Job - Fray Luis de León - Capítulo XX

Capítulo XX


1. Respondió Sofar, el nahamatés ,y dijo:
2. ¿Por qué pensamientos míos me revuelven, y por qué va y viene en mí mi sentido?
3. Doctrina con que me arguyes oiré, y espíritu entendimiento mío me responderá.
4. ¿Por ventura no sé yo esto de siempre, desde que se puso hombre sobre la tierra?
5. Que cántico de malos de cerca, y alegría de hipócritas hasta momento.
6. Si subiere al cielo su alteza, y su cabeza tocare las nubes.
7. Como estiércol para siempre perecerá: los que le vieron dirán: ¿Adónde él?
8. Como sueño volará, y no le verán; será conmovido como visión de las noches.
9. Ojo que lo vio, no añadirá, y no lo verá más su lugar.
10. A sus hijos ablandará la pobreza, y sus manos retornarán su dolor.
11. Sus huesos son llenos de sus vicios, y con él yacerán sobre el polvo.
12. Si se endulzare en su boca maldad, cubijarla ha debajo su lengua.
13. Endurarla ha, y no la dejará; y contenerla ha en su gargüero.
14. Su pan en sus entrañas se convirtió en fiel de escorpiones, allá bien de dentro.
15. Haber tragó, y gomitólo; el Señor lo desterrará de su vientre.
16. Cabeza de áspide mamará, y matarlo ha lengua de víbora.
17. No verá corrientes ríos, y arroyos de miel y manteca.
18. Pagará lo que hizo, y no será consumido; padecerá conforme a sus muchos embustes.
19. Porque quebrantó y dejó mendigos; casa robó y no la fraguará.
20. Porque no supo pacificarse en su vientre, y en su deseo no alcanzará libertad.
21. No restó de comer, y por tanto no permanecerá su bien.
22. Cuando abondo se rellenare, angustia será a él; toda mano de desventura le acometerá.
23. Sea que se hincha su vientre, enviará en él la ira de su furor, y lloverá su guerra sobre él.
24. Fuirá de arma de fierro; pasarlo ha arco acerado.
25. Desenvainó y sacó de su vaina, y relampagueó en amargura; andarán sobre él miedos.
26. Toda escuridad ascondida para su ascondimiento; comerlo ha fuego no soplado, será quebrantado remanecido en su tienda.
27. Descubrirán cielos su delicto, y tierra se levantará contra él.
28. Será descubierto el pimpollo de su casa, y cortado en el día del furor del Señor.
29. Esta es la parte que de Dios lleva el malo, y la heredad que por su estilo ha de Dios.



Exposición (Jb 20)

1. Y respondió Sofar, el nahamatés, y dijo. No responde a lo que decía Job en el capítulo antes de éste Sofar, sino habla agora sobre lo que ya pasó en el capítulo 12, donde Job dijo que pasaban su vida en paz muchos malos; que habiendo sobre ello pensado, le parece ser falso y no lo calla, porque se tiene por afrentado en callar.

Y ansí dice:

2. ¿Por qué pensamientos míos me revuelven, y por qué va y viene en mí mi sentido? Que a mi parecer es pregunta con que Sofar se incita a sí mismo, y se dice: Pues ¿para qué tengo yo entendimiento y sentido, conviene a saber, si en esta coyuntura callo, oyendo lo que oigo a mis oídos? ¿Por qué, dice, pensamientos míos me revuelven?; esto es, ¿para qué tengo o de qué me sirve tener pensamientos sabios? Que tales son los que ponen al hombre freno, y le vuelven y revuelven como caballo. Y la palabra original porque decimos aquí revolver, cuando se dice de las cosas del ánimo, ordinariamente significa la vuelta que hace al bien, cuando se retira del mal. Y ansí aquí pensamientos que me revuelven, propriamente son pensamientos que me refrenan y me llaman al bien siempre, enseñándome la naturaleza de la virtud y del vicio, y lo que a Dios se debe y lo que amenaza y promete. Pues estando, dice, dotado yo de saber, y viendo tu ignorancia o blasfemia, ¿será por ventura bueno callar y poner sobre la boca el dedo? No será sino afrentoso.

Y ansí luego añade:

3. Doctrina con que me arguyes oiré, y espíritu entendimiento mío me responderá. Dice el original a la letra: Doctrina ignominia mía oiré, como diciendo, que su doctrina será su afrenta y que ansí se lo dirán en los ojos, porque, siendo docto, si en ocasión semejante calla, dirán que es ignorante y que se emplea mal en él el saber. Y dirán también lo que dice, que su entendimiento es espíritu, esto es, viento y aire vanísimo. Y dice que le responderá, porque le dirá o podrá decir cualquiera que quisiere, que es aire su ingenio y que su estudio es vanidad y sus letras sin fructo.

O podemos declarar estos dos versos ansí: Por tanto, pensamientos míos me revuelven, etc. De manera que no pregunte ni se despierte a hablar, sino antes, pues torna a hablar, dé la razón por que torna y diga ansí: Por tanto, esto es, por lo que dijiste poco antes de agora, cuando afirmaste que pasan prósperamente los malos, por eso mis pensamientos me revuelven, o se revuelven en mí, esto es, no me dejan sosegar, antes me fuerzan a que hable; y por la misma causa mi sentido anda en mí, esto es, me despierta a razonar mi sentido. Y añade: Doctrina con que me arguyes oiré; en que dice, yo hablaré, porque mi sentido me fuerza, y oiré también, si tendrás saber para argüirme de falso, y si lo intentares, el espíritu de mi entendimiento te responderá. Y como quiera que aquesto se entienda, habiendo con ello Sofar dado principio a su plática, entra en la disputa luego, y propone.

4. ¿Por ventura no conozco yo esto de siempre, desde que puso hombre sobre la tierra?

5. Que cántico de malos de cerca, y alegría de hipócritas hasta momento. Pregunta, y aunque pregunta, no duda, mas antes afirma, porque esta manera de dudar es afirmar con más fuerza. Pues afirma ser cosa manifiesta y sin duda que siempre y desde que el mundo es, a los malos y hipócritas se les vuelve en un abrir de ojo la buena suerte, y que su felicidad en mostrando se asconde; al revés de lo que Job en el doceno dijo a este mismo, que muchos robadores y tiranos viven en abundancia y que les suceden a su gusto las cosas, mientras les dura la vida. Por manera que convienen entrambos en que hay malos prósperos; pero diferéncianse en que Job dice que duran algunos de ellos en su prosperidad mientras viven, y Sofar afirma que en breve y antes que mueran vienen todos a caer en miseria y por la misma razón que no han de ser llamados felices porque la felicidad de su sostancia es perseverante y muy firme. Dice, pues: Yo sé, y es cosa averiguada, que desde que hay hombres, el cántico de los malos, esto es, su alegría y prosperidad, si alguna vez llegan a ella, de cerca, esto es, está cercana a su fin y se acaba luego; o de cerca, dice, queriendo decir que es moderna y nace presto y crece con priesa, infiriendo de ahí que viene a menos luego y se seca con la misma presteza, porque al paso que las cosas crecen, al mismo fenecen según ley natural. O está cerca el cántico de los malos, porque trae su paga presente, y los bienes de ellos son de los que luego se dan, o son de los que tienen el bien en lo cercano, esto es, y en la apariencia y en las sobrehaces de fuera. Y aun por la misma razón le da nombre de cántico y cantar al vivir ellos en dicha, porque es cosa de sonido y no de sostancia, cosa que deleita al oído y se va con el aire. Y a ese mismo propósito, y alegría, dice, de hipócritas hasta el momento, porque muere, a lo que quiete decir, en naciendo. Y llama malos y hipócritas, no a todos los que ofenden a Dios, sino con especialidad de dos maneras de hombres: malos, a los que son impíos, que es un género de gentes que ni sienten bien de Dios, ni tienen humanidad con el prójimo, que su Dios son ellos mismos de sí, y en todas las cosas se buscan; hipócritas, a estos mismos, puestos en gobierno y poder, porque con título de justicia ejecutan su violencia, y llamándose gobernadores destruyen, y profesándose guardas de la comunidad y su ley, negocian solos sus intereses. De éstos, pues, dice Sofar que su cántico es de breves compases, y que su alegría, luego que se despliega, se cierra; que puede ser que florezcan, pero no que dure ni persevere su flor.

Y dice más:

6. Si subiere hasta el cielo su alteza, y su cabeza tocare las nubes.

7. Como estiércol para siempre perecerá; los que le vieron dirán: ¿A dó él? No solamente, dice, caen presto, pero caen a la medida que suben, y cuanto más se ensalzan, tanto más bajan y con mayor ligereza. De manera que su grandeza cuanto es mayor, tanto los dispone a mayor miseria; y no sólo no les sustenta, mas antes los empele y derrueca, que es sin duda cosa que casi siempre acontece. Y conforme a razón, porque el edificio mal fundado cierto es que, cuanto sube más, tanto es mayor su peligro, y que esa misma alteza suya es la que le envía al suelo.

Y en las costumbres tiene aquesto más fuerza; porque las cosas con que el malo más se engrandece, que son las injusticias y despojos ajenos, y los robos y las tiranías, y el estilo profano y vicioso, les gasta las raíces en que se sustentan y se las enflaquecen sin que ellos lo sientan. Porque para con Dios los hacen más dignos de ser derrocados, y para con los hombres crían envidia en unos y enemistades en otros, con que se multiplican los que los han de derrocar.

Dice en la misma sentencia:

8. Como sueño volará y no le verán; será conmovido como visión de las noches. En que engrandece con semejanzas la poca sostancia de esta felicidad de que habla y lo presto que pasa. Dice que es como sueño y como visión de tinieblas, que son cosas que parecen mucho al sentido que suena, que se deshacen luego y que no dejan rastro de sí. Ansí esta prosperidad violenta parece grande, pero a los que la sueñan, quiero decir, a los que tienen trabados los sentidos con el sueño de estas cosas visibles; mas pasa luego, porque en despertando se pasa, y despiértase con un pequeño ruido y no queda rastro de ella, si no es en la memoria el dolor.

Y por eso dice:

9. Ojo que lo vio no añadirá, y no le verá más su lugar. No añadir dice, esto es, no le tornará a ver, y no verá más su lugar, porque no dejan en él raíces que le renueven.

En que dice por figura lo que declara luego, que dice:

10. A sus hijos ablandará la pobreza, y sus manos retornarán su dolor. Que por eso no quedará de él rastro, porque sus hijos, en quien los hombres pueden vivir, perecen también, o para mayor dolor de los caídos padres, quedan hambreando y mendigos. Dice, pues, que

a sus hijos ablandará la pobreza, porque es proprio de los que mendigan pobres, como traen los ánimos humillados, ser lastimosos en las palabras, digo, pedir que les hayan lástima en ellas, y decir blanduras a este propósito y halagüeñas razones para despertar piedad en los otros.

Es verdad que el original a la letra dice de esta manera: Sus hijos aplacarán mendigos, de arte que ellos hablarán con sumisión y con blandura a los pobres; que es significación de una pobreza extremada, en que llega uno a tener necesidad de los que la tienen, y le es forzoso, para alcanzar su socorro, el hacerles plegaria y lisonja. Mas en lo que añade después, y sus manos retornarán su dolor, dolor llama el que el malo hizo en los otros a quien agravió con injuria, porque la palabra del original significa robo y violencia y las causas de ella, que son valentía e injusticia y mentira, y los efectos en quien padece, esto es, aflicción, angustia y dolor.

Pues dice, o que sus manos del padre injusto restituirán, padeciendo en los hijos pobres el dolor y aflicción que él hizo con su violencia en los otros, o que sus hijos serán ejecutados por los robos que hicieron sus padres, y sus manos de ellos tornarán lo que las de los padres hurtaron; o que las manos que sus hijos pobres extenderán mendigando, se tornarán con dolor a ellos; con dolor, digo, del que fueron causa sus padres, esto es, que las tornarán vacías y sin hallar socorro ninguno, en pago de los que el padre hizo pobres. Y como él sin piedad despojó sus vecinos, ansí no habrá ni deudo, ni vecino que tenga piedad de sus hijos; y que pagará como hizo, y lo que pecó, con arte, en secreto pagado a sus entrañas, lo castigará Dios en lo público.

Que es lo que añade:

11. Sus huesos serán llenos de sus vicios ocultos, y con él yacerán en el polvo; que sus vicios ocultos llama las maldades con que los hombres de este género recogen a sí las haciendas ajenas, que son muchas y diferentes entre sí, y todas artificiosas y ocultas. De las cuales dice que tendrán llenos los huesos, o porque les penetra a los tuétanos aquesta maldad, y andan siempre metidos en ella y embebecidos en sus marañas y estudios, y siendo en esto agudísimos, para el conocimiento de la verdad apenas tienen sentido; o porque se les apegan a los huesos, esto es, a sus entrañas y a su mayor fortaleza, que son sus hijos, porque pasa la pena en ellos y duerme con ellos en el polvo, sin techo, pagando en los ojos del mundo lo que los malos padres con máquinas secretas hicieron.

Que es lo que luego se sigue:

12. Si se endulzare en su boca maldad, cubijarla ha debajo su lengua.

13. Endurarlo ha, y no la dejará; contenerlo ha dentro su gargüero. En que, o dice la manera como se han estas sus máquinas, o con una risa falsa se burla del mal fruto que de ellas sacan, y de lo mal que al fin les suceden. Y digamos de lo primero: habla del logrero y del violento y del que con artificios exquisitos y injustos trae a su casa lo ajeno, y se hace rico a sí haciendo pobres a muchos, y habla de él por semejanza de lo que al goloso o al glotón acontece.

Y dice que, como cuando uno es goloso de algún manjar o halla particular gusto en algo que come, se detiene en ello y lo endura y lo encubre a los otros porque le quepa más parte, y se saborea en él trayéndolo por el gusto para alargar el sabor, y finalmente lo traga; ansí éstos, luego que descubren o con su ingenio inventan la presa, luego que ven algún secreto interés, lo callan porque nadie lo entienda, y como manjar dulce lo dan a la boca, que lo encubre sobre la lengua y lo encomienda a los dientes, y lo pasa con codicia al estómago.

Pues dice: Si se endulzare en su boca maldad, esto es, si les viniere a las manos algún trato o algún recambio o algún despojo injusto que le parezca provechoso y gustoso, ponerlo ha en la boca, y cubijarlo ha debajo la lengua, esto es, tenerlo ha secreto sin dar parte a ninguno. Endurarlo ha, que es decir, saborearse ha en ello, y no lo dejará de la mano, y contenerlo ha dentro de su gargüero; esto es, hará en él presa y tomará posesión. Y esto es lo primero.

El segundo es una mofa secreta, insistiendo en la misma semejanza, y diciendo: Si bien le supo la tiranía y el robo, si se le hizo en la boca miel, y la rodeó por la lengua; si la comió con gusto, y para que le durase más, poco a poco y como manjar sabroso lo encubrió y lo tragó, buen provecho le haga, tome lo que halló después de haberlo comido.

Que es lo que añade:

14. Su pan se convirtió en hiel de escorpiones, allá bien de dentro. En hiel de escorpiones, es decir, en ponzoña; y allá bien de dentro dice, para encarecer más el daño, que el veneno, cuanto penetra más, se remedia peor. Por manera que, si lo comió con gusto y codicia, comido, se le convirtió luego en ponzoña y se le derramó por las venas. En que significa el mal efecto que hace lo mal ganado en la alma y en la vida; que, al recoger, parece dulce y, recogido, es amargo; da esperanza de vida y, metido en casa, acarrea muerte; tiene apariencia de prosperidad, y derrueca en calamidad a su dueño; y es como espía disimulada, y como alquimista engañoso, que, metido en casa y prometiendo de hacerla rica, la gasta y empobrece y trae a la postrera miseria.

Su pan, dice. Bien llama pan y mantenimiento al logro y al robo secreto y a las redes con que los injustos prenden las haciendas ajenas, porque no hay manjar tan gustoso, como a los malos es el trato de semejantes maldades. Y es digno de considerar que estas cosas, cuando las tratan, les acarrean deleite, y cuando las poseen y tienen como en las entrañas metidas, les acarrean bascas mortales, porque, en lo primero, engaña la apariencia de fuera

y, en lo segundo, hace su obra la sostancia de las mismas cosas, que es ponzoñosa y mortal.

Prosigue:

15. Haber tragó, y gomitólo; y el Señor lo desterrará de su vientre. Lleva todavía adelante su semejanza; tragó, dice, para declarar la codicia y ansia con que se meten éstos en las haciendas ajenas, y para decir que no se contentan con parte, sino que todo lo tragan. Y como acaece a los muy comedores que, porque hinchen sin medida el estómago y porque sin cortarlo con los dientes lo tragan, lo tornan luego feamente a volver, ansí éstos, llenos y cargados de lo mal adquirido, vomítanlo, no porque ellos querrían, sino porque el Señor, como dice, lo desterrará de su vientre. No sólo, dice, lo sacará, sino lo desterrará, esto es, lo apartará muy lejos de él, y de manera que no lo puedan volver; porque los tales, cuando caen, no se levantan, y cuando vienen a pobreza no vuelven a ser ricos, y la calamidad cuando les viene, les viene de asiento, diferentemente de lo que acontece a los buenos, de quien dice el Sabio: Siete veces en el día cae el justo y se levanta. Y porque a la caída que no vuelve a subir y a lo que no tiene remedio, se sigue la desesperación, por eso añade también luego:

16. Cabeza de áspide mamará, y matarlo ha lengua de víbora. Mamará, entiende, la áspide a él, y no él a la áspide; que es decir, que desesperado de verse caído sin remedio, él mismo se procurará la muerte. Y pone un género de muerte voluntaria de los que más se usaban en tiempos antiguos, que era acabar la vida aplicando a sí un áspide, como de Cleopatra se lee, o otro animal ponzoñoso que, mordiendo o chupando la sangre, derramaba por las venas con poco dolor su ponzoña. Que es caso merecido, los que despojan de la vida a los otros y los que beben la sangre y la hacienda inocente, que ellos mismos busquen quien les beba y quien les emponzoñe la suya; y que negocien con los animales fieros que les maten, los que fueron como basiliscos para sus prójimos; y los que no se contentaron con la medianía debida, por huir de la vida, se procuren ellos la muerte.

Y ansí dice:

17. No verá corrientes ríos, y arroyos de miel y manteca. No verá, dice, esto es, no le plugo ver ríos de miel y manteca es rodeo que significa la vida rústica y la granjería inocente del campo. Pues dice que padecen con justicia los tales, pues no se contentaron con las herencias de sus mayores, y despreciaron la abundancia que da la cultura del campo, que es santa y sin injuria de algunos, sino, llevados de la hambre del excesivo poder, buscaron y amontonaron injustas riquezas.

Por donde sucede que, como dice:

18. Pagará lo que hizo, y no será consumido padecerá conforme a sus muchos embustes. O como dice el original a la letra: Tornará trabajo y no tragará; como grande haber su contratación, mas no se regocijará. En que significa que tornará a rendir la presa que ya tenía en la boca, y no le quedará en el estómago. Y llama trabajo y aflicción a la usura y al robo en que hizo presa, por el que da a quien lo padece y lo paga.

Y ansí dice que restituirá lo mal que ganó con trabajo y aflicción de los otros, y que por mayores y más ricas que sus contrataciones sean, y aunque tenga un grande haber, esto es, muchos millones de crédito, al fin no se regocijará, esto es, sacará de ellos mal fructo. Y aun adonde decimos torna o restituye, podemos decir ansí: hace tornar y pagar aflicción y no tragará, en esta sentencia, que por cuanto hizo que le retornasen sus dineros con logro y afligió a su deudor con usuras, que por eso ni gozará de ellos ni de su trato, por mayor y más grueso que sea.

Que se ve ser ansí por lo que añade:

19. Porque quebrantó y dejó mendigos; casa robó y no la fraguará. Porque este verso declara el pasado, y dice con palabras abiertas lo que el pasado significó por figuras. Porque, dice, quebrantó con intereses las haciendas ajenas, hasta reducir a mendiguez a sus dueños y porque robó la casa ajena, por eso no fraguará la suya. Y usó con elegancia y con significación de esta palabra fraguar, porque no fraguar la obra es no juntarse bien las partes de ella, que son diferentes, ni incorporarse unas con otras; por donde fácilmente después se desatan y caen; de manera que, después de hecha y trabajada por no fraguarse, se pierde.

Y es en éstos de la misma manera; que negocian y trabajan y velan y añaden dinero a dinero y rentas a rentas y heredades a más heredades, y parece que suben con sus casas y mayorazgos al cielo; mas, al fin, no fraguó la obra por su injusticia, y vienen al suelo.

Dice más:

20. Porque no supo pacificarse en su vientre y en su deseo, no alcanzará la libertad; en que toca la vena de toda aquesta miseria. Que a la verdad el no pacificarse el hombre consigo, esto es, el no contentarse con su estado, ni tener paz con su suerte, ni tirar al deseo la rienda y contentarse con lo necesario y no apetecer lo superfluo, es lo que turba y hincha de trabajos y de sucesos desastrados la vida.

Por donde la medianía, al medirse cada uno consigo, es loado por todos. Salomón dice: Ni me des, Señor, riqueza o pobreza; lo necesario para la vida te pido. Y Sant Pablo nos amonesta que nos contentemos con lo que tuviéramos, y dice con encarecimiento los peligros en que incurren los que desean ser ricos; y los escritores gentiles ponen en muchos lugares muchas cosas bien dichas de lo que es medianía, que por ser ordinarias no se refieren agora.

Prosigue:

21. No me dejó de su comer, por tanto, no permanecerá su bien. Ha dicho los males que cometen estos de que habla, y por cuya causa Dios los castiga; dice agora los bienes que dejan de hacer, que también los sujetan al castigo de Dios. Ha dicho que eran logreros y inventores de maneras con que despojar a sus prójimos; dice que también son no piadosos, sino escasos con los necesitados en el repartir de sus bienes. Y ¿qué maravilla que quien tiene ánimo para hacer pobres, no tenga piedad con los que lo son, y que quien roba lo ajeno sea escaso en el repartir de lo suyo? Mas aunque no es maravilla, antes cosas que se siguen la una a la otra, pero agrava mucho aquesto segundo; porque, aunque la limosna de lo robado es poco acepta, pero el ánimo compasivo y la afición piadosa acerca del pobre, puede mucho con Dios y es grande disposición para traer a mejor disposición al que peca. Y el hincar los ojos en la necesidad de los otros y el procurar remediarla, a las veces pone freno a la codicia de despojarlos, y en cierta manera la tiempla y detiene. Y, en fin, tiene algo de sano el ánimo piadoso; y la mano limosnera, aunque sea también robadora, no es toda mala; mas el que hace por una parte pobreza y por otra es despiadado con ella, ése desafiuciado es.

Y de él habla agora Sofar, y dice: No dejó de su comer, y por tanto no permanecerá su bien. Y habiendo tan diferentes limosnas, hace memoria de esta sola, que es dar algo de lo que come, cuando come, a los pobres; porque es argumento que falta en todas quien en ésta falta, que es la más fácil. Porque aun a los perros se dan entonces las sobras, y el mismo comer y beber alegra el ánimo entonces y le ensancha y como le convida a ser liberal; por donde el que allí no lo es, es desapiadado y lacerado sin término.

Y júntase a esto que la limosna que de lo que se come se hace, es limosna sin costa, porque está hecha ya; y ansí lo que se da no sale de la bolsa, sino quítase al vientre, digo, a la demasía y a la glotonía. Y verdaderamente entonces pide y demanda para el pobre, no sólo él, sino ese mismo que come, y la experiencia que de sí hace y su misma hambre y necesidad de comer, que son como unas voces secretas. Porque en el tomar del manjar ve la necesidad que dél generalmente se tiene, y en el gusto de la comida conoce cuánto mal se padece la hambre, y el reparo que hace en él lo que come le va avisando a la oreja, y trayendo a la memoria el desfallecimiento en que viven los que no tienen que comer.

Por lo cual, o es muy sordo el ánimo que no oye estas voces, que tan de cerca le hablan, o muy duro y cruel el corazón que no se ablanda con ellas, siéndole tan naturales y proprias. Y por tanto, como dice, no permanecerá su bien; que ansí como la limosna hace que permanezcan los bienes, según lo del Psalmo: Esparció y dio a los pobres, y su justicia permanecerá por los siglos, ansí la flaqueza de ella enflaquece y hace perecederas las casas.

Y lo que decimos no permanecerá, el original dice no parirá, que es pena bien conforme al pecado, para que le sea escaso el buen suceso a quien es tan escaso, y al de ánimo tan estéril le sean sus bienes estériles, y no pase a los sucesores lo de que no pasó parte a los pobres pequeña.

Y no se acaba la pena aquí, porque añade:

22. Cuando abondo se rellenare, angustia será a él; toda mano de desventura le acometerá. Porque el no repartir de la comida es codicia, y la escasez es deseo de abundar en riqueza. Por eso dice, consiguientemente, que cuando estuviere relleno por medios tan civiles y injustos, entonces le acontecerá lo que acontece a los que se hinchen con demasiados y diferentes manjares, que no caben en sí y, llenos de angustia y congoja y dolores diversos que la pesadumbre despierta, se padecen bascas de muerte. Y ansí éstos, cuando más llenos y hartos, mete la mano en ellos la desventura y remuévelos, túrbalos y hácelos miserables por innumerables maneras.

Dice:

23. Sea que se hincha su vientre; enviará en él la ira de su furor, y lloverá su guerra sobre él. En que dice lo mismo con la misma semejanza y con otras palabras. Sea que se hinche su vientre, esto es, luego que viniere a estar lleno (que aguarda Dios que venga la felicidad de éstos a colmo, para que cayendo de ella sientan más la caída), pues luego que hinchieren el vientre, ¿qué será? ¿Qué? Dios, dice, enviará en él la ira de su furor y lloverá su guerra sobre él. Que por el encarecimiento de cada una de estas palabras, ira, furor, guerra, llover, declara bien la muchedumbre, la graveza, el acometimiento fiero de los males que les sobrevienen.

Y aún añade para que se entienda mejor:

24. Fuirá de arma de fierro, y pasarlo ha arco acerado, para mostrar que serán sin remedio; porque el huir de unos será dar en otros, y, declinando los pequeños, caerán en mayores. Y para más significación y demostración de lo mismo, introduce a Dios, que es el castigador de esta gente, con la espada relumbrante en la mano diciendo:

25. Desenvainó, y sacó de su carcax, y relampagueó en amargura, andarán sobre él miedos. Porque, como cuando uno sobreviene a otro, a quien hace ventaja en fuerzas, con el cuchillo alto y relumbrando en la mano, el acometido huye y padece mil miedos, ansí dice que acomete Dios esta gente que, acometida y medrosa y por asconderse, hará lo que añade:

26. Toda su escuridad ascondida para su ascondimiento; comerlo ha juego no soplado; será quebrantado remanecido en su tienda. Que es decir, que se lanzarán en los abismos de miedo, y por asconderse del furor espantable de Dios, se meterán en fuego que nunca se apague, que eso quiere decir no soplado, esto es, que de suyo arde y por eso nunca fenece. Esto a ellos; mas a sus cosas, ¿qué? Será, dice, quebrantado remanecido en su tienda; esto es, lo que remaneciere de ellas, será desmenuzado y deshecho, porque cielo y tierra y hombres y demonios, todos se conjurarán contra ellos.

Y ansí dice:

27. Descubrirán cielos su delicto, y tierra se levantará contra él. Del cielo parece que es encubrir, y de la tierra no moverse; y mudarán para el castigo de estos malos su ingenio, para que se entienda la enemistad que toda la naturaleza tiene contra lo malo. O los cielos, que lo ven todo y lo saben, sacarán a luz las maldades encubiertas de éstos; y una vez

descubiertas, ejecutará el castigo de ellas la tierra, esto es, los que viven en ella, que son sin duda ejecutores crueles, haciendo muchas veces más de lo que les mandan. Y ansí sucederá lo que dice:

28. Será descubierto el pimpollo de su casa, y cortado en el día del furor del Señor. O como el hebreo dice: Veis; será cautivo su pimpollo, esto es, que serán éstos arrancados de cuajo, y que no quedará piante ni mamante en su casa, ni pimpollo ni ramos, hojas ni raíz.

Porque como dice:

29. Esta es la parte que de Dios lleva el malo, y la heredad que ha de Dios.

 



Capítulo XXI

1. Y respondió Job, y dijo:
2. Oíd con atención mis palabras, y haced penitencia.
3. Soportadme y yo hablaré, y después de mi hablar escarneced.
4. ¿Por ventura yo contra hombre me querello, para que no hubiera de entristecerme?
5. Catad a mí, y maravillaos, y poned mano sobre boca.
6. Que yo, si me acuerdo, me turbo, y traba temblor de mi carne.
7. Por causa de que viven los impíos, y se envejecen y pujan en haber y riquezas.
8. Su simiente permanece delante de ellos con ellos; sus pimpollos delante sus ojos.
9. Sus casas tienen paz con el miedo, y no sobre ellos verdugo de Dios.
10. Su buey empreñó, y no desechó; su vaca parió, y no abortó.
11. Envían como greyes sus hijuelos, y sus nacidos dan saltos.
12. Alzaron voz con adufe y con arpa; alegráronse con sonido de órgano.
13. Pasan en bien hasta la vejez con sus días, y en súbito al sepulcro descienden.
14. Y dijeron a Dios: Apártate de nos, y sabiduría de tus carreras no nos aplace.
15. ¿Quién el Poderoso para que le sirvamos? ¿Y qué aprovechamos si amamos a Él?
16. Veis, mas porque no en su mano su bien, consejo de malos se alejó de mí.
17. ¿Cuántas veces candela de malos se amatará, y vendrá sobre ellos su quebranto:
repartirá dolores en su furor?
18. Serán como paja delante del viento, y como tamo que le hurtó torbellino.
19. Dios guardará para sus hijos su robo, y pagará a él, y sabrá.
20. Verán sus ojos su quebranto, y de ponzoña del Abastado beberá.
21. Mas ¿qué se le da a él de su casa después de sí y que el número de sus meses se medien?
22. ¿Por ventura avezará sabiduría al Señor, y él juzgará las alturas?
23. Este morirá en la fuerza de su perfección; todo él quieto y pacífico.
24. Sus entrañas llenas de pingre, y el meollo de sus huesos regado.
25. Y éste morirá con alma amarga, y no comerá nunca en bien.
26. Y yacerán a una en el polvo, y los cubijarán los gusanos.
27. Bien conozco vuestros pensamientos y imaginaciones que contra mí falseáis.
28. Qué decís: ¿A dó casa del príncipe, y a dó tiendas de moradas de malos?
29. Preguntad a cualquier viandante, y entenderéis que conoce lo mismo.
30. Que al día de quebranto guardado el malo, a día de furia llevado.
31. ¿Quién le dirá en su cara su camino? Hizo él, ¿y quién se lo volverá?
32. Y será llevado al sepulcro, y sobre montón velará.
33. Adulzáronse a él terrones de arroyo, y en pos de sí traerá a todo hombre, y delante de él no habrá cuento.
34. Pues ¿cómo me conhortades en vano, y en vuestras respuestas remanece falsía?



Exposición (Jb 21)

1. Y respondió Job, y dijo: Toda la razón de Sofar en el capítulo pasado fue insistir en que los malos, o padecen siempre en esta vida, o, si comienzan en ella a florecer, se les marchita la flor luego y antes que mueran, se les muere la buena dicha y caen en calamidad y miseria, de que hizo una larga pintura. Job, al revés agora, está en lo que ha dicho y afirma de nuevo que hay malos felices aquí mientras viven, y que pasan sin revés ni desgusto la vida y que, muertos, vive su sucesión y memoria en los hombres.

Y dice:

2. Oíd con atención mis palabras, y haced penitencia. La atención que les pide es que pongan cuidado en entender lo que dice y que no piensen que loa la vida mala, ni menos pone falta en la justicia divina, por decir que los malos en esta vida pasan bien muchas veces; porque ni es premio de la virtud esta dicha visible, ni lo contrario de ella castigo del vicio. Ansí que pide le entiendan, y que hagan penitencia de lo mal que de él juzgan; o como el original dice, que sean éstos los cohortes de ellos, esto es, que los consuelos que por su miseria le deben y no se los dan, se resuman en esto sólo, y siquiera le consuelen en esto, que es entender con sosiego y sin pasión lo que decir quiere en esto que dice.

Y ansí añade:

3. Soportadme, y yo hablaré, y después de mi hablar escarneced, como diciendo: Y si hasta aquí no me habéis entendido, sufrid un poco, que yo me declararé agora, y si después os desagradare, burlad de mis palabras y de mí. Y en pedirles que, si les pareciere, se burlen entonces, les pide que no escarnezcan agora; porque, o luego que feneció Sofar, pareciéndoles que había convencido su intento, o en viendo que Job respondía, juzgándole por porfiado y sin seso, con palabras y ademanes mofaban de él unos con otros.

Pues dice:

4. ¿Por ventura yo contra hombre me querello, para que no tuviera razón de entristecerme? Prueba que trata verdad en lo que ha dicho, y saca argumento para ello de que se atreve a decirlo; que no es tan loco, que se atreviera a ser falso, sabiendo, como sabe, que habla con Dios.

Esto dice, mas dícelo escuramente ansí, en la traslación como en el original, que dice a la letra: ¿Por ventura yo a hombre mi plática?, y si, ¿por qué no se acortara mi espíritu? ¿Por ventura, dice, hablo yo agora con los hombres? (infiriendo como manifiesto que no habla con ellos, sino con Dios, y que Él lo conoce); y si, esto es, y si es ansí que hablo con Dios, que no puede ser engañado, si no tuviera razón en lo que digo, o si no tratara verdad, ¿no me entristeciera?;esto es, ¿no me encogiera y turbara? O como el original dice, ¿no se acortara mi espíritu?, esto es, ¿osara boquearlo?; ¿tuviera aliento ni espíritu para hablar de ello? No soy, dice, tan tonto ni tan perdido. Ansí que, pues lo digo y sé que hablo con Dios, que no puede ser engañado, entended que digo verdad.

5. Y catad a mí, y maravillaos, y poned mano sobre boca.

6. Que yo, si me acuerdo, me turbo, y traba temblor de mi carne. Miradme, dice, y atended a lo que hablo y maravillaos, si quisiéredes, de ello tanto que hablar no podáis; que yo mismo que lo digo y tengo por verdadero, me turbo y espanto cuando bien lo pienso, y me ase el temblor por todas partes. Porque a la verdad, el decir Job, como ha dicho y dirá luego, y el ser ello ansí, que muchos malos y injustos tienen aquí sucesos prósperos, es una verdad que pone a los buenos en grande espanto, y los turba mucho y admira, porque no pueden penetrar a la causa de ello, como de secreto que Dios se reserva. De que David en un psalmo decía: [ Yo casi declinados mis pies, como nada fueron derramados mis pasos; porque celé en locos, paz de malos veo. Porque no ligaduras a su muerte, y sana su fuerza. Con trabajo de varón de ellos, y con hombre no son llegados. Por tanto, los ensarta soberbia, encubre fe poniendo robo para sí, etc.] Pues aunque quiere tengan su sentencia por cierta, pero dales licencia que se admiren de ella, porque él mismo se admira; que si su verdad se prueba con experiencia, la causa de ella tiene en su secreto muy escondida Dios y no la alcanzan los hombres.

Y ansí, conociendo que es verdad, tiembla Job:

7. Por causa de que viven los impíos, y se envejecen y pujan en haber y riquezas, que es lo que Sofar negaba, y Job afirmó antes y lo confirma agora y se ratifica en ello con muchas palabras, refiriendo y engrandeciendo la felicidad de su estado. Sofar decía que su canto, si alguna vez le tenían, era breve; Job dice que viven en él y se envejecen, esto es, hasta la fin de la vida, y pujan siempre cuanto más van, y crecen en poder y en riquezas.

8. Y su simiente permanece delante de ellos con ellos; sus pimpollos delante sus ojos. Porque Sofar decía que no quedaba de ellos ni ramo ni raíz; dice él que, al revés, abundan en hijos y gozan de ellos, y los ven con sus ojos alegres y ricos y puestos en estado estimados.

Y ni más ni menos:

9. Sus casas tienen paz con el miedo, y no sobre ellos verdugo de Dios. Paz con el miedo, dice, que tienen hechas sus casas, como diciendo que está de concierto el miedo con ellas, de nunca traspasar sus umbrales ni meter en ellas cosa que, o menoscabe o turbe su buen contento. Por manera que viven no solamente libres del azote y del mal, sino también seguros de su recelo y temor.

Y pasa más adelante y dice:

10. Su buey empreñó, y no desechó: parió su vaca, y no abortó. Que es decir, que la naturaleza que por el encuentro o flaqueza de las causas segundas hace yerros muchas veces con otros, en sus casas de éstos no yerra, sino que la vaca les pare siempre, y el ganado se les multiplica por extraordinaria manera.

Y ansí añade:

11. Envían como greyes sus hijuelos, y sus nacidos dan saltos, porque es parte de esta felicidad tener muchos hijos. Y dice que son muchos, diciendo que son como greyes, esto es, que andan a manadas como ganados y diciendo que sus nacidos dan saltos, sigue la misma semejanza del ganado en los corderos y cabritos pequeños, que retozan saltando, y quiere decir que viven sanos y alegres y en contino placer.

Por lo cual dice:

12. Alzaron voz con adufe y con arpa, y alegráronse con sonido de órgano: que pasar la vida en música es pasarla en contento, porque es compañera de la alegría la música.

Y finalmente:

13. Pasan en bien hasta la vejez con sus días, y en súbito al sepulcro descienden. En súbito, esto es, de improviso sin la pesadumbre de los dolores y enfermedades largas, mueren cuando han de morir. O de súbito, dice, para decir, como se dice en el vulgo, de una boqueada y casi sin sentido de mal y ya de puro viejos, desatándose ella de sí misma de puro madura la vida. Que como un poeta dice, el morir no es tan amargo en sí, como es trabajoso en su vigilia; y lo que antecede a la muerte de dolores y angustias y desatamiento de fuerzas y accidentes fieros que al corazón acometen, es peor que la muerte misma.

Y son, dice Job, tan dichosos algunos de estos que viven sin consciencia y sin Dios, que no sólo la vida, cuanto dura, les es dulce y sabrosa, mas la muerte les es menos pesada, y lo que todos sienten y temen pasa por ellos tan de priesa que no lo sienten, y aun en aquello que es general y común y de que nadie se libra, se hace nueva ley y nueva regla más suave y más blanda para con ellos.

Y porque la muerte es de amarga memoria, como el Sabio dice, para los que tienen aquí su deleite, quítales el acuerdo de ella, la arpa y el adufe y la continuada alegría; y el sentido de su amargor lo tarde y sazonada que viene, y la brevedad súbita y casi no percibida con que se pasa. Y siendo tales en la felicidad de la vida, ¿querréis, dice, saber cuáles son sus costumbres? ¿Cuáles?

14. Y dijeron, dice, a Dios: Apártate de nos, y sabiduría de tus carreras no nos aplace. Que es derechamente lo contrario de lo que Sofar y sus compañeros decían. Y no sé si diga comúnmente, es cierta cosa que se consigue a tanta felicidad tal blasfemia. Porque la mucha felicidad temporal, no rompida con desastrados sucesos, cría un grande amor de esta vida, de que nace primero olvido de la otra, y después odio y aborrecimiento grandísimo, que entrañado una vez en el alma, borra de ella casi sin sentir el crédito y la fe de los bienes del cielo. A que se sigue, no sólo no querer meter el pie en el camino dél, mas desechar también y huir el conocimiento de ese mismo camino, y decir, si no con voces públicas, con secretas a lo menos que son más ciertos allá dentro en su pecho, que o no hay más bien de lo que ellos poseen y ven, o que, si hay algo después, que se lo goce Dios con los que quisiere, que ellos con lo que tienen están satisfechos.

Y eso es decir, que dijeron a Dios, apártate de nos, en que dice, que no sólo no le sirven, mas que se alejan con propósito de él, y que ni quieren sus bienes ni conocer el camino por donde se alcanzan. Que es a sabiendas huir de la luz y pecar, no por ignorancia o flaqueza, sino con malicia desvergonzada y de asiento, que llega a lo que dice luego.

15. ¿Quién es el Poderoso, para que le sirvamos, y qué aprovechamos, si amamos a Él? Y dícenlo porque la experiencia de sí mismos les dice que, desirviéndole y desamándole, pasan próspera y alegremente la vida; por donde se persuaden que el servirle es vano y que Él en sí, aunque le llaman Poderoso, o no lo es, o no cura de mostrarlo a los hombres.

Dice más:

16. Veis; mas porque no en su mano su bien, consejo de malos se alejó de mí. Como diciendo: Esto, pues, para ansí como digo; pero no por eso apruebo la suerte de éstos ni me aplace su vida, ni quiero que vosotros entendáis que me aplace, que aunque la pasan en felicidad y contento, al fin no son señores del contento que tienen, o por mejor decir, le tienen en cosas de que no son señores, y ansí no es verdadero contento.

Y dice esto aquí Job porque se le ofreció que dirían: Si tan bien les sucede a los que tan malos son, ¿de qué sirve ser buenos? Predicas con eso el camino del vicio y persuades la impiedad a los hombres y allánasles las dificultades y temores que los apartan de la injusticia; y pues tanto alabas su felicidad, sin duda apruebas su consejo, y lo que agora dices sentías antes de agora y vivías en las costumbres como ésos, esperando la dicha de ellos, que es confirmar tu maldad.

Pues a esto hace salva y se escuda contra ello, diciendo que no porque conoce su dicha, por eso aprueba su vida, porque agora y siempre condenó su consejo. Y da la razón: Porque, dice, no en su mano su bien; en que significa dos cosas: una, que los bienes de éstos siempre son movedizos; otra, que nunca son duraderos; porque como, según la división de Epicteto, haya dos maneras de bienes, unos que están en nuestro poder y de que somos enteramente señores, cuales son las obras de nuestra alma y el buen uso de ellas; otros, que se nos pueden quitar sin que queramos, cuales son los que nos cercan de fuera, manifiesto es que sus bienes de éstos viven mal y pasan bien, que tienen dañada el alma y descansada vida, son de estos postreros. Y ansí no son señores de ellos, quiero decir, no está en su mano serlo todo cuanto quisieren, sino la fortuna que los da los quita, si se le antoja; y antójasele muchas veces, y puede antojársele siempre; y ansí, por esta parte, no sosiegan el ánimo, porque traen mezclado consigo continamente el recelo que sobresalta el corazón al tiempo del mejor gusto.

Y por la misma causa es gusto muy aguado el suyo, y no verdadera felicidad, sino sombra, porque no es feliz el que puede no serlo y lo teme. Lo cual todo nace de ser, como dije, bienes muebles aquéstos; y también de no ser duraderos, quiero decir, de ser bienes de sola esta vida que tiene fin y se acaba. Y que, cuando avenga que duren cuanto ella dura, al fin fenecen con ella, por manera que su poseedor no los lleva, ni puede, a la otra, que es eterna miseria. Porque la felicidad de una cosa ha de durar cuanto ella dura; que, si fenece antes, es miseria todo lo que resta después, y es una eternidad lo que resta porque son inmortales las almas.

Dice:

17. ¿Cuántas veces candela de malo se amatará, y vendrá sobre ellos quebranto, y repartirá dolores en su furor?
18. Serán como paja delante del viento, y como tamo que le hurtó torbellino.
19. Dios guardará para sus hijos su robo, y pagará él y sabrá.
20. Verán sus ojos su quebranto, y de ponzoña del Abastado beberá. Que se puede declarar por una de dos maneras diferentes: o que lo diga Job en su persona, y continuando lo que acaba de decir y en este sentido, que él reprueba el consejo y determinación de los malos, aunque muchos de ellos viven felices, porque al fin no son señores de sus bienes, y ansí sucede muchas veces que los pierden y quedan ellos y sus hijos perdidos. Y ansí dice:

¿Cuántas veces candela de malos se amatará?, etc., como diciendo, abomino su suerte de éstos, porque algunos de ellos viven en felicidad mientras viven; mas, ¿cuántas veces y cuántas veces acontece que a otros se les apague la candela de la felicidad mucho antes que la vida, y que venga sobre ellos primero que la muerte el quebranto de la miseria y el azote de Dios furioso, y que el viento de la calamidad los arrebate como tamo ligero, y que Dios los castigue en sí y en sus hijos?

Ansí que, o se puede declarar de esta manera, o de otra, y es: que lo diga Job en presencia de sus amigos, y como refiriendo lo que le responden o podrían responder a sus dichos, diciendo: Cuando fuese Job ansí, que algunos malos, como dices, pasasen en alegría su vida, no por eso no es verdadero lo que afirmamos nosotros que los malos siempre son miserables, porque siempre los destruye Dios en sus hijos, y si ellos cuando viven no pagan, en su casa y descendencia lo lastan, que se acaba siempre y fenece miserablemente con ellos. Y dicen ansí: ¿Cuántas veces candela de malos se apagará, y vendrá sobre ellos quebranto?; esto es: ¿cuántas veces aviene, ya que demos ser posible que avenga, ansí que las veces que aviniere, vivir alegres los malos, su candela a lo menos, esto es, sus hijos (porque en ellos luce y vive el padre, y son llamados en estas letras por esta causa candela), pues su candela a lo menos se amatará, y el azote que se detuvo cuando el Padre vivía, vendrá sobre él en los hijos, que los apagará con el quebranto y desventura, que lloverá sobre ellos la furia del castigo de Dios, y serán como paja delante del viento y como tamo que el torbellino lo hurta, que vuela en un momento, y desparece volando? Y ansí ellos, sin poder resistir a la corriente del mal, ni al ímpetu del soplo enemigo, y a quien esfuerza maldad de sus padres, llevados en alto y en el camino deshechos, desparecerán de los ojos; y se vengará Dios del robo de sus padres en ellos y verán los pobres su miseria y conocerán por dónde les viene.

Y los abrevará con su ponzoña el Abastado, esto es, Dios, abastado en todo, ansí en el bien como en la pena y que como es rico en los bienes ansí es copioso en enviar los azotes, les meterá en las entrañas su ira, y les hinchirá los tuétanos de ella; que llama con razón ponzoña, porque ase del corazón luego, esto es, de la raíz de la vida, y causa bascas mortales y desfigura el ser y le corrompe sin reparo y con increíble presteza.

Con lo cual viene bien lo que se sigue, que es:

21. Mas ¿qué se le da a él de su casa después de sí, y que el número de sus meses se medien? En que habla ya Job en persona suya, y responde a lo que refería como dicho en persona de sus amigos.

Y les dice que, cuando sea ansí, que los malos laceren en sus descendientes y paguen después de muertos en los hijos lo que en la vida pecaron, si la pasaron felizmente, sentirán poca pena de ello, o no sentirán pena. ¿Qué se le da a él de su casa, dice, después de sí, y que el número de sus meses (entiende de los meses y duración de su casa y descendencia) se medien?

Y dice luego:

22. ¿Por ventura avezará sabiduría al Señor, y él juzgará las alturas? En que endereza las palabras Job a sus compañeros, y en número de uno habla con todos, y les dice que si por ventura ellos enseñaran a Dios, o serán jueces del que vive en el cielo. Y es muy a propósito de lo que diciendo iba, porque habiendo afirmado que muchos malos viven y mueren prósperos, y que el venir sus hijos a pobreza después, o no acontece siempre, o, cuando acontece, no lo sienten mucho los muertos, estaba en la mano de sus amigos, que tenían la parte contraria, replicar y decir que sería injusto Dios si así fuese.

A lo cual Job pregunta que si por ventura ellos saben más que Dios, o son jueces. En que, preguntándolo, niega serlo, y afirma como cosa sin duda que ni son sus jueces ni sus maestros, y que Dios sabe lo que ellos no saben, y que a quien es por su naturaleza tan alto, no le debe poner leyes el que vive en la tierra; y que Dios, sin ser injusto, según la alteza de sus secretos juicios, dará a uno prosperidad en la vida hasta ponerle en la huesa, y a otro amargos y desventuras hasta llegarle a lo mismo; y que, siendo la fortuna de la vida tan desigual, será igual en ambos la muerte, y que serán por ventura en las costumbres, o

ambos buenos o malos ambos.

Y esto es lo que dice:

23. Este morirá en la fuerza de su perfección, todo él quieto y pacífico, que es decir, sin revés ni desgusto.
24. Sus entrañas llenas de pingre, y su meollo de sus huesos regado, que es significación de una vida toda ella alegre y contenta.
25. Y éste morirá en alma amarga, y no comerá nunca en bien, que es morir en dolor y haber vivido siempre en trabajo.
26. Y yacerán a una en el polvo, y los cubijarán los gusanos; conviene a saber, igualmente y por una misma manera, habiendo sido en los sucesos de la vida tan diferentes. Y no por eso es injusto Dios ni parcial en el repartir de la dicha; que por los fines que Él se sabe y no puede nuestra bajeza alcanzar, a vida dichosa y a vida amarga puede rematar de una misma manera.

Esto concluido, prosigue:

27. Bien conozco vuestros pensamientos y imaginaciones que contra mí falseáis; esto es, y vuestras imaginaciones engañadas y falsas.
28. ¿Por qué decís: A dó casa del príncipe, y a dó tiendas de moradas de malos? Dice:
¿por qué hacéis, cuanto a los sucesos de esta vida, diferencia entre el malo y el bueno, diciendo que la casa del príncipe, esto es, del justo, dura, y la tienda del malo perece, y de aquí argüís que yo soy malo, porque estoy derrocado en miseria? O dice: ¿Por qué decís: A dó casa del príncipe?, esto es, ¿adónde ha venido la casa de Job, que era tenido por príncipe? ¿A dó? ¿A dó tiendas de moradas de malos?, esto es, adonde siempre los malos paran, que es en caer al abismo después de haberse empinado, y en volver la comida después de lleno el estómago, y en venir de abundancia a pobreza, de hartura a mendiguez, y de felicidad a miseria.
Más dice:

29. Preguntad a cualquier viandante, y entenderéis que conoce lo mismo; que puede hacer dos sentencias: una, que menosprecie por estas palabras Job el parecer que sus amigos tienen y lo que dicen del caer de los malos, y diga que es opinión de ignorantes y hablilla que se dice en el vulgo y como cantarcillo ordinario.

30. Al día de quebranto guardado el malo, al día de furia llevado: y que no se alzan un dedo del suelo sus amigos en esto, ni dicen sino lo que cualquiera de los que pasan por la calle dijera. Otra declaración es que Job en esto no desprecie la sentencia contraria, sino confirme la suya con el testimonio de los que, discurriendo por las tierras, tienen noticia de varios y diferentes sucesos. Y diga: Bien conozco lo que decís y juzgáis, que es lo que referido tengo, en que vivís con engaño; y más, si a mí no me creéis, preguntad a los que vieron tierras extrañas, y lo que yo os digo eso mismo dirán haber visto, esto es, haber visto no solamente muchos hombres, sino muchos pueblos y muchos reinos enteros llenos de vicios y ajenos de Dios y que adoran los ídolos, que florecen abundantes y prósperos.

Y allégase el original a este sentido, que dice: ¿Por ventura no preguntastes a los que pasan carrera? ¿Y no concedes sus señales?, esto es, lo que dicen de la abundante vida de los pueblos idólatras, que son manifiestas señales y confirmaciones firmes de mi sentencia. Y conforme a esto, lo que dice luego, que al día de quebranto guardado el malo, al día de furor llevado, dícelo como en persona de aquestos con quien disputó, y como diciendo: Mas con ser tan notoriamente falso lo que decís, y con testificar contra ello la voz común de las gentes, todavía porfiáis y decís que al día del quebranto guardado el malo, etc.

Más dice:

31. ¿Quién le dirá en su cara su camino?, y Hizo él, o ¿quién se lo volverá? Esto es: pues llegaos y decídselo a uno de esos poderosos y malos, de esos que no conocen a Dios y mandan las gentes; decidles, pues, que van errados, que han de caer de su mal estado y que se les ha de trocar el viento próspero luego. ¿Quién, dice, les osará decir eso?; o ¿quién les irá a la mano a lo que quisieren hacer? Que es decir que están tan lejos de venir a miseria, como dicen sus compañeros, que no hay quien se les oponga ni por la palabra ni por obra, y en esta prosperidad pasarán la vida.
Y como dice luego:

32. Y será él llevado al sepulcro, y sobre montón velará. Esto es, y aun después de muerto no morirá para con los hombres su vida, y en la manera que puede ser, vivirá su memoria. Que velar sobre montón, o quiere decir perseverar y estar como en atalaya después de la muerte, que como Sant Hierónimo declaró, es el montón de los muertos; o es vivir en los monumentos altos y en los sepulcros sunctuosos y en las pirámides y en las estatuas, que sobre este amontonamiento de piedras labradas ponen los muertos de sí mismos, en que se representan vivos, y que velan y obran, y son sus mismas figuras.
Y prosigue, y dice:

33. Adulzáronse a él terrones de arroyo, y en pos de sí traen a todo hombre, y en pos de sí no habrá cuento. Lo que decimos terrones de arroyo podemos también decir terrones de valle, y es lo uno y lo otro rodeo en que se significa la sepultura. Y quiere decir que a estos poderosos que mienta, aun la sepultura les es menos dura, porque edifican bóvedas y aposentos para reposar, muertos, que otros, vivos, escogieran para su vivienda por muy deleitosos. Por manera que no sólo la vida les es dulce vida, mas aun la muerte les es en esta razón menos muerte. Y si alguno se opusiere diciendo que al fin mueren, y que es desventura amarga el morir, a eso, dice, respondo que no es desventura de ellos propia, sino general de todos los hombres, cualesquiera que sean, y que es mal común, y por consiguiente pena que no se pone a cuenta de su propria malicia, y pena que se consuela con la muchedumbre a quien toca; porque, si ellos mueren, cuantos ante ellos fueron murieron y morirán cuantos les sucedieren después. De que concluye finalmente lo mal que le consuelan sus compañeros, usando para ello de razones injuriosas y falsas; falsas en sí y que se enderezan para su afrenta.

Y ansí dice:

34. ¿Pues cómo me conhortades en vano, y en vuestras respuestas remanece falsía? Esto es, pues según lo dicho, ya veis claramente que vuestro consuelo es ninguno y que vuestro parecer queda por falso; que remanecer falsía en la respuesta es quedarse la falsedad en ella. 




Job - Fray Luis de León - Capítulo XX