EL PINTOR CHRISTIANO Y ERUDITO-Juan Interián de Ayala - CAPITULO VII.


CAPITULO VIII.


De las Pinturas de S. Felipe Neri, de S. Fernando Rey de España, y de Santa Petronila Virgen.

I Despues de haber tratado de una Virgen Italiana, y de Florencia, síguese tratar de otro Santo tambien Italiano, y Florentino. Este es S. Felipe Neri, celebérrimo Fundador de la Congregación del Oratorio, é ilustre en la Iglesia de Dios por sus insignes méritos: cuyos esclarecidos hechos, si intentára describirlos aunque en compendio, apenas bastarían libros enteros. Yo, como he dicho repetidas veces, no apartándome en nada, ó lo menos que es posible, del intento que me he propuesto, solo notaré brevemente lo que respeta á sus Imágenes. En primer lugar, segun he podido observar, hacen bien en pintar á este Santo de edad muy avanzada, por haber dexado el mundo este viejo dignísimo del Cielo, de edad de mas de ochenta años, el año 1595. dia 26. de Mayo, en que se celebraba aquel año la Fiesta del Corpus, ó del Santísimo Sacramento, cuyo culto, y veneración con tanto ardor, y anhelo había promovido. Tambien le pintan freqüentemente con vestiduras Sacerdotales, bien que igualmente suelen pintarle de otro modo. Ningúna de ambas cosas puede tacharse de error, y ??? la primera parece confirmarse, de que casi al mismo tiempo que subía á los Cielos, dicen haberse aparecido á una piadosísima muger, adornado con vestiduras Sacerdotales.

2 Píntanle tambien (conforme lo he observado muchas veces) acompañado de un niño con alas, esto es (segun se crée) de su Angel Custodio, á quien por el singular amor, y respeto que le tenia, le dió limosna alguna vez en figura de pobre, y habiendo caído de noche en un hoyo, le sacó de allí admirablemente. Pero esto, aunque no contiene en sí ningún error, quisiera sin embargo, que le pintáran acompañado no de un niño, sino de un joven; lo que ciertamente es mas conforme á lo que hemos dicho poco ha. Ademas, que si bien en un niño se denota mas la inocencia, y pureza Angelical, tambien en un joven Angélico, se representa mayor esfuerzo, y actividad. No quiero pasar en silencio el que le pintan (á lo menos así debiéran pintarle, y mas á menudo) rasgado algún tanto el vestido junto al costado izquierdo, y como que el mismo Santo con ambas manos está buscando el alivio del ayre á su enfermo, y palpitante corazon: pues de este modo se expresaria elegantemente aquel milagro con que enriqueció Dios á su fidelísimo siervo, lo que se describe muy bien en su rezo con estas palabras: Herido de amor de Dios, estaba continuamente enfermo, y su corazon encendido con tanto ardor, que no pudiendo contenerse dentro de sus límites, ensanchó Dios admirablemente su seno, rotas, y levantadas dos de sus costillas.

3 Refiérese de Pyrrho Rey de Epiro, de quien se hace freqüente mención en la Historia Romana, que llevaba un anillo en que estaban representadas las nueve Musas, y Apolo, no tanto por destreza, y habilidad del Artífice, quanto por un juego, y milagro de la misma naturaleza: Porque dicen haber tenido Pyrrho (1331) (refiere ??? el mas célebre Autor de la Historia Natural) una piedra, en que se veían las nueve Musas, y Apolo con su cítara, no por medio de algún artificio, sino por un rasgo de la misma naturaleza: estando repartidas las manchas con tal proporcion, que cada una de las Musas tenia su insignia particular. Mas, sobre si era posible pintar en la misma piedra, ó en otra de iguales dimensiones, todos los Reyes buenos que ha habido de dilatados Reynos, y que mereciesen ser colocados en el número de los Santos; es cosa que algunos, no sin chiste, y donayre han puesto en qüestion:

¡en tanto grado los malos exemplos, y la adulación (vicio capital de la Corte) pervierte, y ofusca á los hombres de muy buen natural, y de sano juicio, y que tenian inclinaciones casi celestiales! Pero séase de esto lo que se fuere, hubo ciertamente un Rey, no como quiera bueno, sino bonísimo, Fernando Tercero de este nombre, Rey de Castilla, y de Leon, á quien con razon se le llamó, y se le dió el renombre de Santo. Este Rey, hijo de Alfonso IX. Rey de Leon, y de Berenguela, hija primogénita de Alfonso tambien IX. Rey de Castilla, resplandeció en España, y en todo el Orbe Christiano, al modo que resplandece un astro de primera magnitud: pues que brillando igualmente en las obligaciones propias de un Rey, y de un Príncipe, que en las virtudes de un hombre Christiano, y piadosísimo, dexó en duda, en quales de ellas resplandeció mas. Y ya que hemos hecho mención de los Padres de un Héroe tan grande, paréceme no ser fuera del caso, si contra mi costumbre, advierto aquí algunas cosas, que se me deberán condonar, ó por la dignidad de la materia, ó por la gratitud á que estoy obligado.

4 Alfonso IX. Rey de Leon, Padre de S. Fernando, fuera de otros insignes hechos suyos, fue el que instituyó, y erigió la Universidad de Salamanca, de que ha resultado tanto bien, no solamente á España, sí tambien á todo el Orbe Christiano: en que gustoso me detendria ??? mas, si lo pidiera el asunto. Pero yo refiero Rem nulli obscuram, nec nostræ lucis egentem.

Con efecto, como la Universidad de Salamanca, no solo es Madre de Ciencias, sino tambien de virtudes, ha tenido siempre la debida veneración á su Fundador, y deseando eternizar su memoria, puso debaxo de su Imagen pintada en una pared, un Epígrama, que tal qual es, por haberlo compuesto yo, me disimulará el Pintor erudito el que lo ponga aquí: el Epígrama dice así:

Viderat heu quondam profugas Hispania Musas, Et prope iam nullum tristibus esse locum.

Dira sed Augustus miracula non tulit Heros, Atque modum celeri iussit inesse fugæ.

Nec mora: suscepit reduces, ac sedibus istis Reddidit incolumes magnus Apollo Deas.

¡Ilustre accion! Porque sucediendo S. Fernando á su Padre en el Reyno de Leon, donde está Salamanca, favoreció, y fomentó en gran manera la Universidad que su Padre había fundado, cuidando poco, ó por mejor decir, no haciendo caso de la que pocos años antes había fundado en Palencia su Abuelo Alfonso Rey de Castilla. Por cuyo motivo, y por la protección de su hijo Alfonso, llamado el Sabio, llegó poco á poco á tanta grandeza. Pero baste sobre este punto.

5 Berenguela Reyna de Castilla, muy buena Madre de nuestro S. Fernando, fué Señora dotada de todo género de virtudes, como saben bien aun los que solo tienen una ligera tintura de nuestras cosas. Esta Señora, como insinuamos antes, fué la hija primogénita de Alfonso Rey de Castilla, y no al contrario, como han pensado mal algunos Escritores, particularmente extrangeros, y poco afectos á España, no dudando llamar á S. Fernando usurpador del Reyno de Castilla, que segun ??? derecho (como ellos dicen) pertenecia á S. Luis IX. ilustre Rey de Francia, por ser hijo de Doña Blanca, que era hermana mayor (segun ellos pretenden) de Berenguela: en que no quiero detenerme mas. Pero, gracias á Dios, que ya de dia en dia se está esperando la Vida de S. Fernando, que va á imprimirse, escrita por un hombre doctísimo, y amigo mio el R. P. Joseph Casani: en cuya obra, conforme nos prometemos, se verá tratado todo esto con tanta claridad, y destreza, que el que en adelante quiera sentir de otro modo, parecerá ciertamente, que al modo de la lechuza se ciega con la luz del medio dia.

6 Tampoco puedo pasar enteramente en silencio, el que este Santo Rey fué insigne Bienhechor, y Patrono, como el que mas, de mi Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, Redención de Cautivos. Pues habiendo libertado á las esclarecidas Ciudades de la Andalucía del yugo, y señorío de los Moros, fundó, y erigió en todas ellas, con real piedad, y magnificencia, particularmente en las mas principales Conventos, y casas de mi Instituto. Las Ciudades subyugadas (omitiendo las menores, aunque muy fuertes, y muy bien pertrechadas) fueron Baza, que tomó el dia 30. de Noviembre de I227. Ubeda, de la qual se apoderó el dia 29. de Septiembre de I234. Córdoba, que es una de las mas principales Ciudades de la Bética, y fecunda en grandes ingenios, en la qual entró despues de haberla combatido, el dia 29. de Junio de I236. Jaén, Ciudad tambien de mucho nombre, la que tomó con fuerza, y maña, á mediados de Abril de I246., y finalmente Sevilla, que se consideraba como la Metrópoli de España, la que habiéndola combatido con el mayor valor, al fin entró vencedor en ella á 23. de Noviembre de I248. En todas estas Ciudades erigió casas, y Conventos de mi Orden: ni solo esto, sino que les dió rentas, y les concedió varios privilegíos. Quien quiera informarse quales sean estos, léa á otros; pues ??? yo no he tomado á mi cargo el oficio de Historiador, sino otro muy diverso: para lo qual sirve algún tanto lo que he notado de paso, cosa, que se me debe perdonar, como he insinuado antes, por el afecto á la gloria de España, por la gratitud de Catedrático, aunque sin merecerlo, de la Universidad de Salamanca, y por el título de hijo de la Orden de Redención de Cautivos.

7 Cumpliendo, pues, ya con lo que es de mi oficio, este Santo en ningún modo debe pintarse viejo, como le pintaría el que estuviera imbuído de las opiniones de algunos, que pensaron haber muerto S. Fernando de edad, lo que menos, de mas de sesenta años, omitiendo á otros, que segun afirma un Autor grave, y erudito (1332), se alejaron tanto de la verdad, que dixeron había muerto este Santo Rey de ochenta años: todo esto hace la ignorancia de nuestras cosas. Habiendo, pues, nacido S. Fernando el año I200. antes del mes de Agosto, como lo prueba muy bien el Doctor, y Amigo mio D. Juan de Ferreras, á quien he citado muchas veces (1333), y habiendo muerto el dia 30. de Mayo de I252, es constante, que trocó el Reyno temporal por el eterno, quando aun no había cumplido 52. años, y por lo mismo se echa de vér, en que edad deberá pintarle el Pintor cuerdo, y erudito. Este, si quiere oír mi consejo, véa la Imagen que en las Actas, y hechos de este grande Rey, y Santo, fixó el eruditísimo Padre Daniel Papebroquio, en el libro que escribió sobre esta materia (1334): la Imagen, digo, que colocó antes de la misma primera página, despues de algunas que no están numeradas; que con efecto es su verdadera efigie: pues otra que hay en la misma frente de la obra, que representa al Santo de cuerpo entero, no me agrada, especialmente, porque las piernas, y muslos están pintados al ??? modo de los Romanos, y á lo militar, lo mismo que si se representára á la vista la imagen de Cesar, ó la de Pompeyo.

8 Seria manifiesto error el dexar de pintar al Santo Rey con vestiduras Reales, y magníficas, ó sin la Púrpura, y demas insignias Reales, por haber oído alguno, ó leído, que el Santo Rey fué muy modesto, y humilde, y que llevó una vida muy austéra, y penitente. Pues estas particulares alabanzas nada dicen que se oponga á la dignidad, y magestad Real;

la que ciertamente por medio de los adornos exteriores hiere los ojos de los que la miran. Porque, ni S. Fernando fué Santo de otro modo, sino como era correspondiente á un Rey, ni fué Rey, sino del modo que correspondia á un Santo.

9 Cierra el florido mes de Mayo la Virgen Santa Petronila, la qual, aunque muchos, y gravísimos Escritores niegan haber sido hija del Apostol S. Pedro, lo que otros entienden, no solo de la educación espiritual, sí tambien segun la carne; sobre lo qual observo un profundo silencio en muchos de los Autores antiguos: sin embargo parece lo confirma bastantemente el Martirologio Romano, quando dice (1335): En Roma Santa Petronila Virgen, hija del Apostol S. Pedro, &c. Sobre cuyas palabras, el Cardenal que puso notas al Martirologio, trae aquellos versos de un Autor que para mí es desconocido:

Tum pridie Petronilla de germine Sancto Fulgida virgo micas Christi trabeata decore.

Ciertamente, si esto es verdad, como lo afirman algunos, aunque no se pinte á Santa Petronila con las insignias de Martir, puesto que la Iglesia la adorna solamente ??? con la laureola de la virginidad, y no con la del martirio: sin embargo no faltarian para convencerlo motivos, y razones bastante probables, tomadas no de otra parte, sino del mismo Martirologio, que dice así: La qual (Petronila) despreciando el casamiento de Flaco principal caballero, le pidió plazo de tres dias para determinarse: y en ellos se ocupó en continua oracion, y ayunos, y el tercer dia acabando de recibir el Santísimo Sacramento, dio el alma al Señor. Pero séase de esto lo que se fuere, y aunque, como decia, no la pinten con las insignias del martirio; con todo no es dudable que fué hija de ilustres Mártires. Porque de S. Pedro (si con efecto este fué su padre) de ningún modo puede dudarse: y en quanto á su madre (á quien llaman algunos Santa Perpetua) consta por un monumento bastante convincente de un Theólogo antiquísimo, haber padecido martirio: pues Clemente Alexandrino (1336) nos asegura, que esto se decia como una tradición recibida: Dicen á la verdad (son palabras de dicho Escritor) que como el Bienaventurado San Pedro hubiese visto, que llevaban al suplicio á su muger, se alegró con efecto por esta vocacion, y porque volvia á su mansion. Y que exhortándola, consolándola, y llamándola por su propio nombre, le dixo: Acuérdate del Señor. Hasta aquí Clemente Alexandrino. Por lo que, si se prueba que Santa Petronila fué hija del Apostol S. Pedro, manifiestamente se convence, que fué hija de muy esclarecidos Mártires. ???




CAPITULO IX.


De las Imágenes de S. Norberto Fundador, de S. Bernabé Apostol, y de S. Juan de Sahagun, Doctor, y Catedrático de la Universidad de Salamanca.

I Quan ilustre, y de quan grande mérito haya sido en la Iglesia S. Norberto, Fundador de la Orden de Canónigos Premonstratenses, se echa bastantemente de vér por las Cartas llenas de afecto, y de amor, que le escribió S. Bernardo. Dicho Santo, que era de linage noble, y abundante en riquezas, resplandeció mucho en el palacio de Enrique Emperador de Alemania, y de Flandes; pero sin duda resplandeció mucho mas, quando renunciando los honores, y la renta Eclesiástica que tenia, se dedicó qual otro Elías, con el mayor zelo, y ardor á la predicación de la divina palabra, y vestido con ásperas pieles, y trepando á pie descalzo por las nieves mas espesas, y congeladas, relució en toda la Iglesia, mostrándose no menos esclarecido por sus obras, que por sus palabras. El fué el Fundador de los Canónigos, á quienes apellidaron los pueblos ya desde sus principios, Premonstratenses: cuya Orden, como se hubiese propagado admirablemente, se aumentó en gran manera en muchos lugares de la Europa, particularmente en una, y otra Alemania, y floreció tambien en nuestra España, donde aun hubiera florecido mas, si las dañadas intenciones de algunos, no hubiesen impelido á ciertos poderosos, para que algunos Conventos, y Monasterios de dicha Orden, digna siempre de alabanza, se adjudicáran á otra Religion, á la verdad esclarecida, pero que no tenia necesidad de ellos: lo que mas conviene callarlo, que referirlo aquí largamente. S. Norberto, pues, habiendo combatido antes valerosamente á favor de la Iglesia, ??? y ayudado mucho á Inocencio II. contra el malvado cisma de Pedro Leon, fué elegido, aunque rehusándolo él, y contra su voluntad, Obispo de Magdeburg, esto es, el décimoquinto Obispo de aquella Silla; y finalmente lleno de méritos, y virtudes, y procurando que se eligiera por Prepósito de la Orden que había fundado, á su compañero Hugo, subió al Cielo el dia 6 de Junio de II34.

2 Acerca de las Pinturas, é Imágenes de este Santo, solo se me ofrece advertir, que suelen, y deben pintarle teniendo en su mano aquel precioso vaso en que está la Sagrada Euchâristía, y que vulgarmente llamamos Viril, ó Custodia. La causa de esto es, el que habiendo un perverso herege llamado Tanquelino, vomitado en Antuerpia muchas impiedades contra el Santísimo Sacramento de la Euchâristía en los tiempos de este Santo, y esparcido varias heregías contra tan augusto Misterio; como los Fieles hubiesen llamado allá á Norberto, reprimió con tanto valor, y esfuerzo dicha heregía, que apenas volvió despues á brotar, hasta los tiempos en que saliendo del abismo nuevas furias infernales, tuvieron la osadía de despreciar, y combatir impía, y nefariamente, este mismo adorable Misterio.

3 Aunque por lo comun, quando se pintan los Apóstoles, no se pinta regularmente á S. Bernabé, no obstante de haber tenido la misma dignidad, como consta de aquellas palabras (1337): Díxoles el Espíritu Santo: Separadme á Saulo, y á Bernabé para el ministerio á que los he llamado; y este séa tambien el comun consentimiento de la Iglesia, convendrá sin embargo no pocas veces, pintarlo separado de los demas. Por lo que será del caso advertir, que conforme dicen algunos Escritores de la vida de este Apostol, los quales acaso lo tomaron de cierto Alexandro Monge de Chipre ??? (de cuya fé, y autoridad, no es ahora lugar de tratar); fué S. Bernabé de estatura hermosa, y venerable, como lo nota tambien claramente S. Juan Chrisóstomo Autor mas calificado (1338); y fuera de esto, paréceme á mí confirmarse lo mismo por un argumento de bastante peso, tomado de que los Gentiles de Iconio (Ciudad de Licaonia) donde moraban entonces S. Pablo, y S. Bernabé, como hubiesen visto un patente milagro que había obrado S. Pablo, quisieron venerarles á ambos por Dioses, y aun ofrecerles sacrificios: Llamaban Júpiter á Bernabé (dice el Sagrado Historiador) (1339) y á Pablo, Mercurio. Viene esto muy al caso: porque á S. Bernabé que tenia un aspecto mas venerable, le tenian por Júpiter; esto es, por el Dios Supremo: y á S. Pablo (1340), cuya presencia corporal (como él mismo dice) era flaca, ó de pequeña estatura, le tuvieron por Mercurio, por la facilidad, y eloqüencia con que se explicaba. Convendrá, pues, que el Pintor erudito tenga presente en la Pintura de S. Bernabé, su semblante respetable, y venerando.

4 Por lo que, dos cosas me restan que advertirle. La primera, quanto al género del martirio que padeció: lo que digo señaladamente, porque nadie con razon podrá dudar que muriese Martir, aunque entre los antiguos, que tratan de S. Bernabé, es muy rara la noticia que nos dan de su martirio. Pero ya la Iglesia lo ha afirmado constantemente, tanto por lo que ella ha practicado, como por lo que nos ha enseñado; y ademas, conforme observó un Autor grave, y erudito (1341), ya los Syros desde una antigüedad muy respetable, han acostumbrado hacer mención en sus ordenaciones, así de los demas Apóstoles, como de S. Bernabé; no solo como á Apostol, sí tambien como á Martir. Pero ¿para ??? qué son menester tantas pruebas? El Martirologio Romano, y el Rezo Eclesiástico dicen lo mismo: y lo que es mas en el Canon de la Misa, que no hay cosa mas sagrada, se lée el nombre de San Bernabé con los títulos de Apostol, y de Martir; sin que séa necesario poner aquí sus palabras, que no deben tratarse sino con suma veneracion, y respeto. La sentencia comun que ha prevalecido, es, que al Santo Apostol le apedrearon los Judíos que moraban en Chipre: y así no se hará mal en pintar algunas piedras á sus pies, ó como que las recibia en el pecho: al modo que he observado pintado á S. Esteban, que padeció este mismo género de muerte.

5 La segunda cosa que tengo de advertir al Pintor, es, que debe pintar á S. Bernabé con un libro en sus manos: lo que digo, no porque le tenga por Autor cierto de aquella Carta que anda con su nombre, y que aun los antiguos la miran con grande veneracion, sino porque el libro, como diximos antes, es caracter del ministerio Apostólico, ó por otra causa mas particular de que hablarémos luego. Con efecto, Autores Eclesiásticos muy antiguos hacen honorífica mención de dicha Carta: la cita Clemente Alexandrino (1342), Orígenes, Eusebio, y lo que no es de menos autoridad, hace tambien mención de ella S. Gerónimo, y la atribuye constantemente á S. Bernabé, aunque hasta ahora, ni la Iglesia, ni los Concilios la hayan recibido en el número de las Escrituras Canónicas. Y qué? ¿si dixéramos, que S.

Bernabé debe pintarse con un libro por haberse encontrado en su pecho al abrir su sepulcro, no pocos años despues de su muerte, el Evangelio de S. Mathéo escrito por la misma mano de S. Bernabé? ??? lo que ademas del citado Monge Alexandro, lo refiere Theodoro Lector (1343), y otros despues de él. Lo mismo refiere también su rezo con estas palabras: En la Isla de Chipre, reynando el Emperador Zenón, fué hallado su cuerpo, en cuyo pecho estaba el Evangelio de S. Mathéo escrito por mano de S. Bernabé. He querido tocar esto con ocasion de aquella venerable Carta, tal qual séa. Porque quanto á los demas escritos, que los hereges, ó algunos menos inteligentes han atribuído á S. Bernabé, no es menester decir nada; pues que el mismo Cardenal Baronio (1344) con su acostumbrada erudicion, los convence de falsos, supositicios, é indignos de tan grande Apostol.

6 El mismo dia dedicado á S. Bernabé, murió el insigne, y bienaventurado S. Juan de Sahagun, á quien pasaría totalmente en silencio, si el honor de la Universidad de Salamanca, á quien procuro obsequiar quanto está de mi parte, no me impeliera á no olvidar la memoria de este Santo, y á que, contra, ó fuera de mi costumbre, en honor de tan esclarecido Héroe, tocára aquí, aunque por encima, los puntos mas principales de su vida.

S. Juan, pues, de Sahagun (llamado así del Lugar en que nació, conforme á la costumbre de aquellos tiempos que solia apellidar á los hombres, particularmente á los Religiosos, por el renombre de su Patria) nació de padres nobles, Juan Castrillo, y de Sancha Martinez el año de Christo I430; el qual, quando apenas había cumplido los primeros años de su niñez, luego se traslució en él, no solo una muy buena índole, sí tambien un ingenio excelente: y habiéndole recibido por uno de sus familiares el esclarecido D. Alfonso Cartagena Arzobispo de Burgos, y dádole una Canongía en aquella Iglesia, resplandeció ??? en gran manera por los exemplos que dió de sabiduría, y virtud. Pero este Santo, llamado para cosas mayores, renunciando la Canongía, y demas renta Eclesiástica, se fué á Salamanca, donde le llamaba Dios para que con sus sermones, y exemplos, pusiera fin, y remedio á las crueles sediciones, que á la sazon había en aquella Ciudad.

7 Allí, segun se convence por monumentos irrefragables, fué Colegial del célebre Colegio de S. Bartholomé, al qual solo con nombrarle se le llena de las mayores alabanzas. Y habiéndose hecho Religioso de la Orden de Ermitaños (como yo les llamo siempre) del Gran Padre S. Agustin, y entrado en el famoso Convento de esta Religion que hay en la misma Ciudad de Salamanca, hizo allí su solemne Profesion, difundiendo por todas partes mayores rayos de su santidad, y doctrina, de suerte que era celebrado, y admirado de todos: á que se añadía el haberle dado Dios la gracia de hacer milagros. Ni sirvió de poco su sabiduría; pues que hallándose en la famosa Universidad de dicha Ciudad, que florecia ya mas de dos siglos había, regentó una Cátedra de Escritura, con cuyas luces, sermones, y sus grandes exemplos de santidad que dió al público, apaciguó, y extinguió con la gracia de Dios aquellas turbulencias, y sediciones de que antes he hablado, que ya habían llegado al extremo, de que unos á otros se daban mutuamente la muerte. En esto empleó su vida, hasta que una muger deshonesta, á cuyo galán había convertido el Santo, le emponzoñó (permitiéndolo así Dios para mayor bien de su siervo) y murió de sus resultas en la misma Ciudad, el año de 1479., el mismo dia de S. Bernabé, como notamos antes. Esta es la suma de sus ilustres hechos, y de su vida dignísima por cierto del Cielo: dexando á los Escritores de dicha Orden, como ya con efecto lo han hecho, el hacer una mas larga, y circunstanciada narración de su Vida. ???

8 Por lo que respeta á sus Imágenes, no puedo menos de aprobar la piedad, ó afecto de los que pintan con el manto, y beca propia de los Colegiales de S. Bartholomé, á este Santo, que entonces no era muy mozo, pero ni tampoco muy viejo, segun consta por la chronología, que sigue exâctamente el Escritor de su Vida (1345); en que no puedo, ni quiero detenerme mas: particularmente floreciendo ya él entonces en dicho insigne Colegio en gran santidad, la que quiso Dios testificar alguna vez con ilustres milagros, como fué el que estando un dia ocupadísimo, y habiéndosele pasado por olvido natural el rezar el Oficio Divino, acordándose de ello con la mayor angustia, y pesadumbre quando estaba ya muy adelantada la noche, y no encontrando entonces luz en ningúna parte, mereció que Dios le ayudára, y consolára. ¡Caso admirable! Pues quando estaba lleno de angustia, y de temor, se le apareció de repente un Angel con una hacha encendida, y afianzándose en un ciprez, que todavía se vé en nuestros dias, se estuvo allí alumbrándole con luz mas clara que la del Sol, hasta tanto que el siervo de Dios hubo concluído todo su Oficio; como lo refiere el mencionado Escritor (1346) citando á otros.

9 Pero, como este Santo vivió I6. años Religioso de la Orden del Gran Padre S. Agustin, en cuyo estado murió, es mas freqüente (y con razon) el pintarle vestido con el Hábito de que usan los Ermitaños Augustinos: pero no deben pintarle (como lo hacen regularmente, á lo menos así lo he observado) muy joven, ni tampoco de mucha edad; por haber muerto, conforme anvertimos antes, quando no había cumplido aun quarenta, y nueve años. Píntanle tambien llevando con mucha reverencia en sus manos aquella Custodia de oro, ó dorada, en que se expone el Santísimo Sacramento para la adoración del Pueblo: no que el Santo hubiese tenido necesidad ??? en Salamanca, ó en otra parte, de disputar con los hereges sobre la verdad de tan grande Misterio; no permita Dios en España, de donde nunca salió nuestro Santo, tan fatal desgracia: es muy diversa la razon de dicha Pintura, la que hemos de tomar de otra parte. Muchos Autores fidedignos refieren constantemente, que nuestro S. Juan era tan devoto del Santísimo Sacramento de la Euchâristía, que para celebrar se preparaba cada dia con singular pureza de alma; y ademas, que para acercarse (por usar de las palabras del Grande Augustino, Padre suyo, y nuestro) á aquella mesa celestial, y verdaderamente del Poderoso, se excitaba con tales ardores, considerando como debia prepararse, que lo que menos, gastaba dos horas enteras en la celebración del tremendo Sacrificio. Por lo que Christo S. N. que verdaderamente ama á los que le aman, se manifestaba á su siervo de varias, y admirables maneras. Pero óiganse las palabras de oro (pues que son de un Santo) de un Religioso de la misma Orden: este es Santo Thomas de Villanueva (de quien hablarémos en su lugar) el qual lo compendió todo en estas palabras (1347): Hubo ademas un cierto Fr. Juan de Sahagun de nuestra Orden, y Religion de S. Agustin, á quien venera el pueblo de Salamanca con singular piedad, y afecto (aunque todavía no está canonizado) por los innumerables milagros que obra continuamente. Este varon, como celebrase todos los dias el Santo Sacrificio de la Misa, y en él se detuviese mucho tiempo, y por tanto lo llevasen á mal los que se la oían, le mandó su Prelado en virtud de obediencia, que la concluyese mas presto; lo que ya antes, aunque con mas suavidad, le había advertido otras muchas veces. Entonces el mencionado Religioso, porque no podia menos de obedecer, le manifestó todo su interior, diciéndole: Perdóname, te ruego, Padre mio, que no puedo hacer otra cosa, ??? pues que yo pecador véo cada dia con estos mis ojos á Jesu-Christo S. N. resplandeciente en la hostia. Atemorizado el Prelado con tal respuesta, postróse en el suelo, pidiéndole perdon de la molestia que le había causado, y le dió facultad amplísima para detenerse quanto quisiese. Esto lo supe yo, no por el mismo Prelado, sino por otro varon gravísimo de nuestra Religion, que se lo había oído á él mismo. Hasta aquí el esclarecido Prelado Santo Thomas de Villanueva: con quien concuerdan otros, á quienes cita el mencionado Escritor de la Vida de este Santo. Y esta es la razon por que á S. Juan, á quien vulgarmente llamamos de Sahagun, lustre, y gloria de la Universidad de Salamanca, se le pinta llevando en su mano el adorable Sacramento de la Euchâristía.

I0 Y ya que hemos hecho mención mas de una vez de dicha Universidad tan celebrada en todo el Orbe Christiano, será puesto en razon tocar aquí algo, aunque de paso, de los honores que ha tributado esta Universidad á su dignísimo Catedrático, despues de gozar ya de la Gloria celestial. Como cundiera, pues, mucho la fama de su santidad, que cada dia se hacía mas ilustre por la freqüencia de milagros, el Papa Clemente VIII. de feliz memoria, le beatificó el dia I5. de junio de I60I.; cuya noticia no bien llegó á oídos de dicha Universidad, quando á instancias de hombres sabios, y gravísimos del Convento de S. Agustin de Salamanca, y principalmente del Ilustrísimo D. Fr. Agustin Antolinez, que entonces regentaba la Cátedra de Durando, y despues fué Arzobispo de Santiago, se juntó Claustro de Doctores el dia 24. de Mayo de I602., y en él (habiéndose tratado el negocio con madura reflexîon) se determinó, que en adelante el dia I2. de Junio, en que se venéra la memoria de S. Juan, fuese feriado de la Universidad, lo que imitó despues la misma Ciudad de Salamanca por lo que mira á los negocios civiles, ??? y políticos, añadiendo otras demonstraciones de suma veneracion, que no es de este lugar referirlas á la larga: á que se agrega, que el año I69I. habiendo llegado á Salamanca, con mucha alegria de todos, la noticia de que el Pontífice Alexandro VIII. de feliz memoria, antes Cardenal Protector de mi Orden, había canonizado á S. Juan de Sahagun; es increíble con que demonstraciones de alegria recibieron tan plausible noticia el Ayuntamiento de la Ciudad, la Universidad, el Colegio de S. Bartholomé, y por fin el Convento de PP. Augustinos. Séame permitido añadir aquí, el que estando yo entonces en Salamanca, inducido de los honrosos premios que proponian á las Musas en un Certamen celebrado por el citado Colegio de S. Bartholomé siempre digno de alabanza, compuse un Poema á la verdad mas largo de lo permiten las leyes de un Epígrama: pero esta era la ley, que se me impuso. El Epígrama con su lema, dice así:

Canonizó á S. Juan de Sahagun el Papa Alexandro VIII. de feliz memoria, llamado antes Pedro Ottobono, el qual murió poco tiempo despues: sobre cuyo asunto, por ley del Certamen, se compuso el siguiente EPIGRAMA.

Orbis ad extremos victor pervaserat Indos Rex Macedo, patriæ gloria rara suæ:

Cum sibi divinos tumidus decrevit honores.

Mens hominum heu nullum docta tenere modum!

Vicit at hæc vani pietas conamina fastus, Et datus est Divis quem meruere polus.

Nam sacer Antistes, cSli in quo summa potestas Fulget, Alexandri nomen & omen habens, Salmantina tuum veneranda Minerva Joannem Divorum in fastos retulit Ottobonus.

Macte animo hoc: sanctæ nam te Pater optime gentis, ???

Qui facis indigetes, quis neget esse Deum?

Hinc properè heu, stygiæ tua facta ursere sorores Protinus Elisiæ te rapuere domus.

Scilicet egregium factum sic ambiget ætas, Anne hominum quisquam fecerit, anne Deum? (1348)

Esto es lo que me ha parecido decir sobre las Pinturas, é Imágenes de S. Juan de Sahagun: poco á la verdad por lo grande del asunto; pero demasiado por razon del estilo, y método que suelo observar.




CAPITULO X.


De las Pinturas, é Imágenes de S. Onofre Ermitaño, de S. Antonio de Padua, de S. Basilio el Grande, y de S. Paulino Obispo de Nola.

I El dia doce de este mes, en que se venéra en Salamanca la memoria de S. Juan de Sahagun, se hace tambien mención del famosísimo Anacoreta S. Onofre: del qual, ademas de lo que se lée en los Menologios de los Griegos, y en otros monumentos de esta clase, lo que ocurre de mas peso, es la alabanza que le dá el Martirologio Romano, que á la letra dice así: En Egipto S. Onofre Anacoreta, el qual vivió religiosamente en el vasto yermo por espacio de sesenta años, y subió al Cielo ilustre por sus grandes méritos, y virtudes, cuyos hechos insignes escribió el Abad Paphnucio. Pero las notas, que puso sobre este lugar el doctísimo Baronio, no nos enseñan otra cosa mas, sino la observación que hace de las vastísimas soledades del Egipto, ??? de las quales la principal es la que Ptoloméo, y otros Autores de mejor nota, llaman Oasis, que se divide en mayor, y menor. Este Paphnucio, de quien se dice haber escrito la vida de S. Onofre, y que aun no está averiguado quien haya sido, no es Autor que tenga yo en mi poder: pero está bien, que lo que escribió dicho Paphnucio, lo trae tambien Lorenzo Surio, de quien transcribió su Flos Sanctorum (que así lo llaman) un Autor pío, y erudito (1349): el qual fuera de la relación de los muchos años que estuvo S. Onofre en el desierto, y á excepción de su preciosa muerte, y de la sepultura que le dió el mismo Paphnucio, apenas nos dice otra cosa mas.

2 Con ser esto así, no faltaron quienes refirieron muy á la larga la vida, y hechos de S. Onofre, entre los quales parece ser el principal el P. M. Fr. Pedro de Arriola de mi Sagrada Orden, el qual por ser de un ingenio vivo, y estár dotado de una rara eloqüencia, que tuvo muchas veces pendientes de su boca á muchas Ciudades, y Pueblos de los Reynos de Navarra, y Aragon, como hubiese empezado á escribir la vida de S. Onofre con este epígrafe: El Anacoreta Rey (1350), en un estilo enteramente panegírico, se desvió del camino, y asunto que se había propuesto, de suerte que leyendo muchas veces su Historia (si se puede llamar tal, la que en lo perteneciente á Historia, Geografia, y Cronología, por no decir otra cosa mas grave, esparce cosas muy dificiles de creér) de nada habla menos que de S. Onofre. Pero baste ya sobre este punto.

3 Por lo que mira ahora á las Imágenes de este esclarecido Anacoreta (que son muy freqüentes) está bien que al Santo viejo se le pinte casi desnudo de todo el cuerpo, á excepción de lo que pide la decencia que se ??? cubra, y ademas cerdoso por todas partes, y con una barba tan larga, que le llegue hasta las rodillas. Mas, el que junto á él se le pinten las insignias Reales, esto es, el cetro, y la corona, yo no me atrevo á condenarlo por error, ó fábula, por haberse acaso tomado esto de los monumentos de aquellos que pensaron haber sido este Santo, Rey de los Hunnos, é hijo de Rey; pero la fé de esto dexémosla enhorabuena sobre ellos mismos: que yo, aunque muchas Ciudades de Italia, y España le han elegido por Patrono, no tengo nada que decir mas, que lo que llevo dicho.

4 Nadie ignora, y todos encarecen con magníficos elogios á aquel Portugués, lumbrera brillante, y honor de Lisbóa su patria, y de toda España: (¿pues á qué fin he de callar tan grande gloria?) nadie hay tampoco, que ignore sus hechos, y que no los haya contemplado pintados repetidas veces. Por esto, tengo por mas acertado abstenerme de referirlos, temiendo no me dé alguno en cara con aquel adagio Latino tan trillado: Soli lumen mutuas, que solian aplicar los antiguos al que pretendia demostrar una cosa que de suyo era muy evidente. Adrede le he nombrado Portugués, y no Paduano: porque si bien Padua ilustre Ciudad de Italia, tiene la gran gloria de dar el nombre á Antonio ¿por qué he de defraudar de esta alabanza al lugar donde nació el Santo? Enhorabuena, y con razon (espontaneamente lo confieso) tiene Padua por suyo á Antonio, por haber sido Padua el principal teatro donde obró el Santo tantas maravillas, por ser Padua la que antiguamente debió á Antonio su libertad, y por ser ella en fin la que tiene la dicha de poseér sus sagradas cenizas. Pero ¿quién por esto despojará á Portugal, y á España toda, de una gloria tan estimable? Y baste ya sobre este particular. En quanto á sus Imágenes (ya que vamos á tratar de ellas) no puedo omitir aquí, el que en esta Corte, en la célebre Iglesia que está junto ??? á la Real Casa que llaman de S. Antonio de los Portugueses, se vén pintados los ilustres hechos de este Santo por manos de insignes Pintores, deleytando la vista, y excitando á devoción á toda la gente pía, y á admiracion, á todos los peritos en el Arte. Allí se vé como obliga Antonio con su imperio á que un bruto, olvidado del hambre que padecia, adore al Santísimo Sacramento: Como él mismo aparta una furiosa tempestad de la muchedumbre de su auditorio: Como en la orilla del mar está predicando á los peces mudos, que le oían con mucha atencion: y otros muchos milagros. Con efecto, apenas hay otro Santo, cuyas Imágenes sean mas freqüentes, y obvias. Pero entre todas ellas, la mas conocida, y comun es aquella en que se representa al Santo teniendo en su mano, ó junto á sí un ramo de cándidas azucenas, y al Niño Jesus, ya sentado sobre su libro, ya teniéndole con reverencia en sus purísimas manos, ó bien estando en pie sobre una mesa junto á él; pues es constante, que le vemos pintado de todas estas maneras, segun las varias imaginaciones de los Pintores.

5 Dió ocasion á que le pintáran de este modo lo que debemos respetar con humilde veneracion, y lo refiere, ademas de los antiguos, el Ilustrísimo, y cultísimo Escritor de los Anales de los PP. Franciscos (1351), el qual dice así: Cerca de la Ciudad de Podio en Francia, habiéndose hospedado el Santo en la casa de un devoto muy suyo, le dispuso el hospicio en una quadra separada del comercio de la familia, porque con mas quietud, y silencio se diese al exercicio de la oracion. Quando ya toda la casa estaba recogida, el devoto huesped quiso con piadosa curiosidad, vér que hacia en aquellas horas el Santo, y acercándose á la quadra con silencio, y cautela, reparó por los resquicios, que estaba llena de extraordinarios ??? resplandores; avivóse con esta extrañeza su curiosidad, y vió un Niño hermosísimo, puesto sobre la mesa del estudio, con quien el Santo se regalaba con dulcísimas, y amorosas caricias, y que con él en los brazos se quedaba absorto, y elevado. Y de aquí tiene origen (como poco despues dice el mismo Escritor) el pintar á S. Antonio con el Niño Dios en los brazos. Pero no me agrada (cosa que de ningún modo quiero callar, ni disimular aquí) el que acostumbrados los Pintores á pintar, contra la fé del Evangelio, totalmente desnudo al Divino Niño en el pesebre (conforme advertimos antes), practiquen lo mismo quando le pintan con S. Antonio: lo que ya expresamente arriba, y tambien en muchos otros lugares, si no me engaño, hemos hecho vér quan ageno es de la gravedad, y modestia Christiana. Pero esto es dár, como dicen, música á un sordo.

6 Una de las cosas en que me parece se debe parar mas la consideracion, es, en que así en este como en otros pasos de la vida del Santo, le pintan, no de un aspecto varonil (conforme convenia) sino como mozo, y aun casi sin barba, encarnado, rubio, y muy lleno de cara: cosa, que reflexîonándola yo dentro de mí mismo, no sé llamarla de otro modo, sino monstruos de ligereza, y de ignorancia. Es cierto que no pasó la vida de S. Antonio de 36 años; pues que habiendo nacido el año de Christo de II95., murió el año de I23I. Pero esta edad no se representa bien pintando á un mozo sin barbas, sino representando á un hombre de edad verdaderamente varonil: á mas de que, fatigado por los muchos trabajos de su predicacion, y casi extenuado por los ayunos, y áspera penitencia, no es conforme á razon que se le pinte mozo, y qual le describimos arriba. Con efecto, el Excelentísimo, y eruditísimo Señor D. Manuel Fernandez Pacheco, Marques de Villena, y Duque ??? de Escalona, de quien hago honrosa mencion, sin que jamas se me borre de la memoria el respeto que le debo, como testigo ocular que era, me contó haber visto él mismo estando en Italia una Imagen de S. Antonio, que decian ser su verdadera efigie, en la que no se le veía pintado mozo, sino como hombre hecho, y no muy blanco de semblante, sino moreno, y que aunque macilento, tenia sin embargo un aspecto grave, y digno de un Varon Apostólico.

7 Entre las Imágenes de S. Antonio, mereceria sin duda pintarse un hecho, que hasta ahora nadie creo lo ha visto pintado: por lo menos yo no lo he visto; y sería muy del caso que se representase semejante hecho, porque excitaría mas el culto, y la piedad para con el glorioso Antonio. El caso pasó así. El año de I403. que era casi el treinta de la muerte de este Santo, como se hubiesen descubierto sus preciosas reliquias para llevarlas á otra parte, se encontró el venerable cadaver, por lo tocante á sus carnes, reducido enteramente á cenizas. Pero ¡ó admirable testimonio de su santidad! ¡O pasmo del poder de Dios! La lengua, la lengua, digo, el mas corruptible de todos los miembros, sé encontró no solo entera, sino fresca, y encarnada, como si poco antes se la hubieran cortado. Atónitos, como es justo, refieren el caso los Historiadores: y yo añadiré gustoso, que la misma lengua despues de la muerte, es la mas verdadera, y una no muda, sino eloqüentísima Imágen de S. Antonio. Conoció esto muy bien, y lo confesó el Doctor Seráfico, que á la sazon era Maestro General de la Orden, el qual habiendo presenciado el lance, tomó en sus manos dicha lengua mas preciosa que el oro, y besándola con reverencia, prorumpió en estas fervorosas palabras: ¡O bendita lengua, que siempre alabaste á Dios, y que fuiste causa de que tantos le alabáran fervorosamente! Ahora se conoce á la verdad quanto mereciste para con Dios. Dicho esto, ??? procuró que se cerrára el precioso tesoro en una caxita de cristal, y que se le diera la debida veneracion. Mucho comprehendió S. Buenaventura en pocas palabras: pero si el lugar, ó las circunstancias le hubieran permitido decir mas de dicha bendita lengua, no tiene duda que podia executarlo con muchísima mas extentension.

Porque ella fué la que contuvo á los Hereges; la que corrigió, y reprehendió con imperio á los Tiranos; la que reduxo á piedad, y penitencia á los pecadores; la que, predicando delante del Sumo Pontífice, le grangeó del mismo Papa el nombre de Arca del Testamento; la que inspirada, y movida por espíritu profético, predixo, y vaticinó lo futuro. Ella fué finalmente, ó por mejor decir, es (pues todavía dicen que exîste, y que la enseñan) la que refiere, y nos recuerda con mas primor, y elegancia que ningúna otra cosa, no solo los lineamentos del semblante del Santísimo Antonio, sí tambien sus costumbres: por lo que no es de extrañar, que S. Buenaventura, Doctor no mudo, sino sabio, y muy eloqüente, hable con ella, como á la mas viva Imagen de S. Antonio.

8 Sobre lo qual, por mas que parezca que me aparto algún tanto de mi asunto, no puedo dexar de poner aquí una cosa muy extraña, desconocida, segun pienso, para muchos, aun de los que han puesto no poco trabajo en observar, y leér mucho. Cuéntala un Autor muy fidedigno, y recomendable, no solo por su gran doctrina, y erudicion, sino especialmente por su singular probidad, pues sin su autoridad, y juicio, sería cosa que carecería de toda fé. Estas son sus palabras (1352): En Villacastin lugar bien conocido en Castilla la vieja, donde yo nací, hubo pocos años ha en tiempo del Rey Don Enrique el Enfermo, un hombre verdaderamente Profeta, que dixo algunos trabajos que vinieron despues á Castilla, y ??? con libertad santa, y profética reprehendia al Rey hasta venirle á cortar la lengua en Segovia, y habló despues como si la tuviera, volviéndose á ella que estaba enclavada en la picota, y diciendo: Vos estaréis ahí, porque decís las verdades. Y prosiguiendo el mismo asunto este pío, y gravísimo Autor, añade: Y yo siendo muy niño alcancé á una señora de aquel lugar que vivió muchos años, y si bien me acuerdo, decia ella que le había conocido. Y en aquel lugar contaban esto hombres curiosos de la antigüedad á quien se debia creér. Esto dice el citado Autor: lo que he querido referir aquí con ocasion de la lengua de S. Antonio que está todavía fresca, é incorrupta, para que cotejando uno, y otro suceso, se eche de vér la providencia de Dios, su bondad, y benignidad para con aquellos que usan bien, y con prudencia de su lengua.

9 Lo que un Poeta no despreciable dixo con gracia, y agudeza de la Pintura del Eco, ó de aquella Ninfa vocal de quien hacen mención los Poetas; con razon puede aplicarse á S. Basilio el Grande. Ausonio, pues, queriendo dar á entendér, que aquella Imagen de la voz con ningún colorido se puede expresar, concluyó así su agudo Epigrama (1353):

Auribus in vestris habito penetrabilis Echo:

Et si vis similem píngere, pinge sonum.

Por lo que, si alguno pintare con colores vivos, y propios la misma abstinencia, y un ánimo abstraído de todos los deseos terrenos, y humanos, este hará una Pintura cabal de S. Basilio el Grande. Si yo hubiese tomado á mi cargo un tal empeño, lo que sobrepujaria mis fuerzas, hubiera trasladado aquí á la letra la Oración Monodica de su compañero, é íntimo amigo S. Gregorio ??? Nacianceno, y ademas las obras del mismo S. Basilio, principalmente sus cartas; pues de todo esto, se formaría la historia mas verdadera, y puntual de sus hechos. Pero esto no es de mi inspeccion: ni quiero adoptar tampoco la historia de S. Basilio que vulgarmente se atribuye á Amphiloquio Obispo de Jeonio, por reprobarla hombres muy célebres, como Baronio, Belarmino, y Antonio Posevino (1354). Y S. Efren Syro, Varon muy pio, aunque dice en alabanza de S. Basilio muchas cosas dignísimas de leérse; sin embargo apenas dice nada que sea propio de mi intento: y así dexando los hechos de este Santo á las voces de la fama, ó cubriéndolos con el velo de un humilde, y respetoso silencio, solo se me ofrece decir lo siguiente por lo que mira á sus Pinturas, é Imágenes.

I0 Porque, el que á este Santo se le deba pintar viejo, aunque no decrépito (como, si no me engaño, lo han hecho algunos); pero sí de edad de cerca de 70. años, pueden persuadírnoslo sus hechos, sus peregrinaciones, y viages que emprendió por devocion, y á fin de aprender la sabiduría. Porque, si bien nada he podido averiguar de cierto del año en que nació, con haber hecho varias diligencias para investigarlo; consta sin embargo haber muerto el año de 378. despues de haber cumplido ocho años, y medio de Obispo. Y por lo que pasó antes de su consagracion, si bien se exâminan los monumentos de su historia que hemos insinuado brevemente, se colige haber muerto de la edad que acabamos de decir. Fué la forma, y figura del cuerpo de S. Basilio (si se puede decir que tenia cuerpo, el que alimentándose solo de espíritu, no tenia mas que piel, y huesos) qual nos la refiere un antiguo Manuscrito hallado en la Biblioteca Vaticana, que alega el Cardenal Baronio (1355), ??? el qual dice así: Por un Código anónimo del Vaticano, consta haber sido S. Basilio alto, y derecho de estatura, seco, delgado, moreno, rostro macilento, proporcionada la nariz, arqueadas, y contraídas las cejas en ayre de pensativo, pocas arrugas en el semblante, y estas gratas á la vista, largas las mexillas, las sienes algún tanto cóncavas, larga la barba, y algún tanto cana. Concuerda con esto (añade el citado Cardenal) lo que refiere S. Gregorio Macianceno en la Oración Monodica, quando dice de él, que fué pálido, barbudo, y pensativo.

II Es tan cierto, y evidente, que cada qual alaba sus cosas, y las tiene en mucho, que para ello no se necesita de prueba alguna. Voy á decir en pocas palabras lo que me impele á hacer mención de esto. Venéra la Iglesia con rito simple, como decimos, á S. Paulino Obispo de Nola, hombre que apenas se encuentra con quien cotejarlo, así en su siglo, como en otros; no solo por lo que mira á su doctrina, y erudicion, sí tambien (que es lo principal) por lo que respeta á su santidad: pero mi Sagrada Orden por concesion Apostólica celébra la Fiesta de este Santo con rito Doble. El motivo es el haber sido dicho Santo excelente imitador, ó por hablar con mas verdad, el primero que en cierto modo abrió el camino á aquel Instituto Celestial que todos alaban, y admiran con razon, esto es, de estár con una voluntad firme, y resuelta, de quedarse en rehenes baxo el poder de Infieles, siempre que lo requiera la necesidad del próximo, y del pobre Cautivo que gime baxo el pesado yugo de los Infieles. Cuenta todo esto mas largamente de lo que permite mi asunto referir aquí, aquel Pontífice no menos Grande por sus hechos, que por renombre S. Gregorio el Magno (1356); pero como el rezo de S. Paulino lo refiere mas breve, y sucintamente, me ha parecido poner aquí sus palabras: Despues (dice su ??? rezo, esto es, despues de la mencionada irrupción de los Godos en las orillas de la Campaña) como los Vándalos infestasen aquellas mismas regiones, pidiéndole una viuda que redimiese á su hijo, y habiéndolo ya gastado todo en este oficio de piedad, se quedó esclavo por él. Habiendo, pues, partido á Africa, tomó á su cargo el cuidar del huerto de su amo, que era yerno del Rey. Y como dotado de un espíritu profético, hubiese predicho á su amo la muerte del Rey, y visto este en sueños á Paulino sentado en medio de dos jueces, quitándole el azote de sus manos; siendo entonces conocido este Varon tan grande, le dexaron ir con el mayor honor, condonándole todos sus ciudadanos que estaban cautivos.

I2 No ignoro haber muchos en el dia, que piensan no ser muy verdadera esta narracion: así por no concordar mucho con la cronología de aquellos tiempos, como por referirla solamente S. Gregorio, el qual (dicen) pudo engañarse, ó ya por el falso rumor que corría, ó acaso tambien por flaqueza de memoria. Quanto á lo primero, no es aquí lugar de exâminar las qüestiones, y enredos de Cronología, que esto lo han hecho otros, segun pienso (1357). Y por lo que mira á lo segundo, es bastante el que refiera semejante hecho un Varon tal, qual fué S. Gregorio, y que vivió en unos tiempos poco distantes de aquel en que esto aconteció: de suerte que qualquiera sobriamente sabio, y pío, debe contentarse con su autoridad. Pero lo que singularmente debe advertirse, es, que no solo fué S. Gregorio el que hizo mención de dicha Historia, y narracion, sino otros, y no pocos en número. Con efecto aquel Monge eruditísimo D. Lucas Dachêri (1358) tiene un Escrito de Atton Obispo Vercelense, en que se dice hablando de S. Paulino: Leemos del Bienaventurado Paulino Obispo, que habiéndose ??? entregado él por cautivo, y aun por esclavo, para libertar al hijo único de una viuda, libertó con esto á muchos cautivos. Por cuyo motivo, no solamente le alabó S. Gregorio, sino también muchos otros Padres santísimos. Esta es la causa por que mi Orden celébra con mas solemnidad la memoria de S. Paulino Obispo de Nola, pues que como ilustre imitador de Christo, y muchos siglos antes que S. Pedro Nolasco, execut6 la nobilísima acción de quedarse en rehenes en poder de los bárbaros. Sería un trabajo superfluo el contar ahora las debidas alabanzas que han dado á este Padre, los principales Padres de la Iglesia, S. Agustin, S. Gerónimo, S. Ambrosio, Sulpicio Severo, y otros muchos. Véa quien gustáre la edición que se hizo en Antuerpia de este Santo, cuidando de ella los doctísimos Padres Fronton le Duc, y Heriberto Rosweido, que recogerá sin duda mas abundante fruto.

I3 Finalmente, por lo que toca á mi propósito, esto es, á las Imágenes, y Pinturas de S. Paulino, es cierto, que si le hubiesen consultado á él quando aun vivia, no habría ningúna. Es muy célebre la Carta del mismo Santo que escribió á su íntimo amigo Sulpicio Severo, el qual, como antes le hubiese rogado, que (ya que no podia gozar de su presencia) le hiciera el favor de enviarle siquiera un retrato suyo; así le responde el pío, y prudente Padre (1359): ¿Que podré responderte acerca de la petición que me haces, suplicándome, que mande sacar mi retrato, y te lo remita? Ruégote por las entrañas de la caridad ¿qué consuelos de amor verdadero, puedes sacar de estas formas vacías? ¿Qual retrato deséas que te envie; el del hombre terreno, ó del celestial? Sé que tú apeteces con ansia aquella imagen que ha amado en tí el Rey de los Cielos; ni de mí puedes necesitar otra que aquella, segun la qual fuiste criado, con que amas al próximo ??? como á tí mismo, sin querer preferirte á mí en nada, para que no haya cosa alguna desigual entre nosotros. Pero yo pobre, y doliente, estando aun detenido en la hediondez de la imagen terrena, y representando con mis sentidos, y acciones terrenas mas al primero, que al segundo Adan ¿como podré hacerte una pintura de mí, quando véo, que la corrupción de este mundo ofusca en mí la imagen del hombre Celestial? Por todas partes me estrecha el pudor: Avergüénzome de pintar lo que soy, ni me atrevo á pintar lo que no soy: Aborrezco lo que soy, y no soy lo que quiero ser. La profunda humildad de este Santo, hizo que él escribiese elegantemente de sí mismo, estas, y otras muchas cosas.

I4 Sin embargo, no pudo el Santo huír del todo el afectuoso amor de Sulpicio; pues que habiendo este fabricado un Bautisterio en cierta Basílica, puso allí dos Imágenes cara á cara: la una de S. Martin Turonense, y la otra de Paulino, que aun vivía. Así que lo supo Paulino, sintió mucho un tal hecho: pero lo toleró de algún modo, aplicando la significación de esto á la de semejanza de sí mismo con S. Martin, para que así se echára mas de vér un Santo, é inocente en S. Martin, y en él, un malo, y un réprobo. Y habiendo pedido Sulpicio á Paulino, que le enviara algunos versos para adornar el Bautisterio, al fin se los envió, pero respirando por todas partes modestia, y humildad. Oigamos, que será mejor, al mismo Paulino (1360): Por esta razon (escribe á Sulpicio) te he complacido en enviarte los versos acerca de las Pinturas que has colocado en el Bautisterio, para que se echára de vér el motivo de tu determinacion; por cuyo medio procurando la instrucción de los hombres nuevos (entiende los que renacieron nuevamente en las aguas del Bautismo) les habías propuesto dos objetos muy diversos entre sí; á fin de que en saliendo de ??? las sagradas fuentes, viesen á un tiempo á quien debian evitar, y á quien seguir. Y por decir esto mismo en verso, pero con mas belleza, y elegancia (pues estaba versado el Santo en escribir, así en prosa, como en verso) me ha parecido bien poner aquí sus mismos versos, que dicen así:

Abluitis quicumque animas & membra lavacris, Cernite propositas ad bona facta vias. Adstat perfectæ Martinus regula vitæ: Paulinus veniam quo mereare docet. Hunc peccatores, illum spectate beati: Exemplar sanctis ille sit, iste reis.

Lo que de paso he querido referir aquí, para que se véa quan modesto, y humilde fué S. Paulino, y quanto aborreció sus Imágenes, de quienes vamos ahora á tocar algo.

I5 Que á este Santo se le deba pintar viejo, y respetable por sus venerandas canas, se convence de sus hechos, y escritos, por los quales exâminados con reflexîon, consta haber sido coetaneo del Grande S. Agustin, á quien sobrevivió un año solo, como observaron muy bien los Padres Fronton le Duc, y Heriberto, que dieron nuevamente á luz las Obras de dicho Santo, y escribieron su vida. Murió, pues, Paulino el año 43I. dia 22. de junio, de edad de 77. años, por haber nacido, segun parece, el año de 354. Fué, como dicen los mismos Escritores, de un semblante lleno de decoro, y noble, como parece convenia á un hombre que por la sangre era principalísimo, y de una casa muy distinguida, y ademas (pues no quiero omitirlo) quando voló al Cielo la dichosa alma de Paulino, su semblante, y todo su cuerpo apareció de tal suerte de un candor de nieve, que todos entre sollozos, y lágrimas (son palabras del esclarecido Uranio, que se halló presente á ??? la muerte del Santo) (1361) alabaron á nuestro Dios, y Señor, que engrandece á los Santos, para manifestar á sus siervos, que esta es la gloria destinada á todos ellos. Ni debo tampoco pasar en silencio, el que graciosamente, y sin nota de algún error, se puede pintar á S.

Paulino en figura de Hortelano. Pues sobre haber exercido él este oficio en Africa, quando por el hijo de la viuda se dió allí por esclavo al yerno del Rey, como consta de la mencionada narracion, y mas largamente de las palabras de S. Gregorio Magno en el lugar citado; es constante por sus mismos escritos, que entendió muy bien este inocentísimo oficio, y que le exerció como particular: y aun advirtió freqüentemente á sus amigos dicho varon sobremanera pío, que si se ocupaban alguna vez en labrar la tierra, pensáran incesantemente en cultivar sus almas delante de Jesu-Christo. A eso se dirige el amigable, y oportuno aviso que escribió á uno de ellos (1362): Quando estás en el campo (le dice) y estás mirando tus campiñas, piensa ser tú tambien campo de Christo: y mírate á tí mismo como á campo tuyo. Y al modo que pides á tu mayordomo, que cultive tus campos, de esta misma manera cultiva tu corazon para tu Dios, y Señor, y entiende, que lo que te agrada, ó desagrada en tu campo, esto mismo es lo que agrada, ó desagrada á Christo en tu alma. He dicho esto con ocasion de hablar de cosas de mi intentento, en que acaso me he alargado demasiado. ???




EL PINTOR CHRISTIANO Y ERUDITO-Juan Interián de Ayala - CAPITULO VII.