Cirilo ES 11800


Notas

(1) Se trata de la última de las catequesis antes del bautismo. Al final se prometen las catequesis mistagógicas. El orden resurrección-Iglesia católica es inverso a como ambas realidades se encuentran en el Símbolo. Pero no parece que el asunto tenga mayor importancia (cf. PG 33,1-13 1,14). Vid. más abajo la nota 3.

(2) Se refiere a que carece de un estimulo para obrar el bien.

(3) Cf. Mt 3,122: "En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemara con fuego que no se apaga". La expresión de Cirilo tiene, en cuanto a los términos empleados, cierto parecido con esta de Mt, pero el evangelista más bien se refiere a la acción de Jesús, en su primera venida, con respecto a los hombres. En general, es bueno tener presente, con respecto a los presentes párrafos, que, en un primer momento, más que aportar el testimonio bíblico de la resurrección, la catequesis pretende oponerse a la actitud en contra de griegos y samaritanos defendiendo su posibilidad. Es sobre todo entre los párrafos 14 y 21 cuando se ofrecerá una visión más específicamente bíblica de esta esperanza fundamental del cristiano.

(4) También aquí los términos son semejantes a la comparación que Jesús establece con el grano de trigo en Jn 12,24.



(5) CLEMENTE ROMANO, Epístola I a los Corintios, cap. 25 Madrid 1950 (BAC 65), pp. 249-250.

(6) La ciudad se refiere a la antigua Heliópolis. Pero, por supuesto, aunque se haga la cita de autoridad de Clemente, todo lo referente al ave Fénix, que ardía y más tarde resurgía de sus propias cenizas, es algo puramente mitológico. En ocasiones, el ave Fénix fue utilizada por los antiguos cristianos como símbolo -pero solo símbolo- de la resurrección.

(7) También en esta ocasión, entre paréntesis y como en nota, añade Cirilo: "No dejes de dar crédito a este asunto, pues sabes igualmente que también la prole de las abejas se forma a partir de unos gusanos y has visto que de los huevos muy blandos de las aves salen las plumas, los huesos y los nervios".

(8) Intenta la catequesis establecer un paralelismo entre las fases de la luna y la resurrección. Más que de argumentaciones habría que hablar aquí de ejemplos que facilitan la aceptación de la idea de resurrección. Al final del párrafo, señala Cirilo que lo que intenta, frente a los griegos, es no tomar argumentos sacados de la Escritura, sino que puedan ser comprendidos desde la razón. A partir del párrafo 11 al dirigirse a los Samaritanos, utilizara pasajes del Pentateuco, lo que ellos admiten de la Escritura. Los samaritanos posteriores admitieron también el libro de Josué.

(9) El argumento de que los patriarcas están vivos es empleado por el mismo Jesús en favor de la resurrección: "Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquellas palabras de Dios cuando os dice: `'Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?" No es un Dios de muertos, sino de vivos" (Mt 22,31-32). La afirmación de que los padres en la fe están vivos es al menos un marco de referencia desde el cual se puede entender la afirmación cristiana de la resurrección de los muertos.

(10) "Se levantaran". El texto griego de los LXX, el empleado por Cirilo, admite también la traducción "resucitaran" (anastésontai) aunque más bien debería traducirse por "se alzarán" o "se mantendrán en pie".

(11) Mas explicito todavía -es uno de los textos del AT que clásicamente se aducen sobre la resurrección o, al menos, sobre la vida más allá de la muerte- es el texto hebreo de estos mismos versículos: "Yo sé que mi Defensor está vivo y que él, el último, se levantara sobre el polvo. Tras mi despertar me alzara junto a él, y con mi propia carne veré a Dios". Y continua el v. 27: "Yo, sí, yo mismo le veré, mis ojos le miraran, no ningún otro".

(12) Todos los casos de resurrección mencionados son cualitativamente distintos de la resurrección de Jesús, puesto que "Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más... la muerte no tiene ya señorío sobre él" (Rm 6,9) y, por tanto, son también distintos de la resurrección de todos los hombres al fin de los tiempos. Pero son muy útiles para hacer ver la capacidad de Dios para resucitar a los muertos.

(13) Conviene recordar, de todos modos que cuando un santo realiza un milagro o éste se obtiene por su intercesión, no es en realidad el santo el que hace el milagro, sino el poder de Dios que de él se sirve como simple instrumento.

(14) Se alude al ayuno, con frecuencia de varios días, de los días de Semana Santa y de preparación de la Vigilia Pascual.


(15) 1Co 15 es el pasaje más amplio en toda la Biblia sobre la resurrección de los muertos.

(16)1Co 15,42-47: "Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; 43 se siembra vileza, resucita gloria, se siembra debilidad, resucita fortaleza; 44 se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo Espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo Espiritual. 45. En efecto, así es como dice la Escritura: Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente (Gn 2,7); el último Adán, Espíritu que da vida. 46. Mas no es lo Espiritual lo que primero aparece, sino lo natural; luego, lo Espiritual. 47. El primer hombre, salido de la tierra, es terreno, el segundo viene del cielo...". CUERPO-ESPA/QUE-ES: El pasaje hace ver, en primer lugar, lo que se señaló en la nota 12 de que la resurrección final de los muertos es algo muy diferente de las resurrecciones operadas por Jesús en los evangelios o de los milagros de resurrección que se realizan en algunos pasajes del libro de los Hechos. En todos estos casos se trata de un restablecimiento del tipo de vida que los hombres llevaban. Según los versículos citados de 1Co 15, se habrá restablecido la vida, en dichos milagros, pero en "corrupción" (corruptibilidad), "vileza", "debilidad" y "cuerpo natural", mientras que la resurrección prometida al final de la historia es una resurrección prometida en incorrupción", "gloria", "fortaleza", "cuerpo Espiritual".

(17) El lavatorio o lavado de la purificación, el bautismo. Cf. catequesis 1,19 y 20.

(18) Parece exhortar a una constante profesión de fe mediante la recitación repetida del Símbolo.

(19) "Ekklesia", de "ek-kalein", llamar de o convocar, significa asamblea convocada o incluso convocatoria (desde el punto de vista semántico).

(20) Un adjetivo derivado de ekklesia, empleado aquí por Cirilo, que lo toma de Lv 8,3 LXX para designar la comunidad o la asamblea.

(21) Las tablas de la Ley.

(22) Cirilo dice "en la Iglesia", adaptándolo al tema que en estos momentos desarrolla.

(23) Expresión griega, derivada de Kyrios, Señor, para denominar un edificio eclesiástico 0 algún conjunto de ellos.

(24) La imagen del "repudio" está tomada de la orden que Abraham recibe de Dios para abandonar a su esclava Agar. En Agar y en la verdadera esposa de Abraham, Sara, ve Pablo, en Gal 4,21-31, la imagen de las alianzas, históricamente sucesivas, con Israel y la Iglesia. A todo esto se está refiriendo la catequesis de Cirilo con la finalidad de que los oyentes distingan las características ("notas") de la Iglesia: una, santa, católica, apostólica.

(26) Se refiere a las normas practicas sobre cómo actuar en la celebración de la Pascua, que va a incluir bautismo, confirmación y eucaristía, y acerca de las actitudes que deben adoptarse en dicha celebración.

(27) La distribución de la Eucaristía en la Comunión.

(28) Es decir, en nuestra distribución de la semana, el lunes de Pascua.

(29) Son las catequesis mistagógicas, aquí recogidas entre la XIX y la XXIII.


(30) Es tal vez cita de Ep 5,26, que conviene comenzar en el versículo anterior: "... como Cristo amo a la Iglesia y se entrego a sí mismo por ella, para santificarla mediante el baño del agua, en virtud de la palabra...". Tanto Ep 5,26 como el texto de Cirilo al que todo esto hace referencia parecen ser mención de que en el bautismo, como en todos los sacramentos, hay un doble elemento: la acción realizada (en el bautismo, el lavado con agua) y las palabras empleadas como formula bautismal ("Yo te bautizo..."). Pero quizá las palabras de Cirilo hacen alusión a la doble realidad de que los sacramentos, en este caso el bautismo, no son sin más realidades que deben administrarse sin un trabajo previo de impartir la Palabra de la evangelización. De hecho, la Biblia de Jerusalén comenta a Ep 5,26: "El bautismo exige, para su plenitud, el acompañamiento de la proclamación de la Palabra, concretada en la evangelización del ministro y la profesión de fe del bautizado...". En el caso del bautismo de niños, los padres y padrinos, que le "prestan" al párvulo la fe en nombre de la Iglesia, deben recibir antes de modo adecuado el Evangelio.

(31) Puesto que "Cristo", como tantas veces se ha señalado, significa "ungido".

(32) En la cat. XXI. Se trata de la Confirmación.

(33) En Jerusalén, porque aquí comenzó en la ultima Cena la celebración de la Eucaristía.

(34) A la Eucaristía se dedicaran la cuarta y quinta catequesis mistagógicas.

(35) Parece prometerse aquí una sexta catequesis mistagógica que desde luego no se encuentra entre las que nos han quedado de hecho. PG 33,1.955, nota 2, expone la siguiente suposición: o bien no pudo pronunciarla Cirilo o, más probable según el editor de las catequesis publicadas en PG las cinco catequesis mistagógicas fueron pronunciadas de lunes a viernes, mientras que el sábado se habría celebrado la Misa del domingo in albis, en la que los recién bautizados dejaban ya sus vestiduras blancas. Sería más que probable que, por tratarse de una homilía dominical, habría tenido que variarse el tema previsto. Abundantes consejos morales se hallan, en todo caso, en la última de las catequesis mistagógicas.

San Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS XIX, (MISTAGÓGICA I) EL SENTIDO DE LOS RITOS BAUTISMALES REALIZADOS (I)

11900
A los recién iluminados. La lectura se toma de la primera epístola de Pedro: "Sed sobrios y velad" (
1P 5,8), etc., hasta el fin de la carta.

Introducción

1. Ya hace tiempo que deseaba, hermanos e hijos queridísimos de la Iglesia, tratar de estos misterios espirituales y celestiales. Pero, consciente de que la fe es mayor por lo que se ve que por lo que se oye, he esperado a este momento para, encontrándoos más preparados desde lo que ya habéis experimentado, poder conduciros con más facilidad a este prado del paraíso lleno de luz y fragancia. Ya habéis sido hechos capaces de estos misterios divinos una vez que habéis sido considerados dignos del lavatorio divino vivificante. Por tanto, cuando se os ha de servir la mesa en que habéis de recibir dones más perfectos, podéis estar ciertos de que os instruiremos en todo esto con mayor cuidado para que conozcáis la fuerza y la eficacia que se han operado en vosotros en la vigilia del bautismo.

El paso del Mar Rojo como figura de la liberación cristiana


2. En primer lugar, entrasteis en el atrio que esta antes del baptisterio y escuchasteis vueltos de pie hacia Occidente. Se os ordeno extender la mano y renunciasteis a Satanás como si estuviese presente. Debéis saber que la figura de este asunto ya está contenida en la historia antigua: cuando Faraón, durísimo y cruel tirano, oprimía al libre y generoso pueblo de los hebreos, Dios delego en Moisés para que los sacase de la cruel servidumbre de los egipcios. Y se untaban las jambas de la puerta con la sangre del cordero para que el exterminador pasase por alto las casas marcadas por la señal. De modo totalmente milagroso, el pueblo hebreo fue así proclamado libre. Y cuando el enemigo persiguió a los liberados, uniéndose los dos brazos del mar sobre él, según lo que se cuenta en aquel relato asombroso, rápidamente se hundió su poderío en las aguas del Mar Rojo (1).

El diablo ha sido vencido como lo fue el Faraón

3. Pero debo pasar de lo viejo a lo nuevo, de la figura a la verdadera realidad. En aquel entonces Moisés es enviado por Dios a Egipto, mientras que ahora es Cristo enviado al mundo. Aquel, para sacar de Egipto al pueblo oprimido; Cristo, para liberar a los que están oprimidos en el mundo bajo el peso del pecado. Entonces fue la sangre del cordero la que alejo al exterminador, pero ahora lo ha sido la sangre de Jesucristo, el cordero inmaculado. Ha sido esta sangre la que ha expulsado a los demonios. Aquel tirano persiguió a aquel pueblo hasta el mar. También a ti, con la misma audacia, te perseguía sin pudor el príncipe de los demonios hasta las fuentes de la salvación. Aquel quedo sumergido en el mar, y éste desaparece en el agua saludable.

La renuncia a Satanás en el rito bautismal

4. Pero oíste que se te mandaba que extendieses la mano como hacia alguien que estuviese presente y dijeras: Renuncio a ti, Satanás. Y quiero explicar por qué estuvisteis vueltos hacia Occidente, pues es necesario que lo haga. La razón es que el Occidente es el lugar hacia donde se perciben las tinieblas: su poder está en las tinieblas, siendo él mismo la oscuridad. Por eso, para mantener la razón de lo que se dice en el Símbolo, mirando hacia el oeste, renunciáis al príncipe de las tinieblas y de las sombras. ¿Qué es lo que dijo cada uno de vosotros mientras estaba de pie?: "Renuncio a ti, Satanás, a ti que eres tirano maligno y muy cruel. Ya no temo -dijiste- tu fuerza: Cristo la deshace haciéndome participe de su sangre y de su carne para, por ellas, destruir la muerte con su muerte para que no esté sometido eternamente a esclavitud" (2). "Renuncio a ti, serpiente astuta y sutilísima. Renuncio a ti que eres el traidor y que, simulando amistad, pergeñaste toda iniquidad proponiendo la caída a nuestros primeros padres. Renuncio a ti, Satanás, autor e instrumento de toda maldad".


Renuncia a las obras de Satanás

5. Después, en la segunda fórmula, se te enseña a proclamar:...y a todas tus obras. Se refiere a las obras de Satanás, a todo lo que es pecado y a lo que es necesario renunciar del mismo modo que, si alguien escapa del tirano, también rechaza completamente sus armas. Pues toda clase de pecado se cuenta entre las obras del diablo. Debes saber, sin embargo, que lo que dices, especialmente en la hora del temor, está consignado por escrito en los libros de Dios. Y si alguna vez admites alguna cosa contraria a ellos, serás juzgado como quien ha roto la alianza. Renuncias, por tanto, a las obras de Satanás, es decir, a todas las acciones y pensamientos que se apartan de la razón.

Y a todas sus pompas. Especialmente se mencionan los espectáculos

6. Después dices:...y a toda su pompa. Son pompa del diablo las locuras de los teatros, las carreras de caballos en los hipódromos, la caza en el circo y otras vanidades por el estilo, de las que el santo, pidiendo ser liberado, exclama a Dios: "Aparta mis ojos de mirar vanidades" (Ps 118,119) (3). Que estas vanidades no te llenen de preocupaciones en tu corazón cuando observes la petulancia de los comediantes, llena de chismorreos e indecencia, o cuando ves bailes llenos del furor y demencia de hombres afeminados, ni tampoco lo que se ve por parte de quienes, en las cacerías circenses, se exponen a las fieras acariciando su desgraciado vientre, pues se convierten ellos mismos en alimento de fieras inmisericordes. Para decirlo más exactamente, por el vientre, al que reconocieron como único Dios (cf. Ph 3,19), arrojan su vida a un precipicio con tales certámenes fuera de lo común. Apártate también de las carreras de caballos, absolutamente demenciales y que son espectáculo para Espíritus indolentes. Todo esto son pompas del diablo.

Lo sacrificado a los ídolos

7. Como pompa del diablo debe contarse también lo que suele utilizarse en las fiestas de los ídolos, las carnes, los panes y otras cosas tales que se han contaminado por la invocación de los demonios impuros. Pues el pan y el vino de la Eucaristía eran simple pan y vino antes de la invocación de la santa y adorable Trinidad, pero, una vez hecha la invocación, se convierten el pan en el cuerpo y el vino en la sangre de Cristo; de igual modo tales alimentos, pertenecientes a la pompa de Satanás, siendo por naturaleza simples y comunes, por la invocación de los demonios quedan profanados y contaminados (4).

No dar culto a Satanás

8. Después dices:... y a todo tu culto. Culto al diablo son las suplicas en los templos de los ídolos, las cuales se hacen en honor de imágenes inanimadas: encender lámparas y ofrecer perfumes a las fuentes o a los ríos; así como algunos, equivocados por sus sueños o engañados por los demonios, se acercaron hasta aquellas aguas, creyendo que encontrarían medicina para sus enfermedades corporales. Y así otras cosas semejantes. No te mezcles con tales cosas. Los augurios, la adivinación, los presagios, los amuletos, las inscripciones en placas, las artes de la magia y otras parecidas y cualquier cosa semejante a ellas, todo es culto del diablo. Huye, por tanto, de todo ello. Pues si sucumbes a estas cosas tras la renuncia a Satanás y después de haberte agregado a Cristo, experimentaras un tirano más cruel. Este trataba contigo familiarmente en otro tiempo y te reducía a dura esclavitud. Ahora la habrás tu aumentado más y, si quedas privado de Cristo, experimentaras la sujeción de aquél (5). ¿Acaso no has oído lo que nos anuncia la vieja historia de Lot y sus hijas? (Gn 19,15ss). ¿No fue guardado incólume con sus hijas cuando subía al monte mientras su mujer quedo convertida en estatua de sal como monumento perenne que recordase unos afectos torcidos y una conversión tardía? Pon atención a ti mismo y no mires hacia atrás con la mano del arado (Lc 9,62) y volviéndote al sabor amargo de las cosas de esta vida. Escápate, en cambio, hasta el monte (cf. Gn 19,17) que es Jesucristo, piedra no tallada con las manos y que lleno el mundo entero (Da 2,35-45).

Se ha hecho profesión de fe volviéndose a la región de la luz

9. Así, pues, cuando renuncias a Satanás, anulando completamente cualquier pacto con él y las antiguas alianzas con el infierno, se te abre el paraíso que Dios planto al Oriente (Gn 2,8), del que fue expulsado nuestro primer padre al violar el mandato de Dios (Gn 3,23). Símbolo de esta realidad es cuando te volviste del Occidente al Oriente, que es la región de la luz. Entonces se te mando que dijeras: "Creo en el Padre, y en el Hijo y en el Espíritu Santo, y en un único bautismo de conversión". De todo lo cual, en cuanto nos lo concedió la gracia de Dios, ya te hemos hablado extensamente.

Memoria de la vestidura blanca

10. Por consiguiente, mantén la vigilancia fortalecido con estas palabras. Como se ha leído, "vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar" (1P 5,8) (6). En épocas anteriores os podía encerrar la muerte en sus dominios, pero en el santo lavatorio de la regeneración enjugo Dios "las lágrimas de todos los rostros" (Is 25,8). Una vez despojado el hombre viejo, ya no harás más luto, sino que celebraras la fiesta revestido con la túnica de la salvación de Jesucristo (Rm 13,14) (7).

11. Y esto es lo que se hizo en el atrio exterior; pero, si Dios quiere, cuando en las siguientes catequesis mistagógicas entremos en el Santo de los santos, conoceremos el significado de lo que allí se hace. A Dios Padre sea la gloria, el poder y el esplendor con el Hijo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.



Durante los primeros siglos de la Iglesia existió un tipo de catequesis -la más elevada- llamada "catequesis mistagógica", esto es de introducción a los misterios. Por lo general, esta catequesis tenía lugar después del bautismo y la llevaba a cabo el obispo personalmente.

(1) Todo el relato del paso del Mar Rojo, en Ex 14,15ss. Para el paso "a pie enjuto" de los israelitas y el hundimiento de los perseguidores, cf. Ex 14,22-31. El paso a través del Mar Rojo por Israel es quizá el momento central de la liberación narrada en el Éxodo y que, en la redacción final del segundo de los libros de la Biblia, va seguido de un salmo triunfal de alabanza, Ex 15,1ss. Tanto la proclamación del paso del Mar Rojo como el himno de acción de gracias ("Cantico de Moisés") fueron pronto incorporados a la liturgia cristiana de la Vigilia Pascual, al entender, como expone la catequesis, que el paso del Mar Rojo tenía un valor de "figura" -tipos es la expresión de Cirilo- de la liberación de los bautizados en Cristo. Con ello se afirma, como se continúa explicando en los párrafos sucesivos, que todas las realidades de la liberación de Israel son "figura" o typos de la liberación cristiana; especialmente en este caso imagen del bautismo. Cf. 1Co 10,1-6. Además, la sangre del cordero utilizada para señalar las puertas (Ex 12,21-23), es figura de la sangre de Cristo como verdadero cordero pascual (1P 1,20). Cf. también Ap 5,9-12 Ap 7,14.

(2) Cf. He 2,14-15, que expresa que el máximo temor del hombre es la muerte. Miedo a morir es no solo temor a la muerte física, sino a todas aquellas cosas que matan al hombre al no ser existencialmente capaz de aceptarlas: el fracaso, la enfermedad, la pérdida de capacidad económica, riesgos de diversos tipos, etc. La afirmación del texto citado de Hebr es que la fuerza del "señor de la muerte", el Diablo, capaz de espolear lo que destruye al hombre, ha quedado destruida en la muerte de Cristo.

(3) Se hace mención aquí y en los próximos párrafos del apartamiento que los primitivos cristianos practicaban con respecto a los espectáculos públicos y otras "vanidades" del mundo. El asunto aparece mencionado, por ejemplo, en Hipólito (La tradición apostólica, núm. 16, con respecto a las profesiones relacionadas con los espectáculos) o Clemente de Alejandría (El pedagogo, L. III, c. IV: "qué consagrar el tiempo").

(4) Lo más oportuno, para valorar este párrafo, es recordar la enseñanza de Pablo en 1Co 8-10 acerca de la conducta del cristiano con respecto a las carnes sacrificadas a los ídolos. En sí misma, esta carne que, una vez sacrificada, se podía encontrar en los mercados, no es más que un alimento normal que no hay dificultad, desde el punto de vista moral, en que se consuma. Pero, a la vista de que "la ciencia hincha, el amor, en cambio, edifica" (1Co 8,1), Pablo explica que el cristiano que se sienta "fuerte" como para comer de lo sacrificado a los ídolos no debe escandalizar a los "débiles" (1Co 8,7-13) que piensen que espiritualmente se contaminan al tomar de tales alimentos. En evitar el escándalo insiste Pablo en 1Co 10,23ss. El tema reaparece también en Rm 14,1-15,13. En cualquier caso, lo que siempre queda prohibido al cristiano es la participación en el culto a los ídolos, culto con el que se rompe al abrazar la fe en Cristo.

(5) Todo esto recuerda las advertencias de He 6,4ss.

(6) Por mayor fidelidad al texto bíblico, se transcribe "vuestro adversario", no "nuestro", que es como figura en el texto original de las catequesis. Por lo demás, esta catequesis ha señalado con fuerza el poder del Diablo, del que han sido liberados los recién bautizados; por tal motivo, se encarece la necesidad de la vigilancia.

(7) Para una descripción más completa de la novedad de vida, cf. Rm 13,11-14. La alusión a la "túnica" en las últimas palabras del párrafo es probablemente una mención de la vestidura blanca que se imponía en el bautismo y que los recién bautizados llevaban puesta en los días siguientes. Se trataba, en cualquier caso, de resaltar la diferencia entre el hombre viejo y el hombre nuevo.

San Cirilo de Jerusalén

CATEQUESIS XX, (MISTAGÓGICA II) EL SENTIDO DE LOS RITOS BAUTISMALES REALIZADOS (II)

12000

Acerca del bautismo. La lectura es de la Carta a los Romanos desde: "¿O ignoráis que los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús hemos sido bautizados en su muerte? hasta las palabras: "Pues no estáis ya bajo la Ley, sino bajo la gracia" (
Rm 6,3-14) (1)

1. Las mistagógicas que se tienen todos los días, es decir, estas enseñanzas que explican los misterios, nos son útiles, pues siempre explican nuevas doctrinas y nuevas cosas. Pero os son útiles sobre todo a vosotros, que habéis sido cambiados de lo viejo a lo nuevo. En esa línea os expondré ciertas cosas que se derivan de la mistagogía de ayer, para que aprendáis qué simboliza lo que realizasteis en el interior del edificio.

La túnica y el hombre viejo

2. Inmediatamente después de que entrasteis, os despojasteis de la túnica: ésta era imagen del hombre viejo, del que os habéis despojado con sus obras (Col 2,12ss; 3,1 ss. 9ss.; cf. Ep 2,1-10). Al despojaros, os quedasteis desnudos, imitando también en esto a Cristo desnudo en la cruz, el cual con esta desnudez, "una vez despojados los Principados y las Potestades, los exhibió públicamente, incorporándolos a su cortejo triunfal" (Col 2,15). Y puesto que habitaban en vuestros miembros las potestades adversas, ya no os es lícito seguir llevando aquella vieja túnica: y no me refiero a la que se percibe con los sentidos, sino al "hombre viejo que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias" (Ep 4,22). Y que nunca suceda que el alma se revista de nuevo de la vestimenta de que una vez se despojo, sino que diga como aquella esposa de Cristo de la que se habla en el Cantar de los Cantares: "Me he quitado mi túnica, ¿cómo ponérmela de nuevo?" (Ct 5,3). ¡Oh realidad admirable! Desnudos estuvisteis ante los ojos de todos, pero no sentíais vergüenza. Llevabais realmente la imagen del primer padre Adán, que estaba desnudo en el paraíso y no se avergonzaba.

La unción probautismal

3. Y después, así despojados, fuisteis ungidos con el oleo exorcizado desde los pelos de la cabeza hasta los pies y fuisteis hechos participes del buen olivo que es Jesucristo. Sacados del olivo silvestre, habéis sido injertados en un buen olivo y hechos participes de la riqueza del verdadero olivo (Rm 11,17-24) (2), Por consiguiente, el oleo exorcizado era símbolo de la comunicación de la abundancia de Cristo y hace huir rápidamente a todo vestigio de poder adverso. Pues así como la insuflación de los santos (3) y la invocación del nombre de Dios abrasan a los demonios, al modo de fortísima llama, y los ponen en fuga, así también ese aceite exorcizado por la invocación de Dios y por la oración adquiere tanta fuerza que no solo purga, quemándolos, los vestigios de los pecados, sino que incluso hace huir a todas las potencias invisibles del Maligno.

Las entradas y salidas del agua, señal y realización de muerte y de vida

4. Después fuisteis conducidos hasta la santa piscina del divino bautismo, como fue llevado Cristo de la cruz al sepulcro. Y se os pregunto uno por uno si creíais en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Pronunciasteis la confesión que os lleva a la salvación (4), y fuisteis sumergidos por tres veces en el agua, levantándoos también tres veces. También en esto significasteis en imagen y simbólicamente la sepultura de Cristo por tres días. Pues, así como nuestro salvador paso tres días y tres noches en el seno de la tierra (Mt 12,40 par), también vosotros imitasteis el primer día que Cristo paso en el sepulcro al levantaros del agua por primera vez y, con la inmersión, la primera noche. Pues del mismo modo que el que está en la noche ya no ve, y el que se mueve en el día camina en la luz, vosotros, al sumergiros, como en la noche, dejasteis de ver, pero, al salir, fuisteis puestos como en el día. En el mismo momento habéis muerto y habéis nacido, y aquella agua llego a ser para vosotros sepulcro y madre. Lo que Salomón dijo a propósito de otras cosas os cuadra a vosotros perfectamente; decía él: "Hay tiempo para nacer, y tiempo para morir" (Qo 3,2). Pero para vosotros es a la inversa: tiempo de morir y tiempo de nacer. Y un tiempo único ha logrado ambas cosas, pues con vuestra muerte ha coincidido vuestro nacimiento.

En qué sentido hemos pasado por la muerte, sepultura y resurrección de Cristo

5. ¡Oh nueva e inaudita realidad! No hemos muerto ni hemos sido sepultados de modo verdadero, ni resucitamos después de que hubiésemos sido verdaderamente crucificados, pero si se ha realizado en imagen una imitación de aquellas cosas, y es de aquí de donde ha brotado la salvación (5). Cristo fue verdaderamente crucificado, verdaderamente fue sepultado y verdaderamente resucito, y todo ello nos ha sido regalado a nosotros por gracia para que, hechos participes de sus sufrimientos, obtengamos en verdad la salvación. ¡Oh amor exuberante hacia los hombres! Cristo recibió los clavos en sus pies y manos incontaminados, soportando así el dolor; y ahora, por la comunicación en sus dolores, se me agracia a mí sin haber pasado por dolores ni trabajos (6).

El bautismo nos concede el perdón de los pecados, la adopción y la participación en los sufrimientos de Cristo

6. Nadie piense, pues, que el bautismo consiste solo en la gracia del perdón de los pecados y de la adopción, como era el bautismo de Juan, que confería solo el perdón de los pecados. Nosotros, por el contrario, sabemos bien que es para el perdón de los pecados, pero también otorga el don del Espíritu Santo y es realización (7) y expresión de los sufrimientos de Cristo. De aquí que Pablo dijera: "¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte" (Rm 6,3-4). Esto se lo decía a quienes estaban convencidos de que el bautismo otorgaba ciertamente el perdón de los pecados y la adopción, pero sin que ellos hubiesen participado, en cierta identificación con él, en los verdaderos sufrimientos de Cristo.

Participes de la muerte y resurrección de Cristo

7. Para que aprendiéramos, por tanto, que todo lo que Cristo soporto fue por nosotros y por nuestra salvación -y, desde luego, no lo sufrió solo en apariencia- y que, además, somos hechos participes de sus sufrimientos, Pablo exclamaba con viveza y con fuerza: "Porque si hemos sido injertados en él por la semejanza a su muerte, seremos también participes de la resurrección" (Rm 6,5). Hermosamente dice "injertados". Pues realmente aquí se ha plantado la vid verdadera (8) y nosotros, por la comunión del bautismo en la muerte, hemos sido injertados en él. Pues en Cristo se dio verdaderamente la muerte; en él realmente el alma se separo del cuerpo, verdadera fue también la sepultura y en una sabana limpia fue envuelto su santo cuerpo (Mt 27,59). Todo esto aconteció en él de modo real. En vosotros se da una semejanza de su muerte y de sus padecimientos, aunque en la salvación no hay semejanza sino realidad.

8. Cuando ya os hemos instruido suficientemente acerca de todo esto, os ruego que os esforcéis en retenerlo en la memoria con el fin de que yo, aunque indigno, pueda decir de vosotros: "Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mi y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido" (1Co 11,2). Poderoso es Dios que os presenta aquí "como muertos retornados a la vida" (Rm 6,13) para concederos que andéis en novedad de vida (Rm 6,4). A él sea la gloria y el poder ahora y por los siglos. Amén.



Durante los primeros siglos de la Iglesia existió un tipo de catequesis -la más elevada- llamada "catequesis mistagógica", esto es de introducción a los misterios. Por lo general, esta catequesis tenía lugar después del bautismo y la llevaba a cabo el obispo personalmente.

(1) En la catequesis anterior se han recordado la renuncia a Satanás y la profesión de fe, ritos realizados en el atrio exterior del templo. En la segunda catequesis mistagógica se recuerda el desvestirse la túnica y su significado, la unción prebautismal, el interrogatorio acerca de la fe y la triple inmersión y emersión en la piscina bautismal. Se explica con detalle el significado de todos estos ritos.

(2) La alusión de Cirilo a la alegoría paulina del olivo y el acebuche no expresa toda la riqueza del pensamiento de Rm 11,16-24, que está en el contexto de Rm 9-11. El tema de estos capítulos de la carta es la "elección", en primer lugar, de Israel en el plan de conjunto de la Historia de la salvación y, en un segundo momento, tras el rechazo de Israel, la elección de los cristianos en la Iglesia. Aunque esta segunda elección, la de los gentiles, no anula la elección primera del pueblo judío -Pablo señala que los israelitas son "la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas y los patriarcas" y de ellos "también procede Cristo según la carne" (Rm 9,4-5)-, también los gentiles son llamados a participar de la riqueza abundante que es Cristo. En la mentalidad de la acción catequética de la Iglesia antigua se incluye la idea de que el catecúmeno y el cristiano han sido llamados y elegidos para ser un signo ante el mundo de la vida que Dios da. A los recién bautizados se les recuerda ahora esta realidad.


(3) Soplo dentro del rito bautismal para ahuyentar al diablo. "Los santos" se refiere probablemente, siguiendo el uso atestiguado ya desde las cartas de Pablo, a los cristianos bautizados.

(4) "Confesión salvadora" responde tal vez a lo expresado en Rm 10,9-10: "Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucito de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación". "Justificación" y "confesión" parecen, pues, aspectos diferentes del proceso de rescate ("redención") del hombre. La confesión de fe da una especial firmeza a la salvación inicialmente obtenida por la justificación por la que ya el hombre era liberado de modo fundamental del pecado y hecho hijo de Dios por adopción.

(5) Cf. catequesis 21, núm. 2.

(6) Se expuso en cat. 4, núms. 10-12.

(7) Se traduce por "realización" la expresión original antitypos, que es prácticamente, incluso en el lenguaje de Cirilo, un término técnico. En la cat. XIX, núm. 2, se decía que los acontecimientos en torno a la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto eran figura o imagen, typos de lo que habría de ser la liberación definitiva en Cristo. Antitypos del presente párrafo es más bien "contrafigura", es decir, una imagen -en cuanto en este caso, el bautismo es signo visible y "visibilizante"- que al mismo tiempo realiza efectivamente, para quien recibe el bautismo, la muerte y resurrección de Cristo. Con ello se está en el concepto de lo que es un sacramento.

(8) El "aquí" se refiere al lugar del sepulcro de Jesús, en Jerusalén, donde se están impartiendo las catequesis. La imagen del injerto, por otra parte, se une aquí a la alusión a la alegoría de la vid y los sarmientos, en la que Jesús, según Jn 15,1, se entiende a sí mismo como "la vid verdadera".

San Cirilo de Jerusalén



Cirilo ES 11800