Congregacion Culto Divino - III. EL OFICIO DE LECTURA.

III. EL OFICIO DE LECTURA.




55. El Oficio de lectura se orienta a ofrecer al pueblo de Dios y principalmente a quienes se han entregado al Señor con una consagracion especial, una mas abundante meditacion de la palabra de Dios y las mejores paginas de los autores espirituales, Pues si bien es verdad que en la misa de cada dia es. mas rica la serie de lecturas biblicas, no puede negarse que el tesoro de la revelacion y de la tradicion contenido en el Oficio de lectura es de grande provecho espiritual. Traten de buscar estas riquezas, ante todo, los sacerdotes, para que puedan transmitir a otros la palabra de Dios que ellos han recibido y convertido su doctrina en "alimento para el pueblo de Dios" (9).




56. La oracion debe acompanar "a la lectura de la Sagrada Escritura, a fin de que se establezca un coloquio entre Dios y el hombre, puesto que con él hablamos cuando oramos y lo escuchamos a él cuando leemos los divinos oraculos" (10). y, por lo mismo, el Oficio de lectura consta también de salmos, de un himno, de una oracion y de otras formulas, y tiene de suyo caracter de oracion.




57. El Oficio de lectura, conforme a la Constitucion Sacrosanctum Concilium, "aunque en el coro conserve el caracter de alabanza nocturna, compongase de manera que pueda rezarse a cualquier hora del dia y tenga menos salmos y lecturas mas largas" (11).




58. Por tanto, los que estan obligados por sus peculiares leyes a mantener el caracter de alabanza nocturna en este Oficio y los que (cosa laudable) quieran hacerlo asi, ya reciten de noche, ya al anochecer y antes de los Laudes, en al tiempo "per annum" elegiran el himno dentro de la serie destinada a este fin. En los domingos, solemnidades y en ciertas fiestas habra de tenerse en cuenta, ademas lo que se dice en los nn. 70-73 acerca de las vigilias.




59. Permaneciendo vigente la disposicion que precede, el Oficio de lectura puede recitarse a cualquier hora del dia, e incluso en la noche del dia precedente, después de haberse celebrado las Visperas.




60. Si el Oficio de lectura se recita antes de los Laudes, habra de preceder el invitatorio, como arriba se ha dicho (nn. 34-36). De lo contrario, se comienza por el verso Dios mio, ven en mi auxilio, con el Gloria, Como era y fuera del tiempo de Cuaresma, el Aleluya.




61. A continuacion se dice un himno que, en el tiempo ordinario se tomara, de acuerdo con lo que axila la realidad del momento, o de la serie nocturna, como arriba se indica en el n. 58, o de la serie diurna.




62. Se prosigue con la salmodie, que consta de tres salmos (o fragmentos, cuando los salmos que corresponden son mas largos). En el triduo pascual, en los dias comprendidos en las octavas de Pascua y Navidad, asi como en las solemnidades y fiestas, figuran salmos propios, con sus antifonas propias.

En los domingos y en las ferias los salmos con sus antifonas se toman del Salterio en curso. De aqui se toman también las memorias de los Santos, a no ser que tengan salmos y antifonas propios (cf. numero 218 ss.).




63. Entre la salmodia y las lecturas se dice, como es costumbre, el verso, que sirve para enlazar ambas partes.




64. Se hace una doble lectura: la primera es biblica; la otra puede estar tomada de las obras de los Padres o de escritores eclesiasticos o ser hagiografica.




65. Después de cada lectura se dice un responsorio (cf. nn. 169-172).




66. Ordinariamente se ha de tomar la lectura biblica que corresponda en el Propio del tiempo, conforme a las normas que mas abajo se daran, en los nn. 140-.155 En cambio, en las solemnidades y fiestas, la lectura biblica se ha de tomar del Propio o del Comun.




67. La segunda lectura con el correspondiente responsorio se toma, o bien - del libro Liturgia de las Horas o del Leccionario libre, de que se hablara en el n. 161. Ordinariamente sera la que corresponda en el Propio del Tiempo.

En las solemnidades y fiestas de los Santos, se empleara la lectura hagiografica correspondiente; si no la hubiera se tomara la lectura patristica del lugar respectivo del Comun de los Santos. En las memorias de los santos, no impedidas de celebracion, también se tiene la lectura hagiografica en vez de la segunda lectura que hubiera correspondido (cf. nn. 166, 235).




68. En los domingos fuera de la Cuaresma, en, los dias comprendidos en las octavas de Pascua y de Navidad, en las solemnidades y fiestas, después de la segunda lectura seguida de su responsorio, se recita el Te Deum, el cual se omite en las memorias y en las ferias. La ultima parte de este himno; desde el versiculo Salvum fac populum tuum hasta el fin, puede omitirse libremente.




69. El Oficio de lectura concluye con la oracion propia del dia y, al menos cuando se celebra en comun, con la aclamacion Bendigamos al Señor. R/. Demos gracias a Dios.

IV. LAS VIGILIAS


70. La Vigilia Pascual es celebrada en toda la Iglesia, como se indica en los correspondientes libros liturgicos. Es tan grande la Vigilia de esta noche, dice San Agustin, que ella sola reclamaria para si como propio el nombre que es comun a las demas (12); "pasamos en vela la noche en que el Señor resucito y en la que inauguro para nosotros en su carne aquella ....... del todo ajena a la muerte y al sueno . . .; y asi querra que con él vivamos y reinemos eternamente aquel a quien nosotros, vigilantes, cantamos resucitado al amanecer" (13).




71. A semejanza de la Vigilia Pascual, hubo la costumbre de iniciar la celebracion de 'algunas solemnidades con una vigilia en el. templo: sobresalen, entre ellas, el Nacimiento del Señor y el dia de Pentecostés. Tal costumbre debe conservarse de acuerdo con el uso de cada una de las Iglesias. Si en algun lugar determinado se ve la conveniencia de dar realce a otras solemnidades o peregrinaciones mediante una vigilia obsérvense las normas generales para' las celebraciones de la Palabra divina.




72. Los Padres y autores espirituales con muchisima ,frecuencia exhortan a los fieles, sobre todo a los que se dedican a la vida contemplativa, a la oracion en la noche, con la que se exprese y se avive la espera del Señor que ha de volver: "En medio de la noche se oyo un clamor: que viene el esposo, salgan a su encuentro" (Mt 25,6); "Vigilen, pues, porque no saben cuando va a venir el senor de la casa: si a la tarde, o a media noche, o al canto del gallo, o al amanecer, no sea que viniendo de subito los encuentre durmiendo" (Mc 13,35-36). Son, por tanto, dignos de alabanza los que mantienen el caracter nocturno del Oficio de lectura.




73. Ademas, como quiera que en el Rito Romano, y en atencion principalmente a los que se dedican a una tarea apostolica, el Oficio de lectura mantiene siempre la' misma brevedad, los que deseen una celebracion mas extensa de la vigilia del domingo, de las solemnidades y de las fiestas, procederan del modo siguiente: Celébrase en primer lugar el Oficio de lectura segun figura en el libro Liturgia de las Horas hasta las lecturas inclusive. Terminadas ambas lecturas, y antes del Te Deum, anadanse los canticos que se han puesto en el Apéndice con este fin; léase a continuacion el Evangelio, sobre el que podra tenerse la homilia, si conviene; luego se canta el Te Deum y se dice la oracion.

En las solemnidades y fiestas el Evangelio se tomara del Leccionario de la Misa, y los domingos de la serie del misterio pascual que aparece detallada en el apéndice del libro Liturgia de las Horas.

V. TERCIA, SEXTA, NONA: LA HORA INTERMEDIA


74. Conforme a una tradicion muy antigua de la Iglesia,. los cristianos acostumbraron a orar por devocion privada en determinados momentos del dia, incluso en medio del trabajo, a imitacion de la Iglesia apostolica; esta tradicion, andando el tiempo, cristalizo de diversas maneras en celebraciones liturgicas.




75. Tanto en Oriente como en Occidente se ha mantenido la costumbre liturgica de rezar Tercia, Sexta y Nona, principalmente porque se unia a estas horas el recuerdo de los acontecimientos de la Pasion del Señor y de a primera propagacion del Evangelio.




76. El Concilio Vaticano II ha establecido que las Horas menores de Tercia, Sexta y Nona se mantengan en el Oficio coral (14).

Debera mantenerse este uso liturgico, salvo derecho particular, por todos aquellos que se consagran a la contemplacion; lo cual se aconseja a todos: principalmente los que se encuentran en retiro espiritual o en alguna reunion de pastoral.




77. Sin embargo, fuera del Oficio coral, y salvo derecho particular, cabe elegir una de estas tres Horas, aquella que mas se acomode al momento del dia. Los que no dicen las tres Horas, habran de celebrar una al menos, a fin de que se mantenga la tradicion de orar durante el dia en medio del trabajo.




78. La disposicion de las Horas Tercia, Sexta y Nona se ha hecho teniendo en cuenta tanto a los que solo recitan una Hora u "Hora intermedia", como a los que por obligacion o libre voluntad celebran las tres.




79. Tercia, Sexta y Nona o la 'Hora intermedia' se comienzan con la invocacion Dios mio, ven en mi auxilio, con el Gloria, Como era y Aleluya (que se omite en el tiempo de Cuaresma). Luego se dice el himno correspondiente a la Hora. A continuacion, se tiene la salmodia, seguida de la lectura breve y del verso. Concluye la Hora con la oracion conclusiva y, al menos cuando se recita en comun, con la aclamacion Bendigamos al Señor. R/. Demos gracias a Dios.




80. A cada una de las Horas se le asignan diversos himnos y oraciones, de forma que, conforme a la tradicion, concuerden de verdad con el momento del dia y se facilite mejor la santificacion de cada Hora; por lo mismo, el que solo recite una Hora, procurara elegir los elementos que mejor correspondan a la misma. Ademas las lecturas breves y las oraciones varian de acuerdo con el dia, el tiempo o la fiesta.




81. La salmodia que se ofrece es doble: una habitual y otra complementaria. Cuando se reza solamente una Hora se tomara la salmodia habitual. El que reza varias Horas dira en una la salmodia habitual y la complementaria en las restantes.




82. La salmodia habitual consta de los tres salmos (o fragmentos, si se trata de salmos mas extensos) que se encuentran en el curso del Salterio, y tienen sus propias antifonas si en su lugar no se dice lo contrario.

Las solemnidades, el triduo pascual y los dias de la octava de Pascua tienen antifonas propias, con tres salmos que se tomaran de la salmodia complementaria si no hubieren de emplearse salmos especiales, o la celebracion de la solemnidad coincidiere en domingo, en cuyo caso se toman los salmos del domingo de la primera semana.




83. La salmodia complementaria consta de ternas de salmos escogidos entre los que se llaman "graduales".

VI. LAS COMPLETAS.




84. Las Completas son la ultima oracion del dia que se ha de hacer antes del descanso nocturno, aunque haya pasado ya la media noche.




85. Las Completas comienzan, como las demas Horas, con la invocacion inicial Dios mio, ven en mi auxilio, con el Gloria, Como era y Aleluya (que se omite en tiempo de Cuaresma).




86. A continuacion es de alabar que se haga examen de conciencia, que en la celebracion comun se hace en silencio o bien segun alguna de las formulas que propone el Misal Romano para el acto penitencial.




87. Después se dice el himno correspondiente.




88. En cuanto a la salmodia, el domingo, después de las I Visperas, se dicen los salmos 4 y 133; después de las II Visperas, el salmo 90.

Los demas dias se han elegido aquellos salmos que estimulen sobre todo la confianza en el Señor; se concede, sin embargo, que éstos puedan ser sustituidos por los salmos del domingo, principalmente para comodidad de aquellos que quiza prefieran recitar las completas de memoria.




89. Después de la salmodie se hace la lectura breve, a la cual sigue el responsorio A tus manos, Señor, después se dice el cantico evangélico Ahora, Señor y su antifona. Con él podemos decir que culmina esta Hora.




90. La oracion conclusiva es la correspondiente al dia de la semana.




91. Después de la oracion, incluso en la recitacion privada, se dice la bendicion El Señor todopoderoso nos conceda.




92. Después se dice una de las antifonas de la B. Virgen Maria. Pero en tiempo pascual sera siempre Reina del cielo alégrate. Ademas de las antifonas que se contienen en el libro Liturgia de las Horas, pueden ser aprobadas otras por la Conferencia Episcopal (15).

MODO DE UNIR, SEGUN LA OPORTUNIDAD, LAS HORAS DEL OFICIO CON LA MISA O BIEN ENTRE SI.




93. En casos particulares, cuando lo aconsejen las circunstancias, se puede llegar, en la celebracion publica o comun, a una union mas estrecha entre la Misa y una Hora del Oficio, segun las normas que siguen, con tal de que tanto la Misa como la Hora sean del mismo Oficio. Pero téngase cuidado de que esto no vaya en detrimento de la utilidad pastoral, sobre todo el domingo.




94. Cuando los Laudes matutinos que se celebran en el coro o en comun preceden inmediatamente a la Misa, la accion liturgica puede comenzar por la invocacion inicial y el himno del Oficio, especialmente los dias de feria, o por el canto de entrada de la Misa con la procesion y saludo del celebrante, especialmente los dias festivos. Segun el caso se omite, pues, uno de los ritos iniciales.

A continuacion se prosigue con la salmodia de los Laudes, como de costumbre, hasta la lectura breve exclusive. Después de la salmodia, omitido el rito penitencial, y segun la oportunidad el Kyrie, se dice u omite segun las rubricas el Gloria y el celebrante recita la colecta de la Misa. Después se continua con la liturgia de la Palabra, como de costumbre.

La oracion de los fieles se hace en su lugar y segun la forma acostumbrada en la Misa. Pero los dias de feria, en la Misa de la manana, en lugar del formulario corriente de la Oracion de los fieles, se pueden decir las preces matutinas de los Laudes.

Después de la comunion con su canto propio, se canta el Benedictus con su antifona de Laudes. Después se dice la oracion para después de la comunion y lo demas como de costumbre.




95. Si la Hora intermedia, Tercia, Sexta y Nona, segun pide el momento del dia, se celebra publica e inmediatamente antes de la Misa la accion liturgica puede empezar igualmente o por la invocacion inicial e himno de la Hora, especialmente los dias de feria, o por el canto de entrada de la Misa con la procesion y saludo del celebrante, especialmente los dias festivos. Segun el caso se omite, pues, uno de los ritos iniciales.

Después se prosigue la salmodia de la Hora como de costumbre hasta la lectura breve exclusive. Después de la salmodia, omitido el acto penitencial y, segun la oportunidad, el Kyrie, se dice u omite segun las rubricas el Gloria, y el celebrante dice la colecta de la Misa.




96. Las Visperas se unen a la Misa cuando preceden inmediatamente a la misma, del mismo modo que los Laudes. Pero las primeras Visperas los dias de solemnidad, domingos y fiestas del Señor, no podran celebrarse hasta que se haya celebrado la Misa del dia precedente o del sabado.




97. Cuando siguen a la Misa, la Hora intermedia, es decir, Tercia, Sexta y Nona, o bien las Visperas, la Misa se celebra como de costumbre hasta la oracion para después dé la comunion, inclusive.

Dicha la oracion para después de la comunion, Comienza inmediatamente la salmodia de la Hora. En la Hora intermedia, terminada la salmodia y omitida la lectura breve, se dice la oracion y se despide como en la Misa. Para las Visperas, terminada la salmodia y omitida la lectura, se continua con el Magnificat y su antifona y, omitidas las preces y Padrenuestro, se dice la oracion conclusiva y se bendice al pueblo.




98. Excepto en el caso de la Navidad del Señor, se excluye normalmente la union de la Misa con el Oficio de lectura, puesto que la Misa contiene ya su ciclo de lecturas, que se ha de distinguir de aquel otro del Oficio. Pero si en algun caso especial conviene hacerlo, después de la segunda lectura del Oficio y su responsorio, omitido todo lo demas del mismo, comienza la Misa por el himno Gloria, en el caso de que lo prescriba la rubrica, si no por la colecta.




99. Si se celebra el Oficio de lectura inmediatamente antes de otra Hora del Oficio, se puede adelantar al comienzo de toda la celebracion el himno correspondiente de esta Hora; después, al fin del Oficio de lectura, se omite la oracion y la conclusion, y en la Hora siguiente se omite la invocacion inicial y el Gloria al Padre.

Capitulo III.

LOS DISTINTOS ELEMENTOS DE LA LITURGIA DE LAS HORAS


1. LOS SALMOS Y SU CONEXION CON LA ORACION CRISTIANA.




100. En la Liturgia de las Horas, la Iglesia ora sirviéndose en buena medida de aquellos canticos insignes que bajo la inspiracion del Espiritu Santo compusieron los autores sagrados del Antiguo Testamento. Pues por su origen tienen la virtud de elevar hacia Dios la mente de los hombres, excitan en ellos sentimientos santos y piadosos, les ayudan de un modo admirable a dar gracias en los momentos de alegria y les proporcionan consuelo y firmeza de espiritu en la adversidad.




101. Sin embargo, los salmos no son mas que una sombra de aquella plenitud de los tiempos que se revelo en Cristo Señor y de la que recibe toda su fuerza la oracion de la Iglesia; por lo cual no es de extranar que, a pesar de la suma estima de los salmos, en la que se muestran concordes todos los fieles, surja a veces alguna dificultad cuando alguien al orar intenta hacer suyos tan venerables poemas.




102. Sin embargo, el Espiritu Santo, bajo cuya inspiracion cantaron los salmistas, asiste siempre con su gracia a los que creyendo con buena voluntad, cantan estas composiciones poéticas. Pero es necesario, ante todo, que "adquieran una instruccion biblica mas rica, principalmente acerca de los salmos" (1), y cada cual, conforme a su capacidad, considere de qué modo y con qué método puede orar rectamente cuando los recita.




103. Los salmos no son lecturas ni preces compuestas en prosa, sino composiciones poéticas de alabanza. Por lo tanto, aunque posiblemente hayan sido proferidos alguna vez en forma de lectura, sin embargo, atendiendo a su género literario, con acierto se les llama en hebreo: "Tehillim", es decir: "canticos de alabanza", y en griego: "psalmoi", es decir, "canticos que han de ser entonados al son del salterio". En verdad, todos los salmos estan dotados de cierto caracter musical que determina el modo adecuado de recitarlo., Por lo tanto, aunque los salmos se reciten sin canto, e incluso de modo individual y silencioso, convendra que se atienda a su indole musical: ciertamente ofrecen un texto a la consideracion de la mente, pero tienden sobre todo a mover los corazones de los que los recitan y de los que los escuchan, e incluso de los que tocan "el salterio y la citara".




104. Quien, por tanto, gusta de la salmodia, medita verso tras verso, dispuesto siempre en su corazon a responder conforme a la voluntad del Espiritu que inspiré al salmista y sigue asistiendo también a todo el que con piedad esté dispuesto a recibir su gracia. Por lo cual, la salmodia, aunque exita la reverencia debida a la majestad divina, debe realizarse con alegria de espiritu y dulzura amorosa, tal como conviene a la poesia y al canto sagrado y sobre todo a la libertad de los hijos de Dios.




105. A menudo valiéndose de las palabras de los salmos podemos orar con mayor facilidad y fervor, ya se trate de dar gracias y alabar a Dios en el jubilo, ya de invocarlo desde lo profundo de la angustia. No obstante - sobre todo si el salmo se dirige inmediatamente a Dios - surgen a veces ciertas dificultades. Pues el salmista, como poeta que es, habla al pueblo trayendo a la memoria la historia de Israel; a veces interpela a otros sin exceptuar siquiera a las criaturas irracionales. Es mas: nos presenta a Dios y a los hombres hablando entre si, e incluso a los enemigos de Dios, como sucede en el salmo segundo. Con lo cual se manifiesta que el salmo no tiene el mismo argumento de oracion que las preces o colectas compuestas por la Iglesia. Ademas, la indole poética y musical de los salmos no exige necesariamente que se dirijan a Dios, sino que se canten ante Dios como advierte San Benito: "Consideremos de qué modo conviene estar en la presencia de la Divinidad y de sus angeles, y recitemos los salmos de modo que nuestra mente concuerde con nuestra voz" (2).




106. Quien recita los salmos abre su corazon a los sentimientos que éstos inspiran segun el género literario de cada uno, ya sea de lamentacion, confianza, accion de gracias u otros que acertadamente senalan los exegetas.




107. Adhiriéndose al sentido literal, el que recita los salmos fija su atencion en la importancia del texto para la vida del creyente.

En efecto, consta que cada uno de los salmos fue compuesto en circunstancias peculiares, como nos lo indican los titulos que los preceden en el salterio hebreo. Pero sea lo que fuere de su origen historico, cada salmo tiene un sentido literal que incluso en nuestros tiempos no podemos desatender. Pues aunque tales canticos traigan su origen de los pueblos orientales de hace bastantes siglos, expresan, sin embargo, de un modo adecuado el dolor y la esperanza, la miseria y la confianza de los hombres de todas las edades y regiones, cantando sobre todo la fe en Dios, la revelacion y la redencion.




108. Quien recita los salmos en la Liturgia de las Horas no lo hace tanto en nombre propio como en nombre de todo el Cuerpo de Cristo, e incluso en nombre de la persona del mismo Cristo. Teniendo esto presente se desvanecen las dificultades que surgen cuando alguien, al recitar el salmo advierte tal vez que los sentimientos de su Corazon difieren de los expresados en el mismo, asi, por ejemplo,, si el que esta triste y afligido se encuentra con un salmo de jubilo o, por el contrario, si sintiéndose alegre se encuentra con un salmo de lamentacion. Esto se evita facilmente cuando se trata simplemente de la oracion privada en la que se da la posibilidad de elegir el salmo mas adaptado al propio estado de animo. Pero en el Oficio divino se recorre toda la cadena de los salmos, no a titulo privado, sino en nombre de la Iglesia, incluso cuando alguien hubiere de recitar las Horas individualmente. Pero quien recite los salmos en nombre de la Iglesia, siempre puede encontrar un motivo de alegria y tristeza, porque también aqui tiene su aplicacion aquel dicho del Apostol: "alegrarse con los que se alegran y llorar con los que lloran" (Rm 12,1) y asi la fragilidad humana, indispuesta por el amor propio, se sana por la caridad, que hace que concuerden el corazon y la voz del que recita el salmo (3).




109. Quien recita los salmos en nombre de la Iglesia debe dirigir su atencion al sentido pleno d ellos salmos, en especial al sentido mesianico que movio a la Iglesia a servirse del Salterio. El sentido mesianico se manifesto plenamente en el Nuevo Testamento y el mismo Cristo Señor lo uso de manifiesto al hablar a los Apostoles: "Es necesario que se cumplan todas las cosas que fueron escritas de Mi en la ley de Moisés, los profetas y los salmos" (Lc 24,44). Es un ejemplo conocidisimo el dialogo que nos refiere San Mateo acerca del Mesias, Hijo de David y Señor suyo (4), en el que el salmo 109 es aplicado al Mesias.

Siguiendo este senda los Santos Padres aceptaron y comentaron todo el salterio a modo de profecia acerca de Cristo y su Iglesia; por el mismo motivo fueron elegidos los salmos para su uso en la sagrada Liturgia. Aunque a veces eran aceptadas algunas interpretaciones artificiosas sin embargo por lo general tanto los Padres como la Liturgia procedieron rectamente al oir en los salinos a Cristo que dama al Padre o el Padre que habla con su hijo, reconociendo incluso la voz de la Iglesia, de los Apostoles o de los martires. Este método interpretativo siguio floreciendo en la Edad Media: en muchos codices del salterio, escritos durante este periodo, se les proponia a los que recitaban los salmos el sentido cristologico de los mismos, expresado en los titulos ice precedian a cada uno de los salmos. La interpretacion cristologica no se limita en modo alguno a aquellos salmos que son considerados como mesianicos, sino que se extiende a muchos otros, en los que sin dudase dan meras apropiaciones, pero refrendadas por la tradicion de la Iglesia.

Sobre todo en la salmodia de los dias festivos, los salmos fueron elegidos con cierto criterio cristologico, para cuya ilustracion se propone generalmente antifonas sacadas de los mismos salmos.

II. ANTIFONAS Y OTROS ELEMENTOS QUE FACILITAN LA ORACION DF LOS SALMOS.




110. Tres cosas hay en la tradicion atina que contribuyeron grandemente a la inteligencia de los salmos o a su adaptacion para la oracion cristiana, a saber, los titulos, las oraciones salmicas y, sobre todo, las antifonas.




111 En el salterio de la Liturgia de las Horas, cada salmo va precedido de un titulo que denota su sentido e importancia para la vida del creyente. Estos titulos se proponen en el libro de la Liturgia de las Horas tan solo para utilidad de OS que recitan los salmos. Para fomentar la oracion a la luz de la revelacion cristiana, se anade una sentencia del Nuevo Testamento o de los Padres invitando a orar en sentido cristologico.




112. Las oraciones salmicas que sirven de ayuda para su interpretacion especificamente cristiana, se proponen en el apéndice del libro de la Liturgia de las Horas para cada uno de los salmos y pueden ser utilizadas libremente segun la norma de la antigua tradicion: concluido el salmo y observado un momento de silencio, se concluye con una oracion que sintetiza los sentimientos de los participantes.




113. Aunque la Liturgia de las Horas se celebre sin canto, todo salino tiene su antifona, que debera recitarse incluso en privado. Las antifonas, en efecto, ayudan a poner de manifiesto el género literario del salmo; lo transforman en oracion personal; iluminan mejor alguna frase digna de atencion y que pudiera pasar inadvertida; proporcionan a un determinado salmo cierta tonalidad peculiar en determinadas circunstancias; mas aun, siempre que se excluyan arbitrarias acomodaciones, contribuyen en gran medida a poner de manifiesto la interpretacion tipologica o festiva y pueden hacer agradable y variada la recitacion de los salmos.




114. Las antifonas en el salterio estan redactadas de tal forma que puedan ser traducidas a las lenguas vernaculas, e incluso ser repetidas después de cada estrofa segun lo que se especifica en el num. 125. Pero en el Oficio sin canto del tiempo ordinario, en lugar de estas antifonas se pueden utilizar, segun la oportunidad, las sentencias anadidas a los salmos. (Cf.n. 111).




115. Cuando a consecuencia de su extension se puede dividir un salino en varias partes dentro de una misma Hora, a cada una de las partes se le anade su propia antifona para lograr una mayor variedad, sobre todo en la celebracion con canto, y para captar mejor las riquezas del salmo; es licito, sin embargo, recitar el salmo integro sin interrupcion, utilizando solo la primera antifona.




116. Poseen antifonas propias todos los salmos de Laudes y Visperas del triduo pascual, los de los dias que caen dentro de las octavas de Pascua y Navidad; los de las dominicas de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua y asimismo los de los dias feriales de Semana Santa, del tiempo pascual y los de los dias comprendidos entre el 17 y el 24 de diciembre.




117. En las solemnidades hay antifonas propias para el Oficio de lectura de Laudes matutinos, Tercia, Sexta, Nona y Visperas; en caso de que no las hubiera se tomaran del Comun. En las fiestas se observara otro tanto en el Oficio de lectura en los Laudes y en las Visperas.




118. Las memorias de los Santos, que tienen sus antifonas propias, las conservan (Cf. o, 235).




119. Las antifonas del "Benedictus" y del "Magnificat" en el Oficio del Tiempo se tomaran del Propio del Tiempo, si las hay, si no se tomaran del salterio habitual; en las solemnidades y en las fiestas se toman del Propio, si las posee, y en caso contrario, del Comun,' pero en las memorias que no tienen antifonas propias se puede escoger libremente la antifona del Comun o de la feria que corresponda.




120. Durante el tiempo pascual, a todas las antifonas se les anade el Aleluya, a no ser que discrepe del sentido de la antifona III. MODO DE RECITAR LOS SALMOS.




121. Segun las exigencias del género literario, de la extension de cada salmo; segun sea recitado en latin o en lengua vernacula, y principalmente segun se reciten por uno solo o por muchos o se celebren con el pueblo, pueden proponerse distintos modos de recitacion que ayuden a percibir mejor la fragancia espiritual y literaria de los mismos. Porque el empleo de los salmos no se establece por una especie de criterio cuantitativo de oracion, sino que se ha atendido a la variedad del salterio y a la indole propia de cada salmo.




122. Los salmos se cantan o recitan bien sea en forma seguida (o "en directo"), bien sea alternando los versos o estrofas entre dos coros o dos partes de la asamblea, bien sea en forma responsorial, segun las diversas modalidades que nos brinda la tradicion o la experiencia.




123. Al comienzo de cada salmo recitese siempre su antifona tal como queda dicho en los nn. 113-120, pero al final de cada salmo se mantiene en vigor el concluir con el Gloria al Padre y Como era. Pues el Gloria es la conclusion adecuada que recomienda la tradicion y que da a la oracion del Antiguo Testamento un sentido laudatorio, cristologico y trinitario. Recitado el salmo, se repite la antifona, segun convenga.




124. Cuando se emplean salmos de mayor extension, las divisiones de los mismos vienen senaladas en el salterio, dividiendo los miembros de la salmodia de forma que hagan patente la estructura ternaria de la Hora, y teniendo en cuenta, sin embargo, el sentido objetivo del salmo en cuestion, Conviene observar dicha division, sobre todo en la celebracion coral en latin, anadiendo el Gloria al Padre al final de cada una de las partes.

Es licito, sin embargo, mantener este modo tradicional o interponer una pausa entre las diversas partes del mismo salmo, o recitar todo el salmo sin interrupcion acompanado de su antifona.




125. Ademas, cuando asi lo aconsejare el género literario del salmo, se indicaran las divisiones estroficas de modo que, sobre todo si los salmos se han de cantar en lengua vernacula, puedan ser recitados interponiendo la antifona después de cada estrofa, en cuyo caso bastara con decir e! Gloria al Padre cuando haya finalizado todo el salmo.

IV. DISTRIBUCION DE LOS SALMOS EN EL OFICIO.




126. Los salmos estan distribuidos a lo largo de un ciclo de cuatro semanas, de tal forma que quedan omitidos muy pocos salmos, mientras que otros, insignes por su tradicion, se repiten con mayor frecuencia y se reservan a los Laudes de la manana, a las Visperas y Completas salmos adecuados a las respectivas Horas (5).




127. Para Laudes y Visperas, por ser Horas mas destinadas a la celebracion con el pueblo, se han elegido los salmos mas adecuados a este fin.




128. Por lo que se refiere a las Completas, se observa la norma descrita en el numero 88.




129. Para el domingo, incluso para el Oficio de lectura y para la Hora intermedia se han seleccionado aquellos salmos que conforme a la tradicion expresan de un modo mas adecuado el misterio pascual. A los viernes se las han asignado algunos salmos penitenciales o de Pasion.




130. Se reservan para el tiempo de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua tres salmos, a saber: 77, 104 y 105, que manifiestan con especial claridad la historia de la salvacion del Antiguo Testamento, como anticipo de lo que se realiza en el Nuevo.




131. En el curso del salterio se omiten los salmos 57, 82 y 108, en los que predomina el caracter imprecatorio. Asimismo se han pasado por alto algunos versos de ciertos salmos, como se indica al comienzo de cada uno de ellos. La omision de estos textos se debe a cierta dificultad psicologica, a pesar de que los mismos salmos imprecatorios afloran en la espiritualidad neotestamentaria, por ejemplo: Apc 6, 10, sin que en modo alguno induzcan a maldecir.




132. Los salmos demasiado largos para ser recitados en una Hora del Oficio, se distribuyen a lo largo de varios dias dentro de la misma Hora, de modo que los puedan recitar quienes no acostumbran a rezar otras Horas. Asi el salmo 118, segun su propia division, se distribuye a lo largo de veintidos dias en la Hora intermedia, puesto que tradicionalmente es asignado a las horas del dia.




133. El ciclo de las cuatro semanas del Salterio se relaciona de tal modo con el ano liturgico que en la primera semana, prescindiendo acaso de otras, comienza el prime domingo de Adviento, la primera semana per annum, el primer domingo de Cuaresma y el primer domingo de Pascua.

Después de Pentecostés, como en el tiempo per annum el ciclo del Salterio sigue una serie de semanas, se comienza por aquella semana del Salterio que es indicada en el Propio del Tiempo al comienzo de su respectiva semana per annum.




134. En las solemnidades y en las fiestas, en el triduo pascual, en los dias que caen dentro de las octavas de Pascua y Navidad, los salmos propios para el Oficio de lectura son elegidos entre aquellos que estan respaldados por la tradicion y cuya oportunidad se aclara, la mayor parte de las veces, mediante una antifona. Otro tanto se hace con la Hora intermedia en ciertas solemnidades del Señor y en la octava de Pascua. Los salmos y el cantico para los Laudes de la manana se toman del primer domingo del Salterio. Los salmos de las primeras Visperas de las solemnidades pertenecen a la serie Laudate, segun una antigua costumbre. Las II Visperas de las solemnidades y las Visperas de las fiestas tienen salmos y canticos propios. Para la Hora intermedia de las solemnidades, exceptuando aquellas de las que se hablo arriba y a no ser que caigan en domingo, se tomaran de los salmos graduales; en la Hora intermedia de las fiestas se dicen los salmos del dia correspondiente.




135. En los demas casos se dicen los salmos del Salterio en curso si no hubiere antifonas o salmos propios.


Congregacion Culto Divino - III. EL OFICIO DE LECTURA.