El cordero de Isaías-Caldeón de la Barca - Pedro Calderón de la Barca


DEMONIO Que apenas llegué a embestir
de ese enredado recinto 990
el nudoso rebellín,
cuando el Cuidado, que nunca duerme, empezó a requerir pastores y perros; unos,
con las armas de David, 995
hondas y piedras, y otros con ladridos, resistir
mi entrada intentaron; pero poco les podrían servir,
si entre ellos no viniera 1000
un blanco y negro mastín, de cuya boca jurara
que había visto salir una llama.

PITONISA ¡Ay! que esa llama
debió de ser la que vi, 1005
para mí sola cegar, para los demás lucir; en fe de ser ella quien
la palabra ha de cumplir
de que a sus ángeles Dios 1010
ha de mandar asistir
en sus caminos al hombre. DEMONIO ¿Luego no hay que proseguir
tú en tus encantos, ni yo mis astucias?

PITONISA Sí hay. DEMONIO ¿Qué es?


PITONISA Ir 1015
en su seguimiento en otro hábito y con otro ardid. Judaísmo y Gentilismo,
¿no tienen en lid civil
puesto al mundo? Pues hagamos 1020
los dos sangrienta la lid. Yo, en común, idolatría, pues lo que quiere decir es culto supersticioso,
que es el que me toca a mí, 1025
influiré en el Gentilismo sañas, para destruir
a Jerusalén. Tú, puesto que es lo que te toca a ti,
como apóstata que eres 1030
del imperio de zafir, perturbar la religión, podrás también influir iras en el Hebraísmo,
en orden a no admitir 1035
la nueva Ley de la Gracia; con que en partido motín se impedirán uno a otro
el que lleguen a admitir
Sacrificio en que es forzoso 1040
se hayan de contradecir con lo idólatra el hebreo, con lo apóstata el gentil.

DEMONIO Si una cosa es intentar
y otra cosa es conseguir, 1045
intentemos el vencer y consígase el morir. Vamos, pues.


PITONISA Pues sea, Lucero empezando desde aquí
para mezclarnos con ellos 1050
ensayados a fingir con ellos diciendo.
LOS DOS y (Dentro.)
UNOS Venid, venid, y dejando su esfinge,
y siguiéndome a mí,
lo infeliz trocareis a lo feliz. 1055

(Vanse.)
(Ábrese el carro de palacio y vese CANDACES sentada en real trono, y dos DAMAS a su lado cantando.)


DAMAS (Cantan.)
¡Oh! ¡Cómo yace postrada, sin consuelo y sin placer,
la emperatriz de las gentes, diciendo cuantos la ven:
Jerusalén, Jerusalén! 1060

MÚSICA (Dentro.)
Pues no hay dolor que iguale a tu dolor, conviértete a tu Dios y tu Señor,
que es el último bien.

TODOS y

MÚSICA ¡Jerusalén, Jerusalén!


CANDACES Doris ¿qué triste canción 1065
es esa?


DAMA 1.ª Una que leí en un libro tuyo.


CANDACES Di,
¿qué libro?


DAMA 1.ª Lamentación
se llama, de Jeremías.


CANDACES Algo me da que pensar 1070
que le moviera a llorar en todas sus profecías ruinas de Jerusalén.

DAMA 2.ª Como sus cautividades
fueron en varias edades, 1075
sería alguna de ellas quien a llorarla le obligó.

CANDACES Dices bien; pero ahora aquí acordármelas a mí
no acaso parece.

DAMA 2.ª No 1080
tus melancolías, señora, te persuadan a que pudo ser más que acaso.

CANDACES No dudo que sea así; mas ¿quién ignora
que un abismo a otro se llama? 1085
Y como siempre el que viene es donde dispuesta tiene
la imaginación la llama de su más vivo cuidado;
y el que a mí me aflige es 1090
no haber sabido, después que fue Behomud enviado a Jerusalén, de mí,
¿qué mucho que oyendo ahora
de Jerusalén, Lidora, 1095

ruinas, dél me acuerde? Y si un aviso a otro adelanto,
el tiempo en que le envié, el de aquel eclipse fue,
de cuyo horroroso espanto 1100
la Fama, que siempre dio
más nuevas del mal que el bien, cuenta que en Jerusalén
el terremoto empezó:
terremoto, sacrificio, 1105
Jerusalén, destruición, Behomud y lamentación, todo ha revuelto en mi juicio un caos de confusiones;
pero para que no crean 1110
que agüeros para mí sean sagradas lamentaciones, proseguid sus profecías.
¡Inmenso Dios de Jehová,
o luz o acierto me da, 1115
para que las ansias mías descansen, sabiendo que la meda de mi tributo logró el religioso fruto
del símbolo de la fe! 1120
Vuelva, pues, Behomud con bien, que pendiente el alma está
hasta saber qué le habrá pasado en Jerusalén.

(Sale la FE.)

FE Duerme tú, que a ojos cerrados, 1125
creyendo lo que no ve, hasta su triunfo, mi fe asistirá a tus cuidados.


DAMAS (Cantan.)
¡Oh!, ¡Cómo sola y viuda,
sin quien la alivie ni quien 1130
la consuele, llora y gime, oyendo una y otra vez!

MÚSICA (Dentro.)
Jerusalén, Jerusalén,
pues no hay dolor que iguale a tu dolor,
conviértete a tu Dios y tu Señor, 1135
que es el último bien,
¡Jerusalén, Jerusalén! DAMA 1.ª Parece que se ha dormido. DAMA 2.ª Dejémosla descansar,
que la cura del pesar 1140
solo el sueño la ha sabido. CANDACES ¿Qué pesadez tan crüel
es la que me aflige esquiva?
(Vanse las DAMAS, y ella en sueños representa, y salen por una parte, el PUEBLO HEBREO con algunos soldados, y por otra el PUEBLO ROMANO; y entre unos, y otros, la PITONISA, a lo judío, el DEMONIO a lo romano, y en medio de ellos FILIPO, viejo venerable, vestido de antiguo sacerdote en diciendo dentro.)


DEMONIO (Dentro.)
¡El romano imperio viva!


ROMANO ¡El romano imperio viva! 1145

PITONISA (Dentro.)
¡Viva el pueblo de Israel! HEBREO ¡Viva el pueblo de Israel!


PITONISA Ya que ha logrado el ardid disfraz que nuestro deseo,
inspirando yo al Hebreo, 1150
y tú inspirando al Gentil, haya encendido el tumulto de ambos bandos, avivemos su llama.


DEMONIO El aire infestemos
contra ese piadoso culto, 1155
siempre andando a vista dél, diciendo con voz altiva:
UNOS El romano imperio viva. OTROS Viva el pueblo de Israel.

ROMANO La víctima ha de ser mía. 1160

HEBREO Que a mí se me entregue es bien. CANDACES (Entre sueños.)
¡Ay de ti, Jerusalén! FILIPO Teneos.

ROMANO Aparta.

HEBREO Desvía.


FILIPO Aunque aventure una y mil
vidas en glorioso empleo 1165
de tus sañas, Pueblo Hebreo, o de las tuyas, Gentil Romano, no he de dejar
de persuadir a los dos
un Dios que es el solo Dios, 1170
a quien hoy sacrificar,
-porque el mundo serlo entienda-, la víctima me ha tocado,
no ya en cordero inmolado,
sino en pacífica ofrenda; 1175
y así, aquese advenedizo
indio que desde el oriente, de Jerusalén al templo,
a hacer sacrificio viene,
y para entrar en él pide 1180
licencia, haced que me entregue el cordero que trae, pues
no a ti entregártele debe, pues ya tu ley espiró,
ni a ti, pues la que tú tienes 1185
ni entra ni sale hasta ahora, en los varios pareceres
de si es mejor o no es,
en la opinión de ambas gentes
la nueva ley, que yo admito, 1190
que no la antigua, que él pierde;
con que a mí toca.

CANDACES (Entre sueños.)
¡Mortal congoja! ¡Cielos, valedme!


FILIPO Pues a mí...

HEBREO Ten el acento.

ROMANO La voz, Filipo, suspende. 1195

HEBREO Que si discípulo tú... ROMANO Que si tú secuaz...

HEBREO ...De ese que intruso Hijo de Dios, quiso Dios de Palestina hacerse.

ROMANO ...De ese que en Jerusalén 1200
Rey pensó aclamarse.

HEBREO ¿Quieres morir como él?

ROMANO ¿Imaginas que yo he de vengar su muerte?


HEBREO Fácil será a mis rencores conseguirlo.

ROMANO No lo intentes, 1205
que no fácil a mis iras
será que al culpado vengue,
cuando mi mayor anhelo
es vengar al inocente.

HEBREO Y pues nada ha de servirte... 1210

ROMANO Y pues nada ha de valerte...

HEBREO El que persuadirme quieras...

ROMANO El que reducirme intentes...

HEBREO A que yo deje la anciana ley, que heredé.

ROMANO A que yo deje 1215
la adoración de mis dioses. HEBREO Y otro sacrificio acepte,
que no sea el sacrificio de mis inmoladas reses.

ROMANO Ni consienta que ese templo 1220
ignoto Dios reverencie.

HEBREO Arderá Jerusalén
en muertas cenizas leves.

ROMANO Sí arderá, pues su huracán
serán mis romanas huestes. 1225

HEBREO Y así, huyendo de mi saña, vete de mi vista.

ROMANO Vete también de la mía, que no quiero oírte.

HEBREO Ni yo verte.

LOS DOS ¿Qué esperas, pues? ¿A qué aguardas? 1230


FILIPO ¡Oh Señor, quién mereciese ver que víctima que vino
a vuestro templo a ofrecerse, volvía tan elevada
que decir mi fe pudiese 1235
que vino cruento cordero
y incruento cordero vuelve!
(Vase.)


CANDACES (En sueños.)
No desmayes, corazón,
que aún hay aura que te aliente.

ROMANO Ahora, para que veas 1240
quién de pueblo a pueblo vence, a que no entre en la ciudad
el indio, iré.

HEBREO Yo, a que entre. ROMANO ¿A qué, si ya en ti cesaron
del Levítico las leyes? 1245

HEBREO Mientras que yo otras no admito,
¿quién me obligará a que cesen? ROMANO Yo, el día que me declare
enemigo de ambas leyes.

HEBREO ¿Qué importará, si constante 1250
yo...

ROMANO Mucho, si yo...

(Sale BEHOMUD.)


BEHOMUD Impaciente
Romano Pueblo, y Hebreo, de que desairados queden de una licencia pedida
los cumplimientos corteses, 1255
yo mismo por ella vengo, que según tarda parece
que es, trayéndola el Cuidado, el Descuido quien la lleve.

ROMANO No te admires, oriental 1260
joven, que al más noble huésped no falta la cortesía
donde sobra el accidente en el que nos hallas; pero
largo es, para que lo cuente 1265
mi cólera; allá el hebreo, que mayor espera tiene, te lo dirá.

HEBREO Sí dirá,
y sin perder tiempo; vente
conmigo, que en el camino 1270
lo sabrás.

ROMANO Pues ¿dónde quieres que contigo vaya?

HEBREO Al templo a que su voto celebre.

ROMANO ¿A qué templo si, ya muerta
tu sinagoga, no tienes 1275
según las contrariedades de tus divididas gentes,
ni templo, ni ara, ni altar? BEHOMUD Ya es muy otro caso este:
¿muerta está la sinagoga? 1280


ROMANO Sí, y pues a la oblación de ese sacrificio le ha faltado
a quien dedicada viene lógrala en mi templo.

BEHOMUD No
haré tal, que si de oriente 1285
por no celebrar en templo que fue gentil, vengo a este
¿cómo de este iré al gentil? ROMANO Dándote yo una y mil muertes
si no adoras a mis dioses. 1290

HEBREO No harás, que yo defenderle sabré.

BEHOMUD También sabré yo sentir que tú me defiendes, mientras no sé qué entreoí de la sinagoga.

HEBREO Advierte 1295
que también sabré quitarte la vida yo.

ROMANO Y yo oponerme en su defensa.

BEHOMUD ¿Quién vio tan equívoco accidente
como, por matarme dos, 1300
ser dos los que me defienden? HEBREO Conmigo ven.

ROMANO Ven conmigo. BEHOMUD Sin que uno ni otro me lleve,
iguales dejaré a entrambos. LOS DOS ¿De qué suerte?


BEHOMUD De esta suerte: 1305
que osadamente librarme no es huir cobardemente.
(Vase.)

ROMANO Aunque tus plantas sean alas, te he de alcanzar.
(Vase.)

HEBREO Aunque vueles
con las alas de tus plumas, 1310
he de seguirte.
(Vase.)


CANDACES (Despierta.)
¡Oh, aleves, cobardes, tiranos! Pero
¿dónde voy de aquesta suerte?
¿dónde estoy que en mí no estoy?
¡Qué extraño sueño! ¡Qué fuerte 1315
ilusión! ¡Qué fantasía
tan extraña! ¡Qué vehemente aprehensión! ¡Toda soy fuego que me hiela! ¡Toda nieve
que me abrasa! Y pues no sé 1320
de mí misma, mientras llegue a cobrarme en mis sentidos,
¡valedme, Cielos, valedme!

(Ciérrase la aparición, y sale el DEMONIO, y PITONISA.)


DEMONIO No mal conseguido habemos
hasta aquí ver que se mueven 1325
contra la fe de Candaces hebrea y romana plebe; pues suspenso el sacrificio, a lo que puede mi mente
inferir por conjeturas, 1330
hallo que Behomud pendiente le deja, y sin el rebaño,
a la ligera se vuelve
a consultar con Candaces lo que ha de hacer.

PITONISA Bien se infiere 1335
de que de solo el Cuidado acompañado, parece
que ya se pone en camino, pues la carroza previene
la demás familia, y solos 1340
los dos en ella se meten. DEMONIO Pues si él se lleva el Cuidado,
fuerza es que al Descuido deje el rebaño; con que yo,
como a su vista me quede, 1345
tendré mejor ocasión para robarle; tú puedes
seguirle a él, y en el camino, porque tan presto no llegue
y tenga más tiempo yo, 1350
solicitar detenerle,
que no siempre ha de tener;
quien le alumbre y quien le adiestre.


PITONISA Pues no bastó de mi voz
ni lo triste ni lo alegre 1355
a suspenderle en el monte, añadiré al oírme el verme. Veamos si tiene más fuerza el encanto en las mujeres,
que en el oído, en la vista. 1360
(Vase.)

DEMONIO Yo ahora al rebaño me acerque a ver qué disposición
hay en él, por si pudiese
(pues es el Descuido quien
le guarda, el Cuidado ausente) 1365
entrar por algún portillo, donde entre las demás reses, despedazando el cordero, toda mi ojeriza vengue.
PASTORES (Dentro.)
¿Descuido? DESCUIDO (Dentro.)
¿Quién llama? PASTOR 1.º (Dentro.)
Mira 1370
que anda en el ejido gente. DESCUIDO (Dentro.)
Yo lo veré en despertando. PASTOR 2.º (Dentro.)
¡Corre a apartarla, no llegue y se lleve alguna oveja!

DESCUIDO (Dentro.)
Pardiez, como no me lleve 1375
a mí, donde haya de aquello de despertar a quien duerme,
¡mas que se lleve el rebaño!

(Salen algunos PASTORES y el DESCUIDO.)

PASTORES Hacia allí está.

DEMONIO Aquí conviene
fingir alguna deshecha. 1380

DESCUIDO Hombre u Demonio, ¿quién eres, que sin querer que me duerma has querido que te sueñe?

DEMONIO No os enojéis: extranjero
pastor soy, que hallar pretende 1385
mayoral a quien servir,
y si vos queréis hacerme merced de que compañero vuestro sea, os seré siempre fiel amigo.

DESCUIDO Yo lo hiciera, 1390
mas hay dos inconvenientes.

DEMONIO ¿Qué son?

DESCUIDO Tener en las caras nuestras dos trigueñas teces, vos, la de pocos amigos,
yo, la de pocas mercedes; 1395
esto es uno, y otro es, que ser ladrón me parece
quien viene por el portillo y no por la puerta viene;
y así idos, si no queréis 1400
que llame la demás gente,
que os mate a palos y a coces.

DEMONIO Antes, villano, que lleguen,
te habré dado muerte a ti.


DESCUIDO ¡Ay señores, que me mueren! 1405
¡Socorro, cielos, socorro!

(Vase, y los PASTORES.)

DEMONIO Ya que he llegado a valerme del Descuido Humano, y él,
aun cuando me huye, me ofrece
portillo por donde yo 1410
tras él en su aprisco entre,
¿qué aguardo para robarle dél el cordero?

(Sale la FE.)
(FE) Detente, bárbaro, que hay otra guarda
que este rebaño defiende. 1415

DEMONIO ¿Quién eres, que con la espada de fuego más me pareces guarda aquí de Paraíso
que de rebaño? ¿Quién eres?
FE No conocerme debiera 1420
ser causa de conocerme, que tú todo lo conoces, sino a la fe, que provee, en los auxilios de Dios,
guarda a todo lo viviente: 1425
racional, y sensitivo
y vegetable; de suerte
que a este rebaño, bien como de la nueva fe de oriente
nuevo paraíso, nuevo 1430
auxiliar, en mí previene católica edad futura,
en que más gloriosamente la fe de ti, y tus secuaces,
triunfe, goce, viva y reine. 1435

DEMONIO ¡No más! ¡No más! ¡Que ese tiempo aun en sombras me estremece!
Pero no me desconfía
de que he de triunfar yo en este.

(Dentro.)

Para, para.

(Dentro, ruido, y salen BEHOMUD, y CUIDADO.)


BEHOMUD En la siempre verde esfera 1440
de aqueste florido prado, donde pienso que ha llamado a cortes la primavera,
según que sus flores bellas,
matizadas a colores, 1445
no contentas con ser flores, aspiran a ser estrellas;
con la vanidad de estar mirándose en la corriente
de la más hermosa fuente 1450
que el sol ha visto brindar a la sed de los mortales,
la gracia, que en sí conserva, dando en búcaros de yerba
el néctar de sus cristales, 1455
podemos pasar la siesta en la templada mansión
de estos álamos que son guirnaldas de la floresta,
ya que el sol no nos permite 1460
pasar por ahora adelante, mas no por eso un instante,
Cuidado, el cargo te quite de serlo siempre; y así,
adelantarte podrás, 1465
donde a Candaces dirás como que sale de ti
dónde quedo, porque espero ir a ganar sus albricias,
y de mis raras noticias 1470
hallarla ignorante quiero, que yo solo la he de dar, y así, de lo que ha pasado nada le digas, Cuidado,
que hay qué hablar y hay qué callar. 1475

CUIDADO De todo advertido voy;
y así, solo la diré
que en Gaza me adelanté.
(Vase.)

BEHOMUD Dejadme todos: ya estoy
solo a vista de Sabá, 1480
y en el monte donde oí
las dos voces, tras quien fui perdido; y si no me da
luz no sé qué inspiración,
hasta ahora lo estuviera, 1485
según la intrincada esfera en que dio mi confusión. A Jerusalén llegué,
donde Hebreo y Gentilismo
me entraron en nuevo abismo, 1490
con que pendiente dejé
el sacrificio; ahora quiero a mis solas discurrir
qué he de callar u decir
a Candaces del cordero. 1495
Mas ¿qué tengo que pensar?
¿A decir verdad no vengo? Pues en la verdad,
¿qué tengo que decir ni que callar?
Pues con decirla desnuda, 1500
cumplo con Dios y con ella, conmigo y Candaces bella.
Arroje de mí la duda
sus confusiones, y dé
vado la imaginación, 1505
divertida en la lección.
¡Hola!

(Sale un CRIADO.)
CRIADO ¿Qué me mandas?

BEHOMUD Que un libro de esos, cualquiera que a divertir el camino
traigo, me dad. Imagino 1510

(Vase el CRIADO.)
que sólo de esta manera podré el discurso vencer, o por lo menos quietar
el discurrir y el pensar
si pudo o no pudo ser. 1515

(Sale con el libro.)



CRIADO Ya tienes el libro aquí.
(Dale un libro y vase.) BEHOMUD Muestra: la escritura dice del Dios de Israel; felice
soy, pues si en ella leí,
hallaron las ansias mías 1520
gozo; el capítulo es número cincuenta y tres del gran profeta Isaías.
(Lee.)
«Como el cordero, que va
voluntario al sacrificio, 1525
sin dar el menor indicio
de que ante el tondente está, con tan blanda propensión, que no intenta resistillo,
ni a la garganta el cuchillo, 1530
ni a la tijera el vellón, sin gemir y sin balar,
iras de uno y otro acero».
(Representa.)
¡Válgate Dios por cordero,
que aun aquí te hube de hallar! 1535
¿Y que cuando del Cuidado libre este instante me siento,
sea aun el divertimiento quien de ti me haya acordado?

(Sale PITONISA al paño.)


PITONISA Leyendo está las Verdades 1540
de quien yo tanto temí.
¡Que hayan de ser contra mí hasta las casualidades!
Pues ¿que pudiendo traerle
otro libro, haya querido 1545
mi suerte que este haya sido; y que al tomarle y al leerle, con el impulso primero,
en volumen tan capaz,
solo encuentra con la paz 1550
y la quietud del cordero, pudiendo encontrar lección que le abstrayera cruel,
con abismos de Babel,
con plagas de Faraón? 1555
Mas no desespere tanto quien hoy contra él conjura halago de la hermosura
y dulce poder del canto,
hechizo que en dos mitades 1560
une para mis rencores métricos los resplandores y ardientes las suavidades, con cuyo rigor turbar
su discurso he de poder. 1565

BEHOMUD Todo el esfuerzo del leer voy convirtiendo en dudar.
¿Qué será que cuando llevo un cordero al sacrificio
se suscite un nuevo juicio 1570
de nueva ley, rito nuevo, que pueda haber impedido el consumir la oblación? Prosiga con la lección.
(Lee.)
«Sin dar un solo balido, 1575
dándonos sagrado aviso,
que por las iniquidades nuestras, quiso en sus piedades morir, porque morir quiso...»

PITONISA ¿A qué aguardo ya entre tanto 1580
miedo? ¡Cómo se apresura! Turbe su ansia mi hermosura, ciegue su atención mi canto.

BEHOMUD (Lee.)
«Nuestro castigo sobre él
cayó, y por nuestro pecado, 1585
afligido y contristado
fue». ¡El Gran Dios de Israel me valga! Pues al imperio
en que mi duda rendida
se ve no puede una vida 1590
resistir tanto misterio,
si no es que para sacarme
de tal confusión encuentre...

(Sale cantando PITONISA.)


PITONISA (Canta.)
Quien pueda decirte
que en dudas tan fuertes 1595
quien más las apura menos las entiende.


BEHOMUD (Repite.)
«¿Quien pueda decirte que en dudas tan fuertes
quien más las apura 1600
menos las entiende?». Oráculo lisonjero,
que para introducir ese tan desconsolado alivio
como es intentar que deje 1605
de apurar lo que deseo
con dos esfuerzos lo emprendes tan poderosos, que el uno
usa de no menos fuerte
razón que la de ir sembrando 1610
con cada acento que viertes una deshojada turba
de rosas y de claveles
y el otro, de una memoria
que aunque en sombras se mantiene, 1615
de haber oído tu voz
otra vez (porque conserve la noticia el albedrío)
en luz la sombra convierte,
¿quién eres? Y agradecida 1620
puedes estar de que ferie por otra duda que en tal deseo supo ponerme,
que me conducía... Pero
(Retirándose de ella.)
ya no me digas quién eres, 1625
que una cosa es que el primero apetito humano intente, curioso, examinar duda
de quien quizá traidor pende
su error, y otra es que, cobrado 1630
del primer impulso, trueque a la que menos le importa
la que más le pertenece;
y así, la lección...

PITONISA Aguarda.
(Aparte.)
¿Cómo el encanto consiente 1635
de mi voz, y mi hermosura tal desaire?

BEHOMUD ¿Qué pretendes? PITONISA (Canta.)
Que lo que ninguno explicarte puede,
lo debas a voces 1640
que tanto las debes.
(Representa.)
Y pues la memoria guardas de que ya otra vez oyeses mi dulce voz en el monte,
y es preciso que te acuerdes 1645
cuánto tu rebaño errante, cuánto tu confusión fuerte debió a mi aviso, ¿por qué no has de fiar el que llegue
a favorecerte aquí 1650
quien allá te favorece?
(Canta.)
Pues los beneficios en pechos fieles
el que uno hace obliga
a que otro se llegue. 1655


BEHOMUD Porque no es todo uno, monte, sombra, canto, y que se mezclen acasos que quizá pudo
la noche formar rebeldes;
o ver que en iluminados 1660
bríos, esplendor alegre, en cordero, sacrificio
y paz el día despliegue, haciendo de este volumen
las hojas afable oriente; 1665
y más cuando allí ser pudo dejarme llevar de ese persuasivo halago, estar ignorante de que hubiese
ya nueva ley, que prohíbe 1670
que la sangre...; mas no intente puesto que nada he de oírte,
en nada satisfacerte.

PITONISA Pues bástame a mí saber,
ya que te opones rebelde 1675
a la enseñanza de quien no solo capaz mantiene noticia de cuanto oculto
misterio se encierra en ese
volumen, pero de cuantos, 1680
con azul línea o con verde, el cielo señala a luces,
la tierra a flores guarnece, bástame saber que soy,
otra lo diga y mil veces, 1685
(Canta.)
quien puede decirte
(Con turbación.)
que en dudas tan fuertes quien más las apura menos las entiende.
(Representa.)
Mas ¿qué susto, qué embarazo 1690

(Con los mismos afectos.) mi voz (¡ay de mí!) suspende, con tal ahogo, tal miedo,
tan cruel lazo y aleve,
que de mi propia voz nace
y contra mi voz se vuelve? 1695

BEHOMUD ¿Qué tienes?

PITONISA Yo no lo sé; mas sí sé, pues confidente el corazón (que los males sabe antes de sucederse)
me dice que aquella nube, 1700
debida a vapor tan breve,
que a un solo querer formarla,

(Chirimías y descúbrese una nube, en que trae el ÁNGEL a FILIPO.)
robusta en el aire crece, para mi temido asombro
es que en cándidas preñeces 1705
me avisa, que si un auxilio al rayo del sol le debe,
ha de parir (¡con qué rabia lo digo!) de aquella nieve
que esconde callada lluvia 1710
que lave; mas ya no puede
el susto, el ansia, la angustia... ÁNGEL Ya estás adonde Dios quiere
que te halle quien te desea y no te conoce.

(Vase el ÁNGEL, dejando a FILIPO en el tablado, y retírase a un lado PITONISA.)


PITONISA ¡Oh, pese 1715
a mis iras!

BEHOMUD Venerable anciano, que en transparente nube, ya sea por sagrado honor que ella en sí contiene,
o ya sea por los celajes 1720
que tu resplandor le preste, quitas al aire el medroso susto, que ha tanto que tiene, de que ensangrentados giros
y lúgubres palideces 1725
su vaga esfera fatiguen
y su azul campaña infesten,
¿quién eres?

PITONISA ¡Qué bien temí! Pero retirada intente
que lo que présaga el ansia 1730
me avisa, estorbe.

BEHOMUD ¿Quién eres? Pues me está diciendo el alma, que a asistir mi duda vienes,
que en un piélago profundo yace.

FILIPO Bien, Behomud, lo crees; 1735
pues el Señor, que a Habacuc a Babilonia pendiente
de un cabello con un ángel envió, porque socorriese
a Daniel, que en el lago 1740
de los leones impacientes, ser su alimento aguardaba, a mí de la propia suerte
me envía a ti; y porque en mucho
a ser semejante llegue 1745
tu peligro, a su peligro,
lago era aquel, lago este, que así el profeta le llama
en un psalmo, y más si adviertes
que quizá habrá cazador 1750
que oculto...

PITONISA ¡Ay de mí!

FILIPO ...te aceche. BEHOMUD Muy posible es que le haya,
pues sin saber dónde puede haberse ido una esfinge,
una...; pero nada llegue 1755
a estorbarme el que yo vuelva a preguntar que quién eres.

FILIPO Un enviado soy de Dios;
mas responde...

PITONISA ¿Hay mal tan fuerte como el mío?


FILIPO ...si esas líneas 1760
que leyendo estás entiendes? BEHOMUD ¿Cómo he de entenderlas, cuando
no hallo ninguna que llegue a explicarme lo que escribe
aquí Isaías? Pues deste 1765
que habla dice que fue como cordero obediente, que la vista del cuchillo ni aun un balido le debe,
y que aquel justo castigo, 1770
que nuestras culpas merecen vino él, quedando el culpado libre y muerto el inocente.
¿Cabe esta contrariedad?


PITONISA Aquí sus dudas empiecen, 1775
ayudadas de mi hechizo o ya armonía se alterne, o ya tentación se esparza
que él solo escucharla puede.
¡Oh, quién pudiera obstinarle 1780
la propensión con que atiende a la verdad!

BEHOMUD Considera que las dudas que pusiere
no son para que me obstine,
sino para que me quiete. 1785


FILIPO Pues antes que en ellas pases, dime: ¿qué pudo moverte
a que en la cándida turba, que destrenzadas las redes
en Jerusalén, llenó 1790
sus montes de ampos vivientes, dedicado al sacrificio
un manso cordero lleves? BEHOMUD Fue que viendo el sol sin causa
natural obscurecerse, 1795
ensangrentarse la luna, turbarse el cielo, sus ejes desunirse, abrir sus senos las montañas eminentes,
contra el freno de la arena 1800
ser el mar inobediente, turbarse los elementos
y todo lo que contienen, huirse al agua las aves,
buscar el viento los peces, 1805
aunque no le había olvidado, hizo que más se le acuerde
a Candaces el antiguo rito, que heredado tiene
de Sabá, el enviar la Pascua 1810
el cordero; y como en este reino primero ministro
me hallo suyo, que le lleve me mandó.



FILIPO Pues asentado
que ese cordero que ofreces 1815
imagen propia es de esotro que en el capítulo tienes
de Isaías, y que entrambos son de otro más obediente
sombras claras, paso ahora 1820
a que ese desorden, ese descuadernado peligro, cuyos embates crüeles pusieron el orbe en duda
de si se cae o si se tiene, 1825
fue porque ese triste día
(si es que así las sombras dejen le llame), por destruir,
con su muerte nuestra muerte
murió en una cruz clavado 1830
Cristo, Hombre y Dios de las gentes, que es el cordero por quien
las profecías se entienden.

PITONISA (Canta.)
Si es Dios ¿cómo es hombre?
(Al oído de BEHOMUD.)
Si es Dios, ¿cómo muere? 1835


BEHOMUD (Repite.)
«Si es Dios ¿cómo es hombre? Si es Dios, ¿cómo muere?»
(Representa.)
Repara que es grande duda para que con ella empieces.
Quieres aclarar mis sombras, 1840
y lo primero que ofreces
es un Hombre Dios; pues ¿cómo tan distintas, diferentes naturalezas, divina
y humana, juntarse pueden? 1845
Y asentemos el prodigio
de que sea así: cuando llegue a morir, será forzoso,
pues no podrá de otra suerte... PITONISA (Canta.)
Para morir hombre, 1850
(Al oído de BEHOMUD.)
que sin ser Dios quede.

BEHOMUD (Repite.)
«Para morir hombre,
que sin ser Dios quede».

FILIPO Juntarse en una las dos
naturalezas fue ardiente 1855
amor de Dios, que dispuso unión con que se remedien infinitas culpas,
que solo redimirse pueden
con infinitas piedades; 1860
a cuya causa desciende
el Verbo del Padre, y que
se haga hombre el hijo y se quede
Dios encarnado en las puras
entrañas de quien merece, 1865
siendo virgen, el ser madre
de Dios y hombre juntamente...


PITONISA (Canta.)
Pues pureza y parto,
¿quién juntarlas puede?

BEHOMUD (Repite.)
«Pues pureza y parto, 1870
¿quién juntarlas puede?»

FILIPO El sumo poder de Dios
la concedió a esta excelente
Virgen el don especioso
de que intacta se conserve, 1875
antes, en él y después
del parto, y no interviniese más obra que la del Santo Espíritu, que desciende.

BEHOMUD ¿Luego aquí ya me das tres 1880
a quien adorar se debe, pues cada acto de por sí digna adoración merece?

FILIPO Son tres personas, mas solo un Dios.

BEHOMUD Aguarda, detente. 1885

PITONISA (Canta.)
¿Tres en uno unirse y tres uno hacerse?

BEHOMUD (Repite.)
«¿Tres en uno unirse y tres uno hacerse?»


FILIPO Sí, porque la esencia es una 1890
y tres las personas, y este verbo,
que tomó la carne mortal,
voluntario ofrece a una cruz su vida.

(Apártanse los dos a hablar.)



PITONISA ¡Ay triste!
Pues ora sea que al verme 1895
con tanto asombro me asuste, o que culpada recele
que de mi hechicero encanto el duro castigo llegue,
sin que pueda resistir 1900
huyo como delincuente.
(Vase.)

BEHOMUD Convencido a tus palabras estoy,
porque ya parece que de mí se aparta una
sombra, que sin que la diese 1905
yo cuerpo para mis dudas, las hacía que creciesen; pero un sentimiento solo me queda.


FILIPO ¿Cuál es? BEHOMUD Que deje
Candaces de lograr dicha 1910
tan grande, como que llegue a su noticia esta ley
de gracia, que pues a verme llego su primer ministro,
el que tan gran cargo ejerce 1915
ha de desear que las dichas suyas en dichas se truequen de su príncipe.


FILIPO Ese noble cuidado, Behomud, que tienes,
deja, pues al tiempo mismo 1920
que Dios me envió a que asistiese a tu enseñanza, envió
a Candaces, en solemne
plaustro, a la fe, que en triunfante
aclamación extendiese 1925
sus esplendores, y a que
en un grande acto...: mas deje esto hasta después; y ahora solo a ti, Behomud, atiende.

BEHOMUD Pues si creer cuanto dices 1930
y cuanto callas, resuelve mi vocación, conociendo que quien tal maestro tiene será igual en su doctrina
lo que calle a lo que enseñe, 1935
¿a qué aguardas, que en el suave rebaño no haces que entre?
Ya cristiano soy.

FILIPO Espera, pues falta, aunque lo desees, lo principal.

BEHOMUD ¿Y qué es? 1940

FILIPO Que de nuevo nazcas.

BEHOMUD ¿Quieres
que otra vez vuelva a mis dudas?
El que nació, ¿cómo puede volver a nacer?


FILIPO Notando
que no es posible que entre 1945
ninguno a la ley de gracia,
sin que a pasar antes llegue por la puerta del bautismo,
que es por quien el texto entiende
volver a nacer primero. 1950

BEHOMUD ¿Y qué es bautismo?

FILIPO Una breve ablución, que aunque exterior llega al cuerpo, la mantiene
el alma como carácter
sacrosanto e indeleble 1955
que la imprime; ceremonia tan precisa que la ejerce
el mismo Cristo, ilustrando las cristalinas corrientes
del Jordán, adonde Juan 1960
el grande renombre adquiere de Bautista,
y donde el Padre,
viendo que su Hijo ofrece
la humanidad al bautismo,
se escuchó que dijo: «Este 1965
mi Hijo querido es, en quien me complazco».

BEHOMUD Y di: ¿tú puedes bautizarme?

FILIPO Sí, que soy ministro de Dios.


BEHOMUD No dejes
pasar un instante; allí 1970
se mira una hermosa fuente que por rosas y jazmines derramando su corriente
(del deseo, que me incita,
y del gozo que me mueve, 1975
debió de aprender sin duda lo presuroso y lo alegre); pidámosle a sus cristales
que uno el más puro nos preste, para que yo...

FILIPO Falta antes 1980
catequizarte y ponerte
en los misterios y avisos que creer y guardar debes;
pero ven, que en sus floridas
márgenes, antes que llegues 1985
a la feliz agua, haré,

BEHOMUD, que industriado quedes.

BEHOMUD Aves, montes, cielos, mares,
ríos, brutos, hombres, peces,
mirad si puede haber dicha 1990
que a esta iguale.

(Vanse los dos, y al mismo tiempo salen el DEMONIO, y PITONISA, cada uno por su puerta.)


DEMONIO y Ni si puede

PITONISA desdicha haber que a la mía
(¡ay de mí infelice!) llegue.

PITONISA ¿Lucero?

DEMONIO ¿Pitonisa? LOS DOS ¿Tú aquí? Pues ¿cómo?


DEMONIO Ya tu voz me avisa, 1995
y tus trémulos pasos,
de asombro llenos y de brío escasos,
me dicen el que igual en desventura,
como tu canto fue, fue tu hermosura.

PITONISA Me dicen que has tocado 2000
el último renglón de desdichado;
mas ¿cómo te ausentaste
de esa Jerusalén, donde quedaste, a ver si lobo fiero
tus rigores probaba aquel cordero 2005
cuya imagen asusta a mi desgracia, porque en él de la ley se ve de gracia la venturosa seña?

DEMONIO Que ha logrado el haber esparcido y derramado
su feliz claridad (¡muero de pena!), 2010
tanto que de su luz está ya llena
Jerusalén; y viendo que podía,
a fuer del mejor sol del mejor día, enviar sus claridades,
de Etiopia a estas lúgubres ciudades, 2015
adelantando aquí, ya que cobarde fui allá, vine a estorbar...


El cordero de Isaías-Caldeón de la Barca - Pedro Calderón de la Barca