Congregacion Culto Divino






LA LITURGIA DE LAS HORAS U OFICIO DIVINO

Sagrada Congregacion para el Culto Divino

Capitulo I.



IMPORTANCIA DE LA LITURGIA DE LAS HORAS U OFICIO DIVINO EN LA VIDA DE LA IGLESIA.




1. La oracion publica y comunitaria del pueblo de Dios figura con razon entre los principales cometidos de la Iglesia. Ya en sus comienzos, los bautizados "perseveraban en oir la ensenanza de los Apostoles y en la union, en la fraccion del pan y en la oracion" (He 2,42). Por lo demas, la oracion unanime de la comunidad cristiana es atestiguada muchas veces en los Hechos de los Apostoles (1) Testimonios de la primitiva Iglesia ponen de manifiesto que cada uno de los fieles solia dedicarse individualmente a la oracion a determinadas horas. En diversas regiones se establecio luego la costumbre de destinar algunos tiempos especiales a la oracion comun, como la ultima hora del dia, cuando se hace noche y se enciende la lampara, o la primera, cuando la noche se disipa con la luz del sol.

Andando el tiempo se llego a santificar con la oracion comun también las restantes Horas, que los Padres veian claramente aludidas en los Hechos de los Apostoles. Alli aparecen los discipulos congregados a la "hora tercia" (2). El Principe de los Apostoles "subio a la .terraza, para orar hacia la hora sexta" (la, 9); "Pedro ... y Juan subian al templo a la hora de oracion, que era la de nona" (3,1); "hacia medianoche, Pablo y Silas, puestos en oracion, alababan a Dios" (16.25).




2. Tales oraciones realizadas en comun poco a poco se iban configurando como un conjunto definido de Horas. Esta Liturgia de las Horas u Oficio Divino, enriquecida también con lecturas, es principalmente oracion de alabanza y de suplica, y ciertamente oracion que la Iglesia realiza con Cristo y que dirige a él.

I. LA ORACION DE CRISTO.

Cristo intercesor ante el Padre


3. Cuando vino para comunicar a los hombres la vida de Dios el Verbo que procede del Padre como esplendor de su gloria, "el Sumo sacerdote de la nueva y eterna Alianza Cristo Jesus, al tomar la naturaleza humana, ¡introdujo en este exilio terrestre aquel himno que se canta perpetuamente en las moradas celestiales" (3). Desde entonces resuena en el corazon de Cristo la alabanza a Dios con palabras humanas de adoracion, propiciacion e intercesion: todo ello lo presenta al Padre, en nombre de los hombres y para bien de todos ellos, el que es principe de la nueva humanidad y Mediador ante Dios.




4. El Hijo de Dios, "que es una sola cosa con el Padre" (Jn 10, 36), y que al entrar en el mundo dijo: "He aqui que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad" (Hbr 10,9; Jn 6,38) se ha dignado ofrecernos ejemplos de su propia oracion. En efecto, los Evangelios nos lo presentan muchisimas veces en oracion: cuando el Padre revela su mision (4), antes del llamamiento de los Apostoles (5), cuando bendice a Dios en la multiplicacion de los panes (6), en la transfiguracion (7), cuando sana al sordo y mudo (8) y cuando resucita a Lazaro (9), antes de requerir de Pedro su confesion (10), cuando les ensena a orar a los discipulos (11), cuando los discipulos regresan de la mision (12), cuando bendice a los ninos (13), cuando ora por Pedro (14).

Su actividad diaria estaba tan unida con la oracion que incluso aparece fluyendo de la misma, como cuando se retiraba al desierto o al monte para orar (15), levantandose muy de manana (16), o al anochecer, permaneciendo en oracion (18) hasta la cuarta vigilia de la noche (17).

Tomo parte también, como fundadamente se sostiene, en las oraciones publicas, tanto en las sinagogas, donde entro en sabado, "como tenia por costumbre"(19), como en el templo, al que llamo casa de oracion (20), y en las oraciones privadas que los israelitas piadosos acostumbraban recitar diariamente. También al comer dirigia a Dios las tradicionales bendiciones, como expresamente se narra cuando la multiplicacion del pan (21), en la Ultima Cena (22), en la comida de Emaus (23);de igual modo recito el himno con los discipulos (24).

Hasta el final de su vida, acercandose ya el momento de la Pasion (25), en a ultima Cena (26), en la agonia (27) y en la cruz (28); el 'Divino Maestro mostro que era la oracion lo que le animaba en el ministerio mesianico y en el transito pascual, "Habiendo ofrecido en los dias de su vida mortal oraciones y suplicas con poderosos clamores y lagrimas al que era poderoso para salvarle de la muerte, fue escuchado por su reverencial temor" (Hbr 5,7) y, con la oblacion perfecta del ara .de la cruz "perfecciono para siempre a los santificados" (Hbr 10, 14); y después de resucitar de entre los muertos vive para siempre y ruega por nosotros (29).

II. LA ORACION DL LA IGLESIA El mandato de orar


5. Lo que Jesus puso por obra nos lo mando también hacer a nosotros. Muchas veces dijo: "orad", "pedid" (30), "en mi nombre" (31); incluso nos proporciono una formula de plegaria en la llamada oracion dominical (32) y advirtio que la oracion es necesaria (33), y que debe ser humilde (34), atenta (35), perseverante y confiada en la bondad del Padre (36),'pura de intencion y concorde con lo que Dios es (37).

Los apostoles, que frecuentemente nos aportan en 'las Epistolas oraciones, sobre lodo de alabanza y de accion de gracias, también insisten en la oracion asidua (41) a Dios (40), por medio de Jesus (39), en el Espiritu Santo (38), en su eficacia para la santificacion (42), en la oracion de alabanza (43), de accion de gracias (44), de peticion (45) y de intercesion por todos (46).

La Iglesia continua la oracion de Cristo,


6. Ya que el hombre proviene todo él de Dios, debe reconocer y confesar este dominio de su Creador, como en todos los tiempos hicieron al orar los hombres piadosos.

La oracion, que se dirige a Dios, ha de establecer conexion con Cristo, Señor de todos los hombres y unico Mediador (47), por quien tenemos el unico acceso a Dios (48). Pues de tal manera él une a si a toda la comunidad humana (49), que se establece una union intima entre la oracion de Cristo y la de todo el género humano. Pues en Cristo y solo en Cristo la religion del hombre alcanza su valor salvifico y su fin.




7. Una especial y estrechisima union se da entre Cristo y aquellos hombres a los que él ha hecho miembros de su Cuerpo, la Iglesia, mediante el sacramento del bautismo. Todas las riquezas del Hijo se difunden asi de la cabeza a todo el cuerpo: la comunicacion del Espiritu, la verdad, la vida y la participacion de su filiacion divina, que se hacia patente en toda su oracion mientras estaba en el mundo.

También el sacerdocio de Cristo es participado por: todo el cuerpo eclesial, de tal forma que los bautizados, por la regeneracion y la union del Espiritu Santo, - quedan consagrados como templo espiritual y sacerdocio santo (50) y son depurados para el culto del Nuevo Testamento que brota no de nuestras energias, sino de los méritos y donacion de Cristo.

"No pudo Dios hacer a /os hombres un don mayor que el de darles por cabeza a su Verbo, por quien ha fundado todas las cosas, uniéndolos a él como miembros suyos, de forma que él es Hilo de Dios e Hijo del hombre al mismo tiempo, Dios Lino con el Padre y hombre con el hombre, y asi; cuando nos dirigimos a Dios con suplicas, no establecemos separacion con el Hijo, y cuando es el cuerpo del Hijo quien ora, no se separa de su cabeza, y - el mismo salvador del cuerpo, nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es el que ora por nosotros, oia en nosotros y es invocado por nosotros. Ora por nosotros como sacerdote nuestro, ora en nosotros por ser nuestra cabeza, es invocado por nosotros como Dios nuestro, Reconozcamos, pues; en él nuestras propias voces y reconozcamos también su voz en nosotros" (51).

En Cristo radica, por tanto, la dignidad de la oracion cristiana, al participar ésta de la misma piedad para con el Padre y de la misma oracion que el Unigénito expreso con palabras en su vida terrena y es continuada ahora incesantemente por la Iglesia y por sus miembros en representacion de todo el género humano y para su salvacion.

La accion del Espiritu Santo.




8. La unidad de la Iglesia orante es realizada por el Espiritu Santo, que es el mismo en Cristo (52), en la totalidad de la Iglesia y en cada uno de los bautizados. El mismo "Espiritu viene en ayuda de nuestra flaqueza" y "aboga por nosotros con gemidos inefables" (Rm 8,26); siendo cl Espiritu del Hijo, nos infunde "el espiritu de adopcion";, por el que clamamos: "Abba, Padre" (Rm 8,15 Ga 4,6 1Co 12,3 Ef 1Co 5,18 Jd 1Co 20). No puede darse, pues, oracion cristiana sin la accion del Espiritu Santo, el cual, realizando la unidad de la Iglesia, nos lleva al Padre por medio del Hijo.

Caracter comunitario de la oracion.


9. Por tanto, el ejemplo y el mandato de Cristo y de los Apostoles de orar siempre e insistentemente, no han de tomarse como simple norma legal, ya que pertenecen a la esencia intima de la Iglesia, la cual al ser una comunidad, debe manifestar su propia naturaleza comunitaria incluso cuando ora. Por eso, en los Hechos de los Apostoles, donde por vez primera se habla de la comunidad de fieles, aparece ésta congregada en oracion "con las mujeres y con Maria la madre de Jesus y sus hermanos" (Ac 1,14), "La muchedumbre de los que habian creido tenian un corazon y un alma sola" (Ac 4,32), y esta unanimidad se fundaba en la Palabra de Dios, la comunion fraterna, la oracion y la Eucaristia (53) Si bien la oracion hecha en oculto y cerrada la puerta (54), que es necesaria y debe recomendarse siempre (55), la realizan los miembros de la Iglesia por medio de Cristo y en el Espiritu Santo, la oracion comunitaria encierra una especial dignidad conforme a lo que el mismo Cristo manifesto: "Donde estan dos o tres congregados en mi nombre, alli estoy yo en medio de ellos" (Mt 18,20).

III. LA LITURGIA DF LAS HORAS Consagracion del tiempo


10. Fiel y obediente al mandato de Cristo: "Es necesario orar siempre y no desfallecer" (Lc 18,1), la Iglesia no cesa un momento en su oracion y nos exhorta a nosotros con estas palabras: Ofrezcamos siempre a Dios el sacrificio de alabanza por medio de él (Jesus) (Hbr 13, 15). Responde al mandato de Cristo no solo con la celebracion eucaristica, sino también con otras formas de oracion, principalmente con la Liturgia de las Horas, que, conforme a la antigua tradicion cristiana, tienen como caracteristica propia la de servir para santificar el curso entero del dia y de la noche (56).




11. Consiguientemente, siendo fin propio de la Liturgia de las Horas la santificacion del dia y de todo él esfuerzo humano, se ha llevado a cabo su reforma procurando que en lo posible las Horas respondan de verdad al momento del dia, y teniendo en cuenta al mismo tiempo las condiciones de la vida actual (57).

Porque "ayuda mucho tanto para santificar realmente el dia como para recitar con fruto espiritual las Horas, que la recitacion se tenga en el tiempo mas aproximado al verdadero tiempo natural de cada Hora canonica" (58).

Relacion entre la Liturgia de las Horas y la Eucaristia.




12. La Liturgia de las Horas extiende (59) a los distintos momentos del dia la alabanza y la accion de gracias, asi como el recuerdo de los misterios de la salvacion, las suplicas y el gusto anticipado de la gloria celeste, que se nos ofrecen en el misterio eucaristico, "centro y cumbre de toda la vida de la comunidad cristiana" (60).

La celebracion eucaristica halla una preparacion magnifica en la Liturgia de las Horas, ya que ésta suscita y acrecienta muy bien la disposiciones que son necesarias para celebrar la Eucaristia, como la fe, la esperanza, la caridad, la devocion y el espiritu de sacrificio.

La funcion sacerdotal de Cristo en la Liturgia de las Horas


13. La obra de la redencion de los hombres y de la perfecta glorificacion de Dios (61) es realizada por Cristo en el Espiritu Santo por medio de su Iglesia, no solo en la celebracion de la Eucaristia y en la administracion de los sacramentos, sino también con preferencia a los modos restantes, cuando se desarrolla la Liturgia de las Horas (62). En ella Cristo esta presente en la asamblea congregada, en la Palabra de Dios que se proclama y "cuando la Iglesia suplica y canta salmos" (63).

La santificacion humana.




14. La santificacion humana y e culto a Dios (64) se dan en la Liturgia de las Horas forma tal que se establece aqui aquella especie de correspondencia o dialogo entre Dios y los hombres, en que "Dios habla a su pueblo,... y el pueblo responde a Dios con el canto y la oracion" (65).

Los que participan en la Liturgia de las Horas pueden hallar una fuente abundantisima de santificacion en la Palabra de Dios que tiene aqui principal importancia.

En efecto, tanto las lecturas como los salmos que se cantan en su presencia estan tomados de la Sagrada Escritura y las demas preces, oraciones e himnos estan penetradas de su espiritu (66).

Por tanto, no solo cuando se lee lo que "fue escrito para nuestra ensenanza" (Rm 15,4), sino también cuando la Iglesia ora y canta, se alimenta la fe de cuantos participan y las mentes se dirigen a Dios presentandole la ofrenda espiritual y recibiendo de él su gracia con mayor abundancia (67).

Alabanza a Dios en union con la Iglesia del cielo


15. En la Liturgia de las Horas la Iglesia, desempenando la funcion sacerdotal de Cristo su Cabeza, ofrece a Dios, "sin interrupcion" (68)), el sacrificio de alabanza, es decir, la primicia de los labios que cantan su nombre (39). Esta oracion es "la voz de la misma Esposa que habla al Esposo; mas aun: es la oracion de Cristo, con su Cuerpo al Padre" (70). "Por tanto, todos aquellos que ejercen esta funcion, por una parte cumplen la obligacion de la Iglesia y por otra participan del altisimo honor de la Esposa de Cristo, ya que, mientras alaban a Dios, estan ante su trono en nombre de la madre Iglesia" (71)


16. Con la alabanza que a Dios se ofrece en las Horas, la Iglesia canta asociandose al himno de alabanza que perpetuamente resuena en las moradas celestiales; y siente ya el sabor de aquella alabanza celestial que resuena de continuo ante el trono de Dios y del Cordero, como Juan la describe en el Apocalipsis. Por que la estrecha union que se da entre nosotros y la Iglesia celestial, se lleva a cabo cuando "celebramos juntos, con fraterna alegria, la alabanza de la Divina Majestad (72), y todos los redimidos por ¡a sangre de Cristo de toda tribu, lengua, pueblo y nacion (Ap 5,9), congregados en una misma Iglesia, ensalzamos con un mismo cantico de alabanza al Dios Uno y Trino" (73).

Esta liturgia cie cielo casi aparece Intuida por o; profetas en la victoria del dia sin ocaso, de la luz sin tinieblas: "Ya no sera el sol tu luz en el dia o té alumbrara la claridad de la luna, sera el Señor tu luz perpetua" (Is 60,19 Ap 21, 23, Ap 25). "Sera un dia unico, conocido del Señor; sin dia ni noche, pues por la noche habra clara luz" (Zac 14,7). Pero "hasta nosotros ha llegado ya la plenitud de los tiempos (1Co 10,11) y la renovacion,) del mundo esta irrevocablemente decretada y empieza a realizarse en cierto modo en el siglo presente" (74). De este modo la fe nos ensena también el sentido de nuestra vida temporal, a fin de que unidos con todas las criaturas anhelemos la manifestacion de los hijos de Dios (75). En la Liturgia de las Horas proclamamos esta fe, expresamos y nutrimos esta esperanza, participamos en cierto modo del gozo de la perpetua alabanza y del dia que no conoce ocaso.

Suplica e intercesion


17. Ademas de la alabanza a Dios, la Iglesia expresa en la Liturgia los ofrecimientos y deseos de todos los fieles, mas aun: se dirige a Cristo, y por medio de él al Padre, intercediendo por la salvacion del mundo (76). No es solo de la Iglesia esta voz, sino también de Cristo, ya que las suplicas se profieren en nombre de Cristo, es decir, "por medio de Nuestro Señor Jesucristo". y la Iglesia continua las plegarias y suplicas que brotaron de Cristo durante su vida mortal (77), y que por lo mismo poseen singular eficacia. Por tanto, la comunidad eclesial ejerce su verdadera funcion de conducir las almas a Cristo no solo con la caridad, el ejemplo y los actos de penitencia, sino también con la oracion (78).

Esta incumbencia atane principalmente a todos aquellos que han recibido especial mandato para celebrar la Liturgia de las Horas: los obispos y presbiteros que cumplen el deber de orar por su grey y por todo el pueblo de Dios (79), y los demas ministros sagrados y los religiosos (80).

Cumbre y fuente de la accion pastoral


18. Por consiguiente, los que toman parte en la Liturgia de las Horas contribuyen de modo misterioso y profundo al crecimiento del pueblo de Dios (81), ya que las tareas apostolicas se ordenan "a que todos, una vez hechos hijos de Dios por la fe y por el bautismo, se reunan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor" (82).

De este modo los fieles expresan en su vida y manifiestan a les otros "el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia, que tiene como propiedad el ser... visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la accion y dada a la contemplacion, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina" (83).

A su vez, las lecturas y oraciones de la Liturgia de las Horas constituyen un manantial de vida cristiana. Esta se nutre de ¡a mesa de la Sagrada Escritura y de las palabras de los Santos, y se robustece con las plegarias. Pues solo el Señor, sin el cual nada podemos hacer (84), y a quien acudimos con nuestros ruegos, puede dar a nuestras obras la eficacia y el incremento (85), para que diariamente seamos edificados como morada de Dios en el Espiritu (86), a la medida de la plenitud de Cristo (87), y redoblemos las energias para llevar la buena nueva de Cristo a los que estan fuera (88) Que la mente concuerde con la voz.




19. Para que se aduene de esta oracion cada uno de los que en ella participan, para que sea manantial de piedad y de multiples gracias divinas y nutra al mismo tiempo la oracion personal y la accion apostolica, conviene que la celebracion sea digna, atenta y devota, de forma que ¡a mente concuerde con la voz (89). Muéstrense todos diligentes en. cooperar con la gracia divina, para que ésta no caiga en el vacio. Buscando a Cristo y penetrando cada vez mas por la oracion en su misterio (90), alaben a Dios y eleven suplicas con los mismos sentimientos con que oraba el Divino Redentor.

IV. LOS QUE CELEBRAN LA LITURGIA DE LAS HORAS.

a) la celebracion en comun.

La Liturgia de las Horas, como las demas acciones liturgicas, no es una accion privada, sino que pertenece a todo el cuerpo de la Iglesia, lo manifiesta e influye en él (91). Su celebracion eclesial alcanza el mayor esplendor, y por lo mismo es recomendable en grado sumo, cuando con su obispo, rodeado de los presbiteros y ministros (92), la realiza una Iglesia particular, en que verdaderamente esta y obra la Iglesia de Cristo, que es una, santa, catolica y apostolica (93). Esta celebracion, incluso cuando, ausente el obispo, la realiza el cabildo de canonigos u otros presbiteros, téngase siempre de forma que responda de veras a la hora del dia, y en lo posible con participacion del pueblo. Lo cual vale también para los cabildos colegiales.

Alli donde sea posible celebraran comunitariamente y en la iglesia las Horas principales también las otras asambleas de fieles, que "en cierto modo representan la Iglesia visible constituida por todo el orbe de la tierra" (94). Entre ellas ocupan lugar eminente las parroquias, que son como células de la diocesis, constituidas localmente bajo un pastor que hace las veces del obispo.




22. Por tanto cuando los fieles son convocados y se reunen para la Liturgia de las Horas, uniendo sus corazones y sus voces, visibilizan a la Iglesia que celebra el misterio de Cristo (95).




23. A los que han recibido el orden sagrado o estan provistos de un peculiar mandato canonico (96), les incumbe convocar a la comunidad y dirigir su oracion: "Procuren que todos los que estan bajo su cuidada vivan unanimes en la oracion" (97). Cuiden, por tanto, de invitar a los fieles y de proporcionarles la debida catequesis para la celebracion comun de las partes principales de la Liturgia de las Horas, sobre todo en los domingos y fiestas (96). Ensénenles a participar sacando motivos de auténtica oracion, de forma que logren orar de verdad en la celebracion (99), y encaucenlos mediante una instruccion apropiada hacia la inteligencia cristiana de los salmos, a fin de que gradualmente lleguen a gustar mejor y u hacer mas amplio uso de la oracion da la Iglesia (100).




24. Las comunidades de canonigos, monjes, monjas y demas religiosos que por Regla o Constituciones celebran la Liturgia de las Horas en su totalidad o en parte, bien sea con el rito comun o con un rito particular, representan de modo especial a la Iglesia orante: reproducen mas de lleno el modelo de la Iglesia que alaba incesantemente al Señor con armoniosa voz, y cumplen con el deber "de cooperar", principalmente con la oracion, "en la edificacion e incremento de todo el cuerpo mistico de Cristo y en bien de las Iglesias particulares" (101). Lo cual ha de decirse principalmente de los que viven consagrados a la vida contemplativa.




25. Los ministros sagrados y todos aquellos clérigos que no estan obligados de algun modo a la celebracion comun, cuando conviven o celebran reuniones procuren tener comunitariamente siquiera alguna parte de la Liturgia de las Horas, sobre todo Laudes a la manana y Visperas por la tarde (102).




26. A los religiosos, varones y mujeres, que no estan obligados a la celebracion en comun, asi como a los miembros de cualquier Instituto de perfeccion, se les ruega encarecidamente que se reunan bien sea entre si o con el pueblo, para celebrar esta Liturgia o una parte de la misma.




27. Se recomienda asimismo a los laicos, dondequiera que se reunan en asambleas de oracion, de apostolado, o por cualquier otro motivo, que reciten el Oficio de la Iglesia (103), celebrando alguna parte de la Liturgia de las Horas. Es conveniente que aprendan, en primer lugar, a adorar al Padre en espiritu de verdad (104), y que se den cuenta de que el culto publico y la oracion que celebran atane a todos los hombres y puede contribuir en considerable medida a la salvacion del mundo entero (105).

Conviene finalmente que la familia, que es como un santuario doméstico dentro de la Iglesia, no solo ore en comun, sino. que. ademas lo haga recitando algunas partes de la Liturgia de las Horas, cuando resulte oportuno, con lo que se sentira mas insertada en la Iglesia (106).

b) El mandato de celebrar la Liturgia de las Horas.




28. A los ministros sagrados se les confia de tal modo la Liturgia de las Horas que cada uno de ellos habra de celebrarla incluso cuando no participe el pueblo, con las adaptaciones necesarias al caso; pues la Iglesia los depura para la Liturgia de las Horas de forma que al menos ellos aseguren de modo constante el desempeno o lo que es funcion de toda la comunidad, y se mantenga en la Iglesia sin interrupcion la oracion de Cristo (107).

El obispo, puesto que de modo eminente y visible representa a la persona cie Cristo y es el gran sacerdote de su grey, de quien en cierto modo se deriva y depende. la vida en Cristo de los fieles. (108), debera sobresalir por su oracion entre todos los miembros de su Iglesia; su oracion en la celebracion de las Horas es siempre en nombre de la Iglesia, y a favor de la Iglesia a él encomendada (109).

Los presbiteros, unidos al obispo y a todo el presbiterio, que también actuan de modo especial en lugar de la persona de Cristo sacerdote (110), participan en la misma funcion, al rogar a Dios por todo el mundo entero (111).

Todos ellos realizan el ministerio del buen Pastor, que ora por los suyos para que tengan vida y para que sean consumados en la unidad (112). En la Liturgia de las Horas que la Iglesia pone en sus manos trataran de hallar un manantial de piedad y un alimento para su oracion personal (113), pero también deberan nutrir y alentar ahi la accion pastoral y misional con la abundancia de la contemplacion para gozo de la Iglesia de Dios (114).




29. Por consiguiente, los obispos, presbiteros y demas ministros sagrados que han recibido de la Iglesia (cf. n. 17) el mandato de celebrar la Liturgia de las Horas, deberan recitarlas diariamente en su integridad y en cuanto sea posible, en los momentos del dia que de veras correspondan.

Ante toda daran la importancia que le es debida a las Horas que vienen a constituir e nucleo de esta Liturgia, es decir los Laudes de la manana y las Visperas; y se guardaran de omitirias si no es por causa grave.

Hagan con fidelidad el Oficio de lecturas, que es principalmente una celebracion liturgica de la Palabra de Dios; cumpliran asi cada dia con el deber, que a ellos les atane con particular razon, de acoger en sus propios corazones la Palabra de Dios, con lo que creceran en la perfeccion de discipulos del Señor y saborearan mas a fondo las insondables riquezas de Cristo (115).

Para santificar mejor el dia integro, tomaran también con sumo interés el recitar la Hora intermedia y las Completas con que coronaran en su totalidad el "Opus Dei" y se encomendaran a Dios antes de acostarse.




30. Conviene muchisimo que los diaconos permanentes reciten diariamente alguna parte al menos de la Liturgia de las Horas, en la medida que determine la Conferencia Episcopal (116).




31. a) Los cabildos catedrales y colegiales deben tener en el coro las partes de la Liturgia de las Horas que les estan preceptuadas por derecho comun o particular.

Pero cada uno de los miembros de estos cabildos deberan recitar en particular las Horas que recita el cabildo respectivo, ademas de aquellas a que estén obligados todos las ministras sagrados (117).

b) Las comunidades religiosas obligadas a la Liturgia de las Horas, y cada uno de sus miembros, celebraran las Horas conforme a sus particulares estatutos, salvo lo que se prescribe en el n. 29 para cuantos han recibido el Orden sagrado.




32. A las demas comunidades religiosas, y a cada una de sus miembros, se les exhorta a que, segun las diversas circunstancias en que se encuentren, celebren algunas partes de la Liturgia de las Horas, que es la oracion de la Iglesia y hace de todos los que andan dispersos por el mundo un solo corazon y una sola alma (118).

La misma exhortacion se hace también a los seglares (119).

c) Estructura de la celebracion.




33. La Liturgia de las Horas se rige por sus propias leyes, estructurando de un modo peculiar los diversos elementos que se dan en las demas celebraciones cristianas; asi esta dispuesto que siempre se tenga la salmodia, precedida de un himno; seguidamente la lectura, breve o mas extensa, de la Sagrada Escritura, y finalmente, las preces.

Tanto en la celebracion comunitaria, como en la recitacion a solas, se mantiene la estructura esencial de esta Liturgia, que es un coloquio entre Dios y el hombre. Sin embargo, la celebracion comunitaria pone mas de manifiesta la indole eclesial de la Liturgia de las Horas, facilita la participacion activa de todos, conforme a la condicion de cada uno, con el dialogo, la salmodia alternada y otros medios semejantes, y tiene mas en cuenta los diversos géneros de expresion (120). De aqui el que siempre que pueda tenerse una celebracion comunitaria con concurrencia y participacion activa de los fieles, haya de preferirse a una celebracion a solas y en cierto modo privada (121). Cuando proceda, sera ventajoso, ademas, cantar el Oficio en coro y en comunidad, teniendo en cuenta la naturaleza y la funcion propia de cada parte.

De este modo daremos cumplimiento a la advertencia del Apostol: "La Palabra de Dios habite en ustedes con toda su riqueza; instruyanse y amonéstense con toda sabiduria, canten agradecidos a Dios en sus corazones con salmos, himnos y canticos inspirados" (Col 3,16 cf. Ef Col 5,19-20).

Capitulo II.

LA SANTIFICACION DEL DIA MEDIANTE LAS DISTINTAS HORAS LITURGICAS

I. LA INTRODUCCION A TODO EL OFICIO


34. Se acostumbra a iniciar todo el Oficio con el Invitatorio. Consta éste del verso Señor, abrenos los labios: Y mi boca proclamara tu alabanza, y del salmo 94, que diariamente invita a los fieles a cantar las alabanzas de Dios y a escuchar su voz, y tos estimula a esperar anhelantes el "descanso del Señor" (1).

Sin embargo, puede sustituirse este salmo, cuando se juzgue oportuno, por uno de los salmos 99, 66 o 23. Es conveniente recitar el salmo invitatorio en forma responsorial, como se indica en su propio lugar, es decir, con su antifona propia, que se dice al principio del salmo y luego la repite la asamblea y la intercala después de cada una de las estrofas.




35. El lugar del invitatorio es el principio de todo el curso de la oracion cotidiana, es decir, que antecede a los Laudes de la manana o al Oficio de Lecturas, segun que se comience el dia por una u otra accion liturgica. No obstante, cuando el salmo invitatorio hubiere de preceder a los Laudes, podra omitirse si se juzga oportuno.




36. En el lugar correspondiente, se indica el modo de variar la antifona de invitatorio, segun los distintos dias liturgicos.

II. LOS LAUDES DE LA MANANA Y LAS VISPERAS


37. "Los Laudes, como oracion matutina, y las Visperas, como oracion vespertina, que, segun la venerable tradicion de toda la Iglesia, son el doble quicio sobre el que gira el Oficio cotidiano, se deben considerar y celebrar como las Horas principales" (2).




38. Los Laudes matutinos estan dirigidos y ordenados a santificar la manana, como salta a la vista en muchos de sus elementos. San Basilio expresa muy bien este caracter matinal con las siguientes palabras: "Al comenzar el dia oramos para que los primeros impulsos de la mente y del corazon sean para Dios, y no nos preocupemos de cosa alguna antes de habernos llenado de gozo con el pensamiento en Dios, segun esta escrito: "Me acordé del Señor y me llené de gozo "(Sal 76, 4), ni empleemos nuestro cuerpo en el trabajo antes de poner por obra lo que fue dicho: "Por la manana escucharas mi voz, por la manana te expongo mi causa, me acerco y te miro" (Sal. 5, 4-5)" (3).

Esta Hora, que se tiene con la primera luz del. dia, trae, ademas, a la memoria el recuerdo de la resurreccion del Señor Jesus, que es la luz verdadera que ilumina a todos los hombres (Jn 1,9) y "el sol de justicia (Ml 4,2), "que nace de lo alto" (Lc 7,78). Asi se comprende bien la advertencia de San Cipriano: "Se hara oracion a la manana para celebrar la Resurreccion del Señor con la oracion matutina (4).




39. Se celebran las Visperas a la tarde, cuando ya declina el dia, "en accion de gracias por cuanto se nos he otorgado en la jornada y por cuanto hemos logrado realizar con acierto" (5). También hacemos memoria de la Redencion por medio de la oracion que elevamos "como el incienso en presencia del Señor", y en la cual "el alzar de las manos" es "oblacion vespertina" (6). Lo cual "puede aplicarse también con mayor sentido sagrado a aquel verdadero sacrificio vespertino que el Divino Redentor instituyo precisamente en la tarde en que cenaba con los Apostoles, inaugurando asi los sacrosantos misterios y que ofrecio al Padre en la tarde del dia supremo, que representa la cumbre de los siglos, alzando sus manos por la salvacion del mundo" (7). Y para orientarnos con la esperanza hacia la luz que no conoce ocaso, "oramos y suplicamos para que la luz retorne siempre a nosotros, pedimos que venga Cristo a otorgarnos el don de la luz eterna" (8). Precisamente en esta Hora concuerdan nuestras voces con las de las Iglesias orientales, al invocar: "a la luz gozosa de la santa gloria del eterno Padre, Jesucristo bendito, llegados a la puesta del sol, viendo la luz encendida en la tarde, cantamos a Dios Padre, Hijo y Espiritu .......




40. La oracion de la comunidad cristiana debera consistir, ante todo, en los Laudes de la manana y las Visperas: foméntese su celebracion publica o comunitaria, sobre todo entre aquellos que hacen vida comun. Recomiéndese Incluso su recitacion Individual a los fieles que nos tienen le posibilidad de tomar parte en le celebracion comun.




41. Los Laudes de la manana y las Visperas se inician con la invocacion inicial Dios mio, ven en mi auxilio: Señor, date prisa a socorrerme, el que sigue el Gloria al Padre con el Como era y el Aleluya (que se omite en el tiempo de Cuaresma). Todo ello se suprime en los Laudes, cuando precede inmediatamente el Invitatorio.




42. Seguidamente se dice un himno apropiado. El himno esta situado de forma que dé a cada Hora una especie de colorido propio y también, sobre todo en la celebracion con el pueblo, para que el comienzo de la oracion resulte mas facil y se cree un clima mas festivo.




43. A continuacion del himno viene la salmodia, conforme a los nn. 121-125. Conforme a la tradicion de la Iglesia, la salmodia de los Laudes consta de un primer salmo matutino, el cantico tomado del Antiguo Testamento y un segundo salmo de alabanza.

La salmodia de Visperas consta de dos salmos, o de dos partes de un salmo mas extenso, apropiado a esta Hora y a la celebracion con el pueblo, y de un cantico tomado de las Epistolas o del Apocalipsis.




#44

44. Terminada la salmodia, se tiene la lectura, bien sea breve o mas extensa.




45. La lectura breve esta senalada de acuerdo con las caracteristicas del dia, del tiempo o de la fiesta; debera leerse y escucharse' como una proclamacion de la Palabra de Dios, que inculca con intensidad algun pensamiento sagrado y que ayuda a poner de relieve determinadas palabras a las que posiblemente no se presta toda la atencion en la lectura continua de la Sagrada Escritura.

Las lecturas breves son distintas en cada uno de los dias en que se divide el salterio.




46. Hay libertad para hacer una lectura biblica. mas extensa, principalmente en la celebracion con el pueblo, tomandola. o del Oficio de lecturas, o de las lecturas de la misa, eligiendo principalmente aquellos textos que por diversas razones no se hubieran podido emplear. Nada impide que se elija algunas veces otra lectura mas adecuada al caso, conforme a los nn. 248-249, 251.




47. En la celebracion con el pueblo puede tenerse una homilia ilustrativa de la lectura precedente, si se juzga oportuno.




48. Igualmente, si se juzga oportuno, puede tenerse también un espacio de silencio a continuacion de la lectura o de la homilia.




49. Como respuesta a la palabra de Dios, se ofrece un canto responsorial o responsorio breve, que puede omitirse si conviene.

En su lugar pueden tenerse otros cantos del mismo género y funcion, con tal que hayan sido debidamente aprobados por las Conferencias Episcopales..




50. Seguidamente se dice, con su correspondiente antifona, el cantico evangélico, que en los Laudes sera el cantico de Zacarias Benedictus, y en las visperas el cantico de la B. V. Maria Magnificat. Tales canticos, que la Iglesia Romana ha empleado y ha popularizado a lo largo de los siglos, expresan la alabanza y accion de gracias por la obra de la Redencion. Las antifonas correspondientes al Benedictus y al Magnificat estan senaladas de acuerdo con las caracteristicas del dia, del tiempo o de la fiesta.




51. Terminado el cantico, en los Laudes se tienen preces; consagrando a Dios el dia y e trabajo; en las Visperas, las preces son de intercesion (cf. nn. 179-193)).




52. A continuacion de dichas preces o intercesiones, recitan todos el Padrenuestro.




53. Una vez recitado el Padrenuestro, se dice inmediatamente la oracion conclusiva que figura en el salterio, para las ferias ordinarias, y en el Propio, para los demas dias.




54. Si es un sacerdote o un diacono el que preside, despide luego al pueblo con el saludo el Señor esté con ustedes, y con la bendicion, lo mismo que en la misa; diciendo a continuacion: Pueden ir en paz. R/. Demos gracias a Dios. No siendo asi la celebracion finaliza con El Señor nos bendiga, etc.


Congregacion Culto Divino