".

San Juan Crisóstomo. Se alegra doblemente, porque Dios le quita la fama de estéril y porque se le ofrece un parto honroso. No interviene solo la unión conyugal como en los demás que engendran, sino que la gracia del cielo fue el principio de este nacimiento.

Beda. Zacarías puede representar místicamente el sacerdocio de los judíos e Isabel la ley. Esta, explicada por los sacerdotes, debía engendrar hijos espirituales para Dios. Pero no podía por sí sola, porque la ley no condujo a nadie a la perfección (He 7) Ambos eran justos, porque la ley es buena (Tim 1) y el sacerdocio era santo en aquel tiempo. Los dos eran ancianos, porque viniendo Jesucristo ya se encorvaban por la vejez. Zacarías entra en el templo, porque es propio de los sacerdotes entrar en el santuario de los misterios divinos. La multitud estaba fuera, porque no podía penetrar las cosas misteriosas. Mientras pone el incensario sobre el altar, sabe que Juan ha de nacer; porque mientras los doctores arden por la flama de la enseñanzas divinas, encuentran la gracia de Dios que había de nacer por medio de Jesús; y esto por el ángel, porque la ley fue dada por medio de los ángeles (Ga 3,19)

San Ambrosio. En uno enmudeció la voz del pueblo, porque en uno todo el pueblo hablaba a Dios. Pasó, pues, a nosotros la palabra de Dios y en nosotros no calla. Es mudo el que no entiende la ley. ¿Por qué te parece más bien mudo el que desconoce la voz, que aquel que desconoce el misterio? El pueblo de los judíos es semejante al que hace señas cuando no puede dar razón de sus actos.

Beda. Sin embargo, Isabel concibe a Juan, porque el interior de la ley abunda en misterios de Cristo. Oculta su concepción durante cinco meses, porque Moisés designa en cinco libros los misterios de Cristo. O también porque la dispensación de Cristo se figura en las cinco edades del mundo por los dichos y hechos de los santos.

LUCAS 1,26-27


9126 (Lc 1,26)

Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María. (vv. 26-27)

Beda. Como la encarnación de Cristo debía tener lugar en la sexta edad del mundo y había de aprovechar para el cumplimiento de la ley, el ángel enviado a María anuncia oportunamente, en el sexto mes de la concepción de Juan, al Salvador que había de nacer. Por eso se dice: "En el sexto mes". El sexto mes es el de marzo, en cuyo día 25 nuestro Señor fue concebido y se dice que padeció. Así como nació el día 25 de diciembre por lo que si, según algunos creen, en este día tiene lugar el equinoccio de la primavera, o si en aquél creemos que se verifica el solsticio del invierno, conviene que sea concebido y nazca con el incremento de la luz Aquel que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1,9) Mas si alguno objetare que los días crecen o son mayores que la noche antes del tiempo del nacimiento y de la concepción de nuestro Señor, le contestamos que San Juan anunciaba el reino de los cielos antes de su advenimiento.

San Basilio. Los espíritus celestiales no vienen a nosotros por sí mismos, sino cuando conviene para nuestra utilidad, porque atienden al decoro de la divina sabiduría; de donde sigue: "Fue enviado el ángel Gabriel".

San Gregorio Magno, homiliae in Evangelia, 34. A María Virgen no se envía un ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Procedía que viniese un ángel de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su propio nombre, el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el nombre de Gabriel significa fortaleza de Dios1. Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes y poderoso en la guerra para vencer en todas las batallas, venía a destruir las potestades del infierno.

Glosa. Se indica, pues, el lugar a donde se envía cuando se añade: "A la ciudad de Nazaret". Porque nazareno, esto es, Santo de los Santos, era el que se anunciaba que había de venir.

Beda, in homilia de Fest. Annunt. Digno principio de la restauración humana ha sido que se enviare por Dios un Angel a la Virgen, que había de ser consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espíritu de la soberbia. De aquí se sigue, que el Angel fue enviado a una virgen.

San Agustín, de sancta virginitate, 5. Sólo la virginidad pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.

San Jerónimo.Con razón se envía un ángel a la Virgen, porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 4. No anuncia el Angel a la Virgen después del parto, para que entonces no se turbe en demasía, sino que le habla antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose de una manera visible. Porque como había de recibir una gran revelación, necesitaba de una visión solemne antes del cumplimiento.

San Ambrosio. Dijo bien ambas cosas la Sagrada Escritura: que sería desposada y Virgen. Prosigue, pues, diciendo "desposada". Virgen, para que constase que desconocía la unión marital. Desposada, para que quedase ilesa de la infamia de una virginidad manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de corrupción. Quiso más bien el Señor que algunos dudasen de su nacimiento que de la pureza de su Madre. Sabía que el honor de una Virgen es delicado y la reputación del pudor, frágil. Y no estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias de su Madre. Se sigue también que, así como la Santísima Virgen fue íntegra por su pudor, así su virginidad debió ser inviolable en la opinión. No convenía dejar a las vírgenes que viven en mala reputación esa apariencia de excusa, es decir, que la Madre misma del Señor pareciese difamada. ¿Qué se hubiera podido reprochar a los judíos y a Herodes si hubiese parecido que perseguían el fruto de un adulterio? ¿Cómo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir la ley, sino a cumplirla" (Mt 5,17), si hubiese parecido comenzar por una violación de la ley, que condena el parto de la que no está casada? ¿Qué, por otra parte, da más fe a las palabras de la Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada, hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no tenía motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la gracia de las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad de María engañase al príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con un hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto.

Orígenes. Si no hubiese tenido esposo, aquel misterio hubiese dado que pensar al diablo, respecto de cómo pudo quedar embarazada la que no había tenido trato con varón. Esta concepción -diría- debe ser divina, debe ser algo superior a la naturaleza humana.

San Ambrosio. Sin embargo, engañó más a los diablos. Porque la malicia de los demonios descubre hasta las cosas ocultas. Mas los que se ocupan en las vanidades del mundo no pueden conocer las cosas divinas. Por eso Dios se sirve del marido -el testigo más seguro del pudor- que hubiese podido quejarse de la injuria y vengar el oprobio, si no conociese el misterio. Se dice de él: "Se llamaba José, de la casa de David".

Beda, homil. de Annunt. Sup. Lo cual no sólo se refiere a San José, sino también a la Virgen María. Estaba mandado por la ley que cada uno tomase mujer de su propia tribu o familia. Prosigue el mismo evangelista: "Y el nombre de la Virgen era María".

Beda. La palabra María en hebreo quiere decir estrella del mar, y en siríaco Señora. Y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo y a la luz constante de los siglos.

LUCAS 1,28-29


9128 (Lc 1,28-29)

Y habiendo entrado el Angel donde estaba María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta. (vv. 28-29)

San Ambrosio. Conoce aquí a la Virgen por sus costumbres. Sola en sus habitaciones, a quien ningún hombre veía, sólo un ángel podía encontrarla. Por ello se dice: "Y habiendo entrado el ángel a donde estaba María". Y para que no fuese manchada con un coloquio indigno de ella, es saludada por el ángel.

San Gregorio Niseno, orat. in Christi Nativit. En contraposición de la voz dirigida a la primera mujer, ahora se dirige la palabra a la Virgen. En aquélla se castiga con los dolores del parto la causa del pecado, en ésta se destierra la tristeza por medio del gozo. Así el ángel anuncia con razón la alegría a la Virgen, diciendo: "Dios te salve". Según otros comentaristas, el ángel atestigua que es digna de ser desposada cuando dice: "Llena de gracia". Esta abundancia de gracias se muestra al esposo como una dote o arras, de las cuales se dice: Estas son de la esposa, aquéllas del esposo.

San Jerónimo.Y en verdad que es llena de gracia, porque a los demás se distribuye con medida, pero en María se derramó al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia abundante del Espíritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba su ángel y el Señor se anticipó a su enviado. No pudo ser contenido en un lugar, Aquel que está en todas partes; de donde sigue: "El Señor es contigo".

San Agustín, en el serm. de Nativit. Dom. 4. Más que contigo, El está en tu corazón, se forma en tu seno, llena tu espíritu, llena tu vientre.

Expositor Griego. Este es el complemento de toda la embajada: el Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adaptó a sí mismo toda la naturaleza humana. Al final se pone como complemento perfectísimo: "Bendita eres entre las mujeres", a saber, una sola entre todas las mujeres. Para que también sean bendecidas en ti las mujeres como los hombres serán bendecidos en tu Hijo, o más bien en los dos unos y otros. Porque así como por medio de una mujer y un hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, así ahora por una mujer y por un hombre vuelven la bendición y la alegría, y se derraman sobre todos.

San Ambrosio. Conoced a la Virgen por la vergüenza, porque se turbó, pues sigue: "Y cuando ella esto oyó, se turbó". Temblar es propio de las vírgenes, y el sobresaltarse cuando se acerca un hombre y temer todo trato de los hombres. Aprended, vírgenes, a evitar toda licencia de palabras. María se conturbaba hasta de la salutación del ángel.

Expositor Griego. Como ella estaba acostumbrada a aquella clase de apariciones, el Evangelista no atribuye la turbación a lo que ve, sino a lo que oye, diciendo: "Se turbó con las palabras de él". Considerad el pudor y la prudencia de la Virgen y su alma, al mismo tiempo que su voz. Oída la alegre noticia, examinó lo que se le había dicho y no resiste abiertamente por incredulidad, ni se somete al punto por ligereza, evitando a la vez la ligereza de Eva y la resistencia de Zacarías. Por esto continúa: "Y pensaba qué salutación sería ésta", no la concepción. Porque todavía ignoraba la profundidad del misterio. ¿Mas la salutación es por ventura libidinosa, como dirigida por un hombre a una Virgen? ¿Es divina, puesto que se hace mención de Dios, diciendo: "El Señor es contigo"?

San Ambrosio. Admiraba también la nueva fórmula de salutación, que nunca se había oído hasta entonces, pues estaba reservada solamente para María.

Orígenes. Si María hubiese conocido que se había hecho una salutación semejante a algún otro -como que conocía perfectamente el concepto de la ley- nunca se hubiese asustado ante ésta como si fuese extranjera.

LUCAS 1,30-33


9130 (Lc 1,30)

Y el Angel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino". (vv. 30-33)

Beda. Como había visto que la Virgen se había turbado con aquella salutación no acostumbrada, la llama por su nombre, como si la conociese más familiarmente, y le dice que no debe temer. Por ello se añade: "Y el Angel le dijo: No temas, María".

Expositor Griego. Como si dijese: No he venido a engañarte, sino más bien a dar la absolución del engaño. No he venido a robarte tu virginidad inviolable, sino a preparar tu seno para el autor y el defensor de la pureza. No soy ministro de la serpiente, sino enviado del que aplasta la serpiente. Vengo a contratar esponsales, no a maquinar asechanzas. Así, pues, no la dejó atormentarse con alarmantes consideraciones, a fin de no ser juzgado como ministro infiel de su negociación.

Crisóstomo. Quien merece gracia delante de Dios, nada tiene que temer; así, prosigue: "Hallaste gracia delante de Dios". ¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por medio de la humildad? Pues Dios da la gracia a los humildes (Jc 4)

Expositor Griego. La Virgen encontró gracia delante de Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.

Orígenes. Muchos habían encontrado gracia antes que ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso, diciendo: "He aquí que concebirás en tu seno".

Expositor Griego. La palabra "he aquí" denota la prontitud y la presencia, insinuando con dicha palabra que la concepción se había celebrado al punto.

Severo de Antioquía. Dice: "concebirás en tu seno" para demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana, el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin concurso de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre nueve meses como nosotros.

San Gregorio Niseno. Y como acontece especialmente que es concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al Espíritu de salvación, según anunciara el profeta, el ángel añade: "Y dará a luz un Hijo".

San Ambrosio. No todos son como María, que cuando conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de aquellos que abortan al Verbo antes de dar a luz (Lc 22), y hay de aquellos que tienen a Cristo en su seno pero que todavía no lo han formado.

San Gregorio Niseno, Orat. in diem Nat. Domini. Como la expectación del parto infunde temor a las mujeres, el anuncio de un parto dulce apaga esa aprehensión de temor cuando se dice: "Y llamarás su nombre Jesús". La venida del Salvador es el alejamiento de todo temor.

Beda. La palabra Jesús quiere decir Salvador o saludable.

Expositor Griego. Dice, pues: "Tú lo llamarás". No el padre, porque carece de padre en cuanto a la generación humana, así como carece de madre respecto de la generación divina.

San Cirilo, de fidei ad Theod. Este nombre fue impuesto de nuevo al Verbo Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del Profeta: "Serás llamado con un nombre nuevo, que la boca del Señor te dará" (Is 62) Expositor Griego. Mas como este nombre le es común con el sucesor de Moisés (Jos 1), insinuando el ángel que no será semejante a aquél, añade: "Este será grande".

San Ambrosio. Se ha dicho también respecto de San Juan que sería grande. Pero aquél fue grande como hombre y Este es grande como Dios. Porque la virtud de Dios se difunde ampliamente, así como la grandeza de la sustancia no varía con el tiempo.

Orígenes. Considerad, pues, la grandeza del Salvador, cómo se extiende por todo el orbe. Subid a los cielos, y veréis cómo llena los espacios celestes. Bajad con el pensamiento a los abismos y veréis que allí ha descendido también. Y cuando hayáis visto todo esto, comprenderéis también el cumplimiento de estas palabras: "Este será grande".

Expositor Griego. Ni la asunción de la carne humilla la grandeza de la divinidad, sino que más bien se sublima la humildad de la carne. Por ello sigue: "Y se llamará Hijo del Altísimo". No eres tú quien le impones el nombre, sino que será llamado. ¿Por quién sino por su Padre consustancial? Nadie conoce al Hijo sino el Padre (Mt 11,27) Quien tiene conocimiento infalible del Engendrado es el único verdadero intérprete, respecto de la imposición del nombre del Hijo; por quien se dice: "Este es mi hijo muy amado". (Mt 17,5) Existe desde la eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre. Y por esto dice "será llamado", no "será hecho" ni "será engendrado", porque ya antes de los siglos era consustancial al Padre. Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a Aquel que el espacio del cielo no puede contener.

San Juan Crisóstomo. Acaso parecerá a algunos enorme -o indecente- que Dios habite un cuerpo. ¿Mas por ventura el sol, cuyo cuerpo es sensible, mancha su propia pureza a cualquier parte que envíe sus rayos? Pues con mucha más razón el Sol de justicia, tomando un cuerpo purísimo de las entrañas de la Virgen, no sólo no se manchó sino que antes, por el contrario, santificó más a la Madre.

Expositor Griego. Y para recordar a la Virgen los profetas, añade: "Y le dará el Señor Dios el trono de David, ...". Para que se sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de David.

San Cirilo, contra Juliano, 8. Sin embargo, el cuerpo purísimo de Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de parentesco que la Virgen, de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma humana.

San Basilio, epistola 2,36. El Señor no se sienta en el trono material de David, puesto que el reino judío había pasado a Herodes. Pero llama trono de David a aquel en que se sienta el Señor para gobernar un reino indisoluble. Por ello sigue: "Y reinará en la casa de Jacob".

Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, 7. Llama aquí casa de Jacob a todos aquéllos del número de los judíos que creyeron en El. Porque como dice San Pablo (Rm 9,6), no todos los que pertenecen a Israel son israelitas; sino solamente se consideran como pertenecientes a Israel los que son hijos de promisión.

Beda. O llama casa de Jacob a toda la Iglesia. Esta, o bien ha nacido de buena raíz, o bien, siendo un olivo silvestre, fue injerto por medio de la fe en una oliva buena (Rm 11)

Expositor Griego. Sólo Dios puede reinar eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por la encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno. Prosigue: "Y su reino no tendrá fin". No sólo en cuanto Dios, sino también en cuanto hombre. Y al presente reina sobre muchos y finalmente reinará sobre todos porque todas las cosas le están sometidas (1Co 15)

Beda. Que deje ya Nestorio de decir que el hombre sólo ha nacido de la Virgen y que éste no ha sido recibido por el Verbo de Dios en unidad de persona. Cuando dice que el mismo que tiene por padre a David será llamado "Hijo del Altísimo", demuestra la unidad de persona de Cristo en dos naturalezas. No emplea el ángel palabras que se refieran al tiempo futuro, como dicen algunos herejes, que creen que Jesucristo no existió antes que María, sino que en una sola persona el Hombre-Dios recibe el nombre de Hijo.


Catena aurea ES 9115