Suma Teológica III Qu.66 a.6

ARTíCULO 6 ¿Se puede bautizar en el nombre de Cristo?

Objeciones por las que parece que en el nombre de Cristo se puede bautizar.
Objeciones: 1. En (Ep 4,5) se dice que hay una sola fe y un solo bautismo. Pero en Ac 8,12 se dice que en nombre de Jesucristo se bautizaban hombres y mujeres. Luego también ahora se puede bautizar en el nombre de Cristo.
2. Dice San Ambrosio: Si nombras a Cristo indicas también al Padre que le ungió, y al Hijo que recibió la unción y al Espíritu Santo con el que fue ungido.
Pero en el nombre de la Trinidad se puede bautizar. Luego en el nombre de Cristo también.
3. El papa Nicolás I, respondiendo a una consulta de los búlgaros, dice: Quienes fueron bautizados en el nombre de la Santa Trinidad o tan sólo en el nombre de Cristo, como se lee en los Hechos de los Apóstoles, no deben ser rebautizados, pues, como dice San Ambrosio, las dos fórmulas son idénticas.
Ahora bien, habrían sido rebautizados si no hubiesen recibido el sacramento del bautismo con la segunda fórmula. Luego se puede bautizar en el nombre de Cristo con esta forma: Yo te bautizo en el nombre de Cristo.
Contra esto: dice el papa Pelagio II al obispo Gaudencio: Si quienes viven cerca de tu amado territorio confiesan haber recibido el bautismo sólo en el nombre del Señor, los bautizarás al venir a la fe católica, sin ningún género de dudas, en el nombre de la santa Trinidad. Y Dídimo en II De Spiritu Sancto escribe: Si hubiera alguno tan insensato que, al bautizar, omitiese cualquiera de los nombres anteriormente dichos, o sea, de las personas, no bautizaría en realidad.
Respondo: Como ya se ha dicho anteriormente (III 64,3), los sacramentos tienen eficacia por la institución de Cristo. Por tanto, si se omite alguno de los elementos establecidos por él para cada sacramento, ese sacramento pierde su eficacia, a no ser que lo dispense el que no ha vinculado su poder a los sacramentos. Ahora bien, Cristo estableció que se diese el bautismo con la invocación de la Trinidad (Mt 28,19). Por consiguiente, todo lo que falte de la plena invocación de la Trinidad destruye la integridad del bautismo.
Y no vale decir que el nombre de una persona supone el de la otra, como el nombre del Padre supone al Hijo; o que quien nombre una persona puede tener fe verdadera en las tres. Porque el sacramento, de la misma manera que requiere una materia sensible, requiere también una forma sensible. Por consiguiente, no es suficiente la nominación implícita, o la fe en la Trinidad, para la realización del sacramento, si la Trinidad no se hace explícita con las palabras sensibles. Por eso, también en el bautismo de Cristo, donde tuvo origen la santidad de nuestro bautismo, estuvo presente la Trinidad de forma sensible: el Padre en la voz, el Hijo en la naturaleza humana, el Espíritu Santo en la paloma.
A las objeciones:
Soluciones: 1. Por una especial revelación de Cristo, los Apóstoles bautizaban en la Iglesia primitiva en el nombre de Cristo, para que el nombre de Cristo, que era odioso a los judíos y a los gentiles (1Co 1,23), llegase a ser honrado por el hecho de que se daba el Espíritu Santo en el bautismo, invocando su nombre.
2. San Ambrosio da la razón por la que fue conveniente esa dispensa en la Iglesia primitiva, o sea, porque en el nombre de Cristo se entendía toda la Trinidad. De esta manera se salvaba, al menos con una integridad conceptual, la forma que Cristo nos dio en el evangelio.
3. El papa San Nicolás fundamenta su decisión en los textos de las dos primeras objeciones. Por lo que la respuesta se encuentra en las dos primeras soluciones.

ARTíCULO 7 ¿Es necesaria para el bautismo la inmersión en el agua?

Objeciones por las que parece que la inmersión en el agua es necesaria en el bautismo.
Objeciones: 1. En (Ep 4,5) se dice: Una sola fe, un solo bautismo. Pero en muchos sitios el modo común de bautizar es la inmersión. Luego parece que no pueda haber bautismo sin inmersión.
2. Dice el Apóstol en Rm 6,3-4: Los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte: hemos sido, pues, sepultados con él en la muerte por el bautismo. Pero esto tiene lugar por la inmersión, porque dice San Juan Crisóstomo, comentando (Jn 3,5: El que no nazca del agua y del Espíritu Santo, sumergiéndonos la cabera en el agua, como si fuera un sepulcro, el hombre viejo es sepultado y ocultado en el fondo, para emerger el hombre nuevo. Luego parece que la inmersión es necesaria en el bautismo.
3. Si se pudiese bautizar sin la inmersión de todo el cuerpo, se seguiría que, por la misma razón, sería suficiente derramar agua sobre cualquier parte del cuerpo. Pero esto no parece adecuado, porque el pecado original, contra el que se da principalmente el bautismo, no está en una sola parte del cuerpo. Luego parece que, para el bautismo, se requiere la inmersión y que no es suficiente la sola aspersión.
Contra esto: se dice en He 10,22: Acerquémonos con sincero corazón, en plenitud de fe, purificados los corazones de toda conciencia mala y lavados los cuerpos con agua pura.
Respondo: En el sacramento del bautismo se utiliza el agua para lavar el cuerpo y significar la ablución interior de los pecados. Ahora bien, la ablución con agua se puede hacer no sólo con la inmersión, sino también con la aspersión o la infusión. Por eso, aunque sea más seguro el bautismo de inmersión, que es el más común, puede, sin embargo, hacerse también el bautismo de aspersión o el de infusión, conforme a lo que se dice en Ez 36,25: Derramaré sobre vosotros agua pura. Y consta que San Lorenzo bautizaba de esta forma. Éste bautismo se utiliza sobre todo en casos de necesidad, o porque hay un gran número de bautizados, como es el caso de Ac 2,41 Ac 4,4, donde se dice que en un solo día aceptaron la fe tres mil, y en otro, cinco mil. Pero, a veces, puede hacerse necesario este bautismo por falta de agua, por debilidad del ministro, incapaz de sostener al bautizando, o por debilidad del bautizando, al que pudiera amenazar la muerte con la inmersión.
A las objeciones:
Soluciones: 1. Los hechos accidentales no hacen variar la sustancia de las cosas. Ahora bien, lo sustancial en el bautismo es la ablución corporal con agua, por lo que al bautismo se le llama lavado en Ep 5,26: Purificándola con el lavado del agua con la palabra de vida. Pero que la ablución se haga de un modo o de otro es accidental en el bautismo. Por eso tal diversidad no destruye la unidad del bautismo.
2. La inmersión expresa más claramente la imagen de la sepultura de Cristo, por lo que este modo de bautizar es más común y más laudable. Pero también los otros modos de bautizar expresan esa imagen, aunque no tan claramente, porque, como quiera que se haga la ablución, el cuerpo del hombre o una parte de él permanece bajo el agua, como el cuerpo de Cristo permaneció bajo la tierra.
3. La parte principal del cuerpo, en lo que se refiere a los miembros exteriores, es la cabeza, donde radican todos los sentidos interiores y exteriores. Por eso, si no se puede derramar agua en todo el cuerpo, debido a la escasez de agua o por cualquier otra causa, debe derramarse sobre la cabeza, que es donde se manifiesta el principio de la vida animal.
Y aunque el pecado original se transmite por los miembros que sirven para la generación, no hay razón para preferir la aspersión de estos miembros en lugar de la cabeza, porque el bautismo no impide la transmisión del pecado original a la prole a través de la generación, sino que el bautismo libera al alma de la mancha y del reato en que incurre. Por consiguiente, debe lavarse principalmente la parte del cuerpo en que se manifiestan las operaciones del alma.
En la antigua ley, sin embargo, se aplicaba el remedio contra el pecado original en el miembro de la generación, ya que entonces, aquel que había de destruir el pecado original, había de nacer del linaje de Abrahán, y la fe en él estaba representada por la circuncisión, como se dice en Rm 4,11).

ARTíCULO 8 ¿Es necesaria la trina inmersión en el bautismo?

Objeciones por las que parece que la trina inmersión es necesaria en el bautismo.
Objeciones: 1. Dice San Agustín en un Sermón De Symbolo ad Baptizatos: Sabia fue la trina inmersión que os hicieron porque habéis recibido el bautismo en nombre de la Santísima Trinidad. Sabia ha sido la trina inmersión porque habéis recibido el bautismo en nombre de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos al tercer día. Porque aquella inmersión repetida tres veces es el tipo de la sepultura del Señor por la que os habéis consepultado con Cristo en el bautismo. Pero ambas cosas parecen necesarias en el bautismo, o sea, la significación de las tres Personas y la configuración con la sepultura de Cristo.
Luego parece que la triple inmersión es necesaria en el bautismo.
2. Los sacramentos tienen eficacia por el mandato de Cristo. Pero la trina inmersión es un mandato de Cristo. Escribe, efectivamente, el papa Pelagio II al obispo Gaudencio y le dice así: Es precepto evangélico, dado por el mismo Señor, Dios y Salvador nuestro Jesucristo, que todos sean bautizados en el nombre de la Trinidad y con la trina inmersión. Luego, de la misma manera que es necesario bautizar en el nombre de la Trinidad, así también parece que es necesario bautizar con la trina inmersión.
3. Si la triple inmersión no es necesaria en el bautismo, uno queda ya bautizado en la primera. Ahora bien, si se le añade una segunda y una tercera, se le bautizará dos o tres veces, lo cual es inadmisible. Luego no es suficiente una inmersión para el bautismo, sino que la triple parece necesaria.
Contra esto: escribe San Gregorio Magno al obispo San Leandro: De ningún modo se puede desaprobar el uso de bautizar sumergiendo al niño tres veces o una sola vez porque con las tres inmersiones se puede significar la Trinidad de Personas, y con una, la unidad de la divinidad.
Respondo: Como ya se ha dicho más arriba (a. 7 ad 1), para el bautismo se requiere, de suyo, la ablución con agua, que es indispensable para el sacramento. El modo de la ablución, sin embargo, es cosa secundaria. Por tanto, apoyados en la citada (s.c.) autoridad de San Gregorio, cabe decir que, de suyo, es lícito bautizar de los dos modos, o sea, con una o tres inmersiones.
Porque la única inmersión significa la única muerte de Cristo y la unidad divina, mientras que la triple inmersión significa los tres días de la sepultura de Cristo y también la Trinidad de Personas.
Pero, por causas diversas, la disciplina de la Iglesia unas veces ha establecido un modo, y otras, otro. Así, puesto que en la Iglesia naciente algunos interpretaban erróneamente la Trinidad —pensando que Cristo era puro hombre, y que no debía ser llamado Hijo de Dios o Dios, a no ser por sus méritos contraídos principalmente en su muerte—, no bautizaban en nombre de la Trinidad, sino en la conmemoración de la muerte de Cristo y con una sola inmersión. Lo cual fue reprobado por la Iglesia primitiva. Por lo que se lee en Canonibus Apostolorum: Si un presbítero o un obispo no practica la trina inmersión, sino que sumerge una sola vez, Y o X en el bautismo, dado por algunos —se dice -en conmemoración de la muerte del Señor, sea anatema.
Porque no nos ha dicho el Señor: bautizad en mi muerte, sino en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Más tarde se extendió el error de ciertos cismáticos y herejes, que rebautizaban, como cuenta San Agustín de los donatistas en Super Io.. Por eso, para combatir este error, se estableció en el Concilio de Toledo que se hiciese una sola inmersión: Para evitar el escándalo del cisma o la práctica de los herejes, mantengamos en el bautismo una sola inmersión.
Pero, desaparecido ese motivo, comúnmente se observa en el bautismo la triple inmersión. Y por eso, pecaría gravemente quien bautizase de otro modo por no atenerse al rito de la Iglesia. El bautismo, no obstante, sería válido.
A las objeciones:
Soluciones: 1. La Trinidad actúa en el bautismo como agente principal. Ahora bien, la impronta del agente sobre el efecto se realiza a través de la forma, y no a través de la materia. Por eso, la significación de la Trinidad se hace en el bautismo con las palabras de la forma. Y no es necesario significar la Trinidad en el uso de la materia, sino que se hace para clarificar el significado.
De modo semejante, también la muerte de Cristo queda suficientemente significada en la única inmersión. Los tres días de la sepultura, sin embargo, no fueron necesarios para nuestra salvación, pues aunque hubiese permanecido sepultado o muerto un solo día, habría sido suficiente para realizar nuestra redención. Pero aquellos tres días tienen la función de manifestar la realidad de su muerte, como se dijo más arriba (III 53,2).
Por consiguiente, la trina inmersión no es necesaria en el sacramento ni por parte de la Trinidad ni por parte de la pasión de Cristo.
2. El papa Pelagio II entiende que la triple inmersión es un mandato de Cristo por analogía con el mandato de bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19). Pero ya hemos visto (ad 1) que una cosa es la función de la forma y otra el uso de la materia.
3. Ya se ha dicho antes (II-II 64,8) que en el bautismo se requiere la intención.
Por tanto, el ministro que intenta dar un solo bautismo con triple inmersión, realiza un solo bautismo. Por eso dice San Jerónimo en Super Epistolam ad Phil.: Aunque a una persona se la bautice tres veces, o sea, sea sumergida tres veces por el misterio de la Trinidad, el bautismo, sin embargo, es uno.
Pero si el ministro intentase dar un bautismo a cada una de las inmersiones repitiendo las palabras de la forma en cada inmersión, pecaría al pretender bautizar, de suyo, varias veces.

ARTíCULO 9 ¿Se puede reiterar el bautismo?

Objeciones por las que parece que el bautismo se puede reiterar.
Objeciones: 1. El bautismo ha sido instituido para la remisión de los pecados. Pero los pecados se repiten. Luego mucho más debe repetirse el bautismo, porque la misericordia de Cristo trasciende la culpa del hombre.
2. San Juan Bautista fue muy elogiado por Cristo cuando dijo de él, según Mt 11,11: Entre los nacidos de mujer nunca surgió uno más grande que Juan el Bautista. Pero los bautizados por Juan eran otra vez rebautizados, pues en Ac 19,1-7 se dice que Pablo bautizó a los que habían recibido el bautismo de Juan.
Luego con mayor razón deben ser rebautizados los bautizados por herejes y por pecadores.
3. En el Concilio de Nicea se establece: Quienes se pasaren a la Iglesia católica de los Paulianistas y Catafrigios deben ser bautizados z. Pero los demás herejes parece ser que se encuentran en el mismo caso. Luego los bautizados por los herejes deben ser rebautizados.
4. El bautismo es necesario para la salvación. Pero de algunos se duda a veces si están bautizados o no. Luego a éstos se les debe rebautizar.
5. La Eucaristía es un sacramento más importante que el bautismo, como se dijo ya (III 65,3). Pero la Eucaristía se puede repetir. Luego con mayor razón el bautismo.
Contra esto: se dice en Ep 4,5: Una sola fe, un solo bautismo.
Respondo: El bautismo no se puede repetir. En primer lugar, porque el bautismo es una regeneración espiritual en el sentido de que uno muere a la vida anterior y comienza una nueva. Por lo que se dice en Jn 3,5: El que no nazca del agua y del Espíritu no puede ver el reino de Dios. Pero cada cual no tiene más que una generación. Y, por tanto, el bautismo no se puede repetir, como tampoco se puede repetir la generación carnal. Por eso dice San Agustín comentando las palabras de Jn 3,4: ¿Acaso puede el hombre entrar de nuevo en el seno de su madre y nacer?: Tú debes entender el nacimiento espiritual del modo que Nicodemo entendió el nacimiento carnal. De la misma manera que en el útero no se puede volver a entrar, así tampoco el bautismo se puede repetir.
En segundo lugar, porque somos bautizados en la muerte de Cristo (Rm 6,3), por lo que morimos al pecado y resucitamos a una vida nueva. Ahora bien, Cristo ha muerto una sola vez (Ib. v. 6). Y, por tanto, tampoco el bautismo se puede repetir. Por eso, dice He 6,6 contra los que querían rebautizar: Crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios. Y añade la G/osa: La única muerte de Cristo ha consagrado un único bautismo.
En tercer lugar, porque el bautismo imprime carácter, que es indeleble, y se confiere con una cierta consagración. Por lo que, de la misma manera que otras consagraciones no se repiten en la Iglesia, tampoco se ha de repetir el bautismo. Y esto es lo que dice San Agustín en II Contra Epistolam Parmeniani, que el carácter militar no se repite, y que el sacramento de Cristo no queda menos grabado que esta marca corporal, ja que vemos que ni siquiera los apóstatas lo pierden, pues cuando se arrepienten y vuelven no se les bautiza de nuevo.
En cuarto lugar, porque el bautismo se da principalmente contra el pecado original. Por lo que, de la misma manera que el pecado original no se repite, tampoco el bautismo se repite. Por eso se dice en Rm 5,18: Como el delito de uno solo trajo sobre todos los hombres la condena, así la justicia de uno solo trajo sobre todos los hombres la justificación que da la vida.
A las objeciones:
Soluciones: 1. El bautismo, como ya se ha dicho anteriormente (a. 2 ad 1), opera en virtud de la pasión de Cristo. Por tanto, de la misma manera que los pecados posteriores a la pasión de Cristo no aumentan el poder de ésta, tampoco anulan el bautismo de tal manera que haga falta repetirlo, sino que al sobrevenir la penitencia, desaparece el pecado que impedía el efecto del bautismo.
2. Dice San Agustín comentando las palabras de Jn 1,33: Pero yo no lo conocía, que quien ha recibido el bautismo de Juan es rebautizado, pero quien lo ha recibido de un homicida no es rebautizado. Es que Juan dio su propio bautismo, mientras que el homicida dio el bautismo de Cristo, un sacramento tan santo que no se mancha ni aunque lo administre un homicida.
3. Los paulianistas y catafrigios no bautizaban en nombre de la Trinidad. Por eso decía San Gregorio Magno escribiendo al obispo Quirico: Las herejes que como los bonosianos y catafrigios —cuya opinión sostenían también los paulianistas-no bautizan en nombre de la Trinidad, pues los primeros no creen que Cristo sea Dios —pensando que es mero hombre—,y ¿os segundos —los catafrigios-creen perversamente que el Espíritu Santo es un mero hombre, o sea, Montano; todos éstos, cuando se convierten a la Santa Iglesia, reciben el bautismo, porque no era bautismo lo que, viviendo en el error, habían recibido sin invocar el nombre de la santa Trinidad. Por el contrario, como se dice en Regulis Ecclesiasticis, los bautizados por herejes que confieren el bautismo con la profesión de la santa Trinidad, si se pasan a la fe católica, admítaseles como bautizados.
4. Dice una Decretal de Alejandro III: Aquellos de quienes se duda si están bautizados, bautíceseles anteponiendo estas palabras: "Si estás bautizado no te bautizo, pero si no estás bautizado, yo te bautizo", etcétera. Porque no parece que se repita lo que no se sabe si está hecho.
5. Tanto el sacramento del bautismo como el de la Eucaristía representan la muerte y la pasión del Señor. Pero de modo distinto. Porque en el bautismo se conmemora la muerte de Cristo en cuanto que el hombre muere con Cristo para ser regenerado a una vida nueva. Pero en el sacramento de la Eucaristía se conmemora la muerte de Cristo en cuanto que el mismo Cristo inmolado se nos ofrece a nosotros como banquete pascual, conforme a las palabras de 1Co 5,7: Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. Así que comamos. Y, puesto que el hombre nace una sola vez y se alimenta muchas veces, el bautismo se recibe una sola vez, y muchas la Eucaristía.

ARTíCULO 10 ¿Es adecuado el rito utilizado por la Iglesia en el bautismo?

Objeciones por las que parece que el rito utilizado por la Iglesia para bautizar no es adecuado.
Objeciones: 1. Dice San Juan Crisóstomo: Nunca habrían podido perdonar las aguas del bautismo los pecados de los creyentes si no hubiesen sido santificadas con el contacto del cuerpo del Señor. Pero este contacto tuvo lugar en el bautismo de Cristo, que se conmemora en la fiesta de la Epifanía. Luego el bautismo solemne debería celebrarse en la fiesta de la Epifanía, más que en la Vigilia Pascual y de Pentecostés.
2. Para cada sacramento debería utilizarse una sola materia. Ahora bien, el bautismo se administra con agua. Luego parece impropio que al bautizando se le unja dos veces con óleo santo: primero en el pecho, después en la espalda, y una tercera vez con el crisma en la cabeza.
3. En Cristo Jesús no hay hombre ni mujer (Ga 3,28), ni bárbaro ni escita (Col 3,11), y por la misma razón, tampoco otras diferencias semejantes. Mucho menos, pues, la diversidad de vestidos tendrá ningún valor en la fe de Cristo.
Luego no se ve la razón para entregar a los bautizados la vestidura blanca.
4. El bautismo se puede celebrar sin los ritos anteriormente citados. Luego parece que son superfluos y que no hay razón para que la Iglesia los haya establecido en el bautismo.
Contra esto: la Iglesia está gobernada por el Espíritu Santo, que nada hace sin que tenga explicación.
Respondo: En el sacramento del bautismo algunos ritos son indispensables, y otros sirven para dar cierta solemnidad al sacramento. En el sacramento es indispensable la forma que designa la causa principal del sacramento; y el ministro, que es causa instrumental; y el uso de la materia, o sea, la ablución con agua, que designa el efecto principal del sacramento. Todo lo demás que la Iglesia ha establecido en el rito del bautismo pertenece, más bien, a una cierta solemnidad del sacramento.
Estas ceremonias se añaden al sacramento por tres razones. Primera, para excitar la devoción de los fieles y la reverencia hacia el sacramento. Porque si la ablución se hiciese sin solemnidad alguna, fácilmente algunos pensarían que se trata de una ablución ordinaria.
Segunda, para instrucción de los fieles. Porque a los sencillos, que carecen de cultura, hay que instruirles a base de signos sensibles. Y porque acerca del bautismo es conveniente conocer, además del efecto principal del sacramento, algunas otras cosas, por eso fueron éstas representadas por signos sensibles.
Tercera, para impedir con oraciones, bendiciones y cosas semejantes que el poder del demonio obstaculice el efecto del sacramento.
A las objeciones:
Soluciones: 1. Cristo en la Epifanía fue bautizado con el bautismo de Juan, como se ha dicho anteriormente (III 39,2), con cuyo bautismo no se bautizan los fieles, sino con el bautismo de Cristo. Este bautismo recibe su eficacia de la pasión de Cristo, según se dice en Rm 6,3: Los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte; y del Espíritu Santo, según se dice en Jn 3,5: Quien no nazca del agua y del Espíritu. Por eso, el bautismo solemne se administra en la Iglesia: ya sea en la Vigilia Pascual, cuando se conmemora la sepultura y la resurrección del Señor, por lo que también el Señor dio a los discípulos el mandato de bautizar después de la resurrección, como se dice en Mt 28,19); ya sea en la Vigilia de Pentecostés, cuando se comienza a celebrar la solemnidad del Espíritu Santo. Y por esto se lee que en el mismo día de Pentecostés, en que habían recibido el Espíritu Santo, los Apóstoles bautizaron a tres mil hombres (Ac 2,41).
2. El uso del agua en el bautismo pertenece a la sustancia del sacramento, mientras que el uso del óleo y del crisma contribuye a una cierta solemnidad.
Porque al bautizando se le unge con óleo en el pecho y en la espalda como si fuese un atleta de Dios, porque así se hacía a los púgiles, según dice San Ambrosio en el libro I De Sacramentis. O, como dice Inocencio III en una Decretal De Sacra Unctione: Al bautizando se le unge en el pecho para que reciba el don del Espíritu Santo, rechace el error y la ignorancia, y reciba la verdadera fe, porque el justo vive de la fe. Y se le unge en la espalda para que se revista de la gracia del Espíritu Santo, se despoje de la negligencia y la indolencia, y se ejercite en las buenas obras, de modo que por el sacramento de la fe tenga limpieza de pensamientos en el pecho, y fortaleza para las fatigas en la espalda.
Y después del bautismo, como dice Rábano, seguidamente el sacerdote le signa en la cabeza con el sagrado crisma acompañado de una oración para que se haga partícipe del reino de Cristo, y Cristo pueda llamarle cristiano. O, como dice San Ambrosio, se derrama el ungüento en la cabeza porque el juicio del sabio está en la cabera (Si 2,14), de tal manera que así esté preparado para dar cuenta de su fe a todo el que se la pida.
3. Al bautizando se le da la vestidura blanca no para prohibirle utilizar otra, sino como signo de la resurrección gloriosa, para la que el hombre ha sido regenerado por el bautismo, y como signo de la pureza de vida que después del bautismo deberá observar, conforme a las palabras de Rm 6,4: Caminemos en una vida nueva.
4. Las cosas que pertenecen a la solemnidad del sacramento, aunque no sean indispensables, no son superfluas, porque, como ya hemos dicho antes, contribuyen a la perfección del sacramento.

ARTíCULO 11 ¿Es adecuada la distinción entre bautismo de agua, de sangre y de deseo?

Objeciones por las que parece que la distinción entre bautismo de agua, de sangre y de deseo, o sea, de Espíritu Santo, no es adecuada.
Objeciones: 1. El Apóstol dice en Ep 4,5: Una sola fe, un solo bautismo. Pero no hay más que una sola fe. Luego no debe haber tres bautismos.
2. El bautismo es un sacramento, como se ha dicho más arriba (III 65,1). Pero sólo el bautismo de agua es sacramento. Luego no deben admitirse los otros dos bautismos.
3. San Juan Damasceno en su IV libro enumera otras muchas especies de bautismo. Luego no deben admitirse solamente tres.
Contra esto: la Glosa, comentando las palabras de He 6,2: la instrucción sobre los bautismos, dice: utiliza el plural porque hay un bautismo de agua, de penitencia y de sangre.
Respondo: Como ya se ha dicho anteriormente (a. 2 ad 1; a.9 ad 1; III 62,5), el bautismo de agua recibe su eficacia de la pasión de Cristo —a la que uno queda configurado por el bautismo-y del Espíritu Santo como de la causa primera. Y, aunque el efecto dependa de la causa primera, ésta, sin embargo, sobrepasa el efecto y no depende de él. Y por eso, sin recibir el bautismo de agua, alguien puede recibir el efecto sacramental de la pasión de Cristo configurándose a ella mediante el sufrimiento por Cristo. Por lo que se dice en Ap 7,14: Estos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus túnicas y las han blanqueado en la sangre del cordero.
Y por la misma razón, uno puede conseguir el efecto del bautismo por virtud del Espíritu Santo no sólo sin el bautismo de agua, sino también sin el bautismo de sangre, por cuanto su corazón es movido por el Espíritu Santo a creer en Dios, a amarle y a arrepentirse de sus pecados, por lo que también se le llama bautismo de penitencia. De él se dice en Is 4,4: Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de la hija de Sión, y haya limpiado la sangre de Jerusalén del interior de ella con espíritu de justicia y ardor.
Así pues, a cualquiera de estas dos modalidades de bautismo se la llama bautismo por hacer las veces del bautismo. Por lo que dice San Agustín en IV De único Baptismo parvulorum: Que el martirio hace en ocasiones las veces del bautismo, lo argumenta con fuerza. San Cipriano de aquel ladrón no bautizado a quien se le dijo: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Y yo, considerando esto bien, llego a la conclusión de que no sólo el sufrimiento por el nombre de Cristo puede suplir la falta del bautismo, sino también la fe y la conversión del corazón, si por falta de tiempo no se puede celebrar el sacramento del bautismo.
A las objeciones:
Soluciones: 1. Los otros dos bautismos quedan incluidos en el bautismo de agua, que recibe su eficacia de la pasión de Cristo y del Espíritu Santo. Luego por esto no se destruye la unidad del bautismo.
2. Como ya se dijo más arriba (III 60,1), el sacramento pertenece a la categoría de los signos. Pero los otros dos convienen con el bautismo de agua no porque sean signos, sino en el efecto del bautismo. Y por eso no son sacramentos.
3. San Juan Damasceno habla de cosas que son figuras del bautismo, como el diluvio, que fue signo de nuestro bautismo en lo que se refiere a la salvación de los fieles en la Iglesia, pues entonces unos pocos fueron salvados en el Arca, como se dice en 1P 3,20. Habla también del paso del mar Rojo, que significa nuestro bautismo, por la liberación de la servidumbre del pecado. Por lo que el Apóstol dice en 1Co 10,20) que todos fueron bautizados en la nube y en el mar. Habla igualmente de las diversas abluciones que se hacían en la antigua ley, y que prefiguraban nuestro bautismo, por lo que tiene de purificación de los pecados. Y habla también del bautismo de Juan, que fue una preparación para nuestro bautismo.

ARTíCULO 12 ¿Es el bautismo de sangre el más importante de los tres bautismos?

Objeciones por las que parece que el bautismo de sangre no es el más importante de los tres bautismos.
Objeciones: 1. El bautismo de agua imprime carácter. Lo cual no hace el bautismo de sangre. Luego el bautismo de sangre no es más importante que el de agua.
2. El bautismo de sangre es ineficaz sin el bautismo de deseo que se obtiene por la caridad, pues se dice en 1Co 13,3: Si entregase mi cuerpo a las llamas y no tengo caridad, nada me aprovecha. Pero el bautismo de deseo vale sin el bautismo de sangre, pues no solamente los mártires se salvan. Luego el bautismo de sangre no es el más importante.
3. Como el bautismo de agua recibe su eficacia de la pasión de Cristo, a la cual corresponde, según lo dicho (a. 11), el bautismo de sangre, así la pasión de Cristo recibe su eficacia del Espíritu Santo, según se dice en He 9,14: La sangre de Cristo, quien a través del Espíritu Santo se ofreció a sí mismo por nosotros, purificará nuestra conciencia de las obras muertas. Luego el bautismo de deseo es más importante que el bautismo de sangre. Luego el bautismo de sangre no es el más importante.
Contra esto: dice San Agustín Ad Fortunatum, comparando los bautismos entre sí: El bautizado confiesa su fe ante el sacerdote, el mártir, ante el perseguidor. Aquél, después de su confesión, es rociado con agua; éste, con sangre. El primero, por la imposición de manos del Pontífice, recibe el Espíritu Santo. El segundo queda convertido en templo del Espíritu Santo.
Respondo: Como acabamos de decir (a. 11), el derramamiento de la sangre por Cristo y la acción interior del Espíritu Santo se llaman bautismos en cuanto que producen el efecto del bautismo de agua. Ahora bien, el bautismo de agua recibe su eficacia de la pasión de Cristo y del Espíritu Santo, como se ha dicho (ib). Cierto que estas dos causas actúan en cualquiera de los tres bautismos, pero de modo más excelente en el bautismo de sangre. Porque la pasión de Cristo actúa en el bautismo de agua por una representación figurativa; en el bautismo de deseo o de penitencia, por un afecto ardiente; pero en el bautismo de sangre actúa por imitación de la misma realidad. De modo semejante, también la virtud del Espíritu Santo actúa en el bautismo de agua por una virtud latente; en el bautismo de penitencia, por una conmoción del corazón; pero en el bautismo de sangre, por un intensísimo impulso de amor y afecto, según las palabras de Jn 15,13: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos.
A las objeciones:
Soluciones: 1. El carácter es res et sacramentum (a. 1). Pero no hemos dicho que el bautismo de sangre sea más importante como sacramento, sino por el efecto del sacramento.
2. La efusión de sangre no tiene sentido de bautismo si no va acompañada de la caridad. Por lo que queda claro que el bautismo de sangre incluye el bautismo de deseo, y no al contrario. Y esto demuestra que es superior.
3. Como se acaba de decir, el bautismo de sangre es superior no sólo por su semejanza con la pasión de Cristo, sino también por el influjo del Espíritu Santo.


Suma Teológica III Qu.66 a.6